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PRACTICAS DE LUBRICACIÓN?
1. Administración de la lubricación computarizada.
Los avances tecnológicos permiten optimizar el proceso de lubricación para
reducir los riesgos de fallas mecánicas y mano de obra. La administración del
proceso de lubricación puede ser una tarea compleja y consumir grandes
cantidades de tiempo y recursos poniendo en peligro la vida de sus equipos.
Todos los profesionales de mantenimiento estarán de acuerdo en que la
lubricación es la tarea más importante de las funciones de protección de sus
equipos y que en ocasiones deben ser considerados miles de puntos a lubricar,
los cuales deben ser organizados, programados y registrados en el transcurso
de un año.
La importancia de la lubricación: La lubricación inadecuada o sin la frecuencia
correcta ocasiona aproximadamente el 50% de las fallas de rodamientos y un
60% de las fallas mecánicas. El costo de no efectuar las actividades de
lubricación adecuadamente, es muy alto. Si además añadimos a esta situación
que los engrasadores y lubricadores son en general personal con poca
experiencia y sin capacitación, que con frecuencia “olvidan” la aplicación de la
grasa o revisar los niveles de aceite, el resultado es realmente dramático.
Administración de la Lubricación
El profesional de la administración del mantenimiento, requiere dar seguimiento
a miles de puntos de lubricación, para que las tareas sean efectuadas en el
momento justo y ninguna sea olvidada o realizada demasiado pronto,
ocasionando un grave perjuicio a la maquinaria y en ocasiones desperdiciando
tiempo, mano de obra y lubricante. Para esto, tiene varias alternativas para
administrar las actividades de lubricación en la planta:
Los sistemas de seguimiento manual, han sido utilizados desde el nacimiento
del mantenimiento preventivo. ¡Por supuesto que funcionaron en el pasado!,
pero las condiciones y exigencias actuales son mucho más compleja s y los
niveles de duración que ahora se le exigen a la maquinaria son mayores, el
equipo es más avanzado y requiere de lubricantes más sofisticados con un
programa de lubricación más exacto. Todas las plantas son exigidas a hacer
más con menos. Tratar de mantenerse en el seguimiento efectivo de la
lubricación de manera manual, pueden ser una pesadilla, en donde se
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acumulan los papeles y muchos de ellos ni siquiera llegan a generarse por la
gran cantidad de actividades que la lubricación genera.
Hemos visto además importantes esfuerzos para llevar el control a través de
hojas de cálculo que incluyen vínculos y se actualizan semiautomáticamente
con la inclusión de los horómetros y generan las los disparadores de órdenes de
trabajo, pero al final resultan demasiado complicadas y requieren de un gran
esfuerzo de actualización. Estos esfuerzos han sido efectuados por los
programadores de mantenimiento en un intento por mejorar la eficiencia de su
función, sin embargo, son sistemas que consumen mucho tiempo en la entrada
de los datos y en la manipulación de las hojas de cálculo y sus enlaces con
procesadores de texto. Generalmente están limitados a los conceptos e ideas
de quienes los generaron y requieren de esfuerzos internos de “re
programación” para las mejoras, actualizaciones y reparación de errores.
Quienes ya tienen instalado y operando un CMMS, saben que es realmente
complejo solicitarle que emita órdenes de trabajo individuales para cada tarea
de lubricación al momento que se genera su fecha y hora de ejecución
(recordemos que hay tareas de lubricación que deben ser ejecutadas con
frecuencias de horas, turnos o días). El sistema estaría escupiendo cientos o
miles de hojas de trabajo para cada una de las tareas de lubricación.
Imagínese abriendo, imprimiendo y cerrando cada orden de trabajo que se
generarían en el CMMS por cada período de programación.
