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Artículo crítico del liderato del CNTE, grupo que logró la presidencia de la Federación a finales de los 70 y principios de los 80. Inicio del liderato de Renán Soto en la FMPR. El documento plantea cual debe ser el rol de los socialistas en la dirección de los sindicatos.
Artículo crítico del liderato del CNTE, grupo que logró la presidencia de la Federación a finales de los 70 y principios de los 80. Inicio del liderato de Renán Soto en la FMPR. El documento plantea cual debe ser el rol de los socialistas en la dirección de los sindicatos.
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Artículo crítico del liderato del CNTE, grupo que logró la presidencia de la Federación a finales de los 70 y principios de los 80. Inicio del liderato de Renán Soto en la FMPR. El documento plantea cual debe ser el rol de los socialistas en la dirección de los sindicatos.
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El debate en el CLCRE @ EI Salvador
EL MILITANTE
REVISTA DE DISCUSION POLITICA DEL MOVIMIENTO SOCIALISTA POPULAR (MSP) 50
b {nuevo sindicalismo
4 0 economismo ?
Fis.8FMPR:
{huevo sindicalismo
0 economismo?
Uno de los problemas cardinales que
enfrenta el movimiento obrero en esta
etapa es el economismo: la tendencia que
limita la Iucha obrera a los aspectos mera-
mente reivindicativos, sacrificando las ta-
reas y los objetivos socialistas. Esta es
una vertiente del culto al espontaneismo
que tiende a centrar los mayores esfuer-
zos en la lucha econémico-sindical, rele-
gando a un segundo plano los aspectos
fundamentales de la toma de conciencia
de clase de los trabajadores y Ia lucha pa-
ra derrocar a la burguesfa y construir el
socialismo
Para muchos revolucionarios activos
en el movimiento obrero y sindical puer-
torriquefio, Ja lucha sindical es la activi-
dad fundamental, Tanto en Ja préctica
como en el plano teérico la mayoria de
éstos pretende justificar como correcta es-
ta tendencia la cual es sumamente negati-
va para el desarrollo de la lucha revolucio-
naria ya que su resultado concreto es re-
ducir la energfa revolucionaria de Ia clase
obrera limitdndola a una accion esponté-
tea que deja intacta la dominacién de la
burguesfa,
|e
EL MILITANTE 11a SS
Ese es el caso de la mayoria de los
miembros de Ia direccién actual de la Fe-
deraci6n de Maestros de Puerto Rico
(FMPR) y de la mayoria de los elementos
representativos de lo que se ha dado en
Tamar “el nuevo sindicalismo”. En este
articulo nos ocuparemos de la experien-
cia de la Federacion de Maestros como un
ejemplo tipico del fenémeno economista,
analizando y criticando las principales
posturas de su direccién y las consecuen-
cias negativas de éstas para el desarrollo
del objetivo principal de los socialistas en
el movimiento sindical: contribuir al desa-
rrollo de la conciencia revolucionaria de
os trabajadores.
La Federacion de Maestros es quizds
el sindicato donde participa el mayor na-
mero de independentistas y socialistas;
entre su membresfa hay compafieros de
todos o de la mayorfa de las organizacio-
nes y grupos independentistas y/o soci
listas de este pafs. Muchos de estos com-
pafieros en sus afios de estudiantes estu-
vieron relacionados o bajo la influencia de
as intensas luchas estudiantiles que se de-
sarrollaron a fines de la década del 60 y
comienzos de la del 70. Estas y otras
condiciones especificas (formacién inte-
lectual, etc.) han convertido al sindicato
en terreno fértil para las disputas ideol6gi-
cas entre los diversos sectores del movi-
miento revolucionario.
Desde hace 6 afios el MSP ha venido
realizando trabajo politico en la FMPR,
enfatizando en los elementos mas avan-
zados de ese sindicato e impulsando las
posiciones socialistas a distintos niveles.
‘Como parte de ese trabajo creemos nece-
sario desarrollar un intenso debate ideo-
Tégico que contribuya al objetivo de ga-
narnos para el socialismo a los elementos
més avanzados y deslindar campos con
Jas tendencias pequefio burguesas que
con_ropaje socialista han predominado
hasta el momento. 2
Ese debate ideolégico lo concebimos
como un elemento indispensable para
contribuir al desarrollo de la tarea central
de esta etapa: la construccién de un ver-
dadero partido revolucionario de comba-
te.
