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“El profesor entra al salón de clases escalando por la ventana vestido con un babydoll.

Pude notar que llevaba en su mano una


bolsa con papas, asumo que poco más de medio kilo. Uno de mis compañeros exaltado, abrió su bolso y sacó una plancha, se
acercó al profesor, lo sentó en el piso y comenzaron a planchar las papas. Los demás compañeros empezaron a llorar y
quitándose la ropa, comenzaron a abandonar el aula. Y yo sólo quería ver clases... “.
Ramón Schwartzberger, Ministro de fomento al consumo de petipuas de Filipinas.

Siempre Lo Mismo. Tal vez esté todo al revés y nosotros pensamos lo contrario. Si como afirman muchos, estamos en un estadio de
evolución civilizado, ¿por qué las cosas marchan así? ¿Por qué la aniquilación medio ambiental? ¿Por qué Auschwitz, Hiroshima y
Nagasaki, por qué los gulags, Ruanda, Palestina e Irak? ¿Por qué los millones y millones de hambrientos? Pero, y sobre todas las cosas,
¿por qué insistimos en la misma cosmovisión, en la misma racionalidad, en la misma construcción de la realidad? Nos resistimos a
todo lo que salga de los márgenes de la lógica en la cual hemos crecido. Nos resistimos a Lo Otro. Lo Otro es desorden, enfermedad
y locura. No sólo vivimos en un sistema que busca reducir la alteridad a través de tantos mecanismos policíacos y represivos, sino que
también hemos internalizado un policía que nos cierra la puerta hacia Lo Otro, hacia nuevos pensamientos que deshagan la lógica
deshumanizada de nuestras sociedades actuales. Es la autocensura a la alteridad. Y tal vez sea hora de patear al policía y echarlo por la
puerta, o por la ventana o por el bajante o la poceta. Tal vez sea hora de invitar a eso que llaman locura y tratar de subvertir nuestras
lógicas y pensar en nuevas alternativas en busca de esa humanidad extraviada.

ando-ALTER-ando no pretende ser otra cosa que la posibilidad de abrir nuevas posibilidades. Y la construcción de nuevas
posibilidades pasa por una comunicación para todos, donde reine la expresión espontánea, la desburocratización del lenguaje, la
participación alternativa que rompa con el encasillamiento de nuestras sociedades en las cuáles sólo nos limitamos a decidir lo que
nos dan a escoger, así sea, en palabras de Miguel Otero Silva, para escoger «entre el cólera y la peste bubónica». ando-ALTER-ando
pretende pintar lo invisibilizado, dar espacio a lo excluido y excluir a lo excluyente, creer en lo cotidiano, en el detalle, en lo simple.
ando-ALTER-ando es un espacio para pensar en nuevas estéticas y nuevas políticas, en las cuáles el contenido trascienda al logo y el
lenguaje salga de la jaula de hierro en el que ha sido encerrado. En sí, es una invitación a la alteridad, a alterar Lo Mismo.

Este espacio es para ti. Es para alterar nuestra sociedad inhumana con humanidad. Para que te expreses, pero que te lo tripees. Para
que revoluciones y te revoluciones a ti mismo. Para experimentar con las ideas y desprendernos de los universalismos de los órdenes
y de las posibilidades únicas. Para subvertir la lógica y revolucionar la vida cotidiana. Para exorcizar al conservadurismo, a nuestro
burócrata interior y exotizar nuestras verdades. Es una invitación a la imaginación, a crear, a pasearnos por el margen, e incluso
cruzarlo y dirigirnos a las raíces de la alteridad.

Tú lo dices, y lo dices como quieras. El contenido del mensaje está por encima de la ortografía y de la estética de Lo Mismo y así el
lenguaje deja de ser instrumento vacío y pasa a ser conexión humana. La sintaxis es susceptible de ser remoldeada, lo incomprensible
es una invitación a buscar, a imaginar y a crear. Alterar es revolución.

“No acepten lo habitual como cosa


natural pues en tiempos de desorden
sangriento, de confusión organizada, de
arbitrariedad conciente, de humanidad
deshumanizada, nada debe parecer
imposible de cambiar.”

Foto: Alfredo Oliva


Una carroña.
Recuerda alma mía, aquello que vimos
una hermosa mañana de verano suave:
una carroña asquerosa, al borde de la senda,
en lecho muy pedregoso,

piernas arriba, como una mujer lúbrica,


ardiendo y rezumando veneno,
en actitud indolente y cínica abríase
su vientre con mil emanaciones.

Sobre esta podredumbre el sol brillaba


como para cocerla en su fuego,
devolviendo a la Naturaleza y centuplicándolo.
todo cuanto ella reunió.