Realmente en mantenimiento, se carece de ese valioso tiempo para utilizarlo
sólo en la tarea de lubricación. Entonces… ¿Hay una manera más fácil de hacer
este trabajo?. Por supuesto, lo que debe hacerse es evitar tener que emitir
órdenes de trabajo individuales y tratar de agruparlas por cierto tipo de
clasificación, como localización común, área o tipo de lubricante.
Este tipo de proceso de rutas no permite la programación individual de los
puntos de lubricación. ¿Qué pasaría si se dejara de programar un par de puntos
de lubricación por un mes?, ¿Cómo los separaría del resto de los puntos que si
fueron ejecutados?, ¿Cómo les podría dar seguimiento para el siguiente
periodo?, ¿Cómo podemos llevar el historial de tareas completas para cada
punto de lubricación?, ¿Cómo podemos determinar de una manera rápida
cuáles equipos están siendo lubricados de una manera eficiente y lo más
importante, cómo determinar los que no han sido lubricados?.
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Administración Computarizada
Insistimos en que la lubricación es muy importante en el Mantenimiento de
Clase Mundial, ya que la lubricación efectuada como una “Mejor Práctica”
mantiene la maquinaria productiva. Esta es una razón suficientemente grande
para pensar en que el proceso de lubricación debe ser considerado de una
manera profesional. Capacitando al operario que efectúa las tareas de
lubricación, elevando la categoría de lubricador en el esquema organizacional
para permitir su desarrollo profesional, utilizando técnicas avanzadas de análisis
de aceites para determinar la salud del lubricante y las condiciones del equipo y
utilizando software especialmente diseñado para el control de la lubricación.
Ese tipo de software ya se encuentra disponible en el mercado y permite
trabajar con las complejas actividades de enrutar, programar y dar seguimiento
a las tareas de lubricación.
Diseñado para una rápida implementación, este tipo de programas de
administración de lubricación, rápidamente pueden pagar su inversión. El costo
de estos programas es muy inferior al costo de un paquete CMMS y
generalmente se determina su valor y utilidad al segundo o tercer mes de
haberlo implementado. La utilización de este tipo de programas, organiza sus
registros de lubricación para establecer un eficiente y efectivo programa de
lubricación, simplificando su administración al concentrar la información de la
lubricación en un sólo lugar, enrutar y programar las tareas de lubricación
automáticamente, dar seguimiento a los puntos claves del proceso y registrar
las anomalías encontradas durante el proceso de lubricación, así como las
tareas no asignadas y las que se encuentran vencidas, proporcionando además
un historial de las tareas ejecutadas.
Con frecuencia el equipo es lubricado en pocas cantidades y en otras en
exceso. Muchas de las veces nadie sabe eso, el programa especializado de
administración de la lubricación tiene la opción de establecer los procedimientos
y la cuantificación del lubricante para que la lubricación se apegue a los
principios de Mejor Práctica, “entregando la cantidad correcta, el lubricante
correcto y en el momento correcto”.
Una vez que tenemos implementado el programa, las tareas de lubricación
pueden ser agrupadas por rutas, de acuerdo a la localización física de la planta,
el número de lubricadores con que se cuenta, el tipo de lubricante o la
frecuencia de lubricación. De esta manera, cientos de tareas de lubricación
pueden ser asignadas a un lubricador de una manera ordenada. El programa le
da seguimiento a las frecuencias de lubricación, registrando las que ya fueron
ejecutadas y generando las nuevas fecha de vencimiento. El personal de
lubricación podrá entonces trabajar de un manera más eficiente, evitando la
sobre lubricación (que es considerada tan peligrosa como falta de lubricante),
reducir el consumo de lubricantes y por supuesto reducir las reparaciones del
equipo al mantener el equipo correctamente lubricado.
