Está en la página 1de 38
Coleen eri por ANTONIO VILANOVA, for UMBERTO ECO THOMAS A. SEBEOK EL SIGNO DE LOS TRES EDITORIAL LUMEN CAPITULO IV Carlo Ginzburg MORELLI, FREUD Y SHERLOCK HOLMES: INDICIOS ¥ MIETODO CENTIFICO™ i sent des En las siguentes paginas trataré de exponer como, a fi nales del siglo decinueve,surgiosileneiosamente en el ambi to de las ciencias sociales, un modelo epistemolszico (0, si se prefers, un paradigms). El examen de este paradigms, que todavia no ha reibido ia atencion que merece ¥ que ha ‘enido uiizandose sin que ni siquiera se haya formulado su teoria de manera explicit, puede quizis ayudarnos a sipe- rar la estérl oposicion ene eracionalisman € 1, Entre 1874 y 1876, aparecieron una serie de artculos Sobre pintura italiana en la revistaalemana de historia del arte Zeitschrift fur bldende Kunst. pan Tirmaddos por un erudite ‘uso desconocido, Ivan Lermoliff,y habian sido traducidos al aleman por otro desconocido, un tal Jobannes Schwarze. En estos aticulos se proponta un nuevo método para la ati. boucion correcta de las pinturas de os vejos maestos, melo- do que suscité mucha discusign y controversia enze ios his foriadores del arte Uns anos despues, el autor se revels como Giovanni Morelli italiano (ambos seudénimos eran adapia- cones de su nombre: Schwarze es el ealcoy Lermolielf elana- 16 rama), Todavia hoy los historiadores del art aluden al amé- {edo Morelin. ‘Véamos brevemente en qué consist este método. Los mu> eos, decia Morelli estinllenos de pinturas atrbuidas dema- era ert6nea. En realidad, atribuirla correctamente esa me- ‘nudo muy dif, porque con frecuencia son pintures sin fr ma, © han sido repintadas orestauradas de manera deficiente Por consiguiemte, distinguir una copia de un original (cosa ‘sencial) es muy diffi, Para conseguirlo, decia Morell, hay ‘que abandonar el método habitual de concentrarse en las c= racterstcas mas obvias de las pinturas, ya que étas son las nis cies deimitar: por ejemplo, as figuras centales de un Perugino, con fos ojos caractersticamente alzados al cielo, ‘la soarisa de las mujeres de Leonardo. Hay que concentrarse, en cambio, en Ios detalles menores, especialmente en los me ‘os signifiativos del estilo tipico dela escuela del pinto: os Tobulos de is orejas, las ufas, la forma de los dedos de as ‘anos y de los pies. Asi, Morell identifi is orea (0 lo que Tuera) peculiar de maesiras como Botticelli y Cosme Tura, tal como aparecen en las pinturas originales pero no en las copias. Con este método,realizé docenas de aribuciones aue- vas en Jos museos més importantes de Europa. Algunas cau- saron sensacion: la galeria de Dresde albergaba la pintura Ue tuna Venus relinada que se cela era una copia de Sassofe- rrato de una obra perdida de Tiziano, pero Morell la ident 10 una de las pocas atribuibles de manera indudable A pesar de esas proezas —y tal vez a causa del aplomo ‘asi arrogante con que Morelli las presentaba—, su método fie muy eritisado. Se tach6 de mecénico, o de erudamente positvists, y cay en despracia* (Aunque es probable que ‘muchos de fos que hablaron mal de ésiguieraa usAndoloea- lladamente en sus propia atribuciones.) El renovade interes por su obra lo debemos al historiador del arte Edgar Wind, ‘quien ta propone como ejemplo de wna aproximacion mas moderna a las obras de arte, que tlende a una apreciacion de deialle mis que de conjunto, Wind (1964:42-44) relaciona esa actitud con el culto ala espontanead del genio, tan en bora os citculos somanticos.* Lo cual no es convincente. Mo- rellino abordaba Tos problemas a nivel estéico (ésta fue una 7 ‘de las critcas que st le hicieron), sno a un nivel mds bsico, mis cercano a la filologia.® Las implicaciones de su método ran diferentes, mucho ma reas, y Wind, como veremes, es fuyo a un paso de advertilas, 2. Los vo de Morel ten un put fees de os dec ‘ier oo soriador delat stan leno delusions de ets $e orejs, demetcloas espe de as shavers iesque deste aun ants det msn mado gan huss i Ines descubyen wun dereueie casas sera dees 6S por Marat acaba pretend na galeria de bones ind ee) Cr <3) ‘iy mano eMail Mo Hien Pins ED He ‘reas ei ln Pn us ‘Esta comparacin fue desarollada de manera brilante por ‘otto historiador del art, el italiano Enrico Castelnuovo (1968: 782), que trax6 un paralelo entre los métodos de lasfiacién de Morell y los atribuids, pocos aos més tarde, por Sir A thur Conan Doyle a su personaje de fiecion, Sherlock Hol- ‘mes’ La comparacin entre el espocialista en arte y el detec- tive no es ociosa, en cuanto que ambos se dedican a descu- brs a partir de indicios no abservados por nadie mi, el autor de tun delto, en un caso, y de una pintura, en el otre. Son innumerables y bien conocidos los ejemplos de la babilidad ‘de Sherlock Holmes para interpretar unas pisadas, la ceniza ‘den cigarillo, y cosas parecidas, Pero veamos «La caja de ‘artém (1892) para iusrar fa opinion de Castelnuovo: en esta historia, vemos a Holmes literalmente emorellizado», El caso se inicia con la legada de dos orejas cortadas,en un paqucte enviado a una indoentesolterona, Veamos al experto en [Homes| coneplab cos singular seni opr de stor Por um ane fue pes ler et seo igo sonpesa ya acc, aunque, cuando else 6 para veritas Seni abl eeuperdo sab expr dere. Y [Vi Soa orm pare me ques iando amen abel alsa > anova su cola cuidads ss ques pendienes ear, o> ‘hones lisa, sin observa nada ue scr a dente eit ‘in dé m amigo (eaa0), Mis