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Portada

~ 1 ~
Argumento
TORMENTA OSCURA
CHRISTINE FEEHAN
Dark Storm Serie: Oscura Libro 23

Una oscura tormenta en el horizonte


Tras despertar después de mucho tiempo en un mundo de absoluta oscuridad y sofocante
calor, Dax se pregunta cuánto debe de haber cambiado el mundo de arriba. Pero cómo ha
cambiado él es lo que le llena de temor y odio. Enterrado vivo durante cientos de años en
un volcán en los Andes, Dax teme haberse convertido en la abominación que todo varón
carpatiano teme, una víctima de la insidiosa maldad que se ha colado inexorablemente en
su mente y su cuerpo durante siglos.

Pero hay cosas que nunca cambian.

Su nombre es Mitro, el vampiro al que Dax ha perseguido todos estos siglos, es el


epítome de todo lo malvado, autor de una de las carnicerías más atroces jamás conocida
por el hombre… y una bestia. Ni siquiera sus amigos y su familia se salvaron de la sed de
sangre de Mitro. Tampoco la compañera de Mitro, Arabejila, una extraordinaria mujer
con dotes extraordinarias.

Pero ahora que Dax ha vuelto, también lo ha hecho Mitro. La batalla final entre el bien y
el mal ha vuelto a empezar. Entre Dax y Mitro ha comenzado un violento juego que ha
marcado a Riley Parker, la última descendiente de Arabejila, como la recompensa.

~ 2 ~
Índice
ARGUMENTO ...............................................................................2
CAPÍTULO 1 .................................................................................4
CAPÍTULO 2 ...............................................................................26
CAPÍTULO 3 ...............................................................................44
CAPÍTULO 4 ...............................................................................63
CAPÍTULO 5 ...............................................................................82
CAPÍTULO 6 ............................................................................. 101
CAPÍTULO 7 ............................................................................. 120
CAPÍTULO 8 ............................................................................. 137
CAPÍTULO 9 ............................................................................. 156
CAPÍTULO 10 ........................................................................... 174
CAPÍTULO 11 ........................................................................... 195
CAPÍTULO 12 ........................................................................... 223
CAPÍTULO 13 ........................................................................... 244
CAPÍTULO 14 ........................................................................... 261
CAPÍTULO 15 ........................................................................... 283
CAPÍTULO 16 ........................................................................... 303
CAPÍTULO 17 ........................................................................... 322
CAPÍTULO 18 ........................................................................... 340
CAPÍTULO 19 ........................................................................... 359
CAPÍTULO 20 ........................................................................... 381
ANEXO 1 .................................................................................. 392
ANEXO 2 .................................................................................. 404
DE LA AUTORA ........................................................................ 419
AGRADECIMIENTOS ................................................................. 420

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Capítulo 1
Traducido por Achlys
Corregido por Maia

— Puedo vivir en un barco pequeño sin privacidad durante siete


largos días, que el sol me convierta en chica langosta, y los mosquitos
disfruten conmigo, realmente puedo, — informó Riley Parker a su madre.
— Pero te lo juro, si me entero de otro reclamo o insinuación sexual
desagradable del señor Soy-Tan-Caliente-Que-Toda-Mujer-Quisiera-Estar-
Debajo-De-Mí, voy a tirar al idiota por la borda. Su constante lamida de
labios y decir que le gusta la idea de la madre y la hija me da escalofríos.
Riley lanzó una mirada de odio puro a Don Weston, el idiota molesto
en cuestión. Había conocido a un montón de cerdos narcisistas mientras
obtenía su doctorado en lingüística, y unos cuantos más entre los
profesores de la Universidad de California, Berkeley, donde ahora
enseñaba, pero este se llevaba los honores. Era un gran hombre tosco, de
hombros anchos, un pecho de barril y una actitud de superioridad que
irritaba a Riley. Incluso si ella no estuviera ya tanto al borde, la presencia
de ese hombre horrible podría hacerlo. Peor aún, su madre estaba muy
frágil en este momento, por lo que Riley era extremadamente protectora
con ella, y sus constantes insinuaciones sexuales y chistes sucios
alrededor de su madre le daban ganas de simplemente empujarlo al agua.
Annabel Parker, una horticultora de renombre famosa por sus
esfuerzos por restablecer miles de hectáreas que la selva tropical brasileña
perdidos en la deforestación, miró a su hija, abriendo y cerrando los ojos
marrones oscuros y la boca, obviamente con ganas de sonreír.
— Desafortunadamente, cariño, estamos en territorio de pirañas.

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— Ese es el punto, mamá. — Riley echó otra mirada punzante en
dirección a Weston.
El único beneficio de la presencia del hombre horrible era que planear
su muerte le daba algo en qué concentrarse que no fuera en los escalofríos
que lentamente se extendían por todo su cuerpo y hacían que el pelo en la
parte posterior de su cuello se levantara.
Ella y su madre hacían este viaje por el Amazonas una vez cada cinco
años, pero este año, desde el momento en que había llegado a la aldea
para encontrar a su guía habitual, Riley sintió como si una nube negra se
cerniera sobre el viaje. Incluso ahora, un peso extraño, un aura de peligro,
parecía estar siguiendo el río. Se había esforzado por encogerse de
hombros, pero el sentimiento ominoso persistía con un peso
presionándola, unos escalofríos arrastrándose por su espina dorsal y unas
sospechas desagradables que la mantenían despierta por la noche.
— Tal vez si accidentalmente le cortara la mano cuando camine por la
borda... — continuó con una sonrisa oscura. Sus estudiantes podrían
haberle advertido al hombre que tuviera cuidado cuando ella sonreía así.
Nunca era un buen presagio. La sonrisa se desvaneció un poco, sin
embargo, cuando miró hacia el agua turbia y vio un pez plateado nadando
alrededor del barco. ¿Estaban sus ojos haciéndole una jugarreta? Casi
parecía como si la piraña siguiera el barco. Pero, las pirañas no seguían
los barcos. Ellas se ocupaban de sus asuntos.
Echó un vistazo al guía que murmuraba a los dos porteros, Raúl y
Capa, haciendo caso omiso de sus acusaciones, muy lejos de los familiares
aldeanos que por lo general las llevaban río arriba. Los tres parecían muy
incómodos, ya que continuamente estudiaban el agua. Ellos, también,
parecían un poco más alarmados de lo habitual por haber sido rodeados
por un enjambre de pescados plateados. Ella estaba haciéndose la tonta.
Había hecho este mismo viaje muchas veces para estar espantada por la
fauna local. Su imaginación estaba trabajando horas extras. Aun así... la
piraña parecía estar alrededor del barco, pero no pudo ver un destello de
plata en las aguas que la rodeaban, moviéndose delante de ellos.
— Niña despiadada, — la regañó Annabel con una pequeña risa,
llamando la atención de Riley de nuevo ante la presencia agravante de Don
Weston.

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— Es la forma en que nos mira, — se quejó Riley. La humedad era
tanta que la camisa que Riley llevaba se aferraba a ella como una segunda
piel. Ella tenía curvas, y no estaba para esconderlas. No se atrevía a elevar
sus manos para levantar el grueso pelo, trenzado de la parte posterior de
su cuello porque él pensaria que lo estaba tentando deliberadamente. —
Yo realmente, realmente, quiero golpear a ese zoquete. Se queda mirando
mis pechos como si nunca hubiera visto un par, lo que es bastante malo,
pero cuando se queda mirando los tuyos…
— Tal vez nunca ha visto pechos, querida, — dijo Annabel
suavemente.
Riley trató de ahogar la risa. Su madre podría arruinar a un buen loco
perfectamente bien con su sentido del humor. — Bueno, si no lo ha hecho,
es por una buena razón. Es repugnante.
Detrás de ellos, Don Weston se dio una palmada en el cuello y
susurró con una respiración lenta y enojada. — Malditos insectos. Mack,
¿dónde demonios está el insecticida?
Riley suprimió un parpadeo. En lo que a ella concernía, Don Weston y
los otros dos ingenieros con él estaban mintiendo, al menos dos de los tres
lo estaban. Afirmaron que sabían lo que estaban haciendo en el bosque,
pero estaba claro que ni Weston ni Mack Shelton, su constante
compañero, tenían idea. Ella y su madre habían tratado de decirle a
Weston y sus amigos que su preciado repelente de insectos no haría
ningún bien. Los hombres sudaban profusamente, lavando el repelente de
insectos más rápido de lo que podían aplicarlo y quedaba la sensación
pegajosa y la comezón. Rascarse agravaba más la picazón e invitaba a la
infección. La más pequeña herida podía infectarse rápidamente en la selva
tropical.
Shelton, un hombre compacto con piel caoba quemada y músculos
ondulantes, dio un manotazo a su propio cuello y pecho, murmurando
obscenidades. — Lo arrojaste por la borda, gran bastardo, después de
utilizar el último.
Shelton era un poco más amigable que los otros dos ingenieros y no
tan desagradable como Weston, pero en vez de hacer que Riley se sintiera
más segura, su proximidad en realidad la hacía picar la piel. Tal vez era
porque la sonrisa nunca llegaba a sus ojos. Y porque él observaba a todos

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y todo a bordo. Riley tenía la sensación de que Weston subestimaba al otro
hombre. Era evidente que Weston se creía a cargo de su expedición
minera, pero nadie estaba dando órdenes a Shelton.
— No deberíamos haber venido con ellos, — le murmuró Riley a su
madre, manteniendo la voz baja. Normalmente, Riley y su madre hacían el
viaje al volcán solas, pero cuando habían llegado a la aldea, encontraron a
su guía habitual demasiado enfermo para viajar. Solas en el medio del
Amazonas, sin guía que las acompañara a su destino, ella y su madre
decidieron formar un equipo con otros tres grupos de viaje río arriba.
Weston y sus dos ingenieros de minas habían sido compañeros en la
aldea preparando un viaje al borde de los Andes en Perú, en busca de
posibles nuevas minas para la empresa en la que trabajaban. Dos
hombres investigando una planta supuestamente extinta que habían
llegado de Europa en busca de un guía para subir también a una montaña
en los Andes. Un arqueólogo y sus dos estudiantes de posgrado se dirigían
a los Andes en busca de la ciudad perdida del Pueblo de las Nubes, los
Chachapoyas, siguiendo los rumores. Todos ellos habían decidido poner en
común sus recursos y viajar río arriba juntos. La idea pareció lógica en su
momento, pero ahora, con una semana de viaje, Riley sinceramente se
arrepentía de la decisión.
Dos de los guías, el arqueólogo, sus estudiantes y los tres porteros
estaban en la barca justo por delante de ellos con una buena cantidad de
los suministros. Annabel, Riley, los investigadores y los tres ingenieros de
minas se encontraban en el segundo bote con uno de sus guías, Pedro, y
dos porteros, Capa y Raúl.
Atrapada en el barco con ocho extraños, Riley no se sentía segura.
Deseó estar ya a medio camino de la montaña, donde el plan era ir por
caminos separados, cada uno con su propio guía.
Annabel se encogió de hombros. — Es un poco tarde para pensarlo
dos veces. Hemos tomado la decisión de viajar juntos y nos quedamos con
esta gente. Vamos a sacar lo mejor de esto.
Esa era su madre, siempre la calma en su rostro aminoraba una
tormenta cervecera. Riley no era psíquica, pero no le tomaba mucho
predecir que un problema se avecinaba. Ese sentimiento estaba creciendo
con cada hora que pasaba. Miró a su madre. Como de costumbre, parecía

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serena. Riley se sintió un poco tonta diciendo que estaba preocupada
cuando Annabel tenía muchas otras cosas en su mente.
Aún discutiendo sobre el repelente de insectos descartado, Weston
apuntó a Shelton con el dedo. — La lata estaba vacía. Debe haber más.
— No estaba vacía, — le corrigió Shelton, con disgusto en su voz. —
Sólo querías tirar algo al caimán.
— Y tu objetivo era tan malo como tu boca, — intervino el tercer
ingeniero, Ben Charger. Ben era el más tranquilo de todos. Nunca dejaba
de mirar a su alrededor con ojos inquietos. Riley no había pensado
absolutamente nada acerca de él. Él era el más común de los tres
ingenieros. Era de estatura y peso medio, un rostro que nadie notaría. Se
mezclaba, y tal vez eso la hacía sentirse incómoda. Nada en él destacaba.
Se movía en silencio y parecía surgir simplemente de la nada, y observaba
todo y a todos, como si estuviera esperando problemas. Ella no creía que él
fuera un socio de Weston y Shelton. Los otros se habían pegado y
obviamente había conocido uno de los otros durante algún tiempo.
Charger parecía ser un solitario. Riley no creía siquiera que a él le gustara
alguno de los otros dos hombres.
Hacia la orilla izquierda, su ojo capturó una nube blanca, moviéndose
rápidamente, a veces iridiscente, a veces de un color nacarado cuando las
nubes se mezclaban entre sí, formando un manto de insectos vivos.
— Vete a la mierda, Charger, — replicó Weston.
— Cuida tu boca, — aconsejó Charger, con voz muy baja.
Weston realmente dio un paso atrás, su rostro palideció un poco.
Echó un vistazo alrededor del barco, su mirada se decidió por Riley, a
quien atrapó mirándolo.
— ¿Por qué no vienes aquí, o mejor aún, Mami ven aquí y lame mi
sudor? Tal vez eso ayude. — Extendió su lengua hacia ella, probablemente
con la esperanza de verse sexy, pero la boca se le llenó de bichos y acabó
tosiendo y soltando juramentos.
Por un momento terrible, cuando llamó a su madre "Mami" e hizo su
grosera sugerencia, Riley pensó que podría arrojarse sobre él y realmente
empujarlo por la borda. Pero entonces, con una risita de su madre, su ira
se había ido, su lamentable sentido del humor pateado. Ella se echó a reír.

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— ¿En serio? ¿Eres realmente tan arrogante que no sabes que prefiero
lamer el sudor de un mono? Eres tan ordinario.
Por el rabillo del ojo, vio la nube nacarada de insectos cada vez más
cerca, cada vez más a medida que avanzaban en formación sobre el agua.
El estómago le dio un pequeño tirón de miedo. Ella forzosamente no era de
las que asustaban fácilmente, ni siquiera cuando había sido niña.
Weston miró de reojo hacia ella. — Me doy cuenta cuando una mujer
me quiere, y nena, no puedes quitarme la vista de encima. ¡Mira tu ropa!
Estás presumiendo para mí. — Él movió su lengua hacia ella otra vez,
moviéndola hacia todos lados como una serpiente.
— Déjala en paz de una maldita vez, Weston, — espetó Jubal
Sanders, la impaciencia resaltando en su voz. — ¿Nunca te cansas del
sonido de tu voz?
Uno de los dos hombres que investigaban las plantas, Jubal no
parecía ser un hombre que pasara mucho tiempo en un laboratorio. Se
veía muy en forma y no había duda de que era un hombre acostumbrado a
una vida dura, al aire libre. Se comportaba con absoluta confianza y se
movía como un hombre seguro de sí mismo.
Su compañero de viaje, Gary Jansen, parecía más rata de laboratorio,
más bajo y delgado, aunque más musculoso de lo que Riley había
observado. Era muy fuerte. Llevaba gafas de lectura de montura negra,
pero parecía tan adepto al aire libre como Jubal. Los dos se mantuvieron
estrictamente juntos al inicio del viaje, pero en algún momento del cuarto
día, Jubal se volvió un poco en el protector de las mujeres, manteniéndose
cerca cada vez que los ingenieros estaban alrededor. Hablaba poco, pero
no se perdía nada.
Aunque alguna otra mujer podría estar halagada por su protección,
Riley no estaba dispuesta a confiar en un hombre que supuestamente
hacía su vida en un laboratorio, pero se movía con la gracia fluida de un
luchador. Tanto él como Gary claramente portaban armas. Estaban
tramando algo, y fuera lo que fuera, Riley y su madre tenían suficientes
problemas propios y no necesitaban involucrarse en los de cualquier otra
persona.

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— No te hagas el héroe, — le espetó Weston a Jubal, — eso no te va a
conseguir a la chica. — Le hizo un guiño a Riley. — Ella está buscando a
un hombre de verdad.
Riley sintió que otra oleada de ira la recorría y se giró para mirar a
Weston, pero su madre puso una mano sobre ella suavemente,
conteniendo su mano e inclinando su cabeza para susurrarle.
— No te preocupes, cariño. Se siente como un pez fuera del agua
aquí.
Riley tomó aliento. A estas alturas, no iba a recurrir a la violencia por
el acoso sexual sin importar cuán imbécil fuera el hombre. Podía ignorar a
Don Weston hasta que se fueran por caminos separados.
— Pensé que iba a ser más experimentado, — respondió Riley a su
madre, con su voz igual de suave. — Ellos dicen ser ingenieros de minas
que han estado en los Andes incontables veces, pero apuesto a que
volaban sobre los picos y pidieron ir a la selva tropical. Es probable que no
tengan nada que ver con la minería.
Su madre le dio un rápido movimiento de acuerdo, el calor
encendiendo sus ojos igual. — Si creen que esto es malo, espera hasta que
lleguemos a la selva. Van a caer de sus hamacas y olvidarse de comprobar
cada mañana si hay insectos venenosos arrastrándose por sus botas.
Riley no pudo evitar sonreír ante la idea. Los tres ingenieros eran
supuestamente de una empresa privada que buscaba minas potenciales en
los Andes, rica en minerales. Podía ver que ninguno de ellos estaba muy
versados en los caminos de la selva tropical, y seguro que no le tenían
mucho respeto a sus guías. Los tres se quejaban, pero Weston era el peor
y más ofensivo con sus constantes insinuaciones sexuales. Pasaba mucho
tiempo gruñéndole a los guías y los porteadores como si fueran siervos
cuando no se quejaba ni miraba de reojo a ella y a su madre.
— Te crié lejos de aquí, Riley. Los hombres en algunos países tienen
una filosofía diferente a las mujeres. No se nos considera su igual. Está
claro que ha sido llevado a creer que las mujeres son objetos, y debido a
que hemos llegado hasta aquí solas, sin escolta de una docena de
miembros de la familia, piensan que somos fáciles. — Annabel se encogió
de hombros, pero perdió el humor tenue y sus ojos oscuros se volvieron

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muy sombríos. — Mantén muy cerca la daga, cariño, sólo para estar
segura. Sabes cómo manejarte.
Riley se estremeció. Era la primera vez que Annabel indicaba que ella
pensaba que algo andaba mal también. Eso trasladó las fantasiosas
nociones caprichosas de Riley hacia el ridículo reino de la realidad. Su
madre estaba siempre tranquila, siempre era práctica. Si pensaba que algo
estaba mal, entonces lo estaba.
Un pájaro sonó en el bosque en la orilla del río, el ruido viajó
claramente a través del agua. Para sacar a su madre de su estado de
ánimo de repente turbado, Riley hizo bocina con las manos alrededor de
su boca y repitió la llamada. No obtuvo la risa encantada que había
esperado, pero su madre le dio una sonrisa y le acarició la mano.
— Es totalmente extraño que puedas hacer eso. — Don Weston había
dejado de golpear a los bichos y ahora la miraba como si fuera algo de la
feria de carnaval. — ¿Puedes imitar cualquier cosa?
A pesar de su disgusto por el hombre, Riley se encogió de hombros. —
La mayoría de las cosas. Algunas personas tienen memoria fotográfica que
les permiten recordar todo lo que ve o lee. Yo lo diría que tengo memoria
"fonográfica". Puedo recordar y repetir prácticamente cualquier sonido que
oigo. Esa es una de las razones por las que entré en la lingüística.
— Ese es un gran talento, — comentó Gary Jansen.
— ¿No es cierto? — Annabel deslizó un brazo alrededor de la cintura
de Riley. — Cuando era pequeña, solía imitar a los grillos en el interior de
la casa sólo para verme volver loca tratando de encontrarlos. Y que el cielo
ayudara a su padre si él se equivocaba y usaba un lenguaje que no debía
delante de ella. Podía repetirlo perfectamente, hasta el tono de su voz.
El corazón de Riley sintió el dolor y el amor en el tono de su madre.
Ella forzó una risita. — También era buena imitando a mis maestros, con
los que no estaba particularmente encariñada, — ofreció ella con una
pequeña sonrisa, traviesa. — Podía llamar de la escuela y decirle a mamá
la estudiante maravillosa que era. — Ahora su madre se rió, y el sonido
llenó a Riley de alivio.
Para Riley, Annabel era hermosa. Era de mediana estatura, delgada,
con el pelo oscuro ondulado y ojos oscuros, la piel impecable de los

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españoles y una sonrisa que hacía que todos a su alrededor tuvieran
ganas de sonreír. Riley era mucho más alta, con un pelo negro azulado que
crecía casi todas las noches, no importaba cuántas veces se lo cortara.
Tenía curvas, pómulos altos y la piel pálida, casi traslúcida. Sus ojos eran
grandes y el color era casi imposible de definir, verde, marrón, oro
florentino. Su madre siempre decía que era un retroceso a un antepasado
muerto hace mucho tiempo.
Según su conocimiento, su madre nunca había estado enferma ni un
día en su vida. No tenía arrugas, y Riley nunca había visto ni una cana en
su cabeza. Pero ahora, por primera vez, Riley vio la vulnerabilidad en los
ojos de su madre, y era tan inquietante como el crujido en el aire
señalando una tormenta que se avecinaba. El padre de Riley había muerto
hacía sólo dos semanas, y en su familia, un esposo y una esposa rara vez
vivían por mucho tiempo el uno sin el otro. Riley estaba decidida a
quedarse cerca de su madre. Ya podía sentir a Annabel alejándose, más
desanimada cada día, pero Riley estaba decidida a no perderla. Ni por la
pena, y no por lo que las estaba cazando en este viaje.

***
Temprano por la mañana había visto lo último del río principal, los
dos barcos estaban viajando ahora por un afluente hacia su destino. En
las aguas de juncos ahogados, los insectos siempre presentes estaban
empeorando por momentos. Nubes de insectos continuamente los
asaltaban. Más cuando iban hacia el barco como si olfatearan sangre
fresca. Weston y Shelton ambos entraron en un frenesí de maldecir y
golpearse la piel expuesta, a pesar de que recordaban mantener la boca
bien cerrada después de haber comido un bocado de bichos. Ben Charger
y los dos investigadores soportaban estoicamente los insectos, siguiendo el
ejemplo de su guía y los porteros.
La gente local no se molesta en golpear a los insectos cuando la nube
nacarada descendía en masa. Riley podía ver el barco adelante y que
estaban incluso más cerca de la orilla, sin embargo, por lo que sabía, los
insectos no habían atacado a nadie a bordo. Detrás de ella, Annabel dejó

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escapar un suave grito de sobresalto. Riley se dio la vuelta para encontrar
a su madre completamente envuelta en la nube de insectos. Habían
abandonado a todos los demás y cada centímetro del cuerpo de Annabel
estaba cubierto con lo que parecía ser pequeñas escamas de nieve en
movimiento.
La Manta Blanca1. Mosquitos diminutos. Algunos los nombraban
mosquitos diminutos. Riley nunca los había investigado, pero sin duda
había sentido sus picaduras. Ellos brillaban como el fuego y después, la
picazón te volvía loco. Una vez mordido y abierto, los pequeños bocados se
convertían en una invitación para la infección. Cogió una manta de la silla
de tabla plana y la arrojó sobre su madre, tratando de aplastar los
pequeños insectos tirándose ella y su madre al suelo de la embarcación,
rodando como si estuviera apagando un incendio.
— Sal de arriba de ella, — le dijo Gary Jansen. — No vas a quitárselos
de esa manera.
Se agachó junto a Annabel y tiró de la manta. Annabel rodó hacia
atrás y adelante, con las manos cubriéndose el rostro, los insectos pegados
a cada pedacito de piel expuesta, aferrados a su pelo y la ropa. Muchos
estaban destrozados por los esfuerzos de Riley. Ella siguió dándoles
manotazos, tratando de salvar a su madre de las picaduras posteriores.
Jubal cogió un cubo de agua y lo arrojó sobre Annabel, rozando a los
insectos para sacarlos de ella. Los porteros agregaron inmediatamente
baldes de agua, rociando una y otra vez, mientras que Gary, Jubal y Riley
raspaban los insectos empapados con la manta. Ben finalmente se agachó
junto a ella y la ayudó a recoger los bichos de su piel.
Annabel se estremeció violentamente, pero no emitió ningún sonido.
Su piel se volvió rojo brillante, cuando un millar de diminutos pedazos
crecieron hasta convertirse en ampollas ardientes. Gary hurgó en un bolso
que llevaba y sacó un pequeño frasco. Comenzó a echar el líquido
transparente sobre las picaduras. No era un trabajo pequeño, ya que había
muchas. Jubal agarró las manos de Annabel de tal modo que no pudiera

1 N de T: Manta Blanca En Español en el original.

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rascarse la comezón desesperante que se extendía como ondas por todo su
cuerpo.
Riley agarró la mano de su madre con fuerza, murmurando tonterías.
Sus sospechas anteriores volvieron con fuerza a la vida. Los mosquitos
diminutos habían ido directamente a su madre. No había nadie más en
sintonía con la selva tropical que Annabel. Las plantas crecían abundantes
y frondosas a su alrededor. Ella les susurraba y estas parecían susurrarle
de regreso, abrazándola como si fuera la Madre Tierra. Cuando su madre
caminaba por el patio trasero de su casa en California, Riley estaba
bastante segura de que podía ver las plantas crecer justo en frente de ella.
Pero si el bosque empezaba a atacarla, algo estaba terriblemente mal.
Annabel tomó la mano de Riley con fuerza mientras los dos
investigadores la levantaban en pie y la ayudaban a caminar hacia su
dormitorio privado realizado por hojas y redes colgadas a través de cuerdas
finas.
— Gracias, — dijo Riley a los dos hombres. Ella era muy consciente
del silencio de asombro en la cubierta. No fue la única en notar que los
bichos blancos habían atacado a su madre y a nadie más después de su
enjambre inicial. Incluso desde su cuerpo habían luchado por quedarse
ahí y se habían arrastrado hacia ella como si estuvieran programados para
hacerlo.
— Utiliza este en las picaduras, — dijo Gary Jansen. — Puedo hacer
un poco más una vez que estemos en el bosque si se agota. Los mantendrá
alejados.
Riley tomó el frasco. Los dos hombres intercambiaron una mirada por
encima de su cabeza y su corazón saltó. Ellos sabían algo. Esa mirada fue
significativa. Profunda. Sintió el miedo en la boca y rápidamente desvió la
mirada, asintiendo.
Annabel intentó una sonrisa a medias y murmuró su agradecimiento
cuando los dos hombres se volvieron a ir, dándoles privacidad a las
mujeres para encontrar picaduras debajo de la ropa.
— Mamá, ¿estás bien? — preguntó Riley, el momento en que
estuvieron solas.

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Annabel le apretó la mano con fuerza. — Escúchame, Riley. No hagas
preguntas. No importa lo que pase, incluso si algo me sucede, debes ir a la
montaña y completar el ritual. Conoces cada palabra, cada movimiento.
Lleva a cabo el ritual tal y como lo has aprendido. Sentirás a la tierra
moverse a través de ti y...
— Nada va a pasarte, mamá, — protestó Riley. El miedo estaba dando
paso a puro terror. Los ojos de su madre reflejaban una cierta agitación
interior, un conocimiento innato de un peligro que ella conocía y que Riley
se estaba perdiendo, una vulnerabilidad terrible que nunca había estado
allí antes. Ninguna de las parejas casadas en su familia alguna vez habían
sobrevivido a la pérdida de un cónyuge, pero Riley decidió que su madre
sería la excepción. Ella había estado observando a su madre como un
halcón desde que su padre, Daniel Parker, murió en el hospital después de
un ataque al corazón. Annabel había estado de duelo, pero no pareció
desanimada o fatalista hasta ahora. — Deja de hablar así, me estás
asustando.
Annabel luchó por sentarse. — Te voy a dar la información necesaria,
Riley. Al igual que mi madre me la dio. Y su madre antes que ella. Si no
puedo ir a la montaña, la carga recae sobre ti. Eres parte de un antiguo
linaje, y se nos ha dado una tarea que ha pasado de madre a hija durante
siglos. Mi madre me llevó a la montaña, al igual que su madre la llevó. Te
lo explicaré. Tú eres una criatura del bosque nuboso, Riley, naciste allí
como yo. Sacaste tu primer aliento en esa montaña. Lo tomaste en tus
pulmones y, con ello, el bosque y todo lo que surge a la vida, las cosas
crecen.
Annabel se estremeció de nuevo y cogió el frasco que Riley sostenía.
Con manos temblorosas, abrió su camisa para revelar los mosquitos
minúsculos que se aferraban a su estómago, rozándolo con los dedos
temblorosos para sacarlos. Riley tomó el frasco y empezó a untar el gel
calmante sobre las picaduras.
— Cuando mi madre me decía estas cosas, yo pensaba que estaba
siendo dramática y me burlaba de ella, — continuó Annabel. — Oh, no a la
cara, por supuesto, pero creía que ella era vieja y supersticiosa. Había oído
las historias de las montañas. Vivíamos en el Perú y algunas de las
personas mayores en nuestro pueblo todavía susurraban sobre el gran mal

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que vino antes que los incas y que no podía ser expulsado, ni siquiera por
sus guerreros más feroces. Historias terribles y aterradoras transmitidas
por generaciones. Pensé que las historias se habían transmitido
principalmente para asustar a los niños y evitar que fueran demasiado
lejos de la protección de la aldea, pero lo aprendí mejor después de que
muriera mi madre. Algo está ahí, Riley, en la montaña. Algo malo, y es
nuestro trabajo contenerlo.
Riley quería creer que su madre estaba delirando de dolor, pero sus
ojos estaban muy estables, con miedo. Annabel creía cada palabra que
decía, y su madre no era dada a la fantasía. Más para tranquilizar su
madre que por realmente creer la tontería de que algún mal estuviera
atrapado dentro de una montaña, Riley asintió.
— Vas a estar bien, — aseguró. — Hemos sido mordidos por la Manta
Blanca en viajes anteriores. Ellos no son venenosos. Nada te va a pasar,
mamá. — Ella tenía que decir las palabras en voz alta, necesitando que
sonaran verdaderas. — Esto fue sólo un acontecimiento extraño. Sabemos
que cualquier cosa puede suceder en la selva...
— No, Riley. — Annabel arrebató la mano de su hija y la sostuvo
fuertemente. — Todos los retrasos... todos los problemas desde que
llegamos... algo está pasando. El mal en la montaña está deliberadamente
tratando de reducir la velocidad. Se encuentra cerca de la superficie y está
orquestando accidentes y enfermedades. Tenemos que ser realistas, Riley.
— Su cuerpo se estremeció de nuevo.
Riley alcanzó su mochila y sacó un paquete de pastillas.
— Antihistamínicos, mamá, toma un par de ellos. Probablemente vas
a dormirte, pero al menos la comezón se detendrá por un tiempo.
Annabel asintió y se tragó las píldoras, arrastrándolas con agua.
— No confíes en nadie, Riley. Cualquiera de estas personas puede ser
nuestro enemigo. Debemos seguir nuestro propio camino tan pronto como
sea posible
Riley se mordió el labio, absteniéndose de decir nada en absoluto.
Necesitaba tiempo para pensar. Tenía veinticinco años y había estado en
los Andes en cuatro ocasiones, sin incluir cuando nació en el bosque
nuboso. Este era el quinto viaje que ella recordaba. La caminata por la

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selva había sido agotadora, pero nunca se había sentido aterrorizada como
estaba ahora. Ya era demasiado tarde para echarse atrás y por lo que dijo
su madre, no era una opción. Tenía que dejar descansar a su madre, y
luego tenían que hablar. Ella tenía que aprender mucho más sobre el
porqué de su viaje a los Andes.
Dejó caer la mochila en su lugar tan pronto como su madre pareció
estar a la deriva y salió a la cubierta. Raúl, el portero, la miró y desvió
rápidamente lejos la mirada, claramente incómodo con la presencia de
ambas mujeres. La piel de gallina se levantó en sus brazos. Se los frotó,
volviendo a caminar a lo largo de la barandilla para tratar de poner
distancia entre ella y el resto de los pasajeros. Sólo necesitaba un poco de
espacio.
No había espacio suficiente a bordo del barco para encontrar un
rincón tranquilo. Jubal y Gary, los dos investigadores, se sentaron juntos
en uno de los pocos lugares aislados y, a juzgar por la expresión de sus
rostros, no estaban muy contentos. Ella les dio un amplio rodeo, pero al
hacerlo terminó al lado de Ben Charger, el tercer ingeniero, del que ella no
estaba muy decidida. Él era siempre cortés con las mujeres y, como Jubal
y Gary, parecía estar desarrollando una sentido de protección hacia ellas.
Ben le hizo un gesto con la cabeza. — ¿Tu madre está bien?
Riley le dedicó una sonrisa vacilante. — Creo que sí. Le di un
antihistamínico. Esperemos que entre eso y el gel que Gary nos dio, el
picor no la vuelva loca. Esos son bichitos muy desagradables.
— Ella debía haber estado usando algo que les atrajera, — aventuró
Ben, medio afirmando, medio preguntando. — ¿Tal vez un perfume?
Riley sabía que su madre nunca usaba perfume, pero era una buena
explicación. Ella asintió lentamente. — No había pensado en eso. El ataque
fue tan extraño.
Ben miró su cara atentamente, sus ojos vigilantes, se encontraron
con su mirada inquietante. — He oído que tú y tu madre han venido aquí
antes. ¿Nada de esto les había pasado?
Riley negó, agradecida de poder decir la verdad. — Nunca.
— ¿Por qué tú y tu madre vienen a un lugar tan peligroso? —
preguntó Ben con curiosidad. Una vez más él no se inmutó, ni apartó los

~ 17 ~
ojos de la cara. La miraba con los ojos de un interrogador. — Es de mi
conocimiento que incluso las guías no habían viajado a esta montaña.
Ellos tuvieron que obtener la información de un par de otros en el pueblo.
Parece un destino tan extraño para dos mujeres. No hay ningún pueblo en
la montaña, por lo que no están aquí por la lingüística.
Riley le dio una sonrisa vaga. — El trabajo de mi madre como una
horticultora y el abogar por la protección de los bosques tropicales nos
lleva a muchos lugares. Pero también venimos aquí porque somos
descendientes del Pueblo de las Nubes y mi madre quiere que aprenda
todo lo posible para que la gente no se olvide. — Ella apretó los labios y
puso una mano defensiva en su garganta. — Eso es lo que significa. Me
encanta la selva tropical, y disfrutar de los paseos con mi madre. Yo en
realidad nací en el bosque nuboso, así que creo que mi madre pensó que
sería una buena tradición que seguir adelante, viniendo cada pocos años.
— Ella miró hacia el guía y bajó la voz. — No estábamos seguras de que
estos hombres realmente conocieran el camino, por eso pensamos que
sería más seguro viajar con todos ustedes.
— Yo nunca he estado, — admitió Ben. — He viajado por muchos
bosques tropicales, pero no por esta montaña en particular. No sé por qué
Don dijo que todos habíamos estado aquí antes. Le gusta pensar que lo
sabe todo acerca de todo. ¿Es el bosque tan peligroso como todo el mundo
dice?
Riley asintió. — Muy pocas personas han viajado alguna vez a este
pico. Es un volcán y, aunque no ha entrado en erupción en más de
quinientos años, a veces sospecho que está despertando, aunque en su
mayoría debido a la forma en que los lugareños hablan de ello. Hay una
pequeña historia transmitida a través de las diversas tribus locales sobre
la montaña, así que la mayoría la evita. Es realmente difícil encontrar un
guía dispuesto a viajar hacia la misma. — Ella frunció el ceño. — En
verdad, tienes una sensación desagradable. Te encuentras cada vez más
incómodo cuanto más alto se sube.
Ben se pasó las manos por el pelo, casi como si estuviera nervioso. —
Este lado entero de la selva parece infestado de leyendas y mitos. Nadie
quiere hablar de ellos a los forasteros, y todos ellos parecen implicar una
criatura que se alimenta de la vida y la sangre de los vivos.

~ 18 ~
Riley se encogió de hombros. — Eso es comprensible. Prácticamente
todo en la selva tropical tiene que ver con la sangre. He oído los rumores,
por supuesto, y nuestro guía nos dijo que no fueron los Incas los que
destruyeron al Pueblo de las Nubes, o los españoles. Los lugareños y los
descendientes susurran de un gran mal que asesinaba durante la noche,
chupándoles la vida y haciendo que las familias se volvieran unas contra
otras. Los Hombres de las Nubes eran feroces en la batalla y suaves en su
vida en el hogar, pero supuestamente sucumbieron uno por uno o huyeron
de la aldea, de los Incas. Cuando los Incas llegaron a conquistar los
pueblos de los bosques, al parecer la mayoría de los guerreros ya estaban
muertos. Se rumorea que los Incas sufrieron la misma suerte que los
muertos por el mal merodeador. Sus bravos guerreros murieron en primer
lugar.
— Eso no está en los libros de historia, — dijo Ben.
Sin embargo, tenía la sensación de que no estaba sorprendido, de que
él había oído la versión susurrada. Había muchas historias más, por
supuesto, cada una más aterradoras que la otra. Los cuentos de las
víctimas sin sangre y las torturas y los horrores que habían sufrido antes
de ser asesinados.
— ¿Estás hablando de vampiros?
Ella parpadeó. Había deslizado esa pregunta en forma casual.
Demasiada casualidad. Ben Charger tenía una agenda más allá de la
minería para viajar a la región apenas explorada. ¿Viejas leyendas?
¿Podría él querer escribir? Cualesquiera que fueran sus razones, Riley
estaba segura de que no tenían nada que ver con la minería. Ella frunció el
ceño, pensando. ¿Podría la entidad maligna ser un vampiro? El mito del
vampiro parecía haber existido en todas las culturas antiguas.
— Honestamente, no tengo ni idea. Nunca he oído hablar de que a la
entidad se le llamara vampiro, pero las lenguas han cambiado tanto en los
últimos años, se pierde un poco en la traducción. Supongo que es posible.
Los murciélagos juegan un papel importante en la cultura Inca y entre los
Chachapoyas también. Por lo menos sobre la base de lo poco que mi mamá
me dijo y de lo que he logrado aprender por mi cuenta. No hay mucho para
seguir adelante.

~ 19 ~
— Fascinante, — dijo Ben. — Si tenemos la oportunidad, me gustaría
oír más. Me parecen culturas interesantes, y aquí, en esta parte de la
selva, las tribus y las historias parecen estar envueltas en un halo de
misterio, lo que me intriga aún más. Tengo un poco de escritor aficionado
y aprovecho cualquier oportunidad de explorar una nueva región para
aprender lo más que pueda acerca de los mitos antiguos. Me parece que no
importa a dónde vaya, ciertas criaturas legendarias se han infiltrado en las
culturas de todo el mundo. Es intrigante.
Por un suave sonido, Riley se volvió a encontrar para a su madre de
pie cerca. Annabel estuvo vigilante por un momento, con su rostro
hinchado por la picaduras, con los ojos atentos y muy sospechosos sobre
Ben. Riley la miró con sorpresa. Su madre era la más abierta y afable
mujer que Riley había tenido alrededor. No tenía un gramo de sospecha en
su cuerpo. Como regla compartía información, estaba a gusto con todos, y
la mayoría de la gente gravitaba hacia ella. Riley siempre se sentía
protectora hacia su madre porque ella era muy confiada en lo que Riley no
lo era.
Annabel parpadeó y la mirada de sospecha se había ido, dejando a su
madre simplemente mirando a Ben. Riley se sentía un poco como si su
mundo diera vueltas. Nada, nadie, ni siquiera su madre, le resultaba
familiar. — Debes estar en reposo, mamá. Muchas mordeduras pueden
causar enfermedades.
Annabel negó con la cabeza. — Estoy bien. El gel que Gary me dio es
muy relajante. Alejó la picazón, y sabes que las mordeduras no son
venenosas. Gary y su amigo deben ser muy buenos en el estudio de las
propiedades de las plantas, porque el gel funciona de verdad.
Ben miró a los dos hombres. Aunque ambos eran claramente
americanos, Gary y Jubal habían viajado desde algún lugar de Europa en
busca de una planta mítica con propiedades curativas extraordinarias que
supuestamente crecía en los Andes. Por la expresión de su cara, él
pensaba que ambos hombres estaban un poco locos.
Annabel tomó la mano de Riley e hizo un gesto con la cabeza hacia
Ben y se acercó a la barandilla del barco, en el centro donde estarían
solas.

~ 20 ~
El río se estrechaba más ya que había lugares en que las grandes
raíces de los árboles a lo largo de la orilla casi rozaban el barco. Líneas de
murciélagos se balanceaba en lo alto de los árboles, una vista extraña.
Eran grandes, colgando boca abajo en el espeso dosel. Riley no lo había
visto antes, ni siquiera cuando era niña, pero por alguna extraña razón,
este momento era inquietante, como si los murciélagos estuvieran al
acecho, inmóviles, esperando la oscuridad para comenzar la caza, esta vez
una presa humana. Ella sintió un pequeño escalofrío en su propia fantasía
dramática.
Estaba permitiendo que el nerviosismo del confinamiento llegara a
ella. Lo sabía bien. Los murciélagos eran grandes y definitivamente
murciélagos vampiros que se alimentaban de sangre caliente, pero dudaba
de que su hambre fuera personal y ciertamente no estaban a la espera de
que un barco lleno de humanos desprevenidos llegara.
Sintió unos ojos sobre ella y se volvió para ver a Don Weston
mirándola. Él sonrió y fingió disparar un rifle imaginario a los seres
inmóviles. Riley se volvió. Weston necesitaba ser el centro de atención a
cada instante, disgustándola. Pero su reacción a los murciélagos estaba
sólo un poco demasiado cerca de la forma en que ella se sentía, y no
quería, en absoluto, tener nada que ver con ese hombre.
Volvió su atención de nuevo a su madre, tomando su mano y
agarrándola con fuerza. Esta mañana habían dejado el río principal y
comenzado el viaje por el afluente hacia una de las partes más remotas del
Perú. La selva se había cerrado a su alrededor, a veces casi raspando los
lados de los dos barcos que navegaban río arriba. El bosque estaba en
movimiento constante, casi como si los mismos animales los estuvieran
siguiendo. Los monos los miraban con sus grandes ojos redondos.
Guacamayos de colores revoloteaban por encima de sus cabezas, entrando
y saliendo de las copas de los árboles.
Estaban sin duda entrando en el mundo de la selva tropical, la selva
exuberante de misterio que se profundizaba y se hacía más peligrosa con
cada segundo que pasaba. El río se estrechaba, y el aire se llenó con el olor
acre oscuro de la selva profunda. Reconoció los signos. Pronto, el río sería
imposible de navegar. Se verían obligados a abandonar los barcos y
vagabundear por el bosque a pie. A diferencia de muchos lugares de la

~ 21 ~
selva donde era fácil de caminar, ya que muy pocas cosas podían vivir en
el suelo del bosque sin demasiada luz, esta área era densa. Había viajado
mucho, pero los olores y la quietud de este lugar era una cosa que no
había encontrado en ningún otro lugar en la tierra. A diferencia de
cualquiera de sus visitas anteriores, esta vez Riley se sentía un poco
claustrofóbica.
— Oye, Mack, — llamó Don al otro ingeniero, — ¿qué demonios está
pasando ahora? Juro que la selva está viva. — Él soltó una risa nerviosa
cuando señaló la extraña forma de las ramas que caían hacia abajo y
llegaban hacia ellos cuando el barco pasaba.
Todos se volvieron a mirar la orilla más cercana a ellos, una gran ola
verde que les seguía. Cada rama se estremecía, desplegándose y
extendiéndose sobre el agua como si quisiera detener sus avances río
arriba. El primer barco había pasado ileso, pero en el momento en que el
segundo barco se acercó a la orilla, las hojas lo alcanzaron. La agitación
era inquietante, como si la selva en realidad estuviera con vida como Don,
dijo.
El corazón de Riley saltó. Había visto el fenómeno muchas veces
antes. Su madre atraía a las plantas por todas partes a lasque iba. No
había manera de evitarlo. La fuerza del imán en ella nunca había sido tan
fuerte, pero el espeso follaje a lo largo de ambas orillas le daba la
bienvenida con los brazos abiertos, creciendo pulgadas en un intento de
tratar de tocarla. Nunca era bueno atraer demasiada atención sobre sí
mismo, en la selva tropical, de los guías y porteadores supersticiosos. Riley
sentía una profunda necesidad de proteger a su madre. Se interpuso entre
su madre y la orilla, agarrando la barandilla con ambas manos y la mirada
fija en las plantas que se desarrollaban con los ojos muy abiertos,
sorprendida.
— Vaya, — agregó al murmullo repentino de la conversación, — esto
es increíble.
— Es espeluznante, — dijo Mack, retrocediendo lejos de la barandilla.
Los porteadores y el guía se quedaron mirando las plantas y árboles
que llegaban y luego se volvieron para mirar directamente a Annabel.
Cuchicheaban entre sí. Riley sintió la mirada de otros sobre ellas. Tanto

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Gary y como Jubal estaban buscando a su madre también. Sólo los tres
ingenieros se quedaron en la selva, ya que se cerró en torno a ellos.
Los dos barcos continuaron río arriba, acercándose a la montaña.
Caimanes negros, dinosaurios gigantes del pasado, tomaban el sol en la
orilla, manteniendo un ojo hambriento en los barcos pequeños que
invadían su espacio. Grandes nubes de insectos negros mordían cada
centímetro de piel expuesta y quedaban atrapados en el pelo e incluso,
esta vez había mosquitos y otros insectos chupadores de sangre. No había
nada que hacer sino soportarlo. Debajo de ellos, las oscuras aguas estaban
poco profundas, el progreso era más lento, y en dos ocasiones, el barco se
detuvo y tuvo que ser liberado de los juncos enredados que se alzaban
hacia fuera con avidez para envolverse alrededor de la parte inferior del
motor y la hélice. A ratos un vuelco inesperado enviaba a todos a bordo a
través de la cubierta.
Weston se levantó con un juramento y se tambaleó hacia un lado del
barco para escupir en el agua. — Esto es ridículo. ¿No podrías haber
encontrado otra manera? — exigió a su guía, Pedro.
El guía le lanzó una mirada tensa. — No hay una manera fácil hacia
ese lugar que desea ir.
Weston se apoyó en la barandilla mientras apuntaba al guía con el
dedo. — Creo que se trata únicamente de más dinero y eso no va a
suceder, amigo.
Pedro murmuró algo en su lengua a los dos porteadores.
A este se lo puede comer la selva, interpretó Riley. No los culpó.
El guía y los porteadores se rieron.
Weston encendió un cigarrillo y miró hacia el agua oscura. El barco se
tambaleó de nuevo y entonces, cuando todos estaban tratando
desesperadamente de levantarse, dio un vuelco enorme. Weston cayó hacia
delante, colgando precariamente de la barandilla. Todo el mundo saltó a
ayudarlo mientras colgaba, con los brazos hacia abajo, más cerca del
agua.
Riley agarró la hebilla del cinturón, mientras Annabel llegaba por un
costado para agarrar sus brazos. En el momento en que Annabel se

~ 23 ~
inclinó, sus brazos cubriendo a Weston, el agua vino a la vida, como un
caldero hirviendo, un parpadeo plata con zonas de lodo rojo.
— ¡Mamá! — gritó Riley, llegando hasta su madre, todavía con
Weston. El peso tirando de ellos hacia adelante.
Los demás se apresuraron a ayudar cuando Annabel se deslizó más
hacia la oscuridad, hacia el agua roja, ahora hirviendo con el frenesí de las
pirañas. No había sangre en el agua, por lo que la confusión no tenía
sentido. Para horror de Riley los peces comenzaron a saltar fuera del agua,
cientos de ellos, cuerpos estrechos y cabezas romas salían desde el río
como cohetes, las mandíbulas en forma de triángulo con afilados dientes
que se abrían y cerraban con sonidos de chasquido terribles.
Aunque las historias del frenesí de las pirañas abundaban, Riley
sabía que los ataques contra personas eran muy raros. Había nadado en el
agua con ellas en varias ocasiones. Este extraño comportamiento era
extraordinario, tan antinatural e inquietante como el atentado de La Manta
Blanca. Y al igual que con la Manta Blanca, parecía que las pirañas
estaban empeñadas en llegar a su madre no hasta Don Weston.
Fue Jubal quien atrapó a Annabel y la tiró de espaldas lejos de la
barandilla, prácticamente lanzándola hacia Gary. Luego tomó a Weston y
lo arrastró de nuevo a cubierta, también. En vez de estar agradecido, el
ingeniero dio una palmada en las manos de Jubal, maldiciendo y
deslizándose hacia abajo para sentarse en el piso, con la respiración
entrecortada. Él miró a Pedro y a los dos porteadores como si los tres
hombres hubieran intentado deliberadamente asesinarlo.
Él guía y ambos porteadores miraron a Annabel con una mirada que
hizo que Riley deseara tener una pistola escondida cerca a la mano. Antes
de que nadie pudiera hablar, el barco encalló cerca, y los dos nativos
volvieron a su trabajo. Una sobrecargada rama baja se hundía, y una
serpiente se dejó caer en el piso con un golpe seco a la derecha de las
botas de Don Weston.
— Ni un sólo movimiento, — siseó Jubal cuando la serpiente se quedó
mirando el ingeniero. — Esa víbora es muy venenosa.
Pedro, el guía, se giró, alcanzando el machete que siempre tenía
cerca. Antes de que pudiera dar un paso, la víbora hizo un giro brusco y se

~ 24 ~
lanzó a por Riley. Tropezó con su madre. La serpiente brilló entre sus
piernas dirigiéndose directamente hacia su madre. Gary Jansen alzó a
Annabel y se volvió, sosteniéndola en el aire mientras Jubal empujaba a
un lado Riley, gritando al guía, con la mano en el aire.
Pedro tiró el machete y con un movimiento suave, Jubal pasó la
cuchilla afilada a través del cuello de la víbora, cortándole la cabeza. Hubo
un momento de silencio mientras Gary bajaba a Annabel a la cubierta,
sosteniéndola firme para que no se cayera.
— Gracias, — susurró Riley en voz baja a los dos investigadores. Ella
no trató de ocultar el hecho de que estaba muy agitada.
Su madre la miró con ojos afligidos. El mundo de Riley se derrumbó.
Capa, Raúl y Pedro miraron a su madre del mismo modo que lo hicieron
sus caras la primera vez que vieron la víbora. Estaban en un verdadero
problema si los guías y porteadores se volvían hostiles hacia ellas. Ella
tomó la mano de su madre y la aferró con fuerza.

~ 25 ~
Capítulo 2
Traducido por Achlys
Corregido por Maia

Las noches eran un infierno en la selva. Justo al atardecer, el


zumbido empezaba. No era como si los insectos estuvieran en silencio,
estaban produciendo un zumbido constante, pero Riley podía empujar el
sonido lejos. Esto era algo alto completamente diferente, un ruido suave,
persistente, una baja frecuencia que tintineaba en cada nervio de su
cuerpo. Se había despertado con ese ruido extraño la primera noche que
entraron a la selva tropical.
Curiosamente, Riley no podía identificar el zumbido bajo e irritante, ni
podía decir si era fuera o dentro de su cabeza. Había observado que otros,
incluida su madre, se frotaban las sienes como si les doliera la cabeza, y
temía que esa misma frecuencia baja de los susurros fuera una invasión
insidiosa, aumentando el peligro de su viaje. Durante el día, los susurros
se iban, pero quedaban los efectos.
Sus sentidos, al entrar en el bosque lluvioso, parecía que ardían a la
vida y trabajaban horas extras. Se dio cuenta de todas las miradas
sospechosas hacia su madre. Jubal Sanders y Gary Jansen estaban
armados hasta los dientes y ella tenía envidia de sus armas. Los dos se
movían en silencio, se mantenían juntos y observaban a todo el mundo.
Llegó a la conclusión de que sabían mucho más acerca de lo que estaba
pasando que lo que dejaban ver.
Don Weston y su amigo Mack Shelton eran un par de idiotas por lo
que ella podía ver. Tampoco habían hecho alguna vez una caminata en un
bosque tropical, y claramente tenían miedo de todo. Se jactaban, se
quejaban e intimidaban a los porteadores y guías cuando no estaban

~ 26 ~
mirando de reojo a Riley o alimentando la desconfianza generalizada entre
los viajeros.
Ben Charger parecía mucho más conocedor de la selva y las tribus
que la ocupaban. Había realizado una amplia investigación y había venido
preparado. No le gustaba ni Weston o Shelton, pero tenía que trabajar con
ellos y claramente no estaba contento con eso. Pasaba mucho tiempo
hablando con los guías y porteadores, haciendo preguntas y tratando de
aprender de ellos. Riley no podía ver realmente el fallo en él de nada. Tal
vez ella no estaba más que nerviosa de todo el mundo en este momento.
El arqueólogo y sus estudiantes estaban muy entusiasmados y
parecían completamente ajenos a la tensión que atravesaba el lugar,
aunque se dio cuenta de que estaban inquietos por la noche, sentándose
cerca del fuego. Parecían controlados, amigables y muy centrados en su
misión. El Dr. Henry Patton y sus dos estudiantes, Todd Dillon y Pastor
Marty, estaban muy emocionados con las ruinas sobre las que habían oído
hablar e interesados en si una mujer en su compañía traía mala suerte a
los viajeros. Parecían jóvenes e ingenuos, incluso el profesor, que tenía
casi sesenta años. Todo su mundo giraba en torno a la academia.
Riley sintió un poco de lástima por los tres arqueólogos, que estaban
tan despistados, y estuvo más agradecida que nunca de que haber
decidido concentrar sus estudios en lenguas modernas en lugar de las
muertas. Le gustaba viajar, hablar con la gente y vivir la vida demasiado
para estar encerrada en una torre de marfil, estudiando detenidamente
unos tomos polvorientos. Por supuesto, ella había estudiado lenguas
antiguas también, pero sobre todo como una ventana a la evolución de las
lenguas y su impacto en las diversas culturas.
Riley miró a Raúl y Capa, los dos porteadores con quienes había
compartido el barco río arriba. No le gustaba la forma en que susurraban y
enviaban miradas furtivas hacia la hamaca donde dormía Annabel. Tal vez
ese terrible zumbido en su cabeza la hacía tan paranoica como todos los
demás, pero, en cualquier caso, no había dormido. Ella no sólo tenía que
preocuparse de los hombres en su campamento, los insectos y los
murciélagos, y toda criatura de la noche que parecía acechar a su madre
también.

~ 27 ~
Había pasado cuatro noches sin dormir, cuidando a su madre, y
estaba empezando a mostrar sus deshilachados nervios hasta el punto de
que le resultaba casi imposible tolerar al sarcástico Weston, mirando de
reojo su presencia. Ella no quería sumarse a los problemas por ser fea
para él, pero sin duda era ese punto. El fuego ardía brillante. Justo fuera
del anillo de fuego, un jaguar rugió. Parecía que les seguía, sin embargo,
cuando las guías fueron a verificar por la mañana, no pudieron encontrar
pistas. Era imposible no sentirse afectado por dicho gruñido.
Pedro, el guía, Raúl y Capa, los dos porteadores de su barco, se
movieron un poco en las sombras. Los tres se apoderaron de sus
machetes. La expresión de sus caras cuando las llamas titilantes revelaron
sus expresiones la asustó. Por un infartante momento, los hombres
parecieron casi tan amenazantes como los murciélagos. Riley se incorporó
lentamente. Había dejado sus botas cerca, sabiendo que estaría
protegiendo a su madre.
Annabel durmió inquieta, gimiendo a veces. Su madre siempre había
tenido un oído agudo, incluso en sueños. Un gato caminando por el suelo
la despertaría, pero al entrar en el bosque lluvioso, parecía exhausta y
débil. Por la noche, ella se retorcía y giraba en su hamaca, a veces llorando
en voz baja, apretando las manos en la cabeza. Aun cuando los
murciélagos caían a tierra, y la rodearon, usando sus alas para impulsarse
a través de la espesa vegetación, Annabel nunca abrió los ojos.
Riley había preparado sus defensas cuidadosamente, utilizando
antorchas que pudiera fácilmente iluminar, incluso yendo tan lejos como
para construir un pequeño muro de fuego circular alrededor de la zona del
dormitorio de su madre. Mientras ella desabrochaba redes, vio a Raúl
arrastrándose hacia ella. Él permanecía bajo y en las sombras, pero ella
podía distinguirlo, deslizándose de un lado a otro, acechando a su presa.
Riley miró a su madre dormida. Temía que Annabel fuera presa de la
intención del porteador.
Con el corazón desbocado, saboreando el miedo en la boca, Riley se
deslizó de su hamaca y sacó su cuchillo. Yendo contra un machete,
especialmente uno en manos de un hombre que lo usaba regularmente,
era una locura, pero él iba a tener que pasar sobre ella para llegar a su
madre, al igual que los murciélagos vampiros tendrían que hacerlo. Y no

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sólo sería su cuchillo, si él venía a por su madre. Riley tomó una antorcha
del fuego que había preparado con anterioridad como una defensa contra
los murciélagos.
Ella lo mataría si tenía que hacerlo. La idea la ponía enferma, pero se
armó de valor, pasando cada movimiento en su cabeza. Practicando. La
bilis se le subió, pero estaba decidida. Nadie ni nada, perjudicaría a su
madre. Había tomado una decisión, y nada la detendría, ni siquiera la idea
de que lo que estaba a punto de hacer pudiera considerarse un asesinato
premeditado.
Raúl se acercó más. Riley podía oler su sudor. Su olor era "incorrecto"
para ella. Respiró hondo y soltó el aire, fácilmente llegando a la hamaca de
su madre, poniendo sus pies con cuidado en posición. Podía sentir el suelo
bajo ella, casi llegando a conocer cada pisada. Nunca había sido tan
consciente de los latidos del corazón de la Tierra. Ni una hoja crujió. Ni
una ramita se rompió. Sus pies parecían saber exactamente dónde pisar
para no hacer ruido, para no torcerse un tobillo o caer en suelo desigual.
Se colocó delante de hamaca de su madre, escogiendo un lugar en el
que fácilmente se pudiera mover para tratar de mantener cualquier
ataque. Un movimiento cerca de ella hizo su pulso latir con fuerza. La
sombra de un hombre se cernía sobre la hamaca, lanzada por las llamas
de la hoguera de repente saltando hacia el cielo. Nunca lo habría visto de
otra manera. Jubal Sanders era el silencio. Giró rápidamente hacia él,
pero había ido más allá de ella para ocupar un puesto en la cabeza de la
hamaca de Annabel. Si hubiera querido matar a su madre, ya estaría
muerta, él había estado muy cerca sin el conocimiento de Riley.
Ella lo supo, casi sin la confirmación de volver la cabeza, que Gary
Jansen estaba a los pies de la hamaca de su madre. Había pasado los
últimos cuatro días de viaje a través de la más dura selva posible y sabía
la manera de moverse, silenciosa y fácil a través del terreno áspero, pero
aun así la sorprendió. Él parecía como si estuviera más a gusto en una
bata de laboratorio, el profesor distraído. Estaba claro que era brillante. No
se podía hablar con él y no darse cuenta de que era muy inteligente, pero
se movía fácilmente a través de la selva como Jubal y estaba igual de bien
armado y probablemente era igual de hábil con las armas. Se alegró de
haberlos elegidos para ayudarla a proteger a Annabel.

~ 29 ~
El terrible zumbido en la cabeza aumentó de modo que por un
momento su cabeza se sentía como si fuera a explotar. Ella apretó los
dedos con fuerza contra su sien. Estaba mirando directamente a Gary
cuando el dolor explotó a través de su cráneo y sacudió sus dientes. Se
agarró la cabeza en el mismo momento, sacudiéndola. Sus labios se
movían, pero no surgió ningún sonido. Miró a Jubal. También él sentía el
dolor de cabeza.
Las palabras eran extranjeras. Mezcladas, casi como un canto, pero
definitivamente palabras. Ella había sobresalido en el estudio de las
lenguas antiguas y muertas, así como las modernas, pero no reconoció el
ritmo de las palabras, pero Jubal y Gary lo hicieron claramente. Ella vio la
expresión de sus rostros, la alarma intercambiada en sus ojos.
Ben Charger se tambaleó hasta el otro lado de la hamaca de Annabel,
presionando sus manos a las orejas.
— Algo está mal, — dijo entre dientes. — Esto se trata de ella. Algo
malo la quiere muerta.
Jubal y Gary asintieron. La sobrecarga de los murciélagos se movió.
El corazón de Riley latía tan fuerte que temía que los otros pudieran oírlo.
Ella tomó un mayor control sobre el cuchillo y la linterna y esperó en la
oscuridad mientras Annabel gemía y se retorcía, como si algo terrible la
persiguiera, rondando sus sueños.
Raúl salió de las sombras, agarró el machete en la mano,
murmurando la misma frase una y otra vez. — Hän kalma, emni hän ku
köd alte. Tappatak ηamaη. Tappatak ηamaη.
Riley oyó las palabras claramente cuando el porteador las repetía una
y otra vez. Conocía la mayoría de los dialectos de las tribus hablaban en
esta parte de la selva tropical. Sabía el español y portugués. Sabía las
lenguas europeas e incluso las de Rusia y América, pero esto no era nada
que hubiera oído antes. No era latín en origen. No era ninguna de las
lenguas muertas que ella conocía, pero las palabras significaban algo para
porteador y, le echó un vistazo a Jubal y Gary, para los dos investigadores.
Raúl coreó la frase una y otra vez con una voz gutural, hipnótica.
Tenía los ojos vidriosos. Había visto ceremonias que habían puesto los
destinatarios en trance y el porteador sin duda parecía estar en uno, lo

~ 30 ~
que le hacía doblemente peligroso. El sudor brotaba de su cuerpo,
chorreando de él a salpicando oscuramente a través de las hojas por las
que se arrastraban ahora miles de hormigas. Él negaba con la cabeza
continuamente, como si combatiera el ruido en su cabeza, tambaleándose
hacia atrás unos metros y luego volviendo a avanzar inexorablemente.
Su boca se le secó cuando los murciélagos arriba comenzaron a
descender, cayendo al suelo como aves de rapiña amenazantes,
arrastrándose a través de la vegetación. Sus pequeños ojos miraron a
Annabel cuando usaron sus alas como patas, lo que los impulsó hacia su
presa. Raúl estaba más cerca, sus movimientos torpes, muy al contrario
que su movimiento normal fácil, el murmullo del canto crecía en el
volumen e intensidad con cada paso hacia adelante. Más cerca ahora, el
jaguar dio otro gruñido inquietante. Riley no podía creer lo que estaba
sucediendo. Era como si todo lo hostil de la selva tropical hubiera salido
para matar a su madre.
Riley encendió su antorcha, manteniéndola lejos de su cuerpo, y
rápidamente comenzó a encender las que había colocado alrededor de su
madre. Las antorchas formaron un muro bajo de luz y el fuego alrededor
de Annabel.
Raúl seguía viniendo a pesar del hecho de que tratara
desesperadamente detenerse. Cada vez que tenía éxito moviéndose hacia
atrás, lejos de Annabel, su cuerpo comenzaba un movimiento hacia
adelante de nuevo. No era rápido. No era lento. Era un robot programado,
cantando más fuerte, la misma frase una y otra vez. Una orden ahora. Una
demanda.
— Han kalma, emni hän ku köd alte. Tappatak ηamaη.
Tappatak ηamaη.
El portero parecía no ver a los macabros murciélagos con su
inquietante batir de alas. Sus ojos vidriosos permanecían fijos en Annabel,
el machete sujeto con sus dos manos mientras se acercaba.
— Riley, — dijo Jubal. — Entra en el círculo de luz y mantén los
murciélagos fuera con tu antorcha. Yo me encargo de Raúl.
Trató de no parecer aliviada. Era su deber de proteger a su madre,
pero la diabólica máscara del porteador, llena de algún propósito insano,

~ 31 ~
era verdaderamente horrible. Se deslizó de nuevo en el círculo de fuego
cerca de su madre.
Jubal Sanders levantó una pistola mientras levantaba su voz.
— Pedro, Miguel, Alejandro, — llamó a los tres guías. — Deténganlo
antes de que le dispare. Y voy a disparar. Si no quieren que Raúl muera,
más les vale detenerlo. Tienen unos siete segundos más y luego apretaré el
gatillo.
No había duda de Jubal estaba completamente preparado para
dispararle al porteador. Su voz era de mando, aunque en un tono bajo y
firme. El tiempo se ralentizó. Como un túnel. Riley lo veía todo como en un
sueño lejano. El giro inevitable de cabezas, las expresiones de miedo y
shock. La agitación de los murciélagos. El porteador un paso más cerca.
Jubal, calmado, pistola en mano.
Miguel, Pedro y Alejandro, todos hermanos, se precipitaron hacia
Raúl, mientras que los otros estaban indecisos, aparentemente en estado
de shock por la intención clara del porteador de asesinar a una mujer. El
Dr. Patton y sus dos alumnos parecieron darse cuenta por primera vez de
que algo andaba mal. Los tres se pusieron de pie rápidamente, mirando
con horror la escena que se desarrollaba. Las llamas subieron
misteriosamente en la hoguera principal y de las antorchas colocadas en el
suelo, como si el viento hubiera soplado de repente, pero el aire estaba en
calma.
— Han kalma, emni hän ku köd alte. Tappatak ηamaη.
Tappatak ηamaη. — Raúl continuó cantando la frase extranjera y otra
vez.
Riley podía oír las palabras claramente ahora. Reconoció la cadencia
extraña zumbando en el oído, como si ese mismo estribillo, aunque lejano
para ella, estuviera siendo alimentado por su mente, por todas sus
mentes. Había docenas de alucinógenos en la selva que los guías y
porteadores, probablemente los investigadores y cualquier persona en el
grupo podía conocer. Cualquier persona podía ser responsable de estos
ataques a su madre. Weston alimentado la superstición, aunque tanto él
como Shelton parecían estar inquietos durmiendo en sus hamacas,
inconscientes del drama.

~ 32 ~
El tiempo avanzaba en lentos segundos. Raúl continuaba
obstinadamente hacia adelante. Jubal no se inmutó. Podría haber estado
tallado en piedra. Los murciélagos arrastraban los pies hacia Riley,
acercándose a las antorchas y el círculo de luz alrededor de Annabel.
— Han kalma, emni hän ku köd alte. Tappatak ηamaη.
Tappatak ηamaη.
El corazón le golpeó con fuerza, latido tras latido, al mismo ritmo
amenazante del diabólico canto del portero. Se dio cuenta inmediatamente
de que incluso los murciélagos se estaban arrastrando hacia Annabel
exactamente a ese mismo ritmo. Todo a su alrededor, desde el balanceo
extraño de los árboles hasta la danza de las llamas, a pesar de la quietud
del viento, saltaban al cantar el portero. Ese canto estaba emanando desde
el interior de sus cabezas. Alguien en el campamento tenía como objetivo a
Annabel, usando alucinógenos y arrojando sospechas sobre ella. El hecho
de que las plantas y los árboles respondieran a su única superstición
alimentada. No tenía ningún sentido en absoluto.
Miguel y Pedro estaban a cada lado de Raúl. Su hermano, Alejandro,
llegó rápido desde el otro lado. Los tres fruncieron el ceño en
concentración, sacudiendo la cabeza para mantener el canto malvado
fuera de sus mentes mientras trataban de salvar el porteador de la pistola
de Jubal. Él se le relaciona con ellos de alguna manera, Riley recordaba,
pero muchos de los habitantes del pueblo estaban relacionados. Su afecto
por él afortunadamente superó la alucinación terrible en la que Raúl
parecía atrapado.
A medida que se cerraban en torno a él, agarraron su mano para
mantener el machete fuera de juego, el porteador continuó tratando de
caminar hacia adelante, haciendo caso omiso de los tres guías aferrados a
él. Mantuvo su canto macabro. Riley pasó la antorcha por el suelo cuando
la primera línea de los murciélagos se acercó demasiado a su madre,
incluso mientras trataba de descifrar el significado de esos extraños
sonidos guturales, que salían de la boca de Raúl.
El olor de la carne quemada impregnaba el aire. Los murciélagos se
alejaron precipitados ella mientras balanceaba su antorcha de nuevo en el
círculo, cerca del suelo, conduciendo a las criaturas hacia atrás y lejos de
la hamaca de su madre. Dos de ellos se estaban acercando al tronco del

~ 33 ~
árbol. Ella apuntó a ambos con la antorcha y luego, cuando quedaron
atrapados en el fuego, se golpearon contra el suelo, dando patadas a las
bolas de fuego mandándolas hacia Annabel.
Oyó un aleteo a través de la vegetación detrás de ella y se dio la vuelta
para encontrar que los murciélagos habían dado la vuelta al otro lado de la
hamaca. Ben Charger cogió una antorcha, las llamas mostraban su cara
en relieve. Líneas profundas cortaban su rostro, haciéndole parecer
maníaco. Sus ojos brillaban con una especie de furia. Por un momento ella
temió por su madre, pero él tomó la antorcha y la agitó hacia los
murciélagos vampiros que se acercaban, mandándolos de vuelta,
manteniendo a raya su persistencia con el fuego.
Gary luchó en su lado de la hamaca. Corrió por detrás de Jubal y
pasó su antorcha a través de la línea de los murciélagos escondidas en su
camino por debajo de la hamaca de esa dirección. El olor era horrible, y
ella no podía dejar de toser cuando el humo negro que se elevaba a su
alrededor. Annabel nunca despertó, pero se retorcía y luchaba en su
hamaca mientras los tres hombres ayudaban a Riley a protegerla.
Miguel y Pedro arrastraban a Raúl lejos, a través de la espesa
vegetación, ya que se negaba a pararse, se negaba a retroceder, tratando
desesperadamente de seguir adelante a pesar de la amenaza de la pistola.
El porteador seguía repitiendo la misma frase una y otra vez. Los otros le
gruñían órdenes, pero él no los oía, estaba muy adentro en su alucinación.
Alejandro recuperó el machete, manteniéndolo alejado de las manos de
Raúl que iban en su busca.
Lo arrastraron hasta el otro lado del campo y lo mantuvieron
prisionero allí. El arqueólogo y sus estudiantes vacilantes vinieron por el
suelo para estudiar el lío de murciélagos muertos o moribundos y para ver
a los otros alejarse de las llamas que rodeaban la hamaca.
— ¿Estás bien? — preguntó el Dr. Patton. — Esto es extraño. ¿De
verdad el hombre trataba de matar a uno de ustedes con un machete?
Parecía como si estuviera despertando de un sueño. Parecía tan
sorprendido que Riley tuvo un impulso inesperado a reír. Él había estado
pisoteando a través de la selva tropical con ellos durante cuatro largos
días. Había oído las historias de ataques de serpientes y pirañas y otra vez
gracias a Weston, que no parecían ser capaces de hablar de cualquier otra

~ 34 ~
cosa, y sin embargo, por primera vez, el arqueólogo pareció darse cuenta
de que algo andaba mal.
Él parpadeó, dándose cuenta de que Jubal tenía todavía la pistola en
la mano. —Algo está pasando aquí.
Un sonido escapó de su garganta antes de que pudiera detenerlo. Una
risa histérica, tal vez.
— ¿Fue el machete el que le avisó, el canto diabólico del infierno o la
horda de murciélagos vampiros? — Riley se llevó la mano a la boca. No
había duda de que estaba histérica para responder de esa manera. Pero,
¿en serio? ¿Algo estaba pasando? ¿Era esa su primera pista? Él estaba
llevando la distracción del profesor un poco lejos.
— Fácil, — susurró Jubal. — Ella está a salvo ahora. Creo que es todo
por esta noche.
Riley se mordió el labio para no replicar. La selva estaba llena de
depredadores de todo tipo y tamaño, todas ellos aparentemente con la
intención de atacar a Annabel. ¿Cómo iba a estar su madre segura de eso?
El sentido de acogida, de regreso a casa que siempre había experimentado
en sus visitas anteriores estaba totalmente ausente. Esta vez, la selva
tropical se sentía salvaje y peligrosa, incluso malévola.
Se obligó a prestarle atención a los murciélagos restantes. Menos mal
que se retiraban de la luz y del hedor de sus compañeros asados. El nudo
en su estómago se alivió un poco mientras inspeccionaba el tronco y las
ramas por encima de su madre. Los insectos se retiraban, también.
— Debería haberte ayudado, — dijo el doctor Henry Patton. — No sé
por qué no lo hice.
Sus dos estudiantes lo habían seguido a un ritmo mucho más lento,
con un aspecto tan aturdido y confundido como su maestro.
Riley se tragó una acusación enojada. Nada de esto era culpa del
arqueólogo. Tal vez él tenía los medios y los conocimientos para
comprender las propiedades de una planta alucinógena y toda la
expedición, ¿pero cuáles serían sus motivos? ¿Cuáles podrían ser los
motivos de cualquiera?

~ 35 ~
Ella se pasó una mano por el cabello cansada, exhausta. No se había
atrevido a dormir en las últimas cuatro noches, al entrar en el bosque
tropical. No desde que él susurro terrible había comenzado. El zumbido
interminable era suficiente para que volver loco a cualquier hombre
cuerdo, y era evidente que ella era la menos afectada de su grupo.
Las tres guías y el resto de porteadores formaban un círculo alrededor
de Raúl, sujetándolo con vínculos de algún tipo. Él continuaba cantando
esa lengua gutural y extraña, a veces murmurando, a veces gritando, y
seguía tratando de avanzar hacia la hamaca de Annabel. Sus primos se
vieron obligados a atarle a uno de los árboles para que no atacara de
nuevo. Su mano apretada en un puño, como si todavía se apoderara del
mango del machete. Hacía girar el brazo hacia atrás y hacia adelante a
través del aire en una pantomima inquietante.
— ¿Qué está diciendo Raúl? — le preguntó Riley a Jubal, una vez que
la emoción se calmó y todos volvieron a sus hamacas. Ella hizo un gento
con la cabeza hacia el porteador atado al árbol y vio la expresión de Gary.
— Pude ver que ustedes dos reconocieron el idioma. — Jubal la miró
directamente a los ojos. — No lo niegues. Vi las miradas que se dieron el
uno al otro. No hay duda de que sabes lo que está diciendo.
Jubal y Gary se volvió casi simultáneamente para mirar por encima
del hombro a Ben Charger. Era obvio que no querían hablar delante de los
demás.
—Te voy a echar una mano quitando estos murciélagos, — dijo Gary.
Riley deliberadamente comenzó a hacer un barrido de los murciélagos
muertos o moribundos que rodeaban a su madre. Era un trabajo feo,
repugnante. Tanto Jubal y Gary también lo hicieron, lo que era una buena
cosa, porque ella lo habría seguido a sus hamacas por una explicación.
Ben trabajó con ellos durante unos minutos, pateando los cuerpos
tostados lejos de la hamaca de Annabel, pero cuando Gary comenzó a
cavar en la vegetación para eliminar a todos en una fosa común, el
ingeniero decidió separarse.
— No creo que me necesites más esta noche. Las cosas parecen estar
calmándose.

~ 36 ~
Sólo entonces Riley se dio cuenta del que el terrible zumbido en su
cabeza había desaparecido. Aunque ella no podía oír nada más, se dio
cuenta por los ojos rojos y los ceños fruncidos en las caras de los otros que
no había parado por completo.
— Muchas gracias por tu ayuda. No lo habría conseguido todo sin ti.
Actuaste rápido.
Ben se encogió de hombros. — Fueron a por ella. No iba a
mantenerme al margen y dejar que la lastimara. Tengo un sueño ligero. Si
ocurre algo más, da un grito y yo vendré corriendo.
Riley forzó una sonrisa breve. — Gracias de nuevo.
Ben se frotó las sienes, frunciendo el ceño mientras se alejaba de ella.
Riley ayudó a empujar los restos de los murciélagos en el agujero que Gary
había cavado, a la espera hasta que Ben se alejó antes de que ella se
volviera hacia Jubal.
— Está bien, — dijo ella, — se ha ido. Ahora dime lo que Raúl estaba
cantando. ¿Y qué lengua hablaba? Desde luego no es nativa de este país o
de cualquier tribu aquí en el Amazona.
Jubal metió la pistola en una especie de arnés debajo de la chaqueta
suelta. Riley le pareció interesante que él no la hubiera guardado hasta
que Ben se hubo ido.
— El lenguaje es muy antiguo, — dijo Jubal. — Tiene su origen en las
montañas de los Cárpatos, pero son muy pocos los que hablan o entienden
hoy en día.
Ella frunció el ceño. — ¿Las montañas de los Cárpatos? ¿Cómo
diablos puede un porteador mal educado de una aldea remota de la
Amazona llegar a conocer y hablar una lengua antigua europea de la que
incluso yo nunca he oído hablar? No importa. Podemos hablar de eso más
tarde. Por ahora, quiero saber lo que estaba diciendo.
Jubal miró por encima de su cabeza a Gary.
— No hagas eso. Mírame a mí, no a él. Sé que entiendes lo que dijo, —
insistió Riley. — Ese hombre estaba tratando de matar a mi madre. Y todo
el tiempo que decía ‘Han kalma, emni hän ku köd alte. Tappatak
ηamaη. Tappatak ηamaη’. — repitió la frase con un tono y entonación

~ 37 ~
perfecta, sonando exactamente igual que Raúl. — Quiero saber lo que
significa.
Jubal negó con la cabeza. — No sé la respuesta a eso. De verdad que
no, Riley. No soy tan bueno en el lenguaje como lo es Gary, y no quiero
cometer un error. Creo que tengo la esencia de lo que estaba tratando de
decir, pero si traduzco mal y te alarmo...
— El hombre se acercó a mi madre con un machete. No creo que vaya
a ser más alarmante que eso, — replicó Riley y estuvo inmediatamente
avergonzada de sí misma. Ella necesitaba ayuda de este hombre. Gary,
Ben y Jubal no habían tenido ninguna duda en salvarle la vida de su
madre, pero probablemente la suya también. — Lo siento. Ayudaste a
defender a mi madre, y te lo agradezco. Pero temo por ella y necesito saber
lo que estoy tratando.
Gary rodeó la hamaca Annabel para pararse frente a Riley. — Siento
que esto les esté sucediendo a las dos. Debes tener mucho miedo. Sonaba
para mí, y esta es una traducción libre, como si estuviera cantando:
‘Muerte a la mujer maldita. Mátala. Mátala’. Eso es lo más cerca que pude
entender. — Miró a Jubal. — ¿Entendiste lo mismo?
Riley sabía que había cambiado su atención a Jubal con el fin de
darle tiempo para recuperarse. Ella había sospechada que la traducción
sería algo amenazante, pero aun así, sintió como si alguien le hubiera
golpeado en el estómago e aspirado cada pedacito de aire de sus
pulmones. Se obligó a respirar mientras miraba hacia el cielo nocturno a
través del toldo, una película de hojas borrosas. ¿Quién iba a por Annabel?
Ella era una mujer increíble y amable. Todo el mundo que ella conocía la
amaba. El ataque no tenía ningún sentido en absoluto.
— Raúl definitivamente ha pasado toda su vida aquí en la selva
tropical. Él realmente no tiene mucho contacto con el exterior, ninguno de
los habitantes del pueblo lo hace. ¿Cómo iba a recoger una casi extinguida
y claramente lengua extranjera? — Riley luchó por mantener el desafío en
su voz.
Sin duda este hombre le había salvado la vida, pero Jubal Sanders y
Gary Jansen investigaban plantas. Ambos admitieron que había llegado a
los Andes en busca de una planta que se suponía que se había extinguido
en todas partes y que la planta era originaria de la Montaña Carpatiana en

~ 38 ~
Europa. Si este lenguaje se había originado en la misma zona, ¿Qué
estaban haciendo las plantas y el idioma en América del Sur? ¿Y era
casualidad que uno de su grupo de viajeros estuviera experimentando la
misma alucinación y todo envuelto alrededor de esta antigua lengua que
ambos hombres entendían?
Jubal negó con la cabeza. — No tengo ninguna explicación.
Él estaba mintiendo. La miró directamente a los ojos. Su expresión no
cambió, su hermoso rostro esculpido con líneas de preocupación, con la
mandíbula y la boca firmes, pero mentía.
— Oh, sí, la tienes, — replicó ella. — Y tú me vas a decir lo que es, en
este momento.
Gary suspiró. —Díselo, Jubal. En el peor de los casos, ella pensará
que estás tan loco como el porteador.
— Honestamente, no sabemos a ciencia cierta lo que está pasando,
pero tenemos nuestras sospechas. Hemos visto que cosas como estas
sucedieron antes en otras partes del mundo. — vaciló Jubal. — ¿Crees en
la existencia del mal?
— ¿Te refieres a Satanás, el diablo?
— Más o menos, pero no estoy hablando de Dios y de los ángeles.
Riley reforzó su primera reacción. Cosas extrañas ocurrían en el
Amazonas. Y su madre tenía ciertamente dones que no se podían explicar.
Estaba el viaje a los Andes, cada cinco años, y el ritual realizado en la
montaña. También había rumores, las leyendas y los mitos transmitidos
de que un gran mal había destruido el Pueblo Nube y luego los Incas. Por
supuesto, nadie lo creía, pero ¿y si era verdad?
— Sí, — admitió, — creo en el mal.
Jubal vaciló de nuevo. — Yo… nosotros… sospechamos que hay algo
antiguo aquí, un ser malvado que tiene el poder de ordenar a los insectos y
de aprovecharse de nuestras mentes, para engañarnos para hacernos
creer cosas que no son ciertas.
Riley en ese instante recordó a su madre agitada divagando sobre el
mal atrapado en la montaña. Ellas dos se dirigían a la montaña para que
volver a sellar y evitar que el volcán explotara, y Annabel estaba

~ 39 ~
preocupada por llegar tarde. Riley sabía que generaciones de mujeres
habían ido a este monte, y el viaje había sido más riguroso y peligroso en
el pasado, sin embargo, habían seguido viajando a ese mismo lugar y
realizado el mismo ritual.
¿Así que podría ser cierto? ¿Había realmente algo malvado atrapado
en esa montaña? ¿Algo que las mujeres de su familia habían estado
manteniendo contenido por cientos, posiblemente miles de años?
Riley se estremeció, apretando una mano contra su estómago
sobresaltado.
— ¿Por qué esta cosa maligna se dirige mi madre?
— Está claro que considera a tu madre una amenaza para él de
alguna manera, — dijo Gary.
— Algo está sucediendo. El mal en la montaña está deliberadamente
tratando de reducir la velocidad. Se encuentra cerca de la superficie y está
orquestando accidentes y enfermedades. — Riley se estremeció,
recordando las advertencias terribles de su madre. Ella se sacudió como
una descarga de divagaciones inducidas, pero ahora Riley no estaba tan
segura. ¿Podría ser cierto?
Jubal se acercó más a la hamaca de su madre. Riley casi saltó sobre
él, pero su lenguaje corporal irradiaba protección. Se enfrentaba a la selva,
su cuerpo alerta. Ella se dio cuenta del silencio entonces. El zumbido
constante e interminable de los insectos habían desaparecido, dejando tras
de sí un extraño silencio.
Instintivamente Riley se acercó a su madre. Annabel se retorcía.
Gemía. El sudor perlaba su cuerpo. Las manos de ella se levantaron y
comenzaron un complicado patrón de movimiento, un giro fascinante de
los dedos y las manos, como un director de una sinfonía, sin embargo,
cada movimiento que fluía era preciso y precioso. Riley había visto esos
movimientos varias veces. Sus propias manos automáticamente siguieron
el patrón, como si la memoria hubiera impulsado a sus huesos en lugar de
su mente. Ella hizo el esfuerzo por mantener los brazos hacia abajo, pero
no pudo evitar que sus dedos y muñecas se torcieran al ritmo de su
madre, o aletearan con movimiento grácil.

