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ent ene) ranean nny er erranter cant Pee nee ete renee a realistas de los postkeynesianos acetate eee ee Pte nee ee Pea eer ean eee eee cre oni Boe ene cs Betoneten errs incremento del salatio real no conlleva, fatalmente, el descenso Panett ay Sen en er ces de ahorro no desencadena ka err nneen aotsr Nee Sone eRece en creke ners Ree a eee an Pee sen) Per een nec Por eeee Tans Siguiendo a Keynes, loy postkey Perea ere any condicién de que sea controlado pee ee eee a eee eee mere ronnie een Creare eens Pmt nena (Canada). Ha sido profesor invi- Pee tet etd Bourdeaux-l, Nice-Sophia- Antiopolis, Rennes-1, Bourgogne, Grenoble (PMP), Limoges y iret a eect Gee Ei qq ee Nes Icaria * Antra LA ECONOMIA POSTKEYNES ANA [ore Teen eet eT pretende set una herramienta rere arrest Se oe Sen ae ta eee sy eee eee para el desarrol ee eras posibles mod aquellos interesados en eee agen eed renee ins Nota del traductor Se han incorporado a le presente vesién algunos leves retoques propuestos por el [propio autor, el cul ha resueltoarimiemo con extrema cortesta unas pocas dudas ‘Sobre ciertostérminos. También quiero mencionar (y manifestarles desde aqut mi scimiento) I buena disposici6n de mis colegas los profesores Josep Altarriba y Josep Gonaler Calvet, que tuviero laamabilidad de evsarel léxico especalizado de fos captulos sobre miroeconomia y maeroeconomi, respectivamente. or or parts con perio de sutor hen incoepoado al texto algunasindiaco- nesescuetasafin de ofrecer un plus de informacion sabre autores, ertinos o concep tox, Eston afadidos se prsentan den de paren anguados (<>) En in ena ceferencisbibliogrfcas cuando dspona dea informacidnpesinen- tere reemplarado la mencin alas sone lances po aia del ginal en inglés. ¥, cuando meba sido poable, he dao azn dela exitenca de vr caste lana dels obras, mediante tao, agar de publcaci, empres editors yao de apuicion, t Alfons Barcelé ‘Tilo oxiginal: Léconomie posthaméienne, Pats, Editions La Découverre, 2004, Traduecién al castellano: Alfons Barels Diseno dela coleccién: Josep Bagh Focomontaje de la cubierta: Muntsa Busquets © Marc Lavoie © Decscacdicidn Tearia editorial 2. ‘Ausiis Mare, 16, 3 2°/ 08010 Bascelons worwicariaeditoralcom ISBN: 84-7426-785-4 Depésio legal: B-21.834-2005, Impreso en RomanyaiVls, sa, ‘Verdaguer, 1, Capellades (Barcelona) “Todos ls librs de esta coleccin estin impresosen papel rcclado. Printed in Spain, Impress en Espa. Proibida le reproduced total 0 parcial {NDICE Introducci6n 7 1, La heterodoxia postkeynesiana 11 {Quiénes son los postkeynesianos? 11 Las caracterfsticas de las escuclas heterodoxas 12 Los elementos postkeynesianos esenciales 22 Las diversas tendencias de la escuela postkeynesiana 28 Il. Una microeconomfa heterodoxa 35 La teoria de la eleccién del consumidor 35 Mercados oligopolistas y objetivos de las empresas 45 La forma de las curvas de costes 51 Los procedimientos de fijacién de los precios 54 Los determinantes del margen de beneficios 59 Consecuencias para la teoria mactoeconémica 63 III. Una macroeconomia del circuito monetario 65 Principales caracterfsticas del andlisis monetario postkeynesiano 66 Las relaciones entre el banco central y la banca privada 70 Las relaciones entre los bancos y las empresas. 75 Una visién sistémica de la economia moretaria 81 IV. Elcorto plazo: demanda efectiva y mercado de trabajo 91 ‘Los componentes de la demanda efectiva 92 El modelo de los kaleckianos 94 Extensiones del modelo kaleckiano 103 V. El largo plazo: viejos y nuevos modelos de crecimiento 111 Los viejos modelos postkeynesianos 111 ‘Los nuevos modelos kaleckianos 116 Extensiones y objeciones al modelo kaleckiano 122 VI. Conclusién general 131 Referencias bibliogréficas 133 INTRODUCCION Desde hace algunos afos es ficil encontrar en las librerias una buena cantidad de obras de economia que denuncian lasconsignas y recetas del «pensamiento tinicon. Sus autores condenan las politicas econé- micas seguidas por los gobiernos, los bancos centrales y las grandes instituciones econémicas internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial (8M). Estas politicas —ba- sadas en la austeridad, la liberalizacibn y