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UNA CARTA
o Claudio &ertOnl
hucripeión l"9 111.361
I.S.B.N.956260172·2
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Claudio 8enOfli
11
Una cana
Roberto ~'terillo
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f/aJfa nllnca falso amor confundido
Col/la mlljer qlle j i akja
Con ÚJ mujer pmllda
El año JHuado tri AmPlIa
Que JO no volvtri Q t7K0nlrar
G. Apollinaire
e/audio Benoni
UNA CARTA
"
UNJ CDt'fD
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CÚJ"djo 8ttrtonl
17
Unll Cllr111
11
Un amigo está bien. No es gran cosa, pero cstá bicn. Una mujer
puede pasar. Pero una mujer con la que sabemos que pasará.
Eso nos tranquiliza: que pasará. No me refiero a lo que tú
ni nadie, ni )'0 incluido, creamos. Todo el tiempo se trata de
lo mismo yeso: De ¡mentar dejarse uno afuera de lo de uno.
¡Qué libertad entonces! O que servicio a la humanidad o
al que casualmente Jo descubra ysorba ychupe esta
costilla o fruta que nota libre como un zapato lanzado
fUera de una ventana yque uno puede alcanzar ymorder
estirando ascética y cinematográficamente el gaznate.
Paz no puede haber donde tú rondes. Donde tú mores. Donde
tú te des \uelta persiguiendo tu propia cola larga y
naca. Puede haber un momento en que cansada y blanca
logres una trenza morena o un gato que ovillar en un
choapino y te ovilles por fm como una cosa junto a la
cama. No creo en 10 que a mí me pasaría con tu epidemia,
con tu leucemia. Creo apenas y vagameme en lo que a ti
te pasarla. En lo que a ti te bajarla el moño. En lo que
a mí me perdería. En Jo que a ti te perdería.
l'
Claudio Bu/oni
111
19
U"" carta
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C/(Judio Bu/oni
IV
(horas después)
H~ eserilo lOdas estas lineas separado de ti. Ahora
-mientras escribo esto- no estoy st:parado de ti. No es
la guerra. Es la dulzura de no hacerlo. Si supieras lo
que la dulzura de haberlo hecho a mroias yhasla lfes
marlOS induso y haberlo abandonado yno saber mientras
escribo esto i 10 haré a medias otra vez o si 10 haré
hasta los lres ruarlos de nuem y \'OlveTt a la inigualable
doceañera del harem para no \'engarme dt= ti. Vuel\'o a la
Mpor ti. Vuelvo a la N por ti. Nada es suficiente. Nada
mt= sacia. Y\'UcI\'o a todas ellas por ti. Abro una carta
y me basta. Saber no. Ni oler tampoco. Ni sentir que no
salió de otra pieza o de la ciudad en la que hay ropa
suya ytuya sobre una cama. Dulzura es 10 que ha venido
a sentir un gesto: su antiguo ytriste uso. A mí no me
gUSLa otra que la dulzura que a mi \·erglit=nza le
solitariamentt= queda. Dulzura. ¿Puedes ,·er a 10 qut=
una solapa de angustiosa \ida ósea en mi casucha llega?
¿Dulzura en el aclo? ¿Dulzura en hojear? ¿Dulzura t=n
hundir? ¿Dulzura en un aclo que no es d lr.Í.mite ad hoc
sine qua non de la dulzura? No hay dulzura t=n mi dulzura.
En la dulzura que )·0 uso de dulzura. En la dulzura que
)"0 llamo dulzura. En la dulzura que )·0 llamo y se
demora) me demora la dulzura. ¿Lo haris cuando termine?
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Una cal1a
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Claudio 8enoni
23
U.... carru
"
\11
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OCUllO te darías no absoluta ytotal cuenta pero al
menos barruntarías que vi\"o yque soy la encarnación
misma de una manía. Lo más dificil, aunque los maestros
sepan que no es así, es soltar los músculos, es abandonarlos
a su peso solo. Yes este peso solo el que sintiendo su
sangre solo, se en\'uekc en su sangre solo, se pinta con
ella solo, troua COII ella )' no hay exclusivamente nada
más que sangre. Zarandeada y\uelu a las lomas de su cima.
Todo parece muy fkil. Ytan pt:destre. Yalgunos se arrodillan
)' otros se acuesWl yalgunos se: arrodillan donde otros
se acuesWl. Y)'O me arrodillo yme acuesto. Yahora sin
embargo no me arrodillo ni me acueslO. Xo saco nada
cuando me arrodillo ni cuando me acuesto. Me arrodillo y me
acuesto para salir propulsado \iolenu.meme hacia atrás
porque habiéndome subido a este plan de plataforma en
forma de carta he sobrepasado, he superado mi anlerior
experiencia)' por eso digo que )"0)'3 no me acuestO ni
me arrodillo cuando me acuesto yme arrodillo, me muerdo
en el testuz como un galO)' me rescalO. He sobrt:\i\ido.