~ 40 ~
El cuerpo de su madre se volvió hacia el este y Riley se encontró
frente a la misma dirección. Podía sentir el flujo de la tierra subiendo por
debajo de las plantas de sus pies, moviéndose a través de ella como la
savia en los árboles. Un corazón martilleaba, muy por debajo de la tierra.
Podía sentir su pulso sincronizado a ese ritmo constante tamborileo.
Sentía la tierra, las raíces por debajo de ella ayudándola a encontrar esa
fuerza de vida que hacía señas desde lo profundo de la tierra.
Sintió que cada planta individualmente, cada una de ellas con su
propio carácter y personalidad. Algunos venenos, algunos antídotos. Las
reconoció como hermanas y hermanos. Sintió que echaban raíces dentro
de ella, extendiéndose a través de sus venas, en sus órganos internos, y se
envolvían alrededor de sus huesos hasta que sus venas cantaron con el
alma de la selva tropical.
El conocimiento de todos los árboles vivos, arbustos y plantas
cercanos se elevó hasta que ser absolutamente agudo. Su corazón y su
alma se acercaron a ellos y ellos a su espalda, alimentando su valor y
resistencia, la tierra de su madre, dispuesta a ayudar en cualquier
momento. Sintió una mancha de mal propagándose a través de la propia
tierra, en busca de un objetivo. Pero algo más estaba allí también, algo
fuerte y valiente.
Depredador. Un protector para ellas. De repente ella se echó hacia
atrás.
Al parecer, Jubal y Gary no estaban lejos de su evaluación de la
situación después de todo. Esta no era una alucinación en masa, era un
complot cuidadosamente orquestado para atacar a su madre, para retrasar
su viaje a la montaña e impedirle llevar a cabo el ritual de siglos de
antigüedad. Riley no podía decir por qué, ni lo que había en la montaña.
Sólo podía discernir que estaba desesperado por salir, por sobrevivir, y que
usaría cualquier medio para hacerlo, incluso matar a su madre.
Así que esto era por lo que su madre estaba tan en sintonía con las
plantas. Ella los sentía, estaba en conexión con ellos, y no en pequeña
medida. Riley nunca había sentido esa conexión antes, y se le ocurrió que
alguna forma de conciencia y el poder estaban siendo transferidos a ella.
Esa posibilidad sólo la alarmó aún más. ¿Estaba su madre sin querer
haciendo algo en su sueño pasarle su conocimiento a su hija, ya que ella

~ 41 ~
había dicho que cada generación de sus antepasados lo había hecho antes
de su muerte?
— ¿Qué está haciendo ella? — preguntó Jubal, con curiosidad en su
voz. Curiosidad y algo más. El reconocimiento, ¿tal vez?
Riley comenzó realmente a ser atrapada y absorbida por las plantas a
su alrededor y la sensación de estar casi transformada, hipnotizada por la
existencia de una vida tan intensa a su alrededor que casi había olvidado
que fueron testigos de los movimientos rituales que su madre realizaba en
la montaña. Tanto Jubal y Gary la miraron con demasiado conocimiento.
Riley se encogió de hombros, reacia a explicar lo de su madre con
nadie, aunque tenía la sensación de que los dos hombres se habían
ganado una explicación, ella simplemente no tienen una apropiada.
— ¿Has visto a esos movimientos antes? — preguntó Jubal. — La
forma en que está moviendo sus manos es casi ritual.
— Sí. — Riley había sido lo más honesta posible y sentían que ellos lo
habían sido también. Ambos daban vueltas uno alrededor del otro, reacios
a decir algo que no pudieran retirar.
— He visto gestos similares en las montañas de los Cárpatos, —
admitió Jubal. — Cuando hemos trabajado en las partes más remotas de
las montañas. ¿Su madre ha estado allí antes? ¿Ella tiene lazos con
Rumania o cualquiera de los países de allí?
Riley negó con la cabeza firmemente. — Hemos viajado a Europa una
vez, pero en ninguna parte cerca de las montañas de los Cárpatos. Hemos
permanecido, sobre todo, en América del Sur. Mamá ha venido aquí
muchas veces. La mayoría de las mujeres de mi familia han nacido aquí,
mi madre incluida. Somos descendientes del Pueblo Nube, así como los
Incas, así que mi familia siempre ha tenido un gran interés en esta parte
del mundo. Mi madre se crio aquí y sólo fue a los Estados Unidos cuando
conoció y se casó con mi padre. Él era de ahí.
— ¿Eres adoptada? — preguntó Jubal. — No te pareces en nada a tu
madre.
Riley apretó los labios. Había oído eso toda su vida. Era alta y
curvilínea con la piel translúcida y unos grandes ojos ovalados muy
diferentes. Tenía el pelo tan recto como una tabla y tan negro como la

~ 42 ~
noche. Su madre era delgada, de mediana estatura, con una maravillosa
piel oliva y el pelo rizado.
— No soy adoptada. Me veo como una de mis tátara-tátara-abuela.
Era más alta con el pelo oscuro, al menos si los dibujos de ella se pueden
creer. Mamá me los mostró una vez cuando yo estaba molesta porque era
mucho más alta que todos en la escuela.
Ella estaba hablando demasiado rápido, demasiado, lo que a veces
hacía cuando estaba molesta. Estaban haciendo muchas preguntas
personales. ¿Qué importaba si ella no se parecía a su madre? ¿Por qué
estaban tan interesados? Ella sólo quería agarrar a su madre e irse de allí.
Si no fuera por el hecho de que el propio bosque parecía decidido a
atacarlos, ella podría haber hecho justamente eso. Su madre tenía un
increíble sentido de la orientación de la montaña. Dos veces cuando
habían hecho el viaje y los guías se habían perdido, había sido su madre
quien había encontrado el camino.
Pero ahora, con Annabel enferma y los ataques cada vez más
violentos, Riley no se atrevía a separarse del grupo. Jubal y Gary ofrecían
un nivel de protección que no podía permitirse el lujo de descartar.
— Gracias a los dos por su ayuda. Tengo conseguir dormir esta
noche. No sé por qué el bosque ha quedado en silencio, pero no siento
ninguna amenaza inmediata. No quiero que mi madre sepa sobre esto
ahora. Quiero decirle que yo misma y ver si tiene alguna idea de por qué
estos ataques contra ella están pasando.
Necesitaba tiempo a solas con su madre, lo que era casi imposible
rodeados como estaban por los diversos viajeros. Los guías y porteadores
los miraban con recelo ahora, y hacían aún más difícil la privacidad.
— Ve y duerme, — dijo Gary. — Vamos a mantener un ojo en las
cosas.

~ 43 ~
Capítulo 3
Traducido por Ariel
Corregido por Amy

Muy por debajo de la superficie, enterrado profundamente en el


caliente, y rico suelo volcánico de los Andes, Danutdaxton despertó con un
golpeteo constante en la cabeza y el calor subiendo a su alrededor. Sus
ojos se abrieron en la oscuridad familiar, el aguijón de azufre en la nariz y
el hambre punzante de la sangre latiendo en él con puños de piedra.
Dax flexionó las manos mientras comprobaba sus salvaguardias a
través de la cámara. No estaba solo. Otra ola de golpes de presión se
estrelló contra él. A pesar del dolor, el ataque le hizo sonreír con sombría
admiración.
— Qué modales, mi viejo amigo, — murmuró.
A su favor, Mitro Daratrazanoff era tan implacable como enemigo
como Dax lo era como cazador. Se habían perseguido entre sí por
innumerables siglos antes de ser atrapados en este volcán, y en los
innumerables siglos desde su sepultura habían continuado su batalla,
nunca dándose por vencidos, constantemente buscando un momento de
debilidad para aprovecharse. La lucha se había convertido en toda su
existencia. Cazador y cazado, depredador y presa: sus funciones
conmutadas continuamente, pero estaban tan bien adaptados que
ninguno de los dos tuvo la sartén por el mango por mucho tiempo.
Dax suspiró y dejó que el calor lavara el dolor y la oscuridad por
encima de él. Su cuerpo se calmó. El hambre voraz disminuyó ya que el
calor y la fuerza del volcán se hundieron en su carne, alimentándolo con
su energía, y su fuerza. Llamó a sustento de la tierra, de la misma forma
en que un Cárpatos se alimentaba de las venas de su presa humana.

~ 44 ~
Una vez, sólo la sangre podría haber mitigado su hambre. Una vez,
sólo la sangre podría haberle dado fuerzas. Pero en los últimos quinientos
años de estar encerrado en el calor y la presión en el corazón de un volcán
lo habían cambiado. Ya no era "sólo" un Cárpato. Se había convertido en
algo diferente, algo... más.
Carne y hueso habían crecidos más densos, más fuertes, menos
susceptibles a las lesiones. Tenía una tolerancia mucho mayor para el
calor y el fuego. Probablemente podría estar en el corazón de una fogata
sin tener la más mínima ampolla. Su cabello, largo y grueso, que la
mayoría de los Cárpatos llevaba, se había sido quemado cerca de su cuero
cabelludo, dejando una piel corta y gruesa, y sus ojos podían amplificar la
más mínima luz, lo que le permitía ver con claridad en condiciones de casi
de casi total oscuridad. Y en cavernas donde no había el menor atisbo de
luz, había desarrollado la habilidad de ver a través de otros medios. Firmas
de calor eran claramente visibles para él, e incluso en las más frías, y más
oscuras cuevas y túneles, podía distinguir entre las vibraciones de la
energía en la roca y el aire y por lo tanto "ver" su entorno.
Esas vibraciones le susurraban a través de su piel, cuando se
despertó por completo de su sueño curativo, se desplazo del cuerpo y se
extendió sobre el suelo caliente. Abriendo el suelo con un gesto de la
mano, se levantó de su lugar de descanso en la cámara vacía encima del
magma. Las grietas en la roca negra endurecida revelaban burbujeante
lava naranja incandescente sin descanso en las piscinas de abajo que
iluminaba la cámara con una luz de color naranja oscuro.
La tierra retumbaba bajo sus pies, y el suelo dio un vuelco repentino
que estuvo a punto de perder el equilibrio. Vapor ventilado de las grietas
brillantes de color naranja en el suelo de la cámara, y con él llegó el hedor
familiar, la descomposición del mal.
Los músculos de Dax estaban apretados. Se había acostumbrado a
los rumores y movimientos del volcán en los últimos años, pero esto era
diferente. El volcán se estaba despertando. Y Mitro estaba despertando con
él.
Otra ola de presión se estrelló contra él, lanzándolo de rodillas. La
tierra se movió y rodó. Dax se apoyó y envió tentáculos punzantes en el
suelo, tratando de localizar a su antiguo enemigo. Sin embargo, el apego,

~ 45 ~
del miasma aceitoso de la decadencia del vampiro había saturado todo el
interior del volcán, por lo que era imposible para Dax rastrear hacia atrás
al mal hasta su fuente. Mitro estaba aquí, trabajando para liberarse de sus
ataduras y usar la fuerza explosiva del volcán para liberarse.
Durante demasiados años, Mitro Daratrazanoff había luchado para
escapar de su prisión. Dax le había perseguido a través de las cavernas y
túneles del volcán, la caza, el rastreo, la lucha para acabar con él. Y por la
misma cantidad de años, primero Mitro rechazó su compañera Arabejila y
luego a sus descendientes, que habían llegado al volcán una vez cada
cinco años para fortalecer los lazos de la prisión de Mitro y mantenerlo
hasta que Dax finalmente pudiera matarlo. Sin Dax constantemente
cazándolo, luchando contra él, y sin Arabejila y sus descendientes
renovando permanentemente la fuerza de los lazos de la prisión de Mitro,
el vampiro hace tiempo que hubiera escapado a causar un mal
inimaginable en el mundo.
Desafortunadamente, a lo largo de los últimos decenios, el poder
tejido por los descendientes Arabejila había sido cada vez más débil. Sus
ritos de renovación ya no se impartían con la misma fortaleza
inquebrantable de los enlaces de antes. Y con los lazos debilitados, los
intentos de Mitro por escapar habían estado cada vez más cerca de tener
éxito. Las últimas tres veces, los descendientes de Arabejila habían llegado
en el último momento, renovando los lazos sólo escasos días, “incluso
horas” antes de que Mitro los rompiera.
La preocupación se deslizó por la espalda de Dax. A juzgar por la
turbulencia creciente del volcán, Mitro ya había encontrado un gran
resquicio en las paredes de su prisión para trabajar su influencia sobre el
mundo exterior. No era un buen presagio. Mitro debe haberse despertado
mucho antes que Dax esta vez. Se había hecho más fuerte, demasiado
fuerte.
Preocupado, Dax envió a sus sentidos hacia fuera, buscando ese
estremecimiento en la conciencia que lo alertaba de la presencia de otros
Cárpatos. Había sido capaz de utilizar ese conocimiento con los años para
seguir el progreso de Arabejila y sus descendientes cuando llegaban a la
montaña. Sus sentidos se dispararon hacia fuera, pasando por la roca la

~ 46 ~
tierra, hacia el cielo sobre el volcán, y a continuación, a través de la densa,
selva tropical.
Después de varios minutos de búsqueda, la encontró. La descendiente
de Arabejila. Ella se acercaba a la montaña como lo había hecho una vez
cada cinco años por los últimos que-sólo-habían-sido-unos-cuántos-siglos,
pero seguía estando a horas de distancia. No iba a llegar a tiempo. La
mujer estaba demasiado lejos y Mitro había aumentado demasiado.
Dax había sido considerado el mejor cazador de toda la raza de los
Cárpatos, y aún así, pelea tras pelea, Mitro se le había escapado. Estar
encerrado en la tierra durante tanto tiempo sin sangre para mantenerlos
debía de haber debilitado a los dos, posiblemente incluso matarlos. Pero al
igual que Dax, Mitro había encontrado una manera de sobrevivir y crecer
más fuerte. El entorno de la intensa presión, el duro calor del volcán había
cambiado a ambos. Si Mitro escapaba ahora, allí fuera no había nadie lo
suficientemente fuerte como para detenerlo.
Dax no podía dejarlo escapar.
Los susurros se hicieron más fuertes, exigentes, incesantes. Desde
hace meses, incluso mientras dormía, las voces le habían susurrado en los
oídos, un coro interminable. Instando a visitar la caverna cerca del corazón
del volcán. El calor y la presión eran intensos, tan cerca de la cámara de
magma del volcán principal que Dax nunca había sido capaz de
permanecer más de unos pocos segundos a la vez. Pero algo estaba allí.
Algo poderoso y feroz. Algo al que normalmente no le gustaba ser
molestado.
Algo en la tierra creyó que Dax era necesario, porque esto había
estado conduciéndolo de vuelta a aquella cámara una y otra vez y otra vez
durante los siglos
El impulso era más fuerte ahora de lo que había sido nunca. Cada
parte de él se sentía a la vez impulsado y atraído hacia esa cámara en el
corazón del volcán. Lo que había allí le esperaba, y no podía retrasarlo por
más tiempo. La fuerza que necesitaba estaba allí, se le ofrecía sólo si tenía
la voluntad para reclamarla.
Despachó las protecciones que rodeaban su lugar de reposo y se
movió en una niebla clara, viajando rápidamente a través de los tubos de

~ 47 ~
lava y fisuras en la roca, descendiendo profundamente en la tierra, hasta
llegar a la cámara sobrecalentada. Una pequeña sección de la planta, al
otro lado de la cámara se había roto, y la roca fundida de la cámara de
magma se derramaba adyacente a la habitación, naranja espesa y
brillante. La piscina estaba aumentando rápidamente. No pasaría mucho
tiempo antes de que toda la cámara se llenara completamente.
En el centro de la cámara, sobre sus cuartos traseros medio
sumergido en el profundo magma, yacían los restos petrificados de un
dragón. Inmenso e impresionante, la criatura yacía acurrucada
apretadamente, las alas se escondían en la espalda, la cola enroscada
alrededor de su cuerpo, la cabeza apoyada en las patas delanteras con
garras de diamantes. El dragón entero se había cristalizado, su cuerpo
volviéndose en rubís y diamantes con el intenso calor y la presión del
volcán. El pecho del dragón fue destruido, aplastado. Enormes trozos de
cristal facetado estaba derramado alrededor del cadáver petrificado.
El calor que emanaba del magma hizo que el aire alrededor del dragón
ondulara, distorsionando la visión de Dax hasta que todo el canal
cristalizado parecía temblar y moverse.
Tómalo. Tome lo que queda. Tome lo que se ofrece.
Los susurros llenaron la cabeza de Dax, mareándolo. Ante él, las olas
de calor se elevan desde la piscina de magma parecían brillar y adquirir un
tono translúcido rojo fuego, pero el brillo era... ¿en forma de dragón?
Dax negó con la cabeza, se frotó los ojos, y volvió a mirar. La imagen
todavía estaba allí... nebulosa, translúcida, un dragón formado de niebla
roja insubstancial. Extendió sus sentidos, pero no pudo detectar el hedor
concentrado del mal.
El Antiguo te ofrece su fuerza. Tú no estabas listo antes, pero
nosotros te hemos preparado. Tome lo que se ofrece. Sin él, no podrás
derrotar a tu enemigo. Tómalo, rápidamente, antes de que se pierda el
volcán.
La tierra siguió susurrándole, empujándolo a él a correr el riesgo que
podría resultar en su muerte.
Dax se acercó. El calor del magma era tan intenso, a mitad casi
esperaba estallar en llamas en cualquier momento, sin embargo, su piel

~ 48 ~
bruñida no hizo siquiera una ampolla. Otro paso lo acercaba a la cabeza
del dragón y tan sólo a cinco metros de la amplia piscina de magma.
Ahora, podía sentir la energía que irradia del dragón cristalizado. ¿De
dónde había venido esto? Había estado aquí en esta cámara antes. Había
encontrado al dragón cristalizado, medio aplastado, seguía siendo un
descubrimiento impresionante, pero nunca había sentido esta energía
pulsante. Casi se sentía vivo.
Dando un paso más cerca todavía, Dax alcanzó el velo brillante de
energía. En el instante en que lo tocó, una fuerza primitiva, desenfrenada,
salvaje rugió en respuesta. El poder se estrelló contra él como un puño de
hierro, estrellándose contra él con la fuerza suficiente para derribarlo de
sus pies. Aterrizó duro y el dolor cruzó su espalda y la mandíbula, que se
había llevado la peor parte del impacto.
Toma el poder. Toma lo que te ofrece.
— ¿Esa fue una oferta? — Dax se levantó, se sacudió el polvo y se
frotó la mandíbula dolorida. — Sin ánimo de ofender, querido amigo, pero
lo que está claro es que no quiere ser tomado.
Sin la fuerza del Antiguo, no puedes ganar. Debes tomarla. Pero en
primer lugar, debes demostrar que eres digno.
—Maravilloso. —Dax movió su cabeza, estirando los tendones y
crujiendo las uniones en su cuello. Él consideró la imagen translúcida del
dragón que brillaba en el aire caliente. —Que así sea, viejo. Vamos a tirar
los huesos.
Esta vez, mientras se acercaba al cadáver del dragón cristalizado y al
velo de la energía que se cierne sobre él, él se preparó para el ataque. El
golpe, cuando llegó, golpeó dos veces más duro que el anterior. El poder
rompió contra él como los duros diamantes de las garras. La intensidad
escarpada de él amenazó con romperlo en pedazos, pero apretó los dientes
y se inclinó hacia él, disparando de nuevo una explosión de su propio
poder reunión de poder contra poder, fuerza contra fuerza. El dragón rugió
brillante y flexionó sus alas.
Y la lucha estaba en marcha.
Olas de energía se arremolinaban a su alrededor. Una fuerza
poderosa construida debajo y alrededor de él. Las paredes de la cámara

~ 49 ~
empezaron a temblar. Diminutas partículas de roca y arena cayeron desde
el techo. Dax empujo olas calmantes en el suelo, aquietando la ruptura de
la tierra.
El flujo de magma en la cámara aumento, forzando a Dax dar un paso
hacia atrás. Los gases burbujeaban y escupían en la piscina de magma. El
calor aumento. El aire chisporroteó. Los gases se prendieron en una
llamarada naranja hirviendo. Dax cerró los ojos y alzó un escudo. El calor
se vertió sobre él como una ola del océano.
Una voz que sonaba como un trueno gruñó y retumbó en su cerebro.
Sólo el más fuerte puede tener la esperanza de mantener el alma de
un dragón. ¿Qué tan fuerte eres, Danutdaxton de los Cárpatos?
El dragón habló en la antigua lengua, de los Cárpatos, lo que permitió
a Dax entenderlo.
Cada palabra retumbó y se quemaba en el interior de su mente como
si un martillo de plomo ardiente golpeara contra su cráneo. Dax contuvo el
impulso de taparse los oídos, sabiendo que era inútil.
— Tan fuerte como debo ser para derrotar a mi enemigo, — dijo Dax.
Un alma de dragón. ¿Era eso con lo que el luchaba ahora? ¿O Mitro había
encontrado una manera de engañarlo después de todo? — ¿Me crees tu
enemigo?
¿Llama un león a la pulga su enemigo?
— Una pulga, ¿verdad? — Dax fue ligeramente insultado ante la idea.
Alargó la mano hacia el calor que emanaba del magma, dibujándolo sobre
él, dándole forma entre sus manos una bola de fuego, que arrojó en el
centro de la criatura insustancial. Pero en lugar de perforar un agujero a
través de la niebla roja brillante, la bola de fuego explotó contra la
superficie, propagándose en lenguas de fuego que fueron absorbidos
rápidamente. El dragón de niebla-roja parecía hacerse más grande, como
si las llamas sólo lo hicieran más fuerte.
El enemigo del calor era el frío. Dax intentó drenar el calor de todo el
velo de niebla, pero el calor era demasiado intenso para que hiciera más
frío de la habitación unos cuantos grados.

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— Si te propones a ayudar, Antiguo, entonces ayuda — dijo Dax. —
Hay un gran mal encerrado dentro de este volcán. Mientras se lucha, está
tratando de escapar.
¿Por qué debo preocuparme de este mal? Me has despertado de mi
lugar de descanso y no me importa nada de tus problemas.
Dax se desconcertó por eso por un momento. El dragón no tenía
ninguna razón para preocuparse. Su tiempo había pasado hacia tiempo.
Todo lo que conocía y amaba había desaparecido de la tierra. Incluso su
cuerpo había desaparecido.
Quizás no hay otra razón que eres un dragón, y un gran guerrero, o
eso me han hecho creer.
Hubo un momento de silencio. El alma de un dragón es un gran
poder. Sólo los más fuertes de los embases podía esperar contenerla.
Todos los demás se rompen.
El poder golpeó Dax otra vez, pero esta vez se trató de una táctica
diferente. En sus años de formación con los ancianos de su raza, había
aprendido cuándo estar parado firme y cuándo doblarse como un árbol
contra el viento. Se agachó ante la explosión principal del dragón y rodó
hacia delante por debajo de él, llegando cerca de la brillante presencia de
la bestia.
Sus pies se hundieron en el borde de la piscina de magma. El dolor
ardiente subió por las piernas como carne chamuscada y quemada. Dax
cerró su mente contra el dolor y trató de absorber y usar el calor como el
alma del dragón había absorbido y utilizado su bola de fuego antes. Sus
manos se dispararon, rastreó la sala por el aire, girando y girando la
energía y las moléculas de aire en la habitación formando una red brillante
que echó en torno a la niebla insustancial del alma del dragón. Un arco
iris de la luz reflejada a través de la habitación, ya que la energía se
arremolinaba alrededor de su oponente.
La determinación y la calma rodaban en su mente mientras la red
caía sobre el dragón. Podía sentir el espíritu que se reunía, como cualquier
criatura antes de que lo golpees. Extendió sus dedos a lo ancho y los
mantuvo, así con las palmas hacia fuera, entre él y el dragón. Con
suavidad, juntó el pulgar con pulgar, luego el índice con el índice,

~ 51 ~
completando un círculo de poder, y por medio de ese círculo, dibujó su red
de energía apretada.
La bestia rugió y golpeó con indignación, pero los lazos de su red se
mantuvieron firme. Poco a poco, sin descanso, Dax tiró de la red
haciéndola más estrecha y más fuerte. Se movió poco a poco hacia atrás,
arrastrando el peso del dragón que protestaba con él.
Un chorro de calor salió hacia fuera, esparciéndose sobre él como un
géiser. Su piel se quemó. Su pelo se chamuscó. No liberó la red. Siguió
tirando de él a través de su círculo de poder, dibujando el alma del dragón,
apretándola, doblándola sobre sí misma, separándola de la piscina de
magma que sospechaba estaba alimentando su fuerza.
Al tirar, comenzó a tejer nuevos y más fríos hilos de poder sobre los
demás. Y con cada hilo tejido con precisión, su conexión con el espíritu del
dragón aumentaba. Podía sentir su conciencia presionando contra la suya.
Cada pelea retorciéndose, cada ráfaga de calor y electricidad, era tanto
instintiva como de autoprotección, ya que era una prueba de la propia
fuerza de Dax. A medida que la última parte de la red de Dax pasó por su
círculo de poder, una gran fuerza roto hacia fuera, pero esta vez el poder
no lo golpeó; sino que corrió por los flujos que lo vinculan a ella, siguiendo
de nuevo a Dax.
— No. — Al darse cuenta de su intención, Dax se enderezó
bruscamente y trató de tejer salas protección. Pero sus esfuerzos llegaron
demasiado tarde, y en el transcurso había dejado una puerta abierta, hubo
un segundo círculo de poder, sólo que éste conducía a él. El alma se
precipitó hacia adelante, en un pulso ardiente de luz y el calor se disparó
en la boca y en la garganta. La energía, el calor, el poder le inundó,
quemándolo desde adentro hacia afuera. Se tambaleó hacia atrás,
lanzando su red ahora vacía de poder.
El alma del dragón estaba dentro de él, chamuscándolo. Una inmensa
presencia de fuego que amenazaba con estallar su cuerpo en pedazos. Dax
tejió una telaraña nueva, sólo que esta vez dentro de sí, aprovechando los
hilos apretados alrededor de su propio cuerpo, añadiendo aún más fuerza
a la piel y el hueso que se hicieron más denso por sus siglos encerrados en
el interior del volcán.

~ 52 ~
Su piel se oscureció y empezó a temblar. Escamas rojas onduladas en
sus brazos. Dax levantó las manos con sorpresa mientras sus uñas crecía
cristalinas y alargadas como garras de... como las propias garras de
diamante del dragón. El cambio no se sentía como cambiar de forma
normal de los Cárpatos. Se sentía elemental, como si la transformación
estuviera ocurriendo en un nivel celular.
Dax se defendió, no estaba dispuesto a renunciar a su propio cuerpo
por el alma que había saltado hacia él. Deseó que las manos cambiaran
de nuevo, sus uñas se suavizaron y se acortaron. Centímetro a centímetro,
luchó contra el cambio barriendo por todo su cuerpo, luchó por mantener
su propia forma.
Dentro de su cuerpo, una, segunda batalla similar rugía, sólo que
esta no era una batalla de la carne, sino una batalla de las mentes. El
alma del dragón rodeaba la suya y trataba de absorberla en sí mismo. Él
trataba de dominar. Pero los Cárpatos eran depredadores, no presas, y
Dax era un cazador de gran habilidad, empuje y determinación. No se
rindió. No cuando había luchando con el vampiro más poderoso y atroz
que el mundo había visto nunca, y no luchando contra una poderosa,
alma antigua por el control de su propio cuerpo.
El dragón saqueó los recuerdos de Dax, rasgando en su cerebro, más
allá de sus barreras internas substanciales, desgarrando al cazador
externo en las profundidades de alma de Dax. La vida de soledad. Los
amigos y compañeros cazadores que se habían entregado a la maldad. Los
otros cazadores que le habían temido y evitado una vez que se dio cuenta
que podía decir cuál de ellos estaba a punto de convertirse en vampiro. Lo
sabía antes que ellos. Lo sabía, y esperaba cerca para matarlos antes de
que pudieran dañar a otros.
El Antiguo encontró sus recuerdos de los amigos amados y perdidos
al mal Mitro Daratrazanoff. La familia que lo había acogido después de que
sus propios padres fueron asesinados por otro amigo que se había
convertido en vampiro. El deseo, mucho tiempo olvidado ahora, por una
compañera propia. La hermosa Arabejila, compañera y amiga durante más
años de vida que cualquier guerrero Cárpatos sin acoplar alguna vez
deberían durar. Y aún con ella, todas las cosas se habían hecho
soportables. Los años no habían pesado tanto. Las emociones perdidas

~ 53 ~
para él a medida que envejecía siempre habían parecido cercanas al
alcance de la mano cuando ella estaba cerca. Siempre la había admirado.
Honrado su dulzura. Respetado su fuerza tranquila. Y ella había sido
fuerte. Tan fuerte como él a su propio modo. Había tenido que serlo para
soportar la vida arruinada cuando Mitro la había abandonado.
Ni una sola vez Dax la había oído quejarse. Oh, había visto sus ojos
oscurecerse con el dolor. La oyó llorar en voz baja un día en que pensó que
estaba dormido. Pero nunca se quejó. Así como nunca lo había culpado de
no matar a Mitro cuando tuvo la oportunidad.
Dax siempre había sabido que Mitro no estaba bien. Siempre había
estado muy cerca, esperando que la creciente oscuridad en el alma de
Mitro se desbordase. Pero cuando el alma de Mitro reconoció a Arabejila
como su compañera, Dax había pensado que estaba a salvo, pensó que el
poder de ese vínculo mantendría a Mitro fuera del borde del abismo, que
se curaría lo que estaba roto en su interior.
En su lugar, se había desatado el monstruo. Y Dax, que había sido
engañado por una falsa sensación de seguridad, no había estado
observando cómo debería... como hubiera hecho de no haber sido Arabejila
la compañera de Mitro. Había pensado que ella era lo suficientemente
fuerte como para curarlo, ya que con tan poco esfuerzo sanaba todas las
cosas y a todas las personas con sólo su presencia.
Ella era de la tierra.
La voz del dragón retumbó en la cabeza de Dax otra vez, golpeando en
los bordes de su cráneo.
— Sí, —confirmó. — La más fuerte en sus regalos que cualquiera que
yo haya conocido.
Ella os ha enviado a mí.
— No, Antiguo. Ella está muerta. Murió hace mucho tiempo.
Ella es de la tierra. Ella y sus hijas. Os ha enviado a mí. Envía una
hija para tí ahora.
Le sorprendió que el dragón supiera sobre la aproximación del
descendiente de Arabejila, pero tal vez no debería hacerlo. El dragón,
después de todo, había estado enterrado en esta montaña mucho más

~ 54 ~
tiempo que Dax. Se había convertido en la montaña; su carne se había
convertido en la piedra de la montaña; su fuego se había convertido en el
fuego de la montaña.
— Esa hija no va a llegar a tiempo. Por eso, si usted tiene la fuerza
para dar, te pido dármela ahora. Si no puedo detener el vampiro, destruirá
este mundo. Así que dime, Antiguo, ¿me ayudarás o dificultarás las cosas
para mí? Ya no queda tiempo. Decida ahora. — Dax suspiró y dejó caer
sus defensas, dejando al descubierto su mente a la conciencia del dragón,
todo lo que habían luchado él y Arabejila durante todos estos años, todo lo
que había amado y perdido, todo lo en que creía, todo por lo que luchó.
La mente del dragón había saqueado su mente, su poder había puesto
a prueba su poder, su fuerza, su alma ahora invadía la suya, pelando en él
hasta la más elemental esencia de su ser y lo examinó con una
meticulosidad despiadada.
Dax sintió que se ahogaba en los fuegos del infierno. Antes, cuando la
lava le había quemado, se las había arreglado para compartimentar el
dolor, empujarlo a la vanguardia de su mente e ignorarlo, pero ahora no
había ningún lugar que no se estuviera completamente abierto y en carne
viva y palpitante de dolor. El sudor corría por su cuerpo, convirtiéndose en
vapor sobrecalentado contra su piel. Dax apenas se dio cuenta. Un infierno
rugía en su interior.
Con la esperanza de escapar de la agonía indescriptible, Dax se
transformó en energía pura, una habilidad que normalmente se utilizaba
para sanar a otra persona, pero mientras su cuerpo se convirtió en un
resplandor de luz blanca, no podía escaparse. Del vasto enrojecimiento de
fuego del alma del dragón estaba allí, chamuscándolo. El cuerpo, la mente
y el alma fueron invadidas por el calor abrasador y la energía. Un
entramado de magia y energía conducida a través de cada partícula de su
ser, uniéndolos. Ese entramado creció con más fuerza, tirando de forma
ligera de Dax y del alma resplandeciente roja del dragón, juntos, más cerca
y más cerca hasta que se tocaron.
En ese instante, por un breve destello de tiempo que parecía
extenderse hasta la eternidad, los recuerdos del dragón se apresuraron por
la mente de Dax. Eones de existencia. Vuelos altísimos. Batallas ardientes
luchadas entre monstruos alados que dominan los cielos. Densas selvas

~ 55 ~
salvajemente hermosas, un mundo que había existido mucho antes de que
los primeros pasos del hombre. Una compañera, elegante y hermosa con
alas anchas llenas al viento y afiladas garras curvadas. Entonces el
hombre con sus lanzas aceradas, cazando las criaturas que él temía. La
hermosa compañera caída por las lanzas de los hombres. Furia. Fuego.
Sangre y destrucción lloviendo desde el cielo. Y, por último, la edad y el
cansancio... una herida que agotó la antigua fuerza. La opción de dormir
en el corazón del volcán hasta que el mundo falleciera.
El Antiguo era viejo de verdad. Un poder enorme, primordial. Una
inteligencia antigua dado a luz cuando el mundo aún era joven. Dragón
rojo. Dragón de fuego. No es de extrañar que hubiera elegido el corazón de
un volcán para su lugar de descanso final. Lo asombroso era que
considerara incluso compartir cualquier parte de sí mismo con Dax en
absoluto.
Y compartió. La larga vida del dragón, cada pensamiento o
sentimiento, el instinto y el deseo antes de que estos se convirtieran en
parte de los recuerdos de Dax, y a formar parte de él. Los dos se hicieron
uno. No había dos seres fusionados, si no dos almas conectadas por un
único cuerpo. Se podían sentir el uno al otro, moverse uno con el otro.
La piscina de magma se levantó para llenar la cámara, y los restos
cristalizados del dragón se fundieron de nuevo en la sangre de la tierra
líquido que lo había engendrado.
Los siglos de vivir en este profundo laberinto de cuevas significaba
que Dax había explorado cada centímetro posible. Sabía que el río de lava
fluía bajo la tierra, una larga cinta de magma de color naranja brillante y
rojo por los largos tubos que formaban un metro subterráneo. Conocía
cada cámara, algunas con paredes de belleza cristalina y otras bajo el
agua humeante. Piscinas de fango burbujeante y escupieron mientras que
las piscinas de agua mineral caliente enviaban vapor que se elevaba como
una niebla a través de cavernas.
El problema era que Mitro había tenido el mismo tiempo para explorar
su medio ambiente. Dax ya no podía separar el mal olor de la abominación
de vida, el hedor de los muertos vivientes que estaba en todas partes, por
lo que era imposible dar con él... a menos que fuera un dragón.

~ 56 ~
Dax sintió que el Antiguo se extendía, probando los sentidos. De
repente, como una marioneta de palo, el cuerpo de Dax dio la vuelta
torpemente y comenzó a moverse hacia el tubo de lava a su izquierda. Se
tambaleó, su cuerpo imposible de controlar, cayendo de costado contra la
pared. Los bordes afilados de roca rasparon en su piel, despegando la capa
superior. En el resplandor de la piscina de magma, su brazo bruñido
apareció cubierto en la superposición de óvalos de oro rojo. Parpadeó hacia
abajo en el patrón extraño y luego lo tocó. Los óvalos se sentían duros,
como una armadura. Con sus extrañas uñas duras como el diamante, les
tocó tentativamente.
¿Escamas? ¿Como un lagarto?
Por lo menos, le impidió el sangrado. Eso podría ser útil en la batalla.
Había cambiado aquí en el volcán, y claramente ahora habría más
cambios. Los susurros seductores de la tierra no le habían revelado que su
cuerpo se alteraría en un nivel elemental si permitía que el alma del
Antiguo compartiera su forma física.
Antes de que pudiera hacer un movimiento, su cuerpo se sacudió de
nuevo hacia el tubo de lava, un gran túnel redondo que sabía iba a
kilómetros por debajo de los picos. Se sentía como una marioneta siendo
guiada por un titiritero ebrio. Sentía la impaciencia del dragón y se dio
cuenta de que estar sin emociones era un arma de doble filo. Para los
hombres de los Cárpatos que habían vivido durante tanto tiempo era una
sensación de terrible carga, pero con eso venía una ventaja en la caza.
El dragón estaba ansioso por la caza. Creía que Mitro no era más que
una irritación. Quería dormir, no quería permanecer despierto, y una vez
que dispusieran de Mitro, pensaba en hacer precisamente eso. El cuerpo
de Dax se sacudió otra vez, elevando su pie torpemente y luego definiendo
un paso de gran distancia, estuvo a punto de caer fuera de balance.
Exasperado, frunció el ceño.
Sólo dame la dirección. No trates de controlar los movimientos de mi
cuerpo.
¿Cómo iba a luchar Mitro cuando apenas podía dar un paso sin
caerse? El dragón no había tenido un cuerpo en siglos y el cuerpo de Dax
era demasiado pequeño para que él comprendiera cómo moverse.

~ 57 ~
El dragón le dio un bufido de burla. No es de extrañar que este gran
mal haya prevalecido. Eres un ser endeble, Cárpatos.
Quizás es así, Dax lo tranquilizó. Después de todo, en relación con el
tamaño, era verdad. Pero puedo maniobrar este cuerpo mucho más
fácilmente que tú. Si peleamos entre sí ¿cómo vamos a tener éxito en
nuestra misión?
Si complacer el ego del dragón resultaría en la destrucción de Mitro,
Dax podría manejarlo sin ningún problema.
Poder pulsaba en el fondo, empujando contra las restricciones de su
cuerpo físico. Todo su cuerpo vibraba, su cerebro chocando con fuerza
contra su cráneo. Su cuerpo golpeó el lado del duro tubo, esta vez le arrojo
al suelo. No podía imaginar lo frustrante que tenía que ser para un enorme
dragón encontrarse a sí mismo confinado en un cuerpo humano, pero Dax
terminó el razonamiento.
Y me dijeron que su tipo era tan inteligente.
Ferozmente empujó hacia atrás, cerrando una ola de fuerza masiva
directamente en el alma del Antiguo. La explosión interna envió a su
cuerpo tambaleante. Por un momento su cabeza se sentía como si todos
los huesos del cuerpo se rompían. Apretó la mandíbula y aceptó el dolor.
Podemos hacer esto toda la noche, o trabajar juntos para destruir al
vampiro.
El entretenimiento llenó su mente. El dragón tenía un sentido del
humor oxidado.
Para ser una lagartija insignificante, tienes un golpe duro. ¿Cómo
podemos hacer esto? No puedo trabajar este cuerpo extraño.
Si puedes encontrarlo, señáleme la dirección. Soy un Cárpatos. Sé
que eres consciente de las cosas que podemos hacer. Cambiaré en lo que
tenemos que cazarlo. Si necesitamos tu forma, asumes el control. De lo
contrario, trabajamos como una unidad, me guías hacia dónde vamos y yo
nos hago llegar allí. ¿Es eso aceptable?
Hubo un largo momento de silencio. Que así sea.
Dax no dio al Antiguo tiempo de cambiar de idea. Se movió en el tubo
de lava instando al dragón. A medida que Dax pasaba en niebla y se

~ 58 ~
alejaba a toda velocidad a través de las rejillas de ventilación y fisuras en
la roca volcánica de color negro, el dragón estaba allí con él, parte de él, un
alma separada y la conciencia compartiendo su cuerpo, sus dones juntos,
sin embargo, todavía separados. Más potente juntos que cualquiera por se
hubiesen separado. Ninguno de los dos volvería a estar solo otra vez. Y
ellos dos atravesaron el volcán con un propósito más importante en sus
mentes: detener a Mitro Daratrazanoff o morir en el intento.
El tubo tenía kilómetros de largo, un antiguo flujo subterráneo que
hacía tiempo que había pasado, dejando un túnel ancho bajo la montaña.
Dax había estado en él a menudo, siguiendo a Mitro, sabiendo que el
vampiro estaba tramando algo dentro del tubo, pero nunca había logrado
atraparlo en nada. A medida que la niebla podía viajar sin dar a conocer
su presencia a Mitro si había tendido una trampa para él, lo que hizo
habitualmente. Espera. Aquí. Él no ha ido más allá de este punto.
Dax dejó de moverse al instante, la niebla se extendió a lo largo de
sus sentidos, tratando de razonar donde podría Mitro haber ido. El hedor
de los muertos vivientes impregnaba el tubo, y no podía sentir ni oler la
diferencia, pero confiaba en los instintos del dragón. La criatura era un
cazador feroz y bien adaptado al acecho en las cuevas.
El tubo no tenía ningún afluente que Dax pudiera ver o que alguna
vez hubiera encontrado, sin embargo el dragón tenía la sensación de que el
vampiro no había continuado a lo largo del tubo, lo que significaba que
había encontrado otra forma de a travesar la montaña... o se disfrazó y
estaba al acecho de su enemigo.
Dax se quedó inmóvil, alcanzando sus sentidos dragón. El no-muerto
era un repulsivo, el hedor repugnante en la casa del Antiguo. La criatura
de mito y leyenda encontró la presencia de una criatura tan en contra de
la naturaleza, un ser detestable. El hecho de que Mitro estuviera en su
casa tenía al dragón indignado
El hedor era más fuerte a su derecha. Dax estudió el afloramiento de
roca. La pared estaba roja oscuro, amarilla y marrón oscuro. No podía
detectar ningún indicio de que Mitro hubiera manipulado la pared misma.
Experimentó con movimientos lentos, pulgada a pulgada, su paciencia en
desacuerdo con las emociones de hostilidad crecientes del dragón hacia la
abominación desagradable en su casa.

~ 59 ~
La caza llevaba paciencia, algo que el dragón nunca realmente había
tenido que desarrollar. Dax fue rozando a lo largo de la pared de roca,
permitiendo que la niebla tocara los varios colores y se asentara en las
grietas, examinándolas para ver si había una abertura demasiado pequeña
para verla. Nada. Se movió más abajo, recorriendo cada pulgada de la
pared. El tubo en pendiente hacia abajo, llegando a la planta en un
solapamiento relativamente liso. Una vez más no había ni rastro de Mitro,
pero empezaba a sentir una sensación de urgencia.
Dax sabía por siglos de experiencia que cuando un cazador sentía ese
impulso repentino, significaba que su presa estaba cerca y para nada
bueno. Esperó unos segundos, aún más, consiguiendo una sensación que
el tubo y todo lo que pudiera estar fuera de lugar. El techo de arriba
estaba moteado con gris, azules y profundo colores óxido. El suelo era de
color amarillo y marrón, trozos de rocas esparcidos por todas partes.
Manchas pequeñas de color gris, el azul y el óxido sacudió la parte
superior de tres de las rocas directamente debajo de él.
Dax volvió su atención hacia el techo, la niebla se movía en cierre,
presionando contra la roca manchada. La superficie era mucho más suave
aquí, las pequeñas grietas y hendiduras difíciles de discernir. Como niebla,
podría filtrarse en los espacios pequeños, ir tan profundo como fuera
posible antes de un callejón sin salida, y pudo examinar una gran parte
del techo al mismo tiempo.
Mitro era inteligente, astuto. Había un agujero de alfiler, un orificio
por el que sólo un diminuto gusano pequeño sería capaz de insertarse en
ese punto, pero en el momento en que la niebla lo tocó, Dax sintió el tirón
familiar que le dijo que no estaba solo en este camino, pero estaba muy
cerca. Se movió más profundo dentro de esa pequeña abertura y casi de
inmediato se abrió la circunferencia. El gusano había crecido hasta
alcanzar proporciones enormes, excavando en la roca y luego presionando
cualquier copos de al lado. Unos pocos habían escapado a través de ese
agujero de alfiler pequeño y cayeron sobre las rocas.
Muchas veces a través de los siglos Mitro había trabajado en la
búsqueda de su salida, excavando cerca del blindaje establecido por
Arabejila anteriormente durante muchos años. El vampiro en ocasiones
había logrado debilitar la barrera cuando las mujeres se habían vuelto

~ 60 ~
menos poderosas, pero una vez que el ritual se llevaba a cabo, y llevaban a
cabo la protección. Era evidente ahora que el volcán estaba cerca de la
explosión, y la mujer llegaba tarde, Mitro estaba haciendo otro intento.
Con gran sigilo, Dax se filtró por el hueco cada vez más amplio.
Cuanto mayor es el gusano taladro, más eficiente y más rápido podía ir a
través de la roca. Mitro amplió su gusano el momento en que pensó que
era seguro hacerlo. Era un plan brillante y astuto. Dax nunca habría
descubierto aquel diminuto agujero por su cuenta. El hedor del vampiro
era demasiado fuerte en todas partes, especialmente en el tubo de lava.
Mitro se había asegurado que su presencia fuera conocida en todos los
rincones subterráneos y cámaras. Sabía que era su mejor defensa.
Dax en absoluto estaba sorprendido de que Mitro había logrado llevar
una gran distancia, hasta la misma barrera. Le resultaba difícil avanzar
una vez que golpeó el escudo. Pudo haberla debilitado sin la necesaria
potenciación que la descendiente de Arabejila traería, pero las
salvaguardias seguían siendo poderosos.
Dax se deslizó detrás del gran gusano. La criatura se giró
rápidamente, dando vueltas y vueltas, un taladro por, cabeza equipado con
una mordida dura como el diamante, mientras que la cola se comportaba
como un timón. Dax programó su momento, una mano extendiéndose
hacia fuera de la niebla, agarrando la cola del gusano, agarrándolo en un
puño imposible de romper. Inmediatamente cambió de dirección, hacia
atrás arrastrando al gusano con él.
Mitro golpeó y luchó, pero el agujero era estricto, lo que le impidió
girar y hundir sus dientes en Dax. Trató de cambiar, pero Dax se negó a
renunciar a su presa. Mitro no podía ir hacia adelante o cambiar en la
niebla insustancial. A medida que el agujero comenzaba a disminuir, se
movió lo suficiente como para usar sus duros dientes como clavos de
diamantes en sus pies como las garras de un dragón, cortando a través de
la roca como si no existiera. Amplió el agujero, mantuvo su control sobre
la cola del gusano mientras se movía hacia atrás, hacia el tubo de lava.
En el momento en que sintió el aire que se deslizaba sobre él, se
movió de nuevo, volviendo a su forma humana, cayendo al suelo del tubo
de lava, arrastrando a Mitro con él. El gusano giró su cabeza, la broca se

~ 61 ~
conducía al gran cuerpo de Dax. Sin soltar la cola, Dax sacó el pecho de en
medio de ese torbellino de punta de diamante.
La tierra se sacudió, arrojándolo contra el tubo. El gusano se volvió
loco, golpeándose así mismo contra la pared, tratando de desprender las
rocas para llegar a Dax. En su interior el dragón despertó, una ráfaga de
advertencia reverberaba a través del cráneo de Dax. Las temperaturas se
dispararon en el tubo de lava, y el vapor surgía a través de varios lugares
en el suelo. El suelo se estremeció por segunda vez y echó roca fundida a
través de las aberturas. El piso se derrumbó y se fundió, descendiendo en
la lava que fluye por debajo del tubo.
Dax agarró la cola del gusano luchando con las dos manos,
determinado a que ambos serían destruidos en el magma disparado en el
tubo. Cada vez más los géiseres lanzaban roca fundida en el aire que
golpeaba el techo y salpicaba en todas direcciones. Desesperado, Mitro
cambió de dirección y cortó la muñeca de Dax, cortando a través de la
carne. La tierra dio otra sacudida, tumbando a Dax al suelo.
Debajo de él, el suelo se abrió y atravesó el magma. Oyó su propio
grito cuando la carne de sus piernas era quemada. Perdió su control sobre
Mitro. Por un momento pareció como si la roca fundida se había comido al
vampiro, pero con la corriente naranja y roja de magma se elevó un vapor
sospechoso. Gritos de dolor y rabia llenaron el tubo.
Dax tenía otra opción sino para sobrevivir. Cortar el dolor
insoportable era imposible, pero cambió de lugar, sabiendo que eran las
escamas del dragón que lo salvaron. Su carne fue quemada y necesitaba la
tierra para la curación inmediata. Una vez más, la suerte había favorecido
Mitro.
El momento de la explosión a través del piso del tubo no había sido el
vampiro, pero el volcán se preparaba para una gran erupción. El cuerpo
del gusano había salvado a Mitro, pero él también tendría que buscar la
tierra sanadora. Tampoco tenía mucho tiempo, el volcán no iba a esperar
por ellos.

~ 62 ~
Capítulo 4
Traducido por Apollymi
Corregido por Amy

— Maldita sea, me perdí toda la cosa, — susurró Don Weston


demasiado fuerte al Dr. Henry Patton. — Todos esos palos en llamas y
Raúl perdiendo la razón y queriendo clavarle el machete a alguien. Dormí
mientras todo pasaba. ¡La próxima vez, despiértame!
Deliberadamente, miró por encima del hombro a Annabel y Riley,
pretendiendo esconderse, como si su resonante voz fuera tan baja al
susurrar que tuviesen posibilidad de fingir que no podían oírle o saber que
estaban hablando de ellas como si no caminaran en fila india a través de
una estrecha abertura de pincel en un paso de caza menor.
Delante de ella, Annabel se puso rígida, pero no se dio la vuelta.
Riley apretó los labios con fuerza. Weston sólo estaba empeorando las
cosas. Quería crear problemas porque ni Riley ni su madre le darían ni la
hora y su ego estaba herido. Suspiró y se enjugó el sudor de la frente. No
veía la hora de llegar a la base de la montaña en compañía con los otros
ingenieros, a pesar de que Ben Charger se había quedado fiel a su palabra
y mantenía una estrecha vigilancia, junto con Jubal Sanders y Gary
Jansen.
Annabel alcanzó su mano y rozó el brazo de Riley. El tacto era peso
pluma, pero Riley podía sentir su temblor. Su madre había ido muy
tranquila, rara vez hablaba, su rostro pálido por primera vez, forrado un
poco con la edad. Riley trató de no sentir pánico, pero sinceramente se
sentía como si su madre se retirara de ella, deslizándose lentamente. Todo
el mundo había hablado sin parar de los incidentes de media noche.

~ 63 ~
La mitad del campamento de Raúl le consideraba de repente como un
asesino en serie. No parecía recordar mucho, sólo repetía que era una
pesadilla en la que había quedado atrapado y cuánto lo sentía. Para ser
estrictamente honestos, Riley se sintió muy mal por él. Todavía le tenía
miedo, pero no podía dejar de ver la miseria en sus ojos, y él había tratado
de resistirse a esa presión continua y ordenar su mente. Ella lo había visto
dos o tres veces tratando de volver al fuego, dejar de avanzar hacia la
hamaca de su madre.
Annabel no había hecho un sólo comentario, ni siquiera cuando Riley
le había explicado que había sido el objetivo previsto. Sólo había mirado
con desesperanza a los ojos de Riley, casi con la misma mirada derrotada
que Raúl tenía y sacudió la cabeza. Apenas había comido nada antes de
que hubieran empezado de nuevo. Los guías estaban esperando para llegar
a la base de la montaña al caer la noche. A partir de ahí, cada grupo iría
por su propio camino. Riley tuvo que admitir que no estaba tan dispuesta
a separarse de Gary y Jubal como había pensado que estaría. Había algo
muy tranquilizador sobre los dos.
— Me gustaría que dejara de hablar, — dijo Annabel de repente. Se
frotó las sienes como si tuviera dolor de cabeza.
Riley se dio cuenta de que Weston todavía estaba dando vueltas sobre
el ataque de la serpiente del día anterior en el barco y cómo quería a los
vampiros de barbacoa. Su voz zumbaba una y otra vez, casi tan
interminable como el zumbido de los insectos.
— Él es un idiota, mamá, —dijo Riley, tratando de mantener el humor
en su voz. — Le gusta oírse hablar.
— Tiene miedo, — dijo Annabel, en voz baja. — Y debe tenerlo.
Su voz era grave y ominosa, enviando un escalofrío en la espina
dorsal de Riley. Caminar a través de la selva no era fácil. No estaban en la
zona donde los árboles eran tan altos que la luz no podía filtrarse a través
de ellos, negando cobertura al suelo. Era difícil ir durante millas por un
follaje tan espeso y denso que cubría cada camino posible casi tan rápido
como era abierto. Este era un tipo de terreno extremadamente peligroso.
Un giro equivocado, una pérdida de la visión de la persona de en frente y
podías perderte completamente.

~ 64 ~
Riley vigilaba sus manos y pies para tratar de no rozar las plantas ni
los árboles. La mayoría eran benignos, pero los enemigos eran
extremadamente peligrosos. Le resultaba difícil identificar un árbol que era
seguro tocar contra uno que era venenoso y que podría causar una
reacción cutánea inmediata. La mayoría parecían lo mismo para ella, pero
su madre lo sabía casi instintivamente.
Las plantas, para Riley, eran igualmente difíciles de distinguir, no
importaba cuántas veces el guía se las señaló. Sabía al ver los brillantes
colores de las ranas y lagartijas que eran peligrosas para su salud, y las
tarántulas del tamaño de platos de la cena podría ser obvio, y todas las
serpiente que se encontró, pero los insectos eran demasiado abundantes
para que recordara cuales eran extremadamente venenosos.
Su madre tropezó y Riley la agarró para evitar que se cayera. En la
selva tropical, su madre nunca tropezaba con las raíces. Siempre había
tenido un andar seguro y se movía fácilmente entre las plantas y el follaje.
Annabel apretó su mano alrededor del brazo de Riley, miró por
encima del hombro hacia el portero, hermano de Raúl, Capa, que las
seguía de cerca.
— En el momento que lleguemos a la base de la montaña, aunque sea
ya de noche, tenemos que seguir avanzando con nuestro guía y un par de
cargadores. No importa lo mucho que protesten, tenemos que llegar esta
noche al monte, — insistió Annabel, su voz tan baja que Riley apenas
podía captar el sonido. — Algo está realmente mal, y me temo que sea
demasiado tarde. Es por mi culpa, cariño. Debería haber expuesto
anteriormente este viaje.
— Papá tuvo un ataque al corazón, mamá, — defendió Riley, pero su
corazón se hundía porque sabía que su madre tenía razón. Algo estaba
mal, pero corriendo por la montaña en medio de la noche no iba a resolver
el problema. — ¿Qué se supone que debías hacer? ¿Mandarlo al diablo y
dejarlo allí solo en el hospital? Lo hicimos cuando llegó el momento en que
pudimos.
Annabel tragó el nudo de su garganta, parpadeando para contener las
lágrimas. Había dormido en la cama del hospital con su esposo y lo
sostuvo en sus brazos cuando murió. Había aguantado dos semanas antes
de que su corazón sucumbiera a la enfermedad contra la que había

~ 65 ~
luchado la mayor parte de su vida. Riley sabía que sus padres eran
inseparables y que su madre lloraba a su esposo cada momento de cada
día. Annabel había sido siempre viva y vibrante, pero desde la muerte de
su marido, parecía mucho más tenue y distante. La verdad era que Riley
se había pegado a su lado, temerosa de perder a su madre por pura
tristeza.
Vestida con botas, con los pantalones vaqueros metidos para evitar
las picaduras de insectos y arañazos del follaje hostil, las mujeres sabían
lo que hacía falta para un viaje prolongado a través de la selva, pero el
camino era difícil. Como regla general, Annabel parecía tener un sentido
innato de la dirección, donde Riley estaba completamente mareada a los
pocos minutos de bajar del barco y en el interior con poca luz.
Su madre siempre había tenido tanta afinidad con la tierra, sobre
todo aquí en la selva, casi como si tuviera una brújula incorporada. En
este momento, mostró signos de distracción y ansiedad, tan raros en ella
que aumentó la alarma de Riley. Junto con el tropezón ocasional Riley se
dijo que su madre estaba yéndose aún más lejos.
Dejó escapar el aliento lentamente mientras dejaba caer de nuevo
cerca de los pasos de su madre. Ella había aprendido, incluso siendo una
niña pequeña, que el lugar más seguro en la selva estaba directamente
detrás de su madre. Las plantas la protegían más que la atacaban. En
cualquier parte en que su madre daba un paso, las plantas crecían a su
paso por el fino sendero. Las frondas se desarrollaban y se desenredaban
las vides. Las flores a veces caían a su alrededor. Mientras caminara tras
las huellas de su madre ninguna planta o espina le haría daño.
Caminaron durante lo que parecieron horas. El calor oprimía en la
quietud bajo el espeso dosel. A veces, el suelo bajo sus pies estaba
despejado y se convertía en fácil el caminar, y de repente volvía a ser el
follaje espeso, casi imposible de penetrar. Riley tenía un ojo muy cerca de
su madre, ya que durante el recorrido, se había dado cuenta que
comenzaba a quedarse más y más atrás.
Tanto Jubal y como Gary desaceleraron su ritmo, obviamente
vigilando a Annabel. Riley tomó su mochila. Fue significativo que Annabel
no protestara cuando Riley pasó la mochila del hombro de su madre al
suyo. Después de media hora, Ben Charger retrocedió y tomó la mochila.

~ 66 ~
Los tres hombres se turnaron para llevarlo. Annabel nunca miró hacia
arriba. Sus hombros se desplomaron, agobiada, cuanto más se acercaban
a la base de la montaña. Sus pasos se arrastraban, como si se abriese
paso entre arenas movedizas y cada paso fuera un esfuerzo terrible.
Incluso su respiración se hizo fatigosa.
Estaba claro que los guías se apresuraban por el sol, tratando de
llegar a la base de la montaña antes de caer la noche, al que Riley se
adaptó, pero su madre no lo iba a hacer. Se había quedado en silencio,
mirando atrás a Jubal para mantenerse en línea, pero se tambaleaba por
el cansancio y la ropa y el pelo estaban húmedas de sudor. Tenían que
parar y descansar.
Afortunadamente, Weston se quejó amargamente.
— ¿Estamos en una especie de carrera? — exigió. Su voz se elevó con
cada paso.
— Miguel. — La voz de Jubal rezumaba autoridad mientras hablaba
con el guía en el idioma natal de Miguel. — Tenemos que parar y
descansar. Media hora nada más y empezaremos de nuevo. Déjelos
descansar y tomar una bebida. Ellos se mueven más rápido que usted.
Miguel levantó la vista hacia el cielo, parecía muy preocupado, pero
asintió con la cabeza bruscamente y encontró un pequeño claro con
algunas piedras para que pudieran sentarse. Riley hizo un gesto a Jubal
en agradecimiento mientras tomaba la mochila de su madre de él y se
acercó al borde de los árboles para dar a su madre un poco de intimidad.
Ella estaba agradecida, llamar la atención no era algo que le gustase. — No
podemos parar, — susurró Annabel al momento en que estaban solas. —
Tenemos que darnos prisa.
— Necesitas descansar, mamá, — protestó Riley. — Toma, bebe esto.
— Ella le entregó agua de su mochila a su madre.
Annabel negó con la cabeza.
— Vas a tener que dejarme si no lo puedo hacer.
— Mamá. — Riley se obligó a ser firme. Annabel se veía tan agotada y
pálida que sólo quería envolverla en sus brazos y abrazarla
protectoramente. — Tienes que decirme lo que está pasando. ¿Qué

~ 67 ~
estamos buscando allá arriba, en la montaña? No nos puedes mantener en
la oscuridad más tiempo.
Annabel buscó un lugar para sentarse, encontró una pequeña roca
ubicada entre dos árboles y se sentó sobre ella. Sus manos temblaban
mientras los dobló cuidadosamente en su regazo.
— Todas esas historias que te contaban cuando eras una niña de la
montaña y los Guerreros de la nube, las que no eran historias de miedo,
Riley. Eran verdad. La historia de nuestro pueblo.
Riley tragó saliva. Esas -historias- eran de pesadillas. Un terrible mal
se aprovechaba de los más grandes guerreros, desgarrando sus gargantas,
bebiendo su sangre, exigiendo sacrificios humanos, niños, mujeres
jóvenes, sin embargo, nada aplacaba al demonio.
— Mamá, los incas conquistaron a los Hombres Nube...
— Pudieron hacerlo porque, — interrumpió Annabel, — sus mejores
guerreros ya habían sido asesinados. Las personas vivían en el miedo. —
Sus ojos se encontraron con Riley. — Los incas eran fuertes, con feroces
guerreros también. Se llevaron a algunas de las mujeres de los nube como
esposas. Incluyendo tu antepasado, una mujer llamada Arabejila. Ella fue
la que dictó la verdad, así como sus dones a su hija. El mal continuó
durante años y años, matando a los guerreros de los incas justo como lo
había hecho con los Hombres Nube. Nadie parecía capaz de derrotar a un
demonio sediento de sangre.
Riley quería burlarse de una tradición tan ridícula. Había oído las
historias, pero también había leído la historia, tanto como se había
recopilado sobre los Hombres Nube y los incas. Había unas pocas
referencias oscuras a los sacrificios humanos y los guerreros que morían,
pero muy poco, desde luego no lo suficiente para mantener la historia que
su madre le decía... Pero, el sentimiento de maldad crecía bajo sus pies a
medida que se acercaba a la montaña. Ella sentía la tierra temblar de vez
en cuando, y con todos los extraños sucesos, los ataques a su madre,
¿cómo iba a descartar justo lo que su madre le estaba diciendo?
— Sigue adelante. — Riley quería poner sus manos sobre sus oídos.
Su corazón latía demasiado rápido al tiempo del latido del corazón de la
tierra. Sintió el temblor bajo sus pies, como si la tierra misma estuviese

~ 68 ~
escuchando y tratando de advertirle, lo que fuese que estuviese mal,
estaba a punto de escapar.
— Había un hombre que había venido con nuestra antepasado de una
tierra extraña. Él luchó una batalla tras otra, pero no pudo derrotar este
mal. Al final, Arabejila atrajo el mal al volcán con el guerrero, un sacrificio
tremendo. Ella los encerró allí, pero una vez cada tantos años, el volcán
entra en erupción, lo que le permite la libertad...
— Nadie podría vivir en un volcán durante cientos de años, mamá, y
todavía estar vivo, — dijo Riley firmemente. Era la verdad... ¿no? El miedo
que probó en su boca decía algo completamente diferente.
— Sé que está encerrado ahí dentro, por lo menos esa criatura del
mal sigue ahí. Lo he sentido, y en este momento, todo el mundo aquí lo
siente. Llego tarde, y si él se escapa, matará a todo el mundo, matará una
y otra vez, y será por mi culpa.
Riley frunció el ceño a su madre.
— Eso es ridículo. No tenías más remedio que quedarte con papá. Nos
han retrasado aquí una y otra vez... — Su voz se desvaneció. Si esa
entidad maligna podía de alguna manera influir en las personas que
viajaban con ellos, ¿podía ir tan lejos como para pensar que podía ser lo
que los estuviese retrasando? — ¿Cómo puede eso estar vivo después de
todo este tiempo? Estás hablando de unos quinientos años más o menos.
— Él lo está. Yo lo siento. Tú lo sientes. El demonio tiene vida y
camina sobre esta tierra, Riley, y es tu trabajo y el mío, ayudar a
detenerlo. Ese es el legado que nos dieron y no tenemos otra opción. Si la
cosa sale al mundo y mata, hemos fracasado.
— ¿Qué hacemos cuando despertemos la montaña, mamá? — Riley
decidió hacerlo. No importaba por qué, Annabel estaba decidida a subir la
montaña y llevar a cabo el ritual que le fue enseñado y a su madre antes
que ella. No podría detenerla, no importaba lo agotada que pareciese, por
lo que Riley iba a despertar esa montaña y hacer el trabajo lo más rápido
posible. Su madre no estaba viviendo en una fantasía. Creía cada palabra
que decía. Riley escuchó el sonido de la verdad en su voz.
— Sabes lo que hay que hacer, — dijo Annabel. — Te lo he enseñado
desde que eras niña. Si tenemos éxito, tienes que venir a este monte

~ 69 ~
cuando estés embarazada y traer a tu hija aquí. Debe de ser una parte de
la tierra. Los dones son fuertes en ti, mucho más fuerte de lo que nunca
han estado dentro de mí, ni siquiera en mi madre. Podía sentir como la
tierra te aceptó como su hija tan pronto te puse bajo la cuna de la grieta.
— Ella se limpió el sudor de la cara. — El sol se pondrá pronto. Ese es el
momento más peligroso, Riley. Es tranquilo durante el día, pero por la
noche, puede tomar el mando. Nunca lo subestimes. Por lo que me dijeron,
puede aparecer bello y encantador pero es totalmente maligno. Si algo me
pasa a mí...
— Mamá, — protestó Riley. — No digas eso. No lo creo. No voy a dejar
que nada te pase. No lo haré.
Annabel levantó la mano.
— No podemos fingir. Existe esa posibilidad. Y luego irá a por ti.
Somos una amenaza para él y hará todo lo posible para eliminarnos.
Riley se frotó la mano por la cara, como si eso pudiera quitar el miedo
que la arañaba. La energía que corría bajo sus pies vibraba de urgencia.
Ella había llegado a ser tan consciente de la selva circundante, de la
vegetación que pisaba, y ahora, la propia tierra, llegaba a ella por sus
venas con la información, gritando en silencio que se diese prisa, prisa.
Riley se obligó a asentir. Su madre necesitaba el consuelo de que podía
manejar cualquier cosa que fuese lanzada contra ellos.
— Creo que los dos investigadores, Gary y Jubal, conocen las
historias. Les pregunté qué estaba sucediendo anoche y ambos usaron la
palabra mal, como si se estuviese extendiendo por todo el terreno e
influyendo en todos nosotros. Han estado vigilando por encima de nosotros
y no creo que yo pudiese haberte salvado anoche sin ellos. Ben Charger ha
estado pegándose a ti, ayuda a guardarnos. Él parece darse cuenta que
algo más allá de lo normal está influyendo en todo el mundo también, pero
no he hablado nada con él.
Annabel negó con la cabeza.
— No se puede confiar en nadie, Riley. Esta cosa esta criatura
maligna es capaz de convertir a cualquiera en contra de nosotros.
— Todavía necesitamos aliados, mamá, — dijo Riley. — Esos hombres
nos han ayudado hasta ahora, y están armados hasta los dientes. Ambos

~ 70 ~
llevan todo tipo de armas con ellos, cosas que nunca he visto antes. No
parecía importarle, cuando las ató frente a todos esta mañana, que los
guías y porteadores pudieran verlas. De hecho, quería que vieran, creo que
para ayudar a protegernos.
Annabel frunció el ceño y se frotó el sudor de su frente. Ella apartó
los rizos húmedos en tirabuzón de alrededor de su cara.
— ¿Cómo consiguieron pasar las armas por la aduana? ¿A través del
aeropuerto? ¿No crees que es extraño que incluso trajesen armas con
ellos? ¿Como si ya supiesen que algo estaría mal y vinieran preparados?
Riley se inclinó hacia su madre.
— Honestamente, no me importa lo que ellos tienen, o por qué lo
traen. Salvaron tu vida ayer por la noche y los necesitamos. Algo malo va a
suceder pronto. Las dos sabemos eso. Necesitamos estos hombres y sus
armas. De hecho, voy a ver si me prestan una. — Ella infundió
determinación en su voz, desafiando a su madre que no estaba de acuerdo
con ella. Claramente Annabel no estaba pensando con claridad, o vería
que no podían hacer esta tarea solas.
Annabel simplemente se encogió de hombros, limpiándose la cara otra
vez, inclinando la cabeza, los hombros caídos. Riley se mordió con fuerza
el labio. Su madre iba sin duda a darse por vencida y no podía permitir
eso. Tenía que encontrar una manera de hacer que se sintiese como si
estuvieran preparadas, como si a pesar de todo lo que esa entidad maligna
fuese, tenían una oportunidad contra él. — Mamá, si esta Arabejila era
nuestro antepasado y fue capaz de atrapar a esta máquina de matar del
mal en un volcán y retenerlo allí, y mantener el volcán en erupción desde
hace años, y luego mi tatara-tatara-abuela, y así todas hasta llegar a
nosotras, entonces juntas, podemos hacerlo también. — Ella infundió
confianza en su voz. — No somos menos que ellas. Tenemos la misma
sangre. El bosque reacciona a ti, y ahora a mí. Siento los latidos del
corazón de la tierra...
Annabel se balanceaba suavemente y sacudió la cabeza.
— No puedo. Yo no puedo más. Antes, el corazón latía con el mío. Mi
sangre corrió con la savia de los árboles y los ríos subterráneos. Ella se ha

~ 71 ~
perdido en mí. Pude sentir su desaparición después de que tu padre
muriese. — Riley se acercó a su madre.
— Basta, mamá. Lo digo en serio. Contrólate. Estás renunciando
porque papá está muerto. Vi a la abuela hacer lo mismo. No me puedes
dejar aquí en el Perú, rodeada por el peligro. Necesito que seas fuerte. Tú
eres la que está alejándose de los dones que tiene, alejándose de mí. Soy
tu hija. Tu única hija. ¿Qué debo hacer si te das por vencida?
Ella puso su mano en la rodilla de su madre y suavizó la voz.
—Me enseñaste a ser una luchadora, nunca darme por vencida.
Ahora bien, sea lo que sea, no importa lo malo, dicen que tenemos que
tener éxito, que las vidas inocentes dependen de nosotras. Así que vamos a
hacer el trabajo, sin importar el costo para nosotras. Haremos esto hasta
el final, y tendremos éxito.
Annabel levantó la mirada, sus ojos se encontraron con los de Riley.
Por un momento hubo esa chispa de absoluta determinación que Riley
reconoció en su madre. Y entonces ella parpadeó para contener las
lágrimas.
— Sé que no he sido yo, cariño. Es que tu padre y yo estábamos tan
unidos. No puedo respirar bien sin él. Encajábamos más como una sola
persona y sin él, yo voy necesitar de un tiempo para funcionar.
— Mamá. — Riley se acercó. — Por supuesto que te sientes así. Papá
hace poco que se fue. No has tenido tiempo de acostumbrarme a la idea de
su muerte. Yo tampoco Lo hemos perdido y se supone que debemos estar
en casa de duelo, no aquí en la selva, escalando una montaña rodeada de
extraños y tratando con algo profundamente malo.
Annabel tragó saliva y se recogió los húmedos rizos que brotaban
alrededor de su cara. La humedad y el calor habían enviado su pelo en un
frenesí de rizos marrón y tirabuzones por toda la cabeza.
Annabel tocó con su mano el espesor del de Riley, el pelo largo, recto
como un hueso, ni un rizo a la vista, a pesar de la humedad. Ella lo
llevaba recogido en una trenza larga para mantenerlo despejado de su
cuello y de la cara.
— Eres tan hermosa, Riley, y tan diferente. Tú perteneces aquí. Tu
alma es de aquí lo sepas o no, y la tierra está llamándote. Lo puedo sentir.

~ 72 ~
Estoy segura de que puedes también. Escucha lo que te dice. Confía en tus
instintos.
A Riley le dio un vuelco el corazón. Su madre sonaba como si
estuviera despidiéndose de nuevo. Sus manos temblaban mientras alisaba
el pelo de Riley. Se veía tan frágil que corazón de Riley dolía. Claramente,
Annabel quería ayudar a Riley, pero en su estado derrotado se sentía
incapaz. Esa pequeña oleada de determinación se desvaneció demasiado
rápido.
Riley dejó escapar el aliento lentamente.
— Hay que beber más agua, mamá, — aconsejó, renunciando a tratar
de reunir las defensas de Annabel. Lo mejor que podía hacer era sacar a
su madre de la montaña y evitar que alguien la matara. Y eso requería un
arma mejor de que la que tenía.
Jubal estaba a su izquierda, no muy lejos de ellos. Gary estaba al otro
lado, a una distancia discreta, y Ben había encontrado un lugar de
descanso en frente de ellos, como si ellos las guardaran a los demás. Riley
no podía contar con su madre, y ella necesitaba a estos hombres para
ayudarla a mantener a salvo a su madre. Tenía que planear cada paso
cuidadosamente y prepararse para cualquier emergencia. Eso significaba
que su mochila, así como la de su madre necesitaban suministros
adicionales.
Ella siempre llevaba raciones y su propio sistema de filtración de
agua. Había estado viajando desde hacía años y sabía cómo sobrevivir,
pero necesitaba armas.
— Mamá, descansa aquí. Quiero que comas esto. — Ella dio una
barra alta en proteínas a su madre. — Hay que mantener las fuerzas. Yo
sólo voy a ir allá — indicó a Jubal — para hablar con él un minuto.
— No se puede confiar en ellos, — susurró Annabel, sus cejas juntas.
— Realmente no puedes. El mal se ve hermoso y bien puede parecer muy
duro y terrible. No puedes saber quién está de nuestro lado.
— Tal vez no, mamá, — dijo Riley, obligándola a coger la barra de
proteína en su mano. — Pero en este momento, necesito un arma y él tiene
una. Come esto y simplemente espera a que yo vuelva. No te muevas.

~ 73 ~
La sospecha se metió en los ojos de Annabel. Su mano se cerró
alrededor de la barra de proteína con cautela, como si su propia hija
podría estar tratando de envenenarla.
A Riley el corazón le dio un vuelco cuando su madre le dio la espalda,
encorvando la espalda y agachando los hombros. Ella en realidad sentía a
Annabel alejándose, distanciándose de sí misma. La expresión de sus ojos
era a la vez derrotada y acusadora.
Riley negó con la cabeza y enderezó los hombros. Su madre estaba
obviamente enferma, su pena superaba su capacidad de funcionar. Riley
apretó los dientes y se dirigió hacia Jubal. No podía dejar de mirar por
encima del hombro a menudo para asegurarse de que nadie se atrevía a
acercarse a su madre mientras ella estaba fuera.
— Riley. — Jubal saludó con una leve inclinación de cabeza. Su
mirada era inquieta, se movía sobre el campo, los árboles y a lo largo del
suelo. — ¿Tu madre está bien?
Riley negó con la cabeza.
— Está agotada, pero quiere llegar a la montaña. Tal vez si llegamos
al sitio, ella se sentirá mejor. Esa es mi esperanza.
— ¿A qué distancia de la montaña? — preguntó Jubal. — Los
temblores están empeorando. La montaña no se ha encendido en cientos
de años, pero eso no quiere decir que no lo hará. No estoy seguro de que
vayamos a estar totalmente seguros en esa montaña. Gary está tratando
de obtener algunos datos. Tiene que esperar al satélite, pero tenemos que
ser capaces de averiguar si hay algún cambio en la forma de la montaña.
Las fotografías de todos estos volcanes son tomadas regularmente desde el
espacio.
Riley suspiró. No era como si los temblores le hubiesen pasado
desapercibidos.
— Una cosa más para preocuparse. ¿De verdad crees que el volcán va
a explotar? — Jubal frunció el ceño, pensativo.
— Se siente como eso. No estoy seguro de que sea una gran idea
subir, aunque las plantas que estamos buscando se supone que deben
estar cerca de las ruinas. Si las plantas están realmente ahí, las
necesitamos.

~ 74 ~
— Mira. — Riley se decidió a poner sus cartas sobre la mesa si tenía
que hacerlo. Ella no tenía mucho en su mano, pero iba a hacer el trabajo y
proteger a su madre no importa cómo. La determinación crecía en ella
tenía que ir y evitar que saliese todo lo que estaba dentro de esa montaña.
— Sé que tú y Gary están armados hasta los dientes. No estáis
exactamente ocultando el hecho a nadie.
— Pensé que podría ayudar a disuadir a alguien de pensar que podría
usar un machete para cortar los miembros de nuestro equipo, —indicó
Jubal.
Ella hizo una mueca, sintiendo que se merecía la leve amonestación
Se encogió de hombros.
— No me gusta que nadie husmee en nuestro negocio por lo que la
última cosa que quiero hacer es meterme en el tuyo...
Jubal le sonrió, aunque no había humor en sus ojos. Solo
comprensión.
— ¿Pero? — Animó él.
— ¿Cómo conseguiste todas esas armas y equipo en este país? Nunca
he visto algunas de esas armas. No es posible que las hayan metido en un
avión.
— Tenemos algunos amigos en este país con aviones privados y
barcos. Tenían todo lo que pedimos esperándonos cuando llegamos. Estas
plantas son tan importantes para ellos como lo son para nosotros. Las
plantas nunca han crecido en ningún lugar, salvo en las montañas de los
Cárpatos, y están extintas allí. Si estas son realmente las mismas, no
tienes ni idea de lo que un hallazgo así sería para nosotros. — Oyó la
animación subyacente en su voz. Él le estaba diciendo la verdad, o al
menos parte de ella. Había una urgencia en su necesidad de ir a la
montaña y, Dios la ayudara, ella estaba agradecida por ello. Ella no
tendría que ir sola.
— Necesito un arma.
Los Ojos de Jubal se encontraron con los suyos. Ella se negó a
apartar la mirada. Necesitaba esa arma y no iba a dar marcha atrás, a no
ser que fuese intimidada a dar marcha atrás. Él no la vería como una

~ 75 ~
mujer histérica, porque ella no estaba histérica. Ella estaba absolutamente
seria.
Las cejas de Jubal se alzaron.
— ¿Alguna vez has disparado un arma?
— Sí. Tengo muy buena puntería. El mejor amigo de mi padre era un
oficial de policía, y me llevó al campo de tiro cuando tenía diez años y he
estado disparando desde entonces.
— Disparar a un ser humano no es tan fácil, Riley. Si duda...
— Podría haber intentado matar a Raúl con mi navaja anoche, — dijo
ella, en serio. — Y yo no habría dudado, no con la vida de mi madre en
juego. No dudaré si tengo que protegerla, — aseguró.
— ¿Qué pasa si necesitas protegerte?
Su barbilla se levantó. Se negó a mirar hacia otro lado, sosteniéndole
la mirada fija en la suya.
— Yo no soy una persona tímida y modesta, Jubal. Si tengo que
defender mi vida, voy a hacerlo con fuerza. Y nadie va a hacer daño a mi
madre, no si puedo evitarlo. ¿Me das un arma?
Jubal frunció el ceño y sacó una pistola ligera de su chaqueta.
— Dime cómo va.
Ella sabía que él pensaba que había mentido acerca de saber cómo
disparar un arma. Ella le envió una sonrisa dulce.
— Estás sosteniendo una Glock 30 SF 45 automática, un arma
poderosa, excelente. Mi padrino me dio una en mi dieciséis cumpleaños.
Tiene un agarre más pequeño, y yo las manos pequeñas, así que me viene
muy bien.
Jubal suspiró.
— A lo que está ahí arriba, Riley, esto no lo va a parar.
— Si detendrá cualquier persona que viaja con nosotros de tratar de
matar a mi madre.
Jubal le entregó la Glock. Su mano se cerró en torno a la
empuñadura, tomándola con calma. Comprobó el cargador para

~ 76 ~
asegurarse de que estaba lleno. Le dio una segunda revista, se la deslizó
en el bolsillo y cerró la cremallera de la solapa.
— ¡Riley!
Riley se dio la vuelta para ver a su madre corriendo hacia ella. El
rostro de Annabel estaba blanco, con los ojos desorbitados por el terror.
Detrás de ella, la tierra había cobrado vida, tarántulas gigantes del tamaño
de un plato de cena se escabullían a través de la vegetación, bajando de
los árboles y buscando muy concentradas, ya que se dirigían
implacablemente hacia adelante.
Riley se apresuró a interceptar a Annabel antes de que pudiera huir a
la selva tropical.
— Una picadura de tarántula no es fatal mamá. Cálmate. Los
arañazos de tu pelo son a veces peor que una mordedura.
— Me están persiguiendo, — exclamó Annabel, agarrando a Riley
duramente. Bajó la voz, silbando entre dientes, con los ojos desorbitados,
el pelo despeinado. Parecía casi demoníaca. — Me están persiguiendo,
Riley, ¿no te das cuenta de eso? Me quieren matar.
Riley no sabía cuántas picaduras múltiples podían hacer las
tarántulas gigantes, pero no quería correr ningún riesgo. Ella agarró la
muñeca de su madre y la atrajo hacia Gary Sanders, quien estaba más
cerca de la pequeña cinta de un arroyo. Sin duda, las arañas no les
seguirían en el agua. Annabel ahogó un sollozo.
— No puedo seguir con esto, Riley. Tienes que ir sin mí. Yo
simplemente no puedo...
— Ya basta, — espetó Riley mientras ponía a su madre a través de
una serie de piedras y helechos para llegar al arroyo. — Debemos hacer lo
que tenemos que hacer. Tú fuiste la que me enseñó eso.
Echó un vistazo a su espalda. Jubal, Gary y Ben formaron una línea
de defensa contra las arañas de rastreo. Detuvo el impulso hacia adelante
de su madre antes de que pudiera entrar en la corriente.
— Déjame echar un vistazo, mamá, — advirtió. No habría pirañas en
esa corriente pequeña, pero con todos los extraños ataques de insectos y
animales que habían tenido, no quería dejar nada al azar.

~ 77 ~
—Vamos a intervenir sólo si se ponen pesados.
Gary sacó una manguera por encima del hombro y dio un paso hacia
adelante. En el momento en un chorro de fuego brotó del lanzallamas, el
resto del campo se dio cuenta de que algo andaba mal. Las cabezas se
volvieron, uno por uno. Riley se alegró de que Annabel y ella estuvieran a
la sombra de los árboles. Parecía como si fuesen los tres hombres los que
estaban siendo atacados, no las mujeres. Estaban a una buena distancia.
Añadiendo la ilusión de estar sentada en una roca junto al arroyo y obligó
a su madre a sentarse a su lado como si hubieran estado descansando allí
en la sombra.
Weston y Shelton hicieron un predecible enorme lío, Weston en
realidad huía de las arañas. No importaba que no se acercasen a él, más
bien se estaban alejando. No importaba. Él reprendió a los guías.
— Ha elegido una parada de descanso en medio de territorio de
arañas asesinas. ¿Estás tratando de matarnos a todos hacer nosotros? Voy
a informar, y nunca conseguirá otro trabajo de guía de nuevo, — espetó.
Riley puso los ojos en blanco. Los guías no le hicieron caso,
apresurándose a ayudar a los tres hombres. Los porteadores agrupados en
un círculo cerrado, observando. El arqueólogo y sus discípulos se miraban
unos a otros con expresiones sorprendidas, casi cómica, como si no
pudieran entender lo que estaba sucediendo. Los tres se quedaron allí, con
la boca abierta, mientras que la tierra volvió a la vida con grandes arañas
peludas arrastrándose a través de la vegetación. Su idea de arqueólogos
estaba asociada con la que se había sido formada por las películas del
héroe de acción Indiana Jones, pero el Dr. Patton y sus estudiantes
habían desterrado rápidamente esa fantasía.
Ella podía oír a las arañas escabulléndose entre los escombros a
medida que avanzaban, pero el olor y el sonido de lanzallamas de Gary
empezó a ahogar rápidamente todos los otros ruidos. Annabel se cubrió la
cara con las manos y se movía hacia atrás y hacia adelante. Riley puso su
brazo alrededor de su madre para consolarla.
Annabel gemía suavemente.
— Es tan tarde, Riley. En un par de horas el sol va a bajar.

~ 78 ~
— Vamos a salir en unos minutos, — le aseguró. — Los guías nos
llevarán hasta la montaña y esto se acabará. Estamos tan cerca ahora.
Annabel siguió balanceándose hacia adelante y hacia atrás, el brazo de
Riley sobre sus hombros para consolarla, pero al mismo tiempo, Riley
estudiaba a los miembros de su grupo de viaje, tratando de discernir quién
o con quien podría ser capaz de contar si las cosas salían mal. El temblor
en el suelo, le dijo que cosas malas estaban obligadas a pasar. Los tres
guías se habían apresurado a ayudar a los tres hombres con las arañas.
No parecían tener miedo de ellas en absoluto. De hecho, recogieron
algunas de ellas muy suavemente y giraron a su alrededor. Encontró la
manera en que los tres nativos manejaban las tarántulas fascinante.
Claramente querían salvarlas, no destruirlas. Las tarántulas parecían
confundidas, girando en círculos, evitando las llamas calientes. Gary
apagó el lanzallamas muy eficiente y, al igual que Riley, observaba con
cuidado a los guías manejando las arañas lejos de todos y de nuevo en la
selva tropical.
Ninguno de los porteros había ayudado, Riley señaló. Se acurrucaron
juntos, susurrando. El corazón le dio un vuelco. Se necesitaría un par de
cargadores para ir a la montaña y al menos dos acompañarían a Gary y
Jubal con su guía.
— Vamos, mamá, — dijo. — Nos ponemos en marcha de nuevo. El
drama ha terminado. Los guías tratan con las arañas, y estamos de vuelta
en la pista.
El suelo se estremeció de nuevo.
— Tenemos que darnos prisa, — le susurró Annabel. — Date prisa,
Riley.
Ella levantó la vista hacia el cielo. El sol se pondría pronto. Riley se
colocó directamente detrás de su madre por el camino estrecho que los
guías habían optado por hacer los últimos kilómetros hasta la base de la
montaña. Ella le diría más tarde a su guía que había que seguir subiendo
la montaña. En este momento, era imperativo que se moviesen. La
agitación de Annabel crecía con cada minuto que pasaba. Ben y Jubal
iban delante de Annabel, y Gary optó por la retaguardia detrás del último
portero. Riley estaba agradecida de que estuvieran a buena distancia de
Weston y Shelton con varias personas entre ellos. Una vez que realmente

~ 79 ~
iniciaron la marcha, los guías y porteadores despejando la densa
vegetación del camino, Annabel dejo de murmurar y centró su mirada en
la parte posterior de la camisa de Jubal.
Los susurros en su cabeza comenzaron a levantarse una hora antes
de la puesta de sol. El sol había desaparecido, con lo que las sombras en
la selva, cambiaban el aspecto de las plantas a formas monstruosas. Riley
podía ver los efectos del incesante zumbido en la cabeza de todos. Para
ella, el sonido se desvaneció y lejos en el fondo, pero ni siquiera su madre
comenzó a balbucear una protesta.
Tal vez a causa del peligro a alguien a quien amaba, los sentidos de
Riley parecían aumentar a cada paso que daba, junto con el conocimiento
de su entorno. Se encontró viendo cosas que nunca había visto antes.
Hojas individuales. La forma en que el musgo y el helecho crecía y las
flores abriéndose pasó por los troncos hacia el cielo. Por primera vez en su
vida, ella estaba fascinada totalmente por el crecimiento de las plantas.
Podía oír la fuerza vital de la tierra, un golpe resonante que casi expulsó a
esos susurros sin sentido tratando de invadir su mente. Por unos
momentos, cuando la oscuridad empezó a caer su velo, la vida vegetal
circundante parecía aterradora, ahora era exquisitamente hermosa y
reconfortante, incluso.
Los colores de la selva parecían mucho más vivos, aun cuando la
noche empezaba a caer, las flores trepaban por los troncos y estallaban en
el suelo. La humedad goteó, sonido musical más que molesto. Riley sintió
como si la tierra que pisaba la reconociera por primera vez y estuviese
señalándole que aceptaba su presencia. La hostilidad que sentía era de
una fuente externa, una fuerza sutil que ella aún no podía identificar, pero
se sentía como si corriese por el bosque como una enfermedad. Detrás de
ella, el porteador Capa murmuró algo en su propia lengua en voz baja, la
piratería en la maraña de enredaderas y flores que brotaban cuando
Annabel caminaba. Riley fue cuidadosa al paso cerca de su madre,
cubriendo sus pistas, por lo que el porteador no podía decir que las
plantas que empujaban a través de la espesa vegetación no habían estado
allí.
Su madre miró por encima del hombro, a Riley, buscándola agotada.
Ella envió a su hija una pequeña sonrisa y murmuró:

~ 80 ~
— Te amo.
Riley sintió una oleada de amor por su madre, golpeándola fuerte.
Ella le lanzó un beso.
Por encima, los monos de pronto gritaron, por lo que la selva tropical
estalló en una cacofonía de ruido. Los monos seguían todos sus
movimientos, corriendo a lo largo de las ramas altas de los árboles
lanzando ramas y hojas. Algunas ramas las blandían amenazadoramente y
mostraban los dientes, otro fenómeno nuevo para Riley. Según su
experiencia, los monos y la vida silvestre se mantenían a distancia.
Sin previo aviso, algo aterrizó sobre su espalda, llevándola
directamente al suelo. Garras afiladas la agarraron por los hombros,
rastrillando en su mochila. Fue golpeada una y otra vez a medida que más
monos surgían de los árboles, su peso combinado tirándola hacia atrás.
Oyó a Annabel gritar y a Jubal maldecir.
El sonido del canto de Capa creció fuerte por encima de los gritos de
los monos.
"Han kalma, emni hän ku kod alte. Tappatak ηamaη. Tappatak
ηamaη"
Frenética, gritando a Gary y Jubal, Riley luchó para deshacerse de los
monos y sacar la Glock al mismo tiempo.