La denuncia del economismo y sus
concomitantes burguesas: el burocratis-
mo, el oportunismo y la conciliacién de
clases, tiene gran importancia para poder
realizar un trabajo revolucionario efecti-
vo dentro de los sindicatos sin lo cual no
s6lo se mediatiza ese trabajo sino que ade-
mis, se fortalecen las tendencias burgue-
sas y se obstaculiza la lucha de los trabaja-
dores atin a nivel econémico.
Para ubicar correctamente el tema, a
continuacién haremos una exposicién ge-
neral sobre Ios sindicatos, cuales son sus
limitaciones principales y Ia actitud que
los socialistas debemos asumir hacia éstos.
4QUE SON LOS SINDICATOS Y
CUALES SUS LIMITACIONES?
El establecimiento del capitalismo
como sistema implicé la coronacién de la
burguesfa como clase dominante. Pero,
consustancial a este hecho, implicé tam-
bién el desarrollo del proletariado como
clase social. Porque s6lo la existencia de
una clase explotada, despojada de todo
medio de produccién, de todo medio de
riqueza, “justifica” la existencia de otra
clase cuya caracteristica principal sea la
posesién del monopolio de todo medio de
produccién. La lucha entre dos polos
caracteriza el desenvolvimiento de las
contradicciones en la sociedad capitalis-
ta; los intereses, aspiraciones y motiva-
ciones de una clase son opuestos antag6-
nicamenté a los de su contraria, Porque
el desarrollo de los intereses de una impli-
ca el sometimiento de la otra.
ES
12 EL MILITANTEPara Ia burguesfa, lo importante es la
maximizacién de ganancias, el interés des-
medido por la reproducci6n del capital,
el afin de fucro materializado en el inte-
rés constante en la extensién de la jorna-
da laboral, la intensificacion del tiempo
de trabajo con la intencién de reducir el
costo de la fuerza de trabajo, etc. Para el
obrero la necesidad més urgente e inme-
diata es reducir la jornada de trabajo,
arrebatar més beneficios al capitalista,
vender més cara su fuerza de trabajo por-
que sélo asi puede estar en condiciones
de enfrentar las graves limitaciones que
suifre bajo el capitalismo. Este es, pues, el
conflicto que caracteriza a toda sociedad
capitalista. Por un lado, la burguesfa po-
seedora de los medios de produccién.
Por otro, la clase obrera, mayoritaria, sin
otra propiedad que su fuerza de trabajo.
El desarrollo de ambas clases y sus
organizaciones de lucha es un proceso que
tomé cientos de afios. La introduccién
de Ia gran industria (maquinaria) en el ca-
pitalismo tiene dos efectos: concentra a
los. trabajadores en grandes centros fabri-
les y desplaza a miles de sus antiguos em-
pleos, producto de Ia revolucién tecnolé-
gica y Ia division del trabajo. Promueve
Ia competencia entre los obreros, provo-
cando la reduccién en salarios y el empeo-
ramiento en las condiciones de trabajo y
vida. Segiin la maquinaria se va apoderan-
do del proceso de trabajo, centraliza la
produecién concentrando a miles de tra-
bajadores en talleres 0 centros; obreros
provenientes de diversas partes, diferentes
pueblos quedan organizados bajo una dis-
ciplina férrea de trabajo, casi militarmen-
te, para la produccién. En un principio
los trabajadores comienzan a dar luchas
aisladas contra la maquinaria, confundien-
do el medio de trabajo (herramienta, m:
quina) con Ia fuente de su desgracia: de-
sempleo, aumento de Ia jornada laboral,
reducci6n salarial, en fin Ia superexplota-
cién de que son victimas. En Europa son
los periodos de destruccién de méquinas.
Tomé muchos afios en Io que el obrero
comienza a aprender, producto de sus ex-
periencias, que su mejoria no se lograba
destruyendo el medio de trabajo, sino
vendiendo més cara su fuerza de trabajo.
