Está en la página 1de 2

El Hada Jos Antonio Ayala

El Hada
Jos Antonio Ayala
Se consideraba una muchacha desgraciada, pero en absoluto resignada con su situacin. El comienzo de su vida no haba podido ser ms triste: se haba quedado hurfana a los pocos aos y haba sido adoptada por compromiso por algunos parientes lejanos y al poco tiempo internada en un hospicio ms bien srdido. De all la haba sacado una bondadosa, pero exigente seora para tomarla a su servicio. Y esa haba sido su vida desde entonces: trabajar, comer y poco ms. Ni tena familia, ni amigos, ni ilusiones, pero todo ello la rebelaba y tena la esperanza de que algn da encontrara la justa compensacin a sus tristezas y miserias. Y su esperanza no fue vana. Un da que estaba sola en la casa, sacando brillo, como siempre, a muebles y suelos que no eran los suyos, se le apareci una hermossima mujer, toda vestida de blanco, de rostro muy bondadoso y con una varita en la mano.
Ricardo Carrasco Francia rcarrasco@outook.com

El Hada Jos Antonio Ayala

-Soy el hada de tu guarda -le dijo-. Me ha conmovido tu desgracia, tus trabajos, tu soledad, y estoy dispuesta a darte lo que quieras, lo que ms te guste con mi varita mgica. La muchacha guard silencio y baj los ojos humildemente. El hada admirada por su modestia y su recato se propuso hacerle esplndidos regalos. -Mira, qu bonito vestido para ti, y varios ms para que puedas cambiarte. Y una casita pequea, para ti sola, mira por la ventana y la vers en la ladera de aquel monte; y un coche, para que puedas viajar, y El hada mir a la muchacha y observ que ninguno de estos regalos pareca hacerle ilusin. Le pregunt entonces qu era lo que ella prefera, que fuese lo que fuese estaba dispuesta a drselo. -S? -dijo la muchacha, saliendo de su mutismo-. Quiero tu varita mgica.

Ricardo Carrasco Francia rcarrasco@outook.com

También podría gustarte