0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
21 vistas2 páginas
Algunos pueden pensar que eso de la imagen de la empresa debe dejarse en manos del diseñador, el jefe de marketing, el director de relaciones publicas. Y sí, en parte es cierto...
Algunos pueden pensar que eso de la imagen de la empresa debe dejarse en manos del diseñador, el jefe de marketing, el director de relaciones publicas. Y sí, en parte es cierto...
Algunos pueden pensar que eso de la imagen de la empresa debe dejarse en manos del diseñador, el jefe de marketing, el director de relaciones publicas. Y sí, en parte es cierto...
autor comentaba acerca de la imagen que proyecta la Polica Nacional del Per en estos das, comparada a la que tena entre 1940 y 1950. En esa poca el nombre que tena era Guardia Civil, y entre sus filas contaba con un personaje que se convirti, con el pasar del tiempo, en una especie de leyenda, al punto que muchos llegaron a pensar que nunca existi realmente. Pero el personaje era real, yo lo s, mi abuelo perteneci a la Guardia Civil tambin y conoci personalmente al cabo Nonone. El cabo Reynaldo Nonone Vivanco fue un agente de trnsito, alto, gallardo, elegante y, como se puede deducir de su apellido paterno, de raza negra. Contaba mi abuelo que ver a este moreno gigante dirigir el trnsito en las inmediaciones de la Plaza San Martin daba la sensacin de ser observado por uno de esos colosos de los que habla la mitologa griega. Este caballero (porque era un caballero a decir de todo aquel que le conoci) impona su autoridad con un porte elegante y respetuosas maneras que contribuyeron en su tiempo a darle a la Guardia Civil la imagen de una institucin gallarda y noble, que con respeto y buenas maneras hacia respetar la ley. Bueno, eran los 40 y an no se haba vuelto la inmoralidad un mal endmico en nuestro cuerpo de polica. Esta historia me hizo reflexionar en las manera en que el modo de ser, de comportarse, de interactuar, de servir al pblico influyen en la imagen de una institucin. Un buen representante de nuestra empresa nos dar una muy buena imagen ante el pblico, y no tendremos que hacer demasiados esfuerzos por retener a los clientes, sern ellos mismos los que contribuyan a construir la leyenda de nuestro buen nombre. Algunos pueden pensar que eso de la imagen de la empresa debe dejarse en manos del diseador, el jefe de marketing, el director de relaciones pblicas. Y s, en parte es cierto; son ellos quienes deben, en primer lugar, ocuparse de cuidar la imagen de la empresa; diseando las
estrategias necesarias para que el mensaje, el feeling de la compaa se transmita de alguna
manera al pblico al que se dirigen. Pero, qu sucede cuando este pblico tiene oportunidad de interactuar con el personal? Ya no est en juego un plan de medios, ni la difusin de notas de prensa, ni el cronograma de publicaciones en redes sociales, es contacto humano puro y directo. Hace un par de das me hicieron ver un spot de una marca de cerveza muy conocida internacionalmente, en l mostraban un peculiar proceso de seleccin de personal, en el que primaba ya no el ttulo o postgrados, ni siquiera una vasta experiencia previa, sino cualidades no tan fciles de documentar como proactividad, empata, pasin. Ciertamente, cada vez se vuelve ms necesario que nuestro equipo est integrado por personas, en todo el sentido de la palabra, capaces de transmitir emociones y crear experiencias dignas de recordar. Si hemos hecho una buena seleccin de personal, tomando en cuenta no solo qu tan empapelado est su CV, sino tambin sus habilidades sociales y sus cualidades humanas, entonces tendremos en nuestras filas a alguien capaz de identificarse con la compaa y, por ende, a alguien capaz de convertirse en un agente vivo de propaganda directa, alguien capaz de brindarle s no solo informacin a los clientes, tambin una experiencia nica, y eso es invaluable.