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Ensayo Bibliográfico Nº 1

El “Deber Ser” y el “Ser” del Sistema de Educación Superior Chileno

Autor: Erwin E. Hetz Rudloff

“El autor declara que el contenido de este trabajo es original. En el caso de existir contenido de otros autores,
se especifica y se entregan las referencias”

Co nc e p c i ón , 2 4 d e o c t u b r e de 2 2 08
Introducción

El presente ensayo pretende realizar una revisión histórica ligada al accionar y la forma
de ver el sistema educativo chileno desde sus albores, destacando las líneas programáticas que
permiten determinar un claro accionar y visión por parte del Estado al respecto, marcado por
el predominio de un pensamiento liberal que marca desde sus inicios la conformación del
Estado Nación Chileno. Por otro lado se pretende dar cuenta de cómo este ideario ha ido
evolucionando debido a múltiples factores de interacción dentro de la sociedad chilena,
desembocando en sus actuales condiciones de posibilidad y la forma concreta en la que en la
actualidad las instituciones de educación superior se organizan y relacionan con la figura
estatal, vinculándose a través de esta nueva forma regulatoria o espacio de interacción
denominado como el mercado.

La hipótesis a poner en cuestión señala que la universidad, al ser una institución


moderna, se identifica de manera preponderante con el ideal liberal y democrático propio de
los siglos XVI, XVII y XVIII que persigue una mayor igualdad y libertad entre los ciudadanos
de una nación basándose en la puesta en práctica de la tolerancia; dicho ideario ha tenido
contradicciones a lo largo de la historia y ha debido superar dificultades que hoy en día se
materializan en la supremacía del mercado como ente regulador del accionar de las diversas
instituciones en la vida nacional, definiendo también por ende una supremacía del ámbito
económico por sobre de otros ámbitos tales como el político, ético y cultural. Así, asistimos en
la actualidad a un desligamiento del Estado con respecto a su obligación asumida en tiempos
tempranos con respecto a la Educación de Nivel Superior en Chile.

El pensamiento liberal y el origen de la universidad en Chile

En primer lugar, revisaremos algunos elementos programáticos e históricos con


respecto al liberalismo como corriente de pensamiento en Chile, para generarnos un panorama
con respecto al contexto en el que surge la universidad en Chile. Implica necesariamente
observar al liberalismo como un discurso y una forma de pensamiento instalada desde las

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élites de la época que dieron origen al Estado Nación, por ende tiene un importante
componente de tipo político.

El liberalismo, a diferencia del socialismo, centra su foco de atención igualitario en el


ámbito público, dejando espacio para la existencia de diversidad –desigualdad- en el ámbito
privado (Ruiz Tagle, 2004). Vemos que en el inicio de la instalación de la universidad en
Chile, así como toda la institucionalidad ligada al Estado Nación existe un predominio casi
absoluto del ámbito público, será sólo durante la segunda mitad del siglo XX y principalmente
hacia décadas más recientes donde es posible apreciar el surgimiento e instalación de la esfera
privada dentro de la educación superior, donde los pioneros fueron las instituciones educativas
ligadas a la iglesia católica. Este mismo predominio absoluto de la universidad pública es
criticado por Brunner (2007) en cuanto instaló en Chile una mirada demasiado desregulada de
la Universidad en el sentido de su independencia y autoridad sin rendir cuentas con respecto al
Estado.

Desde los albores de la conformación del Estado Nación chileno, vemos una
importante presencia, presión y participación de la iglesia católica y su doctrina de
pensamiento. Al respecto, existiría un antagonismo entre liberalismo y catolicismo. Vemos
que uno de los fundamentos que hace viable esta oposición es el principio dogmático y
unitario de la doctrina católica. Esto nos hace pensar que por ende en dichas instituciones no
es de interés el formar profesionales con una mirada crítica, abierta y que promuevan el
cambio social –en la dirección que estimen conveniente sus consciencias-; sino que por el
contrario lo que interesa es que esos profesionales logren dejar una impronta, un sello ligado al
catolicismo, que conduzca a una “cristiandad” de toda la sociedad, el cambio que se intenta
llevar adelante entonces es eminentemente evangelizador.

A diferencia de lo anterior vemos en el caso de la educación liberal que se intenta


entregar herramientas a los futuros profesionales para que sean actores –y no instrumentos
como en el caso del catolicismo- y agentes de cambio social, conduciendo el avance o
desarrollo del país según sus propias voluntades y según los tiempos que les corresponda vivir.

