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La REVISTA COMUNISTA INTERNACIONAL es una iniciativa de varias revistas

teóricas y órganos periodísticos de Partidos Comunistas. Tiene su sede en Atenas. En el


Consejo Editorial de la revista participan representantes de las ediciones:
“Études Marxistes” (Partido del Trabajo de Bélgica)
“Revista Comunista” (Partido Comunista de Grecia)
“Szabadság” (Partido Comunista Obrero de Hungría)
“Sotsialist Latvii” (Partido Socialista de Letonia)
“Zeitung vum Letzebuerger Vollek” (Partido Comunista de Luxemburgo),
“El Comunista” (Partido de los Comunistas de México)
“Propuesta Comunista” (Partido Comunista de los Pueblos de España)
“Sovietski Soyús” (Partido Comunista Obrero de Rusia)
“Genelek” (Partido Comunista Turco)
“Debate Abierto” (Partido Comunista de Venezuela).

Edita y distribuye en España: Partido Comunista de los Pueblos de España


Depósito Legal: M-12283-1990
Redacción: C/ Carretas nº 14 - 6º, G-1
28012 Madrid
Telf. y Fax 91 532 91 87
e-mail: propuestacomunista@pcpe.es
www.pcpe.es
Índice

EDITORIAL ................................................................................. 5

CRISIS DEL SISTEMA


Jo Cottenier y Henri Houben
Partido del Trabajo de Bélgica ..................................................... 9

EL PARTIDO COMUNISTA
ANTE LA CRISIS CAPITALISTA
Comité Ejecutivo del PCPE . ....................................................... 27

LA CRISIS ECONÓMICA CAPITALISTA


INTERNACIONAL: LA POSICIÓN DE
GRECIA Y LOS ANÁLISIS DEL KKE
Eleni Belu
Miembro del Politburó del CC del KKE ................................... 37

LA CRISIS DEL CAPITALISMO Y


LA PERSPECTIVA REVOLUCIONARIA EN HUNGRÍA
Gyula Thürmer
Presidente del Partido Comunista Obrero Húngaro . .............. 55

EN LAS RUINAS DEL NACIONAL-LIBERALISMO


Victor Matjushenok
Miembro del Consejo Editorial del periódico
“Letonia Socialista” ....................................................................... 69

LOS ACUERDOS IMPERIALISTAS


ACENTÚAN LOS COSTOS DE LA
CRISIS EN LOS PAÍSES DEPENDIENTES
Marco Vinicio Dávila Juárez
Partido de los Comunistas (México) ........................................... 85

LAS PECULIARIDADES ACTUALES


DE LA CRISIS DEL CAPITALISMO Y
SUS RASGOS ESPECÍFICOS EN RUSIA
V.A. Tiúlkin y M.V. Popov
Partido Comunista Obrero de Rusia . ......................................... 97

TRASFORMACIÓN POLÍTICA DE TURQUÍA


Y CRISIS ECONÓMICA GLOBAL
Alper Birdal
Partido Comunista de Turquía ..................................................... 111
Editorial 5

Editorial

“Los comunistas no tienen por qué guardar encubiertas sus ideas


e intenciones. Abiertamente declaran que sus objetivos sólo pueden
alcanzarse derrocando por la violencia todo el orden social existente”.
Manifiesto del Partido Comunista
K. Marx y F. Engels

L a publicación del primer número de la REVISTA COMUNISTA INTERNA-


CIONAL expresa la necesidad de cooperación entre revistas teóricas y políti-
cas de Partidos Comunistas que tienen posiciones comunes en una serie de asuntos
teóricos e ideológicos fundamentales. Esta necesidad ha madurado por medio de la
evaluación del período de retroceso del movimiento comunista internacional después
del triunfo de la contrarrevolución en la URSS y los países orientales y centrales de
Europa, así como a través de los asuntos a los que se ha tenido que enfrentar el movi-
miento comunista por el desarrollo actual de la lucha de clases.
Los pasos dados hacia la cooperación y coordinación de los Partidos Comunistas
y Obreros en el período pasado fueron muy importantes y necesarios. Consideramos
estos logros esenciales, los apoyamos y seguiremos apoyándolos. Se ha logrado un
cierto nivel de discusión, intercambio de información y coordinación, de posiciones y
acciones comunes en varios asuntos.
Sin embargo, es fundamental conquistar la unidad político-ideológica del movi-
miento comunista sobre la base del marxismo-leninismo, la defensa de las conquistas
que trajo para la clase obrera a nivel internacional el primer esfuerzo histórico de cons-
truir el socialismo, así como la concepción única sobre el carácter del derrocamiento y
de sus causas. Todo ello constituye condición previa para la superación de la profunda
crisis del movimiento comunista y la revitalización del objetivo estratégico socialista.
Por ello, afirmamos que, en paralelo a la continuación de esta cooperación y coor-
dinación de los Partidos Comunistas y Obreros, como el encuentro internacional
anual, es necesario reforzar la cooperación a nivel teórico entre las revistas teó-
6 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

ricas marxista-leninistas. No nos olvidamos de que la principal condición para la


formación de un partido revolucionario es el dominio de la teoría revolucionaria, lo
que fue el foco de atención de la III Internacional Comunista (leninista), que este
año celebra su 90º aniversario. Desde la primera publicación de su revista teórica,
titulada “Comunista Internacional”, Komintern expresó sus principios organizativos y
sus posiciones teóricas.
La REVISTA COMUNISTA INTERNACIONAL, siguiendo la tradición leni-
nista, es una publicación con un claro carácter político-ideológico. Es una publicación
con un punto de vista y no un simple recordatorio de tesis de Partidos Comunistas,
lo que ya se cumple con otras publicaciones, tales como el Boletín Informativo de los
encuentros internacionales de Partidos Comunistas y Obreros, así como otras publi-
caciones partidarias. Nuestro objetivo es contribuir a la popularización y desarro-
llo de la teoría marxista-leninista con el análisis ideológico y posicionamiento
político ante los modernos desarrollos en el capitalismo y los problemas de la
lucha de clases. Consideramos que el reforzamiento de la orientación marxista-
leninista en el seno del movimiento comunista internacional es una condición
sine qua non para su necesaria reorganización.
Las revistas teóricas y políticas de los Partidos Comunistas que cooperan en la
publicación de la REVISTA COMUNISTA INTERNACIONAL nos hemos unido
en base a nuestra concepción común sobre asuntos importantes relativos al
movimiento comunista internacional, la defensa de los principios del marxismo-
leninismo, del internacionalismo proletario, de la necesidad de la revolución
socialista, de la dictadura del proletariado y de la construcción de la sociedad
socialista.
Unimos nuestras fuerzas:
a) para contribuir a la reorganización teórica e ideológica del movimiento
comunista internacional sobre una base marxista-leninista sólida, no obstante las
diferentes aproximaciones en temas de estrategia;
b) para subrayar expresamente el papel de vanguardia de la clase obrera en el
proceso revolucionario, en las condiciones en que una serie de fuerzas disputan los
criterios marxista-leninistas de pertenencia a la clase obrera y su papel dirigente en
la lucha por el progreso social, por la transición revolucionaria del capitalismo al
socialismo;
c) para defender los principios leninistas sobre el partido, en condiciones de creci-
miento de la presión sobre los Partidos Comunistas para su cooptación por el sistema
capitalista;
Editorial 7

d) para mostrar la necesidad de luchar contra las uniones imperialistas, tales


como el FMI, la OTAN, la UE, etc;
e) para defender la experiencia histórica del movimiento comunista internacional,
con seguridad, sin rechazar la necesaria crítica y las conclusiones científicas que ayu-
darán al actual movimiento comunista internacional a dar pasos adelante. Considera-
mos que es necesario seguir la vía de las tradiciones revolucionarias de la Comuna
de París, la Revolución Socialista de Octubre, la Internacional Comunista y la
experiencia socialista de la URSS y de otros países.
La reorganización teórica e ideológica del movimiento comunista internacional
no puede llevarse a cabo sin una firme confrontación de las corrientes que actúan en
el seno del movimiento obrero, tales como la socialdemocracia, todo tipo de oportu-
nismo dentro del movimiento comunista, revisionismo, reformismo, nacionalismo,
cosmopolitismo y liberalismo.
Por ello, exponemos abiertamente, al conjunto del movimiento comunista inter-
nacional, nuestras posiciones, nuestra concepción y nuestra crítica al existente retro-
ceso y distorsión del marxismo, y contribuimos al inicio de una discusión importante
en sus filas para su orientación teórica e ideológica. Nos dirigimos a todas las revistas
teóricas de los PPCC que apoyan los principios arriba expresados y quieran contribuir
a este esfuerzo.
Hemos estimado necesario dedicar el primer número de la REVISTA COMU-
NISTA INTERNACIONAL a la actual crisis económica capitalista internacional,
que señala los límites históricos del sistema capitalista y acumula material explosivo
que puede contribuir a los procesos revolucionarios en los años venideros.
La crisis actual confirma el significado de la obra teórica de Karl Marx “El Capi-
tal”. Pone de relieve como asunto fundamental del trabajo teórico su asimilación
creativa, es decir, el entendimiento profundo de las leyes de la economía capitalista
para que podamos analizar los fenómenos que no se habían desarrollado plenamente
en la época de Marx, tal como las nuevas formas de circulación del capital-dinero, los
nuevos medios técnicos que aceleran la difusión de la información y los intercambios.
La concepción marxista-leninista en el análisis de estos fenómenos es determinante
para las conclusiones de la lucha política de la clase obrera en cada país y a nivel inter-
nacional, para el fortalecimiento del frente ideológico-político ante las propuestas
reformistas y oportunistas de racionalización del capitalismo.
Esperamos que los artículos que se publican en la revista contribuyan en esta direc-
ción.
Noviembre de 2009
Partido del Trabajo de Bélgica 9

Crisis del sistema

Jo Cottenier y Henri Houben


Partido del Trabajo de Bélgica

S egún el Fondo Monetario Internacional (FMI), el crack actual sólo es compa-


rable al de 1929. En aquella ocasión, tras el crack vinieron varios años de gran
depresión: cierre de muchas empresas, tasas increíblemente altas de paro, recortes
en los salarios, incremento de la pobreza. Fue el aviso previo a la Segunda Guerra
Mundial.
¿Va a tener esta crisis las mismas consecuencias dramáticas o se podrá contener?
De repente, los Estados han reaparecido. ¿Será eso suficiente para absorber el choque?
Hoy en día, incluso los más acérrimos liberales están exigiendo más regulación para
los mercados financieros. Pero, ¿se puede prevenir la crisis simplemente vigilando
más las idas y venidas de la industria bancaria? ¿O hay algo más que eso?
Para tratar de responder a estas preguntas tenemos que entender los orígenes de la
crisis actual. Para ello, tenemos que remontarnos atrás en el tiempo.
10 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

La economía global ya en situación desesperada en 1973


Estados Unidos salió de la Segunda Guerra Mundial como la potencia mundial
incontestable, lo que consiguieron convirtiendo el dólar en la divisa mundial. Sólo
los dólares se podían cambiar por oro, y el resto de divisas tenían una tasa de inter-
cambio fija con respecto al dólar. Estas regulaciones se establecieron en el acuerdo de
Bretton Woods (1944).
EEUU utilizó el hecho de tener la sartén por el mango para hacer frente al comu-
nismo. Su prodigalidad no conoció límites y las máquinas de imprimir dólares fun-
cionaban a toda velocidad. En Europa Occidental, el objetivo del caro Plan Marshall
era construir una sólida barrera contra la Unión Soviética y amordazar a la resistencia
local. EEUU lanzó un plan similar de ayuda en el sudeste de Asia (Korea y Taiwán).
La maquinaria militar creada para luchar contra los nazis se perfeccionó y se utilizó
para luchar contra el comunismo. EEUU lideró guerras contra la “amenaza comu-
nista” en Korea (1950-1953) y en Vietnam (1959-1975). También dieron apoyo a
sus aliados sionistas en Oriente Medio durante la Guerra de los Seis Días (1967) y la
Guerra del Yom Kippur (1973).
La economía de EEUU en la época de la Guerra Fría estimuló un rápido creci-
miento, pero, al mismo tiempo, era una fuente de inestabilidad. La productividad
industrial creció rápidamente durante los dorados años sesenta: trabajo y capital se
mantenían estables (en otras palabras, los salarios crecían tan rápido como la produc-
tividad). La distribución del ingreso nacional (en porcentaje de trabajo y capital) se
mantenía estable. Sin embargo, todo eso no se produjo sin fricciones.
El final de los 60 supuso el principio del fin para este largo período de creci-
miento relativamente importante y estable. Se frenó el rápido incremento de la pro-
ductividad y la capacidad productiva dejó de aprovecharse en toda su extensión. No
se utilizaban todas las inversiones y descendieron las tasas de beneficio. Finalmente,
los mercados se saturaron; estaba claro que se gestaba una crisis de sobreproducción.
Todo estalló cuando, en 1973, los países de la OPEP cuadruplicaron los precios del
petróleo (subieron de 2 a 9 dólares el barril). La segunda crisis del petróleo tuvo lugar
en 1979, cuando los precios subieron de los 13 a los 26 dólares; en 1982, un barril
costaba 32 dólares.
Hay dos análisis sobre la crisis que comenzó en 1973: ¿Fue el resultado de los
precios del petróleo –dicho de otra forma, fue un factor externo ocasionado por los
productores de petróleo? ¿O fue la crisis del petróleo simplemente su punto de par-
tida? Según este segundo punto de vista, el crecimiento global de la economía estaba
Partido del Trabajo de Bélgica 11

en una situación desesperada en 1973 por culpa de los procesos internos recurrentes
del capitalismo. Los mismos procesos que Karl Marx había descrito un siglo antes.
Karl Marx nos permitió entender los procesos recurrentes del capitalismo. Explicó
claramente por qué estos procesos conducen inevitablemente a las crisis de sobrepro-
ducción. Existe objetivamente una contradicción fundamental en la base del capi-
talismo: los medios de producción (fábricas, materias primas...) son de propiedad
privada, mientras la propia producción tiene lugar en base a un modo cada vez más
social. Esto es cien veces más cierto hoy que en la época de Marx. Los complejos apa-
ratos productivos, extendidos a menudo por todo el mundo, trabajan en beneficio
sólo de unos pocos accionistas. La única planificación existente tiene como objetivo
acabar con la competencia. Para lograr esto, uno tiene que obtener más beneficios
que la competencia y acumular más y más capital. Al elevar la tasa de inversión,
cada parte espera ganar esferas de mercado frente a sus rivales. Pero, para lograr
esto, los costes de producción deben ser reducidos y continuamente racionalizados
para producir más utilizando menos trabajo (recorte de salarios). Este proceso lleva
inevitablemente a la crisis de sobreproducción por la contradicción entre capacidad
productiva y un decreciente poder adquisitivo de la gente.
Marx lo resumía de la siguiente manera: “La razón última de todas las crisis reales
es siempre la pobreza y la limitación del consumo de las masas frente a la tendencia de
la producción capitalista a desarrollar las fuerzas productivas como si no tuvieran más
límite que la capacidad absoluta de consumo de la sociedad” (1).
Éste es el resultado del caos social, donde sólo funciona la ley del máximo bene-
ficio. La producción no está organizada de ninguna manera para satisfacer amplia-
mente las necesidades de la sociedad.

Una crisis de sobreproducción muy larga y a cámara lenta


Siempre que hay una recaída, los capitalistas plantean sus propias soluciones y
saben que pueden contar con el apoyo y la ayuda del Estado. Su solución habitual a
la crisis implica la destrucción de una parte de la capacidad productiva mediante el
cierre de empresas y el despido de trabajadores. Los precios y los salarios se ven recor-
tados. Las empresas más pequeñas, más débiles, desaparecen o son adquiridas por
otras más grandes. Esto permite que la oferta nuevamente se adapte a la demanda.
La tasa de beneficio vuelve a crecer, se vuelve a invertir dinero: comienza un nuevo
ciclo. Como lo describió Marx, se trata de un proceso de crecimiento seguido de
1)El Capital, Volumen III, Capítulo 30.
12 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

un estancamiento, una crisis y una recuperación que tienen lugar en un período de


cinco a siete años: el ciclo económico.
Sin embargo, esta vez hay algo más que una sencilla recesión cíclica “simple”.
Desde 1973, se han producido repuntes y caídas, pero los picos son cortos y las
caídas bruscas. Un período de crisis tan largo ya había tenido lugar anteriormente. La
primera crisis importante que afectó a las grandes potencias económicas se produjo
después de 1873. Acabó mediante la masiva exportación de capital y la lucha por una
esfera de influencia en las colonias, que, al final, desembocó en la Primera Guerra
Mundial. Fue la fase inicial de lo que Lenin llamó “imperialismo”: una etapa -la
última- del capitalismo caracterizada por la fusión del capital bancario e industrial y
la división del mundo entero en colonias.
La segunda crisis estructural se produjo tras el crack de 1929 y finalizó con el
estallido de la Segunda Guerra Mundial. Desde 1973 hemos vivido en la tercera
crisis estructural. Sin embargo, esta crisis está teniendo lugar bajo circunstancias
especiales.
Ya, en 1975, los esquemas de estabilización estaban siendo puestos en práctica
en Bélgica. Cuatro “industrias nacionales” -carbón, acero, textil y vidrio- se desman-
telaron con la cooperación del Estado, incluyendo la nacionalización temporal de
la industria siderúrgica. Una segunda oleada de planes se lanzó en 1981, cuando se
adoptaron medidas para recortar los salarios y los servicios sociales. El franco belga
sufrió una devaluación y no se llevaron a cabo tres subidas salariales tras incrementos
en los índices de precios. Los gobiernos desmantelaron la seguridad social y los bene-
ficios de desempleo sin importarles las huelgas nacionales y las manifestaciones que
firmemente se oponían a ello. Sólo en 1989 fuimos testigos de una pequeña subida
que, para 1991, ya había terminado.
La Comunidad Europea se ocupó del asunto a partir de 1985. Se adoptaron
muchas medidas: el mercado común, en 1990; el Tratado de Maastricht, en 1991 (y
divisa común); la liberalización del sector público durante los 90 y la Estrategia de
Lisboa en 2000. En Bélgica, la oposición a estas medidas se expresó principalmente
a través de una gran serie de huelgas contra el “plan global”, en 1993, y las huelgas
contra el denominado “pacto generacional”, de 2005.
El competidor estadounidense era el modelo de todas las medidas planteadas
por la Unión Europea. Esto no es una coincidencia. Desde el inicio de la crisis, en
1973, la superpotencia Estados Unidos no ha cesado nunca de dejar su pesado sello
en la economía global. Esto se hizo aún más claro en 1980, cuando la parte más
derechista y agresiva de la burguesía estadounidense ganó poder con la presidencia
Partido del Trabajo de Bélgica 13

de Reagan. Esta situación llevó a que se adoptaran medidas radicales que tuvieron
mucha influencia en el desarrollo de la crisis en todo el mundo. Debido a algunas de
esas medidas, la crisis se trasladó a otros países. Otras medidas ralentizaron la crisis
transitoriamente e impulsaron artificialmente la economía global. Esto explica por
qué esta crisis en concreto ha sido tan compleja. Las soluciones que EEUU ofreció
han contribuido al colapso financiero actual. Un resumen de estas soluciones nos
permitirá entender mejor cómo de seria es la crisis realmente y por qué la única salida
a esta crisis de sobreproducción retardada es la masiva destrucción de capital.

Seguir el ejemplo de EEUU sólo nos lleva al colapso


A finales de los años 60, Estados Unidos tuvo que hacer frente a dos rivales que
habían vuelto a la vida: Europa y Japón. Al mismo tiempo, Estados Unidos se encon-
traba enredado en la guerra contra la independencia de Vietnam y otros países en la
región del sudeste asiático. La carrera armamentística con la Unión Soviética también
era bastante cara. El grifo del dólar seguía fluyendo y grandes cantidades de dólares
acababan en bancos europeos (los denominados eurodólares). Al comenzar Bretton
Woods, en 1944, la Reserva Federal aún poseía el 60% del total de reservas mundia-
les de oro, pero, ahora que los bancos nacionales europeos estaban convirtiendo estas
enormes cantidades de dólares en oro –una especie de segunda quimera del oro-, esa
proporción cayó rápidamente al 15%. Así que Nixon tomó la decisión unilateral de
detener la convertibilidad directa de los dólares en oro. Dos años después, se abando-
naron los tipos de cambio fijos y el dólar comenzó a flotar. Perdió valor hasta 1979.
Entonces, el dúo Volcker-Reagan comenzó a seguir una senda distinta.
El abandono de Bretton Woods dio a EEUU más posibilidad de maniobra por-
que el dólar ya no podía ser devaluado mediante la reclamación de su valor en oro a
la reserva federal de oro. Más que nunca, el dólar se convirtió en una divisa global,
sólo que ahora el gobierno de EEUU podía también manipular el tipo de cambio a
voluntad. Hasta hoy, han aprovechado mucho esta posibilidad.
Durante treinta años, Estados Unidos revivió mercados financieros por todo el
mundo. Utilizaron un triple mecanismo como palanca: el dólar, el crédito y la espe-
culación, lo que llevó a un enorme incremento del tamaño de los mercados financie-
ros. En 1980, el valor de los instrumentos financieros se estimaba en el equivalente
al Producto Interior Bruto mundial (PIB). En 1993, ese valor era el doble de alto. Y,
a finales de 2005, era más de tres veces superior, es decir, un 316% del PIB mundial.
Entre 2000 y 2004, los títulos de deuda pública y privada representaban más de la
14 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

mitad de este incremento. Esto muestra el creciente papel de la deuda y las compras
apalancadas financiadas(2) como motor del proceso(3).
En 2004, el comercio diario de derivados(4) alcanzó los 57.000 millones de dóla-
res y el comercio de divisas los 1.900 millones de dólares. En conjunto, sumaban
76.000 millones de dólares al día. Eso es más que el valor de las exportaciones anua-
les(5).
¿Cómo apareció esta tendencia? Para mantener su posición preeminente, Estados
Unidos siguió caminos en los 80 que contribuyeron a inflar la burbuja financiera.
1. En 1979, Paul Volcker, presidente de la Reserva Federal, decidió, sin previo
aviso, elevar los tipos de interés. En pocos meses, subieron de un 11% a un 22%.
Tal porcentaje era increíblemente alto, especialmente con la depresión todavía muy
presente. El hecho de que el crédito aún fuera desmesuradamente caro siguió fre-
nando la economía. Una tasa de inflación del 10% suponía que los capitalistas per-
dían anualmente el 10% de su fortuna. La alta inflación es buena para quien está
endeudado porque está devolviendo el dinero que debe con dinero de bajo valor. Los
bancos, sin embargo, veían que los préstamos que habían concedido perdían el 10%
de su valor. Reagan y Volcker rápidamente tomaron una decisión(6).
Esta decisión también estuvo condicionada por el hecho de que la deuda previa a
la alta inflación podía atribuirse a los altos salarios y los “excesivos” beneficios socia-
les. En resumen, los poseedores de capital querían que la lucha contra la inflación
tuviera preferencia, y lo lograron. Como resultado, la inflación bajó al 2-3% a finales
de los 80. Fue el primer gran regalo de EEUU al mundo financiero.
Las consecuencias aparecieron rápidamente. La crisis empeoró y llegó a su cima.
Las principales víctimas fueron quienes estaban fuertemente endeudados y no podían
hacer otra cosa más que ver cómo los tipos de interés se incrementaban vertiginosa-
mente. Fue un desastre para los países latinoamericanos.
Los bancos occidentales habían concedido préstamos a países del Tercer Mundo,
que se alegraron al ver que se inyectaba capital que ayudase a construir sus indus-
trias. EEUU estaba en una particularmente buena situación económica: el 40% de

2)Una compra apalancada tiene lugar cuando un patrocinador financiero adquiere un porcentaje de control
en la propiedad de una empresa y cuando un porcentaje importante del precio de compra es financiado por
medio del apalancamiento (préstamo). Los activos de la compañía adquirida se utilizan como garantía del
capital prestado, en ocasiones con activos de la empresa adquirente. Los títulos u otros documentos emitidos
para las compras financiadas apalancadas no se suelen considerar inversión por los importantes riesgos que
conllevan.
3)McKinsey Global Institute, 2006.
Partido del Trabajo de Bélgica 15

todos los préstamos lo hacían sus bancos, y las empresas de EEUU recibían muchos
pedidos de equipamiento para la industrialización de los países del Tercer Mundo,
industrialización que, a menudo, estaba dando sus primeros pasos. Todo parecía pro-
metedor hasta que los tipos de interés se dispararon y los países que habían pedido
dinero prestado tuvieron que pagar en intereses más de lo que estaban ganando con
sus exportaciones. En 1982, Mexico estuvo al borde de la bancarrota. En 1983 fue
el turno de Argentina, y Brasil fue detrás, en 1984. Como es natural, la industria
bancaria también se encontró en serios problemas pero, al mismo tiempo, se trataba
de una nueva oportunidad para que Estados Unidos, vía el FMI, presionase para la
adopción de estrategias radicales de reestructuración que abrirían las economías del
Tercer Mundo a las multinacionales estadounidenses. En nombre del libre mercado,
todas las barreras nacionales fueron derribadas en beneficio de las compañías trans-
nacionales.
La decisión de Volcker de subir los tipos de interés hizo al dólar más atractivo. El
tipo de cambio del dólar dejó de caer y los altos tipos de interés ayudaron a atraer
inversores. El camino estaba así despejado para la entrada de los dos siguientes ele-
mentos: el crédito y la especulación.
2. Los poseedores de capital también exigían una reforma fiscal. Reagan les conce-
dió la Ley de Impuestos para la Recuparción de la Economía, de 1981. El tipo impo-
sitivo sobre los ingresos más elevados se redujo durante los años 80 y 90 del 70% al
28%, con Reagan y, en parte, con Clinton, en la presidencia. Como el ingreso de
los más ricos de EEUU (1% de los ciudadanos) se incrementó un 50% durante ese
período, el tipo impositivo medio sobre sus ingresos se redujo del 37% en 1979 al
29% en 1990. Esto supuso un incremento del 70% en la liquidez tras impuestos.
Para los más pobres de EEUU (el 20% de los ciudadanos), sin embargo, el ingreso
y la presión fiscal se mantuvieron igual. En 1980, ese mismo 1% de los más ricos
ciudadanos de EEUU poseían el 30% de todos los activos, un porcentaje que alcanzó

4)Los derivados son contratos financieros, o instrumentos financieros, cuyo valor se deriva del valor de
otra cosa (conocido como subyacente). El subyacente sobre el que se basa un derivado puede ser un activo
(p.ej., mercancías, participaciones (acciones), hipotecas residenciales, inmuebles comerciales, préstamos,
bonos), un índice (p.ej., tipos de interés, tipos de cambio, índices de bolsa, índices de precios al conusmo
(IPC) – ver derivados de inflación), y otros elementos (p.ej., condiciones meteorológicas u otros derivados).
Los derivados del crédito se basan en préstamos, títulos u otras formas de crédito. Los tipos principales de
derivados son los forward, los futuros, las opciones y swaps.
5)Chandrasekhar, 12 de julio de 2007.
6)La política de Reagan se inspiró en los monetaristas como Milton Friedman, para los cuales la ortodoxia
monetaria es el bien más preciado.
16 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

rápidamente el 38% en los 80(7). En 1998, el 5% de los más ricos de EEUU poseía
el 59% de la riqueza, es decir, más que lo que poseía el 95% restante.
El consumo de los bien posicionados económicamente experimentó un doble
incentivo. Primero, porque tenían mayores ingresos; segundo, porque el incremento
de sus activos les proporcionaba cobertura si querían obtener préstamos. La parte del
consumo privado en el PIB(8) se incrementó del 62%, en 1980, al 68%, en 2000.
Esto se reflejaba en los ahorros de las familias de EEUU. El 50% de las familias
norteamericanas con ingresos bajos casi no lograba ahorrar dinero, pero, indepen-
dientemente de esto, los ahorros anuales hechos por todas las familias cayeron del
8% del PIB, en 1980, al 5%, en 1990, y al 1,5% en 2000. Se incrementó y se
alentó la deuda privada. En 1980, las deudas de las familias norteamericanas suponía
aproximadamente el 50% del PIB y alcanzaron el 65% en 1990, el 75% en 2000 y
el 100% en 2007. El segundo elemento había entrado en escena.
Este gigantesco crecimiento del crédito no tuvo lugar sin producir consecuencias
para la economía global. El consumo de EEUU, que alcanza una media del 30% del
consumo privado global, promovió la demanda global. De hecho, desde los años 60,
las compañías multinacionales estadounidenses habían estado produciendo cada vez
más en el extranjero: en Europa y en países donde el trabajo era barato. El consumo
se incrementaba, lo que suponía que las importaciones crecían. Estados Unidos tuvo
que enfrentarse, rápidamente, a un creciente déficit comercial.
El creciente tipo de cambio del dólar (debido a los altos tipos de interés) tuvo
un doble efecto. Por un lado, un dólar fuerte permitía a la gente comprar bienes de
importación de mejor valor; por otro lado, también se atraía a inversores extranjeros.
Así que los dólares que abandonaban el país cuando se pagaban las importaciones, se
reinvertían como capital en los bonos del gobierno de EEUU y los bancos de EEUU.
El dólar garantizaba que el sobreconsumo de la riqueza se perpetuase. En otras pala-
bras, la economía de EEUU estaba siendo sostenida por el resto del planeta.
3. Al mismo tiempo, tuvo lugar una evolución crucial en la vida empresarial.
Las empresas trabajaban cada vez más para la bolsa. Fue Jack Welch quien marcó la
pauta. En 1981, Jack Welch era el Director de General Electric, con una plantilla de
400.000 trabajadores. Su ambición era convertir a General Electric en la empresa más

7)Luego, se mantuvo estable durante los años 90. Ésta es una estimación hecha por Henri Houben sobre
la base del trabajo de Edward Wolff La creciente desigualdad en la riqueza de América. En Bélgica, se estima
que el 1% tiene el 25% de todas las fortunas privadas.
8)El PIB (producto interior bruto) es el valor total de todos los bienes y servicios finales producidos por
una economía concreta en un año.
Partido del Trabajo de Bélgica 17

competitiva del mundo, y tenía sus propios métodos para alcanzar tal meta. ¿Cuál
era el primer paso? Despedir al 10% de los trabajadores menos eficientes cada año.
¿Cuál era el segundo paso? Al estar la empresa en lo alto de la actividad industrial,
introducirla en el mundo financiero. Esto es lo que Welch hizo con General Electric.
Los ingresos del grupo se elevaron de 1.500 millones de dólares, en 1980, a 4.000
millones, en 1990, y a 7.300 millones en 2000. Los accionistas estaban exultantes.
El método de Welch tuvo tanto éxito que pronto se convirtió en la norma en
EEUU e, incluso, en todo el mundo empresarial occidental. Las ganancias se fijaban
de antemano, generalmente alrededor del 15%, lo que era un índice mucho más alto
que la tasa media de beneficio. Y el margen de beneficio ya se calculaba de antemano
en los costes de producción. La deducción de beneficio se hacía antes, no después.
Esto hizo que las compañías ahorrasen constantemente allí donde fuera posible y
asumieran muchos riesgos financieros. Se precipitaron en el mundo financiero, tra-
bajando principalmente con dinero prestado y contando con la palanca financiera(9).
Los dividendos se convirtieron en el criterio último; la valoración bursátil de una
empresa se convirtió en el único modo de medir su valor. Cuanto más alto fuera el
valor de mercado, más inversores se atraía. Así es como apareció el tercer elemento.
La industria de EEUU comenzó a centrarse principalmente en productos de alta
tecnología y en actividades centrales de rama, es decir, en los sectores más rentables.
La actividad secundaria se subcontrataba y, a menudo, se trasladaba a países donde
el trabajo era más barato. Así es como se desarrollaron las maquiladoras mexica-
nas: de 620, en 1980, (con 120.000 trabajadores), llegaron, en 2006, a ser 2.800,
empleando a 1,2 millones de personas. Una evolución similar tuvo lugar en países
como Malasia, Singapur y Taiwán.
Los mismos métodos se utilizaban en todo el mundo. Actualmente, muchos
monopolios utilizan la regla del 15% para satisfacer a sus accionistas, y muchos
monopolios europeos y japoneses ganan más con sus operaciones financieras que con
su producción industrial real.
4. La desregulación financiera y la proliferación desenfrenada aceleraron el colapso
financiero actual.
Estados Unidos adoptó varias medidas tras el crack de 1929 y después de que
varios bancos fueran a la bancarrota para intentar evitar que estos sucesos se repitie-
ran. La Ley Glass-Steagall, de 1933, introdujo la separación de tipos de bancos según

9)La palanca financiera toma la forma de un préstamo (deuda), cuyas ganancias se (re)invierten con la
intención de obtener una tasa de retorno más alta que el coste del interés.
18 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

su negocio (banca comercial y de inversión), y fundó la Corporación Federal de


Seguro de Depósitos para asegurar los depósitos bancarios. También aplicó lo que se
conoció como la Regulación Q, que tenía como objetivo prohibir una diferenciación
en los tipos de interés según el tamaño de la riqueza del cliente. Sin esta regulación,
los bancos podían atraer a clientes más ricos al ofrecerles mayores tipos de interés, lo
que podría poner a los bancos ordinarios en peligro.
Sin embargo, a principios de los años 60, estas restricciones legales se fueron
levantando gradualmente y, en 1980, habían desaparecido completamente. Un cre-
ciente mercado de derivados (títulos financieros cuyo valor se determina por otros
activos) vio la luz del día. Esto condujo a creaciones financieras sorprendentes. Los
bonos se creaban con cualquier cobertura, incluso deuda. Se instigó una verdadera
revolución en la financiación de la inversión y la compra. Las empresas ya no se
sostenían sobre préstamos bancarios, sino que financiaban operaciones emitiendo
títulos financieros. Alguna gente, incluso, se especializó en emitir estos títulos.
Cuando Clinton llegó a la presidencia, se revocó la diferenciación entre instituciones
financieras. Llegó la total desregulación. Otros países siguieron el ejemplo de EEUU.
Los instrumentos financieros proliferaron y se convirtieron, a su vez, en objetos
de especulación. Crecieron hasta tal punto que la tradicional relación entre banca e
industria acabó adoptando formas completamente diferentes. En su obra El imperia-
lismo, fase superior del capitalismo, Lenin muestra cómo la fusión de los monopolios
bancarios con los industriales crea lo que entonces se denominó capital financiero.
Explica que la propiedad y el interés se vinculan porque, con el crédito, los bancos se
convierten gradualmente en propietarios de la industria. Lenin concluye: “Concen-
tración de la producción; monopolios que se derivan de la misma; fusión o ensambladura
de los bancos con la industria: he aquí la historia de la aparición del capital financiero y
el contenido de dicho concepto”(10). El control del mundo financiero sobre la industria
y su interrelación no se redujo, sino que los grandes bancos mercantiles fundaron
instituciones financieras con estructuras mucho más flexibles que, preferiblemente,
recurriesen a nuevos instrumentos financieros que fuesen capaces de aparecer con
grandes sumas de dinero para las adquisiciones y trabajasen preferentemente en mer-
cados internacionales, mientras, en general, los bancos mantenían fuertes vínculos
con los mercados nacionales.
El porcentaje del mercado habitual que los bancos y los corredores de seguros
tenían de los activos financieros de EEUU se dividió por la mitad entre 1980 y 2007,
reduciéndose del 70 al 35%. La parte de los fondos de capital privado, fondos de

10)Lenin, El imperialismo, fase superior del capitalismo


Partido del Trabajo de Bélgica 19

pensiones, fondos de inversión, etc., se incrementó en las mismas proporciones. Los


fondos de inversión han ido experimentando un animado crecimiento desde 1990;
realizan inversiones muy agresivas y alcanzan el 40% de las transacciones bursáti-
les. En 2007, 11.000 fondos de inversión gestionaban 2,2 billones de dólares. Para
muchos, los fondos de inversión son el próximo agujero negro y creen que puede
llevar a un nuevo cataclismo financiero.
Hoy en día, unos pocos fondos privados gigantes (como KKR, Blackstone, Carlyle
y Cerberus) controlan el mercado financiero internacional, lo que quiere decir que
también controlan muchas acciones de empresas. Los bancos tienen un nuevo papel:
conceden préstamos a estos fondos especializados.
Por tanto, la definición de Lenin del capital financiero sigue siendo muy actual.
Lenin también se refirió a la creciente separación entre el control de la producción y
la capa de parásitos conocida como “cortadores de cupones”. Su libro fue escrito en
1916, hace casi un siglo, pero podría haberse escrito hoy: “Es característico del capita-
lismo, en general, que la propiedad del capital esté separada de la aplicación del capital
a la producción, y que el rentista que vive completamente del ingreso obtenido del capital
dinero esté separado del empresario y de todos aquellos que están directamente preocupa-
dos por la gestión del capital. El imperialismo, o el dominio del capital financiero, es el
más alto estadio del capitalismo, en el que esta separación alcanza vastas proporciones.
La supremacía del capital financiero sobre todas las demás formas de capital significa el
predominio del rentista y la oligarquía financiera; significa que un pequeño número de
estados financieramente “poderosos” sobresalgan por encima del resto (11).”

