y Tiemponoseva
por la ComisiónInternadeTiempoArgentino
Ostrabajadores de Prensa y Gráfi-
L cos de Tiempo Argentino mani-
festamos nue~tro más profundo
repudio ante la nota aparecida en el últi-
mo número de "El Porteño", páginas
68 a 73, titulada "Tiempo Argentino,
lo que el diario se llevó", firmada por
Jorge Lanata.
A lo largo de cinco t"arragosas págI-
nas, Lanata se dedica a relatar en forma
confusa, inexacta 'y evidentemente ma-
lintencionada el conflicto vivido y pro-
tagonizado por nosotros, los trabajado-
res de Tiempo Argentino, desde que el
pasado 27 de septiembre la patronal
irresponsable, encabezada por un
miembro de la Junta Coordinadora Na-
cional, Luis María Cetrá, y los herma-
nos Tomás y Carlos Leonhardt, anun-
ció el cierre de nuestra fuente de traba-
jo. . Claro está que los informantes de La-
"Fueron días que transcurrieron
entre la bruma de la confusión, la derro-
ta y la utopía" , escribió Lanata.
Los trabajadores de Tiempo Argenti-
no entendemos que si algo no existió, ni
existe en-este conflicto, es confusión,
derrota y utopía.
No hubo confusión desde que en el
primer momento nuestras Comisiones
Internas plantearon terminantemente
que la lucha se iniciaba bajo una única y
precisa consigna: la defensa de nuestra
fuente de trabajo y su reactivación.
Quienes entendimos esto seguimos hoy
en esa lucha y permanecemos con-
curriendo diariamente a la empresa des-
de donde desarrollamos todo nuestro
accionar en pos de ese objetivo.
El hecho de haber editado durante
tres días el diario bajo nuestra absoluta
responsabilidad y con la Guardia de In-
fantería cercándonos, pese a lo cual
también logramos su distribución y ven-
ta normal, no significa para nosotros ni
una "derrota" ni una "utopía". Signi-
fica la decisión y el coraje de 2S0 traba-
jadores empeñados en defender su fuen-
te laboral. Tampoco podemos conside-
ramos "derrotados", cuando a más de
un mes de iniciado el conflicto, la
empresa el pasado 30 de octubre ha fir-
mado un acta a través de la cual se anu-
lan los S20despidos y se abre un nuevo
período de negociación de 21 días con
nuestra concurr~ncia diaria a la planta.
Lanata -ciego y sordo a esta reali-
dad- prefirió denostamos, calificar de
"traidores yentregadores" a compañe~
ros de nuestras Comisiones Internas y
ensuciar nuestra lucha procurando em-
72 El Portef/o, Diciembre198~
pujarla a la derrota.
nata -los que él eligió- no son ni
nuestras Comisiones Internas ni ningu-
no de los trabajadores que hoy perma-
necemos en Tiempo, que somos los úni-
cos indicados para informar sobre esta
lucha desde el punto de vista gremial.
Por lo tanto, si Lanata no consultó nin-
guna fuente gremial es dificil decir qué
clase de gente consultó para elaborar su
nota. .' . Roberto Scherbovsky, Jorge Tolosa y
La cobertura que el peri6dico
"Madres de Plaza de Mayo" dedica a.
nuestra lucha en su número de no-
viembreilustra, como contrapartida,
otro estilo periodístico: el comprometi-
do con la verdad de los hechos y el que
sabe dónde obtener la información.
Para nosotros queda claro que el artí-
culo de Lanata se ubica en la prespectiva
de quienes no pueden aceptar lo sucedi-
do en Tiempo y la protagonizado por
nosotros, ya que aceptarlo significa ir a
contramano de una política oficial de
constante castigo a los trabajadores y
orientada hacia la monopolización y el
manejo total de los medios de comuni-
caciónsocial. -
Lanata, que ., casualmente" nos negó
el derecho de expresar nuestro punto de
vista en el programa que comparte con
Eudardo Aliverti en Radio Belgrano,
ataca violentamente en su nota a
nuestro compañero Roberto Gasparini,
miembro de la Comisión Interna de
Prensa, a quien titdó de "peronista de
derecha", "negociador paralelo" con
la empresa a espaldas de los trabajado-
res y "entregador" del conflicto de "La
Epoca", entre otras apreciaciones
igualmente mentirosas.