Pero este aglomeramiento de traba-
jadores producido por la gran industria,
producto de la necesidad vital de aumen-
tar la produccién, permite condiciones
minimas que conducen a elevar el nivel de
Tacha. La fabrica los concentra en la pro-
duccién pero también provoca la unidad
en el interés comin frente al patrono en
la defensa del salario, en la lucha econ6-
mica. Paulatinamente, por su experien-
cia, van aprendiendo qae la competencia,
caracteristica inherente del sistema de ex-
plotacién capitalista los divide, tos debi-
lita. Aprenden que en parte la fortaleza
1
EL MILITANTE 13EE
del patrono se fundamenta en esa falta de
unidad, en la ausencia de solidaridad de
clase. Si el patrono fomenta y promueve
la rivalidad, los trabajadores para lograr
una mayor tajada de la riqueza producida,
deben combatir esos obstaculos, vencerlos
y darle un frente comin al patrono. Esa
es la base del surgimiento de los sindica-
tos, un primer intento de los trabajadores
por eliminar y superar la competencia.
Los sindicatos son organismos de lucha
defensivos en tanto y en cuanto sélo per-
miten resistir la explotacién capitalista.
Su objetivo es obtener mejores salarios y
condiciones de trabajo para enfrentarse a
la vida de limitacién y carencia a que los
somete el capitalista. Esta lucha Ieva a
Jos obreros a obtener aquellos medios que
Je permitan sobrevivir, que le permitan
nuevamente a vender su fuerza de trabajo
Y teproducir sus condiciones de explota-
dos,
Los sindicatos son organizaciones pa-
a la lucha econémica de los trabajadores.
Este tipo de lucha es sumamente necesa-
ria ya que permite mejorar las condicio-
nes de vida y trabajo de los obreros. En
su inmensa mayorfa aquellos trabajadores
que tienen organismos de esta clase son
14 EL MILITANTE
mejor remunerados que aquellos que care-
cen de ellos y que estén expuestos a todo
tipo de arbitrariedades y atropellos sin
posibilidad de defensa. La lucha econé-
mica es importante porque sin ella esta-
rfan_ expuestos a las mayores vejaciones.
Pero esta lucha no es suficiente para aca-
bar con Ja explotacién asalariada. La
plusvalfa, riqueza que es producida por
el trabajador y que es apropiada por el ca-
pitalista al ser reinvertida en la produc-
cién reproduce el sistema de explotacién
capitalista; ciclo del cual el trabajador no
puede liberarse por medio de su lucha
aunque aumente su participacién en la ri-
queza que crea (salario). Esta es reincor-
porada al capitalista por varios medios.
Los monopolios, la intensificacién de la
produccién, etc. garantizan al capitalista
recuperar la parte que concede al trabaja-
dor, limitando ésta a aquellos recursos
minimos que permitan a éste vivir, repro-
ducirse y Iuego vender su fuerza de traba-
jo nuevamente.
Por su propia dindmica Ia lucha eco-
némica conduce a los obreros a pensar
‘finicamente dentro del marco de las con-
tradicciones relativas al trato que reciben
por parte de los patronos y el gobierno.
= = AaseS
No importa la eficiencia de esta lucha ni
el esmero que pongan los militantes para
tratar de crear conciencia politica a la
clase obrera, dentro de estos limites nun-
ca podran trascenderlos ya que la lucha
econémica por s{ misma és muy estrecha.
Por eso esta lucha no es ofensiva, no es
es una lucha por transformar el sistema
capitalista de rafz. Es defensiva, Deja in-
tacta la relacién de subordinaci6n del tra-
bajo al capital, del trabajador al capitalis-
ta,
Para transformar las condiciones de
explotacién de los trabajadores hay que
invertir la relacién. Los trabajadores de-
ben poseer los medios de produccién que
permiten a los capitalistas mantener su
condicién de privilegio. Los trabajadores
deben ser duefios de la riqueza que crean.
Esto requiere entonces que los traba-
jadores transformen su lucha en
una lucha mas amplia, una lucha politica
contra el sistema capitalista para acabar la
explotacién asalariada y construir el so-
cialismo.
La lucha econémica es lucha esponta-
nea porque es la lucha que los obreros por
sus propios recursos, sin auxilio externo,
tienen capacidad de desarrollar. Tiene la
semilla de lucha conciente; pues puede
conducir a “cuestionar momenténeamen-
te” la influencia de los partidos burgue-
ses. Pero esta brizna de conciencia no es
suficiente para la comprensi6n de Ia lucha
més amplia que los obreros deben librar
‘como clase para lograr las transformacio-
nes que conduzcan al socialismo.
