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Europa sudoriental
nº 1 (2000)
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Artículos
Varios
Reseña de libros 103-113
REDACCIÓN
http://www.estudiosbalcanicos.org
Página inicial
Balkan (Revista de Estudios de Europa Sudoriental) nace con el objetivo de recoger los
análisis, opiniones o trabajos de todos aquellos interesados en un amplio abanico de
materias relacionadas con los Balcanes: historia, política, cultura e incluso derecho o
economía. Lanzamos esta propuesta con plena conciencia de que con ello no sólo abrimos
las puertas de esta revista electrónica al trabajo interdisciplinar, sino también a una gran
variedad de colaboradores potenciales. En efecto, Balkan está pensada para acoger los
artículos de los expertos reconocidos, pero también a todos aquellos que empiezan su
andadura como interesados en los Balcanes. Por lo tanto, Balkan recogerá y publicará
vuestras contribuciones en diversos niveles de autoridad académica, incluso el de la simple
opinión siempre que cumpla unos mínimos niveles de seriedad.
Nuestros objetivos son ambiciosos pero intentamos que sean a la vez realistas para lo cual
contamos con ir cumpliéndolos y modificándolos gradualmente, en función de las
circunstancias y de la experiencia. Por ello hemos pensado en una propuesta estructural que
extraiga lo mejor de las posibilidades que ofrece una revista electrónica. El marco global
es el de una publicación periódica, pero planteamos esta propuesta como una mera forma
de agrupar vuestras contribuciones y de facilitar su conservación, referencia y archivo. En
la práctica, cada uno de los números se irá formando a medida que los artículos son
aceptados e incorporados a la red. El número se cerrará al final de cada año y, en ese
momento, se fijarán las versiones definitivas de los artículos y contribuciones y se elaborará
una versión paginada en formato .PDF. Hasta el cierre de cada número, cualquier artículo
ya publicado podrá ser puesto al día por sus autores.
Por lo tanto, vamos a intentar que Balkan combine de la mejor manera posible la vocación
de permanencia de las publicaciones tradicionales con el dinamismo que caracteriza a
Internet. Pretendemos que para nuestra revista la red no sea tan sólo una forma de aumentar
su difusión, sino también, y sobre todo, en entorno de trabajo que le permita tener una
agilidad que las revistas en papel nunca podrán tener.
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Balkan (REES), 1 (2000)
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VEIGA, F. Exilios y éxodos en los países balcánicos a lo largo del siglo XX
Los nombres clave de esta oleada de emigración fueron dos personajes de gran talla
que pronto iban a renovar el panorama político griego: Constantinos Caramanlís -que de
hecho había abandonado el país por propia voluntad en 1963(1)- y Andreas Papandreu, cada
uno con su correspondiente entourage. Ambos lanzarán sus respectivas opciones políticas
que marcarán la historia de Grecia en los años venideros: el partido Nueva Democracia, y
el PASOK (Movimiento Socialista Panhelénico). El lugar de exilio común fue París, fuente
inspiradora en la que beberán con avidez. Tras once años estudiando a su modelo de cerca,
Caramanlís regresará a su país convertido en un gaullista "a la griega", dispuesto a
organizar un movimiento parecido al Rassemblement du Peuple Français(2). A Papandreu
se le suele relacionar con el ámbito político y cultural norteamericano, a partir de sus largos
veinte años de estancia en los Estados Unidos. Sin embargo, el exilio en el París de 1968
tuvo que influirle poderosamente, y más en concreto la actitud de un François Mitterrand
y de un socialismo francés renovado y radicalizado por los acontecimientos de mayo. Ese
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fue el espíritu que inculcó al PASOK y que no se explica fácilmente por relación a otros
modelos inspiradores, y menos en el ámbito político norteamericano.
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VEIGA, F. Exilios y éxodos en los países balcánicos a lo largo del siglo XX
refugiados: se calcula en unos los 80.000 exiliados que escaparon a través de las montañas
del norte en dirección a Yugoslavia, Bulgaria o Albania, aunque contando los efectos
acumulados de la guerra mundial más los de contienda civil, el resultado era que el 10%
de la población griega era refugiada, es decir, desplazada de su residencia habitual(6). De
paso, los vencedores aprovecharon para reprimir a la población de origen eslavo en la
Macedonia griega -lo que terminó en una verdadera limpieza étnica.- en base a la teoría de
que constituían un caballo de Troya de las vecinas repúblicas comunistas y apoyo de los
insurgentes derrotados.
Ahora bien, no sólo en Grecia se dan exilios masivos. Existen ejemplos muy
característicos en otros países balcánicos, que incluyeron además personajes de gran
relevancia política y cultural. En líneas generales hay dos momentos de exilio:
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Balkan (REES), 1 (2000)
Como en el caso de los exiliados comunistas griegos, pasan muchos años hasta que
cae el Muro y los derechistas balcánicos pueden regresar a sus países de origen. También
como en el caso mencionado, muchos se quedan por el camino: mueren o regresan muy
viejos. Eso contribuye a que los exilios del Este tengan dificultades para influir en al
realidad política o cultural de sus respectivos países una vez desaparecidos los regímenes
comunistas. Las dictaduras han ejercido un control muy estricto, y el único medio de estar
presente en los pequeños universos culturales de la disidencia es a través de los programas
de propaganda radiofónica emitidos desde Occidente, en los cuales los viejos intelectuales
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VEIGA, F. Exilios y éxodos en los países balcánicos a lo largo del siglo XX
Con todo, hay excepciones. Por ejemplo, en Bulgaria, donde no se llegó a articular
un movimiento fascista estructurado y con influencia social, la hija del agrarista G.M.
Dimitrov, Anastasia Mozer, se exilió a los EEUU y a partir de 1989 conquistó un cierto
protagonismo en la política búlgara. O bien Ivan Stanchov(12), que tras exiliarse en Londres
terminó como ministro de Asuntos Exteriores en Bulgaria.
Existe una gran excepción en este panorama de escaso alcance cultural del exilio
balcánico en los años de la inmediata posguerra: es el "triángulo dorado" de los rumanos
Mircea Eliade(13), Eugen Ionescu(14) y Emil Cioran(15). En sentido estricto, y excepto en el
caso del judío Eugen Ionescu, Eliade y Cioran flirtean en su juventud con el ultranacionalis-
mo allá por los años 1936-37, pero es algo que no contamina su producción intelectual en
el exilio, y que logran esconder durante muchos años, hasta el punto de que cualquier
debate sobre ese aspecto de su pasado crea apasionados rechazos por parte de sus
admiradores, especialmente los de Mircea Eliade(16).
Los tres autores rumanos triunfan en el exilio, crean escuela más allá incluso de sus
países de acogida, y se convierten en grandes mitos culturales del siglo XX. Tras la caída
del régimen comunista en Rumania, también adquieren gran predicamento en su país de
origen. Pero en buena medida tienen éxito porque reniegan de su condición de rumanos, o
al menos no la sitúan en primer plano, y suelen negar la influencia cultural que recibieron
en su país de origen. Devienen figuras intelectuales de alcance universal, con un aura un
tanto apátrida o decantada hacia el país de adopción. El caso más llamativo es el de
Ionescu, quien negaba cualquier posible influencia en sus obras por parte de la prolífica
escuela del surrealismo rumano de los años veinte e insistía en sus raíces puramente
francesas(17). Defendida con menor pasión o incluso obviada, esa era la postura de Mircea
Eliade o Emil Cioran que a partir de 1947 se juró escribir sólo en francés y hacerlo mejor
que los propios franceses.
b.2. El grupo de los exiliados que abandonan sus países respectivos en los años cincuenta
a ochenta, ya bajo el régimen comunista, es otro muy diferente. Lo conforman básicamente,
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Balkan (REES), 1 (2000)
Una vez más los rumanos se destacaron como activos creadores de revistas literarias
-especialmente en Alemania- y lograron establecer un cierto universo cultural del exilio.
Sin embargo, tanto ellos como sus colegas de los Balcanes e incluso de toda la Europa del
Este estaban lógicamente muy limitados por el contexto cultural de acogida donde vivían
y trabajaban, extraño y a veces incluso hostil. Eso marcaba una importante diferencia con
el exilio español en Latinoamérica, que se desenvolvía en su propia lengua y en un mundo
cultural muy afín.
Un caso aparte pero muy llamativo dentro de este grupo de exiliados, lo conforma-
ron aquellos que trabajaban para las emisoras de propaganda anticomunista financiadas por
las potencias ocicdentales, destacando muy en especial Radio Free Europe o Voice of
America, aunque las emisiones en onda corta de BBC International, Radio France o
Deutsche Welle también tuvieron cierto protagonismo. Los intelectuales exiliados que
hablaban cada noche por esos micrófonos terminaron convirtiéndose en verdaderos popes,
escichados y seguidos seguidos con fervor por una parte importante de las poblaciones
balcánicas. En Bulgaria, el siempre apolítico Viktor Paskov o el ex diplomático Petar
Uvaliev fueron dos de estos personajes, aunque éste último se había exiliado ya en 1944(19)
Y lo mismo ocurrió con el escritor Velko Vedrin(20). En Rumania fueron muy importantes
Monica Lovinescu y su marido Virgil Ierunca(21), crítico literario, dos verdaderos fenómenos
en sí mismos. Virgil Tnase, mucho más tardío (llegó a Francia en 1976) pero muy activo,
se convirtió en un verdadero pope en lo referente a cuestiones literarias(22). En realidad,
desde Radio Free Europe se llegó a mediar muchas veces en las disputas entre escuelas o
autores, tanto en el interior de Rumania como en el exilio.
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VEIGA, F. Exilios y éxodos en los países balcánicos a lo largo del siglo XX
A veces los mecanismos de presión son más sinuosos, como la "venta" de la minoría
alemana de Transilvania a la República Federal Alemana, que se convierte en un lucrativo
negocio para las autoridades rumanas en la década de los setenta y ochenta, y que desertiza
pueblos enteros de viejos colonos asentados en esos territorios desde hacía varios siglos.
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Balkan (REES), 1 (2000)
Es evidente que esos exilios no suelen ser la cuna de intelectuales destacados, pero
sí que en algunos casos generan sus propias manifestaciones identitarias e incluso algo
parecido a lobbies de presión política: los griegos del denominado Épiro Norte, situado en
el sur de Albania poseen sus propias asociaciones culturales y ejercen su particular
influencia política en Grecia(24). Lo mismo ocurre con los macedonios en Bulgaria, los
arrumanos en Rumania o, en un caso bien peculiar, los serbios que abandonaron Kosovo
en la década de los setenta y los ochenta, que se erigieron en agentes activadores de la
política nacionalista en Serbia. Pero esos grupos también son manipulados en ocasiones por
los regímenes de los países de origen o acogida -caso de los húngaros de Transilvania que
emigraron a la madre patria- o sencillamente, son marginados y tratados como un estorbo.
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VEIGA, F. Exilios y éxodos en los países balcánicos a lo largo del siglo XX
La emigración albanokosovar fue otro ejemplo similar. Durante las últimas décadas
miles de jóvenes albaneses salieron de la región para trabajar como emigrantes en países
desarrollados. Con el tiempo, esta corriente terminó siendo beneficiosa para el régimen de
Belgrado, que de esa manera "purgaba" a Kosovo de excedentes poblacionales en paro
crónico, con lo cual prevenía el malestar social. A la vez, los emigrantes remitían divisas
desde el extranjero destinadas a sus familiares, con lo cual contribuían de forma importante
a paliar los efectos de la deficitaria economía de Kosovo. Grupos mafiosos albaneses y
serbios también obtenían beneficios de la emigración, a la que facilitaban documentos,
reasentamiento en el país de destino y hasta trabajo(27). Pero en el extranjero también residen
importantes organismos del autoproclamado Estado kosovar. Por ejemplo, el gobierno
clandestino presidido por Bujar Bukoshi y establecido en Suiza. O líderes nacionalistas más
radicales y oscuros, que a lo largo de 1996, finalizada la guerra de Bosnia y firmada la paz
de Dayton, comenzarán a apostar por una línea política centrada en la acción armada. Antes
y después, estas estructuras recaudarán dinero e intentarán ejercer su influencia sobre los
emigrantes albanokosovares. Y muchos de estos terminarán entrando en la lucha política.
Cuando estalla abiertamente la guerra en Kosovo, a comienzos de 1998, más de uno
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Balkan (REES), 1 (2000)
regresará a su país para combatir en las filas del UÇK, la organización guerrillera
independista.
Este fenómeno entronca a su vez con otro más antiguo y bien conocido: la
importancia de los lobbies nacionales radicados en América del Norte en algunos de los
procesos de autodeterminación europeos o en la capacidad de movilización de las grandes
potencias a a favor de una causa nacionalista determinada. Tal es el caso del denominado
lobby griego, de reconocido peso en algunas decisiones de la diplomacia norteamericana,
incluyendo algunas de las últimas disputas entre griegos y turcos en torno al conflicto
chipriota, en el curso de las cuales lograron ganarse el apoyo de la Secretaria de Estado,
Madeleine Albright. De hecho, para actuar en ese país balcánico y desde fines de los años
cuarenta, Washington designó en muchos casos a oficiales de los servicios de inteligencia,
diplomáticos o políticos de origen griego, tal el vicepresidente Spyro Agnew, que será una
de los escasas personalidades norteamericanas que visite públicamente la Grecia de los
coroneles(28).
Dentro de este apartado se puede señalar todavía una última categoría: la de los
emigrantes que se podrían denominar "a tiempo parcial". Se trata de aquellos personajes
que habiendo descollado en el extranjero, pueden entrar y salir del país, a pesar del
régimen, al que incluso apoyan desde su poderosa posición. Un ejemplo muy conocido es
el del tenista rumano Ilie Nastase, que termina siendo uno de los muy escasos ciudadanos
millonarios de la República Socialista de Rumania, que además de poseer una lujosa villa
en Bucarest, podía entrar y salir del país sin cortapisas. Era evidente que la explotación de
su figura como deportista de éxito, le reportaba al régimen de Ceauescu irrenunciables
beneficios políticos en el interior y exterior. Un caso similar y también rumano fue el de
Constantin Dragan, quien en su juventud fue militante de la Guardia de Hierro(29), luego
diplomático en Roma y terminó convertido en multimillonario hombre de negocios.
Dragan, que residía en Italia y ocasionalmente en Mallorca y Madrid, hizo su fortuna con
el petróleo y ayudó al régimen de Ceauescu a introducirse en los mercados africanos. Su
amistad con el dictador rumano fue pública, hasta el punto de haber sido agasajado en la
prensa del régimen.
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VEIGA, F. Exilios y éxodos en los países balcánicos a lo largo del siglo XX
De todas formas, uno de los ejemplos más importantes, que inaugura esa tendencia
en la edad contemporánea y por ende tiene muy importantes repercusiones en el país de
acogida, es el fenómeno de los desplazados griegos de Asia Menor. Tras la derrota en la
guerra que Grecia mantuvo con Turquía entre 1919 y 1922, y por el tratado de Lausanne
firmado en enero de 1923, ambos países se intercambiaron sus respectivas minorías étnicas.
Fue uno de los casos más flagrantes de lo que años más tarde se denominaría "limpieza
étnica concertada" pues en total Grecia envió al país vecino 400.000 turcos, y Turquía
remitió 1.300.000 griegos de Asia Menor. La avalancha de refugiados saturó a Grecia, que
por entonces sólo contaba con una población de 4.500.000 habitantes.
Los griegos de Asia Menor serían tratados con suficiencia por sus hermanos de la
madre patria, lo que se refleja en los motes que aún les aplican a sus descendientes:
turkóspori (esporas turcas, o sea, hijos de turco) o yaurtovaptismeni ("bautizados con
yogur", en referencia a la tradición de la cocina de Asia Menor, que utiliza mucho el yogur).
Debido a su peso electoral en Grecia también se hablará de la oglukratía (el poder de los
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Desde ese primer gran intercambio de poblaciones, de origen político pero con
resultados de cambio social hasta cierto punto despolitizado, llegamos casi hasta hoy,
pasando por el exilio de miles de cuadros técnicos profesionales de Europa oriental a partir
de 1945, que junto con la emigración de mano de obra barata del sur contribuyen al
"milagro europeo" de la posguerra. El último capítulo de esas historias de desplazados a las
que hoy denominados "limpieza étnica" pero que son tan características de la historia
europea(31) son los miles de exiliados bosnios(32) y más tarde albaneses de Kosovo. Muchas
de las víctimas de estos éxodos por motivos políticos han intentado, con mayor o menor
éxito, forjarse un futuro como simples emigrantes. Concluidas las guerras se aplicó sobre
muchos una política de repatriación forzosa silenciada por los políticos y la prensa
occidentales, siendo en Alemania donde alcanzó mayor intensidad -con redadas nocturnas
de la policía en algunos albergues- debido al crecido número de refugiados que acogió este
país, muy superior al de cualquier otro de Europa.
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VEIGA, F. Exilios y éxodos en los países balcánicos a lo largo del siglo XX
ocasión, un abogada le pidió consejo sobre la forma en que un joven rumano podía
declararse refugiado político bien entrado ya el año 1997, cuando hacía meses que en su
país de origen existía un gobierno de centroderecha que contaba con todo el apoyo de las
potencias occidentales. La única forma de alegar alguna forma de persecución política era
declarándose homosexual, puesto que por entonces estaba penada por las leyes rumanas,
pero el supuesto "refugiado" no quiso saber nada de tal opción.
A modo de conclusión
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VEIGA, F. Exilios y éxodos en los países balcánicos a lo largo del siglo XX
Las recientes guerras y catástrofes balcánicas no han cambiado mucho las cosas, a
pesar de las cifras de refugiados que se manejan. El desconcierto ha sido la tónica
generalizada. Un chiste de 1995 cuenta que dos musulmanes bosnios, uno que intenta salir
de Sarajevo y otro que proviene de Alemania e intenta entrar en la ciudad, se encuentran
de repente e inesperadamente en la cima del monte Igman. La pregunta que se lanzan cara
a cara es unánime: "¡¿A dónde vas, imbécil?!". La agudeza de humor bosníaco, célebre en
la antigua Yugoslavia, tradujo muy bien esa sensación de que ni los que se habían quedado
ni los que se habían exiliado estaban realmente en su lugar. La imagen de una Europa rica
a la que no resultaba tan fácil acceder y que a la postre tampoco era el paraíso soñado,
comenzó a imponerse en toda Europa oriental desde mediados de los años noventa, aunque
siguió sin afectar a sectores poblacionales especialmente pobres o marginados(34) .
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Balkan (REES), 1 (2000)
luchar en primera línea por la mejora de sus países respectivos o la simple humillación de
verse arrinconados frente a los que se quedaron y se lo jugaron todo en situaciones difíciles.
notas
1. Los tortuosos vericuetos de la política griega habían llevado a Caramanlis al "autoexilio". Sin embargo,
es a partir del golpe militar cuando se convierte en un actor decisivo del exilio griego. El 29 de julio de 1974
Caramanlís formará un gobierno nacional con representantes de todo el espectro político. Previamente la junta
militar le había entregado el poder llamándole de su exilio parisino. Una repetición del regreso de De Gaulle
durante la crisis de Argelia de 1958.
2. Agradezco al profesor Roberto Rodríguez Milán, colaborador académico de la Universidad de Patrás, las
indicaciones y fuentes referidas a los exilios griegos. Igualmente se han incorporado en esta ponencia algunas
de las ideas que incorpora en su tesis doctoral en curso sobre la historia de Nueva Democracia y la derecha
griega. Para los exiliados búlgaros me han sido de gran valor las pistas e indicaciones de Svetla Berova en
Sofía y Daniela Pavlova en Madrid. En Barcelona, Stela Brtescu me transmitió algunas ideas importantes
sobre el exilio cultural rumano.
3. El régimen de los coroneles destronó al rey Constantino II. La monarquía será definitivamente abolida
como consecuencia de un referéndum tras la reinstauración de la democracia.
4. Desde Madrid se apoyó activamente a los diversos monarcas exiliados en España para impulsar
restauraciones que tomaran la transición española como modelo y le dieran a este país un ascendiente político
directo en esos países. Los intentos se centraron en Rumania, Bulgaria y Georgia; no poseo noticias de que
la monarquía yugoslava o la albanesa recibieran ese tipo de respaldo.
5. Juan Balansó, Los reales primos de Europa: quién es quién en el mundo de los tronos ocupados o vacíos,
Ed. Planeta, Barcelona, 1992.
6. T. Boatswain y C. Nicholson, Un viaje por la historia de Grecia, Celeste Eds., Madrids, 1991; vid. pag.
251.
7. Todo ello queda bien retratado en la obra de Theo Angelopoulos, Retorno a Citerea (Taxidi sta Kithira),
1984.