Los trabajadores de Tiempo Argenti-
no avalamos 'y ratificamos todo lo ac-
tuado por nuestros delegados, ya que
cada uno de los pasos por ellos dado fue
aprobado por nosotros en asamblea. Le'
informamos además a Lanata, que
nuestras Comisiones Internas están in-
tegradas por los compañeros Eduardo
de la Fuente, Roberto Gasparini, Noemí
Ciollaro, Roberto Martinez, Fabián
Galdi y Rodolfo Colángelo, en prensa; y
Pedro Solís, en gráficos. Cuando Lana-
ta atacó a Gasparini, habló de entrega y
derrota, atacó por igual a todos los com-
pañeros mencionados y a todos los tra-
bajadores del diario. Por eso manifesta-
mos nuestro repudio y por eso exigimos
a "El Porteño" una inmediata rectifica-
ción y la publicación de esta nota.
Por último, le decimos a Lanata que
la frase con que concluyó su nota, dan-
do por cerrado el conflicto el 2 de oc-
tubre: "Al salir (del diario), alguien re-
cuerda los 300 despidos posteriores a la
toma de Ford", fue una mala jugada,
apostó a nuestra derrota y perdió. El
heCho es que hoy, 6 de noviembre e in-
dependientemente de la evolución pos-
terior del conflicto, los S20trabajadores
de Tiempo Argentino hemos obtenido
la anulación de nuestros despidos y con-
tinuamos luchando por la reactivación
de nuestra fuente de trabajo.
Por eso, Lanata, te apresuraste a dar-
nos la extremaunción; a pesar de los
mercenarios, los alcahuetes y los traido-
res que desean lo contrario, seguimos en
pie.
(Siguen firmas del personal de Tiempo)
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Prohibidopensar(y publicarlo)
ace poco más de un año, en el
H marco de la Semana de la Cultu-
ra en Buenos Aires, acompañé
junto a otros periodistas a Eduardo Ga-
leano en una mesa redonda en el Sindi-
cato Gráfico. Allí cometí el error de
pensar libremente: aseguré al público
presente que quizá conviniera pensar
que nuestra democracia de transíción no
había sido "ganada" porla "lucha" del
pueblo argentino (a excepción de algu-
no~ejemplos puntuales, claro), sino que
era consecuencia directa del repliegue
militar post-Malvinas. La batahola fue
interminable: la mitad de la gente
aplaudía en tanto la otra mitad denosta-
ba. Hubo que cambiar de tema.
El mes pasado, en estas páginas, co-
metí otro error: opiné sobre el conflicto,
de Tiempo Argentino como periodista.
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No como afiliado a la Unión de Traba-
jadores de Prensa, ni como miembro de
algún partido o de alguna línea interna.
En una nota titulada: "Tiempo Argen-
tino, lo que el diario se llevó" , -quizá
algún lector la recuerde- relaté la histo-
ria de este matutino y el conflicto labo-
ral por el que atraviesa. La reacción de
la Comisión Interna del diario no se hizo
esperar, y pu~e apreciársela en la pági-
na contigua. Sobre ella quisiera pun-
tualizar lo siguiente:
Quedará a discusión de cada lector si
-como aflrma la Comisión Interna-
mi nota tenia una forma "confusa, ine-
xacta y evidentemente malintenciona-
da". Me permito, sin embargo, aclarar
una metáfora que la CI transcribe:
"Días que transcurrieron entre la con-
fusión, la derrota y la utopía". Aun
QlaJldo no haya nada más desolador
qüe aclarar una metáfora, la traducción
seria la si~_nte: "Fueron días (los del
Argentina:
por JorgeLanata
conflicto, que aun sigue), que trans-
currieron entre la confusión (propia de
un conflicto y de las negociaciones), la
derrota (parcial, ya que el diario hasta el
momento dejó de salir) y la utopía (to-
mada como talla autogestión del diario.
Agrego que opíno que hay utopías po-
sibles, por lo que el uso de esta palabra
no es peyorativo).