Este nivel de “conciencia” que es ne-
cesario para dar una lucha econémica es-
Ponténea que sea efectiva contra los capi-
talistas, en ocasiones se prueba inefecti-
va, no logra sus objetivos econémicos. Es-
te es el caso de muchos de los conflictos
obreros que se han desarrollado en Puerto
Rico en los iiltimos afios. Si se prueba
inefectiva en determinados perfodos, si
no logra sus objetivos en este nivel de lu-
cha tan primitivo y estrecho eso no quie-
re decir que la clase obrera en una lucha
més amplia, mas complicada no pueda te-
ner éxito. Esta limitacion no parte de la
incapacidad de la clase obrera de desarro-
lar esta lucha. Sino de la ausencia de una
teorfa que le permita desarrollar una vi-
sién completa de las contradicciones de
todas las clases en la sociedad burguesa.
Una teorfa que les permita identificar los
enemigos de clase, los objetivos que debe
lograr a largo plazo y los métodos de lu-
cha que debe utilizar para lograrlos.
La lucha econémica espontinea de
los trabajadores es la lucha por reivindica-
ciones inmediatas contra los capitalistas 0
contra el gobierno. Esta lucha en ocasio-
nes adquiere matices politicos, cuando los
trabajadores desarrollan suficiente fuerza
para exigir medidas tendientes a mejorar
sus condiciones de vida y trabajo. Tales
han sido las miles de luchas desarrolladas
por organizaciones econémicas de los tra-
bajadores en todos los pafses reclamando
determinados derechos 0 beneficios como
el derecho a la huelga, Ia rebaja en Ia jor-
nada laboral, la eliminacién del trabajo in-
fantil, derechos para la mujer, bonos de
navidad, leyes de seguridad, fondos de de-
sempleo, planes de salud, etc. Pero tales
medidas en términos cualitativos no pasan
de ser reformas.
En otras palabras, para los trabajado-
res, a menudo, su lucha espontinea ad-
quiere cardcter politico, arrancdndole rei-
vindicaciones al gobierno que se traducen
en medidas judiciales 0 administrativas
que luego son promulgadas. En nuestro
caso, las luchas por mejores condiciones
de empleo y salario de los empleados pi-
blicos tiene carécter politico en tanto y
en_ cuanto estas reivindicacicnes tienen
que ser reconocidas por el gobierno a tra-
SS
EL MILITANTE 15vés de piezas legislativas y estos trabajado-
res tienen que enfrentar al gobierno en
esa lucha. La lucha por el derecho a la
sindicalizacion y a la huelga son ejemplos
coneretos que caracterizan esa lucha poli-
tica en esta coyuntura, Aunque en mu-
chas ocasiones la lucha espontanea de los
trabajadores cobre matices politicos ésta
no desemboca necesariamente, por su
propia dinémica, en la lucha por Ia trans-
formaci6n del sistema social imperante.
Cuando muchos lideres sindicales
argumentan que estén desarrollando una
lucha politica tienen raz6n. Pero esta lu-
cha politica es sumamente limitada, no
asciende en términos cualitativos al nivel
de lucha por el socialismo.
de estos ites est matizada de con-
tenido politico, pero esté encaminada a
dirigir la lucha esponténea, econdmica,
sindical de los trabajadores, Hacen lucha
politica, pero una lucha politica reformis-
ta, lucha absorvida dentro de los limites
burgueses, dejando intacto el sistema de
explotacién capitalista. Su prictica ad-
quiere cardcter politico pero constrefiida
al marco del sistema burgués.
Por este cardcter politico que adquie-
re en ocasiones la lucha esponténea de los
trabajadores, muchos militantes sindica-
les, entre ellos simpatizantes del socialis-
mo, tienden a ofuscarse confundiendo la
lucha por reivindicaciones inmediatas con
Ia lucha por el socialismo.
La lucha econémica esponténea no
transita, no se transforma mecanicamente
en Iucha por el socialismo. EI fortaleci-
miento de la lucha econémica conduce
por sf misma al fortalecimiento del domi-
nio de la burguesfa sobre la clase obrera.