8. De hecho, unos pocos se convirtieron al catolicismo, y hasta se dio el caso de una ordenación sacerdotal.
9. Existe un relato inacabado de las operaciones organizadas por los servicios de inteligencia norteamericanos
con algunos exiliados de la Guardia de Hierro, todo ello conectado con la resistencia anticomunista en el
interior de Rumania, pero por desgracia está inacabado: Filon Verca, Parautai în România vândut. Rezistena
român, 1944-1948, Editura Carpaii - Traian Popescu, M adrid, 1987. La operación más importante, que
terminó en un sonado fracaso, tuvo lugar en octubre de 1953: los agentes lanzados en paracaídas fueron
capturados o muertos.
10. Un catálogo gráfico del exilio legionario en los diversos países de Occidente, entre ellos España, es la
obra: Legiunea în imagini, Editura Micrii Legionare, Madrid, 1977.
11. Había sido consejero cultural en la Embajada rumana en Roma bajo el reinado de Carol II, y luego volvió
a ostentar un cargo diplomático en tiempos de la dictadura militar de Antonescu. La renuncia de Vintila Horia
al Premio Goncourt es relatada por Alexandru Cioranescu en una entrevista concedida al "Jurnalul literar",
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VEIGA, F. Exilios y éxodos en los países balcánicos a lo largo del siglo XX
marzo 2000. Agradezco el dato a Joaquín Garrigós. El autor de estas líneas entrevistó a Vintila Horia en
Madrid, el 25 de mayo de 1983.
12. Ivan Stanchov, nacido en 1929, provenía de una estirpe de diplomáticos. En 1945 toda la familia emigró
a los EEUU., aunque en 1971 se trasladó a Gran Bretaña. Tras el final del régimen comunista regreso en
Bulgaria y entre 1991 y 1994 fue nombrado embajador de en Londres. Por un corto periodo (21.10.1994-
26.01.1995) era ministro de Asuntos Exteriores en el gobierno provisional de Reneta Indzova. Actualmente
reside en Gran Bretaña.
13. Mircea Eliade (1907-1986) fue uno de los mayores expertos mundiales en filosofía de las religiones, sobre
todo en el intento de esclarecer el simbolismo y los significados últimos de los mitos primordiales que
proveen las bases para el fenómeno místico. A tal efecto inventó el concepto de hierofonías (en el sentido de
manifestaciones del mundo sagrado) que se pueden aplicar a cualquier experiencia religiosa, tanto en las
sociedades contemporáneas como en las tradicionales. En 1956 fue nombrado profesor de Historia de las
Religiones en la Universidad de Chicago.
14. Eugen Ionescu (1909-1994) es bien conocido como dramaturgo, ensayista, crítico literario, poeta,
periodista, pero sobre todo como uno de los padres del denominado "teatro del absurdo". Vid. una interesante
biografía en Internet: http://www.users.skynet.be/olsen/biographie-en.html.
15. Emil Cioran (1911-1995) filósofo, ensayista, moralista, fue íntimo amigo de Samuel Beckett y está
considerado uno de los mejores escritores en francés. Existe una muy completa página dedicada a su obra en
Internet: http://www.aupelf-uref.org /olympiades/joliescoeurs/Frontpages/EmilCioran.htm.
16. Para un estudio sobre los contactos de Eliade con la Guardia de Hierro, vid.: Francisco Veiga,
"L´experiència ultradretana de Mircea Eliade", en: "L´Avenç", nr. 94, Juny 1986, pags. 20-24. Para la
militancia de Cioran en la Guardia de Hierro, vid. una página web actual del Movimiento Legionartio rumano,
d o n d e s e m u e s t r a , a d e m á s , u n a f o t o g r a f í a d e l j o v e n filó s o fo c o n C o d r e a n u :
http://pages.prodigy.net/nnita/cioran.html. Ni siquiera Eugen Ionescu se libra de un cierto pasado turbio:
durante los años de la ocupación fue agregado cultural de la Embajada de Rumania (por entonces una
dictadura aliada del Eje encabezada por el mariscal Antonescu) ante el gobierno colaboracionista de Vichy.
17. Entrevista del autor a Eugen Ionescu, Vilanova i la Geltrú, 28 de octubre, 1985. En el citado encuentro
el dramaturgo omitió relatar que entre 1945 y 1949 tradujo las obras completas de Urmuz, el gran autor
surrealista rumano de comienzos de siglo XX, uno de los grandes padres universales de la literatura del
absurdo y la anti-prosa. Es también significativo señalar que Ionescu lanza su teatro del absurdo precisamente
a partir de 1950.
18. Sobre las circunstancias del peculiar exilio de Tzvetan Todorov y la mentalidad del exiliado en general,
vid. su obra: El hombre desplazado, T aurus, Madrid, 1998, en espceial las págs. 13-31. Su padre, Todor
Tsvetanov Todorov, alias Todor Borov - era un celebre bibliógrafo y profesor de literatura; fundador del
Instituto Bibliográfico búlgaro y director de la B iblioteca Nacional. Por su parte, Julija Krasteva (o Julia
Kristeva, como suele transcribirse en castellano) es profesora de lingüística en la Universidad de París y en
Columbia University. Vive en Francia desde 1969. Escribió diversos estudios sobre temas de la teoría de la
literatura, culturológicos, semióticos y sicoanalíticos. Las obras de ambos están ampliamente traducidas al
castellano. Resulta muy útil comparar las disgresiones de Todorov sobre la mentalidad del exiliado con la
obra de Leon y Rebeca Grinberg, Psicoanálisis de la emigración y del exilio, Alianza Editorial, Madrid, 1984.
19. Hacia finales de la Segunda Guerra Mundial, el gobierno búlgaro lo envió a su Embajada en Roma, pero
poco después fue capturado e internado por los alemanes. Tras la contienda el nuevo régimen búlgaro lo
destinó a la embajada de Londres. Pero no le validó su matrimonio con Ivalja Valkova, hermana de Viktor
Valkov, líder agrarista y antiguo ministro de Asuntos Exteriores. Ésa fue una de las razones que le llevaron
a exiliarse en Gran Bretaña y a trabajar en los programas búlgaros de Radio BBC Internacional como
guionista y ensayista. Colaboró, pero también fue muy crítico con el disidente Gueorgui M arkov, que se haría
celebre internacionalmnete al ser asesinado en 1978 por un agente armado con un paraguas cuya punta había
sido envenenada (vid.: ttp://www.rferl.org/nca/features/1996/09. F.RU.960918155306.html para este incidente
tan singular). En 1972 visitó Bulgaria como miembro de una delegación británica que participaba en un
congreso mundial de Filosofía. Ese primer reencuentro con su país le sirvió para relacionarse con algunas
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Balkan (REES), 1 (2000)
figuras del régimen de talante más aperturista, como la célebre Ljudmila Zhivkova, hija del estadista búlgaro
Todor Zhivkov. Publicó en francés numerosos ensayos sobre teoría de las tendencias estéticas, bajo el
seudónimo de Pierre Rouve. En 1992 fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Sofía, pero
murió en Londres a finales de 1998, con 83 años de edad. Uvaliaev fue un exiliado muy polémico y de hecho
muchos extremos de su vida y motivaciones no están claros. En Bulgaria corrían rumores de que en realidad
era un agente del régimen.
20. El verdadero nombre de Velko Vedrin es Dimitar Inkjov. En 1965 huyó de Bulgaria hacia la República
Federal de Alemania, donde trabajó para la emisora Free Europe. Ademas de periodista es escritor de libros
para niños.
21. Monica Lovinescu sigue teniendo protagonismo en el mundo cultural rumano; pueden leerse sus
comentarios en la prestigiosa revista "România Literar", incluso en edición electrónica. Para un comentario
interesante sobre sus años en Radio Free Europa, vid. la crítica al reciente libro de memorias del padre de
Monica, Eugen Lovinescu (Trecut au anii...,) publicado recientemente por la Editorial Humanitas:
"Autoportret din anii sraci", en: "România Literar", nr. 32, 16 de agosto de 2000; se puede leer en:
http://romlit.sfos.ro/www/texte00 /rl32 /pop. htm.
22. En 1982 Tnase se convirtió en la pieza de una operación organizada por los servicios de inteligencia
franceses para capturar a un agente rumano, Matei Pavel Haiducu. Éste había llegado a Francia con la misión
de asesinar a Tnase y Paul Goma, pero confesó sus propósitos a la DST a cambio de refugio en Occidente
para él y su familia. La "desaparición" temporal de Tnase conmocionó al exilio rumano y le granjeó fama de
ser, en realidad, un agente secreto rumano. Tnase devino así un sospechoso de doble juego, como había
ocurrido con Uvaliev y otros exiliados de los tiempos de la Guerra Fría. Vid.: Christian Duplan et Vincent
Giret, La vie en Rouge, vol. 2: Les insoumis (1968-1989), Seuil, Paris, 1994, pag. 416-419.
23. Entre los firmantes figuraron nombres como Louis Aragon, Roger Garaudy, Jean-Paul Sarte o Emmanuel
Le Roy Ladurie. Vid.: .: Christian Duplan et Vincent Giret, op. cit., pag. 207. En sus dos volúmenes, esta obra
hace un seguimiento bastante detallado de la trayectoria política de Paul Goma y otros disidentes y resistentes
rumanos, algunos de los cuales terminaron en el exilio.
24. Hay diversas web en Internet creadas por nacionalistas griegos dedicados a mantener vivas las
reivindicaciones en el Epiro Norte. Vid., por ejemplo: "Youth for the Northern Epirus Struggle" en:
http://virtuals.compulink.gr/nepirus/. O también: http://www.epirusnews . gr/. De todas formas, un buen punto
de partida para obtener numerosas direcciones de grupos culturales, nacionalistas o de presión es:
http://www.hellas.org/index.htm.
25. Tudjman estrechó lazos con la emigración nacionalista croata en varios viajes que hizo a lo largo de los
años ochenta. En febrero de 1990, las personalidades de la emigración fueron invitadas al Congreso del HDZ
en Zagreb. Para las elecciones de abril, la emigración donó cuatro millones de dólares. Vid. : Silber, Laura,
and Little, Allam, pag. 90-91. Uno de los asesores más estrechos del presidente Tudjman fue Gojko Šušak,
quien antes de 1990 había fundado una cadena de pizzerías en Ottawa y cuya fortuna personal contribuyó no
poco a la victoria electoral del HDZ.
26. Vid. para un breve pero incisivo estudio sobre las familias en el poder bosniomusulmán: "Sacirbej,
Sacirbej & Sacirbej, Ltd.", por Draena Perani en: "Balkan W ar Report", nr. 32, March 1995, pag. 12.
27. Vid.: Dejan Lui, Tajne Albanske mafije. Teror koji još uvek traje, GIP "Kultura", Beograd, 1990.
28. Michael Dukakis, gobernador de M assachusetts y candidato a la presidencia norteamericana en 1988, será
otro conocido político norteamericano surgido de la emigración griega, John Katsimatides, magnate
grecoamericano y amigo personal de los Clinton, financiador habitual del partido Demócrata.
29. Dragan escribió algunas obras de divulgación en italiano sobre el ideario legionario. Vid.: Il
corporativismo romeno. Cenni sulla dottrina legionara. Estratto dalla Rivista "Conquiste d´Impero", nr. 3-4,
29 Nov. 1940, Stamperia Romana, Roma, 1940.
30. Incluso creó una Fundación Constantin Dragan, que tuvo su sede en Palma de Mallorca.
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VEIGA, F. Exilios y éxodos en los países balcánicos a lo largo del siglo XX
31. Los iniciadores históricos de las limpiezas étnicas contra poblaciones musulmanas en los Balcanes no
fueron los serbios, sino el Imperio Habsburgo, cuando en el siglo XVII reconquista Hungría, Eslavonia y
Dalmacia. Vid.: Xavier Bougarel, Bosnie. Anatomie d´un conflit, Eds. La Découverte, Paris, 196; vid. pag.
14.
32. En el otoño de 1995, el Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los Refugiados evaluaba en dos
millones la cifra total de bosnios desplazados por el conflicto, de los cuales, 1.300.000 no habrían salido del
territorio patrio, mientras que 700.000 habrían terminado en el extranjero. Vid.: X. Bougarel, op. cit., pag.
12
33. Michel Floquet et Bertrand Coq, Les tribulations de Bernard K. En Yougoslavie, Albin M ichel, Paris,
1993; vid. pags. 192-193
34. La gran excepción parece haber sido Albania. Según recientes investigaciones de Geneva Anderson, hasta
el 41% de los graduados universitarios dejaron el país a lo largo de la última década. Estos resultados fueron
presentados en un seminario sobre las consecuencias de la emigración de las élites intelectuales albanesas
organizado por el Center for the Study of Refugees. La información citada aquí proviene de un mail enviado
el 26 de diciembre de 2000 por Geneva Anderson a la Balkan Akademic List, una lista de distribución dirigida
por Florian Bieber y cuya dirección electrónica es: http://www.seep.ceu. hu /balkans/ Lo cierto es que con el
discurrir de los años, la presencia en occidente de novelistas como Ismail Kadaré o Bashkim Shehu no
obedece ya a motivos políticos.
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Balkan (REES), 1 (2000)
La última década trajo consigo un nuevo interés en esos países, debido a la caída
del Iron Curtain, las guerras en Yugoslavia y la participación del Ejército Español y las
NGO´s, que se vieron envueltas en algunas de las crisis. Pero, desgraciadamente, el
impacto de esos acontecimientos fue demasiado turbador para una sociedad desinteresada
durante largo tiempo en la mitad oriental del continente europeo. Además, durante el
cambio de los ochenta a los noventa, en nuestro país estaba muy activo el debate sobre el
"modelo español de transición" desde la dictadura de Franco a la democracia. Así, la
extendida discusión en diversos países occidentales sobre el significado político e histórico
del colapso del sistema soviético, o la importancia del fenómeno nacionalista en las
guerras de Yugoslavia se mezcló en España con el debate sobre el papel de los partidos de
izquierdas y el nacionalismo en las autonomías. El resultado de esta intensa politización
fue la proliferación de autoproclamados expertos en Europa del Este o asuntos rusos, y
una frecuente confusión entre el debate académico y la apasionada opinión política.
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VEIGA, F. Situación de los estudios de ciencias sociales sobre Europa Oriental: el panorama español
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Balkan (REES), 1 (2000)
Europea a Europa del Este. Jaime Pastor, que dirige varias de las tesis del centro no tiene
una especialización concreta sobre Europa Oriental, y proviene de la generación de
personalidades políticas interesadas en el tema6.
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VEIGA, F. Situación de los estudios de ciencias sociales sobre Europa Oriental: el panorama español
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Balkan (REES), 1 (2000)
Junto con los tres núcleos principales también hay que tener en cuenta otros dos,
menores: Galicia y Asturias. En la Universidad de Santiago de Compostela, el profesor
Xosé M. Núñez Seixas lleva ya tiempo estudiando la cuestión de las nacionalidades
centro-europeas y por tanto, el desarrollo nacional checo. Su tesis, presentada en 1992 en
el European University Institute de Florencia se titula: El problema de las nacionalidades
en la Europa de entreguerras. El Congreso de Nacionalidades Europeas (1925-1938).
Desde entonces, el profesor Núñez Seixas ha elaborado diversos trabajos de investigación
de gran calidad sobre los nacionalismos y las doctrinas nacionalistas derivados del
resultado de la Gran Guerra22. Otro historiador pero profesor de Ciencia Política en la
misma universidad es Raimundo Viejo, un brillante académico de la segunda generación
que actualmente trabaja en una tesis doctoral sobre la reunificación alemana.
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VEIGA, F. Situación de los estudios de ciencias sociales sobre Europa Oriental: el panorama español
menos seis cursos sobre transición política, evolución económica, conflictos étnicos y
guerras en Yugoslavia, con la participación de profesores y expertos españoles y de
Europa Oriental. Parte de esas contribuciones han sido recogidas y editadas por la misma
universidad23.
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Balkan (REES), 1 (2000)
notas
1. Estoy en deuda con Ruth Ferrero y Roberto Rodríguez por su valiosa ayuda para la elaboración de esta
comunicación.
2. El IEO dependía especialmente del Departamento de Economía Aplicada de la UCM y su actividad se
centraba en esta disciplina académica.
3. http://www.uned.es/guias/g3cd/d151.htm
4. Crisis y cambio en Europa del Este: La transición a la democracia en Hungría. Ed. Centro de
Investigaciones Sociológicas-Siglo XXI, 1993. Madrid. 402 páginas.
5. info@igm.uned.es
6. Algunas de las tesis doctorales en curso de la UNED son las de: Ruth Ferrero sobre minorías nacionales
en U crania, Eslovaquia y Rumanía y Pedro Chaves, sobre ampliación de la Unión Europea a Europa
Oriental.
7. http://www.ucm.es/info/eid/html/luengo.html
8. http://www.ucm.es/info/eid/html/palazuelos.html
9. El profesor Pedro Gómez Serrano, único experto en Economía balcánica (ex Yugoslavia y Albania) hace
cinco años que abandonó esa línea de investigación.
10. Publicado con el título: Las fuerzas armadas en la crisis del sistema soviético (1993)
11. Las transiciones en la Europa central y oriental ¿Copias de papel carbón?, Los Libros de la Catarata,
Madrid, 1998
12. Ha sido becario Fulbright (1993-94) y profesor visitante (1994-95) en la Universidad de California-San
Diego, así como investigador invitado en las universidades de Veszprém and Budapest (1992), Virginia y
Trieste (1996) y en el RFE/RL Research Institute de Munich (1993). Ha publicado: Las nuevas instituciones
políticas de la Europa Oriental (Madrid/Valencia, 1997) así como: Derechos y libertades en las nuevas
democracias de la Europa del Este (Pamplona, 1998-9)
13. http:// www.uv.es/uifst
14. Destacan el profesor José Mª March, autor con el profesor Antonio Sánchez Andrés de varios libros sobre
transición socio-económica en Rusia, algunos traducido a ese idioma. También: las profesoras Isabel Plà y
Vicenta Fuster. Gracias a la estrecha relación que el centro mantiene con la Universidad Rusa de la Amistad
de los Pueblos, han trabajado en la UIFST los profesores rusos Nikolay A. Shkolyar y Gyennadiy I.
Martyuschyev
15. Como excepción destaca el profesor Raúl de Arriba, que ha investigado y publicado sobre la transición
económica en Bulgaria.
16. http://www.cidob.org/
17. http://blues.uab.es/historiamc/cvfveiga.htm
18. Francisco Veiga, La mística del ultranacionalismo. Historia de la Guardia de Hierro. Rumania,
1919-1941. Eds. de la universidad Autónoma de Barcelona, Bellaterra, 1989.
19. Francesc Veiga, Els Balcans. La desfeta d´un somni, 1945-1991, Universitat de Girona and Vic, Eumo,
1993 and 1994; Francisco Veiga, La trampa balcánica. Una crisis europeoa de fin de siglo, Grijalbo,
Barcelona, 1994
20. Francisco Veiga, Istoria Garzii de Fier, 1919-1941. Mistica ultranationalismului, Ed. Humanitas,
Bucuresti, 1993 and 1994; . , , Aac´c K, OO, Sofía,1999
21. El profesor Roberto Rodríguez Milán, que reside e investiga en Atenas, trabaja en una tesis sobre el
Partido Nueva Democracia y en la derecha griega contemporánea. Hay que destacar también las
investigaciones de Teodora T oleva sobre las relaciones diplomáticas entre Bulgaria y el Imperio
Austro-Húngaro a comienzos del siglo XX.
22. Está a punto de publicar el libro: Entre Ginebra y Berlín. La cuestión de las minorías nacionales y la
política internacional en Europa, 1914-1939 (Madrid: Akal).
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VEIGA, F. Situación de los estudios de ciencias sociales sobre Europa Oriental: el panorama español
23. José Girón (ed.): La transicion democratica en el centro y este de Europa, 2 tomos, Ed. Universidad de
Oviedo, Oviedo, 1997. José Girón y Slobodan Pajovic (eds.): Los nuevos Estados de la antigua Yugoslavia,
Ed. Universidad de Oviedo, Oviedo, 1999.
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Balkan (REES), 1 (2000)
Dusan Bilandzic is well-known in Croatia as a person who changes his coat very easily -
from ideologist of the Communist Party of Yugoslavia to Tudjman's Vice-President in
1990-1991. He is now speaking as if he never wrote all those books in 1980s. He even
distanced himself from the SDP, because they were not "national" enough for him in 1990s.
However, after recent changes (and SDP in power), we might see the new book...
Fortunately, I must admit that this phenomenon (of people chaning their coat and becoming
ardent nationalists) was not so widespread among intellectuals in Croatia as in some other
former Yugoslav republics (notably in Serbia). However, Bilandzic is one example of those
and his books, both then and now, should be taken with reserve.