~ 81 ~
Capítulo 5
Traducido por Kyra
Corregido por Nyx

Riley se deslizó fuera de la pila de monos lanudos, apoyando una


rodilla en la tierra, y usando el agarre de sus dos manos para sostener el
arma. No podía ver nada. Había docenas de monos grises y verdes oliva, de
color marrón rojizo y negro entre ella y Annabel. Los que saltaban hacia su
madre la habían llevado de vuelta hasta la densa maleza, y Riley podía ver
a todos los cuerpos peludos en una especie de frenesí gritando. No se
atrevía a disparar contra ellos por temor a golpear Annabel.
Su madre gritó de nuevo, un sonido aterrorizado, que resonaba a
través de la cabeza de Riley. Se puso de pie, sólo para tener a otro de los
primates golpeándole la espalda de nuevo contra el suelo. Cada mono
lanudo pesaba cerca de diecisiete libras, y ellos se dejaban caer duro de
las sobrecargadas ramas, usando su enorme cuerpo y gran cantidad de
peso para aplastar a los seres humanos bajo ellos.
El zumbido en su cabeza, que le cantaba era horrible, aumentó en
volumen, y en intensidad. Han kalma, emni hän ku köd alte.
Tappatak ηamaη. Tappatak ηamaη.
Ella podía oír las palabras como le resonaban en su mente, una y otra
vez, un gutural, un profundo gutural canto, casi como el de los monos que
ella había oído en el Tíbet cuando cantaban con su garganta. El sonido la
perturbaba al nivel más elemental, erizando el pelo de su cuerpo, haciendo
que le doliera la cabeza, traspasando a través de su sistema nervioso hasta
que ella quiso gritar como los monos.
Riley trató de rodar lejos del ataque de las criaturas, pero ellos se
pegaron como una lapa, adhiriéndose a su cabello, a su ropa y mochila,

~ 82 ~
aferrándose como si su vida dependiera de ello. Por regla general, los
monos lanudos vivían en las elevaciones más altas, más arriba en el
bosque nuboso, y no amenazaban a nadie. Vivían en grupos sociales de
hasta cuarenta, pero los números que caían de los árboles y atacaban a
todos los miembros de su patrulla fueron más de cuarenta.
Sollozando, Riley lanzó a los monos fuera de ella, sin importarle que
estuvieran usando los dientes y las garras para llevarla a la tierra, y cada
vez que ella intentaba poner distancia entre ellos, le destrozaban la piel. Se
puso de pie rápidamente, dando vueltas en círculos tratando de orientarse.
Los monos lanudos estaban por todas partes, un ejército de ellos, los
hombres estaban tratando de luchar contra ellos, al igual que ella.
Ella los pateo, uno hundió sus dientes en su pierna, tratando de
arrastrarla hacia abajo, justo entonces fue cuando vio el denso follaje
donde su madre luchaba contra los primates enloquecidos. Toda la escena
era surrealista, irreal, una pesadilla de violencia, sangre y gritos. Una
pistola sonó detrás de ella, y en algún lugar frente a ella, otra en
respuesta. Corrió hacia adelante, pateando e insultando, barriendo el
camino libre para llegar hasta su madre. Dos veces ella le disparó al aire
cerca de uno de los monos, mientras ellos se arrojaban a su cara.
Corrió hacia el lugar donde estaba segura de que su madre había sido
arrastrada. Los gritos de Annabel eran fuertes, conmocionados y horribles,
un animal en dolor, atravesado por el terror absoluto. Riley no podía ver a
través de la pantalla de los cuerpos. No tenía ni idea de donde estaba el
portero, Capa, o era Gary, era imposible, no había manera de esquivar los
cuerpos de los enormes primates y dirigirse hasta la seguridad, a pesar de
que cada célula de su cuerpo le ordenaba hacerlo.
Más monos lanudos llegaron en masa, mucho más que una tropa de
cuarenta, pasando a través de los árboles más rápido de lo que los seres
humanos podrían conseguir con sus pies. La batalla era algo sacado de
una película de terror, viciosa e irreal. Los gritos de su madre se
detuvieron abruptamente. El corazón de Riley dio un vuelco y más
adrenalina inundó su cuerpo. La falta de sonido era mucho peor.
Maldiciendo, sollozando, Riley se abrió paso a través de las barreras
sólidas de primates enloquecidos para llegar al lugar donde Annabel había
sido expulsada fuera del camino. Había sangre por todas partes, piscinas

~ 83 ~
oscuras de eso. Mientras ella pateaba a un mono agresivo, un color
carmesí se esparció por el aire, salpicando hacia las hojas de un arbusto
cercano, a través de los troncos de los árboles y los monos. Por un
momento pensó que los monos estaban sangrando, pero entonces lo vio. El
portero. No era Raúl, era su hermano, Capa, cortando una y otra vez con
un machete ensangrentado.
Su corazón se detuvo. No podía ver si era de su madre o de los monos
que estaban atacando, pero había tanta sangre. Estaba demasiado lejos.
Con otra viciosa patada, envió a otro mono despatarrado al suelo, dándole
una visión del cuerpo de su madre. Apretó el gatillo una y otra vez,
vaciando el cargador en Capa, corriendo hacia adelante mientras le
disparaba, sabiendo que ya era demasiado tarde. Descargó un segundo
cargador hacia el lugar.
Simultáneamente, Gary disparó, sus balas entraban en el cuerpo del
portero por el lado, girando a su alrededor. Sin importarle que estuviera
corriendo en una llama de fuego, Riley se precipitó hacia adelante, dando
patadas y puñetazos e incluso disparando a los monos para llegar hasta
su madre. Capa cayó con fuerza, el machete salió volando de su mano.
Gary continúo disparando a los primates que rodeaban a su madre.
Riley empujo a un lado la maleza y se detuvo abruptamente, con la
boca muy abierta, un grito de agonía casi había triturando sus cuerdas
vocales. Se quedó mirando la maleza con absoluto terror y una sacudida
llenándola. Ni siquiera estaba segura de lo que estaba viendo, la
comprensión era imposible. Por un momento, eso parecía como si hubiera
tropezado con una masacre. Su mente trató de decirle que todo lo que
empapaba la tierra y la maleza era la sangre de los monos, pero su cuerpo
había entrado en una especie de shock, casi adormecida, congelada y en
algún lugar profundo dentro ella lo sabía, no podía aceptar la verdad.
Había demasiada sangre. No podía ver la carne, solo las tiras de tela y
cabello. Obligó a su cuerpo a moverse hacia adelante, la bilis iba subiendo.
― No, Riley. — Unos brazos se cerraron a su alrededor, previniendo
que se moviera. Unas manos cubrieron las de ella, cogiendo la Glock. —
Vámonos de aquí. No hay nada que tú puedas hacer, y no hay necesidad
de ver esto. — La voz de Gary fue extremadamente suave, viniendo de una
gran distancia.

~ 84 ~
El mundo se desvaneció dentro y fuera. Su estómago le dio un vuelco,
trató de girar la cabeza, mirar hacia el otro lado del cuerpo destrozado,
pero era imposible. La sangre era tan oscura, el pelo rizado estaba en el
suelo, filamentos y mechones estaban repartidos a través de los helechos,
enmarañados y lodoso rojo. Vio los dedos y parte de una mano. Tiras de
ropa cubiertas de sangre. Allí no había un lugar en un radio de cinco
metros que no estuviera empapado de rojo. Era imposible saber lo que
había en ese denso follaje oscuro.
Era consciente del repentino silencio en la selva tropical. No había
ningún sonido, sin zumbidos de insectos, sin disparos y sin gritos. El
zumbido en su cabeza había desaparecido, para ser reemplazado por sus
gritos silenciosos de protesta. El mundo a su alrededor retrocedió y luego
bruscamente se enfoco, sólo para retroceder de nuevo
— Riley, — susurró Gary en su oído, su voz era tranquila y firme. —
Tú tienes que venir conmigo, ahora. Mirando hacia ella no la vas a ayudar.
Sus manos instaron a que mi cuerpo congelado se moviera, formando
los pasos, pero no tenía ningún control, el temblor, la ira, el dolor
brotaban como un volcán, desde las profundidades de la tierra, tiritando
directamente a través de su cuerpo, hasta su corazón quería dejar de latir
y sus pulmones se negaban a trabajar.
Traté de decirle a Gary que no podía respirar, no podía dibujar en el
aire. El olor a sangre era demasiado fuerte, impregnando toda el área. Él
simplemente la levantó del suelo y echó a andar a pie. Alcancé a ver a
Capa, el portero, tendido en su propia piscina de sangre, el machete a
unos cuantos centímetros de su mano. Su cuerpo estaba intacto, a pesar
de que toda la vida había corrido fuera de él hacia el suelo.
Un sollozo se me escapó y me agarré del duro brazo de Gary, mi única
realidad en un mundo enloquecido. Annabel asesinada de manera salvaje
era impensable. Mi mente sólo se negó a procesarlo, pero mi cuerpo estaba
totalmente consciente, reaccionando y cerrándose. No estaba segura de
que pudiera mantenerse por su cuenta si su vida dependiera de ello. Gary
me permitió hundirme en la alfombra de vegetación, a una breve distancia
del sitio del asesinato de mi madre.
Estaba consciente de sus compañeros de viaje en algún nivel, eran
actores en una obra de teatro. Sus reacciones lentas. Volviendo sus

~ 85 ~
cabezas, sus bocas abiertas por la sorpresa. Los cuerpos de los monos
muertos estaban esparcidos como basura por el suelo, añadiéndose a la
macabra escena. Todo a su alrededor era borroso, y le tomó un momento
darse cuenta que tenía los ojos inundados en lágrimas.
Los monos que habían tomado de repente los árboles parecían tan
confundidos como ella se sentía, caminando en círculos, como si hubieran
perdido toda la dirección. Por el rabillo del ojo, vio a los tres guías
hurgando en la tierra, todo revuelto y manchado con la sangre de los
ataques de los monos lanudos. Los tres hermanos ignoraron a los primates
dispersos y miraron con inquietud hacia la selva tropical y a los dos
cuerpos que yacían justo fuera de su vista. Ellos susurraron entre sí
despacio, silenciosas voces, antes de decidirse ir a ver qué había sucedido.
Jubal se movió fuera para hacerles frente, con la mirada desgarrada
de los viciosos, concentrado en el ataque, mostrando evidencias de que
había tratado de volver hacia Annabel y que fue detenido al igual que Riley
lo había sido. Los tres guías vacilaron, pero continuaron lentamente hacia
delante, estirando sus cuellos y con las manos agarrando sus armas.
El Dr. Henry Patton se levantó cautelosamente desde el suelo y se
apresuró a ayudar a uno de sus estudiantes, Marty Shepherd, a
levantarse. El hombre parecía estar llorando, casi histérico, dando una
palmada en Patton y luchando cuando Todd Dillon corrió en su ayuda
también. Marty se puso en pie, pero instantáneamente se dejó caer al
suelo con los otros dos hombres doblándose solícitamente sobre él
Riley se echó hacia atrás y hacia adelante, tratando de entender que
su madre había sido asesinada a pocos metros de ella. Bajó la mirada
hacia la tierra rica y espesa de cientos miles de años de vegetación, de
muerte y renacimiento. Sobre su cabeza, el cielo se oscureció sutilmente.
Levantó la vista, dejó caer las manos y las enterró profundamente en las
capas de polvo negro. Las nubes se arremolinaban siniestramente arriba,
formando torres que se elevaban en altura. El viento agitaba su cabello,
incluso allí, bajo el silencio del bosque, mientras que las ramas de los
árboles salían ondeando de ida y vuelta en un frenesí de actividad.
Ella tomó aliento y lo dejó escapar. Un largo gemido de lamento
escapó de su garganta. En el sonido, los monos restantes permanecieron
en los árboles, había notas de luto tras ellos que se extendían a través de

~ 86 ~
la selva tropical. En lugar de volver a la montaña, la tropa de monos
lanudos se alejó de su hogar natural en lo alto de la selva nublada.
Don Weston y Shelton Mack se tambalearon hacia atrás. Ambos
habían huido cuando los monos habían descendido. Tampoco parecían
tener rasguños. Ellos habían escapado lo suficientemente lejos de la lucha
para eludir el ataque de los primates. Ambos parecían sacudidos.
— ¿Qué diablos pasó aquí? — Don demandó, observando tanto a sus
rasguñados y sangrantes compañeros como a los cuerpos peludos sobre el
terreno. — Pensé que los monos eran la menor de nuestras
preocupaciones.
Miguel se volvió para mirarlo por encima del hombro. — Los monos
no atacan a los hombres.
— Tengo noticias para ti, genio, — Don respondió con un bufido de
estremecimiento. — Ellos lo acaban de hacer. ¿Tendrán la rabia? — Él
realmente dio un paso atrás lejos de los demás y extendió el brazo sobre el
cuerpo de Mack para prevenirlo de no ir más cerca de los demás.
Jubal suspiró. — Ellos no tienen la rabia, Don, pero nosotros tenemos
que desinféctanos cada rasguño antes de que alguien tenga una infección.
Marty, necesito que tú y Todd se pongan a trabajar haciendo eso.
Comiencen con ustedes mismos. Los equipos médicos se encuentran en la
mochila. Una vez que se aseguraren que ambos tienen cubiertos todos sus
rasguños, utilicen los antibióticos, luego se separan y ayudan a los otros.
Riley escuchaba desde lejos. Sabía lo que estaba haciendo él,
haciéndose cargo, para reforzar a los dos sacudidos estudiantes, dándoles
algo activo que hacer con el fin de ayudarlos a recuperarse. No podía
mover un músculo. No había recuperación. Se sentía entumecida, más allá
de la comprensión. Su mente luchaba por entender, y en algún nivel sabía
que estaba en estado de shock, pero ella no podía recuperarse.
Clavó los dedos en el suelo, lo único real a lo que podía agarrarse.
Arrastrando dos puñados de la tierra, cerró los dedos apretados alrededor
y dejó que el llanto surgiera. Las lágrimas corrían por su rostro,
oscureciendo su visión, cayendo en el suelo, pero podía oír a los otros que
no salían de su asombro, moviéndose a su alrededor, haciendo lo que
Jubal les indicó.

~ 87 ~
Jorge, Fernando y Héctor, tres de los cuatro porteros restantes, todos
primos, se aprovecharon de un Jubal vacilante para desde el lado
izquierdo intentar acercarse, cuidando de mantener un ritmo constante
con los guías que se enfrentaban a un riguroso Jubal.
Ben Charger se movió detrás de ellos, deliberadamente haciendo
ruido por lo que ellos eran muy conscientes de su presencia. Al otro lado
de los porteros, acercándose a Jubal, estaba el cuarto portero, Raúl. Gary
lo seguía a un ritmo suave, pero, al igual que Ben, por lo que él sabía que
estaba justo detrás del portero. Él llevaba su arma abiertamente.
Miguel se detuvo frente a Jubal. — ¿Quién está herido?
— No herido, muerto, — corrigió Jubal. — Su portero asesinó a
Annabel. Lo que queda de ella está en esos arbustos de ahí. — Él asintió
para acercarse al follaje denso, pero no apartaba sus ojos de Miguel que
daba un paso atrás.
La mirada de Miguel siguió la dirección donde Jubal se inclino. Él
tragó saliva y dio un paso hacia la maleza oscura. — ¿Qué pasa con Capa?
¿Dónde está él?
— Él está muerto también, — respondió Jubal, su voz era sombría,
con una inflexión de advertencia en su voz. — Nosotros llegamos
demasiado tarde para detenerlo.
El silencio descendió una vez más, las noticias claramente sacudieron
a todos. Los hombres se miraban unos a otros. Miguel asintió y se dirigió
hacia la maleza con sangre. Sus hermanos lo siguieron silenciosamente.
Los porteros bordearon a Jubal, quien se volvió para mirarlos a todos. Ben
y Gary lo flanqueaban por ambos lados, ya que claramente no confiaban
en su reacción en lo referente a la muerte de su primo.
Don y Mack lo siguieron un poco detrás, estirando el cuello, tratando
de ver. Riley contuvo el aliento mientras los hombres se acercaron a la
densa vegetación. No quería que ninguno de ellos viera a su madre de esa
manera. Quería gritarles que se alejasen del cuerpo, especialmente los dos
ingenieros. Supo el momento en que ellos vieron todo el cuerpo.
Los porteros dieron un paso atrás, espalda y hombros rígidos. Ellos
veían desde el cuerpo de Capa a lo que quedaba de Annabel. No podía
haber ninguna duda de lo que había ocurrido.

~ 88 ~
Don se inclinó y vomitó una vez y otra vez. Mack se amordazo y se dio
la vuelta, presionando sus manos en su boca. Riley sintió el momento
exacto en el que ambos volvieron sus miradas horrorizadas hacia ella. Se
negaba a mirarlos. Si ella se quedaba muy quieta, su mente no volaría en
pedazos y su corazón destrozado volvería a quedarse dentro de su cuerpo.
Los gritos en su cabeza se quedarían allí, encerrados para siempre.
Don se levantó lentamente, miró una vez más hacia la maleza y
apresuradamente apartó la cabeza. Él se dirigió lentamente hacia Riley.
Se quedó allí un momento en silencio antes de aclararse la garganta.
— Siento lo de tu madre, Riley.
No podía mirarlo. Asintió con la cabeza, presionando sus manos más
profundamente en la tierra. Estaba tan entumecida que lo único que podía
sentir en su piel era la sensación de la tierra.
Mack arrastró los pies, un poco torpe pero bien intencionado. — Lo
siento, Riley. No hay palabras. Esto es terrible.
Una vez más ella asintió, incapaz de responder. La tierra fue tirando
de ella como cuando estaba al borde del desastre. No podía perder
completamente el control. Tenía que encontrar una manera para que su
cerebro funcionase, pensar en qué hacer a continuación.
Los cuatro porteros recogieron el cadáver de su primo y se lo llevaron
para una profunda limpieza.
— ¿Qué están haciendo?, — Jubal le preguntó a Miguel.
— Ellos van a enterrarlo adecuadamente, — dijo Miguel. — En
nuestro camino. Nosotros nos encargamos de...
Mientras las tres guías se acercaban a Annabel, todo el cuerpo de
Riley se rebeló. Incluso la tierra debajo de ella parecía protestar
violentamente, estremeciéndose en una ola de protesta. El suelo se
estremeció, se levantó en dos pulgadas y envió ondas de vibraciones a
través de su cuerpo. Ella sintió la protesta inmediata y con ella vino una
necesidad de actuar, de moverse rápidamente, para hacer algo pero no
estaba muy segura de qué.
— No dejes que ellos la toquen, — declaró Riley. — Jubal, ellos no
pueden tocarla.

~ 89 ~
Miguel se giró hacia ella, sus ojos se llenaron de tristeza. — Nosotros
no queríamos que esto sucediera, Riley. Nosotros nunca quisimos a su
madre muerta, Capa no era él mismo. Él era un hombre amable con una
esposa y un hijo. Nunca le haría daño a alguien si él no estuviera fuera de
su mente. Nosotros tenemos que dar a su madre un entierro digno en el
camino de tu pueblo.
Ella sabía que el guía era sincero. Ella lo oyó en su voz y lo vio en su
rostro, pero una fuerza más profunda la llevó. El cuerpo de su madre no
podía ser tocado. Riley se forzó, se obligó a ponerse en pie, sacudiendo su
cabeza. Su cuerpo se sentía débil, las piernas eran de goma, pero tenía que
levantarse. Bajo sus pies, la tierra empujó hacia ella, llevándola fuera de
su shock.
— No dejes que nadie la toque, — repitió ella, mirando más allá de
Miguel a Jubal. Ella se obligó a encontrarse con los ojos del guía. —
Nosotros tenemos nuestros propios caminos, Miguel, y yo debo atenderla.
Encontró un poco aterrador acercarse a ese horrible sitio de sangre y
muerte en frente de todos ellos, pero esto tenía que hacerse, incluso si
tuviera un completo colapso. No tenía idea de lo que tenía que hacer, pero
el impulso era poderoso en ella ahora, empujándola a moverse.
Weston y Shelton dieron un paso atrás silenciosamente permitiéndole
caminar lentamente hacia el cuerpo de su madre. Riley era consciente del
silencio que descendió una vez más en el grupo. Los dos estudiantes,
ocupados desinfectando las heridas en sí mismos y en su profesor, se
detuvieron a mirarla aproximándose a la maleza, estropeada con manchas
de sangre.
— Dinos lo que necesitas, Riley, — dijo Gary, acercándose a su lado.
—Nosotros vamos a ayudarte.
No estaba del todo segura de lo que necesitaba, pero asintió
ligeramente, esperando un momento antes de mirar a su madre. Se acercó
con cautela, armándose de valor para la vista del cuerpo mutilado de
Annabel. Eso no era su madre, se recordó, sólo la cáscara que dejaba
atrás. Su madre se había ido con el hombre que ella amo tanto durante
tantos años.

~ 90 ~
El viento le tocó la cara mientras se acercaba a la densa maleza, los
dedos aliviados limpiaron las lágrimas de sus ojos. Sostuvo la barbilla en
alto, de pie tomó una respiración profunda y luego permitió que su mirada
se moviera muy lentamente, una pulgada cada vez, entre la maleza oscura.
Su estómago dio un vuelco, y se quedó sin aliento, un nudo en la garganta
amenazaba con estrangularla. El suelo se movió otra vez, urgiéndola
suavemente hacia delante.
Profundamente debajo de la espesa vegetación, Riley sintió el
repiqueteo del latido del corazón de la tierra. Su pulso saltó,
manteniéndola estable, aliviando el ritmo. Sintió en sus venas un
hormigueo, una red que atravesó su cuerpo, conectándola con el planeta
en que vivía. La flora y la fauna a su alrededor respiraban la vida del aire,
y ella lo tomó en sus pulmones. Por dentro, sintió algo moverse, despertar,
tomar conciencia. Con cada paso tentativo que tomaba del lugar del
asesinato y la muerte, se volvía más segura sobre lo que necesitaba hacer.
Sus venas latían y ardían con una corriente de electricidad
intermitente que entró través de su cuerpo hasta que ella sintió que su
sangre corrió con la savia de las hojas de los árboles, conectándola con
toda la naturaleza Como el despertar de un dragón dormido por primera
vez, la energía la arqueo y se extendió hasta que consumió cada célula en
su despertar. Su mente se llenó de imágenes de una vida no vivida o
conocida previamente, pero tan familiar que reconoció todas las cosas
como si el conocimiento hubiera estado siempre allí, grabadas en su
cerebro solo esperando este momento de cuando ella despertara.
Riley se detuvo, todo en ella todavía se movía, lo mejor para absorber
los enormes cambios que sucedían con tanta rapidez en su cuerpo y
mente. A su alrededor, los otros se desvanecieron lejos, mientras todos los
sentidos de ella parecían aumentar. La humedad colgaba pesada en el
aire, podía sentir las gotas individuales sobre su piel, respirando en sus
pulmones. Bajo sus pies, la tierra se movió otra vez, instándola a seguir.
Sabía exactamente lo que tenía que hacer, limpiar el cuerpo de su madre y
consagrarse a ella, preparándola para su regreso a la Madre Tierra.
Annabel era una hija de la tierra, prestada por un corto tiempo, tenía que
ser devuelta con reverencia y agradecimiento.

~ 91 ~
Ella tendría que fijar las cuatro esquinas, llamar a los elementos y
direcciones que unían las energías, pero primero tendría honrar a su
madre para purificar y limpiar su cuerpo. La sangre que se filtraba en el
suelo ya no la ponía enferma. Por todas las partes que el líquido oscuro de
la vida tocaba, el suelo alcanzaba la riqueza, la vida de su madre, la
recargaba y enriquecía en el ciclo de renacimiento.
Riley levantó sus manos al cielo, llamando a la humedad,
aprovechando todas esas gotas pesadas. La lluvia respondió, una fina
ducha, cayó a través de los restos del cuerpo de su madre, mezclándose
con su sangre que entonces parecía cobrar vida, moviéndose en las gotas
de las hojas, de las ramas para rodar hacia el suelo y lentamente
comenzar a filtrarse profundamente en la tierra. Cuando lo último de la
sangre había desaparecido en el suelo, Riley llamo a las corrientes de
remolinos de aire en el dosel, esperando todo lo largo de ella para utilizar
el elemento. La lluvia cesó, mientras el viento circulo en el cuerpo,
actuando como un ventilador, secando los restos de Annabel.
En el fondo, Riley sintió un ardor en su cuerpo, esa corriente eléctrica
saltando a la luz, y sus manos extendidas hacia su madre, tejiendo un
intrincado dibujo en el aire. Estaba absolutamente segura de todos los
movimientos, sin vacilación, la trama saltó a la vida hasta la mínima llama
azul etérea sobre los restos quemados y desapareció al instante.
Se agachó y tomó tierra en sus manos. — Madre Tierra, yo estoy
regresando tu hija a ti. Te doy las gracias por el don de la vida. Los años de
felicidad. El servicio a la humanidad. — Mientras murmuraba las
palabras, dejó la tierra fértil a la deriva sobre los restos de Annabel.
Riley miró al norte y llamo al poder del Aire. Mientras las corrientes
una vez más comenzaban a girar en torno a ella, se dirigió al sur,
invocando el poder de la Tierra. El suelo respondió, temblando, volviendo a
la vida. Se volvió hacia al este y llamó al Fuego, hasta que el área alrededor
del cuerpo de su madre estuvo gravado en un lento incendio ardiente.
Enfrentó al oeste y llamó a la fuerza del Agua para purificarla y renovarla.
Las manos de Riley de nuevo comenzaron a ondear un patrón, como
un director de orquesta, mientras murmuraba dulces y poderosas
palabras. — Aire, Tierra, Fuego, Agua, escuchen mi oración. Vean a su hija
miraren a su hija esta noche. Ayúdenla en su curación a través de esta

~ 92 ~
difícil situación. Vamos a alimentar un fuego salvaje y limpio. Dejen que el
aire barra las terminaciones negativas. Agua aclare la pira limpiándola
mientras la Tierra lleve adelante el deseo renovado. Aire, Tierra, Fuego,
Agua, diseñen un anillo de poder natural. Círculo redondo y tres veces
obligado será, lleven a su hija al suelo. Acepten a su hija de vuelta esta
noche y sosténganla siempre cerca y cerrada. Que nadie perturbe este
lugar de felicidad y dentro de este círculo que mi madre encuentre la paz.
Como es arriba, es abajo.
La Tierra tomó un largo suspiro. Riley lo sentía. Lo oía, la respuesta a
su ritual de oración. El suelo tembló, ondulando, llegó la vida. En todas
partes las piscinas y las gotas salpicadas de sangre de Annabel se habían
hundido profundamente, flores y plantas verdes se dispararon, empujando
a través de un rico suelo hacia el cielo. Una vez más la tierra se
estremeció. Debajo del cuerpo destrozado, el suelo de la selva se agrietó y
se hundió, arrastrando los restos de Annabel en las profundas hendiduras.
Negro marga burbujeaba, rico en minerales, y con él, brotes de ráfagas de
verde a través de la tierra para alcanzar el cielo
No había rastros de Annabel, o la sangre que había estado. Las
plantas eran tan gruesas en todo el terreno que se había convertido en una
bella gruta. Situada en medio de un mar de flores en la noche estrellada,
estaba el collar de ofrenda de la Madre Tierra, de su madre. La pieza había
sido transmitida de generación en generación, y Annabel nunca se lo había
quitado una vez que su madre había muerto.
Riley puso un pie cuidadosamente en frente del otro, rodeando el
lugar de descanso de su madre, permitiendo que la paz se filtrase en sus
huesos. Ella se dejó caer en ese campo de flores blancas, y colocó sus
manos a ambos lados del otro regalo de su madre. Los tallos y pétalos la
alcanzaron. El suelo se movió sobre ella, corriendo a su alrededor, dándole
la bienvenida.
La conexión la golpeó como una bola de fuego, asalto a través de su
cuerpo, desplegando en su cerebro, la tierra llegó a ella, dándole la
bienvenida a su hija, compartiendo sus dones. Su conocimiento creció
rápidamente, se extendió a través de sus venas, dentro de sus huesos,
presionando en cada célula. Desde el centro del planeta, ella sintió el latido
del corazón, oyó los susurros de la verdad, de la creación. Las plantas

~ 93 ~
cercanas la alcanzaron para envolver sus tentáculos alrededor de ella,
tocándola. Los árboles se doblaron sin viento, cayendo para honrarla. El
viento le tocó la cara, respirando aire fresco en su cara caliente.
El suelo se vertió sobre los dedos desnudos, y mientras lo hacía,
sintió el alivio de su terrible dolor. El bulto del ardor en su garganta
disminuyo, dándole alivio. Mientras sus dedos se hundieron
profundamente, en busca de la última conexión con su madre, ella sintió
un murmullo en el suelo, un eco sutil del mal. Su madre está consagrada
en un lugar de descanso empujando ese susurro, el último aliento del mal
a la distancia, pero el estómago de Riley dio un vuelco. Todo lo que su
madre le había dicho de su pasado y el volcán era cierto. El triunfo
impregnaba el suelo, la dura alegría de que su madre había sido
brutalmente asesinada, dejando el mal surgir una vez más y vagar
libremente, alimentándose de inocentes.
Su corazón tartamudeó. El mal se desvaneció de nuevo en la dirección
del volcán. Un sentido de urgencia la asaltó. Tenía que llegar a la montaña
y sellarla antes de cualquier cosa monstruosa que estuviera prisionera
pudiera escapar. Rápidamente ella sacó las manos de la tierra, y volvió la
cabeza para mirar hacia la montaña humeante.
Riley alcanzó la cama de flores de estrella blanca y levantó la reliquia
de flores, un regalo dado por la Madre Tierra para su antepasado muerto
hace mucho tiempo. Sus dedos temblaban mientras ella pasó la yema de
su pulgar sobre la fina plata en forma de un gran dragón con ojos de ágata
de fuego. Las garras sostenían un orbe de obsidiana. Se quedó mirando la
pieza, recordando todas las veces que su madre se lo había mostrado a
ella, semejante a un tesoro escondido alrededor de su cuello, custodiado
por debajo de su ropa. La fina cadena se había ido, así que Riley deslizó el
regalo en el bolsillo, en un bolsillo cerrado.
Gary le tendió la mano a ella y Riley le permitió ayudarla a levantarse.
Por primera vez miró a su alrededor a sus compañeros de viaje. Todos ellos
tenían una expresión simpática y la observaban con atención, Se dio
cuenta de que el bosque había oscurecido su visión y lo que estaba
haciendo, ramas arbustos y árboles llegaron para ocultar el ritual de
purificación de miradas interesadas.
— Nosotros tenemos que atender esas heridas, — dijo Gary.

~ 94 ~
— Me tengo que ir, — dijo Riley. — No hay tiempo.
Gary negó con la cabeza. — Tú sabes que no puedes correr riesgos.
Desinfecta las mordeduras y arañazos, mientras nosotros vamos a
recogerlo todo y seguir adelante
Los otros, uno a uno desfilaron pasando por el lugar de descanso
Annabel, tocando el hombro de Riley, asintiendo con la cabeza hacia ella,
murmurando algo de una oración. Los tres guías realizaron su propio
ritual. Tanto Riley, como Gary envolvieron sus heridas de batalla en vetas
de fuego, mirando a su alrededor hacia los porteros.
— No fue su culpa, — ella dijo. — Capa. No fue su culpa.
Miguel se volvió a mirarla. — Gracias por eso.
— ¿Tú no sientes la diferencia? El zumbido horrible se ha ido, —
señaló Riley. — Ouch. — Empujó la mano de Gary. Él la ignoró y continuó
curándose con un líquido ardiente. — ¿No te sientes más ligera? El temor
se ha ido. Toda la tensión. Dos personas acaban de morir y todos debemos
estar muy tensos, pero en cambio, esa la horrible sensación de muerte
inminente ha desaparecido.
Ben, de pie cerca, le respondió. — Yo noté eso, también. El profesor y
sus estudiantes quieren volver. Y el volcán esta sin duda despertando. Yo
no sé cuánto tiempo vamos a tener antes de que eso nos golpee, y no
vamos a querer estar cerca de él cuando se despierte.
Riley negó con su cabeza. — Ellos pueden dar marcha atrás, todo lo
que puedan, pero yo tengo que seguir adelante y tengo que llegar rápido.
No hay tiempo que perder.
Ben frunció el ceño. — El volcán es un problema real nosotros no
podemos solo pasarlo por alto, Riley.
— No puedo explicarlo, pero no tengo otra opción. Si tengo que
hacerlo, voy a ir sola. He estado en este monte en particular varias veces y
puedo encontrar mi camino si es necesario. — No estaría más tiempo
sorprendida era la verdad, levantó la vista hacia las nubes arremolinadas.
— La noche está cayendo rápidamente. Tenemos alrededor de una hora,
vamos a tener que darnos prisa a través de una selva muy densa.

~ 95 ~
Gary y Jubal intercambiaron una larga mirada, conocedora. Riley no
les iba a preguntar. Ellos lo sabían, al igual que ella lo hacía, que todo lo
malo que estaba atrapado en la montaña estaría saliendo si no lo detenía.
Ellos aceptaron la verdad, tal como ella lo hizo. Si tenían conocimiento
previo y no lo decían, a ella no le importaba. Iba a ir hasta la montaña y
nada iba a detenerla.
— Weston y Shelton quieren dar marcha atrás también, — dijo Ben.
— Los porteros no quieren ir, tampoco, — se defendió Weston, un
poco beligerante. — Un par de ellos pueden habernos dejado a nosotros ya.
Dos no regresaron después de enterrar al otro.
— La tierra tiembla constantemente. — Mack señalo lo obvio. — No
hay duda de que una explosión es inminente. Tenemos que llegar lo más
lejos de la montaña como sea posible.
Riley asintió. — Estoy en completo acuerdo. Todos ustedes deben salir
de aquí lo más rápido posible. Yo no tengo otra opción. Me voy a la
montaña. — Empujó a Gary pasando, la fuerza y determinación se
vertieron en ella. — Me voy ahora. No tengo tiempo para discutir con todo
el mundo.
Miguel dejó escapar el aliento. — Yo te llevo. Mis hermanos pueden
seguir a los demás atrás.
Sus dos hermanos movieron la cabeza en señal de protesta.
Miguel barrió su mano hacia el lugar de descanso de Annabel. — Yo le
falle. No voy a fallarle a su hija.
Jubal levantó su mochila y la hizo girar sobre su espalda. — Voy a ir
contigo.
Gary silenciosamente se puso su mochila también. Ben Charger hizo
lo mismo.
Weston maldijo entre dientes y no sólo atrapó su mochila, sino que se
agachó y tomó la de Riley también. — Voy a llevar esto por un rato.
Shelton negó con la cabeza. — ¿Estás loco? Maldita sea, Don, vamos a
morir si eso golpea la montaña. Tenemos que salir de aquí pitando tan
rápido como nos sea posible en la dirección opuesta.

~ 96 ~
Don se encogió de hombros. — Vamos a lograr que llegue, y entonces
podremos correr como el infierno
— Coge el ritmo, Miguel, — ordenó Juba — Queremos llegar a la base
de la montaña antes de que caiga la noche si es posible.
Miguel levantó una mano hacia sus hermanos y se fue sin decir una
palabra. El profesor y sus dos alumnos se quedaron con los otros dos
guías y dos de los porteros, quienes discutían acaloradamente entre sí. En
el último momento, Héctor alcanzó un paquete de suministros y se
apresuró a Miguel, dejando a su primo sacudiendo la cabeza. Weston y
Shelton siguieron al portero y al guía.
Jubal cayó detrás de ellos, asintiendo hacia el arqueólogo y sus
estudiantes.
Riley alcanzó paquete de su madre y lo colgó sobre sus hombros. No
había analizado cómo de maltratado y golpeado estaba su cuerpo después
de haber peleado con los monos de su alrededor. Siguió a Jubal.
— Buena suerte, — Gary llamó a los otros mientras él se paseaba
detrás de Riley, claramente preparado para protegerla.
Riley no miró hacia atrás. El sentido de urgencia creció en ella
mientras se daba cuenta de que todo a su alrededor había cambiado. Su
enfoque, su conciencia, y sus pies parecían encontrar el camino correcto
por propia voluntad, evitando todos los peligros. El bosque respiraba por
ella, suministrándole oxígeno para mejorar su capacidad de moverse
rápidamente a través de los estrechos senderos. Sabía antes de que ella
doblará una vez lo que le esperaba. Sintió el bosque en ella, susurrándole
comodidad, compartiendo información, asesorándola.
El ritmo era más rápido mientras los temblores de tierra aumentaban
en frecuencia, la fuerza y la noche empezaba a descender. Sin embargo,
estaban en calma y el ritmo del grupo era como nunca había estado antes.
Riley se sentía como si fuera una parte de cada uno de los viajeros
mientras ellos se abrían camino a través de la enmarañada selva.
Detrás de ella, en la posición trasera, sintió a Gary, sereno y firme,
vigilante, siempre alerta, dispuesto a todo, lo mismo que Jubal, por
delante de ella, parecía ser. Ben Charger se movía bien en el bosque, sus
zancadas seguras y confiadas a su manera. Don y Mack eran mucho

~ 97 ~
menos, ambos nerviosos y luchando contra el terreno accidentado, aunque
ambos lo intentaban, estaban fuera de su elemento
Miguel, sin embargo, familiarizado con el camino y el peligro de toda
la zona, irradiaba miedo. Cada planta, cada rama, la maleza que le
bloqueaba su camino se encontró con el golpe limpio de su negra espada
gigante mientras él quitaba los obstáculos de su camino. Sintió la
separación a lo largo de las vidas, tan real que casi podía sentir la
adrenalina del aire más allá mientras que cada pieza separada caía al
suelo del bosque. El follaje trataba de retirarse de la espada, enviándole
sutiles vibraciones de advertencia delante.
Comenzó a susurrar suavemente en voz baja, pidiendo perdón por el
corte del sendero. Ellos tenían que apresurarse. No había tiempo que
perder, e incluso la propia selva tropical sabía que no podían perderlo.
Abriendo el camino para ellos, dejándolos atravesarla.
Rile dio un respiró rápido. ¿Cuántas veces había ella oído a su madre
susurrando en una suave, cantarina voz mientras ellos caminaban a
través de la pesada selva? Cada paso la conectaba con la tierra, ella se
sentía más conectada con su madre, más cerca de ella, más consciente de
los recuerdos.
Ella tocó la punta de una rama cortada en una especie de reverencia.
Ya había un líquido de color claro que rezuma conocer las yemas de sus
dedos. La savia de la planta era fría y pegajosa, y una calma descendió en
su mente, ayudándola a concentrarse en lo que ella necesitaba hacer. Puso
un pie delante del otro, permitiendo que su mano se alárguese,
manteniendo el contacto con las plantas hasta el último momento posible.
Sintió el cambio dentro de ella, sus pulmones apretados de alivio,
respirando por completo el aire fresco, dejando que las plantas
absorbieran gran parte de la carga de su dolor y el miedo de lo que estaba
por venir.
Los temblores continuaron, dándole una sensación de extrema
urgencia, una necesidad de apresurarse más rápido, y con eso vino la
conciencia del creciente temor en su guía. Miguel sabía lo que los
temblores significaban, una erupción inminente. Él era el responsable de
los viajeros y ya se sentía como si le hubiera fracasado con Annabel. Poco
a poco fue cambiando la dirección, un cambio sutil de modo que casi no se

~ 98 ~
notaba, pero el sentido de Riley era agudo ahora, al igual que el mapa en
su cabeza, llevándola a la posición exacta en la cual necesitaba estar.
Ella no culpó a Miguel. ¿Cómo podría? Él se sintió abrumado por la
responsabilidad y la culpa. En la memoria de Riley apareció como una
niña, durante uno de sus viajes, con una furiosa tormenta, golpeando el
refugio que el guía estaba buscado a toda prisa para ellos. Ella había
estado envuelta en el fuerte abrazo de su madre mientras le cantaba
suavemente para alejar las lágrimas.
Ese recuerdo, largamente olvidado provocó el conocimiento de lo que
tenía que hacer. La canción salió suave y baja, apenas un susurro, pero
ella recordó las palabras y la melodía de ese viaje largamente olvidado. Su
madre había cantado la canción mientras ellos se apresuraban por
senderos embarrados con la lluvia cayendo.
Las palabras se formaron en su mente y se fortalecieron.
No pasó mucho tiempo antes de que los otros empezaran a
desacelerar su ritmo, para estar más cerca, para escuchar más. Riley
aceleró el ritmo, superando a Jubal, tocándole en el hombro. Su
asentimiento hacia ella, obviamente conscientes de la calidad de su voz
suave y la aprobación de lo que estaba haciendo.
Siguió caminando hacia adelante, acelerando su ritmo, cantando
suavemente, pasando por cada viajero, tocándolos gentilmente y mientras
lo hacía, iba aliviando sus cargas, creciendo en confianza y poder a cada
paso. Llegó hasta Miguel. Estaba claro hasta qué punto sus esfuerzos la
habían llevado fuera de curso. La culpa era tangible, pero sólo sentía
tristeza por él. Entendía su necesidad de protegerlos a todos, y que él
había desafiado su ira para tratar de alejarse a una distancia segura del
volcán.
Se puso delante de él incluso mientras su canción derivaba hacia un
leve zumbido. Sus manos se acercaron y tejió un patrón mientras cantaba
a la selva. El camino abierto, las hojas y las ramas les tiraban de vuelta
para hacerles mover rápidamente. Bajo sus pies, el suelo la instó a
apresurarse. El sentido de necesidad creció y se extendió hasta que lo fue
todo, consumiéndola. Se dio cuenta del silencio, como si los insectos
contuvieran la respiración esperando su llegada. Sentía construir la
presión bajo sus pies.

~ 99 ~
Como si todos los demás atrapasen ese sentido de urgencia que ella
estaba sintiendo, levantaron oportunamente sus pies golpeando al ritmo
de su canción. La tierra se sacudió más fuerte, más tiempo, tirando de
todos hacia el suelo del bosque justo cuando llegaron a la base de la
montaña. Riley clavó las manos en el suelo y sintió la enorme fuerza y el
tremendo calor del suelo. Instantáneamente tenía el conocimiento de que
el mal triunfaba malicioso como la marea creciente, alimentado de los
gases.
Llevantó la vista hacia Jubal con ojos afligidos. — Hemos llegado
demasiado tarde. Ya es demasiado tarde.

~ 100 ~
Capítulo 6
Traducido por UsaguiSama
Corregido por Ryss, Ariel, Tabitha

El suelo lloraba gotas de sangre como la miel que gotea de un panal


oscuro y triste invadiendo y difuminándose a través de la tierra.
¡Estaba muerta! Por fin, Arabejila estaba muerta.
Si hubiera podido hacerlo sin llamar del cazador, Mitro habría
bailado.
¡Lo había hecho! ¡Había destruido a la única mujer que podría
derribarlo!
Apenas podía contener su alegría. Había esperado un mayor impacto,
el suelo laminándose y balanceándose en señal de protesta, o incluso
tratando de tomar represalias en contra de él, pero nada había sucedido.
Se había hecho más fuerte mientras que ella se había vuelto débil. Había
notado que a lo largo de los siglos, ese descenso lento sin su compañero,
sin él. Ella había sido incapaz de aguantar como él.
Lo necesitaba para vivir, pero ella había elegido el lado del arrogante
cazador Cárpato, pensando que podría derrotarlo. Ella había elegido mal.
Una vez más había demostrado que era más fuerte, mejor, más inteligente
y astuto que el resto de ellos. El cazador y su puta habían perdido el juego
contra las habilidades superiores de Mitro. Él había sabido todo el tiempo
que debía ser más astuto. Probó una y otra vez que se merecía el cargo de
mano derecha del príncipe, sin embargo, había sido dejado de lado debido
a que el príncipe le había temido, temía que otros reconocieran en Mitro a
un líder nato y se volvieran contra el príncipe.
A pesar de la lesión de su último encuentro, había logrado levantarse
primero o tal vez el cazador se había quemado en el magma. Él no lo sabía,

~ 101 ~
pero era un pensamiento agradable. Nadie podría derrotarlo. Ni el famoso
Danutdaxton ni Arabejila.
Ahora, con Arabejila muerta, por fin, su victoria casi le hizo sentir
mareado. Tenía que enfocarse. Tenía todo lo que necesitaba, al fin. Su
misión había sido un éxito, y él era invulnerable ahora. Nada lo detendría.
Con Arabejila muerta y el tesoro recién descubierto en su poder, una vez
fuera, no habría ningún cazador que pudiera destruirlo. El mundo y sus
riquezas serían de él.
Mitro mantuvo deliberadamente sus movimientos lentos, a pesar de
sus deseos de acometer contra la delgada corteza y empujar con fuerza
para salir. Él había tenido éxito donde tantos otros fracasaron porque él
era paciente y tenaz. Habían incurrido en un error terrible atrapándolo en
el interior del volcán. Lo que ellos pensaron sería una prisión, una cámara
de tortura, se había convertido en algo más. Él había descubierto un
tesoro invaluable, y tuvo todo el tiempo del mundo para planear su
revancha y su venganza no tendría límites.
Todavía tenía que evadir al cazador y superar la barrera que Arabejila
y sus asesinos, habían levantado para mantenerlo cerca del centro del
volcán. Con el tiempo había puesto a prueba esa barrera, y en los últimos
años la había debilitado en un solo lugar sin que el cazador se diera
cuenta. Había sido cauteloso, manteniéndose alejado de la zona durante
largos períodos de tiempo y cuidando de no dejar un rastro. Él había
trabajado incluso contra las salvaguardas en otros lugares, determinado a
que este lugar sería su puerta de escape verdadero en caso que las otras
fallaran. Esta era su oportunidad y no quería arriesgarse a perderla por
delatar su posición antes de tiempo.
Mitro no podía arriesgarse a otra batalla con el cazador. Aunque él se
hubiera vuelto más poderoso, estaba Danutdaxton el cazador implacable
que había conocido desde la infancia. Le llamaban —El Juez—. Incluso
cuando era un niño había sido un guerrero serio y todos, incluso el
príncipe, habían sentido un gran respeto hacia él. Mitro había hecho todo
lo posible por fingir ser su amigo, pero ver a todo el mundo arrastrarse a
su alrededor era realmente repugnante.
Mitro era inteligente, mucho más inteligente de lo que nunca sería
Danutdaxton y el príncipe debería haber visto eso. Todos ellos deberían

~ 102 ~
haberlo visto. Mitro había sido ofendido tantas veces. Todos habían tenido
celos de él, sobre todo sus hermanos. Le habían dicho que estaba enfermo,
que su corazón era negro, sólo porque él no mataba limpiamente y sin
emociones como —el Juez— lo hacía. Mitro disfrutaba viendo a los
condenados, sufrir. Se lo merecían. Habían sido condenados, así que ¿por
qué no habría de tener un poco de diversión después de que él se tomara
el tiempo y el esfuerzo para darles caza? No era asunto de nadie la forma
en que él despachaba a un enemigo.
Y los humanos eran forraje. Alimentos. Sus mujeres eran un blanco
legítimo. Se encendía cuando las miraba a los ojos y tomaba su cuerpo sin
su permiso, mientras que sus hombres lo veían con horror. Totalmente
indefensos. Al igual que los niños. Al igual que los animales que torturaba
durante horas. Ver su sufrimiento, la vida abandonar sus ojos, todo era
emocionante. El príncipe y sus hermanos no querían admitir que tenían la
misma naturaleza. Ellos no lo hacían, se suponía que era lo civilizado. El
príncipe quería —domesticarlos, — someter sus instintos depredadores
naturales.
Mitro se había esforzado para que el príncipe entendiera el daño que
le estaba haciendo a su pueblo. Los hombres perdían sus emociones
porque su verdadera naturaleza había sido suprimida. Si él podía sentir
sin su compañera, la mujer que le limitaría, que le obligaría a seguir un
molde, quitándole la esencia misma de lo que él era, transformándolo así
como los otros cazadores. Las mujeres los limitaban y ellos se convertían
en conejos cuando estaban destinados a estar en la parte superior de la
cadena alimentaria.
Sus hermanos trataron de impedirle que le avisara al príncipe, unos
cobardes, cada uno de ellos.
Ellos sabían que él estaba en lo cierto, pero temían el destierro y la
pérdida de su condición si el príncipe llorón no estaba de acuerdo con él.
Mitro no había tenido miedo. Sabía que tenía razón. Tenía el cerebro y la
fuerza para hacer lo que había que hacer. Podría tener todo lo que
quisiera, no vivir sujeto por los dictados de un hombre sin visión.
Pero ahora, por fin, las cosas serían diferentes. Arabejila estaba
muerta, y él pronto estaría libre para gobernar la tierra, como debería
haber hecho desde el principio. Flotaba, subiendo lentamente, con cuidado

~ 103 ~
de no ejercer demasiada energía, a sabiendas de que la turbación atraería
al cazador. Se recordó lo cerca que estaba, solo necesitaba hacer esto bien,
moverse lentamente, a la deriva ascendiendo con el aumento de los gases
hacia la barrera y llegar a esa pared tan delgada. Tenía que medir el
tiempo perfectamente. Ya podía sentir al cazador en movimiento. Él no
había muerto entonces, pero Mitro había sabido desde el principio que no
sería tan fácil.
Su corazón se sacudió duramente, enviando una descarga eléctrica a
través de su cuerpo. La corriente le robó el aliento, pero le dio una
profunda satisfacción. Podía sentir lo que otros no pudieron. Había
evolucionado a un propósito superior. Su encarcelamiento sólo lo había
hecho más fuerte y más decidido. Él podría escapar y eludir a
Danutdaxton. Sin Arabejila para seguirle la pista, el cazador había perdido
su filo.
Las venas de Mitro latían y ardían, después de todos estos años de
reprimir su necesidad de sangre, el deseo era más fuerte que nunca, y con
ello, el anhelo de ver ese horror y repugnancia, ese miedo terrible mientras
decidía la vida o muerte de su víctima. Él siempre escogía el más fuerte de
los guerreros para matarlo, deliberadamente los torturaba para que los
demás vieran lo inútil que era luchar contra él. Podía volver pueblos
enteros uno contra el otro. Ellos sacrificaban a sus hijos a él cuando lo
exigía. Sus jóvenes hijas. Sus hijos primogénitos.
Él se alimentaba del terror. Para él, miedo era tan importante como la
sangre. Necesitaba ese exquisito terror de tal forma, que era un necesario
sustento. Cuanto más pensaba en la gente temblando ante él, suplicando
por sus vidas, más fuerte era la compulsión. Había estado demasiado
tiempo sin comer y anhelaba la adrenalina del temor inspirado en la
sangre de su víctima cuando bebía.
Flexionó sus músculos mientras seguía subiendo hacia la barrera que
lo mantenía apartado de la cima del volcán, donde tenía que estar cuando
finalmente explosionara. Sin Arabejila para calmarlo, la explosión sería
catastrófica, aplastando y matando a todo por kilómetros. Su plan estaba
en marcha, y nada lo detendría ahora. Ni una tonta mujer, ni el cazador de
los Cárpatos. Él sería libre, él rey supremo.

~ 104 ~
***
El viento se precipitó montaña abajo mientras imponentes nubes
negras ascendieron a la parte superior de la atmósfera, revolviendo e
hirviendo con una ira oscura y ominosa. Un Rayo bifurcaba el cielo, látigos
de chisporroteantes corrientes eléctricas, chasquidos y crujidos con una
especie de rabia. Bajo sus manos, Riley sintió los gases volcánicos y el
aumento de los gases nocivos, y algo más, algo horriblemente malvado.
Estos hombres habían venido con ella y ella los había conducido al peligro.
Si permanecían donde estaban, y ella no podía frenar la explosión o
redirigirla, todos ellos morirían.
—Miguel, tienes que tomar a los otros y salir de aquí ahora, —
ordenó, ya agarrando las cosas de su madre. — El volcán va a estallar.
Puedo sentir la presión construyéndose en la tierra.
Más que eso, ella podía sentir el triunfo del mal corriendo por debajo
de la superficie. Si no hubiera creído plenamente en las cosas que su
madre le había dicho antes, sin duda lo haría ahora. La maldad era tan
aguda, que su estómago dio un vuelco. Esta era la fuente en la que se
había centrado desde el asesinato de su madre. Los porteros habían sido
simples peones, al igual que los insectos y los monos. Las sensaciones de
alegría y triunfo venían desde el suelo.
Los temblores continuaron, la selva tropical tiritando constantemente.
Riley no esperó a ver si Miguel le tomó la palabra, todos tenían que saber
de la erupción era inminente.
Ella comenzó a correr por el sendero estrecho que conducía a la
montaña. No iba a entrar al bosque de nubes, pero tenía que acercarse lo
suficiente. Ella miró por encima del hombro para ver a los hombres
vacilar.
— Váyanse ahora, —instó. — Muévanse.
— Riley, ya es demasiado tarde, — dijo Gary tras ella. Se agachó y
cogió su mochila y salió corriendo tras ella. — No puedes estar en la
montaña cuando suceda.

~ 105 ~
Riley no se detuvo a reconocer su preocupación. Si no podía aliviar la
presión en el volcán o redirigir la explosión, ni siquiera el arqueólogo y sus
estudiantes estarían a salvo. La explosión sería similar a una bomba
nuclear, devastando todo a kilómetros.
Podía oír las botas de Gary golpeando después de ella, y luego las de
un segundo y tercer hombre. No importaba. No podía detenerlos. Cada uno
tenía que hacer su elección en este punto, y ella trataría de salvarlos a
todos y hacer un último esfuerzo para mantener a cualquier mal que
habitaba allí, atrapado en el volcán.
Con cada paso que daba ella juzgaba el temblor de tierra. ¿Qué tan
cerca? ¿Cuánto tiempo? Tenía que correr lo más lejos que pudiera, y aún
así darse tiempo para conectar con el volcán y llevar a cabo el ritual. Ella
trataba de sellar el mal dentro de la montaña hasta que se calmara y
dirigir la erupción volcánica lejos de los viajeros. Sólo podía rezar que no
hubiera otras personas en el otro lado de la montaña, porque si no podía
detener la explosión, al menos se trataría de una erupción menor, en la
medida de lo posible.
El suelo se sacudió con fuerza, el sonido como de un trueno,
sacándola de balance. La mano de Gary la tomó del brazo para sostenerla
y se quedaron juntos, Jubal estaba justo detrás de ellos. Deseó que no la
hubieran seguido, pero una parte de ella se alegraba de tenerlos. Estaba
bastante segura de que no iba a lograr salir viva de la montaña ardiente y
su presencia la ayudaba dándole determinación y coraje. Ella no estaba
luchando sólo por ella. El temblor siguiente, fue mucho más fuerte que el
anterior, duró un largo minuto, advirtiéndole que se había acabado el
tiempo. Se detuvo bruscamente y lanzó el paquete de su madre al suelo.
— Tiene que ser aquí. No estamos donde tenemos que estar, pero si
tenemos suerte, podré hacer esto.
—Podemos ayudar, —dijo Gary. —Hemos participado en un par de
rituales. Dinos lo que necesitas que hagamos.
Riley no les iba a preguntar cómo sabían qué hacer cuando ni ella lo
sabía. Simplemente no había tiempo, pero si por alguna casualidad se las
arreglaba para hacer un milagro, los dos hombres iban a responder
muchas preguntas.

~ 106 ~
Ella abrió de golpe el paquete de su madre y sacó una pequeña
escoba de mano hecha de un manojo de sauce y atado firmemente junto. A
toda prisa se puso a barrer un círculo lo suficientemente grande como
para contenerlos a sí misma y a los tres hombres. Ella se movió hacia la
izquierda, barriendo y limpiando los escombros mientras susurraba su
oración a los cuatro elementos, llamándolos a ella para trabajar.
Riley había visto a su madre realizar el ritual del volcán muchas
veces, pero ahora que era su turno, había tanto que no sabía. Ella tenía
que deshacer las hebras del poder maligno que impregnan todo el volcán y
tejer largos hilos con fuerza suficiente para mantener el mal contenido,
manteniéndolo dentro de sus propias limitaciones, e impidiéndole
liberarse.
—Usa la sal, instruyó a Gary. —Sigue el círculo. Jubal, trae la
Salvia...
—La tengo, —dijo Jubal. Encendió la savia y se acercó al círculo tres
veces, limpiando el área mientras cantaba suavemente en voz baja.
— ¿Qué demonios están haciendo? —Exigió Ben. El suelo temblaba
continuamente, los temblores cada vez de mayor duración y más fuertes.
— Tenemos que salir de aquí.
— Trata de alcanzar a Miguel y los otros, —dijo Gary sin levantar la
vista. El continuó hasta formar el círculo con la sal.
— No, lo que sea que estén haciendo, voy a ayudar, —dijo Ben. —
Pero esto es una locura.
— ¿No puedes sentir el mal?, Susurró Riley. Ella podía sentirlo ahora,
real y poderoso, llegando a ella en ondas, su triunfo malicioso en el
asesinato de su madre. Él se creía a salvo con su madre muerta, y hasta
ahora, no tenía idea que estaba en su camino.
—Sigue trabajando, Riley, —dijo Jubal. — Vamos a explicarle todo lo
que podamos a Ben.
Riley estaba agradecida. Tenía que dejar todas sus emociones fuera,
incluso la terrible urgencia del momento. Tenía que encontrar una
completa calma y concentrarse para tener alguna posibilidad contra un
mal tan grande. Ella hizo un gesto a los hombres, de pie, invitándolos
dentro del círculo de protección que habían construido. Incluso si era

~ 107 ~
derrotada, esperaba poder hacer este pequeño espacio lo suficientemente
seguro para proteger a los demás.
Se acercó al círculo, visualizando la luz más brillante que podía
imaginar, sosteniendo en alto el mango negro, de la athame2 de doble filo.
A medida que el círculo ganó profundidad, Riley señaló a los cuartos,
fijando las torres. Llamó a los elementos. Aire hacia el Este. Fuego en el
Sur. Agua para el Oeste. Por último, le susurró al Norte, pidiendo a la
Tierra.
Madre Tierra. Obligó a su mente a centrarse en la protección y
bloquear los hombres que se movían a su alrededor.
De rodillas en el centro del círculo, hundió sus manos en la tierra,
enfocándose totalmente en atar al mal. Golpeó fuerte y rápido, con toda la
fuerza que poseía.
— “Te impido a ti oscuridad que hagas daño.
A mí y a todos a los que hechizo.
Te ato a ti oscuridad ti a ser libres.
Como nos encierro aquí para que no puedas vernos.”
La reacción fue instantánea. Shock. Miedo. Rabia. Los insectos se
vertieron a través del suelo y corrieron al círculo que los rodeaba, haciendo
clic y cantando agresivamente. Los murciélagos volaban hacia ellos desde
todos los lados, pero no penetraban en el círculo sagrado. La pesada y
opresiva malevolencia, pulsando sobre ellos. Un relámpago bifurcó a través
del cielo, con un largo aullido, chirriando y crujiendo a través de la noche
para golpear la tierra a pocos metros del círculo. Luego vino una serie de
bolas de fuego golpeando abajo como un meteorito en defensa del mal.
Ben echó a correr, pero Gary y Jubal lo atraparon, inmovilizándolo
con un abrazo.
—No dejes el círculo. Este es el único lugar seguro en este momento,
— advirtió Gary.

2NDT: El athame es una daga ceremonial utilizada en la Wicca. Usualmente es una daga
de mango negro y debe tener una hoja de doble filo a pesar de que no debe usarse para
cortar. Dentro de la religión Wicca simboliza el principio masculino asociado al elemento
aire (en algunos casos también puede asociarse al fuego).

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—Y no llames la atención sobre ti mismo, —agregó Jubal en un
susurro. — Está luchando por su vida. O ella puede sostenerlo dentro del
volcán o será libre en el mundo, y ya viste un poco de lo que puede hacer
desde la distancia. No querrás que la criatura se interese en ti.
Riley no les hizo caso, apenas consciente de su presencia. Sin previo
aviso, algo se movía contra su garganta, dentro de su cuerpo. Colmillos
rasgándola. Ardiente ácido le atragantó. Garras envueltas en puro odio
rastrillado a través de ella. Esta era la criatura que había asesinado a su
madre, y era plenamente consciente de ella ahora, centrando su atención
en ella.
Ella se negó a permitir odio en su mente. Este era su deber, su
trabajo. No podía haber maldad… ella no podía darle una forma de entrar
en su mente. La ilusión era su juego, pero ella era más fuerte.
Riley se negó a ceder ante la necesidad de tocar su garganta, para
sentir si la sangre derramada era real o no. Ella susurró otro canto suave
para encadenar en el interior a la entidad maligna.
—“Llamo a la luz hacia mí, que me rodee con su poderío
Establezca este mal en la tierra, mantenerme a salvo de aquello que
me busca dañar.
Encuentre al remitente, rastrearlo para que se devuelva, deje que la
oscuridad regrese su ataque.
Deje que la mecha sea corta ardiendo intensamente, No deje que su
mal me alcance esta noche”
La entidad maligna rehusaba retroceder con fuerza, golpeando una y
otra vez en su garganta. En carne viva. Ardiente. Desgarrando abriendo.
Su respiración apenas empujaba a través de sus destrozadas cuerdas
vocales, desde su yugular un enorme derramamiento de sangre,
empapando su ropa, salpicando en la tierra.
— “Encuéntrelo. Átelo. Sostenga el mal encadenado. Forjado en el
fuego. Tallado en la roca.”
La tierra le susurraba. Asegurándola y consolándola. Riley mantuvo
sus manos enterradas en el suelo, sus dedos se cerraron en puños
apretados, sosteniendo el mal capturado, negándose a dejarlo suelto, no

~ 109 ~
importaba lo que él luchaba, se retorciera y giraba, no importaba cuando
la acuchilló, tratando de arrancarle las entrañas. El dolor estalló a través
de ella como una estrella, y sabía que si miraba hacia abajo, vería que su
estómago se había desgarrado, y su sangre vital se derramaba en la tierra.
— “Hago un llamado al espíritu de la tierra. Crear un capullo del cual
no haya ningún nacimiento.
Colocar este espacio con negro cristalino, para abarcar este mal, para
mantener y enlazar.”
Arabejila. Emni hän ku köd alte. Tõdak a ho aδasz engemko,
kutenken aδasz engemko a jälleen. Andak a irgalomet terád it.
La voz llenó su mente. Volviendo su sangre hielo. Riley obligó al temor
ir hacia abajo. Ella estaba en el círculo de protección. Ella se negó a
dejarse intimidar.
Con esfuerzo, se las arregló para hacer a un lado su miedo y
concentrarse en las palabras que había hablado. Él había pronunciado el
nombre de su antepasada. Ella no entendió el resto de las palabras, pero
reconoció al instante la lengua como igual a la que el guía había
murmurado para sí mismo una y otra vez. Esta entidad maligna sabía de
ella -O, más probablemente, de su antepasada- y creía que aún estaba
viva. Esa realidad le dio un poco de conocimiento importante que no había
tenido antes. Quien quiera que -Lo que sea- esta entidad del mal, él no era
todopoderoso y cometió errores. Por otra parte... junto a la amenaza en su
voz, oyó el miedo. Él le temía a Arabejila. Teniendo en cuenta que era ella
la que lo había encerrado en el volcán y lo mantuvo allí durante siglos, lo
que tenía sentido. De hecho, Ella incluso podría ser la única que le hizo
temer.
Si la entidad del mal temía a Arabejila, eso significaba que tenía
razones para temerla y eso significaba que era vulnerable de alguna
manera. Ella respiró hondo y cerró tras él, encrespo los puños con más
fuerza para mantenerlo prisionero.
Otro temblor sacudió la montaña con fuerza, arrojando a los hombres
al suelo. Con las manos hundidas tan profundamente en el suelo, Riley
sintió la rebelión del volcán. La explosión se llevaría la cima de la montaña
y todo dentro de unas diez millas. Nadie estaría a salvo, ni siquiera el

~ 110 ~
arqueólogo y los cargadores que se había ido antes. Serían alcanzados, así
como a todos los animales y miembros de la tribu dentro de esas millas.
No tenía más remedio que tratar de calmar la fuerza poderosa, y en su
defecto, girarlo lejos de ellos, redirigir la explosión, si eso era posible.
— “Fuego llama, muéstrenme su luz
Brillante dentro de mis ojos
Resplandor que quema profundamente dentro
Así podre ver por dónde empezar
Tráeme la luz como el fuego que arde.
Entonces podre atarlo con torceduras y vueltas.”
—Tenemos que salir de aquí, — gritó Ben. — Ahora mismo. Esto va a
explotar.
Jubal y Gary mantuvieron un firme control sobre él, manteniéndolo
dentro del círculo.
—No se puede escapar de un volcán, — señaló Gary. — Ella es
nuestra única esperanza. No tengo ni idea de cómo lo puede hacer, pero es
evidente que la montaña responde a ella.
— ¿Qué demonios puede hacer ella? — demando Ben.
Riley no les hizo caso, canalizando toda su energía y la energía en la
tierra. La tierra tembló y se sacudió continuamente, y ella podía sentir una
fuerza creciente.
— “Fuego lléveme a su luz
Guía mi mano mientras yo lucho esta noche
Muéstrame cómo encontrar mi fuego
Así poder guiar toda esta energía volcánica.”
Ella no iba a ser capaz de detener la explosión, pero ya podía sentir la
respuesta a su presencia. Ella tuvo que utilizar toda la energía y el poder
que poseía para controlar al volcán, para guiarlo lejos de los otros… Y eso
significa dejar ir de la entidad maligna que sostenía tan fuerte. Cerrando
los ojos, ella tomó la decisión. Si todos estaban muertos, él iba a escapar
de todos modos. Ella no podía hacer las dos cosas. Se apartó bruscamente,

~ 111 ~
levantando una oración silenciosa que la unión se mantuviera incluso a
través de la explosión del volcán.
Ella sintió el eco al instante de malicioso júbilo, la risa burlona. Ese
fracaso no importaba. Ahora, que era todo acerca de la redirección de la
explosión y calmar el volcán y la prevención de un evento catastrófico.
— “Rojo como el fuego, luz ámbar, desvía el fuego y mantenlo
ajustado.
Espada y daga, hacha de doble cabeza, sangre de dragón sostener
esta explosión del volcán.
Salamandra que vive en el fuego, crea un túnel para este río de
fuego.”
La ceniza era vomitada alto por los aires. Varios respiraderos
dispararon vapor por lo alto. Rocas ardientes rayado por el aire, pequeños
orificios, como si la gran montaña solamente estuviera expresándose.
Relámpagos zigzagueaban, horquillas de gran extensión a través del cielo
Riley se mantuvo firme, negándose a retroceder. — “Triángulo del
rayo, usar su luz para sostener todos los poderes, añadiendo su fuerza a
mis fuerzas.”
Ella volvió a respirar, Cerró los ojos y envió a su oración al cielo y
profundamente en la tierra. — "Madre Tierra, tu hija humilde busca su
ayuda una vez más. Usted está viva, respirando, en constante cambio en
su estado natural. El fuego ruge en ti, sin embargo, su hija le ruega para
que usted aplaque el fuego y lo envié lejos de nosotros. La liberación es
necesaria para el crecimiento de este mundo, cierto, pero le pedimos esta
bendición.
Era lo mejor que ella podía hacer. O había calmado el volcán lo
suficiente para minimizar el daño, o todo el mundo se perdería.

***

~ 112 ~
Arabejila lo había engañado totalmente. Mitro quería rasgar y romper
con algo de sangre caliente. Su ira creció mientras luchaba contra el
apretado tejido se unía en torno a él. Ella estaba mucho más fuerte de lo
que jamás había estado. Su toque no había sido vacilante en absoluto. A lo
largo de los años, ella le había parecido ir disminuyendo en fuerza, pero
ahora ella era toda poderosa... una fuerza con la que no había contado.
Se sentía diferente para él, pero habían pasado siglos desde que había
probado su sangre caliente - y ese había sido su único error. Él debería
haberla matado inmediatamente en el acto. Una vez que había tomado su
sangre, los había atado juntos para siempre. Incluso entonces, él pensaba
que era débil, pero ahora no lo era. Ella no se había estremecido y no le
había suplicado. Ella había golpeado duro y rápido sin la menor vacilación
- algo que ella nunca habría hecho antes.
Gruñendo, rechinó sus colmillos juntos, la cólera y el odio
alimentando su fuerza. Ella no se había dignado a hablar con él. Él era su
compañero, le gustara o no, era su posesión. Podía optar por mantenerla
con vida o dejarla morir. Esto era su opción. Él era superior y siempre lo
sería.
Luchó con más fuerza contra los estrechos lazos. Arabejila siempre
había tenido una conexión con la tierra, pero parecía más fuerte que
nunca. En el momento en que se vio obligada a volver la atención hacia
otra parte, él debería haber sido capaz de liberarse, pero los enlaces lo
sostuvieron apretado. No podía moverse, no podía elevarse hacia aquella
barrera que él había trabajado tan duro para adelgazar.
Él maldijo a Arabejila, maldijo el hecho que sólo ella tenía la
capacidad de sacudirlo. Debería haberse asegurado de que estaba muerta.
Ella era la razón por la que el cazador lo había encontrado una y otra vez a
través de los siglos... Ella lo había atrapado aquí. Lo había mantenido
aquí. Y ahora ella era lo único que se interponía entre él y su triunfo. Ella
era realmente la pesadilla de su vida, y si no se desenrollaba de las
cadenas que había puesto en él rápido, él se quedaría atrapado para
siempre.
Renovó sus esfuerzos, concentrándose en la búsqueda en la unión de
cada hebra que lo ataba a su prisión ardiente. Arabejila había tejido un
hechizo hermético, la misma tierra se añadía al tejido. Él siempre había

~ 113 ~
tenido absolutamente repugnante a toda vida vegetal, que no respondió a
su vez a él. Lo había intentado, en los años anteriores, al verla caminar por
un campo de flores y plantas que brotan en torno a ella, hacer lo mismo,
pero la tierra se negó a hablar con él. El rechazo había sido tan total e
instantáneo, esto lo había llenado de un aborrecimiento por toda la
vegetación. Despreciaba a cualquier cosa que pudiera elegir a una mujer
débil sobre él.
Mitro siempre había considerado a Arabejila unidimensionalmente
buena en todos los sentidos. Ella no sabía cómo ser otra cosa. Estudió el
encadenamiento de los tejidos que lo unían al interior del volcán. Estos
tejidos le dijeron mucho sobre su adversaria. Arabejila había evolucionado
a lo largo de los siglos, tal como él había evolucionado, y la encontró muy
cambiada y más poderosa gracias a él. Es más, sus tejidos sólo le dijeron
que ella era una fuerza a tener en cuenta, no era nada personal acerca de
ella. No había dejado ninguna emoción detrás para ayudarle a derrotarla.
Eso lo irritó. Se suponía que ella debía estar languideciendo por él.
Sus tejidos deberían haber contenido tristeza y aquel ridículo, salpicadero
inútil de esperanza, que ella no pudo reprimir cada vez que habían entrado
en contacto en el pasado. No importaba lo que él hizo, cuan depravado se
había convertido, siempre se había aferrado a esa pequeña esperanza de
que ella podía “Salvarlo”. Nunca se había dado cuenta de que no
necesitaba ni quería ser salvado. Mujer estúpida. Le resultaba insultante
que ella pensara que tenía el poder de convertirlo en un conejo encogido
como el resto de su especie.
Recordando aquellos días, odio puro brotó. Él destruiría a Arabejila
en su tiempo, pero primero tendría que escapar. No iba a derrotarlo, una
vaca estúpida, una mujer que pensaba que era especial porque podía
hacer crecer las flores.
La montaña se sacudió con fuerza, y sintió una sutil diferencia casi
de inmediato. Arabejila se había vuelto su atención lejos de él y de los
tejidos de unión. Luchó contra el impulso de luchar, al entrar en pánico
cuando la explosión podría ocurrir en cualquier momento. Él estrechó su
concentración a una de las cadenas de sus ataduras. Una a la vez. Tendría
que abrirse camino a través de su encadenamiento para escaparse.

~ 114 ~
Mitro trató de recordar cada detalle que pudo sobre su reciente
encuentro con Arabejila. Le había impresionado. Horrorizado, incluso.
Estaba tan seguro de que ella había muerto. Ella no había respondido ni
hablado con él y él no había buscado en su mente cuando tuvo la
oportunidad. Se quedó muy quieto, extendiéndose con cuidado. Si supiera
lo que las palabras le habían atado, él podría deshacer los tejidos con
bastante facilidad. Sólo tenía que entrar en su cabeza. Ella era su
compañera. Su sangre podría responder a la llamada, pero su toque
tendría que ser delicado.
Él apisonó hacia abajo toda su ira, no era una tarea fácil cuando
Arabejila tenía la culpa de todo lo que había salido mal en su vida y él ya
estaba conspirando para matarla a ella y a todos a los que ella podrían
importarle. Su contacto en los tejidos gruesos era muy cuidadoso,
buscando un vínculo con ella. Su sangre se agitó, pero permaneció fría.
Silencio. Vacío. No había ningún contacto en absoluto. Si él no lo supiera,
diría que estaba muerta.
Desconcertado, cambió de táctica. El sentido de urgencia creció
cuando la montaña retumbó, vomitando gases. Debajo de él, la tormenta
de fuego creciente amenazaba con romper. De pronto sintió una diferencia,
como si los tejidos se hubieran aflojado un poquito como si ella no tuviera
bastante para ponerlos antes de que ella fijara su atención en otra parte.
Ella lo había estado agarrando con fuerza, y ahora, aquel agarre de muerte
se había ido.
Triunfante, golpeó con fuerza, recortando a través de los tejidos. Ellos
lo sostuvieron, eran más fuertes de lo que esperaba contra todos sus
medios de asalto. Ejerció presión sobre sus ataduras, luchando contra el
pánico, con miedo de que su lucha pudiera atraer la atención del cazador.
Danutdaxton se había convertido en algo mucho más fuerte también, ahí
en el volcán, era esencial eludirlo.
Las uniones se apretaron una vez más, pero entonces de improviso
cayeron inesperadamente dejándolo libre. Exaltado, Mitro se elevó
rápidamente hacia la barrera, al único punto que él había pasado siglos
debilitando. Tomaría segundos para abrirse paso, y cuando el volcán
entrara en erupción, él iba a salir por la salida de aire con los gases. La

~ 115 ~
alegría barrió a través de él. Júbilo. Triunfo Nada, ni nadie, podría
detenerlo.

***
Dax atravesó el volcán furioso, moviéndose tan sólo como un dragón
podría a través de las cámaras inferiores, hacia arriba, hacia la barrera.
Sintió la diferencia sutil en la tierra, un vertido de confort, una mano
suave acariciando el volcán, aliviando la creciente explosión catastrófica
que habría volado la tapa de la montaña y arrasando todo por kilómetros.
¿Arabejila? Él envió su pregunta, pero estaba seguro que ella se había
ido hacia mucho tiempo pasando a la Tierra. Él había sentido su muerte.
Había sentido el luto de la montaña cuando ella se fue. Su sangre debería
haber llamado a la de ella si hubiera estado viva. Sin embargo, la
sensación de ella, la acogida, el poder... todo estaba allí. Más aún.
El silencio saludó a su llamada. Si Arabejila hubiera estado cerca... y
él sabía que alguien estaba tratando de calmar el volcán... sus
intercambios de sangre le habrían permitido llegar a ella. Habían sido
amigos mucho antes de la traición de Mitro, pero sus siglos de viajar
juntos había profundizado la amistad aún más. Estar cerca de Arabejila le
había permitido cierta emoción. Ella había sido única de esa manera,
proporcionando consuelo a los guerreros de su pueblo... y Dax había sido
guerrero prácticamente desde que nació. Tenía un don para desentrañar el
mal. Podía olerlo, ver en su interior, y desde el momento que conoció a
Mitro había visto en el interior de su corazón podrido.
El volcán susurraba para él mientras se movía a través de las
cámaras de escaldado, le dijo de una mujer, poderosa, curadora, una
verdadera hija de la tierra. Dax supo el momento en que ella sumergió las
manos en el suelo... el volcán respondió con un aleteo de actividad. Sintió
la reacción instantánea, no sólo del volcán, el suelo, el corazón mismo de
la tierra, también en su propia sangre. Familiar, y todavía desconocida.
Arabejila, sin embargo, ahora... más. Esta mujer era una fuerza a tener en

~ 116 ~
cuenta. Donde Arabejila era suave hasta la médula, esta mujer tenía un
núcleo de calor y el fuego.
Él continuó avanzando a través del laberinto de lava, -formado por los
tubos huecos y cuevas- subiendo hacia la barrera. Sin duda Mitro pensó
que podría escaparse con la explosión del volcán, directamente a través de
ese pequeño espacio que el vampiro había trabajado por siglos para
adelgazar. Dax siempre estuvo al tanto de la labor de Mitro.
Él nunca cogió al no-muerto trabajando para diluir la barrera, y todos
los rastros fueron retirados, pero Mitro no había contado con una cosa... el
intenso vínculo de sangre entre compañeros. Mitro había llenado
deliberadamente la montaña con su maldad, por lo que sería imposible
para Dax detectarlo, no con su aroma impregnado en cada piedra de gran
nitidez y baño de fusión. Lo había hecho demasiado tarde para que esta
vía de escape uno. No había considerado que Arabejila y Dax habían
intercambiado sangre con tanta frecuencia a lo largo de su búsqueda de
Mitro lo largo de los siglos, y la primera vez que había comenzado el
proceso de adelgazamiento, Dax podría utilizar ese vínculo de sangre para
cazarlo. Dax había marcado el punto en su memoria.
La sangre de Arabejila continuamente llamaba a Mitro y como la
tierra reivindicada a Dax cada vez más como su hijo, su sangre había
comenzado a hacer lo mismo. Sólo tenía que escuchar. Ahora, con el alma
del dragón morando en él también, tenía una ventaja adicional que no
tenía antes... sus sentidos de la vista y el olfato estaban muy por encima
de lo que habían sido. El calor del volcán le alimentaba en lugar de
drenarlo. El Anciano y Dax se habían hecho mejor compartiendo el mismo
cuerpo y los todos sentidos. En este momento, sabía exactamente dónde
estaba Mitro. Podía sentir al vampiro luchando contra las ligaduras que la
mujer había puesto en él.
Mitro se había colocado directamente en aquella estrecha barrera,
justo donde Dax estaba seguro que lo haría. Dax envió un pequeño
agradecimiento a la mujer y a Arabejila. Por fin iba a destruir al vampiro y
su deber para con su pueblo estaría hecho. Él sería libre de ir a la otra
vida. Se movió con rapidez, en constante aumento, sinuoso camino a
través del laberinto de kilómetros de las cámaras. Las piscinas de magma
burbujeaban siniestramente. El vapor y el calor se arremolinaron juntos

~ 117 ~
para crear en una densa niebla. Él usó los ojos del dragón ver su camino a
través de la tormenta, corriendo del volcán para llegar a Mitro mientras él
estaba atrapado.
El volcán tomó una respiración profunda, el apaciguamiento del
torbellino, una calma terrible, que anunciaba una violenta tormenta. Dax
sintió el momento exacto en que la mujer volvió su atención de sostener a
Mitro a la supresión de la explosión catastrófica. No podía culparla, ella
tenía gente que salvar... cuando lo hizo. Él aumentó su velocidad,
corriendo a través de las últimas dos cámaras que llevaban a ese punto
debilitado donde sabía que Mitro estaría.
Él oyó la risa alegre de Mitro cuando los vínculos se desprendieron y
surcado hacia el punto debilitado de la barrera. Dax lo golpeó desde el
lado, chocando contra el cuerpo del muerto-viviente, conduciéndolo hacia
abajo y lejos de su objetivo.
Mitro gritó de frustración y cólera, tratando de retroceder lejos, para
conseguir distancia entre ellos. Dax era demasiado fuerte, demasiado
rápido y él se quedó cerca pecho contra pecho, conduciendo su puño
profundamente, penetrando a través de los músculos, hueso y el tejido que
conducían hacia el corazón.
Dax miró fijamente los negros ojos de Mitro, los ojos de la locura, un
monstruo sin alma. Él había nacido defectuoso y deliberadamente había
destruido todas las cosas buenas en su vida. Dax sintió el borde de ese
marchito, y ennegrecido corazón. Las duras uñas de diamante rasgaron
profundamente, rasgando a través del pecho del vampiro en un esfuerzo
para rodear el único órgano que garantizaría la desaparición de Mitro.
Mitro gritó y golpeó, rastrillando sus garras en la cara de Dax,
excavando largos surcos desde el ojo a la mandíbula. Dio un profundo
puñetazo en el pecho de Dax, tratando de llegar al corazón del cazador
Carpato, antes que pudiera extraer el de él.
La roca se fusionó con la caliente erupción de la cámara, disparando
alto, estrellándose contra la barrera erigida por Arabejila. El calor era tan
intenso que la barrera claramente se estaba derritiendo y junto con ella,
su piel. La cara de Mitro se inclinó como si hubiera crecido demasiado
delgada, deslizándose de su cráneo y huesos. Dax sabía que su propia piel,

~ 118 ~
aclimatada al volcán, No podía resistir mucho tiempo el enorme calor
desde el núcleo mismo de la tierra. Pero no le importaba.
Nada importaba excepto destruir a Mitro. El vampiro podría
arrancarle el corazón a Dax y tirarlo a la burbujeante piscina naranja y
roja de roca caliente subiendo constantemente hacia ellos, y bien valdría la
pena si al mismo tiempo Mitro se habría ido de este mundo. Los dedos de
Dax cavaron más profundo, alcanzando corazón del vampiro, cuando Mitro
hizo un agujero más ancho en el pecho de Dax. Por un momento se sintió
como si el vampiro estuviera haciendo estragos en su cuerpo con un
cuchillo sin filo, pero Dax corto todo el dolor y se centró en el trabajo a
mano.
Dax cerró los dedos alrededor del ennegrecido corazón y comenzó a
extraerlo. El vampiro gritó, enloquecido, enfurecido, rasgando el rostro y
los ojos de Dax con una mano mientras seguía el túnel con la mano en el
pecho de Dax, en un esfuerzo para matarlo antes de que fuera demasiado
tarde.
Dax apretó el corazón libre del cuerpo y, mirando directamente a los
ojos de Mitro, dejó caer el órgano inútil en el pozo de fuego a continuación.
No sentía ninguna animosidad hacia el vampiro, no sentía el triunfo o la
tristeza. El órgano deteriorado se incineró en el momento en que golpeó el
caldero burbujeante de roca fundida.
Pero en lugar de derrumbarse, sin vida, en los brazos de Dax como el
vampiro debía hacer una vez que su corazón estaba destruido, los labios
de Mitro retrocedieron en una parodia de una sonrisa, retrayendo sus
ennegrecidas y dentadas encías, con sus manchados dientes chasqueando
junto con un sonido ominoso de un chasquido. Triunfante, vil, y, todavía
muy vivo, el vampiro de repente se inclinó y hundió sus dientes en la
garganta de Dax.

