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HISTORIA DE MEXICO CONTEMPORANEO II
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HISTORIA DE MEXICO CONTEMPORANEO II

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About this ebook

Libro de texto de nivel medio superior que propone formar al alumno en una visión científica de la historia. El periodo de estudio que abarca va de la Revolución Mexicana hasta los gobiernos neoliberales actuales.
LanguageEspañol
Release dateNov 30, 2023
HISTORIA DE MEXICO CONTEMPORANEO II

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    HISTORIA DE MEXICO CONTEMPORANEO II - Rosendo Bolivar Meza

    HISTORIA DE MÉXICO CONTEMPORÁNEO II

    CUARTA EDICIÓN

    ROSENDO BOLÍVAR MEZA

    INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL

    – MÉXICO –

    Historia de México contemporáneo II

    Rosendo Bolívar Meza

    Cuarta edición, 2010

    D.R. © 2010

    Instituto Politécnico Nacional

    Luis Enrique Erro s/n

    Unidad profesional Adolfo López Mateos

    Zacatenco, 07738, México, DF

    Dirección de Publicaciones

    Tresguerras 27, Centro Histórico

    06040, México, DF

    ISBN 978-970-36-0502-6

    FIPN 2008-916

    Impreso en México / Printed in Mexico

    http://www.publicaciones.ipn.mx

    A mi madre

    INTRODUCCIÓN

    OBJETIVO GENERAL

    LA REVOLUCIÓN MEXICANA (1910-1920)

    INICIO DE LA REVOLUCIÓN

    EL MADERISMO

    EL ZAPATISMO

    EL MOVIMIENTO DE PASCUAL OROZCO

    EL VILLISMO

    DICTADURA HUERTISTA, AUGE DEL MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO Y TENDENCIAS REVOLUCIONARIAS

    EL CONSTITUCIONALISMO

    ESCISIÓN REVOLUCIONARIA Y CONVENCIÓN DE AGUASCALIENTES

    EL CONGRESO CONSTITUYENTE Y LA CONSTITUCIÓN DE 1917

    LA REVOLUCIÓN MEXICANA EN EL CONTEXTO INTERNACIONAL

    EL GOBIERNO CONSTITUCIONAL DE VENUSTIANO CARRANZA Y EL INTERINATO DE ADOLFO DE LA HUERTA

    CUESTIONARIO DE EVALUACIÓN

    BIBLIOGRAFÍA

    LA REORGANIZACIÓN DEL ESTADO (1920-1940)

    LOS GOBIERNOS CAUDILLISTAS

    EL MAXIMATO

    ASPECTOS SOCIOECONÓMICOS

    EDUCACIÓN Y CULTURA

    POLÍTICA INTERNACIONAL

    EL CARDENISMO

    EL PLAN SEXENAL 1934-1940

    EL NACIONALISMO ECONÓMICO Y LA REFORMA AGRARIA

    POLÍTICA DE MASAS Y CORPORATIVISMO

    LA EDUCACIÓN SOCIALISTA

    POLÍTICA INTERNACIONAL

    CUESTIONARIO DE EVALUACIÓN

    BIBLIOGRAFÍA

    EL MILAGRO MEXICANO Y SU CRISIS (1940-1982)

    LA INDUSTRIALIZACIÓN, LA UNIDAD NACIONAL Y EL CIVILISMO

    INICIO DEL CIVILISMO

    EL DESARROLLO ESTABILIZADOR: CARACTERÍSTICAS Y CONSECUENCIAS

    MOVIMIENTO OBRERO, CAMPESINO Y POPULAR.CHARRISMO SINDICAL Y REPRESIÓN

    CRISIS DEL ESTADO DE BIENESTAR

    LOS GOBIERNOS DE LA CRISIS

    LA APERTURA DEMOCRÁTICA Y LA REFORMA POLÍTICA

    ASPECTOS SOCIALES

    CUESTIONARIO DE EVALUACIÓN

    BIBLIOGRAFÍA

    LOS GOBIERNOS DEL NEOLIBERALISMO (1982-?)

