Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
postre, porque Isabelita -que no era una lnguida Siss emperatriz, sino todo lo
contrario- nos sali muy aficionada a los intercambios carnales, y acab, o ms
bien empez pronto, buscndose la vida con mozos de buena planta; hasta el
punto de que de los once hijos que pari -y le vivieron seis- casi nunca tuvo dos
seguidos del mismo padre. Que ya es currrselo. Lo que, detalle simptico,
vali a nuestra reina esta elegante definicin del papa Pio Nono: Es puta,
pero piadosa. Entre esos padres diversos se contaron, as por encima, gente
de palacio, varios militares -a la reina la ponan mucho los generales-, y un
secretario particular. Por cierto, y como detalle tcnico de importancia decisiva
ms adelante, apuntaremos que el futuro Alfonso XII (el de dnde vas triste de
ti y el resto de la copla) era hijo de un guapsimo ingeniero militar llamado
Enrique Puig Molt. En lo poltico, mientras tanto, los reyes de aquellos tiempos
no eran como los de ahora: mojaban en todas las salsas, poniendo y quitando
gobiernos. En eso Isabel II se enfang hasta el real pescuezo, unas veces por
necesidades de la coyuntura poltica y otras por caprichos personales, pues la
chica era de aquella manera. Y para complicar el descojono estaban los
militares salidos de las guerras carlistas -los hroes de los que Larra
aconsejaba desconfiar-, que durante todo el perodo isabelino se hicieron sitio
con pronunciamientos, insubordinaciones y chulera. La primera guerra carlista,
por cierto, haba acabado de manera inslita en Espaa: fue la nica de
nuestras contiendas civiles en la que oficialmente no hubo vencedores ni
vencidos, pues tras el Abrazo de Vergara los oficiales carlistas se integraron en
las fuerzas armadas nacionales conservando sueldos y empleos, en un acto de
respeto entre antiguos enemigos y de reconciliacin inteligente y ejemplar que,
por desgracia, no repetiramos hasta 1976 (y que en 2015 parecemos
obstinados en reventar de nuevo). De todas formas, el virus del ruido de sables
ya estaba all. Los generales protagonistas empezaron a participar activamente
en poltica, y entre ellos destacaron tres, Espartero, O'Donnell y Narvez -todos
con nombres de calles de Madrid-, de los que hablaremos en el siguiente
captulo de nuestra siempre apasionante y lamentable historia.
[Continuar].
.
2