ls priva:izaciones— tienen como objetivo eliminar o contener la plaga de la nflaci6n, preservar el tipo de cambio, incrementar la tasa de crecimiento de la producti- Vidad y crear puestos de trabajo estables. ‘No hay mucha controversia sobre estos fines, pero si sobre los medios idneos para alcanzarlos. Los medios que hemos menciona- do se fundan en la doctrina neoliberal y constituyen el denominado sconsenso de Washington». Se presentan como las verdades indiscu- tibles de nuestra época («conventional wisdom) que ya denunciaba John Kenneth Galbraith (1961). Los neoliberales preconizan unos bancos centrales independientes, con unos tipos de interés elevados (como ocurre con el Banco Central Europeo, BCE); unos sindicatos deébiles, una mayor flexibilidad en el mercado de trabajo y una con- gelacién o reduccién de los salarios; la reducccidn de los servicios paiblicos y de los impuestos; la cuasi desapariciéa de los déficit pi- blicos y a fijacién de limites en el peso relativo de la deuda piiblica, segsin se estipulé en el Tratado de Maastricht y en el Pacto de Estabi- lidad que arroparon el nacimiento de la nueva Europa y que todavia hoy constrifen la hacienda piblica de los paises miembros; y, final- mente, la privatizacién de numerosas empresas piblicas y el desman- telamiento de numerosas reglamentaciones que regulan los merca- dos, afin de devolver a éstos toda su flexibilidad. Para los defensores de esta politica, la apertura y la liberalizacién de los mercados son medidas benéficas para la sociedad. Los estropicios del consenso de Washington» han sido sefiala- dos muchas veces por sus adversarios. Sin embargo, los libros o arti- culos aludidos a menudo dejan insatisfechos al lector. Los criticos brillan a la hora de examinar los mecanismos de la teorfa neoclésica ‘con vistas a revelar sus insuficiencias; pero en general no ofrecen al lector ningin modelo alternativo. Verdad es que ciertos economistas neoclisicos, como Joseph Stiglitz (2002, 2003), rechazan con viru- lencia las politicas neoliberales que se han practicado en los afios ochenta y noventa, subrayan que éstas se apoyan sobre una teorfa neoclésica escandalosamentesimplificada y afieman que unas versio- nes mds elaboradas ponen en cuestién estas politicas. Una nueva teorfa alternativa Ahora bien, para criticar el pensamiento dominante es intitil tomar cl camino tortuoso que consiste en adoptar unos modelos neoclésicos con fundamentos criticables y afiadirles, punto seguido, algunos su- pucstos cargados de realismo. Eso nos llevaria a modelos de dificil contrastacién. Este libro propone un atajo. Nuestra meta es presen- tar una alternativa a la economia dominante, una alternativa que contradiga directamente los principales preceptos del neoliberalismo. Esta alternativa es la economda postkeynesiana. La economia postkeynesiana no goza de mucha popularidad en Europa y aun menos en Espafia. Eventualmente, se hacen algunas referencias a ella en los cussos de historia del pensamiento econémi- co, o bien en los cursos sobre ciclos y fluctuaciones que dan cabida a Jos modelos de crecimiento y distibucién de Cambridge, elaborados por Robinson, Kaldor y Pasinetti, 0 cuando se examina la controver- sia sobre el capital de los afios sesenta. A veces, en este contexto, la teorfa postkeynesiana se vincula con la teorla neorricardiana 0 sraffiana. Pero su contribucién a la ciencia econémica es a menudo presentada como una aportacién bisicamente negatio, que ha mos- trado las deficiencias y los Iimites de las pardbolas derivadas de la funcién de produccién neoclisica. En cambio, los modernos desarrollos del pensamiento postkey- nesiano han tenido menor eco, a pesar de la publicacién de numero- 505 libros y la creacién de diversas revistas en el mundo anglosajén, ‘como Cambridge Journal of Economies (1977), Journal of Post Keynesian Economics (1978), 0 la Review of Political Economy (1989), En cuan- to a Francia, vale la pena mencionar el libro de Barrére (1985) y la serie Monnaie et Production (ditigida por el wcitcuitista» Alain Parguez) de la revista Economies et Sociéts, El presente libra, la obra de Piegay y Rochon (2003) y Ja puesta en marcha de una Asociacién de Estu- dios