La Unión Europea quiere catch up con Estados Unidos


En la Estrategia de Lisboa (2000), la UE fijó el objetivo de alcanzar a la economía
de EEUU en 2010, pero esta ambición ha ido incluso más allá. Dado que la crisis ha
estado golpeando desde 1973, la burguesía europea fue incitada a buscar una nueva
vida en la unificación de Europa, particularmente debido a la agresiva respuesta de
EEUU a esta crisis.
Durante los primeros años de la crisis, la intervención de las autoridades europeas
se limitaba a reestructurar la industria siderúrgica y otras industrias amenazadas. Pero
la Unión Europea quería alcanzar a Estados Unidos. En 1983, los administradores
de 17 importantes monopolios europeos crearon una mesa de industriales europeos.
Esta mesa europea esbozaría el programa del Acta Única Europea (1985) y terminó
el proyecto de 1990 para un mercado único europeo. El proyecto fue lanzado por un
11)Lenin, op. cit.
20 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

entusiasta Jacques Delors y su Comisión Europea. Las cosas se aceleraron en 1991


con el Tratado de Maastricht, que estableció una única divisa europea y una política
exterior común europea. La Estrategia de Lisboa afirmaba claramente el gran obje-
tivo de “hacer de la UE la economía más dinámica y competitiva del mundo basada
en el conocimiento”.
En muchos ámbitos se adoptó el enfoque de EEUU: reformas fiscales, ampliación
de la carga de trabajo, privatización de la seguridad social, mercado totalmente libre,
expansión de la bolsa, etc. Las ventajas competitivas de una débil protección social
metieron a los países europeos en la vía del desmantelamiento de las conquistas
históricas, como la seguridad social. La brecha entre los ricos y los pobres se amplió
rápidamente también en Europa. Desde principios de los años 90, la UE dirigió la
liberalización de las telecomunicaciones, los ferrocarriles y los servicios postales. Los
servicios públicos, que, en Europa, son mucho más importantes en la vida diaria que
en EEUU, se desmantelaron y transfirieron al capital privado. La reforma de Bolonia
supuso que la educación europea copiara el modelo de EEUU, que tiende mucho
más a satisfacer las necesidades e intereses de las empresas. El colapso de los países
socialistas, en 1989, dio aún más fuerza a la ofensiva liberal. El miedo al comunismo
había desaparecido, el capitalismo triunfaba.
Sin embargo, los capitalistas europeos se enfrentaban a una mayor oposición a
los planes de desmantelamiento. Incluso, a pesar de que los sindicatos no estaban
organizados a nivel europeo aún, los planes se iban frenando en cada país como
resultado de la movilización a nivel nacional.

La economía burbuja no puede barrer la crisis


En resumen, el hecho de que el consumo de EEUU haya sido enormemente esti-
mulado desde 1973 no ha resuelto la crisis. Al contrario, ha ayudado a prolongarla.
Tras 1973, el crecimiento nunca alcanzaría el nivel que alcanzó en los años 60. Como
la espada de Damocles, la crisis de sobreproducción nunca cesará de amenazar la
economía global.
Cuando tiene lugar la sobreproducción, posteriormente se produce una plusvalía
de capital (un exceso que no puede utilizarse para incrementar la producción porque
choca con los límites del mercado). Este exceso de capital busca altos rendimientos, y
ahí es donde el sector financiero echa una mano. Las condiciones para permitir esto
se crearon con la desregulación financiera y el incremento del número de nuevos ins-
trumentos financieros. Todo el asunto se intensificó aún más por el excesivo estímulo
al crédito, ya que la concesión de créditos es una forma de crear dinero de la nada.
Partido del Trabajo de Bélgica 21

Un gran paso hacia la proliferación financiera se da cuando la deuda se utiliza


como cobertura para la emisión de títulos o derivados financieros –lo que se deno-
mina titulización. Así, toda deuda puede ser convertida en un título, lo que significa
que puede seguir siendo comprada y vendida y, como consecuencia, se convierte en
objeto de especulación. De ahí en adelante, cualquier polo de crecimiento económico
puede convertirse en la piedra angular de burbujas financieras. El dinero es prestado a
los polos en expansión de la economía y esta deuda se negocia bajo la forma de títulos
financieros. Los polos en crecimiento también hacen que la bolsa suba y, como resul-
tado, las instituciones financieras y los especuladores tienen carta blanca. Así es como
nacen las escandalosas burbujas financieras que atraen a inversores y especuladores.
Aparece el capital ficticio, que se basa únicamente en la esperanza de un crecimiento
sin fin. Más tarde o más temprano, estas burbujas acaban explotando inevitablemente.
Ése ya fue el caso de la deuda del Tercer Mundo a finales de los años 70, la cual,
como resultado, llevó al colapso de los países latinoamericanos en 1982-1984 que
mencionábamos antes. La historia se repitió en 1997 con una gigantesca burbuja
financiera en los mercados asiáticos. La devaluación de la divisa tailandesa causó el
crack. Los efectos colaterales incluso se notaron en Rusia y Brasil. Los fondos de
cobertura entonces se volvieron hacia las empresas de alta tecnología localizadas en
Silicon Valley. Esa burbuja también explotó con el crack del Nasdaq en 2000. Así es
como empieza la historia de la burbuja inmobiliaria.
Tras el crack del Nasdaq y el 11 de septiembre, la Reserva Federal rebajó su tipo
preferente(12) al 1% en un intento de impedir la amenaza de la recesión. Los bancos
hipotecarios se aprovecharon agresivamente de los tipos bajos para emitir préstamos
para la compra de viviendas. Ofrecían condiciones extremadamente favorables sin
exigir demasiadas garantías. El mercado real estaba en plena expansión y todo el
mundo pensaba que los precios seguirían subiendo, sin importar la solvencia(13) de
los prestatarios: sus casas podrían ser embargadas, así como su dinero. Se permitía a
los ciudadanos insolventes adquirir hipotecas en condiciones especiales. Esto es lo que
se acabó conociendo como hipotecas subprime. El mercado hipotecario se disparó
y las capas más pobres de la población aprovecharon la oportunidad. El número de
hipotecas subprime creció del 8% (en 2001) al 20% (en 2007) del total de préstamos
hipotecarios en EEUU.
La desregulación del mercado financiero hizo el resto. Los bancos hipotecarios
vendieron sus hipotecas subprime (junto con sus riesgos) a empresas especializa-

12)El tipo preferente es un tipo de referencia utilizado por los bancos. El término indicaba originalmente
el tipo de interés al que los bancos prestaban dinero a los clientes preferentes.
13)La solvencia es la capacidad de una entidad para pagar sus deudas.
22 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

das,(14) que emitían títulos en el mercado cubiertos por estas hipotecas. Como resul-
tado de ello, los bancos hipotecarios podían seguir prestando dinero. Entre 2001
y 2006, la máquina siguió funcionando y las hipotecas de EEUU sumaban 11,5
billones de dólares. Estos títulos fueron esparcidos por todo el mundo en bancos,
fondos de pensiones, bancos mercantiles, fondos especulativos y fondos de cober-
tura, quienes estaban particularmente aficionados a ellos.
Cuando la Reserva Federal subió progresivamente el tipo de interés hasta el
5,25%, muchos nuevos compradores se quedaron sin un céntimo. Una gran can-
tidad de ejecuciones hipotecarias tuvo lugar y el mercado inmobiliario cambió. El
número de insolventes se incrementaba trimestre a trimestre y, a finales de 2006,
empezaron los problemas en los bancos y fondos de cobertura.
La avalancha ya no se pudo detener y, en septiembre de 2008, la crisis bancaria
alcanzó su cénit.
Las consecuencias fueron devastadoras para los propietarios de las casas. Más de
dos millones de propietarios perdieron la casa que acababan de comprar y se queda-
ron en la calle.
Sin embargo, la crisis no se ha producido sólo en EEUU. En todo el mundo, más
de 1 billón de dólares en bonos basura ha sido debitado (cargado en el debe) y, uno
tras otro, los bancos están declarando pérdidas. La situación empeora cuando, como
precaución, los bancos inundan el mercado interbancario porque la desconfianza
general crece. Esta desconfianza llega al público y persiste la amenaza de serios pro-
blemas bancarios.

Todavía no ha terminado
¿Cómo es posible que el pinchazo de la burbuja inmobiliaria haya sido un golpe
mucho más fuerte que el ocasionado por la burbuja anterior y que todo el sistema
financiero se encuentre al borde del abismo? Ésta es la mayor burbuja financiera de la
historia y ha contaminado a todo el sistema con sus bonos basura. Todas las medidas
de protección y control gubernamental han sido desmontadas de tal manera que
nadie es capaz de comprobar el verdadero valor de los títulos basados en hipotecas o
cuál es su localización. Esto ha hecho inevitable una reacción en cadena.
La seriedad de nuestra actual situación puede observarse por el pánico que ha
llevado a prácticamente todos los Estados a proceder al rescate raudo de sus bancos y
por la amplitud de sus intervenciones. Para medir esta amplitud, es útil conocer que
los siete años de guerra en Irak y Afganistán han costado 750 mil millones de dólares.
14)Se denominan SPV’s (vehículos de propósito especial, en inglés)
Partido del Trabajo de Bélgica 23

Esta cantidad es sólo un poco mayor que el plan de Paulson de 700 mil millones de
dólares destinado a que el gobierno de EEUU adquiriese la deuda impagada de los
bancos. Pero eso no es todo. Se gastaron otro par de cientos de miles de millones para
rescatar bancos, como el Bear Stearns, y para nacionalizar instituciones financieras,
como Fannie Mae, Freddy Mac y AIG. Sumando las diferentes intervenciones, el
total se acerca a los 1,8 billones de dólares. Hay que señalar el dato de que el PIB
de todo el continente africano fue, en 2007, de 2,15 billones de dólares. Es obvio
que un agujero tan grande tendrá consecuencias nefastas en la deuda pública, en
el presupuesto y, finalmente, en el ingreso neto del ciudadano norteamericano. Se
estima que éste tendrá que desembolsar al menos 2.000 dólares.
¿Será capaz el Presidente de la Reserva Federal, Ben Shalom Bernanke, de encon-
trar un nuevo sector que infle una nueva burbuja y traiga algo de alivio? Es completa-
mente improbable. El consumo de EEUU se ha colapsado y muchos inversores han
perdido grandes cantidades de dinero en la Bolsa. Los instrumentos financieros y los
bienes inmobiliarios han perdido mucho valor y no se pueden utilizar para cubrir
nuevos créditos. Créditos que, por razones entendibles, la industria bancaria es reacia
a conceder. El recorte de los tipos de interés para impulsar la economía tampoco es
una opción, puesto que, estando al 3%, ya se encuentran en su mínimo.
Está claro que la única salida de esta crisis de sobreproducción constantemente
retrasada es la aniquilación de la capacidad productiva. Esto significa que lo peor está
por venir. La crisis promete ser larga y profunda. Los países del Tercer Mundo serán
los primeros en ver cómo sus exportaciones disminuyen, proporcionarán menos
materias primas y, pronto, se encontrarán nuevamente bajo el dominio férreo del
FMI y sus planes de reestructuración.

¿Asistimos al final de la hegemonía de EEUU?


Durante muchos años, EEUU ha logrado hacer navegar su barco económico
trasladando los efectos de la crisis a otros países. La forma en que EEUU impulsa
artificialmente la economía también afecta al resto del mundo. EEUU ha sido capaz
de tomarse estas libertades dada su posición como potencia económica mundial.
Pero parece que, en este sentido, las cosas están cambiando. El casi colapso de los
grandes bancos de EEUU y la desarticulación del sistema financiero global continua-
rán inevitablemente drenando la economía de EEUU, así como su autoridad.
Las dificultades financieras de Estados Unidos van de la mano de la guerra contra
el terrorismo, que lucha por mantenerse a flote e, incluso, llega a un callejón sin
salida tanto en Afganistán como en Irak. La autoridad política de Estados Unidos en
las instituciones internacionales y en el frente diplomático está siendo cada vez más
24 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

disputada. El orden global está dando un giro y se está formando un mundo más
multipolar.
EEUU todavía es la mayor economía mundial. No obstante, en las últimas déca-
das la economía ha sido inflada artificialmente para que siguiera siendo el motor de
la actual situación, y, por eso, EEUU está pagando ahora un alto peaje: su situación
actual muestra un extremadamente alto déficit, lo que es principalmente atribuible
a su descompensada balanza comercial. Como resultado de lo anterior, los dólares
están siendo esparcidos por todo el mundo y vuelven a EEUU como inversiones o
capital. Esto sólo será posible que continúe mientras el dólar siga siendo la divisa del
comercio y las reservas internacionales. Sin embargo, el colapso del sector financiero,
tarde o temprano, pondrá fin a esta posición excepcional.
Las sumas astronómicas que el gobierno de EEUU inyecta en su industria banca-
ria sólo servirán para incrementar la deuda pública, la cual ya es de colosales dimen-
siones debido a los costes de la guerra. Cada vez menos países estarán inclinados
a invertir incondicionalmente sus reservas en Estados Unidos y, de esta manera, a
dar su apoyo a que el dólar sea la divisa de reserva internacional. Tarde o temprano
llegará el final del imperio del dólar.
Se va perfilando el papel de China. Como principal potencia emergente, el país
ya tiene una importante influencia en la economía global debido a la creciente plus-
valía de su balanza comercial y sus considerables reservas financieras. El déficit de
Estados Unidos asciende a 800 mil millones de dólares al año. Según Zhu Min,
Vicepresidente del Banco de China, Estados Unidos no podrá contar más con China
para colocar los bonos estatales necesarios para financiar el rescate de los bancos
estadounidenses.
¿Cómo reaccionará el imperio estadounidense? ¿Incrementando aún más sus gas-
tos en la guerra y manteniendo sus aventuras militares? Por el momento, sigue siendo
una cuestión abierta, pero es un hecho histórico que sólo la destrucción masiva de la
capacidad de producción por medio de la guerra ha sido capaz de hallar la salida a la
última crisis importante del sistema, la de los años 30.

Una crisis del sistema tiene que solucionarse sustituyendo al propio sistema
El dique ha acabado reventando. Tras el colapso financiero, tras el crack de la
burbuja gigante, se está viniendo abajo todo el suelo de la crisis de sobreproducción,
con la apariencia de una depresión larga más que de un breve período de descenso de
actividad. Ni siquiera las enormes cantidades de dinero implicadas serán capaces de
mantener este tsunami bajo control.
Partido del Trabajo de Bélgica 25

En cuanto a las causas, los dedos apuntan en todas direcciones: es por las suprime,
por los fondos de cobertura, por EEUU... Según Karel Van Miert, antiguo dirigente
del SP.a (Partido Socialista flamenco), antiguo comisario europeo y administrador de
la Philips, es a la carrera de los banqueros por el beneficio a quien hay que culpar del
colapso. ¿Son tan codiciosos? Nada esconde el hecho de que tras esta carrera por el
beneficio –encabezada no sólo por los banqueros, sino también por empresas como
la Philips– yace una constante, un fenómeno recurrente. Karl Marx descubrió este
fenómeno hace más de 150 años. Su conclusión fue que el capitalismo no puede
existir sin crisis.
Cuando se trata de dar soluciones hay un considerable consenso, desde los social-
demócratas a los liberales: es necesaria más transparencia, más regulación y más
control.
No, ya no se trata de la codicia de un puñado de gente. No, no se trata de la
carrera por el beneficio de un par de banqueros. No, no se trata de aprobar regula-
ciones financieras, como muchos piden. No, la situación no se resolverá aplicando
“el genuino libre mercado, el único que obedece a leyes”. La crisis es inherente al
propio sistema.
Nunca antes la humanidad había producido tanta prosperidad, ni tampoco había
producido tanta pobreza. Es el trabajo de todos –y sólo el trabajo– lo que produce la
prosperidad, no el capital. No es más que lógica elemental el exigir que la prosperidad
producida colectivamente se utilice para mejorar las condiciones de vida de todos los
seres humanos. Esto es imposible en una economía capitalista, que funciona según
los intereses de una pequeña minoría y que, inevitablemente, conduce a la crisis. Por
esto, todos los medios de producción importantes deben ser puestos en manos de la
colectividad.
18 de noviembre de 2008

Jo Cottenier es autor de La Société Générale 1822–1992 (con Patrick De Boosere y


Thomas Gounet) EPO, 1989 y de Le temps travaille pour nous (El tiempo está de
nuestro lado) (con Kris Hertogen) EPO, 1991. Es miembro del Buró del Partido del
Trabajo de Bélgica.

Henri Houben, Doctor en Economía, es investigador del Instituto de Estudios


Marxistas, especializado en el estudio de las multinacionales, la estrategia europea de
empleo y la crisis económica.

Este artículo fue publicado en Études Marxistes, n°84, Octubre-Diciembre de 2008


http://www.marx.be/FR/em_index.htm
Partido Comunista de los Pueblos de España 27

EL PARTIDO COMUNISTA
ANTE LA CRISIS CAPITALISTA

Comité Ejecutivo del PCPE

Caracterización de la crisis y cambios en el modelo de dominación mundial


La tendencia decreciente de la tasa general de ganancia, tal y como expuso Marx,
es el punto débil del capitalismo, ya que el beneficio es el objeto, motivo y fin del
capital. Su descenso efectivo, condicionado por la elevación de la composición orgá-
nica del capital, es, en última instancia, la causa de la paralización del proceso de
acumulación del capital, agudizando la contradicción fundamental del capitalismo
entre el carácter social del proceso de producción y la forma capitalista privada de
apropiación de sus resultados.
La crisis es consecuencia del aumento colosal de la productividad de la fuerza de
trabajo, del trabajo humano explotado en fábricas y campos, que produce, a su vez,
un incremento del capital, de plusvalía y de mercancías. Capital que no puede ser
reacumulado a una tasa de beneficio conveniente.
El problema no es abundancia de mercancías sin venta; el problema es abundan-
cia de mercancías sin venta a una determinada tasa de beneficio. La causa de la crisis
no es de ninguna manera una crisis de subconsumo. La clase obrera existe para el
capitalismo como productora de valor, no como consumidora.
28 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

Persiguiendo la obtención de un mayor beneficio, o el mantenimiento de la tasa


promedio de beneficio, se produce, contradictoriamente, una caída tendencial de la
tasa de ganancia; por lo que el verdadero límite de la producción capitalista es el pro-
pio capital. Para superar esos límites inmanentes al modo de producción capitalista,
se han seguido durante las últimas décadas las siguientes líneas de actuación:
– Intervención política para organizar a escala mundial el ciclo de valorización:
A) Producir y realizar plusvalía a escala mundial mediante un aumento des-
mesurado de la productividad del trabajo. Extensión mundial de las relacio-
nes de producción capitalista.
B) Se anexionan territorios, mercados; se abarata la fuerza de trabajo, los
productos agrícolas, las materias primas, etc.
– Se ha provocado el aumento de productividad acompañado de una disminu-
ción del salario –devaluando el precio de la fuerza de trabajo como mercancía-,
intentando compensar esto mediante el aumento exagerado del capital ficticio
y del crédito. La economía financiera y especulativa se dispara para hacer frente
al estancamiento de la tasa de beneficio, incrementándose el parasitismo como
resultado del desarrollo capitalista en su fase imperialista.
Tanto las crisis de sobreproducción de capital como las de mercancías, exclusivas
del capitalismo, explicitan violentamente la irracionalidad del sistema. Esta crisis
le sobreviene al capital con una virulencia difícil de medir y dominar, poniendo al
descubierto los límites históricos y la caducidad del capitalismo.
En este sentido, en el Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros
celebrado en Atenas del 18 al 20 de noviembre de 2.005, bajo el lema “Tendencias
actuales del capitalismo y su impacto económico, social y político. La alternativa de
los comunistas”, nuestro Partido advertía de lo siguiente en su contribución:
“El riesgo de colapso económico mundial es mayor cada día. La economía globa-
lizada demuestra que, a pesar de la alta concentración del capital, las ganancias repre-
sentan cada vez un porcentaje menor de las cantidades millonarias que mueven las
grandes multinacionales. Las operaciones de ingeniería financiera, con el objetivo de
“maquillar” las cuentas de resultados de las grandes empresas, son práctica habitual
para tratar de ocultar la situación, pero no pueden, en ningún caso, frenarla. El capi-
tal se encuentra con dificultades crecientes para completar su ciclo de reproducción
ampliada. Altísimos niveles de especulación y el recurso a la financiarización no sólo
no resuelven sino que complican aún más el panorama.”
Partido Comunista de los Pueblos de España 29

A la crisis de sobreproducción se le unen hoy otros problemas, crisis, si se quiere,


que interactuando dialécticamente chocan a su vez con los límites del capitalismo en
la producción de plusvalía y capital. Hay que señalar:
– El pico de la producción de petróleo y sus consecuencias para los modelos
de producción, de transporte, de urbanismo, de vida etc. La Agencia Interna-
cional de la Energía asegura que los países en desarrollo pueden aumentar su
demanda en un 47% -hasta los 121 millones de barriles diarios- en 2.030 y que
las petroleras y los países productores deben gastar unos 100.000 millones de
dólares anuales (76.500 millones de euros) para desarrollar nuevos suministros
para mantener ese ritmo.
– El cambio climático, quizá ya fuera de control para el sistema productor de
plusvalía, y que afecta negativamente a los ecosistemas y a las condiciones de
vida y trabajo de los pueblos. El planeta ha perdido en poco más de un cuarto
de siglo casi la tercera parte de su riqueza biológica y recursos, y, al ritmo actual,
la Humanidad necesitará dos planetas en 2.030 para mantener su estilo de vida,
tal y como ha advertido el Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF).
– La catástrofe alimentaria, que condena a millones de seres humanos a morir
por inanición. La cantidad de personas subalimentadas pasó de 850 millones
a 925 millones a consecuencia de la escalada del precio de los alimentos en el
periodo 2.007–2.008, según la FAO. Los precios de los alimentos se incremen-
taron, entre 2.005 y 2.006, un 12 %; un 24%, en 2.007, y cerca del 50 % entre
enero y julio de 2.008.

La crisis capitalista no será superada a través de medidas reformistas


o de recetas keynesianas. Tan sólo por medio del aumento de la explotación, del
saqueo y de la restricción drástica de cualquier derecho democrático puede el sistema
capitalista remontar la crisis. Marx y Engels, en el Manifiesto del Partido Comu-
nista ya se preguntaban: “¿Cómo se sobrepone la burguesía a las crisis económicas?”,
y respondían que “destruyendo violentamente una gran masa de fuerzas productivas y
conquistando nuevos mercados, a la par que procurando explotar más concienzudamente
los mercados antiguos. Es decir, que remedia una crisis preparando otras más profundas e
importantes, y destruyendo los medios de que dispone para prevenirlas.”
O la burguesía implanta su salida a la crisis, radicalizando la dictadura capita-
lista e introduciendo niveles crecientes de violencia para garantizar el proceso de
acumulación de capital, o las grandes mayorías trabajadoras apuestan por una salida
en términos de contraofensiva popular que beneficie a la mayoría social y no a la
plutocracia.
30 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

La sociedad moderna se estructura en torno a la contradicción capital/trabajo,


por lo que todas las contradicciones que operan en esta sociedad chocan con la valo-
rización del capital: la crisis alimentaria, energética, medioambiental, hidrológica; la
discriminación de género a través de la jerarquía
Las consecuencias de la
patriarcal, destrucción del territorio, especulación
crisis capitalista se agravan
urbanística, discriminación racial y étnica, las
por días para la clase obrera
hambrunas y pandemias, etc. Todas las luchas
y los sectores populares
generadas en esos ámbitos deben dirigirse contra
el poder de los monopolios, en la perspectiva de la superación revolucionaria del
capitalismo.
Las consecuencias de la crisis capitalista se agravan por días para la clase obrera y
los sectores populares. El aumento constante del paro, los despidos planificados por
la patronal para eliminar a los sectores de la clase con más derechos, el robo sistemá-
tico de indemnizaciones y finiquitos, el impago de horas extraordinarias, la rebaja de
salarios, etc. están a la orden del día.
En términos interanuales, la economía española ha experimentado una con-
tracción del 4,2% del Producto Interior Bruto en el último año, con una tasa del
-1,1% en el segundo semestre de 2.009, según datos del Ministerio de Economía y
Hacienda. Todos los sectores productivos registraron tasas negativas de crecimiento
respecto al mismo periodo del año precedente. El Objetivo de Estabilidad fijado
para el periodo 2.010–2.012, prevé un crecimiento negativo para el 2.009 del 3,6%,
datos con los que coincide el Gobierno español.
La clase obrera española está siendo golpeada con dureza. El empleo a tiempo
completo se redujo un 7,1% en tasa interanual. Según un reciente informe elaborado
por los técnicos del Ministerio de Hacienda, el 63% de los trabajadores españo-
les perciben unos ingresos brutos mensuales
La clase obrera española está
inferiores a los 1.100 euros brutos (16,7
siendo golpeada con dureza
millones de asalariados). Entre 1.999 y 2.006,
las empresas españolas han visto aumentar sus beneficios netos en un 73%, más del
doble que la media de la UE-15 (33,2%) o de la zona euro (36,6%), mientras que
los costes laborales en España han aumentado durante este mismo período tan sólo el
3,7%, cinco veces menos que en la UE-15 (18,2%). El desempleo, según previsiones
del Instituto Nacional de Empleo, se situará a finales de 2.009 en torno al 25%.
Los datos económicos confirman que existe una relación directa entre el paro, la
temporalidad y los niveles salariales. Geográficamente, los datos lo dejan claro: las
comunidades con una tasa de desempleo superior a la media nacional también con-
centran unos índices de contratos temporales y de asalariados “mileuristas” mayores.
Partido Comunista de los Pueblos de España 31

La juventud trabajadora sufre especialmente esta situación, con jorna-


das incontroladas y salarios de miseria. Más del 60% de los contratos laborales
impuestos a los jóvenes son temporales, siendo sus salarios un 30% inferiores, lo
que hizo que durante 2.008 sólo un 21% de la juventud pudiese tener una vida
económica independiente. La mujer trabajadora, en muchos casos, acude en socorro
de la deteriorada economía familiar, aceptando trabajos en la economía sumergida
pagados con salarios ínfimos y sin ningún tipo de derecho laboral.
La oligarquía financiera expropia a las familias obreras que no pueden pagar sus
hipotecas –lo que afecta especialmente al sector inmigrante de la clase– y hace un
negocio multimillonario reapropiándose de las viviendas con morosidad. Durante el
año 2.008, se registraron 58.686 embargos La oligarquía financiera expropia
hipotecarios, más del doble que en el ejerci- a las familias obreras que no
cio anterior y el triple de las computadas en pueden pagar sus hipotecas
el año 2.006. Este número es superior al
conjunto de los años 2004–2007, y la tendencia se agrava durante el primer semestre
de 2.009. Muchos trabajadores son incapaces de hacer frente a unas cuotas hipote-
carias que, a menudo, representan más del 50% de sus ingresos salariales. Esas cerca
32 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

de 60.000 viviendas que han pasado de manos del pueblo trabajador a manos del
capital en un año son el equivalente a la propiedad de una ciudad de unos 250.000
habitantes. Será en el segundo semestre de 2.009 cuando el desastre inmobiliario
golpee con mayor dureza a los sectores populares, en un país con más viviendas sin
vender que Estados Unidos.
La dictadura del capital se expresa en su verdadera dimensión. El estado poli-
cial se configura por días con modificaciones legislativas y con el acoso y la represión
al pueblo en cada lucha. La “libertad” burguesa se convierte en una pieza de museo
y deja paso a la represión, el fascismo y el anticomunismo.
Las condiciones descritas configuran un escenario donde es perentorio levantar
la alternativa socialista frente al capitalismo agonizante, extendiendo la conciencia y
la lucha organizada de la clase obrera y de sectores crecientes del pueblo trabajador.

El partido necesario para la construcción del socialismo: su papel dirigente


La crisis es una oportunidad única que afecta a la gobernabilidad del capitalismo
y de su Estado: el poder político se hace más vulnerable. Se debilita la facultad para
decidir qué producir, cómo y para quién. Se abren conflictos entre las diversas frac-
ciones de la burguesía, que serán más o menos decisivos dependiendo de la capacidad
de la clase obrera y sus aliados para intervenir en la lucha de clases buscando trans-
formar la crisis económica en una crisis política que abra las puertas de la superación
revolucionaria del capitalismo.
Comienza un período en el que se debe intentar romper el aparentemente inven-
cible totalitarismo en que la clase dominante sume a la mayoría trabajadora, cues-
tionando frontalmente el capitalismo. Un momento en el que la tarea principal del
Partido Comunista consiste en organizar y atisbar fracturas para que la clase obrera
dé nuevos pasos en términos de contraofensiva.
La clase obrera debe jugar un papel decisivo en el conflicto social, aglutinando en
torno a sus intereses a amplias capas populares que, movilizadas por contradicciones
secundarias o por reivindicaciones parciales, deben inclinar la correlación de fuerzas
a favor del socialismo.
En el actual escenario de agudización de la lucha de clases, se hace urgente la
reconstrucción del movimiento obrero y sindical en un sentido clasista y el impulso
de las luchas populares; lo que requiere un Partido Comunista que, asumiendo el
papel de vanguardia, impulse y oriente la lucha organizada de la clase obrera y de
todo el pueblo trabajador ante el incremento de la explotación y la infinidad de
problemas que el capitalismo impone a las grandes mayorías.
Partido Comunista de los Pueblos de España 33

La elección entre socialismo y barbarie es el reto que enfrenta hoy la humani-


dad. Los Partidos Comunistas y Obreros debemos trazar las líneas estratégicas que
permitan a la clase obrera debilitar el poder de los monopolios, abrir espacios de
contrapoder y debilitar a los bloques imperialistas a favor de la clase obrera, a favor
de la soberanía y de los pueblos oprimidos.
El papel dirigente del Partido Comunista debe aportar una perspectiva estratégica
a la lucha obrera y popular, debe construir la unidad de la clase obrera e impulsar su
lucha organizada ofreciendo una alternativa de poder popular y socialista frente al
poder de los monopolios y la dictadura del capital.
La clase obrera requiere de la alianza con los amplios sectores populares que son
afectados por las imposiciones del capitalismo monopolista. Para que se construya
una alternativa de las mayorías frente a la oligarquía. Para lo que la lucha por la
hegemonía, en un sentido leninista, es un requisito fundamental, cobrando renovada
importancia la lucha ideológica.
La conquista del socialismo, como todo proceso revolucionario, no surge de un
día para otro, ni seguirá una línea recta. Tampoco será el resultado de un proceso
espontáneo de lucha. El ascenso de la lucha política de la clase obrera requiere, junto
a ciertas condiciones socioeconómicas objetivas que configuren un escenario revo-
lucionario, de unas condiciones subjetivas que requieren de la intervención y de la
orientación político–ideológica del Partido Comunista.
En las condiciones en que se manifiesta la lucha de clases en España, y atendiendo
a la correlación de fuerzas actual, es preciso levantar un frente social y político que
se corresponda y exprese los anhelos de cambio de las masas, haciendo confluir las
luchas obreras y populares contra el capitalismo en crisis en la perspectiva del socia-
lismo.