    EL NEOLIBERALISMO

    LA GLOBALIZACIÓN, EL TRATADO DE LIBRE COMERCIO Y SUS CONSECUENCIAS

    LA REFORMA DEL ESTADO

    LA CONSTRUCCIÓN DE LA DEMOCRACIA

    LOS MOVIMIENTOS SOCIALES

    EDUCACIÓN NEOLIBERAL

    MÉXICO Y EL CONTEXTO INTERNACIONAL

    CUESTIONARIO DE EVALUACIÓN

    BIBLIOGRAFÍA

    INTRODUCCIÓN

    El propósito de esta cuarta edición es actualizar y adaptar los contenidos al programa de la asignatura de Historia de México contemporáneo II, la cual coadyuva a analizar el proceso económico, político e ideológico nacional y desarrolla habilidades cognitivas en los estudiantes, que son útiles no sólo para el estudio del pasado, sino también para conocer los procesos sociales actuales: manejo, selección e interpretación de información; ubicación en el tiempo histórico y en el espacio geográfico; identificación de cambios, continuidad y ruptura de los procesos históricos, sus causas y consecuencias; valoración de la influencia de hombres y mujeres, grupos y sociedades, así como de los factores naturales en el devenir histórico; identificación de relaciones de interdependencia, influencia mutua y dominación.

    Historia de México contemporáneo II tiene como visión proporcionar a los estudiantes del nivel medio superior del Instituto Politécnico Nacional, y de bachilleratos afines, una preparación académica que los hará conscientes, participativos y competitivos.

    En concordancia con la misión del Instituto adquirirán valores, actitudes y habilidades para acceder, tanto a un grado académico superior, y aplicar, en alguna especialidad profesional, los conocimientos, valores y actitudes adquiridos; como incorporarse, con responsabilidad social, al campo laboral al finalizar este nivel educativo.

    La misión de la asignatura es formar en los estudiantes del nivel medio superior, mediante el análisis del devenir histórico de México, una conciencia crítica de la realidad histórica a través de un proceso dinámico, propositivo y de respeto a la diversidad cultural, para que fortalezca su identidad nacional.

    Este libro, al igual que el programa de la asignatura, se divide en cuatro capítulos o unidades temáticas.

    En el primer capitulo, La Revolución mexicana (1910-1920), se analizan los factores que contribuyeron a la caída del porfiriato y que propiciaron el inicio de la Revolución, los movimientos encabezados por Francisco I. Madero, Emiliano Zapata y Francisco Villa, la dictadura huertista, el constitucionalismo, la Convención de Aguascalientes y la lucha entre las facciones revolucionarias, el triunfo constitucionalista, el Congreso Constituyente y la Constitución de 1917, la Revolución mexicana en el contexto internacional, así como el gobierno constitucional de Venustiano Carranza y el interinato de Adolfo de la Huerta.

    La reorganización del Estado (1920-1940) es objeto de estudio del segundo capítulo. En éste se aborda el análisis de los gobiernos caudillistas de Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, el periodo conocido como maximato consistente en una dualidad de poderes y de tránsito a la institucionalidad, y el cardenismo concebido como el periodo de consolidación de las instituciones y de los principios de la Revolución mexicana.

    Con el capítulo terecero El milagro mexicano y su crisis (1940-1982), se estudian los años de la industrialización y la unidad nacional como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, el inicio del civilismo, los movimientos sociales y el aspecto político, además de las tres décadas de mayor crecimiento económico en la historia de México conocidas como milagro económico mexicano. También se aborda el estudio de la crisis internacional del Estado de bienestar y sus consecuencias en México, así como la apertura democrática y la reforma política.

    Finalmente, en el cuarto capítulo se analizan Los gobiernos del neoliberalismo (1982-?), la implementación del modelo neoliberal en México dentro de la globalización y el Tratado de Libre Comercio, la reorma del Estado y todos los aspectos político-electorales que han conducido a México a lo que se conoce como la construcción de la democracia y la alternancia política.

    OBJETIVO GENERAL

    Fortalecer la identidad nacional del estudiante, desarrollar su capacidad de análisis y reflexión del proceso histórico, desde el porfiriato hasta el neoliberalismo, que le lleve a participar activamente como sujeto histórico de su entorno social.

    LA REVOLUCIÓN MEXICANA (1910-1920)

    OBJETIVO: Analizar el proceso histórico de la Revolución mexicana, las tendencias que se dan en el curso del movimiento armado, sus fortalezas y debilidades, así como la culminación del movimiento plasmado en la Constitución de 1917.