tarde, Holmes expica a Watson (y al lector) el ful sminante curso de su pensamient: Used, Watson, como més sabe Qu no bay pare el uerp b= ‘mano gu vate arto soo la oeja Po rela general, ca ae Ss complcanente dina, dfee de oda is dents. Ee “hapotnia oumal Ssh pasa encore ds bees 8. (lis mis sobecl tema oe Sone haba mina I Jide lacalacon jes deespert,y eal jada cudadosamenie ‘sprains anata, ieee, py sore ah {Go al rar ala sefocta Cushing med cuenta de que su on se ‘Sovespondi xasamene con lo ference ebb de it ‘citar No abl coinsdeni poste resets mismo aso ‘mieto det pablo amma anc sre del ilo speron 19 rina ccumolsin del carflago fern, Era ism ox en todos ts sees eens, Come es natal en ei med cee des inporansa ot ‘me e ages obseracio. Era evident que lacing ea Uh ‘ent cosangnen}sepuratent un uy prima, (Cau) 3. En breve veremios las implicaciones de ese paralela” Entretanto podemos beneficiarnos de otra Util abservaciga de Wind Alguoos doses de Morel ha encontrado ir nq Dr Salida ove oe scutine Cond sro pol as ‘kin ero sobre exe punto ln pcoogi moder po dadarta en ‘aire defesa de Morel nasties peur gets nade re ‘elit acto cars dena maners ico is uta que ua hls posta formal que podemos pep cstadonmente (S66) «Nuestros pequetos gestos inadvertidosy: podemos sus tituir aqui sin dudarlo la expresion epsicologia modern» por ‘el nombre de Sigmund Freud. Los comentarios de Wind s0- bre Morel han hecho que algunos eruditos (Hauser 195%; ‘ease también Spector 1963, Damisch 1970 y 1977, y Wal heim 1973) fjasen su atencidn en un pasaje olvidado del fa ‘moso ensayo de Freud «EI Moisés de Miguel Angeby (191). En el comienzo de! segundo pirtafo, Freud dice: Mucho ants de od atid pscoanatca spe ave un xo de awa, fan Lemos, cagos rierosbajos pubes en ae ‘min dra de leaner de 87421876, ha provecado una revol ‘Seen a galeria de pica de Europes evsunde a abuse de ‘muchos cides dvsos piers, eschan a suns oe se urida iat copis de fos oral, y exableend, con Ls obs i Tberais desu anterior seni, nse ini “ues A gs resaladoseso prescindeade de imprest cn Soto y aeotando la inportan caracterica de lo deal “unatios, de msc ts come I trust as ts de os ‘Shion abe de aor bode wu Se son ‘tos denentos qe el copsta descldanary gue ode atts it es uma forma gu eer earceriica Me inset hepa macho ‘ergua que des del seudoane uso se habla Sout un med {aang mado Morel ur en 19) and ocpaba pu {0 ave Seado desu pati, A juli st proedaemt muerr ‘andes finds on el psoas. Tare l scoands ac 120 tumbraa daducr de rasa paso mado nobervados dt SSdso el arfues— dele dbnrvasdn sos ots veneers (nouch diese tg us pris gta oe ih Dose {en Zion ous de ADhubdem "ese dr Babachtung, Coke Imes und Vrbogenes x eraens) (8401948, val ISS, Ha. Li 92.93 El Moisés de Miguel Angel» apazecié por primera ver de manera anénima: Freud sdloreconocié se su autor cuan- {o Io incluyé en sus obras completa, Se ha supuesto que la tendencia de Morell @ocultar su nombre bajo un sed6ai mmo influyé en Freud; y se han realizado intentos ms o me nos plausible de explicar la coinciencia (ease Kofman 1973: 19, 27; Damisch 1917-7055; Wollheim 1973210), En todo caso, no cabe ducla de que bajo ef manto del anonimato Freud de~ lard, en una forma ala vez explicit y reticent la considera ble influencia que Morel ejereié sobre él mucho antes de que Aescubriea el psicoanilisis (elange bevor ich etwas vor der Psyehoanatyse horen konnte..»). Limitar esta influencia al ‘eMoisésy, como hacen algunos, 0 incluso los ensayos rela ionados con la historia del ari” reduce de modo injusto| la importancia del comentario del propio Freud: «A ma jul cio, su provedimiento muestra grandes afinidades con e pic ‘oandliss» De echo, el fragmento citado antes sia a Mo- Fell en un lugar especial en la historia del psicoanlisis, Se trata de una vinculacidn documentada, no de una mera con- Jetura como en el caso de muchas de las alegaciones de wan fecedentes» 0 «precursores» de Freud: adems, como ya he- mos dicho, Feud conoco los escitos de Moral en fase «prea naltican. Nos enconiramos aqui ante un elemento” que contribuyé a la cristalizacion del psicoanalisis de forma di- Feeta, yno ante una coincidencia observada mas tarde (como en el pasaje dl sue de J. Popper «Lynkeuso, que se agrego fn Ias ediciones posteriores de La interpretaciin ee [os se- Fos), despues de sus descubrimientos. 4. Anes de tratar de comprender lo que Freud saeé de sus Iecturas de Morell es preciso aclarar la cronologiaexac= fa del encuentro, o mejor dicho, de la descripcién que Freud ‘nos hace de Ios dos encuentros: «Mucho antes de toda acti Vidad psicoanalitica supe que un cco de arte rus, Ivan Let= mI rmolief ns «Me interes Inego mucho averiguar que decras del seuddnimo ruso se habia ocultade un médico italiano, la- mado Morel.» El primero Sélo puede fecharse de manera muy aprosi- mada, Debio de ocurtr antes de 1895 (cuando Freud y Breuer Dublicaron sus Bsaudias sobre la histeia; 0 de 1896 (cuando Freud uso por primera vz el termina picoandliss vease RO- bert 1966) y despues de 1882, cuando Freud, en diciembre, «scribd a su prometide una larga carta sobre su wdeseubr- ‘miento del arte» durante una visita ala galeria de Dresde. An tes do eso no habia mostrado interés alguno por la pintura; ahora, en cambio, escribi «me he librado de mi fiisteismo y hhe comenzado a admirarlay. Resulta dificil de imaginar ‘que antes de ea Fecha Freud e sntieraatraido por los exc ts de un desconocido