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EL ARTE DE BESAR

Se está a lo que se está, es decir, que necesitas centrarte en lo que estás haciendo. Piensa solamente en el beso que vas a
dar.

Empieza suavemente con los labios cerrados o un poco entreabiertos. No comiences con los labios húmedos, la boca
abierta y utilizando la lengua.
Relaja los labios, pero no hasta el extremo de dejarlos flácidos.

Tómate todo el tiempo del mundo pero sé consciente de que los besos tienen también una duración lógica y no conviene
prolongarlos más de lo necesario. Hay que saber terminar en el momento justo.

Utiliza tus manos como complemento para incrementar lentamente la temperatura del momento. Roza con suavidad la
espalda, los brazos o los hombros de tu pareja. No te aventures en zonas eróticas a no ser que quieras acabar
convirtiendo el beso en una experiencia sexual.

Ponle interés y voluntad: como si fuera la primera vez que lo haces o la primera vez que besas a esa persona.

Extiende el beso por diferentes partes de la cara. No te limites a los labios.

Sé progresivo en tus movimientos. Comienza con dos besitos pequeños, como aperitivo, antes de ofrecer un largo y
cálido beso. Esta alternancia (beso largo-beso corto) es muy positiva y enriquecedora pero, para que no se convierta en
una rutina, transfórmalos de vez en cuando en lameduras o pequeños mordiscos.

Y, para finalizar, otro besito que anticipe la traca final: el beso más grande. Procura dejar buen sabor de boca (nunca
mejor dicho) con un beso dulce, elegante y agradable. No la cagues con un final brusco o impetuoso.

¿QUÉ SIGNIFICAN SUS BESOS?


Seguramente te habrás preguntado más de una vez qué intenciones ocultaban algunos besos que te han dado. Aunque
todo depende del momento y de la persona, existen unas interpretaciones más o menos universales.

En la mejilla: Beso totalmente inocente. Sólo quiere ser tu amigo (¡o simplemente no se atreve a aventurarse en otras
zonas de tu rostro!).

En la mano: Denota admiración. Es muy galante y muestra además que está rendido a tus pies (¡o simplemente que es
un poco anticuado y dieciochesco!).

En el cuello: Te quiere mucho (¡y los labios ya no le sacian!).

En los labios: Te ama.

En los labios y mirándote a los ojos: Te está pidiendo que le correspondas en el beso. Es una invitación.

En los labios y jugando con tu pelo: Lo tienes loquito.

En los labios y con las manos sobre tu cintura: Te quiere con él, no puede prescindir de ti. Tranquilo/a, no va a
abandonarte.

En las orejas: Le gusta juguetear contigo.

En otro sitio: Está iniciando exploraciones por tu cuerpo. No te dejes llevar muy lejos si no quieres que el beso se
convierta en otra cosa (¡o sí!).

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