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La historia de Mustang
A principtos de los 60, Estaclos Unidos era un pais joven, con-
fiado y enamorado de los coches deportivos. Muchas canciones po-
pulares de la época eran odas dedicadas a esos automOviles. La-
mentablemente para Ford, los coches que suscitaban la mayor pa-
sién eran los de General Motors y de los fabricantes europeos. Con
la esperanza de remediar esa situacion, Ford se dispuso a construir
un automévil deportive que lograra atracr a los compradores. Sin
embargo, Ford levanté el desafio en forma tinica dentro del marca
de la industria automotriz. Si Ford hubiese seguido el enfoque tra-
dicional para desarrollar el nuevo coche, la direccién habria comen-
zaco el proceso enviando un memorandum al departamento de di-
sefio, impartiendo instrucciones para el desarrollo de un coche de-
portive que igualara a los de la competencia, Cada disefador se ha-
bria entonces puesto a dibujar sobre la base de preconceptos indl-
viduales acerca de lo que constituye un buen coche deportivo, dise-
fando carrocerias, suspensiones y motores que serian mejores. En
unas pocas semanas. la direecién habria revisado los diserios y es-
cogido los mejores proyectos. Luego, la direcci6n habria enviado di-
chos disefos al departamento de Investigacion de marketing. Los in-
vestigadores habrian preguntado a los potenciales compradores
cual preferian y si les gustaban mas los diserios de Ford que los de
la competencia, habrian propuesto precios para cubrir sus costes y
aleanzar la tasa de rentabilidad deseada. La mejor cleccién habria
finalmente sido construida y habria compartido con los competido-
res la adoracién de muchos, pero las compras de unos pocos en
condiciones de pagar su precio.Afortunadamente, el gerente general de Ford tuvo una idea
mejor. A diferencia de la mayoria de los directivos superiores en el
campo automotor, no era un experto en finanzas, contabilidad o
produccién. Era Lee lacocea. un comereializador. Eso explica la ra-
zOn por la que no comenzé a buscar un nueve coche en el departa-
mento de disefo. Comenzé a investigar qué querian los clientes. la-
eocea descubrié que una porcién importante y creciente del merea-
do de automéviles anhelaba un coche deportivo y que la mayoria de
la gente no podia pagarlo. Se enteré de que la mayoria de los com-
pradores realmente no necesitaban muchos de los elementos que
constituian un “buen” automévil deportivo para satislacer sus de-
seas. Lo que ansiaban no era el rendimiento -un motor, un tren im-
pulsor y una suspensién costesos- sino el disefio, los asientos ba-
Jos y céncavos. el acabade Interiar vinilico y vistosos volantes, Na-
die en esa época vendia ese tipo de caracteristicas a un precio acce-
sible para la mayoria de los clientes: menos de USS 2.500.
El desafio para Ford era disefiar un coche que tuviera un as-
pecto lo suficientemente deportivo como para complacer a la mayo-
ria de los compradores, pero sin las elementos mecanicos que vol-
vian inalcanzable su precio. Ford construyé su coche deportivo con
los elementos mecanicos de un automévil econémico ya existente: €l
Falcon. Muchos grandes entusiastas de los coches deportives. in-
eluyendo algunos de Ford, quedaron pasmados. ¥ sin duda el coche
no podia equipararse al Corvette de GM. Pero era lo que muchas
personas parccian desear, a un precio que podian pagar.
En abril de 1964, Ford presenté su Mustang. a un precio ba-
sico de USS 2.368. Fueron vendidos mas Mustangs durante el pri-
mer afo que cualquier otro automévil Ford jamas construido, En
sélo dos afios, los beneficios netes de] Mustang alcanzaron los USS.
1,100 millones de délares.! Esa cifra superaba ampliamente el mon-
to aleanzado por cualquiera de los campetidores de Ford que ven-
dian “buenos* coches deportivos, con un precio que cubria los cos-
tes y alcanzaba la tasa de rentabilidad escogida como meta.Ford comenzé con los clientes, preguntandoles qué querian y
qué estaban dispuestos a pagar por ello. Su respuesta determino el
preeio al cual debia venderse un coche. Sélo entonces intenté Ford
desarrollar un producto que pudiese satisfacer a los clientes poten-
ciales a un precio que estaban dispuestos a pagar, dejando al mis-
mo tiempo un margen para obtener un beneficio sustancial.
Obsérvese que los costes desempefaron un papel importante
en la estrategia: determinaron el aspecto del producto, qué atribu-
tos podia incluir el Mustang y cuales no podia, dejando de todos
todos un beneficio para la empresa. Por lo que los clientes paga-
rian, sabian que no podian aspirar a todo lo que pedrian haber de-
seaclo, Sin embargo, con un precio de USS 2.368, lo que obtuvieron
‘con ¢l Mustang tenia un alte valor.
1 Lee tacocea [con William Nowa, Facocca: An Autoblography (Taronto:
Bantam Books, 1984), pag. 74.