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TEMA 4:
ASPECTOS CLAVES
El apoyo incluye todo aquello que facilita el aprendizaje de los alumnos. Se refiere sobre todo
a aquellos recursos que son complementarios a los que proporciona el maestro de la clase
ordinaria.
La forma de apoyo más importante es la que se proporciona a través de los recursos que están
disponibles en cada escuela; niños que apoyan a niños, maestros que apoyan a maestros, padres
que colaboran en la educación de sus hijos e hijas y comunidades que apoyan a las escuelas.
El apoyo debe llevarse a cabo de forma integral. Los diferentes servicios e instituciones han
de trabajar juntos y no aisladamente. Esto puede significar que la creación de estructuras
administrativas para los servicios a nivel local sean las mismas que para la administración de
las escuelas
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FUNDAMENTACIÓN
La educación inclusiva significa ofrecer oportunidades para que todos los estudiantes tengan
éxito en las escuelas ordinarias que prestan servicio a sus comunidades. Existe una amplia
variedad de recursos – materiales de enseñanza, equipos especializados, personal adicional,
enfoques educativos, otros estudiantes – que pueden apoyar a los estudiantes en la tarea de
aprender en las escuelas y aulas ordinarias. Aunque todos esos recursos se pueden concebir
como apoyo, éste se refiere particularmente a aquellos recursos adicionales que van más allá
de aquello que el maestro de aula puede proveer por si mismo. El rango de efectividad de
los apoyos es, en este sentido, crucial para el desarrollo de escuelas en las que puedan aprender
una diversidad de estudiantes.
En algunos países habrá poca disponibilidad de recursos más allá de los existentes en
el aula ordinaria, y pocos recursos para establecer servicios especializados. La tarea en este
caso consistirá en utilizar cualquier recurso disponible para complementar el trabajo de los
maestros en las escuelas ordinarias. En otros países, puede que ya exista una amplia gama
de servicios bien dotados de carácter especializado. Sin embargo, en estos casos, también
habrá un trabajo por hacer: los servicios deberán reubicarse y reorientarse de manera que se
apoye a los estudiantes en su escuela y comunidad más que derivarlos a centros especiales.
También habrá que trabajar en la perspectiva de proporcionar apoyos integrales, asegurando
que las diferentes instancias y los servicios trabajen conjuntamente en lugar de forma aislada.
En todo caso, la clave estará en organizar los apoyos desde las bases, comenzando por donde
se encuentran los estudiantes; es decir, por la escuela.
Este tema trata las distintas maneras en que los diferentes países han enfrentado la
problemática de organizar los apoyos.
EJEMPLOS DE ESTRATEGIAS
En sistemas inclusivos, los equipos basados en la escuela son una estrategia importante
para brindar apoyo a los estudiantes, a las escuelas y sus comunidades. Dichos equipos evitan
tener que derivar estudiantes a otras instituciones a fin de que accedan a servicios especializados;
por el contrario, permiten apoyar a los estudiantes en sus propias escuelas y aulas. Por este
motivo, la primera tarea del equipo de la escuela del ejemplo anterior no fue evaluar y derivar,
sino encontrar formas de cambiar lo que está sucediendo en el aula, de modo que el o la
estudiante puedan mantenerse donde están.
De igual manera, los equipos pueden localizarse a nivel de área, o, incluso a nivel
nacional, dando servicio a un mayor número de escuelas y comunidades. Esto es más
apropiado en aquellos casos en que los equipos proveen servicios a estudiantes que presentan
dificultades poco comunes.
apoyo para mantener a los estudiantes en sus escuelas ordinarias. Estos profesionales pueden,
a su vez, formar a otro personal itinerante y pueden traspasar parte de sus competencias a
maestros regulares.
El modelo de servicios itinerantes tiene la ventaja de generar servicios
especializados accesibles directamente a todas las escuelas y comunidades. Sin embargo, es
necesario cuidar que dichos servios no abarquen tanto que no hagan una contribución
significativa, ya sea a los alumnos o a la escuela. También es importante que, donde dichos
servicios se enfoquen en la enseñanza, trabajen activamente para promover una participación
real de los estudiantes marginados en el aula ordinaria. Donde ya existan equipos itinerantes,
esto puede significar reorientar su trabajo.
Aquí el elemento esencial es que los servicios se han reorientado hacia la tarea de
promover enfoques inclusivos más que a “remover” a los estudiantes de la escuela ordinaria.
Esto significa que, junto con el estudiante, trabajan con los docentes de escuelas comunes,
la familia y también con la comunidad. Igualmente, significa que su perspectiva va más allá
de las categorías tradicionales de la educación especial para incluir a todos los estudiantes
que experimentan dificultades en las escuelas.
comunidad. Al trabajar de esta manera, estas escuelas pueden proveer parte o todos los
servicios que dan los equipos itinerantes o los centros de recursos.
Otra posibilidad es que las escuelas especiales operen con un sistema de matrícula
flexible. Esto significa que los estudiantes no tengan que asistir a tiempo completo durante
toda su vida escolar, sino que lo hagan a tiempo parcial o por períodos cortos de tiempo. Esto
puede ser un estímulo para que las escuelas especiales definan con claridad contribuciones
especializadas que sean realistas en el contexto de la escuela ordinaria. Esto requiere también
un alto grado de coordinación entre la escuela especial y la escuela ordinaria, lo cual desarrolla
las capacidades de ambas.
