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Colegio San Vicente de Paúl Parroquia La Seo-El Salvador

7 febrero 2010
4º T.O.

ENTRADA PROCESIONAL

CANTO DE ENTRADA : DIOS ESTÁ AQUI

MONICION DE ENTRADA
¡Queridos amigos! Un domingo más nos reunimos en torno a la mesa del Señor, para decirle: AQUÍ
ESTOY PARA HACER TU VOLUNTAD, o mejor: aquí estamos los chic@ del Colegio San Vicente y
de La Parroquia, y sus familias, para hacer tu voluntad. Nosotros, igual que San Pedro, podemos
decir que somos pecadores y no merecemos tenerle tan cerca. Pero como él, también desde
pequeños debemos dejar todo lo que nos impide seguir a Jesús de verdad. En nuestra celebración
de hoy recordaremos a todos los hombres y mujeres que se han consagrado al Señor y han
respondido “SI” a la que llamada que un día Dios les hizo.

SALUDO DEL SACERDOTE

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ACTO PENITENCIAL

 Tú, que nos llamas con amor como a Pedro. Señor, ten piedad.
 Tú, que nos mandas echar las redes a otros sitios. Cristo, ten piedad.
 Tú, que fortaleces, día a día, nuestra vida. Señor, ten piedad.

CELEBRACIÓN DE LA PALABRA

MONICIONES A LA 1ª LECTURA:
Samuel descubre que Dios le llama pero no a la primera, no conocía la llamada de Dios. Pero
cuando lo descubre a la primera se levanta y lo escucha con atención

1ª LECTURA: I Samuel 3:1-21


Había una vez un sacerdote que se llamaba Elí, que hacía sus servicios en el templo
de Silo, sonde se encontraba el arca de la Alianza que contenían las tablas de los
diez mandamientos que Yahvé dio a Moisés en el monte Sinaí.

El sacerdote Elí tenía como ayudante en el templo a un niño que se llamaba Samuel,
que servía en la casa de Dios día y noche.

Un día, mientras Samuel dormía en las dependencias del templo, oyó una voz que le
decía: “!Samuel, Samuel!”. Él respondió: “Aquí estoy”. Enseguida corrió hacia la
habitación del sacerdote Elí, le despertó y le dijo: “Aquí estoy porque me has
llamado”. Elí asombrado por lo que oía le dijo: “Samuel no me des esos sustos, yo no
te he llamado, seguramente lo estés soñando. Anda acuéstate y duérmete
tranquilo”.

Después que Samuel se hubiese acostado, y dormido volvió otra vez a escuchar la
misma voz que le decía: “Samuel, Samuel”. El respondió: “aquí estoy”.

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Y salió corriendo nuevamente para la habitación de Elí. Le despertó y le dijo: “Aquí


estoy porque me has llamado”. Elí se sentó en la cama y le dijo a Samuel: “mira creo
que estás teniendo un sueño profundo porque yo no te estoy llamando, acuéstate,
arrópate bien, y duerme tranquilo.

Por tercera vez Samuel se acostó y por tercera vez volvió a oír la voz que le decía:
“Samuel, Samuel”. Corrió hacia donde estaba Elí y le despertó diciéndole: “aquí
estoy porque me has llamado”. Comprendió Elí que Samuel no tenía ningún sueño
sino que era Dios quien le llamaba. Entonces le dijo: “Cuando vuelvas a escuchar la
voz responde así: “Habla Señor, que tu siervo escucha”.

Samuel se acostó, y Dios le volvió a llamar diciéndole: “Samuel, Samuel”. Él


respondió: “ Habla Señor, que tu siervo escucha”.
Palabra de Dios

MONICION AL EVANGELIO
Jesús habla, enseña y anuncia no solo en la sinagoga sino todos los días y en todos los lugares de
vida del hombre. La fe no puede reducirse solo a un lugar y a un momento, tiene que poner luz, y
vida a todos los momentos y a todas las actividades del hombre.

