Está en la página 1de 3

www.lasallistas.

org

LA ESPIRITUALIDAD CRISTIANA:
UNA ALTERNATIVA PARA EL DESARROLLO PLENO DEL
SER HUMANO
Por Alejandro González Cerna, fsc

¡Quiero ser rico! ¡Quiero tener una mansión! ¡Quiero lograr 3


doctorados! ¡Quiero tener mi propia empresa! ¿Deseos infantiles o
deseos humanos? Tristemente hay quien base su vida en ellos.

El camino hacia la realización y el pleno desarrollo humano


personal es uno de los más nebulosos en los tiempos actuales, cada
persona parece tener su propia propuesta, su propia respuesta y,
paradójicamente, muchas veces que nos acercamos a estos
propulsores nos damos cuenta de que ellos mismos no han logrado lo
que pretenden ofrecernos.

Albert Einstein fue un gran genio… pero también lo fue Mozart y


murió solo y pobre; el mundo parece establecer sus objetivos con una
claridad que resulta sospechosa en un mundo tan líquido: Poder,
Placer, Poseer… pero al alcanzarlos no dejan de desvanecerse en su
vaciedad.

Y aún hoy, una voz resuena con el eco de dos milenios,


¡Bienaventurados los pobres! ¡Felices los perseguidos! ¡Alégrense los
que lloran! ¡Gocen los misericordiosos! ¡Sonrían los limpios de
corazón! ¡Regocíjense ante las calumnias!... el proyecto de Jesús que
contiene lo que buscamos pero que lo ha escondido justamente en
aquello que quisiéramos no encontrar.

Y ¿Cómo encontrar el gozo del proyecto de Jesús? ¿Cómo vivir


feliz en las barriadas de Calcuta? ¿Cómo soportar la sonrisa cuando se
llevan llagas en las manos? ¿Cómo mantener la alegría ante la
tribulación? ¿Cómo entender la enfermedad?...

“Me creaste para ti e inquieto está mi corazón hasta que no


descanse en ti”… Decía San Agustín respondiendo, sin quererlo ni
saberlo a nuestras preguntas; pero él mismo dijo “Tarde te amé,
belleza tan nueva y tan antigua… porque fuera te buscaba y estabas
dentro de mi”.

Así es, la felicidad está en Dios y el encuentro con Dios yace


oculto en lo más profundo de nuestro propio ser; a veces lo abre una
experiencia fuerte, a veces parece no haber razones; algunos lo
encierran para siempre pero, la felicidad está ahí, justo en nosotros,
justo con nosotros.

Los hombres postmodernos estamos cansados de tocar puertas


que no se abren, de gritar sin recibir respuesta, de pedir sin obtener
1
www.lasallistas.org

ayuda pero el gran problema es que no hemos tocado las puertas


correctas, no hemos gritado en los sitios adecuados, no hemos pedido
a quien nos podía ayudar…

Es hora de buscar sentido en lo que parece sinsentido y de


escuchar la dulzura de los diálogos del silencio; el hombre de hoy
parece estar dispuesto a tocar todas las puertas pero ha huido de la
puerta de su propio corazón; por eso es hora de empezar por ella
porque sabemos que en ella está Dios y que por la espiritualidad
cristiana lograremos encontrarnos al fin con aquel que prometió
“Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá”

La espiritualidad auténticamente humana y auténticamente


cristiana es, quizás, la puerta apriorísticamente olvidada y designada
como obsoleta pero, no podemos olvidar que aún insertos en el
mundo líquido y cambiante, el hombre es esencialmente el mismo y
hay puertas antiguas que siguen ofreciendo respuestas siempre
nuevas y siempre buenas para cada hombre.

Felices
Los pobres… porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Los mansos… porque poseerán la Tierra.
Los que lloran… porque serán consolados.
Los que tienen hambre y sed de justicia… porque serán saciados.
Los misericordiosos… porque alcanzarán misericordia.
Los limpios de corazón… porque verán a Dios.
Los que luchan por la paz… porque serán llamados hijos de Dios
Los perseguidos por causa de la justicia… porque ellos de ellos es
el reino de los cielos
Los que por mi causa los insulten y calumnien… porque recibirán
una gran recompensa
O para que quede más claro…
Si no eres feliz, reconoce tus necesidades, lucha en la vida,
acércate a tus hermanos.
Si no eres feliz hazte dueño de tus sentimientos y de ti mismo,
capaz de ser manso y vivir con paz interior los embates de la vida.
Si no eres feliz, ama hasta que duela, hasta que tengas tanto amor
que te hagan llorar la lejanía o los problemas de tus hermanos.
Si no eres feliz, date cuenta de la corrupción y la injusticia en tu
vida y trabaja por cambiarla.
Si no eres feliz, perdona a quienes les guardas rencor y pide los
perdones que te reclama tu conciencia.
Si no eres feliz, trata de ser más sencillo, menos malpensado o
doble-intencionado y comenzarás a ver a Dios en todas las cosas.
Si no eres feliz, dale sentido a tu vida haciéndola una lucha para
que tú y tus hermanos vivan en paz.
Si no eres feliz, quizás vives tan acomodado y tan mediocre que
nada de lo que haces transforma el mundo, nada te mete en
problemas con los injustos, pero nada ayuda a quien lo necesita.
2
www.lasallistas.org

Si no eres feliz, quizás aún no te comprometes con Jesús y con su


causa.

También podría gustarte