    INICIO DE LA REVOLUCIÓN

    EL MADERISMO

    A principios del siglo XX comenzó a gestarse en México una oposición al gobierno de Porfirio Díaz encabezada por Francisco I. Madero, miembro de una rica familia de terratenientes del estado de Coahuila, quien planteó una negociación con la dictadura que propiciara el retiro paulatino de Porfirio Díaz del poder; pero, ante la intransigencia de Díaz, Madero impulsó la consigna de no reelección y sufragio efectivo y libre. Madero y la oposición de terratenientes y propietarios mexicanos y nacionalistas que él encabezaba no tenían en un principio la finalidad de realizar una revolución como la que finalmente estalló, sino más bien deseaban frenar y evitar el estallido revolucionario popular, hacer a un lado a Díaz y asegurar la sucesión pacífica del poder a través de algunas reformas políticas.

    Además de la oposición maderista hacia el gobierno de Porfirio Díaz, otros grupos opositores eran constituidos por los trabajadores (como los de Cananea y Río Blanco) y los campesinos, quienes no obstante los levantamientos que realizaron en distintos puntos del país, fueron derrotados.

    La situación empeoró con la crisis económica que el país sufrió en 1908, al caer la producción de maíz y los precios de algunos productos. Disminuyeron las exportaciones y las importaciones, y la balanza comercial fue negativa. El nivel de vida de la población se deterioró y aumentó el disgusto social.

    Ese mismo año de 1908, se realizó la entrevista Creelman-Díaz, donde don Porfirio declaró al periodista estadunidense James Creelman, después de hacer un balance de la situación política del país, que se retiraría de la vida política al concluir su periodo de gobierno en 1910, y que no aceptaría otro; dijo además que vería con buenos ojos la creación de partidos políticos, aún cuando fueran de oposición a él. A partir de entonces, la sociedad revitalizó su actividad política, se comenzaron a escribir folletos y libros sobre elecciones y partidos. Nacieron nuevos partidos políticos, como el reyista, encabezado por Bernardo Reyes, así como el Partido Democrático, de Manuel Calero. Ambos coincidían en proponer nuevamente a Díaz para la Presidencia de la República, pero se disputaban la vicepresidencia. Estos partidos no lograron tener éxito y desaparecieron poco tiempo después.

    En 1909 se creó el Club Central Antireeleccionista, dirigido por Francisco I. Madero, quien escribió el libro La sucesión presidencial en 1910. Participaron en este Club Francisco y Emilio Vázquez Gómez, Filomeno Mata, Luis Cabrera y José Vasconcelos, entre otros. Tenían como principio el lema de Sufragio efectivo, no reelección. Realizaron varias giras políticas por toda la República y vigorizaron el antirreeleccionismo.

    A pesar de esto, los científicos, grupo político defensor del porfiriato y que integraba su gabinete, promovieron la reelección de Díaz y éste aceptó. Así reapareció el viejo Club Reeleccionista el 9 de febrero de 1909. Aceptaron también que Ramón Corral se mantuviera como candidato a la vicepresidencia.

    Para 1909 sólo quedaban dos partidos en lucha para disputarse el poder presidencial y participar en las elecciones de 1910: el Reeleccionista y el Antirreeleccionista.

    Desde inicios de 1910 los clubes antirreeleccionistas se extendieron por toda la República y cobraron cada vez más fuerza. Su líder indiscutible era Madero, quien fue propuesto como candidato a la presidencia. Donde había una gran disputa era en quién sería el candidato a la vicepresidencia, pues había varios candidatos, como Toribio Esquivel Obregón, José María Pino Suárez y Francisco Vázquez Gómez, entre otros. Este último, con débil mayoría, fue el candidato antirreeleccionista a la vicepresidencia y compañero de fórmula de Madero para las elecciones de 1910.

    Una vez electo candidato a la Presidencia de la República, Madero inició una gira por todo el país, que por cierto fue muy exitosa. Estando en campaña en Monterrey, fue acusado por los porfiristas de incitar al pueblo a la violencia. Como la orden de aprehensión emanó del juez de distrito de San Luis Potosí, Madero fue encarcelado en la penitenciaría de esta ciudad. Estando preso Madero se realizaron las elecciones en que Díaz se reeligió una vez más. Aunque en estas elecciones hubo gran cantidad de votos en favor de Madero, éstos fueron anulados porque al estar en la cárcel perdió sus derechos constitucionales.

    También en 1910, con motivo del centenario del inicio de la Independencia, Díaz se dio a la tarea de inaugurar importantes obras de interés común. Se puso en servicio la nueva Escuela Normal para Maestros y se reabrió la Universidad Nacional de México.