El cielo contemplaba tan espléndida osamenta


que maduraba y expandía como una flor. Tras las rocas, una perra inquieta
Pero tan fuerte era el hedor que tú, en la hierba nos miraba con ojos enfadados,
creíste desmayarte. acechando la ocasión de seguir mordiendo
en aquella osamenta abandonada.
Zumbaban las moscas sobre este vientre pútrido
del cual salían densos batallones Y, sin embargo, tú serás igual que esta basura,
de larvas negruzcas que parecían fluir que esta carroña infecta,
como espeso líquido por aquellos vivientes andrajos. ¡ay, tú, estrella de mis ojos, sol de mi vida,
tú, mi ángel y mi pasión!
Todo aquello descendía y subía como una ola,
o incluso se desgajaba con crujidos; ¡Sí! así serás, oh tú reina de los encantos,
dijiérase que el cuerpo, hinchado por un aliento vago, así te verás tras recibir los últimos sacramentos,
vivía y se multiplicaba. cuando bajo la hierba y las flores,
raíces eches entre mil y mil huesos.
Y este mundo producía una música extraña
como el agua que corre y el viento Entonces, oh belleza mía, di a los gusanos
o el grano que un cribador, con movimiento rítmico, que te comerán a besos,
agita y voltea con su criba. ¡que he guardado la forma y la esencia divina
Las formas se borraban y no eran más que un sueño, de mis amores descompuestos!
un esbozo apenas trazado,
como olvidado en la tela, y que el artista ultima Charles Baudelaire.
solamente por recuerdos.

La Casa que Vence las


Sombras
Lugar: UCV
Foto: Alfredo Oliva
por Emiliano Teran Mantovani.

Nuestra escuela de sociología... ¿Cómo definirla? No es tarea fácil, dada la diversidad y la complejidad de sus dinámicas, que
fluctúan en intensidad tanto a lo interno de su propia lógica, como llevado por las corrientes políticas y sociales de nuestro
país. Difícil definirla puramente como apática, dada una corriente que pugna por una transformación y reivindicaciones
estudiantiles. Difícil definirla como totalmente activa, dado el componente desmovilizador que también hace parte de ella.
Difícil dicotomizarla en izquierda y derecha, sin reconocer sus matices. Nuestra escuela es un espacio con una dinámica
particular, tal vez más volátil que otras escuelas de la universidad, pero con contradicciones más agudas que se expresan en una
manera de convivir peculiar. Sus espacios se ven a veces esquematizados, a veces burocratizados, a veces revolucionados, al
igual que sus propios integrantes. Sin embargo, hay un elemento que se expresa generalizado a partir de la constante crítica a la
universidad, sea en sus problemas de forma o de fondo, y es la pregunta acerca de cuál es su finalidad última, cuál es la
universidad que queremos y cómo podemos conseguirla. Diversos espacios alternativos de debate e intercambio se abren en
los momentos más críticos. Pero, y como una marea, la efervescencia de la discusión política deja en el camino a muchos,
algunos dirán excluidos, otros auto-excluidos. El asunto entonces, es llegar a la otredad que deja el debate político, a las voces
que suenan pero no se escuchan. Hacia allá nos dirigimos, para hacernos preguntas en colectivo sobre este tema tan
trascendental para nosotros.

¿Qué hago yo aquí? Docentes deficientes, autoridades de espaldas al estudiante, política electorera, enseñanza masificada,
consumismo, guerras por petróleo, calentamiento global. ¿Están estos problemas vinculados? Tu escuela, tu universidad, tu
sociedad, ¿cómo las ves? Decidimos acercarnos a ti, para que tu voz sea inicio de discusión y de debate sobre qué pensamos y
queremos para nuestra escuela, universidad y sociedad.

Universidad, sociología y sociedad.


¿Para qué la universidad? Diversas visiones se expresaron sobre nuestra universidad y nuestra sociedad. Esther Pineda, del 8vo
semestre se pregunta: “¿El deber ser o el es? Porque si es el deber ser, debería ser integradora; el “es” es simplemente aquí la
academia y bueno la calle es la calle”. Para Ronald Monroy del 5to semestre, se trata de “desarrollar la sociedad tecnológica,
política y culturalmente”. Shia Cabedo del 4to semestre, nos dice que se debe dar el desarrollo “no sólo de la capacidad
académica, sino de la capacidad social, humanista para ayudar a la sociedad”. En la misma onda, Naira Gutiérrez del 2do
semestre habla de “crear sujetos humanos que puedan cambiar lo que son las realidades sociales que nos afectan (...) que se
construya un espacio de conocimiento que esté contextualizado con las realidades sociales”. Y Nataly Peña del 2do semestre
dice que la universidad “nos ayuda a que los muchachos estudien, salgan adelante y sean alguien en la vida, porque si uno no
tiene estudios no vas a lograr nada, sino quedarte en la calle como buhonero vendiendo. No es la idea”.