Conduce 2 afianzar la ideologfa burguesa
en la conciencia de los trabajadores por-
que ésta es la mas difundida entre las cla-
ses, la més accesible a la masa, la mds co-
nocida, Es la ideologfa que constante-
mente es rejuvenecida, aceptando tal o
cual cambio, para afianzarse nuevamente
en los trabajadores, Ante Ia masa es la
més comprendida, la més elaborada. En
adicién, es la ideologfa que tiene a su be-
neficio los medios de propagacién més
poderosos. Los medios de comunicacién
masiva (prensa, radio, televisién) son con-
trolados por la burguesia. Por si no fuera
bastante, cuenta con los medios de irra-
diacién como Ia escuela, la iglesia, los clu-
bes civics, etc. Se bombardea a los tra-
bajadores a diestra y siniestra, fortalecien-
do, impregndndolos de la ideologia bur-
guesa. Asi se explica la aceptacién ticita
por parte de los trabajadores de la mas
cruda explotacién. Y en casos de in-
estabilidad social, de profunda crisis eco-
némica, en ausencia de conciencia de cla-
se, ha sido muy fécil a la burguesfa torcer
el camino de los trabajadores hacia el re-
formismo. Por esta razon, esponténea-
mente la lucha econémica conduce a la
tucha burguesa, de ahf la expresi6n leni-
nista: “la clase obrera exclusivamente
16 EL MILITANTEeS
con sus propias fuerzas, s6lo esté en con-
diciones de elaborar una conciencia trade-
unionista, es decir, la conviccién de que
es necesario agruparse en sindicatos . .. ”
En resumen, los sindicatos son instru-
mentos de lucha econémica de los obre-
ros y en tanto y en cuanto le sirven para
mejorar su situacién inmediata son nece-
sarios e importantes. Por sf solos sirven
para esa lucha. Parafraseando a Lenin, la
lucha sindical de los trabajadores es la lu-
cha burguesa de los trabajadores. Sin em-
bargo estas limitaciones, en cuanto al ni-
vel de conciencia y de lucha que plantea
la lucha sindical, no debe movernos a
ia posicién unilateral y estrecha de recha-
zar toda lucha sindical como negativa.*
Bajo ningin concepto la teorfa mar-
xista confunde Ia importancia de los di-
versos niveles de lucha de la clase obrera:
lucha econémica, politica e ideolégica.
Precisamente por no confundirlos y sa-
ber imprimirle a cada nivel la importan-
cia que tiene es que el marxismo como
teorfa revolucionaria es el arma més po-
derosa de combate del proletariado. El
marxismo es el Gnico instrumento que
permite dor la direccién adecuada al pro-
eso revolucionario, evitando desviaciones
cuyo fortalecimiento contribuirfa sola-
mente a retrasarlo.
Para el marxismo Ia lucha sindical per
sé no persigue la derrota de la burguesia
como clase y Ia implementaci6n del socia-
lismo, eso es funcién de la lucha politica
revolucionaria y del partido. Pero tam-
poco reduce su importancia. Si los mar-
xistan abandonan el sindicalismo porque
representan serias limitaciones al proceso
de toma de conciencia de los trabajado-
res, éstos quedarfan bajo el dominio de la
burguesfa porque nunca, por sf s6los, sin
el auxilio del marxismo podrin trascender
esa limitacién. Lejos de ser una anacro-
nismo, los sindicatos pueden convertirse
en terreno propicio para el trabajo de los
socialistas, si éstos saben trabajar adecua-
damente en ellos. Los mismos patronos
nD
* Consideramos totalmente incorrecta la posicién asumida por la Liga Socialista
Puertorriquefia cuando sefialan: “Que el movimiento sindical es un anacronis-
mo. Ademds de haber sido un enlace del imperialismo con las masas trabajado-
ras de Puerto Rico, desde principios de la intervencién yanki... y en el funcio-
namiento de la base econémica del ELA, en deterioro, no solamente en Puerto
Rico sino a través del mundo capitalista, hace afios lo convirtié en economismo.