Keynesianos (ADEK, adek@sciencespo.bordeaux.fi) bajo la di- reccidn de Edwin Le Héron en colaboracién con los Cahiers lillois économie et de sociologie deberfan servir para corregir esta situacién, yy ayudar a difundit la parte positiva de los trabajos postkeynesianos. Un antidoto contra el «pensamiento tinicor Lateoria postkeynesiana es un antidoto contra el «pensamiento tini- com, y offece un itil apoyo teérico a quienes desean cuestionar la economia dominance y oponerse a las politicas de austeridad. La teorfa postkeynesiana, al igual que la teoria neoclésica, pose ‘unos fundamentos microeconémicos, pero estes fundamentos son diferentes, mis realistas. Las teorias macroeconémicas que se detivan de ellos se plasman en politicas econémicas que difieren radicalmen- tee aquellas politicas que se inspiran en los fundamentos microeco- némicos neoclésicos. En los siguientes capitulos vamos a discutir numerosos mitos derivados de la aplicacién elemental de la teorfa neoclésica. A modo de ejemplo: un incremento dela demanda no produce necesariamente un alza de precios; un incremento del salario minimo o del salario real no provoca un aumento del pato; el mismo aumento del salario real no acarrea fatalmente la disminucién del tipo de beneficio de las empresas la disminucidn de las tasas de ahorro no provoca una caida de la inversi6n, ni la moderacién del crecimiento, ni la subida de los tipos de interés; la flexibilidad de los precios no lleva necesariamente a.una economia hacia el equilibrio éptimo. A menudo se considera La ecunvmnia tradicional como un cis cia higubre («dismal science»), dado que postula que una sociedad debe suftr, ser austeray ibrarse a un competencia desenfrenada para aleanzar el superbienestar. La teorfa postkeynesiana oftece un men- saje diferente, mds cautivador: es la cooperacién, y no la competi- cidn o las relaciones conflictivas, lo que puede Hevar a resultados mucho mejores; y la escasez es, en cierta medida, una construccién intelectual que puede ser sorteada y superada (VENTELOU, 2001), Hacia una economia postautista El afto 2000, estudiantes franceses de escuelas normales superiores y de varias universidades denunciaron la economia que se les ensefia- ba, lo que cuajé en un movimiento de protesta que se extendié a ‘otros paises (ECONOCLASTES, 2003; FULLBROOK, 2003). En Fran- cia, estas quejas estudiantiles Hegaron hasta el ministro de Educa- ci6n e incluso incitaron a estudiar ciertas propuestas de reformas, {que sin embargo no Hlegaron a tomar cuerpo. Los estudiantes criticaban el dogmatismo de los planes de estu- y-se quejaban de la falta de pertinencia de unas formalizaciones «que con demasiada frecuencia retrataban mundos imaginarios, lo que segtin ellos cortespondfa a una eeconomia aucistar. Reclamaban una ensefianza que les informara de los limites y las debilidades de la teo- ria neoclisica; y reclamaban una ensefianza pluralista que integrara las teorfas heterodoxas y que estuviera més vinculada al mundo real. El presente libro les esta dedicado, pues tiene precisamente como objetivo contribuir a esta exigencia. I. LA HETERODOXIA POSTKEYNESIANA {Quignes son los postkeynesianos? Laescuela postkeynesiana es una de las numerosat escuelas de pensa- micnto heterodoxo que hay en economia. Entre los economistas heterodoxos, que en su mayorfa se oponen netamente ala economia neoclisica dominante, se encuentran los economistas marxistas, los sraffianos (0 neorticardianos) lo estructuralistas (del desarrollo), los institucionalistas, los regulacionistas, los economistas humanistas 0 sociales, los antiutilitaristas, los behavioristas, los economistas de los acuerdo titicos, los schumpererianos (0 evolucionistas), los econo- mistas feministas y otros. Las escuelas heterodoxas padecen la presi6n de dos Fuerzas opues- tas, Por un lado estén afectadas por la explosiér. de las ciencias en general y de la ciencia econémica en particular: cada escuela tiendea especializarse en cl estudio de un campo propio y acorado, a la vez que quiere distinguirse de las demds. De modo que las distintas heterodoxias son rivales y, a la vez, complementarias al analizar cada tuna un aspecto particular de la economia. Pero existe