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PRESENTACIÓN
ENTREVISTA:
Miguel Levano es Comisionado de la Unidad de Conflictos Sociales de la Defensoria del Pueblo,
especialista en conflictos socioambientales
¿Si tuvieras que mencionar tres causas que originan conflictos socioambientales? ¿Cuáles serían?
La primera tiene que ver con la inadecuada actuación del Estado, en realidad, esta es la causa
fundamental porque de esta se desprenden todas. En segundo lugar esta el temor de la población, que
no es otra cosa que la desconfianza a la actuación del Estado, que cuando está, inmediatamente
genera una reacción en el imaginario colectivo de la comunidad que cree que se va a beneficiar a la
empresa, proteger a la inversión en vez de defender o proteger los derechos de las comunidades
campesinas. Finalmente una causa fundamental tiene que ver con el marco normativo específico,
donde se presenta una serie de cruces entre normas, superposición y vacíos normativos. Lo cual refleja
un gran problema porque demuestra que el marco normativo ambiental no se encuentra establecido de
forma integral y complementaria. Cada sector genera sus propias normas, las cuales además son en
muchos casos contradictorias pues unas protegen el medio ambiente y otras promueven la inversión.
Al leer los reportes mensuales de la UCS se observa el incremento del número de conflictos
socioambientales, en diciembre 37 casos, en enero 41 y en febrero (Reporte Nº 48) 44 ¿Qué esta
pasando?
Sin duda están creciendo, esto es un efecto producto de una olla de conflictos que esta hirviendo y
no encuentran solución. Siguen siendo contenidos sin encontrar respuesta por parte del Gobierno, el
mismo Ejecutivo los contiene – no con esa intención – sino que no les encuentra salida. La tasa de
solución de conflictos socioambientales desde el 2004 es de 3 a 4 conflictos por año, lo cual es poco a
comparación de otros temas. Además, existe otro elemento de carácter comunicacional, el cual se
refleja en lo mediático de estos conflictos en relación con la agenda pública. Así, la prensa ha dado
mayor cobertura a una serie de hechos que estaban presentes pero no se les prestaba mayor atención.
Se puede decir que estos dos momentos son los principales – pues se dan con mayor frecuencia - sin
embargo hay otros, como los conflictos que se dan por os accidentes ambientales, pues no hay
parámetros para la intervención y solución de sus consecuencias. Por otra parte, se presentan
conflictos cuando hay crecimiento de la exploración o explotación. Un ejemplo de esto es lo que
sucede en Cerro de Pasco.
¿En que momento se cambió la actitud frente a los conflictos socioambientales? ¿Qué origino que
formará parte de la agenda nacional?
Hubo muchas razones, pero como ejemplo podemos mencionar el caso de Tambogrande, que fue un
hito por las alianzas que se articularon a nivel local, regional (con una universidad nacional y ONGs
ligadas al tema) e internacional. También resulta importante la aparición de asociaciones civiles como
CONACAMI que articulan el movimiento a favor de los derechos de las comunidades afectadas por la
minería.
Considero como elemento crucial el tema de la participación de las comunidades durante todo el
proceso de desarrollo la actividad minera. Lamentablemente no hay marcos normativos, ni
procedimientos que permitan la participación activa, real y transparente de la sociedad involucrada.
Además, existe una cultura de ocultar la información por parte de las mineras sobre respecto a que
tipo de proyecto esta en proceso de autorización.
Por otro lado hay un grave problema en el sector energía y minas. El sector puede aprobar la
explotación ello esta en su competencia, pero no puedo aprobar los EIA, menos aún no se pueden
aprobar un estudios que generan mucho cuestionamientos respecto de quién y como se hizo. Las
mineras contratan y pagan la elaboración de su EIA. Por ello, muchas consultoras con las que he
conversado me han dicho que para mantenerse en el mercado le dan al cliente lo que el pide.