Entonces, ¿que pinta la sociología aquí?, ¿por qué yo y la sociología? Valentina nos dice que la sociología tiene “muchas
maneras de utilizar(se). Puede trabajar de manos con agricultores como con doctores. Puede hacer todo”. Maria Isabel Morillo
del 6to semestre, la sociología se debe enfocar al “desarrollo de políticas públicas para el beneficio de las comunidades”,
mientras que Naira cree que “la sociología es importantísima. (Nos enseña) cómo puede hacer uno como sujeto parte de la
sociedad para cambiarla”.

¿Y en nosotros qué impacto tiene? Nelson explica que “c uando ya estás integrado a la sociología la visión es otra”. Por otro
lado Nataly dice que “es un poco confusa... es como me gusta, las dudas, ver un poquito más allá de lo que es”. Dasaev
Sequera, también del 2do semestre, comenta que “la sociología es sumamente abstracta. No es lo mío, pero me gusta como
cultura general.

“Cuando ya estás
integrado a la sociología
la visión es otra”.

Nelson Rondón.
5to semestre.

Mi escuela y yo.
Diagnóstico: ¿Reservado? Bastante tela que cortar sobre los problemas que tenemos en nuestra escuela. Katherine Rodríguez
del 6to semestre, piensa que el principal problema de la escuela es la “polarización, la falta de preocupación de los estudiantes
por un trabajo real y no por interese propios. Hay una falta de conciencia de muchos estudiantes que en realidad vienen
simplemente a cultivar sus intereses personales”. También piensa que la apatía es otro de los principales problemas de nuestra
escuela, con lo cual concuerda con Carla de La Rosa (8vo semestre), quien nos dice que “los estudiantes de la escuela de
sociología han sido muy antiparabólicos a los problemas”, y Valentina Figueroa, que piensa que “la gente no se mete en las
cosas que suceden en la escuela”.
Nelson expresa que “los problemas de la escuela son los mismos del país”. En la misma línea de Katherine piensa que “hay
problemas de comunicación y no aceptación en la escuela”. Sobre este tema se manifestaron varios de los estudiantes
entrevistados, como Sara Carrillo del 2do semestre, quien nos habla de que “estamos en una escuela sumamente problemática
y son demasiadas maneras de pensar distintas y la gente a veces quiere imponer las maneras de pensar”. Ronald concuerda con
Sara al pensar que la intolerancia es el máximo problema: “El debate a veces se realiza como una especie de destrucción perversa
de las ideas de los demás (...).Los debates que se hacen aquí no son muy tolerantes Por mis opiniones, me tachan, me
califican”. Nataly también cree que la desunión que hay entre un grupo y otro es el problema principal : “estamos como está
Venezuela, como está el país hoy en día, los chavistas-la oposición”. Además nos dice: “A mi no me gusta esa rayadera de
paredes, eso se ve muy feo en la escuela”. Dasaev expresa que “...por más discusiones abiertas que se hagan nunca llegan a un
consenso, nunca llegan a algo como tal”. Para Carla, los problemas de comunicación se expresan también en exclusión: “Hasta
ahora nadie me ha preguntado a mí que es lo que yo necesito en la escuela de sociología (...) En mi parte no me siento
incluida”. Cree al igual que Katherine que cada quien defiende su punto pero no el interés de todos los estudiantes.

Esther cree que existen problemas estructurales en la escuela. Hace referencia a problemas de ineficiencia profesoral, malas
funciones administrativas, mala organización, falta de verano, un pensum defectuoso que “no está acorde a los reales intereses
de nosotros”, “el centro de estudiantes desde que estoy aquí no sirve”, y los ya mencionados problemas políticos “referidos a la
violencia”. Marianella Espinoza del 5to semestre, expresa que “hay muchas cuestiones que están en deterioro en la formación
de los sociólogos como los están formando”, y hace referencia al pensum diciendo que “no es posible que todavía una carrera
sea basada únicamente en un modelo eurocentrista”.

“Hasta ahora nadie me ha preguntado a


mí que es lo que yo necesito en la escuela
de sociología (...) En mi parte no me siento
incluida”.
Carla de La Rosa, 8vo semestre.