igualmente una contratendencia, debida quizas a una situacién de minorfas en riesgo de marginacién, que estimula a in- vestigadores de heterodoxias diferentes a promover aproximaciones ¢ interacciones. Esto es particularmente evidente en el caso de los postkeynesianos y neotradicales (marxistas) nerteamericanos, en macroeconomfa y en economfa monetaria. De hecho, existe una or- ganizacién que cobija a todas las heterodoxias y asus organizaciones y revistas, Ia elncernational Confederation of Associations for Plu- ralism in Economics» (ICAPE). Asi que las fronteras de las diferentes cscuelas que hemos mencionado tienen, en parte, un componente arbitrario. u Como indica su nombre, los postkeynesianos se inspiran en los Grifico 1. Filiacién de las escuelas en macroeconomia trabajos de John Maynard Keynes, el famoso cconomista de la uni- versidad de Cambridge, en Inglacerra. Se dice a veees que su obra més conocida, publicada en 1936, Teorta general de la ocupacién, el 4 interés y el dinero, dio origen a la teorfa macroeconémica. Pero este 2 i libro también ha suscitado diversas interpretaciones divergentes a (COMBEMALE, 2003). Los economists postkeynesianos proponen i+ una interpretacién diferente de la que plantearon los economistas de is & Ia esintesisneoclisica», como Paul Samuelson o James Tobin, igual é aque difiere también del punto de vista de los «nuevos keynesianos» (neoclésicos) como Gregory Mankiw o Joseph Stiglitz — > Los postkeynesianos modernos se inspiran principalmente en los trabajos y métodos desplegados por los economistas que se codeaban con Keynes en la época en que estaba escribiendo su Téoria generalen Ja universidad de Cambridge, como Roy Harrod o Joan Robinson, o que han contribuido a la formacién de lo que se Ilamé la eescuela de NEOCLASICOS Cambridge» en los afios cincuenca y sesenta, como Nicholas Kaldor, Michal Kalecki y Piero Sraffa. Los postkeynesianos, como los regula- cionistas (cuyas fuentes son a la postte bastante cercanas (BOYER, 1987]), también estén estrechamente relacionados con los economistas institucionalistas, en especial con los que se han inspirado en las ideas de Thorstein Veblen o de John Kenneth Galbraith. También conec- tan con los estudios sobre el comportamiento empresarial dados a conocer en 1936 por el «Oxford Economists’ Research Group». Pero los economistas postkeynesianos, como Keynes, se interesan sobre todo por los asuntos macrocconémicos. che Tener ‘store ‘iscoe al re rica] [sae Las caracteristicas de las escuelas heterodoxas HETERODOXOS Antes de examinar los rasgos especificos de la escuela postkeynesia- na, sefialemos en qué se diferencian las escuelas heterodoxas de la teorla neoclésica. No es tarea facil definir la teorfa neoclisica. Cudl es el poso comtin que caracteriaaa los economistas que se ocupan de la teoria del equilibrio general de matriz walrasiana, a los que utili zan la teorfa de juegos, y también a los keynesianos de la sintesis neoclisica? Los neoclasicos subrayan a menudo el principio de la ma- ximizacién con restricciones. Sin duda se trata de un elemento esen- cial del método neoclésico, No hace atin mucho tiempo alguien podria 12 LOS POSTKEYNESIANOS EN GRAN BRETANA, Laescuela de Cambridge Harrod, Kalecki Sraffa, Robinson, Kahn, Kaldor, Pasinetti: todos es- tos economistas estin asociados a lacscuela de Cambridge, aunquelos dos primeros no hayan trabajado nunca en la universidad de Cam- bridge, sino en la universidad de Oxford. Antesdel hundimiento del Imperio Briténico y de que las uni- versidades estadounidenses imp sieran su hegemon(a, esta escuela sgozaba de una influencia muy con- siderable en todo el mundo y cons- titufa un enclave destacado de pen- samiento heterodoxo. Hoy en dia, solamente sus Escuelas («colleges») y el Departamento de economia aplicada conservan ciertastradicio- nes criticas. El Departamento de economiade Cambridge es comple- tamente neoclésico, hasta tal pun- to que losestudiantes de doctorado firmaron no hace mucho una peti- cién similar a la de los estudiantes franceses de las Escuelas normales superiores, en la que reclamaban mds pluralismo en la enseftanza de la economia (FULLBROOK, 2003, 36) ‘Los fundadores: eseueta presentacién