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Robert-Alain de Beaugrande Wolfgang Ulrich Dressler Introduccion. oa la lingtistica del texto Version espaiola y estudio preliminar de SEBASTIAN BONILLA “Beditorial Ariel SA Barcelona CaritTuLo I NOCIONES BASICAS 1, He aqui seis muestras de Jenguaje que comparten algunos ras- gos y difieren en otros: {1} NINOS JUGANDO DESPACIO {2] Duérmete nifio, duérmete ya, que viene cl coco y te comerd [3] A sus veinte afios de edad, Willie B. es un teleadiclo intransigente. Odia las noticias y los programas de entrevistas, pero es un fandtico aficionado de los partidos de fitbol. Se pone tan nervioso cuando in- terrumpen con anuncios la retransmisién de un partido que incluso a veees le pega puietazos al telévisor. Un amigo suyo dice que se comporta como «un nifo pequcios. Willie.B. es el unico gorila del zoo de Auanta, El pasado mes de diciembre un representante de Ten- nessce TV se enteré de la solitaria vida que Neva Willie B. y le regalo un tclevisor para que Ie hiciera compaffa. {4] En una zona del desierto de Nueva México se alzaba un enorme cohe- te V-2 de color amarillo y negro de 14 metros de altura. Vacio pesa- ba cinco tonchidas, Llevaba como combustible ocho toncladas de al- cohol y oxigeno If{quido. Todo estaba preparado para el lanzamiento. Los militares y los cientificos se habian parapetado detras de unos 1, Los ejemplos [11 y (21 sen de dominio pi ef 22 de encro de 1979 ile a revista Time, El cjemplo (4] aparece en McCall y Crabbs (1961): este ejem- pacha sido nity utilizado despuds én otros trabajos (véase Ia nota 16 en ef captiite ¥ rande, 19KOG ¥ ¢, LAK y Simon y Chester, 1979). Eb ejemplo [S} procede de House at Pooh Comer de Mil- fe (1928: 44 y 55.). El poemia [61 es un soncio deb amor oscure de Federico Garcia Loren. Estos ejem. plos serdn tratados a Jo largo det Jibro: (1] en 1.4.6 ¥ 19-21; (2) en 1.10; (3 en VIE21-28; [4] en 11.26, 1V.7-10, 24, 29, V.29-39; Si en vi. 29-31; y (6) en VIT29-42. 34 G3] (6] INTRODUCTION A LA LINGUISTICA ., 1 montfculos de tierra, a cierta distancia del ipgenio. Des destellos ro- jos anunciaron la inminencia del lanzamiento. De pronto, con una > gran lamarada y un fuerte estruendo, el enorme cohete ascendisé pri- mere lentamente y luego cada vez mas de prisa. Iba dejando una es- tela de [lamaradas amarillas de unos 20 metros de largo, En un ins- (ante, la Namarada parecfa una estrella amarilla. En pocos segundos, se habla alejado tanto que ni siquiera podia vislumbrarse; el radar se- gufa su trayectoria a medida que ascendfa a una velocidad cercana a los 200 kilémetros por hora, Minutes después del lanzamiento, cl pi- lote de un avi6n de vigilancia lo vio regresar. Aterrizé a unos 64 ki- lametros del punto de partida. HerracumpP frelaniidndose}: jJa, jo! Piclet {distrvatdamenic}: Tra-la-la, ura-la-la, Herraume (sorprendide y no lo suficientemente seguro de si mismo}: iJo, jo! Pigter fiads distratdanenie atin}: Tu-tu-tu, tu-tu-tu, lierracume fiba a decir de nuevo «jo, jo», pera le da un repeutino ata- que de tos): J... fiose)... ¢Qué pasa aqui? Piclet fsorprenidido}; (Hola! Mirna, he hecho una trampa y estoy espe- rando que caiga en ella un heffahimp. HErrAcuMP (co eviderte desaprobacion): (Vaya! (Después de un largo silencio) ¢Estds seguro dc lo que dices? PIGLET: Sf. HEFFALUMP: jVaya! (Nernioso) Yo... yo crela que era una trampa que habia hecho yo mismo para cazar un piglet. Picter (sorprendida): jOh, no! HeEFFaLump: jOht! (Ert tone concitiador) Puede..., puede que yo me haya equivocada. | PIGLET: Me temo que sf. (Cartésimente) Lo siento fen tone burlesca). HerracumP; Bueno, bueno, bueno. Suponge que ser4 mejor que me vaya. PIGLET (descitidadanizitte): ¢Te vas? Bien, si por casualidad ves por alti a Christopher Robin, gpuedes decirle que lo estoy buscando? HEFFALUMP farsioso por qredar biett): {Desde luego! {Desde luego! fheye a ioda velocidad). EL PO#TA FIDE A SU AMOR QUE LE ESCRIBA Amor de mis entrafas, viva muerte, en vano espero iu palabra escrita ¥ pienso, con Ia flor que se marchita, quc si vive sin mf quiere perderte. El aire es inmorial. La-piedra inerte. - ni conoce In sombra ni la evita, Corazén interior no necesita la mie] helada que Ja tuna vierte. NOCIONES BASICAS 7635 Pero yo te sufri, Rasgué mis venas, ligre y paloma, sobre tu cintura en duelo de mordiscos y azucenas. Liena, pues, de palabras mi locura o déjame vivir en mi serena noche de} alma para siempre oscura. Todos los ejemplos anteriores son TEXTOS Usados en SITUACIO- NES pIscuRSIVAS, diferentes. El hecho de que estos textos puedan utili- zarse de diversas maneras indica que pertenecen a TIPOS BE TEXTO dis- tintos: [1], sefial de trafico; [2], cancién