La clase obrera necesita un partido de tipo leninista


La salida a la actual crisis capitalista se expresa en términos de socialismo o barba-
rie. Lo sucedido desde el triunfo de la contrarrevolución en la Unión Soviética, y en
el resto de países socialistas europeos, con el incremento de la violencia imperialista
en todos los órdenes (guerras, armamentismo, espionaje, represión…), el incremento
de la explotación de la clase obrera, la constante pérdida de derechos laborales y
sociales y la absoluta incapacidad del capitalismo para dar respuesta a los grandes
problemas de la humanidad confirman plenamente la tesis de que esta es la época de
la Revolución Socialista.
34 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

Han bastado dos décadas para comprobar que quienes se apartaron del mar-
xismo–leninismo habían abrazado en realidad la línea de la integración en el sistema,
del reformismo pleno y, en alguno casos, del más rancio anticomunismo.
El abandono del marxismo–leninismo no fue sólo una cuestión formal. Conllevó
la destrucción plena de algunos Partidos Comunistas que eliminaron el centralismo
democrático para tratar de convertirse en maquinarias electorales de tipo socialde-
mócrata, desmantelando la estructura leninista, destruyendo el carácter revoluciona-
rio de la militancia comunista y renunciando a la dictadura del proletariado y, por
tanto, a la toma del poder político, compartiendo en lo esencial la crítica imperialista
a los países socialistas.
Los hechos han confirmado que la clase obrera necesita de una estructura capaz
de organizar y de dirigir la lucha por el socialismo. Una estructura partidista que,
basada en los principios del centralismo democrático, sea capaz de combinar acerta-
damente las diferentes formas de lucha en función de las condiciones cambiantes de
la lucha de clases. Una estructura capaz de dotar al movimiento obrero y popular de
una estrategia de poder que parta de un análisis riguroso, científico, de la realidad.
Una estructura clasista, organizada en Partido, consciente de que la lucha de la clase
obrera en cada país es parte de la lucha de la clase obrera mundial y que, en conse-
cuencia, levante la bandera del internacionalismo proletario.
El período en que en nuestro país predominó la corriente de derechas “euroco-
munista” se saldó con una derrota histórica para la clase obrera. Hoy, deben supe-
rarse definitivamente los vicios y desviaciones generados durante ese período, lo que
implica recuperar las enseñanzas y el espíritu revolucionario del Partido Bolchevi-
que y analizar detalladamente y defender las experiencias de construcción socialista
durante el siglo XX.

La revolución no es el resultado de un proceso gradual de reformas: es la


lucha victoriosa por el poder y la salida histórica al capitalismo en crisis
El Partido Comunista, a través del centralismo democrático, ha de impulsar una
intervención política que unifique y dirija a la clase obrera, que, a su vez, ha de cohe-
sionar todo un frente de alianza de clases con diversas capas populares enfrentadas al
capitalismo monopolista. La amplia participación de las masas en la lucha de clases
conlleva una experiencia extraordinaria. El papel de los comunistas es hacer que el
proceso de lucha obrera y popular fracture y debilite el poder de las clases dominan-
tes en la perspectiva de la revolución socialista.
Partido Comunista de los Pueblos de España 35

En España, la superestructura capitalista fue coronada con la monarquía bor-


bónica, impuesta al pueblo por el fascismo como máximo exponente del poder
de la oligarquía y de los terratenientes. La tesis revisionista defendida en España
por el reformismo según la cual, en las condiciones de la monarquía parlamenta-
ria, el socialismo se reduce a la mera lucha por la profundización de la democracia
mediante un proceso de reformas, supedita la lucha de la clase obrera al marco
democrático–burgués -obviando que, tanto la dictadura franquista como la actual
monarquía parlamentaria, son dos formas históricas concretas de la dictadura del
capital-, abandona la teoría marxista acerca del Estado y aleja a la clase obrera del
objetivo revolucionario.
Sin embargo, en las actuales condiciones de crisis capitalista, a la vez que tiende
a incrementarse la lucha obrera, avanzan las aspiraciones republicanas en amplios
sectores populares. Como en otros momentos de la historia de nuestro país, la rei-
vindicación republicana se convierte progresivamente en la alternativa de poder de
las clases populares. En los últimos años, se han dado importantes avances en este
sentido, pasando de conmemorar y defender la experiencia histórica de la II Repú-
blica a luchar abiertamente por la III República.
La necesaria contraofensiva obrera y popular, para el PCPE, debe implicar un
proceso de intensificación de la lucha de masas que conquiste un proceso consti-
tuyente orientado a la proclamación de esa III República y a la derogación de la
Constitución de 1.978; una alternativa cuyo objetivo central, para los comunistas,
es constituir a la clase obrera de los pueblos de España en clase nacional en el poder.
Por tanto, ese proceso debe darse sobre la base de los intereses del proletariado y sus
aliados, que, en las actuales condiciones, para el PCPE, debe tener unos contenidos
abiertamente socialistas.
La estrategia hacia el poder obrero, hacia el socialismo, necesita romper todo
compromiso con el imperialismo, bien en su expresión militar, con la salida de la
OTAN, como con la integración de España en ese polo imperialista que es la Unión
Europea.
La Revolución Socialista no es una quimera, no es el resultado de un proceso
gradual de reformas. El debate histórico entre reforma o revolución vuelve a cobrar
plena vigencia. La reconstrucción en claves marxista–leninistas del movimiento
comunista internacional, como en otros momentos a lo largo de la historia de lucha
de la clase obrera, será un elemento determinante en el impulso del proceso revolu-
cionario y del triunfo del socialismo en el siglo XXI, que será el siglo de la revolución
proletaria triunfante o de la barbarie.
Partido Comunista de Grecia 37

La crisis económica capitalista internacional:


la posición de Grecia y los análisis del KKE

Eleni Belu
Miembro del Politburó del CC del KKE

L a economía capitalista internacional está padeciendo una profunda crisis


caracterizada básicamente por una gran sincronización. Se manifestó inicial-
mente en 2007 en EEUU, en el sector de la construcción, a través de una deprecia-
ción del capital en las compañías financieras, dada la amplia circulación de derivados
de inversión en préstamos hipotecarios garantizados precariamente. El peligro de
colapso del coloso financiero de EEUU –que mantiene posiciones fuertes en el mer-
cado internacional de capital dinero– causó un descenso gradual y generalizado de
los precios en las bolsas más importantes del mundo. Fue la “punta del iceberg” de la
manifestación de una crisis generalizada de sobreproducción, de sobreacumulación
de capital.
Una versión optimista de los datos y análisis actuales de las organizaciones eco-
nómicas internacionales señala el año 2010 como el de mayor recesión. Ya se ha
38 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

visto un incremento en el número de parados en 25 millones y se estima que otros


40 millones más se sumen a finales de año. En 2009 se estima que el PMB caerá un
1,7%, según el Banco Mundial, y un 2,75%, según la OCDE. Ésta estima que el
comercio internacional caerá un 13,2% en 2009.
El Fondo Monetario Internacional estima que la depreciación del capital dinero
ha sido de 4,1 billones de dólares desde la manifestación de la crisis hasta hoy.

El estallido de la crisis económica en Grecia


En la economía griega, la crisis se manifestó con cierto retraso en comparación
con el resto de la eurozona. Entró en fase de recesión en 2009, mientras en 2008 se
frenaba la expansión del PIB. El elemento más importante es que el sector indus-
trial (sector minero-extractivo, sector manufacturero, suministro eléctrico y de agua,
según las estadísticas burguesas), que entró en fase de recesión en 2005, se hundió
un 4% en 2007/2008. En 2008, todas las ramas de la manufactura estaban en rece-
sión, excepto la rama de industria alimenticia (crecimiento del 1,2%). La crisis en el
sector manufacturero se refleja en el gran hundimiento de las mercancías industriales
(aproximadamente un 7%). El sector de la construcción ha sufrido un gran descenso
(-9,4%).
Durante el período 2002-2008 se ha notado una tendencia de caída importante
de la producción en la mayoría de productos agrícolas básicos –excepto del trigo, el
maíz y el melocotón. Según los datos proporcionados por Eurostat, el ingreso real
agrícola cayó un 7,1% en 2008 debido al estancamiento de los precios de venta de
los productores y el gran incremento de los precios de productos industriales. Según
Eurostat, el ingreso agrícola neto como correlación del valor neto añadido en rela-
ción al coste se redujo en 2008 al 80,1%, en comparación con el año 2000 (=100)(1).
En 2008, se produjo una gran caída de precios en la Bolsa de Atenas. Su valor
total de mercado (como porcentaje del PIB), a finales de 2008, fue estimado aproxi-
madamente en 1/3 del valor correspondiente a finales de 2007 (diciembre de 2008:
28%, diciembre 2007: 86%)(2). Una parte importante de esta caída se debió a la
retirada masiva de inversores extranjeros en octubre de 2008.
Independientemente de la fase del ciclo de la crisis, una característica particular
de la economía griega es su condición financiera agudizada y deficiente a largo plazo.

(1)Eurostat, Statistics in focus, 18/2009.


(2)Informe del Gobernador del Banco de Grecia para 2008, p.36.
Partido Comunista de Grecia 39

El freno en el crecimiento del PIB –que se aceleró en el segundo semestre de 2008–


empeoró dramáticamente los términos del crédito estatal.
Los últimos análisis predicen una caída del 1% en el PIB de 2009. La amplitud
de la recesión en la economía griega dependerá del rumbo de la crisis:
a. En los países balcánicos, donde existen importantes inversiones de com-
pañías con sede en Grecia. Esto tiene que ver sobre todo con economías que
presentan altas tasas de crecimiento capitalista (por ejemplo, Rumanía creció un
7,7% en 2008, mientras se espera un descenso de 1,8% en 2009; Bulgaria creció
un 4,4% en 2008, mientras se espera un descenso de 1% en 2009)(3).
b. En el comercio internacional, del cual una gran parte se realiza por medio
de transporte marítimo, lo que constituye una importante fuente de ingreso.
c. En países europeos importantes, como Alemania y Gran Bretaña. De estos
países procede una gran parte de los turistas que visitan Grecia, no sólo en el
número absoluto de turistas, sino también en cuanto a número de estancias y
gasto.
Los efectos de la alta inversión de la UE en comparación con el hundimiento
industrial y agrícola son contradictorios.
Todo lo mencionado demuestra que el estallido de la crisis en la economía griega
va a ser profundo. Hay quien dice que durará dos años. Agudizará las contradicciones
sociales existentes a través del incremento del paro, del empleo a tiempo parcial y de
la ampliación de las relaciones laborales flexibles. Según las mediciones burguesas, la
pobreza ya ha crecido, con particular concentración (sobre ¼) en niños de hasta 15
años, así como personas entre 18 y 24 años. Es evidente que los índices de pobreza
reflejan sólo una parte de la misma; no reflejan el hecho de que los salarios no están
a la altura del crecimiento del PIB y de la productividad en una fase de reproducción
ampliada en Grecia.

El análisis del KKE hace diez años


Para evaluar la actual crisis y predecir una salida de la recesión a nivel internacio-
nal y en Grecia, creemos que sería útil mencionar el análisis general sobre la crisis
que hicimos hace diez años. También deberíamos recordar nuestra predicción sobre
el período posterior a esa crisis.
En 1998 se produjo otra fase de recesión. Comenzó en los países que hasta enton-
ces se consideraban como “milagros económicos” y eran caracterizados como “tigres
(3)Fuente: Banco de Grecia, p.67.
40 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

asiáticos”. Afectó a las economías del sudeste asiático, así como a Japón y países
de América Latina. En 2000 se manifestó también en EEUU, aunque con cierto
retraso. El PMB cayó un 1% mientras el flujo internacional de capitales para inver-
sión directa y el comercio internacional sufrieron una importante reducción.
Fue ahí cuando la reflexión sobre la fortaleza del sistema capitalista reapareció
por vez primera tras la victoria de la contrarrevolución en la URSS y en los países
que estaban construyendo el socialismo. La burguesía expresó la preocupación por la
posibilidad de que su política, en algún momento, tuviera dificultades en controlar
el descontento y la reacción de los trabajadores y los pueblos ante las consecuencias
de la crisis.
Las diversas teorías sobre las causas de la crisis eran parte del esfuerzo por con-
trolar la situación para asegurar la estabilidad del poder del capital. Estas teorías se
centraron en la forma en que funcionaban las bolsas, enfatizaban la transparencia en
la gestión de los fondos de inversión de alto riesgo (hedge funds) y las condiciones de
los préstamos del FMI y del BM a los estados. En otras palabras, se centraron en la
aparente disfunción en la esfera de la circulación del capital en su forma monetaria.
En ese momento, el KKE estimó que había ocurrido una crisis de superproduc-
ción, de sobreacumulación de capital, igual que en años anteriores, con la crisis de
1973 como ejemplo más ilustrativo. Mantuvimos que se trataba de una crisis de
sobreacumulación de capital independientemente de su forma inicial.
A diferencia de las disputas burguesas –comenzando por el propio FMI– relativas
a las medidas de gestión para la aceleración de la salida de la recesión o para una
supuesta previsión de la recesión en EEUU y los otros países capitalistas, el KKE
había predicho que la salida de la recesión, la recuperación y progresión hacia un
nuevo rumbo ascendente de la reproducción ampliada capitalista llevaría al surgi-
miento de una nueva crisis de sobreacumulación más profunda y más sincronizada
que la anterior. Además, el KKE avisó de que las condiciones de trabajo, los salarios
y las condiciones de vida de la clase obrera en estos países no mejorarían, sino, al
contrario, se deteriorarían incluso en la fase de desarrollo capitalista.
Esta predicción se basaba en el hecho de que el grado de participación en la
producción capitalista mundial y el mercado estaba cambiando en beneficio de las
nuevas economías emergentes, con una gran población doméstica y fuerza de trabajo
muy barata. Los derrocamientos contrarrevolucionarios, la erosión oportunista, la
crisis del movimiento comunista y, en general, el retroceso del movimiento obrero
y la asimilación de las organizaciones sindicales al sistema capitalista han llevado a
esto.
Partido Comunista de Grecia 41

Así, bajo condiciones de reproducción capitalista ampliada, la tendencia a la baja


del ingreso de los trabajadores prevaleció, mientras, a la vez, se incrementó el grado
de explotación.
Esta tendencia se concretó en decisiones estratégicas unificadas. En la UE, por
ejemplo, estas decisiones se codificaron en la Estrategia de Lisboa, que promueve la
restricción de los derechos de los trabajadores y pensionistas para llegar al objetivo de
la denominada “reducción del coste del trabajo” en el mercado de la UE.
En el período siguiente, los primeros diez años del siglo XXI, han tenido lugar
nuevas fusiones y adquisiciones; se ha ampliado la interconexión internacional del
capital, se ha intensificado la competencia capitalista internacional y la formación de
alianzas y uniones regionales más o menos cohesionadoras.
La tendencia a los cambios entre las economías capitalistas desigualmente emer-
gentes se ha fortalecido. Esto lleva al fin del equilibrio de fuerzas en el mercado capi-
talista internacional que se formó hace 70 años. Al mismo tiempo, esta tendencia se
ha expresado a través de nuevas exigencias estatales e interestatales de cambios en los
acuerdos y cooperaciones internacionales (por ejemplo, en los acuerdos de la OMC,
en la composición de los órganos del FMI y el Banco Mundial, en la composición
de las reservas internacionales de divisa, en la divisa utilizada en el comercio de
materiales industriales y en la expansión del G7).
Durante el ciclo previo de crisis capitalista internacional esto no se podía detectar
fácilmente. Sin embargo, en la actual crisis se ha convertido en una tendencia irrever-
sible. Sobre esta base se ha desarrollado el nuevo ciclo de crisis económica capitalista
internacional, el actual: comenzó en EEUU, se trasladó a la eurozona –puede que
con mayor profundidad- y engloba a la vez a Gran Bretaña, Japón, Rusia, Turquía y
países de América Latina. Hasta ahora, tiene un impacto en China e India a través de
una recesión de la tasa de crecimiento.

Análisis del KKE para la actual crisis económica mundial


Se espera que la actual recesión sea de mayor duración que la anterior y que
el tránsito a una nueva fase de revitalizacion y crecimiento sea apenas perceptible.
No obstante, lo más importante son las predicciones que podemos hacer sobre la
posición de la clase obrera y, en general, de los trabajadores por cuenta ajena y de la
mayor parte de los autónomos, en la fase de recuperación de la recesión.
Consideramos que la misma tendencia que se manifestó en las dos décadas
anteriores –la de deterioro– continuará y empeorará. La única vía para evitar esto
es la revitalización político-ideológica y organizativa del movimiento comunista
42 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

internacional, la emancipación del movimiento sindical del gobierno y del


sindicalismo amarillo, el abandono de los mecanismos de manipulación de la UE
(ejemplo, el Consejo Económico y Social, etc.), la emancipación político-ideológica
de más fuerzas obreras de la engañosa influencia ejercida por la denominada
socialdemocracia -a través de viejas o nuevas formaciones políticas.
Las contradicciones internas del capitalismo y el antagonismo capitalista interna-
cional han alcanzado un nivel en el cual la clase obrera, los trabajadores por cuenta
ajena que lo sienten en términos de ingresos y nivel de vida y los sectores más bajos
de las capas medias únicamente pueden frenar el deterioro de su posición si con-
traatacan, si abandonan las trampas políticas del compromiso, del consenso, de la
aceptación de una supuesta “colaboración de clases” para hacer frente a la crisis.
El movimiento obrero y sindical pierde sus características de movimiento que
lucha por los salarios, las horas de trabajo, etc., cuando sus órganos dirigentes, tales
como la Confederación General Griega del Trabajo (GSEE), alcanzan acuerdos con
la Federación de Empresas e Industrias Griegas (SEB) para hacer frente conjunta-
mente a la crisis.
El movimiento obrero y popular puede y debe ser reagrupado con una orientación
claramente antiimperialista, antimonopolista y anticapitalista. Debe utilizar, en todo
país, cualquier grieta y vacilación en el gobierno burgués, con una correspondiente
presteza en la orientación político-ideológica y organizativa.
Afirmamos que cuando culmine el próximo ciclo de la crisis, cuando venga la
siguiente fase de recesión, la gestión burguesa tendrá que enfrentar grandes dificul-
tades, se formarán sucesivos gobiernos inestables, se agudizarán los desacuerdos en
el seno de la UE y la defensa ideológica del sistema capitalista será profundamente
golpeada.
Con un poco de imaginación creativa, una imaginación basada en el análisis cien-
tífico, podríamos decir que nos dirigimos a un nuevo 1929, o un nuevo 1937 (estas
predicciones también las hacen los analistas burgueses y los centros imperialistas de
estudios estratégicos a nivel estatal o interestatal).

El papel específico de la socialdemocracia en el rescate del sistema


Para salvar al sistema, liberales y socialdemócratas, desde Sarkozy a Obama,
Brown y Lothar Bisky, todos prometen un “capitalismo humano, saludable”.
La socialdemocracia internacional tiene una importante actividad. Se centra en
el esfuerzo de culpar únicamente al “neoliberalismo” de la crisis, la supuestamente
Partido Comunista de Grecia 43

ineficaz fórmula, la equivocada proporción del mercado y la regulación estatal, regio-


nal e internacional.
La socialdemocracia internacional se ha esforzado por convencer a las masas obre-
ras y populares de que ha elaborado una nueva fórmula. En otras palabras, argumen-
tan que han encontrado la proporción adecuada entre la política que promueve la
concentración y centralización de capital, el apoyo a los monopolios, por un lado, y,
por otro, la política que controla las irregularidades del mercado por medio de uno o
varios bancos controlados por el Estado o por medio de la nacionalización de varias
empresas problemáticas en la industria y el transporte. Las nociones de la “economía
verde” y la “mejor distribución” constituyen los complementos esenciales de este
esfuerzo.
Las medidas inmediatas propuestas por la socialdemocracia no pudieron desviarse
de la dirección de apoyo a los grupos monopolistas y a la reproducción capitalista.
Es significativo el llamamiento que hizo la Comisión Stiglitz al G20 a centrarse en
suministrar liquidez a la economía real, apoyando nuevos préstamos. En el Simposio
de Atenas, G. Papandreu, presidente de la Internacional Socialista y, actualmente,
Primer Ministro de Grecia, se centró de nuevo en la necesidad de asegurar la adecua-
ción de capital de los grupos financieros. Esta política pone en peligro los ingresos
populares, puesto que el pago de las amortizaciones futuras se realizará por los con-
tribuyentes, la mayoría de los cuales son empleados y autónomos.
La “economía verde”, en realidad, es una propuesta de gestión de los problemas
medioambientales según los intereses y las decisiones del capital monopolista. Dirige
las inversiones a la adopción de nuevas tecnologías, impulsando el desarrollo capita-
lista, mientras uno de sus objetivos es la reducción de la dependencia energética de
la UE.
Nuevas formaciones políticas -como el PIE (Partido de la Izquierda Europea)-
han aparecido en el seno de la socialdemocracia, principalmente la corriente que
reclama la existencia de empresas estatales junto con el dominio de los monopolios,
el “socialismo democrático”. Afirman que han descubierto –con más efectividad que
otros partidos– el equilibrio entre el “mercado” y la “regulación”, el capital “privado”
y el “estatal”. Además, afirman que para que esta solución sea más efectiva, las con-
tradicciones en el seno de la UE deberían eliminarse por medio del fortalecimiento
de sus estructuras y la formación de un gobierno de la UE.
En realidad, funcionan como obstáculo ideológico-político en el desarrollo de la
lucha de clases, en la maduración de la conciencia política, fomentando ilusiones de
un capitalismo más humano y justo mediante una justa redistribución de la riqueza.
44 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

Ocultan conscientemente que la fuente de la riqueza es la explotación del trabajador


por el capital y que las relaciones en la esfera de la distribución se definen por las
relaciones de propiedad sobre los medios de producción.
Presentan la crisis actual como crisis del “capitalismo casino” y consideran que
se debe al hecho que el mercado global, desde hace 30 años, no ha sido sometido a
ningún control político. Creen, tal como la socialdemocracia en su conjunto, que la
causa de la crisis es la denominada gestión “neoliberal”.
De hecho, adaptan la vieja línea socialdemócrata de reformas a la actual situación
de la UE. En lugar de monopolios estatales que sirvan a los monopolios privados,
plantean el monopolio interestatal europeo; por encima de la gestión gubernamental
de la nación-estado, plantean un fuerte gobierno interestatal supuestamente capaz
de expresar los intereses generales en la UE y resolver las contradicciones entre sus
estados miembros.
En este marco, el Partido de la Izquierda Europea sostiene que el sistema finan-
ciero debe ser sometido a control público y social. Pide que cambie el papel del
Banco Central Europeo para que pueda alinearse con criterios como el empleo, el
desarrollo social y ecológico etc.
En realidad, son “más papistas que el Papa”, ya que proporcionan una coartada
socialista “de izquierda” al fortalecimiento de los mecanismos represivos existentes y
a la aparición de otros nuevos.
Su papel específico consiste en la renovación de la socialdemocracia para servir
al sistema con más eficacia. Sirven a la manipulación ideológica cuando siembran la
ilusión por una UE favorable a los pueblos, por una gestión a favor de los pueblos
sobre la base del dominio económico de los monopolios.

La desigualdad y las contradicciones en el seno de la UE son inevitables


La actual crisis económica en la eurozona ha agudizado las contradicciones entre
los estados miembros, incluso en su núcleo duro, como el KKE había predicho y
afirmado.
A pesar de la interrelación de capitales, a pesar de la estrategia común contra la
clase obrera, el estado-nación sigue siendo el órgano que asegura el dominio econó-
mico de los monopolios y sirve a la concentración y centralización del capital, en
antagonismo con otros procesos similares en otros estados miembros de la UE.
Partido Comunista de Grecia 45

La desigualdad capitalista existe en la fase de reproducción ampliada, así como en


la de recesión, y se manifiesta, al nivel general de la producción, en la productividad
laboral, en la proporción de las industrias, en los salarios, en las exportaciones e
importaciones de mercancías porcentualmente en el PIB, en la entrada y salida de
capitales.
Esta desigualdad se refleja en la situación financiera de cada estado, en los dife-
rentes tamaños de la deuda pública y los déficits, en los diferentes tipos de interés en
cada estado tal como los establece el mercado internacional en base a la posición de
cada estado en la eurozona y en el sistema imperialista internacional.
Esta desigualdad hace imposible la formación de una política financiera común,
incluso en condiciones de recesión. Esto se ha visto en distintas propuestas, como
las de Alemania y Gran Bretaña, sobre las medidas y paquetes de gestión de la crisis.
También se ha visto en la formación de tipos de interés por encima de los que fijaba
el Banco Central Europeo.
Las diferentes visiones sobre el Pacto de Estabilidad, sobre si se inclina por la
flexibilidad financiera o la estabilidad monetaria, expresan las diferentes necesidades
de los estados miembros, y no una falta de órganos de gobierno de la UE o un exceso
de poder del Banco Central Europeo, como afirman el PIE y SYN/SYRIZA (social-
democracia reformista griega –n.r.).
En las actuales condiciones de recesión, la desigualdad se ha manifestado en la
economía griega con mayor agudeza que en las fases anteriores. Se han agudizado
problemas crónicos, como la deuda pública, el déficit comercial y el estancamiento a
largo plazo de la industria manufacturera.

La tendencia al cambio de la correlación de fuerzas en el mercado internacional


Está claro que la intensificación del desarrollo desigual es un fenómeno generali-
zado en la UE y el sistema imperialista internacional.
La característica general de la depreciación del capital durante la crisis no se
manifiesta proporcionalmente en todos los estados, sectores y empresas (de capital
privado o por acciones). Así, la recesión y la fase de estabilización y revitalización
ocasionan reorganizaciones de la correlación de fuerzas entre las empresas, sectores y
economías a nivel estatal.
Sin embargo, cambios importantes se incuban en un período amplio que incluye
más de un ciclo de crisis económica.
46 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

La crisis actual cristaliza los cambios en la correlación de fuerzas incubados en los


últimos 30 años, aproximadamente, en 3 ciclos de crisis, que afectaron a la mayoría
de las economías capitalistas avanzadas. En los últimos 10 años estos cambios se han
acelerado.
En el período 1980-2008, la tendencia a la baja de la participación de EEUU, la
eurozona y Japón en el PMB ha sido dominante. Por el contrario, la participación
de China se ha incrementado (un 440% en el período 1980-2007) y China ha
alcanzado la tercera posición tras la eurozona. Además, las participaciones de India
y Rusia en el PMB también han aumentado (India un 110% en el período 1980-
2007 y Rusia un 19,3% en el período 2000-2007).
La participación de la eurozona ha caído rápidamente en el período 2000-2007
(un 12,8%), al igual que la participación de Grecia (un 24%, aproximadamente,
el doble que la media de la eurozona). La tendencia hacia el empeoramiento de la
participación se mantiene en 2008 y 2009 en cuanto a EEUU, la eurozona (inclu-
yendo Grecia) y Japón.
Las mismas tendencias se reflejan en la participación proporcional en las entradas
y salidas (inflow/outflow) mundiales de capital para inversiones directas, aunque
con algunas diversificaciones; más en concreto, en el período 1980-2006, China,
Rusia e India vieron subir su participación en el crecimiento de entradas y salidas
(con fluctuaciones), mientras EEUU vio cómo su participación descendía. Japón
mantiene su parte en salidas mientras la eurozona aumenta su participación en
entradas y salidas, manteniendo la primera posición internacional. En el período
1980-2006, la participación griega en las entradas se redujo (del 1,22 al 0,41%)
mientras su participación en las salidas se incrementó (del 0%, en 1990, al 0,34%,
en 2006). Durante este período, Grecia se convierte en exportador neto de capitales.
La participación en las exportaciones e importaciones mundiales constituye otro
índice importante. En el período 1980-2007, la participación en las importaciones
y exportaciones reflejó las siguientes tendencias: EEUU tuvo una pérdida de parti-
cipación en las exportaciones (del 11,1%, en 1980, al 8,41%, en 2007), igual que
Japón (del 6,42% al 5,13%). La eurozona ha mantenido prácticamente igual su
proporción, con fluctuaciones, manteniendo la primera posición (1980: 30,75%;
1990: 35,05%; 2007: 29,19%). No obstante, la pérdida del 6% en el período
1990-2007 no debe subestimarse. Grecia ha vivido una pérdida de su participa-
ción (1980: 0,25%; 2007: 0,17%). La participación de China ha experimentado
un incremento espectacular del 890% (1980: 0,89%; 2007: 8,81%), tomando la
segunda posición, por delante de EEUU. Rusia e India también muestran una
Partido Comunista de Grecia 47

tendencia alcista, pero todavía tienen poca participación (en 2007, Rusia, el 2,57%,
e India, el 1,05%).
La tendencia en la participación en las importaciones mundiales es la siguiente:
la eurozona mantiene su primera posición en las importaciones, con una tendencia
a la baja (1980: 34,28%; 2007: 28%). Grecia sigue al mismo nivel (1980: 0,51%;
2007: 0,53%). La participación de Japón se reduce (1980: 6,81; 2007: 4,41%)
mientras la de EEUU crece (1980: 12,39%; 2007: 14,35%) -y mantiene la segunda
posición en importaciones-, al igual que China (1980: 0,96%; 2007: 6,8%), que
tiene la tercera posición. Además, Rusia e India reflejan un incremento limitado de
su participación.
También se están dando reorganizaciones en el ámbito privado (o de fondos
corporativos). Según la lista de los 1000 hombres más ricos en Gran Bretaña,
publicada en la edición semanal del “Sunday Times”, la mitad de los diez primeros
aumentaron su riqueza durante la crisis en 1.054 millones de euros (un 43%),
mientras el resto vio caer su riqueza en 33.738 millones de euros (un -242%).
En condiciones de recesión, mientras el número de compañías con pérdidas se
incrementa, hay empresas que todavía acumulan beneficios, bien con tasas redu-
cidas o crecientes. En el segundo caso, por ejemplo, se incluye la empresa alemana
Siemens, que, en el primer trimestre de 2009, alcanzó unos beneficios de 1.010
millones de euros, mientras, en el primer trimestre de 2008, sus beneficios fueron
de 412 millones de euros (incremento del 145%), con un incremento anual de
ventas del 5%.
Fenómenos similares se dan en la economía griega. La estimación de beneficios
de los 8 bancos principales (National, Alpha, Eurobank, Pireaus, Cyprus, Marfin,
Agricultural Bank of Greece y Emporiki) para el primer trimestre de 2009 estimaba
610 millones de euros, mientras en el primer trimestre del año pasado los beneficios
fueron de 1.195,9 millones de euros, lo que supone una bajada del 50%.
La reclasificación de las acciones también se lleva a cabo en un subsector como
el del transporte aéreo, entre Olympic Airways y Aegean Airlines. La reclasificación
también se promueve por medio de amortizaciones, como las del Grupo Marfin
(Vivartia y Olympic Airways), de la fusión ya incubada de nuevas empresas finan-
cieras en Grecia.
Esta tendencia es obvia en el mercado internacional, particularmente en los
sectores en los que la crisis de sobreproducción se manifestó inicialmente, como la
industria automovilística.
48 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

Así, un nuevo ciclo de centralización de capitales, que se había depreciado en


la fase de recesión, se está preparando para entrar en una fase de crecimiento por
medio del proceso productivo, el proceso de explotación de la fuerza de trabajo.
La salida de la recesión busca ganar un beneficio adicional conquistando nuevos
mercados. Crece el antagonismo, se discuten las viejas regulaciones y se establecen
otras nuevas, incluso aprovechando las condiciones creadas por las guerras impe-
rialistas.
Estas tendencias pueden resumirse de la siguiente manera: EEUU sigue siendo
la primera potencia en el PMB, pero con un deterioro de todos los otros índices. El
crecimiento de China es impresionante, aunque no está a la altura de la producti-
vidad global (per capita). La posición competitiva de las mercancías de la eurozona
ha mejorado (en sentido contrario, la posición de Grecia se ha deteriorado). La
posición de China ha mejorado ostensiblemente, mientras, por el otro lado, es bas-
tante obvio el deterioro de la posición competitiva de EEUU y Japón. La posición
competitiva de India y Rusia se mantiene baja, pero con una tendencia al alza.
La posición de Grecia se refleja en forma contradictoria. Por un lado, su par-
ticipación en el PMB, baja; su posición en relación a las exportaciones, empeora,
caracterizada principalmente por una participación relativamente menor que su
participación en el PMB, mientras mejora la posición que ocupa en la salida de
capital.
El índice “posición de inversión internacional neta” para Grecia sigue siendo
negativo (suma de Inversiones Directas, Inversiones en Cartera, Derivados, otras
inversiones, Reservas de Divisa), en 183.944 millones de euros en 2008, aunque cae
como porcentaje del PIB (2006: -83,6%; 2007: -94%; 2008: -75,7%)(4).
En combinación con el desarrollo de otros índices económicos, ya mencionados,
podemos afirmar que durante el período de integración en la CEE –y, particu-
larmente, en la eurozona– la economía griega ha perdido en cuanto a la posición
competitiva de su producción industrial doméstica (principalmente, la industria
manufacturera), pero ha crecido la acumulación de capital y la exportación a inver-
siones directas.
Debemos señalar, en este punto, que, entre los mil más ricos con actividad
económica en Gran Bretaña, hay 10 griegos, 4 de los cuales están entre los 100
primeros (D.Leventis, M. Laimos, F.Niarchos, St. Hatziioannou).

(4)Informe del Gobernador del Banco de Grecia, p. 157.


Partido Comunista de Grecia 49

Estos datos confirman la afirmación del XVIII Congreso del KKE de que Grecia
ocupa una posición intermedia en el sistema imperialista internacional, mante-
niendo la misma posición –la penúltima– en la eurozona, pero con una posición
mejorada en el mercado de los Balcanes.

Sobre ciertas interpretaciones burguesas relativas a la crisis


Todo este desarrollo capitalista desigual y contradictorio en Grecia, en la UE, en
EEUU y a nivel internacional no tiene ninguna relación con las teorías relativas al
“capitalismo casino”, al “sobreconsumo”, etc.