historiador def arte; mientras que es perfectamente plausible que comenzara aleerlos despues de {5a carts, sobre todo teniendo en cuenta que a primera reeo- pilacién de los artculos de Morelii(Lermolieft 1880) conte hia Jos que trataban de los maestros italiana de los museos de Munich, Dresde y Berlin, El segundo encuentro de Freud con los escritos de More Ii puede fecharse con mayor seguridad, aunque también pre- suncivamente. El nombre auténtico de Ivan Lermolieff ue dado a conocer piblicamente por primera vez en la portada fe la traduccion inglesa de Ia recopilacion, que aparecié en 1883; las ediciones y traducciones posteriores, desde 1891, cuando murio Morell, levaban tanto el nombre como el seu” ‘onimo (Morell 1883) Es posible que Freud vera algun elem- plar tarde o temprano, aunque es mas probable que dera con la verdaderaidentidad de Lermoliett en septiembre de 1898, curioseando en una lireria de Milén. En la biblioteca de Freud, que se conserva en Londres, hay un ejemplar del ibeo ‘de Giovanni Mocll (Ivan Lermolief), Della pitura dali ha. Stu storco critic. Le gaileie Borghese e Doria Pampht- {in Roma, publicado en Mildn, en 1897. Una nota en la por- tada revista fa fecha de su compra: Milan 14 de septiembre (Trosman y Simmons 1973). La unica visita de Freud a Milén fueen el tone de 1898 (Jones 1953). Adenrés, en aquellaépo «a, el ibro de Morel tendria un interes especial para Freud, Hiicia unos meses que Freud trabajaba sob los lapsus de m ‘memoria; hacfa poco, en Dalmacia habia tnido la experien= cia (analizada despues en La psicopatologta dela vida cole diana) de ser incapaz de recordar el nombre del pintor de los frescos de Orvieto. Ahora bin, tanto el autor verdadero (Sig norlli, como los autores ficticios que rondaban por la me~ ‘moria de Freud (Botticelli, Boltratfio) aparecian menciona- oy en iro de Moret (Robert 196; Morel 1972888, Qué sigiticaro, sin embargo, los ensayos de Morell para tun Freud todavia joven, todavia alejado del picoanalisis? El propio Freud nos fo die: la propuesta de un metodo inter- Dretativo que se basaba en considera los detalles marginales ¢ intelevantes como indicios reveladores. Un método donde {etal hasta entonces consicerados por todo el miundo como trivial y earentes de importancia, «indignos de ser advert dos», proporcionaban la clave para acceder a los productos ims elevados del espiritu humano. La ioaia del siguiente pa saje de Morelli debio hacer las delicias de Freud: Mis advenaios 5 lara de poder slice come uno que ‘ncapas de area! senid epiual de una obe de ate} se or ello da mayor importans dati eterno. como a os eas manos dei ej ins, horde der un objeto an tiptco coo is ura. Morel 897) Morel hubiera podido hacer buen uso dela frase de Vir agilio tan cara a Freud y que ésteeligio como epigrare de La Interpretacién de tos Suenos: aFlecere si nequeo Superos, Acheronta movebo» (Sia los Cielos no consigo doblega,m1o- veré los Infiernos).” Es mas, segin Morel esos detalles ‘marginals esultaban reeladores porque en ellos la subord nacién del artista las tradiciones clturales desaparecia y ddaba paso a una manifestacion puramente individual, por 1 Aue los detalles se repetian de modo wcasiinconsclente, pot la fuerza dela costumbre» (Morel 1897-71) Mis que la men- cin del inconsciente —no excepcional en aquella época—"" logue sorprende es la manera en que se vincula el neleo mas {ntimo de ia individualidad de! artista con elementos sutra dos al control de la conciencia. m3 5. Hemos esbozado una analogia entre los métodos de Morel, de Holmes y de Freud, Hemos hablado de las cone- siones entre Morelll'y Holmes, y entre Morelli y Freud. Las peculiares similitudes entre Holmes y Freud han sido est diadas por Steven Marcus (1976:-xi). El propio Freud, di- cho sea de paso, manifesé aun paciente (al «Hombre de los Lobos») cuan interesado estaba en las historias de Sherlock Holmes. Sin embargo, cuando, en la primavera de 1913, un colega suyo (T. Re) suprié un parallismo entre el metodo psicoanalitico y el método de Holmes, Freud replico expre~ Sando su admiracin por I teica de More Para Freud, estondcales son sat. ‘mas, para Holmes, pistes, indicios, y para Morel asgos pi \Gricas (Gardiner 1971146; Reik 1949228). {Como explcar esta triple analoala? Hay una respuesta ‘obvia: Freud era médico; Morelli era lcenciado en medicina;, ‘Conan Doyle habia sido médico antes de dedicarse a scr: bir En los tres easos podemos invocar el modelo de la semié- tiea médica, o sintomatologia, la disciplina que permite esta- blecer un diagnéstico, aunque la enfermedad no sea obser- vable direstamente, sobre la base de unos sintomas superti- ciales, osignos, a menudo sin ninguna relevancia para el ojo del lego, ni pars el propio doctor Watson. (Por cierto, la pa reja HolmessWatson, el detective de ojos de lice y el mé- ico obtuso, representa el desdoblamiento de un solo perso- naje: uno de los profesores del joven Conan Doyle, famoso por su talento en diagnosticar).” Pero no se trata s6lo de Colncidencias biogrficas. Hacia finales del siglo diecinueve (nds concretamente, en la década 1870-1880), ese enfogue se rmi6tico, un paradigma 0 modelo basado en Ia interpretacion ‘de unos indicis, habia llegado a tener gran influencia en el ‘campo de as ciencias humans. Sus rice, sin embargo, eran ‘mucho mis antiguas. " 1. Durante miles de aos la humanidad vivid de la caza. En el curso de sus interminables petsecuciones, los