de cuna; [3], articulo perio. distico; [4], fragmento de artfculo cientifico; [5], conversacién entre dos participantes que inlercambian el turno de habla; y [6], poema. Pa- rece razonable exigir a una ciencta cel iexto que sea capaz de descri- bir o de explicar tanto los rasgos que comparten como las diferencias que separan unos lipos de texto de otros. De igual manera, una cien- cia del texto deberfa hacer explicito qué normas han de cumplir los textos, como se procucen y cémo se realiva su recepcidn, «le qué ma- nera los usan los hablantes en el marco de una situacién comunicati- va cdleterminada, etc. Las palabras y oraciones que aparecen literal- Mente en un texto son indicaciones interesantes que ha de tener muy en cuenta el analisia, pero no reproducen la totalidad de lo que se esta comunicando, por lo que si en nuestro andlisis nos limitasemos a ellas nunca podrfamos ofrecer una descripcién completa de como funciona un texto. Y precisamente el problema mas apremiante que ha de re- solverse es COMO FUNCIONAN los textos en Ja INTERACCION comunncartva ff 3. Un TEXTO €s Un ACONTECIMIENTO COMUNICATIVO que culnple sie- _te normas de TEXTUALIDAD. Si un texto no salisface alguna de esas nor. “Mas entonces no puede 2 considerarse que que ese lexto seq comunicalive ‘Por consiguiente, los textos que no sean comunicalivos no pueden analizarse como si fueran textos genuinos (véase 11.8). En este capt- tulo se esbozan las siete normas de textualidad de una manera infor- mal y, mas adelante, se dedica un capitulo aparte a profundizar en © cada una de ellas. 4, La primera norma de textualidad es la conESIGN. La cohesion establece las diferentes posibilidades en que pueden coneciarse enire sf dentro de una secuencia tos componentes de 1a SUPERFICIE TEXTUAL, eS decir, Jas palabras que realmente se esctichan o se leen.? Los compo- 2. La estapreall al ne es, desde luego, wn mtaierial en bee compucsio por sonides o mat cas impresns. Su Plesupone que Ins espresioncs lingifsticas que Ia camponen han sido pre- Ja interaccién y ch receptor ha logrado identifiearlas. La cuestién que planta el enfogue pracedimental es cémo se produce realmente sa identificacién. Sobre este tema puecle con- suliayse Selltidge y Neisser (1960): Sperling (1960), Neisser (1967), Crawder y Morton (1969), Woods ef ad, (1976), Rumelhase (19724) y Walker (ed) (1978). ae | 36 INTRODUCTION A LA LINGUISTICA nenies que integran la superficie textual dependen unos de otros con- forme a unas convenciones y a unas formatidades gramaticales deter- minadas, de manera que la cohesién descansa sobre DEPENDENCIAS GRAMATICALES. Tal como han seflalado con frecucncia los lingiistas, las secuencias superliciales de un texto no se pueden reorganizar de un modo radicalmente distinto al originario sin que ello cause alleracio- nes significativas en ese texto. Por ejenrplo, seria absurdo modificar cl ejemplo [fF] de la manera siguiente [!a} sJuGaNDo BDESPACIG. NINOS y pedir luego a las autoridades pertinenles que lo adoplen como texto en una sefial de trafico. La serie de palabras [la] es tan inconexa que los conductores apenas entenderian una sefial con esas caracter(sticas, debico, obviamente, a que se han deteriorado las dependencias gra- maticales inseritas en su superficie textual, y ésias son las principales indicaciones que permiten entender el significado y el uso de las pa; labras que aparecen en el texto. Todos los procedimientos que sirven para marcar retaciones entre los elementos superficiales de un texto se incluyen en e) concepto de CoHESION.3 5, Adviértase que e} ejemplo original ty NINOS JUGANDO DESPACIO podria interpretarse de diversas maneras. Del hecho de que los ‘nifios’ estén ‘jugando despacio™ podrian derivarse algunas conchusiones nada favorables sobre la capacidad fisica o ta inteligencia de esos nifios. Sin embargo, la interpretacién mas natural aconseja segmentar el texto en dos partes (‘nifios jugando’, por un lado, y ‘despacio’, por otro), dedu- ciendo a continuacién que los conductores han de aminorar la velaci- dad de sus vehfculos para evitar poner en petigro la vida de los nifios que juegan en las inmediaciones, Una ciencia del texto no sélo ha de 3. Eltérmino -cohesisne fue divulgado par Halliday y mds tarde por su esposa Hasan (véase Ela- Widay, (964, Hasan, $968, y Halliday y Hasan, 1976). Cotéjese también con el uso de esta neciéa cn Crymes (1968), Harweg (1968), Palck (1968), Hobbs (1976) y Webber (1978), Adviértase que la zacién qué se hace en este manual del térming -cohesidie ¢s extremadamente amplin, puesio que in- cluve toclos los medios de scdalitacién de dependencias textuales superticiales (confréntese con UMalk- slay, 1964: 303). 