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COLECCION ESCAQUES _ A. SUETIN COMO DEBE JUGARSE LA APERTURA El primer problema que se presenta al ajedrecista principlante es, fundamental- mente, el planteamlento de la apertura. Se han publicado Infinidad de libros y mo- nografias espéclales para cada sistema de apertura, pero Intentar aprenderse de memoria las miles y miles de varlantes del tenebroso océano de las poslbllidades Inl- clales, es Improductlvo. y aun morboso. Con frecuencia se oye decir: «3Cémo Ju- gar la apertura? He lefdo libros sobre la teorfa y aprendido muchas varlantes, pero en cuanto estoy frente al tablero los re- sultados son tan distintos...» Nada es més clerto. El «empollén» se queda confundido con cualquier continuacién no prevista por la teorfa. Y es que el ajedrez, como cual- quler otra clencia, también esté sometido a los principlos de la I6glca, una légica cuyo conocimiento permite tamizar toda continuaci6n Inadecuada y estrechar el cfrculo de posibilidades en el curso de la partida. Es por ello que el gran maestro soviético SUETIN ha escrito este llbrito en el que nos ofrece las reglas formales para aprender dicha Iéqlca y facilita en gran ma- nera el trabajo de anilisis. Al confecclonar esta obra, su autor sa ha servido de la experloncla adquirida en el adlestramiento de los ajedrecistas princl- plantes de la Unién Soviética. Ha dedica- do una especial atenclén en prevenir de los ataques prematuros y falsamente atra- yentes en la apertura. En los eJemplos que expone para llustrar los yerros t{plcos, no s6lo ha hecho uso de las partidas de los maestros, como sucle haceree, sIno que ha Introducido varlos elemplos caracterfsticos del modo de jugar de los principlantes, cu- yo estudio evitaré los frecuentes errores que se realizan en la etapa Iniclal de la partida. Conflamos en que este trabajo de la es- cuela soviética ayudar4 a nuestros lecto- res a desentrafiar y asimilar el &rido mun- do de la teorfa de las aperturas. Cublerta de G. Mari ——— f A. SUETIN } COMO DEBE JUGARSE LA APERTURA Si usted desed estar informado de nuestras publicaciones, sirvase remitirnos su nombre y direccién, 0 simplemente su tarjeta de vi- sita, indicdndonos los temas que sean de su interés. Ediciones Martinez Roca, S.A. Dep. Informacién Bibliografica Gran Via, 774 08013 Barcelona A. SUBDPIN COMO DEBE JUGARSE LA APERTURA ESCAQUES EDICIONES MARTINEZ ROCA BARCELONA I COMO DEBE JUGARSE LA APERTURA A. Suetin Traduccién directa del ruso por Acustin Purs Revisién técnica por Jost M.* Juste Borreu © 1968 por EDICIONES MARTINEZ ROCA, S. A. Gran Via, 774, 7.° - 08013 Barcelona RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS Este libro no puede ser reproducido en todo, ni en parte, en forma alguna, sin permiso EE EES Impreso EN EspaNa - PRINTED IN SPAIN t= ISBN: 84-270-0104-5 Depésito Legal: B. 41291 - 1989 Libergraf, S. A., Constitucié, 19, 08014 Barcelona www.bibliotecaajed INDICE Prologo ... -. ses Snails Bl cess . Pag. PRINCIPIOS FUNDAMENTALES Y PROBLEMAS DE LA APER- TURA ... Be Espacio Importancia de las casillas ‘centrales | en ‘ia apertura Posicién del rey y de la dama. Los flancos . Linea demarcadora El tiempo .. a hiss cue La wventaja’ del ipetnier riovindteditor! La movilizacién en la apertura ... . Operaciones activas en la apertura Las fuerzas combativas ... ... ... be ose oe Sey lever ane cost ait Cadenas de peones y Tada ae. ‘Geteneties nes Deficiencias estructurales de peones en la apertura Movimientos de pedn inoportunos . Accién conjunta de piezas y peones Transicién de la apertura al medio juego ... ... ... ... 2... Md Baebes Aplicacién téctica de la ventaja lograda en la apertura she ane Mantenimiento de una prolongada superioridad ... ... ... El ataque en la fase de transicién al medio juego . APERTURAS EJEMPLARES ... 22. 20. 0. cee se cee see ee see Apertura escocesa . Apertura italiana ... Defensa de los dos caballos . i Gambito de dama ... ... ... ... ... Ejemplos prdcticos ... Apertura rusa . Gambito de rey ... Defensa Philidor .. Apertura espaiola . Defensa siciliana . COMO HAY QUE ESTUDIAR LA TEORIA DE LA APERTURA . blogspot.com PROLOGO Pe ae partida de ajedrez consta de tres fases: apertura, medio juego y Comiunmente, la primera fase, o apertura, se prolonga hasta el décimo o decimoquinto movimiento, en el transcurso de los cuales los oponentes movilizan sus fuerzas para la lucha, cuyo cardcter en el medio juego de- vende fundamentalmente del planteamiento de la apertura, la cual no es facil iniciar ni mucho menos y es el primer problema que se plantea al principiante. Con frecuencia, @ muchos aficionados con cierta experiencia se les oye decir: «¢Cémo jugar la apertura? He leido libros sobre la teoria < la misma y aprendido muchas variantes; pero en cuanto me siento frente tablero los resultados son tan distintos...» Se han editado muchos libros con miles de variantes que tratan de este asunto; sin embargo, intentar aprendérselas de memoria, es improductivo 4 aun morboso. El ajedrez es un juego muy complicado. El comienzo de la partida con su integridad numérica de piezas y peones ofrece un ingente niimero de posibilidades, Pero el ajedrecista estd sometido a los principios de la légica intrinseca, cuyo conocimiento permite tamizar toda continuacidn inade-~ cuada y estrechar el circulo de posibilidades que han de analizarse en el transcurso de la partida. Los principios generales de la contienda en este juego acttian desde el comienzo de la partida. Y los ajedrecistas, jugando desde dngulos de mira opuestos, someten a investigacidn distintas continuaciones. Lo curioso es que el ajedrecista profundiza mucho mds en una posicién dada al enfren- tarse con un oponente que cuando la analiza solo en casa. Las partidas realizadas en las competiciones no pasan inadvertidas. Y los ajedrecistas se sirven del alenguaje» internacional para tomar nota de ellas, circunstancia que permite luego hacer un estudio de las mismas; por ello, las ideas en este juego son transmisibles. Esto se refiere ante todo a la apertura, en la que muchas posiciones se repiten con frecuencia. Es ldgico que los métodos de lucha de uno u otro sistema se perfeccionen continuamente, En el proceso de investigacién se determinan planes estratégicos y se trata de hallar nuevas posibilidades; de ello surgen las llamadas variantes de apertura que unen la teorta con la prdctica, A medida que aumenta el ntimero de dichas variantes con ideas simi- Rive se crean sistemas, los cuales forman una apertura, partida, defensa, etcétera, No se debe, por supuesto, considerar la evolucién de la teoria de la apertura inicamente como una cuantitativa acumulacién de experiencia. 7 Los tedricos del ajedrez han necesitado mucho tiempo para poder formular las primeras generalizaciones con que crear variantes y sistemas. Y se han necesitado varios siglos para encauzar la enorme experiencia adquirida, eonocer los principios generales del juego en la apertura y formularlos. Ast es la fachada del desarrollo de la teoria de la apertura. Tras ella hay una lucha entre distintas ideas, tendencias y escuelas. El camino que va al descubrimiento de los principios del ajedrez es escabroso y atraviesa muchos errores. No se olvide que el ajedrecista puede contar con el éxito si tiene ini- ciativa, ataca y da pruebas de inventiva, Pues ya en los primeros movi- mientos de la partida se tienen tantas posibilidades, y no menos tenta- cio.:es, para manifestar toda suerte de tendencias al ataque. Al analizar las partidas realizadas por los maestros contempordneos, se advicrte fdcilmente su tendencia al juego de posicién. Para ellos tiene importancia la tipicamente profunda y previsora estrategia en la que las maniobras «encubiertas» y la defensa ficticia representan un importante papel, En otro tiempo se jugaba distintamente; la estrategia era menos perfecta y los oponentes procuraban desenvolver una contienda abierta y atacar al rey. Por ello, la teorla empezé a elaborarse con las llamadas aper- turas abiertas y particularmente los gambitos, que se originan después de 1. PAR, P4R. En este tipo de aperturas el juego en el centro se descongela, lo que facilita distintos ataques de piezas. Durante mucho tiempo hubo tendencia a operaciones activas desde los primeros movimientos en las aperturas abiertas y no se considerd debida- mente la evolucién de las piezas. Para sostener la continuidad en los ata- ques contundentes y arriesgados se sacrificaban piezas y peones ya al co- mienzo de la partida y era una cuestién de honor aceptar los sacrificios. Los métodos de defensa guesaran relegados a segundo término por la elaboracién de los principios del ataque. A principios de la segunda mitad del siglo xix se asesté el golpe defi- nitivo al atrayente, aunque no eficaz, juego complicado, En ello contribuyd el genial ajedrecista. Pablo Morphy, que en sus partidas mostré evidente- mente cémo desenvolver con precisién la partida en las aperturas abiertas; comprendio la importancia de la répida y conveniente movilizacién de las fuerzas combativas, relaciondndola estrechamente con el consiguiente ata- que al rey contrario. A partir de aqui, se vio claro que primero es necesario movilizar todas las piezas en virtud de determinadas reglas. El ataque puede tener éxito si las fuerzas combativas han evolucionado y actian conjuntamente. Desde entonces, la teorfa de la apertura se ha complicado mucho. El ajedrecista principiante ha de no aficionarse a las variantes que estén de moda, sino asimilar fundamentalmente los principios de la aper- tura y saberlos aplicar en la prdctica; esto es, enlazar la evolucién de las piezas con un plan activo. La concienzuda percepcién de dichos principios, formulados por el trabajo de muchas generaciones de ajedrecistas, no sélo ahorra fuerzas fisicas; también desarrolla la habitud a analizar. Al dar los primeros pasos por el ajedrez es necesario comprender que la lucha en la apertura es un lance légico y en ella no cabe el azar ni el aquizd». Si se dominan estos principios, el ajedrecista puede felizmente a nar» un sinfin de variantes, [Viene a propdsito decir que, en tal caso, las variantes acuden a la memoria con mucha facilidad) El destacado gran maestro checoslovaco Ricardo Reti (1889-1929) en 8 www.bibliotecaajed la su «Método moderno del juego de ajedrez» subraya que todo ajedrecista en su proceso de formacidn debe seguir la evolucidn histdrica de toda idea referente a este juego. Reti estimd que primeramente ha de aprenderse a combinar y, luego, intentar el juego de posicion. Es necesario adherirse a este punto de vista. Acaso no es conveniente que el ajedrecista principiante juegue las escabrosas aperturas cerradas contempordneas. Al principio, cuando lo importante es dominar la «visién combinatoria», lo mds adecuado es jugar las aperturas abiertas y gambitos, No se tema el riesgo y la derrota, pues, ¢cudndo se va a correr riesgo sino al dar los primeros pasos por el ajedrez? Ateniéndonos a esto, y al analizar determinados sistemas de aperturas en la segunda parte de este libro, nos detenemos fundamentalmente en las aperturas abiertas que, aunque bastante simples estratégicamente, ofrecen la posibilidad de un juego movil y combinatorio. Hemos procurado facilitar al principiante el trabajo de andlisis y pre- venirlo de los ataques prematuros y atrayentes en la apertura o, dicho de otro modo, dar reglas para aprender |a teoria de la misma, Se sabe que todas las aperturas, y de ellas hay mds de medio centenar, se dividen en tres grupos fundamentales: abiertas con los movimientos iniciales 1, P4R, P4R; semiabiertas, en que las negras no contestan a 1. P4R con 1. ..., P4#R, sino con otro movimiento cualquiera, y las cerradas, en que las blancas efectiian cualquier movimiento y no 1. P4R Nosotros haremos uso de esta divisién de las aperturas que se han ido complicando histéricamente. Al confeccionar este libro su autor ha procurado servirse de la expe- viencia adquirida en el adiestramiento de ajedrecistas principiantes; por ello, en los ejemplos que se exponen para ilustrar los yerros tipicos en las aperturas no slo se hace uso de las partidas de los maestros, como se suele hacer, sino que se han introducido varios ejemplos caracteristicos del modo de jugar de los principiantes; esto se refiere principalmente a la fre- cuente repeticion de errores en la apertura. En esta segunda edicién se ha procurade dar mds realce al valor del factor tiempo en la apertura; introducido el subcapitulo «Transicion de la apertura al medio juegq»; completada la segunda parte «Aperturas ejem- plares», y ampliada en cierto modo la tercera parte «Cédmo hay que estudiar Ia teorta de la apertura». A. Suetin PRINCIPIOS FUNDAMENTALES Y PROBLEMAS DE LA APERTURA Los factores que caracterizan Is posicidn inicial son el espacio, el tiempc y las fuerzas combativas, Estos factores estdn estrechamente unidos unos con otros, aunque debemos analizar sus particularidades y, asi, conocer la importancla de cada uno de ellos en Ja apertura, ESPACIO Importancia de las casillas centrales on la apertura Los escagues del tablero no son equivalentes unos a otros; su valor depende del medio en que se des- envuelve la contienda, pero la im- portancia del centro es enorme, el cual lo forman el conjunto de las cuatro casillas 4D y 4R blancas y 4D _y 4R negras. Toda pieza situada en él cjerce una presién maxima en la posicion del contrario y, ademas, puede ser trasladada al sector en que se des- arrolle la contienda, Esto se com- prende fai ite al comparar la in- fluencia de las piezas que ocupan las posiciones centrales con la de las situadas en los flancos. (Véase diagrama nim. 1) Si se compara la posicién de los caballos, no es dificil advertir que el caballo negro, situado en el dn- gulo del tablero, domina solamente dos casillas, y el blanco, dispuesto en el centro del mismo, tiene do- minio sobre ocho casillas. Diagrama mim. 1 (Véase diagrama nim. 2) Por otra parte, el caballo blanco tiene mds movilidad que su oponen- te y su eficacia puede manifestarse en cualquier parte del tablero. El alfil negro en el extremo del tablero domina siete escaques, v el blanco trece. Como puede apreciarse en estos ejemplos, el dominio del centro fa- cilita la evolucién de las piezas. 11 Diagrama niim. 2 Los escaques centrales tienen un valor importantisimo en la apertura. Mientras no se haya determinado d6énde se desarrollara la contienda, es conveniente dirigir la accién de las fuerzas combativas al centro del tablero, Este axioma del ajedrez es- ta demostrado por la experiencia de muchas centurias. La desestimacién del centro en la apertura puede traer consecuencias graves y hasta la pér- dida de la partida. Para convencerse de ello nos re- mitimos a la prdctica y ofrecemos un caso de cémo jugaron dos aje- drecistas principiantes la partida ita- liana: 1, PAR PAR 2. C3AR C3AD 3. AGA AGA 4, P3A CA 5. 0-0 wee Tras esta serie de movimientos, las negras realizaron el inadecuado movimiento 5. ..., P3TD, en vez de tomar el importante peén central del oponente con la jugada 5. .... CX PI Esto permitié a las blancas formar un s6lido centro de peones que no tardaron en hacer evolucionar ade- lante de un modo contundente. Se a P3ID 6. PAD PXP 12 7. PXP A2T 8. PSDI C2R 9. PSR! Diagrama nim, 3 Pe. stn CSC 10. P3TR oT 11. P6D! Momento aleccionador; las blan- cas no se conforman sélo con su éxi- to en el centro, sino que lo apro- vechan inmediatamente para atacar al rey. Esto no quiere decir que la des- estimacién del centro se pague tan cara, ni que en las partidas de los maestros sucedan a menudo tales desbaratamientos. No obstante, sea cual sea la par- tida que analicemos, veremos siem- pre que el contenido de la lucha se desarrolla principalmente alrededor del centro. Suele suceder que maestros expe- rimentados presten atencién antes de tiempo al juego en los flancos y olviden la importancia del centro. He aqui un ejemplo en la defen- www.bibliotecaajed sa siciliana de una partida Pliater- Vasiukov, celebrada en Varsovia en 1955. 1, PAR P4AD 2, C3AR C3AD 3. PAD PXP 4 CxP P3CR 5. C3AD A2C 6. ABR C3A Las blancas optaron prematura- mente por atacar al rey en yez de reforzar la presién en el centro. 7. CxC PCXP cic D4T! C3A Era mejor 11. PXPD+ al objeto de evyitar Ja superioridad de peones negros en el centro, U1,°2.9 RxP 12. A4A+ P4D! El ataque de las blancas se des- concierta ante el sélido centro del contrario, Diagrama mim. 4 13. A3C TIR 14, P4A P4Al 15. ASR P3R blogspot.com 16. D2D A2C 17, 0-0 A3BA 18. P3TD TDID Tras haber montado un sélido centro, las negras lo hacen avanzar enérgicamente. 19, RIT D3T 20. D2R DxD 21. CxD csc 22. AXA RXA 23. C3A COR 24. T2A PSD! 25. C1D PSA! 26. A2T P4RI No es diffcil convencerse’de que las negras tienen una superioridad decisiva. Pronto ganaron la partida. El concepto moderno del centro se ha enriquecido notablemente con la nueva idea de que «la presién en las casillas centrales puede ser més efectiva que su posesién>, segin Alekhine. Esto significa que, en unos casos, no es necesario ocuparlo con peones para ejercer dominio sobre él. La accién coordinada de las piezas pue- de representar un importante papel’ en los escaques centrales. Analicemos la partida Petrosian- Kozma, celebrada en Munich en 1958. 