27
UntJ corru
\~II
28
Cloudio 1knOfli
29
UI1lJ CDrlD
JO
ClamliQ JJtrroni
JI
U.... carta
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C1audio B"non;
J3
dt un calceLÍn caminado por dentro, sin gritos, sin bulla, sin
eXlJ'O\'t:rsiÓn. He lanzado además oJas tspirituaies, olas dt ánimo
dt algo in¡¡¡ngible qut sin embargo nos afttta como tangiblt y
nos a)'Uda aunqut dtbamos rttonoctr que poco. Poco me a)'Uda
ahora por eitmplo. Ya)'tr me a)'Udó poco tambi(:n. Yantes de a)·er.
la no se a qUt tOmartnt y no para solo derenderme de ti
'n ti. O contigo dt una manera, de tsta manera que no
sale sin las barajas de cartón blanco ysimétrico qUt
me nia;a Iongiludinalmentt encima. \0 po no se a qué
asirme dándome cuenta penundo ysabiendo ysobretooo
\iéndome lanzado hacia atris como de un impacto de obús
o de balas de cañón de una corbeta o de municiones que
me lanzan ruera de los muros de \idrio de un rascacielos
de crisr.a.l, Así es como de separado me percibo de las
cosas. De todas las cosas, tanto de las qUt pienso y veo
como de las que toco y sueño. Estiro los brazos y nada.
y las manos al fin de los brazos abriéndose y cerrándose
trágia ymecánicamente r para la risa y poliomelíticamente.
Ahora estO)' en la situación del que sin hallar nada que
hacer con nada de lo que poset, con nada dt lo qUt ha
dr:sembocado un butn día tn él, titnt qUt andar en la
indescriptible situactón de los huttos y de las aUStndas como de
Iabr:rintos dt rttQ\UOS absolutamente hirientes
yerizados de la ralta de las mismas puntas ygarflOS
yagujas que muC$tn.. Es un resbalín. Es una s;ibana. Se
\'Uel\'en a repetir. Es una corbata larguísima y dt stda
y plateada por la qUt Ir: deslizas. Ya los lados nada o
encima todos estos filos ylos garfios de goma ylas
cosquillosidades ylas quisquillosidadt5 tn juego yla
in istencia monótona pero erizada de una situación que no
respeta ni prtdict ni guarda ni alerta los pasos que se
han dado, de los que se darán, de los que se deberían dar.
Todo es~ hundido en los dientes de la situación,
C/m,dio 8emmi
"
Una globulogastroemanación que roe. Yroe. Yroe ¿Y roe,
qué ts? E.s gastar parejo ypequeño ystn ¡ble y
humedísimo, poritos al principio, que luego de'lienen
secos . Yllegamos. YalGlllzamos. Yllcgarnos a la
garganta: Roen la garganta. O roe la garganta. Ahí
st roe: en la garganta. No hay espacio sin su gargan ta
Ysin su cáncer. Sin su ause.ncia de humedad ypantano.
Que lo roe. Lo 5«0 es lo que roe. En esta topografia
incierta. Con estos balones. Con estas \"Olutas. Con tstas
hinchazones. Con estas cosas moradas yduras ybrillantes
que sobresalen. Yque hundidas de pronto hundiéndose
más toda\ía nos lanzan fuera en forma de globulinas
de aire rotas como ciscaras de maní o de sangre.
¿Voy a dar un paso más en paz conmigo? ¿O en paz
con la mugre o artículo suntuario de mi lamentable
presencia una vez más?
36
CI""dio BUlO";
INSOlACIÓN
17
Uno alrl~
CATATONIA
"
C/oudio 8UfOfli
ULTIMATUM
cbudia
o como te llames
no cr6 sino una más
una aguja más
una ausencia más
un pantalón más
un par de gigantescas tetas o senos más
que me desertan
que me abandonan sin querer.
yjU
)' nadie más que lÜ sabemos
que había que aroslarSe
y nada más.
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U.... cono
MAlDICiÓN
DEFINO TU POTO
IU polO
es la presencia
multitudinaria cn mi
dc lo que inmisericordcmcnlc
alarga posterga y retuercc
su cxistcncia fuera
ya expensas de mí.
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ESA RUBIA
da rubia
cnQ(rr;¡ mi
odi05idad en
un globo que
postcnormcnlc
dla mi5ma transporta
como a una gota de rocío
sobre b. cola de caballo de
su moño rubio.
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Clo"dio B~no",
AWlAOA
43
Una carta
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CÚJudio Bl!nlNli
SÁIIADO 28/2/87
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y no hago mas que postergar y postergo y me suspt'ndo
r hago cualquier cosa por ausenlarme l 00 ir,
u un chiflón que me pasa yme traspasa con ciemos
de milcs de pepila.5 de arena ygolosinas yem'Ohorios
r )'0 CStoy en la duda eterna y enorme, la indecisión
es ya una moldeada y maniobrable certeza. En nuestro
caso a lo que uno renuncia es a una suerte anterior
de hueco auscncia o espacio.