Hay, por supuesto, muchos ejemplos interesantes. Kosta Cavoski (Facultad de Derecho de
Belgrado) es, en general, visto como un intelectual muy sensible a los temas nacionales.
Pues bien, en una recopilación de artículos suyos de los años 80 (Maquiavelismo
revolucionario) se pueden encontrar obras suyas negando que Alija Izetbegovic fuera
fundamentalista islámico, o defendiendo a Paraga (Sasa nos lo puede decir mejor, pero creo
que sigue siendo un nacionalista bastante radical en Croacia).
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El fenómeno del transfuguismo (cambios de chaqueta)
Hablando de Alija, hay una entrevista suya en Delo (Ljubljana) en 1989 (concedida a
Nadezda Gace) en la que defiende la idea de que no eran soberanas las repúblicas, sino las
naciones yugoslavas. En aquel momento se quejaba de que no había musulmanes en la
Presidencia yugoslava (el puesto de BiH estaba ocupado por Bogic Bogicevic, serbio). Tres
años después cambió de idea, y defendió la autodeterminación de las repúblicas, no de las
naciones.
Interesantes los comentarios de J.M. Palacios y S. Cvijetic. Creo que Bilandzic se los
merece por haber sido lo que ha sido, pero eso no le quita el mérito de ser un historiador
que conoce la materia. Recuerdo que en su tiempo publicó una serie de artículos en la
revista Start de Zagreb en los que trató la historia posbélica yugoslava de un modo bastante
ortodoxo para aquella época. Luego, claro, sucedió lo que sucedió y de miembro del CC
de la LC llegó a ser representante de Tudjman. De todos modos, sus visiones de la historia
posbélica no dejan de ser interesantes, sobre todo porque fue participante en muchos
eventos, ocupó puestos bastantes altos como para estar bien informado y tuvo acceso a
archivos buenos. En cuanto a las opiniones políticas eso es otra cosa.
Después de todo, los cambios de camisa política sobre el territorio de la anterior Yugoslavia
son normales. Hay que tener en cuenta que el sistema político era unipartidista. Muchos
consideraron que la única manera de recibir promociones era militar en las filas del PC.
Cuando desapareció el PC se sintieron libres de manifestar ideas políticas que querían.
Casos de cambios de camisa son numerosos. La única excepción vienen a ser los que fueron
verdaderos disidentes. Kosta Cavoski se cuenta entre ellos.
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Balkan (REES), 1 (2000)
Acción Democrática, fue militante del Partido Socialista y alcalde de Belgrado. No hay que
olvidar que Vojislav Seselj fue comunista y su primer conflicto político en Bosnia fue
cuando perdió la elección para secretario de la LC en la ciudad de Sarajevo. De Nikola
Milosevic, que como político no hizo gran cosa militando en el Partido Liberal, pero que
sí es un intelectual de prestigio, dicen las malas lenguas que en 1968 fue quien pidió que
la Universidad de Belgrado cambiara de nombre y se llamara Universidad Roja Carlos
Marx.
Simplificando las cosas yo inclino a decir que todos fueron a la misma escuela política y
luego se fueron reciclando. Así es la vida y hay que acostumbrarse a ello. Aunque nos
cueste esfuerzo creer que todos son sinceros hay que aceptarlo como es (Yo digo que
mintieron en el pasado o mienten ahora).
Lo que sí viene a ser más peligroso son los cambios que se producen con la alternancia de
los grupos políticos en el poder. Estamos viendo el fenómeno en Croacia y no cabe duda
que sucederá lo mismo en Serbia si la oposición gana las elecciones. El error más grave es
que ciertas estructuras no se profesionalizaron y dependen de las fuerzas políticas
gobernantes. Ése es el caso de la policía, del ejército, del servicio exterior y de tantos
servicios más. Los que ocupan cargos en esos servicios saben muy bien que con el cambio
de gobierno se van todos. Eso convierte el juego político casi en un duelo a vida o muerte.
Demasiada gente ve amenazada su existencia profesional y entonces se aferra por todos los
medios a lo que considera seguro. Si en Belgrado con la victoria de la coalición de la
oposición llegó a cambiar hasta el director del centro Deportivo Tasmajdan se imaginarán
cómo van las cosas en sectores más vitales. Y cuando cambia el poder todos buscan la
salvación. Y si es necesario, cambian de camisa. Lamentable, pero realista. Deprime verlo,
pero para muchos la alternativa es aún más deprimente.
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El fenómeno del transfuguismo (cambios de chaqueta)
Quizá esto nos lleva al gran tema de quiénes pueden ser los dirigentes en un proceso de
democratización. Parece que en muchos casos es imprescindible contar con este tipo de
individuos de cualidades algo "camaleónicas". Y ello por varios motivos:
a) ningún régimen prevé su propia desaparición, sino, por el contrario, intenta garantizar
su supervivencia. En este contexto, no es extraño que alguien haya dicho que la clave de
las transiciones es el "fraude legal", es decir, la "violencia" sobre las reglas del juego
anteriores para que permitan un movimiento que, en principio, estaba excluido. Por
supuestos, que no todo el mundo sirve para hacer un "fraude legal". Los muy convencidos,
o muy fieles, o muy leales, es difícil que acepten representar ese papel. Ni un Ligachev o
un Ahromejev en la URSS, o un Stipe Suvar en la antigua Yugoslavia, valían para ello.
- ¿Se puede decir que los continuismos en las transiciones balcánicas han sido más
beneficiosos que las rupturas prematuras? Siempre recuerdo el caso de Bosnia, donde en
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Balkan (REES), 1 (2000)
1990 ganan las elecciones políticos que no pueden ser considerados continuístas. No lo era
Izetbegovic (quizá si lo es más Fikret Abdic, que es quien realmente acapara al mayoría de
votos por el SDA), ni lo era buena parte de su staff procedente de la emigración bosniaca,
no lo era Karadzic y recordemos que durante la guerra tiene tentaciones monárquicas;
sinceramente, no sé si Franjo Boras o Stjepan Kljujic eran ex comunistas. En cualquier
caso, las elecciones bosnias de 1990 son las únicas para esa fecha tan temprana en las que
no gana una opción continuista (partidos socialistas herederos de partidos comunistas). Y
el resultado es una expoliación de poderes tan traumática y mal llevada que conduce a la
guerra (con esto ya os indico que según mi modo de ver las cosas, la clave étnica es relativa
a la hora de entender varios de los conflictos en la ex Yugoslavia).
En Macedonia, donde el peligro potencial era parecido al de Bosnia se libran, quizá, gracias
a una transición protagonizada por Gligorov y los socialistas.
- Creo que el transfuguismo no siempre puede ser presentado como un viraje de 180 grados.
O, dicho de otra manera, el viraje puede ser de 360 grados y volver más o menos adonde
estabas. Por eso comenté el caso de "România Mare" en Rumania. Vadim Tudor y otros
casos similares son ejemplos más o menos depurados de socialismo-nacional duro, que no
es sino continuismo postcomunista al que se le ha añadido un componente socialista que
ya estaba presente en el régimen no sólo durante la segunda mitad de los ochenta, sino
antes. De hecho, los nacionalistas ultras actuales en los Balcanes no pueden serlo en estado
puro durante mucho tiempo. Es decir, no pueden jugar todo el tiempo la carta nacionalista
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El fenómeno del transfuguismo (cambios de chaqueta)
al cien por cien, sin intentar añadir en algún momento algún componente social en el
discurso. Bueno, pueden prescindir de hacerlo, pero entonces su futuro político no va
mucho más allá de la última crisis bélica.
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Balkan (REES), 1 (2000)
Polémica Taibo-Mendiluce
El artículo que publicó Carlos Taibo en El País con ocasión de la caída de Slobodan
Milosevic (6 de octubre de 2000) provocó una contundente respuesta del eurodiputado
José María Mendiluce en las páginas del mismo periódico. La polémica entre ambos
estuvo durante algunas semanas en el centro de los debates politológicos españoles y
tuvo también su reflejo en la lista Balkan.
Allí fui detenido y entregado a un comandante manchado de sangre ajena que no apreció
tenerme de testigo. Fueron necesarias más de tres horas para convencerle de que era
amigo, que venía de ver a Milosevic y me dirigía a una reunión con Karadzic. Y también
algunas llamadas en las que, según mi chofer/intérprete, se discutió seriamente qué hacer
conmigo, con una preocupante limitación de opciones: liquidarme o dejarme ir.
Ese día fue clave para mí el resto de la mal llamada guerra: comprobé la implicación
directa del Ejército Federal en las masacres (la artillería y aviación serbias bombardea-
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Polémica Taibo-Mendiluce
ban Zvornik desde territorio serbio). Comprobé que la línea de mando estaba en Belgrado,
pues era allí donde consultaba el comandante sobre mi vida o mi muerte. Constaté que las
informaciones que nos llegaban sobre la brutalidad criminal de los radicales serbios no
era exagerada, sino que reflejaba muy pálidamente lo que esa misma tarde califiqué, en
masiva rueda de prensa en Sarajevo, como limpieza étnica, teniendo el triste honor de
haber sido el primero en usar esa calificación de los crímenes. Y también comprobé que
nuestra misión humanitaria era necesaria, pero también una trampa para lavar las
conciencias de Occidente, pues poco se podía hacer por las víctimas si no se paraba a los
asesinos: en algunos casos, como el que relato, ayudar con transporte a la limpieza étnica.
Es posible que alguien piense que me dejé impresionar y es cierto, aunque para mi
desgracia, y muy especialmente para la de las víctimas, yo no era un novato en la visión
del dolor ajeno. Un año y medio más tarde, exhaustos y horrorizados, mis colegas y yo
habíamos acumulado información para varios juicios. Y nuestros testimonios (no nuestras
opiniones o análisis) ante el Tribunal en la Haya están siendo decisivos: No puedo olvidar
Srebrenica, versión ampliada de la masacre de Zvornik y allí, ante los cascos azules.
Desde que en abril de 1993 este periódico me sacó en portada de su dominical, con un
titular de “Yo acuso”, he tenido el honor de publicar en este medio más de treinta artículos
sobre esa región del mundo llamada ex Yugoslavia. Espero que éste sea el último. E
incluso pensé en ahorrar al periódico y a los lectores el esfuerzo de su publicación y
lectura. Pero algunas opiniones aparecidas en estas páginas durante la maravillosa
demostración de voluntad ciudadana que ha puesto fin (de manera parcial, pero cada día
más irreversible) al poder del criminal, me han llevado a abusar de nuevo de ustedes.
El profesor Carlos Taibo (con el que no he logrado estar de acuerdo a lo largo de tres
guerras y una sublevación), en un artículo en el que refleja su indudable conocimiento
sobre la región y sus actores internos y externos, vuelve a demostrar algo que me ha venido
preocupando seriamente por años: es posible saber mucho y no entender casi nada ( en
algunos casos, hasta puede acontecer que te sitúes del lado equivocado, en términos éticos
y políticos). Sobre todo cuando al conocimiento (que nunca es neutro), se le añaden
algunos prejuicios post-ideológicos de los que parecieran perdurar con insistencia tan
admirable como inútil en nuestro país. Dícese de algunos que se la cogen con papel de
fumar, y de eso hablamos.
Porque cuando algunos deciden escribir la historia con el trazo grueso de las bombas, de
las violaciones masivas, de la destrucción sistemática y de las fosas comunes; cuando
resulta ya impensable que la terca realidad de destrucción física y moral, constatable y
constatada (aunque nos falten todavía varios miles de cadáveres por exhumar de las fosas)
pueda ser cuestionada por disquisiciones históricas, por la credibilidad que se otorga a
las mentiras de los asesinos, a las medias verdades de los diplomáticos y a las prèt a porter
de un modelo de político demasiado abundante, me parece patético que se siga matizando
constantemente hasta perderse, en vez de tomar partido hasta mancharse. Y a trazo grueso,
porque hay momentos en que se exige de nosotros esa capacidad de mojarnos y sólo desde
una clara posición (a uno u otro lado de la barricada), podremos dedicar el tiempo que
nos quede a la matización y a la crítica de aquellos con los que compartimos resistencia
o combate. Y creo haber aprendido a no dudar desde la razón, cuando no hay escapatoria
ética, en qué lado situarme.
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Balkan (REES), 1 (2000)
En el artículo del profesor Taibo, “El hervidero yugoslavo” (EL PAIS, 06.10.00) se evita
cuidadosamente calificar a Milosevic como lo que es, es decir, un genocida y dictador,
pero si se nos advierte contra la sospechosa “prisa” de Kostunica cuando “se inclinó por
no concurrir a la segunda vuelta electoral y puso las cosas difíciles a los sectores del
régimen inclinados a admitir, antes o después, la victoria del candidato opositor” y eso
cuando todavía le faltaba “un 1% para alcanzar la mayoría absoluta”.
Pero no acaba aquí la confusión. Ahora sigue el insulto a las conciencias. “Llevados de
un deseo al parecer irrefrenable, el de sacarnos de encima a Milosevic, muchos de
nuestros analistas se han dejado cautivar por una patética idealización de Kostunica”.
Francamente, es inadmisible que quién tiene el privilegio de crear opinión en el diario más
importante de nuestro país, al día siguiente de la fiesta y del triunfo democrático del
pueblo serbio, se atreva a plantear que el deseo y el derecho a exigir primero, y a celebrar
después, la caída del dictador sea motivado por una “patética idealización” del actual
presidente de Yugoslavia y por un sospechoso y acelerado deseo de substitución del
dictador. Desde las cátedras de ciencia política no se puede pedir paciencia a los pueblos
de los Balcanes que ya han sufrido por bastante tiempo la tiranía del pirómano de los
Balcanes y las contagiosas consecuencias de los odios desatados. Cuando triunfa la
democracia, puede ganar alguien que no nos guste. A mi no me gusta Aznar, pero no
confundo mis deseos con los derechos.
En definitiva, el profesor no deja casi títere con cabeza. La única que queda es la de
Milosevic, ya que para Taibo no merece ni una sola línea su responsabilidad en los
crímenes y por tanto, ante el Tribunal Penal Internacional (ICTY). Pero quizá aplauda a
Garzón por Pinochet, como yo lo hago, sólo que prefiero una Corte Internacional
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Polémica Taibo-Mendiluce
competente que un juez, aunque sea mi amigo, y que se juzgue a todos, no sólo a nuestros
enemigos. El pensamiento de Taibo siembra la duda sobre todos: Kostunica, la oposición
serbia, los centenares de miles de serbios en la calle, los gobiernos occidentales, la OTAN
y los que no pensamos como él. Sus recelos intelectuales no empañarán la alegría de los
que, viendo y viviendo la tragedia de los pueblos yugoslavos, sentimos una emoción
profunda, de respeto por las víctimas y de esperanza en medio de los nubarrones que
quedan por despejar, pero que no nos impiden ver el firmamento.
Sus análisis llegan tarde ante el juicio de la historia. Kostunica resuelve las dudas con
hechos. Y con toda prudencia, pero sin pausa, se suceden las dimisiones y las iniciativas.
Casi siempre la historia va por delante de los historiadores. Como la realidad del
Derecho. Pero no debe ir por delante de la política. Algunos esperan apalancados en la
duda. Otros apuestan por los sueños y trabajan para que se hagan realidades. El sueño de
una Serbia democrática, reintegrada a la única Europa posible, vale la pena de ser
trabajado. Y con los actores elegidos a pesar de las trampas y de los engaños.
No me da ninguna vergüenza estar del lado de las democracias. Y luego, y desde aquí, ya
hablaremos de lo que ustedes quieran.
Hace diez días, Paco Veiga nos sugería que debatiéramos sobre la discusión que han
mantenido Carlos Taibo y J.M. Mendiluce en las páginas de EL PAÍS. A pesar del tiempo
transcurrido, creo que el tema sigue estando vivo, y no tanto por la posible actualidad de
los hechos que en los artículos de ambos se comentaban (ya no es tanta; muchos de los
interrogantes de entonces ya han encontrado respuesta), sino porque ilustra bastante bien
uno de los problemas más importantes con los que nos enfrentamos en el análisis político:
el de la perspectiva ética.
¿Es posible mirar a los acontecimientos "desde una perspectiva ética" y llegar a unas
conclusiones mínimamente válidas? ¿Es decente adoptar la postura contraria, y pretender
mantenernos equidistantes entre las fuerzas del bien y las fuerzas del mal, concederles de
entrada una misma credibilidad?
- 42 -
Balkan (REES), 1 (2000)
Creo que el problema de muchos de los "análisis éticos" radica en que la toma de postura
suele ser previa al conocimiento veraz y detallado de los hechos, y que luego la actividad
investigadora está guiada por nuestro "prejuicio ético", lo que se traduce en búsqueda de
datos que demuestren que los buenos son buenos, y los malos, malos; y menosprecio de
aquellos otros que pudieran abonar la tesis contraria.
Hace unos días y a raíz de la polémica Mendiluce-Taibo en "El País", José Miguel
planteaba el tema de la perspectiva ética como el anteojo que han venido utilizando algunos
analistas para entender los conflictos balcánicos. Sin embargo, a mi modo de ver, la
cuestión va más allá y nos devuelve a la temática central de nuestra lista.
Para decirlo clara y rápidamente, los conflictos balcánicos han, generado desde 1821, una
legión de analistas y comentaristas de base "ética" o "bienintencionada" empeñados en
impartir justicia y extraer lecciones. ¿Por qué los Balcanes han de ser tan "aleccionadores"?
Que conste que la pregunta la planteo desde una perspectiva académica, como tema para
un ensayo en toda regla, algo que en parte ya hace Maria Todorova en su ya clásico libro
Imagining the Balkans (Oxford: Oxford University Press, 1997).
Hace pocos días el pasado 4 de noviembre, Hermann Tertsch nos ofrecía una última
muestra de esa tendencia a extraer moralejas universales y hasta filosóficas de los
acontecimientos políticos en los Balcanes: "Cambios políticos traumáticos, como golpes
de Estado, revoluciones y derrocamientos palaciegos o no, suelen ofrecer magníficas
oportunidades para reflexionar sobre la naturaleza humana. Virtudes y miserias, en la vida
cotidiana atemperadas, brotan nítidas de las actitudes de los individuos. La caída de
- 43 -
Polémica Taibo-Mendiluce
Tras estas profundas y sentidas reflexiones que parecía iban a terminar el latín, Tertsch nos
ofrece una disgresión más bien banal sobre el conocido fenómeno conocido en España
como "chaqueteo" y que él, por supuesto, olvida aplicarse a sí mismo, relegando al olvido
aquellos años en los que sus simpatías por la causa croata le hacían negar con pasión en sus
artículos, excesos que hoy ya han sido condenados formalmente en el TPI de La Haya.
En fin, como podéis ver por el tono que va tomando mi comentario, es fácil caer en el
ataque personal cuando el articulista "atacado" no está haciendo referencia a hechos
concretos, datos o hipótesis sobre los acontecimientos sino a conceptos digamos "éticos",
e insiste en extraer moralejas o dar lecciones al lector.
Ahí está, a mi manera de ver, el origen del furibundo ataque de Mendiluce sobre Taibo.
Éste es un autor que suele enfocar sus artículos de opinión en clave de militancia política,
anteponiendo una óptica de izquierda radical española a los acontecimientos que analiza.
Por cierto, que él mismo lo admite en el artículo de réplica a Mendiluce. Su pieza era, por
lo tanto, presa fácil para el furibundo eurodiputado sobre la base del argumento: "No
condenas a Milosevic porque estás próximo a la izquierda comunista y te duele íntimamen-
te su caída".
Ahora bien ¿por qué Mendiluce decide redactar un artículo tan agresivo? El marco
explicativo global es prolijo, porque conecta con las tendencias de la opinión política
española sobre las crisis en la ex Yugoslavia. Pero la razón concreta para el artículo que nos
ocupa es, a mi modo de ver, fácil de adivinar.
Los sucesos de octubre que llevaron a la caída de Milosevic supusieron que por primera vez
en los Balcanes los media occidentales extendieron el certificado de "bondad" a todos los
protagonistas. Sin Milosevic en activo y con un Kostunica fervientemente respaldado por
las potencias occidentales, se terminaron las historias de buenos y malos (a no ser que
busquemos las vueltas a todos los protagonistas, para lo que es necesario estar bien
informado). Tras más de siete años de artículos sobre esa temática (buenos frente a malos)
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Balkan (REES), 1 (2000)
Estoy totalmente de acuerdo con el análisis de Francisco Veiga sobre ambos artículos. Pero
después de habérmelos leído unas siete veces, buscando dónde estaba la polémica, creo que
he llegado a la conclusión de que Mendiluce no se leyó el artículo de Carlos Taibo. O
tan sólo se fijó en la palabra "Milosevic", desencadenándose en su interior el habitual
discurso, fruto de su dolorosa experiencia personal de la guerra de Bosnia.