Roy Harrod fue el primer bidgrafo deKeynes. Igual que Richard Kahn, 4 ‘que se convirtié después en un es- trecho colaborador de Joan Robin- son, Harrod habia comentado cada capitulo de la General Theory du- rante la redaccién de esta obra por Keynes. Harrod se destacé por sus trabajos innovadores, de 1939, sobre dinmica econémica, en es- pci, gracias a su principio de la inestabilidad dinamica y a su con- cepcién del progreso téenico, no- ciones que luego se encuentran en Robinson, Kaldor y Kalecki, asi como en los autores postkeyne- sianos en general. También partici- 6 en los estudios de Oxford sobre 1 comportamiento de las empre- sas, estudios que llevaron a poner en cuestién la teoria microeconé- rica dominance, Joan Robinson alcanz6 fama, ante todo, por su trabajo de 1933 sobre la competencia imperfecta, estudio elogiado por los economis- tas neoclésicos, pero que ella ulte- riotmente desactedivé. Economis- ‘a muy prolifca, tiene como obra cumbre La acumulacién de capital (1956), en la que aborda, a la vex, Ia eleccién de técnicas, problemas monetarios y cuestiones de dis- tribucidn, junto con los obstéculos para crecer a una tasa sostenida y sin paro. Se trata de una obra clisi- a, igual que la Teoréa general de aunque a veces resulta de dificil leceura. Robinson, con Seals, dio la sefal de partida de las wcon- troversiasde Cambridgesobreel ca- pital» al poner en cuestién la con- cepeién neoclisica del capital y de la distribucién. Nicholas Kaldor ha sido, junto con Robinson, el principal aiete de la revolucién cambridgiana. De ori- gen hiingaro,lleg6 a Inglaterra en 1927, Las ideas de Kaldor estaban enpermanenteevolucién. Ha hecho aportaciones novedosas en muchos campos, examinando las teorias de Ia especulacién, de los equilibrios ‘miltiples y de los encadenamientos virtuosos, y elaborando una multi- tud de modelos de crecimiento 0 de desarrollo. Asimismo, ha reali- zado numerosos trabajos en el te- rreno monetario y fiscal. Aunque rnunca incent6 sintetizar sus escri- tos, sus trabajos tedricos y empiri- cos hoy son fuente de inspiracién para muchos investigadores. Michal Kalecki era un econo- mista polaco. Vivié en Inglaterra entre 1936 y 1946, y allf entablé tuna sida amistad con Joan Robin- son. Muchos economistasle tribu- yen la verdadera paternidad del principio de la demanda efectiva. ‘Ademés, a diferencia de Keynes, los fandamentos microecondmicos de las tcorfas macroeconémicas de Kalecki estaban exentos de prinei- pios neoclisicos. Kalecki eraun eco- inémetray en sus primeros trabajos se ocupé de los celos cconémicos, dde manera quelos primeros mode- los econométicos keynesianos se inspiraron en gran medida en sus planceamientos. Diero Sraffa también inmigrs a Inglaterra, en 1927, procedente de Italia, Srffase dio a conocer por su cntica ala teorla matshalliana dela oferta en situacién de competencia pura. Poco amante deimpartircur- sos, Sraffarecibié el encargo de edi- tarlasobrascompletasde David Ri- cardo. Al mismo tiempo, intentaba resolveralguno: problemasplantea- dos por Ricardo (lo queexplica que sehable de ror saffiana o neorri- cardiana), en articular el famoso problema de la medida invariable del valor, asunto vinculado ala de- tetminacién delos precios relativos en un mundo en el que la produc ign de mercancias se lleva a cabo mediante un proceso circular. Este proyecto se consumé en 1960, con Ta publicacién del libro Produccion de mercancias por medio de mercan- clas (1960), obra breve que Sraffa caracteriz6 como el preludio a una critica de la economia neoddsica Aarafdos por su prestigio, muchos economistasitalianos rin estudiar a Cambridge, sendo los més cono- «ids Pierangelo Garegnani (1990) y Luigi Pasinetti (1993), cuyos res- Pectivosestudios sobre la teorfa del capital y sobre el crecimiento sec- ta nuestros dias, y King (1995b) torial con tasasdesiguales han mar- _oftece una bibliografia exhaustiva «ado una nucva capa, porlo ques __Ademés de la guia de Hole y veces se habla de la escuela italo- Pressman (2001) y de los dicciona- cambridgiana. rios postkeynesianos de King (2003) Para tener mds informacién so- _ y de Arestisy Sawyer (1994), existen bre estos autores, 0 sobre los auto- diferentes