Sobre el “capitalismo casino”


Se refiere a una teoría que culpa al sistema financiero de la crisis y de la rece-
sión en la producción industrial. En el mejor de los casos, culpa a las estructuras y
regulaciones existentes en el sistema financiero a nivel internacional, entre las cuales
se incluyen el FMI, el Banco Mundial y los Órganos de Evaluación (empresas, en
realidad) y a las instituciones estatales -Agencias de Calificación Crediticia.
El aislamiento de los fenómenos de parasitismo y la caracterización de los mismos
como “capitalismo casino” o como distorsiones del sistema financiero a nivel interna-
cional es, cuanto menos, una excesiva simplificación –si no un engaño indiscutible.
No fue por casualidad que los Acuerdos de Bretton-Woods se fueran al traste en
la crisis de 1971-1973.
El declive y el parasitismo (p.ej., el hecho de que en 2008 los derivados econó-
micos a nivel internacional fueran equivalentes al 976% del PMB) son resultado del
desarrollo capitalista en su fase monopolista, resultado de la propiedad por acciones
de los medios de producción, resultado de la fusión del capital industrial y bancario
-es decir, del capital financiero. Esta es la base del capital ficticio (p.ej., los deno-
minados “títulos tóxicos”) o los precios ficticios en bolsa del capital industrial y
comercial. Ésta es la base del parasitismo.
No es extraño que la sobreacumulación de capital aparezca en compañías finan-
cieras que operan como centro de acumulación de todo tipo de ingreso no invertido
(de los capitalistas y los trabajadores) y su transformación en capital.
La propia naturaleza del capitalismo predispone una tendencia hacia la sobrepro-
ducción y la sobreacumulación de capital y, en su propia naturaleza, también hay
50 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

una tendencia a la expansión del capital ficticio, así como cancelación obligatoria de
la sobreproducción y la devaluación de capital.
El crédito lleva a la sobreproducción, a la sobreacumulación de capital, hasta el
inevitable momento en que la sobreproducción, la producción capitalista ampliada,
finalice. Se interrumpirá cuando alcance sus límites y cuando las consecuencias de la
anarquía y el deterioro (capital ficticio) de la producción capitalista hayan intensifi-
cado la contradicción entre capital y fuerza de trabajo.

Sobre la “distorsión del sobreconsumo” del desarrollo capitalista


Algunos teóricos proyectan la necesidad de “nuevos modelos” para la economía
griega. Afirman que el extremadamente rápido desarrollo de Grecia durante el
período 2000-2008, según los índices de nivel de vida de la ONU (Grecia ocupaba
el puesto 24 de 175), fue resultado del sobreconsumo y el sobreendeudamiento del
Estado, de los hogares y las empresas. Aseguran que este “modelo” ha agotado sus
posibilidades, mientras que un nuevo modelo estará necesariamente más controlado,
será más productivo y más austero. En relación directa con esto está la declaración
hecha por el Presidente del Banco de Grecia.
Este punto de vista trata conscientemente de reforzar el concepto del capita-
lismo en la conciencia popular. La dependencia directa que la gente tiene del sistema
bancario (hipotecas, préstamos al consumo y tarjetas de crédito), el denominado
“sobreendeudamiento” y no “sobreconsumo”, son características del capitalismo
desarrollado. Esto es evidente con el sobreendeudamiento de EEUU, que ha tomado
la forma de uso masivo de dinero de plástico.
La teoría del sobreconsumo o su opuesto, el infraconsumo, no tiene en cuenta
la fuerza motriz de la producción capitalista, que es el beneficio, la apropiación de
plusvalía, y no la producción de valores de uso para la satisfacción de las necesidades
sociales. Oculta el hecho de que, inicialmente, la anarquía y desigualdad se expresa
entre los propios capitalistas que compran y venden mercancías entre sí mismos, que
se usan entonces en la producción capitalista; no tiene en cuenta que la anarquía se
expresa entre las ramas de la producción industrial.
La anarquía y desigualdad de la reproducción capitalista se expresa, en primer y
principal lugar, por una parte, en el intercambio entre los capitalistas bajo la catego-
ría de producción de productos industriales, y, por otra, entre aquellos capitalistas
bajo la categoría de producción de productos para el consumo directo.
Partido Comunista de Grecia 51

Como factor secundario relacionado, la anarquía se expresa en la esfera de la


circulación de mercancías de consumo directo, en el área que se refiere al intercam-
bio entre el consumidor y el empresario. Esto es, se expresa secundariamente como
una debilidad en el gasto del consumidor debido al ingreso de la clase obrera, cuya
intensificación está claramente en directa relación con el grado de explotación.
En una crisis, la reproducción ampliada capitalista es abruptamente cortada. Con
una recesión, la restauración de las desproporciones más extremas tiene lugar en
parte instantáneamente para que se ponga en marcha un nuevo ciclo de reproduc-
ción ampliada capitalista anárquica.

Resumiendo la crisis
Lo que está teniendo lugar hoy, la devaluación de capital en toda forma (comer-
cial, financiero) y la devaluación de la fuerza de trabajo (como mercancía), ha ocu-
rrido repetidamente en el pasado, con su primera aparición a comienzos del siglo
XIX, y volverá a ocurrir nuevamente en el futuro mientras exista el capitalismo.
La inevitabilidad de las crisis se encuentra en el ADN del capitalismo: se encuen-
tra en el contradictorio carácter mercantil de la producción capitalista de mercan-
cías, en su anarquía y desigualdad, en su tendencia a asegurar primeramente el
beneficio adicional capitalista con la introducción de nueva maquinaria que es más
productiva, así como con la exportación de capital industrial a países con fuerza de
trabajo más barata, factores que agudizan la contradicción entre capital y fuerza de
trabajo, la contradicción entre el carácter social de la producción y la apropiación
privada de sus productos -debido a la propiedad privada de los medios de produc-
ción. El mismo impulso por el beneficio adicional lleva a la tendencia decreciente
del porcentaje medio de beneficio.
Una economía capitalista supone una fuerza motriz que lleve la reproducción
capitalista a sus extremos, a acumular inmensos beneficios y a que la apropiación de
plusvalía de la clase obrera adopte una forma de especulación monetaria. Significa
que estos inmensos beneficios, expresados en diferentes formas de capital, y, por
supuesto, en la esfera de su circulación (fondos mutuales, bonos, acciones en órga-
nos financieros y compañías de fondos financieros para gestión de capital, Hedge
Funds) reproducidos como capital, como valor autocreciente, deban ser reciclados
en el proceso productivo: chupando nuevo trabajo impagado como vampiros, para
que se transforme en mercancía, que luego se vende y se expresa como nuevo bene-
ficio.
52 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

La necesidad de la propiedad social y la planificación central:

frentes de lucha
La raíz de la crisis puede arrancarse únicamente con la abolición de la propiedad
capitalista, con el fin de la anarquía de la producción capitalista, con la planifica-
ción central de una reproducción ampliada teniendo como objetivo la producción
de valores de uso para la siempre creciente y ampliada satisfacción de las necesidades
sociales.
Sólo con una base de industria socialista se puede cambiar la distribución de la
fuerza de trabajo, los medios y materiales de producción de la riqueza social. Sólo
así se puede apoyar la producción agrícola cooperativa, puede perder el dinero su
sustancia como forma de valor, como medio de distribución de plusvalía, puede
desaparecer el carácter especulativo del Banco Central.
Ése es el futuro; economía popular, socialista, la alternativa real a la barbarie
capitalista.
Ésta es la necesidad de hoy, de la que se mofan, bien directamente, las fuerzas
liberales burguesas, o indirectamente, las autodenominadas “socialistas democráti-
cas”, que distorsionan y difaman su expresión histórica inicial en la Unión Soviética.
Sin embargo, es un hecho histórico que en la década de los 30 había dos mundos:
un mundo desgarrado por la competencia y la crisis capitalista, y un mundo socia-
lista que se caracterizaba no sólo por impresionantes tasas de producción industrial,
sino por impresionantes tasas de desarrollo en la prosperidad social.
La verdad confirmada históricamente es que la propiedad social y la planifica-
ción central fueron derrotadas cuando la lucha de clases no tenía el conocimiento
y la fuerza para llevar a cabo la destrucción de toda forma de propiedad individual,
de toda fuente de riqueza individual.
Debido a estas posiciones relativas al otro rumbo de la producción social y la
organización de la sociedad, el KKE es acusado de diferir la satisfacción de las
necesidades inmediatas del pueblo trabajador al socialismo. Eso es una mentira
consciente de los partidos burgueses y oportunistas.
El KKE ha sido y será firme en su apoyo a las exigencias de derechos del pueblo
trabajador, de la juventud, de los pensionistas, con coherencia en sus palabras y
hechos, porque tiene una orientación estratégica.
Partido Comunista de Grecia 53

Por esta razón ha sido capaz y es capaz de defender coherentemente el dere-


cho al trabajo a tiempo completo y estable, la protección social garantizada de
los desempleados, de la maternidad, de los estudiantes universitarios que trabajan,
de los derechos sindicales, de los ingresos de los agricultores, los derechos de los
pequeños propietarios, de los inmigrantes y refugiados políticos, por la educación
gratuita y exclusivamente pública, por la salud, las pensiones, la protección del
medio ambiente, la lucha contra las negativas y antipopulares consecuencias de
nuestra inclusión en la UE y la OTAN.
El fortalecimiento político del KKE significa el fortalecimiento de una fuerza que
puede luchar por los derechos, una fuerza de resistencia contra los nuevos ataques
antiobreros y antipopulares de los patrones y del gobierno, así como una fuerza para
arrancar nuevas conquistas, una fuerza para los intereses obreros y populares hoy y
en el futuro.
Partido Comunista Obrero Húngaro 55

LA CRISIS DEL CAPITALISMO


Y LA PERSPECTIVA REVOLUCIONARIA EN HUNGRÍA

Gyula Thürmer
Presidente del Partido Comunista Obrero Húngaro

T anto en Europa como en Hungría, las fuerzas capitalistas hacen enormes


esfuerzos por ocultar el hecho de que el capitalismo contemporáneo está
en una profunda crisis. No pueden negar la existencia de serios problemas del capi-
talismo, pero intentan demostrar que todos esos problemas pueden solucionarse
en el marco del capitalismo y por medio de reformas capitalistas. Lo cierto es que
la importante crisis interna del capitalismo no puede solucionarse por medio de
reformas capitalistas tradicionales. Se hace cada vez más real la perspectiva revolu-
cionaria para solucionar los problemas del capitalismo.
Hungría es uno de los elementos más débiles del capitalismo europeo contem-
poráneo. El capitalismo húngaro está en una profunda crisis, independientemente
de la crisis mundial. Pero esta crisis se está agudizando dada la crisis general del
capitalismo. La crisis está lejos de ser resuelta, y nadie puede prever sus consecuen-
cias. Bajo estas condiciones, no sólo debemos criticar al sistema capitalista, sino
que debemos, al mismo tiempo, demostrar al pueblo la posibilidad real de crear un
56 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

nuevo mundo. Debemos demostrar que el socialismo es una alternativa real al capi-
talismo existente. Esto significa que, en Hungría, el movimiento comunista debe
entrar en una nueva situación, que implica nuevas posibilidades y nuevas tareas.

La crisis del capitalismo húngaro


El capitalismo húngaro está en crisis y la crisis general del capitalismo hace la
crisis húngara aún más profunda. La crisis del capitalismo húngaro contemporáneo
se puede explicar por los siguientes factores:

1. La inmensa mayoría de la economía, la industria, el sistema financiero,


el comercio y los servicios húngaros han sido vendidos a capital extranjero.
Hungría fue el primer país de Europa Central y Oriental en abrir su economía a
inversores extranjeros, en 1989. Según las estadísticas de la organización de la ONU
encargada de las inversiones extranjeras (UNCTAD), a finales de 1990, la inversión
extranjera directa (IED) en Hungría sumaba el 1,7% del PIB. Hoy, esta proporción
es superior al 70%. En la UE, esta proporción es sólo del 40,9%; en Rumanía, del
36,7%.
Casi el 100% de los bancos pertenece al capital extranjero. El 80% de la pro-
ducción industrial procede de compañías multinacionales. La economía húngara
depende mucho más del capital extranjero que la de cualquier otro país de Europa.
Después de 2011, existe el peligro real de que la superficie agrícola húngara pueda
ser comprada por capital extranjero.
El papel decisivo del capital extranjero es una de las características del capitalismo
húngaro. Hace 20 años, la contrarrevolución capitalista fue resultado de la actividad
del capitalismo internacional, de la traición interna de las fuerzas revisionistas del
Partido Comunista en el poder y de la actividad de la oposición burguesa.
No había una clase capitalista húngara fuerte. La nueva clase capitalista se creó,
en parte, a partir de elementos de la antigua élite gobernante del sistema socialista,
quienes utilizaron su posición política para tomar parte activa en la privatización de
la propiedad estatal, y, también, en parte, a partir de intelectuales y empresarios del
período socialista; en parte, también, por nuevas generaciones que han aparecido en
escena en las últimas dos décadas.
Partido Comunista Obrero Húngaro 57

El extraordinariamente importante papel del capital multinacional es resultado


de diferentes momentos. En primer lugar, las fuerzas capitalistas eran conscientes
del hecho de que el período de socialismo había sido un período exitoso en la
historia húngara y que las fuerzas sociales de la sociedad socialista, la clase obrera
y los campesinos cooperativistas, eran muy fuertes. Las fuerzas capitalistas estaban
interesadas en liquidar las posiciones de estas clases y grupos sociales. Sólo vieron
un camino: implicar al capital internacional. En segundo lugar, los intelectuales
liberales siempre habían estado orientados hacia EEUU, Israel y las fuerzas capita-
listas multinacionales y siempre habían considerado el importante papel del capital
extranjero como algo absolutamente normal.
Todos los gobiernos húngaros han apoyado las inversiones extranjeras al dar sub-
venciones recomendadas por decisiones gubernamentales, desarrollar exenciones de
impuestos, otorgar subvenciones a la formación, a la creación de empleos, etc.
La clase capitalista húngara está formada por diferentes grupos. En primer lugar,
un pequeño pero influyente grupo de grandes capitalistas, que tienen posición en el
área financiera, el comercio y los servicios. Están vinculados estrechamente al capital
multinacional. En segundo lugar, cientos de miles de micro, pequeños y medianos empre-
sarios en los ámbitos de la industria y el comercio. Su posición es muy débil. Están bajo
la presión del capital de la UE y del capital chino. Sin un gran apoyo estatal, están
sentenciados a muerte.
Estos hechos, ahora que el sistema capitalista está en crisis, tienen importantes
consecuencias. En primer lugar, el capital extranjero controla las áreas básicas de
la economía húngara; tiene poder absoluto en el área financiera y controla el área
más sensible, el comercio interior. Ya que no hay una fuerte producción nacional,
hay muy pocas posibilidades de que Hungría se defienda por sus propios medios.
Se puede ver claramente que las compañías multinacionales, al tratar de resolver sus
propios problemas, reducen la producción y cierran sus plantas en Hungría, lo que
contribuye al crecimiento del desempleo.

2. La brecha entre ricos y pobres en la sociedad se ha vuelto enorme. Ésta


es otra razón de la crisis del capitalismo húngaro. La acumulación originaria de
capital ha supuesto que el pueblo haya sido privado de sus recursos. Es resultado
de la política de inflación, de la política impositiva y de la política crediticia de los
gobiernos capitalistas de los últimos 20 años.
58 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

Hungría tiene una población de 10 millones de habitantes, 9 millones de los


cuales pueden ser considerados como personas que viven en unas muy precarias
condiciones de vida o incluso en condiciones de pobreza, y sólo un millón puede
considerarse beneficiado con los cambios sociales, con la entrada en la UE, etc.
Como muestran las siguientes cifras, el número de los desesperadamente pobres,
de quienes viven por debajo del umbral de la pobreza, se ha incrementado drás-
ticamente en los últimos años. En 1993, según estadísticas fiables, el 27% de la
población húngara vivía por debajo del umbral de pobreza. En Hungría había
aproximadamente un millón de pobres en 1980. Hoy, su número excede los 2,5
millones. La décima parte más rica de la sociedad tiene 7,3 veces más dinero que
la décima parte más pobre. Quizás sean los niños los que están en la situación más
difícil, casi la mitad de la población con menos de 18 años vive en una familia
que se encuentra bajo el umbral de la pobreza. En los últimos años, en el 53% de
los hogares descendieron los salarios reales. Esto significa que en estas familias el
incremento de los ingresos ha sido menor que el incremento de los precios.
Está aumentando el número de los llamados pobres a largo plazo. Los pobres
a largo plazo en Hungría provienen de distintos grupos sociales: los sin hogar, la
población rural, especialmente los que viven en micro-comunidades, los desem-
pleados o expulsados del mercado laboral, los hogares con más de tres niños, las
familias monoparentales, las ancianas solteras y la población gitana. Un tercio de
los pobres a largo plazo son de etnia gitana, aunque este grupo sólo supone el 5%
de la población húngara.
En los primeros meses de 2009, el ingreso medio en Hungría ha sido de 402
euros. Los trabajadores manuales perciben 295 euros, los intelectuales 511 euros.
El salario mínimo es de 250 euros. Hay que tener en cuenta que los precios de
consumo son prácticamente iguales a los de la UE.
En los últimos 20 años, la clase obrera ha perdido sus ahorros obtenidos en la
época socialista. Ahora los trabajadores utilizan sus últimas reservas, y muchos de
ellos no tienen ya más reservas. Se puede decir lo mismo de los intelectuales, los
profesores y los trabajadores sanitarios. La mayoría de la clase obrera y los intelec-
tuales se ha endeudado ampliamente para comprar un piso, un coche, una televi-
sión o, simplemente, para cubrir los costes de la vida diaria. Estos grupos sociales
no pueden movilizar nuevos recursos para hacer frente a las consecuencias de la
actual crisis.
Partido Comunista Obrero Húngaro 59

3. La tercera razón y elemento característico de la crisis en el capitalismo


húngaro es el extraordinariamente alto nivel de corrupción.
Hungría ocupa el puesto 39 en la lista de 179 países del Índice de Corrupción de
Transparencia Internacional para 2007. A pesar de las leyes anticorrupción, la falta
de transparencia crea continuos rumores sobre casos de corrupción en la gestión del
gobierno.
Las razones de estos fenómenos están vinculadas al propio capitalismo húngaro.
En primer lugar, la privatización de la propiedad estatal supuso prácticamente un
robo libre. Ahora, los diferentes círculos políticos y económicos luchan por una
mayor participación en el dinero de la UE, en los pedidos estatales y en las inver-
siones centrales. En segundo lugar, el sistema legal es muy confuso, lo que beneficia
a los que actúan en la economía sumergida. Hoy en día, aproximadamente el 30%
del PIB es producido en la economía sumergida. En tercer lugar, el actual sistema
político y legal es el resultado de acuerdos entre diferentes grupos de la clase capi-
talista realizados hace 20 años. Muchos de sus elementos ya han perdido su validez.
Como resultado de esta situación, el Estado capitalista no puede cumplir algunas
de sus funciones básicas, incluyendo el trabajo policial, la administración local, etc.

Posibles vías de desarrollo


El desarrollo futuro del capitalismo húngaro depende del desarrollo del capi-
talismo internacional y de los procesos que tienen lugar en los diferentes grupos
sociales de Hungría.

1. Las fuerzas capitalistas internacionales no quieren perder Hungría. Hun-


gría fue uno de los primeros países en cambiar el socialismo por el capitalismo, y
sirvió como ejemplo de lo acertado de la política de EEUU y Alemania en cuanto
a las contrarrevoluciones pacíficas. Ésta es una razón. La segunda es que el capital
internacional ha invertido grandes sumas de dinero en Hungría. Hoy, las deudas de
Hungría suponen el 97% del PIB del país. Las fuerzas capitalistas internacionales
quieren recuperar su dinero y, por eso, están dispuestas a ayudar. En 2009, Hungría
recibió 20.000 millones de euros como créditos stand-by.
El FMI y las fuerzas capitalistas internacionales quieren una situación política
más o menos estable en Hungría y la represión de todo posible movimiento anti-
capitalista, pero utilizando medios “acordes con los estándares de la UE”. La admi-
60 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

nistración Obama parece entender mejor que los países de la UE que el colapso del
capitalismo húngaro puede conducir a una serie de colapsos en la región. Todavía
no han logrado convencer a sus socios de la UE para que inviertan mucho más
dinero en la consolidación del capitalismo húngaro.
Para EEUU, resulta bastante indiferente qué grupo de la clase capitalista
gobierna políticamente Hungría. Le exigen a cualquier gobierno húngaro absoluta
fidelidad a EEUU y a la OTAN, así como la participación en las misiones militares
de la OTAN. En la política interna, la administración de EEUU espera una lucha
consecuente y ejemplar contra el antisemitismo y las fuerzas comunistas.
Los países dirigentes de la UE no expresan especial preocupación sobre la situa-
ción de los capitalistas húngaros. Según su experiencia, están convencidos de que en
una Hungría miembro de la UE y la OTAN no puede haber revoluciones sociales,
ni siquiera levantamientos sociales de gran envergadura. Los diferentes grupos polí-
ticos de la UE expresan sus simpatías por diferentes partidos políticos de Hungría.
Parece que tanto Alemania como Francia no están satisfechas con la actuación del
Partido Socialista Húngaro y no se opondrían a un cambio de gobierno.

2. La clase capitalista húngara está formada por diferentes grupos. El Partido


Socialista Húngaro (MSZP) y la Alianza de Demócratas Libres (SZDSZ) represen-
tan al gran capital que está estrechamente relacionado con el capital multinacional.
Tradicionalmente, están orientados política y económicamente hacia EEUU e Israel.
La coalición de los socialistas y liberales ha sido una solución óptima para las
fuerzas capitalistas internacionales durante mucho tiempo. Hungría toma parte
activa en todas las acciones militares iniciadas por EEUU y la OTAN, de Kosovo a
Afganistán. La mayor parte de la economía húngara se privatizó y se vendió, en pri-
mer lugar, al capital extranjero durante los gobiernos de estos partidos entre 1994
y 1998 y desde 2002 hasta ahora. El gobierno encabezado por el Partido Socialista
Húngaro ha sido capaz de dividir a los sindicatos que luchaban contra el gobierno y
de garantizar la “paz social”. Los socialistas fueron capaces de subordinar al MSZP a
todas las organizaciones políticas y civiles de izquierda, con la excepción del Partido
Comunista Obrero Húngaro. La coalición de los socialistas y los liberales ha decla-
rado la guerra al antisemitismo y garantizado excelentes posibilidades de desarrollo
para quienes pertenecen a la comunidad judía en Hungría. Según las estadísticas de
diferentes organizaciones judías, en Hungría viven entre 50.000 y 200.000 judíos.
La tasa de matrimonios entre judíos está alrededor del 60%.
Partido Comunista Obrero Húngaro 61

El gobierno MSZP-SZDSZ hace grandes esfuerzos, entre otras cosas, por cam-
biar la constitución e ilegalizar “la negación del Holocausto y la incitación pública
al odio racial”. El gobierno, preocupado porque Hungría fuera el lugar de Europa
donde tuvieron lugar algunos de los peores incidentes neonazis de los últimos
meses, ha planificado la reforma en respuesta a la indignación pública por estas
nuevas provocaciones.
A pesar de todos estos acontecimientos, las fuerzas capitalistas internacionales
no están satisfechas con la actual actuación de la coalición socialista-liberal. La
política económica neoliberal ha llevado a un importante empeoramiento de las
condiciones de vida. Millones de personas están insatisfechas y comienzan a expre-
sar de diferentes formas su actitud antigubernamental e, incluso, anticapitalista. El
empeoramiento de las condiciones de vida ha fortalecido dos tendencias en Hun-
gría, el antisemitismo y las acciones contra los gitanos.
La Fidesz –Unión Cívica Húngara- representa, en gran medida, a los pequeños
y medianos capitalistas, aunque no rechaza al gran capital. Está más orientada hacia
Europa y la UE en general. La Fidesz, que fue originalmente un partido liberal, es
hoy un partido que intenta unificar a todas las fuerzas conservadoras y nacionalistas.
Cooperan estrechamente con el Partido Popular Cristiano-Demócrata (KDNP).
Durante su gobierno entre 1998 y 2002, la Fidesz básicamente cumplió las
expectativas del capital internacional. Hungría tomó parte activa en la guerra contra
Yugoslavia y el “proceso de democratización” de Europa Oriental. La política del
gobierno de la Fidesz de apoyar las demandas de autonomía nacional de las mino-
rías húngaras en Rumanía, Eslovaquia y otros países supuso la crítica de algunos
países de la UE. Los círculos políticos de EEUU criticaron a la Fidesz porque, según
su análisis, no luchaba lo suficiente contra el antisemitismo. La Fidesz, mientras
apoyaba al capital multinacional, llevó a cabo muchas medidas de apoyo al capital
húngaro, principalmente, a los medianos capitalistas.
Desde 2002, la Fidesz ha demostrado que es el mayor partido de la oposición
y que es capaz de influir en los procesos políticos en Hungría. Organizó las gran-
des manifestaciones antigubernamentales en 2005-2006 e impulsó un referéndum
sobre asuntos básicos de política educativa y sanitaria del gobierno MSZP-SZDSZ.
El congreso de la Fidesz declaró que es necesario crear una “nueva mayoría”, inclu-
yendo no sólo a los aliados tradicionales de la Fidesz, sino a otras fuerzas políticas y
también a sindicatos y organizaciones civiles.
62 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

Al mismo tiempo, la Fidesz ha demostrado que no quieren exceder el marco de la


democracia parlamentaria o violar las normas generales de comportamiento político
de la UE. La Fidesz no apoyó las grandes manifestaciones sindicales de 2007-2009
aunque ello pudiera haberles supuesto buenos resultados. La idea de una nueva
mayoría no se ha concretado y la Fidesz no se ha abierto de manera expresa a otros
partidos.
Los dos grupos de la clase capitalista húngara representados por los partidos
políticos principales tienen intereses comunes y distintos. Todos ellos están inte-
resados en mantener el sistema capitalista. No quieren cambiar el sistema político
existente. Por eso no se modificará el límite del 5% para entrar en el parlamento.
Todos los grupos de la clase capitalista luchan por lograr una mejor posición en las
privatizaciones, en obtener dinero de la UE y en las grandes inversiones estatales. Al
mismo tiempo, todos ellos saben que su lucha interna no puede amenazar el interés
común de la clase capitalista. El MSZP quiere mantener el poder y la Fidesz quiere
alcanzarlo. Ambos entienden que la UE sólo permite utilizar métodos parlamenta-
rios.
El MSZP utiliza diferentes métodos para conservar el poder. En primer lugar, les
interesa la actividad del Movimiento por una Hungría Mejor (Jobbik). El Jobbik es
la fuerza de choque de la clase capitalista, juegan un papel similar al que previamente
jugó el MIÉP. El Jobbik cumple diferentes funciones. Al utilizar los sentimientos
nacionales y eslóganes radicales anticapitalistas, pueden manipular a la gente. Son
capaces de obtener votos de la Fidesz. Al mismo tiempo, utilizan otras “armas” que
no usan otros capitalistas: el anticapitalismo, el antisemitismo y las consignas contra
los gitanos. Pueden quitar votos también a las fuerzas comunistas. El Jobbik registró
la Magyar Gárda, el movimiento extremista paramilitar Guardia Húngara, en junio
de 2007, como “organización cultural” para “preparar a la juventud espiritual y físi-
camente para situaciones extraordinarias cuando sea necesario movilizar al pueblo”.
Según ha dicho el Instituto Progresista en un informe, hay una mayor receptividad
hoy en Hungría a los movimientos extremistas debido a la pobreza y la pérdida de
empleos resultante de la actual crisis económica.
En segundo lugar, los socialistas tratan de obtener todos los votos de izquierdas.
No pudieron subordinar al Partido Comunista Obrero Húngaro al MSZP, pero
fueron capaces de crear, en 2006, el “Partido Obrero Húngaro de 2006”, partido
revisionista que critica verbalmente el capitalismo pero apoya al gobierno socialista-
liberal.
Partido Comunista Obrero Húngaro 63

En tercer lugar, han ayudado al nacimiento de nuevas organizaciones, como el


partido “Puede haber otra política”, el cual, junto con el Partido Humanista, puede
crear una alternativa a los liberales.

3. En estas condiciones hay dos vías básicas por las que puede transitar la
sociedad húngara: la vía del capitalismo y la vía de la revolución socialista.
Desde el punto de vista de la alternativa capitalista, es de decisiva importancia el
hecho de que el campo de actuación del capitalismo húngaro esté principalmente
determinado por la enorme influencia del capital multinacional en la economía
húngara, por la dependencia política, militar e ideológica de Hungría respecto de
EEUU, la OTAN y la UE.
Dentro del desarrollo capitalista –insistimos, dentro del capitalismo y no como
alternativa al mismo– hay diferentes rumbos posibles. Uno de ellos es una mayor
subordinación de Hungría al FMI, a la UE y a otros centros capitalistas. Los gobier-
nos húngaros servirán a los intereses del capital multinacional liberalizando comple-
tamente todas las áreas del mercado húngaro, liquidando los restos de las empresas
húngaras y reprimiendo toda forma de protesta de las clases trabajadoras. Es la vía
de abandono pleno de la soberanía nacional de Hungría, la vía de la limitación y
opresión de los derechos democráticos.
Esta política continuará si los socialistas siguen en el poder. Lo declaran abierta-
mente y lo manifiestan con la política actual.
No tenemos ilusiones y no podemos tenerlas: esta política puede mantenerse
de una forma u otra, incluso si la Fidesz alcanza el poder. La Fidesz también es
un partido del gran capital, igual que el MSZP; la única diferencia entre ambos es
que en la base social de la Fidesz hay muchos más representantes de la pequeña y
mediana burguesía.
Los comunistas húngaros no debemos apoyar ni apoyaremos esta vía. Los comu-
nistas debemos saber que la vía neoliberal, pro FMI, empeorará las condiciones
del pueblo y puede llevar a una mayor radicalización de las masas. Los comunistas
debemos estar preparados para esta situación. Debemos luchar contra tal suceso, que
conduciría a un giro radical derechista en la política. No hay verdadero peligro de
que las fuerzas fascistas o, incluso, de derecha radical lleguen al poder. Las actuales
fuerzas extremistas no son lo suficientemente fuertes y tal hecho conduciría a una
inmediata intervención de la UE, como pudimos ver en Austria hace algunos años.
64 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

Pero existe la amenaza real de que las fuerzas capitalistas utilicen la crisis en
Hungría y el fortalecimiento de las fuerzas extremistas de derecha para establecer
una “dictadura democrática” dirigida a “salvar la democracia”.
En el marco de la vía capitalista de desarrollo, también podemos imaginar un
rumbo que dé más oportunidades al capital nacional, a las pequeñas y medianas
empresas húngaras. Tampoco podemos descartar la posibilidad de que, para evitar el
resentimiento de las masas y la aparición de conflictos sociales a gran escala, el capi-
tal haga algunas concesiones a las masas, intente mitigar los problemas económicos
y sociales del pueblo. En cuanto a la política exterior, también puede ocurrir que
Hungría siga un rumbo más equilibrado mientras mantiene su compromiso con la
UE y la OTAN. Por ejemplo, puede desarrollar relaciones más estrechas con países
árabes o latinoamericanos. Podemos observar el desarrollo de una alternativa similar
dentro del sistema capitalista en muchos países de América Latina.
Esta vía es posible en las condiciones del capitalismo. El actual gobierno y el
Partido Socialista Húngaro se oponen. El principal partido de la oposición, Fidesz,
que representa los intereses de los capitalistas medios húngaros, expresa su disposi-
ción a poner límites al capital multinacional, a apoyar a los empresarios húngaros y
a limitar los ingresos del gran capital y dar más a las masas. La cuestión es si Fidesz
–al llegar al poder– lo llevará a cabo realmente o buscará un acuerdo con el capital
internacional.
Esta vía no satisface plenamente los intereses de la clase obrera y supone única-
mente mejoras provisionales. Pero esta vía supone algunas mejoras para las masas
trabajadoras. Permite al PCOH cooperar con la pequeña y mediana burguesía sobre
la base de la lucha común contra el capital multinacional, los supermercados y la
explotación extranjera.
Este rumbo tendrá éxito si somos capaces de transformar el resentimiento popu-
lar en fuerza organizada y, así, forzamos a los gobiernos capitalistas a que pongan
restricciones al capital. El Partido Comunista Obrero Húngaro participa en la lucha
sindical, en el movimiento contra los desahucios, en las acciones civiles para incre-
mentar la influencia de los comunistas e instituir las fuerzas del descontento de las
masas.
Lenin escribió en “Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrá-
tica”: “El proletariado debe llevar a término la revolución democrática, atrayéndose a
la masa de los campesinos, para aplastar por la fuerza la resistencia de la autocracia y
paralizar la inestabilidad de la burguesía. El proletariado debe llevar a cabo la revolu-
Partido Comunista Obrero Húngaro 65

ción socialista, atrayéndose a la masa de los elementos semiproletarios de la población,


para destrozar por la fuerza la resistencia de la burguesía y paralizar la inestabilidad de
los campesinos y de la pequeña burguesía.”
Otra vía es la vía de la revolución socialista. Está claro que los problemas
básicos de la clase obrera sólo se pueden resolver en la vía de la revolución socialista
que supere el capitalismo. Los comunistas húngaros siempre hemos mantenido esta
posición, pero desde la contrarrevolución de 1989-1990 no habíamos hablado de la
posibilidad de la revolución socialista. ¡Ahora debemos hacerlo!
“La actual crisis es una expresión de una crisis más profunda, intrínseca al sis-
tema capitalista, que demuestra los límites históricos del capitalismo y la necesidad
de su derrocamiento revolucionario”. Esto se puede leer en la declaración conjunta
de los partidos comunistas y obreros en Sao Paulo. Nuestros partidos también
declararon: “Al enfatizar que la bancarrota neoliberal representa no sólo el fracaso
de una política de gestión del capitalismo, sino el fracaso del propio capitalismo, y
confiados en la superioridad de los ideales y el proyecto comunista, afirmamos que
la respuesta a las aspiraciones emancipatorias de los trabajadores y los pueblos sólo
se puede hallar en la ruptura con el poder del gran capital, con los bloques y alianzas
imperialistas, y por medio de profundas transformaciones de carácter liberador y
antimonopolista... Convencidos de la posibilidad de otro mundo, un mundo libre
de la explotación de clase y de la opresión del capital, declaramos nuestro com-
promiso con la continuación del camino histórico de construcción de una nueva
sociedad libre de explotación de clase y opresión, es decir, el socialismo”.
El Partido Comunista Obrero Húngaro seguirá la vía de la revolución socialista.
Ahora consideramos que es nuestra tarea básica y más importante el demostrar al
pueblo húngaro que el capitalismo no es la única forma de vida. Debemos demos-
trar que el capitalismo nunca nos dará una vida mejor, nunca nos dará sitio en los
parlamentos. Debemos obtenerlos por medio de la lucha consecuente y seria. Esta
vía es realista y podemos crear un nuevo mundo, el socialismo.
Naturalmente, recordamos las palabras de Lenin: “Toda revolución supone un
brusco cambio en las vidas de muchas personas. A menos que el momento esté maduro
para tal cambio, ninguna revolución real puede tener lugar”. Ahora mismo, no pode-
mos hablar de una situación revolucionaria en Hungría, pero podemos hablar de la
posibilidad de que el desenvolvimiento general de la crisis del capitalismo interna-
cional y sus consecuencias en Hungría pueda llevar al surgimiento de una situación
revolucionaria.
66 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

Consideramos que nuestra tarea principal es preparar al partido comunista para


tal situación. Las experiencias históricas muestran que las verdaderas situaciones
revolucionarias no se aprovechan si las circunstancias subjetivas no existen en el
momento oportuno.
Fortalecemos nuestra formación marxista-leninista. Los miembros y activistas
del partido deben entender la actual situación y el verdadero significado de la vía
revolucionaria.
Estudiamos la experiencia histórica de las revoluciones socialistas en Hungría
con el objetivo de utilizar las experiencias que se puedan aplicar hoy.
Estudiamos la experiencia de los partidos comunistas de Grecia, Portugal, Brasil,
Venezuela y otros países en la organización y estímulo de una mayor actividad de
las masas.
El partido organiza a sus dirigentes sobre nuevas bases. Estamos creando “cen-
tros locales revolucionarios” con el equipamiento informático móvil necesario.
Creamos “grupos de combate” móviles que pueden participar en diferentes
manifestaciones, acciones callejeras y actos solidarios.
Construimos una nueva organización juvenil con gente joven profundamente
dedicada a la idea de la revolución.
Hemos comenzado a ir directamente a las fábricas a hablar con los trabajadores.
Las experiencias son muy positivas.
Estamos abiertos a toda iniciativa anticapitalista y antimonopolista y participa-
remos en toda acción social que luche contra los supermercados, contra la política
de vivienda neoliberal, contra los desahucios de quienes no pueden pagar el gas o
la electricidad.
Hemos creado un sistema más efectivo de medios alternativos, utilizando el
periódico semanal Szabadsag (Libertad), internet y otros medios. Hemos creado un
amplio sistema de páginas web de organizaciones locales, utilizando la tecnología de
Youtube y otras nuevas tecnologías de internet.
Luchamos por una cooperación más efectiva de fuerzas comunistas en el ámbito
internacional. El PCOH ha abandonado el PIE porque no está de acuerdo con la
política revisionista y oportunista del PIE. Estamos seguros de que no necesitamos
una “nueva cultura política europea”, sino que necesitamos una muy consecuente
lucha contra el capitalismo, por los derechos de las masas trabajadoras. No sólo
Partido Comunista Obrero Húngaro 67

debemos criticar al capitalismo, sino organizar la lucha diaria de los trabajadores.