1, C3AR C3AR 2. P4D P3R 3. ASC P4A 4. P3R P3CD? Este error inadvertido permite a las blancas formar una poderosa avanzadilla de piezas en el centro, mediante el enérgico movimiento si- guiente: 5. P5D! PXP 6, C3A A2C 7. CxXP AxC 8 AKC DKA 9. DXA bee 3 Diagrama nium. 5 Las blancas ocupan sélidamente la casilla critica 5D con sus piezas y atenazan las fuerzas combativas negras en el centro. En esta posi- cién se pondrd de manifiesto la vul- nerabilidad de las negras en la ver- tical de dama. a, is C3A Es inferior 9. .... DX D4C+; 11. P3Al, DXP D8A+; 13. R2K, pues las blancas ganan la torre. 10. AGA AIR 11. 0-0-0 TID 12, T2D 0-0 13. P3A Cc4T 14. A2R D3R 15. TRID DxD 16, TxD P3D 17, CID ees El cambio de damas ha aliviado un poco la situacién de las negras, aunque continua la eficaz presién de las piezas contrarias en la vertical de dama; no hay mds defenad que con los siguientes movimientos: 17. ... P4A 18. P4AR P3C 19, P3CR T3A 20, P4R PXP 14 21. CXP T3R 22, A3A R2C 23, P3C C3A 24, T5-3D on Las blancas se disponen a situar el alfil en la casilla 5D, de donde actuara con la maxima eficacia. 7A. ... cic 25. C2A P4TR 26. R2D! on El rey toma parte activa en cl juego y, aprovechando el atenaza- miento de las fuerzas de las negras, intenta dirigirse a la casilla 3AR pa- ra apoyar la ofensiva de su ejercito. 26. ... AlA 27. ASD T2R 28. C4R C3T 29. R3R C2A Hubiese sido mis eficiente el sa- crificio de peén 29. .... PSA; 3 PP, C4A, porque ahora se les pre- senta un juego sin ninguna perspec- tiva, 30. R3A CxA Esto es tanto como capitular, pues se crea una posicién en que un caba- lo importante se ha trocado por un alfil poco valioso. 31. TXC T2-1K 32. TIR T3R 33. T2R P4aCcD 34, P3TR PaT 35. P4CR PXP+ 36. PxXP A2R 37. P5A T4R 38. TXT PXxT 39. T2D TIAR 40. T7D T2A 41, TXA! Y Jas negras se rindieron. Vencié la presién de las piezas; de ello se deduce que la posesién del centro en la apertura facilita la accién y mo- vilidad de las fuerzas combativas. Posicidén del rey y de la dama, Los flancos En la posicién inicial, el rey y la dama estan situados er las vertica~ les centrales y sus flancos los for- man el espacio comprendido entre las verticales de torre, caballo y al- fil de rey y las dé dama réspectiva- mente, El cardcter de la lucha en los flancos varia a medida que trans- curre la partida. En dicha posicién se observa que los dos puntos 2AR son les mas vul- nerables, Posiblemente no hay ningén aje- drecista que en sus comienzos no intentase atacar al rey contrario des- pués de los movimientos 1. P4R, P4R, mediante D5T y A4A, creando con ello la amenaza de mate cn cl punto 2AR del contrario. Esta tendencia natural parece dic- tada subconscientemente por la in- tencién de aprovechar la vulnerabi- lidad de dicho punto de las negras, las cuales pueden rechazar facilmen- te este ataque primitivo; es més, la salida prematura de la dama blanca con el propésito de amenazar mate, les permite ganar tiempo para movi- lizar sus fuerzas y tomar la inicia- tiva. Por ejemplo: 1. P4R, P4R; 2. DST, C3AD; 3. A4A, P3CR; 4. D3A, 3A; 5. P4CR (admitamos aue las blancas insisten en su «activo» pro- pésito), C5D1; 6. DID, P4DI, y las negras tienen Ja iniciativa. Este ejemplo de ataque frustrado no significa que no se debe atacar el punto de referencia. Pues se co- nocen muchos ataques y combinacio- nes brillantes en este sentido. Ofrecemos al lector unos ejemplos: 1. P4R, P4R; 2, C3AR, P3D; 3. 4A, P3TR?; 4. C3A, A’ "ASC?;, 5. CxP!, AXD (es relativamente mejor > PXC; 6, DXA); 6 AXP+, R2R; 7. CSD y mate. Este bello, pero no complicado ejemplo de ataque al punto ZAR se llama «Mate de Legal», en la litera- tura del ajedrez. Variante de la partida italiana: 1. P4R, P4R; 2. C3AR, C3AD; 3. A4A, A4A; 4. P3A, C3A; 5. P4D, PxP; 6 PxP, A5C+; 7. C3A, Ce 8. ae CXC (es mejor 8. Ax); 9, PXC, AXP?; 10. 3Cl, AXT? (la probabilidad de salvacion la ofrece 10, ..., P4DI; 11. AXP, 0-01); 11, AXP+, RIA; 12. ASC, C2R; 13. CSR}, y el ataque de las blancas es irrechazable. Variante de la defensa de los dos caballos: 1. -P4R, P4R; 2. C3AR, C3AD3 3. A4A, C3A; 4. C5C, P4D; 5. PXP, CX P? (lo oportuno es 5. ..., C4TD); 6. CXPA, RXC; 7. D3A+, R3R; 8. 3A, y las blancas Ilevan a cabo un _ataque arrollador. Variantes de la defensa de Caro- Kann: 1, P4R, P3AD; 2. C3AD, P4D; 2 C3A, PxP; 4. CxP, C3A CxC+, PCXC; 6. ‘AAA, ‘A3C2; z CSRI, AXD?; 8 AXP y mate. 1, P4R, P3AD; 2, C3AD, P4D; 3. C3A, PXP; 4. CXP, C2D; 5. A4A, CR3A; 6. C4-5C, ‘P3R; 7, D2R, P3TR? (lo correcto es 7. ..., C4D o C3C); 8 CXPA, RXC; 9. DxP+, y el ataque de las blancas es irre- chazable. Variante del ataque de Sozin en la defensa siciliana: 1, P4R, P4AD; 2. C3AR, C3AD; 3. P4D, PXP; 4 CXP, C3A; 5- C3AD, P3D; 6. A4AD, P3ICR?; 7. CxC, PxC; 8 PSRI, PXxP?; 9. AXP-+-. y las blancas ganan la dama. A veces, esta combinacién entra- fia la siguiente contracombinacién en la variante del gambito del Norte: 1. P4R, P4R; 2. P4D, PXxP; 3. P3AD, PXP; 4. ‘A4AD, PxP; 5, AXP, P4D; 6. AXP, C3ARI; 7. AXP+, RXA; 8. DXD, A5SC+; 9. D2D, AXD-+, con igualdad de po- sibilidades. Ataques andlogos a los pufitos 2AR suelen Ievarse a cabo en las aperturas cerradas. Variantes del gambito de dama aceptado: 1, P4D, P4D; 2. P4AD, PXP; 3. C3AR, C3AR; 4. P3R, P3TD; 5. AXP, ASC?; 6. AXP+l, RXA; 7. C5R+, etc. 15 1. P4D, P4D; 2. P4AD, PXP; 3. C3AR, P4AD; 4, PSD, C3AR; 5. C3A, P3R; 6. P4R, PXP; 7. P5RI, PSD; 8 AXPI, PxCl; . AXP! Variante del contragambito de Albin: 1. P4D, P4D; 2. P4AD, P4R; 3. PDXP, PSD; 4. P3R?2, A5C+]; e A2D, PXP!; 6. AXA?, PXP+!; 7. R2R, PxC=C+1, y la ventaja de las megras es evidente, Se podrian poner muchos ejem- plos mds, aunque cun los ofrecidos ‘es suficiente para comprender la ne- cesidad de prestar atencién a los movimientos activos que se realizan en el fianco del rey. Existe cierta diferencia entre las aperturas que originan los movimien- tos de los peones centrales 1. P4R y 1. P4D, a consccuencia de la po- sicién inicial del rey y la dama. En las aperturas de P4R las blan- cas pueden efectuar el enroque y terminar la movilizacién antes que en las de P4D, La lucha por las casillas centrales también tiene caracteres distintos. Particularmente se advierte esto en las aperturas que surgen después de los movimientos 1. P4R, P4R y 1. P4D, P4D, en que las negras pro- curan mantener el equilibrio cuanti- tativo en el centro. Sin embargo, la lucha por el cen- tro toma formas distintas y es natu- ral que los dos bandos, especialmen- te el blanco, que tiene la iniciativa en la apertura, traten de eliminar respectivamente el pedn central, lo cual, si se logra, da cierta superiori- dad al sector mas importante de la contienda. En la apertura 1, P4R, P4R, pue- ‘den las blancas abrir més facilmente el juego en el centro, mediante P4D, pues la dama defiende este pedn. Aunque las negras, por su parte, es- t4n en situacién de llevar a efecto el contramovimiento P4D, Por eso, el centro se abre con ma- yor facilidad, es decir, se eliminan Jos peones situados en él en las aper- turas que se desarrollan después de 1, P4R, P4R; por lo contrario, el 16 movimiento P4R es dificil de reali- zar en las aperturas 1. P4D, P4D. Y asf, la posicién en el centro suele permanecer cerrada bastante tiempo. Después de 1. P4D, P4D, es mas eficaz la socava del centro del con- trario con el movimiento de flan- queo P4AD, respectivamente. En la apertura 1, P4R, P4R, esta socava efectuada con el movimiento P4AR parece mas demoledora para uno y otro bando, porque menosca- ba_sensiblemente el flanco del rey. De lo dicho se deduce que en la apertura 1. P4R, P4R, es més fécil desarrollar un intenso juego de pie- zas y desenvolver el ataque por el flanco del rey que en Ja 1. P4D, P4D; en ésta, la contienda tiene un cardcter mds lento y preventivo, y estratégicamente es mds complicada. Ello ha infiuido esencialmente en el proceso de desarrollo de la teoria de la apertura. Linea demarcadora Se Mama linea demarcadora la que divide por las horizontales cuarta y quinta el tablero en dos partes igua- El jugador que posea mayor es- pacio tiene mds posibilidades de ma- niobrar con sus piezas; se considera un logro importante si éstas y sus respectives peones cruzan dicha lfmea y consolidan sus posiciones tras ella, En cambio, ceder espacio trae a menudo consecuencias desa- gradables, He aqui una muestra de éllo en la defensa india de rey de una parti- da entre Suetin y Anischenko, Minsk, 1959. 1. P4D C3AR 2. P4AD P4A 3. PSD P3D 4. C3AD P3CR 5. P4R A2C 6. A2R ee En vez de preparar la contraofen- siva en el centro y flanco de dama, con 6. ..., 0-0 y los siguientes movi- mientos P3R, P3TD y P4CD, las ne- gras continuaron asf: oe C3T? Esto permitié a las blancas alcan- zar una sensible superioridad en el espacio. 7. ASC! D4T &. DZD CZA 9. P4A! c2D Amenazaba 10. PSR! 10. C3A P3A ll, A4T 0-0 12. 0.0 cIR En esta posici6n, las piezas negras carecen de movilidad vy se estorban unas a otras. Las blancas aprove- chan su ventaja espacial para abrir el juego. 13. TDIR P3TD 14. A3C D2A 15. A3D PACD 16. P3C PxP 17. PXP A3T 18. D2AD A2CR 19, T2R TIC 20. T1-IR! T3C 21, P4TRI T2A 22. PST! C1A 23. PSR! PDXP 24, PAXP PAXP 25. AXP AXA 26. CXA TR3A 27. PXP PxP 28. P6D! DxP 29. CSD ae Tras haber abierto con éxito el www.bibliotecaajedrez.blogspot.com juego, las blancas obtienen una ven- taja material decisiva. 20 23 cic 30. CxTA+ DxC 31. T2A AGA 32. CxP Y las negras abandonaron, La ventaja espacial no se debe con- siderar aislada de la posicién en el tablero. La evaluaci6én de su impor- tancia depende de la disposicién de las fuerzas. Por ello, todo intento de ganar prematura y precipitadamente espacio lleva con frecuencia a resul- tados poco satisfactorios. Esto puede verse en muchas variantes de aper- turas, como la defensa de Alekhine, la de Gruenfeld y la India de rey, donde las blaneas ganan prematura- mente espacio, En este sentido es caracteristica la siguiente variante de la defensa de Alekhine: 1. P4R, C3AR; 2. P5R, C4D; 3. P4AD, C3C; 4. P4D, P3D; 5. P4A (posici6n Wamada «variante de los cuatro peones»), AGA. Este movimiento entrafia una pe- quefia celada: si las blancas juegan ahora, al objeto de cambiar este ac- tivo alfil de casillas blancas del con- trario, 6, A3D? y no 6, A3RI, sigue 6. .... AXA; 7. DXA, PXP; 8. PAP, P4AD; 9. PSD, P3RI; 10. C3AD, D5T+; 11. P3CR, DXPA, y las negras eliminan el centro de peones blanco. El espacio adquiere importancia ya en los primeros movimientos y est4 estrechamente ligado con toda situacién en el centro del tablero, cuyo dominio imolica la lucha por la conquista de cspacio y cs cfectiva ‘si estA asegurada por la accién con- junta de piezas y peones. 17 EL TIEMPO El factor tiempo es de mucha importancia y consecuencia desde el comienzo de la partida. Fl problema fundamental de la apertura. esto es, la movilizacién de las piezas, muestra evidentemente la importancia de este factor, el cual acttia en cuanto se ha efectuado el primer movimiento; en ello estriba el origen de la iniciativa. La ventaja del primer movimiento En la posicién inicial de la partida las fuerzas y posibilidades son igua- les para uno y otro bando. Un oponente logra una buena po- sicién en la apertura si el otro no juega con exactitud. Desestimar el centro, la movilizacién de las piezas y otras circunstancias por el estilo causan el desequilibrio de las fuer- zas enfrentadas en la contienda. El derecho al primer movimiento influye esencialmente en el cardcter del juego ya al comienzo de éste y supone cierta iniciativa de las blancas que se traduce en amplias posibilidades de elegir diferentes pla- nes y, por consiguiente, en una ten- dencia hacia fines activos. Esto hace que las negras hayan de someterse, en cierto modo, a di- cha iniciativa y que sus planes de- pendan de ella, aunque no significa que estén condenadas a la defensiva y pasividad en la apertura. Las blancas pueden perder la ini- ciativa si cometen cualquicr error; mas si les ocurre a las negras puede traer malas consecuencias para ellas. Es natural que las blancas hagan todo lo posible para mantenerla y ampliarla en la primera fase de la partida; por lo contrario, las negras procuran neutralizarla y, si a mano viene, tomarla, En las competiciones en que par- ticipan maestros se considera un éxito si se logra conservar la inicia- tiva, que, como se suele decir en el lenguaje del ajedrez, «asegura una pequefia y duradera ventaja» y re- presenta un papel importante en la apertura moderna, pues facilita la reglizacién de todo plan. Por eso, no es diffcil advertir que la lucha 18 por ella gira en torno a los escaques centrales. Sus métodos para lograrla o contrarrestarla se suceden cons- tantemente y ello hace que se pro- grese en el campo de la teoria de la apertura, Las blancas no deben confiarse demasiado en la ventaja que les brinda la primera jugada, si las ne- gras tratan de llevar a efecto un contrajuego activo, ni jugar de modo estereotipado, porque pueden perder la iniciativa y hallarse en una situa- cién embarazosa. El factor tiempo también guarda relacién con el siguiente elemento: La movilizacién en la apertura Su objetivo fundamental es mo- vilizar répidamente las piezas y si- tuarlas en posiciones eficientes. El tiempo es muy importante en la apertura y en el transcurso de la partida. Ganarlo es una de las pre- misas fundamentales para llevar a cabo una ofensiva. yCudntas veres nos encontramos con que nos falta un tiempo durante el juego? Un tiempo puede decidir el éxito de una operacién tdctica, de un plan estra- tégico y hasta el resultado de la con- tienda. El destacado maestro sovié- tico Serguei Belavenets, caido en el frente de la segunda guerra mundial. solfa decir que la partida de aje- drez ces la tragedia de la falta de un tiempo». De ahf que una pieza no se debe mover dos veces en el transcurso de Ja apertura si no ha de reportar ningtin beneficio, No es conveniente incluir antes de tiempo las torres o la dama dentro del juego activo, porque pueden ser objeto de ataque 10, guitte, @aew por las piezas ligeras y peones, ade- mds de ser una pérdida de tiempo. Un ejemplo de ello es el ataque 1. P4R, P4R; 2. D5T?, porque puede ser rechazado por las negras con 2. .... C3ARI, que permite una rapi- da movilizacién de las piezas, aun cuando se sacrifique el pedn. Vea- mos: 3. DXP+, A2R; 4. A4A, C3A; 5. D4A, 0-0; 6. C3AR, P4D! Ter- minada la movilizacién, las negras deben iniciar el ataque. Pues la supe- rioridad en ¢l desarrollo puede ser utilizada en caso de que se abra el juego por el centro: 7. PxP, TIR. No es dificil convenverse de que las negras han conseguido un po- deroso ataque por «poco precio», el cual las blancas posiblemente no puedan rechazar, por haber demo- rado la movilizacién de sus fuerzas. Tampoco son recomendables conti- nuaciones, como 1, P4R, P4R; 2. C3AR, C3AR?, con cuyo movim’‘en- to las negras ceden la defensa del peén a su dama; esto permite a las blancas, después de 3. C3A, ganar tiempos con la amenaza C5D, etc. Recomendamos a quienes se ini- cian en el juego de ajedrez que, tras el movimiento 1. P4R, situen jos eaballos en posiciones sdlidas, es de- cir, en las casillas 3AD y 3AR. Con los alfiles debe hacerse lo mismo. Veamos: luego de 1. P4R, P4R; 2. C3AR, C3AD, es conve- niente disponer el alfil blanco en cl escaque 4A o 5C, Resulta pasivo ¢l movimiento 3. AZR y desacertado el 3. A3D?, porque la situacién de la pieza en esta casilla obstruye la evolucién del flanco de dama. El rey es la pieza mds vulnerable en la apertura y juego medio debido a los ataques de las fuerzas contra- rias. Por esta raz6n, ha de procu- rarse enrocar antes de que se abra el centro; ademds, permite incluir la torre dentro del juego activo. La desestimacién del desarrollo de las piezas y el mantenimiento del rey en el centro son con frecuencia la causa de una derrota inminente. En este sentido es aleccionadora la siguiente partida jugada entre dos principiantes: 1, P4R P4D 2. PXP DxP 3. C3AD D4TD 4. P4D C3AD? Esto es un ejemplo de una moyi- lizaci6n desacertada. El ultimo mo- vimiento de las negras facilita a las blancas empezar con tiempo opera- ciones activas en el centro. Lo opor- tuno era 4. .... C3AR. 5. PSD C5C? Otro error; era relativamente me- jor volver el caballo a su posicion inicial. La «actividad» de las negras es evidentemente prematura. 