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de
Arrabal
Lilith Cohen
Mi mamá que por su lado juraba y perjuraba que nunca sería ama de
casa como su madre y su abuela tuvo que dedicarse enteramente a las
labores del hogar, a cuidar de mí y ayudar un poco en el taller de
zapatos, y cada vez que alguien venía a solicitar a mi papá un trabajo
ella en lugar de ponerse a contar chismes de los vecinos se soltaba a
recitar a sus filósofos favoritos: Séneca, Platón, Descartes, Sócrates,
Spinoza (y por supuesto también a Leonard Cohen) en lo que los
clientes esperaban a que se les entregaran los zapatos ya terminados;
me parecía de lo más divertido ver sus caras de aburrimiento y
desesperación por salir corriendo del taller para no seguir
escuchándola. Como fui hija única y no hubo más hijos que atender
después, cuando entré a la primaria mi mami se dedicó a dar clases
de filosofía en una escuela preparatoria y hasta la fecha ahí sigue
trabajando.
Pero mis maestras no eran las únicas, a casi todos mis conocidos se
les dificultaba pronunciar mi nombre y entre la confusión que les
creaba el significado en español optaron por ponerme un "cariñito"
que hoy a mis 22 años de edad me parece de lo más ridículo y
patético "Yodita". Hasta el día de hoy, a excepción de mis padres,
para todo el mundo soy oficialmente conocida así, me fastidia pero
me ahorro el tener que hacerla de profesora de inglés poniendo a
todos a repetir la pronunciación adecuada, así que si ustedes también
quieren llamarme "Yodita" ¡Adelante! Tienen toda la libertad de
hacerlo, pero no' más no se espanten si el día que me muera sienten
que alguien vino a jalarles las patas en la noche.
Todos nos echamos a reír como locos en la mesa, pero mi papá quería
terminar la conversación dándome un consejo. — Sin ninguna duda
heredaste el humor negro de mí, pero debes ser cuidadosa con eso
porque no a todos les hace gracia y lo pueden tomar a mal.
Debo ser muy agradecida con aquella plática que tuve con papá ese
día, porque eso me ayudó a comprender mejor a la mayoría de la
gente que no piensa como yo. Si bien era bastante despierta para
entender las materias escolares nunca comprendí bien del todo las
relaciones sociales entre los seres humanos que viven y actúan de
forma predeterminada como si fueran robots programados: nacer,
crecer, estudiar, titularse, socializar, reproducirse (o hacer como que
se reproducen), ver a los hijos hacer lo mismo que ellos hicieron
antes, usar placa dental, bisoñé o bastón para finalmente estirar la
pata.
Yo: - Sí.
Peluquera: - ¿De veras? ¿No quieres probar otro corte? Estos son
algunos de los que están de moda este año.
Y bueno, les diré que siempre fui (corrijo, aún soy) motivo de
miradas de extrañeza tanto de los chavos de mi edad como de los
adultos que no comprenden mi gusto por mirar libros de arte que
revistas de adolescentes y el vestirme con lo más cómodo en lugar de
ponerme lo más bonito como se supone que debemos hacer las
chavas para lucir lindas porque "¡La belleza es ante todo!", "¡Antes
muerta que sencilla!" y esas pendejadas que debo suponer estará
estipuladas en algún Código Civil Femenino que yo no he leído (ni me
interesa leer) jamás.
En la primaria tenía sólo una amiga, pero en la secundaria me quedé
más sola que un perro con moquillo porque Nadia (quien yo creía que
nunca dejaría de ser mi mejor amiga) al desarrollarse más que yo,
comenzó a agarrar popularidad entre todos los morros
calenturientos del salón y le pareció vergonzoso tener por mejor
amiga a la que todos señalaban como la más loser del mundo mundial,
así que mejor hizo como que sufrió amnesia y cada vez que me la
topaba con algunos de sus amigos y la saludaba ella sólo me fruncía
el ceño y me lanzaba una mirada como queriendo decirme: "Disculpa
¿Te conozco?" Era evidente que quería olvidar todo su pasado como
escoria de la sociedad y así fue como me sacó de su vida para
siempre.