En el ámbito político de los partidos chilenos, particularmente la UDI, vemos que el


liberalismo ha tenido una influencia, como señala Ruiz Tagle (2004) con respecto a la

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influencia relativa sobre la UDI, se ha caracterizado porque esta última ha asumido “…un
oportunismo conservador frente a la hegemonía y resistencia de las ideas liberales, y una
manera ineludible de articularse con los economistas neoliberales, potentes y exitosos en los
años ochenta…” (p.169). En esta misma línea, termina señalando que el partido político
chileno UDI desde su origen está “embarazado de fascismo” y posee una tendencia casi
natural a un “autoritarismo constitucional”, obviamente contradictorio y opuesto al liberalismo
actualmente asociado con un progresismo propio de la social democracia europea post caída
del muro de Berlín.

La mención en torno a la UDI, así como con respecto a la Democracia Cristiana


chilena Ruiz Tagle (2004) la realiza para dar cuenta de la fuerte presencia del liberalismo en
Chile, que inclusive ha afectado las doctrinas de pensamiento propias de dichos partidos
políticos.

Podríamos agregar de manera actual que una de las líneas de investigación interesantes
en esta área (catolicismo v/s liberalismo) consistiría en el estudio de la relación entre el
protestantismo y la formación universitaria. Nuestra hipótesis al respecto señala que no se
diferenciaría de manera considerable con respecto a lo que sucede en el caso del catolicismo.

Un concepto interesante que es asociado por Ruiz Tagle (2004) con el concepto de
liberalismo es el de igualdad y por ende el de movilidad social, en la misma línea en la que el
autor señala que: “…la cuestión social haya sido un tema en el que los liberales tenían mucho
que decir porque una de sus preocupaciones siempre ha sido la lucha contra los privilegios y la
igualdad…” (p.177). En este sentido, la educación liberal se consideraría una vía de ascenso
social y por ende de transformación social, tanto de las condiciones materiales (económicas)
como inmateriales (culturales) en las que se desarrolla la vida de los individuos.

Coincidimos con esta postura en cuanto a que en la actualidad en nuestro país se ha


llevado adelante un modelo de “universidad para todos” de manera desregulada, donde se ha
dejado bajo los designios del mercado el “bien educación” sin una mayor intervención
gubernamental que asegure la calidad o defina estándares mínimos, los que bajo ningún modo
irían en contra de la libertad de enseñanza. Tampoco se ha avanzado en lo señalado por
Brunner (2007) –que debiese ser posterior al haber garantizado los estándares mínimos de

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calidad- en cuanto a un estado que funcione como instancia coordinadora que logre articular el
conocimiento que radica en las universidades –privadas o públicas- con el sector empresarial.

Diagnóstico actual del sistema de educación superior chileno

En esta segunda parte del ensayo nos aproximaremos a la situación actual en la que se
encuentra la universidad en Chile. El aporte que realiza Brunner radica en brindarnos una
descripción actual con respecto a la situación de la educación superior en Chile, comparándola
además con la situación internacional.

En esta línea, vemos que la situación actual del sistema de educación superior chileno
según la descripción hecha por Brunner va en contra de la visión histórica propuesta por Ruiz
Tagle en cuanto a la necesidad de una fuerte educación pública liderada por un pensamiento
liberal. Tanto Ruiz Tagle como Brunner coinciden en señalar –quizá Brunner es más concreto
y tajante- que la situación actual del sistema educativo de nivel superior chileno no es buena,
Brunner la define como marcada por un fuerte privatismo, dado por la baja inversión –y por
ende cobertura- que brinda el Estado chileno con respecto a ella, debiendo ser costeada de
manera privada por las familias de los estudiantes.

Otro concepto relevante que introduce Brunner es el de mercadización que señala la


importancia del mercado como agente regulador de la oferta y demanda educativa, donde
dichas instituciones de educación superior deben dedicarse a la competencia por alumnos,
recursos y prestigio; y el Estado realiza intervenciones puntuales y específicas a la distancia.

Resulta interesante la relación que establece Ruiz Tagle en que el garantizar o instalar
de manera definitiva un pensamiento liberal en la educación pública, va asociado con prácticas
concretas y el ejercicio concreto de la democracia, que permitiría avanzar en un cierre
definitivo de esta transición política tan extensa que ha sido guiada por la concertación. De no
ser así, vemos que toda nuestra sociedad se encuentra recubierta por pequeñas modificaciones
y retoques superficiales, pero que en el fondo operan con una estructura heredada de la
dictadura e inclusive desde antes, que contiene distorsiones del pensamiento liberal y se
mezcla con elementos conservadores entre los que podemos identificar la influencia del
pensamiento católico, a través del dogma y la fe, hasta potenciales aspiraciones neonazis.