cazado- 124 tes aprendieron a reconstrulr el aspeetoy los movimientos de tuna presa invisible a través de sus rastros: huellas en terreno blando, ramitas rota, excrementos, pelos o plumas arranca- os, olotes, chareos enturbiados, hilos de saliva. Aprendi ron a husmear, a observar, a dar significado y contexto a la ‘ms minima huella. Aprendieron a hacer complejoscileulos en un instante, en bosques umbrios o clos tralcioneros. Sucesivas gneraciones de cazadlores enrgucieron y tans- mitieron este patrimonio de saber. No tenemos pruebas ver- bales para junta a sus pinturas rupestres y a sus utensitos, Peto quiz podemos recurs alos eventos populares, que & \ecesiransportan un eco —déhilydistorsionado— dele que sablan estos cazadores temotos. Tes hermanos (nos cuenta luna historia del Oriente Medio transmitida entre ls kirguiz, tirtaros,judios,turoos, ete; Vesslofsky 1886:308-309) seen ccuentran con un hombre que ba perdido un camello (0, & ve es, esun caballo). Enel acto, se lo describen al hombre: es bianco, y iego de un ojo; lleva dos odtes dehajo dela sls, tuno Heno de acelt, el tro leno de vino. zLa habéis visto, Ql 2s ns entonces? No, no lo han visto. Son acusados de hurto y He- ‘ados ante el jue. Los hermanos salen trunfantes: demues- fran cémo a partir de unos rastros minimos han podido re: construir el aspecto de un animal al que jamas habian pues- toa vista encima, ‘Los tres hermanos, aunque en el cuento no sean deseritos ‘como eazadores, son depositarios de un saber de tipo vena torio, cuyo rasgo caracterstico era la eapacidad de pasar de hechos aparentemente insignficantes, que podian observar- 6, una realidad compleja no observable, por lo menos di rectamente, Y estos hechos eran ordenados por el observa ddor en una secuencia narrativa, cuya forma mis simple po- dria ser: «alguien ha pasado por aqui. Tal ver la nocion misma de nayracion opuesta al conjuro, al exorcismo o a ka invocacin (Seppilli 1962), se origin6 en realidad en una so- ‘iedad de cazadores, a partir de la experiencia de Ia interpre- tacién de huellas. Obviamente esto es una especulacin, pero se ve reforzada por la manera con que incluso hoy el lengua je de deseifamiento de hella se base en figuras retricas ia parte por el todo, el efecto por la causa— que lo vine lan al polo narrativo de la metonimia (como lo definig en un conocido ensayo Jakobson, en Jakobson y Halle 1956:55.87), «excluyendo rigurosamente la metéfora. Es posible que el cx ‘zador aya sido el primero en narrar una historia, poraue solo los cazadores sabian leer una Secuencia coherente de aconte- ‘imientos en los sileniosossignos (a veoes imperceptible) de- jidos por su pres. ‘.)Y la identificacion y avi niacin mediante el desiframiento de los caraceresinsritos Por los dioss se vio reforzada, en la vida ral, por la natura~ lezapictogréfica de se escritura primitiva, «cuneiforme», que, ‘como a adivinacién, designaba una cosa através de ota (ot tra 1974157). Asimismo, una pisada representa un animal real que ha pasado, En comparacién con la naturalera concreta de una Pisada, el pictograma es un avance enorme hacia la abstrac- «ion intelectual. Sin embarzo, Ia capacidad de abstraccionim- plicada en la introduccion del pictograma es realmente pe- {uefa comparada con la tequerida por la transicion a una ssaritura fonéties. De hecho, ls elementos pictograticos fo. néticos sobrevivieronsimultdneamente en la escrtura cunei- orm, al igual que en la Iiteratura de los adivinos mesopata- nr rmicos la gradual intensificacion dela tendencia a peneralizat ‘partir de los hechos bisicos no elimin6 la tendencia a infe- Tit causas de efectos Lo cual explica también por que el Tenguaje de la adivinacién mesopotimica Tue contaminado por términos téenicos de los eddigos lepales, asi como Ia pre- Sencia en ls tratados de ragmentos de fsiognémica y de se midtica médica (Bottéro 1974:19-192), 'A; leo de un ago rodeo, seyret iemiticn ‘antic. La encontramos en toda una constelacion de di plinas(y términos anacronieos, por supuesto) con un earae> ter comtin. Podria ser tentader distinguir entre «pseudacien: cas», como la adivinaeion y la fisiogndmiea, y'«ciencias», «como el derecho y la medicina, y explcar su extravagance con- Tigidad por la gran distancia en espacio y tiempo que nos separa dc la sociedad estudiada. Pero sera una explicacion Superficial, En esas formas de conocimiento mesopotatnica ‘xistia un auténtio terreno en comtn (s omitimos la adivi- hacidn a sravés de la inspiracion, que se basaba en Ia pose- sidn extitica) (Bowtero 197489) un enfogue que implaba lands de casos particulars, que podianreconstruirse solo através de huellas,sintomas,indicos. De modo similar, los {textos legales de Mesopotamia no consistan en enumerate le yes y ordenanzas, sino que debaten wn cuerpo de casos reales (Bouéro 1974175). En sums, es legitimo hablar de un parse aslo O/adivinatorid orientable hacia el pasado, (el presente, oe fururo, segin el tipo de conoeimiento invo- ado. Hacia el futuro, que ea la advinacién propiamente ‘ha; hacia el pasado, al presente y el futuro, que era la cin tia médica de los sintomas, con su doble cardcter de diag bstico, que expicaba el pasado ye present, y de prognéstica, ‘Que apurtiaba a an probable futuro; y hacia st pasado, que fa la jurisprudencia, o eonocimiento legal. Pero detrs de tse paradigma indiciario o adivinatorio se vishimbra el ges to quizd més antiguo dela historia intelectual humana: of del ‘azador agazapado en el bara, xaminando las huelias de una pres. 2. Lo dicho hasta ahora explicaria por qué un texto adi vinatorio de Mesopotamia puede inclu la manera de diag- nosticar una antigua herida craneala partir de un estrabis- 128 smo bilateral (Botéro 1974192); generalizando mis, expla ls manere en que surgohistorcamente all un grupo de doe tipinas que dependian todas del deseiframiento de diversas clases desgnos, desde le satomashasia la cxrtur Al pa Sara Grey descubrimos ae ete grupo de dscipina cam bia considerablemente gracias al desarrllo de nuevas eas ds estudio, somo history filologia, y adquier una neva ‘autonomis social y pisemoldgica frente a disciplines mas Antguss, como la medica. El everpo lengua y Ta histo Tia delos hombres se somten por primera vee ainvesigoio- ns libres de preuicos, que exculan por principio la posb tad dela ntervencon divin, De exe cambio decivo que ‘caractetz6 la cultura dea pli nosotros abviamente somos fi herederos Es menos obvio el hecho de que en ese cam: bio desempetara un papel importante un paradigms qe pe de considrarse basado en sintomas 0 indilos* Eo es muy fvidete en la medicina hipocratice, que clarified sus meto- fos mediante et ani det concepto ental de sintoma (2 ‘meio Los ipocraicos sefalaron que solo mediante a ate ‘hseraciony anotacion de todos fos sntomas era posible es {ableceruhistriles»precsos de cada enfermedad Ia enfer- ‘edad, en ies inazequible Esa insisenciaen Ia indole in- Aiciaria de a medina surgi, cas con vereea, del conta positon (expuesta por el médico pitagorico Alemeon) entre {inmate certdumbre del conoctmiento diving y lana {uraleza provisional, conjetura del saber humano, Sia rea lidad no cra cognotcbledirectamenteenlonces, por ip aca, er legimo el paradigma indiiaro que Nemos des. érite, De hecho, sean los eiegos, muchay actividades Speraban sep este principio. Medico, storiadorer, ol ‘ios, ceramistas, arpneros, mariners, cazadores,pescares ‘las ieres en general ene otros, operaban en el vst t= Fitorio del saber conjelura.® Exe tritoro ignfiaiva mente cl dominio dela diosa Mets, primera exposa de Zeus, {ue persnificaa a adivinaion mediante e agua estaba de linitado por terminos como «eonjtura, «jugar por sgnon» Uickmon, tekmatestha), Pero exe param ser6 suis tmerament implica qued6 elipsado por completo por Ia teoia lance del conoumiena que dominaba en eres de mayor influencia y tenia mas prestigio.”” ng 3. Algunos dels escrtsshipoerticos nen, en conjanto, un tono defensivo que sugiee que ya en el siglo V a. C. los iélicos eran ataeados por su falibilidad (Vegeti 1965143 14d) Et hecho de que esta batalla no haya terminado se debe presumiblemente a que as relaciones entre médlico y pacien- fe, caracterizadas por laincapacidad de éste para comprobar ‘© controlar el saber y el poder del primero, no han cambia~ a, en algunos aspecios, desde los tiempos de Hipdcrates. Lo ‘ques ha cambiado en esos dos mil quinientos aos es la for- ma de conducr el debate, junto con conceptos como «rigor» yy aeienciay. Aqui, por supuesto la cesura decisva es la apa Ficion de un nuevo paradizma ciemtfico, basado en la fisica de Galileo, que, sin embargo, se ha manifestado mas durade- ro que ésta. Aunque la fisica moderna encuentre dificil defi- hirse asi misma como galileana (lo eval no significa que haya renegado de Galle), la importancia de ése para la ciencia en general, tanto desde una perspectivaepistemolégica como desde una perspectiva simbolica, permaneee inalterada (Fe- yerabend 19710588, 1975; Rossi 1977:189-150) "Ahora bien es evidente que ninguna dela dsciplinas —ni siquiera la medicina— que hemos Tamado indiviarias eum. Pliria ls requisitos exiidos por los citrios de la inferencia entiicaesenciales en el paradigma de Galileo. Son dscipli- has que tenian por objeto, ante todo, lo cualitatvo, el caso fo situacion o documento individvales en cuanto tndividuae Yes, lo que significaba que en sus resultados habia siempre un clemento de azar: basta con recordar laimportancia dela con- jetura (un voeablo cuyo origen latino radica en la adivina- ida) en la medicina o en ia flologia, y ya no digamos en I adivinacin. La ciencia de Galileo era otra cosa, que po= dia haber hecho suyo el proverbio escolistico «individuum {st ineffable» (sobre el individuo no se puede decir nada). El uso de las matematicas y del método experimental impli- caba la necesidad de hacer mediciones ¥ de reptirfendme- ‘nos, mientras que un enfoque individualizante hacia imposi- be esto timo y permitia lo primero solo en pare. Lo cual expla por qué ls historiadores no ban logredo elaborar nun- ta un metodo galleano, Por el contrari, ene siglo dies tela difusion de fos meétodos de los anticuarios entre los hi toriadores senalé de manera indiesta los remotos, y largo 130 tiempo ocultos, origenesindiciatios de la historia, Este dato sobre sus oigenes no puede ocularsea pesar del vinculo cada dia mas esiecho ente a historia y las viencas sociales. La historia sigue siendo una ciencia de una clase muy paricu- Jas, basada iremediablemente en fo conereto. Los historia- ddores no pueden abstenerse de aludir (de modo expliito 0 implcito) a una serie comparable de fendmenos; pero su e5- trategia para averiguar las cosas asi como los cédigos exp sivos, son esencialmente individvalizantes, ya conciernaa a individuos, 2 grupos sociales, o 8 sociedades enteras. En este sentido la historia es como la medicina, que