Después que Nadia me cortó intenté hacer amistad con mis nuevas
compañeras de escuela, pero no lo logré porque ellas y yo no
teníamos nada en común: las del grupito de las fresas ni me
volteaban a ver, y las otras que si eran buena onda nunca paraban de
dárselas de almas caritativas queriendo ayudarme a mejorar mi
imagen personal: "¿Y si te depilamos las cejas? ¿Por qué no te
pruebas este vestido? ¿Te maquillo un poco? Un poco de brillo labial
no te caería mal" y otras veces se dedicaban a hostigarme con sus
preguntas de: "¿Porqué te gusta llevar el cabello así de corto? ¿Por
qué te la pasas leyendo esos libros? ¿Quién es Leonard Cohen? ¿Quién
es Modigliani? ¿Por qué eres así?" Preguntas que nunca sabré
responder con exactitud ya que yo sólo sé que yo soy como soy.
Si tuviera que buscar un adjetivo para describirme diría que soy esa
chava nerd, freak, geek, loser y cuanto anglicismo han aprendido no
precisamente en las clases de inglés, sino en todas esas típicas series
gringas de adolescentes mamones que buscan ser los más populares
de la escuela ya sea como capitanes del equipo de fútbol americano o
como la reina del baile anual de primavera.
¡Oh no! ¡Ustedes tampoco me vean con esa cara, por favor! ¿Qué
quieren que haga si así soy yo? Yo soy la que prefiere estar cómoda a
verse bien, soy la que ve las salas de belleza como una cámara de
tortura medieval y prefiere salir huyendo antes de que le saquen una
confesión vergonzosa con la cera caliente que usan para depilar, soy
la que siempre se muerde las uñas en lugar de decorarlas con
acrílico, soy la que prefiere gastar su dinero en chucherías en lugar
de comprar productos cosméticos que seguramente fueron probados
en algún pobre animal de laboratorio antes de llegar mi cara.
"Ideas" esa es la palabra que tanto mis parientes como el resto de las
personas normales usan para referirse a las personas que actuamos y
pensamos diferente, que somos"personas de ideas" ¿Qué acaso ellos
no tienen ideas también?
Con razón noté que cuando llegué mi prima tenía cara de estar algo
molesta con mi llegada y no es para menos, alguien iba a invadir su
espacio personal y además una persona que poco o nada tiene en
común con ella, así que no lo tomé como una grosería sino como algo
normal, aunque claro, si hubiera sido al revés: Mandita la que se
hubiera ido a mi terruño a estudiar y yo me molestara por compartir
mi habitación entonces la mala samaritana hubiera sido yo porque
así es siempre, cuando alguien de la mayoría hace algo que a la
minoría le parece mal nadie dice nada, pero cuando la minoría
incomoda a la mayoría entonces si se arma la gorda; pero ni modo,
así es este mundo y el pertenecer a los grupos minoritarios nunca
será una ventaja.
— Bueno Yodita, ya que vamos a tener que convivir juntas por algún
tiempo, hay ciertas cosas que quiero que sigas al pie de la letra por
favor: nada de malos modales cuando esté yo aquí en el cuarto
contigo, no eructes como sapo, no te saques nada de la nariz con el
dedo (¿De qué habla? nunca me he sacado los mocos con el dedo
delante de ella) no te tires pedos ruidosos y apestosos, no ronques
por las noches y esas otras manías poco refinadas que tienes
¿Estamos?
¡Oh sí! Ella también tuvo que salir con el viejo truco que ya me sé de
memoria: cada vez que alguien me sugería tirar mis playeras con
dibujos y yo me oponía, siempre me salía con que con esa ropa no iba
a atraer a nadie del sexo opuesto, como pensando que me hubieran
dado justo en mi talón de Aquiles, pero se equivocan, no existe
ningún poder ni fuerza sobrenatural que me haga cambiar mi estilo
de vestir, ni siquiera los hombres.
Mandita volvió a girar sus ojos hacia arriba como hace siempre que
hago o digo algo que no le agrada. — Sabía que dirías eso, en fin, creo
que eres un caso perdido. Pero ya verás que vendrás corriendo a
pedirme ayuda cuando conozcas a alguien que te guste y quieras
saber como impresionarlo.
Después que terminé con la ropa, pasé con mis otras pertenencias y
lo primero que saqué fueron mis CD's de Leonard Cohen y Mandita
los tomó sin mi permiso. — ¿Quién este tipo? ¡Nunca en mi vida había
escuchado su nombre! — preguntó frunciendo el ceño.
— ¡Por el amor de Dios! ¿No puedes oír la misma música que la gente
normal?
— Sí, pero recuerda que soy la única prima que tienes — le dije
bromeando.