A mi parecer lo único que Carlos Taibo pretendía era advertir que los entusiasmos son
peligrosos, que no se puede santificar a nadie sin un examen previo: se trata, simplemente,
de tomar las naturales prevenciones y precauciones a la hora de hacer un análisis serio y de
empezar a trabajar. Yo no veo en eso una crítica a Kostunica; al revés, le hace un favor.
Debe ser muy incómodo que te tomen un santo y no poder cometer errores.
Lo que me parece muy curioso es que Mendiluce tome las presuntas críticas a Kostunica
como un apoyo a Milosevic. Con eso cae en el mismo discurso que el demonizado Slobo:
si me criticas es que estás en mi contra. Ese camino ya se sabe a dónde llega.
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Polémica Taibo-Mendiluce
En cuanto a la ética y las moralejas, si dejamos a un lado los crímenes a juzgar por el TPI
o por la Justicia Divina cuando les toque a los encausados, sigo compartiendo tu opinión
de que ser un conejillo de indias de la moral internacional ha perjudicado más que
beneficiado a los Balcanes. ¿Buenos versus malos? ¿Y quien es cada cual en su pueblo?
¿Por qué no nos dejamos de tonterías y nos limitamos a facilitar que cada cual pueda
ganarse el pan y relacionarse en paz con sus amigos y vecinos? Convivir normalmente,
vamos. Lo del choque de civilizaciones que se quede para los teóricos de salón: lo
importante es llevarte bien con tu vecino del tercero izquierda, sea quien sea.
Claro que el problema llega cuando el del tercero izquierda tiene un AK-47 encima de la
repisa de la chimenea.
Sí, efectivamente, yo estoy con Montserrat Pin en que Mendiluce no se leyó el artículo de
Taibo o lo hizo muy por encima. De alguna manera ya lo dejaba caer en el anterior
comentario: Mendiluce "entró a trapo" en la imagen de Taibo, en la forma habitual que
tiene de enfocar los problemas balcánicos, más que en la temática precisa de aquel artículo
en concreto.
Las circunstancias en que tuvo lugar el "affaire" (permitidme la ironía) refuerzan esa
sensación. Por lo que sé, a partir de la tarde del día 5 de octubre, quizás el 6, desde la
sección de "Opinión" de "El País" intentaron conectar con Taibo y con otros (entre ellos yo
mismo) para que hiciéramos algún artículo de urgencia sobre lo que estaba ocurriendo en
Serbia. Conmigo (y con otros) no dieron a tiempo, pero sí con Taibo. Éste, por su parte,
salía para dar unas conferencias sobre trotsquismo en no sé qué lugar la misma tarde del
encargo. Por lo tanto, deprisa y corriendo porque perdía el avión, redactó un artículo de
opinión en el que, lógicamente, procuró comprometerse lo menos posible. Además, y esto
era comprensible, había muy poca información real sobre lo que estaba ocurriendo. ¡Y a
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Balkan (REES), 1 (2000)
pesar de eso recibió la embestida de Mendiluce! O quizá fue por eso, porque se trataba de
un artículo intuitivo. Yo me inclino a pensar que el eurodiputado le tenía ciertas ganas a
Taibo por su reciente producción teórica sobre los problemas de la izquierda comunista
española. Recordad, por ejemplo, ese "Todo a cien" que había publicado el profesor hace
unos meses. Y también por su inquina claramente expresada en relación a la actuación de
la OTAN en Yugoslavia.
De todas formas, el problema que sigue subyaciendo es, a mi modo ver, la tremenda
politización con la que se contemplaron desde Occidente las crisis balcánicas, cosa que no
ocurrió, por poner un ejemplo más, con la guerra civil argelina, horrorosa y espantosa y a
sólo una hora y media de Barcelona (por sacar a relucir una de las célebres frases referidas
a Sarajevo). O con la guerra del Líbano, los kurdos, los palestinos, las tragedias del África
Negra o la situación en Austria. Todos son problemas de vecinos que se llevan mal y
deberían llevarse bien y cosas así, potencialmente indignantes. Pero todo eso queda
aparcado y olvidado y no da lugar a Taibos ni Mendiluces. Y que conste que en España hay
muy buenos africanistas o expertos en mundo árabe. ¿Cuándo leemos sus valiosas
aclaraciones en las páginas de opinión de los periódicos? En muy contadas ocasiones.
Volvamos por un momento a Mendiluce. Es hasta cierto punto normal que se haya
endiosado hasta ese punto. Durante un tiempo se convirtió en una baza política para el
partido del gobierno. Una baza política surgida de la situación en los Balcanes, pero
destinada a ser explotada en España. Hasta cierto punto, lo entiendo. Le aplaudían cualquier
discurso vacío o demagógico, le editaban con reverencia cualquier artículo hecho deprisa
y corriendo a base de tópicos y santa indignación. Publicó un libro en el que su foto
aparecía en la cubierta y en la solapa al mismo tiempo. El hombre llegó a creerse un genio
apuesto e incontestable. ¡Incluso se metió a novelista y quedó finalista del Premio Planeta!
Sólo le faltaba estrenarse como cantante o actor (de hecho ya posó como modelo de ropa
en una conocida revista).
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Polémica Taibo-Mendiluce
¿Por qué no ocurrió eso aquí?¿Por qué la "emocionalidad balcánica" generó un personaje
tan intocable como Mendiluce? Al fin y a la postre, creo que esas reacciones perjudican a
las mismas causas que dicen defender, porque tarde o temprano llega el anticlimax. El
ahora eurodiputado llegó a ser un buen gestor de ACNUR y creo que cualquier profesional
de entonces lo reconocería. Pero eso, ahora, parece tener escasa importancia.
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Balkan (REES), 1 (2000)
la estatalidad
Quizá por eso el mérito del HDZ fue permitir y fraguar una mezcla política dispar
que agrupaba un poco de todo, incluyendo a los croatas de la emigración. No
pretendo defender al HDZ, sólo hablo desde un punto de vista puramente
politológico, no sobre los efectos sociales o políticos de ese régimen sobre Croacia.
a) En 1990 Croacia no era un país independiente, y gran parte de las decisiones que
afectaban a la vida de los ciudadanos se tomaban en el nivel federal o podían ser atribuidas
a él. No importaba, pues, tanto si los nuevos Ministros eran un desastre (no digo que lo
fueran), ya que siempre se le podía echar las culpas al bueno de Ante Markovic.
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Claves de una transición fallida
La pobreza
1. Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana. Es la letra de una
canción de un grupo rock español, y creo que es muy expresiva de lo que ocurre en zonas
de bajo desarrollo económico y pocas perspectivas de mejora. Los responsables de dirigir
los destinos de los países de la zona, tras el derrumbe del sistema soviético fallaron (por
falta de visión, por ineptitud, por su propio deseo de poder o cualesquiera otros motivos)
en transmitir a la ciudadanía, la confianza y tranquilidad imprescindibles para acometer las
reformas, que se sabían necesarias y dolorosas. A partir de ahí, de la percepción de no
futuro, se trata, usando la expresión del Alto Representante para Bosnia-Hercegovina, de
un juego de suma cero: si mi vecino gana, yo pierdo. Es la lucha por la supervivencia en
un entorno inestable y de recursos escasos.
2. La cuestión étnica es gasolina en el fuego. Los agravios históricos, si es que existe tal
cosa, igual. O, peor, son, como la búsqueda de un enemigo exterior, cortinas de humo
desplegadas para ocultar los auténticos problemas de la comunidad, causados, culpablemen-
te o no, precisamente por quien las esgrime.
3. Los cambios de chaqueta intelectuales no son los únicos, en un escenario de jungla como
el descrito. Sería muy interesante ver quién estaba aliado con quién a la hora del
abastecimiento de armas y suministros en las diferentes y sucesivas guerras de la región.
¿Los enemigos de hoy fueron nuestros proveedores de ayer y viceversa?; y ¿de dónde
hemos sacado el dinero?
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Balkan (REES), 1 (2000)
Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana. Es la letra de
una canción de un grupo rock español, y creo que es muy expresiva de lo que
ocurre en zonas de bajo desarrollo económico y pocas perspectivas de mejora.
No me parece la clave para los conflictos en la antigua Yugoslavia. Bosnia era pobre en
algunas zonas, no en todas o en las ciudades), Kósovo lo es, pero no era el caso de Croacia
o Serbia en 1991, ni mucho menos. Al revés: tenían un más que aceptable nivel de vida,
superior al de algunas regiones españolas. Y en su conjunto, Yugoslavia era un país
bastante rico a comienzos de los ´90. Por otra parte, Macedonia es una república pobre, y
sin embargo no se ha producido ninguna guerra. Y lo mismo es válido para Albania. Me
temo que pobreza y guerra no suelen ser asimilables. En Antropología nos enseñaban que
muchas sociedades primitivas muy pobres no recurrían a la guerra con sus vecinos porque
no podían permitirse el riesgo de perder fuerza de trabajo o bienes de producción. Por otra
parte, un repaso a la Historia nos confirma que guerras muy cruentas han sido libradas por
países ricos, que se han matado con saña, entre sí o con el vecino (los Estados Unidos de
1861 no eran pobres, y sin embargo vivieron una cruenta contienda civil).
Yo diría que las cuestiones étnicas fueron gasolina en el motor; y no en todas las
confrontaciones. Las cuestiones históricas fueron muchas veces la sustitución de un
"lenguaje de madera" marxista por otro historicista. Y en eso jugaron un gran papel los
occidentales, que buscaron recursos rápidos y fáciles para que los lectores de periódicos,
televidentes o votantes "comprendieran" fácilmente lo que ocurría.
Personalmente creo que el origen último de las confrontaciones yugoslavas fue una lucha
por el poder entre las elites republicanas que se desarrollaron mucho a partir de la
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Claves de una transición fallida
Constitución de 1974. Pero no todo son turbios personajes moviendo los hilos desde las
sombras. En Yugoslavia había muchas armas al alcance de los civiles, consecuencia de la
denominada doctrina de la defensa territorial, que preveía movilizar a buena parte de al
población en caso de invasión extranjera, formando guerrillas en las montañas, entrenando
a saboteadores, etc.. Lo mismo existía en Rumania y en Albania. Y no deja de ser
interesante que aquellos países de Europa del Este donde hubo disparos en las transiciones
fueron: Yugoslavia, Rumania y Albania. Si una parte de al población civil tiene un acceso
fácil a las armas, las confrontaciones verbales pueden convertirse fácilmente en violencia.
Se ha dicho muchas veces que la crisis económica tuvo mucho que ver con la desintegra-
ción de Yugoslavia. Sin embargo, una amiga belgradense que debe de tener cincuenta y
pico años todavía hoy no entiende bien lo que ocurrió. Ante Markovic estaba arreglando
eficazmente la economía yugoslava en 1990. Muchos ex yugoslavos tienen un buen
recuerdo de ese periodo en el que más de uno iba a comprar ropa a Italia. Pudo haberse
intentado una transición por la vía socialdemócrata. Y sin embargo, tuvo lugar el peor
escenario posible.
Creo que las últimas contribuciones a la lista plantean uno de los problemas clave de los
Balcanes y es el de la transición. Una vez más , perdónenme las comparaciones pero resulta
interesante el caso de España. España tuvo después de Franco un Gobierno de derechas que
facilitó la transición y una Monarquía que supo gestionar el período de democratización.
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Balkan (REES), 1 (2000)
Luego vino Felipe González con los socialistas y se mantuvo largo tiempo en poder. Los
socialistas perdieron las elecciones cuando el electorado se cansó de su larga permanencia
en el poder y cuando empezaron a manifestarse las primeras señales de degeneración del
aparato gubernamental administrativo en manos de los socialistas, a pesar del hecho, si mal
no me acuerdo, que los resultados económicos fueran buenos, muy buenos. Vino el
Gobierno Aznar para afirmar en definitiva el proceso de la democratización española y la
posibilidad de cambiar a los gobernantes cuando así lo quiera el electorado.
¿Qué pasa en los países del Este europeo? El sistema político social se desplomó en unas
cuantas semanas. Recuerdo que algunos periodistas, testigos de la caída del muro de Berlín
me contaban que Alemania del Este se había detenido por completo, como por orden de un
deus ex-machina quien dio instrucciones de parar todo.
En Yugoslavia no se produjo ese tipo de fenómeno, pero Serbia se mantuvo por bastante
tiempo fuera del juego democrático con una visión un poco particular de una especie de
"pluralismo sin partidos". Era una interpretación un tanto especial de las ideas de Tito,
basadas en la existencia de la Liga de los Comunistas como único partido político, y de la
Alianza Socialista del Pueblo Trabajador, su complemento. La Alianza era como una
especie de Frente Popular que podía reunir en sus filas a todos quienes estuvieran a favor
de la construcción del socialismo, en una interpretación bastante ligera del término, que
equivaldría más bien a tener cuidado de no decir nunca que estás en contra del socialismo,
de la Liga o de Tito. Ésas eran las reglas del juego. Sea como sea Serbia, tuvo sus
elecciones pluripartidistas en 1990 y los vencedores absolutos fueron el Partido Socialista
de Serbia (ex-Liga de los Comunistas) y Slobodan Milosevic.
¿A qué se debe este fenómeno? Recordemos que en Europa del Este los comunistas
ganaron elecciones pluripartidistas solamente en Bulgaria y Rumanía (con Iliescu). La
singularidad serbia se explica, en parte, por la especificadad del comunismo yugoslavo,
bastante más democrático que el de los demás países de la región. El sistema autogestiona-
rio, más allá de sus deformaciones absurdas, permitía a la población participar activamente
en la gestión de su propia vida, desde el consejo de inquilinos en la casa hasta el consejo
obrero en la empresa. Hasta qué punto el sistema era democrático puede discutirse, pero es
hecho es que una dosis de democracia existía. De allí que hubiera pocos auténticos
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Claves de una transición fallida
disidentes. Creo que salvo Djilas, los profesores de filosofía del Grupo de la revista
“Praxis”, el escritor Dobrica Cosic, el estudiante Vlada Mijanovic (época del 68) y el
comunista ortodoxo, rusófilo, Vlada Dapcevic, pocos más podrían ser considerados
disidentes.
Una transformación "más democrática" de la Liga, por lo tanto, podría haber prometido al
electorado un futuro democrático y una vida mejor. No olviden que todo eso ocurre en la
época en la que a la cabeza del Gobierno Federal se encuentra Ante Markovic, que con sus
reformas está modernizando la economía el país. Y, gracias al sistema de la autogestión,
una economía planificada desde la base y menos centralizada, un juego de mercado, el
concepto de propiedad social y no estatal, la economía del país estaba más cerca del sistema
de una economía de mercado que la de los demás países de Europa del Este.
Paradójicamente , los nacionalismos brotaron, según lo había previsto Tito, justo con los
procesos de democratización. ¿ Por qué? Porque las elecciones pluripartidistas se llevaron
a cabo en primer lugar en las repúblicas. Y los programas electorales en las repúblicas no
podían no tocar las cuestiones nacionales y los programas nacionales. Resultaría muy largo
tratar de ver quién fue el primero en empezar, pero es lógico que un nacionalismo fomente
otro nacionalismo. Y así fue como se llegó a la desintegración sangrienta en Yugoslavia.
Un libro interesante sobre el tema es el de Vladimir Goati Izbori u SRJ od 1990. do 1998.
(Elecciones en la RFY de 1990 a 1998). En todo caso, Kucan en Eslovenia , Gligorov en
Macedonia, Milosevic en Serbia, Bulatovic y Djukanovic en Montenegro, todos ellos
fueron líderes comunistas. Tudjman fue general, pero ya en 1971 se distanció definitiva-
mente del régimen por su nacionalismo. La única excepción a esta regla fue el caso de
Bosnia, donde los tres líderes nacionales, Izetbegovic, Boban y Karadzic, carecían de
antecedentes notables de militancia en el Partido Comunista.
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Balkan (REES), 1 (2000)
Segundo punto: la transición económica. No hay que olvidar que, según las estimaciones
objetivas del Gobierno de Ante Markovic, el valor total de la economía yugoslava que debía
privatizarse llegaba a 76 millardos de dólares. Ciertamente, en el país no había personas o
instituciones con tanto capital como para poder adquirir las empresas. Una privatización
radical significaba abrir las puertas de par en par al capital extranjero, y es discutible hasta
qué punto era recomendable. Ya sabemos cómo se ha desarrollado la privatización en la
mayoría de los países de Europa del Este y el modo en que se han comprado compañías
completas por sumas de dinero ridículas. Hubo un caso en que se adquirió una fábrica por
100 mil marcos. La fábrica tenía una planta de producción de 1500 metros cuadrados de
superficie, maquinaria, dos camiones, dos autobuses , un automóvil de pasajeros Mercedes
y dos FIAT. Sólo los vehículos valían ese dinero. Quién compraba las fábricas. General-
mente los antiguos líderes, miembros de la nomenclatura. O se aplicaba otro sistema más
hábil: se dejaba a la empresa ir a la deriva hasta su quiebra intencionada y luego se
compraba por poco casi nada. No hay otra manera de explicarse la quiebra de grandes
sistemas que desaparecieron del mercado fuera de toda lógica. Sé que hubo varias
modalidades de privatización en distintos países de Europa del Este, pero ninguno ha
mostrado hasta la fecha grandes resultados ni ha traído estabilidad. Muchos de los países
siguen viviendo prácticamente en la miseria. Eso puede tener efectos muy negativos sobre
el plano de la política, pues tarde o temprano esa situación produce demagogos sociales y
políticos que tienen arraigo entre las masas. No olvidemos que las masas en el estadio de
Pristina en 1981 clamaban E-Ho, aplaudiendo a Enver Hoxha, y que muchos de los grupos
albaneses que formaron parte del ELK y que actualmente están asumiendo el poder en
Kosovo son de origen marxista leninista o pertenecen a la extrema izquierda.
Lo que quiero decir, en conclusión es que más allá de los errores de la comunidad
internacional, de las políticas de dobles raseros, de la aplicación brutal de la política de los
intereses propios en determinadas áreas, el paso brusco de un sistema político a otro, de un
sistema económico a otro, sin fases intermedias se ha revelado ser fatal.
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Claves de una transición fallida
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Balkan (REES), 1 (2000)
El pluralismo sin partidos fue, creo, una opción bastante extendida en Europa del Este hasta
1989. Es decir, mientras se mantuvo la idea de que existía un sistema socialista mundial,
alternativo al capitalista, y potencialmente viable. En Yugoslavia hay una experiencia muy
interesante de pluralización dentro de las estructuras del sistema (Liga de los Comunistas
y Alianza Socialista) en el caso de Eslovenia durante los años 80. Y también una aplicación
práctica en el terreno electoral (elecciones serbias de 1989, por desgracia muy poco
estudiadas). En la URSS, las reformas gorbachovianas de 1988 estaban basadas en la idea
del pluralismo no partidista, y fue ese espíritu el que animó los procesos electorales de 1989
y 1990.
Sea como sea Serbia tuvo sus elecciones pluripartidistas en 1990 y el vencedor
absoluto fueron el Partido Socialista de Serbia (ex-Liga de los Comunistas) y
Slobodan Milosevic. ¿A qué se debe el fenómeno? Recordemos los comunistas
ganaron las elecciones pluripartidistas en Europa del este solamente en Bulgaria
y Rumania (con Iliescu).
Quizá Paco Veiga y otros nos puedan dar las claves para los casos búlgaro y rumano. Por
lo que se refiere a Serbia, las elecciones tienen lugar en una fase muy tardía, en la que la
cuestión estatal había desplazado por completo a la democratización como tema estelar del
proceso político. En Serbia, como en Croacia, Eslovenia, BiH o Macedonia, los electores
votaron por la opción que les ofrecía más garantías en la defensa de la idea estatal a la que
se daba preferencia (mantenimiento de la RSFY, creación de estados independientes, etc.).
Es curioso que en Serbia la antigua oligarquía comunista tuviera más credibilidad que los
nuevos partidos opositores como defensora de los intereses nacionales. Una hipótesis, por
supuesto abierta a cualquier idea contraria: la superposición en Belgrado de las competen-
cias de la administración federal y de la republicana permitió a los líderes serbios
representar ante la población un papel de "oposición", a pesar de que formaban parte del
poder.
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Claves de una transición fallida
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Balkan (REES), 1 (2000)
Minorías nacionales
La cuestión de las minorías nacionales, si no la causa, sí parece haber sido uno de los
factores que más han contribuido al trágico desarrollo de la historia de la antigua
Yugoslavia a lo largo de los últimos diez años. Pero estas minorías no sólo existen en
el Este de Europa, sino también en el Oeste. Se plantea así la cuestión de si el problema
tiene o no caracteres similares en ambas partes del continente. Eventualmente, puede
surgir la cuestión de si la experiencia ex-yugoslava podría repetirse en otras partes.
