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DISCUSION

Un resultado importante en este trabajo radica en la proporción porcentual bastante


alta de adolescentes con nivel de conocimiento bajo sobre sexualidad (56%),
mientras solo un 28% y 16% manifestaron conocimiento medio y alto
respectivamente, resultados que coinciden con los de Chirinos J y col (1999) (19),
quienes revelan en su investigación que los adolescentes tienen un nivel de
conocimiento de sexualidad limitado (media=9.9) al ser medido a través de 20
preguntas básicas. Además en el ámbito nacional los resultados de Araujo V. y col
(2008) (25), también son similares a los nuestros; quien califica en su estudio los
conocimientos sobre sexualidad como malos en un 50% (n=632) y muy malo
15.5% (n=172). Resultados semejantes encontramos a nivel regional en los
estudios de Bernal y col (2005) (26) quienes indican que el nivel de conocimiento
sobre sexualidad de los estudiantes fue poco (71,79%), y que sólo el 20,51%
manifestaron tener mucha información y que esta información la recibieron de la
televisión (41,02%) y el 12,82% indican que a través del diálogo con los docentes;
resultados que coinciden con los de Aguirre L y col (27) quienes en su trabajo
realizado en el 2008 en los alumnos del 2do grado de secundaria de la I.E Nº14038
del distrito de Catacaos obtuvieron que el 13,3% de los alumnos encuestados tuvo
una idea clara de lo que es realmente sexualidad, mientras que el 53,4% tuvieron
una idea equivocada. Este porcentaje de alumnos consideró que la sexualidad es
la demostración de amor al sexo opuesto, 20,0% lo confunden con el acto sexual y
el 13,3 % considero que la sexualidad son las relaciones sexuales.

A este respecto, es preciso señalar que posiblemente los resultados obtenidos son
producto de la falta de implementación de medidas que tienen como finalidad
brindar educación sexual en las instituciones educativas; lo que conlleva a que las
grandes inquietudes y curiosidades de los adolescentes acerca de la sexualidad
estén marcadas por el miedo , la culpa, las dificultades para entablar un dialogo
sobre el tema, las inhibiciones para buscar información a través de medios
adecuados las falsas creencias y mitos. Además existe un alto nivel desinformación
y desconocimiento entre los padres y educadores en cuanto a sexualidad se refiere
y todo lo que esta implique. Desde épocas anteriores se a venido heredando de
una generación a otra como norma el que los niños , adolescentes y jóvenes no
deben conocer asuntos a su sexualidad como una forma de protegerlos, pues se a
creído erróneamente que el ignorar esta información se bloquearían impulsos, se
inhibiría la curiosidad por experimentar y por ende la búsqueda de una relación
sexual.

Por lo tanto se concluye que existe carencia de información en torno a la


sexualidad que aunado a la difusión de un conocimiento distorsionado y falso
configura un estado de desconocimiento sexual con funestas consecuencias.

En cuanto al nivel de sexualidad por dimensión se puede apreciar que la Dimensión


Anatomía y Fisiología Sexual y Reproductiva muestran resultados preocupantes,
pues del total de la población en estudio, un 66% de los adolescentes reporto un
nivel de conocimiento bajo, resultados similares a los de Panta M (2009) (28) quien
indica que el 75.71% de los adolescentes desconocen temas de anatomía y
fisiología sexual y reproductivas. Resultados diferentes se encontraron en la
investigación realizada por Chávez M y col (2005) (14) quienes en Costa Rica
lograron determinar que los jóvenes tienen conocimientos sobre anatomía y
fisiología sexual, sobre métodos anticonceptivos y enfermedades de transmisión
sexual en un 67%; sin embargo, ese conocimiento no los está educando para
tomar decisiones en cuanto a la responsabilidad sobre su sexualidad; así también
Flórez N y col (2006) (15) en su estudio concluye que el 57% de adolescentes
conocen sobre el funcionamiento del aparato reproductor.

Nuestros resultados por lo tanto nos pueden llevar a inferir que a pesar de que esta
temática se ha incluido en los programas escolares la información es insuficiente y
no generado el impacto necesario en la educación sexual básica; pues existe en
los docentes falta de capacitación en temas de sexualidad, lo que conlleva a no
responder preguntas de los adolescentes o dar información limitada incompleta e
incorrecta, por lo que actúan ajenamente al papel de educadores sexuales.