Después de eso, Paco me dejó sola otra vez con mis pensamientos al
borde de la ventana, mientras seguía soplando el viento, vi como se
paraban dos pájaros en el cable de la electricidad y me vino a la
mente la letra de "Bird on the wire" de Leonard Cohen porque al igual
que esos pájaros que se posan sobre el cableado, a pesar de todos los
vientos que puedan soplar en mi contra y todas las criticas hacia mis
gustos y mi persona yo también he tratado a mi modo de ser libre.
Oh the sisters of mercy, they are not departed or gone.
They were waiting for me when I thought that I just can't go on.
And they brought me their comfort and later they brought me this song.
Oh I hope you run into them, you who've been travelling so long.
Yes you who must leave everything that you cannot control.
It begins with your family, but soon it comes around to your soul.
Well I've been where you're hanging, I think I can see how you're pinned:
When you're not feeling holy, your loneliness says that you've sinned.
They touched both my eyes and I touched the dew on their hem.
If your life is a leaf that the seasons tear off and condemn
They will bind you with love that is graceful and green as a stem.
When I left they were sleeping, I hope you run into them soon.
Don't turn on the lights, you can read their address by the moon.
And you won't make me jealous if I hear that they sweetened your night:
We weren't lovers like that and besides it would still be all right,
We weren't lovers like that and besides it would still be all right.
— ¡Menos mal que llegué a buen tiempo! Olvidé ponerme el reloj con
los nervios y la prisa, es mi primer día de clases, voy para la Facultad
de Artes Plásticas.
— Sí — le respondí. — De Naolinco.
— Sí, lo sé. Mis papás ahorraron desde que era pequeña para poder
pagarme la universidad y a veces pienso que no sé si hice lo correcto
al estudiar arte y no otra carrera más eficiente.
— Pues en casa cada quien comía a la hora que fuera, mi papá dice
que no es necesario comer siempre todos juntos porque cada uno
tiene sus propios horarios — comenté así no' más para ver si la tía
captaba la indirecta.
— ¡Ash! ¿Qué voy a saber de esas cosas de nerds? ¡Yo si tengo vida
social!
Ya sabía que ese "alguien" quería decir si había conocido algún tipo
por ahí, ya sé perfectamente por dónde van ese tipo de preguntas.
Faltaban pocos minutos para las cinco cuando salí con Paco hacia el
callejón, en el camino me iba platicando un poco acerca de las
leyendas que se cuentan con respecto a ese lugar. — Se dice que en la
época colonial en ese callejón vivía una joven criolla muy rica y muy
hermosa que estaba comprometida con un hombre español de buena
familia que le regaló un anillo con un diamante negro que tenía
poderes mágicos para a vivar el amor y también para poder descubrir
si la mujer le ha sido infiel. Bueno, el caso es que el español tenía un
socio a quien consideraba casi como un hermano y una vez que tuvo
que salir de viaje su esposa le fue infiel con su mejor amigo, se quitó
el anillo y lo dejó sobre la mesa de noche de la cama donde habían
estado juntos y lo olvidó. Cuando el español regresó notó que su
mujer ya no traía el anillo y cuando fue a visitar a su amigo lo
encontró ahí donde ella lo había olvidado y el marido enfurecido le
clavó un puñal en el pecho a su esposa y la mató.
Todos nos atacamos a las carcajadas, pero tuvimos que bajarle el tono
porque algunos clientes nos miraban algo molestos. — Bueno Iodine,
muchos dicen que este lugar es algo así como un paraíso para todas
las personas de ideas contraculturales. Pero aunque no lo creas,
también te encontrarás con fresas cabezas huecas que le dan
importancia al estatus social y a las apariencias.
Why don't you come on back to the war, that's right, get in it,
Why don't you come on back to the war, it's just beginning.
Yes, I rise up from her arms, she says "I guess you call this love"
I call it service.
Why don't you come on back to the war, before it hurts us,
Why don't you come on back to the war, let's all get nervous.
Why don't you come on back to the war, pick up your tiny burden,
Why don't you come on back to the war, let's all get even,
Why don't you come on back to the war, can't you hear me speaking?
Aquel sábado era el primer día que tenía totalmente libre para
disfrutar, así que decidí llamar a Maria y nos fuimos a comer juntas y
pasar toda la tarde caminando por el parque Tecajetes con sus
numerosos estanques repletos de peces japoneses regordetes y de
colores vistosos.
Cuando volví a casa eran como eso de las siete y Mandita tenía la
habitación hecha un desastre, en su cama y el suelo había un
aventadero de ropa, zapatos y cosméticos. Después recordé que el
lunes a la hora de la comida había comentado que estaba
organizando una fiesta con sus amigas para los nuevos estudiantes de
administración y estaba con lo que yo llamo: típica crisis femenina
ante festa de "no tengo nada que ponerme."