Es el desarrollo del capitalismo monopolista lo que ha producido ese resultado:
la transformacién degenerativa del movimiento obrero en movimiento sindical y
de los Ifderes obreros en funcionarios sindicales."(2) “El desarrollo del capita-
lismo monopolista ha hecho del movimiento sindical tan indtil para levar ade-
lante fa lucha de clase como hace afios hizo al viejo estado burgués indtil como
aparato estatal para llevar a cabo la construccién del socialismo.” (3)
Negar la importancia que juega la lucha econémica de los trabajadores, como
hemos visto, es negar un hecho objetivo que se da en toda formacién social ca-
pitalista, Sefalar que “el desarrollo del capitalismo monopolista”” degenera el
“movimiento obrero en sindical” y “los Ifderes obreros en funcionarios sindi-
cales”” es desconocer los elementos basicos de la teorfa econémica marxista.
Primero porque el marxismo no niega la lucha econdmica, por el contrario ex-
ST
EL MILITANTE 17evidencian esta fertilidad cuando utilizan
todos los medios y artimafias para mante-
ner a los sindicatos ajenos a la influencia
de los socialistas.
Porque se le asigne un papel impor-
tante a la lucha sindical no puede conclu-
irse que los socialistas deban convertirse
en adoradores de ésta, en exponentes del
culto a la lucha esponténea, Tanto la ne-
gacién de la importancia de la lucha sindi-
cal como el culto de ésta son vertientes
incorrectas, son desviaciones de Ia teoria
marxista y por tanto son manifestaciones
de oportunismo. Ambas son nocivas al
Proceso de toma de conciencia de la clase
obrera porque confunden el papel que
deben cumplir los socialistas en ese proce-
‘so y las tareas tanto organizativas como
politicas a realizarse. De esta manera
ayudan a confundir a la clase obrera, limi-
tando su lucha contra el capital.
plica cémo ésta persigue el objetivo de colocar a los trabajadores en una mejor
Posicién en cuanto a la venta de la fuerza de trabajo se refiere. Segundo, ex-
plica cémo el surgimiento del sindicalismo y de los Iideres sindicales no es pro-
ducto del desarrollo del capitalismo monopolista sino que ya existla muchy
antes. Explica cémo la venta de la fuerza de trabajo conduce a los obreros 2
ninaet {a Competencia, la division y la lucha fraticida, logrando una lucha orga.
nizada simple (sindicatos) pero no por esto sin importancia,
Reducir este hecho a un aspecto sin importancia y desecharlo por las limitacio-
nes que tiene es desconocer que representa la primera defensa organizada de loc
trabajadores,
La defensa esponténea que ellos pueden desarrollar por sus pro-
Pias fuerzas. Si grave es lo anterior més grave es sostener que el “capitalismo
nonopolista"" ha hecho al movimiento. sindical indtil “para llevar adelante la
lucha de clase”.
Esto es lo que no han sabido comprender los compafieros, Que si en Puerto Rico
“el sindicalismo ha sido enlace del imperialismo con la masa trabajadora’" ha sida
Porque en nuestro pafs no ha habido un movimiento marxista que haya realizado
un abajo consecuente entre los trabajadores, tanto organizados como no orga.
nizados para vincular el marxismo al movimiento obrero.
18 EL MILITANTEDEBATE EN LA FMPR
A rafz de la huelga sostenida por la
Federacién de Maestros durante un mes
en 1974 se recrudecié el debate contra las
posiciones vacilantes, oportunistas y anti-
comunistas que caracterizaban al lidera-
to de ese sindicato. Félix Rodriguez, en-
tonces Presidente de la FMPR y otros sec-
tores identificados con las posiciones del
Partido Independentistas Puertorriquefio
(PIP) comenzaron a ser duramente criti
cados por sus précticas corruptas y anti-
democraticas propias de la influencias
burguesa en el movimiento sindical.
En toro a la denuncia de ese lidera-
to corrupto se fue aglutinando un amplio
grupo de compafieros independentistas y
socialistas; miembros del Partido Socialis-
ta Puertorriquefio (PSP), del Movimiento
Socialista Popular (MSP) y un gran niime-
ro de compafieros no afiliados. No empe-
ce las serias diferencias existentes entre
tan diversos sectores en su conjunto re-
presentaban posiciones progresistas den-
tro del sindicato ya que luchaban por lo-
gar la transformacién de la FMPR en una
unién democratica y combativa.