6. P3TD A4A Con ayuda de la amenaza 7. ..., CXP-+, las negras insisten en tomar la iniciativa cueste lo que cueste. Diagrama nim. 6 En casos asf no hay que someterse a las intenciones del contrario y pa- sar a la defensiva con el movimiento, por ejemplo, 7. A3D?, pues la acti- vidad de las negras estarfa totalmen- te justificada tras la respuesta 7. ..., CXA+. Aquf se trata de castigar 19 al contrario por desestimar el des- arrollo de las piezas. La légica del juego del ajedrez indica que es ne- cesario hallar una refutacién, la cual debe buscarse en ¢] contraata- que, que ha de ser enérgico aun cuando entrafie sacrificios. Partiendo de este principio, las blancas rechazaron de un modo con- vincente el prematuro ataque del contrario, 7. ASC+ P3A Era mejor 7. ..., RID, aunque las blancas hubiesen tenido una yentaja importante después de 8. A4T. Aho- Ta se va a producir la derrota ful- minante, gk PxCc Las blancas ofrecen el sacrificio de una calidad con objeto de atacar decisivamente al rey. 8... DxT 9. PXP P3TD 10. CSD! Y las negras abandonaron la par- tida, por no poder defenderse de los movimientos 11, C7A mate y ll. PXP+. En las partidas jugadas entre maestros rara vez se producen de- Trotas tan espectaculares como esta; sin embargo, ajedrecistas muy ex- perimentados descuidan, a veces, la movilizaci6n y atienden demasiado pronto a cualquier idea activamente estratégica. En este sentido sirve de ensefian- za el contragambito de Falkbeer ju- gado en una partida entre Tolusch y Alatorzev. Mosc, 1948. 1, P4R P4R 2. P4AR P4D 3. PRXP DxP? Al objeto de reducir la presién en el centro, las negras movilizan de- masiado pronto la dama y plerden unos tiempos. 20 4. C3AD D3R 5. PXP DxP+ 6. A2R ASC 7. P4DI D3R 8. D3D P3AD 9. A4A C3A 10. 0-0-0 AXA Era mejor 10. ..., A2R. Con su ultimo movimiento, las negras per- miten a su oponente ganar otro tiem- po y poner sus fuerzas principales en accion. El ataque de las blancas es irrechazable. ll. CICXA A3D 12. P5D! see Para aprovechar la ventaja logra- da en la movilizacién de las piezas es necesario abrir répidamente el juego en el centro, ED, ii cxP 13. CxC PxCc 14. D3CR AXA+ 1s, CXA D3TR 16. TRIR+ RIA 17, D3T+ Y las negras abandonaron. En el desarrollo del juego es necesario situar las piezas en posiciones sdli- das y eficaces con objeto de limitar Jas posibilidades del adversario. Par- ticularmente hay que evitar todo cambio que facilite el desenvolvi- miento de las fuerzas contrarias y obstruya la movilizacién de las pro- pias. Veamos: después de 1, P4R, P4R; 2. C3AR, C3AD; 3. P4D, PXP; 4. CXP, las negras no deben ir al cambio de caballo (4. .... CxC; 5. DxC), porque con ello dan al opo- nente una evidente ventaja de des- arrollo y posicién en el centro. Ade- mas, la dama blanca ocupa una po- sicién activa y, no obstante haber entrado en juego antes de tiempo, no puede ser amenazada de momento por ninguna pieza ligera de las ne- gras. Diagrama nim. 7 Es evidente que las negras se van a encontrar con dificultades en el desenvolvimiento de su flanco de rey, pues su alfil de casillas negras no puede moverse de su puesto de- bido a la amenaza 6. DX PC; a S. ..., 3A sucede la contudente respuesta 6. P5SRI, tras la cual el caballo ha de volver a su punto de origen. Tam- poco sirve de mucho el movimiento telativamente mejor 5. .... D3A, porque las blancas mantienen una prolongada iniciativa después de 6. PSR! Advertimos asimismo que el des- envolvimiento ha de ser armonioso. La movilizacién no puede conside- rarse completa si sus elementos han evolucionado solamente en un flanco. Para todo ajedrecista es instruc- tiva la excelente partida Keres-Bot- vinnik, Moscd, 1941, 1, P4D C3AR 2. P4AD P3R 3. C3AD ASC 4, D2A P4D 5. PXP PXP 6. ASC P3TRI 7. AAT bie Como se ver4 més adelante era mejor 7. AX; pero el desco de las blancas fue aprovechar la clavada del caballo. www.bibliotecaajedrez.blogspot.com Fi a3 P4AD 8. 0-0-0? 2a Diagrama nim. & Al parecer, las blancas han re- suelto satisfactoriamente los proble- mas fundamentales de la apertura, pues acaban de efectuar el enroque y presionan activamente en el pun- to 5D; mas al proseguir en su inten- to no han tenida en cuenta el im- portante hecho de que su flanco de rey estd por desarrollar. Esta cir- cunstancia y la posibilidad del juego abierto en el flanco de dama per- mite a las negras empezar una ofen- siva arrolladora contra la posicién del rey, eee AxC! 9. DKA P4CR! 10. A3C PXP Con mucha energjfa, y sin tener en cuenta la vulnerabilidad de su po- sicién, las negras Hevan a efecto el ataque, cuyo objetivo principal es lanzarse cuanto antes sobre la po- sicién del rey adversario, aprove- chando la circunstancia de que el flanco de él permanece «congelado». Obséryese también que las negras han obligado al alfil de casillas ne- gras a retirarse de su activa posi- cién con el movimiento P4CRI. ll. DxP C3A 21 12. D4TD A4A 13. P3R TIAD 14. A3D D2D! Las negras no tardaron en desbara- tar totalmente la posicién del con- trario. 15. RIC AXA+ 16. TXA D4A 17. P4R CxP 18. RIT 0-0 19. TID P4C 20. DXP 5D 21. D3D C7A+ 22. RIC csc ¥ las blancas se rindieron. Hasta cierto punto no es acon- sejable meterse como norma en operaciones complicadas si no se tiene un considerable nimero de po- sibilidades para elegir un plan, es decir, la movilizacién de las fuerzas combativas ha de ser flexible. Hay que eludir la formacién pre- matura del centro, por perjudicar las funciones fundamentales de la mo- vilizacién. Para ilustrar lo dicho veamos los primeros movimientos de la defensa siciliana: 1, P4R, P4AD; 2. C3AR, C3AD; 3. P4D, PXP; 4. CXP, C3A. Diagrama nim. 9 Las negras han atacado al peén 4R y presionan sobre los escaques centrales. Aqui, la respuesta conve- niente para las blancas es sin duda 5. C3AD; esto sitia el caballo en una posicién mejor y, al propio tiempo, refuerza la accién en el cen- tro, Cualquier otro movimiento es menos eficaz para defender el peén 4R, Por ejemplo: 5. P3AR es de- masiado pasivo y el cambio 5. CxC, PCXC; 6, A3D o 6. C2D contri- buye a reforzar el centro de peones de las negras. La contienda debe desarrollarse tinica y exclusivamen- te segtin los movimientos que sefia- lan las funciones generales de la movilizacién. Prosigamos analizando esta va- riante de la defensa siciliana en el movimiento 5. .... P3D; 6. A4AD y se observard que el juego empieza a tomar un cardcter mds determi- nado, Y en su continuacién ya no podemos guiarnos sélo de las con- sideraciones generales, Aunque el movimiento 6. A4AD no tiene otro fin que proseguir la movilizacién de las fuerzas, es en cierto modo un futuro y activo plan de las blancas: ejercer influencia en la diagonal 2TD-8CR. Se producen amenazas concretas con los movimientos 7. CXC, PXC; 8. PSR! y, si 8 ..5 PxP, entonces sucede 9 AXP+! Se ha profundizado significativa- mente en el concepta moderno del desarrollo de la apertura. Se con- cede una atencién particular al en- lace de la movilizacién con un de- terminado y activo plan de juego ulterior. Operaciones activas en la apertura Segtin lo que acabamos de decir, no es cierto que al comienzo de la partida haya de atenerse solamente a la movilizacién y dejar las accio- nes activas para cuando ésta haya finalizado, pues la lucha empieza con frecuencia antes de haberla lle- vado a término. Por movilizacién se entiende los primeros movimien- 10, Rs Ga tos que se efectian cuando atin es remota la posibilidad de que las fuerzas de ataque de ambos ban- dos choquen. As{ que estas fuerzas han tomado contacto, la movilizaci6n debe com- binarse con operaciones activas y, a veces, con el ataque al rey. Véanse los ejemplos de ataque en los pun- tos 2AR en el apartado «Situacién del rey y la dama. Los flancos». Por ello es inadmisible la movi- lizacién rutinaria; todo movimiento relativo a ella debe estudiarse cir- cunstanciadamente en orden a las condiciones de la lucha. Es necesa- rio hacer evolucionar cuanto antes las piezas y ligar su evolucién con un activo plan de lucha, Todo mo- vimiento que no corresponda a este plan es una pérdida de tiempo, aun cuando facilite dicha evolucién. He aquf una partida ejemplar que Ricardo Reti jug6 con un aficionado: 1, PAR P4R 2. C3AR C3AD 3. CA AGA 4. CxP! cxe 5. PAD AXP(?) 6. DXA D3A? Diagrama nim. 10 YY, y ms SRI 0 Ante la amenaza 7. C6A+ es necesario defenderse con 7. A3R y, ademas, se pone en movimiento esta pieza. Pero ello serfa una decisién superficial si se tienen en cuenta las condiciones que determinan la lucha. Realmente, las blancas tienen una superioridad importante que han al- canzado a consecuencia del juego poco activo de su adversario. {Mas el movimiento 7. C5C! amplié las posibilidades de ataque! Tras este movimiento se ve que la pérdida material de las negras es inevitable. Pues a 7. ..., RID sigue 8. DSAI. Y las negras abandonaron, por no poder defenderse satisfacto- riamente de las amenazas Dx PA+ o D8A mate. También es caracteristico el si- guiente ejemplo en la variante de la defensa de Caro-Kann: 1. P4R, P3AD; 2. C3AD, P4D; 3. P4D, PXP; 4. CXP. La maniobra 4. ..., A4A; 5. C3C, A3C, es racio- nal, pues las negras sitdan su alfil en la eficaz diagonal 2TR, 8CD. Por lo contrario, esta maniobra en la va- riante andloga 1. P4R, P3AD; 2. C3AD, P4D; 3. C3A, PXP; 4.CXP, A4A?; 5. C3C, A3C, es mala, por- ue, después de 6, P4TR, P3TR; 7. SR, A2T; 8. DST!, P3CR; 9, AZALI, las negras son objeto de un ataque arrollador. Véamoslo: 9. .... P3R; 10. D2R, C3A? (es mejor 10. .... D2A); ll CXxPA!, RXA; 12. DXP+, y se da mate a la jugada siguiente. La unica diferencia entre estas dos variantes es que en la segunda el movimiento 3. C3AR ha creado las condiciones favorables para ata- car los puntos 2AR y 2CR de las negras, mediante los movimientos P4TR, C5R, D5T, A4A, ete. Por ello, no siempre se ha de se- guir la regla de que no se debe mover una y otra vez la misma pie- za en la apertura. Pues ocurre a veces aue para castigar al oponente por su juego pasivo o rebuscado es necesario maniobrar enérgicamente varias veces con unas mismas pie- zas, El arte creador del genial aje- drecista ruso Alekhine. Analicemos una de sus partidas con Wolf, que jugé las negras, ce- lebrada en 1922: 23 1. P4D P4D 2. C3AR P4AD 3. P4A PAXP 4. PAxP C3AR 5. CXP P3TD(?) 6. PAR! CxPR 7. D4T+ A2D 8. D3C C4A 9. D3RI P3CR 10. C3AR! we Al parecer, las blancas no obser varon el principio de la economia de tiempos en la apertura. Pues de los diez movimientos efectuados seis corresponden a la dama y al caballo; sin embargo, ocupan una_posicién preponderante. ~Cémo pudo suce- der? Ello es debido a que las negras desarrollaron con pasividad la aper- tura (5. ..., P3TD); mas no se podia rebatir su tdctica si no era con ac- ciones enérgicas. El objeto de las maniobras de las blancas fue des- organizar la evolucién de las negras y detener su rey en el centro, BOs D2A li, D3A TIC 12. AIR P3C 13. C1-2D A2C 14, C4D AxC 15. DXA AdC 16. AXA+ PXA 17, 0-0 TST 18. P4CD DID 19. P3TD C4.2D 20. TRIR RIA 21. P6D! Tras lo cual las blancas acometen contra el rey atascado en el centro. En determinadas condiciones, es- to también se refiere a muchas re- glas y principios de la apertura. Cuando se juega al ajedrez convie- me recordar que «no hay regla sin excepcién». El principiante ha de atender es- pecialmente a los distintos sistemas de gambito, en los que se suele sa- crificar material para acelerar la mo- vilizaci6n y lanzarse al ataque; por otra parte, el logro de ventaja ma- terial le tienta frecuentemente ya al 24 comienzo de la partida. Hay que eludir esta tentacién, porque una «ganancia» as{ va en detrimento del desarrollo de las piezas y puede traer graves consecuencias, {Cuan a menudo no pueden los princiviantes superar la tentacién que les ofrece la ventaja material! Particularmente si el oponente juega el gambito ofre- ciendo sacrificios, Antes de aceptar «regalos» hay que mirar muy bien lo que se hace, pues el juego es arriesgado cuando se quiere conser- varlos. Veamos un ejemplo de ello en el gambito del Norte, de una partida jugada entre dos princi- piantes: 1. PAR P4aR 2. PAD PxXP 3. P3AD PxP 4. A4AD PxP 5. AXP ASC+ En este y en los siguientes movi- mientos, las negras quieren mante- ner la ventaja material y no prestan la debida atencién al desarrollo de sus piezas, Lo mejor seria devol- verla inmediatamente y movilizar cuanto antes las fuerzas: 5. ..., P4D; 6. AXP, C3AR, etc. 6. C3AD C3AD 7. C3A D3A? Es un grave error mover la dama en vez de movilizar las piezas li- geras y enrocar, Las blancas estan mejor situadas y en posicién de Ile- var a efecto un ataque contundente, (Véase diagrama nim, 11) 8. D3CI P3D 9. 0-0 AXxC Amenazaba 10. C5D1; mds este cambio no mejora la situacién de las negras. 10. AXA D3C 11. C4T Dac 12. P4A DSC 13. P3TR DEC Diagrama nim, 11 14, AXP+ RIA 15. A6C! PXA 16. AXP+ RxA 17. DxD Y las negras tuvieron que aban- donar, Ofrecemos un ejemplo que ilus- tra las consecuencias que trae la «caza» de la ventaja material; ana- licemos la partida vienesa Spiel- mann-Flamberg, celebrada en Man- heim en 1914; en ella, las blancas realizaron el cldsico ataque de las aperturas abiertas después de los siete primeros movimientos: 1. P4R P4R 2. C3AD C3AR 3. P4A P4D 4. PAXP CxP 5. C3A ASCR 6. D2R C4A 7. PaD! oh (Véase diagrama nim. 12) Con el propédsito de ganar dos peo- nes, las negras continuaron: To. vos AxC 8 DXA DST+ 9. P3CR Es un poco mejor que el pasivo movimiento 9. D2A, porque sucede Diagrama nim, 12 DxXD+; 10, RXD, C3R; 11. CxP, P3AD; 12. C3A, CXP, y las negras consiguen un juego mds desenvuel- to. Con el sacrificio de dos peones, las blancas abren el centro y apro- vechan la importante ventaja que llevan en el desenvolvimiento de sus piezas. os DxXPD 10. A3R DXxP 11. 0-0-0 P3AD 12. CXPI lose Con este movimiento se inicia una bella combinacién que decide rdpi. damente el resultado de la partida. 12. ... Pxc 13. TXP D3R 14. A4AD DSR 15. AXC} Y las negras se rindieron, porque, luego de 15. .... DXD; 16. TIR+, se da mate a rey. La experiencia muestra que el ma- terial y el tiempo guardan cierta re- lacién en las posiciones abiertas. Un pedén de ventaja equivale aproxima- damente a tres tiempos. Aun cuando esta regla no siempre es cierta, no esté de mds recordarla cuando se juega el gambito, Saber aplicarla practicamente significa eludir opor- 25 tunamente la ganancia material o restituirla si el igualamiento de la partida lo exija, Esto ya se ha po- dido observar en la variante del gambito del Norte antes mencio- nada: 1. P4R, P4R; 2, P4D, PXP; 3. P3AD, PXP; 4. A4AD, PXP; 5, AXP, P4D; 6. AXP, C3AR; 7. AXP+, RXA; 8. DXD, ASC+; 9. D2D, AXD+; 10. CXA, y las posi- Dilidades son equivalentes. También puede servir como ejem- plo la variante de la partida italiana: 1. P4R, P4R; 2. C3AR, C3AD; 3. A4A, AGA; 4. P3A, C3A; 5. P4D, PXP; 6 PXP, A5C+; 7. C3A, CXBR; 8. 0-0!, CXC; 9, PXC. Diagrama nim, 13 Aqui, en vez de ir a la «caza» de material con 9. .... AXP?; 10. D3C!l, AXT?; ll. AXP+, etc., es indudablemente mejor proseguir 9. ...» P4D}; 10, PX A, PXA; 11. PSC, C2R; 12. A3T, 0-0; 13. D2R, TIR, con lo que restituyen el peén de ventaja cuando han terminado fe- lizmente la movilizacion de sus piezas. Asf que es necesario desarrollar las piezas y combinar este desarrollo con operaciones activas. Por eso, el juego acertado en la apertura no sdlo requiere el conacimiento de los prin- cipios generales, sino también mu- cha experiencia e inventiva. 26 En los esquemas de apertura mo- dernos es todavia mds caracteristico el uso del dinamismo, que significa tendencia a trabar una lucha con- tundente desde los primeros movi- mientos y en el que el tiempo y las ideas concretas estén unidos estre- chamente. Los geniales ajedrecistas y cam- peones del mundo, J. R. Capablanca (1888-1942) y Alekhine (1892-1946), hicieron una aportacién apreciable al desarrollo del modo dindmico de tratar la apertura; modo que ac- tualmente es un método de lucha reconocido por todos tras haber lu- chado tenazmente con el dogmatis- mo para alcanzar este reconocimien- to general, Es notable la idea de Capablanca en la siguiente variante de la de- fensa francesa: 1, P4R, P3R; 2. P4D, P4D; 3. C3AD, PXP; 4. CXP, C2D; 5. C3AR, C1-3A; 6. CXC+, CXC; 7. CSR! Al parecer, las blancas faltan a los principios del desarrollo: pero esta maniobra es realmente muy eficaz, por obstruir el flanco de dama del contrario; esto es, el problema prin- cipal en la movilizacién de las ne- gras es la evolucién del alfil de ca- sillas blancas. Pues al légico movi- miento 7. ..., P3CD seguirfa 8. ASC+! En determinadas condiciones, Ca- pablanca da de lado al desarrollo es- tereotipado, lo somete a un concien- zudo plan y procura alcanzar una acci6n conjunta y armoniosa de las piezas, Alekhine nos ha legado muchos ejemplos, aparentemente paradéiicos. del modo dindmico de tratar la aper- tura semejantes al que acabamos de exponer. Uno de ellos es su partida con Wolf, que hemos analizado an- teriormente. Conviene subrayar que el dinamis- mo no significa un cambio de situa- cién arbitrario y casual, sino que afirma la regularidad en la lucha en el ajedrez, ov LAS FUERZAS COMBATIVAS En el apartado anterior hemos analizado algunas acciones caracteris- ticas de las piezas. Pero los peones también representan un importanti- simo papel, Veamos cémo actiéan en la apertura. Cadenas de peones y modo de detenerlas Los peones son la fuerza ofensiva principal para la conquista de es- pacio al comienzo de la partida; su avance facilita la movilidad de las piezas y limita la de las fuerzas combativas del contrario. A cada peén activo del contrario hay que oponer el propio; no se de- be permitir la formacién de una po- derosa cadena de peones contrarius, Son totalmente erréneos por parte de las negras los movimientos 1. P4R, P3TR?; 2. P4D, P3D?; 3. P4AD, y asi sucesivamente. Es necesario detener a tiempo la cadena de peones del adversario. En una variante de la partida ita- liana se Iega a la siguiente posicién, después de 1. P4R, P4R; 2. C3AR, C3AD; 3. A4A, A4A; 4. P3A, C3A; 5. P4D, PXP 6. PXP, A5C+; 7. A2D, AXA+; 8 CI1XA. Diagrama mim. 14 La continuacién mas acertada y enérgica es 8. ..., P4D!, con lo que se desbarata el centro de peones blancos «ideal», Tras 9. PXP, CXP, y con los mo- vimientos C3-2R y P3AD, las negras detienen el peén central de las blancas y ejercen una poderosa in- fluencia de piezas en el centro, Suele ocurrir que las formaciones de peones se forman o destruyen inesperadamente por medios combi- natorios. En Ja variante de Ufimtsev 1. P4R, P3D; 2. P4D, C3AR; 3. C3AD, P3CR; 4. P4A, P4A; 5. PSD, A2C; 6. A2R, 0-0, y las blancas tienen que andarse con tiento, pues al ldégico movimiento 7. C3A, puede suceder el enérgico contramovimiento 7. ..., P4CD. Diagrama nim. 15 Con ello, los peones del flanco de la dama negra se ponen inesperada- mente en movimiento y avanzan. Ni 8 CxXP, CXPR!I ni 8 AXP, CXPRI; 9. CXC, D4T+; 10. C3A, AXC+; 1L PXA, DXA, es ven- Ttajoso para las blancas, porque las negras les destruyen su centro de peones. 