— ¡Ay hijita! ¡No seas gacha! Deja que tu prima vaya contigo a la
fiesta. Apenas acaba de llegar a la ciudad y necesita ampliar su
círculo de amistades para no estar tan solita.
En seguida noté la cara de horror que compuso Mandita ante tal cosa,
desde luego, ella no quería que yo pusiera un pie en esa fiesta y la
hiciera quedar mal con sus amigos y yo por supuesto ¡Muchas menos
ganas tenía de ir!
Mandita fue a revolver su clóset para buscar algo que fuera más o
menos de mi talla, aparentemente no había nada que yo me pudiera
poner hasta que apareció un vestido que había usado tres años atrás
en una época en que había subido algunos kilos. — ¡A ver, pruébate
este! — me ordenó mientras me daba un vestido que estaba cubierto
con una bolsa de plástico para evitar que se empolvara.
— ¡Oye, yo ya usaba lentes de pasta antes de que ser hipster fuera cool!
Te guste o no, me los voy a tener que llevar porque no tengo lentes
de contacto, me da cosa tener que meter el dedo en mis ojos para
ponérmelos y además me provocan un chingo de comezón y me
irritan los ojos.
Renata era alta con medidas de modelo, su cabello era rubio, largo y
ondulado; tenía la piel bronceada, sus ojos eran de color miel, sus
piernas eran largas y torneadas y la verdad es reunía todos los
requisitos necesarios para Nuestra Belleza (y también tenía el tipo de
ser la clásica miss que hace el oso respondiendo puras pendejadas en
las preguntas de conocimiento).
Parecía que nadie había notado que yo estaba ahí, todos seguían
bebiendo sus micheladas, las parejitas besuqueándose y los demás
continuaban brincando al ritmo del "purrum, pum, pum." Bueno,
creo que las únicas que me detectaron fueron el grupito de víboras
que tijerearon el vestido que traía puesto, lo único que alcancé a
escuchar fueron frases aisladas como "no le queda bien" y "está pasado
de moda" y en cuanto terminaron de lapidarme con sus miradas, se
concentraron en viborear a las otras que iban llegando a la fiesta.
Desde ese instante confirmé que tenía buenos motivos para detestar
al tipo en cuestión, pero aún así, traté de darle una oportunidad. —
"Iodine" es una canción de Leonard Cohen, uno de los mejores
trovadores del mundo.
— Porque los mejores cantantes son a menudo los que reciben menos
publicidad porque no son comerciales.
— ¡Uy! Aquí tenemos una hipster que sólo escucha música selecta para
intelectualoides — dijo haciendo una voz burlona que cada vez me
sacaba más de quicio.
— Bueno, es que todo el mundo detesta a los judíos, por algo Hitler
los mandaba a rostizar como pollos ¿No?
— ¡Ah vaya! De modo que ¿Tú odias a los judíos sólo porque la
mayoría de la gente los odia? Esta bien que algunos judíos son
ambiciosos y sionistas, pero no debes de odiarlos sólo por el hecho de
ser judíos ¡Eso es racismo!
— Amedeo Modigliani.
Me levanté del sofá muy molesta, tanto que di un mal paso por culpa
de los tacones y caí al suelo. Todos se rieron de mí, con algo de
dificultad, me levanté a seguirle diciendo sus verdades al imbécil
machirrín que tenía enfrente. — ¡Pues yo seré todo lo que tú quieras,
pendejete de cagada! Pero por lo menos los pocos amigos que tengo
son sinceros. En cambio tú, a ver dime, si fueras feo y pobre ¿Cuántas
de estas personas que están aquí ahorita querrían ser tus amigos?
— Ayer por fin tendría chance de hablar con Lalo y que me invitara a
salir, siempre estuve esperando que coincidiéramos en una fiesta y
cuando por fin lo logré, tú lo echaste todo a perder. Él le dijo a
Renata que no quiere saber nada de mí porque no le agrada la idea de
andar con alguien que es pariente de una loser.
— Discúlpame, pero creo que hasta fue mejor para ti, ese tipo es un
pendejo racista y prejuicioso ¿De verdad te gustaría salir con alguien
así?