utiliza casitica Clones de enfermedades para analizar la enfermedad expect fica de un paciente en particular. ¥ el saber det historiador, ‘como el del médico, es indrecto, asad en signosy vestgiog de indicios, conjrural. De todos modos, el contrast que acabo de planter es una ‘implificacion exagerada. Entre las dsciplinas wonjetrales» hay una, liftologia’y, en especial, fa eitca textual, que se ha converido en atipica, por lo menos en varios aspectes. Su ‘objeto Tue definigndose mediante una dristica seleccidn de Fasgos pertinenes. Ese cambio en el seno de la disciplina fue resultado de dos cesuras decisivas fade la invencion de Ia ‘scritura,en primer lugas, y lade la invencion de la impren- ta, después, Sabemos que la crtea textual surgié después de la primera, con la transcripein de los poemas homericos, ¥ se desarrolléposteriormente a partir dela aparicin de ait renta, cuando los erudivs humanists pereccionaron las pri rmeras y precipitadas ediciones de los texos clasicos.” En primer lugar, se descactaron como no pertinent al texto los elementos relacionados con la voz y el gesto; después, se de~ Jaron de lado de manera parecda la caracerstcas dela es- critura a mano, El resuliado fue una desmaterilizacion pro sgresva, 0 refinacidn, de los textos, un proceso en el que se elimind el encanto que ef original tenfa para nuestros senti- fos. Un texto, para sobrevivir, necesita exstir de forma fst- 3; pero su identidad no esta ligada sOlo @ exe forma fisica, fi un solo ejempla.” Todo esto parece obvio hoy, pero n0 les en absoluto. Consideremos, por ejemplo el papel deci sivo que desempend la entonacion en Ta literatura oral, o la ‘caligratiaen la poesie china, y se hace evidente que esa no- 131 cid de cexco es el esultado de una opeién cultural de signi- ficado incalelable. Yel ejemplo de China nos demuestra qe Ja opeidn no fue una consecuencia inevitable dela imprenta al ststituiréta la eseritura manual, puesto que en Chia Ta invencion de la jmprenta no cort6 los vinculos entre el texto Tierario y la caligrafia.(Veremos en breve que el examen {rico de los «textos» pitbricos suscita problemas muy dife- rentes) Esta nocion completamente abstracta de texto expica por ‘qué la critica textual, a pesar de sv cardcter todavia muy adi Vinatorio, pude convertirse (durante el siglo diecinueve) en tna diseipina rigurosamente cientifia.® Fa radical decision de descartar todo lo que no fuera reproducible (por escrito ©, despues de Gutenberg, por la impzenia) del texto hizo po: sibleevitarlo.cealiativo, principal escolle de las ciencas hu ‘manisteas, a pesar de que continuaba manejanclo casos in ividuales"® Ne deja de ser significativo que Galileo, cusn— Ado esiablecia as bases de a ciencia natural moderna mediante luna reduccion conceptual igualmente drstica,recuriera a la filoogit. La eadicional comparecion medieval ene mundo ¥ libro asumia que ambos estaban abiertos,listos para ser Il- dos, Sin embargo, Gaile insstié en que el Tlosola-. «& ‘rita en este grandisimo libro que estd contiauamente abier- to ante nuestros oj0s (digo el universo) .. no se puede enten- der si antes no se aprende a entender la lengua 9 a conocer os caracteresen los que estd escriton, es deci, etriangulos, efrculos y otras figuras geométricas» (Gaile) 196538)” Para el fildsofo dela naturaleza, como para e fldlogo, el texto «uma entidad,profunda e invisible, ue hay que reconstruir a través y mas alla de los datos sensorales a nuestro alcance: ‘das figuras, los nimeros y los movimientos, pero no los oo- Fes, ni los sabores ni los sonidos, los cuales, fuera del antral viva, no ereo que sean sino meras nombres» (Galil: 1965: 264; vase tambien Martinez 1974:60-169, cursivas mias). Con esta afirmacién, Galileo encaminé las ciencias nati- rales por una via que jams han abandonado, que tendia a Alearias del antropocentrismo y del antzopomortismo. En el ‘mapa del saber, se abrig una brecha que no ha dejado de agrandarse mis y mas. Sin duda, no podia haber mayor eons taste que‘enire eh fsico walileano, profesionalmente sordo & m sonidos e insensible a sabores yolores,wiehmédign de la mis- mma época, que aventuraba su diggndstico despues de prestar ‘ido alos ruidos de un pecho, ode oler unas heces, ode pro: bar el sabor de una orina, 4. Uno de tales médicos f in de Siena, mé- «ico principal del papa Urbano VII. No esté documentado ‘que conociera personalmente @ Galileo, pero es muy proba ble que ambos se hubieran encontrado, dada que se movian en los mismos crculos romanos, de la corte papal ala Agca- sdemia dei Lince,y tenn amigos en comin, como Federico Cesi, Giovanni Ciarmpoli, Giovanni Faber El vivid rete to que de ét hizo Nicio Fritreo, alias Gian Vitorio Rossi, nos presenta su atesmo, su extraondinari talento para el diag- réstico (expresado on palabras sacadas drectamente de tex: tos adivinatorios) y sus muy pocos eseripulos para conseguir Pinturas (en las que su competencia era notoria) de sus cien- tes (Esitreo 1692, 1:79-82)." Mancini esenibio un libro tt lado Aleune consideracioni appartenenti alla pitura come di ile dun gentluomo nobilee come introduttione a quello si deve dire (Algunas consideraciones concernientes ala pin- {ura como entretenimiento de un gentilhombre noble y como introduccidn ao que debe decise), que circul6 ampliamente en forma manuscria (la primera edicion completa del texto Se imprimié por primera vez hace unos veinicinco aos)” ‘Como indica! titulo, no