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La administración efectiva de la lubricación requiere de una gran cantidad de
información del equipo, procedimientos y tipos de lubricantes. Con frecuencia
esta información se encuentra en forma de cuadros de lubricación efectuados
por los ingenieros de servicio técnico del proveedor de lubricantes, que no son
fáciles de programar y que en ocasiones se encuentran escondidos en
archiveros y cajones. Buscar entre estos cuadros la correcta forma y frecuencia
de lubricación o tratar de encontrar el registro de la última vez que se efectúo
el cambio de aceite entre un montón de papeles puede ser muy tardado y en
ocasiones frustrante.
Eliminar los problemas
Otra de las ventajas del uso de estos programas es la gran flexibilidad para ver
y analizar los registros de la lubricación. Le permite extraer y organizar
información específica en reportes útiles, permitiendo analizar la información
para determinar las tendencias con respecto al tiempo o localizar áreas de
problema. Por ejemplo, es posible generar reportes por la localización de los
equipos, fabricantes de equipos, horómetros, procedimientos, tipo de
lubricante, personal asignado a las rutas, etc. permitiendo evaluar el programa
de administración de la lubricación, incrementar o reducir su frecuencia,
ajustarlo a las condiciones climatológicas o de producción, evaluar el
desempeño de los lubricadores, distribuir las cargas de trabajo uniformes, etc.
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Como seleccionar un programa de administración de la lubricación
Un programa bien diseñado modernizará su proceso de administración de la
lubricación para reducir los costos e incrementar la eficiencia del programa, por
lo tanto deberá cumplir con estos requisitos:
Interfase. Principalmente, el programa debe ser fácil de aprender y de usar,
y debe contener una interfase lógica que permita al usuario operarlo sin
la necesidad de conocer técnicas sofisticadas o procedimientos de
actualización tediosos.
Historial. Su programa deberá ser capaz de llevar un historial que permita
consultar las tareas de lubricación para un equipo, en un determinado
momento, en cada punto de lubricación.
Flexibilidad. Es muy importante que la programación de la lubricación sea
flexible, permitiéndole cambiar los intervalos o la asignación de un punto en
particular sin que afecte la integridad de otros datos, ya que de esta manera no
tendrá que efectuar la programación nuevamente cada vez que modifique sus
actividades.
Seguimiento. Por supuesto el programa deberá ser capaz de dar seguimiento
a las tareas de lubricación y de alguna manera enviarle avisos de las que no
han sido ejecutadas o que se han efectuado de manera tardía, ya que una
pequeña desviación en la programación en equipos críticos puede resultar en
una falla catastrófica.
Reportes. Debe ser capaz de generar una variedad de reportes que le
permitan administrar la información para el análisis. El programa deberá
permitir al menos emitir reportes por ruta, por lubricador, la carga de trabajo
por día o semana, procedimientos, productos lubricantes, ordenes de trabajo,
etc.
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2. La lubricación como elemento fundamental del mantenimiento de
clase mundial.
Es común que la lubricación sea una tarea encargada a un aprendiz o la
persona con menos habilidades en la organización de mantenimiento.
Paradójicamente, cuando este lubricador adquiere conocimientos y efectúa
mejor su trabajo, es“ascendido” a posiciones de mecánico reparador o alguna
otra considerada de mayor importancia, dejando el puesto nuevamente al
personal que se incorpora al equipo.
Estudios desarrollados en diferentes partes del mundo y avalados por la STLE
(Asociación de Tribólogos e Ingenieros en Lubricación por sus siglas en inglés),
establecen que más del 50% del desgaste de rodamientos (baleros y
chumaceras) son causados por una lubricación deficiente, el 80% del desgaste
en causado por la contaminación de los lubricantes y que el 30% de los
lubricantes son cambiados cuando aún pueden seguir trabajando.
Estos estudios muestran también que los tipos de fallas que ocurren en el
departamento de mantenimiento sobre las cuáles se tiene muy poco o nada de
control son:
· Pobres prácticas de lubricación
· Reparaciones defectuosas
· Tiempo de respuesta lento
· Falta de entrenamiento
· Programa de mantenimiento preventivo poco eficiente o mal aplicado
· Inadecuado mantenimiento de rutina.