Correré el riesgo de ser acusado de muchas cosas pero he entendido nuestra participación
en la lista BALKAN, además de servir para el intercambio de informaciones útiles, también
como un tribuna abierta para discutir ciertas cuestiones. En ese sentido me parece que el
IV informe sobre las minorías redactado por la ACNUR y la OSCE y distribuido el otro día
en la lista es un tema ideal en este momento, porque en él se ha establecido que los serbios
son una minoría en Kósovo. Si en Croacia la transformación de los serbios de nación
constituyente en minoría nacional podía prestarse a diferentes interpretaciones, en el caso
de Kósovo el asunto se está haciendo más serio.
Entre yugoslavos y españoles cuando menos podemos intercambiar opiniones sobre el tema
de las minorías nacionales, pues sabemos bien le sensible que puede ser esa cuestión. ¿Un
español de Castilla pertenece en Barcelona a una minoría nacional o no? Sé muy bien que
la cuestión nacional es en España distinta, pero a la hora de complicarse las cosas por un
tantito más puede plantearse de la misma manera. ¿Qué es un español de Asturias en el País
Vasco? Minoría. A ver cuál sería la reacción.
No estoy tratando de forzar paralelos, sino que estoy tratando mostrar con cuánta ligereza
se están resolviendo cuestiones muy serias. Y lo más peligrosos del caso es que las
consecuencias de esas actitudes son más que graves. En casos como el de Yugoslavia, en
el que no hay elementos aglutinadores como la Unión Europea, que nolens volens hace
insignificante la cuestión de las fronteras, es como jugar con gasolina en un polvorín.
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Minorías nacionales
El hecho es que Kósovo fue históricamente un territorio serbio. Con el tiempo y, sobre
todo, durante los últimos cincuenta años, fue disminuyendo el numero de serbios, mientras
aumentaba el de albaneses como resultado de una explosión demográfica sin igual en
Europa. Y ahora los serbios se convierten en minoría.
Es algo preocupante la interpretación de las cosas que nos está dando la comunidad
internacional. Creo que el caso de la desintegración de Yugoslavia ha planteado a los
teóricos de los sistemas políticos bastantes interrogantes. Las respuestas prácticas parecen
haber sido más que dolorosas para los pueblos de las antiguas repúblicas yugoslavas.
¿Dónde comienza y dónde termina el derecho a la autodeterminación? ¿Cuándo tenemos
una nación dominante y cuándo declaramos a las demás naciones minorías nacionales?
¿Qué entendemos por el concepto de nación constituyente? etc. etc.
Ralf Dahrendorf decía que tras la caída del muro de Berlín se había producido la
reunificación del lenguaje político. Palabras como "democracia", "derechos", etc., que
durante décadas habían tenido distinto significado en el Este y en el Oeste, pasaron, de
repente, a significar lo mismo. Al menos, eso nos pareció.
Quizá "minoría" sea la excepción que confirma la regla. ¿Por qué en la antigua Yugoslavia
resulta tan problemática? Es evidente que los serbios son en Kósovo muy pocos, y, por
tanto, minoritarios. ¿Dónde está el problema de reconocerlo? Ser minoría, en principio, no
tiene que significar otra cosa que el disfrute de una protección especial para no estar
discriminado de hecho ante la mayoría. Se entiende que, de derecho, no lo estarás nunca.
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Balkan (REES), 1 (2000)
Me temo que nuestro amigo José Miguel Palacios está idealizando el asunto y observa de
un modo simplificado el tema de las minorías nacionales. Si el problema de las minorías
fuera tan sencillo no habría sido la causa de tantos problemas en Europa y otras partes del
mundo. Estoy de acuerdo en que pertenecer a una minoría no debería constituir mayor
problema, pero eso en sociedades avanzadas, con sistemas político-sociales altamente
desarrollados, con normas de comportamiento democrático altamente consolidadas.
Desafortunadamente, en países subdesarrollados las cosas no son así. Ése es el primer
punto.
El segundo es que a nadie le gusta tener algo o ser algo y de repente perderlo. De no tener
importancia, no habría minorías y mayorías nacionales. Probablemente sea una cuestión
psicológica, pero las cosas son así. Porque, de no serlo, ¿por qué los albaneses insistirían
tanto en no ser considerados minoría nacional? Y, una cosa que todos olvidan al debatir
sobre el tema de Kósovo: los derechos de los que gozaban los albaneses en Kósovo en su
Provincia Autónoma de Kósovo hasta 1981, cuando de todos modos salieron a las calles
pidiendo ser República, con lo que tendrían derecho a la secesión. Por lo tanto, la cuestión
no es tan sencilla. Me gustaría que lo fuera.
Y seguimos sin respuesta a los interrogantes. Sobre todo porque las realidades de Kósovo
siguen siendo brutales. Más de 1000 serbios asesinados desde la llegada de la Kfor a
Kósovo, 350.000 personas expulsadas o desterradas, como quieran decirlo; más de 50.000
casas serbias destruidas; más de 80 iglesias destruidas, algunas de las cuales son patrimonio
cultural de la Edad Media. No quiero que esto se convierta en propaganda. Lo que quiero
decir es que resulta evidente que ni las autoridades yugoslavas en el pasado, ni ahora la
comunidad internacional, la Kfor o la UNMIK han sabido hallar la receta que solucione el
problema de Kósovo y traiga la convivencia pacífica entre serbios y albaneses. Kósovo
parece ser un pantano o arena viva en la que todo el que entra está condenado a hundirse.
Y no creo que el problema de las minorías y mayorías nacionales sea cuestión de nivel de
conciencia política de alguien. Si no, ¿por qué seguimos con el problema de Irlanda, con
los vascos, los catalanes, con Córcega, el Alto Addige etc. etc.
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Minorías nacionales
La historicidad de Kósovo como territorio serbio está fuera de toda duda, y los derechos de
los serbios sobre dicha zona me parecen incuestionables, como me parecen incuestionables
ciertas obligaciones de las que Belgrado hizo dejación y que condujeron, con el paso del
tiempo, muy poco tiempo, a una situación límite en la antigua provincia autónoma. Y me
refiero al abandonismo de los gobiernos yugoslavos que consintieron que se alterase de
forma drástica y -en términos históricos- de la noche a la mañana el equilibrio de poder en
Kósovo, es decir, en su propia casa. Rasgos del abandonismo:
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Balkan (REES), 1 (2000)
sólo analizar. El caso es que los serbios -las autoridades serbias y la población yugoslava,
serbia en su mayoría- dejaron que las reivindicaciones albanokosovares subieran de tono
y rebasaran los límites considerados como aceptables en cualquier estado debidamente
articulado y consolidado.
A propósito de "minorías repentinas", pensemos, por ejemplo, en Irlanda del Norte: allí, la
mayoría protestante podría convertirse -en el caso de una hipotética y hoy por hoy no
reclamada oficialmente reunificación de la isla- en una minoría entre católicos. De otro
modo: la minoría católica de la provincia y de la Unión forma parte de la mayoría social de
la isla. Salvando todas las distancias, porque no pretendo establecer similitud alguna,
pensemos en la minoría serbia de Kósovo siendo parte integrante de un estado mayoritaria-
mente serbio.
En todo caso, los sentimientos regionales no han sido nunca sentimientos de una minoría
en pugna contra el conjunto del estado, a excepción hecha de cierto sector nacionalista
vasco y en menor medida catalán y gallego. En Cataluña, por ejemplo, el catalanismo ha
sido un elemento aglutinador y modernizador tanto de Cataluña como de España. El
nacionalismo vasco es, por el contrario, hoy día de forma muy evidente, el elemento que
más profundamente divide a los propios vascos, y además su componente étnica es, entre
otras cosas, retrógada.
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Minorías nacionales
Estas actuaciones "regularizadoras" son tanto más osadas cuanto menos consistencia y más
pretensiones autodeterminacionista tenga el nacionalismo que las inspira. Los ejemplos son
múltiples: no hay problemas de "adaptación" en el caso de un castellano en Extremadura,
de un andaluz en Cantabria, o de un vasco en Murcia; la cuestión se complica si un
valenciano se instala en Galicia o un castellano-leonés en Cataluña; y se agrava de forma
extraordinaria si cualquiera de los anteriores, excepción hecha del vasco (y no siempre), se
va a vivir al País Vasco.
En el caso vasco, el origen de las dificultades o problemas para ese ciudadano español no
vasco es bien curioso: estos problemas no le vienen desde la sociedad civil en la que se
instala, sino de la acción del partido -nacionalista- que parece controlar al gobierno según
los usos y costumbres de algo que va sonando ya muy lejano; y si no, piénsese si el partido
nacionalista controla al gobierno regional como el Partido Comunista en la antigua URSS
controlaba al ejecutivo de la Unión. Debe ser el único caso en la historia actual.
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Balkan (REES), 1 (2000)
"autodeterminándose", y que cada una o alguna de las entidades resultantes vuelve a ejercer
ese derecho, pretendiéndose autosuficiente, y deseando establecer sus relaciones exteriores
según sus nuevas necesidades. ¿Cuál es el límite viable de esta dispersión? Se llegaría a un
punto en el que la propia supervivencia de una de las entidades sería en extremo
dependiente de los recursos de las limítrofes. ¿Quién o qué garantizaría la inmunidad ante
una eventual agresión exterior (política, económica, militar, etc.), agresión inevitable si una
entidad necesita vitalmente algo de lo que carece y que lo posee la entidad vecina y tal vez
más débil? Tal vez, tras una atomización así, fruto de un secesionismo que parece no tener
límite para un número casi sin límite de reclamantes, se volvería a una agrupación por
intereses, y las entidades que no se agrupasen inicialmente, lo tendrían que hacer después
para sobrevivir ante las que ya se habían erigido en entidades de orden superior. Y así,
entraríamos en un fenómeno cíclico de integración-desintegración, hasta que de nuevo
alguien o alguna entidad decidiese plantear su singularidad y su identidad exclusiva consigo
mismo. El ciclo parece a todas luces traumático. Bien es cierto que la definición exclusiva
de lo propio es una consecuencia lógica de la generalización y de la pérdida de ciertas señas
de identidad colectiva, pero tal vez esa pérdida de identidad colectiva particular sea el
precio a pagar por el reporte de beneficios superiores en términos de estabilidad y de
desarrollo.
1. Después de la derrota de las fuerzas del Eje en la Segunda Guerra Mundial se acaba la
esperanza en la posibilidad de crear una "Gran Albania". Una buena parte de la población
albanesa de Kósovo había contribuido al esfuerzo bélico de las fuerzas fascistas en la
esperanza de poder realizar ese sueño. Terminada la guerra, los partisanos yugoslavos
victoriosos tuvieron muchos problemas en Kósovo con los así llamados "balistas" y, si mi
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Minorías nacionales
memoria de las clases de historia me sirve bien, los últimos incidentes se registran por el
año de 1954. Curioso, sin embargo, el hecho de que todos los serbios y montenegrinos
expulsados antes y durante la Segunda Guerra Mundial no reciben el permiso de volver a
sus casas. Hasta hay un Decreto Ley que lo estipula claramente. Allí ya comienza a
romperse el equilibrio demográfico en la provincia.
2. Fuera de toda lógica, Serbia resultó ser la única República de la Federación yugoslava
con dos provincias autónomas en el momento de constituirse la federación yugoslava
después de la guerra. Hubo otras regiones que con la misma lógica pudieron ser designadas
como provincias autónomas, Dalmacia entre ellas, pero no fue el caso. Algunos
historiadores serbios lo explican por la línea política de la Komintern, que supuestamente
seguía Tito, según la cual una fuerte Yugoslavia podía sostenerse solamente sobre la base
de una débil Serbia. No comento ni sostengo esta tesis, pero la idea merece atención y ser
tomada en consideración.
3. El alto grado de autonomía del que disfrutó Kósovo mostró ser más que fatal para el
futuro de la provincia. Disponer de un sistema de educación en lengua albanesa a todos los
niveles, hasta el doctorado, Academia de Ciencias y Artes, Biblioteca Nacional, Teatro
Nacional, TV y Radio en lengua albanesa, diarios en lengua albanesa, etc. sirvió para
encerrar a los albaneses en un ghetto nacional, por más noble y positiva que haya sido la
idea de constituir esas instituciones. Siendo la provincia de Kósovo la más subdesarrollada
del país, su economía e instituciones no podían absorber tantos titulados universitarios. Y
qué puede hacer un albanés licenciado en derecho en Belgrado, Zagreb o Sarajevo si habla
solamente la lengua albanesa. O un médico. La Constitución Española prevé justamente que
el español es la lengua oficial del estado y que todos los españoles tienen el deber de
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Balkan (REES), 1 (2000)
Creo que ésos fueron los elementos iniciales que prepararon las situaciones que conducirían
paulatinamente a las explosiones posteriores. Por otra, observando los procesos de
desintegración yugoslava, desafortunadamente "in vivo", y sintiendo sus consecuencias en
piel propia, hay que hacer notar que las cosas nunca van a la grande sino que empiezan por
cosas pequeñas. El terreno ideal para sembrar los gérmenes de la resurrección de los
nacionalismos fue el idioma. Claro que no se lanzaron en el aire grandes proyectos de
reformas de los sistemas de la enseñanza, ni de la Constitución , sino que se empezó por
las asociaciones artísticas, asociaciones de escritores etc. etc. Se siguió luego con cosas
inofensivas, como el deporte, el arte, la cultura. Luego se pasó a los sistemas que se
consideran aglutinadores como la policía, el ejército y el servicio exterior. Y un día nos
despertamos con que el país se está desintegrando.
Estoy de acuerdo con que esos procesos son reversibles y que en el caso de Yugoslavia y,
creo también en el de la ex Unión Soviética, después de los procesos de absoluta
desintegración se volverá a los procesos de una paulatina integración. Claro que sobre bases
diferentes, con intereses diferentes y reglas de juego diferentes. Dudo mucho que Europa
esté dispuesta a aprobar y fomentar procesos de desintegración mientras al mismo tiempo
la Unión Europea está haciendo desaparecer las fronteras entre los países occidentales. El
problema es que esos procesos van a tomar su tiempo, durarán probablemente diez o más
años, y a veces serán dolorosos.
Y, como diría un amigo nuestro, ¿qué son diez-quince años para la historia? Casi nada, es
cierto. El problema es que son mucho para nuestras vidas. Es por eso, sin querer forzar
ningún tipo de paralelos, por lo que admito que la Unión Europea, como entidad mayor y
superior, ofrece la vía de la salida. Al ver, por ejemplo, que hay una selección de fútbol
catalana, que hay bandera catalana en los eventos deportivos, que el Athletic de Bilbao
orgullosamente no tiene jugadores extranjeros etc. etc. no puedo no recordar manifestacio-
nes similares por Yugoslavia y cómo todos creíamos que eso estaba bien y no llevaba en
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Minorías nacionales
sí ningún peligro.
Recuerdo un chiste que decía los siguiente: "¿En que se parece una pulga a un portaavio-
nes? Respuesta: en nada, ¡pero la comparación es impresionante!". La reflexión que nos
planteaba Soldatic nos lleva un poco por ahí. La cuestión es la siguiente: ¿Se puede
comparar la cuestión de las minorías en Yugoslavia (la ex y la actual) con el sistema
autonómico español o con supuestas minorías españolas? Por supuesto que sí. Si mal no
recuerdo, el gobierno de Belgrado incluso recurrió a un experto griego (A. Kofos, de
ELIAMEP) a fin de que que elaborase un plan político para Kósovo inspirado en el sistema
autonómico español. ¿Puede ocurrir que el día de mañana radicales vascos se lancen a
"liberar" el Goyerri siguiendo el modelo UÇK? Podría ser, dentro de unos años, pero ¿por
qué no?. Al fin y al cabo parece ser que se produjeron contactos entre ETA y UÇK y hasta
es posible que los radicales vascos hayan comprado algunos remanentes bélicos a los
albanokosovares a través de Alemania durante estos meses de tregua. Mientras escribo estas
líneas me entero de que ETA ha hecho estallar un coche bomba en Vitoria, lo que nos lleva
a escenarios tácticos más propios de Beirut en los ochenta. ¿Pueden acabar diversos países
de la Europa occidental como la ex Yugoslavia de 1990? Puede ser, claro. Como
historiador sé que eso es posible; podría funcionar mal la experiencia de la UE y entonces
ya veríamos ¿Podría darse una secesión de Texas, o de Miami? También podría ser. Casi
todo es posible, casi todo es comparable. Incluso decir que las Brigadas Internacionales de
la guerra civil española fueron la primera ONG de la historia, como hizo nuestro ex alcalde
Maragall. Y fue muy aplaudido.
Y no caigamos en el error de que nuestra propia historia nos da argumentos para impedir
que tal o cual cosa ocurra. Si algunos pueblos han sido absueltos de sus horrorosos pasados
y aquí no ha ocurrido nada, la fuerza de los hechos actuales puede borrar los supuestos
derechos históricos con la mayor facilidad. Lo digo como historiador y me tiro piedras en
mi propio tejado. Pero es que la historia no es una ley y no siempre provee de derechos
inalienables.
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Balkan (REES), 1 (2000)
El problema aquí es si el tipo de comparaciones expuestas arriba sirve para algo. Cualquiera
que haya pasado por Serbia en los últimos años puede encontrarse fácilmente con el
argumento que nos comentaba Soldatic y que expresado de la forma más concreta posible
viene a decir: "Los occidentales no sabéis lo que estáis haciendo. Estáis abriendo la Caja
de Pandora. Lo que nos ocurre ahora os puede pasar mañana, porque casi ningún estado
occidental es un verdadero estado-nación, excepto Portugal, Holanda y pocos más."
Sinceramente, creo que este argumento es síntoma de uno de los errores clásicos de las
autoridades serbias en los últimos años: una cosa es tener razón en algunos puntos; otra,
explicar esa razón convincentemente, otra hacerse entender; y otra, vender la idea. El
argumento de que mañana o pasado mañana España o Italia pueden ser nuevas Yugoslavias
no nos aclara nada sobre lo ocurrido en la ex Yugoslavia de 1990, ni sobre lo que puede
pasar en España o Italia dentro de unos años. Deja bastante insatisfecho.
Pero sobre todo, es una idea con poco poder disuasorio. ¿Alguien puede imaginar a nuestro
presidente de gobierno renunciando a enviar tropas o aviones para intervenir en los
Balcanes porque eso puede crear malos precedentes en España? "No, miren, no vamos a
despachar tropas a Kósovo porque eso puede sublevar a los vascos". Haría falta un gobierno
realmente débil o atolondrado para hacer eso, aunque realmente fuera a ocurrir. ¿Dejaron
de intervenir los británicos por mucho que el proceso de paz en Irlanda del Norte estuviera
en el alero? Pero es que el argumento tampoco ha servido para que un número importante
de ciudadanos españoles minoritarios o no, se identificaran con la causa serbia. Se han
producido solidaridades, sí, pero más a partir de posiciones políticas que nacionalistas.
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Minorías nacionales
occidental argumentaba que todo eso era una creación de la policía secreta serbia. Y
Demaçi hablaba de "Balkania".
No es cierto que el gobierno serbio no hiciera absolutamente nada. Recuerdo que se estaban
intentado buscar inversores para relanzar la infraestructura industrial y artesanal de Kósovo
y se intentaban caminos para negociar con Rugova y la LDK o con los clanes más
dialogantes. Ya circulaban las características soluciones radicales surgidas de la Academia
de las Ciencias y las Artes para partir Kósovo entre serbios y albaneses, pero también se
trabajaba en sistemas de autonomías federalizadas. Por otra parte, la tan temida oleada de
refugiados serbios de la Krajina no había llegado a Kósovo. Recuerdo un hotel bastante
miserable en las afueras de Prishtina reconvertido en alojamiento para refugiados, pero
poco más.
Por lo tanto había como una especie de confianza en que el asunto kosovar se iría
remediando poco a poco, más o menos, pero sin grandes sobresaltos.
Creo que uno de los problemas que tenemos los yugoslavos es retroceder siempre
demasiado en la historia tratando de ver la solución de los problemas. A veces me digo que
esto resulta ya imposible. Mientras sigamos contando los muertos de la historia nunca
tendremos la oportunidad de enfocar el futuro. Por lo tanto mis planteamientos, si bien
podían parecerse a una provocación, tenían un objetivo positivo, tratar de enfocar el
problema de Kósovo y el de las minorías con un enfoque nuevo, distinto. ¿Cuál? No lo sé.
Lo que sí sé es que parece que estos problemas parecen no tener solución posible, y los
acontecimientos de Kosovska Mitrovica lo siguen confirmando, lamentablemente.