27 De esta manera, las blancas han de conformarse con la formacién de una poderosa cadena de peones ne- gros o continuar 8. P5R que, tras Bos RES 9. ERE, Coes AO, xP, CXP, crea una posicién ten- sa_en uno y otro bando. Hubiesen podido, asimismo, des- baratar el movimiento 7. ..., P4CD por medio de 7. P4TD. Actualmente, el concepto de «de- tener la avalancha de peones_con- trarios» se ha complicado. No se ataca directamente el centro hasta un momento determinado, sino que se presiona sobre él con las piezas al objeto de. inmovilizarlo, Valga como ejemplo la defensa de Griinfeld en que, después de 1. P4D, C3AR; 2. P4AD, P3CR; 3. C3AD, P4D; 4. C3A, A2C; 5. D3C, PXP; 6. DXP, 0-0; 7, P4R, ASC, las ne- gras no atacan directamente los peo- nes centrales del contrario, sino que limitan indirectamente la movilidad de éste debido a la presién que sus piezas ejercen sobre el centro de él. Deficiencias estructurales de peones en la apertura La estructura de la posicién de peones determina mayormente el curso de la contienda. Al comienzo de la partida hay muchas posiciones de prolongadas deficiencias estructu- rales, como peones doblados, aisla- dos, retrasados, etc., que no estan compensadas, y que la teorfa consi- dera como deficientes y ha desecha- do las variantes que las originan, porque las casillas que ocupan y las que defienden son objeto de ataque por las piezas contrarias. Vedmosio en una posicién que se produce en la apertura inglesa: 1, P4AD, C3AR; 2. C3AD, P4A; 3. P3CR, P4D; 4. PXP, CXP; 5. A2C, C2A; 6. P3D, 3A? (lo oportuno es 6, ..., P4R!); 7. AXC+, PXA; 8. D4T! Los peoncs doblados cn la verti- cal de alfil son un objetivo ataca- ble. No se puede decir que la po- 28 sicién de las negras sea mala; pero se encontrardén con serias dificulta- des, pues la deficiencia estructural de la posicién de peones ser4 pro- longada y de momento no se ve nada que pueda compensarla. Diagrama nim, 16 En una partida Taimanoy-Suetin. Kiey, 1954, las blancas atenazaron las fuerzas del contrario, empefadas en la defensa de una posicién de peones deficiente, tras los movimien- tos 8. ..., D2D; 9. C3A, P3A; 10. A3R, P4R; 11. C4R, C3R; 12. TIAD, TDIC; 13. D2A. Fue suficiente efec- tuar el movimiento 13. ..., A2ZR? (es relativamente mejor 13. ..., C5D) para que sucediese el fulminante desbaratamiento 14. CXPAD, CxC; 15. AXC, AXA; 16. DXA, Tx P?; 17, CX PI, y las negras perdieron los dos peones. La teorfa moderna de la apertura indica que se puede evaluar debida- mente la estructura de peones si se tiene eu cucuta la situacién de éstos y la de las piezas o su accién con- junta, Estas deficiencias estructura- les son admisibles cuando estan com- pensadas por una posicion activa de las piezas, De esta manera, se equi- yocan seriamente aquellos ajedrecis- tas «cautelosos» que, en la apertura, procuran mantener la flexibilidad de su cadena de peones y desbaratar la de su oponente. No se debe olvidar que el tiempo es un factor importantisimo en la contienda del ajedrez; por tanto, se suele pagar caro el que se pierde in- tentando conservar la estructura de peones o deshacer la del contrario. Esto puede verse en la siguiente par- tida que jugaron dos principiantes. 1. P4R P4R 2. C3AD C3AD 3. AGA C3A 4. P3D P3TR? 5. AIR ASC 6. C2R Cc4TD 7. 0-01 CxA 8. PxC CSC? Intentando al parecer debilitar la cadena de peones blanca, las negras desestiman el desarrollo de sus pie- zas, lo que a la postre les crea una situacién embarazosa. 9. CSD! A3D Es un poco mejor 9. ..., A2R. 10. C3Cl ie Las blancas juegan sin «prejui- cios»; su principal objetivo es ac- tivar las piezas para el ataque. 10, ... CxXA ll. PXC 0-0 www.bibliotecaajedrez.blogspot.com 12, CSA R2T 13. T3A P3AD Hay que reconocer que el plan pa- ra mantener la flexibilidad de la ca- dena de peones no ha sido bien fun- damentado. Las negras se preocupan demasiado por los peones y olvidan el desarrollo de sus piezas; su posi- cién es desesperanzadora debido a que su flanco de dama esté «conge- lado». 14. CXA PxC 15. PAXP P4TD 16. CXPA D2R 17, P6D DIR 18, D5D TICR 19. CXPR , Y las blancas ganaron pronto la partida. Movimientos de peén inoportunos Los aficionados cometen frecuen- temente el grave error de ocuparse en efectuar movimientos inoportu- nos en la apertura. En particular, son censurables las jugadas P3TR?, muy en uso en ambos bandos. Es de suponer que tal clase de ju- gadas han de hacerse cuando la po- sicién lo requiere; mas hacerlo por temor «a lo que pueda ocurriry es perder vanamente el tiempo. Hay que cortar a tiempo semejante temor infundado; si no, se convertird en una costumbre perniciosa. El resultado de los movimientos inoportunos de los peones extremos se ha podido comprobar en el mate de Legal 1. P4R, P4R; 2. C3AR, P3D; 3. A4A, P3TR?; 4. C3A, A5C?; 5. CXPI, y asi sucesivamente. Supongamos que | s negras reali- zan otra jugada mas efectiva que 3. ..., P3TR?; pongamos por caso 3. ..., C3AD; 0 3. ..., A2R. Sdlo asi se descarta la posibilidad del movi- miento 5, CXP, y las blancas no pueden alcanzar ninguna superiori- dad inmediata. 29 Los principiantes suelen efectuar el movimiento P3TR con el fin de evitar el ataque dirigido al escaque 2AR que es posible tras el salto de caballo en la casilla 5CR o de elu- dir la clavada en la diagonal 5T-1D que sucede con el movimiento ASC. Sin embargo, no es dificil compren- — que estas amenazas son evita- es. Asi, en la variante 1. P4R, P4R; 2. C3iAR, C3AD; 3. A4A, AGA: 4. P3D, las negras no tienen por qué te- mer la eficacia de los movimientos 5. C5C, o 5. ASC. Sin perder tiempo con lq jugada 4, ..., P3TR?, deben proseguir con 4. ..., P3D, 0 4. C3A. Realmente, si a 4. ..., P3D las blancas contestan con 5. C5C, pue- den rechazar el ataque contra el pun- to A2R con 5. ..., C3T, y asf, dan por terminada la-movilizacién de sus piezas. Y tarde o temprano ten- dra el caballo blanco que abandonar con pérdida de un tiempo la casi- Ila 5C. También es eficaz el movi- miento 4. .... C3A, en vez de 4. «+ P3D. Aqui contestan las n a 5. CSC con 5. ..., 0-0, por tne a las blancas no interesa el cambio en la casilla 7AR (6. AXP+, TXA; 7. CXT, RXC), pues dos piezas li- geras son mds valiosas que una to- rre al comienzo de la partida y en el juego medio, Por todo lo cual, el salto de caballo en 5C es perder imitilmente un tiempo, Tampoco hay que temer Ja clava- da que ocasiona la jugada ASC en la diagonal antes citada; en muchos casos se puede pasar por alto este peligro y el ataque al alfil con P3TR. La siguiente partida, en que el gran ajedrecista ruso M. I. Chigorin (Ischigorin) jugo las negras, es una evidente muestra de ello. 1, PAR P4aR 2. C3AR C3AD 3, A4A ASA 4. 0-0 GA 5. P3D P3D 6. ASCR(?) ee No cabe duda de que la clavada 30 del caballo es muy seductora. Pero las blancas no toman en considera- cién el contrajuego de su oponente en el flanco de rey. Csi40 P3TRI 7. A4T? wet Diagrama mim, 18 Esta jugada es un grave error, aun cuando parezca normal. Las blancas tuvieron que decidir entre el cam- bio 7. AXC 0 7, AlA. Tassie P4CR! Atacan el alfil ganando un tiempo y haciendo avanzar sus peones hacia la posicion del rey contrario, Es muy importante la circunstancia de que atin no han enrocado; por ello pue- den decididamente proseguir en su avance, pues la vulnerabilidad de la posicién de su rey no esta ligada con esta ofensiva. 8. A3CR P4TR! 9. CxXP tis A 9. P4TR sucedfa 9. .... ASCR; 10. PXP, P5T!; 11. A2T, C2T, y las negras hubiesen llevado a cabo un fuerte ataque, aunque habrfa sido el mal menor para las blancas. Degas PST! 10. CXP ave i Diagrama nim. 19 10... PxAl il, CxD ASCR! 12. D2D Fd Si 12. DXA, seguiria 12, ..5 CXD; 13. CXC, AxP. 4. TXA, PXP+!; 15. RIT, CXT++. 1d ... csD 13. C3A COA+ 14. PXC AXP Y las blancas no pueden defender- se del mate, no obstante su enorme yentaja material. El ataque de las negras P3TR y P4CR es caracteristico en muchas variantes de apertura, en la que to- do movimiento de peon ha de estar relacionado con un determinado plan de juego. No se deben mover los peones extremos si no es por un mo- tivo importante. Accidn conjunta de piezas y peones Esto es de suma importancia en Ja apertura. Al situarlos en posicio- nes activas ha de procurarse que guarden relacién entre ellos. Veamos un ejemplo en la siguiente variante de la defensa siciliana: 1, P4R, P4AD; 2. C3AR, C3AD; 3. P4D, PXP; 4. CXP, P3CR; 5. C3AD, A2C; 6, A3R, C3A; 7. A4AD, 0-0; 8. A3C. Parece légico el_movi- miento de las negras 8, .... C4TD? con el] fin de eliminar el poderoso alfil de casillas blancas adversario; esto quedarfa justificado si sucedie- se la rutinaria respuesta 9. 0-0(?), CXA; 10. PTXC, P3D, y asi suce- sivamente. Pero las blancas disponen de un fino medio de ataque que les permite alcanzar una yentaja decisi- va: 9. PSRI, CIR. Si 9% ..., CXA, sucede 10. PXCRI, CXT; 11. PXA, y 12. DxC, con lo que las blancas entregan una torre por dos piezas li- geras, Diagrama nim. 20, 10. AXP+I!, RX A; 11. COR, v las negras pierden la dama o se les da mate después de 11. ..., RXC; 12, DS5D+1, etcétera. Se da la curiosa circunstancia de que el maestro Schamkovich «cay6» en esta combinacién, juganda una partida con Bastrikov en Sochi, 1958. Y al gran maestro Reshevsky le su- cedié lo mismo en una partida del Campeonato de Norteamérica que jug6 con Fischer. 7Cudl es la causa de la r4pida de- rota de las negras? Es facil adver- tir que sus fuerzas perdieron su ac- tividad y se vieron privadas de su accién conjunta después de 9. P5RI. 31 En cambio, las de las blancas actua- ron con una precisién y coordinacién poco frecuentes. Dado el ntimero de piezas y peo- nes, la accién conjunta de las fuer- zas combativas empieza a organizar- se en la apertura. Por eso, es muy importante disponerlas metédica- mente. Los peones pueden comple- tar la accién de las piezas y también limitarla. Veamos unos casos en que los peones limitan la evolucién de las piezas, con lo que se quebranta la accidn conjunta de ellas. Esto suele suceder cuando la cadena de peones ocupa casillas de un mismo color y limita la moyilidad del alfil corres- pondiente a dicho color. He aqui un ejemplo en la defensa holandesa de una partida Schlechter- Joner, celebrada en Barmen, en 1905. 1. PAD P4D 2. PAAD BR 3. C3AD P4AR 4. COA BA 5. A4A A3D 6. P3R CIA 7. A3D D2A Como la cadena de peones 3A- 4D-3R-4A ocupa escaques blancos, Schlechter crey6 conveniente blo- quear el alfil de casillas también blancas de su oponente. Diagrama nim. 21 32 8. P3CR! 0-0 9. 0-0 C5R 10. D3C RIT ll. TDIA AXA 12. PRXA D2A 13. CSR DIR 14. AXC PAXA 15. P3A PRXP 16. TDIR D2AD 17. D3T! Las blancas han realizado feliz- mente su plan, esto es, el alfil de casillas blancas del adversario care- ce de movilidad, Jo cual no tard6é en menoscabar la accién conjunta de las fuerzas combativas de las ne- gras. Por otra parte, las piezas no han de limitar la movilidad de los peo- nes, particularmente los centrales, en la apertura. No se olvide que el peén es el elemento mds importan- te en la lucha por ganar espacio. Los ajedrecistas principiantes sue- len cometer el error de limitar el movimiento de los peones con las piezas. Ofrecemos un ejemplo: 1. P4R, P4K; 2. C3AR, A3D?; esta de- fensa del peén 4R es muy deficien- te, por obstruir el paso al peén 2D y estorbar el desenvolvimiento del flanco de la dama. Luego de 3. A4A, C3AR; 4. P4D!, PXP; 5. P5RI, las negras sufren una importante pérdi- da material. Casos semejantes, aunque uo tan simples, se dan también en las par- tidas de los maestros. Un yerro de este tipo lo cometie- ron las negras en la partida Korch- noi-Szabo, celebrada en Bucarest, en 1954, al no mover los peones desde las primeras jugadas. 1, P4AD PAR 2. C3AD C3AR 3. P3CR AGA 4, A2C 0-0 5. P3R TIR 6. C1-2R C3A 7. 0-0 P3D 8. P4D A3C 9. P3TR A4AR(?) www.bibliotecaajed Diagrama nim, 22 Al parecer, las negras han resuel- to el problema de la movilizacién y mantenido su flexible cadena de peo- nes y sus perspectivas no son malas, Pero la verdad es que su posicién es muy delicada y puede ser la cau- sa de su derrota, por haber limitado la movilidad de sus peones, que es- tdn indefensos ante la ofensiva de la formacio6n de los del adversario en el centro y flanco del rey. En cam- bio, las _blancas han resuelto feli mente el problema de la accién con- junta de piezas y peones. 10. P5D cic ll. P4CR! A2D 12, C3C P3TR 13. R2T P4TD 14, P4Al PXxXP 15. PXP c2T 16. PSC ae Las blancas abren decididamente sus lfneas en el flanco de rey. No se puede aceptar cl sacrificio de peén, porque, si 16. .... PXP; 17. PXP, CXP; 18. DST!, P3AR; 19. AXC, PXA; 20. A4R, el ataque de las blancas es irrechazable. 16. ... c3T 17. PXP DST 18. PxP CIA 19. PSAR AGR 20. CD4R! tee blogspot.com Las principales fuerzas combati- vas toman parte en el ataque. Este sacrificio no se puede aceptar si se sigue este orden de jugadas 20. .... CxC; 21. CXC, TXC; 22. AxT, DXA; 23. AXA, DXA; 24, DSTI, D4R+; 25. RIT, D5SR+; 26. T3A, RXP; 26. P6A+, pues se da mate a las negras. cxc AXA C4A Es lo més convincente: si 23. ..., DXD, puede suceder 24. C6A+, RXP; 25. CXT+, TXC; 26, PXD y las blancas ganan una calidad.» Bey... rxe Las negras truecan una torre por dos piezas ligeras y una posicién de- sesperanzadora, 24. AXT DxD 25. PXD CxXA 26. TDIR C4A 27. PoA TIR . TX T+ AXT 29. TIR AST 30. T3R Y las negras abandonaron, por no poder defenderse de 31. T3TR. Como 3¢ ha indicado anteriormen- te, los peones centrales muy avanza- dos pueden ganar espacio si tienem apoyo de Jas piezas; de lo contrario, su _posicién es deficiente, En muchas variantes, un bando deja que los peones centrales del otro avancen para someterlos més adelante a un fuerte ataque, Esta idea es el contenido de mu- chas variantes de la defensa Alek- hine 1. P4R, C3AR; de la Griienfeld y apertura inglesa 1. P4AD, C3AR; 2. C3AD, P3R; 3. P4R, P4ADI; 4. P5R, CIC, y de otras més. Los ejemplos expuestos son una muestra de la importancia gue tiene la armoniosa accién conjunta de las piezas y los peones, la cual com- 33 pensa més de una vez las deficien- cias estructurales o la cesién de es- pacio, En este sentido es caracterfs- tica la variante de Ja apertura es- pafiola 1. P4R, P4R; 2. C3AR, C3AD; 3. ASC, P3TD; 4. A4T, P3D; 5. AXC+, PXA; 6. P4D, P3Al Las negras tienen una estructura de peones deficiente en el flanco de dama y sus piezas estén atenazadas; sin embargo, su posicién es total- mente viable, pues el alfil de esca- ques blancos ejerce dominio sobre algunas casillas mal defendidas del centro; esto es, viene a completar la accién de los peones de su cam- po. Ms adelante, y con mucho es- fuerzo, puede el centro de las ne- gras avanzar, mediante P4D! o P4AR! Diagrama ‘nim. 23 Las negras desenvolvieron un in- tenso juego en el flanco del rey en una partida Bannik-Sajarov, celebra- da en Kiev en 1948: 7. AZR C2R 8. P4A C3 9. C3A AIR 10. P5A 0-0 11. PSD TIC 12. D2A P4Al 13. PAXP DXxP 14. 0-0 PSA! 15. AlA ASC 16. D3D P4A 17. P3CD D2D 18. RIT AXC 19, DXA cst P6A D6T! D7C+N PxT+ ¥ las negras obtuvieron una enor- me ventaja material, La desacertada disposicién de al- gunas piezas quebranta la accién conjunta, y una pieza mal defendi- da o inactiva puede ser un obstdeulo para el logro de la misma en la apertura. Para ilustrar esta afirma- ciédn ofrecemos un ejemplo del pro- cedimiento estratégico para parali- zar la actividad de un alfil contratio. El notable ajedrecista cubano J. R. Capablanca fue el primero que ptes- t6 atencién a esta idea y, en una de sus partidas con Winter, que jug6 las blancas, celebrada en Hastings, en 1909, la realizé después de los siguientes movimientos: 1. PAR PAR 2, C3AR C3AD 3. GA C3A 4, ASC ASC 5. 