enfrentaron en guerra Roma y Alba Longa. Para evitar que hubiera un gran derramamiento de sangre entre dos pueblos hermanos, se acudió a una solución especial: había unos trillizos, los Curiacio, en el ejército albano y otros trillizos, los Horacios, en el ejército romano; lucharían ellos solos y los que resulten vencedores darán la victoria a su pueblo.
El combate se va a desarrollar a la vista de ambos ejércitos, que
animarían cada uno a sus campeones. Al primer choque de los seis combatientes, mueren dos de los Horacios y quedan heridos los tres Curiacios, que rodean al Horacio ileso
5-Los libros sibilinos eran unos libros mitológicos y proféticos de la
antigua Roma.
La sibila de Cumas se presentó en cierta ocasión ante el rey romano
lucio tarquino el Soberbio como una mujer muy anciana y le ofreció nueve libros proféticos a un precio extremadamente alto. Tarquinio se negó pensando en conseguirlos más baratos y entonces la sibila destruyó tres de los libros. A continuación le ofreció los seis restantes al mismo precio que al principio; Tarquinio se negó de nuevo y ella destruyó otros tres. Ante el temor de que desaparecieran todos, el rey aceptó comprar los tres últimos pero pagó por ellos el precio que la sibila había pedido por los nueve.
Estos tres libros fueron guardados en el templo de Júpiter en la
ciudad de Roma y eran consultados en situaciones muy especiales. Son los llamados Libros sibilinos. Estaban escritos en griego, en hojas de palmera, que posteriormente pasaron a papiro.
Los romanos del siglo II aC., en tiempos de la República, apreciaban
mucho estos libros y los guardaban en un colegio formado por 10 sacerdotes menores llamados decenviri sacris faciundis. En situaciones de crisis los consultaban para ver si había una profecía que pudiera aplicarse a la situación del momento. 6-Tarquinio abolió y destruyó Todos los santuarios y altares sabinos de la Roca Tarpeya, enfureciendo de esta forma al pueblo romano. El punto crucial de su tiránico reinado sucedió cuando permitió la violación de Lucrecia, una patricia romana, por parte de su propio hijo Sexto. Un pariente de Lucrecia y sobrino del rey, Lucio Junio Bruto, convocó al Senado, que decidió la expulsión de Tarquinio en el año 510 a. C. Tarquinio pudo haber recibido entonces la ayuda de Lars Porsena, quien no obstante ocupó Roma para su propio beneficio. Tarquinio huyó entonces a la ciudad de Túsculo y posteriormente a Cumas, donde moriría en el año 495 a. C. Esta expulsión supuso el fin de la influencia etrusca tanto en Roma como en el Lacio, y el establecimiento de una constitución republicana.
Tras la expulsión de Tarquinio, el Senado decidió abolir la
monarquía, convirtiendo a Roma en una república en el año 509 a. C. Lucio Junio Bruto y Lucio Tarquinio Colatino, sobrino de Tarquinio y viudo de Lucrecia, se convirtieron en los primeros cónsules del nuevo gobierno de Roma. Este nuevo gobierno permitiría a la larga la conquista por los romanos de casi todo el mundo mediterráneo, una forma de gobierno que sobrevivió durante casi quinientos años hasta la ascensión de Julio César y César Augusto.