F. Veiga plantea muy bien la pregunta: ¿qué fue lo que pasó? Nadie de nosotros sabe decir
exactamente, al menos desde la perspectiva de aquí, cuál fue ese momento en que las cosas
se escaparon a todo control y metieron a todo el país en una espiral de la violencia. Y no
sirve para nada ahora hacer preguntas por el estilo de quién armó al UÇK, quién dejo que
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Balkan (REES), 1 (2000)
circulara todo ese dinero de Europa Occidental hacia Kósovo como ayuda al UÇK. Menos
aún me voy a poner en el papel de aquél que dice: “pues bien, señores, si se bombardeó
Serbia a causa de la limpieza étnica en Kósovo, ¿lo van a volver a hacer ahora cuando los
serbios son víctimas de la limpieza étnica en Kósovo por parte de los albaneses?. Por no
hablar de los golpes bajos a la política de la UE, haciendo mención del caso de Chechenia
y Rusia (por favor no me acusen otra vez de comparaciones forzadas).
En fin, al escribir el primer mensaje dije que era del riesgo de que me acusen de algunas
cosas, y de algunas cosas sí me han acusado, discretamente, pero sí. Pero, cuando vuelvo
a leer los mensajes intercambiados sobre el tema hasta ahora, me doy cuenta de una cosa:
paulatinamente, probablemente desde posiciones distintas, o al menos desde puntos de
partida distintos, estamos llegando a una conclusión. Es que en el mundo contemporáneo
no han cambiado solamente los conceptos de la democracia y de la soberanía nacional. Está
cambiando el concepto teórico de autodeterminación, de derecho a la secesión, de las
mayorías y minorías nacionales, es decir los derechos humanos. Para bien o para mal, el
tiempo lo dirá. La gran interrogante, a mi modo de ver, es si se pueden aplicar esos
conceptos así desarrollados, para no decir modificados, a todos los países simultáneamente,
es decir, de la misma manera a países con diferentes niveles de desarrollo económico,
político etc. etc. Yo creo que no. Pero no me vayan a acusar de negar los derechos a las
minorías nacionales o a cualquier minoría. Lo único que digo es que no podemos aplicar
los mismos criterios de valor a ciertas cuestiones en todos los países. Y lo que sí creo, en
definitiva, es que solamente con aperturas podrán irse resolviendo problemas como el de
Kósovo.
Una de las respuesta a la pregunta de Francisco Veiga es que el aislamiento total en el que
está viviendo Yugoslavia durante todo un decenio ha hecho del país entero un terreno
explosivo sobre el cual todo problema se convierte en crisis potencial de consecuencias
imprevisibles. Aperturas totales, con libre circulación de ideas, incorporación de
Yugoslavia a los proyectos de desarrollo, de investigación etc. etc. es la única manera de
traer la normalidad.
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Minorías nacionales
Kósovo fue siempre una bomba de tiempo planteada en Yugoslavia. Todos sabíamos que
iba a estallar cualquiera de estos días. Kósovo fue el detonador de la desintegración
yugoslava. Esperemos al menos que el ciclo se cierre con lo que ocurrió en Kósovo.
Uno de los problemas capitales de la actual situación en Kósovo y en general de todas las
guerras que siguieron a la desintegración de Yugoslavia es que, por parte de las potencias
occidentales, no se están extrayendo conclusiones globales, ni siquiera directrices políticas
claras. Y por supuesto, sobre el terreno no se está aplicando nada parecido. En esto creo que
estoy completamente de acuerdo con Dalibor Soldatic cuando escribe:
Yo tampoco.
Los dobles y triples raseros se han exprimido hasta el no va más. Pongamos por ejemplo
una entrevista a Ralf Dahrendorf publicada en "El País" el pasado 5 de octubre de 1998
(pag. 12) y titulada, muy significativamente: "No tenemos ni idea de lo que queremos en
los Balcanes". Dahrendorf argumentaba, muy lúcidamente, que desde 1991 Occidente ha
dado unos virajes demasiado cerrados con respecto al destino de la ex Yugoslavia. A
comienzos de la década, la postura oficial en muchas cancillerías occidentales era aquella
de que serbios, croatas, musulmanes, macedonios, etc., "no podían vivir juntos", que
Yugoslavia era un error histórico y que lo mejor que se podía hacer era bendecir y bautizar
legalmente todas aquellas repúblicas que fueran naciendo.
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Balkan (REES), 1 (2000)
interétnica entre serbios, croatas y musulmanes fuera cual fuera el precio. De ese
planteamiento, diametralmente opuesto al de 1991, surgieron los acuerdos de Dayton.
No pasa mucho tiempo y estalla la crisis kosovar ¿Y cuál es la postura oficial? Problema
a la vista: si se argumenta que serbios y albaneses no pueden convivir juntos, se están
tirando piedras contra el tejado de "Daytonland", es decir, la Bosnia posterior a 1995.
Entonces sólo queda insistir en que Kósovo debe ser multiétnico, por lo cual serbios y
albaneses deberán convivir en una nueva entidad, un "algo" jurídicamente indefinido. El
dilema es muy serio, pero se intenta resolver por medio de la "Realpolitik". Lo malo es que
ese recurso no puede funcionar una y otra vez. Tanto va el cántaro a la fuente, que al fin se
rompe.
Para mí, y vuelvo sobre lo mismo, esta indefinición institucional y política aplicada
inicialmente por las potencias intervinientes, respondía a la necesidad de no contradecir en
Kósovo la política aplicada en Bosnia (favorecer la convivencia interétnica), aunque era
imposible que eso diera resultado al no permitir que las partes en conflicto mantuvieran un
parecido nivel de poder militar: la retirada absoluta de las fuerzas serbias propició la
victoria aplastante de los albanokosovares sobre la población civil serbiokosovar y a partir
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Minorías nacionales
de ahí, la negociación en pie de igualdad se hizo imposible. Una medida que había dado
mejores resultados en Bosnia, donde todas las partes conservaron una fuerza similar, se
dejó de lado en Kósovo.
Cabe decir que el doble rasero no es una nueva arma. En los Balcanes lleva aplicándose
desde hace cerca de doscientos años. En general, muchas de las iniciativas emprendidas por
los pueblos o estados balcánicos han estado inspiradas en modelos occidentales. Pero lo que
desde Occidente se ha tolerado en otras partes de Europa o el mundo, ha sido desautorizado
en los Balcanes. La implicación serbia o montenegrina en los levantamientos de Bosnia, en
1875-78 recordaba mucho la política del Piamonte en la guerra de unificación italiana
(¡incluso acudieron garibaldinos a luchar en Bosnia!). Pero desde Occidente eso se
consideró una injerencia intolerable y se envió a las tropas austrohúngaras a pacificar
Bosnia. La guerra balcánica de 1912 era una prolongación política de la guerra italo-turca
de 1911, y a su vez estaba basada en la política de hechos consumados de las potencias
occidentales durante el periodo imperialista. Pero, una vez más, desde Occidente se
consideró que eran contiendas demasiado "balcánicas" y por lo tanto, condenables.
Por supuesto, y para cerrar esta tremenda parrafada, esa manera de actuar me parece
condenable. Por muchas razones pero sobre todo porque perpetúa el problema al propiciar
que también los políticos balcánicos jueguen a esa nefasta "Realpolitik". De hecho, como
hemos visto en los últimos diez años en los Balcanes, quien se maneja mejor en esos
términos, gana.
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Balkan (REES), 1 (2000)
F. Veiga ha seguido de forma muy elocuente y clara lo que Soldatic apuntaba en cuanto a
la actuación de la comunidad internacional y la política del doble o triple rasero.
Desde luego que no ha habido, y creo que no hay, política definida alguna de las potencias
occidentales hacia la región. Parte de las pruebas y evidencias de la praxis occidental las
exponía Veiga de forma muy clara. Propongo que entremos en el paso siguiente, que es
preguntarnos ¿porqué? ¿porqué los principales países occidentales -tanto los europeos
como Estados Unidos- no han tenido una idea clara de la arquitectura a adoptar en los
Balcanes? Y en el caso de que hubieran dado con ella, ¿porqué no la han aplicado? Rusia
es un actor clave de esta función; entonces creo que debemos extender estas preguntas
también a Moscú. Se me ocurren algunas respuestas.
2. Esta comunidad internacional -sin el estatuto ni las características propias que una
entidad "nacional" necesita para hacer sentir su acción exterior y defender unos intereses
comunes desde una posición de fuerza, incluso militar- ha carecido hasta la fecha de los
instrumentos y de la coordinación necesarios como para abordar una misión de semejante
envergadura. En clave europea, esto está cambiando, pero la situación aún es embrionaria.
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Minorías nacionales
4. Las tres anteriores consideraciones quedan recogidas en L'Europe et ses nations (1990),
del polaco Krysztof Pomian, para quien la historia de Europa ha sido la lucha entre la
unificación y la fragmentación, y que entre los siglos IV y XX, las triunfadoras de esa
tensión habían sido las naciones. Y no soy euroescéptico.
5. Los países occidentales conocen perfectamente las dificultades (otra cosa es que actúen
como si no) balcánicas, aspecto también aplicable a Rusia, aunque Rusia bastante tiene con
solucionar los importantes problemas internos que padece y que repercuten de modo
inequívoco en su política exterior y de seguridad. No obstante, ese mismo conocimiento,
unido a los puntos anteriores, ha contribuido al hecho de que esas potencias no se hayan
atrevido hasta la fecha a implicarse en un escenario muy complejo y próximo a la Europa
próspera.
7. Sin entrar en las consabidas comparaciones, cualquier decisión en cualquier sentido tiene
un efecto "espejo" en cada una de las potencias implicadas. Éstas lo saben. Y hay algunas
potencias europeas temerosas de sufrir, tarde o temprano, un incremento de las tensiones
entre las diversas entidades que componen el estado-nación respectivo, debido a
nacionalismos radicales (por tanto, desintegradores). Estas potencias saben que una
actuación en el exterior, demostrativa de su voluntad inquebrantable de mantener las
fronteras actuales y la legalidad vigente, restaría ímpetu a los eventuales movimientos
secesionistas; y también podrían temer, por el contrario, que una actuación desde el exterior
apoyando esas secesiones y movimientos de fronteras podría servir de estímulo a las
reivindicaciones objeto de preocupación para algunos ejecutivos europeos. Y como la
comunidad internacional, movida por el equilibrio o lucha de intereses internos y exteriores
entre las principales naciones, ha seguido una política algo errática en ese sentido, su
crédito en la zona puede que esté ciertamente en entredicho. De ahí, la duda y la
incertidumbre acerca del modelo político a establecer en los Balcanes.
8. En el caso kosovar, la secuencia de los hechos ha sido como una de las conocidas
recomendaciones acerca del modo de iniciar una conferencia, esto es, aclarando en primer
lugar lo que no se va a hablar, lo que no se quiere decir. En efecto, las potencias
occidentales se apresuraron a dejar claro que no habría estado independiente, ni provincia
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Balkan (REES), 1 (2000)
serbia de pleno derecho, ni entidad federal, ni territorio anexionado a algún país limítrofe...
En Kósovo se ha pretendido que no entrase en conflicto (¿contradicción?) la política
aplicada en Bosnia Herzegovina, algo así como el sostenella y no enmendalla de Las
mocedades del Cid, de Guillén de Castro.
A pesar de este panorama, creo que hay razones para un moderado optimismo. La UE está
echando a rodar su difícil política exterior y de seguridad común; la Unión es plenamente
consciente de que los Balcanes son Europa (una obviedad), tanto desde el punto de vista
geográfico como "funcional", y así los Quince han comenzado a ofrecer perspectivas de
integración a los países de la región; Bruselas está diseñando -aquí aparece el nudo
gordiano- una estrategia común hacia la zona; la Unión ha reconocido que necesita implicar
a Rusia en la solución del problema balcánico, y Rusia quiere hablar de Balcanes con los
europeos; el Club europeo es consciente de que Washington tendrá cosas que decir, pero
la voz cantante es de los europeos y esto también lo dicen, aunque nada convencidos, los
propios americanos; incluso el último relevo de Kfor a cargo del Eurocuerpo resulta muy
significativo.
Eso sí, todas estas consideraciones y tomas de posición, que en términos económicos han
tomado forma rápidamente, están aún en estado inicial en términos políticos. Preguntas
acerca del futuro estatuto de Kósovo y de la Voivodina; de la evolución de las relaciones
entre Montenegro y Serbia; y desde luego acerca de la posición que adoptará la comunidad
internacional en cada caso concreto que pueda producirse, al margen o en el marco de las
consideraciones de atención global a la zona... todas estas preguntas permanecen sin
respuesta clara.
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Minorías nacionales
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Eliade y el fascismo
Hace unos días me escribió Joaquín Garrigós, uno de los mejores expertos en literatura
rumana que tenemos en España, para comentarme un documento sobre el pasado político
de Mircea Eliade. Ahora Joaquín Garrigós está en Balkania y no estaría de más aprovechar
para tocar el tema.
Como sabréis, Mircea Eliade era uno de los mejores expertos internacionales en Historia
y Antropología de las religiones. Una breve reseña:
Mircea Eliade nació en Bucarest en 1907. Cursó estudios de Filosofía en Bucarest y Roma.
Viajó por la India entre 1928 y 1932 (recomiendo su deliciosa novela: "Medianoche en
Serampor", publicada en España por Anagrama, hace unos quince años). Allí aprendió
sánscrito y escribió su tesis doctoral sobre las técnicas del yoga. A partir de 1940 pasó a
vivir en Inglaterra, Portugal y Francia. En 1956 se fue a los EEUU, donde enseñaría
Historia de las Religiones en las Universidad de Chicago. Murió en 1986.
La obra de Eliade fue realmente fecunda y tiene una enorme corte de admiradores en todo
el mundo. De ahí que cuando comenzaron a aparecer rumores sobre sus posibles simpatías
y hasta militancia en la Guardia de Hierro, arreciara la polémica. Dado que mi tesis doctoral
versó precisamente sobre la Guardia de Hierro y el fascismo rumano en los años de
entreguerras, me topé con el "affaire Eliade" y sobre él escribí en "La Vanguardia", creo
recordar que en 1984 ó 1985. Inmediatamente me gané la dura respuesta de un grupo de
"eliadistas" catalanes y otra de Mario Muchnik (el editor) en sentido contrario, es decir por
haberme quedado corto.
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Eliade y el fascismo
Antes que nada (no voy a meterme ahora en detalles sobre el pasado político de Eliade) he
de decir que siempre me llamó la atención el rechazo que existe ante la posibilidad de que
el historiador y antropólogo hubiera militado en la Guardia de Hierro. Tampoco sería tan
inusual ni tan inconfesable. La cultura europea abunda en ejemplos parecidos. Aunque
parezca mentira, Malraux fue un reconocido admirador de Maurras en los años veinte. Y
en el mundo anglosajón, intelectuales como Chesterton, Yeats, Bernard Shaw, Ezra Pound,
Wyndman Lewis y T.S. Eliot simpatizaron con el fascismo en algún momento (bueno el
caso de Ezra Pound fue notorio, dado que se pasó la Segunda Guerra Mundial en Italia,
haciendo propaganda de la causa fascista desde Radio Roma). En realidad, y hasta el que
el nazismo alemán demostró lo que era realmente, el fascismo era un fenómeno político
bastante desconcertante, sobre todo en los años veinte y en la primera mitad de los treinta.
No digamos en Rumania, donde la Guardia de Hierro era un movimiento muy sui generis.
Me sorprende la reacción que tuvo la mención de Eliade en el libro del prof. Veiga pues
apenas lo cita dos veces y de pasada.
Sobre el tema Eliade se podría escribir mucho y no se si será este el lugar adecuado ni si
será un tema de interés. Si produce rechazo la imputación es porque él nunca fue miembro
de la Guardia de Hierro ni ideólogo del sistema ni antisemita. Evidentemente, es difícil
probar en negativo. Es más, un viejo aforismo dice que probatio incumbit cui afirmat non
cui negat. Hasta ahora nadie ha aportado textos antisemitas o doctrinarios fascistas con la
firma de Eliade. Sí hay muchos en sentido contrario. Cuando alguien los aporte hablaremos.
Si algún día se traduce su obra integral y su correspondencia, saldrán muchas cosas.
En esto hay mucha gente, en España y fuera, que habla de oído (no es el caso del prof.
Veiga, evidentemente) pues no saben rumano y no han acudido a las fuentes.
Eliade, no negó haber tenido simpatías y, como otros muchos de su generación, se dejó
seducir por el contenido mistico del movimiento legionario y por la influencia de su
maestro Nae Ionescu. No vio que, además, eran un puñado de mamporreros y racistas hasta
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Balkan (REES), 1 (2000)
que mataron a Calinescu, a Iorga, etc. Se le puede acusar, sí de miopía y entre los años 36-
38 o 39. A partir de ahí se alejó.
De todas formas, para mí es una cuestión bizantina. A un escritor se le valora por su obra
no por lo que en un momento dado haya podido pensar. ¿Quién se acuerda hoy si Dante fue
güelfo o gibelino?
Y en este punto voy a discrepar del prof. Veiga. Medianoche en Serampor es una obra
menor de Eliade. Para leerlo por primera vez vale la pena empezar por una de sus grandes
novelas, como por ej. Los jóvenes bárbaros, novela realista ambientada en los años 30,
sobre la juventud intelectual rumana de la época, sus frustraciones y ambiciones, donde
puede palparse todo el ambiente que condujo a la hecatombe de la guerra. Fue publicada
por Pre-Textos en el 98.
Hace unos días, Joaquín Garrigós atendía a la polémica sobre Mircea Eliade comentando
que mientras no se pudiera demostrar lo contrario, no se le podían atribuir al desaparecido
intelectual rumano tendencias prolegionarias en su juventud. Sin embargo, también cabe
decir que "si el río suena, agua lleva". En los últimos años no han dejado de aparecer en la
prensa rumana polémicas a favor y en contra, recuerdos y testimonios sobre lo que hizo y
no hizo Eliade, y el asunto, al parecer, no ha quedado resuelto. O no se ha querido admitir,
que es diferente.
En principio, la prueba del contexto da positivo. En los años treinta del pasado siglo XX,
las universidades europeas -y en ellas las rumanas- tenían poco que ver con las de los
cincuenta y, sobre todo, las de los sesenta y décadas sucesivas, hasta hoy. Desde hace ya
unos cuarenta años, el acceso a la universidad es mucho más interclasista y no faltan
estudiantes provenientes de clases populares. En los años de entreguerras, las aulas eran
para los hijos de las clases altas y medias, no era barato enviar a un hijo a la universidad.
Lógicamente, la universidad de esa época era de derechas. En todo caso, la gama iba de la
derecha conservadora a la radical, pero pocos estudiantes y muy pocos profesores eran de
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Eliade y el fascismo
Prosigamos. El gran maestro de Mircea Eliade e ídolo de los estudiantes de la época fue
Nae Ionescu, profesor de Lógica y Metafísica en la Universidad de Bucarest. Era
ciertamente un hombre brillante, una especie de Ortega, quizá con algo de Marañón (por
cierto, tengo un librito con escritos de Leon Degrelle, el nazi belga, prologado por
Marañón, pero eso es otra historia).
La relación entre Eliade e Ionescu no era de pasillo: en 1933 el prestigioso profesor nombró
como ayudante suyo al joven discípulo. Por entonces, Nae Ionescu no era sólo un brillante
académico: estaba implicado en política hasta el fondo. Y en la ultraderecha más dura.
Había pertenecido a la por entonces denominada "camarilla" del rey Carol, pero en 1933
las relaciones con el corrupto monarca se habían deteriorado debido a las opiniones
claramente dictatoriales de Nae Ionescu. Tras un viaje a la Alemania nazi, en el verano de
ese mismo año 1933, regresó encantado, alardeando haber encontrado la horma de su
zapato ideológico y haciendo ostentación de sus amistades en Berlín. El 29 de diciembre,
un comando de la Guardia de Hierro asesinó al primer ministro liberal Ion G. Duca. Entre
los detenidos como cómplices o inductores del asesinato estuvo Nae Ionescu. En mi libro
sobre la Guardia de Hierro argumenté que Nae Ionescu pudo haber sido, realmente, el
inductor del magnicidio. El libro se publicó en Rumania y hasta hoy nadie me ha llevado
la contraria.
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Por lo tanto, el profesor que le dio a Eliade su primer cargo académico en 1933, su mentor
intelectual, era un Nae Ionescu abiertamente admirador de los nazis, relacionado con la
Guardia de Hierro hasta el cuello (tengo publicaciones legionarias de Nae Ionescu) y amigo
personal de un rey pro dictatorial pero no tanto como él mismo. No está mal. Como mínimo
Eliade parece que supo nadar y guardar la ropa ese difícil año.
