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Nuestro planeta ya no soporta el ritmo de explotación irracional al que lo hemos estado sometiendo con el pretexto del desarrollo y el progreso. El nivel de consumo en los países disque desarrollados no puede sostenerse sin destruir, de manera cada vez más acelerada, los recursos naturales del resto del mundo. Pero en lugar de frenarlos, todos queremos parecernos a ellos. México es ahora el campo de batalla de esas concepciones de vida profundamente contrapuestas. Detrás de la defensa de los bosques, de los ríos, del territorio fértil, de los mares, de la biodiversidad, de los pueblos originarios y sus culturas de respeto a la naturaleza, está la lucha de nuestra especie humana por la sobrevivencia. Por eso la fuerte oposición a las reformas constitucionales y de otras leyes y reglamentos que buscan explotar todo lo explotable, como si no hubiera un mañana, como si todo fuera sacrificable por un futuro ilusorio que nunca llegará.
Nuestro planeta ya no soporta el ritmo de explotación irracional al que lo hemos estado sometiendo con el pretexto del desarrollo y el progreso. El nivel de consumo en los países disque desarrollados no puede sostenerse sin destruir, de manera cada vez más acelerada, los recursos naturales del resto del mundo. Pero en lugar de frenarlos, todos queremos parecernos a ellos. México es ahora el campo de batalla de esas concepciones de vida profundamente contrapuestas. Detrás de la defensa de los bosques, de los ríos, del territorio fértil, de los mares, de la biodiversidad, de los pueblos originarios y sus culturas de respeto a la naturaleza, está la lucha de nuestra especie humana por la sobrevivencia. Por eso la fuerte oposición a las reformas constitucionales y de otras leyes y reglamentos que buscan explotar todo lo explotable, como si no hubiera un mañana, como si todo fuera sacrificable por un futuro ilusorio que nunca llegará.
Nuestro planeta ya no soporta el ritmo de explotación irracional al que lo hemos estado sometiendo con el pretexto del desarrollo y el progreso. El nivel de consumo en los países disque desarrollados no puede sostenerse sin destruir, de manera cada vez más acelerada, los recursos naturales del resto del mundo. Pero en lugar de frenarlos, todos queremos parecernos a ellos. México es ahora el campo de batalla de esas concepciones de vida profundamente contrapuestas. Detrás de la defensa de los bosques, de los ríos, del territorio fértil, de los mares, de la biodiversidad, de los pueblos originarios y sus culturas de respeto a la naturaleza, está la lucha de nuestra especie humana por la sobrevivencia. Por eso la fuerte oposición a las reformas constitucionales y de otras leyes y reglamentos que buscan explotar todo lo explotable, como si no hubiera un mañana, como si todo fuera sacrificable por un futuro ilusorio que nunca llegará.
La idea de que el ser humano ha progresado conforme el tiempo avanza se ha convertido quizs en el supremo mito, en la ms grande mentira repetida por quienes se aprovechan de ese estado de gracia llamado modernidad. Mxico: la batalla final es civilizatoria. Vctor M. Toledo. La Jornada 22 de julio 2014.
Las seales estn por doquier pero no las queremos ver. Nuestro planeta ya no soporta el ritmo de explotacin irracional al que lo hemos estado sometiendo con el pretexto del desarrollo y el progreso. El nivel de consumo en los pases disque desarrollados no puede sostenerse sin destruir, de manera cada vez ms acelerada, los recursos naturales del resto del mundo. Pero en lugar de frenarlos, todos queremos parecernos a ellos.
Mxico es ahora el campo de batalla de esas concepciones de vida profundamente contrapuestas. Detrs de la defensa de los bosques, de los ros, del territorio frtil, de los mares, de la biodiversidad, de los pueblos originarios y sus culturas de respeto a la naturaleza, est la lucha de nuestra especie humana por la sobrevivencia. Por eso la fuerte oposicin a las reformas constitucionales y de otras leyes y reglamentos que buscan explotar todo lo explotable, como si no hubiera un maana, como si todo fuera sacrificable por un futuro ilusorio que nunca llegar.
