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Crear la Secretaría de Pesca federal, para fortalecer la política nacional en la materia

Jaime Mireles Rangel

El sector pesquero del país ha sido fuertemente vapuleado por decisiones políticas erróneas en los
últimos años, las cuales han otorgado primordial importancia a la extracción petrolera, debido a las cuantiosas
divisas que le reporta al país, sin importar que México sea una nación con innegable vocación pesquera, pues
50 por ciento de sus entidades federativas tienen fronteras marinas.
A partir del descubrimiento de grandes yacimientos petroleros, que colocaron al país como uno de
los principales proveedores del mundo industrializado, empezó a declinar producción pesquera, sobre todo en
nuestro estado, rico en especies marinas de alto valor comercial y nutricional; pero que, a la vez, mayor
productor de petróleo crudo y gas natural durante cerca de 30 años de explotación en la zonda de Campeche.
Primero se hizo desaparecer a la floreciente captura de altura de camarón; después, se deshicieron de
activos importantes de las flotas camaroneras de altura de todo el país; posteriormente, se limitaron las zonas
de pesca, con una afectación importante para la pesca en general.
Durante esos años se sucedieron importantes derrames petroleros y, para darle la puntilla al sector, en
la actualidad se sufren serias carencias de recursos para promover su desarrollo y hacer viable la producción
acuícola como fuente de recursos alternos, eso sin contar con la existencia de un sistema oscuro de vedas y la
aparente complacencia de las autoridades ante una depredación inmisericorde de especies.
Las causas de estos problemas, que parecen encaminadas a sepultar la actividad pesquera en el país,
son múltiples y muchos los culpables, que han significado, además de la consabida contaminación del manto
marino, la desaparición de especies, la reducción del abanico de oferta al mercado nacional e internacional y,
con ello, se ha impedido el crecimiento de la actividad y captar importantes divisas para el desarrollo
nacional.
No obstante, nada desilusiona más que sean dependencias federales las principales causantes de este
imparable deterioro de la actividad, cuando debieron ser sus mayores impulsores, pues es notable la cada vez
menor asignación de recursos federales al sector.
El problema recurrente que enfrenta el sector pesquero en la actualidad, tiene su origen en la cada
vez menor aplicación de recursos, propiciada por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural,
Pesca y Alimentación (Sagarpa) institución federal que recorta los recursos asignados al sector pesquero, para
asignárselos al agrícola, pues considera prioritaria la atención al campo.
Estos antecedentes fortalecen la propuesta de que la Conapesca se constituya en un ente
descentralizado de la Sagarpa, a fin de que realice un ejercicio cabal de los recursos económicos destinados al
sector pesquero, con lo cual dejaría de ser la “caja chica” del sector agropecuario.
Esta problemática ha sido discutida con los responsables de la política pesquera de los estados
costeros en la República Mexicana, pues se ha llegado a la conclusión de que la solución al recorte
presupuestal que sufren cada año, es la descentralización de la Conapesca.
El planteamiento de que se otorgue plena autonomía a la Conapesca, conlleva la necesidad de
modificar su personalidad jurídica para pasar de órgano desconcentrado a descentralizado. Existe otra opción,
consistente en la instauración de la Secretaría de Pesca Federal, con lo cual se acabaría de una vez por todas
con estas incongruencias que tanto afectan al sector.
Se trata, en suma, de evitar que en el futuro, ante una eventual necesidad de mayores recursos para la
agricultura y la ganadería, se recurra al recorte del presupuesto de la instancia encargada de la atención del
sector pesquero, que lo sume en el estancamiento y propicia su desaparición.
Se requiere que esa superdependencia, conocida como la Sagarpa, adelgace sus atribuciones, pues es
bien sabido que “quien mucho abarca, poco aprieta”.
Descentralizar a la Conapesca o lo que sería mejor, crear de nuevo la Secretaría de Pesca, implica
que se le otorguen mayores responsabilidades y que los beneficios planeados para el sector pesquero lleguen a
sus integrantes.
Con esta propuesta, de ninguna manera se debilita la autoridad del Ejecutivo federal, por el contrario,
se fortalece la política pesquera nacional y se proyecta al sector hacia más y mejores ámbitos de eficiencia y,
por ende, de competitividad y desarrollo.

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