Dejo para el próximo día las pistas concretas sobre las actividades políticas de Mircea
Eliade, lo que averigüé y encontré mientras hacía mi tesis.
Las afirmaciones del prof. Veiga sobre Eliade me producen estupor. No lo esperaría de un
investigador, acostumbrado a verificar hechos. Ya dice el adagio que contra facta non
valent argumenta. Y, de momento, los hechos no los veo. A él le toca proporcionarlos.
Creo que decir eso de que el río suena, el clima de la epoca, la figura de Nae Ionescu (que
no está en discusión) para tachar a Eliade, o a quien sea, de antisemita, fascista, etc., lo
puede hacer cualquiera menos él. Y precisamente sorprende porque ha dado pruebas en su
libro de rigor científico, tanto que a Eliade sólo lo cita dos veces y de pasada, ergo no
tendría tanta importancia su figura en la actuación de la Legión. Por otro lado, recordarle
que en "Criterion" también estaban algunos como Lucretiu Patrascanu, jerarca del PCR; no
era, pues un nido de fascistas. Me parece que debería leer con atención la carta de Eliade
a Scholem y, en todo caso, refutar de modo concluyente, con documentos, como le
corresponde a un investigador, las exculpaciones de Eliade.
Por otro lado, y aunque no sea objeto de la polémica, sí me gustaría puntualizar que la
universidad en la Rumania de entreguerras, aun reconociendo el carácter mayoritariamente
elitista, como en todo el mundo, tenía una presencia importante de lo que llamaríamos
clases bajas debido al excelente sistema de becas que había en la época. Desde luego, era
mucho mejor que en la España de entonces y a años luz de sus vecinos balcánicos. Puede
leerse las memorias de Iorgu Iordan, no legionario precisamente, o las de Alexandru
Cioranescu, o el libro Cultura si nationalism in Romania Mare, de Irina Livezeanu.
Grandes figuras de la cultura rumana son de origen modesto, como Iordan, hijo de
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Eliade y el fascismo
Para su época, era un sistema modélico. El cómo funcionara será más discutible.
Ya advertí que el pasado de Mircea Eliade levanta pasiones incomprensibles para profanos.
Proporcionalmente más que los actuales conflictos interétnicos en los Balcanes. Antes de
acudir al médico para intentar atajar un reticente resfriado, me gustaría volver brevemente
sobre algunos de los datos apuntados el otro día sobre el joven Mircea Eliade, a efectos de
que quedaran bien claras la conclusiones:
a) ¿Fue nombrado Mircea Eliade ayudante del prof. Nae Ionescu en 1933, el mismo año en
que éste alardeaba públicamente de su admiración por el Tercer Reich, era bien conocida
su filiación pro-legionaria y fue detenido bajo la acusación de haber estado implicado en
un atentado terrorista perpetrado por un comando de la Guardia de Hierro? Respuesta: sí.
b)¿Fue el mismo profesor Ionescu quien nombró a Eliade ayudante suyo en ese "excitante"
año de 1933? Respuesta: sí.
c) Luego ¿había una relación intelectual y académica íntima entre Nae Ionescu y Mircea
Eliade en 1933? Respuesta: sí.
e) ¿Significa eso que Mircea Eliade simpatizaba con las ideas políticas de su maestro Nae
Ionescu? Yo no he dicho nada de eso. Pero me temo que, como mínimo, Eliade no le hizo
ascos al nombramiento viniendo de quien venía y en el año en que ocurrió. Y creo que eso
es interesante tenerlo en cuenta porque es un dato objetivo.
No le dediqué demasiado espacio a Eliade en mi tesis porque por entonces (años 1933-
1938) era un joven prometedor pero no una figura de peso (todavía) en el panorama cultural
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rumano. Esto puede estar sujeto a discusión, y lo admito. En todo caso, mi tesis no versaba
sobre el mundo académico o cultural rumano, sino que incorporaba aquellas pistas que
podían explicar desde ese ángulo el fenómeno legionario. Y por supuesto, caso de que
Eliade hubiera sido militante en la Legión de San Miguel Arcángel-Guardia de Hierro no
tuvo un papel relevante. También es cierto. Pero no comenzamos discutiendo eso, sino la
simple militancia de Eliade en la GH, tuviera o no peso en su momento.
He pasado una tarde desempolvando viejas carpetas del tiempo de mi tesis, lo que me ha
hecho regresar por unas horas a mi juventud. En relación a Mircea Eliade tenía documenta-
ción un tanto dispersa pero interesante y bastante concluyente.
Continuemos brevemente con la relación Mircea Eliade-Nae Ionescu (se me olvidó decir
que éste fue nombrado por los alemanes, además, presidente de la delegación rumana de
la I.G. Farben, lo que demuestra su nivel de implicación con Berlín). ¿Fue ésta una relación
circunstancial y con el tiempo Mircea Eliade desterró a su viejo profesor del recuerdo?
Parece que no. Entre mis papeles encontré una edición de Roza venturilor, 1926-1933 con
artículos de Nae Ionescu escritos en el periodo citado. La obra fue editada originariamente
por la Editura Cultura Nationala, pero fue reeditada por la Colección Omul Nou (Hombre
Nuevo) en 1973. Omul Nou era una de las editoriales del exilio legionario, radicada en
Munich. Pues bien, la obra está prologada por Mircea Eliade. Supongo que Eliade escribió
esa introducción en la obra original, pero aun así, parece demostrar una continuidad afectiva
de Eliade hacia Ionescu no afectada por los acontecimientos.
De todas formas, ésta no es mi línea argumental principal. Hace unas semanas, Joaquín
Garrigós me remitía fotocopia de un cruce de cartas entre Scholem y Eliade. Corría el año
1972 y el historiador había sido acusado desde Yed Vashem de antiguos ligámenes con la
Guardia de Hierro. No era poca cosa, y Scholem se dirige con tono preocupado a Eliade
para que desmienta tales acusaciones. ¿Por qué? Porque Gershom Scholem, profesor de la
Universidad de Jerusalén había participado en un volumen de homenaje a Eliade en 1971
y desde Israel lo habían criticado muy duramente.
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Eliade y el fascismo
Para mi sorpresa, la respuesta de Eliade en la carta es muy poco concluyente. Lo que hace
es "tirar balones fuera", negar pura y simplemente los hechos y, desde luego, no remite
ninguna contraprueba documental.
Una de las acusaciones más contundentes es un artículo firmado por Eliade y publicado en
"Buna Vestire", órgano legionario, el 17 de diciembre de 1937 (según otras fuentes: el 19
de diciembre) titulado: "Por qué creo en la victoria del movimiento legionario". En su
respuesta a Scholem, lo que hace Eliade es negar que lo hubiera escrito o, en todo caso,
insinuar que en el periódico alguien pudo "escribirle" el artículo a partir de alguna
entrevista. La explicación es confusa y poco convincente, porque en 1937 Eliade no tenía
tanta importancia como para justificar un montaje tan sutil por parte de los legionarios (lo
que por otra parte no excluiría, según él mismo, alguna entrevista en la que se mostraba
favorable a la Guardia de Hierro).
Personalmente no llegué a leer el artículo, dado que cuando hice la tesis resultaba difícil
consultar ciertas fuentes en la RSR. Lástima de no tener algún suscriptor de "Balkan" en
Bucarest, lo que haría muy sencillo obtener hoy esa pieza.
En cambio, sí que encontré otros artículos de Eliade que, en mi modesta opinión, dejan
pocas dudas sobre sus simpatías políticas en 1936-37.
¿Resulta poco explícito? Quizá. Pero en diciembre de ese mismo año, "Vremea" publicó
un número especial de Navidad dedicado a uno de los grandes debates de moda en la época:
"¿Democracia o dictadura?". En él participó Eliade con un artículo titulado: "La democracia
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Balkan (REES), 1 (2000)
Y concluía: "De hecho no se habla aquí de un regreso a la tiranía, sino de una revolución
nacional".
Esto lo escribía Eliade en diciembre de 1936; me cuesta creer que alguien se lo redactó sin
su consentimiento. Y es un documento consultable por cualquiera que se acerque a la
Alessandrina.
Pero hay más pistas y tienen una cierta coincidencia cronológica. Las primeras o más
sonadas acusaciones contra Eliade partieron de Israel en 1972. Yo conozco las recogidas
en "Toladot", la por entonces recién nacida revista cultural de la comunidad rumana en
Israel. Cito la fuente: "Toladot", nr. 1, Ianuarie-Martie 1972; vid.: "Dosarul Mircea Eliade"
en págs. 21 a 27.
Entre otras, se citaban las siguientes fuentes que, según "Toladot", probaban la militancia
más o menos intensa o prolongada de Eliade en la Guardia de Hierro:
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Eliade y el fascismo
Pero sobre todo, se transcribían párrafos enteros de las memorias de Mihail Sebastian, otro
joven intelectual, muy brillante, amigo de Eliade y discípulo también de Nae Ionescu. Hasta
entonces, las memorias de Sebastian habían permanecido absolutamente impublicadas, en
manos de su familia y con órdenes del mismo Sebastian de no ser editadas. Por lo tanto, no
se puede hablar de una campaña difamatoria orquestada por Sebastian "post mortem". Es
más, hace algunos años conocí a un colega suizo, el Dr. Albert von Brunn, de Zurich,
experto en la obra de éste intelectual rumano. Pues bien, por lo que me contaba, tenía serios
problemas para sacar a la luz los cuadernos de Sebastian y hasta había recibido alguna que
otra amenaza. No me dijo de quién.
Pocos meses más tarde, cuando mueren en el frente de Madrid tres voluntarios rumanos de
la Guardia de Hierro, Eliade guarda luto por ellos y no se presenta a las clases, y lo mismo
hace Nae Ionescu.
Por entonces, dice Sebastian, los artículos de Eliade (trabaja en "Cuvântul", diario de Nae
Ionescu) son "netamente legionarios".
El 2 de marzo de 1937 tiene lugar una nueva discusión entre Eliade y Sebastian. "Ha estado
-dice éste- lírico, nebuloso, lleno de exclamaciones, interjecciones y apóstrofes". De toda
la discusión, Sebastian retiene lo siguiente: "Ama a la Guardia, confía en ella y espera su
victoria". Además, pretendía que los voivodas (príncipes) rumanos Ion Voda, Miguel el
Valiente, Esteban el Grande y los intelectuales nacionales Balcescu, Eminescu, Hajdeu
fueron "legionarios" en su tiempo. Después hablaron del estudiante Gogu Radulescu -
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comunista y futuro ministro- que había sido secuestrado y apalizado. Mircea Eliade fue del
parecer que se había hecho bien, porque eso era lo que había que hacer con los traidores.
Hay más detalles y no creo conveniente alargarme. El problema para Sebastian era su
origen judío, que fue alejándole de Eliade conforme éste comenzó a manifestar, siempre
según el propio Sebastian, un creciente antisemitismo.
En las elecciones de 1937, cuando la Guardia de Hierro tenía ya 272.000 militantes, Eliade
participa en la campaña encuadrado en un equipo compuesto por la artista Marieta Sadova,
Aic Acterian (director del Teatro Nacional durante el breve régimen de la GH) y Misu
Polihroniade, uno de los intelectuales más implicados en la GH. Y Sebastian también
menciona el artículo "Por qué creo en la victoria del movimiento legionario" publicado en
"Buna Vestire" el 17.12.1937, del cual cita algún párrafo.
Pues bien, toda esta cuestión del diario de Mihai Sebastian la ventila Eliade en su carta a
Scholen sin dar ninguna explicación. Habla de la ruptura de su amistad con Sebastian, de
malentendidos, etc., pero no desmiente ni aclara absolutamente nada.
¿Hay más pistas sobre este tema? Mientras elaboraba la tesis, salió el "affaire Eliade" en
entrrevistas a viejos militantes legionarios, todos "camisas viejas" o intelectuales. No
recuerdo que ninguno negara la militancia puntual de Mircea Eliade. En la edición italiana
de las "Circulares y manifiestos" de Codreanu (Parma, 1980), Ion Marii dice que Eliade
llegó a formar parte de un "nido", unidad básica de la estructura organizativa legionaria.
Quien me dio la información más exacta fue el también legionario y filósofo Horia
Stamatu, según el cual Eliade había participado en un equipo de propaganda electoral en
diciembre de 1937, pero poco más.
¡Ah! Otro detalle: Eugene Ionesco, testigo privilegiado, quien me dedicó un ejemplar de
Rinoceronte (inspirado en el ascenso del fascismo en Rumanía), también me confirmó las
simpatías filolegionarias de Eliade durante una visita que hizo en 1982 a Vilanova i la
Geltrú, donde tenía un influyente grupo de admiradores.
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Eliade con respecto a la GH (aportando sus propias fuentes) en las pags.: 174-176, 186 y
353.
En definitiva, me da la impresión de que a lo largo de 1936 y 1937 Eliade se dejó llevar por
el sarampión legionario, como otros muchos jóvenes intelectuales rumanos de la época,
pero se echó atrás cuando las cosas se pusieron duras. En febrero de 1938 el rey Carol dio
un golpe, proclamó un gobierno de emergencia que pronto se transformó en dictadura e
ilegalizó la Guardia de Hierro. Codreanu fue ejecutado aplicándole la ley de fugas y los
mandos legionarios fueron ejecutados en una sola noche, en septiembre de 1939 (252
personas) tras un atentado contra el primer ministro de la dictadura carolina. Está claro que
Eliade se libró de la purga y se distanció de los legionarios, pero cuando en octubre de 1938
fue ejecutado Codreanu, hizo por radio una apología de Parsifal que muchos oyentes
rumanos entendieron como una comparación simbólica con el desaparecido líder.
¿Alguna pista más? Una y muy curiosa: durante el breve y caótico periodo del régimen
legionario (septiembre de 1940-enero de 1941) apareció la Enciclopedia Cugetarea, 4
vols.(Material românesc. Oameni si infapturi. / Cugetarea - Georgescu Delafras, Bucuresti,
1940). Consulté un ejemplar rarísimo, conservado en Freiburg i. Br. Como es fácil
entender, nadie que no fuera "políticamente correcto" para los legionarios fue incluido en
la obra, que exaltaba a sus mártires, héroes y militantes señeros. ¿Figuraba Eliade? Desde
luego que si.
Más tarde obtuvo cargos diplomáticos bajo el régimen de Antonescu y no dejó de demostrar
su simpatía por las "revoluciones nacionales". En 1942 publicó Salazar y la revolución en
Portugal (Ed.Munca si Lumina). Pero eso, en cierta manera, ya es otra historia.
Quiero puntualizar algunas afirmaciones del prof. Veiga en su último mensaje. Muy breve
y sin profundizar, pues daría para mucho.
1.- Veiga insiste en lo mismo: que sea Eliade el que pruebe que no ha sido legionario. Creo
que esto está discutido y no vale la pena volver sobre ello. La prueba negativa es absurda,
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Balkan (REES), 1 (2000)
en todo caso que pruebe el que acuse. La mera vinculación con Nae Ionescu no basta. Ahí
que ver los escritos de uno y de otro. No acepta la negativa que hace Eliade de la autoría
del famoso artículo. Recientemente, el semiólogo Sorin Alexandrescu ha hecho un estudio
del texto y rechaza que Eliade pueda ser su autor.
2.- Lamentablemente Veiga cae en algo que me temía: echar mano para reforzar la
acusación de los testimonios de Miron Constantinescu y de Lucretiu Patrascanu, dos
estalinistas, jerarcas de PCR, partido que no pasará a la historia por su defensa de los
valores democráticos, de los derechos del hombre y de la libertad. Si no temiera aburrir al
foro yo mismo haría las citas de estos dos personajes y se vería una excelente muestra de
lo que se llamó el lenguaje proletcultista. Yo prefiero las conclusiones del investigador
americano Mac Linscott Ricketts, que analiza muy rigurosamente la personalidad de Eliade
y su obra y milagros en su libro Mircea Eliade, the Romanian roots, en dos volúmenes,
N.Y. 1988. Descarta las acusaciones de antisemitismo y el que Eliade hiciese política en
el seno de la Legión. Por otro lado, resulta curioso que durante toda la vida del régimen
comunista personajes como Nae Ionescu y Cioran estuvieran totalmente proscritos. De
Eliade, en cambio, se levantó la prohibición en el 67 y a partir de ahí el régimen quiso
atraérselo, a lo que él siempre se negó.
3.- Se equivoca el prof. Veiga al considerar a Eliade una personalidad de segundo orden en
el mundo cultural rumano de los años 30. Eliade era una figura de primerísimo orden, era
considerado por detractores y partidarios como el líder indiscutible e indiscutido de la joven
generación. A los 30 años tenía una docena de libros en la calle, centenares de artículos y
fue el primero en Rumania en trtar materias como filosofía oriental, yoga, etc. Era el
escritor de moda de los años 30. Hubiese sido un lujo para cualquier partido contar con él.
Pero la importancia de alguien se mide tmbién por lo que de él se escribe. De momento van
publicados dos tomos con escritos sobre Eliade solo en los años 30.
4.- El caso de Sebastian merecería un monográfico aparte. Sólo voy a decir que la grandeza
pero también el defecto de un Diario es su subjetividad. Se actúa en la inmediatez de los
hechos y el sujeto los consigna tal y como los siente y la impresión que se lleva. Sebastian
era un hombre acorralado, que vivía en el terror, lo que le lleva a distorsionar a veces las
cosas. Además de que en su diario se encuentran algunos errores objetivos de Eliade o
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Eliade y el fascismo
Cioran, por ej. Es decir, su facultad de raciocinio estaba muy mediatizada por todo lo que
le estaba pasando. Pero ya digo que esto merecería un tema monográfico. Esperemos que
algún día se publique su diario en español.
4.- Cargos diplomáticos: Fue nombrado en uno de los gobiernos anteriores a la Legión. El
profesor Rosetti, destacado hombre de izquierdas, fue el que logró su nombramiento. Eliade
nunca ostentó ningún cargo nombrado por la Legión.
5.- Como conclusión, el prof. Veiga nos dice lo que ya sabíamos: que Eliade simpatizó con
la Legión y que es de derechas. Eso lo dice el propio Eliade en su Autobiografía, no hace
falta acudir a hemerotecas. Tuvo un periodo de aproximación entre los años 36-38, en lo
que se refiere al mensaje de misticismo que la Legión difundía y que él, de buena fe,
aunque con evidente torpeza y miopía se creyó. De ahí a hacerlo antisemita o cómplice
como se le ha hecho de los que mataban judíos, de crímenes, o como ideólogo del
movimiento, etc., hay un abismo.
Yo diría que en España, de los que rebasan la cuarentena, el que no haya cantado puño en
alto La Internacional que tire la primera piedra. ¿Significa eso que somos cómplices (yo
incluido) de los crímenes de Stalin y de Ceausescu? Sin embargo, alguna vez hemos
apoyado, de buena fe, es evidente, un sistema que ha causado mucha más sangre, sudor y
lágrimas que la Legión, y ninguno lo veíamos. Quizá eso me hace ser benévolo a la hora
de juzgar el pasado ajeno.
De todas formas, es curioso que nunca se perdona a nadie un pasado más o menos
totalitario de derechas pero el caso contrario casi se exhibe con orgullo.
7.- Por último, yo también voy a hacer un par de citas. Una de Eliade y otra de un
intelectual legionario al que cita Veiga, Mihail Polihroniade. La primera dice así:
"Los comunistas que incendian iglesias son unos bárbaros, lo mismo que los fascistas que
persiguen a los judíos. Miren a la derecha: en Alemania hombres decapitados, en Italia
pensadores acosados, sacerdotes cristianos torturados; en Alemania judíos expulsados.
Miren a la izquierda: en Rusia los sacerdotes cristianos son llevados ante el pelotón de
ejecución, la libertad de expresión penada con la muerte; en París los comunistas lo arrasan
todo". (14-2-34, "Credinta"). No parecen frases de un antisemita.
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Balkan (REES), 1 (2000)
La otra:
"En fin, el Sr. Eliade declara que su rumanismo sufrió cuando fueron expulsados 'dos
grandes sabios, Moses Gaster y Lazar Saineanu'. Le creemos y le compadecemos pero, al
propio tiempo le pedimos que sufra también con nosotros sabiendo que en Maramures el
60% de la tierra y el 90% de los bosques están en manos de los judíos". M. Polihroniade,
1-10-33, "Axa".
En fin, todo esto es arqueología y vale más que nos ocupemos de temas modernos.
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Grecia es un país balcánico que parece estar en el limbo para los analistas occidentales,
cuando de hecho es un posible modelo político para los países ex comunistas de la zona,
se inspira en los de la política mediterránea occidental y tiene un pasado político reciente
muy sugerente.
