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Ensayo-Casi Terminado
Ensayo-Casi Terminado
Estefanía Hernández
Mónica Ruiz Díaz
Marcos Paez
Patricia Duró
En un alba sin pájaros el mago vio cernirse contra los muros el incendio
concéntrico. Por un instante, pensó refugiarse en las aguas, pero luego
comprendió que la muerte venía a coronar su vejez y a absolverlo de sus
trabajos. Caminó contra los jirones de fuego. Éstos no mordieron su
carne, éstos lo acariciaron y lo inundaron sin calor y sin combustión. Con
alivio, con humillación, con terror, comprendió que él también era una
apariencia, que otro estaba soñándolo.1
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Las ruinas circulares. Ficciones. J.L.Borges
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Hacemos referencia a un video, realizado por este mismo grupo y expuesto en clase teòrica el 22 de
septiembre de 2009, donde la protagonista es una chica que posee tres perfiles en Facebook, uno con sus datos
reales y dos con datos ficticios, además uno de los perfiles recrea a una mujer y el otro a un hombre.
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tiene tantas identidades como personajes construye o interpreta. Por eso queremos
diferenciar identidad de perfil. Sostenemos que cada perfil en FB tiene identidad, en el
sentido que cada perfil es diferente de otro, similar pero único, y esa unicidad se la
otorgamos los que estamos del otro lado de la pantalla, las personas que sí portamos
identidades. Para nosotros lo que construimos en FB no son identidades sino perfiles.
Entonces nuestras preguntas iniciales se reformularían en una: ¿Qué y como se construye
en FB?
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Lessig, Lawrence “Ciberespacios” en El código y otras leyes del ciberespacio; describe a una mujer que es
usuaria del servicio on line de AOL, cuyo seudónimo en dicho sitio es Stacy Cat.
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“Nadie, excepto Stacy Cat, tiene por que saber sus nombres de pantalla,
nadie puede descubrir a quien pertenece”
Freud sostuvo que nuestro ser conciente es solo la punta de un enorme iceberg
que no es otra cosa que nuestro inconciente. El mismo autor, en El malestar en la cultura
dice “Más enérgica y radical es la acción de otro procedimiento: el que ve en la realidad al
único enemigo, fuente de todo sufrimiento, que nos torna intolerable la existencia y con
quien por consiguiente, es preciso romper toda relación si se pretende ser feliz en algún
sentido. El ermitaño vuelve la espalda a este mundo y nada quiere tener que hacer con él.
Pero también se puede ir más lejos, empeñándose en transformarlo, construyendo en su
lugar un nuevo mundo en el cual queden eliminados los rasgos más intolerables,
sustituidos por otros adecuados a los propios deseos. Quien en desesperada rebeldía
adopte este camino hacia la felicidad, generalmente no llegará muy lejos, pues la realidad
es la más fuerte. Se convertirá en un loco a quien pocos ayudarán en la realización de sus
delirios. Sin embargo, se pretende que todos nos conducimos, en uno u otro punto, igual
que el paranoico, enmendando algún cariz intolerable del mundo mediante una creación
desiderativa e incluyendo esta quimera en la realidad. Particular importancia adquiere el
caso en que numerosos individuos emprenden juntos la tentativa de procurarse un seguro
de felicidad y una protección contra el dolor por medio de una transformación delirante de la
realidad. También las religiones de la Humanidad deben ser consideradas como
semejantes delirios colectivos. Desde luego, ninguno de los que comparten el delirio puede
reconocerlo jamás como tal.” ¿No es acaso esta una buena descripción de lo que hacemos
en FB? ¿No construimos en FB perfiles idealizados de nuestro yo? ¿No vivimos acaso una
“realidad virtual”, a veces ficticia, a veces idealizada del entorno y de nosotros mismos”?
Porque, como dice S. Turkle “¿En que sentido tenemos que considerar que un escritorio en
una pantalla es menos real que cualquier otro?” Uno de los aspectos más llamativos en
relación a Facebook es su estética de éxito y felicidad, se suben las mejores fotos, se
piensan las mejores frases y todo parecería funcionar sin conflictos, FB es el lugar de las
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Idem anterior
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Turkle, Sherry. La vida en la pantalla
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Las negritas son nuestras.
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“cosas buenas y positivas”, no hay espacio, por el momento, para la reflexión y las
contradicciones. Si estas existen se disimulan dentro de un cúmulo cada vez mayor de
aplicaciones.
Sostenemos que en cada perfil que uno construye en FB hay algo de uno, cada
perfil es, para nosotros, como un texto que escribimos y que además publicamos en este
medio y con esta herramienta que es FB. En cada construcción volcamos conciente o
inconcientemente parte de nosotros, cada perfil somos nosotros. Aún en los casos en
que se construyan perfiles con datos ficticios.