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Capítulo 7
Traducido por: Andrómeda
Corregido por: Maxiluna

Poco a poco el cielo se oscureció, una gran sombra se elaboro


lentamente por encima. Un fuerte estruendo anunció la agitación continua
de la tierra. Una densa nube de ceniza entró en erupción, disparando
directamente hacia el cielo como una torre de color negro voluminoso,
expandiéndose y agitándose a medida que ascendía. En cuestión de
minutos, la oscuridad era casi impenetrable. La lluvia empezó a caer, una
ráfaga rápida de gotas de polvo.
Exhausta, mentalmente y físicamente, Riley apenas podía levantar la
cabeza. Su cuerpo se sentía pesado, carente de toda fuerza. Se arrodilló en
el suelo, tratando de pensar qué hacer a continuación, pero su cerebro se
negaba a trabajar. Ella miró de manera borrosa a los tres hombres a través
del velo de oscuridad. Parecían deformes, de la cabeza a los pies. Los tres
se acuclillaron en el suelo, tratando de sobrellevar los incesantes
temblores. Se dio cuenta de que las gotas no eran en absoluto de agua,
sino una ceniza pesada, un polvo que cubría sus cuerpos, cubriendo las
montañas, los árboles, cada pedacito de follaje que los rodeaba, lo que
hacía imposible mirar hacia arriba.
Un rayo agrieto el cielo. El trueno estrellándose. La electricidad
crepitaba alrededor de todos, las chispas bailaban alrededor de sus
cuerpos mientras halos rodeaban sus cabezas. El sonido de las balas de
cañón explotando herían sus oídos y retumbaban en su cabeza. El olor a
azufre saturaba el aire.
Ben se puso en pie, tratando de equilibrarse cuando la tierra rodó
despiadadamente. — Tenemos que hacer una carrera por él. No podemos

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quedarnos aquí. Estamos demasiado cerca. — Tosió, cubriéndose la boca y
la nariz. La ansiedad superó su voz, pero él claramente estaba tratando de
mantenerlos unidos.
— Ben, — dijo Jubal, su voz tranquila y firme. — No se puede escapar
de un volcán. No va a ayudar a el que no desvanezcamos. Estamos seguros
o no lo estamos.
— Si tenemos suerte, la explosión principal estará en el otro lado de la
montaña y sobreviviremos si puedo construirnos un refugio lo
suficientemente rápido. Esperemos que Miguel y los demás estén fuera de
la zona de peligro, — Riley trató de asegurarle, cuando ni siquiera ella
misma estaba segura.
Ben miró boquiabierto y luego explotó por el miedo y la indignación.
— ¿Un refugio? ¿Me estás tomando el pelo? ¡Eso es un volcán! ¡Si nos
quedamos aquí, nos vamos a morir!
— Ella no está hablando de una tienda de campaña, — espetó Gary.
— Y si corremos, estamos definitivamente muertos, — agregó Jubal
con calma. Se volvió a Riley. — ¿Riley? ¿Puedes hacerlo? Realmente
necesito ese refugio y realmente lo necesitamos ahora.
Riley se sentó sobre sus rodillas y se limpió la ceniza que caía en su
cara con una mano cansada, tratando de encontrar fuerza para pedir a la
Madre Tierra una vez más. Ella cerró los ojos. Ella no estaba segura de
poder hacer nada para salvarlos. Había venido aquí para detener el mal en
el mundo, pero hasta ahora, lo único que había hecho era un error. Ella
había fallado en salvar a su madre, ella fallo al mantener el mal enjaulado,
no pudo detener el volcán. Las probabilidades eran que no podría
salvarlos, también.
A pesar de que ella lo había sugerido la idea de que podía construir
refugios suficientes para poder sostener un volcán, efectivamente, parecía
tan ridículo como Ben había declarado. ¿En qué había estado pensando?
Ella respiró hondo y tosió, con el pecho apretado, los pulmones
quemándose.
— ¿Riley? — Jubal aguijoneo.
Ardientes rayos de roca fundida eran arrojados al aire y se
precipitaban hacia ellos. Escoria rojo púrpura y piedras candentes cayeron

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sobre ellos. Cubriendo sus cabezas, los tres hombres estaban tratando de
escudar a Riley con sus cuerpos. Oyó a Gary jadear cuando una piedra
golpeó su espalda. Otra roca rebotó cerca de la cabeza de Ben.
Jubal tenía razón. Ellos morirían si trataban de correr y morirían si
permanecían allí sin un refugio aprueba de volcanes. Si construir uno era
remotamente posible, tenía que resolverlo inmediatamente...
Riley cubrió su boca y nariz para tratar de tomar un poco de aire
limpio y luego una vez más metió las manos en el suelo. Había
desesperación en su voz mientras cantaba.
— Cuadrado, cuerno de la abundancia, eje, guadaña, sal y escudo,
hago un llamamiento a la fuerza de Auriel. — Las palabras salieron por su
propia voluntad y se sentían bien. Se sentía como si estuviera tocando un
recuerdo largamente olvidado.
Para su sorpresa, el suelo comenzó a subir, siguiendo el círculo de sal
para formar gruesos muros de piedra y tierra, en plena expansión,
pasando por encima de sus cabezas, curvándose y creciendo hasta que
estuvieron en el interior de una cueva.
— Ágata3, jaspe4, turmalina5, hagan una línea en este lugar para que
ninguno pueda quemarse.
Había cenizas en todas partes, en su boca y nariz, obstruyendo su
garganta. La lluvia de piedras incandescentes continuó, haciendo hoyos
profundos en la tierra a su alrededor y enviando metralla caliente sobre
ellos. Una pequeña fisura se abrió, corrió directamente hasta el círculo de
protección, pero se detuvo abruptamente.
Riley cerró los ojos, enviando una oración que la hiciera tener la
fuerza para hacerlo. Sintió a la tierra respondiendo a su contacto, un
consuelo que se estaba convirtiendo rápidamente familiar. Alrededor del
círculo de protección las paredes continuaron creciendo, revistiendo a la
solida piedra para añadir grosor, dando una protección adicional contra

3Ágata: no es un mineral específico, sino un conjunto de variedades micro cristalinas del cuarzo
(sílice). En realidad, son variedades de calcedonia que presentan bandas de varios colores poco
contrastados.
4Jaspe: es una de las distintas piedras que existen en el mundo.
5Turmalina: es una piedra preciosa.

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una sobre calentada explosión. Las paredes subieron más, curvándose
para formar un techo sobre sus cabezas. Sólo una abertura estrecha se
mantuvo.
— Rubí, granate, diamante fuerte, Manténgannos a salvo del peligro
de fuego. — Mientras cantaban, todos los colores del rojo fuego se
alineaban en las paredes y comenzó a construir una puerta en la entrada.
El rugido del exterior se atenuó, aunque los temblores continuaron
implacablemente hasta que el último espacio abierto que faltaba fue
cerrado y sellado. Riley se desplomó en el suelo, en la oscuridad, mientras
que la tierra daba vueltas y vibraba. Ella estaba tan agotada que no podía
pensar. Ella había hecho todo lo posible. Ellos podría sobrevivir o no.
Había logrado protegerlos de los gases y de todo lo que caía sobre sus
cabezas, pero si la montaña explotaba y la lava sobre calentada
encontraba su cueva, no importaría si estuvieran dentro o no, el calor
podría derretir la roca y probablemente sofocarlos antes de que la lava
ardiente los encontrara.
La oscuridad era absoluta en la caverna que Riley había creado. Jubal
encendió una luz, colocándola en el suelo. El techo y las paredes brillaban
con piedras preciosas, emitiendo un brillo hermoso, casi relajante.
Jubal miraba los alrededores de la cueva forrada en piedras con
asombro. — Increíble, Riley. Si conseguimos salir de esta con vida o no,
déjame decirte gracias ahora.
Gary le entregó una botella de agua que sacó de su mochila. — Toma,
bebe esto. Debes estar agotada.
Riley descubrió que apenas podía levantar la mano para coger la
botella. Sus brazos se sentían como plomo y sacudieron casi tan duro
como el suelo. — Si la montaña realmente sube, no importará. Lo sabes,
¿Cierto?
— Tu lograste construirlo, nos protegerá de las cenizas y los
escombros, — indicó Jubal. — Creo que minimizaste la explosión y la
empujaste lejos de nosotros.
— Esto es una locura, — Ben exclamo. — ¿Cómo pudiste hacer esta
cueva de la nada? ¿Qué eres? Si alguien me hablara de esto, nunca les
creería.

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— Hay un montón de cosas en este mundo que a las personas les
cuesta mucho más creer, — dijo Gary. — Es más fácil descartar los
incidentes como las fantasías o fingir que no sucedieron. Riley obviamente
tiene un don...
— Eso no es don, — dijo Ben. — Nadie puede hacer lo que hizo. ¿Es
esto una especie de magia negra? no es que yo crea en eso, tampoco, pero
he visto algunas cosas raras cuando he viajado, pero esto... — Se
interrumpió de nuevo.
Riley le echó un vistazo a su cara. En las sombras, su rostro parecía
arrugado y estresado. No podía culparlo. Ella había crecido viendo las
cosas extrañas que su madre podía hacer, pero incluso cuando era niña,
había conocido a otros que nunca aceptarían que las plantas crecían bajo
los pies de su madre cuando caminaba y le tendía una mano cuando
estaba cerca. En realidad no había una explicación que pudiera dar a Ben
y que tuviera sentido. Las cosas que su familia podía hacer eran normales
para ella, pero claramente no lo eran para los demás.
— Llámala psíquica, — dijo Jubal. — Ella tiene una afinidad con la
tierra y responde a ella. Esperemos que esa conexión sea lo
suficientemente fuerte para dirigir la explosión volcánica lejos de nosotros.
— ¿Afinidad con la tierra? ¿Dirigir la explosión del volcán? Eso es
mentira, — dijo Ben. — Es imposible. Acabo de ver suceder una locura
increíble con mis propios ojos, pero maldita sea, eso es imposible.
Gary subió la ceja. — ¿Lo es? ¿Cómo sabes lo que es posible y lo qué
no lo es? En Indonesia, las personas creen que su sultán ha domesticado y
calmado volcanes durante siglos. Están seguros de que puede protegerlos
de la furia de la erupción. Y todos hemos visto sucesos inexplicables en
este viaje.
Mientras hablaba, fuera de la cueva, más piedras y escombros
golpearon el techo, aterrizando con una sorprendente fuerza. Riley resistió
el impulso de taparse los oídos. Cada golpe brusco le enviaba a su corazón
duras sacudidas en el pecho. El miedo sabía a cobre en su boca.
Una explosión los sacudió por segunda vez, la montaña
estremeciéndose, los hizo tambalearse de un lado a otro. Riley se aferraba
a la tierra, enterrando sus dedos profundamente, tratando de obtener una

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idea de a donde había ocurrido lo peor de la erupción y de lo grande que
había sido. Al mismo tiempo, trató de usar el suelo para anclarse. Así
como estaban las cosas, ella le cayó encima con fuerza sobre Gary,
golpeando su cabeza contra la suya. Sus gafas salieron volando. Ben cayó
sobre la mochila de Annabel, golpeando su hombro en la pared forrada de
piedras preciosas de la cueva. Jubal fue el único que mantuvo una
apariencia de equilibrio, cabalgando las olas de las protuberancias de la
tierra como si estuviera surfeando sobre sus rodillas.
— ¿Están todos bien? — Preguntó Jubal.
Todos asintieron, la impresión haciendo mella en sus voces.
— Eso sonó muy lejos, — aventuró después de unos minutos.
El corazón de Riley se estabilizó en un ritmo estable. Tragó saliva
varias veces, poniendo a prueba su capacidad de hablar. — Se sintió muy
lejos, al otro lado de la montaña. Puedo decir que hay varios respiraderos
abriéndose y liberando la presión, la explosión no fue tan catastrófica, pero
fue más como un eructo. Pero está fuera. — Ella se encontró con la mirada
grave de Gary. — No lo pude contener y calmar al volcán al mismo tiempo.
Así que si estamos en lo correcto y aquella explosión fue en el otro lado de
la montaña y conseguimos no quemarnos, tendremos que lidiar con eso,
sea lo que sea.
Ella probó la amargura del fracaso. El miedo se deslizó por su
espalda, pero en lo profundo de la tierra, sus dedos se cerraron y se
aferraron firmemente a... la esperanza. Ella captó la presencia esquiva de
otro. Un macho. Poder. Fuerza. Sin embargo, su toque fue sutil, era un
hijo de la tierra, como lo era ella. Al momento sintió confort. No estaba
completamente sola en el mundo. Tuvo una breve visión de calma. De
determinación. De alguien que nunca se rendiría, ni retrocedería.
El aliento se le quedó atascado en la garganta. Por un momento
pareció tocar su mente, un trazo, nada más en el interior de su mente, una
caricia. Ella sabía que él era tan consciente de ella como ella de él. Él no se
sentía en absoluto como nada maligno. Esto era tan diferente. Gentil.
Tenía la muy vivida impresión de un ser poderoso que no temía de su
propia fuerza y completa confianza. Quiso aferrarse a él por un momento,
un fuerte anclaje en un mundo explosivo y caótico y loco a su alrededor.

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Él se había ido antes de que pudiera atrapar su camino. Un grito
suave, en protesta escapó de sus labios. Había sentido la esperanza por
primera vez. En ese breve momento, ella no podía explicarlo, pero no
estaba tan sola. Él entendía el susurro de la tierra, la información que
recopilaba cuando ella hundía sus manos profundamente en el suelo, esa
afinidad completa y la necesidad, incluso la compulsión, de cuidar las
plantas y el medio ambiente a su alrededor. Ella era la guardiana, la
centinela y en algún lugar otro recorría el mismo planeta y mantenía el
mismo trabajo.
Se le ocurrió que estaba un poco loca tras el asesinato de su madre,
que había sufrido algún profundo brote psicótico y apenas pudo tragarse
la burbuja de risa histérica. No podía permitirse el lujo de perderse. Ahora
no.
— Cualquiera que sea la entidad del mal, se siente masculino para
mi, habla el mismo idioma que el portero cantaba cuando mató a mi
madre. Y creo que logró escapar con la explosión. — Ella tragó saliva, sus
ojos se encontraron con los de Jubal. — Lo siento. Hice lo que pude. Si mi
madre no hubiera muerto tal vez ella hubiera podido haber hecho más.
Ben se levantó con cuidado, arrastrándose a través de la suciedad
para ponerse de espaldas a la pared, con cuidado de mantener sus
movimientos escasos.
— Alguien tiene que decirme qué demonios está pasando aquí. — Él
se echó el pelo hacia atrás con su mano llena de cenizas. — Porque me
siento un poco como si estuviera volviéndome loco. ¿Ella realmente detuvo
el volcán? Quiero decir, ¿todavía estamos con vida no es así?
— Por el momento, — dijo Gary. — Creo que se las arregló para
minimizar la explosión y dirigirla hacia el otro lado de la montaña. Las
rejillas abiertas de ventilación más cerca a nosotros son sólo para aliviar la
presión.
— ¿Cuánto tiempo ha tenido esta habilidad en particular? —
Preguntó Ben, su tono de voz entre temerosa y sarcástica.
— Desde que murió mi madre, — dijo Riley, sintiéndose un poco
distraída. Quería rozarse contra ese sentimiento elusivo de confort, fuerza
y coraje sólo una vez más. Atrapada en una cueva, a la espera de ser

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cocinada hasta la muerte, agotada mas allá de lo que había conocido, ella
quería acurrucarse en posición fetal y esconderse.
— ¿Cómo hiciste esto? — Exigió Ben. — ¿Eres una especie de
adoradora del diablo? No se puede hacer crecer una cueva sobre su cabeza
o detener a un volcán de que explote.
— Está claro que yo no detuve el volcán, — señaló Riley. — Y esta es
la segunda vez que me acusas de adorar al diablo y realmente no lo
aprecio. Tienes razón aquí. Has visto todo lo que hice. Llamé al Universo,
no el diablo. — Ella no pudo evitar el cansancio o disgusto en su voz y no
era del todo justa con Ben. Teniendo en cuenta todo lo que había
sucedido, el miedo y la necesidad de arremeter eran comprensibles. Si todo
el mundo no estuviera buscándola para salvarlos, podría tener la tentación
de arremeter, también. Por otra parte, ¿Cómo podía explicarle a él lo que
estaba sucediendo cuando ella misma no lo entendía?
Una profunda pena manó sin advertencia y ella parpadeó contra una
ráfaga caliente de lágrimas. Ella quería a su madre, la necesitaba. Todo
estaba sucediendo muy rápido y Riley no tenía ni idea de lo que estaba
haciendo.
Gary intervino suavemente. — Cálmate, Ben. Yo sé que lo que está
pasando parece una locura, pero sólo porque nunca antes te has
tropezado con algo como esto, no lo hace menos real o menos peligroso.
Luchar entre nosotros sólo va a empeorar las cosas. Jubal y yo hemos sido
testigo de cosas que envían la mayoría de la gente gritando de camino
directo al manicomio. Pero la verdad es que el mal existe, los monstruos
vienen detrás de nosotros en la noche y la gente como Riley son a veces las
únicas que se interponen entre nosotros y la aniquilación total. Me
gustaría que no hubieras tenido que ser parte de esto, pero por desgracia
para ti, que eres un hombre valiente, decidiste proteger a Riley en vez de
huir como los demás. Esa elección, aunque admirable, te ha puesto en
peligro y te expone a poderes más allá de tu comprensión. Mientras tú
andes con nosotros, vas a estar en el medio de esto y puedo casi garantizar
que va a empeorar antes de que mejore. Así que tenemos que mantener la
calma y deja en paz a Riley. Que le dispares a ella no va a ayudar a
cualquiera de nosotros.

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Riley tuvo que admirar su calma, explicando los hechos. Había algo
muy tranquilizador sobre Gary. Sin dramas. Sin ego. Sólo su presencia.
Tomó otro sorbo de agua. Su garganta se sentía seca, su cuerpo sediento.
Ella necesitaba... no sabía lo que necesitaba. Sólo que de repente se le
antojo algo. A pesar de su cansancio, su sangre estaba en llamas,
corriendo por sus venas, su pulso saltando, encontrando un ritmo extraño.
Se sentía más viva de lo que nunca estuvo y no tenía idea de si era
porque el volcán había vuelto a la vida dramáticamente, respirando fuego o
si era porque se había conectado con alguien que le había dado un breve
momento de consuelo en medio de la locura total. Tal vez fue la intensidad
de sus emociones, el miedo, el dolor, la adrenalina. Fuera lo que fuese, se
sentía casi tan vibrante como se sentía cansada.
— Es difícil envolver mi cabeza alrededor de todo esto, — dijo Ben con
voz tranquila. — Lo gracioso es que yo siempre he estado interesado en el
folklore, todo desde Pie grande, al Yeti, a los hombres lobo y los vampiros y
he viajado por todo el mundo en un esfuerzo por demostrar que donde hay
humo hay fuego. He estado en un mini submarino en la búsqueda del
monstruo del Lago Ness. Lo que sea, si era inexplicable, lo fui a buscar,
pero después de todas las decepciones, yo realmente ya no creería más.
Tal vez nunca lo hice. Pero esto... — Él sacudió la cabeza y se pasó la
mano sobre su boca. — Me quedo contigo, aunque tengo que decirte que
estoy un poco asustado.
Jubal le sonrió, un destello de dientes blancos en su cara ennegrecida
por la ceniza. — Bienvenido a nuestro mundo. Estarías loco si no tuvieras
un poco de miedo.
Riley se empujó hacia arriba y se arrastró hacia la pared del fondo
frente a los tres hombres. Ella levantó las rodillas y apoyó la barbilla en
ellas. — Definitivamente estoy asustada, Ben. He venido a esta montaña
varias veces y nada como esto había pasado antes.
Ben le envió una sonrisa forzada. — Gracias por la cueva, sin
embargo tú lo conseguiste. Fusionarme con lava caliente no es la forma en
que la que quiero terminar.

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Trató de encontrar una sonrisa y esperaba que lograrlo. — Las nubes
piroclásticas6 no son exactamente mi idea de diversión, tampoco.
Jubal se aclaró la garganta. — ¿Estás segura de que lo que estaba
encerrado en el volcán fue capaz de conseguir escapar?
Riley asintió a regañadientes. — Él está libre. No pude retenerlo. —
Ella probó el sabor amargo del fracaso. — ¿Sabes lo que es? ¿No? —
Cuando Jubal, ni Gary tampoco respondieron, ella suspiró. — Mira,
estamos en esto juntos. Está fuera. Lo sentí. Sé que es real. Tienes que
decirme con lo que estamos tratando.
— Me gustaría saberlo, también, — estuvo de acuerdo Ben. — No
importa lo que sea, no puede ser mucho más loco de lo que ya hemos
visto.
Jubal se frotó el puente de su nariz, sus ojos se encontraron con
Gary. Él suspiró. — No importa cómo lo digamos, vas a pensar que
estamos loco.
Ben se encogió. — Ya pienso que tal vez estoy loco, tan solo con
dejarlo salir. Nada de esto parece verdadero.
Sin embargo, ambos hombres vacilaron. Riley no le gustaba la forma
en que se miraban unos a otros. Ella sintió que su pulso saltaba. Ella no
podría estar más asustada, ¿verdad? El miedo a lo desconocido es peor
que el conocimiento. Al menos así podría tratar de prepararse.
— Necesito saber lo que esta maldad es, Jubal. Le he oído hablar. Su
voz estaba en mi cabeza durante un minuto y se sentía malvada. — Ella se
estremeció. — Creo que va a venir después por mí.
— ¿Qué dijo? — Preguntó Gary.
— Él habló en ese mismo idioma que el portero uso justo antes de que
matara a mi madre. — Ella cerró los ojos, a partir de la misma memoria

6 Piroclásticas: Se denomina nube piroclástica, a una mezcla de gases volcánicos


calientes, sólidos calientes y aire atrapado que se mueve a nivel del suelo y a altas
velocidades que resultan de ciertos tipos de erupciones volcánicas. Los flujos piroclásticos
se aprecian como nubes negras a grises y son turbulentos. La velocidad de los flujos
puede ser tan baja como 10-30 km/h o llegar a los 200 km/h.5 Los flujos piroclásticos
pueden ser letales debido a su movimiento veloz y altas temperaturas, pudiendo quemar
estructuras humanas y la vegetación.

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fotográfica que le permitía reproducir el sonido de las aves y el llamado de
los animales perfectamente, le hacía una experta en lingüística. — Me dijo:
‘Arabejila. Emni hän ku köd alte. Tõdak a ho aδasz engemko,
kutenken aδasz engemko a jälleen. Andak a irgalomet terád it.’
Ella no sabía lo que eran las palabras individuales o de lo que querían
decir, pero ella reprodujo los sonidos, las inflexiones y el tono preciso y la
fetidez nauseabunda del tono hizo que todos se estremecieran.
— La única palabra que reconocí fue Arabejila. Era un nombre
familiar y muy poco usual. Mi tatara-tatara-abuela se llamaba Arabejila y
fue nombrada después de otra bisabuela.
Gary y Jubal intercambiaron otra larga mirada.
Riley suspiró. — Sólo dime lo que significa. En este punto, al igual
que Ben, no creo que vaya a sorprenderme con nada.
— Él debe haber pensado que eras alguien que él conocía, — aventuró
Gary. — Si tú tiene un antepasado que se llamaba Arabejila, cuando sintió
tu presencia, debiste haberte sentido familiar para él, lo que significa que
sus genes y dones son fuertes en ti. Probablemente cree que tú eres esta
Arabejila.
— Ningún pariente mío con ese nombre ha estado vivo por... — Se
interrumpió, mirando a Ben. Lo que había estado viviendo en el volcán
tenía que ser un mal muy antiguo. ¿Cuánto tiempo hacía que las mujeres
de su familia habían ido a un lugar remoto de los Andes y realizado un
ritual?
Ella apretó los labios con fuerza y se frotó la mejilla a lo largo de sus
rodillas. Si ese ser antiguo había sido sellado en el volcán por uno de sus
antepasados, resultaba lógico pensar que podría estar un poco enojado y
en busca de venganza.
— No importa. ¿Se puede traducir lo que dijo?
— Repite la frase para mí, — dijo. — Voy a hacer mi mejor esfuerzo.
Así lo hizo, hablando tan despacio como pudo sin afectar el ritmo y la
inflexión de las palabras.
Gary se frotó la mandíbula, miró por un momento su mano
ennegrecida, se frotó la ceniza sobre sus vaqueros y luego se encogió de

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hombros cuando sus manos permanecieron sucias. — Emni hän ku KOD
alte. Sé que significa “mujer maldita”.
— Creo que esa frase me es familiar, — dijo Riley. — El portero la
canto una y otra vez. Estaba llamando a mi madre una mujer maldita.
— Y ahora a ti, — dijo Jubal.
Riley instintivamente enterró sus dedos en el suelo, necesitando
consuelo. Ella ya sabía que esta entidad maligna podía venir después por
ella. No necesitaba que Gary dijera eso; había oído el odio y la rabia en la
voz de la cosa. Pero ella también había oído el miedo. Ella no era Arabejila,
pero si el mal le temía, Riley estaba más que feliz de reclamar su
parentesco con la mujer. — Tõdak un ho aδasz engemko, kutenken
aδasz engemko un jälleen, creo que es, no sé cómo... — Él frunció el
ceño ante Jubal. — ¿Escapado? ¿Cómo se escapó de mí?
Jubal asintió. — Eso es lo que tengo. Y algo acerca de “otra vez no”.
Gary asintió. — “No sé cómo se me escapó, pero no volverá a hacerlo.
Eso es lo más cerca que pude conseguir. Es evidente que él cree que te
conoce.”
— ¿Y la última parte? — Insistió Riley. — Andak un irgalomet lo
terád.
— Eso quiere decir: “No tendré misericordia para ti esta vez.” — Gary
dijo aquellas palabras con prisa, como si quisiera acabar de una vez.
— Entonces, ¿Quién es él? ¿Qué es? — Exigió Riley.
Gary limpió la ceniza en sus pantalones vaqueros, sin mirarla. — Me
temo que estás tratando con un vampiro. Un vampiro muy poderoso. El
verdadero asunto. Él va a arrancarte la garganta y drenarte el cuerpo
hasta secarte. Él se alimenta del sufrimiento y el terror de la gente. No hay
duda en mi mente de lo que esta encerrado en esa montaña.
Riley lo miró fijamente, con la boca abierta. No había esperado que
dijera vampiro. Los vampiros eran demonios míticos en las películas de
terror o en las novelas. Ella no tenía ni idea de lo que pensaba o qué decir,
pero ciertamente no era vampiro. Hablaba en serio, también. Ella echó un
vistazo a Jubal. Él estaba simplemente muy serio.

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— Todas esas armas que tienes, estabas esperando por esto. Es
evidente que desde el principio, lo sabías.
Gary negó con la cabeza. — No, eso no es cierto. En realidad vine a
buscar una planta en particular que pensábamos extinta. Un pequeño
grupo de aventureros habían llegado aquí el año pasado y uno tenía una
foto de la planta en su blog en Internet. Un amigo nuestro acababa de
tropezar con la fotografía y me la envió a mí, conociendo mi interés por las
plantas raras. Jubal y yo estábamos entusiasmados con él. Me puse en
contacto con el minero que describe la planta y tuve la certeza de que era
lo que estábamos buscando. Contactamos con un guía y vinimos.
— Pero nuestro guía se enfermó, — dijo Jubal. — Al igual que el tuyo
y la guía de la Dra. Patton.
— Y la nuestra, — agregó Ben.
Gary asintió. — Así que nos incluimos con todos y pensamos que ya
que todos íbamos hacia la misma área, podríamos viajar juntos y luego
irnos por nuestro propio camino, cuando llegáramos a la montaña. En ese
momento no tenía ni idea de todo lo que estaba mal.
— Empezamos a sospechar que se trataba de los no-muertos cuando
todas las cosas extrañas comenzaron a ocurrir y estaban dirigidos
claramente a tu madre, — agregó Jubal. — Hay una cierta sensación de
mal y ambos lo hemos sentido antes.
Ben negó con la cabeza. — No. De ninguna manera. He estudiado la
tradición de los vampiros en todo el mundo y voy a admitir, que hay una
parte de mí que quería creer que algo como esto existiera, como en las
películas. Me encontré con un grupo de gente en mis viajes que creían
totalmente en los vampiros y proclaman que los cazan y matan. Eran
todos unos locos. Completamente chiflados. No hay cosas tales como los
vampiros. A las personas que mataron estaban enfermos o vivían de
manera diferente o habían tenido problemas para estar afuera en el sol.
Investigué a cada víctima y ninguno de ellos eran vampiros. Las pocas
personas que actúan como vampiros, matando por sangre, se encuentran
en instituciones de salud mental para criminales dementes.
— Lo cierto es que, — agrego Gary. — Sé exactamente de la gente que
estás hablando. Yo estuve mezclado con ellos una vez, hace mucho tiempo

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y sí, matan indiscriminadamente. Ellos tienen un objetivo y luego tuercen
los hechos para adaptarse a lo que quieren creer, pero eso no niega el
hecho de que los vampiros existan.
— Si eso es cierto, — argumento Ben, — ¿Por qué nadie lo sabe?
Riley tuvo que admitir que era una buena pregunta. Ella mantuvo la
cabeza sobre sus rodillas, pero observó el rostro de Gary con cuidado. Él
realmente creía lo que estaba diciendo. Jubal también. Tampoco le pareció
una locura. Había sentido la maldad cuando metió las manos en el suelo.
Aún más, ella había oído su voz. No había forma de negarlo, por mucho
que a ella le gustaría.
— ¿Cómo pudo acceder a los murciélagos y a los monos, incluso a las
pirañas y a aquella serpiente para que tuvieran como objetivo a mi madre
si estaba atrapado en el volcán? — preguntó ella, sin esperar que Gary o
Jubal respondieran a la pregunta muy lógica de Ben. Ella creía en Gary y
era simplemente aterrador.
— Los vampiros pueden ser muy poderosos. Si éste ha sobrevivido
encerrado en ese volcán, estamos tratando con uno extremadamente
poderoso. Él ha estado alrededor por más siglos de lo que podamos
imaginar, con un poder en crecimiento.
Riley cerró los ojos un momento. Había dejado suelto algo realmente
malvado, en el mundo. — Hay historias, folklore que creíamos, sobre que
la devastación tanto de los Hombres Nube y de los Incas que vivían aquí,
que algo había matado a sus mejores guerreros y destruido sus aldeas.
Pensaron que era un dios malvado que exigía sacrificios de niños y
mujeres, sin embargo, nunca se había apaciguado. ¿Podría ser aquel viejo?
— Sí, — contestó Gary simplemente.
Riley quería acurrucarse en una bola y colocarse en la comodidad del
suelo. No había tenido tiempo para llorar a su madre y se sintió abrumada
por la tristeza tan abruptamente que apenas podía pensar. Ella no quería
pensar. Ella no quería hablar ni oír nada más. Ella quería ser una niña y
taparse los oídos. Suspiró en su lugar y obligó a su cuerpo cansado a
sentarse derecho. — Entonces, ¿Llevas estacas contigo como armas? —
Fue un intento a medias de humor, lo mejor que pudo dadas las
circunstancias.

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Ben rió por lo bajo. — ¿Estacas de madera? ¿Me estás tomando el
pelo?
— Las estacas no funcionan, — dijo Jubal. — Hay que quemar el
corazón. Se les puede disparar, apuñalar, estacarlos e incluso cortarles la
cabeza, pero si no quemas el corazón, pueden regenerase a sí mismos.
Un gemido escapó de ella. Por supuesto que habría que quemar el
corazón. Cualquier otra cosa sería demasiado fácil.
Ben rodó los ojos. — Ahora sé que estás loco.
— Me gustaría poder decir que me lo estoy inventando, — dijo Gary.
— Pero no lo hago. Todo el mundo está en peligro ahora. Todos nosotros.
Cada miembro de la tribu. Todos los miembros de nuestro grupo que
trataron de alejarse del volcán. Él va a estar buscando sangre y va a matar
a cualquiera que encuentre. No sólo va a tomar sangre, él va a tomar sus
recuerdos y aprenderá a un ritmo rápido para encajar en cualquier lugar
al que vaya. Su falta de conocimiento de los siglos pasados no significara
nada en cuestión de días.
Riley pasó la yema de un dedo hacia de un lado a otro sobre su ceja,
tratando de aliviar el inicio de un dolor de cabeza. — Entonces tenemos
que encontrar a los otros y asegurarnos de que están a salvo.
Ben frunció el ceño. — ¿En realidad te estás creyendo esto? Un
honesto Dios vampiro que no puede morir, incluso si introduces una
estaca en su corazón. Incluso si lo apuñalas o disparas.
Ella asintió lentamente. — No quiero creerlo, Ben, pero lo haré. Esos
animales se comportaron totalmente en contra de su naturaleza y algo los
llevó a asesinar a mi madre. Por lo tanto, llámalo como quieras llamarlo,
pero me gustaría saber cómo matar lo que sea que sea esto. Quiero saber
exactamente qué esperar cuando me encuentre con él, porque no quiero
más sorpresas.
Ben frunció el ceño pero asintió. — Supongo que tienes razón.
— Los vampiros pueden ser muy astutos, — explicó Jubal. — Son
maestros de la ilusión. Parecen ser encantadores y guapos, pero en
realidad, ocultan lo que son. Ellos pueden entrar dentro de tu cabeza y te
hacen hacer lo que ellos quieran. Vas a ir a ellos cuando lo manden y les

~ 134 ~
permitirás arrancarte la garganta. Les darán a tus hijos o a cualquier ser
querido, si así lo exigen.
— Genial, — dijo Riley. — El peor monstruo imaginable, ¿no? Eso es
lo que estás diciendo. Sola dices eso. Así, junto con una pistola necesito
un lanzallamas. Me di cuenta de que tenías uno, Gary. ¿Puedo pedirlo
prestado? Estoy bastante segura de que soy yo a la que el vampiro no le
gusta. Él lo dejó bastante claro.
— Yo digo que nos larguemos de aquí el momento en que podamos, —
dijo Ben. — Sea lo que sea puede vivir de las pirañas.
— Pero él no lo hará, — dijo Gary. — Un vampiro se alimenta de los
humanos.
— Estoy de acuerdo contigo y Riley debe salir de aquí lo más rápido
posible, — dijo Jubal. — Tenemos que encontrar a los otros y salir de la
selva tropical e ir de vuelta a la civilización lo más rápido posible.
— ¿Alguien ha considerado cómo vamos a salir de aquí? — Aventuró
Ben.
Riley sintió sus ojos sobre ella. Si el vampiro no podía entrar, ella
podría considerar quedarse por un tiempo muy largo. Ella se encogió de
hombros. — No lo sé, pero ni siquiera estoy segura de que sea seguro salir
todavía. La tierra sigue temblando y cuando puse las manos en el suelo,
sentí calor.
Mientras hablaba, ella metió las manos profundamente en el suelo. Al
igual que antes, su cuerpo reaccionaba a la energía enroscándose
alrededor de sus palmas y dedos. Ese calor calmante se filtró en sus poros.
Se quedó muy quieta y escuchó. El suelo crujía y gemía, susurró en voz
baja. Ella captó el sonido de la voz de su madre, sólo un débil eco, como si
ella se riera y las notas alegres viajaran a través de las rocas y la tierra
para encontrarla. Las lágrimas obstruyeron su garganta.
Ella cerró los ojos, inhalando. Al principio pudo oír la respiración de
los hombres. Un golpe ocasional discordante resonaba en el techo sobre su
cabeza. Se obligó a bloquear las distracciones y se empujó hacia una
conciencia profunda, buscando una conexión, una forma de aprovechar
esa veta de información que parecía estar fuera de su alcance. Podía oír

~ 135 ~
rumores y sabía que si ella acabara de sintonizarse, entendería lo que
estaba sucediendo en el mundo a su alrededor.
Ella tenía un centro de mensajes dispuesto a transmitirle más
información, no había aprendido a usarlo todavía, pero cada vez que
empujaba sus manos en el rico suelo, se encontró con que se abría más a
los misterios que rodeaban a su madre. Cualquier don intercambiado de
madre a hija estaba encerrado aquí, en el suelo esperando a descubrir el
legado que le había dejado a ella. Sólo tenía que encontrar las palabras
adecuadas para extraer los secretos hacia ella. Con otros, dependiendo de
ella, tenía que averiguarlo.
Tomó otro respiro y lo dejó escapar, apartando la necesidad de acción
o de la prisa. Los hombres desaparecieron, llevándose con ellos los sonidos
de su presencia. Las paredes de la caverna se desvanecieron. El miedo y el
dolor la abandonaron hasta que sólo quedó el sonido de sus pulmones
expandiéndose y contrayéndose rítmicamente. Durante unos minutos, ella
respiró, lo que el proceso mecánicamente le permitió limpiar y abrir su
mente por completo.
Se dio cuenta de la existencia de un impulso que golpeaba en un
repiqueteo eterno, que venía del centro del núcleo de la Tierra. A través de
las yemas de sus dedos sintió una nube de gas que se expandía
extremadamente caliente y sintió una conexión íntima con esa vieja
estrella que explotaba con violencia y sin embargo, dando a luz a nuevas
estrellas, al sol y a la luna y al planeta Tierra. Ella pudo ver la creación en
su mente, la nebulosa colapsando y enfriándose hacia un aplanado,
suavemente disco girando. La superficie de la Tierra cubierta por un
océano palpitante de roca fundida.
Riley sintió el magma burbujeando bajo la superficie, el movimiento
de las placas y empujando hacia arriba a las montañas y a las raíces
extendiéndose, como grandes cadenas y las vides, las profundidades del
mar, bajo todos los continentes, que se conectaban en todas partes del
planeta justo para conectarse todos con ella. Los primeros susurros se
acercaron a ella, llenando su mente de murmullos, voces de mujeres de un
largo pasado, dándole la bienvenida a su hermandad.
Su corazón cantaba cuando reconoció la sensación familiar y
reconfortante de su madre y de su abuela

~ 136 ~
Capítulo 8
Traducido por Maia y Ariel
Corregido por Rhyss

Dax miró a los llenos de odio ojos triunfantes del vampiro. Al igual
que el volcán había cambiado a Dax, a Mitro, también, se había convertido
en algo más. Había pasado cientos de años dentro de ese ambiente
sobrecalentado, y para resistir la presión, gases y calor, Mitro había
cambiado a una forma que se adaptaba mejor. A través de los siglos, su
cuerpo se había convertido en la costra de un lagarto mutado.
Pesadas crestas disecadas en el cráneo de Mitro, atraían su piel
tirante sobre los huesos pesados. Su cabello se erguía en afilados pinchos.
Los párpados se había vuelto más pesados y sus propios ojos, las ventanas
del alma, volvían a reflejar de nuevo un negro puro, donde no se veía
blanco en absoluto, ningún alma dentro. Las cicatrices del magma
formaban pozos profundos en la mayor parte de su piel expuesta. La piel
cubierta de barro había amarilleado y despedía un tenue olor a huevos
podridos. La cámara empezó a girar. Gas venenoso se infundió del
vampiro, con piel moteada induciendo al letargo y nublando la mente.
Dax obligó a su cerebro a trabajar. El corazón marchito del vampiro
había sido incinerado, sin embargo, todavía vivía. ¿Cómo? ¿Y cómo podía
un cazador matar al no-muerto si él no murió cuando debería? En todos
sus años interminables de destruir a los no-muertos, nunca se había
encontrado con una cosa así, ni había oído hablar de ello.
La montaña tembló. Un auge reverberó a través de la cámara. Una
risa maníaca chirrió, cortando su cabeza. Mirándolo fijamente a los ojos,
Mitro condujo su puño más profundo en el pecho de Dax. Agonía, brillante
y caliente, robó a Dax el aliento. Las garras arrancaron y rompieron, con

~ 137 ~
tendones y músculos triturándose, cavando un agujero, un túnel profundo
en un esfuerzo por alcanzar el corazón latiendo del Cárpatiano.
Esa parodia oscura de una sonrisa se ensanchó, con dientes afilados
y manchados retraídos las encías corriendo hacia su cuello hasta que las
garras codiciosas se aferraron a su corazón. En ese momento todo cambió.
Dax no podía permitirse el lujo de morir, dejando a Mitro suelto en el
mundo. Dax tenía que vivir a toda costa.
Él se echó hacia atrás, ignorando el dolor que rasgaba a través de él,
tomó aire y desató un torrente de fuego directamente a la cara malévola de
Mitro. El vampiro gritó, echándose hacia atrás, girando su brazo
salvajemente mientras retiraba el puño vacío. Mitro se echó a un lado para
evitar el flujo constante de las llamas que salían de la garganta del
cazador, su grito llenó la cámara.
Sangre roja brillante se esparció por el aire desde el pecho desgarrado
de Dax. Globos grandes de ardiente sangre ennegrecida, un ácido
venenoso, desde el pecho abierto de Mitro salpicaron a través de la cámara
y quemaron en cenizas, lloviendo sobre él. Gases explotaron en bolas de
fuego, a toda velocidad a través del espacio cerrado, provocando profundos
cráteres en las paredes. Cráteres ardieron a sus pies, con más gases
nocivos aumentando junto con brillantes chorros de color rojo anaranjado
chorros de la roca.
Mitro atacó en la barrera delgada, golpeándola una y otra vez como
un carnero masacrado, esquivando las bombas de chorros de fuego hacia
arriba desde las piscinas inferiores de caliente magma. Dax saltó tras el
vampiro, alcanzándolo con la punta de los dedos para agarrar un tobillo y
empujar hacia atrás al no-muerto. Un millar de pequeñas agujas
perforaron su palma, ardiendo ante el contacto. Su primer instinto fue
dejarle ir, pero se obligó a aguantar, arrastrando al vampiro de nuevo
hacia abajo, hacia la piscina burbujeante de roca caliente.
Mitro condujo su pie en el agujero en el pecho de Dax. El dolor
explotó a través del cazador. Por un momento todo se volvió negro. Su
cuerpo se derrumbó, con su mano deslizándose del tobillo. Cayó en el aire
antes de que él lo atrapara. Mitro estaba en la barrera, apisonando su
cráneo una y otra vez en el mismo lugar. Dax se irguió para tratar de
interceptarle de nuevo.

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La montaña retumbó ominosamente, contuvo la respiración por un
segundo, y luego se calmó. La conmoción cerebral hizo patinar a los dos
combatientes. Dax se estrelló contra la pared antes de que pudiera
atraparlo. El calor quemó su cuerpo. La sangre goteaba de sus oídos. Su
visión se emborronó. La cámara se llenó de vapor gaseoso, y el aumento
repentino de la presión casi le desgarró.
En ese instante, sintió al Antiguo levantarse para protegerlo. Su
cuerpo se había acostumbrado a las condiciones del volcán lo largo de los
siglos, pero ni a él ni a Mitro le iría bien cuando el volcán entrara en
erupción y el dragón lo sabía.
El Antiguo tomó posesión rápido, con su alma aumentando,
extendiéndose hasta abarcar a Dax. Escamas de color púrpura y naranja
envolvieron primero el cuerpo de Dax, deslizándose suave y eficientemente
desde la cabeza hasta los dedos de los pies. La cáscara dura cubrió el
enorme agujero en su pecho, pero la sangre seguía filtrándose entre las
escamas, dejando manchas escarlata en el pecho.
Dax solía cambiar de forma, pero esto se sentía diferente. Cuando los
Cárpatos cambiaban, no tenían ningún sentido del cuerpo rehaciéndose
completamente, pero esta vez, estaba allí. Podía sentir su aumento de
masa, sus huesos alargándose y remodelándose. Podía sentir las alas que
brotaban de su espalda, el cuero flexible, las escamas extendidas como
velas grandes que capturasen el viento del océano. Podía sentir sus uñas
creciendo, convirtiéndose en garras como navajas con punta de diamante.
Fuerza, agilidad y una emoción cruda y primitiva corrían por sus venas. Él
no era un cazador que había asumido la forma de un dragón: era un
dragón. Poderoso. Poderoso. Maestro del fuego. Rey del cielo. Y aunque su
conciencia estaba todavía allí, el Antiguo estaba allí, también, longevo,
poderoso y mortal.
Sus alas se extendieron, y su cuerpo de dragón giró en el aire. La
larga cola surcada salpicó en la piscina de magma, lanzando rocas al rojo
vivo contra las paredes de la caverna. Pero en lugar de doler, el calor le
vigorizó, fortaleció. Él gritó en señal de triunfo y desafío y arrojó otro
chorro de fuego caliente hacia el vampiro.
Pero justo antes de que las nubes hirvientes de fuego lo envolvieron,
Mitro se convirtió en un gran dragón negro y escamoso y chocó con fuerza

~ 139 ~
contra la barrera, rompiéndola al final. Gritó su triunfo mientras la
montaña eruccionaba, con géiseres de vapor y ventilación de material
ardiente a través de los puntos finos. Hubo otro corto aliento y entró en
erupción la montaña. Enormes columnas de roca y nubes de violentos
gases, cenizas se expulsaron, rasgando a través de la cima de la montaña
y el cielo. Ambos dragones fueron a toda velocidad hacia los lados,
impulsados al lateral de la montaña por la fuerza de la explosión.
El fiero dragón rojo cayó de punta a punta a través del cielo,
desorientado, casi ciego, en el interior de la nube de ceniza ardiente y gas
extendiéndose sobre el bosque. Un relámpago agrietó el cielo. Rayas
brillantes de rojo y naranja manaron en el aire. Ceniza y negro lodo
caliente llovieron. Balas de cañón de la roca fundida se dispararon por el
aire. Un río de lava se derramó de la herida abierta en el costado de la
montaña, con aspecto de largos huesos de caramelo espeso, brillante,
retorcido y centelleante, cayendo en el bosque de abajo. Los árboles
explotaron como bombas de fuego estallando en llamas.
Ojos que brillaban intensamente traspasaron el velo de la nube de
ceniza oscura y mancharon al dragón negro que luchaba. Alas rojas se
agitaron en golpes poderosos, lanzándolo por los aires. La experiencia fue
diferente a cualquiera que Dax hubiera compartido nunca. Era Dax con el
Antiguo, mirando, sintiendo y pensando con él, pero al mismo tiempo
estaba separado. Se sentía más, como si su conciencia fuera un visitante
en el cuerpo del dragón. El cuerpo no era el suyo, y sin embargo lo era. La
dualidad lo dejó sintiéndose aturdido y un poco desconectado.
Sin embargo, a pesar de la extrañeza de su situación actual, Dax se
mantuvo muy consciente de la sangre que goteaba a través de las escamas
que cubrían el pecho del dragón. Mitro había herido gravemente a Dax, y
se había llevado la herida de nuevo a través de la transformación. Dax
sabía que necesitaba detener la pérdida de sangre, y pronto. El dragón, sin
embargo, se preocupaba poco por la pérdida de líquido de su pecho.
La furia y dominación consumían la mente del Antiguo mientras
corría hacia el vampiro que forcejeaba y que tenía la apariencia más que la
verdadera forma de un dragón negro. Dejando el resto y usando la nube de
cenizas para la cubierta, el Antiguo montó las corrientes ascendentes
sobrecalentadas del volcán para elevarse por encima de Mitro. Cuando se

~ 140 ~
colocó por encima del dragón negro, el Antiguo escondió sus alas
apretadas y planeó, disparándose hacia abajo, hundiéndose en el humo y
las cenizas a una velocidad mortal.
Mitro levantó la vista justo cuando el dragón rojo extendió sus alas y
llevó su patas delanteras y traseras alrededor, con garras extendidas para
atacar. Al principio Dax pensó que Mitro iba a correr, pero cuando el
dragón negro sólo gritó un desafío y se lanzó hacia él, Dax se dio cuenta de
que Mitro no tenía ni idea de que estaba frente a un dragón real y no ante
la forma más débil de un dragón que un cambiante carpatiano podría
asumir a voluntad.
Mitro creía que tenía la sartén por el mango.
El Antiguo estaba seguro de que tenía el mayor tamaño, mayor
habilidad, más fuerte posición y el impulso de su lado. La matanza parecía
prácticamente asegurada.
Dentro del dragón, Dax se retorcía para luchar contra una tormenta
de emociones violentas. Dax había luchado siempre, siempre muerto, con
una eficiencia sin emociones. El dragón no lo hizo. Para el dragón, en la
lucha estaba la vida, llena de salvajismo, crudeza y trepidantes emociones
tan vívidas que casi podía saborear, tocar, ver y oler cada una. Júbilo,
puro y blanco, se enroscó con llamas de color rojo fuego y corrientes de
orgullo brillante. La mente de Dax y sus sentidos se sobrecargaron.
El dragón rojo se estrelló contra el negro más pequeño, y se
bloquearon entre sí, ambos cayendo del cielo. Alas revoloteaban
salvajemente, con cada dragón buscando el equilibrio y la posición de
ataque superior. Cuellos largos se retorcían. Los colmillos se quebraron y
rompieron las pieles escamosas, en busca de un mordisco mortal. Las
garras de sus patas traseras agarraron el uno al otro con sombría
determinación, mientras que sus patas delanteras se enredaron y rasgaron
los vientres vulnerables.
El Antiguo era más fuerte y más grande, conduciendo sus garras
profundamente en el vientre de Mitro, rasgando y desgarrando la piel que
blindaba los órganos blandos y vulnerables debajo. Sus garras penetraron
con cada golpe, eliminando las escamas y trozos de carne sangrante.

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Dentro del dragón negro, Mitro gritó en estado de conmoción y dolor y
rabia loca. Había estado seguro de su victoria, seguro de su superioridad
física sobre Danutdaxton, pero cada uno de los golpes de Dax llegaba
profundamente, mientras que cada uno de los de Mitro eran rechazados
por las escamas de diamante duro y coraza roja aparentemente
impenetrable. Mitro no lo entendía. ¿Cómo era eso posible?
Se retorció salvajemente, pero no pudo liberarse del agarre feroz
dragón rojo. Encerrado en una lucha a muerte, de repente se dio cuenta
que no podría ganar, Mitro inició un desesperado y brutal asalto en un
punto posiblemente débil de Dax: las escamas por encima de su corazón,
donde, incluso en forma de dragón, la sangre se filtraba desde la terrible
herida que Mitro le había infringido. Con viciosa terminación, y velocidad
demoníaca, Mitro conectó una serie de golpes de castigo en el acto
sangriento. Su pecho se inclinó, pero antes de que pudiera hacerlo, los
colmillos de Dax se hundieron profundamente en el hombro de Mitro,
arrancando un gran trozo de carne y tendones.
Retorciéndose, gritando, desgarrando, mordiendo, las dos bestias
gigantes se desplomaron hacia el suelo ardiente. Segundos antes del
impacto, los dos dragones se apartaron, con las alas extendidas para
atrapar el viento y enviarlos volando en direcciones opuestas.
Mitro empujó duro, bombeando sus alas a una velocidad desesperada
para volver a subir en el aire. El dragón rojo le persiguió con
inquebrantable determinación. El cazador persistente, implacable y
decidido que nunca se rindió a la persecución.
No podía correr más rápido que Dax y, aunque todavía no tenía
sentido, claramente no podía con sólo la fuerza. Mitro necesitaba una
borde, una ventaja. Sus ojos se estrecharon hasta convertirse en rendijas
de obsidiana, se centró en la nube de ceniza que salía del volcán en
erupción. Estallando en una explosión de velocidad, voló directamente
hacia el corazón hirviente y negro de la pluma.
A través de los ojos del Antiguo, Dax vio a Mitro sumergirse en la
nube de cenizas sobrecalentadas. Cuando desapareció de la vista, el viento
cambió, comenzando a girar en torno a la nube.

~ 142 ~
¿Qué estaba haciendo? Los vientos circulares reunieron las partículas
de ceniza caliente en un vórtice apretado alrededor del vampiro herido.
¿Pensaba que podía esconderse en la nube?
El Antiguo soltó otro rugido de desafío y planeó en línea recta hacia el
vampiro, deseoso de acabar con la amenaza.
Los restos concentrados en el aire disminuyeron la visibilidad a cero,
pero la visión del dragón veía más que incluso los ojos de los Cárpatos.
Podía ver los cambios en la densidad del aire, la forma sólida en el corazón
de la nube de ceniza arremolinándose. El vampiro negro permanecía
inmóvil, con las alas extendidas, permitiendo que los vientos ciclónicos no
naturales lo mantuvieran en alto. Dax casi podía sentir al vampiro sanar
sus heridas desde dentro. Cerrando las heridas de sus órganos vitales y
deteniendo la pérdida de sangre donde el dragón lo había cortado y
desgarrado.
El dragón rojo estaba prácticamente encima de Mitro cuando toda la
roca y escombros en el aire se solidificaron en una pared que bloqueaba
completamente al vampiro de la vista. Sin miedo, seguro de su dominio, el
dragón rojo trajo sus patas traseras y patas delanteras en posición para
otro ataque, y se estrelló contra la barrera relativamente delgada,
rompiéndola en el impacto.
Pero en lugar de encontrar un oponente vulnerable, herido en el otro
lado de la muralla de cenizas, se estrelló de lleno con la cola de un fuerte
dragón negro, en algún punto Mitro se había transformado de carne
simple, escamas y huesos a un tridente afilado de clavos plateados, cada
uno de dos metros de largo y brillando con maldad, serrado en las puntas.
Con gritos de sorpresa y dolor, el dragón rojo fue empalado en la cola
con los púas de Mitro. Dax jadeó de dolor, sintiendo los picos como si
estuviera luchando en su propia carne.
Por suerte, en lugar de la cola clavarse en el corazón, el pico se
incrustó profundamente en su estómago. Los bordes dentados estaban
haciendo un trabajo rápido en las entrañas del Antiguo, pero porque
habían fallado el corazón, le llevó a Dax y al dragón unos minutos
preciosos.

~ 143 ~
Una vez más, los dos dragones se enfrascaron en una lucha a muerte
mientras caían del cielo. Mitro se pegó rápido al otro dragón, con sus
garras y pico de cola excavando profundamente. El Antiguo siguió
rasgando y triturando el vientre Mitro vientre y las extremidades, con sus
dientes mordiendo el cuello y la cabeza de Mitro. El dragón negro embistió
su cola de pico hasta bajo las costillas del dragón rojo, buscando el
corazón difícil de alcanzar, pero al igual que antes, la forma de dragón
cambiante de Mitro no era rival para el poder del Antiguo. Mitro retrocedió
de dolor.
Ese movimiento le dio al Antiguo el pie que había estado esperando.
Sus dientes se abalanzaron rápido como un rayo justo por encima del
hombro, envolviéndose alrededor del cuello más pequeño, con sus
poderosas mandíbulas cerrándose con fuerza extrema. El dragón negro
dirigió una mordedura a la cara del otro, sus colmillos hundiéndose
profundamente al lado del ojo izquierdo del Antiguo.
Los dragones se estrellaron contra la montaña, rodando por las
laderas empinadas, aplastando árboles a su paso. Una sacudida fuerte los
separó. Mitro se paró primero, mientras que el más grande, más pesado
Antiguo continuaba rodando casi hasta la base del volcán. Herido, con un
ala rota y ensangrentada, el dragón rojo luchó por erguirse y gritó su
desafío, con los ojos aún fijos en su combatiente, decidido a cumplir su
objetivo.
Dentro del cuerpo del dragón, la rabia y el dolor del Antiguo golpearon
Dax con un torbellino de emociones. El Antiguo estaba decidido a ganar a
pesar de sus lesiones. Dax no estaba seguro de cuánto más su cuerpo
compartido podría aguantar, pero el Antiguo luchó contra sus intentos de
controlar al dragón rojo. Todo a su alrededor, trozos de ceniza y la
quemada piedra pómez seguían lloviendo desde el volcán en erupción.
El dragón rojo metió su brazo debilitado apretado contra su espalda y
comenzó a subir por la montaña hacia Mitro. Aún recuperándose de la
lucha brutal y el aterrizaje igualmente brutal, el dragón negro se enderezó
con temblorosos y elaborados movimientos. Las alas negras se extendieron
y aletearon mientras Mitro trataba de reunir fuerzas y tomar el aire.
No dispuesto a dejar escapar su presa, el Antiguo corrió, se aferró a la
pierna trasera del dragón negro y lo tiró a un grupo de árboles cercanos.

~ 144 ~
***
Riley parpadeó rápidamente mientras la cueva alrededor de ellos se
desintegraba. Ceniza seguía cayendo, suaves pétalos flotantes que
ahogaban el aire y cubrían los árboles y el follaje. El bosque alrededor de
ellos estaba intacto, la explosión no había aplastado a los árboles en su
lado de la montaña, pero algunos incendios dispersos y lodo habían hecho
un daño mayor. A varios cientos de metros de altura, pudo ver la
devastación de las ruinas de la aldea del Pueblo de las Nubes. Los fuegos
brillaban a lo largo de la montaña, naranja y rojo valientemente luchando
a través de la ceniza oscura que se arremolinaba en el aire.
—No podemos quedarnos aquí, — dijo Jubal, cubriéndose la boca y la
nariz. — El viento se está moviendo en nuestra dirección y hay todas las
posibilidades de una nube de gas que nos llegue desde el otro lado.
—No puedo ver el camino, — dijo Ben. — ¿Cómo vamos a encontrar el
camino de vuelta sin Miguel?
—Tenemos un GPS, — dijo Gary. — Y una vez que la ceniza se asiente
lo suficiente, tenemos amigos a los que podemos llamar para sacarnos en
un helicóptero, pero debemos tratar de encontrar Miguel y al resto por si
acaso.
La cabeza de Riley alzó. No había esa nota amenazante en su voz, en
la forma en que lo hizo. Dejó escapar el aliento, tosió y se tapó la boca. —
Creo que puedo seguirlos, — admitió con una pequeña mirada a Ben.
—Por supuesto que sí, — dijo Ben. — Tú puedes construir cuevas y
detener volcanes. Estoy buscando las botas hasta el muslo y la capa. —Él
le dirigió una pequeña sonrisa y movió las cejas.
A pesar de las circunstancias se echó a reír. —Me gustaría tener mi
capa. Los llevaría fuera de aquí.
Gary tomó la delantera. Riley y Ben siguieron su ritmo detrás de él.
Jubal cerraba la marcha mientras comenzaban su camino por la montaña.
La ceniza era polvo grueso en el suelo, en el follaje, cayendo de los árboles

~ 145 ~
por encima de ellos hasta que fueron casi ahogados en ella. Envolvieron
camisas alrededor de sus bocas y narices y continuaron obstinadamente.
Era imposible saber qué tan cerca estaba el amanecer con ceniza tan
densa en el cielo, oscureciendo cualquier evidencia de luz, pero su reloj le
dijo que tenían un par de horas más hasta que el sol saliera. No debería
haber importado, pero si había un vampiro al cien por cien dando vueltas
por los alrededores, entonces quería que el sol saliera rápido.
Ella aclaró la garganta. —Gary, si esta ceniza se cierne sobre la selva
y la mantiene oscura, a… voluntad... un… — Decir la palabra vampiro en
voz alta sonaba ridículo. Ella definitivamente se podía entender la
incredulidad de Ben incluso ante la evidencia de que alguna forma de mal
atormentó su viaje y empujó al portero a asesinar a su madre.
Gary miró por encima del hombro, con expresión sobria. — Sé que es
difícil creer que tales cosas existen. Pero lo que hay ahí fuera y es una
máquina de matar. No pueden salir el sol, eso es cierto acerca de ellos.
Ellos van a la tierra y colocan salvaguardias en todos sus lugares de
descanso. Si éste fue encerrado en un volcán durante cientos de años sin
sangre para sostenerlo, tiene que ser una poderosa criatura.
— Y hambriento, —murmuró ella. — Háblame sobre ellos. Todo lo que
se pueda pensar. — Gary levantó la vista rápidamente. El miedo y el
pánico corrieron por su cara mientras luchaba por encontrar las palabras.
Antes de que Riley pudiera alzar la vista él habló.
—Lo haré. Más tarde. En este momento, tenemos que movernos. —
Su voz de alguna manera parecía tranquila en comparación con cómo se
sentía al ver al gigante dragón rojo con las alas extendidas, acelerando
hacia el lado opuesto de la montaña.
Ellos corrieron. Corrieron a través de árboles y arbustos, saltando por
encima de los árboles caídos y escombros, sin pensar en los muchos
pequeños cortes y contusiones que ganaron cuando hojas y ramas
azotaron en su piel. La primera vez que escucharon el poderoso rugido que
atravesó el aire por encima de ellos, el sonido casi los congeló en sus
pistas. Entonces instintos de supervivencia dieron patadas, y una
descarga de adrenalina los envió corriendo aún más rápido.

~ 146 ~
La adrenalina y la falta de aliento se batieron en duelo entre sí
cuando intentaban correr sobre una pequeña elevación. Un gran choque
se produjo por su izquierda; su fuerza fue tan grande que los hiso caer de
rodillas. No podía apartar sus ojos a medida que los árboles, la suciedad y
las cenizas fueron arrojados al aire. Por una fracción de segundo Riley
pensó que distinguió la forma y el color de un ala roja, pero luego fue
enterrada en el caos.
La locura llegó a su fin, pero lo que se levantó sobre las copas de los
árboles de abajo era un espectáculo para deslumbrar a la mente, con el
polvo y la ceniza todavía en el aire; el dragón rojo se levantó de los
escombros, elevo la cabeza y plegó las alas a la espalda las que se veían
completamente claras sobre los árboles más pequeños. La mandíbula,
llena de dientes malos, abiertos, ojos casi se posan con el fuego, en lo más
profundo de un rojo carmesí. La amplia mandíbula, Llena de malignos
dientes, abierta, los ojos casi iluminados con el fuego, en sus
profundidades de un rojo carmesí.
Un segundo dragón, mucho más pequeño, de un negro reluciente,
brotó de las cenizas, las alas desgarradas hacia fuera, el cuerpo
ensangrentado, elevando la cabeza cuneiforme chasqueando los dientes
hacia el dragón rojo.
— Santa Mierda, —susurró Ben.
Bajo las circunstancias, Riley encontró la profanidad totalmente
apropiada. Los dos dragones enfurecidos volvieron la cabeza
conjuntamente y fijaron su concentración en Riley y sus compañeros.
El miedo había sido su compañero constante en este viaje, pero
ahora, cuando las miradas del gigante rojo y el más pequeño dragón negro
descansaban sobre ellos, el miedo se convirtió en terror. Una
descomposición, malvada y retorcida destrozó su interior, y un calor tan
intenso que sentía como si estuviera tratando de mantener el sol en su
pecho estalló a través de su cuerpo.
Riley cayó de rodillas. La enfermedad la invadió, parecía extenderse
desde principio a fin como si el moho y los hongos estuvieran corriendo
sobre su piel. Una terrible, voz venenosa comenzó a arañar su mente,
hablando el mismo idioma de los cargadores había utilizado.

~ 147 ~
Entonces se acabó. La terrible voz quedó en silencio mientras el
dragón negro soltó un rugido furioso. El dragón rojo respondió: su grito fue
como una fuerza de la naturaleza, las ondas de choque del sonido fue
suficientemente fuerte para aplastar árboles.
Las manos de Riley se elevaron, cubriendo sus orejas. Ella sintió una
presión en el pecho cuando vio al dragón negro girar y subir por la
montaña. El dragón rojo lo seguía de cerca.
Una mano la agarró del brazo y tiró de ella a sus pies. Jubal. El
hombre siempre parecía mantenerse en sus nervios, sin importar lo que
pasará.
— Tenemos que salir de aquí ahora.
La tierra empezó a retumbar y temblar. Sobre el volcán a menos de
un kilómetro y medio por encima de ellos, nuevos respiraderos se agrietan,
liberando géiseres de vapor y gas caliente.

***
“Santa Mierda”, Las palabras susurradas sonaron muy claro para los
mejorados sentidos de dragón de Dax.
Cuatro personas estaban amontonadas en la ladera cubierta de
cenizas. Dax alcanzó a ver sus caras desencajadas. Tres hombres apiñados
protectoramente alrededor del más pequeño, de marcadas curvas
femeninas. Dentro del dragón rojo, Dax sintió una extraña conciencia...
como una nota cristalina cantando a través de las venas del dragón. Rico,
vibrante, vivo. De repente Dax olía el rico aroma y fértil de la selva, de la
tierra. A través de los ojos del dragón, él podía ver, un resplandor verde,
tan verde que parecía irradiar desde el lugar donde los pies de la mujer,
tocaban el suelo. Dax no podía verle la cara, pero supo al instante que era
ella. El poder de la tierra estaba tan fuerte con ella, sólo podría ser la
última descendiente de Arabejila.
¡Protéjalos! gritó en la mente del Antiguo. El dragón rojo gruñó e
intentó morder en el aire una clara advertencia, y los cuatro seres

~ 148 ~
humanos se echaron a correr montaña abajo. El dragón negro siseó y se
abalanzó sobre ellos, pero el Antiguo saltó en su camino. Las dos bestias
comenzaron un extraño baile entre depredadores cuando Mitro buscó un
camino alrededor del gigantesco dragón rojo, dando un paso al costado,
moviendo la cabeza, sólo para ser emparejado paso a paso, el movimiento
por movimiento.
Sin más opción que confiar en el Antiguo para mantener Mitro lejos
de los humanos, Dax dirigió su atención a la curación de las heridas del
dragón de adentro hacia afuera, y al mismo tiempo tratando de encontrar
una manera de separarse de los bombardeos de emoción visceral y llevar
al dragón rojo bajo su control. El Antiguo era un combatiente feroz, pero
no tenía sentido de auto-preservación y ninguna intención de dejar que
cualquier otro ser dominará sus acciones, incluso para su propio bien.
Su cuerpo común resultó gravemente herido, una cantidad peligrosa
de sangre brotaba de las profundas heridas, los órganos internos estaban
dañados casi más allá de la reparación, pero su espíritu luchaba contra el
intento de Dax de desviarlo de su presa. El Anciano estaba consumido
completamente por la necesidad de desgarrar y matar a su enemigo,
independientemente del costo para sí mismo. Dentro del cuerpo del
dragón, consciente de lo cerca que estaban de la muerte y aún más
consciente de los seres humanos vulnerables, que habían reanudado su
frenética carrera por la montaña, Dax estaba igualmente decidido a dejar
al Anciano el tiempo suficiente para sanar. No podía permitirse el lujo de
que murieran antes de Mitro fuera derrotado... especialmente no con la
mujer tan cerca. Sin embargo, cada vez que intentó ejercer control, sus
esfuerzos parecían sólo alimentar la rabia del Antiguo.
De repente, el dragón negro se volvió y extendió sus alas. A lo largo,
curvando los ganchos germinados desde el vértice de cada ala. Él usó los
ganchos como un tercer par de garras, escarbando hasta el volcán a pasos
agigantados. Con un rugido final, feroz, el dragón rojo partió después
detrás de su adversario una vez más.
La fiebre caliente de la emoción envolvió a Dax como un océano de
fuego, quemándolo con su necesidad de libertad. Pero esta vez, en lugar de
luchar contra esa furia, se relajó en ella, la dejo arrastrarse por encima ya

~ 149 ~
través él. Él no trató de mantenerse firme. En su lugar, él trató de hacerse
tan insustancial como la niebla.
La ira y la destrucción del Anciano le rodeaba. La determinación
innata del dragón para dominar cualquier amenaza chocó contra él, y esta
vez, Dax dejó que la furia pasara a través de él sin resistencia.
Ligeramente, con paciencia serena y calma infinita, sus sentidos se
ramificaron a través del cuerpo del dragón. Él no era un intruso en el
cuerpo del dragón. Él era el dragón. No una conciencia separada, no una
voluntad separada, pero uno y el mismo. Él no quería encarcelar o
controlar al dragón, sino más bien unir sus conciencias, dejar que sus
pensamientos y acciones se vuelvan una. El dragón ofreció el poder crudo,
primitivo e infatigable. Dax ofreció calma, restricción judicial, la capacidad
para planificar, pensar y actuar sin pasión, sin ira, sin emoción. Si él
satisfactoriamente pudiera unir sus fuerzas al dragón con su legendario
control propio, juntos serían imparables. Juntos ellos podrían... poner fin
a la amenaza que representa Mitro para el mundo.
Pero sólo tendría éxito si podían actuar como uno, en lugar de luchar
entre sí por el control.
Por encima de ellos, más arriba en la ladera del volcán, Mitro había
vuelto su atención a la furia burbujeante de núcleo caliente de la tierra. El
suelo empezó a temblar cuando Mitro dirigió los gases calientes del volcán
y ácidos hacia la superficie. De vapor comenzó a subir por las grietas y
fisuras de las rocas. La explosión principal del volcán había explotado del
otro lado de la montaña, pero ahora Mitro estaba abriendo otro respiradero
de este lado... uno que significaría la muerte segura para los cuatro seres
humanos corriendo por la ladera de la montaña.
Mitro conocía a Dax demasiado bien. Sabía cómo distraerlo. Mitro lo
llamaba debilidad "por preocuparse por aquellos indefensos antes del gran
poder de un cazador" pero aquella necesidad de servir, proteger, era la
única cosa que había estado alguna vez entre Dax y la misma oscuridad en
la que Mitro y tantos otros cazadores cárpatos habían sucumbido. Los
inocentes deben ser protegidos a toda costa. Esa era la razón por la Dax
había nacido. La razón por la que aún vivía.
La sed de sangre de dragón estaba en plena fuerza cuando el Anciano
luchó para perseguir a Mitro y ponerle fin. Arrojó Fuego de su garganta,

~ 150 ~
rugiendo por la montaña, lamiendo la cola del dragón negro. Mitro saltó
hacia el cielo al igual que el volcán se abrió.
El lado de la montaña se abrió de golpe, lanzando piedras y árboles a
través del aire como los juguetes de un niño. Nubes ardiendo de ceniza y
gas sobrecalentado rugieron por la ladera de la montaña a una velocidad
fenomenal.
Como distracción, fue un espectáculo extraordinario. Pero ir tras
Mitro ahora significaría la muerte segura para los seres humanos. Con
sólo una fracción de segundo para decidir, Dax hizo su elección.
Debemos salvarlos, Antiguo. A la mujer, especialmente.
No trato de forzar al dragón a su voluntad, en lugar de eso fusionó su
voluntad con la del dragón, tejiendo sus impulsos más instintivos juntos.
Con un grito, el Anciano dio la vuelta y se lanzó al aire, y se zambullo en
una pendiente pronunciada hacia los humanos que huían hacia abajo.
Cuando se acercaban al pequeño grupo, las alas de dragón se extendieron,
formaron un escudo protector sobre sus cuerpos. Las cenizas y roca
ardiente lanzaron la piel del dragón. Enterró sus garras profundamente en
la tierra y barrió sus alas apretado alrededor del pequeño grupo, ignorando
los gritos de miedo y sorpresa, ya con los humanos enjaulados en una
cúpula protectora formada por el cuerpo curvado y las alas superpuestas.
El dragón escondido la cabeza debajo de sus alas cuando la nube
piroclástica se estrelló contra él.
Su ojo bueno fue presionado contra su cola. Su ojo izquierdo estaba
temporalmente cegado por la herida que Mitro le había dado, por lo que no
podía ver los rostros de las personas atrapadas bajo sus alas. Había tanto
polvo y ceniza de su aterrizaje que dudaba que alguna de las personas
pudiera ver nada. Probablemente tendrían dificultades para respirar
pronto, también. Pero iban a sobrevivir, y eso era lo importante.
Dax trató de calmar al Antiguo, para silenciar los gruñidos instintivos
que retumban en el pecho del dragón. No quería asustar más a los seres
humanos.
Entonces, para su sorpresa absoluta, una mano se deslizó y tocó la
herida al lado de su ojo. El tacto era una cosa tan pequeña, diminuta, pero

~ 151 ~
tan inesperado - tan valiente y sin miedo, - que tanto Dax como el dragón
se congelaron en una parálisis atontada.
Hace mucho tiempo, antes incluso que Dax hubiera nacido, el mundo
contaba cuentos de dragones y doncellas. Unos decían: Que ante la
convocatoria de una doncella era imposible para un dragón de resistir.
Pero ahora, mientras la mujer puso su pequeña, suave, y gentil mano
sobre él, Dax sabía que no era su llamada "era su contacto. Una caricia
que suavizó el corazón de la bestia más salvaje. Era una paradoja"
debilidad que conquistaba la fortaleza.
Finalmente, la explosión volcánica disminuyó, y por otro, largo rato,
nadie se movió. Dax No estaba seguro de qué hacer. Todo en él -Cada
pensamiento, cada uno de sus sentidos, todos los nervios en el cuerpo de
dragón- se centraban en esa pequeña, y esbelta mano tendida a lo largo
del ojo herido del dragón.
De repente, la risa asquerosa, canto resonó en su mente, sacándolo
de su extraño aturdimiento.
Una vez más usted ha fallado, Danutdaxton. Del mismo modo que
siempre fallará. La voz burlona de Mitro se ahogó en los sentidos
mejorados de Dax con podredumbre y suciedad. ¡Porque yo soy el ser
superior, y usted siempre será débil!
El Antiguo desplegó sus alas y se lanzó sobre sus patas traseras. A
pesar de sus heridas, el dragón rugió un reto desafiante con suficiente
fuerza para ser oído por millas, entonces arrojo un chorro de fuego intenso
hacia el cielo, un faro en la oscuridad de la noche. Cortó a través de las
cenizas y las nubes, iluminando la zona con el resplandor del fuego. Pero
Mitro ya se había ido.
Debilitado de fuerza, El Antiguo se volvió lentamente de nuevo a los
seres humanos, que habían cubierto sus oídos contra el ruido
estremecedor y se acurrucaron en bolas apretadas para protegerse del
intenso calor de la llama. Estaban acurrucados en el único punto de
pequeño verdor a la izquierda en esta parte de la montaña. A medida que
el eco de su grito se apagó, ellos levantaron la cabeza y poco a poco se
pusieron de pie.

~ 152 ~
El corazón de Dax le dio un vuelco mientras se recuperaba del primer
vistazo a la buena mujer... era un rostro de una belleza extraordinaria que
le era tan familiar como el suyo. Las exuberantes, curvas femeninas, la
suavidad insondable de sus oscuros ojos, el largo, iridiscente de su pelo
negro y la piel tan pálida como la leche debajo de la capa de ceniza
volcánica que la cubría desde la cabeza a los pies.
¿Arabejila? ¿Hiszak hän olen te? Le susurró la pregunta con
asombro en la comunicación privada que se había forjado entre ellos desde
hace siglos. ¿Era realmente ella? Ella había sido un aliado en su búsqueda
para traer a Mitro la justicia, pero había sentido su muerte hace siglos. ¿O
no habría…? Parecía imposible que pudiera haber sobrevivido todos estos
años... y sin embargo, allí estaba ella.
Ella se dio vuelta como si estuviera buscando la protección de los tres
hombres con ella, pero el Antiguo la sorprendió curvando su cola con más
fuerza, atrapándola y obligándola dar un paso más cerca. Su aroma le
mareó mientras ella respiraba.
El corazón le retumbaba en los oídos. Claramente, el dragón rojo le
daba miedo. Tal vez ella podía sentir, como no lo había hecho Mitro, que el
viejo era un dragón de verdad, no simplemente una forma asumida por el
cazador de los Cárpatos que había conocido una vez.
Dax irradiaba su voluntad a través de cada célula del cuerpo del
dragón y su mutua conciencia fusionada. El Anciano estaba demasiado
cansado de la batalla para luchar por el control, y las grandes, escamas
rojas de fuego y la inmensa masa del dragón se dobló sobre sí mismo.
Disminuyendo hacia abajo y metamorfosearse de nuevo en la altura, y
densidad musculosa de la forma natural de Dax.
— Arabejila. Hiszakund olenaszund elävänej. — Él realmente
había pensado que estaba muerta.
Ella tropezó atrás, alzando las manos como si quisiera rechazarlo,
claramente sorprendida de que la mayor parte del enorme dragón
desapareciera para dejar de pie la forma humana delante de ella. Dos de
los hombres de su compañía entraron en acción, sacando las armas de
algún tipo y corriendo hacia él, con la simple intención letal en el frío brillo
de sus ojos.

~ 153 ~
¿Habría leído mal la situación? ¿Estos hombres la mantenían
prisionera?
Dax reaccionó instintivamente, moviéndose con velocidad
sobrenatural. — ¡Arabejila, corre!, — Gritó en Cárpato. — ¡Corre, mi
hermana! Si son esclavos de Mitro, el pronto volverá.
Él desarmó a Jubal, rompiéndole el brazo con un chasquido claro,
audible. El hombre cayó de rodillas, agarrándose el brazo contra su pecho.
—¿Sisar? —Repitió el hombre en Cárpato casi en voz baja. Luego,
dijo en un dialecto extraño que Dax no conocía, —Gary, espera, él piensa
que ella es su hermana. Él está tratando de protegerla.
Dax tenía atrapado a Jubal mediante la extraña vestimenta que
cubría su pecho. El cazador sacó su mano de nuevo, con los dedos
curvados con garras en punta de diamante, listo para arrancar la garganta
del humano, cuando Arabejila gritó en el mismo, dialecto extraño que uso
el primer hombre.
— ¡No! ¡Alto! ¡No le hagas daño! ¡Por favor!
Dax se congeló. No porque entendiera su orden, -aunque el motivo de
que su voz era inconfundible- sino porque en el primer sonido de su voz,
una enorme ola de emoción se estrelló sobre él. No era como fuego, ni la
rabia alimentada por la emoción del dragón, sino algo más profundo, más
completo, más visceral. Ella lo sacudió hasta la médula. Y el mundo negro
y blanco de su visión Cárpatos se profundizó también, cada vez más rica,
más variada.
Antes de que su cerebro pudiera procesar el cambio, antes de que
pudiera comprender o incluso poner un nombre al mismo, una fuerte
explosión sonó detrás de él. Algo duro y caliente atravesó su espalda,
rasgando un camino a través de su pecho. Dax se tambaleó, liberando al
hombre de su agarre y cayó sobre una rodilla. En un sueño, él le puso una
mano en el pecho. Llegó lejos húmedo, cubierto de líquido oscuro.
— Gary, ¡Deténte! ¡Retírate! ¡Baja el arma maldita sea! — Empujando
al hombre con el brazo roto hacia adelante, empujando a los demás por el
camino. — ¿Olenasz? ¿Nimed olen? — Una demanda a conocer su
nombre.

~ 154 ~
Jubal miró a los demás. — Alguien, dame una luz. Necesito una luz
por aquí.
Una pequeña luz, sorprendentemente brillante estalló en existencia.
Esto cegó Dax durante un instante, y luego enfocó el lío sangriento del
pecho de Dax. Su sangre brillaba radiante, impactante escarlata en la luz.
Su piel, una vez blanca pálido que se nunca había visto el sol, era de un
bruñido caoba marrón.
Dax miró a los ojos de Arabejila. No eran negros, sino de un intenso
marrón oscuro, el color de la tierra fértil, tan necesaria para la
supervivencia de todos los Cárpatos. Pero ella no era Arabejila. No era su
amiga que había viajado y cazado a su lado durante siglos. Era alguien
completamente distinto. Alguien a quien hacía tiempo que había dejado de
pensar que podría existir.
Alargó la mano hacia ella, con la mano ensangrentada cepillado una
raya de color rojo a través de la capa de ceniza en la mejilla.
Päläfertiilam.

~ 155 ~
Capítulo 9
Traducido por Rhyss
Corregido por Maia

Riley miró pasmada de asombro al hombre ferozmente hermoso


arrodillado ante ella. Había dicho —Päläfertiilam— y tocado su mejilla
con exquisita delicadeza; ella se encontró literalmente congelada en el
lugar. Pequeñas manchas rojas y doradas de cenizas incandescentes caían
en un deslumbrante despliegue en torno a ellos, aumentando la sensación
de ensueño del momento. El terror de unos pocos segundos antes se había
evaporado por completo, dejando tras de sí una aturdida sensación de
asombro. Luego, con una velocidad de vértigo casi tan impactante como su
dulzura inesperada, el hombre se volvió hacia Gary, le despojó de la pistola
y le cogió la garganta en un puño apretado. Toda la serie de movimientos
se sucedió en menos de un segundo.
— ¡No, por favor! — Riley instintivamente saltó hacia adelante,
agarrando el brazo del vampiro. A su lado, Ben alzó su arma.
— Ben, espera, — gritó Jubal. — ¡Él no es el vampiro! ¡Él no es el
vampiro! — Jubal señaló a su muñeca izquierda, donde el brazalete que
había estado irradiando colores parecía haber cambiado de nuevo a lo que
él había llamado “su estado latente”. Ya sea conducido por una racha
innata de protección, una descarga de adrenalina o simplemente
autopreservación, Ben no respondió al grito de Jubal. Él apuntó su rifle a
la parte posterior de la cabeza del hombre dragón. Su dedo apretó el
gatillo. Todo el cuerpo de Riley saltó con la fuerza del disparo, entonces
todo pareció moverse en cámara lenta. El rifle escupió bala tras bala en
una sucesión rápida.

~ 156 ~
Riley gritó y se tapó los oídos mientras esperaba a que el hombre
dragón cayera. Él parecía ser un blanco imposible de errar, de pie como
estaba sólo a unos metros por delante de Ben. Pero el hombre no cayó. En
un momento el hombre dragón estaba de pie frente a ella, al siguiente no.
Ella vio la pequeña explosión de polvo, cómo la bala se estrelló contra el
muro de barro detrás del punto donde había estado de pie. Luego otra y
otra. Todo sucedió muy rápido, ella todavía estaba tratando de encontrarle
sentido cuando el rifle quedó en silencio. El hombre dragón había lanzado
a Gary para desarmar a Ben. Ahora tenía a Ben por el hombro y lo miraba
fijamente a los ojos. La otra mano del hombre estaba presionando contra
el orificio de bala que había en su estómago. Ben se sentó abruptamente y
con total falta de gracia.
Haciendo caso omiso de Gary y Jubal, el vampiro liberó a Ben y le dio
la espalda enfocado completamente en Riley.
Ella casi esperaba que él la rasgara en pedazos como lo habían hecho
con su madre.
En su lugar, le hizo una pequeña reverencia y dijo con una voz
sorprendentemente tranquila y cortés: —No eres Arabejila, sivamet. Mis
disculpas por la confusión. Es sólo que te pareces a ella increíblemente.
Una pequeña parte racional de su mente estaba pensando que
debería estar gritando o algo así, pero Riley se quedó allí, hipnotizada,
mirando fijamente a la cara sobrenaturalmente hermosa. Los... los
colmillos distintivos que se habían alargado en la boca. Buen Dios. Él era
un vampiro. ¡Un verdadero vampiro chupa sangre! El vampiro parecía un
hombre. Un hombre increíblemente hermoso. Pelo corto, muy corto, negro,
la piel como caoba pulida, ojos oscuros que brillaban con luces de rubí en
sus profundidades. Y su voz... su voz era pura magia. Le acariciaba como
un contacto físico, suave, ahumado. La cadencia de su voz la calmaba.
Le llevó casi un minuto darse cuenta de que estaba hablando Inglés,
ella estaba tan fascinada con la forma de su boca y ese destello de dientes
blancos. Su voz era carismática, una mezcla de miel y calidez.
— Por favor, Päläfertiilam, permítame que me presente. — Él se
inclinó ligeramente, con una gracia sobrenatural. — Soy Danutdaxton.

~ 157 ~
Atónita no alcanzaba a describir su estado cuando el hombre se irguió
en toda su estatura. Nunca había visto a nadie tan hermoso, tan
impresionante y tan herido. Se quedó allí con los hombros rectos, su
cuerpo sangrando por las cientos de heridas, grandes y pequeñas, su
mirada fija en la de ella, sus ojos... fascinantes. Sus ojos eran increíbles,
con tantas facetas de color tan luminoso como los cortes de un diamante,
sin embargo, con pequeñas llamas rojas y anaranjadas. Su boca estaba
cortada a la perfección y cuando sonreía... sus dientes parecían muy
blancos y agudos.
— Yo… — Le lanzó una mirada frenética a Gary y a Jubal. Sabía que
le habían dicho que los vampiros podrían parecer buenos, pero ella estaba
sorprendida por su reacción ante él. Pequeñas cargas eléctricas corrían
por sus brazos. Se quedó sin aliento en sus pulmones e incluso se le secó
la boca.
Para su sorpresa, los dos hombres compartían una silenciosa
discusión con la mirada, entonces ambos bajaron sus armas y se
inclinaron en dirección del vampiro.
— Está bien, Riley. — Gary empezó a hablar con ella en una voz muy
suave y calmante. — Él no es un vampiro. El otro el dragón negro lo era.
Pero él es un Cárpato... un cazador. — dijo cazador como si contuviera un
gran significado.
— P-pero... tiene... ff. — Dio unos golpecitos con el dedo en sus
dientes y escupió la palabra. — Colmillos. Y, literalmente, puede esquivar
balas.
— Ya lo sé. Es difícil de explicar, pero él no es un vampiro. Él los
persigue. Es uno de los buenos, pero está herido muy gravemente y
necesita sangre. — Esta vez Gary la miró como si supiera que estaba
compartiendo cosas que él no debía.
— Los Cárpatos necesitan sangre para sanar, — añadió Jubal, — y él
necesita sanar de inmediato.
— Así que... ¿qué? — Riley miró entre los dos hombres, de repente no
se sentía del todo tranquila. — ¿Estás tratando de decir que tiene que
tomar nuestra sangre para sobrevivir?