En nuestro estudio en lo referente a la Dimensión de Ciclo de Respuesta Sexual


indica que la mayoría de los adolescentes tienen un conocimiento bajo (48%); y
solo el 36% y 16% manifiestan un nivel de conocimiento alto y medio
respectivamente; encontrando resultados que se asemejan como el de Hualpa I
(2009) (29) quien estudio a adolescentes de la I.E “San José” del distrito de Piura,
encontrando niveles de conocimiento en la dimensión Ciclo de Respuesta sexual
humana entre medio a bajo en un 61%, y solo un 39% resultó con niveles altos.

Al profundizar la Dimensión Prevención de Enfermedades de Transmisión Sexual


y VIH/SIDA se evidencia que el 50% de los adolescentes presentan un nivel de
conocimiento bajo, seguida de un nivel medio con el 15% y finalmente el 10% de
los adolescentes presento un nivel de conocimiento alto, resultados similares que
permiten citar los estudios de Martínez N y col. (2006) (16) quien revela que en
cuanto al nivel de conocimiento sobre la protección de las Infecciones de
Transmisión Sexual, más de la mitad de los adolescentes tienen un conocimiento
inadecuado y desconocen algunas ventajas en cuanto al uso del condón. Refirió
además que la mayoría tienen algunos conocimientos adecuados acerca del VIH-
SIDA; otros estudios discordantes como el de Fuentes J (2002) (21) quien sobre
conocimiento de las enfermedades de transmisión sexual demostró que el 37.73%
de adolescentes tienen nivel de conocimiento regular, en el 49.0% sobre el
"Concepto", 50.91% sobre tipos, en el 37.27% sobre medios de transmisión y el
49.55% en formas de prevención el nivel de conocimiento de adolescentes fue
deficiente; estudio que coincide con el de Quispe R (2006) (24) quien indica que la
mayoría de los estudiantes tienen un nivel de conocimiento medio 49% acerca de
las formas de transmisión del VIH/SIDA, refiriendo conocer más la vía sanguínea

Los resultados de la presente investigación reflejan el alto riesgo que tienen los
adolescentes en estudio de contraer E.T.S VIH/SIDA, carecer de información
objetiva acerca de los medios que existen par protegerse de las ETS y el VIH/SIDA
probablemente que en la escuela y servicios de salud no siempre se da la
información respecto a la sexualidad, este se ventila solo con amigos y amigas.

Cabe resaltar que este desconocimiento podría deberse a que el componente


cognitivo de la fuente de información recibida sobre la salud sexual y reproductiva
no es de conocimiento científico en los adolescentes mas bien puede deberse a
los prejuicios, cultura, tradiciones y costumbres.

Y finalmente mencionamos a la Dimensión Metodología Anticonceptiva donde un


68% de los adolescentes presenta nivel de conocimiento bajo, y en mínimas
proporciones con un nivel de conocimiento alto (32%). Resultados que se
asemejan al de Fuentes J (2002) (21) donde concluye que el nivel de conocimiento
en Métodos Anticonceptivos fue como sigue: En "Métodos anticonceptivos
naturales" 47.27% de los adolescentes tenían conocimiento deficiente, al igual el
58.64% sobre "Métodos Hormonales" y el 66.36% en "Métodos de barrera". Asi
mismo encontramos resultados a nivel internacional contrarios como los de Banda
O (2008) (18) que encontró que el 97% conocían los métodos anticonceptivos,
más no su funcionamiento, igualmente Chávez M y col (2001) (20) en su estudio
señalaron que 90,9% de los adolescentes reconoció uno o varios métodos
anticonceptivos, siendo los más reconocidos los preservativos (83,7%) y las
píldoras (62%).

Por tanto podemos concluir que nuestros resultados reflejan que la información que
tienen los adolescentes de los métodos anticonceptivos es inadecuada y limitada
lo que es destacable ya que la población estudiada está en una edad crítica al ser
la edad de inicio de la actividad sexual y esto asociado a la desinformación los
expone a los embarazos no deseados, contagio de ETS, practicas abortivas
inseguras, deserción escolar, matrimonios forzados; entre otros.