4 Los ejemplos lingilisticas se enmarcaréin entre comilas simples. Para otros tipas de ejemptos se usprdn las comitlas angulares. NOCIGNES BASICAS 37 explicar cémo es posible que se produzcan AMBIGOEDADES de este lipo en Ja superficie textual, sino que también ha de aclarar cémo los ha- blantes restielven, de hecho, la mayor parte de estas ambigiedacles sin ninguna dificultad. En Ja interpretacién de un texto, como puede ver- se, la superficie textual no es decisiva en sf misma; para conseguir que ia comupicaciéa sea eficaz ha de existir INTERACCION entre la cohesién y las otras normas de textualidad Wéase iit-4y>——~—--~ we ““6y” La segunda norma de lextualidad es la PouERencia\ La_cohe- rengia regula la posibilidad de que sean accesibles Entre sf e interac- tuen de un modo relevante? los compottentes ‘del MUNGO TExTUAL, es de- ‘cit, la configuracién de los CONCEPTOS y de las RELACIONES que siubya- cei? bajo la superficie del texto. Un CONCEPTO es una estruciuracién dé conocimientos (o contenidos cognitivos) que ef hablante puede activar © recuperar en su mente con mayor o menor unidad y congruencia minado: cada vinculo recibe una denominacién segin los conceptos que conecte. Por ejemplo, en ‘nifios jugando’, ‘nifios’ es un concepto objeto y ‘juganda’ es un concepto accidn. Que se pueda eslablecer una relacién mental entre ambos conceptos se debe a que los ‘niiios’ son los agentes de la accién ‘jugar’ (véase V.26[b)). En ocasiones, aunque no siempre, las relaciones no se eslablecen en el texto de un modo Ex- PLicITO, eslo.es, NO se ACTIVAN direclamente a través de las expresiones que aparecen en la superficie textual (véase V.4). Para suplir esta ca- vencia de indicaciones explicitas los hablantes suelen aventurar hipd- tesis acerca dle ta existencia latente de tantns relaciones como sean ne- cesarias para dar sentido al texto desde el inicio. Asf, por ejemplo, en ausencia de otras pistas, en la seal de tréfico [1], ‘despacio’ tiene més séntido si se entiende como «cantidad de movimiento» que come un salribulos xsociade con ‘nifos’. 7. El tipe de relaciones que se incluyen bajo la denominacién de“? CAUSALIDAD® ejemplifi consiste Ja cohsren ; de raen que una siluacién o uri acontecimients infuye'en las condicio- Tes que han de darse para que ocurra otro acontecimiento. En un ®jemple como'el siguiente: °°” i ae 5. Sobre la coherencin, vénse Harweg (1968), Karttunen (1968), Bellert (1970). Van Dijk (19720. 1977a), Kintseh (1974) y Beaugrande (19880). La «coherencia» se ha confundido o mezelado 9 menu- do con by =cobysion=; no obsiante, parece indispensable esmablecer una distincién ehire la conectivi- dad superficial » la conectividad del contenido subyacente (véase Widdowson, 1973, Coulthard, 1977, ¢ Reaugrancte, 19808). : , 6. Pueden encantrares descripciones sobre In causalidad diferentes pero compatibles con Ia nues- em Schauvk (1975) y WikS (119776) En bV.46 se mencionan algunos smarcadoness que senalan la causalidad. - ” 38 INTRODUCCION A LA LINGUISTICA 4 [7] Se cayé de un tercer piso y se rompié una pierna — el acontecimiento ‘cafda’ es la causa del acontecimiento ‘rotra’, pues: to que el primero ha creado las ‘condiciones necesarias para que se diera a continuacién el segundo. En el ejemplo siguiente, por el con- trario, se aplica un tipo de causalidad mas débil: (8) Maria del Campo cociné un delicioso pastel de chocolate. Horas dcs- puds, Marfa del Mar robd cl pastel y sé lo comié con sus amigas. En este caso, la accién de Maria del Campo ha creado Jas condi-, ciones suficientes, pero no iecesarias, para que Maria del Mar pudierall lievar a cabo su accién (es decir, la ha hecho posible, aunque no obli-} gatoria); a esta relacién se le Hama POsIBILIDAD. 8. Las relaciones conceptuales mencionadas no agotan todos los lipos de causalidad. En un ejemplo como el siguiente: [9] No gana mds dinero porque trabaja pocas horas la primera accién no es la causa o lo que hace posible que suceda ia segunda, sino que ‘na gana mas dinero’ es indudablemente un resul- tado predecible y razonable de ‘trabaja pocas horas’. Cuando una ac cidn es el resultado esperable de un acontecimiento previo, la relacién que se establece entre esa accidn y el aconiecimiento se denomina Ra- zon. En resumen: que alguien se caiga de un tercer piso es la causa (y no lo que hace posible o la razén) de que se rompa una pierna; que alguien haga un pastel hace posible (pero no es la causa ni la razén) que aiguien lo robe; que alguien trabaje poco es la razén (y¥ no la cau- sa ni lo que lo hace posible) de que gane poco dinero (véase Wilks, 1977b: 235 y ss.}. 