But the room just filled up with mosquitoes, they heard that my body was
free
Then I took the dust of a long sleepless night and I put it in your little shoe
And then I confess that I tortured the dress that you wore for the world to
look through
Then he locked himself in a library shelf with the details of our honeymoon
And I hear from the nurse that he's gotten much worse and his practice is
all in a ruin
I heard of a saint who had loved you, I studied all night in his school
And just when I was sure that his teachings were pure he drowned himself
in the pool
His body is gone but back here on the lawn his spirit continues to drool
The poor man could hardly stop shivering, his lips and his fingers were blue
I suppose that he froze when the wind tore off your clothes
And I guess he just never got warm, but you stand there so nice in your
blizzard of ice
Me quedé ahí engarrotada como una boba sin lograr que me salieran
las palabras de la boca, él sólo me sonrío y yo le devolví la sonrisa
pero no tenía idea de qué decirle, así que le saqué platica respecto a
Modigliani, pues él lo había mencionado antes. — ¡Ah sí! Modigliani
es uno de mis pintores preferidos, sus retratos tenían algo especial,
algo que te hacía ver en lo profundo de su alma. — "¡Órale!" pensé
para mí. "¿De dónde me salió semejante verborrea? No cabe duda que
uno nunca termina de conocerse."
— ¡Ah mira, qué bien! Pues... mucho gusto Ernesto, yo soy Iodine.
— Lo has dicho bien "la fan número uno" porque yo soy "el fan
número uno." — Y todos nos reímos como locos.
Estaba todo tan a gusto que el tiempo se nos pasó volando, y cuando
nos dimos cuenta, ya era hora de volver a clases. Pero antes de
regresar a nuestras respectivas aulas, Ernesto me detuvo un
momento. — Ah, oye Iodine... ¿Te molesta si te pido tu número de
celular? Me gustaría llamarte otro día.
— Pues por ahora dejémoslo así ¡Y mejor córrele que se nos hace
tarde!
— ¡Es verdad! ¿Ya ves por andar con tus cosas? ¡Por poco me sigo de
largo! — bajé del autobús y me acerqué a la ventanilla para
despedirme de mi amiga. — ¡Nos vemos mañana!
— ¡Hasta mañana! ¡Y sueña con Ernestito! — me dijo riéndose.
Suspendí mis tareas y me quedé ahí sentada otro rato para tratar de
poner en orden mi cabeza. —"¿Qué está pasando conmigo?" — me
dije para mis adentros. Mi parte sabihonda (mi cerebro o cordura)
me decía que no me hiciera ilusiones con Ernesto hasta tener bien en
claro sus intenciones y las mías también, y por otro lado, mi parte
ingenua (esa que muchos llaman corazón o sentimientos) me decía
que me dejara llevar y darle una oportunidad a mi vida amorosa,
pero no quería hacerlo porque nunca, lo que se dice nunca, tuve
suerte en esto del emparejamiento.
Pero la felicidad me duró bien poco, todas mis ilusiones se fueron por
el caño un día en que Alex se encontraba desesperado, le pregunté
qué le pasaba y me contó que había una chava de otro salón que le
gustaba mucho y que no sabía ni siquiera su nombre, tratando de
calmarme y de no mostrarme triste o celosa le dije. — Bueno, cuando
la veas enséñamela; tal vez sepa quien es. — Y él se asomó por la
ventana que daba hacia la cancha de basquetbol y me hizo señas para
que me asomara y viera al grupo de porristas que estaban ensayando
vestidas con tops y minifaldas. — Mira, es esa chava que está ahí —
me dijo mientras señalaba a una de las porristas — la güerita,
delgadita, chichona y nalgona que está bien buenota.
Pero bueno, a lo que voy es que en estas cosas del amor nunca he
salido favorecida, ya que mi físico no me ayuda en nada. Por
desgracia la mayoría de los hombres tratan a las mujeres como libros,
si la portada no les atrae no se detienen a examinar el contenido. A
ellos no les importa que seas una arpía sin corazón que sólo los
utilice y los trate como basura, si eres guapa y de buen cuerpo de
todos modos ahí van a estar como pendejos detrás de ti.
Pero en esta ocasión quería creer que no iba a ser ese el caso, tenía
un fuerte dilema con mi parte sabihonda que me decía: "¡No seas
pendeja, no pienses en él como pareja y mejor sean sólo buenos amigos!" y
por otro lado mi parte ingenua me gritaba: "¡Date una oportunidad! Con
Ernesto no pasará lo mismo que las veces anteriores" y no sabía a qué
parte escuchar.
— No, no lo hizo.
— ¡Ah, no te preocupes!
— Igual que tú, me gusta mucho venir a caminar por acá después de
clases y despejarme un poco. No me gusta mucho estar rodeado de
gente ¿sabes?
