versatilidad y buen hacer cambiando de registros y una puesta en escena para disfrutar en la que se agradece que se acorte la obra gracias al ritmo vertiginoso que le ha impreso lvaro Morte, director de la compaa.
Atrapa desde el comienzo, hace que uno se divierta con
ganas y que en ocasiones se emocione, est hecho todo con una ternura y una pasin tan grandes que traspasan y calan. 300 Pistolas son muy necesarios, son el teatro de Barraca resucitado y, eso, es una belleza. JOS ANTONIO ALBA, EN UN ENTREACTO
LUIS MARA GARCIA, QUE REVIENTEN LOS ARTISTAS
Tres sombreros de copa, de 300 Pistolas, una
obra que os pongo en la lista de imprescindibles por desbordar calidad en todos los aspectos.
El pulso de la direccin es vibrante, enrgico; su inventiva, sus soluciones,
muchas deudoras (agradecidos todos los homenajes) de los clsicos del cine mudo y las deliciosas payasadas de los Hermanos Marx, le otorgan un ritmo al montaje trepidante que no decae nunca, con lo que el espectador no tiene ni un instante para pensar en aburrirse.
IRENE LPEZ NAVARRO, EN EL ANDN
LVARO VICENTE, REVISTA GODOT
Una obra original y divertida que se alimenta del texto
de Mihura y que gana en intensidad con la energa de los actores y sobre todo del pblico, muy necesaria para disfrutar plenamente de este pequeo regalo. A GOLPE DE EFECTO
En este hotel modesto todo cabe: Desde un nmero de
magia a constantes referencias al cine mudo, lenguaje con el que Morte ha encontrado acertados nexos de unin. Todo ello hecho con mucho mimo, con mucho arte y mucho amor por el texto originario de Mihura. CARLOS RIVERA, ARTEZBLAI
Los chicos de 300 Pistolas han conseguido crear el
espectculo que le hubiera encantado al gran cmico que fue Miguel Mihura. MI BUTAQUITA