Sus principales posiciones se caracte-
rizaban por los siguientes objetivos:
1- Ia lucha contra las posiciones anti-
democriticas, caudillistas y unipersonales
del liderato de la uni6n, exigiendo el desa-
rrollo de un liderato colectivo y funcio-
namiento democritico a todos los niveles
del sindicato;
2- Ia lucha contra la afiliacién a la
American Federation of Teachers (AFT)
Jo cual significaba el desembolso de un
promedio de 13,000 délares mensuales
sin que la FMPR recibiera a cambio nin-
guna ayuda similar. Luego, en 1976, se
adiciona la lucha contra la afiliacién a
la Central Unica de Trabajadores del Esta-
do (CUTE);
3- la necesidad de impulsar una poli-
tica conducente a elevar los niveles de
conciencia de la matricula;
4- la denuncia y repudio del cabildeo
y otros métodos colaboracionistas que
utilizaba la direccién para enfrentar al pa-
trono y ala Cruz Azul.
5- Ia critica persistente contra las
pricticas deficientes e irtesponsables de
administracién;
6- Ia denuncia del sueldo exagerado
asignado al presidente y Ia exigencia de
rebajar el mismo al maximo que gana un
maestro del salén de clases;
7- Ia critica de la actitud sectarea
asumida por Ia direccién respecto a las
Iuchas de Ia clase obrera y contra las po-
siones vacilantes y oportunistas.
A partir de estos objetivos generales
la oposicién se organiz6 para presentar
un frente comin en las elecciones sindi-
cales de 1976 contra la papeleta que enca-
bezaba Andrés Miranda y era apoyada por
Félix Rodriguez y ef PIP(4) Aunque en
ese momento no se logré el triunfo la ex-
periencia acumulada sirvié de base para
que luego de una evaluacién del trabajo
realizado y los objetivos logrados se fun-
dara ese mismo afio el Comité Nacional
de Trabajadores de la Educacin (CNTE)
con las concepciones que habfan unifica-
do a los sectores antes sefialados.
Este frente constituy una experien-
cia nueva y positiva en la lucha sindical
en Puerto Rico: 1) la préctica consecuen-
te que desarrollé durante dos afios conse-
cutivos permitié que se diera a conocer
un liderato y un programa de lucha con
una concepcién critica del liderato opor-
tunista prevaleciente; 2) la unidad de di-
versas organizaciones y sectores en torno
a un objetivo comin por encima de las
serias divergencias politicas e ideolégicas
existentes, y; 3) el impulso de un debate
persistente entre vastos sectores de la
ere
EL MILITANTE 19matricula fueron algunos de los signos
mis significativos de esa experiencia uni-
taria.
Lograr y mantener esa unidad no fue
fécil, las diferencias politicas e ideol6gi-
cas entre los diversos sectores, particular-
mente entre el PSP y el MSP, eran antag6-
nicas en la mayorfa de los aspectos de la
lucha revolucionaria. Incluso en la cues-
tién sindical y la funcién de los socialis-
tas en los sindicatos eran y siguen siendo
abismales. La mayorfa de los acuer-
dos fueron producto de un intenso deba-
te donde si bien logramos establecer un
programa de lucha y ponernos de acuerdo
sobre los candidatos que representarfan
ese programa, en diversos momentos, sur-
gieron a la luz muchos aspectos de la ten-
dencia economista que estamos critican-
do. Ademds hubo que lidiar en varias ins-
tancias contra las actitudes sectareas y he-
gemonistas de algunos miembros del PSP.
Por eso desde un primer momento insis-
timos en que Ia alianza tenfa que basarse
en unos principios claramente estableci-
dos que permitieran trabajar unitariamen-
20 EL MILITANTE
te en tomo al objetivo comin. Esto, jun-
toa la critica sistematica y la presi6n ejer-
cida por diversos sectores para buscar el
consenso hizo posible el desarrollo de la
alianza.
Las constantes denuncias a todos los
niveles del sindicato y la fiscalizacién con-
tinua ante los trabajadores contribuyeron,
sin duda, a erosionar el apoyo con que
contaba Andrés Miranda y su grupo en-
contrando eco en Ia base del sindicato por
Ja justeza de Jas posiciones. Asi, en las
elecciones de 1978 la papeleta presentada
por el CNTE logra triunfar asestindole un
rudo golpe a las posiciones del viejo lide-
rato de Andrés Miranda y Félix Rodri-
guez, Entran a Ja direccin del sindicato,
entre otros, Serapio Laureano, Manuel
Vazquez, Renin Soto, Victor Santo Do-
mingo, José Santos y Juan Camacho.
