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1. DEL AGORA AL MERCADO(") [La DEMOCRACLA es la forma de vida del Agora: de ese espacio Intermedio que une/separa los otros dos sectores dela poll, In ekklesia ye oikos. En terminologia aristotdlica, loiter era el espacio. familar, el sito en cuyo seno se actuaba en pos de los in se moWleaban ali mientras que Ja ekklesia era lo “piiblio': un conssjo compuesto de maaistrados —elesidos, esignados 0 sorteados — cua funeion consistia en velar por los ssuntos comunes aque afectaban a todos ls ciudadanos de la pois, como las cuestiones de guerra y paz, la defensa de los dominios y las intereses personales, que tamk reglas que gobernaban la eohabitaién de ls cludadanos en Ja ciudad-Estado. Originado en el verbo kalén, que significa lamar’, “convecer”, “reunir”, el convapto de elidesia presuponia desde el comienzo la presenci del dgora, el lugar isponible para reunisse y conversa, el sitio de encuestzo centre el pucbloy el consej: el sitio de a damocracia. En una cudad-Estado, el agora era un espacio fisico al cul Ia boul ~el eonsejo— convoeaba a todos ls ciudadanes (ees de familia) una o varias voces al mes para delberar y decdis sobre temas vinculados a intezeses comunes, ast coro para lesir 0 sottear a sus miembros. Por rezones obvies, tal procedimiento no puto sostenerse una ve2 que el mbit de Ja polis o euorpo politico se extendié mucho més alli de las fromteras de Jn ciudad: el gora ya no podia signifcar Iteralmente una plaza pObiica donde se esperaba que todos Jos ciudadanos del Estado se presentaran con el fin de pparticipar en el proceso decisoro. Sin embargo, ello no signifies que el propésito subyacente al establecimionto del “agora, asi come la funcin de ésta en aras de ese propésito, Inubieran perdido su relevanca o debieran ser abandonados para siempre, La historia de la demecracia puede narrarse ‘como Jn erénlca de los esfuerzos sueesives por mantener vivos tanto ese propésito como su realizaién luego de que desapareciera el sustrato original, (© bien erin decir que fue la memoria del égore Io ave ‘puso en mareha, guio y mantuvo en sus caries a la historia de Is democracis. ¥ deberiamos agregar que Ta tarea de reservar y resucitar ls memoria del dgora estaba destinada a seguir diversos eamines y tomar formas diferentes: no ‘existe una manera tiica y exchsiva de Iogear la mediacion cee el otkos y la ekesia, y diiemente exista un modelo ‘exento de escollos y difcutades, En nusstros tempos, mis de dos mileios después, tenemos que pensar en funcisn de multiples demoeracias. Elpropésito del agora (a veces decarad, pero en general limplicte) era y sigue siendo Ta perpetua eoordinaciin de intereses “privados" (basacias en ol oikos) ¥ “pibices’ (ratades por la eltesia) ¥lafimeién del égora eonsisti, y ‘ain consiste, en proporcionar 1a condicion esencal rnecesaria de esa coordinaciin: la tradueciém bidireceional centre ellenguaje de Ine intercoesindvidualee/famiiareey el lenguaje de los intereses pibcos. En esensia, lo que se esperabs lgrar en el égora era la transemutacon de intereses ¥ deseos privados en asuntos pOblics y, a Ia inversa, la de asuntos de interés piblico en derechos y deberes individuals. En consecuencia, el grao de democracia de un régiman politico puede medirse por el érito o el fraeaso, la ‘uidez ol aspereza, de esa craducciin: es deci, por el grado en que se ha aleanzado el objetivo prinepal, y no, eomo suele ser cl e250, por obediencia avérrima 2 uno u otro ‘procediimiento que sin razin se considere condicén necesaria, ¥ sufciente de la demoeracia, de toda democracia, de It demoeracia come ta Cuando el modelo de “democracia directa" propio de la dudad-Estado —donde era posible hacer una estimacién in situ del éxito y lafuider de latraduccién copin el nimero de ciudadanos que partcparan en cuerpo y voz del proceso ecisorio— se volvi6 claramente inapiesble al coneepto ‘moderna y restsitado de democracia (y en particular a la “sociaded extensa”, una entidad conecientemente imaginada ¥ abstracta que trasciende el aloance del impacto y ls experiencia personal del ciudadane), Ia teoria politica ‘moderma bregé por descubriroinventar cénones altemntivos ‘mediante los cuales fuera posible evaluar la demoeracia de un régimen politico: indices que sirvieran como argumento y prucba para reflojar y seislar que el propésito del agora se Invbiera