Queremos acabar con el capitalismo; la Izquierda Europea quiere mejorarlo. Nos
basamos en el marxismo-leninismo, teoría y práctica de la lucha de clases, y los
principios del internacionalismo proletario. La Izquierda Europea, desgraciada-
mente, se basa en el reformismo. La Izquierda Europea lucha contra el capitalismo
sólo verbalmente, pero, en la práctica, ayuda a fortalecer la imagen “democrática”
de la Unión Europea, del Parlamento Europeo y del sistema capitalista en general.

Lenin dijo: “No se puede predecir el momento y el rumbo de la


revolución. Está gobernada por sus propias leyes, más o menos miste-
riosas; pero, cuando llega, es irresistible” Debemos estar preparados.
Partido Socialista de Letonia 69

EN LAS RUINAS DEL NACIONAL-LIBERALISMO

Victor Matjushenok
Miembro del Consejo Editorial del periódico “Letonia Socialista”

Letonia en la situación de crisis global del sistema


Aunque los países bálticos y de Europa Oriental, debido a su participación en
la OTAN y la UE, se suelen denominar en conjunto como países de la “Nueva
Europa”, las circunstancias políticas y socioeconómicas son diferentes en cada uno
de ellos. Además, a causa de numerosos factores, Letonia está en oposición incluso
a sus países vecinos, como Estonia y Lituania, aparte de Polonia y República Checa.
Consecuentemente, son diferentes los medios ideológicos y los medios de propa-
ganda utilizados antes y ahora por los regímenes burgueses para tomar y mantener
el poder.
Si observamos desde fuera lo que pasa en Letonia, sin tener en cuenta dichos
factores, es difícil recibir una imagen auténtica: desde la especificidad del espectro
político y las preferencias de los votantes en las elecciones a los factores que influyen
en la protesta social y las dificultades concretas del trabajo político entre las masas.
70 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

La contrarrevolución letona:

nacionalista en su forma, capitalista en su contenido


El derrumbe de la URSS, que tuvo lugar en 1991, como resultado de la presión
ejercida por el capital internacional y la traición de los líderes del país, se desarrolló
bajo circunstancias diferentes y muy específicas dependiendo del status administra-
tivo y la estructura étnica de cada región. Si en Rusia o en Bielorrusia dominaban
la conciencia pública mitos e ilusiones acerca de una orientación totalmente demo-
crática y enfocada al mercado, en Letonia, en cuanto el denominado Frente Popular
de Letonia (FPL), tras la crisis de poder, se sintió fuerte, la visión de una “reforma
socialista” fue rechazada inmediatamente y el apoyo de fuerzas externas imperialistas
despejó el camino para la restauración de la república burguesa letona del tipo de la
de los años 1920-1940.
El apoyo a la restauración del poder burgués provocado, en primer lugar, por la
propaganda del FPL y, luego, por interés personal mercenario de los antiguos propie-
tarios, tenía el carácter de una “nostalgia histórica” romántica original en una parte
de la sociedad y, por otro lado, se basaba en las amplias ilusiones en ese momento
sobre la abundancia del mercado. Esto permitió a fuerzas antisocialistas apoyar la
demagogia sobre los “valores universales”, la “democracia” y el “libre mercado” prác-
ticamente hasta agosto de 1991.
La paradoja es que la república letona burguesa de 1940 ni era un ejemplo de
democracia, ni lo era tampoco de notoria libertad de mercado. En 1934, el primer
ministro Karlis Ulmanis, no sólo había dado un golpe de Estado, disuelto el parla-
mento, ilegalizado los partidos y establecido una dictadura militar y policial, sino
que también desarrolló varias medidas de regulación económica estatal y administra-
tiva, especialmente en las esferas del comercio y la producción agrícola.
Básicamente, estas medidas arrojaron resultados positivos en el contexto de la
crisis económica de aquel período y, por eso, incluso después de décadas, el período
de la dictadura burguesa, con rasgos considerables de etnocracia, permaneció en la
conciencia de las masas como “época de prosperidad y orden”.
También a causa de estos recuerdos nostálgicos, uno de los factores psicológi-
cos más importantes para la restauración del capitalismo en Letonia es el nacional.
Esta particularidad afectó también a la acción del Partido Comunista Letón (PCL)
durante aquel período y ha predeterminado la complejidad de la situación en el
movimiento de izquierdas hasta nuestros días.
Partido Socialista de Letonia 71

Es obvio que si el FPL y otras fuerzas políticas, incluyendo a los derrotistas del
PCL, hubieran defendido sólo la restauración de la estructura capitalista, no habrían
tenido un apoyo tan masivo. No obstante, el pueblo letón tenía bastante educación
política y los derechos sociales (como el seguro de paro, la atención médica gratuita,
garantizada por el Estado, educación y vivienda) recibidos durante décadas, práctica-
mente durante una generación, eran tan notables que la gente afrontó la propaganda
del mercado liberal con bastante escepticismo.
Las dudas sobre los sentimientos nacionales, los cuales, por naturaleza, no per-
tenecen a la esfera racional, sino a la emocional, acabaron suponiendo no sólo una
desorientación política de buena parte de la población, sino también permitieron
su división según criterios nacionales, calificando de esta manera a los partidarios
del socialismo como “enemigos de los letones” y otorgando a la contrarrevolución
burguesa cierto tinte de “movimiento de liberación nacional”.
Es más, actualmente, el espectro político letón está dividido no sólo según el crite-
rio sociopolítico (los partidos de la derecha expresan los intereses del capital y los de
la izquierda los de los trabajadores asalariados), sino también según criterios étnicos.
Los partidos letones no son sólo liberales, conservadores o socialdemócratas, sino
nacional-liberales, nacional-conservadores o, incluso, ¡nacional-socialdemócratas!
Además de estos partidos, están los partidos centristas y centroizquierdistas, quienes
tratan de resolver los problemas nacionales a través de acuerdos o, simplemente,
evitando mencionarlos en sus programas. Por último, está el Partido Socialista de
Letonia; este último es un caso único, que realmente defiende las posiciones del
internacionalismo marxista clásico.
En su IV congreso, los socialistas declararon: “La política del régimen actual es
posible porque estábamos divididos; intentan dividirnos bajo criterios nacionales. Está
hecha a propósito, así es más fácil manejar al pueblo y hacerlo callar. ¡Estamos en contra
de esta política!” (1).

La desindustrialización como método de lucha contra el movimiento obrero


Uno de los fenómenos característicos en los países donde ha habido una restau-
ración del sistema capitalista fue que la desaceleración económica causó la destruc-
ción de la economía, ante todo del sector productivo. Muy significativo, y quizás el
ejemplo más representativo de aquella serie de hechos, fue Letonia, quien, durante
la época soviética, era una de las repúblicas más desarrolladas de la URSS. Aparte
1 “Partido Socialista de Letonia. Documentos Históricos”.Riga, 2006, p. 134
72 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

de la recesión inevitable provocada por la ruptura de relaciones económicas desarro-


lladas con otras repúblicas de la Unión y los países del campo socialista, así como
la transición hacia métodos capitalistas de gestión, la razón evidente es el carácter
depredador de la privatización, la acumulación primitiva de capital por parte de la
nueva burguesía y la aspiración de importantes empresas europeas y mundiales por
tomar el control total o, simplemente, liquidar, como competidores potenciales, a
los sujetos económicos de Europa Central y Oriental y la antigua Unión Soviética.
Al mismo tiempo, en el proceso participaron otros muchos intereses, incluyendo
algunos muy específicos que se pueden mencionar en el caso de Letonia. Las accio-
nes del gobierno burgués en cuanto a la destrucción de la economía productiva se
definieron por una combinación de los siguientes factores:
a) Cumplimiento de las “órdenes” del gran capital extranjero en cuanto a la
liquidación de los mercados de materias primas y la destrucción de posibles
competidores.
b) Privatización de los activos materiales por parte de la nueva burguesía y
de los antiguos dirigentes soviéticos, y también por una élite del partido con
ánimo de lucro. Es una típica variante depredadora de la acumulación origi-
naria de capital.
c) Destrucción de las grandes concentraciones obreras, consideradas como
base de la consolidación de clase y de la protesta sociopolítica.
d) Aplicación del concepto nacionalista del “estado étnico”.
e)Falta de expertos profesionales para la dirección de grandes estructuras
industriales entre las nuevas capas dirigentes.

Los dos primeros factores son habituales en muchos países del antiguo campo
socialista. En cuanto a los demás, hacen falta algunas explicaciones. La cuestión es
que, aparte de la energía y los medios de comunicación y transporte, que son la base
para unas condiciones de vida normales en el siglo XXI, hoy en día, Letonia prác-
ticamente no tiene industrias que mantengan el valor, la producción y la mano de
obra de la etapa anterior. La mayoría de ellas, básicamente en el ámbito metalúrgico,
la producción de herramientas, la ingeniería mecánica, eléctrica y microeléctrica,
en las que trabajaban decenas de miles de obreros, fueron prácticamente destruidas
en la última década del siglo pasado. No caben dudas de que la situación es muy
particular. Los líderes del país, negando totalmente el socialismo, tendrían que haber
Partido Socialista de Letonia 73

entendido que tal destrucción de la industria perjudica no sólo la potencialidad eco-


nómica del país, sino también su propia existencia.
No obstante, la avidez y el miedo a una posible protesta social reforzó aquellos
argumentos y, en 2004, Letonia entró en la Unión Europea con una “industria”
que se caracterizaba por un nivel de equipamiento y un número de trabajadores
más propio de industrias de principios del siglo XIX: el 76% de todas las empresas
que operaban eran micro-empresas con hasta 9 trabajadores, y, el 20%, empresas
pequeñas con entre 10 y 49 trabajadores.(2)
La nueva burguesía recubrió el miedo de clase con retórica nacionalista, que ya
se había puesto en marcha para la toma del poder y había demostrado su eficacia.
Había calificado a los sectores de la gran industria como ámbitos “ajenos a la men-
talidad del pueblo letón”, “ impuestos por fuerzas externas” y, por tanto, sin futuro
en un estado étnico.
En el programa del FPL del año 1989 se demuestra tal enfoque: “El FPL estima
que ... en caso de necesidad, sería imprescindible la planificación de la remodelación
o, incluso, el cierre de algunas empresas.”(3) Como resultado de su política, resulta
que esta extraña “necesidad” se refería a todas las empresas.
Aquí debemos aclarar que la composición étnica de la población urbana y, en
particular, el empleo en la industria, difería significativamente de otras áreas: debido
a algunos motivos históricos, la mayor parte del personal de ingeniería y producción
no era letón. Una parte de él (pero no todo, como afirmaban los ideólogos naciona-
listas) llegó a Letonia de otras regiones de la URSS entre los años 50 y 80 del siglo
pasado. Por ejemplo, entre 1976-80, la proporción de crecimiento de mecánicos en
el cómputo del crecimiento de la población urbana fue del 71 %, y, en 1981-82, del
67%.(4)
Esta situación ha servido, después de 1991, como “base legislativa” para la priva-
ción de sus derechos civiles y los de sus descendientes (!), equiparando su posición
a la de los inmigrantes ilegales, a pesar de que esta gente había obedecido las leyes
vigentes en aquella época y se había trasladado dentro del territorio administrativo
de un solo país, la URSS.
Utilizando la misma demagogia y los sentimientos nacionales, los gobernantes,
en nombre del mantenimiento del poder, pudieron imponer a los votantes la idea
2 Ibid., p.534
3 Programa del Frente Nacional de Letonia. Riga, Avots, 1989, p.16
4 “Las tendencias futuras en la población de la República Socialista de Letonia”. Riga, Zinatne, 1986, tabla. 2-4
74 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

delirante del peligro para el desarrollo nacional en el caso de que existieran en el país
personas de otro país, que hablaran otro idioma, y la necesidad de destruir la base
industrial para facilitar su salida de Letonia.
La mayoría de los no letones que trabajaban en la industria no ha abandonado el
país (vinculaban su vida a Letonia, que, para muchos de ellos, era su tierra natal -los
“extranjeros” son, por regla general, personas nacidas en Letonia). Hoy en día, 18
años después, en este país viven más de 300.000 “extranjeros”, que se ven desgracia-
damente afectados por los objetivos sociopolíticos básicos de la derecha nacionalista.
Bajo la capa del nacionalismo, no sólo se ha producido división social, sino también
una pérdida masiva de solidaridad y conciencia de clase. Los trabajadores de los gran-
des sectores industriales destruidos se han convertido en pequeños comerciantes, en
artesanos, en trabajadores del sector agrícola. Los administradores de las grandes
empresas colectivas agrícolas se convirtieron en propietarios de grandes parcelas y
explotaciones, y los agricultores volvieron a la economía agrícola de subsistencia.
Una parte de los obreros, a causa del caos económico, simplemente vieron degradada
su condición de miembros de pleno derecho de la sociedad.
Un dato muy característico es el siguiente: aunque haya habido períodos difíciles
en cuanto a las condiciones sociales y económicas, e índices alarmantes de paro y
garantías sociales muy limitadas, en Letonia, después del año 1991, no se ha produ-
cido ni una sola huelga en el sector industrial.

El salto fallido del “tigre báltico”


Cabe señalar que, en los primeros años 90, se avanzó rápidamente en la creación
de nuevas estructuras y atribuciones estatales. Estos éxitos fueron en gran medida
formales, hacia el exterior, propagandísticos y demostrativos, pero, no obstante, crea-
ron la ilusión de que la derecha nacionalista cumplía con las obligaciones contraídas.
Por ello, a pesar del colapso económico y el hecho de que las condiciones económicas
eran, para gran parte de la población, muy difíciles, las condiciones sociales eran
bastante estables. Esto se debe a diversas razones.
En primer lugar, la carga emocional que resultó de la restauración de la indepen-
dencia estatal. Para hablar con precisión deberíamos referirnos sólo a la recepción de
la soberanía formal, en unas condiciones de pura dictadura y manipulación externa
de las autoridades locales por parte del capital internacional; pero, en cuanto a la
conciencia general, no parecía haber diferencia. Si para los ciudadanos de Rusia, por
ejemplo, la década de los noventa significa no sólo dificultades económicas y falta
Partido Socialista de Letonia 75

de bienes materiales, sino también humillación moral asociada al colapso del viejo
Estado y la incapacidad del nuevo de llevar a cabo las funciones internas y externas,
para los letones eran tiempos bastante creativos: nuevas estructuras de poder y de
gestión del Estado, del sistema monetario, la policía, el ejército, etc. En este caso,
además del factor moral, había uno material: en un período de colapso de la indus-
tria y las grandes empresas agrícolas, el ámbito público y, más que nada, el servicio
público, no sólo suministraba un salario fijo, sino también el máximo posible de
garantías sociales, perspectivas de autorrealización y carrera en el sector público.
A esto hay que añadir el apoyo político y, en parte, económico a la restauración
del sistema capitalista por parte del imperialismo internacional y el buen uso de la
“ventaja de la posición geográfica” y de la potente infraestructura creada en la época
soviética en forma de carreteras, oleoductos y puertos. Durante el saqueo total del
legado económico socialista, Letonia fue lugar de paso de materias primas valoradas
en miles de millones de dólares, y los flujos financieros dejaban una mínima pero
significativa parte para un país pequeño en forma de impuestos y otros ingresos
diversos. En este caso, el tránsito y la exportación de capital tenía frecuentemente un
origen dudoso, incluso desde el punto de vista de las nuevas leyes del mercado, que
también influyeron en el comportamiento de los políticos locales y las características
de los partidos políticos, que servían a los intereses de la nueva burguesía. Aparte
de los casos de corrupción real, han aparecido centros específicos, zonas de mayor
prosperidad, en Riga, Ventspils, Jurmala, lugares de desarrollo de los negocios de
tránsito, de concentración del capital bancario y de residencia de los “nuevos ricos”.
En consecuencia, aquellos grupos de trabajadores que estaban empleados en esas
áreas, o que trabajaban para los propietarios del capital, tenían más rasgos de peque-
ñoburgueses que de proletarios.
Todo esto lo entendió la gente que era activa y que defendía las posiciones marxis-
tas. En 1995, en el primer congreso del PSL, en las resoluciones especiales se incluyó
el fragmento siguiente: “La dirección que lleva el Estado en nombre del máximo órgano
legislativo, el Gobierno y el Banco Central conduce a la degradación del país. Las fuerzas
políticas actualmente en el poder han convertido la economía en su propia fuente de
recursos y resuelven frenéticamente sus problemas de propiedad”.(5)
Sin embargo, la crítica de los socialistas hacia la estructura sociopolítica y las
acciones de las autoridades, dados los factores anteriormente citados, fue percibida
por la sociedad de manera muy débil, aunque en general la injusticia política y
social y la discriminación étnica eran más que claras en el país y una buena parte
5 “Partido Socialista de Letonia. Documentos Históricos”, p. 68
76 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

de la población soportaba condiciones bastante duras: incluso los índices oficiales


(subestimados) de paro llegaban, según qué regiones, a un 27% de la población
activa, y, por otra parte, 20.000 niños no estaban escolarizados y 710.00 habitantes
(¡de un total de 2,3 millones!) no disfrutaban de los derechos civiles básicos (por
lo tanto, quedaban excluidos de la vida política, incluso a nivel municipal). Sin
embargo, el Partido Socialista de Letonia, bajo condiciones tan difíciles y sin aliados
políticos, consiguió diputados en el parlamento letón, lo que demuestra la existencia
de un gran número de simpatizantes.
En cuanto a la economía, es más que evidente que el sector de transportes y
construcción y, más precisamente, el de los servicios, son objetivamente auxiliares del
manufacturero. Por ello, las consecuencias del colapso de la industria a gran escala
y de la agricultura colectiva ya habían producido efectos en los últimos años de la
década de los noventa del siglo pasado. Por razones diversas, hubo problemas en el
sector del tránsito, en las ramas y empresas que se mantuvieron al servicio del mer-
cado interno letón y las exportaciones a Rusia, porque recibieron mucha presión por
parte de grandes competidores europeos (principalmente, la industria alimentaria y
ligera). El tipo de cambio de la divisa nacional, el lat, sobreestimado por parte del
Banco de Letonia, tuvo consecuencias muy graves para la economía.
En estas circunstancias, las fuerzas políticas gobernantes del país aprovecharon
para incorporarse a la OTAN y la UE. Aparte de lo obvio, es decir, que era resultado
de la presión del imperialismo internacional (siendo, ante todo, política de EEUU),
la posibilidad de incorporación a la UE suponía para la derecha letona una salva-
guarda de la quiebra social, económica y política. Cuando la perspectiva de la inte-
gración se hizo real, y ya era necesario convencer a la población (contrariamente a las
autoridades, la población desconfiaba de la integración), el Ministro de Economía
de entonces declaró y admitió abiertamente que, si no se producía la incorporación
a la UE, el país estaría condenado a un catastrófico déficit de pagos. Por lo tanto, los
gobernantes acordaron integrarse bajo condiciones desventajosas, tanto económica
como socialmente, y dichas condiciones no se sometieron al escrutinio público.
La posición del PSL, que analizaba objetivamente las ventajas de la integración
europea, fue identificar a la UE como una unión del gran capital europeo, creada
para garantizar, en primer lugar, sus propios intereses de clase. V.I. Lenin, hace casi
cien años, hizo una estimación muy precisa sobre tal unificación de Europa: “Desde
luego, son posibles los acuerdos temporales entre los capitalistas y entre las potencias. En

6 Lenin, V.I. “La consigna de los Estados Unidos de Europa”. Ed. Gospolitizdat, Moscú, 1952, vol.21, p. 310
Partido Socialista de Letonia 77

este sentido, son también posibles los Estados Unidos de Europa, como un acuerdo entre
los capitalistas europeos... ¿Sobre qué? Sólo sobre el modo de aplastar en común el socia-
lismo en Europa”.(6)
Por lo tanto, para los socialistas letones, fueron claramente razones políticas las
que hicieron que se promoviera la entrada en la UE de estos países; su aceptación
previa en la OTAN lo demuestra francamente, ya que no estaban de ninguna manera
preparados para esa entrada en cuanto a los criterios económicos.
Al mismo tiempo, el Partido Socialista trató de utilizar las oportunidades de con-
tacto a nivel del Parlamento Europeo para establecer vínculos más estrechos con
representantes de partidos comunistas y obreros de los países europeos y establecer
con ellos una cooperación fructífera en interés de los trabajadores letones.
Incluso en 2000, cuando estos asuntos apenas habían comenzado a comentarse
en la sociedad, el PSL había definido claramente su posición: “... no vemos la via-
bilidad económica y política de la adhesión de Letonia a la UE. Al unirse a la UE,
Letonia perderá la mayor parte de su independencia económica, política, cultural, toda
la economía nacional en sentido global”.(7)
Desde la integración de Letonia en la UE han pasado ya cinco años. Las conse-
cuencias a corto plazo de la falta de preparación de Letonia y la actitud francamente
aventurera e irresponsable de los políticos de la derecha, quienes estaban ocupados,
ante todo, en la integración económica europea, demuestra que la posición socialista
era la correcta. La presencia de Letonia en la UE no ha aportado prácticamente
nada al pueblo en materia de seguridad social o en cuanto a garantía de derechos
civiles y políticos: el sistema de garantías sociales es, como antes, débil e imperfecto,
las prohibiciones políticas siguen ahí. Las condiciones salvajes y humillantes de los
“extranjeros” se mantienen; la persecución de opiniones políticas, también.
No obstante, las inyecciones monetarias de las estructuras de la UE y la actividad
del capital internacional (principalmente, financiero y especulativo) han provocado
un aumento de la actividad económica. El crecimiento del PIB alcanzó un record del
11% en 2007, permitiendo que los propagandistas de la derecha hablaran de Letonia
como si fuera “el tigre económico del Báltico”, y permitiendo también la alianza de
los partidos de derecha nacional y liberales para obtener la victoria en las elecciones
parlamentarias de 2006.

7 “Partido Socialista de Letonia. Documentos Históricos”, p. 191


78 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

Así, la economía real ha sufrido unas consecuencias considerables: la industria


azucarera está destrozada y hay graves dificultades en los sectores agrícola y pesquero.
Aún más perjudiciales han sido las actividades incontroladas de los bancos extranje-
ros en el país y la fiebre del crédito y la especulación sobre los bienes inmuebles, pro-
vocada por los bancos con el consentimiento silencioso del gobierno. Y eso a pesar
de que, en el siglo XIX, en su obra “El Capital”, Karl Marx escribió sobre la doble
naturaleza inherente al sistema de crédito y solvencia: “De una parte, el desarrollar los
resortes de la producción capitalista, el enriquecimiento mediante la explotación del tra-
bajo ajeno, hasta convertirlos en el más puro y gigantesco sistema de juego y especulación,
reduciendo cada vez más el número de los contados individuos que explotan la riqueza
social y, de otra parte, el establecer la forma de transición hacia un régimen de producción
nuevo.”(8). Evidentemente, las consecuencias negativas empezaron a expresarse ya
antes de la crisis actual del sistema capitalista. Y esto no debería sorprendernos, si
tenemos en cuenta el crecimiento de la deuda externa de Letonia:

Año, trimestre, millones de lats 2004 III 2005 III 2006 III 2007 III 2008 III
Deuda externa (neto) 2 002.4 2 787.5 4 275.8 6 940.2 8 684.0

En 2008, el gobierno letón llegó a acuerdos con el FMI, el Banco Mundial y la


Comisión Europea para recibir créditos por 7.500 millones de euros hasta finales de
2009 (5.122 millones de lats) y la deuda pública total es ya más de dos veces superior
al presupuesto anual. Para un país tan pequeño como Letonia, esta situación, combi-
nada con la destrucción de la economía productiva y la ausencia de recursos naturales
para exportar, significa la servidumbre por deudas, prácticamente sin posibilidad de
solución, y la pérdida de toda independencia. Para el pueblo, esta situación supone
el deterioro significativo de la prosperidad material y de la seguridad social.

La pasividad social: rendirse es más fácil que luchar


En las condiciones de crisis social y económica que se desarrolla en Letonia desde
el principio de los años noventa del siglo pasado, sería lógico esperar que hubiera un
ambiente de protesta y actividad por parte de los trabajadores, sobre cuyos hombros
se están cargando el peso principal de las consecuencias de la restauración del capi-
talismo, los errores y los abusos de poder de los partidos burgueses de derecha. Sin
embargo, hasta los acontecimientos del 13 de enero de 2009 (cuando se produjeron
en Riga enfrentamientos con la policía, ante el intento de penetración en el edificio

8 “El Capital”, C. Marx y F. Engels. Textos, Ed. Gospolitizdat. Moscú, 1961, vol. 25, p. 485
Partido Socialista de Letonia 79

del Parlamento, y disturbios en las calles), en el país no había nada que se pudiera
llamar protesta social seria.
El PSL, a través de sus organizaciones de base, con la ayuda del periódico “Leto-
nia Socialista”, una página propia en internet y varias acciones, tanto en las campa-
ñas electorales como en fechas de importancia histórica (como el 1º de mayo o la
celebración de la victoria sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial),
siempre ha explicado a los trabajadores lo que está pasando en el país, sus causas y
sus consecuencias, y propone la alternativa. No obstante, debemos reconocer que,
a pesar de la popularidad de las ideas socialistas entre los trabajadores (algo que se
expresa también por la cantidad de votos recibidos por el PSL en varias elecciones),
aún no ha habido una consolidación a nivel de demandas sociales y económicas y de
incremento de la conciencia de clase.
Las razones, mencionadas anteriormente, de la pasividad social a comienzos de
los años noventa, durante el período de la restauración capitalista, que conducen a
una posición residual de los sectores obreros activos en la última década, se dan por-
que, después de la integración de Letonia en la UE, las fuerzas políticas dominantes
pudieron “exportar” una parte de los problemas sociales graves. Los más sensibles,
como el paro y los salarios bajos, fueron eliminados con la apertura de los mercados
laborales en países como Irlanda y Gran Bretaña.
En el informe al XI Congreso del PSL se señalaba: “La gente se va a trabajar fuera
no porque Letonia sea un país desagradable, sino porque, viviendo y trabajando aquí, no
pueden apoyar a sus familias. La gente está dispuesta a sufrir privaciones, a separarse de la
familia y parientes para vivir, para mantener a sus ancianos padres, cuyas pensiones mise-
rables ni siquiera cubren las necesidades básicas, y para que sus hijos puedan estudiar.”(9)
Dada la circunstancia de que en dos horas (duración del vuelo de Letonia a Gran
Bretaña), el parado letón llega a un país en el que incluso el salario mínimo es cinco
o más veces superior al que podría obtener en su patria, es muy difícil convencerle de
que no aproveche esta posibilidad y se quede para lograr una mejora en las condicio-
nes de vida en su patria por medio de la lucha de clases.
A estos procesos se añade la denominada “fiebre del crédito”. Los trabajadores de
los países europeos están familiarizados con los métodos utilizados por los grandes
bancos internacionales, y la experiencia de la vida bajo el capitalismo les hace reac-
cionar de manera más adecuada a las promesas generosas de los anuncios bancarios.
Los letones (igual que los habitantes de otros antiguos países socialistas) están psico-
9 “Partido Socialista de Letonia. Actas del XI Congreso”, Riga, 2008 p.
80 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

lógicamente indefensos ante la tentación del crédito. Durante la recuperación eco-


nómica de los primeros años tras la integración en la UE, un número importante de
trabajadores, no sólo del servicio público y de negocios pequeños y medianos, sino
también de las ramas de algunos monopolios, del transporte y de la construcción,
tuvieron la posibilidad de comprar un piso, muebles de lujo o un coche nuevo. Claro
que se trataba de compras a crédito, con estimaciones infladas especulativamente de
bienes inmuebles y con complicadas y exigentes condiciones de pago.
Pero, en aquel momento, a estas personas les parecía que se hacían realidad las
promesas de la “sociedad de consumo” y la “igualdad de oportunidades” del capi-
talismo moderno. Los intentos de explicarles el error de tales engaños, el peligro de
caer en las redes bancarias o, especialmente, indicar los fallos de la situación econó-
mica del país, no fueron tenidos en cuenta.
La esencia de la conciencia pública de la generación que hoy en día es laboral-
mente activa, que no ha conocido los beneficios y garantías del socialismo real, que
ha crecido en la primera fase de restauración de la barbarie capitalista, combina
esta situación con la influencia de la propaganda burguesa falsa. Por ejemplo, en un
sondeo entre alumnos de secundaria (jóvenes entre 17 y 19 años) para estimar su
actitud hacia conceptos sociopolíticos y éticos básicos, un tercio de los participan-
tes percibía positivamente conceptos como “socialismo”, “solidaridad”, “altruismo”,
pero negativamente el “comunismo” o el “colectivismo”.
Eso demuestra problemas serios en la comprensión de las bases sociales por parte
de la nueva generación, contradicciones en sus opiniones y sus creencias. Por una
parte, en base a las historias de los miembros mayores de la familia, de acceso a fuen-
tes objetivas de la información, el concepto de “socialismo” no provoca emociones
negativas. Por otra parte, sobre la base de la ideología oficial estatal, expresada en
el contenido de los manuales y programas escolares de historia y ciencias sociales,
la campaña política de la UE para igualar al nazismo el comunismo, en cuya van-
guardia están los políticos de la extrema derecha letona, se provocan ciertamente
sentimientos negativos hacia el “comunismo”.
La destrucción de las grandes empresas industriales y su división ha influido bas-
tante en el comportamiento de la gente. Acciones tales como reuniones sindicales
y piquetes con exigencias económicas muy leves y limitadas que han tenido lugar
en Letonia demuestran esta fragmentación. Prácticamente, todas ellas se hicieron
por separado: maestros, médicos, agricultores, policías, trabajadores de empresas
pequeñas destruidas se movilizaron con exigencias exclusivas de cada sector y nunca
Partido Socialista de Letonia 81

expresaron voluntad de alcanzar objetivos comunes. No se puede pasar por alto que
casi todos los grupos ya mencionados de insatisfechos se hallan en la esfera no pro-
ductiva. En cuanto a los productores, únicamente los agricultores han emprendido
acciones como la ocupación de carreteras o “manifestaciones de tractores” en Riga,
que tuvieron lugar el invierno pasado. Sin embargo, sus exigencias, por una parte,
tenían un carácter muy específico de su sector, por otra, únicamente expresaban su
deseo de obtener las subvenciones presupuestarias y, en este aspecto, no se diferen-
ciaron mucho de las protestas de los funcionarios. Hay que tener en cuenta que a
la mayoría de estos agricultores no le interesa la agricultura. Siendo propietarios de
grandes terrenos y, frecuentemente, también de las empresas de elaboración, tienen
capital, contratan a mano de obra y, objetivamente, son representantes de la capa
media de la burguesía rural.
La ausencia de solidaridad afecta a casi cualquier protesta u oposición a las polí-
ticas derechistas del gobierno. Por ejemplo, durante el referéndum del 2008 sobre el
cambio del sistema de pensiones, los partidos en el poder consiguieron convencer a
los jóvenes trabajadores de que se abstuvieran, ya que, en la caja social, el incremento
en el pago de la jubilación a los pensionistas actuales podría dañar a sus ahorros
futuros. El referéndum fracasó a causa de la baja participación.
Una situación similar de contraposición de intereses de los trabajadores se pro-
duce en los pequeños y grandes hospitales rurales y urbanos, así como en las escuelas,
provocada por la realización de “reformas” en la educación y en los servicios de salud
pública, que sufrirán los efectos de la crisis por medio de recortes presupuestarios
llevados a cabo por los partidos de derechas.