Los resultados global sobre la Actitud Sexual de los Adolescentes, indican que el
96% de adolescentes tiene actitudes hacia la sexualidad desfavorables y sólo un
4% tienen actitudes favorables; resultado que concuerda con Panta M (2009) (28)
quien refiere que el 100% de los adolescentes que iniciaron actividad sexual tienen
actitudes sexuales desfavorables ya sea por malos conocimientos o conocimientos
erróneos en cuanto a metodología anticonceptiva como medida preventiva.

Las actitudes tienen como base el sistema de valores ideales, normas, pautas e
ideologías que sobre la sexualidad tiene la cultura en la que el sujeto vive. La
información permanece en el nivel intelectual y la formación se inserta en la
personalidad manifestándose en la conducta. Para que esto suceda la información
tiene que motivar a los sujetos para que puedan trasladar a sus propias vivencias,
compararla con sus conocimientos previos y relacionarla con hechos actuales. La
información debe producir conflictos y estar acorde con sus intereses de manera
que no solo permanezca en el plano intelectual sino también afectivo
convirtiéndose en formación constitutiva de la personalidad (Piaget & Inhelder,
1997); por consiguiente según los resultados encontrados se debe considerar
importante trabajar en el plano afectivo de los y las adolescentes, ya que es la
puerta de acceso a los planos cognitivo y conativo para modificar la actitud de los
adolescentes frente a su sexualidad.

En este sentido la escuela, la familia, el contexto, los medios masivos de


comunicación social no están desempeñando su verdadero rol protagónico en la
formación de los adolescentes en materia de sexualidad.

En tanto a lo referente a la Actitud Sexual por dimensiones los adolescentes


entrevistados presentaron actitudes desfavorables al 100% en las Dimensiones de
Autonomía y Sexualidad como algo positivo, así mismo Sexualidad y Amor y
Respeto Mutuo y Reciprocidad con 98% y 96% respectivamente, resultados
similares al de Panta M (2009) (28) quien indica que el 100% de los adolescentes
no tuvo autonomía ni respeto mutuo; 100% no relaciono la sexualidad con el amor;
100 % no percibió la sexualidad como algo positivo.

Al profundizar el estudio podemos también observar que los jóvenes tienen una
actitud favorable en Libertad para decidir y actuar con un 38%, seguida de la
dimensión Responsabilidad y prevención del riesgo sexual con el 14% frente a
una actitud favorable.

Nuestros resultados reflejan por lo tanto que los adolescentes en estudio todavía
tienen necesidad de la aprobación de los demás no tienen derecho a elegir con
quien ni donde realizar su vida sexual, asimismo refieren tener dificultad para
expresar su opinión con libertad, dificultad para solicitar información sobre
sexualidad libremente, se demostró además en gran proporción que los
adolescentes no demuestran ser autónomos ni capaces de tomar decisiones
propias, se deduce que la autonomía esta afectada por la baja autoestima del
adolescente y esto se refleja en los resultados encontrados.

Muchos de estos adolescentes opinan que sentir deseo y la masturbación es un


pecado o motivo de castigo, además necesitan de la aprobación del grupo para
sentirse aceptados socialmente por lo que concluimos que este panorama es
producto de una mala educación sexual que conlleva muchas veces a la vivencia
de una sexualidad irresponsable y poco saludable.

Respecto a los resultados si tienen enamorado se observo que un 68% de los


adolescentes manifestaron no tener enamorado, predominando el sexo femenino
y solo un 32% refirió tener enamorado predominando el sexo masculino, esto se
asemeja a los resultados a nivel regional que obtuvo Hualpa I (2009)(29) que
refiere que el 22% de adolescentes masculinos si tiene enamorado a diferencia del
15% de adolescentes femeninas. Haciendo un total de 37% de adolescentes que si
tienen enamorado frente a un 63% de la población de estudio que no tienen
enamorado.