En otro fragmento, Sherry Turkle escribe “Nos movemos hacia una cultura de la
simulación en la que la gente se siente cada vez más cómoda con la sustitución de la
propia realidad por sus representaciones.” Esto es lo que el ciber espacio nos permite
hacer: simular, jugar a ser lo que no somos, desplegar todas las potencialidades de que
somos capaces, redefinirnos, reinventarnos cada vez que hacemos clic o damos enter,
cada vez que elegimos interactuar con los otros a través de la pantalla. Y también esconder
el cuerpo, alejarlo del contacto con el otro, producir un borramiento, una negación del
cuerpo, eso es lo que genera y permite esta nueva forma de comunicarnos. Y al interactuar
sin el cuerpo presente es donde comienzan a surgir las dificultades para entender que
hacemos y que nos pasa con la actual tecnología.
Los cuerpos son historia, con ellos se hace la historia y en ellos se imprime la
historia individual y colectiva, aunque estos estén ausentes o inmutables durante siglos. El
cuerpo, los cuerpos, son un elemento social, un elemento moldeado según las
necesidades, según los requerimientos de una sociedad en permanente cambio. No hay
posibilidad de historia sin cuerpos. Sin embargo, FB y otras plataformas actuales abren la
posibilidad de relacionarnos ocultando el cuerpo. El cuerpo puede desaparecer detrás de la
pantalla, puede ocultarse y hasta incluso negarse. En este sentido, las personas que
presentan cualidades físicas que no se enmarcan dentro de los cánones de belleza
establecidos por cada sociedad en un determinado tiempo, presentan al cuerpo de
diferentes maneras en la red: “... las personas “feas” se enfrentan, en el espacio real, a
unas arquitecturas de normas sociales que convierten su apariencia en una barrera ante
determinadas situaciones, por lo que asumen un enorme sufrimiento adaptándose a dichas
arquitecturas.”7
La herramienta nos permite simular ser lo que deseamos o lo que los otros,
creemos, esperan que seamos. En FB se puede jugar a ser lindo y popular, sin serlo. Se
puede cambiar de sexo, de edad, de intereses. FB es real, existe, pero todos los usuarios
sabemos que hay un alto grado de ocultamiento, las sombras que FB proyecta son
enormes, y en ellas se oculta nada menos que la materialidad que nos conforma, individual
o colectivamente.
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Lessig , Lawrence “Ciberespacios” en El código y otras leyes del ciberespacio.
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El tiempo es algo intangible, no aprehensible, que solo puede entreverse o
imaginarse por las modificaciones que sobre lo material se inscriben. En los cuerpos, las
cicatrices o las arrugas marcan la individualidad, pero son además reservorio de los
procesos sociales. Los cuerpos se trasladan en el tiempo y como materia que son no
permanecen inalterables, por el contrario este trasladarse implica modificaciones,
variaciones visibles e invisibles. El tiempo sin la materia corruptible, sin la materia donde
escribir, se desvanece y no hay manera de recorrerlo. En FB al no haber cuerpos, solo
imágenes cuidadosamente seleccionadas, no hay marcas contundentes del paso del
tiempo, salvo un comentario impersonal como por ejemplo “hace 11 minutos”, y la nueva
frase o foto o aplicación subida al muro. Estos registros no hacen más que enfatizar la
noción, que todos los usuarios tenemos presente, que este espacio de interacción es
absolutamente artificial. De la inmaterialidad de FB surge una de las principales
características de la construcción de perfiles. No hay tiempo, solo alusión a este. Esto le
otorga a la plataforma un matiz de irrealidad. Si a esto le agregamos que la arquitectura de
FB no permite cambiar por ejemplo el tipo de letra, los colores de nuestro muro, el tamaño
de nuestra foto de presentación, entre otras cosas, y que la página de un “amigo” o de un
“famoso” se ven, a simple vista, igual a la de cualquier otro usuario, o igual a la de una
marca, nos encontramos aquí que estos elementos tienden a la uniformidad y esto no es
otra cosa que otro rasgo de irrealidad, ya que en el mundo real no es posible que cada
individuo sea tan similar a otro, o lo que es peor tan similar a una marca.
¿Quién sos vos, el que esta de otro lado? Este seria un interrogante a deducir a
partir de la incorporación a nuestros perfiles de personas que no conocemos, que a simple
vista consideramos como “reales”, y que son aceptadas por verse “simpáticas” por ser
populares, por “creer que las conocemos” o por el simple hecho de “tener un amigo mas”;
siendo éstas nada más y nada menos que una mera construcción, expresión de todo
aquello con lo que soñamos ser, personas ideales, vidas perfectas, caras felices que se
manifiestan y se expanden a lo largo y a lo ancho de Facebook, que nos presenta
características que son afines a nuestros gustos, placeres y necesidades
Esta confusión entre un mundo real y otro virtual, este enroque permanente, este
espacio y estos personajes “casi perfectos” ¿son una expresión de deseo? ¿Son un mero
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juego que alivia las angustias cotidianas? ¿Cuando comenzaremos a olvidarnos de la
exposición en FB y empezaremos a mostrarnos más reales?
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BIBLIOGRAFIA