    Un mes después del centenario del inicio de la Independencia, en octubre, se expidió el Plan de San Luis. En éste, Francisco I. Madero, recién escapado de la cárcel de San Luis Potosí, refugiado en San Antonio, Texas, y apoyado por Manuel Sánchez Azcona, Roque Estrada y Aquiles Serdán, declara nulas las elecciones, desconoce al gobierno de Díaz, exige el sufragio efectivo y la no reelección, y señala el 20 de noviembre de 1910 a las seis de la tarde para que los mexicanos se levanten en armas contra el gobierno de Díaz. Con este acontecimiento se inició la persecución maderista. Se realizaron levantamientos en Puebla encabezados por Aquiles Serdán, quien muere asesinado por el ejército porfirista antes del 20 de noviembre, también se dan levantamientos en Chihuahua encabezados por Pascual Orozco, Francisco Villa, José de la Luz Blanco y Abraham González. En Sonora el líder del movimiento fue José María Maytorena, mientras que los pequeños comerciantes Eulalio y Luis Gutiérrez lo hicieron en Coahuila. Todos consideraban a Madero el jefe de la revolución.

    En el artículo 3 del Plan de San Luis se declara que se restituiría a sus antiguos propietarios (en su mayoría indígenas) las tierras de las que fueron despojados abusivamente. Este era el único punto del plan que trataba una reivindicación social, y fue el que atrajo y concentró la atención de los campesinos del país para seguir el llamado a las armas que planteaban los maderistas.

    En Chihuahua, con la protección del gobernador Abraham González, partidario de Madero, se produjeron los primeros levantamientos. Francisco Villa y Pascual Orozco, entre otros, encabezaron pequeñas partidas guerrilleras campesinas y derrotaron a los destacamentos militares. Simultáneamente hubo levantamientos en Coahuila y Durango.

    En el estado de Morelos también se inició la lucha armada maderista, encabezada en un primer momento por Pablo Torres Burgos y, a la muerte de éste, por Emiliano Zapata. La revolución maderista se iba extendiendo por todo el país, pero mostró dos centros visibles que perduraron a lo largo de toda la lucha: los estados de Chihuahua y Morelos.

    La Revolución mexicana se inició el 20 de noviembre de 1910, y Díaz se mantuvo en el poder hasta mayo de 1911. Conforme pasaba el tiempo, cada vez más gente se sumaba a las filas revolucionarias y éstas obtenían triunfos importantes. El 24 de marzo de 1911, varios ministros presentaron su renuncia a Díaz. El 28 instauró un nuevo gabinete, integrado por Francisco León de la Barra en Relaciones Exteriores, Miguel Macedo en Gobernación, Demetrio Sodi en Justicia, Jorge Vera Estañol en Instrucción Pública, Manuel Marroquín en Fomento, Norberto Domínguez en Comunicaciones, Manuel González Cossío en Guerra y José Ives Limantour en Hacienda. Los dos últimos repitieron al no ser aceptada su renuncia.

    El 1 de abril, Díaz acudió a la apertura de sesiones en la Cámara de Diputados y propuso emprender importantes enmiendas jurídicas a la Constitución de 1857, como la no reelección presidencial, que aseguraba la retirada de Díaz del poder en 1916, una vez que terminara su actual periodo de gobierno, a sus 86 años de edad y a los 40 de haber asumido por primera vez la presidencia. Propuso además castigo a los abusos de poder, reformas a la ley electoral para hacer efectivo el sufragio, reorganizar el poder judicial y fraccionar el latifundio.

    Mientras las fuerzas revolucionarias maderistas avanzaban y lograban posiciones importantes, Díaz decidió dialogar con los revolucionarios con la intención de poner fin al conflicto. Representantes del gobierno y revolucionarios se entrevistaron en Ciudad Juárez, Chihuahua, pero en este primer intento no hubo arreglos.

    En mayo de 1911, las tropas maderistas se hallaban en las afueras de Ciudad Juárez. En tanto Madero dudaba y postergaba el ataque, Villa y Orozco, sin esperar órdenes, asaltaron la ciudad y la ganaron para la causa revolucionaria.

    El 10 de mayo, Ciudad Juárez cayó en poder de los maderistas. El 17 se reanudaron las pláticas de paz en esta localidad, pero Madero se opuso a una ruptura total con el régimen porfirista. Francisco Vázquez Gómez presionó a Madero para que incluyera en las condiciones de paz la renuncia de Díaz y Corral a la presidencia y vicepresidencia de la República, así como la renovación completa de todo el gabinete.