— Por algo los mejores artistas del mundo eran personas solitarias —
le respondí mientras ambos comenzábamos a reír otra vez.
— Ok, pero de verdad que no harían mala pareja ¿Eh? Un roto para
una descosida ¡Jijijiji!
— ¿Adivina quién dejó esta notita para ti? — inquirió con su tontito
burlón pero gracioso a la vez.
¡Hola Iodine!
vez nunca has venido y no sepas dónde está, pero aquí te dejo un
mensaje a mi celular.
Ernesto
¡No podía creerlo! ¡Por fin! ¡Por primera vez un chavo que me
gustaba me invitaba a salir! Hasta podía escuchar coros celestiales
cantando el "Hallelujah" de Leonard Cohen. No sabía qué hacer ni qué
decir y me quedé ahí petrificada con la bocota abierta y Maria me
miraba impaciente queriendo saber qué decía la nota. — ¿Y? ¡Por
favor Iodine, no me dejes en ascuas! ¿Qué te dice?
— ¡¿Es neta?! ¡¿El Neto te invitó a salir?! — exclamó Maria aún más
sorprendida que yo.
— ¡Ay sí! ¡Por favor, quiero que me cuentes todo con lujo de detalles!
Salí de la casa a las siete y media para tomar un taxi que me llevara al
restaurante, a la tía Conchita le dije que iba con Maria a festejar ahí
el cumpleaños de otra compañera de la facu para evitar preguntas
molestas y hostigamiento de su parte. Mientras iba de camino en el
taxi, revisé mi bolso para cerciorarme de que no hubiera olvidado la
carta, ya que esta era la mejor oportunidad que podía tener para por
fin dársela al Neto, las manos me sudaban de la emoción y la volví a
meter para no estropear el papel.
— Hmm... yo creo que para mí una pizza quattro stagioni estaría bien.
— Pues sí, de hecho tuve una fea discusión con ese Lalo en aquella
fiesta porque criticó a Leonard Cohen y a Modigliani sin conocerlos
sólo porque le dije que eran judíos.
Otra vez su comentario me llevó de las nubes contra el suelo, con eso
me quedó bien en claro que para Ernesto sólo sería como un cuate
más de la banda y nunca una posible novia.
— ¡No es nada! Otro día podemos venir con Maria y platicar los tres
juntos.
— Sí... claro, será divertido — contesté mientras el mesero entregaba
el cambio a Ernesto y él dejaba la propina. Salimos del restaurante,
me puse mi suéter porque empezaba a refrescar mientras trataba de
hacer el esfuerzo por no mostrarme triste y deprimida.
— ¿Eh? No, gracias. Está algo lejos de la tuya y prefiero caminar sola.
— Sí...
— Pues sí, tienes razón, así son las cosas y parece que nunca
cambiarán.
— ¡Ciao!
Start again
Or what is yet to be
Be fought again
Ring the bells (ring the bells) that still can ring
Of every government
A thundercloud
There is no drum
Ring the bells that still can ring (ring the bells that still can ring)
— Ah, lo siento, lo que pasa es que quería saber si tienen planes para
el próximo fin de semana.
— ¡Ugh! ¡Bastante!
— ¡Oh! ¿En serio? Pues un día tienes que darme unas clases de cocina,
¡jejeje! No, ya hablando seriamente, eres buen cocinero y hasta
repostero saliste, lo noté desde los primeros chilaquiles rojos que me
preparaste para desayunar.
Noté que Paco andaba algo cabizbajo y tenía que averiguar qué era lo
que le pasaba. — Oye, Paco ¿Ocurre algo malo?
— Ah, ya comprendo.
— Bueno, pero recuerda que no hay peor lucha que la que no se hace.
— ¡Sí, claro!
— A ver, te la paso.
— No pude pegar el ojo en toda la noche. Espero que hoy pueda ver a
Ernesto, ya sea que venga a clases o logre verlo en la tarde.
— Pero ¿Por qué no, tía? - intercedí. - Paco es muy bueno en eso y le
gusta mucho.
— No mija, disculpa pero ese tipo de situaciones sólo hacen que los
niños se confundan al elegir su identidad sexual, por eso es que hay
tanto maricón y machorra últimamente.
— Bueno tía, puedes hacer lo que quieras, sólo quiero hacerte ver que
así como a mí no me ha crecido un pene por no usar tacones a Paco
no se le va a caer por tomar un sartén y una cacerola. No te pido que
estés de acuerdo con su decisión, sino que le des una oportunidad de
realizarse y hacer lo que le gusta.
