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as lam aya Se pt Poe een Ve eee Bee cee een ater eet ence et eee a eee tee eee. ee eee Pee eet are ee ter eee pene oe ee eer eee ee eeg eeeers reer een eo ae eee Nee ee ad Peete te ea eer ee ee ees Perera re Loy Peers net ee oe a penne nionctr tt ras perrener cr et ee Cree cee ee a aed ‘hace de nuer (Cries, 2002), ARorbres de iganesLasgrenées ie eer ee Ma Ene eect) mili BREVISIMA HISTORIA DEL TIEMPO Soe Ere Hablando del universo ivimos en un universo extrailo y maravilloso. Se ne- cesita una exteaordinaria imaginacién para apreciar su edad, tama, violencia, © incluso su belleza. Podria parecer que el lugar que ocupamos los humanos en este ‘vasto cosmos ¢s insignifieante; quiza por ello tratamos de encontrarle un sentido y de ver como encajamos en él Hace algunas décadas, am eslehre cientifico (algunos di cen que se trataba de Bertrand Russell) dio una conferen cia scite astronomia. Describié ecimo la tierra gira alre Gedor del sol y eomo éste. a su vez, gira alrededor de un Jnmenso conjunto de estrellas al que llamamos nuestra ga: Jaa. Al final de la conferencia, una vieja seflorase levan 16 del fondo de la sala dijo: «Todo lo que nos ha conta- o son disparates, En realidad, el mundo es una placa plana que se sosiiene sobre el caparazén de una tortuga sigante>. El cieatiico sonsié con suficiencia antes de re- plicar: «i ¥ sobre que se sostiene la tortuga». «Se eree us- ted muy agudo, joven, muy agudon, dijo la anciana. «jPero hay tortugis hasta el fondo!» [La mayoria de nuestros contemporineos consideraria ridicwlo imaginar el tniverso como una torre infinita de tortugas. Peto ,por qué nos empeftamos en creer que sa- ‘hemos més? Olvidemos un minuto lo que conacemos —o creemos conacer— del espacio y levantemos Ia vista hacia $B 4 sresims seria set ompo eleielo noctumo, ;Ou6 pensamos que son todos estos mi- niscules puntos luminosos? ,Som fuegox dminutos? Res sulta dificil imaginar lo que son en realidad, ya que exce- den inmensamente mucstra experiencia ordinaria, Si observamos con repularidad las estells,preablemente 10s habremosfiado en una luz elusva que sobrevula horizonte en el erepiseulo. Es un plancta, Mereurio, pero es muy diferente de la tierra, Excl, un cia dura de terion 4e lo que dura su aio. Alaura temperaturas que sobrepa, samt os 400°C cuando to iluming e sol, y eae 4 200 on 1a osouridad deta noche. Aun as, por muy diferente que sea Mercurio de nuestro planeta, no e confunde con las estrellas Upicas, con sus inmensos homo que queman in es de millones de kilos de materia cada segundo, y cuyes Aiileos se allan a decenas de millones de grados, ‘Otra cosa que nos euesta imaginares la distancia a que Se encuentran realmente las planctasy ls estrellas, Los ntiguos chinos construyeron orres de piedra para poder Joscontemplar més de cerea. Es natural pensar que Ins es, trellasylos planets sehallan mas proximos de lo que rea ‘mente estén; al fn vl eno, en nuestra vida cotidiana no tenemos experiencia alguna de la enormesdistancias es Pcioles. Dichas distancia son tan grandes que ni siquiers tiene sentido expresatlas en metros o en kilémctr, las unidades con que expeesainos la mayoria de longitudes, En su lugar, utlizamos el atluz. que es la distancia 1e corrda por la luz en un ae, En un segundo, un hae de lac recorTe 300.000 kil6metros, de maneru que un al-huz ex en efecto una distancia muy grande. La estrella mas peo. xima anuestro sol, enominada Proxima Centauri (o Alta Centauri, se halla @ unos cuatro afos-uz. Esté ta lejos 4c incluso con la nave espacial tripulada mas velor le (antes de Newton, In palabra

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