cumplido adecuadamente y que su funcién se hubiers Tevado 2 cabo como era debldo, Quiz los més conoeldos centre esos criteriosalterativos hayan sido las cusntitatvos, como €] porcentsje de cludadanos participantes en las cleeclones, que en la democrucia “zepresentativa” reemplaas 1 la presencia fsca y activa de ls ciudadanas en el proceso Jesislativo, No obstante, la efectividad de esa partidpacién indiresta fue volviéndose materia contencisa, en particular tuna vez que el voto popular comenzé a transformarse en la lies fuente de Jegltimidad de los gobernantes: certos regimenes abiertamente autoritaros, _dictatoriales, totaltaras y trdnices, que no toleraban el dsenso piblco ni 2 disogo abierto, podian jactarse sin difeultades de cootar con porcentajes mucho mis altos de votantes en las cleeciones (yen eonsecvencia, segin los criteros formales, on un apoyo popular mucho més estendido a ls polticas ‘implementadas) que otros gobiernos cuidadosos de respetar yy protegerlaliberzad de opinién y expresién, que sélo podian sofar con dichos porcentajes. No sorprende entonces que, en ef presente, cuando se ponen sobre el tapete los rasgos Aefinitarios de la democrocia, el énfasis se aleje de las estastieas que indian presencia_y ausentismo en las lecclones para seguir estos criteris de Ubertad de expresién y opin. Con referencia a los eonceptos de “slida’ y "voz", que Albert O, Hirschman sefala como las estrategias principales que los consumidores pueden (y"suelen) emplear con el fin de ejercer gentina iniuencia en las polkas de ‘comerciallzacn,s) se ba sugerido ¢ menudo que el derecho de los ciudadanos a expresar en voz alta su disenso, la provisbn de medios para hacerlo y el derecho a abstenerse de partcipar en el dmbito soberano de un résimen odiso, © ‘bien hacer explicto su rechazo, son las condiciones sine qua ‘on que deben cumplir los ordenes polticns para abtenee el reconocimiento de sus credentialee democriticas En el subtitle de su infayente estudio, Hirschman sinha las relaciones compraddor-vendedor y ciudadanos-Estado en Ja misma categoria, sujetas a iguales criterias on la mediciin del desempatio, Esta inidativa fue y es legtimada por el ssupuesto de que las Hertades polities y las Ubertades del mercado estin estrechamente vineuladas, ya que se ‘necesitan,engendran y revigorizan unas a otras; es decir que la Wbertad de los mereados, subyacente al crecimiento econbunio y a vee Su promotora, es en dima instancia la condiciin necesaria, asi como el ealdo de cultivo, de la emocracia potca, mientras que esta tiltima es el dio ‘marco en el cual es posible perseguir y lograr oon efiacia el éxito econdmico, Sin embargo, lo minimo que puede decirse de este supuesto es que resulta polémico. Pinochet en Chile, ‘Syngman Rhee en Corea del Sur, Lee Kuan Yew en Singapur, CChiang Kai-shek en Tain asi come los actuales gobernantes 4e China fueron 0 son dictadores (Aristételes los lamaria “tiranos”) en todo salvo Ia autodenominaciin do sus gobiernas; no obstante estuviern o est cestreordinaria expansion y poder ereciente de los mercados Ninguno de los paises nombrados seria hoy un epitome del “milagro econémice” de no haber mediado una prolongeda “ditadura del Estado”. ¥ podeamos agregar que su condicibn Ge epitome no es mera coincdencia CConvieve recordar que Ia fase inicial de todo réimmen capitalist, i fase de la denominada “seumulaci6n origina” alncabera de una el capita, ge caracteriza invariablemente por el estallido de isturbios socsles inusitados y extrem, asi como por la cexproplaeién de medios de subsistendia la polaezacién de las condiciones de vida; tales circunstancias no pueden sina ‘onmocionar a sus victimas y engendrar tensiones sociales ppotoncialmente explasivas, que Jos empresarios comerciantes en ascenso necesitan reprimar con la ayuda de ‘uns dictadura estatal poderosa, despiadada y coercitiva. ¥ cabe aaregar que los “milagros econémices” produidos en el Japon y la Alemania de posguerra podrian expliarse en. ‘medida considerable por l presencia de fuerzas de ocupacén estranjera que arrebataron—Tas_—_funciones coercitivas/opresivas del poder estatal a las instituciones polticas nativas en tanto evadian con presteza todo control por parte de les insttuclones demoersteas de los paises oeupados. ‘Uno de los puntos débiles mis notorias de los regimenes

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