Naira nos expresa su visión como estudiante de los primeros semestres: “Una vez que uno entra, sobre todo yo que
soy de los primeros semestres, no estás al tanto y no logras empaparte de cuáles son los problemas porque las aulas
ciertamente no son espacios de discusión sino son espacios de conocimiento, donde tu lees una teoría, pero que no te fogueas
con el verdadero problema”. Valentina piensa que la escuela “está muy apartada de todo, es extremadamente teórica y el
resto... la vida cotidiana, la unión con las cosas que te rodean no se ve”. Sobre esto, Naira cree que “los sociólogos nos estamos
formando, si bien es cierto, con una riqueza teórica grandísima, cuando vamos a la praxis, cuando vamos al campo, no
tenemos idea de cómo poner en práctica esos conocimientos teóricos”. Para Maria Isabel, el problema está en la falta de
investigación: “La escuela se ha quedado enfrascada en estudiar teorías del 1800, del siglo XIX. Han salido nuevas líneas de
investigación como la sociología de la organización y aquí no se ve nada de eso”. Y continúa diciendo que: “Muchas veces no
se investiga no porque no se quiera investigar, (...) sino porque la misma escuela, la misma universidad no apoya a esos
profesores que de verdad lo necesitan y sacar una publicación no es algo que sea muy fácil”. Ronald nos habla sobre el tema de
investigativo y los instructores: “En el tema de los instructores ahorita, muchos de ellos dicen que la universidad está de
espaldas al país, y yo creo que una herramienta para que ellos produzcan para el país es el sistema de escalafones, con los cuáles
ellos tienen que presentar un trabajo para ellos poder ascender”.

Por último, Shia cuestiona el modelo democrático de la escuela: “Me parece demasiado irónico que justo en esta carrera haya
un sistema tan degradante, que denigre al ser humano por su posición”, y Naira también señala que “te encuentras con que no
hay igualdad en cuanto a la comunidad universitaria (...) No formamos parte en las decisiones o el cambio de los problemas”.
Maria Isabel nos dice que “muchas veces el estudiantado no sabe a quien dirigirse cuando tiene un problema con un profesor”
y Henry Hernández (3er semestre) pide “que todos tengamos oportunidad en la universidad .

Y ante todo este berenjenal... ¿Qué has aportado para la solución de estos problemas? ¿Tienes alguna propuesta?
¡Háblame! Ante estas preguntas, la gran mayoría de los muchachos hicieron referencia a las asambleas llevadas a cabo en la
escuela. Las visiones se matizan. Valentina dice: “Me gusta mucho la iniciativa que se está tomando ahorita en la escuela sobre
el voto paritario, sobre la posibilidad de que los profesores participen en la directiva de la escuela, me parece que es un paso
más para que nos integremos todos, y que no seamos simplemente los estudiantes por aquí, los trabajadores por allá y los
profesores un poquito más para allá”. Shia concuerda diciendo:”Creo que las reuniones que se están dando, la discusión que se
está dando es importantísima. Creo que por ahí se comienza: concienciar e informar” e invita a “que las reuniones sean más
amigables”. Claro está, existen sus contrapartes, como en el caso de Ronald quien menciona que “con participar en una
asamblea uno no hace nada”, por lo que propone “mesas de trabajo, te sientas con alguien distinto a uno y después se decide”.
Sara sugiere que “habría que empezar porque haya alguien que maneje, que coordine las cosas y no dejar que todo se vuelva un
despelote”, haciendo referencia a las discusiones que se han dado en la escuela. Hay visiones más pesimistas al respecto, como
Carla quien expresa que a “la parte directiva no le interesa el 1x1x1” por lo que le tiene poca fe a la misma. Esther manifiesta:
“No tengo propuestas, prefiero no mantener postura y mantenerme al margen” y para Katherine “la estructura de la
universidad está podrida, inservible, vieja”

Nataly nos dice: “Aportes ninguno, no me he metido en ningún grupo socialista. Deberíamos ponernos de acuerdo todos y
ver en realidad cuáles son los problemas”. En la misma tónica Dasaev expresa: No he participado, sólo como observador debido
a que no estoy netamente empapado de los problemas y de lo que proponen acá”. Marianella por su parte afirma: “No he
aportado porque hay mucho vacile”, y nos invita a “concientizarnos sobre la inclusión (...) todas las propuestas que se toman
siempre las llevan a una cuestión que si es de derecha, o si eres de izquierda”. Naira plantea: “Nos corresponde a nosotros
como seres activos de la universidad, foguearnos con cuáles son los problemas de la escuela”, y Valentina pide que haya mayor
compenetración entre los semestres. También propone que el estudiante de sociología salga de la escuela : “Yo me acuerdo
cuando mi abuelo me contaba que la escuela se la pasaba afuera, que esto eran viajes, buscando las respuestas a los problemas
de todos los habitantes del país”. Por último, Maria Isabel, al igual que Ronald piden la puesta en marcha de los cursos de
verano.