9. Aun hay otra relacién distinta a la de causa, la posibilidad y la razén, como puede apreciarse en e] ejemplo siguiente: [10] La abuela fue a Ia alacena para darle un hueso a su perro La primera accién de la abuela (dirigirse a la alacena) hace pasi- ble la segunda (darle un hueso al perro), pero existe una diferencia muy importante entre los ejemplos [8] y [10]: en [10] el agente tiene un PLAN, mientras que en [8] el agente no hizo su pastel para que se lo Hevara un ladrén. Cuando se planea intencionadamente que suce- da un acontecimiento 8 a partir de la concrecién de un aconteci- mienlo anterior A, se considera que el acontecimiento B posee un PROPOSITO. NOCIONES BASICAS "39 10, Otra manera de observar Jos acontecimientos_o_las situacio- nes es desde el punlo de vista de su ordenacién en af T sa, la posibilidad y la raz6n se caracterizan por su direccianalidad pro- gresiva, esto es, e) primer acontecimiento es la causa, hace posible o proporciona la razén para que suceda el acontecimiento posterion En cambio, el propdsito se caracteriza por su direccionalidad regresiva, es decir, Ja accién posterior conlleva el propdésito que ha movido la realizacién cle la accién anterior. Las relaciones temparales pueden Ile- gar a ser muy complejas, dependiende de Ja manera en que se orele- nen las accienes, los acontecimientos © las situaciones implicadas en ellas, En el ejemplo siguiente: [11] Cuando fue a coger un yogur, vio que la nevera estaba vacia nueslro conocimiento estereotipacdo del mundo nos indica que la ac- cién A ‘ir a coger un yogur’ sucedié con posterioridad a la aceién B ‘acercarse a Ja nevera’ (la accién B marca el Ifmile terminal de la ac- cidn B}, pero también nos indica que la accién A sucedié al mismo tiempo que la accién C ‘ver la nevera vacia’, La relacién cle PROXIMIDAD TEMPORAL quic puede darse entre das aconiccimientos distintas se cane cretard de maneras diferentes, segttn los limites estableciclos entre las — acciones que compongan esos acontecimientos.? 11. La seccién V.25 y ss. se reservan para una exposicién sobre otras relaciones de coherencia. No obstante, hemos de sefialar que nos estamos moviendo siempre entre consideraciones que van mas alla del texto, entendido éste en un sentido restringido como aquello que se ha diche o se ha escrito de un modo explicito. De ello se deduce clara- mente que la coherencia no es un simple rasgo que aparezca en los textos, sino que se trata mds bien de un producto de los procesos cog- nitivos pueslos en [uncionamiento por jos uswarios de les textos. La simple yuxtaposicién de acontecimientos y de situaciones en un lexta activa operaciones que generan relaciones de coherencia, Puede ad- vertirse ese efecto en el ejemplo siguiente: (21 Ducrmete nifo, dudrmete ya, que viene el coco y te comerd En el texto se sefialan de un modo explicito una serie de acciones Cdormir’, ‘venir’ y ‘comer’); las Gnicas relaciones que se esltablecen en- tre cada accién son las de AGENTE (‘coco’) y ENTIDAD AFECTADA (‘nifio’} (acerca de estos términos, véase V.26 y ss.). Aunque sea simplemente 7. En 1¥V.47 se analizan algunos marcadores que indican proximidad temporal. Sobre las frome: ras entre acomecimientas, vdase 111.24. APOn La cau. - 40 INTRODUCCION & LA LINGUISTICA en virtud de la configuracién verbal, es probable que cualquier re- ceptor textual sutponga que las acciones descritas intentan ser una pis- la de la CARACTERIZACION de los agentes (atinque no se dice en ningtin momento que el nifio no quiere dormir y que el coco se come a log, nifios que no duermen), Esta aperacién de enriquecimiento de] mun- do textual mediante fa aportacién del propio conocimiento del mundo que vealiza el receptor se denomina HACER INFERENCIAS (véase V.32 | y ss.). ” 12. El fendmeno de la coherencia puede ser también util para perfilar mejor algunas caractertsticas que deberfa reunir una ciencia del texto sdlidamente fundamentada sobre la idea de que el texto es una forma de actividad humana. Un texto no tiene sentido par st mis- mo, sino gracias a la interaccién que “ establece entre el conaci- MIENTO PRESENTADO EN ELTEXTO ¥ el CONOCIMIENTO DEL MUNDO ALMACE- NADO EN LA MEMORIA de los ‘irilerlocutores (véase Petdfi, 1974, y y [X.24- 40). De este planteamiento’se deduce que los lingiistas textuales han de cocperar con los psicélogos cognitivisias en la exploracién de ctues- tiones bdsicas para ambas disciplinas, como por ejemplo el problema de} senticlo® de un texto. Otra conclusidén que puede derivarse de lo cx- puesto hasta aqui es que las teorfas y los métodos que se utilicen en la investigacién no han de ser DETERMIN{STICOS sino, por el contrario, PROnaBtLisTicos, es decir, debéran aclarar no lo que sucede siempre sino, por el contrario, lo que suicede