Es claro que en la hora de los conflictos, como son los mismos hombres
quienes a la vez integran la comunidad politica y la comunidad religiosa,
suele plantearse en el fuero de la conciencia el problema de dos lealtades
opuestas: a quien obedecer? Y la definicion se ordena, aunque pueda costar
muy caro, de acuerdo a la prelacion del valor: hay que obedecer primero a la
autoridad que tiene como fin el bien espiritual de la salvacion; hay que
obedecer a Dios antes que a los hombres, como lo leemos en libro de los
"Hechos de los Apostoles" del Nuevo Testamento. En definitiva, no hay ningun
bien comun publico que pueda invocarse falsamente para vulnerar el bien
espiritual del hombre. Lo que aparentemente puede presentarse como una
semilla de anarquia, es un reducto de libertad para detener el avance del
estado sobre la conciencia religiosa de la persona; la desobediencia politica a
las ordenes contrarias a la ley divina, a la moral, a la religion, salvan no solo
una obligacion de conciencia, sino la misma base de etica del estado. La
lealtad a la autoridad mas valiosa preserva la propia dignidad humana. Las
parteras que desobedeciendo Faraon por temor a Dios no mataron a los nios
judios, segun la narracion biblica, son el simbolo de la resistencia etica y