manuales de teoria post- res heterodoxos en general, véanse _keynesiana, entre los que destacan Arestis y Sawyer (2002) 0 Baslé er (en orden de dificultad creciente) «al. (1988). King (2002) expone la Reynolds (1987), Arestis (1992), historia delos postkeynesianoshas- Lavoie (1992) y Eichner (1987). tuna racionalidad procedimental y una economia centrada en la pro- duccién, Estas distinciones no son nada arbitrarias; han sido recalea- ddas, de manera cai idéutica, por diversos aurores heterodoxos (LAVOIE, 1992b). Mas abajo abordaremos el rasgo politico ‘Tabla 1. Presupuestos de los programas de investigacién haber sefialado que el principio de los rendimientos decrecientes, tan presente en las ensefianzas de la microeconomfa tradicional, también constitufa un elemento inseparable de la teorla neoclésica, pero los nuevos modelos de crecimiento de estirpe neoclésica (o «modelos de crecimiento endégenor) desdefian este principio. ‘Ast que definir la heterodoxia en relacién con la teorfa neoctésica dominante requiere un enfoque més global. Es preciso mirar las co- sas con algiin distanciamiento. Un famoso economista, Axel Leijonhufvud (1976), sefial a ese respecto la conveniencia de estu- dar lo que él llamaba los presupuestas. Es decir, los conceptos esen- ciales de una escuela de pensamiento, que no pueden ser formaliza- dos y que son previos ala constitucién de las hipstesis y de las teorfas que se elaboran dentro del marco determinado por cllas. Algunos dicen que los presupuestos son las ereencias metafiscas que regulan uun paradigma (0 programa de investigacién). Vamos a identificar estos presupuestos, Los cinco pares de presupuestos La teorfa neoclésica y las escuelas heterodoxas se distinguen por cua- tro notas metodolgicas esenciales, que pueden oponerse dos a dos, a las que cabe aftadir un rasgo politico. Al programa neoclésico se le puede asociar una epistemologia instrumentalista, el individualismo ‘metodolégico, una racionalidad ilimitada y una concepcién dela eco- noma centrada en la escasez y los intercambios. El programa hetero- doxo, en cambio, incorpora el realismo, el holismo (0 globalismo), 16 . neoclasicos y heterodoxos 7 Paradigm Presupuestos Escuelas heterodaxas | Escuela neoclisica Epistemologia Realismo Instrument Ontologia Globalismo Individalismo Racionalidad | Racionalidad razonable | Hiperracionalidad Niicleo analitico | Produccién, crecimiento | Intercambio, escasez Estrategia politica | Intervencién estaral | Libre mercado Realismo ¢ instrumentalismo La epistemologia (0 ciencia del conocimiento) deminante en la eco- nomfa neoclisica es el instrumentalismo. Para los instrumentalistas tuna hip6tesis es pertinente con tal que permita hacer predicciones 0 ‘alcular las coordenadas de un nuevo equilibrio. El realismo de los postulados no tiene importancia. Las teorfas no son més que una herramienta, unos instrumentos; no pretenden rzvelar el verdadero funcionamiento de las economias. Esta es la epistemologia defendi- da por Milton Friedman y avalada por la mayoria de los autores neoclésicos. La gran mayorla de los economistas heterodcxos, por el contra- rio, atribuyen gran importancia al realismo de las hipéresis. El obje- tivo de la economia, segtin los heterodoxos, es suministrar explica- ciones, contar una historia que permita comprerder lo que ocurte. Para alcanzar esta meta hace falta partir de la realidad, con sus prin- cipales hechosestlizados, yno de una situacién hiporética ideal. Toda teorfa es una abstraccidn, y coda abstraccién es irsperfecta y simpli- ficadora, pero esta simplificacién tiene que describ algo, a pesar de todos tiene que representar el mundo efectivo, y no un mundo ima- ginaio. Se puede afirmar sin temor a equivocarse que el reproche que ccon més frecuencia se imputa ala teoria neoclésica es no ser realista. Verdad es que los economistas neoelisicos incorporan hechos realis- tas en sus teortas, pero se trata de hipétesis auxiliares que se superpo- nnen a unos fundamentos basados en un mundo ideal inexistente, Scgin los economistas heterodoxos, el resultado son unas construc ciones engafiosas que no permiten representar adecuadamente el mundo real, puesto que se apoyan sobre referentes