0-0 0-0 6. AXC PDXA 7. P3D A3D 8. ASC P3TR 9. AT P4A 10. CSD? P4CR (Véase diagrama nim. 24) La ultima jugada de las negras in- moviliza el alfil por un tiempo pro- longado; més adelante inician la ofensiva en el flanco de damu, don- de pueden aplicar la superioridad lograda en el desenvolvimiento de sus piezas. Observemos que ahora no es posible el movimiento Il. CXPC, pues sucede ll. .... CXC y se gana una pieza. 11. CxC+ DxC 12. A3C ASC! 13. P3TR Axe 14. DXA DxD 15. PxD P3AR Tras lo cual, el alfil blanco queda «emparedado» y su liberacién entra- fia la pérdida de un peén y unos tiempos, por lo menos. Las blancas emprenden un ataque decisivo. Esta partida ofrece un final muy instruc tivo. 16. R2C P4TD 17. P4ATD R2A 18. TIT R3R 19. P4T. TRICD 20. PXP PTXP 21. P3C PIA 22, T2TD P4C 23, TRIT PSAD! 24. PTXP a Si 24. PDXP, PCXPA; 25. PCPA, decide rapidamente 25. ..., TSC; luego, T1-ICD y TxP, y se Tecupera el peén. 24. 2... PAX P3C 25. PAXP TxP 26. T4T TXP 27. P4D T4C 28. T4A TSC 29. TXP TXP Y las blancas se rindieron. Se recomienda al lector que jue- gue las aperturas abiertas, pues, co- munmente, la posicién de peones centrales se abre pronto y empieza una contundente lucha en ellas, En estos sistemas de apertura, la accién conjunta se logra mayormen- te por medio de un rapido desarrollo de las piezas; pero exige mucha pre- cisi6n en la maniobra, Es muy instructiva la partida Bo- leslaraks - Lilienthal, Leningrado, 1. P4R P4R 2. C3AR P4D(?) 3. CxP D2R? Las negras han cometido un error casi inadvertido, aunque muy sensi- ble, El movimiento 3. ..., A3D! ofre- cia la oportunidad de igualar la po- sicion. 4. P4D P3AR 5. C3DI PXP 6. C4A D2A(?) La jugada 6. ..., P4AR; 7, AGA, C3AR es relativamente mejor. Aho- ra, las negras demoran el desenvol- vimiento y, con ello, quebrantan la acci6n conjunta de sus fuerzas. 7. C2ZDI A4AR 8. P4CR! A3C 9. AGA D2D 10. D2R DxPD il. C6R DIC 12. CXPR _El ataque de las blancas evolu- ciona rdépidamente; sus piezas ac- tan con una armonia y precisién poco frecuentes. (Véase diagrama nim. 25) Bdeiend c2D 13. A4A C4aR 14. 0-0-0 A2A _Aqui se produce una bella com- hinacién. 15. C4-5C Pxc 35 Diagrama ntim. 25 16. AXC 17. AXPA!! Y Jas negras se rindieron, porque el mate es inevitable tras 17, ..., DXA; 18. DXA+. También es instructiva la partida Smislov-Kamischoy, Mosci, 1944, 1, P4R P4R 2. C3AR P4AR 3. CxXP D3A 4. C4A PXP 5. C3A D3CR? Lo oportuno era 5. .... P3A. Pues a Jas negras ya no les da tiempo a desenvolver sus piezas, circunstancia que permite a las blancas abrir ven- tajosamente el juego en el centro. 6. P3D! ASC 7. A2D AXC 8 AXA P4D 9. CSR DIA 16. PXP DxP+ il. A2R C3AR 12, 0-0 P3A (Véase diagrama nim. 26) Se puede hacer el resumen de la lucha en la apertura: las blancas al- canzan una enorme ventaja en el desenvolvimiento de sus piezas; des- 36 Diagrama num. 26 envolvimiento que emplean para ini- ciar un ataque decisivo contra el rey adyersario. 13. AST+ RIA 14, TIR DSTR 15. A6C C3T 16. DIR A6T 17. C3A! Y las negras abandonaron, Cuando uno de los oponentes em- pieza demasiado pronto a realizar operaciones activas, se puede encon- trar con que sus fuerzas combativas no han maniobrado suficientemente para poder organizar la accién con- junta de ellas; esto es la causa de que los ataques prematuros estén condenados al fracaso. Por ello es necesario enlazar la accién activa con el desarrollo ré- pido, En la siguiente partida, jugada en- tre dos principiantes intentaron uno y otro bando realizar operaciones ac- tivas en la apertura. El que jugaba las blancas las efectué a medida de la rapidez del desarrollo de sus pie- zas; en cambio, su oponente deses- tim6 los principios de la apertura. Y he aqui el resultado: 1. P4R P4AR? Este gambito no es aconsejable en ningtin caso. 2. PxP C3AR 3. P4CR P3TR 4. PAD P4A? 5. PXP D4T+ 6. C3AD DXPA 7. A2C C3AD 8. P3TR P3CD 9. CL-2R A2C 10. A3R D4R il, C4A oe Realmente, la contienda est4 de- cidida, il. D2A Tras el juego activo, aunque poco contundente, de las negras, las blan- cas empiezan el ataque. 12. C6C TICR 13. C5C DID 14, ASD P3R 15. PXP CXxXA 16. DXC Cc4T Diagrama nium. 27 17. D6D! TIA 18. DXA+II Y se da mate a las negras con 19. CoD. Por esta misma raz6n, y no obs- www.bibliotecaajedrez.blogspot.com tante ser muy ingenioso, carece de fundamento el siguiente ataque de las blancas en Ja variante de la aper- tura central: 1. PAR P4aR 2. PAD PxP 3. DxP C3AD 4. DIR GA 5. P5RI? SCR 6. D4R P4D! 7. PxP ap.+ AIR 8. AGTD Diagrama nim. 28 Al parecer, la amenaza de las blancas es muy seria y no es facil contrarrestarla, por supuesto. Pero las negras hallaron la solucién 8. ..., DXP; 9. AXP, D5C+1, al cabo de una hora de andlisis en una partida M. Levin-Beilin, celebrada en Lem- berg en 1949, Tras esto se aclara que las negras toman la iniciativa a pe- sar de las serias dificultades en que se encuentran, Por ello, al movilizar las fuerzas en la apertura hay que hacerlo de acuerdo con la accién conjunta y ha de procurarse ligar su desarrollo con un activo plan de juego. Al analizar las distintas posicio- nes que se crean en la primera fase de la partida, hemos querido dar al lector una idea de los principios ge- nerales de la misma e introducirlo 37 en el circulo de estos conceptos. Se- guidamente vamos a formular los principios fundamentales de la mo- vilizacién: 1) La lucha por el centro. 2) La evolucién racional y rdépida de las fuerzas combativas a posicio- nes activas y el enroque. 3) La creacién de una estructura de peones eficiente, De los principios fundamentales de la apertura se deduce una serie de reglas que facilitan el juego en ella: 1) Para ligar una movilizacién rdépida es necesario mover los peo- nes centrales y, luego, hacer evolu- cionar las piezas ligeras a posiciones centrales activas. 2) El tiempo es el factor mds importante en la apertura. No hay que apresurarse a poner en juego las piezas pesadas, porque pueden ser objeto de ataque por parte de los peones y piezas ligeras del adver- sario. 3) Hay que evitar todo movi- miento de peones si las circunstan- cias no lo requieren, particularmente los peones extremos, pues ello supo- ne una pérdida intitil de tiempos. 4) El desarrollo debe ser armo- nioso, es decir, hay que poner todas las piezas en juego y no una parte de ellas ni desarrollar el juego en un flanco. 5) La movilizacién ha de ser flexible. En el transcurso de los pri- meros movimientos es neceSario evi- tar todo plan limitado, pues va en detrimento de los problemas funda- mentales del desarrollo. 6) Al comienzo de la partida, la iniciativa es de las blancas, que tie- nen derecho a efectuar la primera jugada; esto les brinda cierta acti- vidad y ventaja en la eleccién de posibilidades. El mejor método para 38 luchar contra dicha iniciativa es el contrajuego activo. 7) El desarrollo de la apertura no ha de ser rutinario. Todo movi- miento ha de estar relacionado con un activo plan de juego. 8) No hay que ir a la «caza» de material, En las posiciones abiertas. la importancia del tiempo aumenta y disminuye la del material. 9) Los peones son una arma ofensiva muy importante para con- quistar espacio; por ello, es necesa- rio organizar una cadena de peones y, al propio tiempo, desbaratar la que forme el oponente. La lucha por el centro se coliga a menudo con la conquista del espacio. Es importan- te que las piezas no estorben el mo- vimiento de los peones. 10) Las posiciones de apertura, en que se producen prolongadas de- ficiencias estructurales de peones son, en muchos casos, poco satisfac- torias, aun cuando admisibles si es- tan compensadas por una disposicién activa de las piezas. 11) El punto P2AR es el punto mas vulnerable al comienzo de la partida. Esta vulnerabilidad es mds sensible en las aperturas abiertas 1. PAR, PAR. 12) La accién conjunta de las piezas y peones tiene una importan- cia extraordinaria, Las formaciones de peones pueden completar la ac- cién de las piezas y también estor- 13) El desarrollo rapido decide mayormente el logro de la accién conjunta y ordenada de las fuerzas combativas en las posiciones abier- tas, cuando no hay cadenas de peo- nes. De ello depende el éxito de las operaciones activas en la apertura. 14) La desacertada disposicién de unas piezas puede quebrantar dicha accién conjunta. TRANSICION DE LA APERTURA AL MEDIO JUEGO Los resultados de Ja movilizacién determinan casi siempre el cardcter de la lucha en el medio juego. que esta estrechamente unido con la apertura, Veamos unos ejemplos caracteristicos del transito al medio juego. Aplicacién tdctica de la ventaja lograda en la apertura El resultado de Ja partida se suele prever cuando’uno de los oponentes ha terminado la primera fase de la misma con ciertas ventajas. En par- tidas asi, la accién tactica acelera el desenlace y, a veces, es el tinico pro- cedimiento para lograr superioridad. Valga como ejemplo una partida Spasski-Kurchagi, celebrada cn Mos- cui en 1964, en que las negras opta- ron por la desacertada variante de la defensa india de dama: 1, P4D C3AR 2. P4AAD P3R 3. C3AR P3CD 4. P3CR A2C 5. A2C AZR 6. 0-0 0-0 7. C3A p4D 8. PXP PXP 9, CSR DIA 10. ASC. D3R ll, TIA P4A? Aqui era necesario 11. ..., P3AD, con el fin de oponer una defensa tenaz. El arriesgado avance del pedn PA da facilidad a las blancas para refutar el esquema de apertura del contrario, por el procedimiento téc- tico: 12, C3D1 PXP 13. AXC AXA 14, CXP! oe Procedimiento simple, pero eficaz, que no tardard en poner fin a la con- tienda. 14. 3... AxC 15, C4A D3D Las negras pierden si juegan 15. -» AXA; 16. CXD, AXT; 17. CXT, A6T; 18. D3D, RXC; 19. D4R, 16. CXA A4c 17, P4A AID 18. C3A! OT 19. AXT DIC 20. C5D DXA 21. DxP C4A if 22. PACD CR 23. D3D TIR 24, P4R Y las negras abandonaron. Ofrecemos, de la apertura espaiio- la, en una partida Boleslawski-Stolz, Estocolmo, 1964, i, P4R P4R 2. C3AR C3AD 3. ASC P3TD 4, A4T C3A 5. 0-0 CxP 6. P4D P4CD 7. A3C P4D 8. PxP A3R 9. D2R P4C? Esta jugada emenazadora parece que no ha de traer consecuencias desagradables a las negras. Sin em- bargo, las blancas hallan una répli- ca tdctica decisiva y la emplean pa- ra desvanecer el aventurero plan de Su oponente. 10. P4Al PCxP ll. A4T A2D 12. P6R PXxP 13. AXC AXA 14. CSR D3D 15. DST+ R2R 16. AXP+ CxA 17, DxC+ RIR 39 18. DST+ RIR 19. D7A+ RID 20. D6A+ Con lo que las blancas han des- baratado la posicién del adversario. Advertimos que, de no ser por la sorprendente réplica tdctica de las blancas, el extravagante plan de las negras estarfa justificado. Pero la fuerza de la légica del ajedrez es- triba precisamente en que se paguen los «errores» cometidos. Lo diffcil es hallar en seguida una réplica co- mo esta, pues se necesita mucha imaginacién y capacidad para el calculo. Mantenimiento de una prolongada s: ioridad La preponderancia lograda en la apertura se puede consolidar las mas de las veces por un constante au- mento de la ventaja de posicién. Asf ocurrié en la defensa siciliana de una partida Suetin-Fhurmann, Le- ningrado, 1963. 1, P4aR P4AD 2. C3AR P3R 3. P4D PXP 4. CxXP C3AD 5. C3AD P3TD 6, A2R D2A 7. 0-0 GA 8. A3R ASC 9. C4T P4CD? Aqui se ha cometido un error im- portante, aun cuando no lo parezca, y asi, las blancas iran logrando apre- suradamente el debilitamiento de la configuracién de peones del flanco de la dama negra. 10. CxC Pxc4 Si 10, ..., DXC; 11. C6C, TDIC; 12, PSR, las negras se hubiesen en- contrado asimismo con dificultades. il, ASA AXA 12, CXA 0-0 40 13. D4D P4R 14. D3A ° Diagrama nim. 29 La posicién ya esté definida, A las negras les va a ser diffcil hallar un plan activo, mientras que las blan- cas acrecentan metédicamente su ventaja. 14. ... P4TD 15. TRID PSC 16. D3R TID 17. DSC TXT+ 18. TXT D2R 19, DIR P3T 20. C4T A3T 21. AXA TXA 22. P3AR T2T 23. C6CI T2C 24, P3CD TIC 25. C4A ate No obstante la simplificacién del juego, se pone de manifiesto cada vez mis la debilidad de las negras y sus pérdidas materiales son inevi- tables. 25. ... TID 26. TXT+ DxT 27. D3D! D2A 28. D6D D2T+ 29. RIA c7D 30. DXPA C1A 31. D6C D2D 32, D6éD D2T 33. DXPR Y las blancas realizaron facilmen- te la ventaja. Es curioso el hecho de que la de- ficiencia estructural de los peones del flanco de dama ha representado el fatfdico papel en el destino de las negras; deficiencia que se ha producido en la primera fase de la partida. El ataque en la fase de transicion al medio juego En esta fase transitiva se presenta a menudo la necesidad de atacar. El ataque suele ir dirigido contra el rey. Es instructivo el siguiente ejemplo en la defensa siciliana de una partida Simagin-Abramson, Bla- dimir, 1960, 1. P4R P4AD 2. C3AR P3D 3. P4D PxXP 4. CXP C3AR 5. C3AD P3CR 6. ASR A2C 7. P3A 0-0 8. D2D CIA 9. 0-0-0 cxc 10. AxXC D4T il. RIC TID La teorfa considera mejor el mo- vimiento 11. ..., P4R; 12. A3R, A3R. El que las negras acaban de efec- tuar significa la pérdida de un tiem- po y facilita el ataque de las blan- cas en cl flanco de rey. 12. A4A A3BR 13. A3C P4CcD 14. PATR PSC La jugada 14, ..., AXA, a la que siguen 15, PAX A, P5C; 16. AXC, AXA, es relativamente mejor. Aho- ra, las blancas llevan brillantemente a efecto el ataque. www.bibliotecaajedrez.blogspot.com 15. C5D AxC 16. PXA DAC 17. PST! P4T 18. T4T TDIC El movimiento 18. ..., P5T se de- tiene simplemente con 19. A4A. 19. PxP PTXP 20. TDIT P5T 21. A4A D4T 22, D6T! on Diagrama nim. 30 Este bello sacrificio de dama cau- sa un final forzado, 22. ... AXD 23. TXA P4C No se puede efectuar el movi- miento 23. ..., RLA, por suceder 24, T8T+, C1C; 25. TXC+! y 26, T&T, mate. El 23. ..., P4R, es relativa- mente mejor, aunque sigue 24. PXP a.p. y la posicién de las negras es desesperanzadora. 24, T8T+ R2C 25. T1-7T+ R3C 26. A3D+ CSR 27, AXC+ Y las negras se rindieron. Puede parecer que sucedié un caso de aplicacién tdctica del prevaleci- 4l miento alcanzado en la apertura cuando el ataque de las blancas se ha desarrollado forzadamente; pero no es asf ni mucho menos. Es ver- dad que la agudeza y la combinato- ria que entrafia la lucha unen el ata- que y la operacién tdctica. Sin em- bargo, el plan de ataque no siempre coincide con la realizacién tdctica de Ja superioridad lograda; es mas, puede suceder que esta no exista en el momento de transicién de la apertura al medio juego. Dicho de otro modo el plan de ataque es re- ciprocamente sutil, aun cuando deri- ve de la evaluacién de la posicién, y asi, es incomparablemente arriesgado que el modo tdctico que se emplea para la realizacién de di- cha superioridad, en la que a me- nudo se pueden calcular con preci- si6n las sutilidades de la lucha con- venientes. Hemos visto unos ejemplos de la fase de transicién al medio juego cuando uno de los dos oponentes da por terminada Ja apertura tras haber logrado cierta preponderancia o la iniciativa y amenaza peligro. Pero, zcémo se desarrollan los aconteci- mientos si ninguno de los oponentes ha alcanzado ventaja? Desde luego, al comienzo de la partida hay mu- chas variantes que simplifican el jue- go de suerte que no es necesario un andlisis circunstanciado, Pero como regla, la igualdad de posibilidades en la apertura pone de relieve una lu- cha compleja en el medio juego; en él, se suele optar por un juego de maniobra que exige de los oponen- tes mucha habilidad para ir acumu- lando lentamente «pequefias» venta- jas. Las situaciones saturadas de com- batividad tdctica y reciprocamente sutiles son cada vez mds caracteris- ticas en la apertura moderna; situa- ciones en que la lucha por mantener el statu quo no Ieva el marchamo de la pasividad ni mucho menos. Esto se caracteriza en la defensa Alekhine de una partida Basiukov- Spasski, del XXVI Campeonato de la URSS. 42 1, PAR C3AR 2. PSR c4D 3. P4AD c3c 4. PSA c4D 5. AGA. PBR 6, C3AD P3D 7. CxC PxC 8. AXP P3AD 9, AXPAR+!? ... A las blancas no puede satisfacer la continuacién menos contundente 9. A3C, PXPR; 10. DST, D2A; de esta manera, las negras no se en- cuentran con dificultades. Por esta raz6n, preferen trabar una lucha te- naz coligada con el sacrificio de una pieza. Do RXA 10. PAXP oe Diagrama nim. 31 Seria un error 10. ..., A3R, por suceder 11. C3T!. Aqui empieza una tremenda lucha por tomar la inicia- tiva. 11. D3A+ RIC 12. D3R A3R 13. C2R c2D 14. 0-0 CxPt Contragolpe caracteristico; las ne- gras restituyen oportunamente la pieza, por lo que rechazan la presién del contrario. 15. DXC ASA 16. DxD TxD 17. P3D! AXP 18. TID AXC Si 18. ..., TXC, seguiria 19. P7D, A2R; 20. A3R, y las blancas ten- drfan un peén de ventaja. 19. P7D TID 20. ASC AXT 21.TXA A2R! iEl camino a las tablas corre tni- camente por el sacrificio material! 