~ 158 ~
Ella no lo miraba, temerosa de ser hechizada nuevamente por su
mirada. Si necesitaba sangre, ella no lo quería a él tomándola de ella ¿o lo
hacía? ¿Era eso lo que temía? ¿Que ella quisiera ir con él y quitarle su
dolor? Su necesidad de ayudarle la confundía y le hacía desconfiar. Le
tomó toda la fuerza que tenía para mantenerse en su lugar y no
apresurarse a él y ofrecerle todo lo que necesitara, incluyendo la sangre.
— ¿Toma la sangre como lo hace un vampiro? — Ella se estremeció
ante la pregunta, temerosa de estarlo insultando, pero necesitaba saber. Al
tratar de evitar la mirada del cazador, su mirada cayó en Ben, y ella se
dejó caer rápidamente hacia abajo para ver cómo estaba. Los ojos de Ben
se nublaron y se balanceaba mientras se sentaba en el suelo. — Él… ¿Está
bien? ¿Qué hiciste con él? — le preguntó ella.
Dax respondió, su dicción, sin vacilación, como si siempre hubiera
sabido su idioma.
— Él está perfectamente sano. Tiene pequeños cortes y contusiones.
Nada digno de tu preocupación. — Como ella no parecía muy convencida,
él añadió: — lo he puesto en un estado de meditación para calmarlo.
Estaba bastante agitado, y fácilmente podría haberlos dañado a ti o a los
demás en forma involuntaria. Pero todos ustedes están perfectamente a
salvo ahora. — Como si eso debiera poner todos sus miedos a descansar,
el cazador se dio la vuelta y empezó a hablar con Jubal en su lengua
ancestral.
Miró a Ben. Él estaba respirando, y al igual que el cazador había
declarado, con excepción de algunos cortes y magulladuras, Ben parecía
perfectamente sano y salvo. Pero era como si el hombre estuviera
durmiendo con los ojos abiertos.
— Entiendo, gracias, Jubal. — Claramente había acabado con
cualquier conversación privada que hubiera tenido con Jubal, Dax había
cambiado de nuevo al Inglés.
No le importaba si el cazador se enojaba, ella no podía permitir que
Ben estuviera en tal estado, no cuando había venido en su rescate.
— Déjalo ir. — Ella se volvió hacia el cazador. — Déjalo ir ahora
mismo. — Soltó a Ben con tanta rapidez, que el hombre inconsciente se
meció hacia delante, casi cayendo sobre ella. Le puso una mano en el

~ 159 ~
hombro para estabilizarlo, un poco sorprendida de que el cazador hubiera
actuado con tanta rapidez.
Acercándose, Ben parecía como si acabara de despertar de una larga
siesta. En realidad bostezó.
— Wow, eso fue un sueño. — Ben sonrió, totalmente relajado
mientras su mirada se desvió hacia el hombre medio desnudo, y
gravemente herido de pie tras ella. Su sonrisa vaciló. Su mirada recorrió el
cuerpo imposiblemente desgarrado de Dax hasta el rostro golpeado y
ensangrentado. Entonces Ben sólo se congeló, con la boca abierta, los ojos
desorbitados por el terror renovado.
— Ben. Ben, está bien. — Riley le agarró la cara con ambas manos,
forzándolo a mirarla. — Se acabó. Todo el mundo está bien.
Ben dio un sonido ahogado, como un grito antes de que pudiera
ganar volumen.
— No va a hacernos daño. — Ella forzó una sonrisa. — Mira. ¿Ves? —
Se puso de pie lentamente y puso una mano en el brazo del cazador. Los
músculos duros como una roca, agrupados bajo la yema de sus dedos y
sacudidos por un pequeño temblor que ella se habría perdido si no
hubiera estado tocando su piel directamente. Por un momento el dolor se
estrelló contra ella, tomando el aliento. Así que rápidamente se alejó,
dejándola ligeramente enferma.
— Todo está bien. Estás bien. Ahora estás a salvo.
— Sería mucho más simple y más eficaz sólo tenerlo bajo mi control,
— murmuró el cazador cerca de su oído.
Ella se estremeció ante la cadencia de su voz, luego frunció el ceño,
negándose a mirarlo.
— No te atrevas. Si eres uno de los buenos, así como afirma Jubal, lo
vas a dejar en paz.
— Si ese es tu deseo, lo haré, pero tu seguridad, Päläfertiilam, ahora
es mi primera preocupación. En el momento en el que el temor de este
humano te ponga en riesgo, estará de nuevo bajo mi control. ¿Esto te
satisface?

~ 160 ~
Riley respiró hondo. Incluso mirarlo era difícil. ¿Qué era lo que la
atraía hacia él como un imán? Tenía que alejarlo de ella, para conseguir
un poco de perspectiva.
— Mi madre está muerta, un mal antiguo que nos mandaron aquí a
contener se ha derramado en el mundo y yo estoy de pie delante de un
hombre que puede convertirse en dragón, esquiva las balas y puede
controlar a voluntad las mentes de las personas. ¡Nada sobre esta
situación me satisface!
Sus ojos se llenaron de tristeza genuina.
— Lo siento, no fui capaz de salvar a tu madre. — Levantó una mano
a un lado de su cara y metió un mechón de pelo detrás de las orejas. — Lo
siento más de lo que puedo expresar. Yo sé lo que es perder a alguien que
amas.
Todo su cuerpo ardía en deseos de inclinarse hacia él, que lo dejara
envolver los impresionantemente musculosos brazos alrededor de ella y
envolverla en su fuerza. Riley luchaba contra el instinto, pero le hizo falta
un esfuerzo considerable.
Se permitió el lujo de mirarlo, sin importarle que ella se estaba
sintiendo tan atraído por un ser que claramente no era humano. Vio pura
fuerza y poder. No podía dejar de notar eso. La forma en que se movía, era
tan cuidadoso y preciso, fluido y elegante tan sin esfuerzo, como un gran
depredador de la selva. Cuando él se quedó inmóvil, su piel oscura,
bruñida parecía brillar con destellos iridiscentes de color escarlata, como
si el dragón que él había sido todavía estuviera allí, esperando su
oportunidad de ser libre. Su mirada se posó en su pecho. Él no llevaba
camisa, y los músculos que ondulaban agrupados bajo la piel mantuvieron
cautiva su atención.
Al mirar hacia abajo, observó directamente y sin obstáculos su pecho.
— Oh, Dios mío. — Había un agujero a través de su corazón, como si
alguien hubiera tomado una piqueta hasta el esternón. La herida debería
haber estado chorreando sangre. Con una herida como esa, debería estar
muerto. En cambio, fue como si algo se hubiera cerrado en los vasos
sanguíneos, dejando que regueros de color rojo sólo se filtraran desde la
cavidad abierta. Ella dirigió una mirada horrorizada hacia los demás. —

~ 161 ~
¡Deberías estar muerto con una herida como esa! ¿Cómo es que no estás
muerto?
— Los Cárpatos pueden ser asesinados. Sólo que se necesita un
montón más de lo que tomaría para un humano. Ellos pueden controlar su
ritmo cardíaco, su flujo sanguíneo, las funciones de sus órganos internos,
casi todo, — explicó Gary.
— Pero Dax no va a durar mucho tiempo en este estado sin curación,
— añadió Jubal. — Esta parte va a ser difícil de comprender para ti, Riley.
Dax necesita cubrir esas heridas con tierra y necesita sangre para
reemplazar todo lo que ha perdido.
— Quiere decir que tiene que chupar la sangre de alguien. — Ella dio
medio paso de distancia lejos del Cárpato. — ¿Él tiene que vaciar a uno de
nosotros para sobrevivir?
—Los Cárpatos tomamos sólo lo que necesitamos, — Dax explicó a
toda prisa, haciendo claramente un esfuerzo para calmar la creciente
desconfianza en ella.
— Los Cárpatos han vivido durante siglos en armonía con los seres
humanos, — añadió Jubal rápidamente. —Por favor, habrá tiempo para
explicar todo más tarde. Por ahora, tenemos que ayudar a curar a Dax. Si
ese vampiro que lanzó el volcán regresa…
— Lo hará, — dijo Dax.
— Vamos a necesitar al cazador en plena capacidad de combate.
— No tengas miedo, sivamet, — dijo Dax, y el timbre suave y ronco
de su voz la atrapó una vez más. — Si eso sucede, moriré antes de permitir
que Mitro Daratrazanoff te haga daño, pero sería mejor para todos si yo le
enfrentó en plena salud.
Su mirada se arrastró de vuelta a su torso, haciendo una pausa al
llegar a las terribles heridas abiertas en la carne.
— ¿Realmente puedes curarlo, Jubal? — Su voz no parecía la suya, y
tampoco su reacción. Por razones que no alcanzaba a comprender, la vista
de las terribles heridas del hombre era casi más de lo que podía soportar.
El pensamiento de su dolor, de su horror la afectaba en un nivel
profundamente personal, tan visceral como la visión de su madre

~ 162 ~
asesinada ante sus ojos. No podía soportar la idea de que este hombre
estuviera sufriendo, y ella no sabía por qué. No sabía porque, pero estaba
segura de que el breve vistazo de dolor agonizante había sentido era suyo.
Vampiros y cazadores, volcanes y dragones: toda esta situación era
una locura, pero no podía tolerar la idea de que este cazador, Dax, sufriera
un segundo más de dolor. Miró a Gary.
— Cúralo ahora. — Llenó su voz con el poder de sus ancestros, y algo
en él algo pareció endurecerse con sus palabras.
Hubo un breve momento nadie se movió. Incluso el mundo a su
alrededor parecía contener el aliento. Todo se quedó inmóvil. Gary se
movió primero, mirando casi formal, de pie delante de Dax con una ligera
inclinación de cabeza.
— Saasz hän ku Andam szabadon, — murmuró Gary en lengua
antigua del cazador. Sin inmutarse, le ofreció su muñeca intacta al
cazador.
Lo que significaran las palabras, el cazador claramente las tomó como
una invitación, ya que sin demora le enseñó los colmillos e inclinándose
hacia abajo, su boca se cerró alrededor de la muñeca de Gary. La
expresión de Gary brilló brevemente con el dolor antes de relajarse
completamente.
El corazón de Riley casi dejó de latir. Se llevó la mano a la garganta
defensivamente. Ella sintió que su pulso latía allí. Por un momento, el
destello de los colmillos había sido escandalosamente sexy. Quería la boca
de Dax en su cuello, sus dientes hundiéndose en ella, no en Jubal.
Sacudiendo la cabeza ante esa extraña compulsión, ella dio un codazo a
Jubal.
— ¿Qué le dijo Gary?
— Es una costumbre de los Cárpatos. Gary dijo, “Toma lo que ofrezco
libremente.” Eso significa, que Gary cambiaría su vida por la del cazador si
fuera necesario. Él no está pidiendo ningún favor a cambio de su sangre,
— explicó Jubal.
Riley no podía dejar de mirar. El movimiento de la boca de Dax en la
muñeca de Gary le fascinaba. Los colmillos del cazador unieron a los dos
hombres juntos, como si fueran hermanos cercanos, uno se ofrecía al otro

~ 163 ~
sin pensar en su propia seguridad. Dax parecía estoico, pero las extrañas y
multifacéticas llamas en sus ojos saltaban y bailaban. Sintió que su
corazón latía al ritmo del cazador como si estuvieran conectados en vez de
cazador y amigo. Su sangre cantaba en sus venas, surgiendo con
vehemencia.
La mirada de Dax saltó a su rostro.
Dax liberó a Gary y se enderezó. No había rastros de sangre en sus
labios ni señales de una herida en la muñeca de Gary. Ella no sabía qué
pensar. A su lado, Ben estaba temblando paralizado.
La herida abierta en el pecho de Dax comenzó a sangrar un poco,
pero alguna fuerza invisible impidió que la sangre se derramara fuera de la
herida. Dax recogió tierra fresca, escupió en ella, y llenó su herida con la
mezcla. Tenía los ojos cerrados, como si al embarrarse la herida con barro
le hubiese traído algún tipo de alivio.
— No he tenido sangre en muchos siglos. Es a la vez maravilloso y
horrible. — Su mirada se desvió del rostro de Riley. — Estoy muerto de
hambre, y sin embargo no me atrevo a tomar demasiado. Sólo lo suficiente
para curar mis heridas hasta que esté acostumbrado a la alimentación
nuevamente. Ahora, voy a necesitar sustento para cazar a los no-muertos.
Riley apretó los labios y asintió como si comprendiera aunque ella no
lo hiciera realmente. Jubal sin embargo parecía comprenderlo. Se puso de
pie delante del cazador y le ofreció su muñeca intacta.
Dax alcanzó el otro brazo con dedos sorprendentemente suaves. —
Esto te duele. El hueso está roto. — Incluso mientras hablaba, pasó la
mano por la lesión.
Riley observaba de cerca. El calor se filtraba por entre la palma de
Dax y la piel de Jubal. Podía ver un débil resplandor, y estaba lo
suficientemente cerca como para sentir el calor también. Las pequeñas
líneas blancas de dolor en el rostro de Jubal se aliviaron.
— ¿Así está mejor?
Jubal asintió.
— Mucho, gracias.

~ 164 ~
Riley señaló que Dax no se disculpó por haber roto el brazo de Jubal,
en primer lugar, ni Jubal pareció esperar que lo hiciera.
Jubal murmuró exactamente la misma frase que Gary había dicho en
el idioma de los Cárpatos, y al igual que antes, Dax se inclinó, cogió la
muñeca que le ofrecían y bebió.
Esta vez, cuando terminó, Dax agradeció a los dos hombres y luego la
miró. Todo su cuerpo se estremeció. El calor irradiaba por su espalda y la
mirada fija en la boca. ¿Qué hay de malo en mí? Debería estar gritando de
horror. Este era un verdadero vampiro justo delante de sus ojos, bebiendo
la sangre de sus amigos. Y ella estaba allí de pie, maravillada por él.
Ella se humedeció los labios repentinamente resecos con su lengua.
Su mirada saltó de inmediato a su boca y las llamas en sus ojos saltaban
más alto. Sus muslos se estremecieron. Sus pechos le dolían. Ella tragó
saliva con dificultad y al instante su mirada estaba en su garganta.
Parecía consciente de cada movimiento que hacía, cada aliento que
tomaba.
A su lado, Ben comenzó a temblar horriblemente.
— Oh, Dios mío. Oh, Dios mío. Él nos va a matar. Él va a matarnos a
todos.
Avergonzada de haber olvidado que él estaba allí, ella se inclinó para
poner una mano tranquilizadora en su hombro.
— Cálmate, Ben. Si Jubal y Gary dicen que es un amigo, creo que
deberíamos creerles.
El pobre Ben no les creyó. Él debió haber pensado que el vampiro iba
a beber hasta dejarlo seco, porque su mente estaba completamente rota.
Con un grito, se dio la vuelta y empezó a correr por la selva, chocando
contra los árboles en su loca carrera por escapar.
— ¡Ben! — Riley dio la vuelta. — ¡Alguien lo detenga! ¡Está fuera de sí!
— Puedo traerlo sano y salvo y mantenerlo calmado, — dijo Dax, —
pero eso me obliga a controlar su mente, que ya me has dicho que no debo
hacer. — Arqueando una ceja. Se quedó allí, esperando a que ella tomara
la decisión.

~ 165 ~
Se mordió el labio. Por un lado, odiaba la idea de que él controlara la
mente de Ben. Por otra parte, en su estado actual, Ben iba a herirse a sí
mismo o peor. Y si ese malvado vampiro seguía dando vueltas...
Miró de nuevo hacia el bosque donde Ben continuaba gritando y
tropezando en su loca carrera, primero contra un arbusto y luego contra
un árbol. Ella hizo una mueca cuando él cayó y luego se puso de pie
nuevamente sólo para correr de nuevo.
— Hazlo.
El cazador le tomó la mano y le dio un apretón tranquilizador. Su
expresión se suavizó con dulzura inesperada, haciéndole parecer casi...
humano. En la afilada forma en que un peligroso, chupar sangre, y
magnífico vampiro podría ser, claro está…
— Es lo mejor, Päläfertiilam. No le haré ningún daño, te lo prometo.
— Entonces él cambió su atención a la figura de Ben huyendo, y su
expresión se convirtió en piedra. Fijo, centrado, inflexible. Él hablaba en
ese idioma antiguo suyo, y aunque Riley no podía entender las palabras,
no había duda del absoluto tono de mando.
A lo lejos, la carrera de Ben llegó a un abrupto fin, se volvió y
tranquilamente se dirigió de nuevo al grupo. Su expresión era serena,
como si fuera a dar un paseo por el parque en un día de verano. Volvió al
lado de Riley y se quedó allí, quieto y en silencio.
A pesar de que Riley había dado el visto bueno a Dax, a pesar de que
sabía que era para el propio bien de Ben, observarlo obedecerle como una
marioneta sin sentido le hizo revolver el estómago. Estaba tan mal. Como
la esclavitud, sólo que peor. Al menos los esclavos todavía poseían sus
propias mentes.
— Igual que él, cuando lo libere, — dijo Dax.
Sus ojos brillaron con alarma. Ella se dio la vuelta.
— ¿Acabas de leer mi mente? ¿Lo hiciste? ¿Él? — Ella se volvió hacia
Jubal y Gary, en busca de respuestas.
— Riley... — Gary extendió las manos en un gesto conciliador.
— Así es. Perdóname si te ofendí, Päläfertiilam. Tus pensamientos
son muy fuertes. Yo… — Su voz se enganchó, y su expresión vaciló un

~ 166 ~
instante antes de continuar, — tengo que recordarme a mí mismo que no
están familiarizados con las formas Cárpatos. No quise entrometerme.
Ella frunció el ceño. Ese destello en su expresión había sido una
mueca de dolor. Él estaba sintiendo dolor. Echó un vistazo a la terrible
herida abierta aún en su pecho, la preocupación pasó por encima el
miedo.
— Siéntate. Siéntate y haz lo que sea que tengas que hacer para
curarte.
Ella le puso una mano bajo el brazo, con la intención de ayudarlo,
pero en el momento en que su carne le tocó, la agonía se disparó a través
de su brazo. Ella abrió la boca y tiró de su mano. El dolor desapareció al
instante.
— Dios mío, ¿eres tú? — Ella lo tocó otra vez, y casi gritó. — Así es.
Dios mío, lo es. ¿Cómo puedes soportarlo? Estás en agonía. — Ella no
había pensado en el terrible dolor que debía estar sintiendo la primera vez
que se puso de pie, alto y fuerte. Era un maldito vampiro o un cazador o lo
que fuera. Las criaturas míticas no debían sufrir, no se supone que debían
sentir dolor, pero lo hacían, y era atroz. Ella lo sabía. Cuando ella lo tocó,
pudo sentirlo tan claramente como si estuviera sucediendo en su propio
cuerpo.
Incapaz de evitarlo, ella le tocó otra vez. Algo en su interior le exigió
que lo ayudara, que lo sanara. Era casi una obligación.
Claramente Dax no era el que la obligaba, porque él suavemente le
apartó la mano.
— No lo hagas, Päläfertiilam. No podemos mantener todo el dolor
bajo control, y no quiero que te lastimes por mi causa.
— ¿Nosotros? ¿Quién es nosotros? — le preguntó con voz distraída.
Su atención estaba ya inexorablemente sobre las lesiones de Dax. En
cuanto a la herida, casi podía sentir sobre ella misma. Como si estuviera
viajando en el interior de su cuerpo, tocando cada terminación nerviosa,
hueso roto y músculo destrozado, sintiéndolos con los regalos que habían
sido transmitidos de generación en generación. El dolor de Dax llamaba,
rasgando algo en su interior, una barrera que no se había dado cuenta que
existía.

~ 167 ~
Riley levantó la mano otra vez y poco a poco se colocó sobre el agujero
lleno de barro sobre el corazón de Dax. Ella le apretó la mano contra la
herida, presionando la tierra más profundamente en la herida, totalmente
inconsciente de lo que estaba haciendo. Sólo consciente de que ella
necesitaba continuar. Había algo mal dentro de él, algo que parecía
decidido a consumirlo. Pura fuerza de voluntad lo sostenía bajo control. Su
voluntad, más fuerte que las montañas, más fuerte que la tierra misma.
Su mano se levantó, dejando una huella perfecta en el barro. Levantó
la misma mano a la cara y le tocó la mejilla, limpiándole la sangre y la
suciedad de la mejilla y deslizándola lentamente por la garganta por
encima de su corazón. Las palabras y los patrones florecieron dentro de su
mente. El poder subió por Riley mientras miraba a los ojos de Dax, ojos
iridiscentes, hermosos y se centró en el destello de fuego escarlata que
parpadeaban en sus profundidades.
Deslizó un brazo alrededor de Dax, poniendo una mano sobre el
corazón y la otra en el mismo lugar en su espalda. Entonces se desató el
poder que ahora era un ritmo palpitante en su interior. Pura fuerza bruta
fluyendo a través de sus manos, que la tierra y el cuerpo de Dax
absorbieron. La potencia consumida por la tierra compactada en sus
heridas transformando la densa, rica materia orgánica en la piel, hueso y
músculo. Ella no tenía control sobre lo que pasó después, ninguna
comprensión sobre lo que sucedió. Sólo sabía que su poder llamaba al
poder en él, utilizando la tierra que los unía los dos juntos. Huesos
juntándose, nervios reformándose, tejidos y vasos sanguíneos volviendo a
crecer a una velocidad asombrosa.
Cuando terminó, la conciencia de Riley se precipitó de nuevo a su
cuerpo. Ella se apoyó en él. Ahora, fue subiendo sus brazos para
sostenerla. Ella lo miró, aturdida, sintiendo todavía todo lo que él era,
como si estuviera conectada a él, como si fuera parte de él. Sabía que de
alguna manera, milagrosamente, lo sanó. Lo sanó completamente. Sin
embargo, todavía se sentía como si hubiera perdido algo. Todavía estaba
sintiendo mucho dolor, y no debía ser así.
La frente de Riley se arrugó mientras trataba pensar a través de la
confusión. Sus párpados se hicieron muy pesado y de repente todo lo que
podía hacer era tratar de mantenerlos abiertos. El esfuerzo fue demasiado

~ 168 ~
para ella. Agotada, la oscuridad la tragó, y ella se derrumbó en los brazos
del cazador.

***
Dax se encontró a sí mismo sonriendo a su compañera. ¡Qué don el
que ella posee! Ella lo había sanado, y no con los métodos conocidos y
utilizados por los Cárpatos, si no que manipulando la tierra misma. Ella le
había tocado, y la tierra en sus heridas se había transformado en su
dominio. Dax comprobó sus heridas, flexionando sus músculos de forma
experimental. El agujero que Mitro había arrancado de su pecho había
desaparecido. Las innumerables líneas horizontales de las afiladísimas
garras, tan profundas que llegaban hasta el hueso se habían unido, sin
dejar la más mínima costura para demostrar que alguna vez había
existido. ¡Ni siquiera había necesitado ir a la tierra!
Incluso Arabejila, la más talentosa que la tierra Cárpatos que había
conocido nunca, no había tenido un talento tan increíble.
Y su compañero de vida había sido humano, joder. Eso hacía que su
existencia fuera más que un milagro. Nunca había oído que un Cárpato y
un ser humano podrían ser compañeros.
No es que importara. Ella estaba allí, en sus brazos, y él estaba más
contento de lo que jamás había soñado sólo con sostenerla y aspirar su
aroma. Incluso el antiguo pareció fascinado por ella. Olía a flores silvestres
sobre la lluvia de primavera, un milagro de belleza fresca en medio de
Mitro y la destrucción del volcán.
Mientras lo estaba curando, su alma la reconoció y clamó por ella.
Sintió la respuesta de su alma. No reconoció el llamado, sólo el destello de
dolor al saber que ella estaba tan cerca y sin embargo, no se unió a él.
Muy profundamente dentro de él, su alma había alcanzado la de ella
también, haciéndola una parte tan importante de Dax, que el dragón supo
que Riley era su salvación.
Sus pensamientos se dirigieron de inmediato a su bienestar. Ella
debió ser la que él había sentido tratar de mantener el volcán contenido, y

~ 169 ~
sin duda el esfuerzo, así como la manera milagrosa en que le había
sanado, claramente la habían agotado, provocando su colapso. Él la
examinó con cuidado, por si acaso, pero sus heridas eran sólo pequeños
cortes y magulladuras de su carrera a través de la selva, de aquellas que
sanaba con un pensamiento. Necesitaba dormir, agua y los alimentos, pero
estos últimos podrían esperar hasta que despertara.
No podía apartar los ojos de ella. Incluso manchada con tierra y
ceniza, era la vista más hermosa que había contemplado jamás, y ella
parecía tan frágil en sus brazos. La sola idea de que le hiciesen el menor
daño le hizo apretar sus músculos y una tensión añeja luchara contra el
control de Dax. Él y el dragón, ambos, estaban unidos en su
determinación para protegerla. Con un pensamiento, Dax limpió la ceniza
y la suciedad de su cuerpo, dejándolas a ella y a su ropa limpias.
Dax finalmente apartó la mirada de su compañera, y volvió su
atención a los dos hombres que le habían ofrecido sus muñecas. Jubal y
Gary eran amigos de los Cárpatos. Había aprendido sus nombres y
registrado sus recuerdos cuando él tomó su sangre, y utilizó esa conexión
para absorber su lengua, un dialecto más moderno de la lengua que él
había identificado correctamente como Inglés. Ahora estaban bajo su
protección también. En cuanto a Ben, Dax estaba en deuda con el hombre
por la forma en que se habían quedado para proteger a Riley a pesar del
peligro para sí mismo.
— Coman, beban y descansen durante unos minutos, mis nuevos
amigos, pero luego debemos movernos. Mitro, el vampiro que estaba
cazando, está libre de su esclavitud, y no es seguro permanecer aquí. —
Miró a Ben, que se había desplomado sobre su bolso. —Élla estará bien
una vez que se despierte. Si fueran tan amables como para prepararle la
comida y el agua también.
— Irás a la caza del vampiro. — Gary hizo una declaración.
— No esperará que haya sanado tan rápidamente. Va a necesitar
sangre y un lugar para ir a tierra. Si tengo suerte, voy a ser capaz de
acabar con él esta noche.
Gary miró al cielo.
— No falta mucho para que acabe la noche.

~ 170 ~
Dax asintió.
— Te encomiendo la tarea de velar por mi compañera. — Había un
pequeño borde afilado en su voz, el primero de la noche. — Volveré
mañana al anochecer. Asegúrate de que ella está bien. — Miró a su
alrededor. — Tendrán que encontrar un lugar más fácil de proteger. Mitro
es capaz de enviar cualquier cosa contra ti. Él sabrá que voy a luchar por
mantenerlos a salvo, y sobre todo, quiere a Riley muerta. Él cree que ella
es Arabejila. Estoy seguro de ello.
— Más adelante, hay un pequeño hueco en el claro, — dijo Jubal. —
Lo noté cuando llegamos a la base de la montaña. Está protegida en tres
lados por rocas con un pequeño arroyo en el otro lado. Podemos instalar
una carpa allí con malla para Riley.
Dax comprobado la ubicación con un ojo juicioso y luego añadió
salvaguardias para mantener fuera a cualquier amenaza.
— Regresaré.
Se elevó en el aire con gran renuencia, volando lejos de ellos. Tenía
poco tiempo. Mitro cazaría por sangre antes de irse a tierra, y estaba
furioso. Él haría tanto daño como fuera posible.
Dax volvió al lugar donde los dos dragones se habían peleado.
Oscuros charcos de ácido manchando el suelo, y quemando a través de
cualquier planta o árbol que hubiera quedado en pie por ese lado de la
montaña.
La montaña fue arrasada por el barro y los incendios. Sin embargo,
todo parecía tan diferente, nuevo a sus ojos. Incluso con la ceniza en polvo
sobre los árboles y arbustos en la base de la montaña, y el aire asfixiante,
aún podía discernir colores, un regalo de su compañera. Los negros eran
vivos y brillantes. Los blancos y los destellos de verde y marrón enviaron
un pequeño escalofrío de alegría a través de él a pesar de su tarea
desalentadora. En cierto modo se sintió agradecido por la ceniza. Los
colores eran tan únicos para él, tan vivos y brillantes, que casi herían sus
ojos.
Cogió el olor inmediatamente. Mitro estaba gravemente herido y no
tenía energía para gastar escondiéndose de Dax. Había esperado que el
cazador fuera a tierra cerca de los seres humanos, no que corriera tras él.

~ 171 ~
Una vez más Dax se elevó al cielo, en la forma de un búho. La visión
de la lechuza le dio la capacidad de ver mucho más y su pequeño cuerpo
apenas podría ser notado. Así las cosas, con la ceniza en el aire, Dax se vio
obligado a enviar un viento delante de él para despejar el cielo lo suficiente
como para ver cualquier cosa inusual. Mitro no habría llegado muy lejos
sin sangre. Él recorrió el área pacientemente, ampliando su círculo hasta
que el búho vio algo que yacía cerca del arroyo.
Inmediatamente, Dax descendió, el búho se instaló sobre un árbol y a
la derecha de los objetos dispersos abajo. Una sensación de pesadez en el
pecho, junto con los nudos en su estómago lo previno. Había dos cuerpos,
ambos habían intentado correr, y habían muerto dolorosamente, gritando
de miedo. Sus ojos estaban muy abiertos, la boca todavía formando sus
últimos gritos, las dos gargantas rasgadas. Líneas brillantes de rastros de
sangre en sus cuerpos. Mitro siempre había sido un comedor sucio.
Dentro del cuerpo de la lechuza, Dax suspiró. Había sabido que Mitro
encontraría sangre, era demasiado astuto para no hacerlo. La selva era un
lugar muy grande, y había pocos seres humanos en cualquier lugar cerca
de la montaña, sin embargo, infaliblemente, Mitro se había sentido atraído
por ellos.
Dax se desplazó a través de la niebla y se quedó a estudiar los dos
cuerpos. Ambos parecían ser nativos de la selva, aunque vestidos de la
misma manera como Gary y Jubal. Un machete yacía a centímetros de
uno de los cuerpos, su hoja manchada con algo oscuro. Se acercó al
segundo cuerpo, y encontró lo que esperaba. La sangre se había filtrado
por debajo del cuerpo, el que había sido cortado varias veces por el
machete. Ese era el estilo de Mitro, obligando a alguien a dañar a un
amigo o ser querido para la diversión del vampiro.
Mitro definitivamente había regresado a sus viejos trucos. No había
pasado una hora o así fuera de su prisión y ya estaba matando y
torturando. El dolor lo atravesó, una emoción inesperada. Tantos años
perdidos tratando de destruir a una criatura depravada, vil, fracasando
una y otra vez. Teniendo que mirar las consecuencias que el paso de los
muertos vivientes dejaban en su camino de destrucción y otra vez era
mucho más de lo que podía soportar. Ahora, con su capacidad de sentir,

~ 172 ~
Dax se ha visto afectado por cada una de esas vidas perdidas durante
siglos.
De inmediato sintió una agitación, el roce de un alma. Suya. El
Antiguo. Ella. Su corazón dio un vuelco. La carga de la destrucción de
Mitro era de él, pero él no estaba solo. Nuestra, corrigió el Antiguo.
Un susurro suave frotó una caricia en su mente. Nuestra, la voz de
Riley se hizo eco.
Dax no estaba solo. Encontraría Mitro y lo destruiría, ese era su
derecho consolidado, pero esta vez, él tendría algo propio por lo que
luchar. La lechuza desplegó sus alas y se fue pues el amanecer estaba a
punto de romperse.
Estaba agradecido por la ceniza, que lo protegía de la luz. Él había
estado en el interior de una montaña durante tanto tiempo que incluso
envuelto profundamente dentro del cuerpo de la lechuza, la primera luz le
lastimó la piel y dañaba sus ojos.
Se apresuró a regresar a su mujer. Päläfertiilam. Su compañera.

~ 173 ~
Capítulo 10
Traducido por Rhyss
Corregido por Rhyss

Los sueños son la forma de los ángeles de mostrarnos lo que está en


el otro lado, — su abuela se lo había dicho a Riley cuando era sólo una
niña. Si eso fuera cierto, entonces el cielo era un lugar cálido y sensual,
teniendo en cuenta el sueño que Riley acababa de tener.
El sueño había sido tan maravilloso, de hecho, se resistía a salir de él.
Ella se aferró a dormir, a los restos tenues de ese sueño, lleno de caricias
suaves y manos fuertes, hasta que el clamor de las voces a su alrededor
creció demasiado fuerte para ignorarlo.
Sus ojos se abrieron, y ella se sentó frunciendo el ceño y
desorientada, por encontrarse a sí misma en lo que parecía su propia
tienda de campaña. La luz que brillaba a través de la tela verde revelaba
un espacio limpio y ordenado que, por primera vez desde que la había
comprado, ahora estaba perfectamente limpia, sin rastro de la suciedad o
el olor de la tela mojada que se había aferrado a ella a lo largo de su viaje
por la selva. Ella todavía estaba completamente vestida, aunque sus botas
estaban acomodadas junto a su mochila y su chaqueta había sido
cuidadosamente doblada y puesta en la parte superior también.
Ella podía oír a la gente moviéndose y hablando fuera de la tienda y, a
juzgar por el número de voces, su pequeña fiesta debió haber servido a
otros sobrevivientes. Se incorporó bruscamente, sintiendo florecer su
esperanza. O tal vez todo lo que había pasado desde la partida hasta el río
había sido una pesadilla horrible, extraña.
Antes de que ella consiguiera que sus esperanzas fueran demasiado
lejos, sin embargo, la cremallera de la tienda se deshizo, y el panel cayó

~ 174 ~
hacia atrás para revelar un mundo exterior cubierto por una gruesa capa
de ceniza volcánica gris, con más aún cayendo desde el cielo. No fue un
sueño entonces.
Riley encontró un triste consuelo cuando Gary salió por la abertura
de la tienda con un tazón de sopa caliente y una cuchara en la mano.
—Oh, bien, estás despierta. Tengo tu desayuno, o la cena, ya que el
sol está a punto de ponerse.
—Hola, Gary. — Asintiendo en agradecimiento, tomó la taza y la dejó
a un lado. Su cuerpo todavía estaba despertando, y no tenía hambre. —
¿Qué está pasando? ¿Dónde estamos? ¿Están todos bien? ¿Cuánto tiempo
he estado dormida?
Había un montón de espacio en la tienda de campaña para tres
personas, y Gary se sentó en un taburete de camping que alguien había
puesto dentro.
—Jubal y Ben están bien. De hecho, están fuera ahora. — Indicó la
cortina de la puerta. —Estamos en un campamento que algunos de los
lugareños han establecido como lugar de encuentro para los
sobrevivientes. En cuanto a cuánto tiempo dormiste, has estado
descansando desde hace dos días.
— ¿Dos días?— Repitió ella, incrédula. Nunca había dormido tanto en
toda su vida. Frunció el ceño con desconfianza repentina. — ¿El cazador
de vampiros me puso a dormir?
—No, no lo hizo. Al parecer, agotaste todas tus reservas de fuerza al
salvar nuestros traseros y curarlo. Es por eso que necesitas comer ahora,
ya sea que tengas hambre o no. — Lanzó una mirada mordaz al plato de
sopa.
—Dos días, — murmuró. —Dios mío. — Ella levantó la cuchara y se la
llevó a los labios adormecida. Los sabores explotaron a través de su
lengua, y ella echó un vistazo a la sopa con sorpresa. Estaba realmente
buena, y al ingerir su primer bocado se dio cuenta de que realmente tenía
hambre.
—No estoy seguro de que seas consciente de lo que hiciste, o si
siquiera lo recuerdas, — añadió Gary cuando estuvo satisfecho de que
estuviera comiendo. Bajó la voz para que los otros en el exterior no

~ 175 ~
pudieran oírle. —Dax, el cazador de los Cárpatos, fue gravemente herido y
tú utilizaste tus dones para sanarlo directamente. Me dijo que no sólo
extrajiste energía de la tierra, como lo hiciste para contener al vampiro, o
cuando redirigiste la erupción del volcán. Sino que absorbiste la mayor
parte de la energía de tu cuerpo y la vertiste en él. Riley, lo curaste
completamente. Y con esto, quiero decir que volvía a crecer el hueso y el
tejido de la nada. He estado alrededor de los Cárpatos, y ni siquiera los
más fuertes de los curanderos entre ellos podrían haber hecho lo que
hiciste por ti misma y en tan poco tiempo. No es nada menos que
milagroso. Después te desmayaste, Dax te reviso él mismo, pero no pudo
encontrar nada malo, así que nos dijo que sólo te dejáramos descansar.
Así que lo hemos hecho. —Él miró hacia abajo. — ¿Más sopa?
Le tomó un momento a Riley darse cuenta de que estaba mirando
ciegamente en el cuenco ahora vacío.
—Sí, gracias.
Alzando la voz, Gary llamó a Jubal, y segundos más tarde cambió su
cuenco vacío por uno lleno. Jubal sólo asomó la cabeza en la tienda el
tiempo suficiente para darle una gran sonrisa y un hola, que ella regresó
de forma automática. Luego se agachó al exterior, y la puerta de la tienda
se cerró detrás de él.
—Riley, sé que has sospechado durante mucho tiempo que Jubal y yo
sabemos mucho más de lo que hemos estado dispuestos a compartir.
Guardamos secretos por muchas razones, sobre todo porque mantener
esos secretos ayuda a proteger a las personas que atendemos. Pero debido
a que Dax nos ve como tus protectores, es que nos ha dado permiso para
compartir algunos de nuestros conocimientos contigo ahora. —Se veía
como algunos de sus compañeros profesores antes de que comenzaran sus
primeras dos horas de conferencia sobre un tema que le tomaría años
explicar plenamente.
—Espera. — Ella levantó una mano. —Antes de empezar, dime acerca
de los demás. Dijiste que Ben y Jubal estaban bien. ¿Qué pasa con el resto
de la gente de los barcos? ¿Sobrevivieron?
—Dax encontró a Miguel, Héctor, Don, y Shelton Mack cuando
bajaban de la montaña. Y seguir la pista del profesor y sus estudiantes es

~ 176 ~
lo que nos trajo hasta aquí. —Algo en el tono de su voz alzada provocó un
nudo en el estómago.
— ¿Qué pasó?
—El profesor cayó. Oh, no te preocupes, no es nada demasiado malo,
a menos de que esté en la selva, y debe ser capaz de caminar, pero va a
estar bien. Se rompió la pierna.
— ¿Y?— dijo ella cuando él se quedó en silencio de nuevo. —No
entiendo la mirada de preocupación en tus ojos sólo porque el profesor se
rompió algo. ¿Qué más?
—Dax encontró dos de los porteros muertos aquella primera noche.
Volvían a ver si todos lograron escapar lejos del volcán. Fernando y Jorge.
Ella negó con la cabeza.
—Eso es tan terrible. — Ella sabía que las malas noticias no habían
terminado y espero en silencio para que le dijera el resto.
—Uno de los guías y uno de los alumnos del profesor faltan. Pedro fue
a buscar agua limpia para el desayuno. Marty se fue con él. Nunca
regresaron. —La expresión de Gary fue más sombría. —Dax cree que el
vampiro al que está cazando podría haberlos encontrado. — La expresión
de su rostro, le dijo que él también lo creía. —Pero por si acaso se
equivoca, tenemos a la mayoría de los hombres en busca de ellos ahora, —
agregó.
Dándole un momento para procesar la noticia, Gary le dio el plato de
sopa vacío a Jubal otra vez y lo cambió por dos tazas de camping azules
metálicas.
Vampiro. Riley sacudió la cabeza con incredulidad. Los Vampiros eran
uno de los monstruos de los cuentos. Eran las cosas de las que uno se
disfrazaba en Halloween, las criaturas malévolas en una película de terror.
No se suponía que fueran reales. Pero, de nuevo no se suponía que los
dragones existieran, y su madre no se suponía que debiera estar muerta,
y... su corazón parecía saltar al pensar en ese hombre. No se suponía que
estuviera aquí, sea lo que él sea.

~ 177 ~
Ella tomó la taza de camping que Gary le ofrecía y tomó un sorbo del
agua agradecida. Estaba tibia y sabía a cenizas y productos químicos, pero
apagó su sed y calmó su garganta reseca.
— ¿Qué más no me estás diciendo?— La imagen de dos dragones
enfrentándose delante de ellos se le vino a la cabeza. — ¿Qué con Dax, el
cazador? ¿Supiste todo el tiempo que estaba aquí?
—No, por supuesto que no. No teníamos idea de que Dax o el Vampiro
estaban aquí. No creo que nadie lo supiera. Por lo que me dijo Dax, él y
Mitro, el Vampiro, fueron encerrados bajo la tierra en la montaña por un
tiempo muy largo. Una mujer Cárpato llamada Arabejila, que vino aquí con
Dax para cazar a Mitro, los selló a ambos dentro. Dax sospecha que
Arabejila fue tu antepasado, y que ella es la que les transmitió el ritual que
tú y tu madre llevaban a cabo para proteger al volcán de entrar en
erupción y así impedir que ellos fueran liberados. Según Dax, Mitro es
peor que la mayoría de los vampiros, y él tiene un don para escapar de las
malas situaciones. Tal vez ese don le ayudó a desgastar la barrera, pero,
en cualquier caso, él está libre ahora. —Gary tragó perceptiblemente
después de hablar.
—Entonces, ¿qué es exactamente un Cárpato? Sigues usando esa
palabra como si tuviera que significar algo para mí. — Riley necesitaba
una explicación de por qué los Vampiros y los dragones se había vuelto
una realidad.
—Los Cárpatos son una raza antigua, una especie diferente en
realidad, que ha existido junto a la humanidad por un tiempo muy largo.
De hecho, los Cárpatos dicen que son de la misma tierra. Ellos tienen
ciclos de vida muy largos, y poseen dones y habilidades asombrosas, que
es sin duda lo que dio lugar a todas las leyendas y los mitos sobre los
Vampiros y los cambiaformas. Se necesitaría mucho tiempo para dar todos
los detalles, así que voy a tocar los puntos importantes. Estoy seguro de
que Dax estará encantado de responder a cualquier pregunta que puedas
tener. — Él le dio una pequeña sonrisa. —Jubal y yo hemos sido amigos de
los Cárpatos desde hace algún tiempo. Trabajamos con ellos y para ellos y
nos consideramos afortunados por ese privilegio. En realidad son seres
extraordinarios.

~ 178 ~
Riley no podía dejar de mirar hacia abajo en la muñeca de Gary de
donde Dax había tomado su sangre. ¿Si había vivido con los Cárpatos
desde hace mucho tiempo, era él un amigo o más bien era como una vaca
a la que ordeñaban cada vez que necesitaban alimentarse?
Al darse cuenta de la dirección de su mirada, Gary sonrió.
—Estoy bien. A veces puede sentir un poco de mareos por la pérdida
de sangre, pero Dax tuvo cuidado de no tomar demasiado. Ellos necesitan
sangre para sobrevivir, y por la forma en que lo veo, donar sangre para
ellos no es muy diferente a donar sangre para la Cruz Roja o la unidad
local de sangre.
—Salvo que en la Cruz Roja no beben lo que les donan.
—No, pero sí lo utilizan para salvar vidas. Los seres humanos
necesitan sangre para sobrevivir, y también lo hacen los Cárpatos. La
única diferencia real es cómo lo consiguen. Además, la mayoría de la gente
nunca sabe que ellos han tomado su sangre. En realidad es muy discreto y
sin dolor. Los Cárpatos utilizan sus habilidades para poner a una persona
en un estado de sueño.
—Así que cautivan a la gente. Al igual que los Vampiros en las
novelas y películas.
—Sí, no hay nada malicioso en ello. La mayoría suele inundar a la
persona con pensamientos felices, toman lo que necesitan y dejan un
recuerdo agradable detrás cuando se van.
Gary se frotó la muñeca como si todavía pudiera sentir los dientes
rompiendo la piel. A lo mejor podía. Él no la había mirado como si
estuviera en un estado de trance cuando Dax estaba bebiendo de él.
— ¿Por qué no hay ninguna marca? — preguntó Riley. —Lo vi tomar
tu sangre, pero no veo ninguna señal de algún corte o un rasguño en tu
muñeca.
—Eso es porque la saliva de los Cárpatos tiene agentes de curación
rápida, los que parecen funcionar en casi cualquier cosa orgánica. Las
heridas cierran casi al instante. Es realmente algo increíble. Tienen otros
dones, también. Habilidades que parecen caer más en el reino de la magia
que en el de la ciencia. Pero todos esos dones tienen un precio.

~ 179 ~
— ¿Qué precio?
—Uno bastante alto. La forma en que se me explicó fue que cada
hombre de los Cárpatos nace con una semilla de oscuridad en él. Al
principio no es nada, menos que nada. Como un grano de arena en el
océano. Pero como la edad de los varones, la oscuridad en ellos crece.
—Por “oscuridad”, ¿qué quieres decir exactamente?
—Supongo que lo llamaría el mal, o más bien, la capacidad para el
mal. Algo así como todas las emociones agresivas, el odio, la violencia, el
egoísmo. Una vez que un hombre de los Cárpatos llega a la edad adulta, la
oscuridad empieza a empujar, tratando de dominar. Como he dicho, los
Cárpatos pueden vivir un tiempo muy largo. Cuanto más larga sea la vida
de los hombres, más fuerte se hace la oscuridad dentro de ellos.
Gary hizo una pausa para tomar un sorbo de agua, pero sí lo hizo por
sed o de los nervios, Riley no podría decirlo. Parecía un poco incómodo.
—Los machos Cárpatos pierden la capacidad de ver en color, y la
capacidad de sentir emociones. Yo no tengo una idea clara de cómo
funciona exactamente. Creo que es un poco diferente de persona a
persona. Para algunos, tengo entendido que es un corte limpio, como
apagar las luces y todas las emociones que hayan tenido les son pura y
simplemente arrebatadas. El amor, la tristeza, la alegría, el pesar, todo se
ha ido, y lo que queda es el vacío. Para otros, no es aparentemente un
cambio tan drástico, y sus emociones se desvanecen poco a poco. Hay
quien usa su memoria para recordar cómo solía sentir las emociones, pero
me han dicho que es como oír bajo el agua. No es lo mismo, pero se
aferran a ellas, porque es lo único que tienen. Pero incluso eso no dura. La
oscuridad corrompe todo el tiempo, y los Cárpatos lo saben. Eso les deja
sólo dos opciones: o bien entregarse al sol y morir, y sí, esa parte funciona
igual que lo hace en todos los Vampiros, o abrazar el mal y ser convertido
en un Vampiro, como Mitro hizo.
Riley se miró las manos, inexplicablemente triste.
—Qué terrible para ellos. Así que son Vampiros, después de todo.
—No, no lo son. Sin embargo, pueden convertirse en Vampiros si
abrazan la oscuridad dentro de ellos. Eso es lo que tratamos de decirte
antes. Los Vampiros no son simplemente malvados, sino que han elegido

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ser malvados. Eligen renunciar a sus almas porque sienten un subidón
cuando matan mientras se alimentan. Disfrutan con el odio, la
destrucción, la corrupción. No hay peor monstruo en la tierra que los
Vampiros. Y los Cárpatos como Dax les dan caza. Y Riley, hay algo que
debes entender y es que algunos de los Vampiros que cazan alguna vez
fueron sus amigos. Tal vez incluso miembros de su familia. Se necesita
una persona muy fuerte para soportar una carga así.
Riley luchó por envolver la cabeza en torno a la información que Gary
estaba compartiendo. Racionalmente, hubo un tiempo en el que le hubiese
resultado difícil creer en los Vampiros y cambiaformas, pero los había visto
por sí misma. No podía negar su existencia. Por otra parte, ella sabía que
la magia existía, el tipo de magia que desafiaba el pensamiento racional.
Ella misma la poseía, como lo había hecho su madre antes que ella. La
parte más difícil era luchar a brazo partido con la idea de que Dax aún no
era un Vampiro, pero podría llegar a serlo. Al recordar la imagen de Dax,
de pie ante ella con manchas de color rojo y oro cayendo a su alrededor,
con los ojos tan centrados y sin embargo tan perdidos.
Riley pasó la mano debajo de la comisura de la colchoneta en que
estaba sentada. Sus dedos tocaron el suelo de la tienda. El vinilo se sentía
fresco contra su mano. Sus dedos comenzaron a temblar en cuanto su
conexión con la tierra se hizo más fuerte. Empujó el plástico, ganando
comodidad mientras más cerca llegaba de la tierra apisonada debajo de la
carpa. Para su sorpresa, el material plástico delgado parecía disolverse
bajo su mano, dándole acceso a la tierra, que se abrió con facilidad, como
si diera la bienvenida a su exploración.
—Así que Dax caza Vampiros, como este tal Mitro que escapó del
volcán, — Riley resumió. —Pero Dax es Cárpato, lo que significa que tiene
este mismo mal creciendo dentro de él al igual que Mitro. Y si no se
entrega al sol, con el tiempo se convertirá en un Vampiro también.
La imagen del cuerpo destrozado de Dax, sus heridas abiertas al cielo
nocturno, la inundó completamente. Sin embargo, a pesar de que
seguramente había estado en agonía, la había mirado con tanta calidez y
tal maravilla, con los ojos llenos de emoción. ¿No las tenía él? Su corazón
parecía tartamudear ante la idea de que se convirtiera en Vampiro. Él era
noble. Lleno de coraje. Él la había tocado con tanta gentileza. Ella no podía

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creer que hubiera mal en él. Era capaz de la violencia, ¿pero de maldad?
La idea fue tan devastadora que casi no podía respirar.
Buscando consuelo, ella usó sus dedos para desplazarse por la tierra.
Era extraño como se movían por el suelo, casi sin resistencia, como si
estuviera pasando su mano por aguas tranquilas. La tierra parecía estar
cantando bajo sus manos.
Con sus dedos en el suelo, sin pensar en el por qué y el cómo, se
había concentrado en la melodía que estaba a su alrededor, podía sentir a
todos los demás en el campamento. Ella sabía dónde estaban, qué hacían.
Entonces, de repente, se quedó inmóvil, con el cuerpo girando frío de
miedo ante la idea de que Dax se hubiera ido.
—Gary, ¿dónde está Dax en este momento?
—Está descansando en este momento. Como he dicho, los Cárpatos y
el sol no se llevan muy bien, aunque no parece afectar a Dax demasiado.
—Gary, — ella dijo muy fríamente. —Responde la pregunta.
—Dax quería estar cerca por si acaso Mitro o alguna otra amenaza se
acercaba y lo necesitábamos.
Los ojos de Riley se agrandaron y ella se puso de pie. Gary, tomado
por sorpresa, cayó hacia atrás en su intento por salir de su camino.
— ¿Está justo debajo de nosotros no es así? — Ella miró hacia abajo,
escudriñando el suelo de la tienda. Ella lo sintió, y el alivio inundó cada
parte de ella. Él estaba cerca. Ella volvería a verlo.
Gary se puso de pie y enderezó su taburete.
—Sinceramente, no lo sé. La ubicación de su lugar de descanso no es
algo que comparten los Cárpatos, por razones obvias, pero eso tendría más
sentido. Él quiere mantenernos a salvo.
Riley sabía que Dax estaba allí. Tal vez no se suponía que supiera su
lugar exacto de descanso, pero la tierra se lo susurró. Y ella lo supo. Había
un hombre, un Cárpato, enterrado debajo de ella. Ella miró hacia abajo, a
sus pies. Ella estaba de pie sobre él. Bueno, no es que realmente estuviera
de pie sobre él, se corrigió en silencio. Para ser técnicos al respecto, la
tienda de campaña estaba sobre el terreno que contenía el cuerpo dormido
de Dax.

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—Espero que no espere que le ayudemos a cavar para salir, — dijo en
voz alta, y Gary llevó sus dedos hacia arriba en un gesto de que guardara
silencio.
La risa retumbó a través de ella, y ella sabía que era Dax. El hombre
habló directamente en su mente.
Te doy las gracias por la invitación, pero estoy seguro de que puedo
encontrar la salida.
Su voz era amable y suave, pero cada palabra llevaba una sonrisa.
Ella se estremeció. Bueno, más que amable y suave, su voz sonaba como
la miel caliente vertiéndose en su mente y llenando cada espacio vacío y
solitario. Sólo el sonido de su voz hizo que sintiera como si dedos de
excitación danzaran a través de su cuerpo y un chasquido de corriente
eléctrica corriera a través de sus venas. El calor se extendió a través de
ella como si esa miel encontrara su camino por su cuerpo.
No podía estar en su mente. No con las cosas que estaba pensando,
como lo muy sexy que era todo en él. El color se le subió desde el cuello a
la cara.
—No estoy cómoda contigo en mi cabeza.
Ella miró a Gary, como si él fuera el culpable de la conducta de Dax.
Sin inmutarse por su irritación, Dax continuó hablando directamente
a su mente.
Te dejé un regalo, Riley, para darte las gracias por tu ayuda. ¿Te
gusta?
Una fuerza externa dirigió su atención hacia el saco de dormir. Ella
movió la parte superior para revelar una colcha tejida intrincadamente que
representaba un hermoso paisaje de montañas y prados, todos trabajados
en tonos rojos y negros con hilos de plata y oro brillantes bordado en todas
partes. Una luna plateada en la parte superior de la colcha enviaba haces
de luz plateada brillando sobre el paisaje de abajo. El detalle era exquisito,
lleno de profundidad y movimiento. Le dio la vuelta para ver la parte de
atrás, y la colcha se movía como la seda, suave y caliente en su mano.
El respaldo mostraba una escena diferente llena de vida salvaje. Las
aves de rapiña volando junto a un gigantesco dragón rojo. En el suelo,

~ 183 ~
abajo, lobos, leones, tigres y leopardos corriendo por la llanura, saltando
sobre ríos y arroyos. Al igual que con la parte delantera de la colcha, el
detalle del trabajo era tan exquisito, que la escena prácticamente cobró
vida. Más que eso, la colcha irradiaba calidez y confort.
—No debiste hacerlo, — murmuró Riley.
¿El edredón no es de tu agrado?
No había ninguna emoción en la voz de Dax, pero de algún modo
sabía que Riley le había hecho daño. Ella nunca había sido buena con las
sutilezas sociales.
El corazón le dio un vuelco en el pecho. Nunca había visto nada más
bello, excepto él. Se humedeció los labios y miró a Gary. El color se deslizó
por su cuello para teñir sus mejillas. Sentía a Dax en su mente, esperando
su respuesta. Llegó de nuevo a él, con ganas de compartir lo que tenía que
decir sólo con él.
A mí me gusta mucho. ¿Cómo puede no gustarme? Sus dedos
trazaron las líneas del dragón rojo. Bastó con tocar la tela, acariciar las
líneas del diseño, parecía como lavar sus preocupaciones y temores.
— ¿Me has oído?
El corazón le dio un vuelco. Se sentía tímida, cuando ella nunca había
pensado que tuviera un hueso tímido en su cuerpo.
Sí. La palabra tocó su piel como una caricia.
Esta es una verdadera obra de arte. Pero es demasiado hermosa como
para usar, sobre todo en una tienda de campaña. La idea era indignante.
Ah. Pero fue hecha para su uso. Tú me sanaste. Quería darte las
gracias, y como tú dormías, me pareció el regalo apropiado. Su tono
parecía más a gusto. ¿Has dormido bien, Riley? Pronunció su nombre
lentamente, con mucho cuidado, como si su lengua saboreara cada sílaba.
Ella dobló suavemente la colcha y la dejó sobre la cama, sus dedos
demorándose en la parte superior del dragón rojo, acariciándolo.
Yo dormí bien, y gracias por la colcha, Dax. Ella se encontró tratando
de decir su nombre con una inflexión similar. Pero no puedo estar
teniendo una conversación con un hombre mientras él está enterrado en el
suelo bajo mis pies. No quiero ser grosera, pero me parece todo de lo más

~ 184 ~
espeluznante. Se llevó la mano a la boca. ¿Sabría el Cárpato que estaba
bromeando?
Debería haberse mordido la lengua. Ella tenía el peor sentido del
humor, y realmente no quería herir sus sentimientos, pero hablar con un
hombre que yacía en el suelo bajo sus pies era algo un tanto...
humorístico. Se sentó y comenzó a deslizarse sus botas. Mientras ella
estaba encorvada hacia abajo apretando los cordones de la bota izquierda,
sintió el roce de sus labios contra la parte posterior de su cuello.
Ya veo. Bueno, si ese es el caso, puedes unirte a mí aquí si te gusta,
no sería demasiado difícil. Estoy seguro de que sería muy interesante.
Riley se congeló por un momento, sus manos se detuvieron en los
cordones de la bota. La idea de unirse a él...
Risa masculina vibrando del suelo. Olas de calor irradiado hacia
arriba, y ella se echó a reír también. El Cárpato definitivamente sabía todo
acerca de las bromas. Esa comprensión alivió sus temores de que su Dax
pudiera convertirse en Vampiro. Las criaturas malvadas podían engatusar,
pero no hacían bromas. Sus bromas eran gentiles y amistosas. Había una
diferencia. De alguna manera, ella tuvo la sensación de que quería tocarla,
aunque físicamente no podía estar allí en ese momento. Y de alguna
manera lo había hecho. Dedos en espiral en su interior relajando sus
hombros.
Me llamaste tu Dax.
Ella se puso rígida. Ella lo había llamado su Dax. Pensaba en él de
esa manera y no tenía idea del por qué.
Sí, ya sabes por qué.
Esa voz podría derretir un glaciar. Si ella no se detenía podría
tropezar con su propia lengua.
—Me voy. Tú — señaló al suelo — permanece allí. — ¿Ves? Podía ser
divertida, también. Riéndose de su propia broma, ella salió de la tienda.
Gary la siguió, y al salir el sonido de la risa de Dax se desvaneció,
dejándola con una leve sensación de vacío que rápidamente trató de
empujar a un lado. Riley detuvo a Gary con una mano en el brazo.
— ¿Cómo se puede impedir que se convierta en un Vampiro?

~ 185 ~
Gary la miró durante un largo tiempo, obviamente escogiendo sus
palabras con cuidado.
—Los Cárpatos nacen con un alma que debe encontrar su otra mitad.
La luz de su oscuridad. Sólo su alma gemela puede restaurar los colores y
las emociones e impedir que un hombre de los Cárpatos que lleva
demasiado tiempo en el mundo se convierta. Sin esa mujer que es la otra
mitad de su alma, elegirá entre renunciar a su alma y convertirse en lo
mismo que él persigue, o buscar el amanecer y el suicidio. Él debe
encontrar a su compañera.
Al oír esas palabras su corazón se encogió. Ella se apretó la mano
sobre el corazón, de pronto casi sin poder respirar, su mente corriendo.
—Gary, ¿cuál es la palabra de los Cárpatos para compañera?
Gary la miró directamente a los ojos.
—Päläfertiilam.
Riley asintió lentamente con la cabeza, tratando de no notar que su
sangre subió acaloradamente con la palabra, o que su mente
continuamente buscaba a Dax. Ella apretó los labios para no sonreír.
—Entiendo.
— ¿Realmente lo haces? — Gary preguntó.
Ella se encogió de hombros.
—En realidad no, pero estoy segura de que lo voy a averiguar.
Fuera de la tienda, la ceniza cubría todo. Seguía cayendo a través de
las copas de los árboles, convirtiendo todo en un gris nuboso. Riley miró a
su alrededor, localizando fácilmente a Jubal y a Ben junto con algunos
indígenas que se reunían en torno a una hoguera central. El campamento
era sorprendentemente grande. Mientras caminaba hacia Jubal y Ben, otro
grupo de hombres llegó de un sendero a su derecha.
Ella observó a Alejandro, uno de sus guías, junto con Miguel, Héctor,
Don, y Shelton Mack. Eran obviamente uno de los grupos de búsqueda
que regresan, pero como no había ninguna señal de Marty o Pedro entre
ellos, parecía claro que su búsqueda no había tenido éxito.
Jubal se acercó.

~ 186 ~
—Oye, Riley. Me alegro de verte en pie. ¿Te sientes bien?
—Estoy bien, gracias. — Ella se volvió para mirar nuevamente a la
partida de búsqueda. —Gary me dijo que Marty y Pedro desaparecieron.
—Sí. Parece que todavía no los encuentran. No puedo decir si es
buena o mala noticia.
—A los Vampiros les gusta jugar con sus víctimas, — Gary explicó en
voz baja. —Gente caminando convertida en títeres no es infrecuente. Si
Mitro es la razón por la que esos dos están desaparecidos, quien los
encuentre probablemente tendrá una sorpresa muy desagradable.
Riley se dio la vuelta en estado de shock.
—Se lo has dicho a ellos — Ella asintió con la cabeza en dirección a la
partida de búsqueda, bajando la voz para que no la oyeran.
El silencio de Gary y Jubal fue toda la respuesta que necesitaba.
— ¿Por qué no les dijiste? ¿Si vas a enviar un equipo de búsqueda y
ponerlos en peligro, no deberían saber con lo que estamos tratando? — Se
frotó la mano por la cara. —Gary, Jubal, ¿qué tan justo es eso?
Por segunda vez desde que despertó, sintió la sensación de una cálida
mano tocando su espalda, calmándola y enviando el foco de su ira lejos de
Jubal y Gary. Se volvió para mirar detrás de ella, pero no había nadie allí.
—Consideramos que era muy poco probable que encontraran a Marty
o Pedro, — dijo Gary. —Antes de que Dax se fuera a dormir, realizó una
búsqueda preliminar en un radio de cinco millas alrededor del
campamento, y no encontró nada.
—Riley, tienes que entender, — Jubal añadió cuando ella siguió
negando con la cabeza. —Gary y yo hicimos un juramento, mantener los
secretos de los Cárpatos a toda costa y con ello mantener a su raza segura.
No hicimos esa promesa a la ligera, y no la mantenemos a la ligera. Hay
hombres, mujeres y niños... — Se detuvo por una fracción. —Y bebés que
cuentan con nosotros. — Observó a los miembros que regresan del grupo
de búsqueda cuando se separaron y buscaron sus propias tiendas, y su
expresión se volvió resuelta. —No les vamos a fallar. No podemos
compartir ni siquiera una insinuación de lo que sabemos con los demás.

~ 187 ~
Demasiadas vidas dependen de nuestro silencio, por no mencionar,
¿realmente crees que un hombre de la talla de Don Weston nos creería?
—Gary, ¿cuánto tiempo hace que conoces acerca de los Cárpatos? —
preguntó Riley.
—Desde hace algún tiempo, — admitió. —Varios años.
— ¿Y en todo este tiempo nunca le has dicho a nadie sobre ellos?
¿Jamás? — Su pregunta hizo que los dos hombres la vieran, como si
hubiera tocado algo sagrado.
Después de un largo silencio, Jubal finalmente dijo:
—Riley, eres la primera persona a la que cualquiera de nosotros se lo
ha dicho. — La forma en que lo dijo le hizo preguntarse cómo estos dos
hombres vivieron con ese gran secreto. ¿Cómo miraban al mundo cuando
ellos entraban en cafeterías y aeropuertos, y escuchaban noticias sobre
sucesos inexplicables, sabiendo lo que sabían?
El suelo debajo de ella pareció cambiar un poco. Riley miró hacia
abajo y envió un pensamiento en espiral hacia el suelo.
Ve a dormir. No voy a tratar contigo en estos momentos.
Riley trató de ponerse en los zapatos de Gary y de Jubal, imaginar lo
que haría en su lugar. ¿Si toda una raza de seres dependiera de ella para
sobrevivir, traicionaría su confianza y revelaría sus secretos a los demás?
¿O les guardaría sus secretos, incluso si eso significaba que podría poner
en peligro a otras personas?
A decir verdad, ella ya había tomado esa decisión. Ella y su madre,
ambas, habían venido a esta montaña para trabajar el ritual que había
sido transmitido de generación en generación. Su madre había sabido
sobre el mal encarcelado en la montaña, pero ella no había advertido a los
otros de su grupo. Tampoco Riley, cuando le correspondió a ella mantener
el secreto. Había hecho lo que había que hacer. ¿Era realmente diferente a
Gary y a Jubal?
—Riley, yo sé que es difícil para ti el poder comprendernos. Es difícil
para nosotros retener información cuando sabemos que puede costar
vidas. Pero ¿alguna vez has sido parte de algo tan importante que tus

~ 188 ~
propias necesidades han dejado de serlo? Eso es lo que es para nosotros.
— Jubal hizo una pausa para dejar que asimilara sus palabras.
—A pesar de que no podemos hablar de lo que sabemos, todavía
hacemos lo que podemos para proteger a los inocentes — agregó Gary. —
De la misma forma en que te acompañamos hasta el volcán. Ante la
sospecha de lo que estaba pasando allí. No podíamos decirte nuestras
sospechas, pero aun así, vinimos contigo para protegerte.
Riley vio la misma honestidad indefensa en la cara de Gary y en
Jubal. Eso la ayudó a poner sus propios sentimientos de culpa a
descansar.
Esta vez sintió a Dax antes de que hablara con ella.
Los dos son grandes hombres, sivamet, ambos tienen una gran
capacidad para cuidar de los demás. Es un rasgo muy raro. No es de
extrañar que mi pueblo los haya elegido para llevarlos a nuestro mundo.
Dax tenía una manera de traer una estabilidad tranquilizadora
cuando hablaba con ella.
Ellos ayudaron tanto como pudieron en el viaje hasta aquí, y en la
montaña. Estoy en deuda. Era extraño hablar mentalmente con alguien,
pero tenía que admitir que le gustaba la intimidad de ello. Extrañamente,
cuando su voz llenó su mente, a veces cogía un toque de su vida, sus
recuerdos, como si algo más que su voz hubiera entrado en su mente.
Parece que ambos lo hacemos.
Riley escuchó la convicción en su voz.
Si vas a seguir hablando conmigo, no veo por qué estás fingiendo
dormir.
Riley casi podía verlo sonreír.
Me levantaré pronto. Me parece que puedo soportar el sol, incluso
más ahora de lo que antes podía. Sin embargo, puesto que dudo que Mitro
haya ido muy lejos, tengo que conservar mis fuerzas.
Con mayor razón debes dejar de hablar. Estoy segura de que se
necesita energía para hablarme así.

~ 189 ~
No estaba del todo segura de que tuviera razón, pero recordaba cómo
se había sentido completamente agotada después de que ella lo curó.
Riley, me parece que sólo gano al hablar contigo. En cuanto a la
fuerza, me encuentro más fuerte de lo que he estado antes, pero gracias
por tu preocupación.
Riley tomó una respiración profunda.
Me llamaste Päläfertiilam.
Sí. No hubo ninguna vacilación. Él exudaba confianza.
Ella sintió otra oleada de calor que se encrespaba por su cuerpo como
una ola.
Le pregunté a Gary por la traducción. Dijo que significaba compañera
y que sólo hay una.
Gary está en lo correcto. Tú posees la otra mitad de mi alma. Eres la
guardiana de mi corazón.
Una vez más, sintió que una ola de calor se precipitaba sobre ella.
¿Cómo lo sabes?
Lo sé.
Hablaba con la misma confianza.
¿Cómo lo sabré?
Esta vez, ella sintió su sonrisa, su alegría.
Voy a compartir contigo mi mente. Te cortejare. Te persuadiré. Puedo
ser bastante encantador cuando es necesario.
Sin previo aviso, la piel en los brazos de Riley se erizó. La sonrisa
desapareció de su rostro. Se volvió instintivamente hacia el sendero por el
que la partida de búsqueda había regresado. El olor de la vegetación en
descomposición, uno de las ineludibles aromas de la selva, parecía más
fuerte que de costumbre. Se dio cuenta de que la melodía de las plantas y
la tierra que había oído desde que había despertado había cambiado,
convirtiéndose en algo discordante.
Mitro está atacando, Dax le dijo. No tengas miedo. Estás a salvo.
Parecía convencido, pero ella no lo estaba.

~ 190 ~
— ¿Seguro? He visto lo que puede hacer. Yo lo he sentido. ¿Y qué
quieres decir con que está atacando? ¿De dónde? ¿Cómo? — Hizo un gesto
a Jubal y Gary, pronunciando—Mitro está atacando.
No es nada que no pueda detener. Él simplemente está tratando de
debilitarme al obligarme a proteger a este campamento, mientras el sol
está activo. Un grupo de hombres y mujeres que ha corrompido se están
moviendo hacia nosotros. Tú tienes la capacidad para realizar un
seguimiento a través de la tierra, si así lo deseas.
—Ya vienen, — le dijo a Gary y a Jubal. —Hombres y mujeres bajo el
poder de Mitro.
Gary corrió hacia la gran tienda sin decir palabra. Jubal le dio una
palmadita en el hombro y se volvió para gritar órdenes en el dialecto local.
El campamento entero estalló con la actividad, los hombres recogiendo
armas y preparándose para una pelea, las mujeres que apresuraban a los
niños hacia un lugar seguro.
— ¿Qué debo hacer? — Sintió la precipitación en su cuerpo, pero no
sabía qué hacer al respecto.
Mantente cerca del centro del campo. Y respira, sivamet.
Se sentía como una idiota, pero se tomó un momento y trató de
calmarse.
Bien, recuerda, yo siempre estaré contigo. No voy a dejar que ningún
daño venga a ti.
Sintió el abrigo invisible de sus brazos alrededor de ella, y la mancha
del mal diluida, sustituida por la fuerza caliente.
Puedo sentir marionetas de Mitro viniendo de la aldea vecina, pero
quiero que intentes sentirles. A continuación, vamos a establecer un
perímetro defensivo.
Dax le mostró una imagen de ella deslizando sus manos en el suelo.
Riley se arrodilló. Cuando ella puso las manos en la tierra antes, se
había sentido obligada, como si la tierra le estuviera pidiendo que se
comunicar. Esta vez, fue como si ella lo estuviera pidiendo. Ella no estaba
segura de que realmente supiera qué hacer, o de que incluso pudiera

~ 191 ~
hacerlo. Tomando un respiro, juntó las manos como si fuera a zambullirse
en una piscina y lentamente empujó sus dedos hacia abajo en la tierra.
El suelo lleno se desplazó, aflojándose para que sus manos se
hundieran con facilidad. La sorpresa dio paso a la euforia ya que su
mundo cambió de nuevo. La canción de la tierra era fuerte y rica.
Zumbando por sus brazos, a través de sus venas y a lo largo de sus
terminaciones nerviosas, una vibración armoniosa que la llenaba de una
sensación de inmenso y antiguo poder, y de una fuerza sin límites. Ella
cerró los ojos, sentándose sobre sus talones y saboreando la sensación.
Usa lo que la tierra ofrece, le aconsejó Dax. Extiende tus sentidos.
No había nada en la tierra no estuviera conectado con ella. Tuvo la
idea salvaje de que podría sentir lo que estaba sucediendo en el otro lado
del mundo, si se esforzaba lo suficiente. Así las cosas, sin embargo, ella se
limitó a un esfuerzo un poco menos grandioso. En lugar del mundo, ella se
acercó a la tierra cercana. Su conciencia irradió a todos los rincones del
campamento y luego más allá, moviéndose a través del suelo arenoso de la
selva tropical hasta que encontró al grupo que se movía con un propósito
mortal hacia el campamento.
—Dios mío. — Podía sentir la miseria, la rabia, el mal olor que se
aferraba a ellos como un lodo sucio.
Riley, recuerda que tú lo controlas. Tu trabajo consiste en recopilar
información. Tenemos que ver la cantidad de gente que viene, y qué clase
de sorpresas Mitro tiene reservadas para nosotros. Lo estás haciendo muy
bien.
Riley se armó de valor y trató de mirar a la multitud. En el ojo de su
mente, vio la parte superior de una cabeza recién afeitada flotando en
frente de ella. Luego, otra cabeza, estaba cubierta de marcas de arañazos
sangrientos que ya bullían con la infección. Ella estaba mirando a través
de los ojos de una rana de árbol, viendo como la turba pasaba por debajo
de su percha en las ramas.
Frustrada de no poder hacer más, empujó con su poder. Sus manos
se hundieron profundamente en la tierra. Las puntas de sus botas se
hundieron, también. Un segundo punto de vista de la multitud apareció, y
era como si tuviera dos pares de ojos, mirando desde dos ángulos

~ 192 ~
distintos. A continuación, un tercer par de ojos amplió su visión, y un
cuarto. Fue difícil adaptarse a las entradas visuales múltiples.
Respira, Riley, lo estás haciendo muy bien. Deja que el miedo se vaya.
Tú puedes hacer esto. Estoy a tu lado.
Y así era. Podía sentirlo bajo ella, alrededor de ella, dentro de ella,
compartiendo su mente. Por el momento, no se sentía raro o molesto. Ella
lo quería allí, lo quería con ella.
Bueno, ahora céntrate en lo que quieres. Confía en tus dones para
hacer el resto.
Hay tantos ojos. ¿Dónde puedo enfocar? Le dolía la cabeza. Las
imágenes se fueron vertiendo ahora, decenas de fauna diferente
alimentando su visión en su mente, cada uno con una perspectiva
diferente de la amenaza que avanzaba.
Su voz era firme y tranquilizadora, como si tuvieran todo el tiempo del
mundo y esto fuera simplemente un ejercicio, no una cuestión de vida o
muerte.
Elije una única imagen y luego céntrate en un pequeño detalle.
Está bien, lo intentaré.
Ella eligió la primera pantalla, la que le llegó de la rana de árbol.
Ella fue una vez más mirando hacia abajo en la parte superior de las
personas a medida que avanzaban. Una cabeza llamó su atención. Una
mujer. Su pelo lacio, negro y espeso estaba cubierto de hojas y ceniza,
como la mayoría de los otros, pero tenía algo pegado en el pelo. Un adorno
de hueso, tallado y pintado. Riley podía distinguir los remolinos de pintura
roja y blanca por debajo de las rayas de ceniza. Cerró su enfoque en aquel
ornamento del pelo, y mientras la mujer continuaba su camino, la rana la
siguió con la mirada hasta que el adorno para el pelo desapareció de su
vista.
La imagen de la mujer cambió inmediatamente a una perspectiva
diferente. Ahora estaba mirando a la mujer desde un punto por delante de
ella, pero ella todavía tenía una visión clara de los adornos en el pelo. Riley
podía ver parte de la cara de la mujer, pero ella no quería perderse, así que
se quedó enfocada en ese detalle. Cuando la mujer se acercó, la visión de

~ 193 ~
Riley comenzó a cambiar. El punto de vista cambió comenzando a llegar
cada vez más rápido, hasta que Riley pensó que iba a perderse.
Dax vertió olas de tranquilidad dentro de ella, y como si hubiera
abierto las persianas para que la luz solar entrara, su mente se expandió,
con los ojos de todos los insectos, aves y animales cercanos formando
claras imágenes tridimensionales del grupo.
El grupo, cerca de un centenar de pobladores que avanzaban al
campamento de Riley estaban decididos a matarla a ella y a todo el mundo
con ella.

~ 194 ~
Capítulo 11
Traducido por Rhyss
Corregido por Rhyss

Riley fue sorprendida por la claridad de su nueva visión


estereoscópica, que era tan superior a su propia vista, sin contraste. Todos
los detalles y el color, la posibilidad de ampliar las imágenes y ver varios
lugares al mismo tiempo era increíble. Debería haber sido abrumador, pero
milagrosamente, ella estaba bien. Ella podía hacer esto.
Los secuaces de Mitro se dirigían en línea recta hacia el campamento,
destruyendo todo lo que intentaba frenarlos. Estaba claro que habían
venido de una aldea local. Y a pesar de que todo lo relacionado con ellos se
sentía mal y el mal se filtraba de ellos, le resultaba difícil de creer que
todos ellos habían sucumbido voluntariamente al asqueroso control de
Mitro. ¡Algunas de las mujeres llevaban cunas para bebés atados a la
espalda!
Dax, espera. ¿Qué vamos a hacer con esta gente? ¿Acabar con ellos?
¡Hay madres en ese grupo!
Eran madres, Riley. Eran. Los hombres y mujeres que vienen hacia
nosotros ya se han ido de este mundo. Sólo sus cáscaras físicas
permanecen. Los Vampiros se complacen en destruir la parte interna de lo
que ellos desprecian y ya no pueden ser, sustituyéndolo por el mal en el
que se han convertido.
¿No se puede salvar a ninguno de ellos?
Ojalá pudiera, sivamet, pero no es posible. Lo que esas personas eran
realmente se ha perdido. Lo único humano que hacer es poner sus
cuerpos a descansar. Lo siento. Empatía irradiada a través de su conexión.

~ 195 ~
No había niños en la multitud, y el corazón de Riley se rompió ante la
idea de lo que ya podría haberles pasado a ellos. Sus padres claramente no
se habían dado por vencidos sin luchar. Casi todos los habitantes del
pueblo que se acercaban mostraban signos de una lucha brutal, como
surcos profundos de arañazos en sus cuerpos y rostros.
Riley podía sentir la vida de las plantas tratando de doblar lejos de la
mancha del mal que el grupo llevaba con ellos. De repente, su visión fue
borrosa, como si los ojos con los que ella estaba viendo hubieran perdido
su enfoque. Ella se retiró, no cerrando todos, sino algunos de los puntos
de vista hasta que ella estuvo mirando desde arriba al grupo que se
aproximaba. Fue entonces cuando se dio cuenta de que había varias
personas en la fila que llevaban adornos similares en el pelo. Contó ocho
personas diferentes, cada una lleva el mismo adorno pequeño de hueso.
Había algo en ellos que le hizo picar la piel. Ella extendió sus sentidos, casi
amordazada por el hedor abrumador de maldad que irradiaba de ellos. La
tierra se estremeció bajo sus pies, insectos corriendo lejos, las raíces de las
plantas marchitándose debajo de cada paso.
Por alguna razón, estos ocho llevaban concentrados los niveles más
altos de la corrupción en todo el grupo. Como se centró en ellos, utilizando
los ojos reticentes de las criaturas que preferían correr que mirarlos a
ellos, hizo un descubrimiento inquietante. El pelo largo y enmarañado
derramándose por la espalda no era el suyo, sino más bien múltiples y
hemorrágicas cabelleras grotescamente cosidas. La repulsión en Riley
provocó que los platos de sopa que había comido antes amenazaran con
volver.
Los ocho son la mayor amenaza, Dax, dijo. Riley, no es necesario para
veas más. Tenemos toda la información que necesitamos.
Ella sostuvo la visión un momento más.
¿Estás seguro? Tal vez pueda ver algo más para ayudarnos.
Más detalles inundaron su cerebro. La piel de los ocho parecía
ondular y reptar, como si bichos estuvieran subiendo en todas direcciones
bajo la superficie de su piel. Sus dedos estaban desprovistos de carne, los
huesos limados a punto.

