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COMENTARIO DE TEXTO: La institución libre de enseñanza

El siguiente documento es una fuente primaria reproducida en un libro sobre


historia de España con posterioridad y está firmado por Francisco Giner de los Ríos,
figura muy importante en el desarrollo educativo de España a finales del siglo XIX y
principios del siglo XX. En un país desesperanzado por el fracaso estrepitoso del
Sexenio Democrático, Giner de los Ríos puso todo su empeño en juntar los pocos
resquicios que quedaban de cultura y creó la Institución Libre de Enseñanza (ILE) en
el año 1876. El texto trabajado es un ensayo que describe el cometido y los objetivos
perseguidos por dicha institución, constituyendo una defensa de la cultura y la
educación españolas por parte del autor. El texto, por consiguiente, es de carácter
discursivo, ya que el autor argumenta su idea de manera subjetiva a través de una
serie de ejemplos y hechos que la refuerzan.
El documento está destinado al pueblo español. Aunque no es posible
averiguar de qué manera, seguramente dicho ensayo aparecería en la prensa, siendo
accesible de esta forma para la mayoría de los ciudadanos. El interés primordial del
autor es, pues, hacer llegar la existencia y los fundamentos de la Institución Libre de
Enseñanza a todo el mundo posible, para atraer a las masas y para no enterrar la
enseñanza española, la cual bizqueaba en el último tercio del siglo XIX.
El texto seguramente fue publicado alrededor de 1876, cuando se abrió la ILE.
Durante esta época, la población intelectual del país comenzó a desarrollar un
profundo florecimiento del pensamiento y la cultura; no obstante, este florecimiento
quedaba sólo en una minoría: la mayor parte del país era rural y presentaba un bajo
nivel educativo. Además, el desarrollo tecnológico y de investigación en el país era
casi inexistente. Durante el reinado de Isabel II, el desarrollo de la industria y el
estancamiento de la agricultura habían reducido a un segundo plano a la educación
española. Se crearon medidas como la Ley Moyano de educación en 1857, pero las
condiciones económicas y sociales del sistema, así como las guerras carlistas, no
contribuyeron a una educación eficiente, y gran parte de la población continuó
siendo analfabeta. Con la llegada de los Borbones y la consiguiente Restauración
monárquica, la situación apenas mejoró y, por ello y con la llegada a España de la
filosofía de Krause que constituyó el krausismo, comenzó una defensa del derecho a
la educación que Francisco Giner de los Ríos condensó en la creación de esta
institución.
El tema predominante en el texto es la defensa de esta institución. De esta
manera, el autor hace un barrido por la situación actual de España con numerosas
referencias, y posteriormente pasa a describir los principios de la institución.
Comienza por una introducción en la que apunta a los valores más destacables
de la institución: antropocentrismo (hombre al servicio de la humanidad) y
nacionalismo (y de la patria), así como la confianza la efectividad de llevar una
relación más íntima e individual con cada alumno (para esto no desdeña una sola
ocasión de intimar con sus alumnos). Estos tres aspectos constituyen la introducción
del texto y son, a su vez, ideas básicas del movimiento filosófico del que nutrió la
ILE: el krausismo. El krausismo fue un fenómeno intelectual creado por el filósofo
alemán Karl Christian Friedrich Krause que abogaba por la libertad de cátedra, un
conocimiento y una enseñanza humanistas, la preponderancia de la razón y un
pensamiento más individualista. El krausismo español dio sus frutos con la Institución
Libre de Enseñanza, con modernizaciones en la enseñanza y un mayor desarrollo del
conocimiento intelectual.
Se menciona en el texto a la aprobación de Europa en el sistema educativo
que propone la ILE (novedad ésta cuya importancia comprendía el último Congreso
de Bruselas), haciendo referencia, en parte, a la descompensación que había entre
España y Europa: Europa se desarrollaba en todos los ámbitos posibles, mientras que
el retraso español continuaba en la economía y se reflejaba en la educación con el
alto grado de analfabetismo.
La parte siguiente del está compuesta por los principios de dicha institución,
que son a su vez las ideas secundarias del texto. La enumeración comienza por una
frase introductoria que apela a la necesidad de cambiar la visión que se tiene de la
educación (aspirarse a una nación verdaderamente educadora), dando la idea de que
todavía no está todo perdido (en aquellas esferas donde más apremia la necesidad
de redimir nuestro espíritu). Así, todo lo siguiente refuerza esta idea y la finalidad
de Giner de los Ríos. En primer lugar, hace referencia a la importancia de cultivar la
mente pero también el cuerpo, sin abandonar el tono de crítica a la actual España
(en una nación indiferente a su ruina). Prosigue con la exaltación del individualismo,
pilar fundamental en la ideología que regía la ILE, como ya se ha nombrado antes
(desarrollo de la personalidad individual) y la importancia de la ley, la ley cumplida
verdaderamente y no la ley que estaba teniendo lugar en la España de la época,
marcada por la corrupción, hecho que también denuncia el texto (soberbia de
gobernantes y gobernados, cálculo egoísta). El sistema corrupto de la Restauración
era una verdad que todos sobrellevaban en sus vidas diarias: el caciquismo, el
encasillado y el pucherazo eran los métodos más comúnmente utilizados y que
caracterizaron a este periodo, siendo una de las bases más importantes del sistema.
Así, Giner de los Santos defiende el patriotismo consistente en estar en contra de
este sistema (el patriotismo sincero, leal, activo).
Finaliza el texto centrándose en intereses que afectan a la economía pero que
tienen una raíz fundamentalmente social. De nuevo, se nombra el eterno problema
de la sociedad española: la alergia al trabajo, el poco amor a laborar que se
arrastraba desde la supresión de la sociedad estamental; Giner de los Santos
establece que quien no ama el trabajo es como un mendigo para el resto de la
sociedad. Y, por último, la mentira que persigue a España desde los más altos niveles
del sistema a los más bajos, considerándola el autor como un cáncer social, y
agregando un pequeño matiz cuando declara que esta mentira está mantenida por la
educación corruptora, siendo algo fundamental en la ILE el pensamiento de que de
ciudadanos bien educados saldrían buenos gobernantes.
A pesar de los conflictos con una Iglesia que controlaba la educación del país y
que se mantenía en contra de la mayoría de las nuevas teorías científicas y
filosóficas, la ILE tuvo una gran repercusión en España. El grupo de pensadores que
siempre va ligado a esta institución es el formado por artistas e intelectuales
denominado Generación del 98, de gran calado en la España de la época y en la
nuestra propia. A su vez, también de este núcleo de renacimiento de la cultura
surgió el regeneracionismo tras la crisis del 98, con Joaquín Costa como
representante destacable.
No obstante, con el golpe de estado de Primo de Rivera en 1923 este grito por
la educación fue acallado. Muchos intelectuales tuvieron que exiliarse, pero siguió
latente el sentimiento por una cultura mejor, y esto fue demostrado en la II
República, ya que la ILE inspiró el programa educativo de ésta. Volvieron muchos
intelectuales del exilio, y siguió la crítica y la consiguiente reforma, en parte
agravada por el sentimiento de abulia y pesimismo respecto al país que había nacido
con la Generación del 98, ya que reforzó el ansia de cambio y de mejora.

Elena Cortés Alonso


2º BCT

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