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EL SISTEMA

ES EL PROBLEMA

ALGUNAS SUGERENCIAS
PARA SU RECTIFICACIÓN

Comunión Tradicionalista Carlista


Madrid, octubre de 2005

Junta de Gobierno de la
Comunión Tradicionalista Carlista

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28010 Madrid
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ALGUNAS ALTERNATIVAS
Y SUGERENCIAS ANTE LA REVISIÓN
DE LA CONSTITUCION ESPAÑOLA

Todavía no estaba aprobada la vigente


Constitución y la rechazamos explicando las razo-
nes que nos movían a ello.

Que a la sazón tuvimos razón lo demues-


tra el que de campos ajenos al nuestro están
surgiendo voces, muchísimas voces, que piden
su reforma. Los carlistas volvemos a levantar la
nuestra para indicar una serie de criterios que se
deberían seguir y los puntos principales.

Para ampliar esta motivación consúltese


el documento “El Sistema es el problema. Justi-
ficación de las alternativas carlistas de revisión
constitucional”, del 16 de septiembre de 2005.

PREÁMBULO
Ha sido siempre tradición de los pueblos
españoles, sólo rota por las últimas constitucio-
nes, comenzar sus leyes, patentes y fueros con
la invocación divina. Propugnamos que esta cos-
tumbre se restablezca como signo de repudio de
la apostasía política moderna.

PRINCIPIOS GENERALES
I
Propugnamos que la Religión Católica,
Apostólica y Romana sea reconocida a todos los
efectos como parte integrante del ser de España,
sin perjuicio de los derechos de los súbditos y re-
sidentes extranjeros no católicos.

Las formas de cooperación entre la Iglesia


y el Estado serán materia de acuerdo entre la Co-
rona y la Santa Sede.

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II
Recordamos que las Cortes Generales no
son omnipotentes, y su voluntad, cualquiera que
sea, no puede traducirse en realidades.

III
La Constitución debiera adaptarse a la
realidad de España, prescindiendo de las ideo-
logías, y contribuir a la consecución del bien co-
mún.
IV
Se debe partir de que el Estado no es la
fuente absoluta ni exclusiva del Derecho. Su pre-
tensión de dirigir y regular la vida social impide la
dinámica de los cuerpos intermedios y usurpa sus
funciones.
V
Los impuestos tendrían que ser aproba-
dos por quienes han de pagarlos.
VI
Las funciones de gobierno deberían ser
incompatibles con las de representación popular.
Quien gobierna al pueblo no puede representarlo.
La defensa del pueblo corresponde a las Cortes
Generales y no a organismos o personas segre-
gados.

PUNTOS PARTICULARES
1. Derecho a la vida
La vida humana, desde el instante de la
concepción hasta la muerte natural, debe respe-
tarse como sagrada e inviolable.

Comentario: La existencia de vida, y por lo tanto


de persona, desde la fecundación, la atestigua la
ciencia. La moral se limita a prohibir matar.

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2. Familia, matrimonio
La familia es una realidad social anterior al
Estado, constituida por el matrimonio de hombre
y mujer, y su prole.

Se debe hacer constar en cualquier texto


constitucional que el matrimonio es exclusiva-
mente esta unión de hombre y mujer, con fines
de convivencia y procreación.

Creemos necesario restaurar el matrimo-


nio indisoluble, hoy abolido: Con ello no se podría
aplicar ninguna ley de divorcio a los matrimonios
contraídos en la Iglesia, ni a los civiles en los que
los contrayentes hiciesen constar su intención de
permanencia.

La estabilidad familiar debe tenerse en


cuenta en toda tarea legislativa y económica.
Las normas hereditarias contemplarán al mismo
tiempo las costumbres, la libertad y las necesida-
des del bien común.

Comentario: La familia no goza en nuestra orde-


nación legal de ninguna protección. Tener hijos
está gravado fiscalmente. La facilidad con que
hoy se pueden romper los matrimonios es la pri-
mera causa de la crisis social.

3. España prevalece sobre las fórmu-


las escritas
Es erróneo el intento de encasillar el ser
de España en los esquemas del Derecho Político
Racionalista. España era una realidad y actuaba
antes de que surgiese ninguna constitución. Si
existía y actuaba, era UNA.

4. España es diversa en su unidad


La variedad de los pueblos y tierras de
España también es real. Variedad física y geo-

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gráfica que ha dado lugar a diferentes leyes,
usos y costumbres. Desde que en España hay
civilización, todos sus pueblos se han reconocido
hermanos y han tendido a la unidad, ratificada
hace ya más de quinientos años.

5. Estructura territorial
I
Propugnamos la corrección de los errores
cometidos en la actual división autonómica procu-
rando respetar la tradición y los límites históricos.
II
El principio de subsidiariedad se respetará
y aplicará asumiendo cada cuerpo social las com-
petencias que por naturaleza le corresponden.
III
Los municipios gozarán de su propia au-
tonomía para organizarse y resolver sus asuntos,
por sí o agrupados en mancomunidades.

Comentario: La supresión de las instituciones tra-


dicionales (Fueros), sustituidas por una administra-
ción centralista, supuso el alejamiento de la admi-
nistración de los administrados y la creación de un
costoso e ineficaz aparato burocrático. Por eso el
Carlismo, desde su aparición, propugnó una restau-
ración de los Fueros. La división de España en au-
tonomías no ha aligerado la burocracia del Gobierno
Central y ha creado otras burocracias mucho más
caras y pesadas.