~ 196 ~
No vayas por ahí. Vuelve al campamento. Vuelve ahora. El tono de
Dax cambió. Él no estaba haciendo una sugerencia.
Riley se alejó del grupo, liberando los ojos del bosque, pero no su
conexión con la tierra. Poco a poco, ella trajo su conciencia de vuelta a su
propio campamento, y se encontró a sí misma en busca de Dax entre las
personas que se preparaban para la batalla, necesitando su fuerza suave y
tranquila. Desplazando su conciencia hacia abajo, ella lo encontró,
envuelto en la tierra, sólido y tranquilo, en contraste con todo el caos
anterior. Fuerza irradiaba de él, incluso mientras él descansaba. Podía
sentir sus manos corriendo sobre sus brazos.
¿Estás preparada para un poco más?
Con el poder de la tierra corriendo por sus venas y su mente
conectada a ella, ella nunca se había sentido tan fuerte antes.
¿Qué tienes en mente?
Estaba pensando en la defensa.
¿Defensa? ¿Estabas pensando en un foso o algo así?
Esto es lo que yo estaba pensando.
Su mente se llenó con una imagen de los árboles detrás del campo
entrelazados para formar una densa pared. Dos de los árboles en la pared
se mantuvieron en posición vertical, el crecimiento más alto de lo normal.
Riley frunció el ceño. Tejer los árboles en una valla para detener el ataque
que se aproximaba tenía sentido, pero la imagen que Dax se había
formado mostraba un muro que estaba construido en la parte trasera del
campo, no en la parte delantera.
No entiendo. ¿Quieres atraparnos en el centro? ¿Por qué no poner la
valla entre los títeres de Mitro y nuestro campamento?
No voy a dejar que ningún daño llegue a la gente en este
campamento, si es que se puede evitar. Ten fe.
Incluso mientras Dax hablaba, el grupo de treinta o más en el
campamento, algunos sólo armados con lanzas, comenzó a correr hacia la
línea de árboles que él le había mostrado. Cuatro de los hombres se
separaron del grupo y se metieron en la gran carpa. Momentos después,
volvieron a salir, llevando al profesor en una improvisada camilla. Su

~ 197 ~
alumno restante los seguía de cerca, las cosas del profesor cogidas en sus
manos. En conjunto, el pequeño grupo se trasladó de nuevo a la línea de
árboles.
Riley llegó a los árboles y a la vida de las plantas con un barrido
mental de su mano. El follaje vibraba ante su contacto, luego se iba
desplegando y las raíces se extendían animando a las plantas a crecer. El
suelo era rico en nutrientes y en agua. Los arbustos se espesaron. Los
árboles crecieron altos, ramas llegaron. Las ramas y lianas enredadas,
tejiéndose rápidamente, y las paredes comenzaron a tomar forma.
Excelente, Riley. Dejar una abertura aquí.
Él le mostró una pequeña abertura en el medio del muro, sólo lo
suficientemente grande para que una sola persona pasara a través de ella.
Cuando se formó la apertura y crecieron los dos árboles a ambos lados de
acuerdo a sus especificaciones, dijo:
He vivido una vida muy larga, incluso para los estándares de mi
propia gente, pero tengo que decir que nunca he estado tan impresionado
con nadie como yo lo estoy contigo. Eres increíble.
Riley no respondió, pero el calor se desplegó en su vientre. Era
agradable sentirse útil. Todavía no podía creer que estuviera haciendo la
mayor parte de las cosas que él le había mostrado. Ver a través de los ojos
de las criaturas del bosque. Hacer crecer las plantas con sólo su voluntad.
Incluso su madre no había logrado tales proezas, y sin embargo, con la
ayuda de Dax, las habilidades parecían llegar casi instintivamente.
Ella siguió haciendo crecer la pared de vegetación, extendiéndola en
un semicírculo alrededor de la mitad trasera de la aldea para formar un
embudo natural, con esa abertura en el centro. El resto del campamento
se presentaría a través de la abertura en poco tiempo.
Muy bien, Riley. Eso es suficiente. Ya es hora de que te vayas.
¿Estás seguro de que el muro los detendrá?
Podía sentir a los atacantes cada vez más cerca. Había tantos.
Estoy seguro. Suelta la tierra y vuelve a ti misma.
Con sus manos todavía en el suelo, Riley retiró su conciencia de
nuevo dentro de sí misma. Era tan desconcertante dejar atrás tantas

~ 198 ~
mentes con las que había estado extendiéndose hacia ellos. Cuando
estuvo completamente de nuevo en su propio cuerpo, ella deslizó sus
manos libres y se tambaleó sobre sus pies. Sus brazos y piernas se sentían
como si acabara de correr una montaña, y su cabeza palpitaba.
Se detuvo un momento para recuperar el equilibrio y estirar su
espalda. El campamento estaba desierto. Sólo su tienda de campaña y la
gran carpa en el centro se mantenía en pie. Todo lo demás había sido
empacado y llevado.
Se volvió hacia la pared viviente detrás de ella. Era un espectáculo
para la vista, densa e impenetrable, ya cubierto de musgo, hojas y
pequeñas flores de todos los colores. El muro había crecido tan
rápidamente, que la ceniza no había tenido tiempo para cubrirlo aún. Gary
y Jubal habían subido a los dos grandes árboles a cada lado de la abertura
central, y se habían tomado cada uno de una liana hasta lo alto de las
ramas.
Ben salió de su tienda de campaña, cargando su mochila. Se movía
con tranquila eficiencia.
—Es hora de irse, Riley. —Hizo un gesto para que ella lo precediera
hacia la abertura en la pared. El mal estaba en el viento y cada vez más
cerca, y ellos eran los últimos que quedaban en el campamento.
A medida que se acercaba a la puerta, Riley podía ver la punta de los
fusiles y pistolas sopladoras asomando a través de la pared del follaje.
Todo el mundo que la había precedido a través de la pared había tomado
posiciones defensivas en el otro lado.
Ahora, ella entendió el plan. Esta zona de acampada era evacuada
para ser un campo de matanza, así de simple. Se volvió hacia los lados
para salir a través de la pequeña abertura. Ben la siguió lo suficientemente
cerca como para chocar contra ella a cada paso.
Deslizando un hombro hacia abajo ella se agachó a través de las
últimas pulgadas del túnel y salió al otro lado de la pared. Ella dio un paso
lejos de la abertura para dejar pasar a Ben, y luego puso su mano en la
pared e infundió a las ramas la voluntad de crecer y entrelazarse para
cerrar la abertura. A través de la barrera, podía oír el sonido de pies
marchando, cada vez más fuerte a medida que sus atacantes se acercaban

~ 199 ~
al perímetro del campamento, e hizo una pausa. Dax claramente la quería
en este lado de la pared, segura y escondida. Dios sabía que ella no
pertenecía ahí en la lucha. Pero tenía las habilidades que podrían ayudar.
Ella no estaba segura de a dónde pertenecía.
—Tú perteneces exactamente a dónde estás.
Su voz sonó en sus oídos esta vez, en lugar de su mente. Se dio la
vuelta y lo encontró de pie a menos de diez metros de distancia. El sol no
se había puesto todavía, y él se quedó en la tenue luz del cielo lleno de
ceniza. Alto, fuerte, de otro mundo. Destellos de luz rojo oro brillando a su
alrededor como luciérnagas, como el polvo de sus escamas cayendo en su
resurrección. Riley no podía apartar los ojos de él.
Con unos pocos pasos largos, cerró la distancia entre ellos.
—Ahora que estás aquí conmigo. Yo no te quiero en ningún otro
lugar. — La presencia del hombre era suficiente para hacerle olvidar dónde
estaba. Él inclinó la cabeza hacia la de ella, sus labios flotando cerca.
Energía se arrastrándose desde la punta de los dedos de los pies y
viajando por su cuerpo, calentando y agitando. Por un momento, pensó
que iba a besarla allí mismo, y no pudo pensar, no pudo moverse. Ella sólo
podía estar allí, mirándolo con expectación.
Tenía la cabeza inclinada hacia un lado, y apretó sus labios contra su
mejilla. El contacto fue íntimo y suave. Con él de pie tan cerca que era
imposible no sentir la fuerza de su cuerpo grande. La combinación de
fuerza y ternura cambiando algo profundamente, y Riley casi envolvió sus
brazos alrededor de su cuello.
Ella lo necesitaba. El corazón le latía como un tambor. Quería llorar
por los aldeanos que habían perdido todo por no haber sido lo
suficientemente fuerte o lo suficientemente rápida para mantener Mitro
encarcelado.
—Si hubieras mantenido el volcán sellado, nunca te habría conocido,
— le recordó suavemente, su pulgar inclinando la barbilla mientras su otra
mano tomó el lado de su cara. —Yo creo en el destino, Päläfertiilam. Mitro
estaba destinado a escapar. No tengo ni idea de por qué. Tal vez el
universo decidió que merecía a alguien como tú. Si es así, estoy

~ 2 00 ~
eternamente agradecido a él. Lamento profundamente que tengas que ver
la fealdad que un Vampiro deja a su paso.
Riley asintió con la cabeza, medio hipnotizada por él. Uno podría
pensar que con una partida de guerra liderada por zombies dirigiéndose
hacia ellos...
—Ghouls, — corrigió él, en ese mismo tono de voz suave,
hipnotizante.
Estaban hablando de guerra, y su mente estaba escuchando otra
cosa. Ese acento lento como la melaza, cálido y reconfortante. Irradiaba
tanta confianza que ella no podía dejar de sentirse segura incluso cuando
ella estaba muerta de miedo. Él la miró y la tocó, como si ella fuera la más
preciosa y hermosa mujer en el mundo.
Dax sólo había conocido la violencia durante casi toda su existencia.
Había visto cosas que la mayoría de la gente no podía comprender y, sin
embargo, con ella, él era siempre amable, tierno, incluso.
Ella asintió con la cabeza.
—Yo puedo hacer esto.
—Sé que puedes, — estuvo de acuerdo.
El grito de un pájaro y de uno de los habitantes del pueblo les espetó
ambos de nuevo a la atención. Se volvieron a mirar a través de la pared
frondosa y encontraron que el primero de los atacantes que se acercaban
había derramado insectos en el claro del campamento. Algunos de los
atacantes llevaban lanzas y machetes ensangrentados, otros no tenían
nada más que ramas y rocas. Rápidamente se dividieron en dos grupos,
cada uno en dirección a una de las tiendas de campaña.
Riley observó cómo arrancaron la primera tienda en pedazos. Uno de
los ocho, que había acompañado a los primeros, se enfureció al enterarse
de que la tienda estaba vacía. En un ataque de furia, empujó la lanza a
través de la persona más cercana. Charcos de sangre negra se derramaron
en el suelo cuando el herido gritó y cayó de rodillas.
Dax la atrajo hacia sí.
—Riley, vete. No tienes que ver esto. Te pedí que construyeras el
muro, porque la mayoría de los habitantes de nuestro campamento vino de

~ 2 01 ~
la aldea que Mitro ha destruido. No es necesario que vean lo que voy a
hacer, y tú tampoco.
Su corazón se sentía pesado, casi demasiado pesado para que ella
pudiera soportar lo que iba a suceder. Ella estudió su rostro. Ninguna
expresión. Sus ojos mirando hacia ella, pasando casi en blanco. Era su
corazón lo que ella sintió cuando él se negó a sentirlo. Riley llevó una
mano a su rostro, sosteniendo su mandíbula.
—Haz lo que tengas que hacer. Yo no voy a ninguna parte.
La mano de Dax se quedó por un momento, y luego el ruido de un
coro de huesos se levantó de los atacantes que se reunieron. Dax le dio un
beso rápido y duro en sus labios, luego se volvió y desapareció en una
nube de niebla que soplaba a través del follaje. Riley se acercó a la pared y
con un toque de su mano, las ramas enredadas se separaron para que ella
pudiera ver a través de la pared hasta el campamento. Su corazón se cayó
al darse cuenta de que todos los rostros enfurecidos se volvieron hacia
ella, mirando directamente a ella como si la densa espesura de hojas y
ramas fuera invisible. El grupo atacó.
Riley se tambaleó hacia atrás con miedo, pero luego los hombres que
iban al frente tropezaron con algo y cayeron con fuerza. Los que siguieron
a cualquiera de los dos se tropezaron o trataron de saltar a sus
compañeros caídos. Conmocionada, Riley regresó al agujero pequeño que
había hecho en la pared. Mientras miraba, un hombre saltó por encima de
uno de los caídos, y en mitad del salto fue cogido por Dax, que se movía
tan rápido que era poco más que un borrón. Su pie se posó en el cuello del
hombre caído, rompiendo con una grieta, al mismo tiempo que le
arrebataba al otro en el aire. Los huesos crujieron de nuevo cuando la
cabeza del hombre saltando se torció en casi 180 grados. El cuerpo sin
vida cayó al suelo, lo único que pudo ver fue un borrón lanzándose desde
un extremo del campamento a otro. Y en todas partes la falta de definición
fue, huesos agrietados y cuerpos cayendo como sacos pesados y no
moviéndose de nuevo. El rastro de cadáveres hizo más fácil de ver dónde
Dax había estado más que lo que estaba haciendo.
Él se movía cada vez más rápido, despachando un aldeano poseído
tras otro hasta que ya no quedaban más que ocho, los líderes del cuero
cabelludo cosido que había identificado antes. El campo de muerte quedó

~ 2 02 ~
en silencio. Lágrimas en sus ojos. El campamento una vez pacífico ahora
estaba cubierto de cadáveres, hombres y mujeres que nunca regresarían a
los que los amaban. El horror y la tristeza por la pérdida de la vida
brotaron en su interior. Luego Dax volvió al centro del campo, y esperó,
solo y sin miedo, ya que los ocho líderes de la multitud le rodeaban.
Al verlos ahora con sus propios ojos, le parecían aún más terribles de
lo que le habían parecido cuando ella los miraba a través de los ojos del
bosque. Las cabelleras ensangrentadas de sus víctimas anteriores
chocaban contra sus espaldas. Sus rostros habían sido pintados con
sangre, sus dientes afilados presentaron las puntas afiladas que coincidían
con los huesos sin piel en la punta de sus dedos.
El miedo de Riley eliminó la tristeza cuando Dax se quedó allí,
inmóvil, tranquilo y listo. El oscurecimiento de las nubes bloqueó la luz
mortecina del sol, tiñendo el cielo de un color rojo oscuro, horrible. La
escena tuvo una cualidad aún más de pesadilla, con el mal y la muerte
que impregnaban el aire bajo ese cielo ensangrentado. Ola tras ola de
asquerosa corrupción acelerando por el suelo. Se encontró meciéndose
hacia adelante y hacia atrás a medida que cada oleada se apoderaba de
ella. Su movimiento de vaivén igualando el movimiento de los ocho líderes.
Uno de los ocho se acercó a Dax. Dejando un rastro de insectos y licor
negro a su paso, brillando misteriosamente bajo la tenue luz. Incluso
detrás de la relativa seguridad de la pared del árbol, todo el cuerpo de
Riley se estremeció con temblores. No tenía miedo de los insectos, pero
estaba aterrorizada de los que abandonaban los ghouls. Su sangre se
cuajaba ante el pensamiento de ellos arrastrándose sobre su piel.
Riley no estaba segura de lo Dax estaba esperando. La velocidad y la
magnitud de la maldad propagándose aumentaban con cada momento que
pasaba. Ya, las flores que florecían en toda su pared de plantas se habían
marchitado y muerto. Los ocho se fueron acercando, y Dax, de espaldas a
ella, parecía sólo estar allí de pie. ¿Y si su ataque contra todos los demás
lo había agotado? El sol todavía estaba arriba, aunque estaba oculto por
las nubes. Sin duda, lo estaba drenando, también.
De repente, los ocho saltaron hacia adelante al unísono, moviéndose a
una velocidad que no había pensado que ellos fueran capaces de tener.

~ 2 03 ~
Dos saltaron por los aires por encima de Dax. Los otros atacando desde
distintos ángulos.
Un grito sin voz atravesó a Riley. No había forma de que las criaturas
pudieran fallar. Los ocho estaban moviéndose tan rápido como Dax,
sangrientas garras se extendieron con el objetivo de golpearlo. Sin
embargo, Dax seguía de pie simplemente allí. Una de las criaturas corría
entre Riley y Dax, oscureciendo su vista. Su corazón se levantó en su
garganta.
—Dax — Una luz cegadora atravesó el cielo, estrellándose contra el
suelo, donde Dax estaba de pie. — ¡No! Dax ¡Dax! —Cegada por el
relámpago, agarró las ramas entrelazadas y gritó su nombre.
Ella parpadeó furiosamente, tratando de aclarar su visión, luego
enterró las manos en el suelo y tomó el control de todas las criaturas que
podía encontrar y usar sus ojos para sustituir los suyos. Un sollozo escapó
de sus labios rotos cuando se dio cuenta de que todavía estaba allí,
seguro, de pie cerca de una pila de cuerpos carbonizados y sosteniendo
una bola de fuego azul y blanco. Rápidamente levantó la bola en el aire y
la soltó. El orbe brillante se elevó como un globo y se dirigió hacia el centro
del claro. Los insectos que habían seguido la estela de los ocho se
movieron rápidamente hacia adelante, cubriendo el suelo con sus formas
que se escabullían.
Un movimiento de arriba llamó su atención. Aún en lo alto de las
sobrecargas ramas, Jubal se estaba atando al tronco de su árbol. En el
otro árbol grande que flanqueaba lo que había sido el túnel a través de la
pared viva, Gary estaba haciendo lo mismo. Miró de nuevo al claro. La pila
de cuerpos cerca de Dax comenzó a latir. Una horda de insectos surgió del
centro de la pila, derramándose en todas las direcciones. Uno de los ocho
medio empujó, medio arrastró su salida de la pila también.
Dax levantó una mano hacia la bola en el cielo y dijo:
—Gary, cuando estés listo.
Riley tuvo tiempo suficiente para mirar hacia arriba y ver a Gary
apretar un gatillo detonador antes de que el campamento explotara. La
suciedad, piedras y cuerpos se estrellaron contra la pared del árbol cuando
una enorme bola de fuego rugió desde el centro del campo. Riley gritó y se

~ 2 04 ~
agachó instintivamente tapándose la cabeza con los brazos. Luego Dax
estaba allí a su lado, protegiendo su cuerpo con el suyo, ambos de
espaldas a la explosión. Por un momento, lo único que podía hacer era
aferrarse a él y recuperar el aliento.
El intenso calor seguía irradiando desde el punto de explosión, pero
cuando el peor de los ruidos y la suciedad se calmaron, su férreo control
sobre ella se soltó. Juntos, se volvieron para mirar hacia atrás. Para
sorpresa de Riley, un muro de fuego de color rojo y azul estaba en su
apogeo en el centro del campo, pero contenido, como si estuviera atrapado
detrás de una pared de cristal justo en el borde de la línea de árboles. Ella
podía ver pequeñas rayas azul y blanco que corrían por la parte exterior de
la pared invisible.
Dax apuntó con su mano derecha hacia la tormenta de fuego
empujado la pared sobre sí misma. Rápidamente, ella se retiró, reduciendo
las llamas y canalizando el calor hacia el cielo. El fuego se redujo más y
más fuerte hasta que se cerró sobre sí mismo y desapareció por completo,
dejando atrás un tramo de tierra estéril carbonizada y desprovista de todos
los signos de la batalla. Riley se puso de pie, mirando con sorpresa el suelo
ennegrecido, al darse cuenta de que la zona había sido completamente
limpiada. Hasta la última pista del mal que había impregnado el suelo se
había ido. Dax lo había destruido por completo.
Los brazos de Dax se apretaron alrededor de ella, acercándola más al
ver la lluvia de ceniza restante que caía suavemente hacia abajo en el claro
chamuscado. Ella apoyó la cabeza contra su pecho y respiró su aroma
limpio y masculino. Sus brazos eran cálidos, duros y sólidos. La hacía
sentir segura y protegida. Se dio la vuelta en sus brazos para mirarlo
maravillada. También hizo que se sintiera pequeña, incluso delicada,
teniendo en cuenta que por su estatura eso no era ninguna tarea fácil.
Sus ojos buscaron su rostro. La piel bruñida, sus extraños ojos
multifacéticos, ardientes. La belleza fuerte y masculina que le hacía
palpitar el corazón cada vez que lo veía. Ella puso una mano a lo largo de
un lado de su cara, rozando un pulgar por el pómulo alto, maravillándose
por cómo su piel se sentía.

~ 2 05 ~
Y como de limpio estaba. No había ni una mancha de suciedad en él,
mientras que ella con sólo ver sus manos supo que estaba cubierta de
hollín, y el suelo estaba hecho un desastre.
—Estas limpio. Acabaste con un ejército entero, de pie en el centro de
un infierno de fuego, y no hay ni una mota de polvo en ti. ¿Cómo es eso
posible? No puedo caminar dos pasos sin ensuciarme. — Riley levantó sus
manos, que estaban veteadas de suciedad y hollín.
Él sonrió. En realidad, tenía la sonrisa más hermosa.
—Hay ciertos dones Cárpatos que tienden a ser muy útiles. — Sin
previo aviso, las pistas de la suciedad, el sudor y el salado de sus lágrimas
secas se evaporaron de su piel. Un segundo, era un desastroso infierno. El
siguiente, ella se veía como si hubiera salido de la portada de una revista,
cada cabello en su lugar, su piel suave y perfumada, su ropa lisa,
planchada y perfumada.
—Dónde has estado toda mi vida — bromeó ella con una sonrisa. —
¿Y qué, haces ventanas? — Sabía que contaba con el humor para frenar la
adrenalina. El terror de verlo rodeado por la locura de macabros robots
humanos de Mitro era casi más de lo que podía soportar. Él debió de
haberlo sabido también, por la ternura en la forma en que su pulgar trazó
su pómulo y se trasladó hasta sus labios.
Se echó a reír, y el sonido rico, profundo rodó sobre sus sentidos,
como la fusión de chocolate oscuro en la boca. Placer ondulada hacia
arriba y abajo por su columna, y lo único que podía pensar era en
arrastrar su perfecta boca hacia la suya y besarlo como si no hubiera
mañana.
Sólo el sonido de una ramita romperse en las proximidades del muro
la trajo de vuelta a sus sentidos. Ella se apartó, tosió nerviosa, mirando a
cualquier parte menos a él.
—Así que... eh... ¿qué ha pasado ahí afuera? ¿Usaste algún tipo de
bomba? — Ella lo miró por entre sus pestañas.
—Utilizamos algo llamado «explosivos» que Gary y Jubal trajeron con
ellos. Yo no sabía lo que Mitro podría enviar contra nosotros, y quería
estar listo para cualquier cosa. — Dax indicó a los dos hombres. —Son
buenos luchadores, muy preparados.

~ 2 06 ~
— ¿Y el muro de fuego, con el rayo azul y blanco corriendo a través de
él?
—Los cuatro de nosotros estábamos demasiado cerca de los
explosivos, así que usé una sala para contener la mayor parte de la
explosión. Eso también me hizo concentrar el calor de la explosión en los
ghouls de Mitro, para limpiar su mancha y eliminar la posibilidad de
cualquier amenaza futura de los mismos.
Riley negó con la cabeza.
— ¿Por qué es que tengo la sensación de que cuanto más tiempo pase
a tu alrededor, más preguntas que voy a tener? — El dolor de los aldeanos
que habían huido estableciéndose en este campamento temporal entro de
lleno en ella. La tierra gritó ante la abominación del mal y la destrucción
de la vida vegetal. Ella lo necesitaba para silenciar los sonidos y
sensaciones de tan sólo unos minutos para darle tiempo a recuperarse.
Su sonrisa en respuesta fue cálida y acogedora, con el suficiente
atractivo para hacer que su hambre aumentara. Quería besarlo de nuevo.
Quería envolver su cuerpo alrededor de suyo y perderse en su fuerza.
Los dedos de Dax se curvaron por su cuello alrededor de la nuca.
—Tú puedes, ya sabes. Puedes tomar de mí lo que quieras, sivamet.
Me entrego a ti de buena gana. — Sus ojos la bebían profundamente, y su
ardiente mirada cayó a sus labios.
En algún nivel, Riley reconocía que era el miedo el que la movía, más
que la pasión. Ella necesitaba consuelo. Necesitaba sentirse viva, escuchar
su corazón latir más fuerte y estable después de verlo con tanta calma
frente al enemigo. La idea de que él pudiera morir la destrozaba. Se diría
que era porque acababa de perder a su madre, pero... sería una mentira.
Era él. Dax. Dio un paso más cerca de él, capturada por las pequeñas
llamas que ardían en sus ojos.
—Pensé que estabas muerto. Por sólo un momento terrible,
inimaginable, pensé que habías muerto, — murmuró, deslizando sus
manos por su pecho, sobre su corazón.
Dax parecía saber exactamente lo que necesitaba. Sus brazos se
movían alrededor de su cuerpo. Poderosos. Fuertes. Reconfortantes. Tiró
con fuerza contra su pecho. Ella apoyó la cabeza allí, sólo por un

~ 2 07 ~
momento, sólo para escuchar el latido de su corazón. Su mano debajo de
la barbilla la instó a levantar la cabeza. Sus ojos se encontraron con los
suyos. La pequeña llama roja y oro saltó y ardió, robándole el aliento. Ella
observó su boca moverse una pulgada más cerca de la de ella, centímetro
a centímetro.
Todo lo femenino en ella se estiró hacia él, su estómago haciendo un
lento salto mortal. Un millar de mariposas alzaron el vuelo. Sus labios
eran cálidos y firmes, pero suaves. Se sentía como si ella se fundiera en él.
Su lengua se burlaba de la comisura de su boca, exigiendo que la abriera.
Así lo hizo, y él barrió en su interior. No había respiración, él respiraba por
ella. No había refugio, él era su santuario, un mundo de sensaciones con
el suelo moviéndose bajo sus pies, barriendo lejos los rumores de muerte y
locura. Ella casi se arrastró hasta su cuerpo y envolvió sus piernas
alrededor de su cintura.
El sonido de Gary y Jubal bajando de los árboles cercanos apenas fue
suficiente para romper el momento.
— ¿Y ahora qué, Dax? — Gary preguntó cuando llegó a la tierra. —
¿Hay algo aquí todavía que quede por hacer?
Dax negó con la cabeza, acariciando su espalda con un abrazo
protector, dándole tiempo para serenarse.
—Creo que Mitro ya ha dejado esta área, de lo contrario no habría
enviado a sus ghouls a llevar a cabo un ataque tan inútil. Es demasiado
astuto para haberlos enviado solos si aún estuviera aquí. Esto no era nada
más que una táctica dilatoria, algo para mantener mi atención mientras él
se escapaba a otro lugar.
Sin pensarlo, Riley le puso una mano en su brazo, todavía
necesitando su vínculo. Él le dirigió una mirada cálida y le cubrió la mano
con la suya. Podía sentir una parte de su propia tierra natal, la fuerza
vertiéndose en su cuerpo, renovando sus agotadas energías.
A través de esa conexión, Riley se dio cuenta de que aunque Dax
estaba de pie aquí, hablando con ellos, su mente estaba recorriendo los
alrededores en busca de alguna señal de su antiguo enemigo. Casi podía
sentir la muerte y la destrucción que Dax tuvo que buscar para encontrar
a Mitro. Le dolía presenciar el mal de Mitro, se dio cuenta. Podría haber

~ 2 08 ~
perdido sus emociones siglos atrás, si lo que Gary le habló de los Cárpatos
era cierto, pero eso no le impidió sentirse responsable por la pérdida de
vidas y la destrucción que Mitro había causado. A su juicio, que Mitro
escapara era su fracaso, no de ella.
—Entonces, ¿cuál es el plan? — preguntó ella, tratando de llevar su
atención hacia ella, lejos del sendero de la carnicería de Mitro. El intento
de distraerle había funcionado.
— ¿Piensas que tengo un plan? — la diversión masculina aligerando
su mirada.
—Los hombres como tú, se piensa que siempre tienen un plan. — Ella
puso una mano en la pared del árbol. Las ramas y enredaderas
entreabiertas, volviendo a crear un túnel más ancho que conducía al claro.
Ella se agachó a través de él, Dax caminaba cerca pisándole los talones.
Jubal y Gary cerraban la marcha.
— ¿Los hombres como yo? — Dax murmuró mientras salían del túnel.
— ¿Cuántos hombres como yo has conocido? — le mostró los dientes de
una forma que le hizo desear cubrir su cuello.
—Ese no es el punto. Entonces, ¿cuál es el plan? — Volvió a mirar
hacia Jubal y Gary para incluirlos en su conversación.
—Tenemos que averiguar qué pasó con Marty y Pedro, — dijo Jubal.
—A menos que ellos estuvieran en el grupo... — Sus palabras murieron, y
todo el mundo miró a Dax.
—No lo estaban. Aunque dudo que se encuentren con vida. El hedor
de Mitro es mucho más intenso en esta parte de la selva.
—Entonces, ¿cómo haremos para buscarlos? — le preguntó Riley. —
Incluso si piensas que están muertos, no podemos estar seguros. Y
nosotros no podemos dejarlos aquí solos. Quién sabe qué clase de trampas
ha puesto Mitro.
—Tengo que ir al pueblo de donde ellos vinieron. — Indicó el campo
de batalla ennegrecido.
—Los aldeanos restantes han huido, —dijo Jubal. —Se escondieron
en la selva tropical, y Miguel dijo que no regresarían a su pueblo.
Gary asintió.

~ 2 09 ~
—Les dijimos que huyeran muy lejos de aquí, a lo profundo del
bosque, y que nos esperaran allí. Ellos piensan que otra tribu más
agresiva nos atacó.
Riley apretó sus dedos alrededor de Dax.
— ¿Por qué ir allí? ¿No se han sacrificado lo suficiente? Ustedes no
tienen nada que ver con lo que ha sucedido.
Dax llevó la mano a la calidez de su boca.
—Mitro tuvo que haber pasado por lo menos una noche en este
pueblo para haber dañado a tantos. Debe haber dejado peligros tras de sí,
algo así como la firma personal del mal. Tengo que limpiar eso. A partir de
ahí, yo debería ser capaz de descubrir en qué dirección viajó. Es posible
que tú pudieras ser capaz de ayudarme en ese sentido, Riley, aunque no
estoy seguro de que quiera que veas más muerte, pero con la conexión
entre Arabejila y él, y tus dones, podrías ser capaz de encontrar su rastro.
Esa es nuestra mejor oportunidad de descubrir lo que les pasó a los dos
hombres desaparecidos. Y la búsqueda de ellos podría ayudarme a
anticipar el próximo movimiento de Mitro.
La idea de ver más gente inocente muerta le hacía retorcer las
entrañas, pero Riley tomó aliento y estuvo de acuerdo. Si él tenía que
aguantar las consecuencias de la trayectoria destructiva del Vampiro, ella
quería compartirlo con él. Ella era la responsable.
—Voy a hacer lo que pueda para ayudar. Pero, ¿cómo puede el buscar
a Marty y a Pedro ayudarte a encontrar a Mitro?
—Es sólo una suposición. Lo único que nunca cambia su curso,
además de un cazador acercándose demasiado, es la información que
puede resultar a su favor. Si tomó a tus amigos y no los mató
inmediatamente, entonces es probable que usara la información para
tomar ventaja.
—Qué posible información podría conseguir de un estudiante de
arqueología y un guía local — Riley respondió a su propia pregunta. —El
área local. Pedro conoce todos los caminos, todos los pueblos y ciudades.
Él sería como un mapa ambulante de toda esta parte del Perú.
Jubal continuó la línea de pensamiento.

~ 210 ~
—El chico tendría cubos de información que el vampiro podría
utilizar. Internet, Inglés, cómo funciona la electricidad, la biología,
explosivos. Infiernos, las cámaras, la policía, el comercio mundial. La
educación universitaria de Marty sin duda sería de su interés.
—Tenemos que empezar a movernos. Cuanto más tiempo pase, el
rastro de la Mitro será más débil, y es un mundo muy grande ahí afuera
como para que él se esconda, — dijo Dax.
—Déjame intentarlo un minuto y ver si puedo... — Riley interrumpió
mirando hacia las ruinas ennegrecidas de la batalla. —Sólo me tomará un
momento. — Ella se sentía culpable por detener a todo el mundo, sobre
todo porque ella sabía que tenían poco tiempo, pero la compulsión crecía
fuerte en ella. No podía soportar dejar ese pedazo de tierra llena de
cicatrices cuando sabía que podía ayudar al proceso de curación.
Ella no esperó su permiso, sus pies ya la llevaban hacia el suelo
ennegrecido. Era vagamente consciente de que Dax caminaba
protectoramente junto a ella, pero su mente ya se estaba alineando con la
tierra. Todo lo demás se desvaneció en la insignificancia. Se arrodilló junto
al suelo terriblemente ennegrecido y hundió sus manos profundamente.
Cerró los ojos y envió energía, semillas de plantas, árboles y flores se
movieron a través de su mente. Podía verlas brotar, abrirse paso a través
de la suciedad a punto de estallar hacia el cielo. La tierra era rica en
minerales, combustible para las plantas para ayudarles en su
recuperación.
No tenía ni idea de cuánto tiempo había pasado hasta que se encontró
tambaleándose un poco y parpadeando ante la visión del círculo de follaje
denso creciendo en frente de ella. Dax le puso una mano en el hombro
para sostenerla. Detrás de él, Gary y Jubal estaban mirando el increíble
crecimiento de las plantas. No hubo ninguna sensación del mal, gracias a
Dax, y la tierra era más fértil y gruesa, con una abundancia de árboles
jóvenes, helechos y plantas.
—Probablemente debería obtener mi paquete de suministros, — dijo
con una pequeña sonrisa temblorosa. Se sentía como si estuviera
regresando de una larga caminata. Ella permitió que Dax la ayudarla a
levantarse. — ¿Qué pasa con ellos? —Ella señaló hacia la pared. —
¿Estamos dejando las armas con ellos o cualquier cosa? El profesor no

~ 211 ~
parece desear moverse mucho. Estaba pensando que dos de nosotros.
Gary y Jubal pueden quedarse y proteger a los demás y sus cosas. No
vamos a dejarlos por mucho tiempo.
Él hizo un gesto hacia el amplio círculo de las plantas.
—Eso es increíble. Tú eres increíble. — Y mía.
Su mirada saltó a la suya. Ella lo escuchó con tanta claridad, con voz
firme y suave, cálida y sexy vertiéndose en su mente tan íntimamente. Su
mano revoloteó hasta su garganta.
— ¿No piensas convertirte en un gigantesco dragón rojo en este
momento?
—Quieres que me convierta en dragón — Su voz sonaba diferente, lo
que la hizo pensar más en la conversación: algo de lo que decía le
importaba mucho a Dax pero Riley no estaba segura del qué.
—Estaba pensando que podríamos ir de excursión si no está
demasiado lejos.
—Estaba pensando en algo un poco diferente. — Dax envió una
imagen de él levantándola del suelo y elevándose al cielo con ella en sus
brazos.
—No. De ninguna manera. Ni siquiera pienses en ello—gritó mientras
el hombre la arrastró a sus pies y comenzaba a correr.
—No puedo creer que me estés llevando de nuevo.
Él la miró con sorpresa genuina.
—Yo puedo convertirme en un dragón, detener una explosión con
“magia”, y hacer todo tipo de proezas increíbles, ¿pero no puedes creer que
te esté llevando?
—Esa era una forma de hablar. Ahora déjame. No me llevaras a través
de la selva como Tarzán.
—Yo no conozco a este Tarzán, pero si él tiene la costumbre de
llevarse a su mujer, creo que me gusta. — Su risa retumbó a través de ella.
—Pon tus brazos alrededor de mi cuello y agárrate fuerte.
Él se lanzó hacia el cielo, pasando a través de un agujero en la
cubierta. En el momento en que se rompió el dosel, Dax la cogió por la

~ 212 ~
cintura y la giró para que pudiera ver el suelo debajo de ellos y la dirección
en que volaban.
—Oh... — A partir de esta altura podía ver el volcán más claramente
con su ondulante ceniza a un lado. Los ríos de magma que se derramaban
por sus laderas parecían cintas de color naranja en el cielo al atardecer. La
vista era humilde y hermosa en un nivel tan elemental que Riley encontró
que lo único que podía hacer era mirar en silencio reverente.
—Tenía la esperanza de que te gustaría esto.
—Dax, no sé cómo a alguien pudiera no gustarle esto. Está más allá
de las palabras.
—La altura no te molesta — Había una nota burlona en su voz.
—Si me sueltas, la altura me molestara mucho. — Ella se dio cuenta
de que sus uñas se estaban clavando en los brazos envueltos alrededor de
su cintura. Poco a poco aflojó sus músculos, confiando en que él no la
dejaría caer.
—No voy a dejar ir. — El calor se extendió por su espalda y se situó
en su interior.
El cielo se volvió rojo y dorado a su alrededor, y pequeñas escamas de
color rojo y oro pululaban sobre ellos. Al principio, pensó que las escamas
relucientes eran brasas del volcán, que se mantuvo cerca a pesar de que
Dax y Riley estaban volando por el cielo.
— ¿Que son estas chispas rojas y doradas en el aire que nos rodea?
—Los efectos secundarios de una elección que hice. Mitro iba a salir,
y yo no era lo suficientemente fuerte para detenerlo. Necesitaba hacer
algo...
— ¿Te encerrarte tú a ti mismo en una montaña durante años
indecibles, pero te culpas por su fuga? Dax, es mi culpa que esté libre. Mi
madre y yo no llegamos a tiempo. Yo no era lo suficientemente fuerte como
para mantenerlo enjaulado.
—No, Riley. Detener a Mitro es mi responsabilidad. Siempre lo ha
sido.
El silencio se situó entre ellos. Riley no estaba segura de qué hacer.
Quería consolarlo, pero no estaba segura de cómo.

~ 21 3 ~
— ¿Cuál es la elección que debiste hacer? — le preguntó en su lugar.
—Cuando se quedaron atrapados en el volcán con Mitro, tú dijiste que
debiste hacer una elección... que creó estas chispas rojas que parpadean a
tu alrededor a veces, sobre todo cuando estás en movimiento rápido. ¿Qué
fue?
—Mitro y yo no éramos los únicos atrapados en la montaña. Un
dragón de fuego había elegido ese volcán como su lugar de descanso final
mucho antes de que llegáramos. Cuando Mitro estaba tratando de escapar,
el dragón se ofreció a unir su alma con la mía para darme su fuerza y
habilidades.
— ¿Quieres decir que los dragones son reales?
Él se echó a reír.
— ¿Te digo que opté por fusionar mi alma con un dragón y tú estás
más interesada en el hecho de que los dragones son reales?
—No... Bueno, sí. ¿En serio? ¿Son realmente reales?
—Lo eran. No sé si es que alguno aún vive. El que me encontré había
estado allí durante miles de años. Su cuerpo se había cristalizado,
pasando a formar parte de la montaña.
—Así que me estás diciendo que en este momento tu alma está
fusionada con la de un dragón, y como efecto secundario de vez en cuando
aparecen estas chispas de color rojo y motas de oro. — Ella sacudió la
cabeza y se rió con incredulidad. No podía evitarlo. ¿Qué más dijo tener en
su vida? —Así que si te preguntan por qué eres tan sexy, ¿vas a decirme
que tu madre era una diosa del Olimpo? ¿Que atrapó a tu padre, después
de que una estrella fugaz cayera a la tierra en una noche sin estrellas?
Dax volvió a reír.
—Mi madre era una mujer dulce que mi padre quería mucho.
Aunque, es cierto que mi madre hizo su reclamo para atrapar a mi padre,
y cuando él accedió al reclamo dijo que vio las estrellas la primera vez
puso los ojos en ella. —Luego, su tono cambió, perdiendo su nota coqueta.
— Aquí estamos.

~ 214 ~
Se deslizó de nuevo a la tierra y aterrizó suavemente en un pequeño
claro a un kilómetro de los restos humeantes de un pueblo. Dax dejó sus
pies en el suelo, pero mantuvo su mano en la suya.
—Riley antes de continuar, hay algo que me gustaría darte. —
Metiendo la mano en su bolsillo, Dax sacó un paño de seda de color negro
y rojo doblado con la forma de un dragón. —Debes abrirlo tirando de las
alas a los lados.
—Yo no quiero arruinarlo.
—Puedo hacer otro.
Con cuidado, Riley sacó las alas hacia atrás, y el dragón se deshizo en
una forma única que sólo la magia de Dax podría hacer. En el centro de la
tela había una pulsera de oro y plata.
— ¿Esto es para mí, pero por qué?
—Digamos, por ahora, que es la tradición. Yo quisiera decir que siento
mucho la pérdida de tu madre, y esperaba que me honraras encontrando
un hogar para su último regalo aquí.
— Hizo un gesto a la configuración vacía en el intrincado diseño y
luego deslizó la pulsera en su muñeca.
Riley no se sorprendió cuando ésta encajó perfectamente. Era una
obra de arte, ella siguió los diferentes senderos de plata, cada uno
reuniéndose con unos pequeños diamantes en el espacio central.
Con reverencia, Riley sacó el dragón de plata con ojos de ágata
sosteniendo una piedra de obsidiana. La muerte de su madre era un
enigma. La magia y el poder de ella ahora estaban envueltos a través de
todos sus recuerdos y experiencias. Algo la había tocado cuando ella
estaba allí, algo que había calmado el dolor y le permitió seguir adelante.
Pero sostener la pieza de joyería heredada en su familia de madre a hija
fue un recordatorio de su madre, y sin importar qué, nada podría llenar el
vacío que ella dejó atrás.
Pensó en todo lo que su madre había defendido, la forma en que fue
criada, su sentido del humor, como ella siempre estaba allí para recogerla
cuando se había caído. Annabel era elegante y fuerte, y si este dragón fue

~ 215 ~
su último regalo, se merecía un lugar mejor que el interior de su bolsillo
sucio.
La desconcertaba la idea de lo que podría significar llevar la piedra de
su madre dónde otros pudieran verla.
— ¿Cómo te enteraste sobre el dragón, y mi madre?
—Tú lo tocas de vez en cuando al caminar, aunque no pareces darte
cuenta. En cuanto a saber lo de tu madre, ¿cómo no iba a saberlo?
Abriendo su mano presentó el dragón ante él.
— ¿Te importaría?
Dax cubrió el brazalete y la muñeca con ambas manos, después de
haber tocado al dragón. Sintió el calor, pero no podía decir si era su tacto o
lo que estaba haciendo, pero un hormigueo corrió por su brazo y de las
yemas de sus dedos. En forma ausente él tomó sus manos, y fue perfecto.
Las sombras de la pena todavía estaban dentro, pero al mirar su rostro, y
luego hacia abajo el regalo de su madre en su muñeca, Riley se sintió un
poco más en reposo. Sin pensarlo envolvió sus brazos alrededor de Dax, en
esta ocasión sintiéndose completamente a gusto, ella tiró con fuerza,
acercando su cabeza a la de ella, iniciando el contacto esta vez.
Su beso la llevó lejos, inundando de sensaciones su cuerpo. Estaba
tan caliente, su piel casi ardiendo, su cuerpo duro contra el suyo mientras
su boca se movía sobre la de ella con besos largos y embriagadores.
Riley se apartó un poco, y Dax la dejó, pero ella podía sentir la lucha
en él. Esto causó un gran sentido del peligro y de control que ella
encontró un poco intoxicante. El hecho de que él estaba teniendo un
momento difícil intentando controlarse era tranquilizador. Riley soltó su
cuello, lentamente llevando su mano sobre el pecho. Podía sentir los
latidos de su corazón. Mirando hacia arriba, vio que sus ojos estaban
brillando de excitación mientras aun la sostenía, y Riley se sintió aún más
poderosa. Jugando con fuego, curvó sus uñas en él.
El gruñido que retumbó fuera asustó a Riley, haciéndola saltar hacia
atrás. La actitud de Dax era de victoria y totalmente masculina también,
pensó.

~ 216 ~
—Eres una bestia. — dijo indignada, aunque la risa infundida en su
voz le llegó al hombre que le había gruñido.
—Si quieres que lo sea, sivamet. Sería un placer.
Riley sentía que quería abalanzarse sobre ella en ese momento, y por
Dios que había una parte de ella que lo anhelaba. Dax habló en su mente.
Vamos a tener un montón de tiempo para abalanzarnos el uno al otro,
te lo prometo.
—Vamos a dejarlo por el momento. Gracias por la pulsera. — Ella
estaba tratando de encontrar una manera de romper un poco la tensión
sexual, pero no creía que hubiera un cuchillo lo suficientemente grande. —
¿Qué quiere decir sivamet?
Dax le sonrió, metiendo un mechón suelto de cabello detrás de la
oreja.
—Cuando lo desees. Me gusta darte cosas que te gustan. En cuanto a
sivamet, significa "de mi corazón", o "mi amor" podría ser una mejor
interpretación en tu idioma.
Su corazón realizó una lenta voltereta, mareándola. Se quedo sin
palabras, y al no tener una respuesta, guardo silencio. Ella sólo asintió
con la cabeza.
—Tenemos que empezar a movernos, — dijo suavemente.
—Es probablemente lo mejor. ¿Dónde está el pueblo al que íbamos a
ir?
—No muy lejos, pero debemos explorar el perímetro primero y ver qué
encontramos. Y, Riley, ten en cuenta, que el mal de Mitro será atraído
hacia ti como ningún otro. Mantén tu mente abierta para mí en todo
momento.
—Dax, hice mi elección. —Ella se frotó el brazalete en su brazo. —
Mitro mató a mi madre, a los aldeanos y a muchos otros, y ahora mismo
está ahí fuera y por todas las cuentas que lo hará de nuevo. Yo no creo que
pueda luchar contra él, pero puedo hacer esto.
—Toma mi mano. He estado bloqueando el área alrededor de nosotros
de tus sentidos, pero estoy bajando la barrera ahora.

~ 217 ~
La diferencia fue instantánea. Riley estaba llena de información. Su
poder no era uno que podía apagar y encender, sólo aumentar o disminuir.
Era fácil decir dónde estaba el pueblo. La sensación pegajosa que se
fundía en su piel así se lo indicaba.
—Estuvo aquí, — dijo Dax. —Pero es cosa del pasado. Siento su
maldad impregnada en el suelo. Ha dejado unas cuantas trampas, y voy a
deshacerme de ellas. Él es bueno en ocultar sus huellas, pero habrá
pruebas. Tan poderoso como es, incluso él tiene que dejar algo de sí
mismo detrás.
Ella cerró los ojos y filtró la información.
Recorrieron el perímetro, en un círculo muy amplio, buscando señales
que Mitro hubiese dejado atrás. Habían llegado al otro lado del pueblo,
cuando de repente Dax se detuvo en seco. El mal yacía tan densamente en
el suelo, se sentía como si estuviera nadando a través de ella. Bajó la
mirada al suelo y vio la tierra en movimiento.
— ¿Qué es eso? — Ella estaba horrorizada.
En el momento en que hablaba, hormigas brotaron de la tierra, y los
arbustos circundantes, incluso bajando desde las sobrecargadas ramas.
Dax la agarró y saltó a través de un claro de hierba y suciedad. La zona
estaba libre de hormigas, y cuando Riley miró hacia atrás, vio que el punto
del que habían saltado ya había vuelto a la normalidad.
—Una de las trampas de Mitro. Vamos a continuar. — Él era práctico.
Dax encontró otras dos trampas, saltó de ellas y las despejó sin
emoción. Pero entonces, justo antes de haber completado su círculo
alrededor de la aldea, Riley se detuvo abruptamente, sin siquiera saber por
qué.
—Dax. —Ella lo miró, confundida. —No estoy segura de lo que estoy
haciendo. — Ella frunció el ceño. —Hay algo aquí. ¿Lo sientes?
—Sí, — lo siento.
Levantó la mirada hacia él.
—Hubieras encontrado esto sin mí. ¿Qué es esto? ¿Una especie de
prueba?

~ 218 ~
—Yo no quise dejarte allí. Era demasiado peligroso. Si una persona de
este pueblo hubiese escapado o ido a la zaga de la batalla, serías el
objetivo. Aquí podría protegerte así como averiguar lo que puedes y no
puedes hacer. — No había remordimiento en su voz. Se dio cuenta de que
no iba a pedir disculpas por haber elegido la mejor manera de mantenerla
a salvo.
Se enderezó los hombros.
—Déjame intentarlo, entonces.
Como lo había hecho la primera vez que llegó a la aldea, Dax bloqueó
toda la otra información, dejando que sus sentidos se concentran en ese
lugar, en el extraño vacío. Al centrarse, el sendero de Mitro se hizo claro.
Riley comenzó a temblar. El pequeño punto no estaba vacío. El mal estaba
tan concentrado que congeló sus sentidos, el hielo insensibilizando sus
nervios.
Riley esquivó lejos de la dirección en la que había estado dirigiéndose,
y empezó a seguir la pista de hielo, segura de que ese era el camino que
Mitro había tomado. Sus instintos estaban dirigiendo sus pensamientos.
Sus capacidades extendidas. A pesar de que no eran tan fuertes sin
utilizar el ritual para enfocar y amplificar, con Dax bloqueando el ruido del
resto del bosque, era fácil seguir el rastro que Mitro dejaba. Su mente
corrió a lo largo de los restos de hielo que dejaba a su paso, dando vueltas
y girando como el Vampiro hacía, hasta que Riley estuvo muy lejos de
donde había comenzado.
—Ya es suficiente, Riley. Tenemos suficiente para continuar. —Su voz
rompió la concentración.
Eso no era lo que ella quería oír. Ella se acercaba a él. El sendero
tenía una sensación diferente, como si hubiera sido más fuerte. Quería
conocer sus habilidades exactamente igual que como lo hacía Dax.
—Sivamet, nos has dado un buen comienzo, pero se está haciendo
demasiado peligroso. — Hubo una orden firme en su voz.
Con un suspiro, Riley soltó el camino y regresó. Le dolía el cuerpo y
sus músculos se sentían como si fueran nudos duros, sus piernas como de
goma. Dax era lo único que la sostenía en pie.
— ¿Por qué me llamaste de regreso? Estaba tan cerca.

~ 21 9 ~
—Te estabas cansando. Y Mitro podría haber estado esperando por ti.
Tiene un don para estas cosas. Podría haber sido capaz de golpearte en
esa forma.
—Realmente no me gusta. —Su respiración volvió a la normalidad y
los brazos ya no se sentían como pesas de plomo.
—Yo lo conocía antes de volverse Vampiro, y no me gustaba él
entonces. — Dax se levantó y la ayudó a ponerse en pie.
Ella se estremeció con las sensaciones nocivas que irradiaban hacia
fuera de la aldea, pero ella se mantuvo firme. Mientras procesaba la
información, se dio cuenta de que había más, que el ritmo y el pulso de los
alrededores vibraba en sintonía contraria. Podía sentir la tierra luchando
para expulsar la mancha del mal.
Tomados de la mano, Riley y Dax caminaron juntos hacia el pueblo.
Entraron en más de tres trampas, cada una de ellas Dax rápidamente la
despachó, y luego rompió a través de la selva en el área despejada de la
aldea, y Riley se encontró de pie en medio de la escena más horrible que
jamás había visto. Las palabras le fallaron. El gran número de cuerpos
esparcidos por el suelo desafiado la creencia.
—Mitro debe haber visitado las zonas de la periferia durante su
primera noche y trajo más aldeanos aquí, — dijo Dax. —Nunca lo he visto
trabajar tan rápido antes.
El centro de la aldea era una horrible especie de altar. Una tarima de
madera, dio a luz un crudo trono formado de lo que parecía ser madera y
huesos humanos. Grandes alas negras se dispararon fuera en dos partes,
cada una cubierta por capas de plumas negras. Las alas estaban cubiertas
de sangre que se negó a secar por la humedad de la selva. Como una
cascada macabra, la sangre continuaba goteando desde el estrado
empapado el oscura licor negro que cubría la tierra. Riley y Dax
circundaron cuidadosamente la tarima. Clavado como un Jesús
crucificado en la parte posterior de las alas ensangrentadas, el torturado
cuerpo de Marty, desnudo a excepción de los insectos que se alimentaban
de él o la eclosión en las heridas abiertas. La bilis se le subió por la
garganta. La mayor parte de los órganos de Marty colgaban libres fuera de
su cuerpo, su espalda había sido de alguna manera fusionada con la
tarima, y era su sangre la que goteaba en la parte delantera. Cuando se

~ 220 ~
acercaron, el rostro ensangrentado y desfigurado colgaba a un lado, y un
gemido burbujeante lloró de sus labios.
— ¡Oh, Dios mío! ¡Dax! ¡Dax, haz algo! ¡Él está vivo! ¡Todavía está vivo!
Con un gesto de la mano, Dax envió a todos los insectos a huir de su
fiesta. Se acercó a la tarima y puso una mano a la altura de la clavícula del
muchacho. Sus párpados revolotearon con sangre. Sus ojos atormentados
enrollado para centrarse en Dax. Cómo es que Marty estaba vivo, o mucho
menos aún consciente, Riley no tenía ni idea. Su corazón se rompió
cuando ella lo miró, y las lágrimas corrían por su rostro.
Dax mantuvo el contacto durante varios minutos, claramente
buscando en la mente Marty para obtener información que pudiera
utilizar. Cuando terminó, volvió la cabeza ligeramente hacia ella, sin hacer
contacto visual.
—Riley, mira hacia otro lado. —Era lo más cercano que Dax había
llegado nunca a una declaración de culpabilidad, y casi hizo lo que le
pidió. En cambio, ella le apretó la mano que aún sostenía. Ella sabía lo
que iba a hacer, y no iba a dejar que lo hiciera solo.
En ese instante todo el dolor se había ido, los recuerdos del horror
habían desaparecido de su mente, así que Marty sólo podía recordar
momentos felices de su vida. Dax hizo un gesto con la mano, y Marty dio
un último suspiro antes de sucumbir a sus heridas horribles. Riley no
necesitaba que le dijeran que no había nada que pudieran hacer. El chico
había ido demasiado lejos. Sus lágrimas siguieron cayendo mientras Dax
se alejaba por detrás del estrado.
Nubes se formaron anormalmente rápido, en medio de la oscuridad.
Un relámpago atravesó de un lado del cielo hasta el otro. La electricidad se
palpaba en el aire, pero Dax estaba tan cerrado que realmente la ponía
nerviosa. Por primera vez sintió que él se cerraba mentalmente, y ella lo
dejó ir. Ella entendió la necesidad de distanciarse frente a tales horrores.
—Marty estaba aquí para estudiar las ruinas con su profesor y Todd,
su amigo, — Dax dijo, mirando a la tormenta que se avecinaba. —Él tenía
un amor por la historia y sobre todo el estudio de cómo los mitos y los
dioses fueron creados. Mitro pasó mucho tiempo en esa parte de su
cerebro. Creo que el Vampiro puede estar considerando hacer su propio

~ 221 ~
culto, utilizando el volcán y los dragones y la leyenda local. —Su voz era
neutral, pero incluso sin la conexión, ella creyó detectar vergüenza.
—Esto no es tu culpa, Dax.
Él continuó como si no la hubiese oído.
—Mitro utilizó a Marty para aprender sobre el mundo moderno, o al
menos gran parte de ello como pudo. Se tomó su tiempo mientras hacía a
la gente del pueblo sacrificarse unos a otros en su nombre. Pedro fue uno
de los primeros en morir.
—Dax...
Dax cortó.
—Sí, Riley, esto es mi culpa. Cada niño, cada hombre, cada mujer...
sus muertes son culpa mía. — Dax levantó la mano y un rayo saltó a la
punta de sus dedos, reuniendo a otra bola de luz y fuego.
— ¿Sabes dónde está?
—Antes de venir aquí, Marty y Todd pasaron un tiempo en la ciudad,
llena de gente. Mitro pasó un tiempo revisando esos recuerdos. Creo que la
ciudad le es atractiva para sus últimas aspiraciones.
Dax tiró la bola de fuego hacia abajo de sus pies. Las ondas de los
rayos y el fuego se extendieron en todos los colores en un instante,
quemando todo menos a ellos. Dax la tomó del brazo y la guió hacia su
campamento. El fuego se retiró con cada uno de sus pasos.
—Yo creo que él quiere ir a un lugar donde haya gente joven que lo
adore como él cree que se merece.
Cuando el pueblo se perdió de vista, Riley miró a Dax. Hermoso y
como de otro mundo, su expresión parecía tallada en piedra.
Riley había tenido suficiente de su estoicismo. Podía sentir lo mucho
que estaba sufriendo. Ella se acercó, agarró la parte posterior de su pelo y
lo besó con fuerza. Al principio, él se mantuvo firme y luego su mundo se
volvió hacia un fuego tan caliente y salvaje como el que acababan de dejar
atrás, hasta que la dejó llevarlo a un lugar muy, muy diferente.

~ 222 ~
Capítulo 12
Traducido por Rhyss
Corregido por Rhyss

Riley sabía que no estaba sola en el momento en que despertó. Ella


estaba rodeada por el olor de Dax. Caliente. Masculino. Salvaje. Y tan
peligroso que era extraño porque al instante se sintió segura.
— Abre los ojos.
Su cuerpo respondía a esa voz suave e hipnótica, convirtiéndose en
líquido. Ella levantó las pestañas y lo miró a la cara. El deseo, crudo y
eléctrico crepitó a través de su cuerpo hasta que el calor se agrupó abajo.
Miró al hombre pecaminosamente hermoso, el hombre más hermoso que
jamás había visto. Había nobleza en aquel rostro cuidadosamente tallado.
Cada característica era distinta y grabada con una mano artística. Su pelo
corto y de punta, de color negro obsidiana, casi brillaba, dando a las
palmas de sus manos una sensación de hormigueo y obligándola a curvar
sus dedos en puños con fuerza para impedir recorrerlos a través de esa
piel gruesa. Dios, era magnífico.
El aliento se le quedó atascado en la garganta. Estaba tumbado a su
lado, con el cuerpo curvado protectoramente en torno a ella, sobre un
codo, con la cabeza apoyada en la mano, con los ojos a la deriva
posesivamente sobre ella. La mirada en sus ojos le robó la cordura. Había
un deseo descarnado y crudo que dejó que su sangre fluyera
acaloradamente, trayendo a la vida a cada terminación nerviosa de su
cuerpo.
Riley se mostró reacia a sentarse, saboreando la sensación de sus
músculos duros, la impresionante longitud y el grosor de su erección
apretada firmemente contra su trasero y el calor de su cuerpo,

~ 223 ~
calentándola. Él le sonrió, un destello de dientes blancos, sus extraños
ojos la reclamaban. Los ojos multifacéticos brillaban en ella con pequeñas
llamas de color rojo anaranjado que iluminaban los colores de los
diamantes. Su mano libre en su pelo, como si no pudiera resistir la
sensación de ella. Sus largos dedos masajeando su cuero cabelludo,
enviando la sensación más deliciosa a través de ella.
Ella parpadeó hacia él.
— Hola.
Él inclinó la cabeza.
— Buenas noches. Te he traído algo.
Su mano se deslizó a regañadientes de su pelo, y ella realmente siguió
con la cabeza el descenso de ese cálido contacto, con ganas de frotarse
más contra él. ¿Había timidez en su voz? No del todo, pero sin duda un
encanto vacilante que encontró fascinante. Ella se dio la vuelta ahogando
un bostezo mientras se incorporaba. Trazó la yema de su dedo por la
mejilla de su labio inferior.
— Tienes unos labios muy tentadores que me dan ganas de
inclinarme y simplemente morderlos, — dijo en voz muy baja.
Se encontró sonrojándose. Ella no era una mujer que se ruborizara,
pero los hombres no le decían cosas descaradamente sexuales. Su madre
siempre le dijo que era intimidante, inaccesible y llamativa también. La
combinación, de acuerdo con Annabel, era letal al reunirse con los
hombres. Sólo los más valientes se atrevían a arriesgarse. Por supuesto,
las madres tenían que decir cosas como esa, tal vez incluso lo creyeran.
Riley nunca había creído las explicaciones de su madre.
Su dedo acarició sus labios, pinceladas suaves que amenazaban con
robarle la cordura. Tenía un increíble impulso y completamente fuera de
su carácter, de arrastrar el dedo a su boca. Era la tentación personificada,
la serpiente en el Jardín, y ella estaba cayendo más rápido de lo que Eva
pensó en comer la manzana.
Ella hizo un sonido, sabía que logró algo, pero sus ojos, con esas
pequeñas llamas rojo anaranjadas vacilando con tal calor, rodeadas de las
pestañas más largas que jamás había visto, eran una intensa distracción.

~ 224 ~
— ¿Quieres tu regalo? — le preguntó en voz baja.
Su mirada cayó en su boca perfectamente moldeada. Si ella se
inclinaba hacia adelante a unos pocos centímetros...
— Sivamet, ¿estás despierta?
Había risa en su voz. Riley estaba loca, porque esa risa resonó por
todo su cuerpo, poniendo todos sus nervios a arder. Logró un movimiento
de cabeza, completamente hipnotizada por él. Ella había querido salir de la
sala de clase, quería un poco de aventura, pero nunca había considerado
que podría encontrarlo... a él.
— Esta es una antigua tradición, — explicó mientras le daba una sola
flor.
La flor era grande, como un lirio, pero en forma de estrella. Los
pétalos se abrieron para revelar el interior, un ovario de un profundo color
rojo rubí con dos filamentos de líneas. La forma y tamaño del estigma trajo
rubor a su rostro, esa parte en particular parecía una erección muy
grande. Ella sabía de flores, su madre creció rodeada de ellas, pero ésta,
impresionante y hermosa, sin duda podría ser usada para explicar el sexo.
—Pruébala.
Ella parpadeó. Tragó. No sabía por qué sonaba sexy. Todo lo que
decía y hacía parecía ser sexy.
— Usa tu lengua para acariciar a lo largo de la...
— Um. Lo entiendo. — Ella no podía.
Sus ojos, capturados por los suyos, se negó a apartar la mirada.
Estaba atrapada allí, en esos ojos hipnotizantes, capturada, sin poder
defenderse. Su lengua salió y tocó esa cabeza bulbosa tentativamente. De
inmediato estalló el sabor por su boca, vibrante y picante. Adictivo. Ella
lamió a lo largo de la parte de abajo y todo alrededor de la cabeza,
buscando más del sabor difícil de alcanzar.
Dax se acercó más hasta que pudo sentir su aliento caliente contra su
cuello.
— ¿Te gusta?
— Es increíble, — admitió. — No he probado nunca nada como esto.

~ 225 ~
— La flor adquiere el sabor del donante.
Su mirada se clavó en la de ella, obligándola a obtener hasta la última
gota, la intensidad del deseo envió un escalofrío a recorrer su cuerpo. ¿Por
qué demonios encontraba su declaración tan caliente? ¿Y por qué no podía
dejar de devorar la frágil flor, de anhelar ese sabor picante? Los pétalos de
terciopelo suave tenían su olor. Se sentía rodeada por él con cada
movimiento de su lengua, dibujando ese néctar en su cuerpo.
— Dámela. — Él no quitaba los ojos de los de ella.
De mala gana tomó una persistentemente larga y última lamida de la
estigma y le entregó de nuevo la flor. Sosteniendo su mirada, bajó la
cabeza, con la boca en la flor. Su lengua encontró los filamentos y el
ovario, devorando el néctar recolectado allí. Nunca había visto nada tan
sexy en su vida. Todo su cuerpo se puso caliente.
— Su sabor es adictivo. — Su mirada atrapada en la de ella.
Descaradamente sexual.
Una ola de calor líquido se añadió a su inquietud. La tensión en
espiral en su vientre se deslizó a través de su núcleo más profundamente
hasta que fue arrastrada por la necesidad. Ella apretó los labios con fuerza
mientras tomaba su tiempo, obviamente, saboreando el interior de la flor.
Su mirada ardía sobre ella, las pequeñas llamas que crecían más calientes
y más salvajes mientras comía de la flor nocturna.
Cuando levantó la cabeza, sus ojos brillaban.
— Arrodíllate por un momento.
Ella no pensó en preguntarle, demasiado atrapada en su telaraña
sexual. Cualquiera fuera el tirón entre compañeros, la atracción física
entre ellos chisporroteó y no quería perderse ese momento embriagador.
Se arrodilló.
Él asintió con la cabeza.
— Siéntate sobre los talones y abre los muslos. — Cuando le dio la
orden, él tomó la flor en ambas palmas, solemnemente, como si se tratara
de algo precioso.

~ 226 ~
Con el corazón desbocado, ella accedió. Él colocó la flor exactamente
entre sus piernas, susurrando contra sus muslos abiertos, cubiertos de
jeans.
— Tied vagyok. — Su mirada por primera vez dejó la de ella, y se fue
a la deriva posesivamente sobre ella. — Sivamet Andam. — Las llamas en
sus ojos saltaron alto, mientras que los multifacéticos diamantes brillaban
ardientes. — Te avio Päläfertiilam.
Sus suaves palabras sonaban hermosas, pero más, reconoció una
cualidad de ritual en la presentación y sabía que le estaba diciendo algo
muy importante para él. Todo su cuerpo había reaccionado ante esas
palabras casi susurradas. Su voz era un arma, pensó, especialmente
cuando hablaba en su propio idioma. El tono era tan hipnótico como las
palabras y se encontró haciendo un esfuerzo por entender.
— En mi idioma, por favor, — dijo ella.
— Tied vagyok significa…— Frunció el ceño, buscando las palabras
en un idioma que acababa de adquirir. — “Soy tuyo”, — dijo simplemente.
El corazón le dio un vuelco. ¿Este guerrero increíble, tan hermoso,
tan protector y sexy era suyo?
— Sivamet Andam sería, “Te doy mi corazón.” — Le tocó la cara
suavemente, trazando sus pómulos, su mandíbula y la barbilla, y luego de
vuelta a la curva de su boca, como si memorizara cada detalle.
La sangre subió acaloradamente por sus venas. Ella lo sentía dentro
de ella, una parte de ella. Riley apretó los labios con fuerza. Algo
importante estaba ocurriendo, pero no sabía qué. Ella no quería decir o
hacer las cosas mal. Una parte de ella quería correr. No tenía ninguna
duda de que Dax creía exactamente lo que estaba diciendo, él le estaba
dando su corazón.
Él era más grande que la vida. Uno de los héroes de una película que
podría salvar el mundo. Ella pensaba en sí misma como... ordinaria. Aquí
en la selva, donde no había nadie más, probablemente parecía un gran
descubrimiento, pero había todo un mundo esperando por él.
— Sólo hay una compañera para nuestra especie, Riley, — dijo.

~ 227 ~
Todo su cuerpo se apretó. Lloró. Electricidad cantaba en sus venas.
Quería creer que ella pudiera tenerlo, pero realmente era absurdo. Apenas
se conocían. Él era antiguo. Y ella quedó atrapada en una especie de
sueño intenso del que no quería despertar.
— ¿Qué significa “te avio Päläfertiilam”? — ¿Esa era su voz? ¿Así de
ronca y sensual?
Frunció el ceño, concentrado, tratando de encontrar una traducción
adecuada.
— Tú eres mi esposa. — Él negó con la cabeza. — “Esposa” se
equipara a compañera. Esposa es tu mejor palabra. Matrimonio es lo más
cercano al ritual de vinculación que puedo encontrar en las memorias de
Gary. Yo digo que eres mi compañera.
Ella parpadeó.
— ¿Es esto un ritual de matrimonio?
Él negó con la cabeza, un destello de dientes blancos que enviaron
otra oleada de deseo deslizándose por su cuerpo. Sus dientes parecían
fuertes, rectos y acaba de señalar lo suficiente para que ella se encontrara
un poco asustada, lo que añadido a la experiencia era simplemente
estimulante.
— Cuando las palabras del ritual de vinculación se dicen, es el
equivalente a tus votos matrimoniales, pero es más. Esto no se puede
deshacer. Esto es más como... — Se interrumpió, claramente buscando
recuerdos de Gary como una analogía. — Esta ceremonia es importante
para los dos.
Se frotó el puente de la nariz, un gesto que encontró entrañable.
— Te he cortejado a la manera de mi pueblo y este es el ritual de
fertilidad en el que das tu aceptación.
Su corazón saltó de nuevo. Su cuerpo ardía.
— ¿Fertilidad? — Su voz sonaba chillona incluso a sus propios oídos.
—Nuestras mujeres no tienen muchos hijos, a pesar de la longevidad.
Esta flor es importante para la preservación de nuestro futuro.

~ 228 ~
— Es, — miró a su alrededor, manteniendo la voz baja. La
conversación parecía tan íntima, tan sexy. Como siempre, ella y Dax
estaban aislados lejos de los demás. Cuando él llegó, pareció encontrar
una manera de aislarla antes de despertarla.
— Es necesario que repitas las palabras de nuevo para mí, — dijo,
bajando la voz una octava.
Se movió sobre sus rodillas, abriendo los muslos a lo ancho. Su
respiración se enganchó en sus pulmones.
— Toma la flor en ambas palmas abiertas y ponla...
— Lo entiendo, — dijo ella apresuradamente, rubor arrastrándose
hasta el cuello y la cara.
Trató de apartar la mirada fascinada del impresionante bulto en la
parte delantera de sus pantalones vaqueros. El material estaba tenso,
como si en cualquier momento se fuera a romper. Nunca había estado tan
enamorada, tan sexualmente frustrada o interesada en un hombre.
Incluso había soñado con él. Los sueños eróticos sólo aumentaban su
timidez con él.
Con mucho cuidado, para no dañar los pétalos, recogió la flor y,
tomándola con cuidado en ambas manos, se la transfirió a la V entre sus
piernas abiertas. Los lados de las manos rozaron a lo largo de sus muslos.
Ella podía sentir sus músculos poderosos y el tremendo calor que
emanaba de su cuerpo. Le temblaban las manos, así que depositó la flor
con rapidez y puso las palmas de las manos húmedas sobre sus propios
muslos.
— Di las palabras de nuevo para mí, — le animó.
Había escuchado atentamente el acento y las palabras, pero decirlas
en voz alta a él en lugar de a Gary era intimidante. No sólo eso, ¿pero ella
las quería decir? ¿Ella era suya? Le gustaba estar con él, se sentía
intrigada por él y se sentía segura con él. Tenía sentido del humor, era
inteligente y era el dios de la sensualidad caminando. Ella ya no se sentía
sola. Todo en él la atraía, ¿pero podía confiar en él? ¿Tenía la capacidad de
retener a un hombre como Dax? Cuando esta aventura hubiera terminado,
¿qué haría él?

~ 229 ~
Dax se inclinó hacia ella, su aliento cálido en su rostro, un susurro
contra sus labios.
— Ainaak sivamet jutta, que significa “para siempre en mi corazón
conectada”, es exactamente lo que eres. Todas estas dudas tuyas deben
ser enterradas. No hay otra para mí. Puedes irte, pero me condenaras a
vivir una vida a medias. Tú posees la otra mitad de mi alma. Sólo tienes
que tocar mi mente, Riley, y me conocerás mucho mejor de lo que
cualquier otro me conociera en la vida.
— ¿No crees que esto está sucediendo demasiado rápido?
— No estoy familiarizado con tu sociedad o tu cultura, — admitió, —
pero en la mía, tenemos la certeza. Tú eres mi otra mitad. No puede haber
ningún error. Restauraste mis emociones y el color en mi vida. Tu alma es
la mitad de la mía. Mi corazón pide al tuyo. Anhelo tu sabor y me quemo
por tu cuerpo. No hay duda en mi mente.
¿Cómo podía no responder a eso? La hacía sentirse hermosa.
Inteligente. La única mujer en el mundo. Ella no estaba dispuesta a
renunciar a eso. En cualquier caso, ¿Tenía a qué regresar? Sus padres se
habían ido. No había nadie. Pero...
Se acercó más a él, sobre la flor, a escasos centímetros de su boca.
— Yo quiero hacer esto. Realmente lo creo, pero no estoy segura de lo
que quieras de mí en el futuro. No tengo idea de cómo es tu mundo, con
excepción de los Vampiros, dragones y cosas con dientes grandes.
Su mirada se trasladó a su rostro, marcándola, reclamándola,
quemando su poder dentro de ella.
— Vamos a ir un día a la vez hasta que te sientas cómoda. Voy a
explicarte todo a medida de que avancemos. Cualquier cosa para la que no
te sientas preparada, no me importa esperar. Es importante para mí que
me quieras de la misma manera en que yo te quiero.
Ella estudió su expresión. Se sentía bien con él. Por una vez en su
vida iba a dejar que su corazón anulara su mente. Se mordió el labio
inferior y asintió. Instantáneamente su mirada cayó sobre su boca. Los
músculos de su estómago agrupados y dedos de excitación recorriendo sus
muslos. Si podía hacerle eso con sólo una mirada, ¿qué podría hacerle
cuando realmente la tocara?

~ 230 ~
— ¿Recuerda las palabras que te dije?
Ella asintió con la cabeza, respiró hondo y saltó por el acantilado
proverbial, rogando que él la atrapara.
— Tied vagyok. — Sus pestañas velado sus ojos. — Soy tuya.
Las llamas en sus ojos saltaron, revelando el deseo rozando la lujuria.
Su pecho se agitó, todos esos deliciosos músculos debajo de esa camisa de
algodón fina suya. Se sentía como si estuviera en caída libre a través de
una tormenta de diamantes brillantes.
— Sivamet Andam. Te doy mi corazón.
Sus ojos se abrieron fogosos. Ella sintió su mirada ardiente
directamente a través de su piel hasta sus huesos, marcándola. Su
corazón igualó el ritmo del suyo. Su respiración igualó a la suya. Ella
juraría que su pulso había encontrado al suyo. Ella sintió su respiración
dentro y fuera. La sangre corriendo por sus venas. Ella escuchó sus latidos
en su cabeza.
— Te avio Päläfertiilam. Eres mi compañero.
En el momento en que pronunció las palabras, Dax se vertió en su
mente. Caliente. Lleno de fuerza. Era a la vez suave y resistente. Valiente.
Imágenes cruzaron por su mente, sus recuerdos, su juventud, sus siglos
de caza, su soledad descarnada, absoluta, incluso cuando viajó con
Arabejila, creyendo que nunca tendría una mujer propia, creyendo que
había fallado a la hija de su mejor amigo. Su corazón sufría por él. Quería
ser la mujer que lo confortara y lo amara.
— Ahora, coge la flor otra vez y siéntate entre mis piernas mientras
trenzo pequeñas flores en tu pelo. Mientras trenzo tu cabello, y tú me
alimentas con los pétalos de la flor. Una vez hecho esto, nuestro ritual de
cortejo estará completo y tú habrás dado tu consentimiento para continuar
con nuestra relación.
Riley frunció el ceño, pero sin decir nada se acercó más, volviéndose
hacia fuera de él. El corazón le latía con la enormidad de lo que estaba
haciendo. No era una chica joven saltando en una relación porque estaba
abrumada por la atracción física, y sin embargo ella parecía demasiado
impotente para evitarlo. Ella lo quería. Creía en él. Y cada minuto en su
compañía sólo parecía amplificar sus necesidades.

~ 231 ~
Él extendió la mano y tiró de ella hasta el cruce entre sus piernas
abiertas, poniendo su espalda contra él, hasta que estuvo tan cerca, cada
músculo parecía grabado en su piel. Irradiaba calor, su calor a su
alrededor como una manta. Ella apretó los labios mientras recogía su pelo
largo en las manos, dividiéndolo en tres secciones.
Un escalofrío de excitación la recorrió. Ella estaba ardiendo.
Necesitada de él. ¿Era la flor? ¿La ceremonia? ¿Su sabor? ¿O el hombre?
Todo estaba mezclando en un potente afrodisíaco. Tenía las manos en su
pelo y cada suave tirón enviaba un arco eléctrico a romperse a través de
ella. Su necesidad de él rayaba en la obsesión. Desprendió un pétalo y se
lo extendió a él detrás de ella.
Sus ojos se encontraron. Una ola de calor líquido mojó sus bragas.
Tuvo la repentina urgencia de llegar a su espalda y tirar su cabeza hacia
ella. Las llamas en sus ojos saltaron y se quemaron. Sus labios se
separaron, sus labios perfectamente esculpidos, y tentadores, puso el
pétalo en la boca. Sus dientes blancos un poco hacia abajo, y su estómago
se contrajo en respuesta. Deliberadamente, con los ojos todavía centrados
con los suyos, ella puso un pétalo en su boca. Su sabor se derramó sobre
su lengua, caliente y masculino, rompiendo cada idea del hambre entre
un hombre y una mujer. Se sentía casi desesperada por él.
Aún atrapada en su mirada, ella vio la misma combinación
embriagadora de lujuria y hambre ardiendo en sus ojos que luego cambió
en otra cosa, algo peligroso y salvaje. Su mirada se tornó depredadora.
Bajo su piel ella sintió una elevación leve, casi como una bestia al acecho.
Volvió la cabeza lentamente, pero ella sabía que él estaba al tanto de todo
y todos a su alrededor. Sólo entonces fue consciente de la proximidad de
Gary y Jubal. La decepción y la frustración se precipitaron a través de ella.
—Otro pétalo para los dos.
Su voz era ronca. Él estaba tan afectado como ella y eso la hizo
sentirse mejor. Él no quería que su tiempo juntos y a solas llegara a su fin,
tanto como ella lo deseaba. Ella le puso otro pétalo en la boca y un
segundo pétalo en la suya. El segundo pétalo sólo pareció aumentar su
deseo. Saber que Jubal y Gary se acercaban rápidamente debería haber
detenido el calor de su piel y la oleada caliente de sus venas, pero nada
parecía apagar su deseo por Dax, ni siquiera la pronta compañía.

~ 232 ~
Riley estaba agradecida por la noche, aunque la luna llena parecía
convertir la noche en un día brillante y suave. Se las arregló para colocar
los últimos pétalos en la boca de Dax y la suya antes de que Gary y Jubal
llegaran.
— Buenas noches, — dijo Dax amablemente.
Si no hubiera visto su reacción Riley nunca hubiera sabido que
estaba ardiendo de deseo por ella y que no estaba contento en absoluto
con la interrupción.
— De dónde has sacado esa flor, — preguntó Gary, la emoción en su
voz hizo a Dax fruncir el ceño, las llamas en sus ojos aumentando cada vez
más. Estaba claro que no le gustó el tono de demanda en la voz de Gary.
— Gary y Jubal vinieron aquí en busca de una flor en particular, —
explicó Riley apresuradamente.
— Es importante, — Gary agregó. — Esa flor está extinta en las
montañas de los Cárpatos. Hemos especulado desde hace un tiempo que
es importante para la capacidad de la mujer para concebir.
Dax negó con la cabeza.
— He perdido tanto tiempo. Pensé, a partir de tus recuerdos, que
Xavier con sus microbios venenosos en el suelo, era el culpable de la
pérdida de nuestras mujeres y niños.
— Definitivamente, atacó a tu gente, — Gary admitió, — casi
destruyendo toda una especie a través del tiempo, pero tuvo un poco de
ayuda a lo largo del camino.
— ¿La flor?
Gary suspiró.
— Creo que las toxinas en el suelo y los microbios introducidos por
Xavier, acabaron con la flor. Gabrielle... — Se detuvo, miró a Jubal y luego
se encogió de hombros. — La hermana de Jubal está realizando unas
investigaciones conmigo. Algunos de los antiguos han regresado a su tierra
natal y cuando los entrevistamos, hablaron de un ritual de fertilidad con
esta flor una y otra vez. Empezamos a creer que había algo en ella, así que
nos centramos en averiguar qué pasó con ella.

~ 233 ~
— Nosotros utilizamos los satélites y las computadoras, — añadió
Jubal. — Lo bueno de estar aquí por mucho tiempo es que puedes
acumular la riqueza y el conocimiento necesarios para que los Cárpatos
puedan pagar todos los últimos dispositivos. Tenemos un par de niños de
la comunidad que son increíbles en las computadoras. Ellos han
programado los suyos para que se active la búsqueda con ciertas palabras.
El hombre que filmó las ruinas en la montaña y envió las fotos al profesor
también filmó la flor y lo publicó en su página web, preguntando si alguien
sabía lo que era. Pensó que había encontrado una nueva especie. Josef,
que es nuestro genio residente, lo descubrió y vinimos a buscarla.
— No pueden ser nativas de acá, — especuló Gary en voz alta.
— Arabejila las plantó. Ella las amaba y sabía que iba a terminar su
vida aquí. Ella quería un poco de casa. Ellas sólo florecen por la noche, y
las plantó cerca de la aldea donde planeaba vivir sus últimos días, — dijo
Dax.
— ¿Hay suficientes de ellas? — preguntó Gary. — ¿Lo suficiente como
para que podamos cosechar las raíces y trasplantarlas de vuelta a donde
pertenecen? ¿Sobrevivieron a la explosión?
Dax asintió lentamente.
— Puedo recolectarlas esta noche con las raíces intactas. La flor más
grande lleva las semillas. Como dragón cubriré terreno rápidamente.
Podría estar en la cima de la montaña y regresar con ustedes con bastante
rapidez.
— Me necesitarás para empacar las raíces en el suelo, — dijo Riley. —
Podría ir contigo para ayudarte, — se ofreció ella, sintiéndose tímida de
repente. Había una parte de ella que tenía miedo al rechazo, pero la idea
de volar a través del cielo nocturno sobre el lomo de un dragón y pasar
más tiempo con Dax era irresistible.
Dax se irguió, llegando a tomar su mano y acercándola a sus brazos.
— Disfrutaría mucho tu compañía, Riley.
Él la atrajo hacia su cuerpo, el movimiento fue tan natural que se
sentía como si ella pertenecía allí. Su cuerpo se sentía fuerte, firme, un
ancla en medio de una tormenta. Emoción revoloteó en su estómago. Llegó

~ 234 ~
a su alrededor, rodeando su cuerpo con sus brazos, atrapándola contra su
pecho, con las manos en su cintura.
— Tendrás que tener cuidado, — continuó Dax, como si no acabara
de hacer su reclamo muy público. Él era extraordinariamente amable y
tolerante y tan natural, Riley podría decir que el movimiento no era un
gesto de propiedad, sino más bien de su necesidad de estar cerca de ella.
— Mitro está muy por delante de nosotros, — continuó instruyendo a
los demás. — Y él está haciendo su camino para salir de la selva, pero
necesita información, tal como yo lo hice. Ha estado mucho tiempo lejos de
este mundo y tendrá que ponerse al día. Él necesitará idiomas y cada
pedazo de información que pueda acumular para adaptarse con facilidad.
— Él sabe que le estás cazando, — dijo Jubal. — ¿No es lógico que
intente matarte? Parece que la cosa más prudente.
Dax negó con la cabeza.
Su pulgar se deslizó hacia atrás y hacia delante en una pequeña
caricia sobre la piel desnuda de su estómago justo debajo de su camisa.
Riley no estaba del todo segura de que él era consciente de aquel
movimiento.
— Él necesitará sangre primero, y el conocimiento de este siglo es
muy importante para su supervivencia. Me va a evitar, y especialmente a
Riley. Creo que él cree que es Arabejila, y sabe que puede seguirle la pista.
Él va a dirigirse hacia una zona poblada, pero nos quiere retrasar. Va a
poner trampas para matarnos y pistas falsas que nos demoren.
— Tendremos cuidado, Dax. Vamos a seguir avanzando hacia el río.
— Echó un vistazo por encima del hombro en dirección de los otros. —
Weston y Shelton están haciendo preguntas del por qué no vamos en línea
recta hacia el río. Miguel no ha dicho nada, pero tienen GPS.
Dax frunció el ceño, sin entender claramente. Tocó la mente de Jubal
y leyó la información, luego rotó los hombros en un gesto casual.
— Los instrumentos pueden ser engañosos, especialmente con toda
esta ceniza en el aire.
— Es por eso que nuestro contacto de emergencia no ha enviado a su
helicóptero para rescatarnos, — dijo Gary.

~ 235 ~
— Eviten cualquier tribu, — les aconsejó Dax. — No pueden confiar
en cualquier persona que conozcan. Riley nos ha dado la dirección general
de Mitro, pero ella no puede saber si ha matado a nadie, convirtiéndolos en
ghouls o programado para que nos maten. Estaremos de vuelta mucho
antes del amanecer.
Dax dio un paso atrás, tomando la mano de Riley.
— Ten cuidado, todos ustedes. Si me llamas, yo te escucharé, pero
puedo estar demasiado lejos como para ser de gran ayuda, — advirtió.
Jubal le dio un pequeño saludo.
— Sólo tienes que conseguir esas flores. Vamos a manejar esto.
— No seas arrogante, Jubal, — dijo Dax. — Mitro es diferente a
cualquier vampiro que he encontrado. Soy un cazador experto. Incluso
mientras he estado siguiendo a Mitro, he ejecutado a muchos vampiros,
ninguno de los cuales tenía nada que se acercara al poder de Mitro.
— Créeme, Dax, — Jubal aseguró. — Cuando se trata de Vampiros,
yo siempre estoy dispuesto a pasar por sobre ellos. Cualquiera de ellos,
por no hablar de éste. He visto lo que hacen. No tengo ningún deseo de
encontrármelo, especialmente sin ti para apoyarme.
Dax asintió con la cabeza y se volvió bruscamente, como era su
costumbre. Todavía estaba un poco incómodo en presencia de tanta gente,
pero a él le agradaban Jubal y Gary. Ambos eran hombres de integridad
que lucharían con él si fuera necesario. Leyó su determinación de proteger
a Riley. También comprendieron el vínculo de compañeros. Riley no
acababa de comprenderlo todavía, pero ella estaba dispuesta a intentarlo y
él no podía pedir más.
Tiró de la mano de Riley, llevándola bajo su hombro.
— ¿Así que estás lista para ser un dragonrider7?
Riley levantó las pestañas y sus ojos se encontraron. Su aliento quedó
atrapado en sus pulmones. Sus ojos brillaban en él con entusiasmo. Sus
mejillas estaban rojas debajo de su piel sin defectos. Se veía más hermosa
que nunca.

7
Dragonrider: Jinete de Dragón.

~ 236 ~
— No puedo esperar, aunque debo admitir que estoy un poco
asustada. ¿Vas a hablar conmigo todo el tiempo?
Esa era su compañera, lista para cumplir con cada aventura de
frente. Él llevó sus nudillos a la boca y mordisqueó suavemente.
— Voy a estar contigo. El antiguo te considera como su familia. Él no
permitirá que nada te suceda. Estarás a salvo.
— Lo sé. — Declaró Riley.
Dax caminó con ella bajo la protección de su hombro, su mano
apretada contra su corazón mientras él la llevaba fuera del campamento
bajo las miradas indiscretas de los demás, especialmente Weston, quien no
tenía idea de que se estaba poniendo en peligro cada vez que su mirada se
volvía más lasciva, su mirada sobre Riley era hambrienta.
Su cuerpo se movía con gracia contra el suyo. Fluyendo. Sensual. Su
sabor todavía estaba en su boca. Su pulso saltó ante su proximidad.
Siempre había sabido que el tirón entre compañeros era fuerte, había sido
testigo de la fuerza poderosa entre las parejas, pero no esperaba que la
necesidad fuera tan intensa. Sin embargo, estaba decidido a que Riley
hiciera su propia elección. Quería que ella lo salvara porque, para ella,
valía la pena hacerlo.
Una vez que estuvieron fuera de la vista de los demás, él la levantó en
brazos y la llevó al cielo. Había un gran claro donde el dragón podía
despegar y aterrizar. Podía sentir la emoción de Riley, el débil temblor de
su cuerpo, el brillo de anticipación corriendo a través de ella, y se encontró
sonriendo. No podía recordar haber experimentado cambiar de forma por
primera vez, o volar, o simplemente ser feliz. Ahora que estaba con ella,
estaba aprendiendo de nuevo a reír, sentir. Él realmente estaba tan
genuinamente emocionado por ella como ella.
Volvió la cara hacia el viento y se echó a reír a carcajadas. El sonido
resonó a través de su cuerpo. Podía sentir la vieja agitación también. Su
risa era tan contagiosa, que no sólo él se sintió afectado, sino también su
dragón. Voló suavemente en la línea de árboles en el borde de un prado, se
dirigió hacia el centro del campo grande.
De inmediato sintió al antiguo estirarse profundamente dentro de él.
Extrañamente, esta vez, en lugar de sentirse separado del dragón, se

~ 237 ~
sentía parte de él, sintiendo las emociones intensas mucho más vivas que
antes. Dax no estaba seguro de si era porque Riley le había devuelto sus
propias emociones, o si la fusión con el dragón fue tan intensa hasta el
punto en que se estaban convirtiendo en uno. Sabía que una vez que hizo
su reclamo sobre Riley y dijo el ritual de la vinculación, sus dos almas se
fundieron juntas. ¿Podría estar ocurriendo lo mismo con el antiguo?
Nada de eso importaba. Riley estaba esperando, y no podía esperar
para compartir la experiencia de volar un dragón con ella. Apenas podía
contener su entusiasmo, saltando de un pie al otro como una niña
pequeña. Sus ojos brillaban y su rostro estaba ruborizado. Sus labios
estaban ligeramente separados, una invitación que se obligó a resistir. Una
vez que estuvieran solos en la montaña, entre el campo de flores y la noche
estrellada, tomaría ventaja, pero no ahora, no mientras ella estaba
esperando y esperando. Él quería darle este regalo.
Es un regalo, ella dijo suavemente, su voz llenando su mente.
Tenía una manera de verterse en él como miel caliente. Ella le daba
una sensación de alegría, y nunca había conocido esto antes. Ella lo
admiraba, lo respetaba, y pensaba que era hermoso y extraordinario.
Ahora que había encontrado a su compañera, ella conocería el deseo de su
corazón y siempre estaría al tanto de cada uno de sus estados de ánimo.
Yo siento lo mismo. Su voz era tímida. Es bueno saber que siempre
voy a tener a alguien que me defienda.
Nos tienes a los dos, Dax aseguró. El antiguo y yo. Él es una parte de
nosotros, y tú eres su familia. Al igual que yo, él te defenderá con su vida.
Eres tan importante para él que no importa lo que suceda, lo mal que se
pongan las cosas, nunca tendrás que enfrentarte a cualquier peligro sola.
Llamó al antiguo, hundiendo profundamente su espíritu para permitir
la libertad de otro. El dragón se habría mostrado reacio a salir si no
hubiera sido por el gusto de permitir a Riley su primer paseo en dragón.
Su tiempo había pasado hacía mucho, y él había pasado el correr de los
siglos hibernando en el interior del volcán.
Riley contuvo la respiración mientras Dax brillaba tan transparente
que ella podía ver a través de él, y luego desapareció por completo.
Escamas de rojo y oro brillaban en la luz de la luna, flotando hacia el

~ 238 ~
suelo por todas partes donde había estado de pie. Pensó en Dax bajo la luz
de la luna, y de las llamas, el fuego y el hielo, resplandeciente de oro y rojo
fuego. Era hermoso. Su corazón era hermoso. Su alma.
Alguien más se agitó en su mente y por un momento se puso tensa,
mirando a su alrededor, pero la sensación era demasiado familiar.
Demasiado parecida a Dax.
Nuestra alma.
La voz era práctica. Antigua. Moderna. Intemporal. Un toque de
humor se deslizó en su mente.
Veo que todavía puedes hablar, Antiguo, dijo Dax.
Y prefiero hacerlo con Riley.
Ahora sentía la risa del dragón vibrando a través de su mente. Se
estaba divirtiendo a costa de Dax.
Le encantaba que Dax encontrara todo tan divertido como ella. Nada
parecía molestarle, y en verdad, los tres estaban muy conectados.
Él es del tipo duro y callado hasta que se mete en una pelea y
entonces todo proceso de pensamiento se va por la ventana, le informó
Dax.
Riley se rió, el sonido alzando el vuelo en el cielo nocturno. Le
encantaba escuchar el sonido tan despreocupado de Dax. Lo único que
había conocido era el deber, y, aunque estaba decidido a encontrar y
destruir a Mitro, se tomaba su tiempo con ella para disfrutar de los
momentos que compartieran juntos.
El dragón brillaba en solidez. Enorme, una gran masa formándose,
alas gigantes extendidas y agitándose, creando viento. Riley juntó las
manos y las apretó con fuerza contra su estómago revoloteando. El antiguo
estiró el largo cuello hacia ella, y aunque ella estaba todavía parcialmente
en los árboles que bordeaban el prado, su cabeza en forma de cuña, casi la
tocó. Él la miró con sus ojos opalescentes, ojos tan multifacéticos como los
de Dax, aunque donde los de Dax tenían una llama vacilante como un
volcán oscilando sobre piedras preciosas, los ojos del dragón parecían del
color del oro.

