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Enero 25, 2004

Eduardo Galeano

29 de abril del 2002

Los chimpancs
Eduardo Galeano La Jornada Los dioses no estaban jugando a los dados. Inspirados por la generosidad y el sentido comn, ubicaron a los primeros seres humanos en el frica: quisieron e itarnos los gastos en calefacci!n y las triste"as de la ida sin sol. Los dioses nos hicieron ese fa or, a nosotros y a todos los dem#s miembros de la familia de los monos. $ero el tiempo pas!, los humanos nos hemos desparramado por el mundo, y hemos encerrado a nuestros primos m#s peludos en los "ool!gicos. %uchos chimpanc&s, arrancados de la sel a africana, i en en el "oo de 'rnhem, en el helado norte de Europa. Ellos pasan la mayor parte del a(o encerrados en un edificio, que los sal a de morir durante los largos meses de nie e y oscuridad. )uando llega la prima era, y escuchan el ruido de los portones que se abren, cantan a coro un himno a la alegr*a en ersi!n chimpanc&, y se lan"an al sol. + por poco que el sol sea, celebran la buena noticia rodando en la intemperie.

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