iba dirigido a los pintores sino a los diletantes de la clase noble, virtuosos que en nimero steciente acudian al Pantedn, donde todos los afos se ce- lebraba una exposicién de pinturas antiguas y modernas, 119 de marzo (Haskell 1971:126 y 948s). Sin duda, de nd ‘exist ese mercado de art, la parte seguramente mas origi- hal de la obra de Mancini, dedicada al wreconocimiento de Pinturas» —en la que establece un método para identificar las falsificaciones, para distinguir las copias de los ori les, ete no hubiera sido eserita (Mancini 1956-57, :133ss) Asi el primer incento de establecer la categoria de ented {dos (connoisseurship), como se la lamaria un siglo mds (a= de, Jo realizd un médio fammoso por sus brillanes diagndsti- 05, en al vsitar un paciente «podia diving» (diinabut) Ge ina rapida ojeada el resultado de la enfermedad (Eritrea 133 1692, 1:80-81)> Cabe ver algo mds que una simple eoinci- dencia en esta doble habilidad de médico y de entendido. ero anes de adentrarnos en un examen detallado de los _étods de Manin, reflexionemos sobre una suposiion com- partida por él, por los seRores a quienes dei el libro, y por nosotros. Es algo quedames por sentadoimplicitamente, que {fomamos (errOneamente) por obvio: que entre una ela de Ra acl yuna copia de ela (pintada, arabada u, hoy, fotografia~ dla) hay una diferencia imborrabte Las implicaciones de esto para e! mercado el hecho de que una pintura sea, por defi- icin, dnica, ivepetible*— son terminantes y estin ligadss ‘la sparicin del entendido, Sin embargo, esta suposiion sur- te de una opcion cultural que no fue inevitable, sobre todo Teniendo en cuenta que en ef caso de fos textos esritos se optd por un camino diferente Las caractersticas pretendidamen- te intrinsecasy eternas de la pinturay de Ia escritura no son Pertinentes en este contexto, Ya hemos visto cémo la evolu ‘ion histories despoje gradualmente al texto escrito de las ea- racterstcas no consideradas pertinentes. En e aso de la pin tra, ese despoamiento noha tenido lugar (por lo menos hasta ahora) Por ello creemos que mientras un manuscrito o ejem- plar impreso del Orlando furioso puede reproduc exact: ‘mente el texto que se propiso Ariosto, una copia de un rer to de Rafael no puede hacerlo jamais." 'Elrango distinto de que gozan las copias en pintura y en literatura expica por qué Mancini no pudo utilizar Iss téeni- cas dela erica textual eyando desarrollé los métodos dela connoisseurship a pesar de que, basicament, establecia una analogia entre el ato de pintar y el de escribir (véase un co- ‘mentario de Salerno en Mancini 1956-1957, Ikxxiy,n. 58. Pero, como empezd con esta analogs, uvo que recurira oles diseiplinas que todavia no estaban desarrolladas del todo, El primer problema déNtaneifl fue la datacion de as pin- twras, Para hacerlo, dice, hay que adquirir«cierta experien- ‘ia en reconocer las variedades dela pintura segin su epoca, ‘como Ia que tienen estos anticuarios ybibliteearios en reco nocer los caractees, por los que fijan la época dela escrtu- rap (Mancini 1956-1957, 1134). Esta alusin al arte de re conocer manuscrtos se reflere, casi eon ceteza, a los méto- os desarollados en aquellos anos por Leone Allacci, 14 bibliotecario de la Biblioteca Vatiane, para fechar manus- ‘tos eriegosy latinos, métodos que fueron reusados yam pliados, medio silo mis tarde, por Mabillon, el fundador de fa paleogratia." Pera eal margen de le propiedad comin de tin époea, sigue dilendo Manca, existe la propiedad pe ‘lar de individaon, igual que wabservamos que en los es eos se feonoce a propia dsinay, Yeo pus, {ue la Solalogia entra excite y la pint se estabesia primer lugar un nivel macroscpieo (a epoca, el siglo), 5 despues e proponia aun nivel microscbpco (el inividu En ese ambit, los metodos protopaleograficos de un Allacel so eran ula. Hubo, sin embargo, porios mismos aos tn intent asiado deanatizay, desde un punto de vista nue: 4, lacalaafa individual, Mancini, como medic, taba a Hipdcratesy decia que eta posible emontarse dels ach sesh a as wimpresioney del alma, que radean en las «pro. Pedades» de los euerps individuals: «por lo cual y com la Eval suposicgn, como yo ere, algunos nobles ingenion de nuestro slo han ecritoy querido dar ia rela de revonocer ‘linteletoy el ingen de los demds segtn la manera de es crib y fa esertura de este 0 aul hombre». Uno de estos Stnoblesingenios» fue, con toda probablldad, Camilo Bal- ‘i, médico de Botona, quien en st Travtaro come dana let- ‘era missive si conoseano a nature e qualia cel seritoe Tea {ado de como conocer por tna cats la naturleza 9 calidad de quien laesrbe) incuyo un capitulo que seguramente es primer exo europeo sobre srafologa, El capitulo setitula “Que sigifcadospeden leerae ena orm dels letras (ne I Sgura del earatere). Aqui usa la pala wcarictes por feta, refisendose ala forma dela letra tal como es dbujeda con ia plums en cl papel (bid: 107, Bald 162217, 185)” 'A sar de Sus alabanzas, Mancini no sibs ineresado cols pretersiones de la miientegiaologté que podiarecons- {tui la personalidad de los esrtores esablciondo partir lesu ccereter» exert (a forma de ss letras su wearater> Psicologico. (Esta sinonimia, una vez mas, ns remite a una briinaria matriz comin @ ambas disciplines) Le impresio- 1, no obstant, ol supuestopreliminar en que se basa la futva discipling, ex devi la variedad de calgafis deren tesy la imposibiidad, por lo tanto, de imtarlas. Mediante