WALL STREET NECESITA

SOMETER A RUSIA

Working Paper 10 de diciembre de 2014

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SOMETER A RUSIA

1. A la vez que crece la alarma ante la cada vez

más agresiva actitud de Washington con
respecto a Rusia, diversas voces se alzan -
tanto en Europa como en Estados Unidos-
intentando reconducir la situación a un
contexto más razonable que evite, al menos,
el desastre económico en el que se está
convirtiendo esta estrategia para el
conjunto de Occidente.

2. Sin perjuicio de la valoración positiva que

EKAI Center hace de estas posiciones
contrarias a la creciente agresividad de
Estados Unidos y la Unión Europea con
respecto a Rusia y al conjunto de los países
emergentes, entendemos que el análisis que
realizan no es realista.

3. El problema es que el hecho de que

Washington adopte una actitud más o
menos agresiva o beligerante con respecto a
Rusia o con respecto a los países
emergentes no depende de que los
responsables políticos occidentales tengan
un talante personal más o menos agresivo,
más o menos conciliador.

4. No hay tal. El problema de fondo es que el

núcleo oligárquico que controla la clase
política estadounidense y una parte
significativa de la europea no tiene más
remedio que actuar como actúa.

5. La estrategia de aislamiento y cerco de Rusia

y China que Estados Unidos y la OTAN
vienen aplicando desde hace quince años,
en el ámbito militar primero, y político y
comercial más tarde, es una consecuencia
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inevitable de la necesidad de Wall Street de

defender su propia supervivencia.
Evidentemente, no se trata de defender los
intereses de los ciudadanos europeos o
norteamericanos, sino los intereses de la
cúpula oligárquica occidental.

6. Es incompatible con estos intereses permitir

la continuidad del desarrollo actual de los
países emergentes. En primer lugar, porque
este desarrollo conduce, de forma
acelerada, a un mundo multipolar en el que
la hegemonía USA va a desaparecer
rápidamente.

7. Pero no es esto sólo. La desaparición de la

hegemonía mundial de Estados Unidos
supone cuestionar de forma inmediata la
propia hegemonía interna del poder
financiero central tanto en Europa como en
Norteamérica. Como nunca había sucedido
hasta ahora, las fuerzas antioligárquicas
latentes en Occidente han ido fortaleciendo
posiciones en paralelo con el
fortalecimiento de los países emergentes. El
poder financiero central controla todavía la
clase política occidental y los medios de
comunicación en su conjunto, pero controla
cada vez menos las nuevas fuerzas políticas,
sindicatos, industria avanzada, internet, e
incluso sectores con cada vez mayor peso en
servicios de inteligencia y fuerzas armadas.

8. Si los países emergentes continúan

fortaleciéndose, Estados Unidos va a perder
rápidamente el control de Europa. Todavía
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son capaces de imponer la actual

disparatada dinámica de sanciones a Rusia y
-quizás- consigan también imponer los
tratados de libre comercio que pretenden
precisamente asegurar el control político
sobre los estados satélite de Europa y Asia.

9. Pero si el avance de los países emergentes

continúa, es sólo cuestión de tiempo que el
control de Estados Unidos -y del poder
financiero central- sobre Europa y Asia
desaparezca. Y si el avance hacia un mundo
multipolar continúa, la constitución de
alianzas antioligárquicas internas que
cuestionen el dominio de la oligarquía
financiera en Europa y Estados Unidos es
sólo cuestión de tiempo.

10. De esta forma, cerrar el camino a los países

emergentes y asegurar el mantenimiento de
la hegemonía mundial es una necesidad de
supervivencia del poder financiero central.
Empezando por el sometimiento de Rusia. Y,
cuando sea posible, China e India.

11. No se trata, por lo tanto, de buenas o malas

intenciones. De políticas comerciales o de
defensa más o menos acertadas. Wall Street
no va a renunciar por sí mismo a ningún
medio para someter a Rusia y China. Ni
político ni militar.

O somos capaces de poner en marcha

rápidamente en Europa y Estados Unidos
alianzas antioligárquicas que cuestionen
rápidamente las actuales estructuras de
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poder o el riesgo de un conflicto bélico

mundial va a ser inminente.

12. Wall Street quiere someter a Rusia -en caso

necesario, aceptando incluso la locura de un
enfrentamiento militar directo- porque
necesita hacerlo, porque en ello se juega su
propia supervivencia.

13. Wall Street cree que todavía tiene la

hegemonía nuclear pero que -a medida que
se pierde la hegemonía económica y
política- es sólo cuestión de tiempo que esta
hegemonía militar se pierda también. Y una
buena parte del poder financiero central
está convencido de que hay que jugar con
las cartas que se tienen mientras se puede.
Antes de que sea demasiado tarde.

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