La Palabra que hoy escucharemos nos habla de la llamada del Padre para que todos seamos sus
testigos en el mundo. Dios llama a todos para que vivamos nuestra vocación cristiana, la vocación
de hijos.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN Lucas: 5, 1-11


En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de
Dios. Estando Él a orillas del lago de Genesaret vio dos barcas que estaban junto a
la orilla: los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a
una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la
barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón:

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-Rema mar adentro y echad las redes para pescar.

Simón contestó:

-Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada;


pero, por tu palabra, echaré las redes.

Y puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande, que reventaba la red.
Hicieron señas a los socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una
mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto,
Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús, diciendo:

-Apártate de mí, Señor, que soy un pecador.

Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la
redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos
de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.

Jesús dijo a Simón:

-No temas; desde ahora serás pescador de hombres.

Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron


Palabra de Dios

HOMILIA

El martes pasado se celebró una Jornada muy importante en la Iglesia, fue la Jornada
Mundial de la Vida Consagrada. En nuestro domingo de hoy hacemos viva la celebración
del martes y abrimos a todos los niños el pensamiento para que comprendan lo que
significa ser llamado por el Señor. ¿Desde dónde llama? ¿Cómo llama? ¿Cómo se le
escucha?
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Hoy el Señor sigue llamando a muchas personas.

Los apóstoles ponían muchas pegas que si no podían pescar, que si eran pecadores…
pero cuando una persona se encuentra cara a cara con Jesús los miedos desaparecen y
surge la ilusión del compromiso. En Pedro o en Isaías tenemos hoy el ejemplo de la
llamada que el Señor hace.

ORACION DE LOS FIELES


A este Dios tan cercano que nos quiere, nos mira y nos llama a construir su reino le

rezamos diciendo: Escúchanos, Señor.

1. Para que en la Iglesia todas las personas descubramos nuestra vocación de hijos de Dios y
vivamos en actitud de entrega y servicio. Oremos.
2. Para que aumenten entre nosotros las vocaciones sacerdotales y religiosas. Oremos.
3. Para que en la Iglesia sepamos respetar todas las vocaciones y carismas que se dan para el
bien común. Oremos.
4. Por los pobres y más abandonados, para que encuentren, en el servicio entregado de
hombres y mujeres, el remedio a sus necesidades desde la escucha y la acogida. Oremos.
5. Por todas aquellas personas que han entregado su vida a Jesús y viven en medio de
nosotros: por nuestros sacerdotes, por las Hijas de la Caridad… y por tantas personas que lo
hacen desde su corazón y en silencio. Oremos.
6. Para que los niños y las niñas estemos dispuestos a decir SI a la llamada del Señor. Oremos.

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CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA
OFERTORIO
Gregorio:

Señor, hoy te traemos lo más preciado que Tú nos has dado a cada uno de nosotros
y para nuestra comunidad: nuestras diferentes vocaciones.

Te presentamos, Señor, EL PAN Y EL VINO que se convertirán en tu cuerpo y sangre. Gracias


Señor, por tanto, amor como nos tienes.
Señor, te presentamos esta RADIO. Con ella queremos expresar que todos nosotros somos
oyentes de tu Palabra, que queremos vivir a tu escucha en todo momento.
PRESENTACIÓN DE UN MATRIMONIO: Señor, te ofrecemos la vocación que nos diste como
matrimonio, llamados a formar una pequeña familia, dentro de tu gran familia que es la
Iglesia. Te la queremos ofrecer, junto con nuestras respuestas personales y nuestros intentos
por parecernos cada día más a tu Hijo Jesucristo.
PRESENTACIÓN DE UN RELIGIOSO O UNA RELIGIOSA: Aquí me tienes, Señor, dando
testimonio de la gracia con la que me has regalado, para el servicio de tu comunidad. Mi
compromiso, hoy, es ofrecerte, el deseo de vivir la unidad.
CATEQUISTAS: PRESENTACIÓN DE UNAS REDES: estas redes, símbolo de las que dejaron los
apóstoles antes de que Tú les hicieras pescadores de hombres. Con ellas te ofrecemos
nuestro compromiso evangelizador. Sabemos que el don de la fe no es sólo para nosotros,
sino para que lo compartamos.