“La escuela se ha quedado


enfrascada en estudiar teorías del
1800, del siglo XIX. Han salido nuevas
líneas de investigación como la sociología
de la organización y aquí no se ve nada
de eso”. Maria Isabel Morillo, 6to semestre.

¿Y tú qué piensas? ¡¡No dejes que hablen por ti!!! Exprésate y revoluciona. ¡Háblame!

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Lo otro es lo otro, lo que no soy yo. Lo que es distinto, lo que se


diferencia de lo que nos han impuesto como lo normal. Lo
distinto, lo diferente, aunque precisamente por eso... lo que me
complementa. Lo Otro: el mundo que solemos temer. Lo mío y lo
tuyo. Lo que está invisible. Mmmm... lo otro son los colores en
que se divide la luz cuando atraviesa un prisma. Lo que no es
mío, lo que ha quedado fuera. Todo lo contrario. Muchas cosas; es
lo mucho representado como poco. Lo diferente. Lo que no soy yo.
Lo “no yo”, lo “no esto”. Lo otro soy yo pues, creándome por la
negación de todo aquello con lo que no me conformo y a lo que
busco vías distintas de aproximación. En principio podría
definirse a todo aquello ajeno a mí. Sin embargo, yo puedo evitar
sentir ganas de ser lo otro, ese otro que difiere de lo normal, de
todo lo que se repite con mayor frecuencia, de todo lo que es más
aceptado. Y si quiero ser parte de lo otro es porque, el opuesto a
lo otro, es todo aquello que nos han dicho que debe ser, en lo que
nos quieren convertir. Lo otro es más libre porque al salirse del
“deber ser” comienza a tener mas opciones de ser. Lo otro se
inventó para poder excluir. Lo excluido por ser diferente.
Los nadies.

Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con
salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena
suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte
no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del
cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque
les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o
empiecen el año cambiando de escoba. Los nadies: los hijos de
nadie, los dueños de nada. Los nadies: los ningunos, los
ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos,
rejodidos: Ninguneados del ensimismamiento

Que no son, aunque sean.


Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal,
sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.

Eduardo Galeano.

“No se puede afirmar que alguien libera a alguien, o que alguien


se libera solo, sino que los hombres se liberan en comunión“
Paulo Freire

En la zona norte del estado Anzoátegui todo está cubierto por una perpetua calima. El
olvido y la evaporación de los sueños vienen siendo como un remedo de la canícula:
viscosidades que he tenido que soportar. Me desplazo mecánicamente, igual que los otros,
entre los pasillos de un refugio pseudo académico. Nada parece pertenecernos en éste lugar;
salvo la apática ignorancia y el oportunismo de algunos pocos.

Cuando ingresé a los estudios universitarios supervisados (modalidad de estudio a distancia que ofrece la UCV en varios estados de la
nación; a través de las facultades de Humanidades y Educación, Arquitectura y Medicina) vislumbré que formaría parte de una abstracción
que estaba lejos de reflejar indicios de inclusión universitaria. En principio por razones ingenuas: en ninguna parte pude hallar vestigio
alguno de la tan añorada “tierra de nadie”. Pues, aquí todo es estéril, y nuestros silencios embotan los espíritus.

Transcurrido ya un par de años (actualmente curso 4to semestre de Educación en


el centro regional de Barcelona), reconocí que mis previas impresiones, sobre los
EUS, no eran simples indicios de un pesimista frustrado. Es una realidad que se ha
manifestado tediosamente. Un animal perezoso y poco molesto que ha sido
representado por los EUS a lo largo de más de tres décadas. Un criadero de perros
-callejeros- famélicos que se alimentan de migajas, y al darme cuenta de que a
algunos dirigentes de la UCV les apasionan estas razas adiestradas para la
genuflexión, no me sentí lleno de odio, sino de una rabia espesa en donde se agita la
tristeza amordazada; y que no sólo fluye de mi, pues mi tristeza también se enlaza
con aquellas otras que mis compañeros dejan sentir muy quedamente,
desde lo hondo de sus mutismos.

Pensar y sentir casi lo mismo que muchos de mis compañeros, me permite abrir una ventana entre la mistificación que prolifera en
nuestra universidad. Esta ventana de papel y con marcos de letras no intenta proyectar una luz cegadora ni divisoria. El antagonismo no es
mi propósito; sin embargo, no considero ético de ningún educador o educando resignarse frente a conformismos y servilismos. Nuestra
neutralidad ante las verborreas de un centro de estudiantes apegado a las exigencias inocuas de nuestra coordinación, las regalías de
tonos políticos involutivos y las contradicciones que ostenta la UCV-EUS; deben ser superadas por nuestras conciencias y acciones
críticas.

