Está en la página 1de 2

Huellas en el Corazón de Dios II

Hechos 13:17-22

Nuestro anhelo debe ser tornarnos en instrumentos para provocar a otros a la búsqueda
de Dios. Dejando las huellas que Cristo dejó en nosotros.

Muchos hombres conmovieron e impresionaron a Dios. Hubo uno, de quien por lo


menos se menciona diez veces en la Biblia; Dios declara y dice de él, “por amor a mi
siervo voy a bendecir a los suyos, voy a detener un castigo, voy a detener la mortandad,
no voy a raer el reino”. Por el amor que le tuvo, por el amor que ganó Su corazón, Dios
se abstuvo de hacer cosas incluso de cometer juicios. A veces hay hombres ilustres que
impresionan y se les recuerda con homenajes. Pero este es un hombre que no solo dejó
huellas en los hombres, sino que dejó huellas en el corazón de Dios, este hombre fue
David. (2º de Reyes 8:19. 1º de Reyes 15:4)

Si alguien impresionó el corazón de Dios, llamó Su atención, fue David. Y por amor a
Su siervo David, aún cuando éste ya no existía en la tierra, y su descendencia hacía lo
malo, Dios se abstenía de los juicios. Más que un compromiso, el amor que Dios sentía
por David, le impedía actuar severamente. Dios regulaba Sus castigos, alejaba Sus
juicios, prolongaba misericordia para que se arrepintieran y decía continuamente: “por
amor a mi siervo David” ¿Qué huella dejó David en el corazón de Dios? ¿Cómo hizo
para que el mismo Dios declarara “Varón conforme a mi corazón” ¿Qué hizo David para
impresionar a Dios?

Veamos un ejemplo de ello: en el 1º libro de Reyes 11:7 dice: Salomón se dio a la tarea
de buscar mujeres dentro de pueblos que estaban destituidos por Dios, pueblos malditos.
Amó a mujeres extrañas y ellas hicieron que se desviara su corazón. Su pecado fue
desobedecer a Jehová. La consecuencia de todo eso fue que levantó altares a otros
dioses. Si algo aborrece Dios, es la idolatría. Es abominable delante de Jehová porque
dice la Palabra que Dios no comparte Su gloria con nadie y fuera de Jehová no hay otro
Dios.

(vrs. 11) “Y dijo Jehová a Salomón: Por cuanto ha habido esto en ti, y no has guardado
mi pacto y mis estatutos que yo te mandé, romperé de ti el reino, y lo entregaré a tu
siervo. (Vrs. 12) Sin embargo, no lo haré en tus días, por amor a David tu padre; lo
romperé de la mano de tu hijo. (vrs. 13) Pero no romperé todo el reino, sino que daré
una tribu a tu hijo, por amor a David mi siervo, y por amor a Jerusalén, la cual yo he
elegido”.

Si leemos detenidamente estos versículos, observamos como Dios, comprometido con


David se vio obligado a bajar la cuota del castigo.

Primera consideración. Versículo 12. “Pero por amor a tu padre David, no lo haré en tus
días”. Segunda consideración. Lo arrancaré y lo romperé de la mano de tu hijo.
Tercera consideración. Versículo 13. Sin embargo no romperé todo el reino, sino le daré
a tu hijo una tribu por amor a mi siervo David y por amor a Jerusalem.

En resumen, debemos dejar huellas en el corazón de Dios, de tal manera que El pueda
tener misericordia si nuestra familia o los que nos rodean no actúan de acuerdo a Su
voluntad. Si usted se ha esforzado por agradar y honrar a Dios y El le llega a amar de tal
manera que si quizá su familia se desviara, Dios pueda decir que por amor a usted, no
va a castigar tan severamente a su familia. Que usted sea un vehículo, un instrumento,
alguien de quien Dios tenga misericordia.

Esforcémonos en dejar huellas en otros, pero más que eso perseveremos en dejar huellas
en el corazón de Dios. Que Dios se vea comprometido a actuar en favor nuestro, a causa
de nuestra fe, de nuestra búsqueda, de nuestra entrega.

También podría gustarte