Entonces el tema esta en como generar confianza, como asegurar que lo que se va a presentar es
confiable. Por lo demás se deben establecer mecanismos para que la gente este informada desde el
inicio y así pueda tomar la decisión libre de aprobar o no un proyecto minero. Esto permitirá que se
genere confianza en las actividades extractivas, no debemos esperar a mayores conflictos para atacar
el problema, la importancia de prevenir es tarea de todos.
ESTADÍSTICAS:
45
43
41
40
38 n° de conflictos
registrados
37 37 socioambientales
36
35 35
33
30
25
20
Jul. Agost. Set. Oct. Nov. Dic. Ene. Feb.
Meses
70 n° de conflictos
socioambientales
60 Número total de
conflictos sociales
50
41 43
38 37 37
40 35 36
33
30
20
10
0
Jul. Agost. Set. Oct. Nov. Dic. Ene. Feb.
Meses
Las estadísticas hablan por si solas, los conflictos sociales en general y los conflictos socioambientales en
particular no han dejado de incrementarse en los último 7 meses. Esta situación no es simplemente una
tendencia, basta revisar los reportes de la Unidad de Conflictos Sociales de la Defensoria del Pueblo
http://www.defensoria.gob.pe/conflictos-sociales.php para constatar que esto es una triste realidad.
ARTÍCULO
por Armando Arrieta Muñoz, abogado especialista en medio ambiente del Estudio Muñiz –
Ramírez – Pérez – Taíman & Luna – Victoria.
La duda sin embargo aparece, porque el Artículo 5° del reglamento, ha previsto que el plazo para la
presentación de planes de cierre de pasivos ambientales mineros, es de un año contado a partir de la
fecha de publicación del reglamento. Cabe preguntarse, si no hubiera sido lógico establecer que dicho
plazo debiera contarse a partir de la publicación de la resolución ministerial conteniendo el primer
inventario a que se refiere el Artículo 7°.
En efecto, con la redacción actual de la norma, se entiende, por un lado, que la determinación de si
algo es o no pasivo ambiental minero corresponde al Ministerio de Energía y Minas, que incluirá dicho
pasivo dentro de un inventario pero, de otro lado, con la forma en que se computa el plazo de
presentación de planes de cierre, pareciera que cada minero que crea que dentro de sus concesiones
existe un pasivo, deberá presentar un plan de cierre sin necesidad de esperar la fecha del inventario y
aún cuando tal eventual pasivo nunca sea incluido en el inventario. Caso contrario, el minero correría
el riesgo que, de aparecer un pasivo como de su responsabilidad en el inventario, el plazo de un año
para la presentación del plan de cierre, se acorte a sólo seis meses. Ello, suponiendo que ocurra lo que
casi nunca ocurre, de que el plazo de seis meses que prevé el Artículo 7° para la publicación del
inventario inicial, sea efectivamente cumplido.
Otro vacío –de entre varios más que por la extensión de la columna no nos permite desarrollar del todo-
es qué plazo tendrán los responsables de la remediación de pasivos incluidos en la actualización de
inventario a que se refiere el artículo 8°. En efecto, de acuerdo con dicho Artículo, el inventario inicial
de pasivos mineros a que alude el artículo 7°, será materia de actualización a base de la información
que, dentro de 60 días posteriores a la publicación de la resolución ministerial, presentarán los
concesionarios mineros. ¿Cuál es el plazo para qué estos nuevo titulares de obligaciones de
remediación de pasivos tendrán para presentar el plan de cierre de pasivos?
Resulta difícil pensar que se les exigirá cumplir con la obligación de presentación del plan dentro del
plazo que resta entre la publicación de la actualización y el de doce meses contados a partir de la
publicación del Reglamento (suponiendo además que dicha actualización no aparezca incluso después
de vencido dicho plazo).
Esperemos, en aras de la claridad necesaria para el cumplimiento de cualquier norma, que este tema
sea materia de aclaración mediante un decreto supremo.