Sí bien es cierto que la educación a distancia no permite del todo una comunión entre el estudiantado, siempre existe tiempo y espacio
para el dialogo organizado, donde la participación de todos esclarezca nuestras conciencias, para así transformar la realidad de la que
formamos parte.

No es una mentira que hemos sido olvidados desde hace mucho tiempo, de que nos han internado en
un sistema hermético donde hemos permitido, mesuradamente, nuestra realidad. ¿Cuál realidad?: La
realidad de que llevamos más de dos semestres sin una sede digna donde podamos recibir clases y
hacer una vida universitaria en conjunto. Hemos tenido que “mendigar” a varios colegios y a
universidades, como por ejemplo la Universidad Gran Mariscal de Ayacucho, institución que se
preocupó por nuestra situación y nos cedió un espacio (en el que éramos vistos como intrusos) para
cubrir la ausencia de nuestros dirigentes. Ciertamente ya tenemos una “nueva” sede, pero ésta, al
igual que la anterior (de la cuál fuimos desalojados por los bomberos, debido a que su infraestructura
ponía en peligro la vida de todos nosotros), no está en aptas condiciones para desarrollar la educación
y formación que merecemos. Lo que me hace suponer que dicho parapeto es una pantomima de
sensibilidad y responsabilidad. Seguir recibiendo clases en instituciones ajenas a nuestras exigencias
académicas trae como consecuencias una desarticulación y deshumanización del educando y nos
sigue manteniendo en un statu quo de mendicidad. Así confirmo que no existe una identidad ucevista, y quienes la promuevan lo hacen de
forma mercantilista y propagandística.

Ser ucevista o universitario no es tener una chapita o franelita con las características insignias UCV…; es asumir una actitud crítica y
activa frente a la realidad ¿Cuál realidad?: La realidad de que nuestra biblioteca (Sede Barcelona) no supera las mil publicaciones (no
estoy exagerando) y que sigue siendo un cementerio de guías anacrónicas; donde la posibilidad de expansión de conocimientos y el
estimulo a la investigación científica es completamente nula. Por otra parte; nuestra sala de Internet, (que actualmente está en proceso
de traslado a la “nueva” sede) que consta de 10 computadoras, un scanner y una impresora no es suficiente para los más de 600
estudiantes que integran nuestro núcleo. Desde que estos equipos fueron donados por la OPSU, el 4 de diciembre del 2004, la sala no ha
sido remodelada o actualizada. Tenemos el derecho de preguntarnos: ¿Se puede desarrollar un aprendizaje y formación académica en la
modalidad de educación a distancia sin las herramientas elementales de Tecnologías de información y comunicación (TIC)? Las carencias
de dichas herramientas y la de tutores calificados siembran la apatía y el desdén a la hora de resolver nuestras actividades curriculares,
por lo que nuestro rendimiento y profesionalización académica termina siendo paupérrima.

Al resaltar de forma empírica dichas contradicciones que me afectan, no puedo dejar interpretar a la UCV como la Universidad
Centralista de Venezuela, ni a los EUS como la legitimación de la Exclusión Universitaria Supervisada. Hacer una lectura de esas siglas de
forma contextual no es un delito. Es un compromiso que tengo conmigo mismo y con las ideas del Maestro Paulo Freire sobre lo que
debería ser una educación democratizadora y liberadora de la “cultura del silencio-conciencia oprimida”. Abrir esta ventana de palabras
no es un acto de soberbia ni de liderazgo. Es un llamado al estudio reflexivo-crítico (en comunión) sobre lo que debería ser nuestra
educación, y así poder vencer las sombras que nuestros mismos muros nos han proyectado.
"El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el
costo de la vida, el precio de los frijoles, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de
decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política.
No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el
político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales".

Por: Maria Carolina González Chirinos

Hay políticas hasta en el amor. La forma de buscar a la persona idónea para satisfacer las necesidades
espirituales-corporales, la forma de enamorar (técnicas que cada uno aprende y usa) es una cuestión política.
Pensar en una mujer ideal en función del físico o intelecto nos sirve como guía para encontrar y escoger
una pareja. En este campo las mujeres son más políticas, ya que muchas de ellas (en forma subliminal) imponen
sus reglas de juegos y voluntad al varón que les agrada.