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Todo pensamiento liberal debe luchar en contra de la privatización total de cualquier
elemento en la sociedad que prive al resto de los individuos de su goce. Esto hasta el límite de
la tolerancia, esto no implica eliminar lo privado y abogar por una estatización de la sociedad,
sino que es mantener y vigilar como valor supremo la tolerancia, igualdad y libertad. Lo
privado, bajo la mirada liberal, no es considerado como algo negativo, al contrario es fuente de
civilización, cuestionamiento positivo y perfeccionamiento de lo público. Vemos que
complementa muchas veces y hace avanzar a lo público en vías de una mayor civilización,
planteando que “…la civilización requiere una educación que suavice las formas y consolide
la paz entre personas diferentes…” (p.191).

Conclusiones

Actualmente la existencia de múltiples instituciones educacionales en el ámbito


privado, en todos los niveles de instrucción, se basa en el principio de libertad de enseñanza.
Este principio resulta incuestionable frente a los mismos principios del liberalismo; el polo
opuesto haría caer a la educación en una posición dogmática, unitaria y bajo un control
absoluto del Estado.

Si bien coincidimos con el argumento anterior, resulta relevante la revisión que elabora
Ruiz Tagle (2004) citando a Macaulay y Hume, en cuanto a que la educación no es lo mismo
que el azúcar, por lo que si bien esta última actividad puede estar sujeta a los vaivenes
económicos de la oferta y la demanda, la primera –educación- consistiría en un bien superior –
no individual- que compete a toda la comunidad y a la nación, por lo que es obligación y tarea
del estado el supervigilar los estándares bajo los cuáles se lleva adelante.

En cuanto a los principios que debiesen incentivar el desarrollo y fortalecimiento de las


Universidades privadas en el país coincidimos con Ruiz Tagle en el sentido de que para ello
resulta necesario un fortalecimiento previo y comprometido con la universidad pública, para
posteriormente asegurar que las universidades privadas se desarrollen en una línea de
democracia y diversidad que asegure y fortalezca la convivencia nacional en miras al logro de
igualdad, libertad y tolerancia. En una crítica a la lógica mercantil, se trata también de impedir

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que las Universidades privadas vendan su servicio de un modo indiscriminado como lo hacen
en la actualidad.

Coincidimos además en lo que señala Ruiz Tagle en cuanto a señalar que en la


educación pública debe coincidir un ideario liberal, tanto en el ámbito intelectual como
político que permita establecer garantías con respecto al derecho a educarse de las personas,
dejando un espacio dentro de la sociedad a las distintas formas de educación –privadas- que
busquen instalar una determinada forma de ser de los individuos, es decir que busquen instalar
un sello en sus alumnos y que no solo busquen lucrar con la educación considerándola como
un servicio más a transar en el mercado. Vemos que esto es lo que ha sucedido con la
educación en Chile, esta tradición liberal que caracterizaba al sistema educativo chileno se ha
ido debilitando desde 1950 hasta la fecha, cayendo en una desregulación de la educación y
dejándolo solo al servicio del mercado y la competencia, sin asumir un rol protagónico y
directriz el Estado. Se trata en definitiva “…de tener un liberalismo que no acepta como
dogma de fe la idea que todo lo privado es bueno porque sí y que aunque respeta la esfera de
lo privado, combate también los efectos públicos de todas las formas de explotación y
dominación que son expresiones de crueldad…” (Ruiz Tagle, 2004, p.190)

Actualmente el panorama de la sociedad chilena favorece el desarrollo de instituciones


de educación superior de tipo privadas, marcado por una fuerte privatización y mercadización
del sistema de educación superior, con un marcado distanciamiento de la figura del Estado.
(Brunner, 2007)

Si bien el argumento desarrollado por Brunner es radicalmente opuesto al desarrollado


por Ruiz Tagle, en torno al rol actual de la Universidad en la sociedad Chilena y sus
posibilidades de desarrollo; vemos que para Brunner la educación absolutamente ya no es
vista como una obligación del Estado y por ende las Universidades deben entregarse a la
competencia del mercado y ofrecer “productos” de buena calidad para poder subsistir. Nos
parece mas acertada la visión de Ruiz Tagle, sin caer en una fiscalización de la educación ni
en un mecenazgo eterno, pero el Estado formado bajo ese ideario liberal debe cumplir la
función de garante de determinados derechos de la población, entre los que mencionamos el
de la educación; nos parece inadecuado abogar por una disminución cada vez mayor del

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Estado ya que sabemos que la competencia en el mercado no se da en términos equitativos,
además que no todos los elementos pueden ser reductibles a la lógica mercantil.

Referencias

Ruiz -Tagle, Pablo. (2004). La Contradicción del Liberalismo Católico en Chile. Estudios
Públicos, 93, 165-194. Obtenido el 16 de septiembre de 2009, desde
http://www.cepchile.cl/dms/archivo_3246_1596/r93ruiztagle_la_contradiccion.pdf

Brunner, José Joaquín. (2007). Mercados Universitarios. Los nuevos Escenarios de la


Educación Superior. Santiago: Universidad Diego Portales.

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