Este proceso de reingeniería debe iniciar con una auditoria de lubricación en la
que se analicen las condiciones actuales, haciendo un estudio de comparación
(benchmarking) con empresas de Clase Mundial y localizando las áreas en las
que es necesario efectuar el rediseño.
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Es muy frecuente que los departamentos de mantenimiento no obtengan el
máximo valor de sus lubricantes. Esto no siempre se debe a la compra de
lubricantes de baja calidad, sino a una práctica insatisfactoria de la aplicación
del lubricante y su conservación en la maquinaria. Muchos especialistas en
mantenimiento establecen que el lubricante pasa a formar parte de la
maquinaria desde el momento en que se introduce en ésta, por lo tanto
debemos establecer acciones que lo mantengan en buenas condiciones.
Desde que el lubricante llega a la planta, se encuentra expuesto a riesgos de
contaminación y degradación en su almacenamiento y manejo deficiente,
mezcla con otros productos, aplicación a la maquinaria equivocada, exceso de
lubricación, falta de lubricante, o incluso puede llegar a convertirse en un riesgo
a la seguridad o ecología por fugas, derrames y disposición inadecuada.
El principal problema al que nos enfrentamos cuando nos referimos a las
prácticas de lubricación, es la carencia de modelos o procedimientos
estandarizados que permitan efectuar la tarea de la lubricación adecuadamente.
Los modelos con los que se cuentan están llenos de vicios y mitos transmitidos
de generación en generación por falta de conocimiento, educación y por no
haber sido elaborados mediante el análisis de las actuales demandas de
confiabilidad.
Usualmente nos referimos al lubricante como “la sangre de la maquinaria”, sin
embargo, cuando revisamos la forma en la que lo manejamos, almacenamos y
mantenemos en la maquinaria, debemos reconocer que no lo estamos tratando
como tal.
El reto de toda organización en busca de la Excelencia en Mantenimiento es
lograr establecer las llamadas “Mejores Prácticas” en cada una de las
actividades importantes. En nuestro caso el poder establecer y determinar las
Mejores Prácticas de Lubricación (MPL), representa identificar los métodos y
procedimientos para preservarla integridad de los lubricantes “Limpios, Secos y
Fríos”. Una MPL, deberá ser definida y documentada como un Procedimiento
Estándar de Operación (SOP) y todo el personal deberá ser entrenado dentro
de la Organización para ejecutarla.
Determinar las áreas de oportunidad
La definición de las MPL inicia con un procedimiento cuidadoso de análisis de
las prácticas actuales e identificar las oportunidades de mejora del proceso de
lubricación. Este proceso es comúnmente llamado “Auditoría de Lubricación” y
es recomendable que se busque la ayuda de un especialista externo con amplia
experiencia en esta área, para evitar que algunas áreas pasen desapercibidas y
que hubiera roces innecesarios dentro de la Organización.
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El especialista deberá efectuar la Auditoría en las siguientes áreas:
· Recepción y almacenamiento del lubricante
· Despacho y manejo del lubricante
· Administración de Tanques
· Métodos de lubricación y relubricación
· Procedimientos de muestreo
· Sellos y control de fugas
· Entrenamiento necesario para el personal.
El reporte de la Auditoría incluye entonces la documentación de los hallazgos,
identificando las prácticas actuales deficientes y sugiere las prácticas
alternativas que cubren esa carencia. El reporte debe además identificar las
oportunidades de reducción de costos en la aplicación del lubricante, su
manejo, almacenamiento y disposición. Identificar las oportunidades de control
de contaminación, aplicando prácticas de mantenimiento proactivo y
proponiendo mejoras a los sistemas y equipos de almacenamiento, manejo y
relleno de lubricantes.