El eslabón débil de la restauración capitalista


La presente situación socioeconómica mundial, agravada por factores internos
específicos, ha llevado al pueblo a la pérdida de la confianza en la capa dirigente de
Letonia y a conflictos con la policía el 13 de enero –que fue sólo el primer aviso a
las autoridades. En el futuro próximo puede verse radicalmente afectado el orden
político en el país. Por primera vez en dos décadas, el bloque de centro-izquierda
“Centro de Unidad”, donde está el PSL, con firmeza ocupa el primer lugar en las
preferencias de los votantes. En las elecciones al Parlamento Europeo, el bloque
obtuvo dos escaños, uno de los cuales lo ocupa el presidente del PSL, Alfred Rubiks.
En las elecciones municipales, el “Centro de Unidad” recibió la mayoría en una serie
de ayuntamientos, incluso en la capital (aunque en coalición con un partido de cen-
tro-derecha). Hay una oportunidad real de que este bloque de fuerzas obtenga una
82 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

mayoría o “una minoría de bloqueo” en las elecciones parlamentarias. Así, Letonia


puede convertirse en un “eslabón débil” entre los países del antiguo campo socialista,
que, en este último período, han adoptado constantes tendencias derechistas.
Esta opción es posible en base a varias razones. Ante los graves problemas sociales
y económicos, la población de Letonia inevitablemente se preguntará: ¿Por qué ha
pasado, quién es el culpable y cómo se puede resolver esta situación? La respuesta
sobre el culpable es obvia, incluso para aquellos sectores de la población que son
totalmente apolíticos o que están lealmente adaptados a los poderosos. Además, los
partidos de la derecha, dentro de los límites de la ideología dominante del libera-
lismo de mercado, no pueden ofrecer alternativas para salir de la crisis. Así, empieza a
verse afectado también al segundo componente ideológico del esquema actual letón:
el nacionalismo. Engañado durante años por sus propias ideas (que fueron apoyadas
también por una serie de medidas de proteccionismo nacional -por ejemplo, en el
campo de la educación o la selección de personal), el pueblo comienza a pensar que
si los líderes mintieron sobre “el mercado autorregulado” o la “justicia social en el
capitalismo”, sería probable que también mintieran sobre las amenazas provenientes
de gente de otra nacionalidad, cultura y lengua. Si esta percepción se enraíza en una
parte considerable de los trabajadores, será capaz de derribar uno de los obstáculos
para la solidaridad en la lucha por el cambio del sistema social en Letonia: la des-
unión nacional.
Conscientes de esto, los políticos letones recientemente han desplazado su aten-
ción de la oposición interétnica a la búsqueda del enemigo externo. Y han optado
por el vecino: la Federación Rusa, hacia quien se dirigen reproches históricos y polí-
ticos, incluso exigencias materiales. En el fondo de esta política está el concepto de la
“ocupación soviética” y ¡en Letonia incluso existe una comisión estatal para estimar
el daño supuestamente provocado por la URSS de 1940 a 1991! El Ministerio letón
de Asuntos Exteriores y los diputados letones de derecha en el Parlamento Europeo
trabajan en la misma dirección, consiguiendo calificar la ideología comunista de
criminal e igualarla a la nazi.
Característicamente, estas acciones no sólo no son condenadas por los influyen-
tes partidos socialdemócratas, cristianodemócratas o, incluso, “socialistas” europeos,
sino que reciben un claro y directo apoyo de los mismos.
Además, al evaluar las perspectivas políticas de Letonia, es necesario recordar que
su gobierno ha perdido importantes cotas de independencia y casi no tiene capa-
Partido Socialista de Letonia 83

cidad de maniobra ante los problemas económicos y sociales básicos, a causa de la


crisis y la deuda acumulada.
Cualquier gobierno, incluso uno de izquierda, independientemente del porcen-
taje de apoyo que disfrute dentro del país, recibiría una fuerte presión, no sólo de los
nacional-liberales locales, sino también de la mayoría de derechas de la UE, estruc-
turas como el FMI y el capital internacional.
Una transformación social en Letonia sólo será posible con el apoyo del movi-
miento comunista internacional y de la izquierda y el crecimiento de su fuerza y
autoridad, de la solidaridad en la lucha contra los monopolios y las uniones impe-
rialistas en las circunstancias de la crisis y de la unidad de la clase obrera con otros
sectores nacionales. Y, finalmente, el rumbo al socialismo a nivel nacional y europeo
es posible sólo si se producen cambios revolucionarios radicales.
Partido de los Comunistas de México 85

LOS ACUERDOS IMPERIALISTAS


ACENTÚAN LOS COSTOS DE LA CRISIS
EN LOS PAÍSES DEPENDIENTES

Marco Vinicio Dávila Juárez(1)


Partido de los Comunistas (México)

En el capitalismo las crisis son inevitables


La crisis actual del modo de producción capitalista demuestra la actualidad del
marxismo-leninismo y de las tareas revolucionarias en la lucha de clases del proleta-
riado y su organización de vanguardia, los partidos comunistas. Al mismo tiempo, su
carácter general coloca la necesidad, a resolver con urgencia, de la elaboración de una
estrategia común de los partidos comunistas y obreros para desarrollar una fuerte
y decidida intervención en un período agitado, como el que se abre en perspectiva
histórica.
Marx, Engels y Lenin demuestran a lo largo de su obra que el capitalismo, al
igual que los anteriores modos de producción, no es eterno y que en su seno surgen
contradicciones, que agravan la vida de las masas y colocan en el orden del día la
necesidad de sustituirlo por vía revolucionaria. Es imposible el desarrollo estable del

1 Director de El Comunista, órgano del Comité Central del Partido de los Comunistas.
86 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

capitalismo, cuyas características consustanciales son las crisis cíclicas de sobrepro-


ducción y sobreacumulación.
Es necesario anotar también que vivimos la fase imperialista del capitalismo y
que la crisis también agrava la situación de los países dependientes, sobre los que se
pretende cargar los costos de la crisis. Como sabemos, y lo comprueba la crisis en
curso, los monopolios colocan sobre la clase obrera y los países dependientes un peso
mayor del desastre(2), mientras ellos aseguran sus ganancias.
Bajo el imperialismo, la desigualdad se acentúa, dividiendo al mundo en un
puñado de grandes potencias opresoras y una mayoría de países oprimidos. Lenin
advirtió que el ritmo de desarrollo no es uniforme, sino profundamente desigual.
Mientras la fase premonopolista del capital alienta la independencia nacional, en
la fase imperialista se generan diversas formas de dependencia. En sus estudios y
trabajos sobre la cuestión nacional, Vladimir Ilich Lenin plantea la distinción entre
los países que son política y económicamente independientes de aquellos cuya inde-
pendencia es sólo una formalidad y que, sin embargo, son dependientes económica
y financieramente. La política de saqueo que caracteriza al imperialismo adopta las
formas más variadas: superexplotación de la fuerza de trabajo, intercambio desigual,
uso irracional de ciertos recursos. La dominación ejercida por los países más podero-
sos afirma al capital monopolista y reporta enormes ganancias económicas y muchas
otras grandes ventajas a los centros imperialistas. La consolidación de los monopolios
intensifica las contradicciones inherentes al sistema: al mismo tiempo que provoca
rápidos procesos de crecimiento, profundamente anárquico y desigual, engendra una
tendencia al estancamiento y la descomposición.
Al concentrarse la producción y, sobre todo, el capital en una minoría de con-
sorcios gigantescos dominados por la oligarquía financiera, y también grandes can-
tidades de dinero en los centros financieros de los países dominantes, se generan las
condiciones para la descomposición y el parasitismo. El parasitismo, que caracteriza
a la oligarquía financiera, exhibe las contradicciones de un régimen de explotación

2 Así, por ejemplo, la investigadora de la Universidad Obrera de México, Laura Juárez Sánchez, afirma con
razón que aquellas naciones que se subordinaron a las políticas económicas de la restructuración capitalista
conocida como neoliberalismo, acentuando la dependencia, “pagarán el mayor costo de la crisis económico-
financiera, particularmente su población trabajadora. Consideramos que México es uno de esos países debido
a que profundizó su relación de dependencia con Estados Unidos al firmar un tratado comercial totalmente
desventajoso, que lo llevó a realizar con este país 85,7% de sus exportaciones, 53,4% de sus importaciones
y 62,6% de la captación de la Inversión Extranjera Directa, lo que derivó en hacerlo más sujeto de sus ciclos
económicos y en estar más dominado por sus grandes empresas trasnacionales, que avanzan en el control de
sus sectores estratégicos.”
Partido de los Comunistas de México 87

incapaz, que se expresa en el militarismo y en la guerra y crisis cada vez de mayor


intensidad.
En el Informe de la Dirección Colectiva al VIII Pleno del Comité Central del
Partido de los Comunistas se expresa lo siguiente sobre la presente crisis:
“La Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER) anunció que oficialmente
EEUU entraba en recesión el 1 de Diciembre del 2008. Inicialmente, fue presentada
tan sólo como crisis inmobiliaria, como crisis de los créditos subprime desde marzo del
2007; hicieron lo posible por contener la información de una crisis económica profunda
del sistema capitalista con centro en el imperialismo norteamericano.
Aceleradamente, una tras otra, quiebran las inmobiliarias, los bancos, la industria, los
servicios. A cada monopolio le va llegando la hora; a EEUU le siguieron Inglaterra,
Japón, la Unión Europea y los países capitalistas dependientes.
En un primer momento, se quiso presentar esta crisis como restringida al sector finan-
ciero de EEUU, tan sólo como la quiebra de la New Century Financial Corporation,
del banco Ver Stearns, del IKB (banco de industria alemán), del Merrill Lynch, del Citi
Group, del Morgan Stanley, del Goldman Sachs, del Lehman Brothers, del Hypo Real
Estate, del Bank of America. Y en una medida esto es verdad, pero no tan sólo, pues se
trata de una primera manifestación de una crisis no sólo norteamericana, sino mundial;
no sólo del sector financiero, sino del conjunto del sistema; no sólo del neoliberalismo,
sino del capitalismo, del imperialismo.
Podemos decir que la bancarrota financiera global es la primera manifestación de
la crisis general del capitalismo. Estalló la burbuja financiera y no podía ser de otra
manera, puesto que la especulación, la preeminencia del capital especulativo sobre el
capital productivo, no tiene otro destino. Ahora, sin embargo, no queremos detenernos
en este fenómeno, sino demostrar que esta crisis mundial lo es del conjunto del modo de
producción capitalista, muy superior a la de 1929, ya que los márgenes de la estabili-
zación capitalista no son los de entonces y porque se conjuga con una crisis energética,
productiva, ambiental, alimentaria y política; es, además, una crisis de la unipolaridad
alcanzada por el imperialismo norteamericano en el marco de la contrarrevolución en
la URSS y el campo socialista. Además, al igual que se derrumban los indicadores de la
bolsa de valores, se derrumban los mitos en que se basó el fundamentalismo monetarista
del neoliberalismo para anunciar la muerte del marxismo, del comunismo.”(3)

3 La crisis del capitalismo y las tareas de los comunistas en México. Edición mimeografiada del Comité
Central del Partido de los Comunistas; marzo del 2009.
88 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

Vigencia plena de la teoría marxista-leninista


sobre el imperialismo como fase superior del capitalismo
La contrarrevolución de los años 90 no sólo se limitó a los retrocesos temporales
en la construcción socialista para la clase obrera y los pueblos de la URSS, RDA, Polo-
nia, Checoslovaquia, Yugoslavia, Bulgaria, Rumanía, Hungría, Mongolia, también
de Albania, y para los procesos en curso en Afganistán, Etiopía y Yemen. Significó
también la imposición de regresiones a las conquistas del movimiento obrero en todo
el mundo a través de la reestructuración capitalista conocida como neoliberalismo.
Pero también significó la guerra de Irak y los esfuerzos para asegurar América Latina
como zona de influencia exclusiva del imperialismo norteamericano. Es ese curso
contrarrevolucionario del “fin de la historia” el que coadyuva a la entrada en vigor del
Tratado de Libre Comercio de América del Norte, entre EEUU, Canadá y México.
Cuando las fuerzas populares y revolucionarias empezaron a reorganizarse, vinie-
ron en auxilio del imperialismo una serie de posiciones ideológicas del oportunismo
y del reformismo. Duros ataques a la centralidad de la clase obrera, hablando del
fin del trabajo y de la irrupción de sujetos emergentes; también se lanzo la idea del
no-poder y el “innovador” desdén por la cuestión del Estado y la conquista del poder;
otra de las campañas fue sobre el partido político de la clase obrera, relanzando el
“culto a la espontaneidad” y al movimientismo, pretendiendo escindir lo político de
lo social y de las luchas económicas; pero uno de los planteamientos más peligrosos
fue el debate alrededor del imperialismo levantado por Negri y Hardt. Aún y cuando
hace falta sistematizar más el debate en este período que ya abarca una década, si se
percibe que coordinada o no, se trató de una embestida contra aspectos fundamen-
tales del marxismo-leninismo, trayendo al presente argumentos antaño derrotados,
no sólo del anarquismo, sino de Bernstein y Kautsky. Esto, por supuesto, incidió
negativamente en el desarrollo de la lucha de clases, que, en el último período, subió
de intensidad, al masificarse el cuestionamiento a la dominación capitalista y la gue-
rra. Mas, sin embargo, las fuerzas oportunistas contemporáneas se han ceñido a esas
coordenadas (por ejemplo, el Partido de la Izquierda Europea, partido colaboracio-
nista del capital, y todos aquellos que han decidido someterse e integrarse a proyectos
imperialistas como la Unión Europea y también muchas de las organizaciones de
la izquierda desdibujada y excomunista que actúan en Latinoamérica, como es el
caso del Partido de la Revolución Democrática, en México -que acepta el TLCAN
(Tratado del Libre Comercio de América del Norte), planteando sólo modificaciones
muy ligeras que en nada alteran su carácter imperialista).
Como sabemos, en la gran obra teórica El imperialismo, fase superior del capita-
lismo, Lenin resume los rasgos fundamentales que caracterizaron la transformación
Partido de los Comunistas de México 89

del capitalismo de la libre concurrencia en capitalismo monopolista de la siguiente


manera:
“ 1) La concentración de la producción y del capital llegada hasta
un grado tan elevado de desarrollo que ha creado los monopolios, los
cuales desempeñan un papel decisivo en la vida económica; 2) la fusión
del capital bancario con el industrial y la creación, sobre la base de este
“capital financiero”, de la oligarquía financiera; 3) la exportación de
capitales, a diferencia de la exportación de mercancías, adquiere una
importancia particularmente grande; 4) la formación de asociaciones
internacionales monopolistas de capitalistas, las cuales se reparten el
mundo, y 5) la terminación del reparto territorial del mundo entre las
potencias capitalistas más importantes.”(4)
En su lugar, los oportunistas y reformistas recurren a las viejas ideas de Carlos
Kautsky del ultraimperialismo sembrando la confusión sobre una “tendencia natural”
a la integración y un desarrollo pacífico del capitalismo, pretendiendo justificar las
guerras de expoliación, despojo, conquista, con las mismas justificaciones que en la
Edad Media utilizaron los Cruzados: como guerras entre occidente y la civilización
contra los bárbaros, como guerras de buenos contra malos.
Aquí y ahora no pretendemos sino sentar el precedente que la actual crisis tam-
bién desploma a esas baratijas ideológicas que concurrieron al mercado para vender
una izquierda no violenta, moderna, inteligente, dialoguista y colaboradora que podía
ocupar una silla en la junta de administración de los intereses de los capitalistas: el
Estado.
La teoría marxista-leninista del imperialismo es crucial para explicar porqué la
crisis está hundiendo a países como México y otros de Latinoamérica, puesto que los
acuerdos comerciales y proyectos interestatales presentados como tabla de salvación
se están convirtiendo en el ancla que lleva al fondo.

Los proyectos de expansión y dominación imperialista


en América Latina: la experiencia mexicana
En 1994, inicio del TLCAN; 15 años después, el balance es contundente: el
TLCAN y la iniciativa para extenderlo a todo el Continente en el Área de Libre
Comercio de las Américas (ALCA) confirman la existencia de la política imperialista,
a pesar de los disfraces que adopta su discurso.
4 Lenin, Vladimir Ilich; Obras Escogidas en 12 Tomos; Editorial Progreso; Moscú; Pág. 459
90 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

Este acuerdo se pretende generalizar a toda América. A pesar del gran descalabro
que sufrió la iniciativa norteamericana de un acuerdo total, lo cierto es que, a través de
acuerdos bilaterales y regionales, insiste en su proyecto, acompañándola de acuerdos
militares y represivos.
Es importante señalar que la primera derrota del ALCA se debió a la gran resisten-
cia popular, social, política y armada. Cabe señalar el papel central de la Revolución
Cubana, que logró agrupar, con su convocatoria a los Encuentros Hemisféricos de Lucha
contra el ALCA, en un solo frente, a movimientos obreros, campesinos, fuerzas sociales
y a los intelectuales y artistas, articulando jornadas continentales y planes de acción
que prestaron un gran servicio; otro rol lo jugó el proceso bolivariano de Venezuela;
fue decisivo en esa batalla el papel de la resistencia colombiana al Plan Colombia y al
Plan Patriota, fundamentalmente de las FARC-EP. La creciente oposición de la clase
obrera mexicana y de los campesinos e indígenas al TLCAN contribuyó a concientizar
a los pueblos sobre el riesgo de aceptar el ALCA(5).
Con el eufemismo del libre comercio(6) Estados Unidos pretende, en América Latina,
asegurar su hegemonismo frente a la Unión Europea. Como TLCAN, CAFTA, Plan
Puebla-Panamá, ASPAN, acuerdos bilaterales son la misma estrategia, acompañados
de planes represivos militares, como el Plan Colombia o la Iniciativa Mérida, así como
de la instalación de bases militares norteamericanas por doquier(7) y la reactivación
de la IV Flota.
Contando, en primer lugar, con la inercia de la llamada desideologización, el impe-
rialismo se maquilló y, en nombre de la “libertad”, la “democracia”, el “libre comercio”,
la “interdependencia”, “nuevo orden mundial”, intentó sofocar cualquier resistencia
a su política de dominación neocolonial en América Latina. Fueron las condiciones
de la contrarrevolución internacional las que impusieron el TLCAN, calificado por
investigadores y académicos como la compra-venta de México(8) (el cual sólo encuen-
tra una analogía con el Tratado de Guadalupe-Hidalgo, terrible mutilación del terri-
torio nacional de México después de la injusta guerra de 1847-1848 y que legalizó el
despojo de 2.263.866 km2); por lo que, 15 años después, el TLCAN arruinó el campo
5 Tampoco se puede olvidar el importante papel de la rebelión indígena y campesina mexicana contra el
TLCAN, justamente el día que entraba en vigor, el 1 de enero de 1994. Organizada en Chiapas, en el sureste
mexicano, por el EZLN, el levantamiento armado expresó con crudeza que el acuerdo imperialista es una
condena de muerte para los pueblos indios.
6 Bien sabemos que el capitalismo ya no se encuentra en la fase de la libre concurrencia, la cual
históricamente ha quedado en el pasado.
7 Recientemente, una nueva base militar en Colombia, la de Palenquero, que, por supuesto, está orientada
a continuar la guerra sangrienta contra ese hermano pueblo y sus fuerzas revolucionarias, pero que alcanza
la región andina, el Caribe y Centroamérica. Por cierto, entre otras cosas, confirma que el Presidente
norteamericano continúa el rumbo de sus predecesores. También Obama ratificó todos los recursos
prometidos por Bush a la Iniciativa Mérida, desacreditando a la izquierda oportunista de México, que habla
de una nueva era y que saludó entusiasmada la elección del demócrata norteamericano.
Partido de los Comunistas de México 91

mexicano, la soberanía alimentaria y la planta productiva nacional introduciendo


el dominio de los monopolios norteamericanos en la tierra y los recursos naturales,
sobre todo en los energéticos. El gas ya está en manos de las empresas extranjeras. Los
monopolios ya han irrumpido en áreas que anteriormente estaban reservadas exclusi-
vamente al Estado por mandato de la Revolución democrático-burguesa de 1910 (es
el caso de la electricidad y el petróleo).
Entre los efectos están la intensificación del despojo y la explotación. El desempleo
en el campo y la ciudad, la emigración permanente.
El grado de dependencia del capitalismo mexicano con relación al imperialismo
es total. Es el comprador principal y casi único del petróleo producido, el destino
casi exclusivo de nuestras exportaciones, y es también la fuente de nuestra segunda
aportación económica, que son las remesas de los trabajadores mexicanos migrantes,
que, desde noviembre del 2008, han caído en un 3 %.
Desde que Felipe Calderón tomó posesión de la presidencia de la República, la
situación económica del país ha ido empeorando en perjuicio de los trabajadores,
principalmente: el autodenominado “presidente del empleo” no ha realizado una sola
acción que de manera efectiva impacte en el nivel de vida de los trabajadores.
Ahora que sabemos que el crecimiento para el 2009(9) será prácticamente nulo
debido a la recesión que atraviesa el país, apenas 0,5% según diferentes estimacio-
nes, el Gobierno Federal se ha dedicado a implementar varios planes anticrisis, todos
dirigidos a fortalecer la economía familiar, el poder adquisitivo de los trabajadores y
fomentar el empleo, aunque, de manera curiosa, todas las acciones de dichos planes
están dirigidas a transferir grandes cantidades de recursos económicos a las empresas
privadas.
Las medidas del Gobierno Federal no están encaminadas a resolver los problemas
de los trabajadores, las presiones económicas continúan acentuándose. La inflación
durante el año pasado fue de 6,53%, el doble de lo estimado, y la vaticinada por el
gobierno para este año es de 6,28%, la devaluación del peso frente al dólar es de más
del 38 % desde enero de 2007 a febrero de 2009 y el PIB, hasta julio del 2008, fue
de 1,2%.
8 Entre otros, el académico John Saxe-Fernández, en un estudio del mismo nombre, donde documenta
que el TLCAN significa para México la anexión, que completaría la expansión iniciada con la violenta guerra
de 1847 contra México, previa anexión enmascarada de Texas y las adquisiciones de otros territorios, como
la Louisiana. En su libro La compra-venta de México dice: “Para Estados Unidos, la Louisiana Purchase y
el Tratado de Guadalupe, de 1848, fueron cruciales en su ascenso como potencia continental, hemisférica e
internacional, por las dimensiones geográficas y los recursos minerales y, posteriormente, de hidrocarburos
que la naturaleza generosamente había depositado en ellos.”
9 Es curioso que el Gobierno y la burguesía hayan montado una campaña de propaganda alertando que
la crisis norteamericana no nos afectaría, y que cualquier efecto negativo en la economía sería resultado de
grupos de provocadores especializados en sabotear.
92 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

Las manifestaciones de la inconformidad laboral se expresan de diferentes formas;


una de ellas son los emplazamientos a huelga. Estos emplazamientos tuvieron un
aumento de 46,33% al pasar de 7.390, en 2006, a 10.814 que hubo el año pasado
(durante el mes de enero de este año ya van 1.162 emplazamientos). La gran mayoría
de estos emplazamientos son por aumento de salario, pero prácticamente ninguno
logra romper el tope salarial impuesto, que para este año, según palabras del Secreta-
rio del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, no será superior al 6%.
Todo esto lo que muestra es el aumento del descontento de los trabajadores a
la crítica situación laboral. Es verdad que en promedio sólo entre 25 y 40 empla-
zamientos llegan a la huelga, pero, en algunos casos, el impacto, tanto social como
económico, abarca grandes regiones o ramas de la producción, como el caso de la
minería, en donde las huelgas de Taxco, Guerrero, Sombrerete, Zacatecas, Met Mex
Peñoles (en Coahuila y Cananea) o Sonora han tenido resonancia nacional e inter-
nacional.
En el caso del campo, la situación es todavía peor: según datos de la Universidad
Obrera de México, en los últimos doce años se perdieron dos millones de empleos
rurales, con un 85,5% de pobreza, de la cual un 55,3% está en la pobreza extrema.
La migración rural es de 45% de las familias ejidales con por lo menos un miembro
en EEUU, y 80% con un miembro al menos fuera de su comunidad.
El TLCAN al acentuar la dependencia de México está inmediatamente provo-
cando efectos devastadores. Estabilizar el tipo de cambio como resultado de la espe-
culación ha costado al país más de 20 mil millones de dólares de la reserva del Banco
de México. La clase trabajadora sufre el alza especulativa de alimentos(10); el exceso
de deudas causó que 10.250 empresas se declararan en quiebra; los trabajadores
mexicanos han perdido 53.000 millones de pesos de sus ahorros para el retiro –pen-
siones- debido a que fueron invertidos en instrumentos financieros internacionales,
lo que significa el despojo del 10% de sus ahorros. La caída del empleo en EEUU
en el sector de la construcción hará que 3 millones de migrantes mexicanos regresen
al país.
La economía mexicana pasó del estancamiento crónico a la franca recesión, y
muestra ya los efectos de la crisis externa en la planta productiva, el sector financiero,
las finanzas públicas y en el mercado laboral. Cayó la actividad industrial en 11,1% en
enero de 2009. Las exportaciones totales bajaron 30,5%; las petroleras, 55,3%, y, las
manufacturas, 25,9%, entre enero y febrero; Los ingresos presupuestarios del Gobierno
10 Mientras que el salario mínimo general recibió un aumento salarial de sólo 12,6%, los precios de los
comestibles, en tanto, llegaron a incrementarse hasta 339,4%, como en el caso del ejote; el pollo, 243,4%; el
aceite, 107,7%; el arroz, 139%; la sal, 77,2%; el pan blanco, 53%; la tortilla, 42,8%; la harina de trigo, 54,4%;
el frijol, 35,5% y el huevo, 49,8%.
Partido de los Comunistas de México 93

Federal disminuyeron 9,9%, debido a los menores montos derivados de la actividad


petrolera y a la menor recaudación fiscal, entre enero de 2008 y enero de 2009. Se redujo
44,4% la producción automotriz, al pasar de 340.036 unidades a 189.l80 unidades en
el primer bimestre de 2009; en el sector maquilador, se observó un caída de 31,5%,
al pasar 6.299 millones de dólares a 4.313 millones de dólares entre 2007 y 2008.
No obstante que los trabajadores llevan casi tres décadas de sufrir el despojo sistemá-
tico de su fondo de vida, la burguesía y el gobierno decidieron que sean, de nueva
cuenta, ellos los que paguen el costo de la crisis económico-financiera: se mantiene el
tope salarial con el propósito de seguir abaratando los costos de las empresas, no obs-
tante la escalada especulativa de los alimentos, lo cual mantiene en rezago permanente
los salarios respecto a la inflación. A la pérdida del poder adquisitivo de los salarios se
suma la pérdida de los empleos: en 2009, no sólo no se crearán plazas para satisfacer
la demanda de los jóvenes que se suman al mercado laboral, además se cancelarán
los puestos de trabajo ya existentes: si consideramos que según cálculos del Banco
de México, la Población Económicamente Activa (PEA) aumentará en un millón
trescientas mil personas, y, si tomamos los cálculos de la Secretaría de Hacienda y Cré-
dito público (SHCP), que refieren que se perderán hasta 300 mil empleos, entonces
tenemos que habrá un déficit de empleo de por lo menos un millón seiscientas mil
personas. No obstante, consideramos que la pérdida de plazas y el déficit de puestos
de trabajo será mucho mayor, si tomamos en cuenta la tendencia a la disminución de
los trabajos formales desde 2008 a la fecha: según datos del Instituto Mexicano del
Seguro Social (IMSS), perdieron su empleo 538.068 trabajadores, lo que significó
una baja de 107.600 plazas por mes, en promedio, entre octubre de 2008 y febrero
de 2009. Sólo en la industria maquiladora de exportación (que es de las más afectadas
por la recesión estadounidense y la devaluación del tipo de cambio), se perdieron
64.404 empleos entre octubre de 2008 y febrero de 2009.  Respecto a la industria
del vestido, se perdieron 40 mil empleos y cerraron 350 negocios en 2008;  por otra
parte, la industria minera perdió 2 mil empleos directos y 20 mil indirectos, mientras
que 2.500 se encuentran en paro técnico; asimismo, el sector azucarero calcula que se
perdieron al menos 10 mil empleos en 2008, debido a que se liberó la importación de
azúcar por las disposiciones del Tratado del Libre Comercio de América del Norte. La
precarización del trabajo se profundiza aún más en épocas de crisis: los paros técnicos
son un mecanismo que los empresarios vienen utilizando para adecuarse a las necesi-
dades del mercado (por ejemplo, para disminuir la producción cuando caen las ventas;
es decir, no tienen como objetivo conservar el empleo). En los hechos, los empresa-
rios, además de aplicar los paros técnicos, reducen salarios y prestaciones y terminan
por despedir a los trabajadores: en la empresa General Motors, por ejemplo, después
de una serie de paros técnicos, despidieron alrededor de 600 trabajadores; Además
de la permanente erosión salarial, los paros técnicos, la reducción de los salarios y
94 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

el desempleo, los trabajadores más pobres del país continúan siendo los pagadores
de impuestos cautivos: entre enero y septiembre de 2008, las personas que ganaban
hasta diez salarios mínimos contribuyeron más al Gobierno Federal que aquellas que
perciben más de cien veces el salario mínimo. Finalmente, los trabajadores terminaron
por endeudarse ante el deterioro salarial, el desempleo, el oneroso pago de impuestos
y la precarización general de sus condiciones de trabajo y de vida, dentro de las que se
encuentran problemas de salud y accidentes.

Nuevos ropajes de las viejas recetas


Los acuerdos imperialistas condenan no sólo al pueblo de México, sino a los pue-
blos del mundo. Muestran cuán importante es la contradicción entre el imperialismo
y los pueblos y cómo esa contradicción está atravesada por la que existe entre capital
y trabajo. El hecho de que México sea un país dependiente no anula el hecho de
que haya monopolios de origen nacional que estén exportando capitales, como es el
caso de los monopolios de CEMEX, TELMEX y Televisa, Grupo Elektra, Televisión
Azteca, por citar algunos, y que estos hayan sido beneficiarios del TLCAN.
De hecho, estos grupos monopólicos, en sintonía con los norteamericanos, están
planteando -en abierta repulsa a los dogmas que pregonaron en los 90, cuando fue-
ron beneficiarios de la privatización del sector estatal de la economía- que se requiere
de la intervención estatal; así lo analizó el Comité Central del Partido de los Comu-
nistas:
“… es importante ir al fondo de la cuestión desde nuestra posición clasista y nuestra
ideología marxista-leninista y desenmascarar cualquier intento de salida capitalista,
aunque recurran al rostro humano, a salidas para presentarnos un capitalismo con
rostro humano.
Como comunistas, nos queda claro que la crisis actual es la manifestación de contradic-
ciones insalvables en el modo de producción, y que, por todas sus características, es una
crisis de sobreproducción y de sobreacumulación que abarca al conjunto del sistema
capitalista en el mundo. No hacemos concesión al planteamiento de que es posible una
reforma neokeynesiana. Nos corresponde, en este período abierto, tener como norte la
revolución socialista, trabajar en ese único sentido, abriendo perspectivas verdaderas a
la clase obrera y a los pueblos.
En el caos, se buscan chivos expiatorios; y, en el banquillo de los acusados, sientan al
neoliberalismo sus propios creadores; por una necesidad tienen que pisotear los argu-
mentos que hace dos décadas presentaban como el fin de las ideologías, como el non
plus-ultra de la libertad y la democracia. La rueda de la historia cobra venganza inexo-
rablemente, pues dos décadas en el reloj de la Historia de la humanidad son apenas
Partido de los Comunistas de México 95

un segundo y el triunfante discurso neoliberal es apenas hoy un discurso maloliente


e insepulto. Así, por ejemplo, su mito fundacional, de que la base de la libertad es la
mano invisible, el laissez faire, laissez passer, el libre mercado -que fue la construcción
ideológica que sustentó el proceso de reestructuración capitalista- ha tenido que ceder
a la entonces descalificada y repudiada intervención del Estado en la economía: nue-
vamente el Estado engorda, se pone obeso, en desesperada maniobra para impedir la
bancarrota total. Al Estado rinden nuevamente culto los grandes medios de comunica-
ción y renace el discurso proteccionista. Las privatizaciones dejan su lugar a las estatiza-
ciones. Pero ello genera ilusiones muy peligrosas, alimentadas por la socialdemocracia,
que consideran progresistas medidas como las adoptadas por Bush y, ahora, Obama,
apostando a una reforma capitalista que arroje un nuevo Estado del Bienestar.”(11)

Dos siglos de lucha por la independencia: el socialismo es la perspectiva


En el X Encuentro Internacional de los Partidos Comunistas y Obreros, efec-
tuado en Sao Paulo, algunos de los partidos presentes aprobaron la declaración Sobre
el bicentenario de la independencia en América Latina y el Caribe(12) que indica la
lucha contra el colonialismo, principalmente español. En ella se pone de relieve la
tarea planteada por la Conferencia de los Partidos Comunistas y Obreros de Amé-
rica Latina que se efectuó en La Habana, en 1975, de la búsqueda de la segunda y
definitiva independencia.
Los procesos liberadores del siglo XX, desde la Revolución Mexicana de 1910
hasta la Revolución Cubana de 1959, colocan a los procesos actuales en la dialéc-
tica de antiimperialismo y revolución socialista. De otra manera, a pesar de rasgos
liberadores, termina por recomponerse la dominación de las clases explotadoras. La
Revolución Mexicana es un ejemplo de ello, puesto que coloca la siguiente interro-
gante: ¿de qué sirve que el Estado tenga el control del 70% de la economía si este
Estado es burgués?
La Gran Revolución Socialista de Octubre tuvo el mérito de romper el hielo, de
indicar el camino. Inauguró la época de la transición del capitalismo al comunismo.
Hoy es imposible desvincular las tareas de emancipación económica de los países
dependientes sin colocar la cuestión de la conquista del poder político por la clase
obrera y la construcción de la sociedad socialista, lo que tiene como premisa a los
partidos comunistas y al marxismo-leninismo, ideología de la clase de vanguardia en
la presente época.