22. AXA R2A 23. AXT TXA 24. P4A R2R 25. R2A TxP 26. TXT RXxT iY sucedié un final de peones que acab6 en tablas! En los capftulos siguientes anali- zaremos el desarrollo Iégico de la lucha en la apertura. En el juego de los ajedrecistas de categorias superiores es casi imposi- ble variar la marcha consecutiva de los hechos determinados por la aper- tura. Por ello, todo error inadverti- do puede ser la causa de serios pro- blemas en el transcurso de la parti- da. Nuestro deseo es indicar esta circunstancia al lector atin poco ver- sado en la teorfa del ejedrez. Por lo que el objetivo fundamental de todo ajedrecista es la elaboracién de un determinado plan de lucha ulterior en el momento de transi- cién al medio juego. Puede servirnos de lema la idea del genial aje- drecista ruso M. I. Chigorin (Tschi- gorin): «Casi en todas las aperturas se pueden hallar movimientos que compiten con los elaborados por la teorfa siempre y cuando sean el pun- to de partida de toda combina- cién...», 43 APERTURAS EJEMPLARES Como se sabe, existen mas de me- dio centenar de aperturas que se di- viden en tres grupos. 1) Aperturas abiertas: 1. P4R, P4R; y son apertura del centro: 2. P4D; gambito del centro: 2, P4D, PXP; 3. P3AD, PXP; 4. CXP: gam- bito del norte: 2. P4D, PXP; 3. P3AD, PXP; 4. A4A, PXP; defensa Philidor: 2. CZAR, P3D; apertura e: cocesa: 2. C3AR, C3AD; 3. P4! apertura inglesa: 2. C3AR, C3AD; 3. P3A; apertura italiana: 2. C3AR, C3AD; 3. A4A, A4A; defensa de los dos caballos: 2. C3AR, C3AD; 3. 4A, C3A; apertura hiingara: 2. C3AR, C3AD; 3. A4A, A2R; aper- tura de los cuatro caballos: 2. C3AR, C3AD; 3. C3A, C3A; apertura rusa: 2. C3AR, C3AR; gambito letén: 2. C3AR, P4AR; apertura espafola, que es la mds complicada y actual de todas ellas: 2. C3AR, C3AD; 3, ASC; gambito de rey: 2. P4AR; apertura vienesa: 2. C3AD; apertu- ra de alfil: 2. P4AD. 2) Semt abiertas son todas las que empiezan por 1, P4R sin la res- puesta I, ..., P4R: defensa sicilia- na: 1. ..., P4AD; defensa Caro-Kann: 1. .... P3AD; defensa francesa; 1, P3R; apertura Chigorin: 1 3 2. D2R; defensa Alekhi ...» C3AR; defensa Ufimtsev: 1 P3CR, o 1. ..., P3D y, luego, P3! apertura Niemzowitsch: 1. ..., C3AD; y defensa escandinava: 1. 24 PAD. 3) Cerradas que principian des- pués de cualquier movimiento de las blancas, menos 1. P4R, y particular- mente el 1, P4D. La principal es el gambito de dama 1. P4D, P4D; 2. P4AD, que origina las siguientes: defensa eslava: 2. .... P3AD; gambi- to de dama aceptado: 2. .... PXPs defensas ortodoxa y Cambridge- Springs: 2, P4AD, P3R; 3. C3AD, C3AR; 4. ASC, A2R, y particular- mente 4. .... CD2D; defensa Ta- rrasch: 2, P4AD, P3R; P4AD; defensa Chigori C3AD; apertura Catalana: 2. P4AD, P3R; 3. P3CR, y la apertura Colle: 2. C3AR, C3AD; 3. P3R. Y el grupo de las Mamadas defensas indias: 1. P4D, C3AR, en el que el escaque 4R esté sometido a la accién de las. piezas negras, y al que pertenecen. la Niemzowitsch: 2, P4AD, P3R; 3- C3AD, ASC; la india de rey moder- na; 2, P4AD, P3R; 3. C3AR, P3D; la india de rey: 2. P4AD, P3CR y, luego, A2C, C2D y P4R; y la Griien- feld: 2. P4AD, P3CR; 3. C3AD, P4D. Después de 1. P4D, pueden asi- mismo originarse la defensa holan- desa: 1. P4D, P4AR; y otras apertu- ras poco divulgadas: 1. P4D, P4AD; 1. P4D, C3AD, y 1. P4D, P4D: 2. C3AD, C3AR; 3. ASC. De las aperturas cerradas que no empiezan por I. P4D las mas nota- bles son: la inglesa: 1. P4AD; la Re- ti: 1. C3AR, P4D; 2, P3CR; la Niem- zowitsch: 1. C3AR, P4D; 2. P3CD; la Bird; 1. P4AR, P4D; la 1. PACD; la india: 1. P3CR; y el gambito de From: 1. P4AR, P4R. Los nombres de estas aperturas son antiguos, mayormente conven- 45 cionales y desacertados muchos de ellos. Cada una de las susodichas aperturas ha sido analizada profun- damente y tiene muchos sistemas, la mayoria de los cuales han sido ela- borados de suerte que se las consi- dera aperturas independientes por su contenido y capacidad como el contragambito de Falkbeer en el gambito de rey: 1, P4R, P4R; 2. P4AR, P4D; el gambito Evans en la apertura italiana; 1. P4R, P4R; 2, C3AR, C3AD; 3. ATA, AF 4 P4CD; y los sistemas Rubinstein y Botyinnik en el gambito de dama, etcétera. Se pueden escribir mono- grafias sobre la teorfa de todos los sistemas. Las variantes de apertura de uno u otro sistema se distinguen por el caracter que dan a la contienda. Ademis de las variantes combinato- rias que entrafian sacrificio de mate- rial, hay excelentes esquemas de po- sicién. Tal diversidad de «géneros» se puede hallar también en el arries- gado gambito y en las aperturas de pedn de dama. Generalmente, toda apertura tien- de a la lucha de posicién 0 a la de Ja combinatoria. Por ejemplo, en el gambito de rey la mayorfa de las continuaciones se distinguen por su yvehemente juego tdctico, mientras que en las variantes de la defensa ortodoxa predomina la lucha de ma- niobra. Pero tanto en una apertura como en otra hay una serie de variantes, cuyo método combativo las diferen- cia totalmente del «espfritu» de la apertura. Pues en el gambito de Evans hay muchas posibilidades de realizar un juego de posicién; en cambio, la defensa ortodoxa ofrece la posibilidad de agudizar la lucha. Es posible clasificar condicional- mente todas Jas variantes de aper- tura en dos grupos importantes: las de gambito que implican la rdpida apertura del centro, sacrificio de ma- terial y vehemente lucha tactica y las de posicién en que abundan la ac- cién lenta y la maniobra. En las partidas de los maestros contempordneos predominan las aperturas con sdlida base de posi- cién €n que el centro se abre brus- camente al comienzo de la partida. Su principal mérito lo constituye la complejidad de los problemas estra- tégicos, lo que brinda amplias pers- pectivas a la investigacién. En la apertura moderna, el nuevo tratamiento de las configuraciones «cerradas» se caracteriza por la ve- hemencia del juego al comienzo de la partida. También suelen produ- cirse gambitos en los sistemas de posicién. No obstante, los nuevos gambitos en las aperturas cerradas se distinguen por su estrecha liga- zén con el juego combinatorio y la lucha por el logro de una posicién sdlida. Dicho de otro modo, en los siste- mas de apertura modernos el juego de gambito y de posicién forman un “todo armonioso. El andlisis de varias estructuras de apertura ayudar4 al lector a ha- cer el primer acopio de conocimien- tos de determinades aperturas. Nos detendremos, aunque breve- mente, en algunas de Jas vehementes continuaciones de las aperturas es- cocesa e italiana y la defensa de dos caballos; en ellas hay muchas va tiantes de posicién que pueden pro- ducirse si los oponentes lo desean. Pero analizaremos principalmente las variantes y gambitos que se dis- tinguen por su yehemente lucha de piezas y que han representado y re- presentan un papel importante en el desarrollo de la tcorfa de la apertu- Ta. Por iiltimo, haremos un anilisis breve de las principales variantes de la defensa ortodoxa en el gambito de dama, porque muestran cémo se desenvuelve el juego de maniobra. APERTURA ESCOCESA 1. P4R, P4R; 2. C3AR, C3AD; 3. P4D. El nombre de esta apertura tiene su origen en una partida por corres- pondencia entre Edimburgo y Lon- dres, celebrada en 1824, Los ajedre- cistas escoceses jugaron las blancas y alcanzaron la victoria. En ella, las blancas abren inme- diatamente el centro, tras lo cual empieza un yehemente juego de pie- zas que, a menudo, Ileva en sf com- plejidad combinatoria. Las negras han de operar con eficacia en el centro e intentar el contramovimien- to P4D; si juegan con precisién, pue- den equilibrar Jas posibilidades. Bs ees: PXP 4. CxP I Aqui se originan las dos continua- ciones fundamentales: A ress C3A Ya se ha indicado que no es con- yeniente cambiar el caballo 4. CX€2, porque las blancas domina- rian prolongadamente el centro des- pues de 5. DXC, y las negras se en- contrarian con dificultades en el des- arrollo de su fianco de rey. Por otra parte, parece prematuro el ataque 4. ..., DST, aun cuando se suele emplear desde tiempo inme- morial. Si se leva a efecto, las blan- cas han de oponerse @ los planes de las negras, actuando enérgicamente sin reparar en el sacrificio de peén: 5. CSCI, DXPR+; 6. A3R, RID; 7. CD3A, ASC (si no, sucede C5D); 8. P3TD, AXC+; 9. CXA, D3C; 10. A3D!, DXP; Ll. A4R, D6T; 12, D5D, D3R; 13. D3IC+, C3A; 14 TICRI, con fuerte ataque de las blaneas. Esta variante pertenece a «Teoria de aperturas», de V. Panov. 5. C3AD Este movimiento de desarrollo es légico, Sin embargo, no parece me- nos atrayente el otro plan de las blancas que consiste en iniciar ope- raciones en el centro: 5. CXC, PCXC; 6. P5R!?, y su vehemente continuacién, elaborada fundamen- talmente por el maestro Kopaiev, se pone de manifiesto en una partida Kopaiev-Poliak, Kiev, 1946: 6. ...5 C4D; 7, A3D, DST(?); 8. 0-0, A4A; 9, C2D, 0-0; 10. C4RI, y las piezas de las blancas actuan con actividad y concordancia. Por lo contrario, las fuerzas de las negras mds bien se yen privadas de su accién conjun- ta: 10, ..., AZR; 11, TIR, P3D; 12, P4AD, C5C; 13. C6A+!, AXC (no se puede 13. ., Px P, nor 14. T4RI y las negras pierden la dama); 14. T4R, CXA; 15. TXD, AXT; 16. DxC, PXP; 17. DAR, y las blancas alcanzaron la victoria. A 6, PSRI? lo mejor es contestar con 6. D2R que obliga a efectuar el movimiento 7, D2R. En una partida Pitksaar-Vistanets- kis, Vilna, 1953, sucedid: 7, ..., C4D; 8. F4AD, A3T; 9, C2D, CSAI; 10. D&R, C3C; LI. P4A, 0-0-0; 12, A2R, P3A, y las negras consiguieron un excelente contrajuego en el centro. ASC pcxc P4D! Con este movimiento se realiza el plan fundamental de las negras que consiste en ganar espacio para la accién de sus piezas y eliminar el importante peén central blanco. 8. PXP bes 47 La jugada 8. P5R(?) no es oportu- Na, porque el peén blanco avanza- do es objeto de ataque después de 8. ..., C5C; 9. 0-0, 0-0; 10, AZAR, P3Al, & os PXP 9, 0-0 0-0 10. ASCR any Diagrama nim. 32 En esta posicién, las posibilidades pueden considerarse equivalentes, pues los dos bandos disponen de es- Ppacio suficiente para la accién de sus. piezas. Es instructivo el siguiente curso de los acontccimicntos: 10. -.» A3R1; 11. D3A (y no 11. AxC, pues las blancas pierden una pieza luego de 11. .... DXA; 12. CXP, AXC; 13. D5T, TRID), A2R; 12. TDIR, P3TR. Aguf pueden las blan- cas elegir la continuacién 13. A4T, TIC; 14. CID, que iguala el juego © la bella combinacién 13. AXPI, PXA; 14. TXA, PXT; 15. D3C+, RIT; 16, D6C, que fuerza el empa- te. Asi finaliz6 una partida Alekhine- Lasker, San Petersburgo, 1914. Se ‘da la curiosa circunstancia de que ‘se produjo una combinacién andlo- ga, transcurridos once afios, en una partida Romanovski-Capablanca, ce- Jebrada en Mosci, en 1925. 48 B 4. AGA Comunmente, las negras continian asi cuando quieren eludir toda sim- plificacién en el centro. 5. C3C Gi La prdctica contempordnea pone de manifiesto que este movimiento brinda mayores perspectivas a la lu- cha por la iniciativa. La continua- cién 5. A3R, D3A; 6. P3AD, CR2R permite a las negras movilizar des- ahogadamente sus fuerzas combati- yas. Son caracterfsticas las variantes 7. A4AD, C4R; 8. A2R, D3CR; 9. 0-0, P4D!; 10. PxP, A6TR; 11. A3A, 0-0-0 y las negras ocupan una posicién activa y 7. C2A, P3DI; 8. AXA, PXA; 9. C3R, D3CI; 10. 2D, 0-0, y ia situacién de las ne- gras es excelente. La breve partida Felldi-Florian, Budapest, 1958, tuvo un bello final: 11, A2R, P4A; 12. D3C+, RIT; 13. PXP, CXP; 14. cxcC, AMC; 15, 0-0-0?, DMP; 16, DXP?, tras lo cual sucedié el con- tragolpe 16. ..., CSC! y las blancas tuyieron que rendirse. Peceap A3C 6. PATD! oss Esta activa continuacién fue intro- ducida en Ja préctica por Bastrikov; el plan diversivo de las blancas en el flanco tiene por objeto atenazar las piezas del de la dama negra y, Si es preciso, poner en juego la to- rre. Ge 2-8 P3TD Juntamente con esta continuacién muy divulgada son dignas de tener en cuenta la 6. ..., P4TD y la 6. ..., D3A, sin que deba preocupar la ame- naza P5T. En una partida Neustad- Sherdiov, Mosc, 1955, se prosiguié 6. .... D3A; 7. D2R, CR2R; 8. PST, CSDI_ En este movimiento estriba el sentido del plan de las negras que equilibraron el juego después de 9. ©xcC, AXC; 10. P3AD, A4R; 11. P3CR, P3A; 12. A2C, 0-0. 7. C3A D3A La jugada 7. ..., DST es interesan- te, por forzar el movimiento 8 P3C, aun cuando se ha usado poco en la practica, 8. D2R CR2R 9. CSD! ahs Ataque activo y oportuno que mueve el juego hacia el centro; a las negras les va a ser dificil hallar una defensa ccnveniente. Bois cxc 10. PxC+ C2R Diagrama nim. 33 En esta posicién, las blancas pa- recen tener mejores perspectivas; si prosiguen 11. P5T, A2T; 12. PAT, segiin el maestro Estrin, pueden Ie- var a cabo el ataque. A 12. ..., P3D puede suceder 13. T4T!, 0-0; 14. TAR, con lo que esta pieza toma parte activa en el juego. Ofrece interés el transcurso de una partida [enkin-Bonch-Osmolovs- ki, Moset, 1955: 12. P4T, P3T (las negras no temen a 13. ASC, porque sucede 13. ..., PXA; 14. PXP, www.bibliotecaajedrez.blogspot.com DXPA+; 15. DXD, AXD+ y 16. sy TXT); 13. P4CI (otra enérgica continuacién de ataque es 13, TR3T v, luego, T3A), P3D: 14. T4T, RIA: 15. T4R, A2D; 16. P5C!, PXP; 17. AXPC. Las blancas superaron a las negras en complejidad tactica. Ir 4, P3Al? Esta moderna variante del gambi- to escocés es muy vehemente. Du- rante mucho tiempo la variante fun- damental ha sido 4. A4AD, A4A; 5. CSC con objeto de dirigir el ataque principal al punto 2AR; pero la’ prac- tica ha demostrado que las negras pueden: facilmente rechazar este ata- que prematuro. En una partida Mic - Morphy, EE.UU., 1855, se prosigui6 5. ..., C3TR (el movimiento 5. ..., C4R es inferior, pues da mds poder a la si- guiente combinacién); 6. CXPA, CXC; 7. AXC+, RXA; 8, D5T+, P3C; 9, DXA (tras lo cual las blan- cas recuperaron el peén, pero el de- senvolvimiento de sus fuerzas quedé muy retrasado y su unica pieza en movimiento, Ja dama es un objetivo facil de atacar por las negras), P3D (el movimiento 9. ..., P4D!, propues- to por el maestro V. Panov, parece mas enérgico); 10. D5CD, TIR; Lt. D3C+, P4D; 12. P3AR, C4T; 13. D3D, PXP; 14. PXP, D5T+; 15. P3CR, TXP+; 16. R2ZA, D2R; 17. C2D, T6R; 18. DSC, P3A; 19. DIA, A6T; 20. DID, TIARI! (tras haber movilizado las ultimas reservas, las negras deciden pronto el resultado de la contienda; cs intercsante ana- lizar cé6mo Morphy combin6 la mo- vilizacién con las operaciones acti- vas); 21. C3A, RIR, y las blancas se rindieron. A 4. A4AD se puede contestar con 4. ...7 C3A que leva el juego a la va- tiante de la defensa de dos caballos favorable a las negras. El movimiento 4. P3A!?, aunque poco analizado, es digno de atencién 49 por originar una lucha vehemente e interesante. oe PXP Se puede no aceptar el gambito y jugar 4, ..., P6D. Pero el gran maes- tro Smislov lo califica de «timidez imperdonable», Hay que seguir un camino de principios y no eludir las dificultades que puedan presentarse, 5. CXP ASC 6. A4AD C3A 7. 0-0 AxC 8. PXA P3D Diagrama nim. 34 Posiciéa critica; las blancas han de actuar enérgicamente para compen- sar la pérdida del peén con un juego activo, Para este fin quizd sirva el movimiento 9. PSR! En una partida Jutchmann - Tal, Tbilisi, 1959, se continud: 9 ..., PXP; 10. CSCI, 0-0; 11. A3T, DXD; 12, TDXD, A4A; 13. AXT, TX A; 14. TRIR, P3TR; 15. C3A, A5C; 16. ASCI y las blancas mantuvieron una superioridad notable. Acaso 9 ..., CXP es mejor que 9% .... PXP. En una partida Jutchmann-Fhur- man, Tbilisi, 1959, se prosiguié: 10. Cx, PxC; 11, DXD+, RxD; 12. AXP, R2R; 13. A3C, A3R; 14. P4AD, TDID; 15. TIR, P5R, con lo que las negras consiguieron equili- brar el juego, Ya finalizado el and- lisis de ias variantes de la apertura escocesa, hacemos constar que en ella se caracteriza el intento de las blancas de trabar una ve- hemente lucha combinatoria y de someter las negras a sus activos pro- pésitos, aun cuando sea a fuerza de sacrificios. Las variantes 3. P4D, PXP; 4 CxP, C3A; 5. CXC, PCXC; 6 PSR y 4 ..., AGA; 5. C3C!, A3C; 6. PATD o el gambito 4, P3A!? son muy interesantes; por ello, recomendamos que se estudien y se haga uso de ellos en la prac- tica. APERTURA ITALIANA 1. P4R, P4R; 2. C3AR, C3AD; 3. AGA, A4A. Inyestigada circunstanciadamente por los ajedrecistas italianos del si- glo xvi, esta apertura fue muy popu- lar en el transcurso de varias cen- turias debido a los distintos ataques contra el rey desde el comienzo de la partida. Las blancas pueden pasar de esta posici6n inicial al gambito de Evans 4. P4D, el cual tiene tantas varian- tes que se le considera como una apertura independiente. Como se 50 sabe el gran ajedrecista ruso M, I. Chigorin aporté mucho al desarrollo de su teorfa, Muchas variantes de este gambito contintian interesando a los teéricos, aun cuando los maes- tros la usen muy poco en la practica, por ser demasiado simple para la moderna estrategia que se emplea actualmente, Sus variantes han sido estudiadas al detalle y. si se juegan con exactitud, simplifican prematu- ramente el juego. Aunque sus ricas ideas combinatorias hayan cumplido su misién histérica, contintian exis- tiendo en una serie de sistemas de apertura modernos, por lo que todo ajedrecista que desconozca la teorfa debe estudiar la apertura italiana, cuyo estudio circunstanciado jugara un papel positivo en los encuentros con cualquier oponente. Pues hay ajedrecistas de categoria que no co- nocen bien ciertas variantes de ella. Analicemos los sistemas que ofre- cen mayor interés. 