normatmente, Bien es verdad que hablanies diferentes pueden inferir sentidos ligeramente cdistintos en Ja interpretacién de un mismo texlo. No obstante, no cabe la menor duda de que el «sentide del texto» es una propicdad bastante estable: la mayor parte de los hablantes pueden ponerse de acuerdo sin pro- blemas en cual es el contenido de un texto, puesto que normalmente realizan unas operaciones de interpretacién similares (véase V.1)- _ 13, Tanio Ja cohesién como ta coherencia son nociones centra das en el texto que designan operaciones enfocadas hacia fos mate vinles lextuales. Ademids de Gstas, se necesitan otro lipo de nocione centradas en el usuario que expliquen con mayor amplitud el fun cionamiento de la actividad comunicativa en Ja que estan implicados tanto los productores como los receptores de (extos. Un ejemplo de ese lipo de nociones es la tercera norma de lextualidad: la INTENCIONALI- bap. La intencionalidad se vefiere a la actitud del productér textual; “que una serie de secuencias oracionales constituya un texto cohesic-+ nado y coherente es una consecucncia del cumplimienta de las inten, ciones del pri oductor (transmitir conocimiento o alcanzar una META es4 8. En V.1 se distingue entre «significador, entendiclo come la capaeidad que tienen fas expresio- nes tingulsticns para sey significamtes, y «sentitlor. entendide came el conocimiento que realmenis tyansiniten las expresiones que aparecen cn los textes. NOCIONES BASICAS 41 pecffica dentro de un PLAN)? Bien es verdad que —en algun grado al menos— puede considerarse que, cn sf mismas, la cohesién y In co- herencia son metas operativas que si no se aleanzan podrian bloquear la consecucién de otras metas discursivas. No obstante, como sucede de manera nolovia en la conversacién espontanea, los recepteres prac- lican habitualmente cierla TOLERANCIA hacia producciones lingdfsticas de sus interloculores que diffcilmente pueden considerarse como cohesionadas y coherentes (véase VI.2 y ss.). Una estructura relati- vamente confusa como la siguiente (documentada en Coulthard, 1977: 72): (12] Bien, gdénde... en qué parte de la ciudad vives? no proveca trastornos en la comunicacién, pues aunque la meta se- cundaria de mantener la cohesién no se cumpla por completo, el ha- blante consigue alcanzar su meta principal: enterarse de Ja direccién de su interlocutor. Ahora bien, también es cierto que_si-el-hablante : se obstina 4 ente en rod iy un Jexta. Sin_cohesion 1 ni_coherencia, ¥ 55), por lo “que, la velacion comunicativa con el | receptor también puede dcteriorarse ‘ecmpletamente,_. ” 14. La cuatla norma de textualidad es Iq { ACEPTAMILIDAD, La acep- labilidad se xefiere a la actitud del receptor: una ‘Una serie de secuencias que constituyan un lexto cohesionada y coherente es aceptable para un determinado receptor si éste percibe que Nene alguna relevancia por ejemplo, porque le sirve para adquirir conocimientos nuevos o porque le permite cooperar con su interlocutor en la consecucidn de una meta discursiva determinada.!9 Esta actitud receptora es, en ulti- ma instancia, la responsable de factores tales como el tipo de texto, la siluacién social o cullural y la deseabilidad de las metas que preten- den alcanzar los hablanies. En este sentido, podria interpretarse que una_de las metas propias del receptor textual es el mantenimiento de a cohesi6n y la coherencia, puesto que tiene la poteslad de tolerar Jas imperfecciones formales”que presenta el-matertal féxtual hasia donde” 9. Se ba diseiide acho acerca de Ia sintenclonatidadl>, pero me se ha Megado a ninguna con- clusién def va, No obstante, pueden consultarse las publicaciones siguientes, en las que se trabaja con tite concepla: Wanderlich (1971), Fidrmann (1976), Bruce {1977}, Van Dijk (I97%o). Schlesinger (1977), Cohen (1978) MeCals (1978), Wilensky (197Ba), Allen (1979) y Beaugrande (1979 wh, 19680q) (vdase lambidn VL6). Advigtiase que quien produce un texte no tiene por qué ser el mismo que lo pre- senta, por ejemplo cn at case dy ta alusiom textual (1X.12) este fendmeno puede incluirse hajo la na- ‘dion dy intertextulidad Caceres de la parodia, whase 1.22). 