— ¡Ay mijo! Aún eres chavo y por eso es que te dejas llevar mucho
por las emociones, pero yo insisto en que la ingeniería es la mejor
opción para ti.
— ¡Tía, por favor! — intervine otra vez. — ¡Paco es quien debe decidir
por su cuenta!
— ¡Ah, qué chamaca más terca! Mira por ahora lo dejaré así porque
tengo muchas cosas que hacer, pero luego volveremos a discutir esto.
— La tía Cocnchita salió de la cocina exclamando cuanto santo y
virgen habido y por haber. Paco andaba con la cabeza agachada y el
ánimo por los suelos otra vez.
El lunes estaba más que ansiosa por volver a clases porque esperaba
que Ernesto volviera. Mientras cerraba el portón de la casa antes de
dirigirme a la parada, escuché una voz que me llamaba y volteé hacia
la dirección de donde provenía y no podía creerlo, era El Neto que
venía corriendo hacia mí, se le veía mucho mejor aunque traía su
ropa desgastada de siempre y su cabello alborotado, antes de que yo
pudiera decir una palabra, él me abrazó fuertemente y me repetía
una y otra vez. — ¡Gracias, muchas gracias!
— Pues, así como ven, la tía Conchita cree que Paco se puede volver al
otro bando sólo porque le gusta cocinar.
— ¡Clarín cornetas! Para eso somos tus amigos ¡Cuenta con nosotros!
— dijo Maria.
Todos nos quedamos pensativos por mucho rato, hasta que a Maria
de repente se le prendió el foco. — ¡Ya sé, ya sé!
Ya nos faltaba poco para terminar cuando llegó la tía Conchita y nos
agarró con las manos en la masa (bueno, más bien, en los granos de
maíz pozolero). — ¿Y ahora que andan haciendo?
— ¡Ay mija! Sabes que no me gusta que Paco quiera seguir insistiendo
en cocinar ¡Y en parte es tu culpa por estármelo sonsacando!
— Bien tía, ve a la facultad mañana como a eso de las doce ¿Está bien?
Al otro día, Paco pidió permiso para faltar ese día a su escuela porque
tenía que acompañarme a la facu a servir la comida. Esa mañana me
levanté una hora más temprano, sólo que en lugar de vestirme como
siempre me puse un vestido oaxaqueño con rebozo y unas trenzas
postizas con flores y me pinté las cejas como Frida Kahlo, nos habían
dicho que teníamos que ir vestidos con algún motivo mexicano y yo
pensé: ¿Por qué no vestirme como Frida si prácticamente sólo me
falta la ceja junta para parecerme a ella?
— ¡Tienes razón, hay que apoyar a Paco! — gritó Ernesto para hacer
aún más grande el argüende.
— ¡Sí, está bien mijo! ¡Haz lo que quieras! Creo que ya no podré
contigo, pareces más hijo de tu tía Margarita que mío.
(Closing time)
(Closing time)
(Closing time)
(Closing time)
(Closing time)
(Closing time)
Closing time
(Closing time)
(Closing time)
(Closing time)
Something tight
And it's once for the devil and once for Christ
(Closing time)
(Closing time)
(Closing time)
And it's once for the devil and once for Christ
Of closing time
Closing time
(Closing time)
(Closing time)
(Closing time)
— Claro que sí, tía. — El taxi llegó e hizo sonar el claxon para
hacerme saber que esperaba. — Bueno ¡Nos veremos el año que
viene! ¡Adiosito!
Cuando por fin llegamos a mi casa, lo primero que hice fue entrar al
taller de mi papá para darle la sorpresa, y en cuanto me vio llegar
corrió a abrazarme. — ¡Iodine! ¿Por qué no nos avisaste que venías?
Hubiéramos ido a recogerte.
— ¡Ay hijita! — dijo mi papá. — Cualquier otro padre diría que está
muy avergonzado de tu comportamiento, pero yo estoy muy
orgulloso porque defiendes tus ideales y siempre buscas como ayudar
a las personas que estimas y eso es realmente admirable,
definitivamente, no has cambiado nada.
A Maria le brillaron los ojos al oír eso. — ¡En ese caso, no me pienso
perder la oportunidad de probarlo!
— Tal vez yo debí de haberle dicho a Ernesto todo eso desde la cena
en el restaurante, pero la verdad es que fue en parte por cobardía y
por otro lado me pareció que las cosas tenían que ser así, por alguna
razón. No te preocupes, Maria; hiciste lo que una buena amiga debía
hacer — la consolé dándole un fuerte abrazo.