ns la identiticaci6n de los elementos que también en pintura eran imposibles de imitar, seria posible lograr su propOsito de dis- ‘inguir los originales dels falsificaciones, la mano del maestro dea del copist ode! discipulo. Todo eo explica la exhort ‘ion a controlar sien las piaturs se ee fanguee del mas yn parla en quis pares ‘Gos por ces se ean a rence nos pen bien a cab cos la state, com son en ptr os ealos, Tabara, ls ojos Peso que el ensrdare deo cael cand 5 ban Ge iia, e consis cor mucha dela, gue despa se ‘ote Te copia ya en copia os gue nia, eto ‘Seve a eves de mac Yeni pe pinto son coms fltaroy Tos enlaces ep In eset, que euleren es rangers ‘esc maa. Loose de chenaren guns srcols $Y eope dels que stain lund, cel nso hace con {reo coo ura esol en apnea ene pe ‘nus de los patos ys ug, que pene ms el tay res ‘on dl masivo que de aed de care. (Mncn 9S6- pst) Asi al paralelo ente pinturay eseritura, que Mancini ha establecdo ya en diferentes contexto, se le da aqui un nuevo Biro, que antriormente slo habia sido sugerido, en una obra el arquitecto Filarete (vase la parte 6, mis abajo), ¥ que es posible que Mancini no conociera (Averlino 1972, £38) La Analogies reforzada por el uso de trminos ténivos de uso Corriente en los tatados contempordneos sobre la excriturs, como «resoluciéa», «trazos», «enlaces».* Incluso Ia insis: tencia sobre la velocidad tiene et mismo origen: con el desa- rrollo de la burocraca, la cursiva de los documentos legales requeria no solo ser elegante, sino répida, para competir ex elmercado de los copistas © En general la importancia que “Mancini da alos rasdos decorativos es prueba dela atencion prestada alas caracterstcas de los modelos de caligrafia do- ‘nantes en Italia finales dl silo dicists y prineipios del ieesite. (Casamassima 1966:75-76,) El estudio de cémo se configuraba una letra le lew a la conclusion de que era po- sible idemtiticar#l toque dela mano del maestro con mayor certeza en las partes del cuadro que (1) se hubieran ejecutado ‘con rapidez, y (2) tendieran a no ser representaciones exactas 136 dela realidad (detalles del peo, telas cuyos pliegues «penden mnds de la fantasia y resolucln dl maestro que de la verdad de la cosa reap). Volveremos a las vallioses implicactones de ‘extos dos puntos, que Mancini y sus contemporiineos no es taba 5. «Caracteres» (curatter, Hacia 162, a misma palabra aparece, en sentido literal o analgico, en los escitos del fun ‘Géntrieo'y expuesto a otros prejuicios expecificos. Lo cual no Impide que incluso fos animales, ls planta o los minerales ‘uedan examinarse segin sus caracteristcas individuals, por ejemplo en el contexto de la adivinacion;# sobre todo en tos 880s que presentan anormalidades. (Como se sabe, Ia tera- ‘ologia era una parte importante de la adivinacién,) Peo du- rante las primeras décadas del siglo diecsite la influeacia ‘del paradigma galileano (aunque no sempre directa) varia hhaca el estudio de lo tipico mas que de lo excepcional, hacia ‘una comprensin general de las obras dela naturalera antes + que ala adivinacion. En abril de 1625, nacid un becerro con dos cabeza cerca de Romay Los natralistas de la Accade- ‘mia dei Lincei se interesaron por él. Fue tema de discusion fn los jardines vaticanos del Belvedere entre un grupo for ‘mado por Giovanni Faber, seretario dela Accademia, Gio- ‘anni Ciampoli ambos amigos de Galileo, como ya hemos Visto), Mancini el eardenal Agostino Vesio y el papa Urba- 138 sno VILL La primera cuestion fue sel becerro de dos cabezas| Abia considerarse como un animal 0 como dos. Para los mé= dicos, to que dstinguia a individuo era el cerebro; para los Seguidores de Aristoteles, el corazon (Lynceo 1651:599,)° Dado que Mancini era el nico médico del arupo, podemos suponer que la noticia que nos da Faber del punto de vista médico corresponde al siye. A pesar de que Mancini se inte- resaba en la astrologi,” consider el earicter especitica del ‘nacimiento del monstruo no como reveladar del futuro, sino como el modo de llegar a una definicion mas precisa de un individuo normal, que, en cuanto miembro de una especie, podia considerarse con toda raz6n repetible. Mancini debid ‘examina fe anatomia del becerro de dos cabezas con la mis: ‘ma atencidn rigurosa que sola dedicar al examen de las pin- turas. Pero aqui terminaba Ia analogia con su actividad de ‘entendldo, En cierta manera un personaje como Manin re: presenta el punto de contacto entre el paradigma adivinato- rio (en sus actividades de diagnosticador y entendido) ¥ el pparidigma generalizador (como anatomsistay naturalist. El unto de contacto pero tambien la diferencia, Al contrario {de lo que pudiera parecer, la metculosa descripcion de la di- seccin del becerro,redactada pot Faber, y la precision de los frabados que reproducian las visoeras del animal (Lynceo 1651:600-627)." se proponian establcer,no tas «propiedades propias individuales» de ese animal, sino las «propiedades| comunes» (naturales, no histércas) de la especie en conjun- to; lo que sgnificabs la continuacion y el relinamiento de la tradicion naturalista fuadada por Arisotees. La vista, sim: bolizada por el agudo ojo de lince que decoraba cl escudo dele Accademia dei Lincei, realizado por Federico Ces, era el Grgano capital de esas disciplinas, a las que no se les per- rita el ojo extransensarial de las matemtias.* 7. Entre tales dseipinas se contaban, por lo visto las cien-

También podría gustarte