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Ensayo sobre el tercer umbral, de José Luis Brea.

LAS POSIBILIDADES DE EXPANSIÓN QUE EN EL ARTE ES POSIBLE ACCESAR, MEDIANTE LA ADMISIÓN DE

CONCEPTOS A LOS QUE EL ARTISTA ACCEDE EN TIEMPO ACTUAL Y APARTIR DE LOS CUALES PRESENTA,

DESDE MEDIOS COMO EL CINE HASTA INFORMÁTICOS O HIBRIDACIONES ALTERNAS DE DISCIPLINAS

ESTABLECIDAS.

La condición del artista es inseparable de una relación similar que un trabajador de

cualquier área. Jerárquicamente ocupan puestos similares. Al restarle ponderancia de ser visto

como un paternalista de ideología o como un organizador de proceso histórico, Es posible

observar el desarrollo del artista al unísono del proceso historiado. No son dos historias

diferentes, la revolución industrial y la generación de discrepancias ideológicas fundadas de

observaciones sobre la población productora.

El ensayo busca describir ese sistema que se desarrolla al parejo, siendo que el artista ocupe un

lugar no ensalzado, sino a la par o dentro del mismo cuerpo de producción en una industria en la

que es posible espejear y hacer analogía. Así pues, propone una visión del sistema actual del

arte contemporáneo para un diagnostico del desarrollo que tendrá.

Al inicio Brea plantea la posibilidad de considerar la posición del artista a la par de la jerarquía de

trabajador, puesto que ocupa en equivalente a ser un obrero en fábrica, lejos de la visión de

formar parte de una elite intelectual la cual cobija en sus tesis a la masa de trabajadores de

industria, y poblaciones similares.

Se distinguen tres momentos, señalados a partir de ensayos de Walter Benjamin (El arte en la

era de la reproducción mecánica y El autor como productor) y de Guy Deboard, por citar a los

más recurridos.

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Para el análisis de lo acontecido, distingue en tres estadios donde se centra en el lugar y

actitudes en el productor de arte. Los estadios son:

primer estadio. la era del capitalismo industrial, donde el arte ocupa la figura de bibelot, palabra

que particularmente me resulta severa, pero clara al tener inherente el significado que mas

adelante ahondaría, de que la obra de arte, como objeto ocupa un lugar y sitio específico (más

adelante hablará del procesos situacionistas y de conceptos como heterotopías, heterotropías

(ambas si no hay un error en la ortografía y gramática de esa parte del texto, cuyo significado

cambiaría en un sentido no tan distante al que se comprende), y los no lugares).

Esto refiere a una diferencia entre la reproducción industrial de la obra que plenamente hubiera

sido contemplada como única, pero que dadas las posibilidades de reproducción se torna un

objeto industrial y el arte que plenamente se crea con intenciones de industrialización, como la

Bauhaus. Las revistas ilustradas en tirajes amplios, aparición de medios de comunicación

masivos para recepción colectiva, el cine y museos de arte contemporáneo, pronto se aplica el

discurso cristiano de usar la imagen para modelar al colectivo, con la variante de que se hacen

discursos para ellos, en el contexto de ser quien los percibe productor "la orientación de la

realidad a las masas"- y viceversa.

En este estadio aun es evidente que existen dos formas de producción: unos productores

industrializados, inmateriales los otros, que generan símbolos que observan los primeros. Es

entonces que los productores simbólicos se ven como traidores de clase, por lo cual producen y

defienden valores contrarios a la clase de la que se valen para su posición social evidente.

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posibilidad de distancia critica, con la posibilidad de rechazar una participación en la

organización de los modos de producción. Frente a un sistema industrializado puede aparentar

rechazo, sin embargo, como artista, se adhiere a un grupo de convenciones y estructuras

normadas de Academia, frente a lo cual, lo único visible es un contradiscurso que se forma como

no convencional. Brea usa dos palabras: contraconvención y contradiscurso.

El artista, como parte de la vanguardia, difícilmente forma parte de un proceso de

industrialización, con un contradiscurso.

Segundo estadio, el capitalismo de consumo y las revoluciones culturales. Las neovanguardias

En el momento en el que la rigidez de las normas académicas ceden, el artista ya no tiene una

figura contra la cual esté en el deber de transgredir. Sin esa muestra, no tiene forma de

mostrarse como antes y busca redefinirse y rectificar su práctica.

Pasa de ser estar de una posición de símil jerárquico contradiscursivo, a un "actor directo" (brea,

El tercer humbral, p 10).

Los know workers. se refiere no solo a quienes programan para ordenar y poner a disposición

conocimiento, sino tambien a quienes concilian conocimientos venidos de formas diversas, y que

debido a ello, se genere crítica. El artísta ocuparía un lugar en este rubro.

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Al final, dice que la cultura ya no se dirige a masas o poblaciones concretas, sino que produce

un individuo colectivizado

Un umbral hacia un tercer estadio, más que un tercer umbral hacia el estadio siguiente, cuya

conclusión no es posible de pronóstico, sino que es posible especular la deriva de su desarrollo,

hablando de esto mediante coordenadas que más adelante servirán para graficar la situación

observada en su ensayo. El capitalismo cultural. El sistema extendido de la imagen en las

sociedades de la visualidad. Las políticas de identidad y el preformativo visual.

En sí, el texto abarca un tiempo prevanguardista hasta contemplar tiempos en los que aun esta

siendo apenas evidente la influencia del arte cinematográfico, al contemplar la trascendencia y

significancia de la fotografía y sus repercusiones en las diversas artes, Vilém Flusser desarrolla

este hecho en La filosofía de la Fotografía, así como Susan Sontang en un texto con un sentido

similar, donde dice que aquellos que usan la fotografía como medio de conservación y culto de la

imagen como símbolo de la apropiación de eventos cotidianos, en ese apelmazamiento de

impresos el sentido del evento se olvida, quedándose únicamente el material en sí. Con esto que

Brea percibe, al considerar nuevos medios y también conceptos que influyen en la generación de

piezas artísticas en las que la pieza en sí no tiene el fin de “espaciar”, como Heidegger hace

notar, sino que trabajan con la idea del no lugar en espacios o de micro espacios en lugares

arquitectónicamente desarrollados, o virtualmente existentes.

A final de cuentas, es posible decir que el artista, como productor inmaterial se ha movido al sitio

en el que puede producir obras que no necesariamente serán únicamente espaciadoras, ni

sitiadas, ni bibelotécas y ni educativas de la masa, sino productos ofertados a la colectividad

puesto que la unidad mínima de la masa ha devenido a ser un sujeto-individuo colectivizado.

Adriana Manzanilla.

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