Antes de comenzar, antes de la partida ymucho anles
me doy cuenta que sujeto idiOLameme las riendas,
me doy cuenta que no me gUSLa decir Ksujeto las
riendas en cambio me gusta un manojo de millos
ft
41
UnactJntJ
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SOBREDOSIS
hay
tipos
qut logran
conseguirse
un tnano semejante
a ellos mismos para
in}'ttlarst o darse una
dosis doble o peor
-sobredosis-
de sí mismos.
PENSAR
EL RESPlA.~DOR
La
\'erdad
existe
pero se desplaza. La
\'crdad por otra
panc, no es un objelO,
es una rclaciÓn.1::.s como
un resplandor que se desplaza
sobre los objetos, sobre los
pensamientos, sobre la gwgrafia,
sobre la columna \~rlcbral
de las cosas.
Yes la relación de las hebras en
un tejido la que produce el resplandor.
"
lAS COSAS I'ERDADERA.\IE.\'TE 11STAS YSE~'1lDAS
"
EL MUSOO E.XTERIOR
ti mundo c::xterior
c::s una irresponsable
ola dc gozo cKtendiéndose
como la sombra de una lechuga
dcscomunal sobre la arena.
"
U"n cana
COMPRENDER
com-
prender
es apagar.
(lo
que se
prende.)
"
CID.. Jio 8UtOfl;
dcu~rpo
)' d alma
descansan
sobr~ un par
d~ zapat05
d cuerpo descansa
sobre el zapato izquierdo
)' el alma
sobr~ el zapato derecho.
"
UI1D ctJntJ
ES UN DoLOR
"
Ch.l'dio 8eno'"
"
U..ll CllrtlJ
"
e/audio Bel10fli
11
"
infantil o adoiescC'nlC' y C'\'OGIdora de tuberculosis C'n
E1lksiwo Ik Los Tártaros dC' Zurlini quC' \;C'nC' y baja
por lUS C;OS)- Se' aC' por las escaIern por dC'nlrO y
pan cknlrO ck tu mnco y tu aben. He mdlo a
posarme 50brt y romo una monC'da o un peso dC' goma
o crema r pastel He \'Udto a esa. luz pegajosa lo
mismo que a los crisules mur finos y muy cristalinos
que nos haá211 d«ir o crter sin decir naeh, que habíamos
naufragado en un jirón de idilio que le entreabría la
boca. Fruadita que nos ahorcaba y nos \'entilaba)' nos
zarandeaba ynos daba la sombra yque a \"('(es nos
pasam la mano porendma de la cabeza como si fuera
la mano de una \ieja beduina ciega. He melto a
posarme sobre tu ceja, sobre la cun'3 en forma de tu
ceja, sobre la curva de tu felpudo de calor frío y
de hielo como plaquitas de una escobilla para la\'3r
la ropa. Ahí me he tendido como un astronauta, como
un campeón de i3ltos ornamentales, a tomar el sol a
tomar el frío a tomar la luz de tu sombra la luz de
tu frtnte la IUl de tu fren~ morena yblanca y
transpln.da )' con pelos), pelitos de \<tina desem'3inada
)' negros todos tendidos ahí, en orden, con riuno)'
ladeados sobre la grasa. de tu frenle planeada.
planeada para ser así. Sobrt tu cara, a la que desputs
sigue tu pelo, tu pelo que Se' estin. h;l$t2l1egar al
final de.sí mismo y llegar tambitn así a! fina! de
ti misma. Que nw acostada ahí en esta ocasión para
rtnejarte para dM luces para que )'0)' el suim chico
podamos escalarle, ,0 he logrado así pro~germe de lo
que' una \'('1 pasó, de lo que una \'el pasó dC' una \'el
)' para siempre, Yo te' daría las \lIeltecitas yno me
detendría. No me' detendría ni siquien. en Talcahuano.
Con su corona de oro subiendo al ciclo más de oro puro
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Cluudio Bu'oni
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Una cana
U CLAVO
un 010 clavo
-tan gordo-
que no cupiera
en la tierra.
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e/IlI,dio Bt:"Otli
LA GRACIA
la gracia
es SicariO enlero
COII MI ,·crde cola oleaginosa
)' arrastrar todo el detritus
que flola en la misma
como en un río de gas
lamiendo el tubo.
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UI/a carta
LA TE f\CIÓ
la tentación de creer
que no ha ido hecho
y que de entre las tablitas de u temor
a1drá otro blanco temblor flaco
-un trozo de viento inmaculado-
que sí lo hará.
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Cu."lIio8tno...
-e)TiI Connol~t...
yyo
he puesto
a lo que aludía
en la suspensión
ardorosa y vitalicia
de un afán que hubiera
incesantemente abierto las
puerw de un añorado pacer dorado.
"
BASTA
m~basLa
ron rt.r la 1m
qut mira dentro
de mi C3ledral de huesos.
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