10. Sabry Ia aceprabilidad, pucde consultarse Quirk y Svaitwik (1966) y Greenbaum fed } £1977). Sobre ta aceptacién de Ins nveins discursivas de los otros participantes, véase Cohen (1978), McCalla (197%) y Allen (1979), . ‘ ‘ 42 INTRODUCCION A LA LINGUISTICA sus propios intereses se lo aconsejen, En este mismo sentido, la ope ‘yaci6n dé WACKER: INFERENCIAS Meneionada en 1.11 demuestra de un modo contundente cémo los receptores apoyan el mantenimiento d la coherencia mediante la realizacién de sus propias contribuciones a \ sentido del texto, 1S. Siel receptor minimiza su grado de aceplabilidad, el proce- so comunicalivo puede deteriorarse. Si el receptor cuestiona la acep- tabilidad de lo que dice el hablante, cuando Ja imtencién de éste ha sido en realidad ser claro y comprensible, el hablante puede conside- rarfo como una sefial de que el receptor no quiere cooperar en el man- tenimiento de la conversacién o en que ésta transcurra de un modo habitual. Véase el ejemplo siguiente (Dickens, 947: 774): (13) —Lo que necesitamos, scfar, es pruebar esto, —~Se dice probar, sefior Weller, probar —dijo Pett. —Bueno, sefor —replicéd bruscamente el sefior Weller—, pruebar y Probar es lo mismu, poco mis o menos; si usted no cntiende lo que quiero decir, sefior, estoy seguro de que ya encontraré quien me en- tienda . —No se enfade, par favar, seAor Weller —dijo Pell mansamente. t6. En ocasiones, el productor textual especula con la actilud de aceptabilidad de sus receptores, presentanda textos que exigen que ésie se esfuerce si quiere dotarlos de sentido. Por ejemplo, la Compa- fia Telefonica Bell advierte a sus abonados: (14] Lhimenos antes de cavar una zanja. Probablemente no pueda tele- fonearnos después La Compaaia Telefénica Bell invita a que sus abonados infieran que cuando se excava una zanja se corre el peligro de cortar un cable telefénico soterrado y, en consecuencia, puede averiarse la instalaciédn para Hamar por teléfono no séle a la Compaiifa Telefénica para que arregte la averfa, sino incluso para insultar a quienes pusieron ahf ese eable o para recibir la llamada del jefe en la que nos despide por co- meter una negligencia profesional. Resulta curioso que [14] sea una versién mis efectiva del mensaje que cualquier otra que, como [14a], sea mds explicita (en el sentido que se expone en J.6): {ida} Litmenos antes de cavar una zanja. Cabe la posibilidad de que haya un cable soterrado. Si usted rompe ese cable, se quedart sin servi- cio telefonico, por no mencionar que puede recibir ademds una fuerte descarga eléctrica. En cuatquicra de estos casos, usied no pa- dia telefonearnos, NOCIONES BASICAS 43 Parece ser que al receptor se le persuade con mayor facilidadt si se le obliga a que reulice un esfuerzo aportande conocimicnte adicional para entender el contenido del texto: de esa manera se crea Ja ifusion subjetiva de que el propio receptor, en alguna medida al menos, ha enunciado el texto. El ejemplo [14] es mds infermativo que el ejem- plo [ida] debiclo a un factor que constiluye la norma de textualidad que se tratard a continuacién. 17. La quinta norma de lextualida des 5 la 1yFORMATIMINODL La in- formatividad sirve para _evaluar hasta qué punto las secuencias de un texto son predecibles o inesperadas,!! si transmiten informacién co- nocidta o novEdosa.” CanrinaTcioi probableinente to pueda’ teleto- NeArhos” és Miicho mas sorprendente en el escucto ejemplo [14] que en el [14a], donde se presenta, después de una prolija argumentacion, como una conclusién Iégica. Procesar secuencias con un alto nivel dé informatiyidad requiere realizar un esfuerzo mayor que proccsar sc- cuencias con un bajo nivel de informatividad, pero por cl conlrario también suele ser una actividad mucho més interesante. No obslante, el productor textual ha de ser cuidadoso y evilar que la tarea de pro- cesamiento que ha de realizar el receptor no sea tan ardua como para que se ponga en peligro la comunicacién. 18. Cualquier texto es, en alguna medida al menos, informativo. El problema no radica en qué medida la forma y el contenido de un texto sean predecibles, puesto que, en cualquier caso, siempre habra alguna serie de secuencias que no puedan preverse. Con toda proba- bilidad, un_nivel especialmente bajo de informatividad puede pertur- bar, causfir fastic incluso provocar el rechazo del texto. Tomese en considéracion ja secuencia ‘que abre“un tfpico manual cientifica:'2 [15] El mar es agua El hecho que se afirma aqui es tan conocide por todos que no vale la pena enunciarlo en un libro cientifico. Nadie duda de que [15] sea un texto cohesionado y coherente, y que, como tal, inducablemente in- tente ser un texto aceptable. Sin embargo, se trata en realidad de un texto con muy poco interés para sus receptores puesto que es mini- mamente informative. Ahora bien, cuando se accede a su continua- cién, el texto va adquiriendo una mayor entidad: 11, Sabre Ia informatividad, puede consuharse Shannon (1951), Wellner (1964). Grimes (1975), Loftus y Loftus (1976}. Groeben (1978) y Beaugrande (19785, 1980a). Yéase gambien el en- pluilo-Vit. 12, Con este ehuncindo comicnza el libro de Chanslor (1967: 9), Para un andlisis mas. profyndo del fragmento véase Beaugrande (19735). 