‘Sin embargo, apenas se logré la di-
reccién del sindicato, la mayoria de estos
compafieros que en el perfodo de lucha
contra Andrés Miranda habfan defendido
posiciones de avanzada y que se habfan
comprometido con Ia transformacién delRh A ITS,
sindicato en uno democratico y combati-
vo comienzan a dar traspiés y a variar sus
posiciones, tanto dentro del sindicato
como en el CNTE.
Casi inmediatamente comienzan a
aflorar las contradicciones que se alber-
gaban en el CNTE y a chocar las tenden-
cias principales cobijadas en su seno; éstas.
van adquiriendo cardcter antagénico en
los momentos de plasmar en la prictica
as concepciones que el frente habfa acu-
fiado en dos afios de lucha y de cumplir
con las propuestas programiticas y los
estilos democriticos de funcionamiento
que se habfan venido planteando dentro
del sindicato. Segin proliferan los cho-
ques y las posiciones se van clarificando,
se van conformando, hasta aparecer en su
forma mds didfana, dos tendencias prin-
cipales: 1) por un lado, una clara postura
economista representada por Serapio Lau-
reano, Neco Vazquez y otros miembros
del PSP junto a Renén Soto y otros no
afiliados: 2) por otro lado, una posicién
critica al economismo y las vacilaciones
del liderato oficial, representada por el
MSP y algunos compafieros no afilia-
dos. (5)
Segiin se ha ido profundizando el de-
bate, durante el ditimo afio, el liderato
oficial lejos de intentar superar sus po-
siciones incorrectas ha ido fortaleciendo
paulatinamente Ia tendencia economista
de la cual son dignos exponentes actual-
mente. Tanto su préctica como sus argu-
mentaciones se caracterizan cada vez mas
por las siguientes desviaciones oportunis-
tas y reformistas:
1- Al principio con disimulo, pero
Juego sin ambajes, asumen una actitud de
cabildeo y vacilaci6n frente al patrono, el
gobierno y Cruz Azul;
2- No contribuyen, ya sea por cola-
boracién, vacilacién, etc., a desarrollar la
actividad de los trabajadores;
3. No hacen ningin esfuerzo por con-
tribuir a educar polfticamente a los traba-
jadores;
4- Para ellos los organismos de educa-
cién y lucha socialista (politicos) no son
prioritarios, sino tinicamente el sindicato;
5- En su visién la lucha econémica es
sinénimo de lucha politica (socialista);
6- Cada dia diluyen més sus posicio-
nes y van asumiendo pricticas y estilos de
funcionamiento contrarios a lo que ha-
bfan defendido en el pasado;
7- Utilizan los mismos argumentos
que los sindicalistas burgueses contra los
que levantan posiciones socialistas o im-
pulsan una actitud critica y fiscalizadora.
Veamos ahora estas desviaciones en
concreto para que podamos apreciar en
su justa perspectiva el efecto negativo
que tienen sobre la Iucha de los trabaja-
dores.
‘CABILDEO Y VACILACION:
FRENTE AL PATRONO
Llegaron criticando Ia actitud suma-
mente oportunista del liderato derrotado.
Criticaron sus vacilaciones y el cabildeo
frente al patrono y al gobierno. Se cansa-
ron de denunciario y uno de los issues de
campafia que los Hlevé a Ia administracion
fue la critica severa a la ineptitud y la
mansedumbre con que ese viejo liderato
se enfrentaba a cada golpe, a cada mani-
festacion de opresion, a cada agresion por
parte del patrono.
Se argumentaba una y mil veces, con
furibundos discursos, que al patrono ha-
bfa que combatirlo, Que habfa que aca-
bar “la ambiguedad en las posiciones que
se asumen ante el DIP y la nueva adminis-
traci6n gubernamental”(6) Y que esa
“ambiguedad es la responsable de que se
asuman posiciones erriticas en diversas
ocasiones y no permite adoptar de forma
ES
EL MILITANTE 21