ACCIÓN DE GRACIAS – PREFACIO


NO ESTARÁ EN EL FOLLETO

(Tras la ofrenda, el Presidente inicia la oración de Acción de Gracias, en la que

participa la Comunidad, indicándoles que repitan :


«Te damos gracias, Señor, porque nos has llamado a seguirte»).
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Bendito seas, Señor, Padre nuestro, porque dijiste tu palabra a las cosas y las fuiste
creando una a una, como espejo de tu esplendor y belleza. Y sacadas de la nada, las diste
su destino y su sentido. Dirigiste tu palabra a los hombres y fue su esperanza de
salvación, pues en ella nos revelaste tu rostro y nos marcaste el sendero para
descubrirnos como verdaderamente hombres en el mundo y, siendo fieles a tu voluntad,
ser tu misma imagen sobre la tierra.

R/. Te damos gracias, Señor, porque nos has llamado a seguirte.

Nunca, a lo largo de la historia, nos has retirado tu palabra de salvación, a pesar de que,
por nuestro pecado, rompimos tu amistad y desfiguramos tu imagen en nosotros. La has
repetido siempre como un eco: primero, para constituir tu antiguo pueblo y, luego, para
sacarlo de la esclavitud, entregarle la tierra de promisión, probarle en el destierro o
dejarte saborear por el fiel resto, que no puso su corazón sino en el cumplimiento de tus
deseos.

R/. Te damos gracias, Señor, porque nos has llamado a seguirte.

Llegada la plenitud de los tiempos, nos enviaste a tu único Hijo que, hecho hombre de
una mujer, sintió y gozó, vivió y sufrió como cualquiera de nosotros.

En él, no sólo vimos tu gloria, sino que nos desvelaste el misterio del hombre verdadero,
para que nunca más confundiéramos el rumbo y se torcieran nuestros esfuerzos al
intentar ser hombres de verdad en este mundo.

Su camino le llevó a los pies de la cruz, obediente y fiel a tu voluntad, por querernos decir
que ser hombre, no es mirarse a sí mismo, sino sólo vivir para los demás.

R/. Te damos gracias, Señor, porque nos has llamado a seguirte.

Por los caminos de Galilea, con su palabra hecha vocación, llamó a unos pocos a su
seguimiento y plantó las semillas de una nueva humanidad: todos iguales y, a la vez,
distintos, para que nadie envidiara lo suyo en el otro ni se crearan disputas por quién era

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más. Tu Espíritu llenó sus corazones de dones, uno para cada uno, de forma que, unidos y
referidos los unos a los otros, resultara una dinámica unidad, como los órganos y
miembros de un solo cuerpo.

R/. Te damos gracias, Señor, porque nos has llamado a seguirte.

Desde entonces, su palabra ha seguido resonando y, a lo largo de los dos mil años de tu
Iglesia, ha seguido llamando a hombres y mujeres que, sensibles a su voz, han seguido sus
pasos, queriendo ser, como Él, hombres en plenitud, hombres cargados de humanidad en
medio del mundo, hombres que viven para los demás.

Haz, Señor, que nosotros, los llamados hoy, cristianos o seguidores de tu Hijo, seamos
capaces de vivir tus dones como alabanza agradecida a tu llamada, desde nuestras
diferencias complementarias, que se funden en la gloriosa unidad de única familia.

R/. Te damos gracias, Señor, porque nos has llamado a seguirte.

PLEGARIA EUCARÍSTICA III PARA NIÑOS:


El Señor esté con vosotros.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad, Padre bueno, hoy estamos de fiesta: nuestro corazón está lleno de
agradecimiento y con Jesús te cantamos nuestra alegría:
¡Gloria a ti, Señor, porque nos amas!
Tú nos amas tanto, que nos das a tu Hijo, Jesús, para que él nos acompañe hasta ti. Por
eso te aclamamos:
¡Gloria a ti, Señor, porque nos amas!
Tú nos amas tanto, que nos reúnes con Jesús como a los hijos de una misma familia. Por
eso te aclamamos:
¡Gloria a ti, Señor, porque nos amas!