11 La crisis del capitalismo y las tareas de los comunistas en México.


12 10° Encontro Internacional de Partidos Comunistas e Operários; editado por el PCdoB; pág. 48
Partido Comunista Obrero de Rusia 97

LAS PECULIARIDADES ACTUALES DE LA CRISIS DEL


CAPITALISMO Y SUS RASGOS ESPECÍFICOS EN RUSIA

V.A. Tiúlkin y M.V. Popov


Partido Comunista Obrero de Rusia

I. De la teoría general de las crisis


1. Las causas de las crisis del capitalismo radican en la misma naturaleza del
capitalismo, en su contradicción fundamental entre el carácter más y más social de la
producción y la forma capitalista privada de apropiación, que lleva a la anarquía de
la producción en la búsqueda de las ganancias. Esto significa que la causa profunda
de la crisis radica en la contradicción entre el trabajo y el capital. Al hablar de la con-
tradicción entre trabajo y capital, queremos decir, ante todo, la contradicción entre
el fin de la producción capitalista (o sea, la producción de plusvalía) y la aplicación
del trabajo socializado de los productores directos, obreros asalariados, para la pro-
ducción y la reproducción. El fin de la producción capitalista es la extracción de la
plusvalía. En la producción capitalista dominan la anarquía y los antagonismos, que
llevan a la ampliación irrestricta de la producción capitalista. Las propias relaciones
capitalistas y el fin de la producción capitalista frenan la tendencia a la ampliación
irrestricta de la producción.
98 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

2. Bajo la anarquía de la producción, de vez en cuando, una parte del capital acu-
mulado (como mercancías, medios de producción y dinero) no puede ser utilizada
como medio de explotación, fuente de ganancia adicional. Entonces, tiene lugar un
alto en la producción y, después, su decrecimiento, o sea, se desarrolla la crisis de
sobreproducción.
3. Esta contradicción arriba señalada determina la intención de cada capitalista
de incrementar su oferta en el mercado, a la vez que baja su demanda de medios
de producción y la demanda de los objetos de consumo de sus obreros por la dis-
minución de sus salarios. Bajo cualquiera forma del capitalismo, esto, lógicamente,
conduce a las crisis de superproducción con cierta regularidad vinculada con el ciclo
de la reproducción del capital fijo. Bajo el capitalismo, evitar las crisis es imposible.
Su origen se explica por los procesos siguientes.
Como se sabe, el capitalismo es la economía mercantil universal, es decir, la eco-
nomía mercantil desarrollada hasta tal grado que la fuerza de trabajo se convierte en
una mercancía. La fuerza de trabajo es el conjunto de las potencias físicas y espiritua-
les que se aplican cada vez en la producción de los bienes materiales y de otra índole.
Es la mercancía sui generis capaz de crear un valor mayor que su propio valor.
4. Por la organización espontánea de la economía mercantil capitalista, aún
cuando a los trabajadores asalariados se les pague por completo el valor de su fuerza
de trabajo (un caso muy raro), tarde o temprano llega el momento en que el volumen
de la masa producida de mercancías supera en mucho la demanda solvente, siendo
su parte mayor la demanda de la población mayoritaria trabajadora, y, otra parte,
la demanda de medios de producción por los empresarios capitalistas. Así viene la
crisis. De tal modo, el capitalismo, como un sistema económico mercantil, desde su
nacimiento está preñado de crisis.
5. Este hecho fue señalado especialmente ya en los primeros programas del Par-
tido Socialdemócrata Obrero de Rusia (bolchevique) y Partido Comunista de Rusia
(bolchevique)(1). “La principal peculiaridad de esta sociedad es la producción mercantil
basada en las relaciones de producción capitalistas, en las que la parte más importante y
considerable de los medios de producción y circulación de las mercancías pertenece a una
clase de personas numéricamente pequeña, mientras que la inmensa mayoría de la pobla-
ción consta de proletarios y semiproletarios obligados por su situación económica a vender
permanente o periódicamente su fuerza de trabajo, es decir, alquilarse a los capitalistas y
crear con su trabajo los ingresos de las clases superiores de la sociedad...

1 Leni V.I. Obras completas  (en ruso). Tomo 38. P.417-419.


Partido Comunista Obrero de Rusia 99

Este mismo progreso técnico permite, además, a los empresarios emplear en propor-
ciones cada vez mayores el trabajo de la mujer y del niño en el proceso de la producción
y circulación de mercancías. Y como, por otra parte, ocasiona una reducción relativa en
la necesidad de trabajo vivo de los obreros por los empresarios, la demanda de fuerza de
trabajo desciende necesariamente por debajo de su oferta, en virtud de lo cual aumenta
la dependencia del trabajo asalariado con respecto del capital y se eleva el grado de explo-
tación del trabajo.
Este estado de cosas dentro de los países burgueses y la constante agravación de la
rivalidad entre ellos en el mercado mundial dificultan más y más la venta de mercancías
que se producen en cantidades cada vez mayores. La sobreproducción que se manifiesta
en la forma de crisis industriales más o menos agudas, seguidas de períodos más o menos
largos de estancamiento industrial, es una secuela inevitable del desarrollo de las fuerzas
productivas en la sociedad burguesa. Y, a su vez, las crisis y los períodos de estancamiento
industrial arruinan aún más a los pequeños productores, aumentan aún más la depen-
dencia del trabajo asalariado respecto del capital y conducen aún más rápidamente al
empeoramiento relativo y, a veces, absoluto de la situación de la clase obrera.
Por lo tanto, el perfeccionamiento de la técnica, que significa el incremento de la pro-
ductividad del trabajo y el aumento de la riqueza social, condiciona en la sociedad bur-
guesa el acrecentamiento de la desigualdad social, la ampliación de la distancia entre los
poseedores y los desposeídos y el crecimiento de la inseguridad de la existencia, el desempleo
y toda suerte de privaciones para capas cada vez más vastas de las masas trabajadoras”.
6. Hace falta subrayar especialmente que prácticamente nunca, en ningún país
desarrollado del mundo, el valor de la fuerza de trabajo se paga por completo por
el precio de esta mercancía, o sea, por los salarios. El valor de la fuerza de trabajo se
define como el valor de los medios indispensables para la reproducción y desarrollo
normales (que correspondiesen al nivel del progreso técnico-científico, de la cultura
de la sociedad y del avance de la lucha de la clase obrera) de las fuerzas físicas y
espirituales del trabajador y de su familia. Cabe mencionar que esto lo entendían
bien, por su intuición, los representantes más avanzados de la clase burguesa. Por
ejemplo, a Henry Ford, destacado organizador de la producción y creador de los
primeros conveyers en la industria automotriz, le pertenecen las palabras siguien-
tes(2): “Pagamos al hombre por su trabajo; ¿cuanto debe dar este trabajo a su casa, a su
familia?  ¿Cuanto a él mismo como ciudadano del Estado? ¿O como padre? El hombre
cumple su trabajo en la fábrica, y, la mujer, en casa. La fábrica debe pagar a ambos. En
otras palabras, al cumplir el hombre trabajador sus obligaciones respecto a sí mismo y su

2 Henry Ford. Mi vida.


100 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

familia, al vestirles, nutrirles y asegurarles las ventajas de su nivel de vida, ¿tiene además
el derecho de excedentes en la forma de acopio? ¿Debe todo esto gravar los cálculos de
nuestra jornada laboral?  ¡Creo que sí!”
Por supuesto, a Ford no le preocupaba tanto la justicia social como la necesidad
para la producción de mayor demanda de consumo, así como evitar el peligro para
el capitalismo de las eventuales conmociones sociales. Sin embargo, su posición era
avanzada en mucho, no sólo para la primera mitad del siglo XX, sino también para
nuestro tiempo. Lo que los mejores representantes de la clase burguesa entendían, los
típicos lo ven de otro modo. Se ilustra bien por el ejemplo de la Rusia de hoy: en el
año 2008 (antes de la crisis), el salario promedio se acercaba a 16 mil rublos mensua-
les, y el valor de la fuerza de trabajo expresado en rublos (dependiente de la región,
modo de trabajo, cantidad de hijos) oscilaba entre 160 y 240 mil rublos mensuales;
es decir, hoy día, el salario constituye entre 7 y 10% del valor de la fuerza de trabajo.
7. Como es sabido, el trabajador crea el valor de su fuerza de trabajo durante
su tiempo necesario, y todo el resto de la jornada, o sea, el tiempo suplementario,
trabaja para el capitalista creando la plusvalía que después forma parte de la masa
de mercancías; bajo la organización espontánea de la economía capitalista, esta masa
puede quedarse sin la demanda correspondiente,  y, de vez en cuando, sí se queda sin
ella. La pequeña obra de Lenin “El salario de los obreros y las ganancias de los capi-
talistas en Rusia” es un notable ejemplo del cálculo de la medida de la explotación de
los obreros en base a los datos estadísticos del año 1908: “Comparemos ahora el salario
de los obreros y las ganancias de los capitalistas. Cada obrero (estos parámetros fueron
calculados por Lenin –nota de los autores) recibe por año, término medio, 246 rublos
en concepto de salario y proporciona al capitalista una ganancia de 252 al año. De aquí
se desprende que el obrero trabaja menos de la mitad de la jornada para sí mismo y más
de la mitad para el capitalista. Si tomamos, por ejemplo, una jornada media de 11 horas,
resulta que el obrero percibe renumeración  apenas por 5½ horas e incluso algo menos. Las
5½ restantes las trabaja en balde, sin recibir retribución alguna, y todo lo que produce en
esa media jornada constituye las ganancias de los capitalistas.(3)
Más detalladamente, el tema de la teoría de Carlos Marx de la realización y de lo
inevitable de la crisis de sobreproducción queda expuesto en la obra de V.I.Lenin “El
desarrollo del capitalismo en Rusia”(4). Vladimir Ilich menciona que la formulación
de Marx “la última causa de todas las verdaderas crisis sigue siendo siempre la pobreza
y la limitación del consumo de las masas, que se opone a la tendencia de la producción
capitalista a desarrollar las fuerzas productivas, así como que el límite de su desarrollo
3 Lenin V.I. Obras completas (en ruso). Tomo 22. P. 25.
4 Lenin V.I. Obras completas (en ruso). Tomo 3, p. 46-48.
Partido Comunista Obrero de Rusia 101

fuese sólo la capacidad consumidora absoluta de la sociedad” es, sin dudas, acertada,
pero, en ningún caso (!), puede limitarse a ella. En la formación del mercado interno,
el papel de los medios de producción es mucho mayor que el papel de los bienes
de consumo. El análisis de las leyes de la circulación del capital constante también
muestra lo inevitable de las crisis capitalistas.
8. Así las cosas, subrayemos una vez más: en el curso espontáneo de la reproduc-
ción capitalista vienen inevitablemente, con cierta regularidad, tales momentos de
crisis cuando la demanda solvente sobre los bienes de consumo y medios de produc-
ción es mucho más pequeña que la masa existente de mercancías y servicios. Viene la
crisis y surgen otras preguntas: ¿qué determina la duración de los períodos entre las
crisis y hasta qué grado puede regularse?

II. Algunas medidas capitalistas para estabilizar la situación


y dilatar el momento del inicio de la crisis siguiente
9. Hoy día, los teóricos apologistas del capitalismo declaran que, supuestamente,
han encontrado los métodos para evitar las crisis por medio de la organización estatal
de la autorregulación de la economía de mercado en el capitalismo.
Entre las medidas, en esta dirección, las más conocidas son los esfuerzos de
Roosevelt para superar la Gran Depresión y la así llamada política keynesiana. Todas
estas medidas han sido analizadas en detalle por la teoría comunista; queda probado
que tanto las salidas de la crisis como los así llamados períodos sin crisis se logran
por medio de las formas más refinadas y potentes de explotación de los trabajadores.
Para confirmar la efectividad de estas medidas, alegan que, en la historia del capita-
lismo de postguerra, faltan las conmociones tan profundas como la crisis económica
mundial de 1929-1933. ¿Acaso el capitalismo sí encontró el modelo de regulación
sin crisis, y qué mecanismos regulatorios nuevos se emplean para aplazar la crisis?
10. Hallamos pertinente subrayar que, sin duda, el socialismo, o, más exacta-
mente, su influencia, jugó el papel decisivo en la mitigación y el aplazamiento de las
crisis imperialistas consecutivas.  La existencia del pujante campo socialista, enca-
bezado por la URSS, los eminentes logros del socialismo en cuanto a garantizar los
derechos sociales de los trabajadores, hacían que los capitalistas, para evitar el creci-
miento del malestar de los trabajadores dentro de los países capitalistas desarrollados,
elevaran notablemente la media del pago al valor de la fuerza de trabajo, así como
invertir recursos muy considerables en el desarrollo de la seguridad social de Estado,
educación, salud pública, progreso técnico-científico y la modernización técnica,
introducir elementos de regulación estatal de la economía, etc.
102 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

11. La introducción del modo de vida “a crédito” resultó una invención muy
eficaz para los capitalistas en la que involucró a individuos, empresas y hasta Estados
-todo, siempre y en todas partes, depende del crédito en dimensión y escala muy
grande. La mayor parte del valor de la fuerza  de trabajo de los obreros no se les
desembolsa directamente, sino se les presta a interés. Así las cosas, pareció que la
sociedad vivía normalmente, se mantenía la demanda, pero la deuda iba creciendo,
creciendo… hasta cierto límite.
12. La distribución de los valores, producidos con el progreso técnico-científico y
el crecimiento de las fuerzas productivas, se efectuaba de modo muy desigual. Y esta
desigualdad iba creciendo, también a escala internacional. Como señaló V.I. Lenin
en su obra “El imperialismo, fase superior del capitalismo”(5): “El capitalismo se ha
transformado en un sistema universal de sojuzgamiento colonial y de la estrangulación
financiera de la inmensa mayoría de la población de la Tierra por un puñado de países
adelantados... El capitalismo ha reservado ahora a un puñado... de países particular-
mente ricos y poderosos que, con el simple “corte de cupón”, saquean a todo el mundo”.
Pero los amos quisieron más y más. En la segunda mitad del siglo XX se impulsó con
fuerza la tendencia al enriquecimiento por medio del capital “bursátil-financiero”,
con la introducción de los “valores” de muchas variedades: acciones, letras de cam-
bio, obligaciones, vouchers, valores de Estado, etc. No hay que pensar que esto fuera
algo nuevo por principio o cualquiera invención del capitalismo moderno. Ya Engels
señaló en un anexo al tercer tomo de “El Capital”, capítulo “Bolsa”: “Junto con esta
acumulación, crecía la masa de los rentistas, gente aburrida de la tensión constante ligada
con los negocios; sólo querían divertirse o tener apenas las leves ocupaciones de directores
o miembros de los consejos observatorios de sus firmas. Y, ...para aliviar la aplicación de
la masa de capital monetario que así se puso en estado movible, se han creado las nuevas
formas jurídicas ya en todas partes, donde faltaban antes, para las sociedades anónimas
limitadas y se han bajado las obligaciones de los accionistas que antes eran responsables en
dimensiones ilimitadas... De aquí la transformación paulatina de la industria en empre-
sas accionistas... Lo mismo con respecto del comercio... Lo mismo respecto de los bancos
e instituciones crediticias... En la esfera de la agricultura, lo mismo... Y la aplicación de
capital en el extranjero, todo en acciones...etc.”(6)
En el siglo XX, y, más aún, en el siglo XXI, surgió una gran multitud de formas de
existencia parasitaria; su perfección tecnológico-intelectual puede causar admiración.
Sin embargo, todas ellas caben en aquella definición del clásico del siglo XIX: “la
masa de  gente aburrida de la tensión constante”.
5 Lenin V.I. Obras completas (en ruso). Tomo 27. P. 305, 308.
6 Marx C.; Engels F.   El Capital. Tomo III. Anexo II. Bolsa.
Partido Comunista Obrero de Rusia 103

Los así llamados “valores”, supuestos reflejos objetivos del valor real de la produc-
ción, en realidad se inflaban bajo el impacto del agio mercantil, a veces se caían, mas
en la perspectiva larga iban creciendo, creciendo, creciendo.
13. Cabe señalar que el capital logró arrastrar a estos procesos de “capitalización
creciente” de la economía a estratos bastante numerosos de trabajadores, así como a
la masa de los empleados y empresarios pequeñoburgueses, ante todo en los países
desarrollados. En este proceso, jugó un enorme papel la propaganda de las clases
gobernantes para inculcarles los sueños de enriquecimiento posible por azar y el culto
al consumismo. El presidente ruso V. Putin, en su discurso final del 2005, señalaba
con verdadera excitación el ritmo record (¡máximo en el mundo!) de crecimiento
de la capitalización de la economía rusa –hasta unos 80% anuales. Invitaba a los
ciudadanos a participar en esta inversión exitosa en la economía nacional por medio
de los distintos fondos comanditarios de inversiones; o sea, la burbuja financiera se
inflaba con la participación directa del poder estatal.
14. Con el desarrollo de las tecnologías informáticas computarizadas, las burbujas
financieras carentes de todo seguro pasaron a inflarse con intensidad aún mayor.
Sin embargo, vino el momento en que los estratos mayoritarios de la población
no pudieron ya pagar sus obligaciones por deudas y otros gastos considerables. La
burbuja reventó, se levantó la primera ola del pánico y, después, el proceso pasó a
crecer como una avalancha, propagándose tanto geográficamente como a las entra-
ñas de la estructura social de la producción (de la esfera financiero-bancaria hacia la
producción real).
15. Cabe subrayar, una vez más: en nuestro tiempo, también se mantiene el
elemento fundamental de la crisis de la sobreproducción –la solvencia de la parte
mayoritaria de la población es menor que la oferta formada.

III. Las peculiaridades rusas de la crisis actual


16. Ante todo, las peculiaridades rusas están condicionadas por el hecho de que
el capitalismo ruso, ya entrante en la fase imperialista, acaba de salir del período de
algo así como una “acumulación originaria” de capital. El modo fundamental de la
formación de los capitales rusos fue el saqueo, bajo el lema de privatización, de la
enorme propiedad de todo el pueblo creada por el trabajo de varias generaciones de
ciudadanos soviéticos en los tiempos del socialismo (hasta las leyes se privatizaron, se
violaban a cada instante por los privatizadores porque frenaban en algo su saqueo).
Cualquier capitalismo viene acompañado del crimen y de la corrupción. El capita-
104 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

lismo ruso tiene un carácter aún más criminal y rapaz, lo que se expresa en los hechos
siguientes.
17. Como se ha dicho ya, en Rusia es muy bajo el nivel de pago del valor de la
fuerza de trabajo: el salario promedio constituye apenas 7-10% del valor de la fuerza
de trabajo. Esta situación es impuesta a los trabajadores por su adversario de clase en
las condiciones de atraso del sindicalismo y la limitación extrema de las oportunida-
des legales de lucha con un régimen policíaco cada vez más acentuado. Así, el bajo
desarrollo de la lucha económica actualmente es una de las causas del bajo nivel del
pago de la fuerza de trabajo en Rusia.
18. La mayoría absoluta de los capitalistas rusos no se atiene a las normas técni-
camente fundadas de la reproducción del capital fijo –prácticamente no cumplen la
cuota de amortización para la restauración y desarrollo de los medios de producción.
De hecho, estos fondos se convierten en los ingresos de los propietarios (las ganan-
cias transferidas hacia los off-shores, los altísimos salarios de los ejecutivos, los bonos,
etc.) y se excluyen del ciclo “producción–circulación”. O sea, del ciclo productivo se
quitan los recursos indispensables para la reproducción simple, sin hablar ya de la
ampliada.
Para dar a entender de qué sumas se trata, digamos que la estadística oficial de
Rusia evalúa el valor de sus fondos productivos fijos en 60,4 millones de millones de
rublos; el coeficiente medio de la renovación de fondos (2007) oscilaba entre 1,9%
(la producción de la energía eléctrica) y 6,6% (la producción manufacturera). Según
las normas soviéticas, en la producción manufacturera este coeficiente tendría que
ser no menos de 13%. O sea, la falta anual de inversiones en la economía real, sólo
por la línea de amortización, sin hablar ya de la acumulación, suma no menos de 6
millones de millones de rublos. Es uno de los factores que explican el crecimiento del
número de los “millarderos de dólares” en Rusia, también en el período del gobierno
de Putin (de los 13, en 1999, a más de los 100, en 2008). Por una parte, la violación
de las leyes de la reproducción del capital fijo llevaba a la disminución de la carga
de la industria rusa y a pérdida de los empleos, lo que, a su vez, reducía la masa
monetaria que podría llegar a los trabajadores y formar su demanda. Por otra parte,
esto llevaba a la degradación de los fondos fijos y del nivel técnico de la producción,
ante todo, de las ramas de alta tecnología. Respectivamente, tanto el volumen de la
producción real como el pago de la fuerza de trabajo declinaban.
19. Una manifestación nueva y poco estudiada de lo específico de Rusia es la
llegada a los mercados en formación de la enorme cantidad de los valores reales
Partido Comunista Obrero de Rusia 105

que no eran mercancías en el socialismo: los fondos fijos de la producción, bienes


inmuebles de toda clase, casi todo el fondo de la vivienda, las tierras, los bosques,
etc. Convirtiéndose en mercancías sin aplicación del trabajo actual, inflaban la masa
monetaria circulante que se concentraba en su gran parte en el polo de los “hartos”.
Para  consolar a la masa mayoritaria, se le proponían programas del gobierno como
“Vivienda accesible”, que se hacía menos y menos accesible (en 2007-2008, los pre-
cios se duplicaron hasta 7 y 4 mil dólares por un metro cuadrado en Moscú y San
Petersburgo, respectivamente).
20. Hasta las autoridades reconocen que el nivel de la corrupción en Rusia actual
es muy alto (según ciertas evaluaciones, la circulación de este tipo iguala a más de un
tercio del presupuesto anual del Estado). Esta redistribución “sombría” de recursos
monetarios incrementa aún más la desigualdad a favor del polo de los “hartos”.
Así las cosas, cuando los apologistas actuales del capitalismo dicen que la crisis de
hoy tiene una naturaleza absolutamente nueva, que no ha habido tal crisis hasta
ahora, que se trata de una crisis financiera sin sobreproducción etc., debemos con-
testar que de ninguna manera es así. La enorme masa de la población carecía de
los recursos monetarios reales, o sea, de la demanda solvente, y también el capital
ruso mostraba una demanda de medios de producción por debajo de lo normal.
Esto era la causa del comienzo de la crisis. El impulso lo dio el reventar de la burbuja
financiera en EEUU y el pánico posterior. Este proceso se acentúa con el predominio
en la economía rusa de la exportación de materias primas, la caída de los precios del
petróleo y otras materias primas, y la enorme deuda externa de las corporaciones rusas
(a fines del 2008, más de 500 mil millones de dólares). Por la caída del mercado de
valores en Rusia en 75% (marzo del 2009), tres veces más profunda que en EEUU, y
el enorme endeudamiento de las corporaciones privadas por los créditos bajo fianza
de las acciones ahora devaluadas de sus empresas, no podemos excluir la mayor absor-
ción de una parte de la economía nacional por el capital transnacional. Es poco pro-
bable que de esto resultara el saneamiento de las ramas técnicamente avanzadas de la
industria manufacturera y productora de máquinas. Todo indica que la situación será
utilizada para exterminar a los competidores, y, en las ramas productoras del combus-
tible y materias primas, afianzar su dependencia de las corporaciones transnacionales.
Así las cosas, subrayemos otra vez: desde el punto de vista de la ciencia, se trata de la
crisis de sobreproducción capitalista en la época del imperialismo, o sea, de la crisis
normal, inevitable y esperada.
106 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

IV. ¿A expensas de quién? La superación de la crisis y


la contraposición de las actitudes comunista y oportunista
21. Es muy difícil adivinar los pormenores y la profundidad del desenvolvimiento
de la crisis. Dependen de muchas circunstancias, mas la dirección general de la polí-
tica de la burguesía es muy clara.
Primero, los gobiernos burgueses se esforzarán por quitarse la responsabilidad
de la crisis y colocar toda la culpa sobre los “chivos expiatorios” reales o creados
artificialmente. Ya se han encontrado y se encontrarán unos estafadores financieros,
funcionarios y estructuras bancarias gravemente errantes, etc. El gran capital está
listo para sacrificar a cualquier persona o autoridad para salvar de la responsabilidad
al capitalismo como tal, al mismo sistema de la estructuración del ser social afianzada
sobre la forma de apropiación capitalista privada.
Segundo, se proponen y se propondrán decenas de medidas, planes, modelos de
“cambio” del sistema existente, para cambiar algo y no cambiar nada en la raíz, o sea,
en la base del régimen capitalista.
Con todo esto, queda absolutamente claro que la burguesía tratará de cargar todas
las privaciones de la salida de la crisis sobre las espaldas de los trabajadores. En con-
diciones semejantes, la historia y la práctica del movimiento comunista conocen dos
tácticas. Durante las crisis, el ala oportunista tiende a apaciguar la situación y evitar
los conflictos sociales, asume la “actitud patriótica responsable”, alineándose de hecho
con las autoridades para salvar a los productores nacionales y al mercado nacional.
Llaman a los ciudadanos a llenarse de paciencia y responsabilidad y no “menear el
bote” para sobrevivir juntos en los tiempos duros.
Es verdad que los oportunistas se ven obligados a apoyar ciertas reivindi-
caciones progresistas ante el gobierno, o sea: introducción de las medidas de
la regulación estatal, como la nacionalización selectiva, el apoyo social a los des-
empleados, trabajadores y otros ciudadanos del país. Sin embargo, estas medidas
tienen un carácter contradictorio y sirven una orientación fundamental: evitar las
amplias protestas de los trabajadores y la reducción de las ganancias capitalistas.
En Rusia, tenemos un ejemplo reciente de tal coincidencia de los intereses de la
oposición parlamentaria oportunista y del gobierno burgués. En 1998, bajo la crisis
económica, el gobierno declaró el impago de deuda, lo que provocó la devaluación
momentánea del rublo en cuatro veces. En aquel momento, por todo el país crecían
las protestas de los trabajadores que demandaban cancelar la deuda de sus salarios,
que sumaba muchos miles de millones de rublos. La amplitud y la radicalidad de
aquel movimiento superaban todos los ejemplos conocidos antes en la historia
Partido Comunista Obrero de Rusia 107

moderna de Rusia. Las protestas asumieron las formas del bloqueo de carreteras y
ferrocarriles, hasta del ferrocarril estratégico de Trans-Siberia, lo que iba a llamarse
la “guerra de rieles”.
En el momento más agudo de la situación, se cesó al gobierno de los “jóvenes
reformadores”, encabezado por el primer ministro S. Kirienko. Se cargó sobre él
toda la responsabilidad de los errores en la dirección económica. Se nombró al fla-
mante    primer ministro E. Primakov, viejo cuadro de Gorbachov. Él proclamó el
rumbo “patriótico nacional” para salvar la economía de la patria. Le apoyó la oposi-
ción parlamentaria, hasta el Partido Comunista de la Federación Rusa, que delegó a
su representante Yu. Masliukov al gobierno.
Este “gobierno de la confianza popular” tapó los enormes huecos de las deudas
del salario con los miles de millones de rublos devaluados. Logró bajar la ola de
las protestas populares. Ayudó a la clase gobernante y a todo el régimen burgués a
superar la crisis por medio de otro saqueo al pueblo, segundo por su tamaño después
del saqueo de 1991. La devaluación del rublo en cuatro veces dio cierto alivio a la
industria rusa.
Al pasar el período más agudo de la crisis (de agosto de 1998 a mayo de 1999),
el “gobierno de la confianza popular” cumplió su función y se le cesó. Se nombró
de primer ministro (mayo-agosto de 1999) a S. Stepashin, anterior Ministro del
Interior, y después le siguió V. Putin, Director del Servicio Federal de Seguridad.
Aquí tenemos el ejemplo clásico: las privaciones de la salida de la crisis se cargan
sobre las espaldas de los trabajadores con la ayuda de la oposición “patriótica” (y, de
hecho, oportunista).
Hoy día, la historia se repite: otra vez las autoridades llaman a la responsabilidad
de la oposición, al consenso nacional, al máximo esfuerzo, al cambio de cuadros en
el bloque gobernante-financiero-económico, etc. El ala oportunista de la izquierda
apoya esta línea de una u otra forma. Aconsejan al gobierno el amplísimo abanico de
medidas “constructivas”: desde la impresión de “obligaciones del crédito estatal anti-
crisis, que podrían comprar todos los que deseen” (¡seguramente, el comprador será el
gran capital!) hasta la “verdadera competividad en el proceso político, la renuncia de las
autoridades a la presión administrativa, el retorno a las elecciones en su función inicial de
comparación de programas y la posibilidad de la libre votación ciudadana”. En opinión
de los líderes del PCFR(7), bajo estas condiciones “se puede hablar de algún formato
de interacción y realización de medidas anti-crisis”.

7 Ver los materiales de la rueda de prensa en «Pravda”, 10-13.04.2009.


108 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

Distintas de esto por principio son las tareas de los comunistas ortodoxos y su
táctica en el período de la crisis. La tarea en que los comunistas deben trabajar no es
apaciguar la situación, sino utilizarla para explicar las verdaderas causas de la crisis
y propagar la necesidad del máximo desarrollo posible de la lucha propia de la clase
obrera. Las demandas de los comunistas deben, por una parte, contener las reivin-
dicaciones que reduzcan la presión sobre los derechos e intereses socioeconómicos
de los trabajadores, y, por el otro, orientar la resistencia hacia el logro de nuevas
oportunidades de la lucha política y económica en el período del debilitamiento de
todo el sistema capitalista.
La tarea mínima de los comunistas es ayudar a la clase obrera a salir de la crisis
más organizada, más cohesionada y más combativa que antes de ella. En algunos
países con cierta combinación favorable de circunstancias, el desarrollo de la crisis
puede desembocar en una situación revolucionaria. Los comunistas deben estar listos
para ello, y no asustarse, ni tampoco asustar a las masas trabajadoras, por el peligro
de una explosión social. V.I. Lenin decía: “Quien lucha de verdad, naturalmente lucha
por todo; quien prefiere la mediatización a la lucha, naturalmente señala de antemano
los pedacitos con los cuales tiende a satisfacerse en el mejor de los casos (en el caso peor, le
satisface aún la falta de lucha, es decir, se reconcilia por largo tiempo con los señores del
viejo orden...”.(8)
22. Hoy día, entre algunos personeros de la izquierda, se puede escuchar la tesis:
el sistema mundial del capitalismo llegó a la bancarrota final; las conclusiones que la
comunidad mundial hará de la crisis llevarán a un mundo plenamente distinto, ya
no capitalista, sino algún otro mundo más racional, perfecto y justo; la tarea de los
comunistas es coadyuvar a estos procesos, demandar que se mueva en esta dirección,
etc. Por ejemplo, G. Ziugánov, Presidente del PCFR, en su rueda de prensa el 9 de
abril de 2009 declaró lo siguiente: “Es la crisis del sistema capitalista en su conjunto.
La salida de ella sólo puede estar en la dirección socialista. En Occidente, los políticos más
clarividentes y los especialistas cultos ya  lo han entendido y toman medidas correspon-
dientes a nivel estatal; pero, en nuestras estructuras de poder, este tema ni siquiera se dis-
cute”. (Cabe señalar que de los partidos comunistas occidentales no hemos escuchado
ninguna declaración semejante sobre la orientación socialista de sus gobiernos).
Permítasenos no sólo estar en desacuerdo, sino oponernos con fuerza a semejantes
declaraciones. Los recursos del capitalismo no quedan agotados, ni a escala mundial
ni tampoco en cada uno de los países capitalistas. Más aún: cabe reconocer que uno

8 Lenin V.I. Obras completas  (en ruso). Tomo 10. P. 197 .


9 Lenin V.I. Obras completas (en ruso). Tomo 27. P. 424.
Partido Comunista Obrero de Rusia 109

de los recursos fundamentales del capitalismo actual, o sea, del imperialismo, es el


notable fortalecimiento del oportunismo en el movimiento de la izquierda. El propio
imperialismo posee una gran experiencia y enormes recursos para dirigir los procesos
de la formación de la opinión pública. Se sabe que en los períodos de crisis, una de
las salidas es el camino de la fascistización política y  desatar nuevas guerras. Sin
embargo, en todos los casos, aún cuando no haya fascistización aparente del sistema,
la burguesía combate ante todo a las fuerzas clasistas de izquierda. Para esto, los capi-
talistas se han apoyado siempre, y seguirán apoyándose, en aquellos partidos oportu-
nistas que, por su denominación y fraseología, más se asemejen a las organizaciones
revolucionarias, y van a apoyar su lucha contra las organizaciones ortodoxas de los
marxistas. Expresándonos de manera figurada, en una situación muy apretada, los
propios capitalistas izarían la bandera roja, cantarían “La Internacional” (encontrando
primeros cantores entre los oportunistas que conocen las palabras del himno proleta-
rio) y se llamarían a sí mismos constructores del socialismo moderno del siglo XXI.
Así las cosas, hoy día, en las condiciones de crisis, en la elaboración de la táctica
comunista de la organización de la lucha contra el imperialismo, sus defensores y
cómplices, aquellas palabras proféticas de V.I. Lenin son más actuales que nunca: “Lo
más peligroso en este sentido son las gentes que no desean comprender que la lucha contra el imperia-
lismo, si no va ligada indisolublemente a la lucha contra el oportunismo, es una frase vacía y falsa”(9).

Autores

V.A. Tiúlkin, Primer Secretario del CC del PCOR-PRC


M.V. Popov, profesor de la Universidad Estatal de San Petersburgo,
Doctor en Ciencias Filosóficas
Partido Comunista de Turquía 111

TRASFORMACIÓN POLÍTICA DE TURQUÍA


Y CRISIS ECONÓMICA GLOBAL

Alper Birdal(1)
Partido Comunista de Turquía
 

¿Cuales son las ventajas y desventajas de mirar a la actual crisis del sistema capita-
lista desde una perspectiva histórica de largo plazo?
La desventaja explícita de tal perspectiva es que, cuando se definen términos
históricos largos (en otras palabras, períodos diferentes del sistema capitalista),
muchas especificidades y las dinámicas realmente existentes de la lucha de clases
son necesariamente descartadas o reducidas a meras simplicidades. La investigación
de las hegemonías del sistema capitalista establecido a escala mundial oculta las
particularidades de las relaciones en países diferentes con estructuras hegemónicas
en diferentes momentos de la jerarquía determinada. Mirar a “largo-plazo” lo hace
inevitable.