En cuanto al plano de los sentimientos, el adolescente canaliza sus afectos hacia


cuantas personas se interesen por él, sean sensibles para con sus problemas y
comprensivos con su conducta. Es el momento de la apertura al mundo afectivo y
del descubrimiento del otro y de sí mismo, época de romances y amores efímeros,
que acaban tan pronto como empiezan; necesita, más que nunca, ser ayudado,
tener unos padres a la altura de su misión educadora, profesores que comprendan
esta compleja problemática de la adolescencia. Por eso el chico -más agresivo e
impulsivo siente la necesidad de ternura, amparo y cariño. La chica a su vez, siente
la necesidad de alguien que la estimule, la comprenda y le dé fuerza y apoyo.

El análisis con respecto a si han tenido relaciones sexuales el mayor porcentaje


(68%) manifiesta no haber tenido, predominando el sexo femenino con un 40% y el
sexo masculino con el 20%, y en mínimas proporciones encontramos que el 20% y
12% de las y los adolescentes ya han iniciado su actividad sexual, superando el
sexo masculino al femenino; encontrando estudios a nivel internacional
contradictorios a los nuestros como el de Elías Y y col (2004) (13) quienes
mostraron que el 69.8% de jóvenes tuvieron relaciones sexuales antes de los 15
años, siendo el sexo masculino el de mayor porcentaje, con 86.2%. En el caso de
las mujeres, se observó que el 51.8% tuvo su primera relación sexual después de
los 15 años. Más de la tercera parte (36.5% y 39.7%) habían tenido 3 o más
parejas desde que comenzaron su vida sexual activa, destacándose el sexo
masculino con 30.6% y 69.4%; al igual que Chávez M, et al (2005) (14) también
evidenciaron que el 33.5% de los adolescentes habían tenido relaciones sexuales y
de estos un 90% iniciaron su actividad sexual antes de los 17 años de edad, en
otro estudio a nivel nacional encontramos a Chávez M y col (2001) (20) refiriendo
que el 7,2% de los adolescentes inició su actividad sexual, en un rango de edades
de 12 a 18 años, media de 15,73 años. De estos, el 87% perteneció al sexo
masculino y solo un 13% al femenino.

Se puede deducir que los resultado de la presente investigación se deben quizás a


que los adolescentes se inhiben a brindar datos a pesar del anonimato de la
encuesta, influenciadas por las cuestiones de género que predominan en el medio
latinoamericano.

En la Tabla Nº 7, se muestra las características socio-demográficas de la población


en estudio en donde se observa que la edad que predomina es de 14 años, en
cuanto a la variable sexo el 52% de los adolescentes son de sexo masculino. Al
referirnos al estado civil la mayoría de los adolescentes son solteros; y un 82% de
los y las adolescentes son de religión católica. En relación a opción sexual la
heterosexualidad representa el 100% y el 68% de los adolescentes encuestados
aun no han iniciado su actividad sexual, mientras que la edad de inicio de
relacionas sexuales es de 15 años. Diversos estudios difieren con nuestros
resultados como el realizado en el Centro Educativo David Samanez Ocampo,
Distrito de Mollepata, donde Quispe W (2003) (21) refiere que el 51% de los
adolescentes acepta haber tenido relaciones sexuales y el inicio de la edad en
promedio es de 15.5 , así también encontramos los estudios de García R, et al
(2000) (14); quienes revelan que la iniciación de las relaciones sexuales fue
precoz, con una edad media de 13,83 años para el sexo masculino y 14,83 para el
femenino; así mismo Soto V (2006) (23) señala que la edad de iniciación coital fue
en mediana 15,5 años en varones y 16,5 años en mujeres.

El comportamiento de estos resultados probablemente coincide con las tendencias


mundiales en iniciar sus relaciones sexuales en edades tempranas. La
adolescencia etapa donde se desarrollan emociones concomitantes con la
maduración sexual genital, nace el interés en el sexo opuesto, propiciando una
motivación poderosa a la iniciación de las relaciones sexuales, fundamentalmente
de tipo coital, que puede traer serias consecuencias como: Embarazos no
planeados y/o de alto riesgo, que conducen a situaciones indeseables que
modifican la vida del adolescente como: Abandono escolar, Limitaciones para el
estudio y el trabajo, Matrimonio forzado, Madres solteras, Problemas familiares,
económicos y sociales; así pues también las ETS como: VIH/SIDA, Gonorrea,
Sífilis, Virus del Papiloma Humano tienden a manifestarse de una manera
progresiva y preocupante, por las secuelas que éstas puedan dejar.

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