Desearia además aclarar que en nin-
gún párrafo de la nota se mencionan las
palabras "traidores y entregadores"
sobre la CI, de modo tal que me
asombra que en su respuesta se las cite
entre comillas, como si fuera extraído
textualmente del artículo.
La CI, a la vez, afirma que "ninguno
de los trabajadores que hoy permanece-
mos" fueron entrevistados por mi,
agregando Que "tampoco ninguna
fuente gremial". Esto es inexacto. Co-
mo periodistas, los colegas comprende-
rán que no podemos revelar nuestras
fuentes de información pero, entre
ellas, se contaron trabajadores de Tiem-
po Argentino, compañeros de la UTP-
BA y periodistas. La CI afirma asimis-
mo que quien esto escribe" apoya la po-
lítica oficial". Los lectores de JEt Por-
teño" o los oyentes de Anticipos 2
podrÁñ evaluar esta afirmación. En el
caso de los oyentes de nuestro progra-
ma, éstos podrán, a la vez, rebatir la
afirmación de censura sobre Gasapari-
ni, quien salió al aire en dos ocasiones.
Pero fuera de las aclaraciones pun-
tuales -que expreso, bueno es recor-
darlo, como periodista y no como in-
tegrante de esta Cooperativa ni de su
Consejo de 'Redacción- quisiera hacer
una reflexión más amplia. En la Argen-
tina, cada día más, pareciera que no se
,puede no estar con nadie, o tratar de
~nsar con cierta independencia. En mi
nota, en sintesis, critico algunos puntos
sobre cómo fue manejado el conflicto y
le atribuyo a Gasparini (en base al testi-
monio de tres fuentes distintas e
irreprochables) el hecho de haberse
entrevistado paralelamente con la
patronal. A Gasparini, no a toda la Co-
misión Interna. El resultado fue que la
CI se solidarizó con Gasparini, el perso-
nal del diario con la CI y todos repu-
diaron la nota. Evidentemente el Sr.
Gasparini es más hábil político que yo,
que ni siquiera intento serio. Supo con-
vertir su problema personal en una fic-
ción grupal o, al menos, de la tercera
parte de los trabajadores del diario. Pe-
ro el resultado fue a la vez otro: que pe-
riodistas vetaran a otro periodista su de-
recho a escribir en libertad.
Para completar l!i paradoja: ha ~c;lo
FJ Porteño (a instancias del Conse-
jo de Redacción que integro) uno de los
pocos medios que difundió y apoyó el
conflicto en Tiempo Argentino, y elúni-
co que ofreció distribuir el "Tiempo de
los Trabajadores" en sus ediciones, pa-
ra ampliar el circuito de lectores. A la
vez, Anticipos 2 ha sido uno de los po-
cos programas de radio que se manifes-
tó criticando duramente a la patronal
del diario. Ahora, inexplicablemente,
hemos pasado a ser" el enemigo" para al.
gunos de nuestros compañeros de Tiem-
po. Esto quizá refleje un síntoma típico
de nuestra izquierda: pelearse con el de
aliado. Y, a la vez, un síntoma típico de
nuestra sociedad: preferir el engaño. Si
un periodista, en este paisito, piensa que
un conflicto está en vías de perderse o se
manejó mal, no puede expresarlo: sus
mismos colegas lo censurarán. Nuestra
sociedad prefiere que se le diga: "Que
venga el Principito", o "Levantaremos
las persianas de las fábricas". En este
caso, mi nota debía decir: "Y Tiempo
no se va". Creo que no es necesario
aclarar que quiero que Tiempo no se va-
ya. Estamos, a la vez, tan atrás en las
reivindicaciones gremiales (teniendo
que luchar por el empleo o por un
aumento) que nos olvidamos reivindicar
nuestro derecho más elemental: pensar
libremente, opinar sin ataduras. La cen-
sura, esta vez, viene de algunos trabaja-
dores y del oportunismo político del Sr.
Gasparini. Es una lástima. No tiene, por
último, mucho sentido refutar aqui al-
gunos conceptos vertidos sobre mi per-
'sona. A lo sumo quisiera recomendar a
los firmantes de hi nota que -si aun no
lo hicieron- leyeran "Rinoceronte",
de lonesco, tal vez les sirva. O
El Porteño, Diciembre 1986, 73