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Reflexin:
Vamos centrar nuestra atencin en la confesin de fe que Natanael hace de
Jess: Maestro, t eres el Hijo de Dios, el rey de Israel. Esta confesin, va a tener
un toque final que dar el mismo Jess, podramos decir en un tono un tanto
misterioso, en cuanto habla de ngeles que suben y bajan para servir al Hijo del
Hombre. Lo que el evangelista pretende con este texto del Evangelio y con la lgica
que viene presentando en todo el captulo primero de este Evangelio es declarar a
Jess como el enviado de Dios como Aquel que viene de parte de Dios y el nico
que tiene autorizacin del Padre. Toda persona creyente, que ha sido invitada, por
misericordia, a seguir a Jess y a proseguir su obra, est llamada a declarar a Jess
como el Seor de su vida con las actitudes y tambin con la palabra. Muchas veces
hemos vivido un cristianismo sin compromiso histrico, sin compromiso
existencial. Hoy somos llamados a experimentar a Jess como el Seor de nuestra
historia y a ser testimonio de l en los lugares donde vivimos y donde actuamos.
Comencemos
ya
No
hay
tiempo
que
perder!
(Evangelio:
www.servicioskoinonia.org).
Oracin sobre las ofrendas:
Te ofrecemos, Seor, el sacrificio de alabanza y te suplicamos con humildad que,
llevado ante ti por ministerio de los ngeles, lo recibas bondadosamente, y nos sirva
para la salvacin. Por Jesucristo nuestro Seor. Amn.
Oracin despus de comunin
Renovados, Seor, con este pan celestial, te pedimos que, alimentados con tu fuerza
y protegidos por la fiel custodia de los ngeles, avancemos seguros por el camino de
la salvacin. Por Jesucristo, nuestro Seor. Amn.