Jerome Bruner, Pedagoga Popular El enfoque que Bruner plantea en su pedagoga popular refleja un marco de cuatro posturas en las

que estn ubicadas las concepciones de la escuela, no solo como un espacio de instruccin y no como un espacio en donde se deben, meramente, transmitir conocimientos estticos entre el superior intelectual y el ignorante. Es una visin en la que la escuela desempea un papel de instruccin, gua y sobre todo donde el docente desempea el papel esencial de ser el medio para que el alumno logre reconocer los conocimientos que l ya tiene a priori e incentivarlos a que esos conocimientos se enriquezcan, se comuniquen y se comparen con los de otros para acrecentar sus puntos de vista y conocimientos a posteriori. El aprendiz deja de ser solo un objeto manipulable y pasa a ser un ser en el que se depositan nuevos conocimientos, se plantean cuatro posturas en las que se ve al nio como un personaje que pasara a imitar lo que ve en su alrededor, como seres que ignoran los conocimientos que el profesor tiene, verlos como seres pensadores o como conocedores. Estas cuatro posturas son las que definen los modos de enseanza y por tanto el papel de la escuela y el profesor. Bruner plantea que cada escuela es diferente y en ellas hay por tanto una variedad de profesores, cada uno de ellos empleara mtodos de enseanza diferentes y por tanto nunca est confinada a un modelo de aprendiz o de enseanza. l afirma que se deben de fundir las cuatro perspectivas de la enseanza y hacer una sola. Otra de las cuestiones que plantea Bruner es que la educacin debe de ser replanteada, es decir, que debe primero de analizarse las teoras anteriores para as poder pensar y repensar las mentes, la cultura y la educacin. No basta con conseguir habilidad y acumular conocimiento sino que el nio debe de ser consciente de sus procesos de aprendizaje. El nio como un ser activo e intencional; en el conocimiento como hecho por el hombre ms que sencillamente puesto ah; en cmo nuestro conocimiento sobre el mundo y sobre los otros se construye y se negocia con los otros, tanto los contemporneos como aquellos que nos dejaron hace tiempo.