El reporte de la Auditoría, es un documento guía que proporciona
recomendaciones de las áreas en las que de aplicarse las mejoras y cambios
sugeridos, pueden convertirse en grandes beneficios. La organización, deberá
trabajar en estas áreas de oportunidad para convertir las recomendaciones en
un plan de acción y establecer los cambios necesarios en los equipos y en los
procedimientos y actividades de inspección y monitoreo que aseguren que los
criterios de confiabilidad de la maquinaria sean cumplidos.
La esencia del establecimiento de las Mejores Prácticas de Lubricación, es
“Cómo hacerlo BIEN”. Una vez que el proceso de la Auditoría ha identificado las
prácticas pasadas y se ha definido el procedimiento de una MP; es necesario
que todo el personal que tiene que ver con el manejo del lubricante y la
ejecución y mantenimiento de la lubricación pase por un entrenamiento
en esas mejores prácticas y las ejecute. Aquí es donde la Organización
enfrenta su mayor reto.
Escritura de Procedimientos de Lubricación
La única forma de asegurar que las MPL se apliquen siempre de la misma
forma, sin importar el personal que las desempeñe, es mediante la
documentación en procedimientos estándar de operación, los cuáles deben
estar a la disposición de todos los involucrados en el proceso. Es muy
recomendable que su Organización cuente con un Manual Corporativo de
Lubricación (MCL) de preferencia en formato electrónico para ser consultado en
la red interna de la organización
(Intranet) y que pueda ser actualizado continuamente. Este MCL tiene múltiples
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posibilidades, ya que además de proporcionar información de los
procedimientos de lubricación, puede contener una guía maestra para los
estándares de lubricación y de análisis de aceite establecidos por la compañía.
La documentación de las MPL no debe ser considerada únicamente con el
propósito de entrenar a su personal, sino que debe servir también para evaluar
la función misma de la lubricación. Los procedimientos escritos de las MPL son
un excelente punto de partida para las Organizaciones involucradas en
procesos de mejora continua. La documentación nos permitirá además,
establecer sistemas de control que aseguren que las tareas han sido efectuadas
adecuadamente.
Estas son algunas de las áreas que deberá cubrir el Manual de Procedimientos
de Lubricación:
· Estándares de lubricación
· Consolidación de productos
· Recepción y almacenamiento de lubricantes
· Manejo y aplicación de lubricantes
· Métodos de cambio de aceite
· Lavado y desarme de equipos
· Métodos de engrase y re engrase
· Administración de tanques
· Reacondicionamiento y filtración
· Disposición del aceite usado
· Control de fugas y sellos
· Seguridad y ecología
· Procedimientos de muestreo de aceite
· Procedimientos de pruebas de análisis de aceite
· Guías y formatos de interpretación de análisis de aceites
· Límites para el análisis de aceite por equipo
· Guía de solución de problemas para resultados anormales
· Evaluaciones de conocimientos y habilidades para el personal
· Libros de consulta
Aplicación de los procedimientos de Lubricación
En todo proceso de cambio y mejora, el entrenamiento es el puente al éxito. En
la ejecución de las MPL este debe considerarse como un elemento crítico para
el logro de los objetivos.
El desarrollo de programas de educación orientados a sus áreas de oportunidad
(muchas de ellas provenientes de la Auditoría de Lubricación) y que sean
dirigidos a quienes programan y ejecutan la administración de la lubricación y el
programa de análisis de aceite, permiten que el programa pueda ser
implementado adecuadamente y que los cambios propuestos logren resultados.
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Es aconsejable utilizar programas de entrenamiento en sitio, ya sea
desarrollados internamente, o contratar un profesional en esta área, para
ayudar a lograr una Organización alineada y que comparta la visión
proactiva y de control de la contaminación que debe prevalecer en las MPL.
