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Retención en la Fuente en el pago de Anticipos

Según la administración de impuestos [Conceptos 39090 de noviembre 18 de


1999 y 63104 del 30 de junio de 2000], los anticipos no están sujetos a
retención en la fuente por no corresponder a un pago efectivo, no obstante, si
el anticipo se abona directamente a la obligación, entonces sí se debe practicar
la retención del caso.

Esta interpretación resulta un poco complicada de entender y más aun de


llevar a la vida real, así que trataremos de sugerir un ejemplo para cada caso.

Dice la DIAN que si el anticipo no corresponde a un pago efectivo, esto es, no


se está disminuyendo o extinguiendo una obligación con un proveedor, no se
debe practicar retención.

Dice también la DIAN, que si el anticipo se está imputando directamente a una


obligación, es decir, si se está disminuyendo o extinguiendo una obligación con
un tercero, entonces sí se debe practicar la retención.

Para que se dé el primer caso, no debe existir ninguna obligación


efectiva, puesto que de existir, cualquier dinero que se pague, deberá afectar
dicha obligación y en ese caso se debe practicar retención en la fuente. Por
consiguiente, si se trata de una compra de mercancías, por ejemplo, si al hacer
la compra el proveedor nos expide una factura, estamos ante una obligación
efectiva puesto que la factura, siempre que cumpla con los requisitos que
exige el código de comercio, constituye un título valor, y en esas
circunstancias estamos frente a una obligación efectiva.

Así las cosas, si el anticipo se hace junto con la expedición de la factura, se


debe practicar la retención pertinente, pues corresponde a una obligación
efectiva.

Para que no se practique retención en la fuente, el anticipo deber corresponder


por ejemplo a una orden de compra, para lo cual se le gira un anticipo al
proveedor y este posteriormente procederá a entregar y facturar lo comprado.

Un anticipo es diferente de un pago parcial, puesto que un anticipo tiene


como objetivo entregar recursos a un proveedor para que inicie la construcción
o fabricación de algo para luego entregar, y mientras ese algo no esté
terminado y entregado no se puede facturar.
Un pago parcial en cambio, no es otra cosa que pagarle parte de lo adeudado a
un proveedor cuando nos hace entrega de un bien.
No es un anticipo en el sentido estricto, cuando por ejemplo se compra un
computador y se paga como cuota inicial el 20%.

Es un anticipo si por ejemplo se le entrega un dinero a una persona para que


nos fabrique un computador a la medida. El computador no está fabricado,
sino que el proveedor iniciará su fabricación precisamente con el dinero del
anticipo que se le entrega. En este caso, al momento de entregar el anticipo, el
computador aun no existe y por tanto no se podrá facturar hasta tano no sea
terminado y entregado.

Queda claro entonces que cuando se trata de un anticipo, no se debe facturar,


y en ese caso no se practica retención en la fuente.

Otra forma de identificar si el pago corresponde o no a un anticipo, y por


consiguiente determinar si se debe o no practicar retención en la fuente, es
mediante la contabilidad.

La forma de contabilizar un anticipo es mediante un crédito a bancos y un


débito a una cuenta por cobrar. En el caso del anticipo para fabricar el
computador, no se pude contabilizar ese computador en la respectiva cuenta
de propiedad planta y equipo puesto no existe tal computador, tan solo existe
un compromiso para fabricarlo, y mientras tanto, lo único que existe es una
cuenta por cobrar a quien se le entregó ese dinero como anticipo.

La forma de contabilizar un pago parcial o una cuota inicial, es mediante un


crédito a la cuenta de bancos y un débito a la cuenta de inventarios o de
activos fijos, según corresponda, y el valor no pagado, es decir, el excedente
de la deuda, se lleva a una cuenta de proveedores o acreedores que son de
naturaleza crédito.

DOCUMENTO ELABORADO POR JUAN FERNANDO CASTAÑEDA SEPULVEDA

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