44 INTRODUCCION A LA LINGUISTICA {15a]) El mar es agua unicamenie en el sentido de que el agua cs la sus- tancia predaminanie en su composicién. En realidad, cl agua es una mezcla de sales y gases que, ademas, contiene una cantidad enerme de organismas vivos... La afirmacién de un hecho obvia en el ejemplo [15] funciona como punto de partida a partir del cual se pueden realizar a continuacién afirmaciones con un grado mas elevado de informatividad. La expre- sidn ‘en realidad’ que aparece en la superticie textual de [15a] sefiata que la relacién entre ‘mar’ y ‘agua’ (véase V.26[1]) no es, en absoluto, rigurosa. La refulacién de una creencia estereotipada eleva et nivel de informatividad del fragmento en que aparece (véase VIT.16). 19, La sexta norma de textualidad es la SITUACIONALIDAD) La si-) tuacionalidad se refiere a los factores que hacen que tii Texto sea RE- , LEVANTE en la siruactOn en la que aparece:'3 ya se vio anteriormente | que la sefal de trafico {1} NINOS JUGANBO DESPACTO podia interpretarse de diversas maneras, pero la interpretaci6n mas probable era bastante obvia. La [acilidad con que los hablantes pue- den decidir semejantes cuestiones se debe a la influencia de la situa- cidén en In que se presenta,el lexto. En el caso dei ejemplo [1], la seal est@ emplazada en una localizacién en la que cieria clase de recepto- res, llamados conductores, probablemente esperan que Ja sejial se re- fiera a un determinado tipo de accion, cuyo cumplimiento o desobe- dicncia puede alectarles. Parece razonable suponer que ‘despacio’ ha de entenderse como un requerimienlo para reducir la velocidad, mas que conio un anuncio acerca de las capacidades fisicas o mentales de las nifios. En ese mismo contexto, los peatones entenderdn que el tex- to de Ja sefial no es relevanle para ellos, porque su velocidad de mar- cha no puede poner cn peligro a nadie, Todo ello demuestra que el senlido y el uso de ese texto se ha decidido por medio de la situacién en la que aparece. . 20. La situacionalidad puede afeclar incluso o los medios de coy hesién. Por un lado, una versién del texto similar a Ja siguiente: 13. La ssituacionalidads ha recibido uri valamiente mds adecuado en disciplinas como La sncie- ag Is etnomelclolugia que en la propia fingulstien. Pueden consullarse los articulos reuni- sen Guasper y Hymes (els. (1972) y Bauman y Scherzer (eds.) (1974). Diamar (1976) ofrece un panorama global de la sociolinguistica. NOCIONES BASICAS 45 {ib] Los conductores deberfan conducir despacio, porque los nifios que juegan en las inmediaciones podrian cruzar la calzada sin mivar. Los vehicules pueden detenerse con mayor facilidad si civculan despacio podria aclarar cualquier posible duda acerca del sentido, el uso y el grupo de receplores a quien va dirigido cl texto. Ahora bien, en una situacién como la circulacién de tréfico en la que los receptores tic- nen limitada su capacidad y su tiempo de aiencién, no parece que sea lo mas apropiado sefializar todas y cada una de las circunstancias que puedan concurrir en una situacién determinada. Esia consideracion fuerza al productor textual a emplear un m4ximo de economia en su actividad comunicativa. La siluacionalidad constrifie con tanta fuerza el intercambio comunicativo que la versién minimizada [1] es mucho ids apropiada que [1b], aunque ésta sea mAs clara y proporcione una mayor canlidad de informacién (véase 1.23). 2t. La séptima norma de textualidad es la INTERTEXTUALIDAD) La intertextualidad se refiere a los factores que hacen depender la utili- vacién acecuadsa de un texto del conocimiento que se tenga de otros textos anteriores.'4 Un conductor que ha visto la sefial de trafico [i] probablemente se encontrar’ mas adelante con otra sefial del tipo: [16] FIN DE LA LIMITACION DE VELOCIDAD No se puede anular el limite de velocidad a menos que anterior- mente se hubiese establecido una limitacién previa. Parece claro que el sentido y la relevancia de [16] depende del conocimiento que se ten- ga de [1] y de la aplicacién de su contenido a la situacién en curso. 22. La intertextualidad es. en un sentido general, la responsable de Ja evolucién de los Tiros DE Textos, entendiendo por ‘tipo’ una cla- se de texto que presen a iertos. patrones caracteristicos (véase 1X1 y ss.). Cada tipo de texto en particular posee un grado diferente de de- pendencia de la intertextualidad. En ciertos tipos de textos como la parodia, las resefias crfticas, Jas contraargumentaciones o los infor- mes, el productor textual ha de consultar continuamente el texto prin- cipal para construir su discurso parédico, critico, contraargumentati- vo o infarthative, y. con toda seguridad, los receptores textuales nece- silardin conocer e] texto previo para entender el texto actual. Como ejemplificacién de esic planteamiento, recuérdese que hace algunos anos aparecié un anuncio en varias revistas con la fotografia de un jo- ven que imploraba: : . : 14. Puede encontrarse um uso mids restringide de la nocién de sintertestualidad+ cn Kristeva (1988); Quirk (1978) presenta dina concepcién mas parecida a la nuestra. 