Está en la página 1de 1

El Alud Alfredo Cardona Pea

El Alud
Alfredo Cardona Pea
No tena brazos, no tena piernas; le haban arrancado los ojos y la lengua y vertido aceite hirviendo en los odos. El tirano, durante un festn, as lo haba decretado. Pero el corazn no ces de latir, y un da que abrieron la mazmorra se lanz escaleras abajo, como un tonel en donde hubiesen depositado todos los sufrimientos del mundo, como una rueda ensangrentada, como un tronco empujado por la tempestad, y as, rodando, rodando, atraves la ciudad, entr en el mercado, y atropellando manzanas y ladrones, puestos de flores y mendigos, fue a detenerse a los pies del pueblo. Su sola presencia hizo que se escuchase el rugido de mil leones. Los ojos vieron, las piernas corrieron, las lenguas pronunciaron maldiciones, los brazos se agitaron las manos agarraron puales, y la multitud, como una incontenible masa de fuego, asalt el palacio y coloc en su trono a la libertad.

Ricardo Carrasco Francia rcarrasco@outook.com

También podría gustarte