Nos despojan la minera a cielo abierto, las grandes presas, las carreteras y ductos, la urbanizacin desordenada, los grandes desarrollos tursticos, los privatizadores del agua, los que se aduean de la biodiversidad y le ponen precio, los que comercializan y empobrecen nuestra riqueza cultural, los agro negocios, la publicidad y omnipresencia de la comida chatarra, los talamontes, los empresarios tursticos que se aduean del paisaje, los crteles del narco Pero tambin nos despojan quienes monopolizan el espectro electromagntico y quienes mediante los transgnicos colonizan nuestro genoma. Nos despojan un sinnmero de corporaciones trasnacionales y mexicanas, y nos despojan los gobiernos que son sus personeros y cmplices, que adems criminalizan a quienes defienden la vida y se oponen a la muerte que significa el avance de la barbarie. Manifiesto del colectivo Por la tierra, por el agua y por la vida.
No se trata de retroceder a tiempos aorados, se trata de proteger lo que nos puede hacer perdurar como especie, con buena calidad de vida y en un frgil pero cuidado equilibrio con el resto de la biodiversidad del planeta; porque podemos hacerlo si nos colocamos fuera de intereses inmediatos que provocan devastacin y desigualdades intolerables. Por eso la resistencia campesindia, como se le est conociendo, es importante, porque all estn las ideas que pueden cambiar nuestra forma de ver el mundo y a nosotros con l: En el campo la expoliacin tiene muchos filos. El territorial, cuando se arrebata a las comunidades la posesin sobre los lugares donde habitan y trabajan para franquearle el paso a minas, presas, carreteras, ductos, urbanizaciones, desarrollos tursticos. El hdrico, cuando se les roba el agua y su manejo. El biolgico, cuando se las excluye de reas de valor ambiental y de su cuidado. El genmico, cuando se les quita el control de sus simientes y se las contamina con transgnicos. El productivo, cuando se desposee a los campesinos de sus recursos y capacidades agrcolas, para entregrselos al agro negocio. El mercantil, cuando las trasnacionales y los grandes comerciantes dominan en todos los mbitos e imponen sus trminos en todos. El cultural, cuando se mercantiliza su identidad usurpando significados y valores. El comunicativo, cuando se les impide acceder a los medios electrnicos. El poltico, cuando se les niega el derecho a gobernar en sus jurisdicciones. El delincuencial, cuando los carteles del narco ocupan y mandan en los mbitos rurales [] Estas vertientes del despojo tienen rato, pero ahora todo indica que la anunciada reforma del campo busca arrebatar a ejidos y comunidades la propiedad social de la tierra, derecho ancestral por el que hace un siglo dieron la vida un milln de mexicanos. Todo esto es grave, sin embargo la amenaza mayor, la ms siniestra es que quieren despojarnos del futuro, quieren quitarnos la esperanza. Tierra, agua, vida, simiente, produccin, mercado, voz, identidad, autonoma, seguridad, propiedad social, esperanza Van por todo. Pero no nos vamos a dejar. Roger Bartra. Van por todo. La Jornada del campo 19 de julio 2014.
El trmino progreso justifica todo, pero en este caso se rompe con la idea de que hacia donde nos quieren llevar sea conveniente, por todos lados tenemos las evidencias de que este capitalismo neoliberal slo concentra las ganancias del despojo en unas cuantas y sucias manos, dejando a las masas indefensas y con una mano adelante y otra atrs. Se estn dando las resistencias hasta por las vas de una legalidad tramposa, y algunas hasta se ganan, el abogado Francisco Lpez Brcenas, especialista en derechos agrarios e indgenas, entrevistado por Lourdes Rudio de La Jornada, advierte: ocurre en todo el mundo, porque el derecho tambin se globaliz. Muchas de nuestras leyes no se hacen en el Congreso, se discuten en las grandes empresas, las disean los bufetes de las trasnacionales. Antes uno presentaba un juicio y si tena razn, lo ganaba, no haba tanto inters acumulado en la justicia, ahora eso es imposible. Qu tenemos que hacer?, debemos darle otro sentido al uso del derecho.
Suena apocalptico porque lo es: Se trata entonces de una civilizacin suicida, a la que contribuye todo miembro de la especie por razones de desinformacin, ingenuidad, inters individual o simple cinismo. Estamos entonces frente a un gigantesco proyecto de muerte, ante un reto existencial de especie, e incluso frente a un proceso social que se enfrenta al propio proceso evolutivo del cual ha surgido y del que forma parte. Vctor M. Toledo.