Pero en filosofía como en psicología, en anatomía como en política, a los oportoconfuncionalistas les
interesa confundir desde el deslinde de posiciones. Ellos procuran siempre la confusión del contrario… Si uds. miran
bien notarán que muchos de los oportunistas toman partidos de indefinición homosexual. Como hemos
demostrado todo esto no es casual es propio de su naturaleza de su concepción. Confuncionismo que, en la
práctica, no debe dejarse al margen, pero que teórica y principalmente hay que deslindar y ubicar en su lugar. Tal
es el caso de la posición económica, social, política e ideológica de todos los oportunistas, (pues ellos) que forman
parte de la estructura conservadora hablan en nombre de una clase social en decadencia: la de la pequeña
burguesía arribista. En la Universidad vemos que existe gente que esta acostumbrada, por la formación que
tienen incluso (a no involucrarse) en el contexto social que los rodea. No encuentran en la política una forma de
resolver los problemas, y prefieren el idealismo que la sociedad de consumo les vende.

Pensé encontrar en la UCV de lo que hablan afuera, la mejor universidad del país. Pensé encontrar
profesores que te dieran cátedra libre, que te hablaran de que si es posible un mundo nuevo y que podemos
trabajar juntos para construirlo. Por el contrario, encontré profesores mediocres y eso me causo un pesimismo,
optando por alejarme de las aulas. Universidad viene de universo y en ellas, debe existir el debate de ideas. Una
escuela nueva es posible, y eso es por que no se trata de vender una propuesta si no de construirla:
Reunir a los atletas para discutir el proyecto de flexibilidad académica en periodo de competición
Promover la práctica deportiva dentro de la escuela de sociología, con la finalidad de contribuir al
mejoramiento del nivel competitivo.
Garantizar la atención integral de los y las deportista sin discriminación alguna, así como el apoyo al
deporte en su instancia
Crea fomentar actividades deportivas, donde la escuela de sociología pueda disfrutar, e intercambiar con
miembros de otras comunidades y con otras universidades.
Que los Estudiantes, profesores y obreros puedan disfrutar de las diferentes actividades que sean
promovidas por la comunidad de la escuela de Sociología.
Ahora en Sociología el deporte es salud, vida y fuerza, y es algo.
Por: José Guillermo Pérez

Hablar de las asambleas es siempre una invitación a pensar la democracia. Este ejercicio reflexivo deviene,
necesariamente, en analizar la actual crisis del modelo representativo y sus implicaciones.

El análisis nos exige tomar como punto (eurocéntrico) de partida el “nacimiento” en Atenas de la democracia
alrededor del 500 a.C. En esta particular democracia todos los que eran considerados ciudadanos (lo cual excluía a extranjeros,
esclavos y mujeres) podían participar en asambleas realizadas periódicamente en el ágora donde se discutía y decidía sobre los
asuntos importantes de la ciudad- estado. El quórum rodeaba las 6.000 personas. La democracia nace por tanto de la constante
actividad asamblearia de los ciudadanos atenienses (a pesar de las evidentes insuficiencias del concepto), de la comprensión de
que todo ciudadano era un sujeto político. La práctica de los atenienses es el reflejo de la famosa frase de Aristóteles “El
hombre es un animal político”, y de un tipo de razón que no separa ese ámbito del resto de la vida.

Tras algunas apariciones limitadas y momentáneas, la democracia sólo


retorna realmente tras la caída del Ancien Régime y la crisis de sus valores. Pero
esta vez la democracia se adscribía y mantenía una relación dialéctica con los
ideales modernos (igualdad, libertad y fraternidad), era sustento de estos a la vez
que ellos eran la plataforma que permitían llevar el sistema a la práctica, es
decir, solo en democracia el hombre (todavía no la mujer) podía ser plenamente
libre y considerarse hermanado e igual que los otros hombres pero al mismo
tiempo sólo porque los hombres eran ontológicamente libre e iguales es que la
democracia tenía sentido.

Pero la democracia que se originó del derrumbamiento de las monarquías en vez de recuperar la posibilidad de
unificar el espacio político con el resto de la vida de las personas, mantuvo alejado del gobierno al demos a través de trabas
basadas en una conceptualización propia del “ciudadano” y la eliminación de las asambleas como espacio ideal de decisión
colectiva. Por último, la separación objetiva de la política al constituirse algunos ciudadanos como representantes y dirigentes
de los otros completó el proceso que permitía la despolitización de la “ciudadanía” al solo mantener una relación indirecta al
momento de sufragar. Los mismos atenienses, por cierto, desconfiaban de ese sistema “no consideraban democrático el voto
pues, decían, era un método que favorecía inevitablemente a los ricos, a los de buena cuna y a los exitosos”.

De todos modos las asambleas como parte constitutiva de la democracia no fueron del todo eliminadas, el proceso fue
más bien de limitación de su acción. Sólo el grupo de ciudadanos designados para representar y dirigir podían participar en las
asambleas donde se decidiría sobre todo el Estado- nación, el resto de los ciudadanos, los que no eran considerados políticos,
debían contentarse con esperar que su delegado escogido representara eficazmente sus necesidades.