~ 239 ~
Su hocico era largo, con la mandíbula superior curvada hacia abajo
sobre la mandíbula inferior, mostrando los dientes relucientes. Tenía un
cuerno en el centro de su nariz, un arma corta, de aspecto malvado, y dos
más, igual de letales, por debajo de la barbilla. Los cuernos sobresalían
todo el camino por la parte posterior de la cabeza y en la nuca, largos y
afilados picos de color rojo oro protegiendo su cabeza. Podía ver lo
peligroso que el dragón sería en una pelea.
Sus escamas eran absoluta e increíblemente hermosas. Cada matiz de
rojo desde un carmesí profundo a un rojo pálido cubría su cuerpo, las
escamas encajaban perfectamente para protegerlo en una pelea. Riley tocó,
un poco asombrada, las de color más claro cerca de su vientre.
Muy amablemente, el dragón extendió su pierna hacia ella. El pulso
de Riley se aceleró, su corazón latiendo a toda marcha mientras la
adrenalina corría por sus venas, pero ella no vaciló. Dio un paso hacia la
pierna del Antiguo y balanceó una pierna para colocarse en la pequeña
silla de montar de cuero situada justo en la unión del cuello. Ella no tuvo
que decir que Dax había proporcionado la silla para ella. No había riendas,
no era en absoluto como montar a caballo. Ella buscó los estribos, más
para apoyarse que por cualquier otra razón.
Riley agarró uno de los puntos largos y se aferró con fuerza. El
antiguo no necesitó que le dijera que estaba lista, su relación se hacía más
fuerte, así como su vínculo con Dax se hacía más fuerte con cada
momento que pasaba. Ella sintió la tremenda fuerza que el dragón reunió
para dar el salto en el aire. Sus enormes alas bombeando fuertemente y
estaban ascendiendo.
Riley levantó la cara hacia el cielo lleno de estrellas, riendo con
alegría. Ella soñaba con aventuras, anhelaba mucho más, hambrienta de
su compañero, de ese hombre perfecto que encajaba con ella, que le daba
el coraje para abrazar la vida. En este momento perfecto que lo tenía todo.
Sentía a Dax entrelazado profundamente dentro de ella, abrazándola.
El dragón era un regalo inesperado. Dax le había dado tantos en tan
poco tiempo. Él era todo lo que siempre había soñado. Era imposible no
caer más y más por él. Él había tejido lazos alrededor de su corazón sin
que ella siquiera se diera cuenta de que lo estaba haciendo. Había algo tan
increíble en la combinación de la dulzura que inevitablemente le mostraba

~ 2 40 ~
el guerrero feroz y explosivo, en el que de repente podía convertirse en el
momento en que las circunstancias exigían.
El antiguo voló por encima de la selva, y mirando hacia abajo podía
ver el daño que la explosión había hecho a la montaña. El lodo había
barrido árboles en secciones, cortando caminos a través del bosque
profundo. Respiraderos de vapor se había abierto, y la ceniza cubría todo,
pero ese lado de la montaña había sido salvado de lo peor del daño. A
pesar de todo el lío de la ceniza, mirar hacia abajo fue increíble. Como si
leyera su mente, y que probablemente lo hacía, el dragón se dejó caer más
cerca para que ella pudiera ver a los animales y aves que se refugiaban en
las ramas.
El viento arrancó lágrimas de sus ojos y golpeando su cabello detrás
de su cara. El sonido de su risa resonó en los cielos. Podía ver por qué Dax
había confiado en el dragón para hacer el viaje. Las poderosas alas
batiendo hacia abajo y hacia arriba, creando un viento propio, de modo
que el dragón y su jinete atravesaron el cielo, por encima de los kilómetros
de selva tropical. El río parecía una cinta y las distintas corrientes que lo
alimentaban parecían ser finos hilos que cortaban a través de los oscuros
bosques de árboles.
Debería haber tenido miedo, pero Dax estaba demasiado cerca, en su
mente, susurrándole, señalando cascadas y piscinas frías ocultas, así
como las hojas plateadas, iluminadas por la luna, expuestas tras el viento
que las viejas y poderosas alas soplaban sobre las cenizas.
Muy pronto estaban de regreso a la montaña, y el dragón voló en
círculo, descendiendo sobre las ruinas de un pueblo. A un lado de las
ruinas vio un mar de estrellas, pétalos abiertos, bañándose en la luz de la
luna.
Dax. Respiró su nombre en una especie de temor reverencial. Es tan
hermoso.
Sí, lo es. Gracias por mostrármelo a través de tus ojos.
El dragón descendió duro y ella se aferró a la base de la espiga en la
unión de su cuello, deslizándose mientras se acercaban al campo de flores.
Contuvo el aliento, temiendo que aterrizara sobre la tierra en el medio de
ellos aplastando a todas aquellas flores que se mecían bajo las estrellas de

~ 2 41 ~
la noche. Una vez más tuvo la impresión de la diversión del dragón. Se
instaló justo a la derecha del campo sobre una loma. Muy amablemente le
extendió la pierna.
— Gracias, antiguo, —dijo ella en voz baja. — Eso fue...
extraordinario. — Riley le acarició con la nariz alrededor de la base del
cuerno.
El dragón rojo inclinó la cabeza, sus ojos brillaban con afecto.
Se estiró, caminando lejos de él para obtener un buen vistazo a las
flores. El campo estaba escondido por las antiguas estructuras de piedra
circulares y plataformas elevadas que salpicaban las laderas, tan
características del Pueblo de las Nubes. La niebla se movió alrededor de
ella, envolviéndola, casi oscureciendo su visión de las ruinas. Tan alto, que
la vio nacer, en el crecimiento atrofiado y familiar de la selva exuberante,
ella se tomó un momento para mirar a su alrededor, esperando que la
explosión desde el otro lado de la montaña hubiera obviado al bosque.
Afortunadamente, parecía haber muy poco daño. Las ruinas estaban
intactas, un tesoro histórico para las generaciones venideras. El bosque, la
flora y la fauna suministrados por la espesa niebla que formaba un velo de
nubes que envolvían la parte superior de la montaña. Y ese campo de
flores exóticas... Olía... a él. Cada aliento lo atraía profundamente en sus
pulmones. Ella lo probó con la lengua, despertando ese antojo terrible.
Riley se giró y lo vio. Su corazón casi dejó de latir. Ella realmente
apretó la mano sobre su corazón en una especie de protesta. Dax se
mantuvo de pie, recto en el centro del campo de estrellas blancas, esas
escamas brillantes de las variantes del rojo que caían a su alrededor como
una lluvia de polvo de oro. La luna le acariciaba con sus dedos de luz,
flotando ligeramente a través de su pelo negro azulado y resaltando el color
de su piel. Su camisa tensa sobre su musculoso pecho. Los brazos y
muslos musculosos, ondulando debajo de su ropa casual. Sólo Dax
conseguía lucir elegante en pantalones vaqueros y una camiseta blanca.
La expresión de su rostro mientras la miraba le robó cualquier
pensamiento racional. Él la miraba con una mezcla de ternura y deseo tal,
que su cuerpo se envolvió en llamas. En ese momento, ella quería que él le
perteneciera como nunca había deseado nada en su vida. Sólo existían
Dax y la noche asombrosa, la alegría burbujeando intensamente en ella

~ 2 42 ~
después de su increíble e imposible paseo en la espalda del magnífico
dragón. Después de la sensual y sexy ceremonia en la que había
participado de tan buena gana.
Su mundo era a la vez aterrador y espectacular. Nunca se había
sentido más viva, más sensual, más a tono con ella misma y el mundo
alrededor de ella de lo que lo hacía cuando estaba con él. Se sentía
hermosa e inteligente y hasta valiente. No importaba que ella no acabara
de entender lo que un Cárpatos era o lo que supondría estar con uno. Sólo
sabía que quería que él fuera suyo. Por una vez en su vida no iba a pensar
en todos los ángulos de la muerte y en ser muy cautelosa al hacer un
movimiento.
Los ojos brillantes de Dax atraparon su mirada y supo que estaba
total y completamente perdida, y que no le importaba en lo absoluto.

~ 2 43 ~
Capítulo 13
Traducido por Apolimy, Rhyss, Kaia y Ariel
Corregido por Iris

Dax tendió la mano hacia ella. Riley no podía apartar la mirada de


sus ojos. Las llamas quemaban y saltaban, un resplandor de fuego que
amenazaba con consumirla. Su esencia misma se incendió, quemándose
en respuesta, ardiendo por él. La combinación de su potente aroma
masculino que la rodea y sus ojos brillantes la hipnotizaron. Dio un paso
hacia adelante compulsivamente, necesitándolo a él tanto como necesitaba
el aire para respirar.
No recordaba moverse después de ese primer paso, pero se puso de
pie frente a él, muy cerca, tan cerca que podía sentir el calor de su
increíble cuerpo. Él ardía deseándola. Estaba allí, en sus ojos, en esas
llamas saltarinas, la forma en que la miraba como si ella le perteneciera.
Parecía que la conocía, que lo sabía todo sobre ella, sabía
exactamente lo que quería y necesitaba. Parecía haber encontrado un
camino dentro de su alma, de su corazón. Todo en él la atraía. Su sonrisa
iluminó su mundo. Él le dio coraje y la convirtió en una persona mejor.
Había caído enamorada con más fuerza que una tonelada de ladrillos.
Su mano ahuecó su barbilla, volviendo la cara hacia la suya. Su
mirada ardía a través de ella, su marca, estampando su posesión en sus
huesos. El aire se negó a abandonar sus pulmones. Se encontró mirando
el rostro cincelado, perfecto, un poco perdido.
No podía ocultarle nada. Conocía cada pensamiento más íntimo. Se
sentía vulnerable y expuesta, atrapada en una luz brillante, de la que no
quería escapar. Él lo sabía todo sobre ella, lo que quería, quién era, lo que
representaba. Sus miedos más profundos, y nada de eso le importaba.
¿Por qué habría de tratar de ocultar que ella lo deseaba con cada fibra de
su ser? Él lo sabría de todos modos. Ella no se avergonzaba de ello. Él era

~ 2 44 ~
un buen hombre, el único al que alguna vez había considerado darle su
cuerpo, y aun más, su corazón.
Dax le tomó la cara entre las manos e inclinó la cabeza hacia ella.
— ¿Estás segura de que esto es lo que quieres, Riley? ¿Yo soy lo que
quieres?
Incluso su voz, pura melazas cálida y oscura, se derramaba como lava
fundida en sus venas, enviando una espiral de deseo a través de su
cuerpo.
Bésame. Lo pensó. Lo susurró. Fusionando su mente con la suya y
envió la imagen. Necesitaba que él la besara. Ella había estado esperando
toda su vida que Dax la besara.
La Boca de Dax, oh-esa-boca-tan-perfecta se curvó en una sonrisa.
Sus dientes blancos brillaron.
Muy directa, sin duda lo suficientemente aguda para que tomase un
bocado de ella. Su corazón dio un salto hacia él. Su pulso tronaba en sus
oídos. A medida que su cabeza caía hacia la de ella, la tierra pasó bajo sus
pies. Sus pulmones ardían en busca de aire. Era tan hermoso, este
hombre que era tan fuerte, tan feroz, y a la vez tan protector y amable con
ella.
Sus labios rozaron los de ella, ligero como una pluma, cálido, tan
familiar, ahora un torbellino de sensaciones eróticas. Ella podía besarlo
por siempre y nunca sería suficiente.
Dax le acarició el rostro, sus dedos demorándose en su piel suave.
Parecía tan joven para él. Se dio cuenta que en su mundo, ella tenía la
edad suficiente para saber lo que estaba haciendo, pero se sentía
tremendamente protector hacia ella.
— Riley... — Su corazón protestó, pero no podría vivir consigo mismo
si no la protegía. — No tienes que hacer esto.
— Es lo que quiero, — le aseguró.
Ella lo miró con estrellas en los ojos. Su vientre se apretó con
vehemencia. Era una mezcla de inocencia y tentación.
Su pulgar la acarició de un lado a otro a través de la obstinada
barbilla. — Una vez que nos unamos no hay vuelta atrás. No es igual que
en tu mundo, Riley. No puedes elegir estar conmigo para salvarme de la
condenación. Tienes que querer estar conmigo. Tienes que saber en lo que
te estás metiendo. Soy un Cárpato, no humano. Mis reglas no siempre van
a ser las mismas que las tuyas. Mi mundo es peligroso.

~ 2 45 ~
Cuando ella intentó protestar, puso su pulgar sobre sus labios,
acallándola.
— Riley, no voy a ser capaz de dar vuelta atrás de nuevo una vez que
crucemos este puente. Para ti no será cómodo estar lejos de mí. No se
puede vivir en dos mundos. Con el tiempo, tendré que llevarte plenamente
al mío con todo lo que conlleva.
Ella frunció el ceño.
— Gary me dijo que si no me reclamas como tu compañera, estás en
peligro de convertirte en vampiro.
Él negó con la cabeza.
— No cambiaré. Eso no debe influir en tu decisión. No quiero que te
entregues a mí a causa de la atracción física, o un sentido del deber.
Riley extendió la mano para tocarle la cara, trazando las líneas con un
toque ligero como una pluma que sentía en todo su cuerpo hasta sus
huesos.
— Hombre tonto. ¿Cómo no voy a querer estar contigo? Encajamos.
¿No lo sientes?
Dax le tomó la mano y le dio un beso en el centro de la palma.
— No hay otra para mí. Sé que eres la única. Pero estamos hablando
de un mundo diferente. Tú solo ves una parte de mí, sivamet. No ves más
allá. No lo quieres ver.
— Eso no significa que no sepa que está ahí. Estoy eligiendo entrar en
tu mundo poco a poco, pero sé que está bien para mí. ¿Qué es lo que
tengo, qué me espera? ¿Una carrera que ya no deseo? No tengo familia. Me
siento viva cuando estoy contigo. Quiero esto, Dax, por mí misma. Oigo lo
que dice todo el mundo cuando se sientan alrededor de la fogata. Tienen
miedo de ti, no Gary y Jubal, aunque aún están recelosos, pero estoy
dentro de tu cabeza. Estoy a salvo contigo.
Lo intentó una vez más, pero su corazón cantaba, su sangre se
calentó y se permitió creerla.
— No siempre será fácil. No siempre será fácil.
—Voy a ir paso a paso y siempre y cuando seas paciente conmigo,
vamos a llegar allí, — le aseguró Riley.
Dax cerró los dedos alrededor de su nuca y la atrajo más cerca.
— No te falta coraje, ¿verdad?

~ 2 46 ~
— Realmente quiero, —ella le corrigió. — Parece que me hace mucho
más valiente.
—Va a tomarte mucho valor venir plenamente a mi mundo, Riley, —
le advirtió.
Él inclinó la cabeza hacia ella porque era imposible resistirse por más
tiempo. Cada célula de su cuerpo clamaba por ella. Su boca encontró la
suya. Se tomó su tiempo, resistiendo la urgencia de barrer a través de ella
como un maremoto. La besó suavemente, degustándola, su necesidad de
ella, su amor por ella, su conocimiento de que ella era su mundo y él
siempre, siempre sosteniéndola.
Tenía la boca pecaminosamente deliciosa. Terciopelo suave y caliente.
Podría besarla durante una eternidad, una y otra vez y nunca llegar a
saciarse. El viento jugaba como una canción sobre su cuerpo, avivando el
fuego implacable que ardía en la boca de su estómago. Llamas carmesí
doradas, se elevaron, corriendo bajo su piel, extendiéndose como una
tormenta de fuego a través de él.
Dax chupó el labio inferior de la caverna caliente de su boca,
gimiendo suavemente por la necesidad. Sus dientes tiraron de su
exuberante labio, mordiendo suavemente, mostrando moderación cuando
quería devorarla. Ella estaba temblando, respirando con jadeos
superficiales, irregulares. Sus ojos, cuando él se apartó para mirarla a la
cara, eran enormes, observando todos sus movimientos. Podía oír como su
corazón latía con fuerza, bombeando la sangre tan rápidamente por sus
venas que era un milagro que no hubiese reventado.
Riley miró a Dax. Las llamas saltaban y quemaban en sus ojos. Su
piel brillaba carmesí y oro, irradiando luz, como si dentro de las
profundidades de ese marco duro, un fuego ardiese. Parecía tan
absolutamente seguro y hermoso que no podía creer que no lo hubiese
evocado de un sueño. Él era el hombre más caliente, más sexy que jamás
había encontrado. Sólo con su mirada la hacía débil, el deseo dentro de su
vientre se encrespaba con ardientes lengüetazos.
Suavemente le pasó los dedos por la mejilla hasta la comisura de la
boca.
— Te deseo enormemente, Riley, incluso mi profundo sueño fue
perturbado por el pensamiento de las cosas que quería hacer contigo.
En su interior, sus músculos se apretaron con fuerza, la excitación
burlándose de sus muslos y sus senos. Sus ojos brillaban, fascinados. El
fuego saltó salvajemente en múltiples lugares en lugar de uno solo, había

~ 2 47 ~
múltiples llamas ardientes con una mezcla de lujuria y un hambre tan
intensa que un escalofrío de miedo se deslizó por su espalda.
— No hay nada en este mundo más seguro para ti, que yo, Riley, — le
aseguro, con una pizca de ternura arrastrándose en su voz. — Yo nunca te
haría daño.
Él ahuecó su barbilla, su pulgar se deslizándose hacia atrás y
adelante a través del pequeño hoyuelo hipnóticamente. Ella no podía
apartar la mirada de él, lejos de esa boca perfecta, con dientes alargados.
No hizo ningún intento de ocultar sus dientes o su deseo de ella. El
corazón le golpeó con fuerza en el pecho.
Dax puso su mano sobre su pecho, exquisitamente suave.
—Deja que tu corazón escuche al mío, sivamet. Mi corazón llama al
tuyo, deja que el tuyo responda.
Su corazón se sentía como si estuviera siendo comprimido como un
tornillo. Su voz era suave, temblorosa, como terciopelo, jugando a lo largo
de sus terminaciones nerviosas. Y su mano, apenas, curvándose alrededor
de su pecho izquierdo, el aire abandonó sus pulmones.
— Respira, — advirtió, su voz sonando a pura seducción.
Riley trató de hacer lo que le decía, inhalando cuando le decía,
exhalando para no desmayarse a sus pies. Nunca en su vida había estado
tan afectada por un hombre. Estaba tan en control que estaba a la vez
aterrorizada y desesperada por él.
No estoy del todo seguro de estar totalmente en control, le confesó.
Las palabras rozaron el interior de su mente, una melaza lenta que se
vertía por cada grieta tímida y solitaria, llenándola con anticipación. Y la
desesperación no comienza a describir lo mucho que te quiero.
Su mirada se cruzó con la suya. Las llamas la quemaron
intensamente. Su corazón se acompasó con el ritmo del suyo. Su
respiración siguió a la suya. Él era su ancla mientras la conducía a un
mundo desconocido.
— Quiero esto, Dax, — lo dijo con tanta firmeza como su cuerpo
tembloroso le permitía. Ella lo quería decir. El temblor era una mezcla de
miedo y expectación.
Hizo un gesto con la mano, y en el centro del campo de flores de la
noche, allí, en los velos de la niebla en la montaña donde nació, había una
gran cama con dosel, cubierta de blanco. Reconoció el dosel como uno de
una imagen que había mostrado a su madre de una revista cuando ella

~ 2 48 ~
había sido una adolescente. La cama era tan hermosa como la de la
fotografía, la madera de un color dorado y tallado con ondas y espirales.
Dax le tomó la mano y la condujo a través de las flores, el olor de él,
tan potente, en torno a ella, haciéndola sentir un poco mareada. Muy
dentro en su núcleo más femenino, un dolor dulce y terrible, serpenteo por
el estrecho sendero hasta llegar a su cama de fantasía.
Él inclinó la cabeza, su boca encontrando la suya con una demanda
urgente cuando sus manos se deslizaron hasta el borde de su camisa. Su
beso la dejó mareada de deseo. Cuando levantó la cabeza, lentamente sacó
su camisa, dejándola en su sujetador de encaje color lavanda. Se
estremeció cuando la niebla le tocó la piel. Dax retrocedió, mirándola con
los ojos ardientes, y de inmediato ella estaba ardiendo, la temperatura de
su cuerpo volando a pesar del frío vapor que los rodeaba.
Él le rozó la piel sobre la curva de sus pechos.
— Eres tan hermosa. Tu piel es increíble, suave y perfecta. — Susurró
las palabras. — Me quedé despierto, incapaz de moverme, mi cuerpo
encerrado en la piedra, imaginando una y otra vez lo que ansiaba hacer
contigo. Conocía cada centímetro de ti. Quiero saborear cada centímetro
de ti, besar cada centímetro, reclamar cada centímetro.
Riley expulsó su aliento en rapidez. Cada movimiento que hacía, todo
lo que decía, la forma en que lo decía con esa voz caliente, sexy, incluso la
forma en la que la miraba, la hizo débil, dejó su cuerpo húmedo y
palpitante. Ella estaba más que dispuesta a entregarse a él de la manera
que él quería.
— Te avio päläfertiilam, — susurró en voz baja en su propio
idioma. Su mano encontró el pasador en su pelo y tiró de él con el fin de
deshacer su larga trenza. — Tú eres mi compañera. — Sus dedos tiraron
de la trama hasta que su pelo cayó en cascada hasta la cintura fluyendo
largo como si fuese seda negra azulada.
El timbre de su voz cambió mientras hablaba en el idioma antiguo.
Las palabras sonaron como una orden, la voz masculina profunda,
viniendo de algún lugar dentro de él. Mientras hablaba, todo en ella
respondió, era un instinto de huida o lucha, sin embargo, al mismo
tiempo, sus músculos internos se apretaron con fuerza, un espasmo de
placer sensual que no podía evitar.
Agrupó el pelo en un puño, tirando de su cabeza hacia atrás mientras
su boca descendía sobre la de ella, exigiendo su entrada. Se tragó su suave
jadeo mientras acariciaba su lengua un poco vacilante. La atrajo más
cerca, la otra mano acariciando su cuerpo, acariciando la espalda hasta la

~ 2 49 ~
curva de sus nalgas, deslizándose por su nalga redondeada y
presionándola aún más cerca mientras empujaba su pesada erección
contra ella. Un pequeño lamento como un gemido escapó de su garganta.
Una parte de ella, todavía estaba aterrorizada de lo que estaba
haciendo, especialmente cuando podía sentir con la lengua sus dientes
alargándose, o raspando a lo largo de su piel muy suavemente. Ella sabía
que él estaba moderándose, iba lento por ella, pero su cuerpo estaba
furioso por ella, desesperado por su posesión.
Dax le daba besos suaves como plumas desde la comisura de la boca,
a través de su mandíbula hasta la barbilla. Mordisqueando con sus
dientes el pequeño hoyuelo que había allí.
— Éntölam kuulua, avio päläfertiilam. — Dijo las palabras contra
su barbilla, su voz profunda y dominante. — Te reclamo como mi
compañera, — tradujo él mientras sus manos se deslizaban a su alrededor
para desenganchar el sujetador. Miró el encaje en su cuerpo y lo arrojó a
un lado. Su mirada caliente cayó sobre sus pechos al aire, el aliento quedó
capturado en sus pulmones.
De pie frente a él, medio desnuda, con la forma en que la miraba,
hacía que Riley se sintiese desenfrenada y sexy. Ella levantó la mano y
trazó las líneas de su rostro, la forma de su mandíbula y sus labios
contorneados.
— Realmente eres el hombre más hermoso que he visto nunca, —
admitió.
Él ahuecó sus pechos con sus manos, con los pulgares rozando sus
pezones antes de inclinar la cabeza y recorrer con una estela de fuego
desde la barbilla descendiendo por la garganta hasta la punta de sus
pechos. Succionando con su boca en un rictus apasionadamente erótico,
tirando y tirando, mientras la acariciaba con su lengua, sus dientes
raspando suavemente. Justo cuando pensaba que sus piernas cederían, él
depositó suaves besos por sus costillas hasta su estómago plano.
— Ted kuuluak, kacad, kojed. — Su lengua se arremolinó alrededor
de su ombligo y luego se sumergió en su interior. Esos ojos con llamas
carmesí la miraban mientras traducía. — Te pertenezco.
Su corazón tartamudeó ante su declaración. La idea de Dax
perteneciéndole a ella fue un subidón increíble. Ella deslizó sus dedos a
través de su cabello corto. Amaba cómo su cabello grueso se erizaba en
picos, y todavía se sentía tan suave al acariciarlo hacia abajo.
Dax cayó de rodillas, con las manos en la cintura de sus pantalones
cargo, deshaciendo el botón mientras su mirada ardiente cautivaba la de

~ 2 50 ~
ella. No podía respirar, la vista de él, arrodillado frente a ella, mirándola
como si la fuera a devorarla en cualquier momento, convertía a su cuerpo
en un charco de fusión por la excitación femenina. Con movimientos casi
lánguidos, le desabrochó los pantalones y metió las manos en el interior,
enganchando los pulgares en la cintura, deslizándolos lentamente por su
cuerpo. Él tomó sus bragas de encaje color lavanda directamente junto con
los pantalones cargo, dejando su cuerpo totalmente expuesto y vulnerable
a él.
¿Dónde habían ido a parar sus botas? La idea fue fugaz. Sabía que las
tenía puestas, pero de repente sus pies estaban desnudos y ella estaba
desnuda. Sus dientes enviaron pequeños caricias punzantes desde su
ombligo hasta las caderas, donde su lengua encontró una hendidura
intrigante y permaneció allí unos instantes, dando rienda suelta a sus
caprichos y expulsando de su mente cualquier pregunta que pudiera
tener. ¿Quién iba a pensar mientras él estaba besando y lamiendo su
vientre y caderas, con las manos amasando y masajeando sus nalgas?
— Élidamet Andam. Te ofrezco mi vida.
Sus manos fueron a sus piernas, empujando hasta separarlas,
deslizando la lengua por la parte interior de su muslo izquierdo, mientras
que su cabello suave, claveteado rozaba su muslo derecho.
Ella no iba a sobrevivir. Riley agarró sus hombros, gimiendo en voz
baja en la noche. Echó la cabeza hacia atrás mientras su cuerpo latía y
latía. Su boca dejaba pequeñas llamas hacia arriba y hacia abajo sobre
ambos muslos, sus dientes mordiendo, su lengua aliviando la picadura
mientras se aferraba a la cordura por un hilo.
Levantó la cabeza, con las manos en sus caderas desnudas, su aliento
cálido jugueteando en la uve de rizos en la unión de sus piernas.
— Andam Pesämet. — Aún manteniendo la posesión de sus caderas,
se puso de pie, completamente vestido, haciendo que se sintiera aún más
vulnerable y sexy. — Te doy mi protección. — Deslizó las manos a su
cintura y caminó hacia atrás hasta que la parte posterior de sus rodillas
golpearon la cama y doblaron sus piernas.
Dax la guió hasta la cama, ayudándola a acostarse sobre su espalda.
Riley se sentía atrapada en un sueño erótico. Sus manos delicadamente
depositándola en las suaves sábanas de seda, pero tan firmes y fuertes, se
sentía como si no pudiera moverse, su cuerpo de plomo fundido, calentado
más allá de la capacidad de hacer otra cosa que esperar en la
desesperación.

~ 2 51 ~
Por encima de ella, la niebla se cernía como un manto blanco, girando
y formando estrellas, constelaciones grandes y brillantes no tocadas por la
ceniza gruesa que aún flotaba en el aire justo sobre las nubes de vapor.
Sabía que Dax había creado ese hermoso techo al aire libre para ella. El
viento le tocó la piel caliente, deslizándose frío sobre su piel ardiente que
sólo se sumaba a la urgencia de su necesidad.
Él la agarró por los tobillos y tiró de sus piernas, exponiendo más su
ya vulnerable entrada para él. Una vez más, sus manos eran suaves, pero
su agarre irrompible si ella intentase alejarse. Su mirada saltó a su rostro.
— Uskolfertiilamet Andam. — Él deslizó su camisa por su cabeza y
la lanzó lejos. — Te doy mi lealtad.
Riley sintió su corazón saltar hacia él en respuesta a su declaración.
Algo dentro de ella cambió. Podía sentir la diferencia, pero había un rugido
en sus oídos, su sangre corriendo a un tiempo con la suya.
Una mano sujetando su tobillo, manteniéndola quieta mientras él se
quitaba el resto de la ropa con un solo pensamiento, como era su
costumbre. Su mirada se desvió de su cara a su amplio pecho y vientre
plano, descendiendo a su erección gruesa y larga.
Sus ojos se abrieron, su piel pasó de estar caliente a fría y luego de
vuelta a caliente otra vez. Ambos puños se cerraron como grilletes,
manteniéndola quieta mientras bajaba la cabeza para besarla en la
pantorrilla. Sus labios se sentían frescos contra su piel, enviando dedos de
excitación hacia su muslo. Ella intentó retirar su pierna, pero su agarre se
lo impidió. Su boca se movió más, sus besos entremezclados con los
pellizcos pequeños de sus dientes afilados y las lamidas lánguidas de su
lengua de terciopelo.
Hizo una pausa por un momento, sus labios contra la cara interna de
su muslo, su pelo deslizándose sobre su húmeda apertura, enviando
relámpagos, rastrillando a través de ella. — Sivamet andam. — Sus ojos
se encontraron con los suyos. — Te doy mi corazón.
El aire salió de sus pulmones. Además de ser el hombre vivo más sexy
para ella, la sinceridad en su voz, en sus ojos la hipnotizaron. Había algo
mucho más profundo, una ternura, que la hizo débil. Él le estaba
entregando su corazón a su cuidado. La idea de ello era una lección de
humildad para ella. Dax era un antiguo guerrero, de una especie por
completo diferente, más salvajes y poderosos que los animales y no
obstante estaba entregándose a si mismo a su cuidado.

~ 2 52 ~
Volvió la cabeza, un lento y lánguido movimiento, como si tuviera todo
el tiempo del mundo, al tiempo que ella agarraba la sábana y sacudía la
cabeza, su cuerpo ya no era el suyo.
— Tu olor es embriagador, — susurró él contra su montículo, su
aliento cálido aumentando la tensión arroyando más y más fuerte.
Él la estaba matando lentamente. Despacio. Cada palabra que decía.
Cada movimiento que hacía. Su toque. Su boca. Sus besos. La sensación
de su cuerpo, tan duro e inflexible contra la suavidad de ella. Él inhaló
profundamente una vez más y ella comprendió que, como las flores del
campo habían tomado la esencia para ella, los pétalos extraños guardaban
su esencia para él.
Él alzó la cabeza para mirarla, aquellas llamas rojas anaranjadas
ahora teñidas de oro. Podía ver el hambre cruda y dura sellada en las
líneas de su rostro. Tan sensual. Todo su cuerpo parecía apretarse,
esperando, anticipándose. Ella contuvo el aliento. Su corazón pareció
detenerse.
— Sielamet andam. — Las llamas de sus ojos saltaron y quemaron
en un resplandor de fuego. — Te doy mi alma.
Ella estaba quemándose ahora, echando la cabeza hacia atrás y
adelante en la sábana. Tenía su corazón y su alma. Su fidelidad. Ella
quería su fuerte cuerpo. Justo. Ahora.
— Por favor, Dax, — susurró ella, un ruego, una súplica.
—Tienes que estar preparada para mí, sivamet. Sólo quiero placer
para ti en tu primera vez.
— Estoy lista. — Estuvo a punto de sollozar. Llevó las manos a su
pelo, tirando de las puntas sedosas, tratando de llevarlo por encima de
ella. Todo en ella sufría por él, pulsaba y latía y lo demandaba. La tensión
enrollándose más y más fuerte, la presión construyéndose hasta que pensó
que su cuerpo explotaría solo por la energía.
Sintió su lengua deslizarse sobre ella y se resistió sin pensar. Él
apretó el brazo firmemente alrededor de sus caderas para mantenerla
quieta.
— Tan impaciente. No te muevas.
— Me estás pidiendo lo imposible, — jadeó.
Levantó la cabeza lo suficiente como para darle una mirada de
reprimenda. Sus ojos ardían sobre ella, casi todo de color rojo ahora,
brillando con un fuego que amenazaba con quemar fuera de control.

~ 2 53 ~
Riley enroscó los dedos más estrechamente en su pelo, aferrándose
con todas sus fuerzas. Ella realmente no creía que sobreviviría a la
acumulación de presión, la intensidad del calor. Debajo de la capa de su
piel captó la impresión de escamas y, al igual que sus ojos, su piel era de
color rojo fuego. La temperatura de su cuerpo, como el de ella, había ido
en aumento, como si los dos estuvieran en llamas. El polvo rojo-oro de
esas escamas caía a su alrededor.
Su boca la tocó otra vez, su lengua acarició traviesamente, y luego
apuñaló hondo. Ella casi convulsionó, corcoveando, sus caderas
sacudiéndose a pesar de la restricción de su brazo. Sus músculos se
tensaron fuertemente. Un pequeño gemido quejumbroso se le escapó. Él
comenzó un lento y pausado asalto con lengua y dientes, llevándola fuera
de su mente. Sonidos escaparon de su garganta, calientes y desesperados,
como si él no se cansaba de su sabor. Sus brazos se apretaron,
manteniéndola quieta mientras lamía y chupaba y prendía pequeños
mordiscos con los dientes mientras ella se retorcía debajo de él,
sacudiendo su cabeza y su cuerpo vertía más y más crema caliente en su
boca. El placer se apoderó de su estómago, aumentando drásticamente
cuando empujó un dedo dentro de ella.
No voy a sobrevivir. El miedo se deslizó por su mente mientras su
cuerpo se enrollaba más y más fuerte. Era tan sexy, y caliente, más allá de
su imaginación, y no había manera posible de que pudiera mantener el
ritmo.
Agárrate a mí. Su voz era áspera con cruda lujuria.
Dax levantó la cabeza, la posesión brillando en sus ojos. Su estómago
se contrajo cuando él se encajo a si mismo entre sus muslos, levantando
sus caderas, colocándose en su entrada.
Podía sentirlo firme contra ella, tan caliente y espeso, terciopelo sobre
acero. Un pequeño sollozo de ruego se le escapó. Ella no podía esperar otro
instante.
Sus dedos agarraron sus caderas mientras lentamente, centímetro a
centímetro, comenzó a entrar en ella. Echó la cabeza hacia atrás, su cara
una máscara de crudo placer.
— Ainamet andam. Te doy mi cuerpo.
Dax luchó por el control. Ella era abrasadora, envolviéndolo en fuego,
tan apretada que él no estaba seguro de que pudiera encajar. Muy a
regañadientes, sus músculos apretados cedieron terreno, permitiendo su
invasión, una lenta, y exquisita sumisión.

~ 2 54 ~
— Sívamet kuuluak kaik että a ted. — Él arranco las palabras con
los dientes apretados, mientras que las sensaciones fluían sobre él y en él.
Se quedó quieto cuando su cuerpo le exigía moverse en su interior, pero
ella necesitaba un momento para adaptarse. — Del mismo modo tomo el
tuyo a mi cuidado
Él quiso decir cada palabra del ritual vinculante, y no por que las
palabras significarán más para él que el vínculo entre ellos. Ella sería su
tesoro, querida, protegida y amada por encima de todo lo demás. Su
corazón era suyo. Su alma. Y su cuerpo, este bello instrumento de un
placer que él nunca había concebido que existiera. Apretó los dientes
mientras empujaba más profundo, sintiendo sus músculos reacios
desplegándose como los pétalos de las flores que lo rodeaban, hasta que él
se interpuso contra su delgada barrera.
Él quería darle tanto placer que nunca se arrepintiera de su decisión.
Se movió, cubriéndola, el movimiento la hizo jadear y retorcerse debajo de
él, sus músculos le agarraban con pasión ardiente. Le acarició sobre la
curva de su pecho. Una vez más su vaina se apretó, casi lo estrangulaba
de placer.
Ella estaba salvando su alma con su decisión, independientemente de
lo que él le había dicho. Él nunca podría convertirse en un vampiro, pero
su regalo fue aún más importante para él, porque ella lo eligió. Ella lo
siguió a un mundo desconocido, uno de peligro cuando estaba recelosa y
temerosa. Ella había puesto su fe en él, confiando en él cuando había
estado en peligro de perder la fe en sí mismo y en el mundo que había
luchado tan duro para mantener. No tenía ni idea de lo que significaba
para él, pero él nunca le fallaría, y su placer era tan importante para él
como su seguridad.
Las manos de Riley encontraron los bíceps de Dax, sintiendo la fuerza
que se acumulaba allí. Su carne dura la llenó, la estiró. El más mínimo
movimiento que él hacía enviaba rayos de fuego recorriendo su piel y
relámpagos que formaban arcos a través de su cuerpo. Sus labios trazaron
un camino sobre su pecho, dibujando el cremoso y dolorido montículo con
el calor de su boca, succionando con fuerza, azotándolo con la lengua, y
rozándolos con sus dientes. La sensación la volvía loca, empujando su
necesidad desesperadamente.
— Dax, más. Necesito más. — Él tuvo que parar la presión que lo
arrollaba, construyendo, siempre construyendo sin ningún alivio.
Levantó la cabeza por un momento, esos ojos multifacéticos brillaban
intensamente con mil llamas. Abrió la boca para revelar los dientes largos
y afilados. Se quedó sin aliento en sus pulmones. Los dientes se hundieron

~ 2 55 ~
profundamente, derechos a lo largo de la curva de su pecho, mientras sus
caderas se lanzaron hacia delante, rompiendo su delgada barrera. El dolor
fustigó a través de su cuerpo para dar paso inmediatamente al cercano
éxtasis.
Cuerpo de Riley se dobló, las plantas de los pies encontraron el
colchón para hacer palanca mientras se levantaba para encontrar el
empuje de sus caderas. Sus puños se cerraron en su pelo, sujetándole a
ella, mientras su sangre fluía en él, encerrándolos juntos de la manera de
su especie. Estaba en todas partes, en su cuerpo, su mente, envolviéndose
en su corazón, mientras que el olor de él invadió cada uno de sus sentidos.
Tan fusionados como estaban, ella pudo saborearse al sentir la
explosión de placer en él cuando su sangre llenó sus células y órganos. Su
erección ya grande se hizo aún más gruesa, estirándola más. El fuego
marchando a través de él, su vaina femenina envolviéndolo,
estrangulándolo, con su suave terciopelo ardiente, ordeñándolo y
oprimiéndolo, mientras empujaba profundo y duro con cada golpe,
trayéndolos a ambos más cerca de aquella caída libre.
Las sensaciones la atravesaban, la combinación de su placer con el de
ella empujándola aún más alto. El calor la abrasó, quemó en ella. La
tensión sólo se extendía más y más, sin un final a la vista. Se aferró a sus
hombros, con las uñas clavándose en su carne mientras se agitaba
salvajemente debajo de él.
Dax a regañadientes levantó la cabeza, mirando como se filtraba la
sangre de los dos pinchazos sobre su pecho y goteaban por la cremosa
pendiente de su tenso pezón. Su pecho subía y bajaba mientras seguía ese
camino tentador, su cuerpo golpeando duramente en ella una y otra vez
mientras él se permitió, finalmente, cerrar las pequeñas heridas con la
lengua.
— Ainaak olenszal sívambin. — Pronunció las palabras con voz
áspera y ronca, calmado, negándose a dar a ninguno de los dos el alivio. Él
estaba cerca de gruñir, el placer en su cuerpo era algo que nunca había
concebido. — Tu vida será apreciada por mí para siempre.
Ella estaba casi sin sentido, apretando los músculos donde lo
aferraba. A través de la conexión de sus mentes, ella sabía que él estaba al
borde de su control.
Él deslizó su brazo bajo su cabeza, sus ojos eran todo fuego ahora,
quemaban sobre ella como una marca. — Estate quieta.
Ella jadeó, sus caderas incapaces de obedecer, los músculos se
sujetaban a su alrededor, desesperada por la liberación, con la cabeza

~ 2 56 ~
girando salvajemente. No podía estar quieta, no importaba lo que dijera. Se
esforzó hacia arriba, pero él la mantuvo inmóvil mientras levantaba una
mano hacia su pecho. Con un uña dura como el diamante, abrió una línea
delgada a lo largo del músculo fuerte sobre su corazón.
— Toma lo que ofrezco, sivamet. Acércate a mi mundo.
Sus ojos se ensancharon. Ella lo miró fijamente con sorpresa. Sin
embargo, no debería haberlo hecho, él parecía tan erótico, caliente y sexy,
ahí en ese campo abierto de flores, con su cuerpo duro y gotas rojas rubí
de sangre convocándola a ella. Ella casi negó con la cabeza pero estaba
hipnotizada por la vista.
— Por favor — ella susurró. Su cuerpo estaba en llamas. Ella
necesitaba la liberación, pero no estaba segura si la súplica fue para que él
la llevara al límite. La tentación de degústalo era un susurro oscuro que
estaba encontrando difícil de ignorar. La idea de beber su sangre debería
haber sido repugnante, no erótica, pero en su boca ya lo podía saborear.
Su olor estaba en todas partes, y su cuerpo estaba caliente y necesitado.
— Tienes que tomar la decisión por tu cuenta, Riley, — dijo
implacablemente. — Esta es la manera de traerte más cerca de mi mundo,
y tienes que decidir que es realmente lo que quieres. — Sosteniendo su
cabeza en el hueco de un brazo, reunió sus caderas y empujó
profundamente.
Riley podía sentir su eje grueso, caliente como una marca de acero
que propagaba el fuego a través de ella. Ella sabía que las llamas se
encendieron en él. Podía ver el brillo debajo de su piel, en sus ojos, el calor
abrasador de su cuerpo. Cada centímetro de su carne dura cuando se
enterró profundamente en su vaina, propagando las llamas en su interior.
Ella se incendió y se quemó. No había ningún final a la vista. Ella se
movió, y él se detuvo.
Un sollozo se escapó. Ella lo necesitaba. Lo quería.
Tienes hambre de mí.
Una gota de sangre caía sobre el músculo del pecho hasta el borde de
su pezón plano y duro. Su mirada la siguió, su lengua deslizándose sobre
el labio. Él no dejaría que escondiera la verdad. En lo profundo de sus
venas podía sentir un latido, casi tan fuerte como el terrible dolor en su
cuerpo. Recordaba el sabor de él a flores y su aroma embriagador,
amplificado mil veces por el campo de flores que los rodeaban. No podía
negar que el susurro era cierto, pero las inhibiciones humanas la detenían.
Siento tu hambre latiendo en mí.

~ 2 57 ~
Su voz era seducción, por no hablar del golpe duro, como un martillo
neumático que se introdujo en ella y se detuvo una vez más. Desesperada,
antes de que pudiera pensar en lo que estaba haciendo, ella lamió ese fino
rastro de carmín con la lengua. Su sabor irrumpió a través de ella como
champán. Siguió el camino de vuelta a la fuente, acariciándole con su
lengua, y prendiéndose con su boca.
Su gemido era un sonido áspero, sexy. Echó la cabeza hacia atrás,
susurrándole, ayudándola ahora que ella había tomado la decisión. La
esencia de su vida se vertía en ella, llenándola, reestructurándola,
nutriéndola.
— Te élidet ainaak pide minan. Tu vida será colocada sobre la mía
siempre, — Dijo Dax con los dientes apretados. Su cuerpo se estremeció
con el esfuerzo de contenerse. Su piel brillaba rojo y oro, las escamas
aparecieron debajo.
Riley lo miró a la cara. Líneas de pura lujuria profundamente
grabadas, enviándole espirales de excitación girando profundamente. El
sabor de él le golpeó con fuerza, un afrodisíaco que se sumó a la tormenta
de fuego en su cuerpo. Ella nunca tendría suficiente de él, ni de su sabor
ni de su cuerpo.
— Suficiente, sivamet. No puedes tomar demasiado de una vez. Sólo
lo suficiente para un intercambio.
Ella oyó sus palabras, a una gran distancia. Su sangre rugía en sus
oídos. Ella no estaba segura de lo que él quería decir, pero no podía parar.
Dax se vio obligado a introducir suavemente su mano entre su boca y su
pecho.
— Te avio päläfertiilam. — Él la agarró de las caderas con ambas
manos, deslizándose más profundo, empujando sus piernas sobre sus
hombros. — Tú eres mi compañera.
Con un pequeño sollozo ella cayó hacia atrás, su mirada se cruzó con
la suya. Su cuerpo amenazaba con explotar, tan fuerte que ella tenía
miedo de romperse en pedazos. Con esa posición su cuerpo acariciaba su
polla y esta se introducía profundamente dentro de ella. Pinceladas de
fuego al rojo vivo. Estaba tan cerca del borde, y aún así ella no podía caer.
— Dax. — Ella gritó su nombre, llegando a él con su mente confusa,
necesitaba que la llevara al abismo con él. — Por favor. No puedo... — Ella
no sabía lo que necesitaba de él, sólo que se estaba quemando desde
adentro hacia afuera.
Dax se lanzó hacia delante, un pico de acero en carne viva,
enterrándose una y otra vez. Profundamente. Tan profundamente. Que ella

~ 2 58 ~
juraba que lo sintió perforando a través de su estómago. Una y otra vez.
Tan duro. Él golpeaba en ella, conduciéndose aún más profundo hasta que
estuvo segura que él encontró el camino hacia su alma. No había ninguna
pausa, ningún momento para recuperar el aliento, solamente la
palpitación implacable en su cuerpo.
Riley clavó las uñas en sus brazos, su cabeza se sacudía
descuidadamente, sus pulmones quemaban por aire. En lo profundo de su
mente, se oyó gritar. Tenía la boca abierta, pero ningún sonido surgió en
realidad. Su cuerpo se sujetaba con fuerza bajo él. El orgasmo estalló en
ella, rompiéndola, fusionando sus huesos y músculos, quemando las
células y tejidos en una explosión de placer impactante. Ella sintió a Dax
en erupción como un volcán ardiente, pulso tras pulso caliente mientras
su cuerpo parecía romperse en mil pedazos.
Dax se desplomó sobre ella, respirando entrecortadamente, su
corazón latía tan fuerte que podía oírlo. Ella no podía moverse, su cuerpo
aún vivo de placer, pero como el plomo, sus brazos estaban tan pesados
que no podía encontrar la fuerza para mover sus manos hacia aquella piel
y grueso pelo que amaba tocar.
Dax giró la cabeza hacia su cuello. — Ainaak sivamet jutta oleny.
— El susurro llenó su mente. — Estás unida a mí por toda la eternidad.
Otra onda de choque de placer la invadió. Ella se estremeció,
alcanzando el clímax en su cuerpo una y otra vez. Ella podía sentir en su
interior algo diferente. Ella estaba... más. Evolucionada. Atada a él. Ella no
quería dejarlo ir. Parecía como que había millones de diminutos hilos
entretejiéndolos juntos.
Dax rozaba besos sobre sus ojos. — Ainaak terád vigyázak. Estarás
siempre a mi cuidado.
Con su cuerpo tembloroso, Riley se vio obligada a encontrar la energía
para levantar la mano hacia su rostro. Sus imposiblemente largas
pestañas estaban húmedas. Ella tocó suavemente las puntas
Volvió la cabeza para atrapar los dedos en su boca, chupando
suavemente antes de liberarla. — El ritual de unión es nuestra versión del
matrimonio, sólo que más permanente. Se une tu alma con la mía. Tal vez
debería haber esperado hasta que realmente tuvieras mayor conocimiento
de en lo que te estás metiendo. No es una excusa, pero yo no quiero estar
solo otra vez, Riley.
— Ni yo. — Aseguro ella, parpadeando para contener las lágrimas. —
Yo quiero esto. No importa lo que pase, Dax, Yo elijo estar contigo. Me
advertiste que no habría vuelta atrás. Estoy preparada para esto.

~ 2 59 ~
Él se dio la vuelta, llevándola con él, para que ella se tumbara sobre
su pecho. Riley hundió la cara en la unión entre el cuello y el hombro,
exhausta. Estaba segura de que cuando estuviera sola, ella estaría
horrorizada por la enormidad de su decisión, pero se aferró a él, una mano
metida en su pelo mientras que con la otra le acariciaba por encima de su
pecho.
Dax envolvió sus brazos alrededor de ella, sujetándola con fuerza. —
¿Te vas a dormir?
— Sí. Tú puedes recoger las flores para Gary y Jubal. — dijo. — Yo no
me muevo por el resto de la noche.
Dax rió suavemente y le dio un beso en la parte superior de su
cabeza. — Como desees, mi señora.

~ 2 60 ~
Capítulo 14
Traducido por Rhyss
Corregido por Tabitha

Riley despertó momentos antes de la puesta de sol.


¿Cómo sabía que era sólo unos minutos antes? ella no estaba segura,
pero no había duda en su mente, del momento exacto en que el sol se
hundiría en el cielo. Pensó que el ruido constante de los insectos pudo
haberla despertado, el sonido parecía tan amplificado en su cabeza que
ella se tapó los oídos con sus manos. Los pájaros revoloteaban encima de
los árboles, notó. Chillando y charlando mucho más fuerte de lo normal,
mientras se preparaban para una larga noche en la que sus depredadores
los cazarían. Todo era mucho más fuerte, entre ellos varios de los
ronquidos de los hombres.
Su mano estaba herida, y cuando ella la levantó para inspeccionarla,
notó que estaba bastante hinchada. Una araña o un insecto claramente la
habían mordido y tuvo una reacción alérgica. No podía recordar haber
tenido alergias a las picaduras, pero en la selva tropical, sabía que los
insectos podrían llevar todo tipo de veneno. Tendría que hacer algo al
respecto. Su kit de primeros auxilios estaba en su mochila.
Molesta, se sentó en la hamaca y observó el campamento. Su cuerpo
estaba deliciosamente dolorido en lugares que no sabía que tenía. El
corazón le latía con fuerza un poco demasiado duramente ante el recuerdo
de todo lo que había hecho, dándose a sí misma a Dax. Ella no estaba
molesta con nadie más que consigo misma.
Tenía que ser honesta, ella prácticamente se había arrojado sobre él.
Incluso había intentado disuadirla de ello. En verdad, contándolo en días
reales, ella apenas lo había conocido, pero se sentía como si lo conociera

~ 2 61 ~
mejor de lo que había conocido a nadie en su vida. Compartiendo su
mente, ella aprendió mucho de él.
Riley se mordió con fuerza el pulgar, raspando los dientes atrás y
adelante a lo largo de la uña, tratando de conciliar su vida poco seria con
su comportamiento en la selva tropical. ¿Iba a portarse como una estúpida
e iba a lamentarse por esta increíble, asombrosa y caliente primera vez?
No era como si estuviera en la escuela secundaria. Ella era una profesora
universitaria por el amor de Dios. Si quería tener relaciones sexuales con
el cazador de vampiros más caliente en la selva tropical, desde luego no
tenía por qué avergonzarse de ello.
¿Estaba avergonzada? Por supuesto que no. Ella nunca se
arrepentiría de entregarse a él, pero no había sido sólo su cuerpo. Con un
pequeño suspiro empujó los largos mechones de pelo que se habían
escapado fuera de la trenza hacia su rostro. Se ruborizó al recordar a Dax
trenzando su cabello, el recuerdo de sus manos en su pelo. Él se lo había
trenzado nuevamente, justo después que hubiera recogido las flores para
Gary. Ella había permanecido tumbada desnuda en la cama, demasiado
cansada para moverse. Volvió a sentir el color subiendo a la cara.
Si hubiera sido sólo sexo lo que había tenido con Dax, ella no estaría
tan nerviosa. Ella le había entregado su corazón y su alma. Básicamente
había saltado de un acantilado y no tenía idea de si había una red de
seguridad. La destruiría si él no sentía lo mismo que ella sentía por él. Y
ahí estaba. Ese era problema. Él profesó sentirse de la misma manera, y
ayer por la noche, había estado en su mente y había estado tan segura,
pero hoy, casi no podía soportar estar lejos de él.
La separación clavó sus garras en ella. Descubrió que no podía
mantener su mente lejos de él. Se sentía como si estuviera conteniendo el
aliento, esperando su llegada. Detestaba que las mujeres de su familia
fueran tan cercanas a sus compañeros que querían estar con ellos en todo
momento. Se había convertido en una mujer independiente, bien educada,
capaz de cuidar de sí misma. Pasaba el tiempo con sus amigos y realmente
disfrutaba de su compañía. Ella no dependía de un hombre por diversión,
o para subsistir. Sus antepasadas habían muerto unas semanas después
que sus esposos, incluso su propia madre.

~ 2 62 ~
Riley había estado tan decidida a que nunca sería de la misma
manera y, sin embargo... ella estaba obsesionada con Dax. Tenía que verlo.
Se frotó las manos por la cara otra vez, tratando de pensar con claridad,
para evaluar la situación. No había vuelta atrás y si pudiera, sabía que no
lo haría. Ella estaba enamorada de él, más que enamorada. En el momento
en que su mente había compartido la suya, había estado perdida. Ya
nunca más estaría sola. Ella sólo tenía que llegar a él, y él estaría allí. Su
devoción a ella era fácil de leer. Dax no trataba de ocultar su necesidad o
su admiración por ella. Para él sólo existía Riley.
Ella sacó el botiquín de su mochila y busco en el hasta que encontró
la crema para la alergia. Entonces, ¿por qué estaba enojada? No tenía ni
idea de en lo que realmente se estaba metiendo y siempre, siempre, tenía
un plan. Su mente sólo funcionaba de esa manera. Necesitaba estabilidad.
Un objetivo. Ella no era de las que se lanzaban de cabeza a un precipicio y
sin tener idea de donde iba a aterrizar. Ella no se entregaba a un hombre.
No, no a un hombre, a un Cárpato, que consideraban a los humanos una
fuente de alimento. Desde que había puesto un pie en la selva tropical, las
cosas habían estado fuera de control.
Se untó la crema sobre la mano hinchada, suspirando cuando el
viento cambió, acariciando ligeramente su rostro, diciéndole que no estaba
sola.
—Weston, —saludó ella sin volver la cabeza. Con cuidado, puso todo
de nuevo en el kit de primeros auxilios y guardó el kit en su mochila. —
Pensé que teníamos un acuerdo. Ibas a mantenerte lejos de mi dormitorio.
Me gusta la privacidad.
—Quería hablar contigo, antes de que los demás se levantaran.
Riley suspiró y volvió sus botas al revés para asegurarse de que nada
se había metido en ellas en medio de la noche. Tuvo que admitir que Don
Weston sonaba conciliador, pero aún así, ella se preparó, agradecida hacia
Jubal por el arma que le había dado. Ella incluso fue tan lejos como para
tocar el bulto en el lugar en que la había escondido en su saco de dormir
en la hamaca.
—Claro, ¿qué sucede?

~ 2 63 ~
—Mira, yo sé que no te gusto. Y tengo que admitir que tienes una
buena razón. Puedo beber demasiado cuando tengo que ir a estos lugares.
Odio el aislamiento. Odio todo lo relacionado con el, especialmente los
insectos. Sé que es tonto, pero se supone que esta es una diversión
inofensiva y me da una cierta imagen. —Weston frunció el ceño y tocó con
la punta del pie la raíz del árbol más cercano a él. Miró por encima del
hombro hacia los otros hombres y bajó la voz aún más. —Esto va a ser
una gran sorpresa para ti, pero tengo un par de hermanas...
La cabeza de Riley se acercó y lo miró fijamente, muy sorprendida. No
podía equiparar a este hombre con una madre, por no hablar de las
hermanas.
—Nunca lo sospeché.
Weston miró hacia Shelton Mack y empujó la vegetación en
descomposición con la punta de su bota.
—Sí, tengo hermanas, y las mantengo alejadas de mis amigos.
—Así que es por eso que viniste con nosotros a la montaña en lugar
de dar marcha atrás con el profesor. Parecía tan fuera de lugar para ti, —
dijo Riley.
Él frunció el ceño, se encogió de hombros y dio un pequeño suspiro.
—Déjame decir esto. Este hombre, Dax, sé que todos ustedes dijeron
que lo conocían de antes, pero no creo que realmente sepan quién es. Yo
puedo ser engañoso, y tal vez no parezco alguien en quien confiarías
mucho, pero los hombres así... —Se interrumpió, sacudiendo la cabeza.
Riley deslizó el arma desde su saco de dormir a su mochila. Ella
comenzó a llevar su hamaca hacia abajo, necesitando algo para ocupar sus
manos mientras escuchaba las revelaciones de Weston. Además, tan
pronto como llegara Dax, estarían de nuevo en movimiento.
—Él es todo encanto y se ve muy bien, pero es peligroso. He visto
algunos hombres como él, y explotan transformándose en luchadores
despiadados cuando están enfadados. Él no es la clase de hombre con que
me gustaría que mis hermanas salieran, eso es todo.
Riley metió su hamaca en su mochila, tomó aliento y se volvió para
mirar a Weston. Él estaba tratando de advertirle, lo que era dulce en cierto

~ 2 64 ~
modo, pero era demasiado tarde, ella ya estaba perdida. Sabía que Dax era
peligroso para ella, pero no de la manera en que Weston lo creía,
obviamente.
La electricidad se arqueó sobre su piel y chisporroteaba en sus venas.
Él estaba cerca. Dax. Muy cerca. Todo su cuerpo instantáneamente en
sintonía con el suyo. Su esencia llego a ella con la brisa de la tarde, el
sabor y la masculinidad, la fragancia al aire libre, salvaje, que ella
reconoció como Dax. Inhaló y llenó sus pulmones.
Al momento se sintió totalmente viva e increíblemente sensual. Ella
era consciente del hormigueo en sus pechos, sus pezones cada vez más
tensos, el fuego que ardía en su estómago del que sólo había sido
vagamente consciente, la llamaba a la vida. ¿Cómo hacía eso? Ella ni
siquiera había puesto sus ojos en él todavía.
Se obligó a prestar atención a Weston, dirigiéndole una sonrisa.
—Aprecio la advertencia, Don. Seré cuidadosa.
¿Cuán cuidadosa? ¿Crees que te vas a resistir a mí ahora?
Las palabras brillaron en su mente. Había un filo en la voz de Dax
que la atemorizó y la emocionó a la vez. Sus dedos se deslizaron sobre su
mano lesionada. De inmediato, el dolor se había ido. Su cuerpo duro rozó
el de ella desde atrás. Empujó sus caderas cerca para que su pesada
erección se imprimiera contra su cuerpo. Fuertes dedos acariciaron su
seno derecho. Su estómago apretado. Sus muslos dolían. ¿Cómo podía
hacer eso cuando él ni siquiera era visible?
¿Cómo es que siempre estás rodeada de hombres, sivamet? Me
parece que no me gusta esa costumbre tuya, de siempre a estar con otros
hombres.
Ahora, su aliento era cálido contra su cuello. Su lengua lamió a lo
largo del latido de su pulso. Dientes fuertes mordieron su cuello, justo
sobre el latido de su pulso. La mordedura picaba, pero su lengua alivió el
dolor.
Um, estoy viajando con ellos, se sintió obligada a señalar.
Deliberadamente ella empujó su trasero de nuevo contra él. ¿O no te has
dado cuenta?

~ 2 65 ~
La felicidad la llenó. Él había venido. Su estómago se estableció, su
corazón se saltó un latido. Y se encontró siguiendo el ritmo de su
respiración.
¿Cuántos otros te han advertido sobre mí?
Dientes afilados le rozaron el costado de su cuello por segunda vez y
su vientre se contrajo. Sus rodillas se debilitaron. Definitivamente no
estaba feliz de encontrarla a solas con Weston en su santuario privado
advirtiéndole sobre Dax. Abrió su mente a él. Su hambre por él. Su
diversión secreta de que Weston, y cualquier otra persona, trataran de
aconsejarla.
Lo encontraste dulce.
La última palabra fue pronunciada con desprecio sarcástico.
Sus dientes mordieron por tercera vez, lo suficientemente fuerte como
para que contuviera el aliento. Pero ahí estaba su lengua, bañando la
pequeña herida con su saliva curativa. Sus dientes rasparon de un lado a
otro sobre su pulso. Su cuerpo debilitado en anticipación, llorando por él.
Ella esperó, cerrando los ojos, necesitando su erótica mordedura.
—Riley, ¿estás bien? —Weston preguntó, con un atisbo de
preocupación arrastrándose en su voz. —Yo realmente no quería
molestarte. Sentí que era importante que alguien te dijera algo.
Ella se sobresaltó, olvidando por un momento que Don Weston seguía
cerca.
Respóndele para que se vaya. Es muy incómodo en el papel de
protector. Y él te desea. Apenas puede mantener sus manos fuera de ti. Es
mejor para su salud si se distancia de ti inmediatamente.
No puedes sentir celos de Don Weston.
Ese rasgo parecía tan fuera de lugar, casi insignificante, y por debajo
de Dax.
No hay ninguna razón para tener celos de un hombre al que tú no
respetas.
Dax sonaba un poco arrogante.

~ 2 66 ~
Era difícil pensar con claridad con su cuerpo tan cerca del de ella. Su
aroma embriagador la envolvía, elevando su conciencia de él.
Él sólo vino a avisarme. Ni una sola vez ha intentado algo que no
debía.
Sus dientes, raspando rítmicamente adelante y atrás sobre el pulso
en su cuello, era inquietante, porque le hacía casi imposible pensar con
claridad. Sus manos se deslizaron por su cuerpo, en el interior de su
camisa, para acariciar sus pechos. Se puso de pie detrás de ella, sin ser
visto, su calor rodeándola, su pesada erección presionando con fuerza
contra ella y lo único que podía pensar era en tenerlo de nuevo. ¿Es
posible enamorarse del cuerpo de un hombre?
Él no es un hombre bueno. Se imagina a sí mismo como uno, pero él
hace lo que quiere con las mujeres porque siente que tiene derecho a ello.
Tarde o temprano, va a hacer daño a una mujer y esa mujer no serás tú.
No había duda de la amenaza en su voz.
Soy un cazador del mal. Tanto humanos como Cárpatos. No me
importa. Es mi deber destruir el mal donde lo encuentro.
Un escalofrío de miedo se deslizó por su espalda. Ella había sabido
desde el principio que Dax era peligroso, Weston no necesitaba decirle eso.
Podía ir de antiguo cortesano a la violencia explosiva en cuestión de
segundos.
Él tiene hermanas.
Dax mordió justo en el punto óptimo entre el cuello y el hombro. Su
cuerpo estaba duro como una roca, inconmovible, sus brazos fuertes en
torno a ella. El calor subió a su alrededor, filtrándose desde su cuerpo al
suyo. La presión en espiral más y más fuerte en su núcleo femenino, el
aumento del hambre aguda y terrible, un dolor que sólo él podía calmar.
Si te dijera lo que sucede en su mente cuando él está alrededor de sus
hermanas, tú no lo estarías defendiendo.
—Estoy bien, Don, —se las arregló para decir, con la voz demasiado
ronca. —Gracias por la advertencia, voy a ser muy cuidadosa. Pero tienes
que empacar rápido, tenemos que llegar al río hoy.

~ 2 67 ~
El olor de la comida le provoco nauseas. Los otros estaban
terminando de comer y de levantar el campamento. Ella realmente quería
gritarle a Weston que la dejara para que pudiera estar a solas con Dax
antes de que los demás estuvieran listos para partir. Necesitaba estar a
solas con él. Se mordió con fuerza el labio. Ella era una mujer adulta que
no tenía la costumbre de actuar tan insensiblemente.
Estás haciendo esto, ¿verdad?
Seguramente Dax no podía saber nada acerca de Weston.
Cayó la noche en suaves tonos de gris paloma, cayendo a su
alrededor como una manta, pero ella todavía estaba a la intemperie con
sólo unos pocos árboles como fino velo de protección. Nadie podía ver lo
que estaba haciendo Dax, y hasta ahora había logrado conservar alguna
semblanza de la decencia, cuando todo lo que realmente quería hacer era
quitarse la ropa y empalarse a sí misma en Dax.
La pesada erección de Dax ardía como una marca a lo largo de la
curva de sus nalgas. Sus manos empezaron un masaje lento y deliberado
en sus pechos, los dedos tirando y girando sus pezones mientras su boca
ardía a fuego lento hacia arriba y abajo de su cuello. Ella tuvo que ahogar
un gemido de placer. Las sensaciones la recorrieron como un maremoto.
Créeme, sivamet, me gustaría que así fuera. Él es un hombre muy
depravado. Sólo que no ha dado el salto a su máximo potencial.
En el momento en que Weston se alejó, ella se permitió apoyar la
cabeza atrás sobre el hombro de Dax, débil por la necesidad. La boca de
Dax volvió a su cuello, los dientes raspando a lo largo de su pulso. La
sangre subió acaloradamente, cada terminación nerviosa gritando para
que la mordiera. Su respiración se transformó en jadeos desiguales de
pura necesidad.
Ella no tenía ningún control cuando Dax venía. En el momento en
que hablaba, aunque ni siquiera estuviera cerca de ella, su cuerpo
estallaba en llamas y echaba todo el decoro por la ventana.
Nadie te puede ver. Te estoy protegiendo de su vista. Incluso si andan
por aquí, no van a ser capaces de verte.
Sus manos se deslizaron por su vientre plano descendiendo hasta la
pretina de sus pantalones. Ella pensó en protestar, con los ojos abiertos,

~ 2 68 ~
mirando a su alrededor, pero su mano ahuecó su montículo, su pulgar
encontrando el caliente botón deseoso de atención.
Tienes que parar. No voy a ser capaz de estar en silencio, ella se
quedó sin aliento, la tensión en el vientre creció más y más fuerte. Apenas
la había tocado y ella ya estaba tan cerca...
Los pequeños sonidos que haces son música para mis oídos. Tengo
que escucharlos, susurró maliciosamente, sus dientes tirando de su oreja.
Nadie más que yo los va a oír.
Deslizó un dedo en su punto resbaladizo, su pulgar acariciando y
frotando ligeramente, jugando sin descanso, llevándola más y más rápido
por lo que no podía recuperar el aliento.
Un grito de lamento se le escapó. Ella sintió su explosión de
satisfacción y un segundo dedo se unió al primero, estirándola. Los dientes
se hundieron profundamente en su cuello. El destello de dolor apretó sus
músculos y presionó con fuerza sus dedos. El dolor dio paso a una oleada
de placer sensual tan abrumadora que habría caído de no haberla
sosteniendo.
Dame lo que es mío.
Su voz llenó su mente, nada menos que una demanda. La boca en
ella, absorbiendo la esencia de su vida en él, sus dedos reclamándola, su
mano en su pecho, tirando de sus pezones, todo era demasiado. Su cuerpo
entró en erupción con fuertes oleadas corriendo hasta sus pechos y
muslos. Casi sollozó su nombre cuando las ondas de placer pasaron por
ella. Su lengua se deslizó a través de los pinchazos en el cuello, para sellar
los dos pequeños agujeros que había dejado.
En el momento en que pudo estar de pie por su cuenta, se quitó la
camisa, él se solidificó justo en frente de ella, sus manos ya levantando
sus pechos para llevárselos a la boca. Su boca estaba caliente, ardiendo,
succionando con fuerza, su lengua bailando por el pezón. Su pecho estaba
desnudo, su piel casi resplandeciente, todo caoba, duro. Ella gritó, un grito
suave y ahogado atrapado en su garganta mientras su boca tiró y tiró de
su pecho, rozando con los dientes su pezón, provocando un pequeño
aguijón de dolor , que alivió al instante con su lengua de terciopelo.

~ 2 69 ~
El corazón de Riley golpeó cuando Dax levantó la cabeza para fijar su
mirada con la de ella. Ella podía ver el calor latente allí, el hambre salvaje.
Él levantó una mano hacia su pecho. Su estómago se contrajo. Su boca se
hizo agua. Sosteniendo su mirada, trazó una línea sobre el pecho con sus
dedos de diamante. Llevó la mano a la nuca de su cuello mientras las
llamas en sus ojos saltaron y ardieron. Él impuso una presión constante
sobre ella hasta que inclinó la cabeza para pasar su lengua por las gotas
de rubí que se filtraban desde esa fina línea sobre su corazón.
En el momento en que ella lo probara, sabía que estaría perdida.
Nunca habría tiempo suficiente para estar con él. La hacía sentirse viva.
Su cuerpo cantaba cuando estaba con él. Su sentido del olfato, la vista,
todo era tan diferente, de modo mucho más intenso. Ella lo deseaba. Era
adicta a su sabor. El mundo a su alrededor se desvaneció, dejando sólo a
Dax y su cuerpo duro y su exquisito sabor.
Ella deslizó la palma de la mano por el pecho hasta su vientre plano.
Absorbiendo cada músculo definido con sus dedos. Las mujeres soñaban
con un hombre construido como él y él era suyo. Se había dado a su
cuidado. Su mano se movió más abajo para encontrar ese bulto
impresionante. Valientemente lo frotaba suavemente, disfrutando de la
posibilidad de tocarlo.
Su mente se vertió en la de ella, compartiendo el placer que sus
manos y su boca le provocaban, compartiendo imágenes eróticas en su
cabeza. Ella se quedó sin aliento ante lo que vio allí, en la forma en que la
hacía arder aún más para él.
Basta, sivamet. No quiero que te pongas mal. Tienes que venir a mi
mundo poco a poco. Yo no quiero que haya complicaciones. Para asegurar
su obediencia deslizó su mano entre la boca y el pecho.
¿Cómo podía reducir la velocidad cuando ella ya estaba en ese paseo
salvaje? Ella no quería ralentizar en absoluto, quería quemarse para él. Ir
con él dondequiera que fuera. Horrorizada por sus pensamientos
obsesivos, Riley dio un paso atrás, o lo intentó. Dax simplemente se
deslizó, con un movimiento fluido.
Le cogió la barbilla, obligándola a levantar la cabeza.

~ 270 ~
Me desperté con tus dudas golpeando en mí. Tú no estás obsesionada
conmigo más de lo que yo estoy contigo. Nunca podré traicionarte, Riley.
Eres mía en esta vida y en todas las vidas que nos han dado. Nunca va a
ser lo suficientemente largo para mí.
Su confianza dio un giro. Nunca había conocido a un hombre que
pudiera ser tan completamente seguro sin ser arrogante.
Sé que esto es correcto, Riley aseguró. Sé que eres lo que quiero. Tuvo
que apartar la mirada de aquellos ojos ardientes para admitir sus errores.
Ella se miró las botas. Es difícil de creer que de todas las mujeres en el
mundo, yo soy la que realmente quieres. Tú realmente no has visto a
ninguna otra mujer aparte de mí. Espera hasta que vayas a la ciudad. Tu
mundo era diferente de lo que es ahora. Hay tantas mujeres bellas en el
mundo para que puedas elegir.
Dax le sonrió, una vez más, obligándola a levantar la barbilla para
que sus ojos se encontraran con los suyos. Su corazón casi saltó de su
pecho, había tanta ternura allí.
Sólo hay una Riley y ella es mía.
Inclinó la cabeza lentamente hacia ella.
Riley lo vio venir, sus ojos ardiendo en los de ella, sus labios
perfectos, cincelados, entreabiertos, su aliento caliente y luego su boca
sobre la de ella. Se entregó a su beso, dejando que el mundo cayera lejos.
La besó una y otra vez y se encontró fundiéndose con él, su cuerpo suave y
flexible. Sus manos se deslizaron por su espalda hasta la curva de sus
nalgas para levantarlas y presionarlas con fuerza contra su erección. Se
quedó sin aliento en sus pulmones, todavía un poco sorprendida que él
deseara tanto, que la tomaría allí en la intemperie.
¿Es que acaso pensaste que podía pasar mucho tiempo sin tenerte
otra vez? Una vez más hubo un borde a su tono, como si su incertidumbre
al despertar se reflejara de alguna manera en su integridad.
Esperaba que no pudieras. Aunque... Volvió a mirar hacia el
campamento. Los otros estaban terminando de cenar y de empacar para
viajar.
Dax se inclinó hacia delante y tomó su pecho derecho en el calor de
su boca. Sus dedos rozando y acariciando su pezón izquierdo. Su cuerpo

~ 271 ~
se arqueó, presionando más profundamente en el calor abrazador. La
tentación la venció. La humedad reuniéndose entre sus muslos.
Claramente, su cuerpo era suyo. No podía resistirse a esa boca caliente y a
esas manos malvadas.
Levantó la cabeza, y el deseo oscuro que ardía en sus ojos era
estimulante. Pasó por sobre sus pantalones vaqueros. Sus dedos
continuaron rodando y tirando de sus pezones.
Tengo mis botas puestas. Ella dejó caer las manos a la cintura de sus
pantalones, preparada para al menos sacarlos de ella lo suficiente para
calmar el dolor ardiente entre sus piernas. En cualquier caso, ella no
estaba segura que quería estar completamente desnuda a la intemperie,
incluso cuando él le aseguró que no podía ser vista. Parecía tan indecente.
Y sexy. Eres tan sexy.
Tenía que admitir que era sexy. La hacía sentirse de esa manera,
como si no pudiera esperar a tenerla, como si tuviera que tenerla o no
pudiera espera a otro momento. Sin embargo, al estar al aire libre, con la
gente tan cerca, protegidos sólo por unos pocos árboles y un remolino de
niebla... no era correcto. El aire frío golpeó su cuerpo, poniéndole la piel de
gallina. Miró hacia abajo y las botas y los pantalones vaqueros se habían
ido. Una lenta sonrisa curvó su boca.
Tú eres sexy. En mi mundo, las mujeres decimos que algunos
hombres son calientes. Tú lo eres.
Ella nunca había conocido a ningún otro hombre que pudiera hacerla
expulsar todo pensamiento racional hasta que fuera solo puro sentimiento.
Estaba desnuda de pie en un bosquecillo de árboles. Ella debería
haber estado cubriéndose, pero en cambio, sus pezones crecieron más
duros que nunca, el los tomó entre sus manos, la evidencia de su deseo
latía entre sus muslos y la excitación se burlaba de sus muslos y sus
senos. Si Dax podía quitarle la ropa tan fácilmente, ya no tenía dudas que
él pudiera esconderlos de los demás. Ella lo quería de cualquier manera
que lo pudiera tener.
Dax hizo un sonido, un gruñido áspero y embriagador que envió un
espiral de lujuria a su estómago. Inclinó la cabeza una vez más a sus

~ 272 ~
pechos, ahuecando el peso de los mismos en sus manos, y levantándolos
hasta su boca.
Ella acunó su cabeza, con los ojos bien abiertos porque tenía que
verlo, le encantaba verlo. Todo sobre Dax era sensual, sus parpados
cubriendo sus ojos, el calor radiante debajo de su piel, la succión caliente
de su boca en su pecho. Estaba desnuda, el viento en su cuerpo, cantando
en su piel, su sangre fluyendo acaloradamente, y un dolor ardiente entre
sus piernas. Debería haberse sentido expuesta y vulnerable frente a él.
Ella no tenía ni una prenda encima, con el cuerpo dispuesto, porque él la
hacía sentirse bella y suya. Le encantaba la sensación de que ella le
pertenecía.
Por supuesto que me perteneces. Tu alma es la otra mitad de la mía.
Naciste para mí, como yo nací para ti.
Sus manos estaban por todas partes, deslizándose sobre cada
centímetro de su piel, su boca devorándola hasta que ella no podía pensar
con claridad. Sus largos besos, como una droga, tenían a su cuerpo
llorando de necesidad. Ella envolvió sus brazos alrededor de su cuello,
apretando su agarre sobre él, sintiéndose posesiva, extasiada.
Dax la levantó, hasta que su cuerpo se deslizó sensualmente contra
él.
—Envuelve tus piernas alrededor de mi cintura, — susurró en su
boca.
Soy demasiado pesada.
Era alta y con curvas, ni mucho menos de la media de una modelo, y
ella no quería que él se lastimara la espalda.
Su risa vibró a través de ella como un manantial de agua mineral
caliente. Las burbujas encontrado su camino dentro de su torrente
sanguíneo, rompiendo y chisporroteando mientras ella cumplió con su
orden.
Ahora estás siendo tonta.
Había diversión en su voz tierna.
Tenía la boca sobre la de ella otra vez, exigiendo ahora, los besos
creciendo salvajes y posesivos, enviando llamas ondulantes a través de

~ 273 ~
ella. La besó como si fuera un hombre hambriento, como si ella le
asegurara su supervivencia, y tal vez lo hacía. Su lengua acarició a lo largo
de sus labios, empujó en su boca para meterse con ella. La electricidad
chisporroteó a través de sus venas, un oleaje impactante que la dejó sin
aliento y necesitada.
Deliberadamente le permitió sentir el borde de sus fuerzas, mientras
la sostenía con facilidad contra su pecho.
Envuelve tus piernas alrededor de mí. Engancha tus tobillos. Sus
dedos encontraron la entrada de su suave calor húmedo. Estas tan lista
para mí.
¿Cómo no iba a estar lista para ti? Yo siempre estaré lista para ti, le
susurró en su mente, lo que le permitió verse como ella lo hacía, tan
perfecto, tan sexy que nunca podría resistirlo.
Me encanta la forma en que te humedeces para mí, pero después
quiero probarte. Devorarte. Lamer cada centímetro de ti hasta que me
entregues todo de ti.
Su voz era baja y oscura, una mezcla dura y peligrosa que envió una
nueva ola de calor a enroscarse a través de ella. Entrelazó sus dedos en la
nuca de su cuello y se inclinó hacia él, mordiéndole el hombro porque todo
lo que acaba de decir la hacía más impaciente por su posesión. Cuando él
gruñó, volvió su rostro a su cuello y mordió con suavidad. Su cuerpo se
estremeció.
Espera.
Ahora su voz era ronca de deseo. Se agarró con fuerza mientras
bajaba su cuerpo oh, tan lentamente. Sintió la cabeza de terciopelo,
caliente y gruesa presionando firmemente contra su entrada. Ella trató de
presionar con fuerza, pero sus manos se negaron a permitirlo. Entró en
ella lentamente, centímetro a centímetro en forma deliberada,
sosteniéndola inmóvil, mientras empujaba más profundo a través de sus
músculos resistentes.
Dax gimió, el placer estallando a través de él. Había conocido el calor
y el fuego durante siglos, pero la quemadura abrasadora de su vagina
ardiente y apretada era casi su perdición. La bajó lentamente, saboreando

~ 274 ~
la resistencia, la forma en que su cuerpo cedía a su invasión. Sus suaves y
pequeños gritos rotos, jadeantes casi lo volvían loco.
Quiero un viaje largo y lento, sivamet.
Podía sentir cada músculo apretado en su agarre, mientras él la
estiraba. La cabeza de su polla era tan sensible, la sensación, lo más
cercano al éxtasis que él imaginaba que alguna vez iba a conseguir.
Empujó más profundo, entregándose a la explosión construyéndose.
Sus ojos se clavaron en los suyos. Brillantes. Salvajes. Tanta
intensidad. Tanta emoción, toda para él. Él estaba asombrado de ella. No
había manera de ocultar que él era de ella, sus errores. Su culpa. Su
fracaso. Él era el cazador de uno de los monstruos más letales del planeta
y sin embargo tenía tanta fe en él, se había unido a él. Era humilde y al
mismo tiempo estimulante.
Ella podría hacerle perder el control con sólo esos pequeños
movimientos de su cuerpo. Esos pequeños gritos jadeantes. Su boca se
curvó, una sirena sensual, moviendo la cabeza, levantando sus caderas en
la orientación de sus manos, su vaina apretada, envolviendo su eje en
llamas candentes.
Riley se levantó lentamente, con las manos en sus hombros para
hacer palanca, la fricción lo hacía temblar, luchar por su propio control.
Ella echó la cabeza hacia atrás y bajó su cuerpo con igual lentitud,
empalándose a sí misma en él, agarrándolo y bromeando como si sus
músculos fueran dedos en puño frotando alrededor de su eje con fuerza.
Ella echó la cabeza hacia atrás mientras se levantaba de nuevo,
arrastrándose sobre él, deliberadamente, haciendo pequeños círculos
mientras ella se levantaba, volviéndose salvaje.
— ¿Es esto lo que querías? —le preguntó, bromeando con inocencia
en su voz. Ella encontró el ritmo, ese ritmo perfecto, muy lento que le hizo
contraer los músculos con anticipación.
Su gruñido sonó más animal que humano.
Se tomó su tiempo, notando que si ella contraía sus músculos y hacía
lentos círculos mientras se levantaba y bajaba, su placer, junto con el de
ella se acentuaban mucho más. Sensaciones eléctricas chisporroteaban
hasta su vientre, sus pechos y muslos. La tensión vibraba a través de su

~ 275 ~
cuerpo, enroscándose más y más fuerte, su vientre estremecido por lo
inminente de su orgasmo. Justo cuando pensaba que no podía más, que la
fricción la iba a conducir a la locura, Dax hizo un sonido áspero con la
parte posterior de la garganta y flexionó los dedos en sus caderas antes de
agarrarla con fuerza.
Dax tomó el control, empujando su cuerpo hacia abajo con fuerza y
rápido, levantando y dejándola caer una y otra vez, la punta aterciopelada
de su erección, rasgando a través de ella con un propósito ardiente,
conduciéndola. Su cuerpo temblaba, y ella empujó hacia atrás,
empalándose a sí misma con las sensaciones que aturdían su mente
arrasándola. Su cuerpo se contrajo con fuerza, arrastrándolo con ella,
enviando dedos ardientes apretando en un puño brutal y erótico.
Todo su cuerpo se estremeció, su eje en erupción inundando de fuego
su interior provocando que una serie de explosiones intensas la
sacudieran. Riley se agarró de Dax como a un ancla mientras su cuerpo
seguía latiendo inflamado tratando desesperadamente de calmar su
corazón y su respiración todavía jadeante. No tenía ni idea que el sexo
pudiera abarcar tanto.
Estoy loca por ti. Ella hizo la admisión en su mente, sintiéndose
tímida y expuesta.
Estoy tan enamorado de ti que no hay ninguna manera de expresarlo
adecuadamente, regresó con absoluta confianza.
Personalmente, creo que lo haces bastante bien.
Riley hundió la cara en el cuello de Dax, sus manos acariciando su
espalda posesivamente. Su cuerpo estaba empapado de sudor y sabía que
olía como el pecado y el sexo, pero no le importaba. Ella se aferró a él,
reacia a dejar que se fuera, su corazón latiendo al mismo ritmo que el
suyo. Sabía que tenía que poner las piernas en el suelo, pero ella quería
abrazarlo tanto como pudiera, estar conectada físicamente a él, el mayor
tiempo posible.
—No puedo creer que fueras capaz de hacer esto y tener la fuerza
para sostenerme, — susurró. No tenía fuerzas para hablar en un tono
normal.