quiméticos. En fin de cuenta, los fundamentos estin en el aire. Holismo ¢ individualismo metodolégico En el corazén de la teorfa neoclésica se encuentra el individuo, el agente econémico. Eso ya era obvio en la teoria walrasiana del equi- librio general, pero codavfa es més palmario en la reconstruccién de la nueva macroeconom‘a, Esa requiere unas bases microeconémicas fandadas en un agente representative, ala vez consumidor y produe- tor, que maximiza una determinada funcién con determinadas res- tricciones. Las instituciones, como los bancos o las empresas, no ha- cen sino enmascarar las preferencias de los individuos, que son unos setes atomizados. Eso dice, en sustancia, la tesis del individualismo metodolégico. En las tcorfas hetcrodoxas el individuo es un ser social, podero- samente influido por el entorno, ls clases sociales la cultura que le ha impregnado. Las decisiones microecondmicas de los individuos pueden dar lugar a paradojas macroeconémicas, como es el caso de la famosa paradoja del ahorro. Las instituciones tienen vida propia, no son tan sélo la emanacidn de los deseos de los individuos que las, forman, sino que tienen sus propios objerivos. El todo no es tinica- mente la suma de as partes. El organicismo o el holismo, o-al menos tuna concepcién moderada de estos principios, reina entre los hicterodoxos. Las nuevas matematicas de la dinmica ca6tica, apoya- das sobre no linealidades y atractores extrafios, han dado un nuevo impulso a esta visidn, puesto que imponen un acercamiento quesdlo puede llevarse a cabo en un plano global Las instituciones no son contempladas como imperfecciones, sino més bien como organizaciones que aportan una forma de esta- bilidad al sistema econémico. Relaciones de poder, asimetrfas y re- laciones de fuerza son colocadas en primer plano. Eso promucve el 18 estudio de ladistribucién de la renta entre las diversas clases sociales © entre las diversas entidades que gozan de posiciones privilegiadas ‘como los bancos o las grandes empresas, as! como el anilisis de las conexiones entre sectores y de las constricciones mesoeconé Racionalidad razonable y absoluta En la teorfa neoclisica la racionalidad es absoluta e ieazonable. Los agentes disponen de una informacién y unas capcidades de cdleulo que son casi ilimitadas. La inteoduecién de una informacién defi- ciente en ciertos modelos neoclésicos no hace sine resaltar aun mas la incretble capacidad de los agentes para manejar y optimizar esta in- formacién, Se trata de una hiperracionalidad, como es el caso con la hipétesis de las expectativas racionales de los nuevos clisicos y los nuevos keynesianos. Entre los heterodoxos la racionalidad es «procedimental», para emplear el concepto y el término que acuaé Herbert Simon (1976). Los agentes o las instituciones tienen capacidades limitadas en lo que atafic a conseguir y manejar la informacién. Esta incapacidad va més alld de la nocién de informacién imperfecta que manejan los econo- mistas neoclésicos, en virtud de la cual los agente: evalian el tiempo de biisqueda necesario para conseguir la cantided de informacién , fi con flechas. Cuanto més elevada es Ja horizontal, tanto mayor es la sa- tisfaccién del individuo; pero, so- bre una misma horizontal, un des- plazamiento hacia la derecha produce mas sctisfaccién, En cambio, para un ingreso neto superior o igual a y*, el elemento primario de laclecién es el tama- fiodel bosque, mientrasquesu renta neta se convieste en elemento se- cundario, Las eurvas de cuasi-indi- ferencia son entonces verticales. Cuanto mésala derecha esta ver- tical, tanto més contento esté el in- dividuo, convertido ahora en un verde» perfecto. Segin la gréfica, el individuo preferiré ls siguientes combinaciones: A>C>B>D>E>G. fo B Supongamos quenuestroindivi-_Astyencl caso-deindividuos para duo esté en el punto A, rodeado de los cuales el bosque se ha converti- tunbosquedetamano fydisponien- doenun primercriterio de eleccion dodeuna renta neta, Cudntoes- _lexicogréfica, las evaluaciones de tarla dispuestoa pagar paraimpedir _contingencia no rflejan adecuada- tuna reduccién del tamafio del bos- mente un intercambio libremente aque? La cuantia seré y,- 9 puesto aceptado, como