— ¡Sí, soy yo! — contestó alegremente. — ¡Te ves muy bien, eh!
Escuché que te fuiste a Xalapa a estudiar artes plásticas.
— Así es — le respondí de forma cortante.
No entendía por qué, alguien para quien fui invisible durante mucho
tiempo, de repente me hablaba como si hubiéramos sido viejos
amigos. Después de formular un sinnúmero de interrogantes empecé
a sospecharme algo y decidí seguirle la plática para confirmarlo. —
¿Y Yadira? — le solté así de repente.
También sospechaba que por ahí iba el asunto, como la ninfa guapa y
voluptuosa resultó ser una arpía y ahora que el noble caballero
andaba por ahí solo con su triste figura, reparó en la fea Dulcinea que
estuvo enamorada de él durante tanto tiempo ¡Vaya, vaya!
Me volteo a ver y veo que sigo siendo igual que hace diez años
cuando comenzó mi adolescencia: chaparra, hombros anchos,
piquetes de mosco, caderas y las nalgas tan planas como tablas. Y mi
forma de vestir por igual: traigo otra vez el enorme suéter de Hello
Kitty, mis jeans deslavados, mis tenis viejos y mi cabello ¿Mi cabello?
Hmmm, ahorita que lo observo detenidamente me parece que debo
hacer una visita a mi querida peluquera, así que será mejor que
cambie el rumbo y me dirija hacia la peluquería.
¿Eh? ¿Qué sucede? ¿Por qué ponen esa cara? Vamos, no soy un
monstruo ni una criatura de otro planeta, soy tan humana como
ustedes, sólo que soy diferente, pero si son de los que creen que una
nueva imagen me haría ser una mejor persona, se equivocan, a ver
piensen ¿De qué sirve ser una mujer bonita y elegante si vas a ser
arrogante y superficial como Renata? ¿De qué sirve ser un adonis
deseado por todas las mujeres si vas a ser un estúpido racista como el
idiota de Lalo? Y bueno, quiero dejar una cosa bien en claro: no tengo
nada en contra de las personas que son físicamente agraciadas y les
gusta arreglarse, sino de aquellos que piensan que la apariencia física
es más importante que la inteligencia y los sentimientos. Nunca he
pensado que Mandita y Renata sean malas personas porque se
maquillen sino porque creen que es algo que todas las mujeres
debemos hacer por obligación y no por elección, si es tu gusto andar
maquillada y entaconada hasta para ir a la esquina, estás en todo tu
derecho, sólo te pido que no esperes que yo también lo haga, yo soy
diferente y la verdad es que el mundo sería un lugar muy aburrido si
todos fuéramos iguales.
Yo soy así y no puedo ser otra persona diferente porque las personas
que realmente valen la pena me quieren y me aprecian como soy, con
todo lo malo y lo bueno que tengo, siendo una gata arrabalera y no
una linda señorita, porque saben que a pesar de todos mis defectos,
siempre trato de dar lo mejor de mí y trato de ayudar al que me lo
pide en todo lo que pueda. Bien, tengo que despedirme de ustedes
por ahora, pero antes les platicaré cuales son mis propósitos para el
Año Nuevo:
Para: iodinetm02@yahoo.com.mx
De: mariasinacento@gmail.com
Asunto: Saludos
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¡Hola Iodine!
Pero pues en parte, no siento tanta lástima por él, porque bien
merecido se lo tiene y yo si le dije: que él al igual que muchos
hombres se quejan de que las chavas bonitas son mamonas y los
mandan a la friendzone pero en cuanto tienen oportunidad de tener
una chava que realmente los quiere prefieren no hacerle caso ¡Ah
pero eso sí! En cuanto ven que alguien aprovechó la oportunidad que
ellos dejaron pasar de largo, se ponen a armar un panchote. Y pues
nada más se quedó calladote sin contradecirme y ahora anda bien
clavado con una tal Mireya, una chava que atiende una boutique acá
en el centro, es muy bonita sí, no lo voy a negar, pero súper fresa y
cabeza hueca (del tipo de Mandita y Renata para que te des una idea)
y para acabarla, es la misma historia de siempre: la Mireya ni lo pela,
pero ahí anda El Neto como vil idiota detrás de ella. Yo le aconsejaría
que deje de perder el tiempo porque esa chava nunca lo va a pelar,
pero lo conozco perfectamente y sé que lo va a echar en saco roto, así
que ahí mejor lo dejo que se complique solo la vida, parece que sólo
de esa manera entenderá.
Maria
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