4. P3A Be Con ello se prepara una enérgica ofensiva en el centro, mediante P4D!; luego, las blancas trazar4n un plan de ataque contundente en el punto 2AR. Las negras deben poner en juego toda su atencién e inventiva para contrarrestar las amenazas, La variante 4, P3D, P3D; 5. C3A, C3A; 6, ASCR es segura, pero no crea se- rios problemas a las negras, pues logran facilmente la igualacién si juegan 6. ..., A3R; 7. CSD, AXC; 8. AXA, P3TR o 6. ..., P3TR. Este sistema tiene poco interés, porque paraliza la lucha en el centro. Ay ose C3A! Esta respuesta es la mds enérgica; de este modo, las negras ejercen in- fluencia sobre el escaque 4R e ini- cian un contrajuego eficaz. La 4. ..., P3D es menos eficiente, por ofrecer a las blancas cierta ventaja en el centro después de 5. P4D, PXP; 6. PXP, A3C; 7. C3A, C3A; 8. A3R, ASC; 9. A3CI, 0-0; 10. D3D. 5. PAD PxP Las negras pierden una pieza si juegan 5. ..., A3C?; 6. PXP, CRXP?; 7. DSD! 6. PXP ASC+ Este jaque es un importante esla- bén en el plan de las negras y el tinico modo de neutralizar la ofen- siva en el centro. Por lo contrario, el movimiento 6, ..., A3C? facilita esta ofensiva: 7. PSD, C2R; 8. PSR, CSC; 9, P6D! y asf sucesivamente. 7. C3AL a Diagrama nim, 35 Jugada antigua que el maestro ita- liano Greco propuso y elaboré cir- cunstanciadamente en el siglo XVI, y las complicaciones que de ella se derivan son més interesantes que el pasivo movimiento 7. AZD, pues las negtas consiguen una posicién esta- ble en el centro si juegan 7, ..., AXA+; 8. CDXA, P4DI; 9. PXP, CRXP; 10. D3C, C3A2R; 11. 0-0, 0-0; 12, TRIR, P3AD. Fels <3 CxPR 8. 0-0 AxcC! La continuacién 8 ..., CXC; 9. PXC, AXP parece mas légica, pues se gana un peén y se amenaza la torre; pero como se ha visto ante- riormente, este intento se frustra con 10. D3C! y facilita a Jas blancas un ataque peligroso. ‘Las negras dehen jugar 9. ..., P4D y no 9. ..., AXP, si bien las blancas tienen varias posibilidades de ataque 51 tras 10, PXA, PXA; 11. TIR+, C2R; 12. D2R, A3R; 13. ASC, D4D; 14, AXC, RXA; 15. D2A. Obsérvese que a 9. ..., AXP quizd es més contundente la respuesta 10. A3TI, hallada por el gran maestro Keres, tras la cual el ataque de las blaneas es poco menos que irrecha- zable. Los teéricos tardaron en des- cubrir las continuaciones eficientes que vamos exponiendo aquf; el ca- mino que Ilevé a su descubrimiento fue tan largo como interesante. 9. PSD! oe Este movimiento es el IMamado ataque Moller, A 9. PXA sucede 9. ..-» P4D! y las negras mantienen el pedn de ventaja. 9 . ABAL Los teéricos consideran esta res- puesta como la més oportung; la in- vestigacién ha demostrado que otras respuestas permiten a las blancas mantener la iniciativa en esta situa- cién agudfsima. Si 9. .... CZK; 10. PXA, 0-0; 11. TIRI, las negras se encuentran con dificultades en la evolucién de sus fuerzas, Sin embargo, a los aficiona- dos a la defensa puede que les satis- faga la variante 9, ..., C4R; 10. PXA, CXA; ll. D4D, P4AR; 12, DX CD, P3D; 13, C4D, 0-0; 14, P3A, C4AD, tras la cual las blancas tie- nen la iniciativa v las negras un peon de ventaja y una posicién sdélida. 10. TIR C2R ll. TxC P3D No es menos eficiente 11. ..., 0.0; porque el avance 12, P6D, Px P; 13. DXP, C4A; 14, D5D, P3D! no bene- ficia a las blancas. 12. ASCR AXA 13, CXA 0-0 14. CxPT RxC El ataque de las blancas también se puede rechazar con 14. ..., ASA; 52 15. TXC, DXT; 16, CXT, TXC o 15. T47, TIR; 16, D5T, C3C; 17, T4D, T4R; 18. P4AR, CXP (and- lisis del maestro yugoeslavo Vuko- vich); 19. TXC, A3C; 20. D3T, DIAD. 15. DST + RIC 16. T4T P4AR Diagrama nim. 36 Esta posicion fue discutida por los teéricos mucho tiempo, Al parecer, la contienda reflejada en ella debe terminar en tablas. nis 4. P4CDI? AXP 5. P3A 3 Al analizar las variantes del mo- vimiento 4. P3A, hemos podido ob- servar que la formacién de un cen- tro «ideal» P4R y P4D es muy importante para las blancas. Pero, jayl, les falt6 un tiempo debido al juego preciso de las negras. Asi que el centro se forma, las negras lo des- baratan con P4D 0 CRXP. El sentido del gambito 4. P4CD es ganar un tiempo para efectuar el movimiento 5. P3A; con el sacrificio del peén, las blancas consiguen tra- bar una lucha vehemente. Este gambito fue propuesto por el ajedrecista inglés Evans en 1824, y a cuyo desarrollo los maestros del ataque Labordonnais, Andersen, Morphy y particularmente Chigorin contribuyeron notablemente. La prdctica ha mostrado que resti- tuir oportunamente el peén y desen- volver debidamente las fuerzas son el mejor medio para oponerse a la iniciativa de las blancas, Veamos las dos continuaciones mas importantes. A Sore AGA La jugada 5. ..., A2R es un poco pasiva, aunque satisfactoria, pues, luego de 6. P4D, se restituye el peén Si se prosigue 6. .... C4T; 7. CXP, CXA; 8. CXC, P4D; y la posicién queda simplificada. 6. P4D PxP 7, 0-0 ape Con objeto de no permitir simpli- ficaciones desfavorables luego de 7. PXP?, A5C+ y asf sucesivamente. Toixss P3D Aceptar el segundo sacrificio 7. «oy PP puede tracer malas conse- cuencias a las negras, porque sucede 8 AXP+, RXA; 9. DSD+ y el ataque de las blancas es peligroso, 8. PXP A3C (Véase diagrama nim. 37) Posicién critica de esta variante, cuya valoracién no se ha determi- nado definitivamente. ;Se compensa el sacrificio de peén con la inicia- tiva? Actualmente, los teéricos tien- den a considerar que la posicién de Jas negras es bastante sdlida, incluso despues de 9. C3A! propuesto por Morphy. Vedmoslo: 9. ..., A5CI; 10. ASCD, RIA! (es mejor que 10. ..., www.bibliotecaajedrez.blogspot.com Diagrama nim. 37 A2D; 11, PSR! y las blancas «1 zan el ataque); 11. A3R, CRZI P4TD, P4TD; 13. A4AD, A4T; de esta manera, rechazan el ataque 14. AXP y 15. C5C+ y tiene una posi- cidn sélida. B 5. A4T En este movimiento tiene su prin- cipio la defensa propuesta por E. Lasker; su idea es restituir el peon, pero interceptando los planes de las blancas en el centro. 6. 0-0 oe Probablemente brinde mayores perspectivas 6. P4D! aunque sea a costa de mas sacrificios de peones: 6. .... PXP; 7. 0-0, PXP (2); 8, D3C, D3A; 9. PSRI, D3C; 10, CxP, CR2R; 11. A3TI, tras ello va a ser diffcil rechazar el ataque de las blancas. A 6. P4D es mejor contestar con 6. ..., P3D; sin embargo, las blancas. pueden anudar complicaciones, poco analizadas e interesantes, luego de 7. D3C, D2N; &. PXP, PX 3TL En este sentido, ofrece interés una partida Jachaturov-Bijovski, Moscu, 53 1957: 9. ..., A3C; 10. CD2D, C4T (acaso es mas eficiente 10, ..., C3T; ll. TID, C4T; 12. D4C, P4AD; 13. D2C, 0-01); 11. D4Cl, P4AD; 12. D2C, CXA (2); 13. CXC, D6D; 14. C3AXP, DXPR+; 15. RIA, D4D; 16. D3C, D3R; 17. TIR, C2R; 18. CXP! y las blancas atacaron fuertemente. 6... P3D 7. P4D AIC (Véase diagrama nim. 38) Posicién fundamental en la va- riante de E. Lasker; las negras resti- tuyen el pedn simplificando el jue- go: 8. PAP, PXP; 9. DXD+, CxD; 10, CXP, A3R. No obstante la au- sencia de las damas, la posicién es todavia compleja. Muchos teéricos estiman que las negras estén mejor situadas. Pero el gran maestro del Diagrama nim. 38 ataque Chigorin demostré6 mds de una vez que las blancas tienen aun mucha «p6dlvora para quemar» en esta posicién. DEFENSA DE LOS DOS CABALLOS 1, P4R, P4R; 2. C3AR, C3AD; 3. A4A, C3A. Esta defensa empezé a elaborarse en el siglo xvi al igual que la aper- tura italiana y es actualmente la mds popular de todas Jas aperturas abier- tas antiguas. Las negras contestan invariablemente a 3. A4A con 3. ..., 3A y no con 3. ..., A4A si quieren defenderse. M. I. Chigorin es posiblemente el que més aporté a la teorfa de esta defensa, En lo presente, uno de los cons- tantes partidarios de ella es el gran maestro Keres, que ha enriquecido con valiosas ideas una serie de sus variantes. Atacando inmediatamente los es- caques 4R y 4D, las negras se dispo- nen a tomar Ja iniciativa sin preocu- parse de un posible ataque del ad- versario en el punto 2AR de ellas. CSC o P4D son los tnicos movi- 54 mientos con que las blancas cuentan para luchar por la iniciativa. Vamos a analizarlos. 4. C5C P4D 5. PXP C4TD! Este movimiento brinda mayores perspectivas, aun cuando cucsta el sacrificio de un peén. El estudio de las complicaciones que ocasiona 5. sey ©XPI2; 6 CXPA! es muy itil para el ajedrecista principiante. Veamos cémo puede desenvolver- se la contienda en tal caso; 6. .. RXC; 7 D3A+, R3R; 8. C3A, ‘csc (las blancas también Mevan a cabo un fuerte ataque si 8. ..., C2R; 9 P4D, P3A; 10. ASCRI); 9. D4R, P3A; 10, P3TD, C3T; 11. P4D, C2A; 12. A4A! En su libro «Teoria de aper- turas», el maestro V. Panoy reco- mienda 12. ..., R2A; 13. AXP, A3R, El pequefio sacrificio de las blancas se compensa con el ataque. 5. ..., CXP se puede asimismo contestar con 6 P4D; aqui no es conveniente proseguir 6. .... PXP?, porque sucede 7. 0-0, A2R; 8. CXPA!, RXC; 9. D3A+, R3R; 10. C3AN, Px Il. TIR+, C4R; 12. A4A, A3A; 13. AXCR, AXA; 14. TXA+! y las blancas fuerzan la victoria. Por lo que el movimiento 6. P4D puede ser el «preludio» del sacrificio del caballo en la casilla 2AR de las negras y una situacién muy ventajosa para las blancas, La mejor respuesta a 6. P4D es simpli- ficar el juego, mediante 6. ..., A3 7. CXA, PXC; 8 PXP, CXP; 9, DS5T+, C2A, aunque la iniciativa es de las blancas después de 10. 0-0. 6. ASC+ P3A 7. PXP PxP Diagrama nim. 39 En esta posicién, las blancas han de pasar de momento a la defensiva prosiguiendo 8 A2R, P3TR; 9 C3AR, PSR; 10. CSR, A3D o afron- tar cl recrudecimicnto de la lucha con 8 D3AI? En el primer caso, 11. P4D, PXP a. pl; 12. CXP, D2A; 13. P3TR, 0-0; 14. 0-0, TIC! o 11. P4AR, D2A (también es eficaz 11. ..., PX P a. p.; 12. CxP, D2D); 12. P4N, 0.0; 13. P3A, P4A; 14. C3T, DIDI, las negras tienen la iniciativa que, a nuestro parecer, se compensa con el peén de desyentaja. En el segundo caso 8. D3A!?, la contienda tiene un caracter muy in- definido. El sacrificio de calidad 8. » PXA: 9. DXT es tentador. Re- comendamos insistentemente a nues- tros lectores que verifiquen esta con- tinuaci6n en la practica. El movimiento 8. ..., D2A brinda también un juego esperanzador a las_negras. En una partida Paoli-Vitkovski, Lubliana, 1957, se prosiguid: 9, A2R; 10. C3A, 0-0; 11. ASA, P3TR: 12. CR4R, C4D; 13. P3D, C5C; 14. RID, TID; 15. P3TD, C6C! y las negras consiguieron ventaja. Bis 4. PAD Con esta variante, la lucha se traba principalmente en los escaques cen- trales. Para el lector es muy itil se- guir con atencidén las complejidades que suceden en ella. A556 PXP Tan erréneo es 4. .... CXPD; 5. AXP+ como 4. ....CXPR; 5. PXP, pues sucede la poderosa amenaza DSD! 5. 0-0 También se suele jugar 5. P5R al objeto de atenazar las negras en el centro, Es demostrativa la variante 5. ...» P4D; 6, ASCD, C5R; 7. CXP, A2D; 8. AXC, PX A; 9. 0-0, A2R(?); 10. P3AR, C4A; 11. P4ARI, 0-0; 12. P5AR, y las blancas tienen una poderosa avanzadilla en el flanco de rey. Esta variante es una buena ilus- 5S tracién de las consecuencias que pue- de traer el juego rutinario, Sin haber cometido ningtn error sensible, las negras se encuentran en una situa- cién muy dificil; esto no hubiese sucedido si hubieran tomado opor- tunamente medidas para rechazar la ofensiva en el flanco de rey, tales como 9. ..., AGADI (en vez de 9. ..., A2R); 10. A3R, A3C!; 11. P3AR, 4A, movimiento que, coligado con los C3R y P4AD, no solo obstruye la amenaza P4AR y P5AR; también crea buen contrajuego. S52 cxP El movimiento 5. ..., AA lleva a una posicién muy compleja: 6. PSR, P4D; 7, PXC, PX A; 8. TIR+, AIR. Este ataque de Max Lange fue en su tiempo objeto de vehementes discu- siones de los teéricos. Las investiga- ciones analiticas de M. I. Chigorin son un ejemplo; para ilustrarlas ofre- cemos varios movimientos de una de las principales variantes: 9. C5C, D4D; 10. C3AD, D4A; 11, CD4R, A3C; 12. PXP, TICR; 13. P4CR, D3C; 14. CXA, PXC; 15. ASC, TXP; 16. D3Al, P4R; 17. C6A+, RZA; 18. P4TR, P3TR; 19. C4R+, R3R; 20. PST; de esta manera trans- currié una partida Chigorin-Teich- mann, Londres, 1899, en la que las blancas aleanzaron una merecida victoria. Posiblemente, las negras han de jugar 11. ..., 0-0-0 en vez de 11. ..., A3C, aunq' contintian encontrén- dose con dificultades. 6, TIR P4D 7. AXP aaa, Esta lucha por el centro es inte- resante, y el movimiento 7. C3A!? causa no menos impresién que el 7. AXP. Sin embargo, la variante 7...» PXC; 8 AXP, A3RI; 9. AXCR, ASCD muestra que la supe- rioridad de las negras es indiscutible. Fave DxA 8. C3A D4TD! 56 Hallar una casilla apropiada para retirar la dama no es nada facil. Por ejemplo, el desacertado movimiento 8. .., D4AR?; 9. CXC, A2R; 10. ASC, A3R; 11. AXA, RXA; 12. CXP hubiese sometido el rey negro a este ataque de piezas. Situada en el escaque 4T de su campo, la dama negra ocupa una po- sicién cémoda y muy activa, pues amenaza la casilla 1R del adversario. oF CXL, A3BR 10. C4-5C one Si 10, ASC, sucede el poderoso contragalope 10. ..., ASCD, y si 10. A2D, lo mas conveniente es 10. ..., D4D! 10. 0-0-0! iL. PxCc 12, A3D! Tras la vehemente lucha en la apertura, la posicién se ha estabili- zado. Las negras han restituido el material sacrificado por su oponente y situado sus piezas de suerte que les ha facilitado equilibrar el juego. Si 13. D2R, las negras tienen buenas perspectivas en el final de la partida luego de 13. ..., D4TRI; 14. P3TR (y no 14, A2D?, P6DI; 15. PxP, CS5DI!), TDIR; 15. A2D, C4R!; 16. TXT+, TXT; 17. CXP, DXD; 18. CXD, CSA. Las variantes de las aperturas abiertas que hemos analizado se ca- racterizan por su juego abierto en el centro y vehemente lucha de pie- zas. El oportuno contragolpe P4D de las negras ha representado un papel muy importante para ellas. Son caracteristicos los ataques pre- maturos, particularmente los diri- gidos al punto 2AR de Jas negras. Las aperturas cerradas ofrecen un cuadro totalmente distinto. Como resulta dificil abrir el centro en ellas, las fuerzas combativas de Jos dos bandos tardan en sostener las pri- meras escaramuzas y la vehemente lucha tdctica se deja para mds ade- lante, pero esto no quiere decir que la precisién en el juego carezca de importancia en esta clase de apertu- ras. Al contrario, todo movimiento ha de cfectuarse dentro de un plan concreto, GAMBITO DE DAMA Defensa ortodoxa 1, P4D, P4D; 2. P4AD, P3R; 3. C3AD, C3AR; 4. ASC, AZK; 5. P3R, CD2D; 6. C3A, 0-0. Analizaremos unas variantes de la llamada defensa ortodoxa que se pro- ducen después de los movimientos arriba citados. A partir de las pee jugadas se traba una lucha en torno a las casillas 4R de las b! lancas y 4D de las negras; aquéllas ejercen una de- terminada presién en el centro de éstas, cuya posicién es muy Sdlida, lo que dificulta organizar operaciones contra ellas y pueden atacar en cual- quier momento el centro con el movimiento P4AD. Diagrama mim. 41 7. TIA P3A 8. A3D PXxP! Como se puede facilmente apre- ciar, la deficiencia de la posicién de las negras consiste en cierto atena- zamiento de sus piezas. Particular- mente el alfil de dama est en situa- cién inactiva, La viltima jugada es el comienzo de una operacién que tiene por objeto simplificar la posi- cién y activar el alfil de referencia. Advertimos que se ha de actuar sin demora alguna y aprovechar la cir- cunstancia de que las blancas ain no han enrocado, 9. AXP Cc4D 10. AXA DXA 11. 0-0 cxc 12, TxC P4R La valoracién de la variante de- pende de esta posicién; las blancas pueden optar por las continuaciones 13. PxP y 13. D2A. 1) 13. PXP, CxP; 14. CxC, DxcC; 15, P4A. 57 Las blancas continuan la simplifi- cacién iniciada por las negras, con- tando con aprovechar su ventaja en el desenvolvimiento de sus piezas y organizar el ataque en el flanco de rey. Para ello es muy importante avanzar los peones 3R y 4A. Hasta ahora, la teorfa no ha dado un and- lisis definitivo de esta posicién apa- rentemente simple, Si se prosigue 15. ..., D3A; 16. PSA (el movimien- to 16, P4R, A3R; 17. P5R, D2R; 18. A3D, P4AR no promete nada a las blancas), las negras detienen la ofen- siva de los dos peones e igualan las posibilidades: 16, .... P3CD: 17. A3D, TID; 18. D2A, A2D y, luego, ALR; «de esta manera, consiguen crear una solidi icién defensiva, aun cuando Ja iniciativa de las blan- cas es sensible. 