6. La autoridad
La autoridad es la fuerza moral que confi-
gura una sociedad y debiera disponer por ello de
suficiente poder ejecutivo o capacidad para cumplir
y hacer cumplir cuanto conduce al bien común. La
autoridad es una y de origen divino. La constitución
orgánica de la sociedad dispone la autoridad en

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distintas esferas que se escalonan, se respetan y
se complementan, desde la del Padre de familia
hasta la del Rey.

7. El Rey
El pueblo español no quiere figuras deco-
rativas, necesita que el Rey reine y gobierne. El
monarca debiera ser el servidor de todos, y, por
tanto, el último en servirse.
Le corresponde la autoridad política, que
ejercería asistido por los consejos y limitado por el
respeto a los fueros, la observancia de las leyes del
Reino y los presupuestos aprobados por las Cor-
tes.

El Rey debe ser responsable de sus actos,


como de los actos de su gobierno, o realizados en
su nombre.

Las funciones del Rey, el estatuto de la fa-


milia real, y las normas de sucesión se inspirarán
- y en ningún caso desconocerán – en las leyes,
usos y costumbres del Reino.

Comentario: Somos conscientes de que lo afir-


mado va en contra de lo que se considera “dog-
ma de fe político”. Sin embargo está basado en
la experiencia y en la razón. A quien lo solicite, la
Comunión Tradicionalista Carlista puede pro-
porcionarle estudios que demuestran lo acertado
de estas previsiones.

8. La representación social y política


A los cuerpos intermedios existentes en la
sociedad debe corresponderles la representación
de la misma. Estos cuerpos son de orden cultu-
ral (centros de enseñanza, universidades, etc.)
profesional (colegios profesionales, gremios, sin-
dicatos, etc.) y territorial (municipios, provincias y
regiones). Respecto a los mismos, el Rey, como
primer responsable del bien común, ejercerá una

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función de supervisión, absteniéndose de toda in-
jerencia en su vida interna.

9. Las Cortes
A las Cortes, como representación ge-
nuina de la sociedad, les corresponde controlar
el ejercicio de la autoridad política, aprobando o
negando los distintos presupuestos y participan-
do mediante dictamen consultivo en las tareas de
la Corona. Las Cortes deben tener capacidad de
censura, aunque no siempre vinculante, sobre los
consejos reales.

Los procuradores en Cortes deberán estar


sujetos al mandato imperativo de sus representa-
dos y al juicio de residencia, siendo a cargo de
aquéllos sus emolumentos y gastos de represen-
tación.

Se debe cuidar la transparencia en la fi-


nanciación de los partidos políticos y cuerpos so-
ciales.

Desarrollo transitorio: En la Comunión Tradi-


cionalista Carlista somos conscientes de hasta
que punto la supresión total de los partidos inco-
moda a la clase política profesional creada por el
liberalismo. Por ello se debería proceder a una
eliminación gradual de esta partitocracia, intro-
duciendo en una primera fase la representación
social genuina mediante listas abiertas en todos
los procesos.

10. La justicia

El Rey debe tener la potestad y obliga-


ción de administrar justicia en doble instancia. La
justicia tiene que ejercerse en su nombre por un
cuerpo de magistrados independientes y estricta-
mente ajenos a intereses particulares o a la vida
política.

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Comentario: Como sus antecesores, el sistema
actual levanta tronos a las causas y cadalsos a
las consecuencias. Contradiciendo su propia pe-
dagogía, fomenta la corrupción de la infancia y
ahora se dispone a reducir la edad penal para
castigar en los adolescentes lo que es resultado
de su política.

11. La educación
La familia es el primer espacio educativo.
El ámbito educativo de la familia, como la patria
potestad, es inviolable. Los padres tienen el de-
recho y el deber irrenunciables de educar a sus
hijos según su criterio. La familia será completada
en su tarea educativa prioritaria por los distintos
cuerpos sociales, con arreglo al principio de sub-
sidiariedad.

Comentario: Defendemos la libertad de ense-


ñanza frente al monopolio docente. Libertad que
debe comprender la fundación de centros, el
establecimiento de planes de estudio y la expe-
dición de grados y títulos. Dado que esta es la
meta y partimos de la injusta e ineficaz situación
actual, se ha de llegar a ella gradualmente.

12. La dignidad de la persona en el tra-


bajo
Proclamamos la dignidad inalienable de
cada ser humano por el hecho de ser persona.
Por ello creemos necesario tutelar de manera es-
pecial esta dignidad en las relaciones laborales.

13. El patrimonio físico y las necesida-


des públicas
El suelo y el subsuelo físico, las costas, el
aire, el agua, los minerales y fósiles energéticos,
así como cualquier otro elemento de la naturale-
za indispensable para la vida colectiva, deben ser
tutelados por la Corona en previsión de posibles

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abusos mercantiles. La ley impedirá cualquier tipo
de especulación efectuada a costa de estos ele-
mentos.

Se cuidará especialmente que el agua sea


asequible para todos al mínimo coste, así como
que las energías indispensables para los hogares
y el transporte no estén sujetas a dependencias
contrarias al bien común.

Comentario: Puede causar asombro que el car-


lismo tradicionalista, en aras del bien común, pro-
pugne establecer límites a la actual voracidad de
las multinacionales. Debe meditarse esta actitud
nuestra en contraste con las prácticas neolibera-
les, que entregan el patrimonio natural a la es-
peculación de imperios anónimos sin conciencia
social, mientras que, curiosamente, facultan al
Estado para confiscar el patrimonio espiritual y
moral, monopolizando la educación e intervinien-
do en los hogares. ¿Quienes son los totalitarios?

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