Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El Padre nos disciplina para mostrarnos Su gran amor hacia nosotros. En los versos 5
y 6 de nuestro estudio encontramos que los hebreos haban olvidado las promesas y
por esa causa estaban desanimados. As como los hebreos, tambin nosotros nos
entristecemos a causa de que olvidamos las promesas del Seor, sintindonos
afligidos, imaginando que Dios est lejos de nosotros. Sin embargo, las Escrituras
siempre nos darn la verdadera perspectiva y dimensin de nuestras dificultades y nos
harn comprender su razn. Encontramos en el ejemplo de Jons (Jons 2: 1-10), este
siervo que a causa de su desobediencia estuvo tres das en el vientre de un gran pez,
que en su ms desesperada angustia pudo entonar un cntico y orar sobre la base de
los Salmos. Aprendemos entonces que nuestras oraciones deben estar nutridas de la
Palabra ya que ellas nos ayudarn a volvernos al Seor y a recibir las lecciones de la
prueba, tal como lo hizo el profeta.
Tambin es necesario no olvidar estos dos escollos:
No menospreciar la prueba
No desanimarse o dejarse aplastar bajo el peso de la prueba imaginando que
Dios est contra nosotros.
De cada escollo es necesario sacar una enseanza.
La prueba para alcanzar experiencia. Aquel que nunca es corregido no puede llegar a
alegrar a su Padre (Prov. 10: 1; 17: 21 y 25) y menospreciar a su madre (Prov. 15: 20),
mas aquel que es disciplinado puede llenar el corazn del Padre con gozo.
La disciplina desarrolla la vida espiritual de quien con gozo encuentra su deleite en ella
y lo transforma a la imagen del Padre. Rehusarla podra llevarnos a la enfermedad.