Considere los siguientes temas en su programa de capacitación:
· Almacenamiento, manejo y conservación de lubricantes
· Control y monitoreo de contaminación
· Fundamentos d e lubricación
· Administración del grupo de lubricación
· Técnicas de cambio de aceite y lavado de sistemas
· Métodos óptimos de muestreo
· Filtración y control de contaminación
· Análisis de aceites
· Análisis de partículas de desgaste
Conclusión
La tarea de lubricación debe ser visualizada con una óptica diferente. El
lubricante tiene fundamentalmente dos diferentes funciones: 1. Proteger la
maquinaria y 2. Servir como vehículo de información acerca de las condiciones
de operación de la maquinaria y la presencia de sus causas de falla.
Sólo personal experto será capaz de asegurar que la maquinaria se encuentra
realmente protegida y podrá localizar condiciones de funcionamiento anormal
del equipo a través de las tareas de revisión de niveles, relleno y reengrase. Al
efectuar la lubricación, el personal experto con la ayuda de un procedimiento y
un lista de inspección, podrá darse cuenta de la temperatura, color, olor,
vibración anormal, etc., en la maquinaria y debido a su conocimiento del
equipo, podrá determinar si la condición presente puede convertirse en una
falla potencial.
En el entorno de economía global, las empresas de Clase Mundial, han
encontrado que el Mantenimiento no debe seguir siendo el departamento de
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antes; aquél considerado el único departamento en la empresa que “no
produce, sólo gasta”. La tendencia es hacia la modernización de las
estrategias de mantenimiento como el Mantenimiento Productivo Total (TPM),
Mantenimiento Centrado en Confiabilidad (RCM), Mantenimiento Basado en
Condición (CBM), etc. y la utilización de tecnologías de vanguardia como
Sistemas computarizados de Administración de Mantenimiento (CMMS),
instrumentos de monitoreo de causas de falla y sistemas de monitoreo y
detección temprana de falla.
Se requieren actualmente altos niveles de confiabilidad a los menores costos
posibles. Los programas de mantenimiento deben incluir acciones Proactivas
como el establecimiento de las MPL y el control de la contaminación
como acciones que realmente ayudan a controlar las causas de falla de la
maquinaria. El enlace del monitoreo de condición con las habilidades
multidisciplinarias del personal, las mejores prácticas y la efectividad son
estrategias que producen beneficios a corto y largo plazo.
La lubricación es una actividad de alto valor y graves consecuencias en caso de
no ser aplicada adecuadamente. Es por ello que dentro de nuestra visión, no
queremos “engrasadores o lubricadores”. Lo que realmente queremos son
Técnicos en Lubricación. Personal de preferencia Certificado formalmente, que
no sólo realice las tareas de lubricación, sino que además cumpla con las
siguientes funciones:
· Evaluar y seleccionar el lubricante adecuado
· Efectuar cuadros de lubricación
· Actualizar y mejorar los programas de lubricación
· Entrenar al personal
· Establecer las frecuencias de lubricación
· Diseñar y mejorar los sistemas de despacho de lubricantes
· Mantener los registros de lubricación
· Diagnosticar y resolver problemas relacionados con lubricación.
Por otro lado, queremos profesionales del análisis de aceite, que puedan
enlazarse con los profesionales de otras técnicas de mantenimiento preventivo
(vibración, termografía, ultrasonido, etc.), para detectar causas de falla e inicio
de falla de los equipos, permitiendo de esta manera mejorar la confiabilidad y el
Uptime.
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AUTOR:
Gerardo Trujillo Corona El Ing. Trujillo Corona es Ingeniero Industrial
egresado del Instituto Tecnológico de León y actualmente es Senior Technical
Consultant y Seminar Instructor para todos los niveles en Noria Corporation.
Director General de Noria Latín América. Con más de 20 años en el área del
mantenimiento y la lubricación, su rol actual como consultor, le permite estar
actualizado en las técnicas modernas de mantenimiento, maquinaria y equipos
utilizados en los diferentes sectores industriales
Email: gtrujillo@Noria.com
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