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Dios personal- Margaret Anderson

Una noche, cuando estábamos cenando con Gurdjieff, alguien dijo: 'qué persona tan
agradable vino a almorzar hoy, Sr. Gurdjieff'.

'Sí' dijo Gurdjieff, 'tipo agradable - porque aquí en la mesa estuvo dormido. Todos son
agradables cuando están dormidos. Pero písenle un callo y verán qué clase de hombre
es'.

Todos preguntaban siempre: '¿hay un Dios personal en la teoría de Gurdjieff?'


Nosotras decíamos: 'no, no hay', y se enojaban. Tratábamos de aclarar: Gurdjieff
comparó una vez nuestra relación con 'Dios' como la relación que existe entre las
bacterias de nuestra flora intestinal y nosotros. Éstos miles de millones de bacterias no
pueden saber acerca de nosotros, igual, nosotros no podemos tener algún conocimiento
de Dios. Sin embargo, puede decirse que las bacterias existen, que nosotros existimos y
que Dios existe.
Más enojo... Y entonces Jane decía: 'La idea de un Dios personal es el gesto más egoísta
del hombre. ¡Que un divino ser omnipotente tenga que estar preocupado por nuestra
vida temporal! Los que adoran la idea de un Dios personal son los que sirven a mil
dioses personales - El Arte, su vanidad, etc. Uno de ustedes aquí muestra en cinco
minutos que cree en un dios personal: sus juicios acerca de las acciones de los demás. El
método Gurdjieff es para deshacernos de los dioses personales'.
'Nunca nadie ha amado a Dios tanto como se ama a sí mismo'.

Margaret Anderson, 'El inconocible Gurdjieff'

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