1 Miembro del Comité Central del Partido Comunista de Turquía (TKP), editor de la revista teórica del
TKP Gelenek.
112 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

La ventaja de tal periodización, por otra parte, es que permite a uno desarrollar
una noción sobre varios fenómenos dentro del contexto de las leyes del movimiento
del modo de producción capitalista a nivel histórico-mundial, más que ocuparse
de todos esos fenómenos uno por uno. Abstracciones teoréticas sobre las leyes del
movimiento de todo el sistema permite al analista investigar la conducta de un solo
país o región sobre la base de estas construcciones teoréticas. En otras palabras,
dentro de este marco analítico, el movimiento o la conducta de un sistema entero
se consideran como determinantes sobre el movimiento o la conducta de sus partes.
Debido a su profundidad y extensión, la actual crisis actual trae a nuestra mente
las cuestiones relativas al movimiento del sistema de producción capitalista como
un sistema histórico-mundial. Uno debe ver como una gran ironía de la historia
que el orden del mercado haya declarado su “victoria final” en la esfera ideológica
inmediatamente después de la desaparición del socialismo real; y, sin embargo, sólo
dos décadas después, la pregunta que surge es: ¿cómo continuará el capitalismo?.
Actualmente, el punto histórico de referencia más frecuentemente mencionado
es el crac de 1929 y la Gran Depresión de los años 30. Sabemos que esta turbulencia
habría de llevar a una nueva guerra mundial, que cambió la jerarquía imperialista.
La referencia a 1929 tiene sentido dentro de este alcance; la jerarquía imperialista
actual también puede cambiar después de un shock intenso. Los marxistas académi-
cos desde hace mucho tiempo han estado interesados en la cuestión: ¿cómo se verá
el mundo después de tal cambio?.
La deficiencia más grande de apreciar la crisis del sistema capitalista y el período
en el cual estamos de esta manera es la indiferencia que esta apreciación implica para
con el “factor subjetivo” de la historia, es decir, reduce los impactos de la lucha de
clases en el curso de la historia a un tipo de “distribución de probabilidad”. Según
tal idea, el derrumbe del sistema como resultado de intervenciones revolucionarias
es sólo un aspecto dado, una probabilidad, dentro del espectro de la distribución
predeterminada; por consiguiente, esta perspectiva, que anula el papel de la subje-
tividad, no permite desarrollar un esquema analítico que reconozca el proceso en
cuanto a oportunidades, necesidades, desventajas, tareas y responsabilidades puestas
ante el sujeto revolucionario de la historia.
Entonces, ¿cómo avanzamos?, ¿cómo construimos nuestro método analítico? Por
supuesto, percibimos el mundo a través de la lente del marxismo-leninismo. De este
modo, no estamos en una posición de agotarnos con una búsqueda interminable
de metodología. Tenemos nuestra metodología de percepción de los cambios his-
Partido Comunista de Turquía 113

tóricos, y, como materialistas, por supuesto, no trivializaríamos el movimiento de


factores objetivos, pero, como estudiantes de la lógica dialéctica, nos enfocaríamos
en la superficie de interacción entre factores subjetivos y objetivos, y comprendería-
mos la fuerza y el sentido de los vectores que surgen en este espacio.
Entonces, la pregunta crucial para nosotros no es cual será el futuro del capitalismo
y nuestra tarea no debe ser especular sobre la forma de la jerarquía imperialista en
las próximas décadas. Preferimos mirar las posibilidades de una revolución socialista
que pueda surgir en este escenario. Las rivalidades, tensiones y luchas de poder
entre las fuerzas imperialistas tienen significado solamente dentro de este contexto.
Permítanme tratar un poco más sobre la crisis de 1929 como punto de referencia
otra vez. La pregunta fundamental no es cómo el imperialismo reaccionó antes de
la Gran Depresión y si estas reacciones se pueden repetir en la situación actual, sino
que debemos mirar los conflictos históricos acumulados por la Gran Depresión, y
el desarrollo desigual de estos conflictos y sus contradicciones. ¿En qué territorios y
sobre qué dinámica de lucha de clases creó oportunidades revolucionarias esta gran
crisis del sistema capitalista? ¿En qué grado pudieron la clase obrera y las masas
trabajadores del mundo utilizar estas oportunidades? Y, ¿cómo pudo reestructurarse
el imperialismo después de la catástrofe que creó?.
Utilizar la perspectiva de largo plazo que mencioné al comienzo podría ser útil
en este sentido. Sin embargo, para evitar o al menos minimizar las desventajas de
esta perspectiva, podemos construir nuestra perspectiva a partir de los círculos en
los cuales las contradicciones del sistema se habían acumulado en el sistema como
un todo. De este modo, podemos facilitar, aunque no podamos superar, la tensión
entre el análisis concreto de la situación concreta de la lucha de clases y la periodi-
zación histórica del movimiento del sistema entero.

La Gran Depresión como un punto histórico de referencia


Uno de los grandes descubrimientos de Lenin en su análisis del imperialismo era
que los territorios en los cuales las contradicciones del sistema capitalista se acumu-
lan son, como una regla general, determinados más que determinantes dentro de la
estructura hegemónica dada. Sin embargo, entre otras consecuencias, los períodos
de crisis expresan un aumento en el potencial de tal territorio a ser determinante, a
tener un impacto en el curso de la historia.
114 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

Si nos centramos en la Gran Depresión como un momento interno de un


período largo de una crisis recurrente desde 1870, reconocemos los impactos de
un territorio, un territorio marcado por la gloriosa Revolución de Octubre, que era
determinado antes, pero se convirtió en determinante. Al considerar, desde el punto
de vista de largo plazo, que se extiende entre 1870 y 1929, podemos decir que el
derrumbe de la lógica colonialista del imperialismo británico se había determinado,
en el análisis final, por la ruptura de Rusia del sistema imperialista. Por lo tanto,
podemos conceptualizar 1929 como un punto histórico de referencia en vista de la
ruptura de Rusia y su impacto acelerador en el surgimiento de muchos territorios
en el Este que cambiaron de una posición determinada a una posición determi-
nante. Mientras que la Revolución de Octubre alteraba el Este, convirtiéndolo en
algo radicalmente diferente, cuando se compara con lo que había imaginado el
imperialismo, la Gran Depresión señaló el derrumbe final del imperialismo colonial
británico.
Cuando los costos de mantener la lógica colonial superaron el excedente econó-
mico extraído de las colonias y semi-colonias, la hegemonía británica se desmoronó.
Lo que se convirtió más esencial para el imperialismo, a principios del siglo XX,
era asegurar el flujo de pago de deudas al capital financiero, más que asegurar que
las naciones subordinadas suministrasen materias primas y productos agrícolas a
los países imperialistas. Sin embargo, esto solamente aumentó el endeudamiento
de los países subordinados, pues hizo el mecanismo de transferencia de recursos
coloniales inviable, porque la presión que se puso sobre el campesinado pequeño y
mediano los llevó a la bancarrota. En un libro sobre los impactos globales de la Gran
Depresión, un erudito alemán lo ilustra así:
“Una vez que el patrón oro fue abandonado por la mayoría de las naciones, adopta-
ron políticas de devaluación competitiva. El problema con muchos países de la periferia
era que ellos ni siquiera podían hacerlo, por ser colonias que no tenían ningún control
sobre sus políticas monetarias y económicas. Los soberanos coloniales tenían sólo sus pro-
pios intereses en mente. Como el caso de India mostrara, los británicos sacaron provecho
de mantener la economía de esta gran colonia desinflada y deprimida lo que llevaba a
más flujo de ‘oro de angustia’. Desinflar economías coloniales era una tarea con la cual
ninguno de los poderes coloniales quería cargarse. Además, mientras anteriormente el
acceso a materias primas y producir era la razón fundamental de adquirir y mantener
colonias, la depresión había reducido los precios de todos los productos primarios hasta
tal punto que el colonialismo ya no era necesario para ese propósito. Sólo las deudas
Partido Comunista de Turquía 115

nacionales de estas colonias, que se acumularon en el pasado, hicieron necesario guardar


a estos deudores bajo control. Hasta este punto, la red de crédito estaba todavía en su
lugar, mientras había retrocedido en todos los demás aspectos.”(2).
En vista de estas contradicciones intensificadas, ¿cómo puede uno ignorar la gran
influencia de la antorcha independentista encendida por la Unión Soviética? En realidad,
el surgimiento de los movimientos anticolonialistas de liberación nacional no estaba
entre los efectos, sino eran las causas del derrumbe del imperialismo colonial británico.
Mirando la crisis actual bajo la luz de esta referencia histórica, de entrada podemos
destacar lo siguiente: debemos admitir que la crisis del capitalismo de finales de
los 1960s y comienzos de los 70 se ha aproximado a un final con la crisis global
actual. Por supuesto, no quiero decir que el sistema capitalista ha estado en una
crisis permanente desde finales de los 60 hacia adelante. Las últimas cuatro décadas
muestran un período durante el cual el capitalismo no pudo superar los factores
estructurales y sistémicos que causaron la crisis de los 60 y comienzos de los 70, pero
pudo lograr aplazar la “solución” por diferentes medios. La expresión que se refiere
al final de poder mantener sostenible este acto de prórroga, sucesivamente, insinúa
que el capitalismo se quedó sin posibilidades de superar estas causas estructurales y
sistémicas(3). 1929 como referencia histórica tiene sentido en esta coyuntura.
Sin embargo, el mismo punto de referencia pierde todo sentido cuando miramos
la situación de los territorios donde las contradicciones y los conflictos del sistema se
acumulan. Las mismas cuatro décadas no han marcado ninguna ruptura importante
de algún país del sistema capitalista, ninguna transformación de posición determi-
nada a la posición de ser determinante por una revolución socialista se ha marcado
en estos países. Además, muchos de los países ex-socialistas, que definitivamente
sostendrían tal ruptura, se convirtieron en parias del imperialismo y se arrastraron a
una posición de subordinación por éste. Este hecho tiene mucha importancia para
evaluar la salida posible del imperialismo de este período histórico, a lo cual nos
referimos como posible terminación de una época.

2 Rothermund, Dietmar, The global impact of the Great Depression, 1929-1939, Routledge: London and
New York, 1996, p.16.
3 Giovanni Arrighi llama a esta crisis “la crisis señal” y “la crisis terminal” de lo que el llama “ciclos
sistémicos de acumulación” (Arrighi, G., The Long Twentieth Century, Money, Power and the Origins of Our
Times, Verso: London, 1994). Aunque uno puede o no estar de acuerdo con la teoría de Arrighi de “ciclos
sistémicos de acumulación”, como categoría de periodización de la historia-mundial capitalista, el énfasis
sobre la continuidad de la crisis “señal” o “terminal” de una estructura hegemónica dada parece apropiado.
116 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

Aún ante la presencia de una fuerza que se convirtió en determinante en el curso


de la historia por haberse desprendido del sistema capitalista-imperialista durante
la crisis terminal de la hegemonía británica, la transformación de la jerarquía impe-
rialista tuvo un período destructivo de casi dos décadas. Hoy, bajo condiciones en
las cuales no existe ningún actor semejante, tenemos razones válidas para esperar
una transformación del sistema capitalista-imperialista todavía más tormentosa y
que llevaría a consecuencias más destructivas para las masas trabajadoras de nuestro
planeta.
¿Una jerarquía imperialista centrada en China? Antes de considerar tal posibili-
dad seriamente, nuestro problema debe ser centrarnos en los efectos funestos de la
transformación larga, dolorosa y destructiva que espera a los pueblos del mundo.
He mencionado hace poco que primero debemos mirar a los lugares donde el
imperialismo acumula contradicciones por este motivo. Se pueden evaluar, en este
contexto, Europa Central y del Este; y Turquía, que tiene muchos rasgos comunes
con esta región, especialmente en cuanto a dinámica económica, aunque bastante
diferente en cuanto a aspectos políticos.

La situación económica de países subordinados durante la crisis


En la economía mundial, un panorama llamado por muchos economistas “des-
equilibrios globales” surgió especialmente después de la crisis asiática de 1997-1998.
La crisis asiática llevó al derrumbe de muchas economías de Asia Oriental porque
eran incapaces de asegurar la entrada suficiente de fondos para cubrir sus deudas,
lo que sucesivamente causó serias devaluaciones de sus monedas. Por consiguiente,
muchos de estos países utilizaron sus monedas depreciadas para recargar sus indus-
trias de exportación, principalmente basadas sobre la explotación intensiva de su
mano de obra barata; por lo tanto, a partir de entonces empezaron a acumular exce-
dentes de comercio exterior. Esto también era concebido como una precaución por
estos países; una lección duramente aprendida por el derrumbe de 1997-1998. De
ese modo, durante la década posterior a la crisis asiática, la demanda de consumo
en auge en Estados Unidos, alimentada por el sobreendeudamiento, era financiada,
gradualmente a mayor amplitud, por los excedentes acumulados por los mismos
países de Asia Oriental, así como por los países exportadores de petróleo que dis-
frutaban de sus precios, que estaban por las nubes después de la invasión de Iraq.
Partido Comunista de Turquía 117

La tabla I traza la transferencia de fondos a países imperialistas en datos de


diferentes regiones desde el horizonte de la crisis asiática (1996) hasta el horizonte
de la crisis actual (2006).

Tabla I: Equilibrio actual de cuentas de la economía mundial


(mil millones de dólares estadounidenses)

1996 2003 2006

Centro imperialista 36 -302 -597

EE.UU. -118 -527 -812

Japón 66 136 170

Otros países occidentales 88 89 45

Periferia -85 228 684

Exportadores de petróleo 39 109 423

China 7 46 250

Otros -131 73 11

Flujos informales 49 74 -87

Fuente: Compilado por “The Independent Social Scientists Group” del FMI, World Economic Outlook,
2007 (Bagımsız Sosyal Bilimciler, 2008 Kavsagında Türkiye, Siyaset, Iktisat ve Toplum, Yordam Kitap:
Istanbul, 2008, p.28).

Como los datos presentados en la tabla I muestran, después de la crisis asiática,


la mayor parte de los déficits de cuenta corriente  de EEUU se ha financiado por
países subordinados, particularmente por exportadores de petróleo y China. Hasta
1996, los excedentes de economías occidentales fuera de EEUU cubrían los déficits
de EEUU, así como los déficits del resto del mundo. Sin embargo, en 2006, vemos
un cambio dramático, que se marca por el hecho de que el excedente de China, de
los exportadores de petróleo, etc., alcanza a cubrir casi 83 por ciento del déficit de
cuenta corriente de EEUU.
118 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

Pero hay otro grupo de países que volvieron a configurar sus economías para la
exportación a mercados occidentales, por lo que han quedado más expuestos todavía
a la crisis actual por requisitos exageradamente altos de préstamo. Tabla II presenta
esta bifurcación en economías subordinadas.

Tabla-II: Tasa de crecimiento del PIB y balances actuales de cuenta


de países escogidos antes y durante la crisis (%)

Tasa media Tasa media


Balance Balance
de creci- de creci-
Diferencia actual de actual de
miento miento
(B – A) cuenta(*) cuenta(*)
2006-2007 2008-2009
2006-2007 2008-2009
(A) (B)
Turquía 5.8 -2.8 -8.6 -5.9 -3.8
Rumanía 7.1 -0.7 -7.8 -12.0 -9.0
Rep. Checa 6.5 -0.8 -7.3 -2.8(**) -3.1(***)
Mexico 4.2 -3.0 -7.2 0.6 -1.3
Argentina 8.6 2.2 -6.4 2.0 2.9
Colombia 7.2 1.1 -6.1 -2.3 -2.9
Hungría 2.6 -3.1 -5.7 -7.1 -5.7
Tailandia 5.1 -0.5 -5.6 3.4 2.4
Sudáfrica 5.2 0.5 -4.7 -6.8 -6.2
Korea del
5.2 0.6 -4.6 0.6 1.3
Sur
Malasia 5.0 0.5 -4.5 15.8 15.6
Chile 4.7 0.8 -3.9 4.6 0.7
Filipinas 6.2 2.4 -3.8 4.7 2.9
Polonia 6.5 3.0 -3.5 -3.7 -3.9
China 12.3 8.8 -3.5 10.3 8.9
India 9.6 6.4 -3.2 -1.0 -2.2
Brasil 4.9 2.2 -2.7 0.7 -1.5
Egipto 7.0 6.0 -1.0 1.8 -0.9
Indonesia 5.9 5.1 -0.8 2.7 0.5

(*)
Balance actual de cuenta como porcentaje del PIB. Los datos de 2009 son cálculos del FMI.
(**)
Datos de la “Oficina Estadística Checa”.
(***)
Datos sólo del 2008.
Fuente: Compilado de FMI, World Economic Outlook, datos de Octubre de 2009.
Partido Comunista de Turquía 119

La tabla II recoge diecinueve países que tienen un PIB mayor que 100 mil millo-
nes de dólares estadounidenses, en cuanto al descenso en sus tasas de crecimiento.
En general, observamos que los países que tenían un alto déficit de cuenta corriente
antes de la crisis sufrieron una tasa menor de crecimiento, en promedio. Los pri-
meros nueve países en la lista muestran un promedio de déficit de cuenta corriente
sobre el PIB de 3,6% en 2006-2007, mientras que los últimos diez países tenían un
promedio de déficit de cuenta corriente sobre el PIB de 3,5% en el mismo período.
También observamos que estas economías se afectan mucho más por la crisis que
las del segundo grupo, como se muestra en el brusco declive de sus tasas de creci-
miento(4).
Los países que pertenecen al grupo de déficit alto dedicaron el período de boom
de crédito entre 2002 y 2007 a atraer flujos de capital a corto plazo manteniendo
tasas altas de interés. Cuando la expansión de crédito se fue a la bancarrota, la mayo-
ría de estos países se quedaron con un sistema bancario disfuncional y una estructura
industrial dependiente de insumos importados, que, a la postre, los hicieron más
vulnerables ante los efectos de la crisis. Estos países, la mayoría de los cuales están
en Europa Central y del Este, han pasado las últimas dos décadas bajo la vigilancia
del FMI y, aún así, cayeron en manos de esta misma institución otra vez, a pesar del
hecho de que los programas que esta institución imperialista les impuso han sido
causantes de las vulnerabilidades arriba mencionadas.
La concentración de países que pertenecen a esta categoría en Europa Central
y del Este no es una casualidad, debido a dos razones: Primero, todos los países
ex-socialistas han vivido bajo la vigilancia directa o indirecta del FMI después de su
transición al capitalismo. Segundo, la integración con la Unión Europea ató a estos
países severamente a las recetas neoliberales. Aunque Turquía no ha experimentado
este proceso de transición, estos dos aspectos son válidos con ella también.
Conforme los países de Europa Central y del Este se han convertido en el patio
del capital financiero de Europa Occidental, a la primera oportunidad se les han
quitado los medios de soberanía económica a través de las políticas del FMI y la
UE. Todos los mecanismos que salvaguardaban el desarrollo independiente y la
industrialización, distribución igualitaria de ingreso, pleno empleo y seguridad social
universal se erradicaron a favor de la integración y con subordinación a los mono-
polios imperialistas, que tiene como resultado un aumento inaudito de la pobreza e
injusticia económica, y el derrumbe de la infraestructura industrial y agrícola en un
cortísimo período de tiempo.

4 Por supuesto, hay excepciones, como Polonia, que todavía no ha sentido los efectos de la crisis.
120 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

La pérdida de soberanía económica ha avanzado junto con un nuevo trazado de


las fronteras políticas. Aunque en algunos casos este procedimiento se impuso y prac-
ticó “pacíficamente” (por ejemplo, la desintegración de Checoslovaquia), en otros,
como Yugoslavia, se implementó por medio de masacres e invasiones imperialistas.
Hoy día, mientras los países imperialistas utilizan fondos públicos masivos para
rescatar a sus monopolios, las recetas del FMI que se imponen a los países subordina-
dos preconizan la austeridad fiscal, reducción aún mayor de los gastos de seguridad
social, para asegurar el repago de toda deuda a toda costa. En este sentido, podemos
decir que la bifurcación entre las economías más débiles del sistema capitalista mun-
dial continuará ampliándose, arrastrando a algunos hacia el fondo.
El primer reflejo de la hegemonía burguesa bajo condiciones tan graves es la
intensificación del racismo y la xenofobia. Sin embargo, junto con esta respuesta
inicial, uno debe esperar la aceleración de la transformación política de esta región
según las “nuevas” tendencias del imperialismo y la rivalidad creciente entre los
poderes imperialistas. Nuevas divisiones y nuevos conflictos en aspectos religiosos y
étnicos tocan a la puerta otra vez. Podemos observar este estado de cosas de manera
más evidente en Turquía.

Crisis y economía turca: el desastre que se acerca


La economía turca sufrió una dura crisis en 2001. Efectivamente, Turquía sufrió
crisis más profundas y más frecuentes cuando las recetas neoliberales se adoptaron
plenamente durante los años 90 y la sumisión económica al imperialismo de la UE
se había completado con el acuerdo de Unión Aduanera. La crisis de 2001 era la más
catastrófica, pero la crisis actual ya la ha superado en muchos aspectos. La tabla III
presenta algunos indicadores que señalan el daño de la crisis hasta ahora.
Tabla-III: Algunos indicadores de la influencia de la crisis sobre la economía turca

2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009(*)


Tasa de crecimiento del PIB (%) -5.7 6.2 5.3 9.4 8.4 6.9 4.7 0.9 -10.6
Tasa de desempleo (%)(**) 8.4 10.3 10.5 10.8 10.6 10.2 10.3 11.0 15.6
Tasa de desempleo entre las 16.2 19.2 20.5 20.6 19.9 19.1 20.0 20.5 26.5
edades 15 y 24 (%)
Utilización de la capacidad en 71.6 76.1 78.5 81.5 80.3 81.0 81.8 78.1 67.0
la industria manufacturera (%)
(*) Los primeros 6 meses.
(**) Las tasas de desempleo para 2001-2003 se basan en proyecciones viejas de población, mientras las de
2004-2009 se basan en nuevas proyecciones.
Fuente: Instituto Estadístico de Turquía
Partido Comunista de Turquía 121

Los impactos de la crisis actual han empezado a agravarse profundamente desde


Octubre de 2008. Después de esta fecha, el desempleo avanzó lentamente a un nivel
históricamente alto, o sea, una tasa oficial de 16,1% en febrero de 2009(5), y la tasa
de utilización de la capacidad en la industria manufacturera cayó otra vez a su nivel
históricamente más bajo, o sea, a 64,7% en el mismo mes. A pesar del duro golpe
recibido por la economía real, como no existían señales alarmantes de un “derrumbe
financiero”, como sucedió en la crisis de 2001, el gobierno del Partido de Justicia y
Desarrollo (AKP), descaradamente, intentó subestimar los efectos de la crisis.
Aunque, a diferencia de 2001, no sucedió un derrumbe financiero y aunque el
sector bancario ha reducido sus riesgos después de la crisis anterior, el endeudamiento
de las corporaciones no-financieras con los acreedores foráneos ha aumentado a sal-
tos y aprietos durante 2002-2008, o sea, durante el mandato del AKP. Por lo tanto,
los requisitos de préstamo externo de la economía turca han seguido aumentando
rápidamente en este período. Aunque el sector bancario no lleva riesgos tan graves
como los de 2001, tal riesgo se desplazó al balance general de corporaciones privadas.
La tabla IV presenta algunas estadísticas sobre la posición de la moneda extranjera de
corporaciones no-financieras.

Tabla IV: Activos en moneda extranjera y pasivos de


corporaciones no-financieras (en mil millones de dólares)
  Cambio entre Cambio entre
2006 2007 03.08 06.08 09.08 12.08
09.08 y 12.08 12.07 y 12.08
Activos 63,424 77,862 80,830 89,014 92,473 82,382 -11 6
Pasivos 100,250 139,401 155,072 167,543 172,138 161,036 -6 16
Posición -36,826 -61,539 -74,242 -78,529 -79,665 -78,654 -1 28
neta
Fuente: Banco Central de la República de Turquía, Financial Stability Report, Mayo 2009.

Otra repercusión de este tema es la importancia y la intensidad creciente en la


integración entre el capital monopolista turco con el capital imperialista financiero.
Esto se revela especialmente en dos aspectos: Primero, la ola de privatizaciones más
grande se ha lanzado por AKP durante 2002-2008, lo que transfirió las ganancias dis-
ponibles a los conglomerados creados por monopolios turcos y extranjeros. Segundo,
como los monopolios en Turquía se han anexado más a los monopolios extranjeros,
comenzaron a integrarse en la red de subcontratación de corporaciones extranjeras,
especialmente en las regiones bajo ocupación estadounidense.
5 La tasa oficial de desempleo subestima considerablemente la tasa “real” de desempleo, que alcanza a
29,3% en el mismo mes según nuestros cálculos. La tasa real de paro se puede calcular incluyendo a gente
que está lista para trabajar, pero que no busca activamente un trabajo, el subempleo y el empleo temporal en
la definición de desempleo.
122 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

El entrelazamiento mayor de la clase capitalista turca con el capital imperialista


tiene una implicación política crucial. Cuando esta fusión devastó la infraestructura
industrial y agrícola de la economía turca, los vínculos de la burguesía turca con la
República de Turquía como una entidad política han disminuido a un nivel que
es probablemente el más débil en toda la historia del país (pérdida de su ideología
nacionalista). Mientras el capital se iba concentrando más y más en los servicios y el
comercio, mientras la clase capitalista en Turquía se fusionaba cada vez más con los
monopolios extranjeros y se conviertía en una parte de sus redes de subcontratación,
la burguesía turca ha sido un partidario militante del plan imperialista de transición,
que, en última instancia, minaría la existencia del país como una unidad política.
Además, conforme la confluencia entre la esfera política y el dominio de la acu-
mulación capitalista aumenta, Turquía se ha convertido en un país que se puede
manipular mucho más fácilmente por el imperialismo. La tabla V presenta un ejem-
plo de tal manipulación y de lo que queremos decir con la “confluencia creciente”
entre política y procesos de acumulación. La tabla compara el período entre octubre
del 2008 y febrero del 2009 y el período entre octubre del 2007 y febrero del 2008
en cuanto a flujos de capital. Debemos tener en cuenta que los impactos de la crisis
mundial se intensificaron especialmente después de octubre del 2008.

Tabla V: Flujos de capital en Turquía: Oct. 2007-Feb. 2008 v.


Oct. 2008-Feb. 2009 (en mil millones de dólares)(*)
Oct.2007-Feb.2008 Oct.2008-Feb.2009
Capital extranjero 21,168 -12,695
Capital interno -1,531 -1,866
Capital informal 545 14,872
Reservas -334 -5,080
Balance de cuentas corrientes -19,841 -5,080
Flujos netos de capital 20182 311
(*)”Menos” significa salida de capital y déficit externo, mientras que “menos” en reservas significa “acumulación de reserva”
y “más” significa descenso en reservas.
Fuente: Compilado por Boratav, Korkut, “Ekonomik Bunalım, Finansal Kriz”, www.sol.org.tr, 26.04.2009.

Me gustaría citar a Boratav, quien proporciona una explicación muy clara del
funcionamiento del mecanismo:
“El balance de la crisis en los primeros cinco meses, como se mostró en la tabla arriba
expuesta, es la siguiente: la entrada neta de capital extranjero por valor de 21,2 mil
millones de dólares en el mismo período del año anterior se convirtió en salida neta de
12,7 mil millones de dólares. Esto implica una ‘inversión’ en cuanto al flujo de fondos
Partido Comunista de Turquía 123

extranjeros, que señala un shock externo duro, que equivale a 5,1% del ingreso nacional
de 2007.
“Sin embargo, miremos la suma de todos los movimientos de capital, incluyendo flujos
extranjeros, internos e informales: en los primeros cinco meses, a los 12,7 mil millones
de dólares de salida neta debido a los flujos extranjeros se añadió una salida de 1,9 mil
millones de dólares de flujo de capital (informal) debido a la burguesía nativa. Pero,
esta ‘hemorragia’ debida a los capitalistas extranjeros y nativos se compensó más que
necesariamente con la entrada de 14,9 mil millones de dólares de capital informal. Este
misterioso ‘fondo externo’ ha registrado entradas netas cada mes; por ello, los movimientos
de capital después de octubre de 2008 todavía podían tener saldo positivo (311 mil
millones de dólares). (…) La cuestión decisiva aquí es que esta entrada de capital informal
de 14,9 mil millones de dólares impidió que los mercados financieros fueran atrapados
por la crisis. (...…)”(6).
El gobierno de AKP, todavía apoyado especialmente por el imperialismo estado-
unidense, pudo ganar la iniciativa ante los grandes grupos capitalistas de Turquía,
probablemente hasta el punto que no había podido alcanzar ningún partido burgués
hasta hoy, al utilizar esta transitividad (confluencia) entre la esfera política y la acu-
mulación de capital. El reaccionario AKP emplea esta fuerza para su propio benefi-
cio en dos dimensiones: primero, mediante la movilización de las redes comunales
de sectas religiosas como una fuente de “acumulación primaria” y, por supuesto,
también mediante el saqueo de fondos públicos, el AKP creó y reforzó sus propias
bases de capital. Segundo, al utilizar sus “conexiones especiales” con el imperialismo
estadounidense, el AKP logró crear mercados y oportunidades nuevos para la mayor
parte de los monopolios.
A medida que se desarrolla la crisis, la segunda dinámica a la que nos referimos
anteriormente, se ha agotado. Sin embargo, el control sobre los fondos públicos y las
conexiones con el gobierno también se han vuelto más importantes, lo que dota al
AKP de la oportunidad de establecer coaliciones con varios monopolios. Los mismos
monopolios que parecen estar en conflicto con el gobierno, un día pueden cambiar
totalmente el sentido porque esperan que el AKP saque más conejos del sombrero.
Pero, hay un determinante en todas estas relaciones, o sea, el imperialismo. En
el centro de una región, cuyo mapa todavía está en la fase de volverse a trazar, que
ha sido el escenario de guerras y ocupaciones, o sea, en el centro del infame Gran
Oriente Medio del imperialismo estadounidense, ahí está Turquía, con todos sus
complejos dinámicos socio-políticos. Para realizar su diseño, que abarca desde Asia
6 Boratav, Korkut, “Ekonomik Bunalım, Finansal Kriz”, Portal de Noticias Sol, www.sol.org.tr, 26.04.2009.
124 REVISTA COMUNIS TA INTERNACIONAL nº 1

Central a los Balcanes y hasta Europa Central, el imperialismo estadounidense nece-


sita formar una Turquía como entidad completamente alineada con sus esfuerzos
militares y políticos. Con este fin, Turquía debe someterse más al oscurantismo de la
reacción religiosa, porque una Turquía más “islámica” que “laica” es mucho más fun-
cional. La transformación del estado turco según el diseño del islamismo moderado
es un reflejo de este requisito.
Además, el procedimiento prevé la intervención de Turquía en los conflictos de
la región, de los cuales ella misma es una parte, conforme a los intereses estadouni-
denses. Los esfuerzos para establecer una relación de patrocinio entre el estado kurdo
pro-estadounidense (que se establecerá en el norte de Iraq) y Turquía es un ejemplo
de esto. Tal relación de patrocinio empujaría a los kurdos en Turquía a las rodillas
de Barzani, o sea, a las de EEUU. A cambio, la clase capitalista de Turquía espera
sacar una mayor parte del petróleo iraquí y más trabajos de subcontratación en los
negocios de la construcción.
La crisis conlleva otro factor que lleva al desastre de Turquía. El país se convirtió
en un territorio donde la rivalidad entre EEUU y la UE se intensifica. Como la
tasa de participación de 43,1% en las últimas elecciones al Parlamento Europeo,
en junio, demostró, las instituciones de la UE y la UE misma han perdido legitimi-
dad y credibilidad entre las masas rápidamente. Además, los imperialistas europeos
también recibieron un golpe duro con la crisis. Todos estos sucesos señalan una
necesidad para la UE: tiene que ser más proactiva en política internacional. Turquía,
que se convirtió en un país que está en plena sintonía con la visión estadounidense
sobre la región, representa un problema para la UE, que busca un cambio de pos-
tura en asuntos internacionales. La transformación de Turquía hacia una posición de
más conformidad con las necesidades de Europa, especialmente con la “Europa de
Alemania y Francia”, es también importante respecto a las políticas de la UE hacia el
Oriente Medio, y también hacia Rusia y el Cáucaso. Pero el imperialismo de la UE
no está tratando de ganar terreno en un espacio vacío; el espacio ya está ocupado por
EEUU, y aún más con la administración de Obama. Por consiguiente, es inevitable
que la crisis acelere el proceso que hace de Turquía el escenario de disputas entre estos
dos poderes imperialistas.

Oportunidades revolucionarias
La imagen hasta ahora es deprimente, eso es seguro. Por eso la llamamos “un
desastre”. Sin embargo, sabemos que los saltos revolucionarios pueden y deben lle-
varse a cabo bajo condiciones tan deprimentes.
Partido Comunista de Turquía 125

Turquía es un país capitalista con una clase obrera amplia, a pesar del hecho de
que la clase obrera de Turquía no ha subido al escenario político desde hace tiempo.
Pero la crisis actual puede significar un período en el cual la conciencia de clase de
las masas se reanime. También es posible que formas nuevas de organización y lucha
surjan sobre esta base.
También hay oportunidades que se pueden utilizar para golpear la legitimidad de
la hegemonía burguesa. A pesar de las victorias que el imperialismo ha logrado en los
últimos años en Turquía, la posibilidad de levantamientos en busca de independen-
cia y liberación todavía son válidos. Conforme Turquía se convierte en un escenario
de competencia entre los poderes imperialistas, esta disputa puede crear espacios que
pueden servir para favorecer la lucha antiimperialista, a pesar de todos los aspectos
destructivos del mismo tema.
El imperialismo y el gobierno del AKP han avanzado bastante en el camino de
hacer la sociedad más reaccionaria. Sin embargo, el conflicto entre la reacción y la
postura ilustrada no se ha resuelto completamente. Una sensibilidad entre amplios
sectores de la sociedad vinculada a secularismo (laicismo) y republicanismo todavía
está presente. Esta esfera también puede utilizarse como una oportunidad revolucio-
naria para conectar masas más amplias, para adoptar la idea de que la única alterna-
tiva factible es una república socialista.
Turquía está al borde de un desastre. Hasta ahora, la crisis ha intensificado y
acercado este desastre aún más. Pero, también han aumentado las oportunidades de
un levantamiento revolucionario. La clase obrera de Turquía es la única fuerza que
puede lograr detener este desastre; es la única fuerza capaz de romper completamente
todos los vínculos con el imperialismo y es la única fuerza que puede construir una
república nueva, socialista, en Turquía.

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