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Por ese amor tan grande queremos darte gracias y cantarte con los ángeles y los santos
que te adoran en el cielo:
CANTO: SANTO CARISMATICO

Bendito sea Jesús, tu enviado, el amigo de los niños y de los pobres. Él vino para
enseñarnos cómo debemos amarte a ti y amarnos los unos a los otros. Él vino para
arrancar de nuestros corazones el mal que nos impide ser amigos y el odio que no nos deja
ser felices.
Él ha prometido que su Espíritu Santo estará siempre con nosotros para que vivamos
como verdaderos hijos tuyos.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
A ti, Dios y Padre nuestro, te pedimos que nos envíes tu Espíritu, para que este pan y este
vino sean el Cuerpo y la Sangre de Jesús, nuestro Señor.
El mismo Jesús, poco antes de morir, nos dio la prueba de tu amor. Cuando estaba sentado
a la mesa con sus discípulos, tomó el pan, dijo una oración para bendecirte y darte
gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciéndoles:
«Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por
vosotros».
Después, tomó el cáliz lleno de vino y, dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos,
diciendo:
«Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza
nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón
de los pecados». Y les dijo también: «Haced esto en conmemoración mía».
Este es el Sacramento de nuestra fe.
Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu Resurrección;
Ven Señor Jesús.

Por eso, Padre bueno, recordamos ahora la muerte y resurrección de Jesús, el Salvador del
mundo. Él se ha puesto en nuestras manos para que te lo ofrezcamos como sacrificio
nuestro y junto con él nos ofrezcamos a ti.
¡Te alabamos, te bendecimos, te damos gracias!
Escúchanos, Señor Dios nuestro; danos tu Espíritu de amor a los que participamos en
esta comida, para que vivamos cada día más unidos en la Iglesia, con el Papa Benedicto,
con nuestro Obispo Manuel.
¡Que todos seamos una sola familia para gloria tuya!
No te olvides de las personas que amamos ni de aquellas a las que debiéramos querer más.
Acuérdate también de los que ya murieron y recíbelos con amor en tu casa.
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¡Que todos seamos una sola familia para gloria tuya!


Y un día, reúnenos cerca de ti con María, la Virgen, Madre de Dios y Madre nuestra, para
celebrar en tu reino la gran fiesta del cielo. Entonces, todos los amigos de Jesús, Nuestro
Señor, podremos cantarte sin fin.
¡Que todos seamos una sola familia para gloria tuya!

Por Cristo, con Él y en Él, a Ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.Amén.

PADRENUESTRO

PAZ: CANTO PAZ DOMINICANA

ORACIÓN PARA DESPUES DE LA COMUNION.


Te damos gracias Señor, porque nos sigues llamando y sigues necesitando de nosotros.
Te damos gracias por los testimonios vocacionales que viven a nuestro alrededor, por
esos hombres y mujeres que siguieron tu voz, los llamaste y hoy son nuestros sacerdotes,
nuestras religiosas y nuestros catequistas.
Te damos gracias porque sigues llamando a jóvenes, y algunos responden a tu llamada.
Te damos gracias porque sigues estando con nosotros, y a través de nuestros sacerdotes
te haces alimento de vida para el alma.
Te damos gracias porque a través de sus vidas, vemos el amor que Tú tienes a todos las
personas.
Te damos gracias y te pedimos que sigas llamando a niños y jóvenes de nuestra
comunidad y que nos des la valentía para decirte que Si.

BENDICIÓN FINAL
Hermanos: la Palabra de Dios hoy ha reafirmado nuestras vocaciones, distintas pero
todas necesarias, y de una gran riqueza para la Iglesia. No sólo la vocación a la vida
consagrada y al ministerio, sino a toda vocación cristiana.

Que Dios nos ayude a vivir hoy la vocación a la que hemos sido llamados.
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