deberta ser el caso que por debajo de y*elingreso neto para todo mercado, incluso hipo- seconvertiria de nuevo enc primer tético. En el fondo, la transaccién cicero. Ahora bien, esta cuantia _imaginada es semejante al pago de subestima considerablemente el va- un rescate, Pues bien, en el caso de lor que el indiviuo atribuye al bos- un rescate, nunca puede uno serin- ue, pues si se redujera el tamafio diferente entre la recompensa exi del bosque y el individuo se encon-_gida y el valor atribuido a la enti- trara en B, susatishccién serfa mu- dad en peligro. Por consiguiente, a cho menor que en el punto C. Por _teoria neoclésica del bienestar que- cotro lado, jqué compensacién serfa__ da invalidada, Sea cual fuere la re- nnecesara para que aceprara una re- duccién del tamafio del bosque, el duccién del bosque? La cuantia del individuo no puede contribuir més ago seria indefinida o infinia, que con la cantidad y.-y* pacto sobre las cantidades demandadas de bienes relacionados con tuna necesidad esencial (pan); en cambio, toda variacién de precios de los bienes esenciales tendré un efecto sobre las cantidades deman- dadas de bienes de lujo o de bienes menos csenciales. El principio de irreduciblidad de las necesidades justifica ciertas intervenciones piblicas, sobre todo el control y las subvenciones a ciertos productos de primera necesidad que cubren las necesidades ‘esenciales dela gente. Algo parecido podria decirse sobre el control de los alquileres, o al menos cn lo referido a las subvenciones a la vivien- da social. Al disminuir el coste de estos productos esenciales, més per- sonas estin en disposicién de satisfacer sus necesidades prioritaias. Implicaciones para los estudios ambientales La teorfa postkeynesiana del consumo ha conseguido explicar un fe- ‘némeno recurrente en econom{a de! medio ambiente. Los aurores de estudios de evaluacién contingente, que intentan estimar los pagos 4“ que los consumidores estarian dispuestos a abonar o a aceptar para conseguir una mejora o soportar un deterioro de su entorno o de la fauna, detcctaron desde hace muchy tiempo una enorme cancidad de respuestas incongruentes con la teorfa neoclésica y con sus curvas de indiferencia habituales. Asi, unos consumidores responden «ero», mientras que en otros pasos del cuestionario se declaran afectados por las consideraciones medioambientales; otros dan por respuesta cifras que parecen absurdamente elevadas. Todas estas respuestas tienen sentido si, para dichos consumido- res, el entorno constituye una necesidad primordial, subordinada a tuna restriccién minima de ingresos. Ninguna cantidad serd bastante alta para compensar el deterioro de su entorno, Para expresar su dis- posicidn, los consumidores oscilan, pues, entre unas pujas de protes- ta iguales a cero y otras pujas de cuantia desmesurada (SPASH y HANLEY, 1995). Mercados oligopolistas y objetivos de las empresas Caracteristicas de la empresa postkeynesiana La teoria neoclisica de la empresa contempla, en esencia, la ficcién de una pequefia empresa sometida a rendimientas decrecientes, que ‘maximiza sus beneficios a corto plazo en un mercado de competen- cia perfecta, produciendo una cantidad de output tal que su coste ‘marginal s igual al precio de mercado. La empresa sobrevive mien- tras el precio supere los costes variables medios. Si la demanda au- menta, los precios suben. La empresa postkeynesiana es muy diferente. Opera en merca- dos de competencia imperfecta sobre todo en mercados oligopolistas donde algunas empresas de grandes dimensiones, as megasociedades, dominan un surtido de pequefias empresas. Las empresas son interdependientes, pues las decisiones de unas tienen repercusiones sobre otras. Las empresas tienen que estar atentas a sus rivales, in- cluidas las empresas rivales potenciales que podifan penetrar en su ‘mercado. La planificacién desempefia un papel sustancial, y muchas decisiones estratégicas se toman en funcidn de un horizonte de largo plazo, sobre todo las decisiones sobre precios. En este marco, los precios no son fijados porel «mercado» o por tun subastador omnipotentc. Son las empresas quicnes fijan los pre- 45

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