2) 13. D2A, PXP; 14. PXP, 3A; 15. TIR. Esta continuacién deja un amplio margen a la comple- jidad combinatoria. Un ejemplo de belleza es la com- binacién elaborada por el maestro N. Kopaiev 15. ..., D3D; 16. C5CI, 58 ASC (con la intencién de efectuar la maniobra defensiva A5C, P4TR y P3CR, tras lo cual la posicion de las negras serd muy sélida en este flan- co); 17, T3CRI, A4T; 18. T31R; Diagrama nim. 43 aqui, si las negras contestan maqui- nalmente con 18. ..., A3C, sucedera 19. DXA, PTxD; 20. AXP+, TXA; 21. T8T+!, RXT; 22. CXT+! (jmagnffica ilustracién de lo que representa la fuerza del ca- ballol), RIC; 23, CXD y las blancas tienen muchas posibilidades de llegar a un final victorioso, Toda la sutileza de la posicién en el siguiente diagrama consiste en que las negras, si realizan la jugada de espera 18, ..., D5CI, alejan a tiempo la dama del doble jaque del caballo adversario y pueden efectuar el mo- vimiento A3C. Asi sucedi6 en una partida Boleslavski-Moiseiev, Odesa, 1949, que finalizé rdpidamente en tablas. Esta continuacién refleja cémo el juego puede agudizarse inesperada- mente en las aperturas abiertas. EJEMPLOS PRACTICOS Veamos varios ejemplos prdcticos en que la lucha es aguda y alec- cionadora en la apertura. Estas partidas familiarizarén al lector con las aperturas que le recomendamos que estudie. Apertura rusa Stein-Jolmov Moscu, 1964 i. P4R PAR 2. C3AR C3AR Esta defensa se llama apertura rusa y fue elaborada por el notable aje- drecista ruso A. D. Petrov el siglo pasado y, mds tarde, por K, A. Ya- nisch, En ella, la idea de las negras con- siste en contraatacar simétrica e in- mediatamente los puntos P4R y P4D atacados por las blancas. Actualmen- te se usa poco en las competiciones, no obstante ser una defensa eficaz. R. Jolmov, V. Mikenas y I. Vista- netskis muestran con éxito la efi- ciencia de ella en la practica. 3. PAD ase Esta continuaci6n es la mas eficaz. La variante 3. CXP, P3D (y no 3..... Cx P?: 4. D2R!); 4. C3AR, CXP; 5. D2R, D2R; 6. P3D, C3AR; 7. ASC, DXD+; 8. AXD, A2R o CD2D da a las negras muchas posibilidades de eauilibrar el juego a consecuencia de simplificarse el mismo. Bs se PXP Se puede también 3. ..., CXP; 4. A3D, P4D; 5. CXP, tras lo cual se produce una posicién simétrica en el centro, si bien las blancas tienen un tiempo de més. 4. PSR C5R 5. DXP PaD! 6 PXP ap. Tras esto, el centro ha quedado sin peones; si no, las blancas no hu- biesen podido eludir las amenazas A4AD y C3AD. Gon cxP 7. C3A C3A 8. D4AR AGA Diagrama ntim. 44 Esta continuacién se ha conside- rado como insuficiente hasta hace poco; pero los andlisis del gran maes- tro Jolmov han hecho que variase sensiblemente su valoracién. Es to- talmente posible 8. ..., P3CR con la consiguiente evolucién del alfil a la casilla 2CR con objeto de organizar una S6lida defensa en el flanco de la dama. 9. ASC D2R+1 Movimiento sutil; la captura del pen 9. ..., AXP? no es oportuna: asi sucedié en una partida Geller- Najlik, 1957, en la que las blancas refutaron dec:didamente el juego de su oponente, mediante 10. CSR!, P4C; 11. D3R, A2R; 12. CXC, PXC; 13. AXP+, RIA; 14. AXT. La maniobra de dama 9. ..., D2R+ 59 sucedié por primera vez en una Dar- tida Kotov-Efimov, 1958. 10, AIR ne Curiosas y forzadas complicacio- nes surgieron en una partida Suetin- Jolmoy, Mose, 1964: 10. RIA!2, ASR; ll. AXC+, AXA; 12. CSR, 9-0-0 (no hay otra solucién; todo intento de mantener la flexibilidad de las estructuras de peones en el flanco de dama con 12. ..., A2D pu- do traer consecuencias desagradables tras 13. C5D!); 13. CXA, PXC; 14. D4TD, C4C; 15. A3R, DSC! (las ne- gras se defienden con mucha inge- niosidad; la variante 16. DxD, AxD; 17. CxC, PXC; 18. AXP, T2D; 19. TIA, P4ADI; 20. P3TD, R2C; 21. PxA, RXA; 22, PxP, TIR! no ofrece ninguna ventaja a blancas, y las negras compensan sus dos peones de menos con la inicia- tiva); 16. D6T+, RIC (es peor 16. , R2D?;_ 17. CxC, DxC+; 18. DxD, PXD: 19. AXP, P4AD; 20. TID+, RIA; 21. TxT+, RXT; 22. A8Cl y las blancas Ievan un peén de ventaja); 17. DXPA (tampoco ofrece nada a las blancas 17. P3TD, pues sucede 17. ..., DSA+; 18. RIC, A4A; 19. DX PA, C5D! 0 17. PATD, C5D y las negras logran un poderoso contrajuego ni la transicién a la fase final de la_partida después de 17. Cx, DXC+; 18. DXD+, PXD; 19. PATD, P5CI; 20. R2R, A2R, con Ja consiguiente introduccién del rey en el juego), CSD; 18. AXC, DXA; 19, TID, DXT+; 20.CxXD, TXC+3 21, RIR, TXT. Y la partida terminé en un empate forzoso. {Lo curioso es que todo estu es fruto del andlisis del gran maes- tro Jolmov! 10. ... CxA 11. CXC DSC+ Ante la simplificacién impuesta, las negras tuvieron que calcular con precisién las consecuencias de sus operaciones. 60 12. DxD AxD+ 13. P3A A4T! El movimiento 13. ..., A3D; 14. CXA+ es peor y, aunque la posi- cién se simplificase mucho, a las negras les serfa diffcil hacer tablas, porque el pe6n aislado puede resul- tar deficiente. 14, P4CD A6D! No hay otra respuesta. Si 14. ..., P3TD, sucede 15. CD4D y las negras pierden una pieza. 15. PATD P3TD 16. 0-0-0 A7R 17, PXA PXxC 18. TDIR AXC 19. PXP A4D Las negras operan concienzuda- mente; también se puede jugar 19. -.7 CXP3; estan decididas a llevar el juego hasta el final con alfiles de casillas de distinto color, que es la manera més sencilla de equilibrar el juego. 20. PXC AXPA 21. ASCR+ RIA 22. ATR+ RIC 23, A4C P3CD 24. PXP PXP 25. R2C P4T! Al dar juego a la torre las negras consolidan definitivamente su posi- cién. 26. P3A PST 27. T3R POT 28. PAC R2T 29. PAAD TST 30. R3C Y empate. Gambito de rey Spasski-Bronstein XXVIT Campeonato de la U.R.S.S.. Leningrado, 1960 1. PAR P4R 2, P4AR Or www.bibl Hasta aqui hemos analizado prin- cipalmente las aperturas abiertas, donde las blancas atacan el peén 4R del adversario con P4D, La otra ma- nera de desbaratar el apoyo de las negras en el centro es con el movi- miento P4AR; esta idea esta viva- mente encarnada en el renombrado gambito de rey, que es el arma més contundente de las blancas en las aperturas abiertas. Su florecimiento va unido a la ¢puca del romanticis- mo del ajedrez. En nuestros dias, este gambito se considera como una apertura excelente, aun cuando ¢s muy conocido en las paginas de la teorfa del ajedrez. Sin embargo, va- tios destacados maestros, entre los cuales figuran los autores de la pre- sente partida y los grandes maestros Tal y Keres, defienden este gambito y aportan mucho a las ideas combi- natorias de é1. Advertimos que la apertura vie- nesa tiene sistemas parecidos, como 1, P4R, P4R; 2. C3AD, C3AR; 3. P4A! Aunque en ella no surgen com- plicaciones tan dificiles como, en 4 Ze wee PXP También se pueden emplear el contragambito Falkbeer 2. .... P4D y el gambito de rey rehusado 2. ..., A4A; pero como ya se ha indicado, la lucha de principios se traba asf que las negras aceptan el reto. 3. C3AR P4D La continuacion del maestro Ko- blentz 3. ..., A2R; 4. A4A, C3AR; 5. PSR, C5C; 6, 0-0, C3AD; 7, P4D, P4DI, es actualmente la mas popular, por ser el juego favorable a las ne- gras. En una partida del Campeon: to de la U.R.S.S. de 1960, Spasski, jugando las blancas contra Jolmov, respondié a 3. ..., A2R con un nue- vo movimiento 4. C3A. Pero no s¢ comprende por qué las negras elu- dieron su idea fundamental, es decir, no jugaron 4. .... AS5T+1 con objeto de hacer que el rey blanco saliese al centro del tablero. blogspot.com La antigua defensa cldsica es 3. P4CR, tras la cual puede produ- irse el gambito Muzio, que fue muy célebre en su tiempo, 4. AA, PSCR; 5. 0-01, PXC; 6. DXP. Aqui toma el juego un cardcter cumpli- cado en extremo. 4, PxP A3D Quiz4 es mis contundente 4, ..., C3AR; 5. ASC+, P3A: 6 PXP, PXP; 7. A4A, C4DI, porque sitia a las negras en buena posicién; asi sucedi6 en una partida Bronstein Botvinnik, Moscu, 1952. 5. C3A C2R 6. P4D 0-0 7. ABD c2D El natural movimiento 7. ...» ASC es mejor. 8. 0-0 P3TR Las negras desestiman la evolucién de sus fuerzas, Era necesario refor zar el flanco con 8. ..., C3AR, 9. C4R CxP 10. P4A C6R Esto es uno de los casos en que la simplificacién no alivia la defen- sa, Por lo demas, 10. ..., C4-3A no es mejor, pues sucede 11. CXA, PXC; 12. AXP. Las consecuencias de ello son el juego impreciso an- terior. ll, AXC PXA 12. PSA A2R 13. A2A TIR 14. D3D P7R? Las negras no sospechan el peli- gro que se avecina. El movimiento 14, ..., CIA hubiese evitado el in- mediato desbaratamiento, Por lo que ahora va a suceder un bello ataque definitivo. 61 15. C6D! CIA Las negras también perd{fan si 15. ., PXT=D+; 16. TXD, C3A; 17. CXPA, RXC; 18, CSR+, RIC; 19. D7T+, CXD; 20, A3C+, y las blan- cas fuerzan el mate. 16. CX PAI PXT=D+ 17, TxD A4A Ni 17. .... D2D puede salvar la situaci6én, por 18, C3-5R, y si 17. _, RXC, las blancas ganan tras 18. C5R+, RIC; 19. TXC+, 18. DXA D2D 19, D4A ABA 20. C3-SR D2R 21. A3C AXC 22, CxA+ R2T 23. D4R+ ¥ las negras se rindieron, Defensa Philidor Lipnitski-Kolobov Riga, 1954 1. P4R 2, C3AR P4R P3D Esta apertura, elaborada primera- 62 mente por el gran ajedrecista fran- cés Philidor a fines del siglo xvmt, es un invitado poco frecuente en las competiciones modernas debido a que el sistema de defensa del peén 4R de las negras es pasivo y permi- te al adversario apoderarse sin obs- téculo alguno del espacio por medio del peén 4D. 3. PAD c2D 4. AYAD P3AD 5. 0-0 A2R 6. P4TD Jugada que obstruye la posible ofensiva de las negras en el flanco de dama, mediante P4CD. 6. ... CR3A 7. DIR 0-0 8. C3A P3TR 9. TID D2a 10. P3T TIR ll. A3C ClA 12, A3R P4CR Al finalizar la apertura, las blan- cas han conseguido mucho espacio y, por consiguiente, sus piezas tienen libertad de movimiento. Las negras intentan organizar contrajuego en el flanco de rey; pero la complejidad que ello ocasiona es favorable a las blancas. 13. PST 14. D4Al cc Dispuestas sus piezas acertada- mente, las blancas empiezan opera- ciones decisivas; amenazan el punto 2AR del adversario y pueden llevar a término una serie de amenazas tac- ticas, por estar las damas en la ver- tical AD. Por ejemplo, a 14. ..., A3R seguird 15. PSD, 14. ... AID Esto ocasiona la pérdida de una calidad. Tampoco 14. ..., me- joraba la situacién, porque sucedia 15. PXP, PXP; 16. C5DI, etcétera. 15. PxXP PXP 16. A6C! MN Diagrama nim. 46 Golpe brillante que las blancas pre- pararon ya al efectuar el movimien- to 13. P5TI, 16. ... PXA No es diffcil convencerse de que las negras pierden una pieza si jue- gan 16, _., D2R; 17. AXA. 17. PXP D2R 18. TXT AXP 19. C4TD ABR Ww, TXT+ DxT 21. DAC Las negras se entregaron, La apertura espaiiola 1. P4R, P4R; 2. C3AR, C3AD; 3. ASC es la mds popular de todas las aperturas abiertas; leva varios si- glos de existencia y, sin embargo, continia atrayendo la atencién de Jos _ajedrecistas, Contiene problemas tdcticos y es- tratégicos muy diversos y complejos. En ella, los matices mds vehementes de lucha por el centro estén coliga- dos con un juego flexible en los flancos. La idea fundamental del movi- miento 3. ASC estriba en crear una prolongada presién sobre los apo- yos centrales de las negras v pre- parar consecutivamente el eficaz avance P4D. Aun cuando las blancas no fuerzan momentdneamente los acontecimientos en el centro, el pro- blema estratégico de las negras es mucho mas complicado que en otras aperturas abiertas, La teorfa de esta apertura ha con- seguido su verdadero desarrollo en nuestros dfas. Y no es exagerar ni mucho menos si decimos que los maestros contempordneos crearon y crean verdaderas obras de arte en ella, y, sin duda alguna, los soviéti- cos destacan en este quehacer. Recordando la regla segun la cual no se puede conocer, lo complicado si se desconocen sus elementos, vea- mos la siguiente partida que ha pa- sado a las paginas de la historia. Capablanca-Vidmar Nueva York, 1957 1, PAR P4R 2. C3AR C3AD 3. ASC P3TD Esta defensa eS la que goza de mayor popularidad; en ella, Jas ne gras hacen que se determine en se- guida la posicién del alfil. Las blan- cas no consiguen nada si continwan 4. AXC, PDXA; 5. C3A, P3A; 6. P4D, PXP; 7.DXP, DXD; 8.CxD, A2D, porque se produce un final fa- vorable a las negras, y atin mds si 5. CXP, DSDI. Por ello, la retirada del alfil a 4TD es légica. Con 3. .... P3TD, se detiene la presién de las blancas en el centro y se dispone oportunamente del mo- vimiento P4CD! para que el alfil se retire al escaque 3CD, aunque esto debilita un poco la posicién de peo- nes del flanco de dama. Actualmente son bastante popula- res la defensa Yanisch 3, ..., C3A; 3. ...4 P4AR!?, y 3. .... AGA. En 63 cambio, la defensa Steinitz 3. ..., P3D, arma preferida de los campeo- nes del mundo Steinitz, Lasker y Ca- pablanca, ha perdido totalmente su popularidad, por ser pasiva aun cuando da solidez a la estructura de las negras. La antigua partida Ta- rrasch-Marco, Nuremberg, 1892, es una muestra de los peligros que ace- chan a las negras; 1. P4R, P4R; 2. C3AR, C3AD; 3. ASC, P3D; 4. P4D, A2D; 5. C3A, C3A; 6, 0-0 (también es jugable 6. AXC, AXA; 7. D3D y, luego, 0-0-0!), A2R; 7. TIR, 0-07 (esta jugada natural encuentra una refutacién tdctica; 7. .... PXP era relativamente mejor, porque mantie- ne una defensa sélida aun cuando ceda espacio al adversario); 8. AX C, AXA; 9. PXP, PXP; 10. DXD, TDx 11. CXP, AXP; 12. CXA, CxC; 13. C3D, P4AR; 14, P3AR, A4A+ (al parecer, salvan la pieza y equilibran el juego, pues a 15. RIA se responde con 15. ..., A3C; 16. PxC, PXP+; 17. C4A, P4CI, com- binacién que las negras esperaban se realizase tras haber jugado 10. ..., TDD); 15. CX Al, CXC; 16. ASC! (ivaya sorpresal, pues resulta que los cdlculos de las blancas han ido mu- cho més lejos de lo previsto, lo cual pone de manifiesto la errénea idea de las negras de mantener el domi- nio sobre el punto 4R de su cam- po), T4D; 17. A7R! y P4AD!, con lo que ganan una calidad. Este en- cientro es muy aleccionador para luchar por el centro en la apertura espafiola. Parece como si las blan- cas no amenazasen seriamente; mas, de pronto, se descubre que su pre- sién en el punto 4R del adversario aumenta y se convierte en un ata- que arrollador. 4. A4T 5. 0-0 C3A A2R En este sistema «cerrado» es muy popular la variante «abierta> 5. ...s CXP; 6, P4D, PACD; 7. A3C que desemboca en un vehemente juego de piezas. 64 6. TIR P4CD 7. A3C P3D 8. P3A c4TD Antiguo esquema del excelente sistema de Chigorin, Hoy dia, esta maniobra se suele realizar después de 8 ..., 0-0; 9, P3TD, C4TD, con lo que se gana un tiempo importante para el desarrollo. En la presente partida se efectian en una traspo- sicion de jugadas. 9. AZA P4A 10. P4D D2A ll, CD2D 0-0 12. P3TD C3A 13. PSD oe El plan del tedrico soyiético Rau- zer 13. PXPA, PXP; 14. C1A y el siguiente salto a 3R con el propésito de dominar las importantes casillas 5D y 54R es el que ofrece actualmen- te mayores perspectivas. cID Maniobra caracteristica para apro- vecharse de la poca solidez del flan- co de dama del adversario. Aqui de- berfan Jas negras jugar 14. ..., TIC, cediendo la vertical TD, pero defen- diendo los escaques importantes de este flanco. Pero deciden ceder al adversario la casilla 5AD, lo cual es un grave error de posicién. Me a3 P5C? 15. C4A PaTD 16. C3AXPI Bella jugada que refuerza la su- perioridad de las blancas, lop: A3T 17, A3C PxC 18. P6D AXP 19. DXA DxD 20. CxD C2 21. CXC Axe. 22, PXP PAXP 23. P3A TRID 24. A3R www.bibliotecaajedi Los dos poderosos alfiles blancos y el debilitamiento de la estructura de peones de las negras hacen que 1s posicién de éstas sea indefendi- le. 24, ... P3T 25. TRID AZA 26. TDIA AIR 27, RIA TxXT+ 28. TXT TIA 29. P4C A2D 30, A6C ABR Las pérdidas materiales de Jas ne- gras son inevitables; a 30. ..., TIT seguia 31, TIA y, luego, T5A. 31, AXA PXA 32, T8SD+1 wee El camino més facil que lleva a la victoria. 32. 4. TXT 33. AXT c2D 34. AXP C4A 35. P3C CxPC 36. AXP csD 37, PST Las negras abandonaron el juego. Defensa siciliana Alekhine-Botvinnik Nottingham, 1936 1. PAR P4AD Esta apertura lleva el nombre del ajedrecista siciliano Polerio, que vi- vié en el siglo XvI y es actualmente una de las defensas mds usadas en la prdctica como respuesta a 1, P4R. Se han escrito una serie de volumi- nosas monograffas sobre ella en el transcurso de estos ultimos afios, Pe- ro los libros «envejecen», porque la practica hace que varfe la valoracién de esta apertura. A continuacién ofrecemos sus sis- bi6gepae. eBptantes: del dragén, empleado en esta partida de Scha- weningen; 1. P4R, P4AD; 2. C3AR, P3D; 3. P4D, PXP; 4, CMP, CZAR; 5. C3AD, P3R; de Paulsen: 1. P4R, P4AD; 2. C3AR, C3AD; 3. P4D, PXP; 4. CXP, D2A, o primeramen- te 4. .... P3R; de Boleslavski y es- tructuras semejantes a él: 1. P4R, P4AD; 2. C3AR, C3AD; 3. P4D, PXP; 4. CXP, C3A; 5. C3AD, P3D; 6. A2R, P4R, o 1. P4R, P4AD; 2. C3AR, P3D; 3. P4D, PXP; 4. CXP, C3AR; 5. C3AD, P3TD; 6. A2R, PAR, y el ataque de Rauzer: 1. P4R, P4AD; 2. C3AR, C3AD; 3. P4D, PXP; 4. CXP, C3A; 5, C3AD, P3D; 6. A5CR, que ocupa un lugar impor- tante en la teorfa, Esta breve relacién de los siste- mas de la defensa siciliana muestra la extraordinaria complejidad estra- tégica de la lucha en esta apertura. Analizaremos un ejemplo, que pro- bablemente ya conocen varios lec- tores; para ello, hemos selecciona- do una partida Alekhine-Botvinnik donde se reflejan claramente los pla- nes de ambos oponentes en la de- fensa siciliana: fuerte ofensiva de las blancas en el flanco de rey, y enérgico contrajuego de las negras en el centro y flanco de dama. Con- fesamos que el resultado de esta par- tida nos encanté; en la defensa si- ciliana, el nivelamiento del juego puede mantenerse cuando el ataque y el contraataque se hallan. equili- brados. 2. C3AR P3D 3. PAD PXP 4. CxXP C3AR 5. C3AD P3CR Aqui se ha definido la «variante de dragén», Las negras quieren com- binar el juego en la semi abierta ver- tical AD con la presién en la diago- nal 1TR-8TD, Y las blancas intentan atacar el flanco de rey, 6. A2R wee El ataque de Rauzer 6. P3A y los siguientes movimientos A3R, D2D y 65

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