No habia mucha diversion para las muchachas de San Luis, Cuando yo era nio.

En la vecindad de mi abuela,
vivian muchachas casadas y recien casadas, que venian de todo Sonora con el Marido contratado como
Bracero. Levantarse a las 4 de la maana, para hacer tortillas de harina para preparar lonche, tomarse una
taza de cafe y lavar 2 o 3 docenas de zapetas de algodon para el uso diario, antes que el sol apretara, era una
rutina para Ellas. Hacer comida para cuando llegara el marido, y esperar a que bajara un poco el sol, para
jugar loteria en el patio de la cuarteria , redondeaba el dia.
Habia gente que prestaba servicios para alivianar la carga. Uno de estos servicios era la venta de frutas y
legumbres, por los callejones, en carretas jaladas por un burro o un famelico caballo. A eso se dedicaban,
Doa Prudencia y Angel.
A las 10 o 11 de la maana, invariablemente, llegaban en la carreta, Angel la acomodaba abajo de un
guamuchil, que ni los viejos sabian quien lo habia sembrado, y empezaba la fiesta. todas las mujeres a
preguntar, como se llama esto, que preparo con aquello, cuanto le echo de ese, y Doa Prudencia lista para
una buena respuesta, o dar un sabio consejo, para hacer una buena venta. Todo mundo feliz, excepto Angel.
Angel, era un hombre muy apuesto, que tenia tiempo preguntandose si se pasaria toda su vida sentado en la
carreta, Con el culo de burro enfrente y su ordinaria mujer a un lado. El ya habia probado las mieles de la
lujuria, entre las putas del zumbido. Asi que, la fidelidad y sumision de su compaera, poco le importaban...
Un dia, aparecio doa prudencia, sola. las Muchachas le ayudaron a acomodar la carreta debajo del
guamuchil, la ayudaron a bajarse de la carreta, y empezo la vendimia, todas sabian que Angel la habia
abandonado.
Paso el Tiempo, Angel se olvido, Doa prudencia volvio a sonreir y volvio el ambiente de Fiesta hasta que un
dia, Aparecio Angel, sentado en la carreta, con el culo del burro enfrente y su ordinaria mujer a un lado, pero
con un regalo de la naturaleza, un gran tumor, como una naranja, en el lado derecho del cuello. Flaco y
descolorido como un un cadver, las pupilas que alguna vez fueron verdes hoy lucian grises , sin fuerzas para
bajarse de la carreta, ah permaneci sentado , ignorado por el mundo que alguna vez perteneci , y que
ahora lo despreciaba.
Angel muri. Doa prudencia le demostr hasta las ultimas horas de su vida que, Haber dejado el amor
verdadero, por un pecado capital , como la lujuria, fue su peor Error.