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Natalia Oróstegui

Hace largo tiempo en los medios vienen exponiendo la problemática de la baja


del dólar, debido a la crisis por la que atraviesa Estados Unidos hace ya más
de un año.

Un lugar destacado en esta disyuntiva ocupa el sector exportador, quienes son


los más perjudicados debido a la situación del cambio, pues lo que reciben en
dólares no es suficiente para cubrir los gastos que ellos deben pagar en pesos.

En un intento para que el Gobierno tome cartas en el asunto, hace algunas


semanas organizaron en las cercanías de Rancagua, VI Región, una reunión
donde dieron un llamado de atención a las autoridades, quienes, para ellos, se
han mostrado un tanto insensibles ante la grave crisis.

La postura alarmista de los exportadores de frutas, y del sector agrícola en


general, contrasta enormemente con la situación de los importadores, quienes
sin lugar a dudas, se ven beneficiados con el dólar bajo.

Como en todo orden de cosas, siempre hay unos de ganan y otros que pierden.
En la crisis del dólar, los ganadores son los importadores. Las empresas que
trabajan intensamente con productos importados, al comprar en dólares,
cuando éste está bajo, disminuye considerablemente sus costos de producción.
Lo que se traduce, finalmente, en una muy buena noticia para los
consumidores, ya que podremos adquirir los productos importados a menor
costo.

Esto ha significado un aumento considerable en la venta de automóviles en


nuestro país. Sólo en los primeros meses de este año las ventas habían
aumentado un 28% en relación al año anterior, es decir, unas 40 mil unidades
vendidas, esto se explica por la baja del dólar, además del aumento en la
variedad y disponibilidad de los productos. Los electrodomésticos, son el
segundo producto que ha aumentado sus ventas gracias la baja del dólar.

Asimismo, como vemos, la situación no es completamente negra para todos. El


dólar bajo, puede ser una oportunidad para que las medianas y pequeñas
empresas inviertan en nuevas tecnologías y así optimicen sus procesos
productivos y así, con el tiempo, logren una mayor competitividad.

No obstante, esta posibilidad no se reduce sólo al sector empresarial, los


hospitales también se ven beneficiados al poder optar a nuevas tecnologías
más baratas, con lo que se podrán cambiar instrumentos antiguos, por otros de
última generación.

El escenario también es beneficioso para las empresas chilenas que, en este


momento tienen deudas expresadas en dólares, por cuanto su compromiso
traducido a pesos se hace menor, ya que tienen que pagar menos dinero.
Y para terminar, hay que observar que Chile también se beneficia, puesto que
su deuda externa se reduce a su vez, ya que ésta está expresada en dólares.

En resumen, tenemos que aceptar que en este escenario no hay sólo víctimas
del mezquino dólar. Es innegable que también da la oportunidad a algunas
empresas (las que aún se encuentren en condiciones de…) para invertir en
tecnología, aprovechando que se puede adquirir a menor costo. Y no tan sólo a
empresas, sino también a nosotros como consumidores. Ya se pueden apreciar
la rebaja en el precio de algunos productos como computadores y
electrodomésticos.

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