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Pareciera ser que el pasado es algo inútil, que lo vivido debe de algún modo ser olvidado.

Pareciera ser que tan solo el presente es tomado en cuenta, cuando la realidad no puede estar más
lejos de la verdad. Como seres humanos pensantes, vivimos para experimentar y a su vez, esto lo
hacemos para vivir. Cada segundo que transcurre nos permite abrir el espacio suficiente para a
través de nuestros ojos, inundar con miles de imágenes nuestro cerebro. Y cada imagen tiene un
significado que aunque no tengamos el poder de saber, el qué, cuándo, cómo, o por qué, vendrán
en algún momento de nuestras vidas a hacernos más fácil la carga que llevamos. De acá
podríamos sacar que nada en si es un desperdicio, que todo se puede reciclar, y de hacerlo, esto
nos lleva a pensar en el hoy y con algo más de espíritu en el mañana. Somos seres inteligentes
que vivimos para el mañana, el hoy es simplemente el paso necesario para aprender a vivir en un
mejor mañana.
El resumen de lo vivido hasta el día de ayer, nos hace ver que somos seres privilegiados
en muchos aspectos, como ya alguien dijo, la electrónica, y tantas otras ciencias, nos han
facilitado la comunicación y con ello la información, ahora estamos más enterados que nunca,
ahora conocemos y estamos al tanto de los problemas en todo el orbe, ahora en segundos nos
comunicamos con quienes queremos, con las mismas fuentes en el lugar de los acontecimientos,
podemos en el instante participar de la historia de la humanidad y esto acelerara el entendimiento
en lo referente a lo que estamos por ver.
Este nuevo año viene colmado de promesas, viene esperanzador con deseos de cumplir
dentro de grandes posibilidades con los sueños de muchos de nosotros. Ahora depende de
nuestra actitud, de nuestra forma positiva o no de ver y enfrentar las cosas. Nunca en lo que va
de historia, las cosas se ven tan fáciles, nunca hemos estado tan cerca de combatir el
analfabetismo y tantas penurias como mismo de enfermedades malignas se trata. Nunca como
ahora el cómo, se nos presenta tan fácil. Cuando estamos siendo apoyados por miles de personas
en la Internet, cuando las fuentes permanecen abiertas las 24 horas del día, en todos los idiomas
y en todas las exigencias.
Si a decir vamos, es poco o nada lo que supuestamente nos hace falta, y creo que si de
haber alguna, que sea común denominador, debo decir, tan solo requerimos del deseo, las ganas,
la necesidad de superarnos. Y resumiendo en una sola palabra podría abreviar: la voluntad. Si, la
voluntad de ser, tener, querer, lograr, llegar, o hasta de dar.
Quizás esta última palabra sea la que movió en este primer día del fin de mi vida a mi voluntad,
si mi voluntad de acercarme primeramente a los que quiero, a los míos por consanguinidad, a los
míos, por cariño, a los míos por amistad, a los míos por vocación a los míos por amor. A todos y
cada uno de los seres que permanecen en mi mente, que en algún momento penetraron a través
de mis ojos y que forman parte de mi afectivo álbum fotográfico mental, que tantos buenos
recuerdos me brindan y que al traerlos a colación me ayudan a llevar de mejor modo las cosas
pesadas que se nos presentan. A todos ustedes elevo mis plegarias para que el buen Dios nos
permita cosechar las cosas buenas que hemos sembrado, nos permita disfrutar los frutos que
hemos venido protegiendo y regando, nos permita compartir, el afecto que sin querer
mantenemos interiorizado pero que de manera generosa está dispuesto a ser compartido hoy y
siempre.
Con mi amor, les deseo lo mejor de lo mejor,
Samuel Akinín

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