    Paralelamente en el sur, el 20 de mayo las fuerzas revolucionarias de Emiliano Zapata tomaron Cuautla y controlaron el estado de Morelos. Díaz y Madero detectaron la doble advertencia del norte y del sur: había que llegar a un acuerdo antes de que los revolucionarios campesinos los rebasaran y ya no los pudieran controlar. Por esto realizaron los Acuerdos de Ciudad Juárez el 21 de mayo de 1911. En estos acuerdos, Díaz se compromete a renunciar y entregar el poder como presidente interino a Francisco León de la Barra, entonces secretario de Relaciones Exteriores, quien debía convocar a elecciones generales; se intentaba poner fin a la lucha armada.

    Los Acuerdos de Ciudad Juárez tenían como propósito dar por concluida la revolución, por lo que, ante la renuncia de Díaz al poder, Madero se comprometía a realizar el licenciamiento de las tropas revolucionarias; es decir, desarmar a los grupos que siguieron su llamado para tomar las armas e iniciar la revolución: fundamentalmente campesinos. Hubo grupos campesinos que siguieron el llamado de Madero y entregaron las armas, como los villistas y orozquistas, pero otros que no, como los zapatistas.

    En estos acuerdos entre Díaz y Madero no se mencionaba cómo y cuándo resolver el problema de la tierra ni sobre ningún otro de los puntos mencionados en el Plan de San Luis, que fue lo que hizo que los campesinos participaran en la lucha revolucionaria.

    El 25 de mayo de 1911 Díaz renunció a la presidencia y fue sustituido por León de la Barra, y un día después decide exiliarse a Francia: parte el 31 de mayo en el barco El ipiranga, siendo escoltado en su trayecto de la Ciudad de México al puerto de Veracruz por el general Victoriano Huerta.

    Con la renuncia de Díaz al poder, Madero creyó que terminaba la revolución, sin embargo, esto no fue así. Hasta ese momento fue una revolución política por cambios en el poder, pero la verdadera revolución social, con cambios profundos en México, apenas se iniciaba con las demandas de reparto y restitución de tierras que enarbolaba Emiliano Zapata. Esto porque la revolución maderista fue encabezada por la burguesía nacionalista, es decir, por hacendados y propietarios mexicanos que deseaban hacer a un lado de la presidencia a Porfirio Díaz y asegurar su sucesión pacífica a través de algunas reformas políticas, no económicas ni sociales.

    Las masas campesinas y populares, como no tenían organismos propios independientes como partidos o sindicatos, combatieron en las filas de la burguesía nacionalista y tomaron como suyas las demandas maderistas. El conservadurismo de este último grupo y su temor a hacer los cambios sociales que el país necesitaba termina por abrir la puerta a la intervención revolucionaria de las masas.

    En diversos puntos del país grupos campesinos armados tomaron las tierras de los latifundios, y recuperaron por cuenta propia lo que en años anteriores les había sido arrebatado por los hacendados y las compañías deslindadoras. Este movimiento se presentó en todo el país, pero se asentó principalmente en los estados de Morelos y Puebla, de gran influencia zapatista.

    El levantamiento campesino era reflejo del fracaso de los Acuerdos de Ciudad Juárez, porque no se habían tomado en cuenta sus demandas de reparto y restitución de tierras. Así, confluyeron dos movimientos en el proceso conocido como Revolución mexicana.

    Uno era la revolución encabezada por Madero, que fue de carácter burgués y político. Él mismo pertenecía a una de las familias más ricas del país, ocupó altos puestos públicos en Coahuila, pero siempre mantuvo su oposición al gobierno central, a Díaz y a las reelecciones. Inclusive Díaz llegó a sospechar que la familia Madero patrocinaba levantamientos populares contra su reelección. El otro fue el movimiento campesino de Zapata y sus seguidores, cuya revolución no era para hacer cambios políticos, sino económicos y sociales, sobre todo con el reparto y la restitución de tierras.

    Una vez firmados los Acuerdos de Ciudad Juárez, Francisco León De la Barra asumió de manera provisional la Presidencia de la República, cargo que ocupó de mayo a noviembre de 1911. Su mayor triunfo fue lograr el rompimiento entre Madero y Zapata. El caudillo del

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