Con frecuencia, los centros llevan a cabo las siguientes tareas: realizan evaluaciones;
dan recomendaciones, consultoría y apoyo a docentes y padres; ofrecen desarrollo profesional
a los maestros y sensibilización, y formación a las familias; proporcionan materiales especiales
y equipamientos; derivan a centros más especializados a nivel regional o nacional; proveen
información acerca de una variedad de servicios disponibles y; realizan algo de enseñanza
directa.
El trabajo que realizan los centros de recursos con las escuelas y los maestros puede
transformarlos en un importante catalizador de cambio hacia enfoques
TEMA 4: La Organización de los Apoyos en Sistemas Inclusivos 81
inclusivos. Este es claramente el caso de los centros que están bien provistos y operan de
forma sofisticada. Sin embargo, esto también puede ocurrir cuando un centro opera en
pequeña escala:
Además, ellos:
• proveen recursos y una variedad de facilitadores a las escuelas y a los maestros;
proporcionan materiales específicos para las distintas asignaturas de currículo
junto con tecnología educacional especializada
• catalogan los recursos educativos acerca del medioambiente local, haciendo
guías e información de apoyo para hacerlas más útiles para los maestros
• apoyan las actividades de aprendizaje, así como el proceso de intercambio de
experiencias a fin de desarrollar las prácticas docentes y
• coordinan y organizan actividades de formación entre los maestros y personal
de la universidad.
Tal como se ilustra en estos ejemplos, los centros de recursos pueden ubicarse dentro
o cerca de las escuelas ordinarias y, pueden desarrollar una serie de servicios flexibles que
implican un trabajo cercano con los educadores de las escuelas comunes. En muchos casos,
la mejor estrategia no será crear centros nuevos, sino ampliar el rol de los ya existentes,
dándoles mayores responsabilidades y ofreciendo formación adicional a parte de su personal.
En la práctica, los centros de recursos pueden asumir muchas formas diferentes y cumplir
muchos roles distintos. Cualquiera sea su organización, su objetivo es que los maestros
accedan a apoyos adicionales en términos de materiales, asesoría, conocimiento especializado,
formación, de manera que puedan responder efectivamente a una variedad más amplia de
diversidad estudiantil.
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En Inglaterra y los Estados Unidos, así como en muchos otros países con
economías más ricas, hay preocupación acerca de los logros educacionales de
una amplia gama de grupos – niños y niñas de minorías étnicas, niños y niñas
bajo la tutela del estado, niños desencantados con la escuela, etc. – a los que
no les va bien en escuelas ordinarias. Una estrategia para enfrentar esta
problemática es el desarrollo de formas de educación complementaria que tienen
lugar durante los feriados escolares, antes y después de la escuela y los fines de
semana. La educación complementaria se financia con una mezcla de subvenciones
estatales, donaciones y auspicios empresariales. En algunas áreas también existen
escuelas complementarias dirigidas por grupos étnicos de la comunidad que
preservan la herencia religiosa o lingüística y que apoyan su educación ordinaria.
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Esto significa que el especialista que trabaja directamente con los estudiantes, las
familias y las escuelas debe ser capaz de imbuir su trabajo con una perspectiva interdisciplinaria.
Esto puede lograrse de dos maneras:
• Cada especialista puede perfeccionarse en una serie de disciplinas. Por ejemplo, los
maestros itinerantes pueden formarse para impartir algunas de las evaluaciones que
tradicionalmente se reconocen como territorio de los psicólogos, o adquirir competencias
básicas de trabajo social.
• Los especialistas pueden trabajar en equipos interdisciplinarios. Aunque no posean
un nivel muy sofisticado de competencias en una determinada disciplina, siempre
pueden solicitar consejo a un colega, o derivarle un caso para apoyo especializado.
Esto significa que hay argumentos sólidos para desarrollar servicios de apoyo con
estructuras multi-nivel y con profesionales generalistas que trabajen directamente con
las escuelas y las comunidades, apoyados por grados crecientes de especialización a
niveles de distrito, de área y nacionales.
IMPLICACIONES Y PREGUNTAS
En este tema se ha argumentado que es necesario desarrollar el apoyo desde la base, comenzando
con el apoyo que pueden ofrecer los niños y los maestros de las escuelas ordinarias, y
fortaleciendo dicho apoyo mediante sistemas y/o equipos internos de apoyo y, en algunas
ocasiones, con estructuras de apoyo externas que mantengan su foco en la permanencia de
los estudiantes en la escuela ordinaria y en su comunidad de origen. Los países se enfrentan
a diversos desafíos para establecer formas apropiadas de apoyo y, al asumir esta tarea, tanto
los administradores como los que toman las decisiones podrían encontrar útil considerar las
siguientes preguntas:
Ø ¿Qué formas de apoyo pueden encontrarse fuera de las escuelas y cómo se pueden
establecer? ¿Esto significaría iniciarlos desde un principio, extender el rol de las
estructuras de apoyo existentes, o reorientar el trabajo de servicios especializados
que actualmente existen?
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Ø ¿Dónde hay que ubicar la administración de los servicios? ¿En qué medida es
posible tener una administración local que responda a las necesidades locales?
Ø ¿Cuál debiera ser el balance entre los servicios provistos directamente a los
estudiantes y aquellos dirigidos a las escuelas y las familias? Donde hay servicios
a nivel local y/o nacional, ¿cómo deben trabajar con las escuelas y las familias?
y en particular, ¿cuáles deben ser las respectivas responsabilidades de las escuelas
ordinarias y las estructuras de apoyo externo que las rodea?