La evidente incapacidad de los llamados “políticos” para expresar y defender a los


ciudadanos comenzó a resquebrajar las bases de la democracia ilustrada moderna, es decir,
la esperanza de una humanidad fraterna y de iguales comenzó a disolverse ante un siglo
completo de pobreza y guerras. El escepticismo fue tomando espacios y permitió la
posibilidad de pensar de nuevo a las asambleas como esperanza de rescate de la
democracia y de la política como espacios indispensables para la vida en sociedad.

A pesar de esto la implementación de la asamblea y la posibilidad de construir a


través de ella una política más directa, encuentra fuertes resistencias en los sectores
conservadores, que es en realidad una resistencia a perder los espacios de poder, que permitían mantener la realidad social
incólume, disfrazada de ideología. A través de ella intenta crearse una matriz de opinión que muestra a la asamblea como un
espacio irracional y conflictivo en el cual es imposible construir una política en colectivo o en el que la vida en comunidad se ve
comprometida.

El fraude se presenta de dos formas: por una parte en la negación de que toda asamblea y todo espacio político tiene
elementos irracionales y conflictivos sean estos representativos o directos, no hay más que ver las discusiones en las Asambleas
Nacionales que incluso pueden llegar a los golpes -de hecho los únicos espacios que no presentan conflicto y que parecen
perfectamente racionales (o más bien racionalizados) son aquellos donde una sola persona decide todo- y por otra parte la
invisibilización de la vital importancia de esos dos rasgos en la construcción de un espacio común (político y académico).

No caer en el fraude y permitir espacios para lo irracional y lo conflictivo es la única posibilidad para escapar de la
crisis democrática y rescatar la posibilidad de vivir en comunidad, una idea que cada vez parece más difícil.

“Se podría creer en la posibilidad de eliminar el riesgo rechazando cualquier afectividad. De hecho, el sentimiento, el
odio, el amor pueden enceguecernos; pero también hay que decir que ya en el mundo mamífero, y sobretodo en el
humano, el desarrollo de la inteligencia es inseparable de la afectividad, es decir de la curiosidad, de la pasión, que
son, a su vez, de la competencia de la investigación filosófica o científica (...)La racionalidad es el mejor pretil contra
el error y la ilusión. (…). Pero la racionalidad también lleva en su seno una posibilidad de error y de ilusión cuando
se pervierte en racionalización como se acaba de indicar. La racionalización se cree racional porque constituye un
sistema lógico perfecto basado en la deducción o en la inducción; pero ella se funda sobre bases mutiladas o falsas y
se niega a la discusión de argumentos y a la verificación empírica. La racionalización es cerrada, la racionalidad es
abierta.”
Edgar Morin
¿Sabías que el Gobierno de Estados Unidos repartió un folleto en sus
escuelas durante los años de 1950-1951 sobre cómo podemos aprender a
vivir con una Bomba Atómica?

“Aprender a vivir con la Bomba:


¡Usted puede sobrevivir! Usted puede sobrevivir a un ataque de
bomba Atómica y no le hará falta equipos especiales, ni ropa de
protección, ni un adiestramiento especial para lograrlo (…)
¿Cuáles son sus posibilidades? Si una moderna Bomba cae sobre
una ciudad sin previo aviso esta misma noche, sus posibilidades
de sobrevivir serían aproximadamente éstas: Si Ud. Fuera uno de
los desafortunados que se encontraban justamente debajo de la
Bomba, no hay prácticamente esperanzas de sobrevivir. De hecho,
en cualquier lugar a media milla del centro de explosión sus
posibilidades son de 1 sobre 10. Por otra parte, y esto es muy
importante, de media milla a una milla de distancia del centro,
sus posibilidades son de 50%. De una milla a una y media, la
posibilidades de morir es sólo de 15% y en todo punto de
distancia de milla a dos millas, las muertes descienden
muchísimo, hasta sólo 2 o 3 de cada 100. Más allá de las dos
millas, la explosión no causará casi ningún fallecimiento; las
posibilidades de ser heridos son muchos mayores que las de
resultado muerto. Pero hasta las heridas de radioactividad no
significa que Usted queda lisiado o condenado a una muerte
temprana. Sus posibilidades de conseguir una plena recuperación
son más o menos igual a las de los accidentes cotidianos, estas
estimaciones son válidas para Bombas atómicas modernas lanzadas
sin aviso. No se deje engañar por habladurías irresponsables.”

(Folleto Repartido por el Gobierno Norteamericano en las escuelas 1950-1951).

"Entonces, ¿de qué sirve decir la verdad


sobre el fascismo que se condena si no
se dice nada contra el capitalismo que
lo origina? Una verdad de este género
no reporta ninguna utilidad práctica.”

Matt Groening

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