46 INTRGDUCCION A LA LINGUISTICA : ~ (17) Tu que estas en las alturas, concddemé un DeN's Cierto profesor, que estaba espera ando a que el Ministerio financia- ra su proyecto de investigacién, recorté el texto del anuncio y, relo- candoto ligeramente, to pegé én la puerta de su despacho: [10] Te que estas ca tas aliuras, concédgime un pon En su contexte original, [f7] era una incitacién para que el pabli- co adquiriera una determinada marea de pantalones vaqueros (pon’s). En el nuevo contexto, [17a] parece en principio fuera de lugar: la co- locacién cle un recorte de revista en la puerta de un despacho dificil- mente ayudard a conseguir la financiacién de un proyecto de investi- gacién. Sin duda alguna, para acceder a una interpretaci6n compe- tente de [17a] se ha de recuntir a) conocimiento del texto anterior [17] y de la intencién que jo produjo. Una vez que se Uene en cuenta esta informacién, puede entenderse mejor que to inesperado de la nueva versién incrementa el interés y la informatividad del texto reutilizado {véase [.17). Este efecto de sorpresa suple ta falta de relevancia situa: cional inmediata y revela, ademas, la intencién humoristica que ha movido al nuevo usuario textual, - _ 23. En este capitulo se ha hecho una primera presentacién de lasy siele normas de textualidad: cohesién (14-5), coherencia (1.6-12), in-! tencionalidad (1.13), aceplabilidad (1-14-16), informatividad, situacio- | natidad (7.19-20)-e intertextualidad (1.21-22), Estas normas funcienan| como Jos-PRINCIPIOS CONSTITUTI (en el sentido en que emplea este térmiag Seartey 1989: 3 33 y ss.) de la comunicacién textual: estas siete normas crean y definen la fortia dé comportamienta identificable como «comunicacién textuala. No puede quebrantarse ese confunto de nermas sin atentar contra el proceso comunicativo mismo. Existen también eRInciPtos REGULATIVOs (de nuevo siguiendo a Searle) que, mas _ que definirla, _conirelan la ;cOmunicacién textual. En nuestro modelo Prevemos la existencia de al menos § tres principios regulativos. Tak EFl-- cacis’de un texto depende de que los participantes enipleen oH un \wafiimo de esfuerzo en su ulilizaci6n comunicativa/La EFECTIVIDAD de un texto depende de si genera o no una fuerte impresién en el recep- tor y si crea o no las condiciones mas favorables para que el produc- tor puleda alcanzar la meta comunicativa que se habia propuesto. La ADECUACION ‘de un texto depende de si se establece o no un equilibrio entre el uso que se hace de un texto en una siluacién determinada ¥ e] modo en que se respetan las normas de iextualidad3 >” 45. Mis adelante se apela a ese concepio en 11.6, 11.9, 1V.4), 28, 37, VEN 28, VOL IX y Xba. NOCIONES BASICAS A 24, Alo largo de este manual analizaremos los principios consti- tulivos y regulativos de la conumicacién textual. En cuanto a los prin- cipios ‘conslilulivas, nos ocuparemos de la problemdtica que planiea cada una de las siele normas de textualidad, En cuanto a fos princi- pios regulalives, inLenlaremos demostrar de qué manera la eficacia, la efectividad y la adecuacién controlan la conslitucién y ef uso de los texlos, No ha de sorprender a nadie que la prepia naturaleza de los Le- mas a Lratar nos aleje a veces de las fronteras conocidas de la lingitis- tica. Mas en coricreto, en algunos momentos de nuestro esiudio nos veremos obligados a conliar en Jos resultados obtenidos por otras dis- ciplinas, especialmente la CIENCIA COGNITIVA, uN Campo en el que se en- lrecruzan la lingttistica, la psicologia y Ia inteligencia artificial (véase | X.3 y X.26 y ss.}. Téngase en cuenta que para poder explicar de un modo competente algo en apariencia sencillo, como qué es un texto, hemos de recurrir a la interreiacidn de factoves que afectan tanto a la cognicién como a Ia planificacién y al enlorno social en que se en- marcan los acontecimientos comunicativos, Quiza no sea demasiado ilusorio esperar que el conlorno excesivamente amplio de ta ciencia del texto que hemos intentado bosquejar en este manual se vaya lle- nando gradualmente de contenido gracias al trabajo de los investiga- dores de diversas disciplinas que compartan nuestro mismo compro- miso por el estudio del.uso del Jenguaje entendido como la actividad humana mas importante.

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