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4-Horacios y Curiacios.

En tiempos del rey Tulo Hostilio se


enfrentaron en guerra Roma y Alba Longa. Para evitar que
hubiera un gran derramamiento de sangre entre dos pueblos
hermanos, se acudió a una solución especial: había unos
trillizos, los Curiacio, en el ejército albano y otros trillizos, los
Horacios, en el ejército romano; lucharían ellos solos y los
que resulten vencedores darán la victoria a su pueblo.

El combate se va a desarrollar a la vista de ambos ejércitos, que


animarían cada uno a sus campeones. Al primer choque de
los seis combatientes, mueren dos de los Horacios y quedan
heridos los tres Curiacios, que rodean al Horacio ileso

5-Los libros sibilinos eran unos libros mitológicos y proféticos de la


antigua Roma.

La sibila de Cumas se presentó en cierta ocasión ante el rey romano


lucio tarquino el Soberbio como una mujer muy anciana y le
ofreció nueve libros proféticos a un precio extremadamente
alto. Tarquinio se negó pensando en conseguirlos más
baratos y entonces la sibila destruyó tres de los libros. A
continuación le ofreció los seis restantes al mismo precio que
al principio; Tarquinio se negó de nuevo y ella destruyó otros
tres. Ante el temor de que desaparecieran todos, el rey aceptó
comprar los tres últimos pero pagó por ellos el precio que la
sibila había pedido por los nueve.

Estos tres libros fueron guardados en el templo de Júpiter en la


ciudad de Roma y eran consultados en situaciones muy
especiales. Son los llamados Libros sibilinos. Estaban
escritos en griego, en hojas de palmera, que posteriormente
pasaron a papiro.

Los romanos del siglo II aC., en tiempos de la República, apreciaban


mucho estos libros y los guardaban en un colegio formado
por 10 sacerdotes menores llamados decenviri sacris
faciundis. En situaciones de crisis los consultaban para ver si
había una profecía que pudiera aplicarse a la situación del
momento.
6-Tarquinio abolió y destruyó Todos los santuarios y altares
sabinos de la Roca Tarpeya, enfureciendo de esta forma al
pueblo romano. El punto crucial de su tiránico reinado
sucedió cuando permitió la violación de Lucrecia, una patricia
romana, por parte de su propio hijo Sexto. Un pariente de
Lucrecia y sobrino del rey, Lucio Junio Bruto, convocó al
Senado, que decidió la expulsión de Tarquinio en el año 510 a.
C. Tarquinio pudo haber recibido entonces la ayuda de Lars
Porsena, quien no obstante ocupó Roma para su propio
beneficio. Tarquinio huyó entonces a la ciudad de Túsculo y
posteriormente a Cumas, donde moriría en el año 495 a. C.
Esta expulsión supuso el fin de la influencia etrusca tanto en
Roma como en el Lacio, y el establecimiento de una
constitución republicana.

Tras la expulsión de Tarquinio, el Senado decidió abolir la


monarquía, convirtiendo a Roma en una república en el año
509 a. C. Lucio Junio Bruto y Lucio Tarquinio Colatino,
sobrino de Tarquinio y viudo de Lucrecia, se convirtieron en
los primeros cónsules del nuevo gobierno de Roma. Este
nuevo gobierno permitiría a la larga la conquista por los
romanos de casi todo el mundo mediterráneo, una forma de
gobierno que sobrevivió durante casi quinientos años hasta la
ascensión de Julio César y César Augusto.

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