En relación con los interrogantes que plantea el profesor Veiga sobre las elecciones
generales griegas, tan sólo apuntar unas líneas generales:
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Eliade y el fascismo
- Otro factor, aunque más "marginal", es que una parte de los votantes del Pasok ha
votado a ND por venganza: el Pasok de Simitis no ha repartido favores -por lo
menos no tantos como en los tiempos de Papandreu- y hay mucho desairado que no
les va a votar sin haber recibido nada a cambio.
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La cuestión de las elecciones griegas aún colea. Roberto Rodríguez Milán tuvo la
amabilidad de analizar breve pero agudamente los resultados de los comicios. Por mi parte,
el lunes día 10 organicé un mini-debate en mi clase de doctorado, dado que este año tengo
la suerte de contar con dos alumnos griegos. Uno de ellos introdujo un argumento novedoso
para explicar el auge inesperado de Nueva Democracia: la importancia que están cobrando
en Grecia los negocios relacionados con los próximos Juegos Olímpicos, dado que muchas
de las empresas de construcción están ligadas a ND. En una palabra, se trata de la
"diaplekómena" (que me excuse el profesor Rodríguez Milán si lo escribo mal) argumento
final tan socorrido en muchos países balcánicos.
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Eliade y el fascismo
No quisiera dejar el tema sin puntualizar un par de cuestiones. La afirmación de que el auge
de la expectativa de negocios millonarios relacionados con los Juegos Olímpicos haya
tenido que ver en el crecimiento del voto obtenido por Nueva Democracia no es, de entrada,
un argumento "maquiavelista". Otra cosa es el comentario con el que mi estudiante remató
el asunto: "diaplekómena". Me gustaría que se entendiera la diferencia, más de actitud que
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De entrada nos falta una distribución geográfica de los votos emitidos en las últimas
elecciones. Si Nueva Democracia obtuvo mayoría en las islas y perdió en Atenas es una
cosa. Si le llovieron en Salónica y no sacó nada en el Peloponeso o el Epiro es otra, etc, etc.
Yendo al grano: si la mayor parte de su nuevo aluvión de votos le vino a ND de Atenas y
Salónica, quizá podríamos pensar que efectivamente las "conexiones inmobiliarias" de la
derecha griega han jugado un cierto papel. En unas Olimpiadas se mueve mucho dinero y
las posibilidades de obtener beneficios millonarios, aunque no siempre muy limpios, son
realmente importantes. Tal cosa ocurrió, por ejemplo, antes de la Expo de Sevilla cuando
el partido del gobierno español se metió en negocios poco claros a base de cemento
rumano. El profesor Rodríguez Milán recordará algunas de las anécdotas que viví en directo
en la misma Bucarest, pero los suscriptores de Balkan pueden leer lo ocurrido en el grueso
libro de José Díaz Herrera y Ramón Tijeras, El dinero del poder. La trama económica en
la España socialista, Ed. Cambio, Madrid, 1991 (vid. cap. VIII, pags. 191-197: por cierto
que en los negocios cementeros del PSOE estaba implicado "Vassiliko Cement" de Chipre).
Por supuesto que tales negocios y manejos no son específicamente balcánicos. Acabo de
mencionar un ejemplo muy hispánico; y recordemos además que en muchos países los
"regalos de empresa", los fondos de apoyo en campañas electorales, etc., están regulados
por ley. Por algo será, alguna importancia tendrán. ¿Existe en Grecia algún tipo de
regulación al respecto?
En tercer lugar, he de recordar que el mismo profesor Rodríguez Milán mencionó en otro
mail (10.04.2000) que el clientelismo tuvo y tiene su papel en las elecciones griegas:
otro factor, aunque más "marginal", es que una parte de los votantes del Pasok ha
votado a ND por venganza: el Pasok de Simitis no ha repartido favores -por lo
menos no tantos como en los tiempos de Papandreu- y hay mucho desairado que
no les va a votar sin haber recibido nada a cambio.
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Por último, quiero recordar que el argumento citado no me lo inventé yo, sino que lo
escuché de un estudiante griego, de Atenas, que se ha pasado un año en Gran Bretaña y
ahora hace su doctorado en Barcelona. Ya sé que todo eso es una garantía relativa, pero
insisto en que no es fruto de mi imaginación.
En definitiva: si la idea de que los intereses creados en torno a los negocios que generarán
las Olimpiadas no es un argumento central para entender el auge de ND (nada más lejos de
mi intención) me da la impresión de que tampoco debe ser desechado como hipótesis
colateral por el mero hecho de que en otros países tales cuestiones también tengan su peso
político. Al fin y al cabo hablamos de dinero. Hasta hace unas pocas semanas, miles de
griegos se endeudaron con créditos para especular en bolsa, acariciando la idea de ganar
mucho dinero con poco esfuerzo. Luego salieron escaldados cuando pinchó el globo
especulativo. Más de un afectado dijo en voz alta que el gobierno era responsable. Si el
rumor de que un gabinete de ND podría traer más beneficios para todos (o para algunos
"bien informados y conectados") sustituyendo bolsa por contratas millonarias en los Juegos
Olímpicos ¿qué menor inversión inicial que un voto?
Es probable que no me haya explicado bien. En efecto, la cuestión de los Juegos Olímpicos
y las perspectivas de negocio que generan/generaran no debe ser desechada para entender
los últimos resultados electorales griegos. Sin embargo, insisto en que no se trata de un
argumento central que permita explicar dichos resultados, sino de argumento "marginal".
Para responder punto por punto a los interrogantes del profesor Veiga:
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- Clientelismo político: es una realidad sociopolítica, sí, pero nada tiene que ver ya
con el pasado reciente. Estas elecciones y las anteriores de 1996 han tenido tres
cosas en común que las diferencian de todas las demás elecciones griegas desde la
guerra civil: no ha habido "política de balcones" con la concentración de masas
correspondiente (la cosa ha ido de mítines y televisión); no se ha sacado fantasmas
relacionados con la guerra civil y la correspondiente escisión maniquea de fuerzas
políticas, grupos sociales, etc.; y el favor político ha quedado apartado del
armamento pesado preelectoral de los partidos. De hecho, la promesa televisada de
un candidato de ND de que su partido en el gobierno ofrecería 500.000 puestos "a
los chicos de ND" (spoil system) es considerada por los analistas -dentro y fuera de
ND- como un factor que ha afectado negativamente el ascenso electoral de ND.
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Olímpicos y los intereses creados alrededor de ellos que, insisto una vez más,
favorecería tanto a ND como al Pasok.
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Reseña de libros
DIZDAREVIC Raif. Od smrti Tita do smrti Jugoslavije (De la muerte de Tito a la muerte
de Yugoslavia). Sarajevo: OKO, 1999.
Recientemente ha aparecido en Sarajevo uno de los libros de memorias que más ayudan a
entender la génesis del conflicto de la ex-Yugoslavia:
Los Dizdarevic son una conocida familia bosnia, a la que hasta 1992 se consideró siempre
de orientación yugoslavista. Dos de los hermanos de Raif, Nijaz y Faik (este último fue
Embajador en España) ocuparon puestos importantes. Srdjan Dizdarevic, presidente del
Comité Helsinki de Bosnia-Hercegovina, es el miembro más conocido de la siguiente
generación.
JAKSIC, Pavle. Las luchas por la supervivencia y la libertad. Las raíces del yugoslavismo.
Belgrado: Cigoja, 2000.
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Reseña de libros
Los especialistas en cuestiones balcánicas estarán interesados en el libro en tres tomos del
general-coronel Pavle Jaksic.
El primer libro trata las cuestiones de la Krajina militar, la guerrilla de los hajduk i uskok,
las luchas de liberación de 1593 hasta 1792, las insurrecciones y levantamientos en
territorio austriaco, la Primera insurrección serbia, la Segunda en 1815, los levantamientos
en Bosnia-Hercegovina, las luchas de liberación montenegrinas, guerras de liberación de
los albaneses, la Guerras Balcánicas y la Primera Guerra Mundial.
El segundo libro presenta la visión del autor sobre la Guerra de Liberación Nacional de
Yugoslavia de 1941 a 1945. El tercer libro se ocupa de los acontecimientos más recientes
en el territorio de la antigua Yugoslavia anterior, las guerras yugoslavas de 1990-1995 y
1999.
Bilandzic (debe de tener unos 70 años) es, quizá, el historiador más conocido de la
Yugoslavia socialista. A principios de los 80 escribió la "Historia de la RSFY", y en 1986
publicó "Yugoslavia después de Tito". Son obras para las que hizo un amplio uso de los
archivos de la Liga de los Comunistas.
El nuevo libro es, en gran parte, una actualización de los anteriores. Cubre, desde luego, un
periodo más amplio (hasta casi nuestros días), pero, lo que resulta más interesante,
reinterpreta los acontecimientos de los años 80. Bilandzic parece haber sido un hombre con
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gran capacidad de adaptación a los vientos que soplan. Quizá sus libros de los 80 pecaban
de yugoslavistas y los de los 90, de antiyugoslavistas.
La parte más reciente está, quizá, demasiado condicionada por la coyuntura política. Ahora
que Tudjman ya no está y su época parece superada es posible que Bilandzic pueda
encontrar las condiciones para dar una visión algo más distante y matizada de estos años.
Dusan Bilandzic is well-known in Croatia as a person who changes his coat very easily -
from ideologist of the Communist Party of Yugoslavia to Tudjman's Vice-President in
1990-1991. He is now speaking as if he never wrote all those books in 1980s. He even
distanced himself from the SDP, because they were not "national" enough for him in 1990s.
However, after recent changes (and SDP in power), we might see the new book...
Fortunately, I must admit that this phenomenon (of people chaning their coat and becoming
ardent nationalists) was not so widespread among intellectuals in Croatia as in some other
former Yugoslav republics (notably in Serbia). However, Bilandzic is one example of those
and his books, both then and now, should be taken with reserve. Nice regards,
Interesantes los comentarios de J.M. Palacios y S. Cvijetic. Creo que Bilandzic se los
merece por haber sido lo que ha sido. pero eso no le quita el merito de ser historiador que
conoce la materia. Recuerdo que en su tiempo publicó una serie de artículos en la revista
Start de Zagreb en los que trató la historia posbélica yugoslava de un modo bastante
ortodoxo para aquella época. Luego, claro sucedió lo que sucedió y de miembro del CC de
la LC llegó a ser representante de Tudjman. De todos modos, sus visiones de la historia
posbélica no dejan de ser interesantes, sobre todo porque participó en muchos aconteci-
mientos, ocupó puestos bastantes altos como para estar bien informado y tuvo acceso a
archivos buenos. En cuanto a las opiniones políticas eso es otra cosa. Yo le leería cum
grano salis.
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Reseña de libros
- A pesar del título, los autores trabajan específicamente sobre Hungría, Polonia y
Checoslovaquia (con algunas referencias a Lituania). No es, por tanto, un libro que se
refiera de forma directa a las transiciones balcánicas. Pero provee de un modelo interesante
para aplicar, y muchos de los casos analizados y descritos (amén de apartados teóricos) son
trasladables a los Balcanes.
- Refuerza esa apreciación el hecho de que los autores han trabajado en el análisis de las
sociedades postcomunistas desde el comienzo de las transiciones. Incluso habían abordado
el estudio de algunas sociedades en pleno periodo soviético. Sería muy interesante localizar,
por ejemplo, el siguiente título:
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Balkan (REES), 1 (2000)
Rumanía durante el periodo del gobierno legionario (sept. 1940-enero 1941) y otras
matanzas posteriores, como las perpetradas por tropas alemanas y rumanas en Iasi y
Besarabia en el verano de 1941, ya durante la Operación Barbarrosa. Como podéis
imaginar, la obra es muy polémica y ha sido atacada y/o ocultada y/o ninguneada por casi
cualquier tendencia política actual o pasada en Rumania.
La Biblioteca Mathias Corvinus, donde se encuentra la obra, se dedica a editar libros sobre
historia de Hungría y, de paso, otros en los que denuesta en lo que puede a los vecinos
rumanos.
Lo primero que resalta de la obra es que su autora es una gran admiradora del antropólogo
Jon Juaristi, dado que el subtítulo ("Historias de nacionalistas serbios") rinde explícito
homenaje a su libro "El bucle melancólico. Historias de nacionalistas vascos". De hecho,
ella misma explica en la página 32 lo siguiente:
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Reseña de libros
Tanta admiración ha puesto en un divertido aprieto a Juaristi, que tanto en el prólogo del
libro como en el acto de presentación del mismo insistió una y otra vez que su "Bucle
melancólico" y "Los tristes y los héroes" presentan semejanzas sólo "muy superficiales".
Imagino la preocupación de Juaristi por distanciarse de paralelismos incómodos entre
vascos y serbios, sobre todo después de que (creo recordar) Felipe González tildase a
Xavier Arzallus de "Slobodan Milosevic". Por lo demás, cualquiera que conozca un poco
la obra de Juaristi podrá comprobar que Mira Milosevic no posee su formación
antropológica y que, efectivamente, el parecido entre ambos libros es superficial.
Al margen de estas cuestiones, hay que decir que el libro de Mira Milosevic es, en líneas
generales, una contribución interesante a la bibliografía española sobre temas balcánicos.
Más que nada porque después de diez años de libros escritos por periodistas españoles "que
estuvieron allí" y los consabidos diletantes que tras haber escrito sobre lo divino y lo
humano encuentran tiempo para componer "su" librito sobre los Balcanes (¿por qué no se
han traducido algunas de las buenas obras sobre el tema que se publicaron en el
extranjero?) o fusilar cualquier manual, es de agradecer una obra sobre temas balcánicos
escrita por un intelectual balcánico.
"Los tristes y los héroes" es un ensayo en primera persona. En él Mira Milosevic ajusta
cuentas con su pasado (lo que aprendió y vivió en Yugoslavia) y con los mitos nacionalis-
tas, de una forma parecida a como lo hace Juaristi en sus libros. Esto me parece de escaso
interés para el lector español, pues si Juaristi es un personaje destacado de la intelectualidad
vasca, Mira Milosevic no tiene el mismo peso en Serbia. Es más bien una postura
característica de los refugiados o exiliados serbios en Occidente que han de hacer
equilibrios personales entre el rechazo del régimen de Belgrado y la demonización de lo
serbio que segregan los medios de comunicación occidentales.
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Balkan (REES), 1 (2000)
Mirjana Tomic sobre la descomposición de Yugoslavia en sus crónicas para "El País" y en
alguna obra colectiva.
Metida en el asunto capital del libro, Mira Milosevic pasa revista a la evolución de los
mitos nacionalistas serbios centrándose en un personaje o grupo de personajes por época.
En esos capítulos la autora aporta valiosas citas e ideas provenientes de autores serbios que
el público español desconoce, especialmente para los capítulos dedicados al origen de los
mitos nacionales serbios hasta Vuk Karadzic. A partir de ahí, los capítulos en los que habla
de Jovan Ducic y Boris Davidovic me parecen más flojos, documentalmente hablando.
Retoma el pulso de un buen respaldo argumentativo en el capítulo séptimo, en el que trata
el caso de Dobrica Cosic. El octavo, centrado en Milosevic, me parece un tanto panfletario
y además recurre demasiado al libro de Florence Hartmann (Milosevic, la diagonale du fou,
Denoël Impacts, Paris, 1999). El último capítulo, centrado en los ultras de nueva generación
aporta interesantes datos pero muy escasos testimonios externos.
Balance general: Me parece un libro de calidad un tanto desigual, debido quizás a que Mira
Milosevic es una autora novel, o porque se ha empeñado excesivamente en aplicar el
"método Juaristi" y no ha impuesto su propio estilo argumentativo. Por otra parte, y a pesar
de que de vez en cuando hace referencia a autores o mitos extranjeros, la argumentación
comparativa no es precisamente lo más llamativo del libro. Personalmente, muy
personalmente, creo que los análisis sobre mitos o doctrinas nacionalistas han de hacerse
sobre una fuerte base comparativa. Caso contrario, el autor refuerza en el lector extranjero
o ajeno al tema la idea de que "aquel pueblo" o "aquellos nacionalistas" son realmente
únicos en sus "extravagancias" y por lo tanto absurdos en sus pretensiones.
No se si me estoy explicando bien, pero en todo caso siempre recuerdo aquella afirmación
tan reiterada por el periodista Hermann Tertsch de que "hay pocos pueblos que hayan
adoptado una terrible derrota militar como su gran día de redención nacional" (pag. 249 de
"La venganza de la historia") con lo que se olvidaba, ni más ni menos, de los catalanes, que
cada 11 de septiembre celebran su derrota ante las tropas borbónicas. en 1714. Y eso entre
otros muchos casos similares de mitos nacionalistas de unión por el sacrificio y la sangre.
En fin, el libro de Mira Milosevic puede terminar dando la sensación, al lector poco
avisado, de que los serbios son realmente especiales y hasta algo raros. Y lo cierto es que
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Reseña de libros
para bien y para mal, los mitos nacionalistas serbios (y los vascos, y los albaneses, etc.) no
son tan extraordinarios lo que hace de ellos un pueblo europeo más. Por lo demás, reitero
lo dicho: se trata de una obra recomendable que aporta ideas y datos nuevos para el lector
español y que, dentro de lo que cabe, resulta ameno.
El autor parte de la base de que, por no haber Croacia hasta ahora un estado independiente,
su historia se ha escrito desde las perspectivas de los países en los que estaba integrada
(Hungría, Austria-Hungría, Yugoslavia). Goldstein pretende contribuir a salvar este
problema, con lo que, quizá, se arriesga a "croatizar" periodos históricos anteriores en los
que la actual perspectiva croata, quizá, no resulte suficientemente útil.
En cualquier caso, es algo que dejo a los especialistas en siglos anteriores. Por lo que
respecta a hechos más recientes, creo que es muy de apreciar el esfuerzo de Goldstein por
mostrar la Croacia contemporánea con sus luces y sus sombras. Es una actitud muy distinta
a la de Bilandzic, más centrado en la apologética.
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Balkan (REES), 1 (2000)
El gran problema del libro está en su tratamiento de la ruptura de la antigua Yugoslavia, así
como de las guerras que siguieron. No existe ningún esfuerzo por realizar una reflexión
madura sobre lo ocurrido. Goldstein acepta de entrada la versión que la propaganda de
guerra de HDZ dio en su momento, y prefiere no tocar un asunto que, probablemente, sigue
sin ser fácil para los croatas de hoy en día.
En la bibliografía, ningún libro publicado en Belgrado después de 1991, sin los que resulta
muy difícil dar una visión clara y objetiva de los sucesos de estos últimos diez años.
Menciona, de pasada, el contenido del famoso Memorandum de la Academia Serbia de
Ciencias y Artes, así como las Memorias de Borisav Jovic, pero, por lo que dice de estas
obras, es probable que no haya leído de ellas más que extractos periodísticos. En cualquier
caso, la falta absoluta de citas a pie de página nos impide confrontar con los originales los
datos y opiniones que, según Goldstein, proceden de ellos.
Como conclusión, parece que deberemos esperar aún un tiempo antes de que en Croacia
(y en la mayor parte de los estados surgidos de la antigua Yugoslavia) se pueda hacer una
reflexión madura y objetiva sobre el proceso de ruptura del antiguo estado. Es relativamente
fácil encontrar buenos análisis políticos sobre lo que ocurre "dentro de cada uno de ellos",
pero cuando mezclamos ambientes, el serbio sigue siendo serbio, el croata, croata, y el
bosniaco, bosniaco.
MILOSEVIC, Milan. Politicki vodic kroz Srbiju (Guía política de Serbia). Belgrado:
Medija Centar, 2000.
Ayer fue presentado en el Centro para los medios de Belgrado el libro Politicki vodic kroz
Srbiju, cuyo autor es Milan Milosevic (ediciones Medija Centar, Belgrado, 2000). El libro
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Reseña de libros
fue presentado por Hari Stajner, Dragan Bujosevic y Srecko Mihajlovic, quienes dijeron
que el libro presenta en forma exhaustiva todo lo que ha estado ocurriendo en Serbia en los
últimos diez. Existe también una versión en inglés. Está escrito en forma enciclopédica,
estilo conciso, breve y claro. Ademas de presentar hechos el libro explica los mecanismos
de su funcionamiento.
¿Quién es éste?
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Balkan (REES), 1 (2000)
Glas javnosti está anunciando para el 15 de diciembre la salida a la venta del libro titulado
Ko je ovaj covek? (¿Quien es éste?). Se trata de los textos publicados en la rúbrica del
mismo título en ese diario todos los días y que contiene las biografías breves de las
principales personalidades de la vida política en Yugoslavia. Aunque los retratos de los
políticos no son de lo mejor y pecan a veces de la superficialidad típica de los periodistas,
el libro puede servir de información inicial.
Desafortunadamente para los amigos españoles que no dominan el idioma, está escrito en
serbio. El precio será de 250 dinares, menos de 10 marcos alemanes.
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