~ 276 ~
—Hay ventajas en ser un Cárpato, — dijo con aire de suficiencia. Dax
volvió la cabeza para derramar suaves besos en su cabello. —Tu amigo
está llegando.
— ¿Puedes evitar que nos vean para siempre? Tal vez deberíamos
seguir así, encerrados juntos por la eternidad, — murmuró.
Dax rió suavemente, fue más un sonido en su mente.
—Mujer insaciable.
—Lo soy. — Ella presionó besos sobre su pulso palpitante, sin piedad,
pellizcando juguetonamente con los dientes. —Estoy tratando de
distraerte.
— ¿Es que no encuentras la caza de vampiros estimulante?
Ella levantó la cabeza para mirar sus ojos risueños. Parecía mucho
más joven y despreocupado cuando se reía, pero era tan raro que lo
hiciera. Muy lentamente dejó caer sus piernas hasta que ella estuvo de pie.
El se movió dentro de ella, enviando otra ola de placer a través de los dos.
—Muy bien, vamos a ir de caza. Pero esto es mucho más divertido. No
creo que las dos cosas sean comparables. — Ella le dedicó una pequeña
mueca mientras él se deslizaba fuera de ella.
Su mente frotó suavemente la suya como la caricia de una mano, y
ambos estuvieron completamente vestidos, limpios y frescos. Él iba a sacar
la mochila como si acabara de recoger sus cosas cuando Gary se acercó.
Dax se movió un poco, colocando su cuerpo un poco delante del de ella
para darle tiempo a recuperarse.
—Buenas noches, — Dax saludó. —Confío en que no hubo incidentes
mientras yo dormía.
Gary negó con la cabeza.
—Todo estaba tranquilo. ¿Pudiste encontrar las flores y traer de
regreso lo suficiente para que podamos plantar en las montañas de los
Cárpatos?
Riley se rió ante la ansiedad en su voz.
—Te hemos traído de regreso un saco entero de semillas y raíces, así
como las flores intactas. Las embalé con tierra por lo que deberían hacer el

~ 277 ~
viaje sin problemas, aunque ¿cómo lograrás que pasen por la aduana? no
lo sé.
—Tengo amigos que lo harán, — dijo Gary. —Sólo tengo que hacerles
llegar las flores. Ellos saben lo importantes que son. Y nunca tienen
problemas para conseguir cualquier cosa que quieran.
Dax levantó la vista, su mirada fija en Gary.
— ¿Cárpatos? ¿Tus amigos son los Cárpatos?
Gary asintió.
—Sí, nos dieron armas y equipo para este viaje. Son nuestro contacto
de emergencia. Están esperando saber de nosotros, — dijo Gary. —
Tenemos que llegar a un claro del bosque...
— ¿Tú los llamaste? ¿Cuándo hiciste eso? — Dax preguntó. Su voz
era muy baja. Con ira. La última palabra terminó con un largo y lento
siseo.
Riley se puso rígida, su corazón perdió el ritmo. Sonaba... temeroso.
Gary pareció notar el repentino cambio en el humor del macho Cárpato. Él
no se inmutó.
—Sabíamos que ya estarían buscándonos. Tan pronto como pudimos
llamarlos para hacerles saber que estábamos vivos, lo hicimos. Los
llamamos al atardecer. — Gary se encogió de hombros casualmente. —
Ellos enviaran un helicóptero para que nos recoja. Son conscientes de la
lesión del profesor, y van a tratar con los demás.
— ¿Qué les dijiste de mí? Acerca de Mitro — Su voz baja y cálida
como la melaza, cayó otra octava más baja.
—Que estabas con nosotros, por supuesto, y que un vampiro
peligroso andaba suelto. — Gary se quitó las gafas y miró Dax
directamente a los ojos. —He intercambiado sangre contigo
voluntariamente. ¿Sería más cómodo para ti leer mi mente? Puedes
obtener la información en forma mucho más eficiente.
Dax negó con la cabeza.
—Te agradezco que me permitas invadir tu privacidad, pero hasta que
no necesitemos "ver" de quien estamos hablando, no creo que sea
necesario. ¿Es más de un cazador Cárpato?

~ 278 ~
—Los hermanos De La Cruz, — Gary explicó. —Fueron enviados a
América del Sur desde hace siglos. ¿Los conoces?
—Tenemos linajes, no apellidos. No reconozco ese nombre.
Muéstramelos.
Gary visualizó en su cabeza las imágenes de los hermanos De La Cruz
con el mejor detalle que pudo reunir. Habían pasado siglos desde que Dax
había estado en las montañas de los Cárpatos, así que era razonable que
pudiera no conocer a los cazadores enviados por Vlad.
Dax se deslizó más allá de la barrera en la cabeza de Gary para
estudiar las imágenes. Un negro ceño se añadió a la incómoda sensación
en la boca del estómago de Riley. No entendía cómo Gary no se veía
afectado por la tensión en el cazador de los Cárpatos.
Inesperadamente, los ojos multifacéticos de Dax se posaron en su
rostro. Ella sintió el impacto al instante. A la vez el calor vertiéndose en su
mente. Tenía la sensación de que sus brazos la rodeaban.
Estás conectada a mí, Riley. Él no. Él ve lo que yo quiero que vea.
Ella estudió el rostro de Dax. No había ningún ceño fruncido, su
rostro estaba sin expresión alguna. Gary no tenía motivos para estar
preocupado de que algo anduviera mal porque Dax parecía estar calmado.
¿Qué tiene de malo?
Yo soy un cazador. Tengo que perseguir a gente de mi propio pueblo.
Veo sombras en la oscuridad donde otros no lo hacen. Mitro tenía una
compañera y eso no le impidió elegir el mal. No quiero exponerte a una
situación aún más peligrosa.
Dax dirigió su atención a Gary, su cuerpo tuvo un cambio sutil, por lo
que Riley sintió que su calor la envolvía. La energía que se había sentido
tan intensa, al igual que la presión en la erupción de un volcán, se había
ido.
—Yo creo conocer sólo a uno de ellos. Ese en el que piensas como
Zacarías.
Gary frunció el ceño. El tono de Dax seguía siendo bajo, y tan suave
como siempre. La energía oscura se había ido, pero Gary había cogido algo

~ 279 ~
del recelo Dax. A Riley le pareció extraño, pero Dax había estado en su
mente y tal vez dejó un eco de su anterior irritación detrás.
—Sé que él era considerado muy peligroso, y que tú estás preocupado
que pueda serlo, — dijo Gary, lo suficientemente astuto como para saber
cuál era la preocupación principal de Dax, —Zacarías tiene una
compañera. Estará seguro mientras viva.
Riley miró a Dax. No hubo cambió en su expresión, pero supo que la
garantía de Gary no le había influido en lo más mínimo.
Jubal se acercó a ellos, las cosas de Gary en sus manos.
—Será mejor empezar a movernos, — dijo con un gesto de saludo
hacia Riley y Dax.
—Será mejor que lo hagamos entonces, —dijo Dax, dando por
concluida la conversación sobre los otros cazadores, —si vamos a limpiar a
tiempo para comenzar a llevar a los demás a un sitio seguro. ¿Qué tan
grande es el helicóptero que están enviando?
—No lo sé, pero dudo que pueda llevarnos a todos en el primer viaje,
— dijo Gary.
Riley se agachó y hundió las manos en el suelo, buscando al vampiro.
Él había estado haciendo su camino directamente hacia el río y dejando a
su paso, la muerte y la destrucción. La naturaleza se estremecía ante la
abominación que era el no-muerto. A su alrededor, el mundo desapareció,
dejándola en otro entorno donde podía oír los susurros de la selva tropical.
Los árboles le hablaban, agradecidos por su presencia, dispuestos a
compartir información.
La inquietud que la había atormentado antes se había ido, un temor
oscuro que parecía ser una parte de ella desde que su madre había
muerto. Ahora, con las manos enterradas en la comodidad de la tierra
donde ella estaba una vez más cerca de espíritu de Annabel, se dio cuenta
que ese temor terrible era la sangre del vampiro llamando a la suya.
Horrorizada ante esta revelación repentina, ella retiró las manos del
suelo y se dejó caer sobre sus talones estremeciéndose con repugnancia.
Un escalofrío helado de repulsión se deslizó por su espina dorsal. Ella
sabía que estaba conectada de alguna manera con Mitro, pero pensó que

~ 280 ~
la conexión se había realizado en la tierra, el suelo, no en su propio
cuerpo.
¿Qué es, sivamet?
La calidez en la voz de Dax, vertiéndose en su mente, ayudó a
sostenerla.
Necesito un minuto.
No podía mirar a Jubal y Gary. Habían ayudado mucho, estaban
junto a ella, y todo el tiempo, su sangre había estado llamando al vampiro.
—Ustedes tomen a los demás y empiecen, — ordenó Dax. —Vamos a
ponernos al día.
Jubal la miró, pero Dax se movió, deslizándose frente a ella sin que
pareciera que se hubiera movido. Jubal miró al Cárpato, y algo brilló en
las profundidades de sus ojos que al instante Dax estaba preparado como
una serpiente lista para atacar.
— ¿Estás bien con eso, Riley? ¿Con que nosotros nos vayamos? —
preguntó Jubal, a pesar de la tensión.
—Sí, gracias por preguntar Jubal, — respondió ella.
Gary y Jubal han cuidado de mí todo este tiempo, Dax. No hay
necesidad de molestarse porque él se preocupa por mí.
Nunca he sido cuestionado antes, dijo Dax. Me resulta difícil estar en
compañía de alguien que no sea mi compañera durante períodos
prolongados de tiempo. Nunca he pasado tanto tiempo con los demás.
Riley no había pensado en eso. Por supuesto que era difícil para él,
que se había pasado siglos en paz. Incluso antes de enterrarse en el
volcán, había sido un cazador de vampiros, pasando meses, incluso años,
por su cuenta, sin nadie a su alrededor. El mundo era un lugar diferente
para él. Había luchado durante cientos de años para la protección de su
gente y luego, mientras él estaba encerrado en un volcán, su especie había
desaparecido, casi extinta.
Jubal levantó la mano y se alejó en dirección al río, guiando a los
demás a seguir a Miguel. Prepararon al profesor, y se lo llevaron, tomando
turnos con él mientras se dirigían constantemente en la selva tropical. En
cuestión de segundos, los árboles y el follaje los habían tragado.

~ 281 ~
Dax esperó hasta que se fueron antes de ponerse de cuclillas a su
lado.
La sangre de Arabejila corre fuerte en ti. Mitro cree que está viva, lo
cual es una ventaja para nosotros.
Ella asintió con la cabeza.
—Lo entiendo, pero no me di cuenta que no era sólo la tierra que me
decía donde estaba Mitro. Puedo sentir mi sangre que llega hasta él. —
Ella respiró hondo y se obligó a mirarlo a los ojos. —Es perturbador.
Quiero que mi sangre te llame a ti, no a él. Me hace sentir sucia.
Dax la tomó en sus brazos.
—Han sivamet, — susurró tiernamente. —Mi querida. Mi sangre y tu
sangre estarán siempre conectadas. Nuestro corazón, nuestra mente y
nuestra alma son inseparables. En cuanto a la sangre de Arabejila, cuando
viajamos juntos, a menudo nos vemos obligados a intercambiar sangre. Su
sangre es la razón por la que la Madre Tierra me aceptó y me otorgo sus
favores. Mi conexión con Mitro no es tan fuerte, pero está ahí.
Riley deslizó sus brazos alrededor de su cuello.
—Siempre sabes lo que hay que decir para hacerme sentir mejor.
Vamos a ir a buscarlo, Dax. Cuanto antes lo encontremos, más rápido
podremos seguir adelante con nuestra vida juntos.

~ 282 ~
Capítulo 15
Traducido por Ariel
Corregido por Iris

El viento se levantó, girando a través de la copa de los arboles,


soplando nubes de tormenta agitándolas en una masa desordenada de
hilos oscuros. Un relámpago se bifurcó a través del cielo, en un tenedor de
electricidad, iluminando las cubiertas durante un breve momento.
Truenos, sonando, sacudiendo el suelo. Inmediatamente después de los
truenos el gemido del viento se levantó lamentándose y entonces, una vez
más se calmó.
Riley se secó el sudor de la cara. Era difícil respirar con la ceniza que
todavía se aferraba a las hojas y las flores. Sus botas se sentían
terriblemente pesadas y ella hizo una nota mental para sí misma y
adquirir otras más ligeras la próxima vez. Su mente estaba un poco
confusa, con la excursión era casi surrealista.
El destino había cometido un terrible error. Para Riley, caminar a
través de la selva por la noche era un ejercicio de valentía. Trató de no
conectar con Dax, con miedo de que él viera cuánto temor tenía de cada
sombra. El corazón le latía tan fuerte que temía que Jubal y Gary pudieran
oírlo. No estaba segura de cómo llegó a ser la compañera de un guerrero de
los Cárpatos, que parecía tener todo el valor del mundo, cuando ella tenía
miedo hasta de las sombras.
Riley lanzó una rápida mirada a su alrededor hacia los demás, que
caminaban a través de la densa vegetación. Nadie más parecía estar
sintiéndose como si en cualquier momento fueran a ser devorados por una
manada de tigres locos saltando fuera de las sombras. No era como si
estuviera completamente loca, las toses y gruñidos procedentes de una

~ 283 ~
corta distancia le dijo que al menos uno, o dos jaguares se paseaban a lo
largo al lado de ellos.
Ella trató de controlar su respiración lo mejor que pudo, pero con
cada paso que daba, la aprehensión se hacía más fuerte y su pecho se
puso más apretado. La selva parecía mucho más densa, Miguel y Alejandro
luchaban para cortar un camino y mantenerlos a todos sobre un rastro
muy descolorido. Cuantas más millas cubrían, más crecía el temor dentro
de ella y más difícil era mantener el ritmo que el guía había puesto.
Su visión de la noche era increíble, su mirada inquieta después de los
miles de insectos que formaban una alfombra en movimiento bajo sus
pies. Todo parecía demasiado ruidoso para ella, especialmente el
persistente zumbido de los insectos, e incluso los insectos adquirieron una
cualidad siniestra en su imaginación hiperactiva.
Los pájaros chillaban alertando a otros, una constante, comunicación
con alarma, inusual para la noche. Por encima de sus cabezas se veía el
movimiento continuo, el aleteo de las alas, el crujido de las ramas cuando
los monos saltaban de rama en rama como si ellos, y los jaguares,
seguirán a los viajeros.
Los troncos de los árboles estaban cubiertos de puntos negros que
parecieron saltar de las sombras hacia ellos. Hojas de gran tamaño, se
dividían en afiladas hojas, viniendo por ellos, impulsadas por el viento. El
miedo que se filtro en ella la hizo revolver el estómago. El sonido de los
machetes rozando a través de las ramas y el follaje gritando no hizo sino
aumentar sus nervios deshilachados.
Riley y Dax habían alcanzado a los otros rápidamente. Él
simplemente había cambiado en un pájaro gigante y se había elevado en el
aire, llevando a Riley hasta que estuvieron lo suficientemente cerca como
para unirse a sus compañeros de viaje. Para hacer un mejor tiempo, Dax
se hizo cargo de llevar al profesor. Podía recorrer kilómetros sin romper a
sudar. Ella se resistió a mirar por encima del hombro. Estaba cerca, pero
con el peso de un hombre adulto en sus brazos, él no podía saltar a la
acción si alguien se volvía loco con un machete o si los monos les
tendieran una emboscada.
Gary caminaba directamente en frente de ella. Ella lo sorprendió dos
veces mirando por encima de su hombro, atrás hacia Jubal. Ellos

~ 284 ~
intercambiaron una mirada de complicidad que la hizo temblar. Bien, no
estaba completamente perdiendo la cabeza, sino que ambos sentían el
peligro, también, simplemente reaccionaron mejor. Ella puso su mano en
el bolsillo de su chaqueta, asegurándose por sí misma que la Glock estaba
allí si la necesitaba.
Tu temor está latiendo en mí, sin embargo no me permite compartir
tu mente. ¿Qué es?
Su voz era siempre tan calmada y tranquila.
No tenemos ningún sentido. Ella lo habría fulminado con la mirada si
no estuviera tan ocupada buscando entre los árboles por un ataque
inminente. A veces ser tan absolutamente tranquilo era molesto.
Haz coincidir los latidos de tu corazón a los míos. Tu corazón está
latiendo muy rápido, ordeno Dax. ¿De qué modo no tenemos sentido?
La presumida diversión masculina fue mucho peor que la calma. Ella
arriesgó una rápida mirada por encima del hombro para fulminarlo con la
mirada. Ni siquiera estaba respirando con dificultad, mientras que sus
pulmones estaban ardiendo. Él era todo músculo y calentura, y su cuerpo
se sentía como el plomo. No parecía importarle que en cualquier momento
pudiera tener que lanzar al profesor contra un árbol espinoso para salvar
el día como un héroe de cómic.
¿Héroe de cómic? ¿Es así como me ves? Debo tener una capa.
Su risa llenó su mente, cruda, masculina e inesperada. Ella se
encontró sonriendo simplemente porque era él. Se las había arreglado para
encontrar su camino hacia su mente cuando ella había estado tan segura
de que estaba cerrada para él. Podía hacerla reír en el peor de los casos.
Haciendo caso omiso de la creciente ansiedad presionando sobre ella,
deliberadamente comenzó a evocar una imagen de Dax, en medias de color
rosa, una túnica larga y una capa de color rosa.
¿Eso es lo que deseas que me ponga? Él sonaba perfectamente serio.
Es muy parecido a la vestimenta Inca. El color puede entrar en
contradicción con mi tono de piel.
Riley se echó a reír. ¿Entrar en conflicto con tu tono de piel? repitió
ella. Pequeñas gotas de sudor corrían por el valle entre sus pechos. Ella

~ 285 ~
tuvo que frotarse más fuerte los ojos. ¿Qué mundo tiene Gary pasando por
su cabeza? Conseguiste toda la información de él.
De Jubal también. Él tiene hermanas. Otra vez él sonaba satisfecho.
Tomó una profunda respiración, esperando que él lo negara, pero
sabiendo que no lo haría. ¿Sabes que vas a ser atacado?
Sí, por supuesto.
Riley tropezó, pero se agarró antes de caer. Se sentía mareada,
mareada como para hundirse en el suelo de un desmayo. Se mordió el
labio con fuerza, el dolor punzante su conexión a la tierra. Has estado
hablando con Jubal y Gary. Ella lo dijo como una afirmación.
Coordinando lo que tienen que hacer.
Riley se encogió un poco ante su ridícula reacción ante su tono de
hecho. Cuando hablaba en su mente parecía tan íntimo con ella, como un
secreto compartido con un amante. ¿Podría estar celosa? Qué cosa más
baja en ella. Y en medio de una situación tan peligrosa. Estaba actuando
como una idiota. Ni siquiera era del tipo celoso.
Ella frunció el ceño mientras caminaba, contando sus pasos para
despejar su mente. No había un zumbido en su cabeza para indicar que el
vampiro estaba influyendo como lo que tenía el portero que mató a su
madre. Siguió contando cada paso, buscando un ritmo, deseando poder
parar y llevar las manos hacia la tierra. Se sentía exhausta, y la tierra la
rejuvenecería.
¿Riley? ¿Por qué sigues aislándote fuera de mí? Tu corazón sigue
latiendo demasiado rápido.
Ella sacudió la cabeza, no queriendo a Dax en ella. Tenía que resolver
esto por su cuenta. Su ceño se profundizó. Dax, Jubal y Gary le habían
enseñado que los vampiros se aprovechaban de las debilidades. Ella
estaba definitivamente insegura, sintiéndose como si de alguna manera no
fuera digna de Dax. Para ella, él era noble y valiente. Había sacrificado su
vida por su pueblo. Él había soportado toda clase de sufrimientos y
heridas en la batalla, había estado completamente solo mientras que ella
había tenido una maravillosa infancia feliz con todas las ventajas.

~ 286 ~
De inmediato su mente se inundó de calor. Tú tienes un gran valor,
Riley. No hay otra para mí, ni la habrá.
Ella consiguió eso. Realmente lo hizo. Se había comprometido con él.
Ella no se había ido a dormir insegura, pero se había despertado de esa
manera. Su mente giró una y otra vez. ¿Qué había sido diferente desde el
momento en que Dax la había llevado de regreso con los demás y la ayudó
a montar su hamaca para pasar la noche y cuando se había despertado?
Algo había sucedido para que ella dudara de sí misma, o peor... dudara de
Dax. ¿Qué fue? Debía de haber caído en una trampa que Mitro le había
puesto.
Miró a su alrededor a sus compañeros de viaje. Ninguno de ellos
parecía afectado.
Gary se volvió bruscamente hacia ella, deteniéndose tan rápido que se
topó con él. Él la agarró de los hombros en un apretón tranquilizador. —
Estás ardiendo.
Un nudo se formó en su garganta y cuando trató de tragar, tenía
dificultades.
Estás hablando con Gary otra vez. Me estás dejando fuera.
Sin remordimientos. Ella tendría que guardar esa distancia para
referencias futuras. Aparentemente no, porque estás de vuelta en mi
cabeza.
Todo el mundo se había detenido con alguna orden de Jubal. Dax
ajusto al profesor suavemente sobre la improvisada hamaca que los guías
habían hecho. Riley lo vio dando grandes zancadas hacia ella. Su corazón
dio un salto. Era impresionante de cualquier manera que ella lo viera. A
veces, cuando lo veía, como ahora, tan confiado y decidido, él la
intimidaba un poco, sin embargo, al mismo tiempo, la hacía sentir segura.
Él parecía ser más alto cuando se acercó a ella. Su agarre en sus
brazos era tan amable como siempre, sin embargo, ella sabía que si
intentaba liberarse, sería imposible.
— Mírame, sivamet. A mis ojos.

~ 287 ~
Era consciente de que las escamas que se fusionaban bajo su piel
estaban muy cerca, lo que significaba que estaba más molesto de lo que
su comportamiento indicaba.
El viento aullaba, barriendo a través de los árboles con intención
mortal. Las ramas se balanceaban, frotándose entre sí para hacer un
sonido de chasquido que parecía reverberar a través de la selva. Largas
enredaderas se dejaban caer desde la copa superior de los arboles, con el
aspecto de sogas de verdugo en la oscuridad.
Un rayo se bifurco en el cielo. Dax tomó con una mano su barbilla,
inclinando la cabeza a un lado y a otro, el estudio de sus ojos. — Tú estás
enferma — dijo.
— La Picadura de una araña. Eso es lo único que se me ocurre. Mitro
debe haber tenido insectos esperando para atacarme. ¿Las puede
programar para hacer eso? — Incluso a sus propios oídos, su voz sonaba
muy lejos. — Debería haber sabido que algo iba mal cuando empecé a
actuar tan fuera de lugar.
— ¿Fuera de lugar? — repitió, cogiéndola cuando ella se derrumbó.
— Tú sabes, dudando de que yo fuera lo suficientemente buena para
ser tu compañera. Estoy segura de que tengo muy buena opinión de mí
misma. — Ella acarició su mandíbula. — Eres realmente hermoso, Dax.
Él susurró algo entre sus dientes blancos y fuertes que no pudo
entender. Ella parecía estar flotando en el aire, mientras que varios de sus
compañeros de viaje la observaban con temor en sus rostros.
Los saludó con la mano. — No os preocupéis. Él tiene una capa rosa,
—aseguró ella.
Por encima del revoloteo de las alas, Dax se distrajo por un momento
cuando encontró el lugar que buscaba. Agachándose, miró hacia arriba
cuando un búho real, conocido como el tigre de la noche, se estableció en
las ramas por encima de ellos. En algún lugar en la distancia, un grito
espeluznante envió un escalofrío que recorrió la espina dorsal de todos los
viajeros, poniéndoles la piel de gallina. Todos ellos se pusieron juntos.
— Esto es por mi culpa, Riley, — dijo Dax. — Esta noche yo estaba
tan ansioso por estar contigo que desestime la mordida como un riesgo

~ 288 ~
típico de la selva tropical. Tomé la hinchazón y la comezón a distancia, sin
ahondar más profundo.
Riley lo miró, con su mano acariciando su rostro. —Yo tengo razón,
¿no? Mitro me atacó, ¿verdad? Yo debería haberlo sabido de inmediato.
Odio cuando soy lenta de entendederas.
Él pasó su mano por la cara, tomando el brillo del sudor de su piel. —
Creo que, en este caso, no tardaste en comprender. No estás
acostumbrada a tratar con los muertos vivientes. — Puso una mano sobre
el corazón y la otra sobre la pequeña herida en la mano. — Mitro es
inteligente, y sus trampas pueden ser sutiles.
Jubal. Gary. Mantengan un ojo en el búho. Estar preparados para
matarlo si es necesario. Dax envió la orden a los dos hombres que sentía
tenían la oportunidad de mantener la siguiente arma de Mitro a raya. Él
todavía encontraba un poco desconcertante confiar en los seres humanos,
pero ninguno de los dos se estremeció cuando se trataba de combatir con
las marionetas del vampiro.
Dax respiró hondo y se envío a sí mismo fuera de su cuerpo;
haciéndose un espíritu, una luz blanca de energía, deslizándose en el
cuerpo de Riley para seguir la estela del veneno que la araña había
inyectado. Mitro lo había hecho muy sutil por lo que la amenaza tendría
tiempo para arraigar y extenderse antes de que alguien lo notara. Era muy
de Mitro. La mayoría de los vampiros eran cualquier cosa menos sutiles.
Mitro estaba en una categoría propia.
Dax No sabía que estaba solo hasta que Riley había entrado en su
vida. Le encantaban las conversaciones que tenía con ella, su sonrisa y la
forma en que de repente dejaba escapar que era hermoso. También le
gustaba que ella fuera inteligente y rápida en comprender lo desconocido.
Ella no perdió el tiempo negando lo que estaba pasando, lo tomó todo con
calma, y la admiraba por ello. Ahora, moviéndose a través de su cuerpo,
ella permaneció inmóvil, observando lo que él estaba haciendo, pero no
protesto.
Ella ya estaba luchando contra los efectos en su mente. Podía ver el
daño allí, pero Riley era fuerte, mucho más fuerte de lo que Mitro era
capaz de darle crédito. Esa fue una de las debilidades del vampiro. Él veía
a las mujeres como inferiores a los hombres. Siempre lo había hecho.

~ 289 ~
Había subestimado a Arabejila, y él subestima a Riley, lo que le daba una
pequeña ventaja.
Dax se movió a través de su cuerpo, como una luz blanca que ilumino
todos los cúmulos de células de color azul oscuro que se propagaban
despacio, multiplicándose e invadiendo las células sanas. Dax atacó a los
grupos con ráfagas de energía. Las células más oscuras trataron de
esconderse de él, pero las siguió implacablemente, moviéndose a través de
cada órgano para asegurarse que conseguía hasta el último. Él nunca
estaría satisfecho con su salud o su seguridad de nuevo. ¿Acaso no había
empezado a preguntarse por qué ella estaba actuando fuera de lugar? el
virus podía haber tenido muchas más posibilidades de atácala.
Él sabía que en el momento en que regresara a su cuerpo, el búho
atacaría, porque Mitro sabía que Dax estaría más débil y orquestaría su
ataque de esa manera. El pájaro era un depredador y se lanzaría a por
Riley, yendo hacia sus ojos con sus letales garras.
Jubal. Ten cuidado con lo que no puedes ver. Él no podía evitarlo,
tenía que advertir a Jubal. Por mucho que había aprendido de los dos
hombres humanos que viajaban con él, él seguía prefiriendo confiar en sí
mismo, sobre todo cuando se trataba de proteger a su propia compañera.
Mitro Inteligente. Te conozco tan bien a estas alturas.
Dax irrumpió en su cuerpo, aceptando el efecto de desorientación que
acompañaba el abandonar la envoltura física de uno mismo y luego
regresar a ella. Al mismo tiempo, permitió que la armadura que se
escondía debajo de su piel al acecho saliera. Escamas duras como el
diamante surgieron desde sus pies hasta el cuello, deslizándose sobre su
piel para envolverlo en un escudo. Se dio rápidamente la vuelta en un
círculo con la sensación de un ataque real. El gato lo golpeó con fuerza en
el pecho, un monstruo de jaguar, el cálido aliento en su cara mientras
dientes malvados se precipitaron por su garganta. Garras rastrillado en su
vientre.
A la distancia, oyó el batir de alas cuando los búhos dejaban los
árboles, con las garras extendidas, tratando de llegar a Riley. Apretó las
manos alrededor del cuello del jaguar, manteniendo los dientes fuera de su
cuello. Un arma se disparó cerca de su oreja derecha y dos disparos más a
corta distancia. Con una llave rápida de sus manos, él rompió el cuello del

~ 290 ~
gato y arrojó el cuerpo, volviéndose para enfrentar la amenaza de los
búhos.
Tres pájaros yacían muertos en el suelo alrededor de Riley. Ella
sostenía una pistola en la mano. Jubal y Gary estaban de pie con las
armas de fuego fuera también. Cosa práctica, las armas. A Dax le gustaba
la idea de ellas. Un arma no podía matar a un vampiro, pero sin duda con
ellas podían matar a las marionetas de un vampiro. Mitro era inteligente,
pero no había contado con Gary y Jubal o las armas de fuego. Esta trampa
no los había ralentizado y no les había causado un verdadero daño.
Dax le dio las gracias a los dos hombres y se agachó para ayudar a
Riley a ponerse de pie. Ella quedó un poco temblorosa, y Gary se inclinó
para quitar el arma de sus manos.
— Tal vez deberíamos ser un poco más cuidadosos con esto, — dijo.
Riley le tendió la mano. — Le pegué a la cosa en lugar de a ti, ¿no?
Gary le sonrió. — Creo que lo hiciste, Miss Parker.
Dax encontraba los intercambios entre los hombres y Riley
interesantes. El sentir su afecto por los demás. Las burlas parecían ser
una forma de arte.
Riley miró su arma antes de dejarla caer de nuevo en el bolsillo. Ella
hizo una pequeña mueca. — Aquí viene Weston. ¿Cómo vamos a explicarle
esto?
Dax hizo un gesto con la mano hacia Weston y el hombre se detuvo
bruscamente, miró a su alrededor y se rascó la cabeza, como si hubiera
olvidado lo que estaba haciendo. La risa de Riley se derramo en la mente
de Dax.
Me gustaría tener ese talento en particular.
Vas a tenerlo. Él aseguró. En voz alta, le dijo a Jubal, — Vamos a
movernos de nuevo. Tenemos que estar en el río antes de que el sol este
arriba. Si queremos salir volado de aquí, tendremos que dar al helicóptero
un lugar seguro para aterrizar.
Supongo, que voy a aprender todo lo que quiero saber sin tener que ir
a la escuela, así, dijo Riley. Vas hacer mi profesión obsoleta.

~ 291 ~
Él se llevó la mano a la boca, dándole un beso en el centro de la
palma. — Sólo para ti — murmuró.
Ella se echó a reír, tal como él sabía que lo haría. Descubrió que se
estaba convirtiendo en un adicto al sonido de su risa como lo estaba a la
forma en que se veía, ese brillo suave y la curva de su boca.
Antes de que nosotros nos unamos a los demás, tú podrías querer
deshacerte de tus escamas. Pienso que pareces adorable, pero Weston
probablemente será increíblemente grosero. Ya sabes cómo te pones
cuando la gente es grosera; mejor solamente cámbiate de equipo.
La risa esta vez vibrando por su cuerpo, corriendo a través de él como
afrodisíacos dedos que le acariciaban con el sonido. Se encontró riendo
con ella. Mitro acababa de hacer un nuevo intento sobre ella y Riley se lo
había sacudido y le estaba tomando el pelo.
Tienes toda la razón, compañera. Le tendió la mano a ella.
Ella le envió una rápida sonrisa y puso su mano en la suya. Hicieron
su camino de regreso hacia los demás, Dax se aseguro que ninguno de los
otros viajeros, excepto Jubal y Gary, recordaran nada de lo ocurrido. Una
vez más, Dax levantó el profesor y partió hacia el claro donde el helicóptero
debía encontrarlos.
El alboroto de alas arriba, le dijo a Riley que no estaban
completamente fuera de peligro. Ella se estremeció ante la idea de que
incluso cuando Mitro había desaparecido de la selva, aún podía dejar con
éxito esas trampas detrás. Él era mucho más poderoso de lo que había
imaginado. Ella debería haberlo sabido, que aun cuando Dax era tan
increíble, y sin embargo en batalla tras batalla con el vampiro, no había
ganado. Mitro tenía que ser por lo menos su igual.
— Manteneros alerta. — Aconsejo Dax a Jubal y Gary. — Mantener a
todos en una formación cerrada y acelerar el paso.
Los viajeros se pusieron en fila, Weston y Shelton refunfuñando como
de costumbre. — Es mejor permanecer callado. — dijo Dax. — Uno nunca
sabe lo que va a desencadenar el ataque de un jaguar.
Weston juró por lo bajo, pero los dos hombres de inmediato se
quedaron en silencio. Riley ocultó una sonrisa. Tú tienes don de gentes.

~ 292 ~
Estoy aprendiendo a estar en tu mundo.
Presumido. Arrogante. Macho. Caliente como el infierno. ¿Por qué
demonios tenía que encontrarlo tan atractivo? La hacía sentir como si
pudiera hacer cualquier cosa cuando estaba con él.
Creo que me he enamorado de ti. Aquí mismo, en esta selva tropical,
en esta terrible, horrible y fea situación. Ella hizo la confesión mientras
caminaba por el sendero, manteniendo la cabeza baja, como si estuviera
mirando el estrecho sendero. Al mismo tiempo, se mantuvo inmóvil. Eres
tan hermoso, Dax. Tu corazón. Tu alma. Yo no creo que pueda encontrar
un hombre mejor.
Dax se vertió en su mente, necesitando la cercanía de cada pedacito
tanto como ella. Los Cárpatos lo sabían. No había dudas sobre ellos. Pero
los humanos preguntaban. Preocupados. Y Riley se había movido de su
mundo al suyo... una decisión enormemente generosa. Un regalo que no
tenía precio. ¿Cómo él no iba a atesorarla?
Dax sintió que ella rozaba su alma. Tú eres hän ku kuulua
sivamet, es decir, La guardiana de mi corazón. Y tú serás ainaak enyem,
Para siempre mía. Soy plenamente consciente del valor que tuviste para
unirte a mí, sin pleno conocimiento de en lo que te estabas metiendo, y yo
siempre seré el guardián de tu corazón, Riley. Yo seré tuyo para siempre.
Riley abrazó sus palabras mientras seguía moviéndose a través del
denso follaje. Escuchó el sonido del agua corriendo por las laderas y sobre
las rocas para correr por cintas estrechas o anchas quebradas. El agua
estaba por todas partes. Las gotas caían de las hojas por encima de ellos
para agregarse a los arroyos caudalosos. Más agua irrumpía desde el lado
de la colina en una larga caída sobre las rocas, un flujo espumoso de
brillante plata. Por debajo de la cascada, grandes, rocas cubiertas de
musgo formaban una piscina.
Brillante y verde musgo cubría todo cerca de ellos, las rocas, los
troncos caídos, incluso los árboles en pie. Riley vio las flores que brotan de
las laderas verdes y rocosas, algunos de los arbustos casi eran tan altos
como algunos de los árboles más pequeños. Las pinceladas de color junto
con la plata brillante del agua en la oscuridad era precioso. Deseó que ella
y Dax estuvieran solos y simplemente poder sentarse tranquilamente con

~ 293 ~
él, tomados de la mano y escuchando los sonidos de la cascada caer en la
piscina fría de abajo.
Dax le respondió con una caricia en su mejilla. Siempre puedo traer
al Antiguo a hacer acto de presencia. No le gusta la gente. Él va a
eliminarlos rápidamente.
Riley se echó a reír, incapaz de contener la felicidad que ella tenía. La
hacía sentirse segura en un mundo al revés. Ella podía olvidar la fealdad
de la situación por unos pocos minutos y ver la belleza a su alrededor
gracias a él.
— Esto esta condenadamente caliente — llamó Weston. — Vamos,
Riley, ¿quieres desnudarte, e ir esta noche a nadar con todos nosotros?
Apuesto a que te gustaría. Tú serías el centro de atención.
Riley se volvió a mirar a Dax. Sus ojos se encontraron. La diversión
burbujeando. Serpiente en el paraíso. Siempre hay una.
El Antiguo lo encuentra particularmente sucio.
Riley lo alcanzó en lo más profundo. El dragón abrió un párpado
soñoliento, le guiñó un ojo y se volvió a dormir. Él no quiere relacionarse
con el hombre. ¿El Antiguo, o tú?, bromeó.
Quizás ambos, concedido Dax. Sus manos eran suaves sobre el
profesor, sus pasos seguros mientras continuaban la caminata hacia el
río. Si Weston verdaderamente quiere estar desnudo, Le puedo ayudar con
eso.
El camino los condujo hacia un barranco y retrocedía hasta el otro
lado. El camino era más fácil. El machete de Miguel guardó silencio. Los
helechos crecían por todas partes, en medio de las rocas y en las orillas de
la piscina y corriente, creando una visión del paraíso.
¡Ni se te ocurra! Se rió.
Tal vez no, Dax estuvo de acuerdo, pero él apretó el paso hasta que
estuvo al lado de Weston.
El ingeniero soltó una risita. — ¿Tienes algo que decirme? Sólo estoy
diciendo lo que todo hombre aquí está pensando, incluyéndote a ti. —
Sonrió a Riley. — ¿No es así, cariño? Tu fantasía. Desnuda con todos estos
hombres lamiendo tu piel hermosa. Te encantaría.

~ 294 ~
El corazón de Riley se detuvo. Ella sacudió la cabeza, su aliento
ardiendo en sus pulmones. Weston no tenía ni idea de con quien estaba
tratando. Dax podría pasar fácilmente de despreocupado a la violencia
extrema y atrás en segundos. No lo hagas. No le hagas daño.
Él no sentirá nada. Su voz había pasado de suave y sensual a
sombría y amenazadora.
Un escalofrío recorrió la espalda de Riley. Este era un-hombre un-ser
que no podía controlar. Lo haría a su manera, tomaría sus decisiones en
base a las reglas de su mundo... no del de ella.
Weston abrió la boca para burlarse de Dax de nuevo y le salió un
profundo croar de rana toro. Sobresaltándolo, La mano de Weston fue a su
garganta, abriendo mucho los ojos. Shelton se echó a reír. — ¡Amigo! ¿Qué
te pasa?
Riley apretó los labios, tratando de no reírse. Su sentido del humor
estaba fuera de sus manos.
Yo no encuentro nada humorístico en Weston. Tú deseas que viva, así
que es mejor que croe de esta manera que de otra.
No había diversión en su voz, o en su mente, pero su respuesta la
hizo soltar una risa a pesar de su determinación de no animarlo.
Weston se aclaró la garganta y volvió a intentarlo. Una serie de
sonidos fuertes muy similares a “croak, croak, croak” brotó de su
garganta.
Incluso Jubal frunció la boca como si tuviera que reprimir la risa.
Gary y Miguel sonrieron, pero no comentaron. Miguel continuó liderando
la línea de los viajeros a través del estrecho cañón que era un acceso
directo al río. La pequeña quebrada les ahorraría kilómetros.
No podemos dejarlo así.
Creo que esta mejor así, respondió Dax.
Una vez más calor inundó su mente, lentamente, calentado como la
melaza que llenaba su cerebro con fantasías eróticas.
Él no puede decir tu nombre y desnuda en la misma frase, no sin
recordarme como de suave es tu piel. El único hombre que va a lamer el
agua de tu piel voy a ser yo.

~ 295 ~
Un escalofrío de pura excitación se deslizó por su espina dorsal. El
calor se acurrucaba en su vientre. Incluso cuando estaba siendo malo...
sobre todo cuando estaba siendo malo, él era francamente sexy.
Ahora estás siendo escandaloso. Hizo una pausa y luego dejo a su
imaginación volar, perversamente lo alimentó con algunas fantasías
propias.
Ella sintió su aliento como un nudo en la garganta. El fuego ardiendo
profundamente.
Podrías tener problemas. Siempre puedo protegernos de miradas
indiscretas, y créeme, sivamet, estoy más que dispuesto.
Su matriz se apretó. Humedad caliente reuniéndose. Sus pechos se
sintieron doloridos al instante. A ella le encantaba estar en sus brazos, con
las piernas envueltas firmemente alrededor de la cintura, enterrado
profundamente en su interior. A ella le encantaría estar en el agua fría con
él, bajo la cascada, o mejor aún, en una cama suave...
Cama dura, él la corrigió. Las cosas que yo podría hacerte en una
cama dura. O en un suelo duro.
Ella tragó saliva, casi tropezando por su sexy implicación. Las cosas
que podía hacer solo con su voz la dejaron sin aliento, no podía imaginar
lo que tenía en mente en una cama dura. Su boca se secó y la sangre latía
en sus venas. El suelo se movió bajo sus pies.
Riley miró hacia abajo para ver al agua burbujeando alrededor de las
suelas de sus botas. El suelo parecía tan saturado que el agua no tenía
adónde ir. En realidad, se tomó un momento para que su mente asimilara
lo que estaba sucediendo. Ella miró a su alrededor. El agua goteaba desde
las rocas cubiertas de musgo y corría entre rocas más pequeñas. Ella
parpadeó y varios deslizamientos de tierra pequeños dieron paso a los
flujos que aumentaban de tamaño.
Tenemos que salir de aquí. Se trata de una cuenca natural y se
inundará rápido. El otro lado del cañón parecía una buena distancia. Más
fugas fueron surgiendo, la montaña estaba demasiado saturada para
contener toda el agua. Yo debería haberme dado cuenta. Debería haberlo
sabido.

~ 296 ~
Se sentía como si la tierra la hubiera traicionado. Por supuesto, ella
estaba distraída por su intercambio con Dax, pero aún así, ella debería
haberlo sentido, su conexión con la tierra era tan fuerte, que debería haber
sido advertida del agua que subía a su alrededor.
Otra trampa, Dax la calmó suavemente. Mitro sabe que puedes
contrarrestar esto, así que ¿por qué molestarse? No tiene sentido. ¿Puedes
sentir algo por debajo del agua? ¿O tal vez en los lados del cañón?
Riley luchó contra el pánico. Miguel cogió el ritmo, leyendo
claramente el peligro. Tanto Jubal y Gary miraron a Dax brevemente y
luego el uno al otro. Debían de saber que Dax podría detener la salida del
agua, o por lo menos retrasarla lo suficiente para que pudieran salir, pero
no dijeron nada.
Ella forzó a su mente a expandirse, a ver más allá del obvio peligro del
momento. Era difícil superar el impulso de huir. Su cerebro le dijo que era
mejor echar el vuelo, pero ella se aferró a la calma de Dax, respiró hondo y
soltó el aire. Ella realmente sentía su mente desplegarse, alcanzando su
conexión con la tierra. Por un momento, se sintió un poco mareada,
desorientada, como si estuviera en dos lugares al mismo tiempo... sobre el
suelo y por debajo.
Los sonidos se apagaron, las fuertes pisadas, el chapoteo de las botas
que golpeaban el agua cuando avanzaban poco a poco hacia arriba por el
camino, el rugido de las cataratas, todo retrocediendo hasta que se quedó
con los susurros de la tierra. Ella se quedó inmóvil en su interior, aunque
siguió adelante, como en piloto automático, con los ojos fijos en el hombre
frente a ella.
El río se precipitó bajo el cañón, alimentado ahora por la lluvia
continua. El vapor se elevó alrededor de ellos, elevándose a través de las
rocas y extendiéndose como dedos hacia ellos. Algo se movía, cambiando
continuamente, escondido en el vapor. Ella era consciente del movimiento
en las afueras de su visión. La sensación era de ensueño, como si ella
observara desde la distancia, viendo el vapor a la deriva como si la capa
freática se elevará.
Había algo más... Algo que ella acababa de perder. Estaba allí, al
acecho bajo el agua, esperando su momento. La cosa esperó, mirado,
irradiando un hambre malévolo. Ella tenía la impresión de unos ojos rojos

~ 297 ~
mirando debajo del agua, colmillos goteando. No, no era una cosa… eran
cosas.
Riley abrió la boca y sacudió la cabeza. No, Dax. No lo hagas.
Tú controla el agua. No trates de detenerlo, activaras su ataque.
Solamente hazlo más lento.
Riley sabía que no tenía elección. Dax se iba a enfrentar a los
monstruos debajo de ellos. Él confiaba en ella para detener el torrente de
agua que se vertía en el cañón de ambos lados, así como el aumento del
agua bajo sus pies. Él estaba completamente tranquilo y en calma. Ella
respiró hondo y asintió con la cabeza, con el balanceo terrible al intentar
hacer llegar la calma a su estómago. Ella haría esto. Si él podía hacer
frente a esos colmillos con el propósito inquebrantable de matarlos a
todos, ella podría retrasar la salida del agua, pero tenía que ponerse a
ello... el agua les llegaba a los tobillos, haciéndolos más lento.
Dax entregó al profesor a Alejandro y Jubal, teniendo cuidado de que
Patton no sintiera la urgencia de los dos hombres, cuando ellos se
abrieron paso entre el agua creciente. Agitó las manos, tejiendo un
intrincado patrón, de modo que por un momento el aire alrededor de ellos
brillaba, cortando a los seres humanos la capacidad de verlo, y él resbaló
bajo el suelo para pasar por debajo del agua.
El cerebro de Jubal contenía una gran cantidad de información, y
Gary era un banco de datos andante. Su mente se lleno de miles de
millones de hechos, algunos tan extraños y escandalosos, que al principio
eran difíciles de creer, pero cuando miró a Riley y sus recuerdos de los
aviones y los viajes a la luna, esos hechos habían sido confirmados. Había
muchas cosas que se había perdido mientras estuvo preso en el volcán. Él
tenía el conocimiento de aquellas cosas, pero no las había experimentado.
Evidentemente, al igual que el estudiante universitario Mitro había
encontrado un banco de datos andante también. Jubal reconoció la forma
de las criaturas que lo esperaban allí, en ese río. El pez tigre Goliat,
aunque, como siempre, Mitro había manipulado la especie y mejorado su
agresividad natural y salvaje. El pez tigre no era nativo de estas aguas, por
lo que el estudiante tenía que haber viajado a otro lugar para que ellos
estuvieran en su mente. Sorprendentemente, eran los recuerdos de Jubal

~ 298 ~
los que le dieron la mayor cantidad de datos sobre las especies peligrosas.
Menos mal que él claramente estaba viajado.
Los recuerdos de Riley no contenían ninguna información sobre el
pez. Riley. Su Riley. Ella era un milagro para él. Podía sentir su miedo
latiendo por él, pero entonces ella apuntalo sus defensas, apretó los
hombros e hizo su trabajo. Había tanto sobre ella para amar. En el
momento en el que ella reconoció lo que él pensaba hacer, ella temió por
él... “por él”. No podía recordar a nadie que se preocupase por él, y esto era
una espada de dos filos. Su corazón se llenó de gozo con ese pensamiento
de su mujer que se preocupaba tanto, pero por otra parte, en realidad no
le gustaba ser la causa de su ansiedad.
Dax cayó más profundamente en el agua hasta que sintió los
primeros indicios del mal. La sensación se filtró lentamente en él
centímetro a centímetro. Amplió su visión, así como sus sentidos,
cambiando en una hoja diminuta, insignificante mientras se acercaba al
pez gigantesco. Ellos estaban formando un suelto paquete, nadando
lentamente con los seres humanos encima de ellos. A medida que el agua
subía, Así lo hacían ellos, ganando terreno. Así que si el nivel freático caía,
como posiblemente podía ocurrir, estos peces escaparían y ¿harían daño a
aquellos sobre el suelo? ¿Qué tenía Mitro en mente?
Mitro era astuto. Dax esperaría un pez. Algo horrible y de salvaje
brutalidad, pero si él paraba la crecida de las aguas, ¿cómo se
desencadenaría un ataque del pez monstruo? Le faltaba algo importante.
El agua se elevaría, y si Dax o Riley no lo paraban, al pez atacaría. Pero si
tenían éxito en detenerla, entonces los peces serían inútiles a Mitro.
Olas de mal le asaltó mientras se cernía sobre el grupo de peces. La
sensación no emanó de la manada hambrienta de peces tigre, aunque
ciertamente se sentía el olor del vampiro en ellos, pero era algo más, al
acecho debajo de ellos, retenido como un tigre con una correa.
Sin previo aviso, un pez tigre se abalanzó sobre él, con la boca
abierta, tragando a Dax. Él reaccionó de inmediato, espinas venenosas
cubrieron la hoja, y pasó a ser un pez león muy grande, las terribles
espinas se alojaron en la garganta y boca del pez tigre, paralizándolo. Se
movió a través de la mandíbula del pez monstruo sólo para ser rodeado

~ 299 ~
por el grupo. Se movió de nuevo, buceo hacia abajo, dejando tras de sí un
rastro de sangre del pez tigre tras él. El grupo rompió al pez Goliat.
Debajo de él, la verdadera amenaza explotó hacia la superficie, una
racha monstruosa de escamas, con la cabeza en forma de cuña y alas
aerodinámicas. Las patas delanteras estaban metidas debajo, al igual que
alas alojadas apretadas contra los lados de la bestia mientras se elevaba
como una locomotora hacia la superficie. Dax captó el brillo azul-verde de
las escamas a medida que avanzaba. La fuerza de la turbulencia lo envió
rodando hacia atrás
El Antiguo rugió en desafío, el sonido estallo a través del cráneo de
Dax. Aunque el dragón había perdido a su compañera hacía mucho
tiempo, el profundo dolor y tristeza estaría siempre grabado en su alma.
No perdería a Riley. Riley era parte de él ahora, así como Dax lo era.
Ningún dragón de agua se la llevaría.
No, no en su forma. Dax se hizo cargo, sabiendo que el dragón de
agua tendría la ventaja sobre un dragón de fuego en sus circunstancias.
Mi forma, pero ambos trabajaremos juntos.
Dax se dirigió detrás del dragón, fluyendo a gran velocidad, Cortando
el agua ensangrentada, sus manos extendidas hacia esa cola con pinchos.
La larga cola barría hacia atrás y hacia delante en el agua como un timón
cuando el dragón de agua avanzaba fácilmente a través del agua. Dax
permitió que las escamas de color rojo y oro cubrieran su cuerpo mientras
él cogió esa espiga de cuña en la cola y al instante invirtió la dirección. El
Antiguo se levantó lo suficiente para prestar su fuerza también.
El dragón de agua siseó cuando él detuvo su marcha hacia adelante
abruptamente y se tiró hacia atrás. El agua se revolvió, con grandes
burbujas turbulentas, tan agitado que podía haber estado en medio de un
géiser. La cola azotaba de ida y vuelta con enojo, el dragón de agua se dio
la vuelta, y, moviéndose como el relámpago, se precipitó hacia el cazador.
Dax vio la enorme cabeza, con forma de cuña que embestía
directamente hacia él. Bajo el agua, con los ojos abiertos y con malévola
ferocidad. El hocico cornudo se abrió para revelar una mandíbula llena de
dientes de sierra. Cuando el dragón intentó morder su cabeza, Dax se
arrojó a un lado, manteniéndose en posesión de la cola que azotaba.
Debajo del agua, oyó el tambor constante de un latido del corazón. El agua

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amplificaba el sonido. El ritmo del corazón del dragón de agua sonaba
extraño para él, el ritmo pujante primero fuerte y luego se suavizaba sólo
para engrosar el volumen de nuevo.
Dax era un Cárpato, y él se perfeccionó en el sonido infaliblemente.
Su sangre cantaba en sus venas. Él extendió la mano al dragón, los latidos
del corazón a juego, ralentizando el auge del gigante poco a poco, todo el
rato esquivando los ataques rápidos como un rayo con esos dientes
malvados y la cabeza arremetiendo. Se quedó fuera de su alcance, estando
en sintonía con el corazón del gigante poco a poco tomando el control de
ese ritmo salvaje. Parecía no golpear donde debería estar, pero en cambio,
estaba algo inferior y hacia la derecha, como si el corazón se hubiera
deslizado y alojado en un lugar diferente de lo normal.
El dragón de agua frenó su gran cuerpo, estremeciéndose. Sin
embargo, el dragón se enfureció tanto con algo tan insignificante como que
Dax se atreviera a entrar en su territorio y detenerlo de conseguir la
comida que le había prometido su creador... Dax casi dejó caer la cola.
Mitro había creado al dragón. Él sabía que si Dax se enfrentaba al dragón
de agua, él iría por el corazón y deliberadamente lo había colocado en una
posición incorrecta.
Él es real, pero no, Confirmo el Antiguo.
Dax golpeó duro en el corazón debilitado, conduciéndose a través de
la delgada capa de escamas en la parte más vulnerable. Sus uñas de
diamante rasgaron a través del vientre para impulsarse hacia el corazón
ahora muy lento. Era mucho más grande de lo que esperaba, pero se las
arregló para agarrar el órgano en el puño. La cabeza del dragón azotaba
alrededor y rompió su hombro.
Dax colgada gravemente en la cola con una mano, mientras cerraba
los dedos alrededor del objeto que buscaba. El momento en que envolvió el
corazón en la mano, supo que había cometido un terrible error. Las
espinas se incrustaron en su mano. El veneno entró en su sistema
rápidamente. Le arrancó el corazón al dragón golpeando antes de que la
criatura pudiera tomar su cabeza. Estaba cerca, aunque; sintió el
respiración el chorro de agua fría vertiéndose sobre él, el chasquido de las
mandíbulas cuando los dientes casi lograron rasgar su cara descubierta.

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Dax con un estallido de velocidad, se dirigió a la superficie, sintiendo
el veneno apoderándose de él, paralizándole cada centímetro. Debajo de él,
el gigantesco pez tigre rapiña perfumado, se disparaban hacia él en un
grupo de caza en formación. Su puño golpeó a través de la superficie de la
tierra fina cuando sus piernas se entumecieron. Se estiró hasta donde
pudo, abriendo la mano, sus dedos en busca de algo sólido para poder
salir del agua. Con el veneno esparciéndose lentamente a través de su
sistema, no había manera de cambiar.
Una mano golpeo su muñeca, agarrando y tirando de su brazo. La
cara de Jubal nadaba a la vista. Gary, agazapado a su lado, se agachó, y lo
agarró por debajo de los hombros y lo lanzó hacia él, arriba y fuera del
agua. Bajo él, saliendo del agua, siguiendo su mismo camino, un pez tigre
Goliat abría sus enormes mandíbulas. La boca llena de treinta y dos
malvados dientes estallando como una locomotora cerca de él.
El disparo era ruidoso, casi en su oído. Jubal y Gary lo arrastraron
hacia arriba y lejos cuando Riley tranquilamente vació su Glock en el pez.
Que se dejó caer en el agujero que Dax había hecho, y al instante el agua
burbujeaba de rojo.
Te tenemos. La voz de Riley se vertió en su mente.
Dame un minuto para conducir el veneno fuera de mi sistema. No te
quiero cerca de esto. Es de acción lenta pero paralizante. Le tomó más
tiempo de lo esperado librar su cuerpo de la poción venenosa que Mitro
había preparado para él y para sanar las heridas que el dragón le había
infligido.
Miguel había continuado con los otros, corriendo fuera del cañón. Dax
esperó hasta que tuvo su fortaleza de nuevo antes de destruir las
mutaciones de Mitro. Él no quería que se reprodujeran y crecieran en el río
y, finalmente, mataran a alguien. En el momento en que ellos cuatro
habían alcanzado a los otros, el helicóptero estaba esperando en el
pequeño claro.

~ 302 ~
Capítulo 16
Traducido Por Alhana
Corregido por Catleya

Dax se alegró de ver que el helicóptero despegaba, llevándose consigo


a los ingenieros, al profesor y su compañía, menos sus recuerdos de otra
cosa que estar atrapado en la violenta explosión de un volcán. El único
que recordaría aparte de Jubal, Gary y Riley seria Ben, pero sólo la
experiencia de correr por sus vidas desde el volcán. Había dudado sobre
ese hombre, pero algo impidió a Dax eliminar todo. Había confiado en sus
instintos durante siglos, y no se iba a detener ahora.
Estaba agradecido de que sólo Jubal y Gary se quedaran con él y
Riley. No había espacio suficiente en el helicóptero para todo el mundo, y
el piloto, una mujer, Lea Eldridge, le informó que había visto las ruinas
humeantes de una casa a varias millas hacia el este y una amiga de
Juliette De La Cruz residía allí. Ella les había preguntado si iban a
verificar a la mujer. Como había un buen claro para que aterrizara, se
encontraría con ellos allí la próxima noche. Acordaron que cuando llegara
la siguiente noche, lo harían.
Miguel y su hermano se marcharon para hacer su camino a casa
junto con los últimos cargadores restantes. Por lo que recordaban, sus
hombres desaparecidos habían muerto en el volcán, al igual que el
profesor y Todd Dillon, creía que Marty Shepherd había muerto en los
deslizamientos de tierra resultantes. Capa y Annabel se había perdido en
el volcán también.
Dax dejó un regalo adicional para Weston. No podía ver al hombre
durante toda su vida, pero podía sembrar la idea de que cada vez que

~ 303 ~
fuera a decir algo inapropiado a una mujer o sobre una mujer, lo haría
croar en su lugar. Dax encontró la solución en el lugar adecuado.
— Gracias por quedarte atrás, — le dijo a Jubal.
— No había realmente espacio para nosotros, — dijo Jubal con un
pequeño encogimiento de hombros.
— Había lugar, si realmente quisieras ir, — dijo Dax. — Aprecio que
cuides de Riley cuando soy incapaz de hacerlo. — Quería convertirla, así él
no tendría que preocuparse mientras ella dormía en la superficie y él en el
suelo. La necesitaba con él para su propia tranquilidad.
El sonido de la risa de Riley llamó su atención. Dax giró la cabeza
para verla al lado de Gary, riéndose de algo que él dijo. Su corazón se
apretó con fuerza. Nunca había pensado tenerla. En todos los siglos que
habían pasado, él realmente nunca creyó que existiría para él. Su vida era
de deber y de honor, no de placer y alegría.
Ella giró la cabeza lentamente, los primeros rayos del sol de la
mañana eran capturados en su cabello brillante. Sus ojos se encontraron y
él tuvo la sensación de caer en esos pozos profundos y misteriosos de
tierra fría y oscura. Extrañamente, él en realidad sentía que su estómago
se apretaba. Su sonrisa era sólo para él, su boca curvada, dientes blancos
y parpadeando. Conocía cada barrido de su mejilla, la línea de su
mandíbula, la muesca pequeña en su barbilla. Se sentía como si estuviera
volando alto, lo mismo que sintió cuando él había estado en el cuerpo del
dragón de fuego, fuerte y verdadero, volando libremente sobre su mundo.
Tenía algo sobre ella, algo que no podía definir, pero cuando estaba
con ella, se sentía totalmente vivo, ardiendo con pasión, como si pudiera
hacer cualquier cosa. Dax le tendió la mano. Ella no dudó, pero vino a él,
ni una sola vez apartó la vista de su mirada. Ella puso su mano en la
suya, y él la atrajo hacia el refugio de su cuerpo. — ¿Están de acuerdo con
la instalación del campamento? — le preguntó a Jubal. — La regresaré
pronto. — Miró al cielo mientras él metía la mano sobre su corazón,
sosteniendo su mano apretada allí con él.
La lluvia había lavado un poco de la ceniza del pabellón, y las
primeras luces del alba se veían como si los rayos de luz de las estrellas se
estrellaran arriba brillando a través del espeso follaje que rodea el claro. Le

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encantaba la noche, pero los pocos amaneceres que se las arreglaba para
atrapar sostenían su propia belleza.
Riley no hizo preguntas, pero se fue con él, caminando bajo su
hombro, encajando perfectamente como si hubiera nacido para él -y él lo
creía. Ella pertenecía a la realeza etérea, su cuerpo se movía fluidamente
con apenas un sonido. Ya su piel había adquirido el aspecto de las mujeres
de los Cárpatos. Ella estaba a más de la mitad en su mundo, y tenía que
hacerle saber lo que estaba por venir. Se había dado cuenta de que ella no
estaba comiendo, en particular carne, la que ningún Carpatiano que se
respete jamás tocaría.
Él la cogió en sus brazos y los llevó al cielo. Le encantaba volar tanto
como a él lo hacía, y la llevó arriba, sintiendo su deleite al estar tan alto.
Esta es la forma en que me haces sentir cada vez que te miro, le
confesó.
Se acurrucó apretándose contra él, con el rostro vuelto hacia el viento
y las gotas de lluvia que todavía caían suavemente. Me alegro entonces,
porque me encanta volar. No puedo esperar hasta que pueda hacerlo por
mí misma, aunque -frotó la cabeza contra su pecho- hay ciertas ventajas
de volar contigo.
Se echó a reír, sin poder contener la alegría que sintió cuando estuvo
a solas con ella.
Ya puedo sentir los efectos de tu sangre, agregó. Mi audición y visión
son mucho más agudas. Se está volviendo más difícil estar lejos de ti. ¿Eso
es normal?
Apretó sus brazos alrededor de ella, sintiéndose un poco culpable.
Había leído cosas en la mente de Gary, que deseó no haber hecho. Al igual
que el príncipe actual de su pueblo, que había descubierto
involuntariamente que las mujeres humanas psíquicas se podían convertir
sin el peligro de la locura, deseaba poder estar sin el conocimiento de por
lo que la mujer pasaba antes de que se iniciara el proceso. Los hechos y
las imágenes en la mente de Gary eran muy inquietantes.
Pedí entrar a tu mundo, Riley le aseguró. Ha sido mi elección desde la
primera vez que puse mis ojos en ti. Sentí tu alma y el alma del Antiguo.

~ 305 ~
Sentí como si hubiera vuelto a casa. Eres mi casa, Dax. Quiero estar
contigo en tu mundo. Nunca dijiste que sería fácil.
Dejó caer su barbilla en la parte superior de su cabeza, su cabello
sedoso tejía hilos en su mandíbula sombría como si los atara juntos. Él
estaba en su mente lo suficiente como para saber que asumía la
responsabilidad de sus decisiones. Ella había tomado una decisión, y que
era importante para ella que él la viera como su decisión.
Eres una mujer valiente, Riley. Estoy orgulloso de que seas mía.
Viviré mi vida asegurándome de que nunca te arrepientas de entregarte a
mí, o de tomar la resolución de acompañarme en mi mundo.
Riley le envió la impresión de una cálida sonrisa. Sus manos se
apretaron en sus antebrazos y se volvió un poco la cabeza para tratar de
atrapar las gotas de lluvia sobre su lengua. Riendo cuando lo consiguió,
inclinó la cabeza para rozar un beso a lo largo de su brazo.
Ahora sé que puedo ser de alguna utilidad para ti. Me preocupaba
que pudiera ser una carga. Me da miedo, pero sé que puedo ayudarte. No
peleando. Bueno, puedo disparar un arma, pero no quiero estar cerca de
cualquier cosa como esa gente que vimos desde el pueblo. Pero puede ser
una ventaja para ti de otra manera.
Dax vio la pequeña entrada que había estado buscando. Había visto
la cueva antes y le pareció que tenía potencial.
Tengo que llevarte de regreso con Jubal y Gary en aproximadamente
una hora, pero tenemos este momento. Quiero decirte qué esperar de la
conversión y permitirte decidir el momento y el lugar.
Ella tomó una respiración profunda. ¿Ahora? ¿Por qué no acaba de
acabar de una vez?
Él le acarició la parte superior de la cabeza y bajó a la entrada de la
cueva, automáticamente buscando trampas y cualquier ser viviente que
se podría estar ocupándola.
— Aquí no, ahora no. En algún lugar mucho más seguro. — Suspiró.
— Así que no depende totalmente de ti, el momento y el lugar, pero lo
conseguiré lo más pronto posible, lo prometo.

~ 306 ~
Con mucho cuidado, él la depositó en la espesa vegetación frente a la
cueva, agitando su mano en el interior, preparándose para entrar.
— No me preocupa que no voy a estar a salvo con ustedes, — dijo
Riley.
El toque honestidad en su voz lo humilló. — Tendrás que descansar y
sanar durante varios días, päläfertiilam. Tenemos un vampiro que coger.
Riley le sonrió. — Me gusta cuando te refieres a mí como tu
compañera en tu idioma. Y también querida. Me siento amada, cuando
nunca pensé que el amor llegaría a mí.
Le tomó la mano, se agachó para poder entrar a través de la estrecha
abertura y encabezó la marcha. El suelo se curvaba hacia abajo y giraba,
cayendo varios metros mientras caminaban por el pasillo hasta que
comenzó a ampliarse.
— Mi lengua es todavía muy natural para mí. Tengo que tratar de
pensar en una traducción correcta en tu idioma, pero estoy mejorando en
eso, — dijo.
— Hablas con un acento perfecto.
— Todavía no, no siempre elijo la estructura correcta de la frase, —
indicó él. — Corrígeme si me sale algo mal.
— Creo que es lindo.
Se dio la vuelta para mirarla, sabiendo que ella llevaba esa sonrisa
burlona que tanto amaba. Se detuvo bruscamente para que se encontrara
con él, sus brazos se deslizaron alrededor de ella, sosteniéndola con fuerza
contra él. La sensación de su suave cuerpo fusionándose le asombró.
— Estoy locamente enamorado de ti, — dijo.
Ella levantó la cara hacia la suya. — Eso hace dos de nosotros. Puedo
hacer esto, Dax. Puedo estar en tu mundo y ser feliz. Le he dado muchas
vueltas. He visto todos los peligros, pero sé que quiero esto. — Ella ahuecó
el lado de su cara mientras trazaba la línea firme con el pulgar.
Él la besó con fuerza. Exigente. Algo áspero. Ella respondió como
siempre lo hacía, en lo más mínimo intimidada. Ella le devolvió el beso.
Con fuerza. Exigente. Algo áspera. Sus delgados brazos rodearon su cuello

~ 307 ~
y acercó su cabeza a la de ella con más detalle. Se vertió a sí misma en el
beso, aceptando la tormenta de sus emociones turbulentas.
El volcán estaba dentro de él, escondido pero latente. La deseaba con
cada célula de su cuerpo, y él ni siquiera lo había visto venir adelante. La
fuerza de su necesidad lo sorprendió. El hambre arañaba el vientre, un
nuevo tipo de hambre, pero con la misma urgencia, del mismo modo
salvaje. Su puño se agrupó en el pelo y tiró la cabeza hacia atrás para un
mejor aprovechamiento de su boca suave, caliente. Se perdió allí durante
largos minutos antes de que finalmente, todavía besándola, la levantó en
sus brazos, contra su pecho para que pudiera seguir avanzando por el
pasillo hacia la galería abierta.
Riley abrió los ojos cuando el aire frío golpeó su cuerpo. Estaba
completamente desnuda. Ninguna puntada le cubría la piel. Las llamas de
cientos de velas encendidas saltaron y bailaron, a su alrededor en tres
paredes. Por encima de su cabeza, en el techo, las estrellas azules
brillaban con un resplandor suave, creando un cielo de medianoche. Las
paredes de la cueva parecían estar salpicado de gemas brillantes.
Dax había creado un dormitorio. La cámara era cálida y acogedora. El
sonido del agua cayendo en una profunda piscina azul humeante sólo se
añadía al ambiente.
— Este es el lugar donde vivo, — susurró. Quería que ella amara la
noche de la manera que él lo hacía. Se había metido dentro de él,
envolviéndose alrededor de su corazón. Su sonrisa iluminaba su mundo.
Volteó a su cuerpo con fuerza y lo llenó con tanto amor, tanta emoción,
que se sentía agitado, vulnerable, incluso, cuando nunca lo había hecho.
Una mujer. Le asombraba que pudiera sentir tal emoción tan intensa
después de sentir apenas nada durante siglos. Ella sólo tenía un modo de
tomar todo pensamiento cuerdo de su cabeza y reemplazarlo con... ella.
Descubrió que era incómodo cuando otros estaban cerca, porque la
riqueza de emoción por ella era casi imposible de ocultar. Lo hacía
sentirse... expuesto.
Él miró hacia abajo a sus ojos del color de la tierra. Sus pestañas
eran largas y ligeras, medio ocultando el calor del deseo con el que miraba
hacia él. — Eres tan tentadora, — dijo. Sus labios eran gruesos y
curvados, hechos para besar.

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Ella se movió en sus brazos, su piel sedosa frotándose sobre la suya,
enviando cargas eléctricas en forma de chispas entre ellos. — Espero que
estés tentado, — admitió ella.
Puso sus pies en el suelo liso que había creado para ella, caminando
hacia atrás hasta que la parte posterior de sus piernas golpearon la
plataforma ubicada en el centro de la cámara. Ella se dejó caer,
sentándose en el borde de la superficie dura. La acción la colocó
exactamente a la altura de lo que pretendía. Su cabeza estaba un poco por
debajo de él, lo justo.
Dax amplió su postura, acercándose a ella, sus manos fueron a la
parte posterior de la cabeza, guiándola hacia adelante. Nunca hubo duda
en Riley. Ella tomó el peso de sus testículos en sus manos, rodando y
amasando antes de chupar suavemente. El aliento abandonó su cuerpo en
un apuro cuando su lengua trazó un camino por encima de su saco, a lo
largo de su grueso eje, hinchado en la parte inferior de la cabeza ancha.
Se agachó y tiró del lazo alrededor de su pelo largo, liberándolo para
que la seda negra como una cascada cayera en torrentes hacia abajo a su
alrededor. El contraste entre su suave y brillante piel y su cabello negro
azulado era precioso para él. Sus pestañas se elevaron, y por un momento
sus ojos se encontraron. Al verlo, ella abrió su boca y se lo llevó dentro. El
fuego quemó su eje. Ella apretó su boca y chupó con fuerza por un
momento o dos y luego bailó su lengua sobre él.
Riley había fantaseado acerca de amar a Dax con la boca. Degustarlo
de esta manera. Su piel se sentía caliente y sensible. Sus pechos dolían y
se hincharon, ambos pezones eran picos tensos –por él. Cada respiro que
daba, cada golpe de su lengua, la hizo más loca por él. La ceremonia de la
flor le había enseñado cómo podría ser de adictivo y la degustación de él
sólo hizo anhelarlo más.
Ella podía sentir su hambre, apenas mantenida a raya – por ella. Su
eje pulsaba y palpitaba, llenando su boca, extendiéndola de la misma
forma que estiraba su vaina femenina. Él estaba más caliente que un
volcán. Su lengua se enroscaba en torno a él una y otra vez, azotando y
bailando y luego su boca succionó salvajemente, sacando el néctar picante
de él.

~ 309 ~
Los sonidos que él hizo, bajos y salvajes, sólo se sumaron a la
necesidad salvaje creciendo en ella como una tormenta oscura. Estaba
desesperada por él, desesperada por sentirlo dentro de su boca, su mente,
su cuerpo. Ella quería su boca sobre ella, alimentándose de sus venas,
tomando la esencia misma de su vida. Ella quería ser su sustancia, su
aire, su todo.
Sus caderas se sacudieron. Sus manos hicieron lo mismo, tirando de
su cuero cabelludo. Un gemido bajo oscuro escapó de su garganta. Un
gruñido retumbó profundamente en su pecho. Su respiración sonaba
entrecortada y áspera. Riley levantó las pestañas de nuevo, para ver su
cara mientras se retiraba lentamente de él, lamiendo alrededor de la
cabeza ensanchada y luego, gradualmente, se lo tragó con fuerza de nuevo.
Las llamas en sus ojos se habían ido al rojo vivo, casi consumiendo la
superficie entera de sus ojos en una neblina de lujuria.
— O köd bels, — pronunció él con los dientes apretados. Su voz era
áspera. Exigente. La oscuridad lo tomó.
Ella se rió suavemente con la boca llena alrededor de un pico muy
caliente. Más como un zumbido que como una risa, la vibración se movió
a través de él mientras deslizaba su boca con fuerza hacia arriba y hacia
abajo, con las manos ásperas en su pelo. ¿Es una maldición de los
Cárpatos? ¿Me estás insultando?
Había tal poder en llevarlo hasta el borde del control. Explosiones de
alegría irrumpieron a través de ella. Le encantaba tenerlo a su merced. Él
la estaba volviendo tan loca, su cuerpo tan excitado que podía sentir la
húmeda evidencia de su deseo en sus muslos. Lléname. Ella susurró la
necesidad urgente en su mente. Te necesito dentro de mí. Fuerte. Rápido.
Áspero. Quiero ser tuya.
Eres mía. Él hizo una declaración mientras empujaba profundamente
una vez más, sintiendo el calor de su boca sedosa envolverlo en la gloria.
Con el puño agrupado en el pelo, le echó la cabeza hacia atrás, obligándola
a interrumpir la succión exquisita y firme.
Él no esperó. No podía esperar, ya desesperado por ella como ella por
él. Él la empujó sobre la plataforma, de modo que ella se tendiera,
jadeando, sus pechos subiendo y bajando con la respiración agitada. Ella

~ 310 ~
levantó las rodillas, plantando sus pies a una buena distancia, levantando
sus caderas a modo de invitación.
— Date prisa, Dax. Date prisa.
Se dejó caer sobre ella, golpeando su polla profundamente para que
ella gritara, arqueando la espalda y presionando con más fuerza contra él.
Él empujó duro y rápido, enterrándose profundamente mientras su vaina
caliente succionaba y se aferraba, la fricción construyendo rápidamente su
liberación. Demasiado rápido. Él quería que esto durara para siempre,
pero ya podía sentir su ajuste, apretándolo hacia abajo, el calor lavando su
cuerpo, y el fuerte oleaje onduló a través de ella, llevándolo con ella. Él se
lanzó hacia delante, otra vez, golpeando profundamente mientras su
cuerpo encerrado bajo él, apretaba y ordeñaba, exigiendo su caliente
liberación. Su grito ronco se unió al suyo, se derrumbó sobre ella,
luchando por respirar.
Envolvió sus brazos alrededor de ella y rodó, tomando su peso, amó
cuando ella se extendió sobre él como lava derretida. — Creo que dejé un
poco de polvo de oro en tu cabello.
Su risa era amortiguada. Ella no levantó la cabeza. — Todo el mundo
pensará que tengo brillos en el cuerpo constantemente. Esas escamas
tuyas son hermosas, pero dejan evidencias atrás. — Ella bostezó
perezosamente. — Podría ser útil si alguna vez decides alejarte.
— Los Cárpatos no se alejan, — dijo, y mordió el lóbulo de su oreja.
Frotando su atractivo trasero. — Siéntate, tenemos que hablar.
Competimos con el sol.
Ella volvió a bostezar. — Veo cómo eres. Consigues lo que puedes de
una mujer y luego insistes en hablar. — Ella se alejo él de mala gana y lo
vio elevarse con su modo fluido y fácil.
— Quiero hablar contigo acerca de lo que va a pasar cuando te
conviertas, — dijo. — Es importante que lo sepas. Miré en la mente de
Gary para encontrar respuestas a por qué, un ser humano, sería mi
compañera. En mi tiempo, no había tal cosa. Nadie jamás concibió tal
cosa. Las pocas veces que alguien trató de salvar la vida de un ser humano
mediante la conversión, fue desastroso.

~ 311 ~
Riley se incorporó lentamente, empujando las manos por sus cabellos
que caían en torrentes. La acción levantó sus pechos y lo hizo hambriento
de ella una vez más. — Eso podría ser pertinente. ¿Qué tipo de desastre
ocurrió?
Él se inclinó hacia delante y le dio un beso en la pendiente suave de
su pecho cremoso. — Creo que vas a tener que ponerte la ropa si vamos a
hablar de esto. Tengo que ir a la tierra y eso significa que tengo que
ponerte a salvo con Gary y al cuidado de Jubal, por lo que no queda
mucho tiempo. — Antes de que ella pudiera protestar, y era un hombre
débil cuando se trataba de sus deseos, él cubrió la tentación con un gesto
de su mano.
— Si me convirtieras, tendríamos mucho tiempo. — Ella se movió
como una sirena, a pesar de su ropa, su mirada caliente flotando sobre él.
— Eres una mujer muy mala, — él decretó, tomando la mano errante.
Necesitaba ropa también, una buena distancia de ella si iba a tener la
oportunidad de resistirse a ella. — Necesitas esta información.
Ella hizo un pequeño mohín con sus labios, esos labios que siempre
encontraba irresistibles. Ella definitivamente tenía una ventaja injusta
sobre él. Si ella hiciera un puchero, o llorara, él estaría perdido.
— Está bien. Me comportaré, — admitió ella con la más pequeña de
las sonrisas burlonas. — Suelta lo peor. Pero no voy a cambiar de opinión.
Él esperaba que no. Le había dicho que una vez iniciado, no había
vuelta atrás, y ella estaba bien sobre su camino de estar en su mundo. Él
no podía invertir el proceso.
La sonrisa desapareció de su rostro. — Te escucho Dax. Puedo ver
que esto es molesto para ti. — Ella se enderezó y cruzó las manos sobre el
regazo. — Sigue con ello. Te estoy escuchando. ¿Qué tipo de desastre?
Dax sintió la tensión reuniéndose en la boca del estómago. — Los
hombres y mujeres que trataron de salvar a lo largo de los últimos siglos,
aparentemente se volvieron locos y tuvieron que eliminarlos. No fue hasta
que el Príncipe descubrió que su mujer podría convertirse porque tenía
dones psíquicos que nuestra especie tuvo conocimiento que algunas
mujeres humanas podrían salvarnos.

~ 312 ~
Ya está. Ya lo había dicho. Él le había dicho la horrible verdad que
había encontrado en los recuerdos de Gary. Había más, pero necesitaba
ver su rostro. Sentir su reacción. Comprobar que no estaba mostrando
cómo, por primera vez que podía recordar, el miedo lo tenía en sus garras
mortales.
Ella asintió con la cabeza. — Ya veo. ¿Con loco, te refieres a esa gente
en el pueblo? ¿Estúpido? ¿Intento de asesinato?
Asintió. — Beber demasiada sangre como un vampiro. A veces, te
convierte en caníbal.
Ella alargó la mano hacia su cabello, atrayéndolo contra su hombro,
empezando a tejer una trenza larga y gruesa. Era algo que hacer con las
manos, él lo sabía. Ella no había parpadeado, pero sus manos temblaban.
— Está bien, entonces. ¿Eso es todo? Porque no te has establecido.
— Es doloroso. — Él estuvo a punto de dejar escapar la información
bruscamente. Siempre. Ella se giró hacia él con la mirada estoica en su
cara. — Muy doloroso. — Sólo para aclarar. Y adhiriéndose estrictamente a
la verdad. — Es como morir, convulsiones, te puedo mostrar los recuerdos
si lo deseas. — Él hizo la oferta a regañadientes.
Ella estudió su rostro en silencio. Trabajó en ser totalmente
inexpresivo, no queriendo persuadirla de un modo u otro con su aversión a
revelar las imágenes reales.
Riley echó atrás la trenza sobre su hombro y se levantó. — No quiero
ver. No soy estúpida. Sabía que para cruzar a tu mundo, tendría que dejar
el mío. Tu cuerpo es muy diferente al mío. Yo sabía desde el principio que
el cambio no sería fácil. Nada que vale la pena lo es. — Sus ojos se
encontraron con los suyos. — Créeme, Dax, vales la pena.
Se puso de pie y se acercó a él, poniendo las manos sobre sus
hombros. — Las mujeres tienen bebés sabiendo que podría doler, pero
esos pequeños momentos son nada comparado con la alegría que van a
recibir cuando tengan a sus hijos en sus brazos. Todo lo que tenga que
hacer, lo haré. — Había absoluta determinación en su voz y en sus ojos.
Su rostro se desdibujó por un momento, lo que le obligó a parpadear
rápidamente.

~ 313 ~
— Cuando lo consideres seguro, estoy lista. Quiero que todo acabe de
terminar, y mientras lo esté haciendo, recuerda el tipo de mujer al que te
ataste. Asumo la responsabilidad de mis propias decisiones. Yo no hago lo
que otras personas dicen que haga. Me gustó recibir información que
compartiste conmigo, quiero respeto y una asociación. — Ella levantó la
barbilla. — Nunca sería tan tonta como para discutir contigo sobre la
seguridad, o incluso la salud, que he observado son tus dos grandes
temas, pero me gusta tomar mis propias decisiones.
Él la agarró por los brazos. — ¿Es una advertencia? — Sintió como si
su corazón se hubiera hinchado tanto que era demasiado grande para su
pecho.
— Tómalo como quieras. Sé que tienes miedo de que no he visto muy
de cerca el verdadero tú. Lo he visto. Tiendes a ser un hombre muy
dominante, y eso está bien conmigo, realmente. Pero estoy tan asustada
que no hayas echado un buen vistazo a lo que realmente soy. Yo tomo mis
propias decisiones y nunca me ha ido bien con alguien que me dice qué
hacer.
Leyó el pequeño indicio de miedo con bastante facilidad y entró sobre
su corazón. El calor se deslizó a través de su vientre y se instaló abajo.
Tiró de ella con fuerza contra él. — Te amaré por siempre, Riley.
Ella había tomado una decisión, pero aún temía su decisión. Era
enorme, y su vida cambiaría para siempre. Si él la abandonaba...
— Es imposible para mí abandonarte, — aseguró en voz baja. — Te
llevaré de regreso con Jubal y Gary, pero estaré durmiendo justo debajo de
ti. Alcánzame si tienes necesidad y me despertaré. — Él la besó
profundamente, queriendo quitar toda duda de su mente. Él sabía que era
imposible, pero seguiría intentándolo hasta que estuviera tan segura de él
como una compañera de los Cárpatos estaría.
Ella envolvió sus brazos alrededor de su cuello cuando él la levantó en
sus brazos. — Lamento dejar este lugar. Hiciste nuestro tiempo juntos
hermoso para mí. Gracias.
— Quiero que recuerdes que te amo, Riley. Tu. La persona que eres.
Esto se va a poner feo, y tendrás que aferrarte a cualquier momento bueno
que podemos encontrar, — advirtió.

~ 314 ~
La llevó por el pasillo de nuevo a la luz de la madrugada. El sol, oculto
por la bruma creada por la ceniza por encima de su cabeza, todavía hería
sus ojos. La luz sobre su piel quemaba, pero las escamas se movían por
debajo de la superficie protegiendo su cuerpo, permitiéndole la libertad de
llevarlos al cielo. Tomó la temprana mañana, respirando el aroma de la
lluvia y el bosque.
El movimiento era constante en el pabellón debajo. Los sonidos eran
lejanos diferentes como los pájaros llamándose el uno al otro. Los regaños
de los monos, se añadían al movimiento caótico. El bosque se despertaba
justo cuando él se iba a dormir. Podía ver que sería difícil para Jubal y
Gary dormir durante el día y su respeto por ellos creció. Ellos iban a salir a
su modo para proteger lo que era suyo.
Los dos hombres ya habían establecido una tienda con una hamaca y
una red para que Riley durmiera. Habían elegido un área fácilmente
defendible y una donde podía encontrar un lugar de descanso sin que la
capa freática8 fuera demasiado alta. Él encontró a ambos extremadamente
eficientes. Fueron sin duda bien versados en las formas de los Cárpatos.
Los saludó formalmente, dándoles el respeto que ellos se merecían,
juntando sus brazos como un guerrero a otro, antes de dejar a Riley en su
cuidado. Le resultaba mucho más difícil de lo que había previsto dejarla,
aunque fuera por unas horas. Se veía sola, aunque se puso de pie, con la
barbilla en alto e incluso logró una pequeña sonrisa, se mantuvo con él
mientras abría la tierra y permitía que el suelo fresco lo saludara.

***

8
Capa Freática. Es la primera capa de agua subterránea que se encuentra al realizar una perforación y la más
susceptible a la contaminación antrópica.

~ 315 ~
Se acercaron con cautela al claro del que les había hablado Lea
Eldridge. Mucho antes de que se encontraran cerca, el olor a muerte
llenaba sus fosas nasales.
Riley miró inquieta a los tres hombres. — No de nuevo. Pude sentir
como Mitro sabe que hemos llegado más cerca del río. Llegó aquí por
cierto. No me gusta que mis lazos con él parezcan estar cada vez más
fuertes.
— Esa es la sangre de los Cárpatos, — explicó Dax. — No es ningún
vínculo con él. Tus habilidades están creciendo, y no tiene nada que ver
con Mitro en absoluto. Él es una máquina de matar. No hay bondad en él,
ningún tipo de piedad, no para cualquier persona. No hay redención para
él. Si su compañera no pudo salvarlo, nadie podrá. Arabejila es cosa del
pasado, y el mal se ha apoderado de él por completo, aunque, con toda
honestidad, creo que ya estaba completamente mal.
— Algunas personas nacen con algo que no es correcto, — dijo Riley.
— Quiero decir que no es siempre el entorno en el que crecen, pero a
veces, sólo sucede. Tal como sucede en todas las especies.
Gary asintió con la cabeza. — Incluso los animales nacen con
problemas, tanto físicos como mentales. — Él se encogió de hombros. —
Sucede.
Mitro había sido torcido desde la primera vez, cuando era niño, y Dax
lo había conocido. Siempre había existido una astucia salvaje sobre él. Su
necesidad de hacer daño a los animales y a los otros muchachos ahuyentó
a otros de él.
Dax empujó los recuerdos lejos. En el claro delante, los restos
humeantes de una casa aparecieron a la vista. Se detuvo abruptamente y
agarró los antebrazos de Riley, deteniéndola de manera efectiva. —
Tendrás que quedarte aquí, sivamet. El hedor del mal es fuerte aquí.
Su cuerpo se estremeció contra él. Ella frunció el ceño hacia él. — Se
ha ido. Sabes que él se ha ido.
— Deja carnicería y trampas detrás. Tampoco son para ti.
Ella levantó una ceja. — Creo que te equivocas en eso. Creo que dejó
a ambos detrás para que yo las encontrara. Él sabe que lo estoy siguiendo.

~ 316 ~
— Eso hace, sivamet. Y lo vamos a conseguir.
— Él nunca debió haber salido. — Riley miró sobre su hombro hacia
las ruinas humeantes de la casita allí al lado del río. — Debería haber sido
capaz de detenerlo.
— Riley. — Dax dijo su nombre en voz baja, moviendo la cabeza. Le
dio una caricia por la larga extensión de su cabello. — Tienes que saber
que no eres responsables de nada de esto.
— Por supuesto que lo soy. Se escapó. Está matando personas,
destruyendo vidas. ¿Cuántos más matará antes de que lo atrapemos? —
Ella parpadeó para contener las lágrimas e hizo un gesto hacia la cabaña.
— Quien vivía allí tenía una vida y se ha ido porque yo no fui lo
suficientemente poderosa, o lo suficientemente rápida como para
mantenerlo preso en ese volcán.
— Si tú crees eso, tienes que creer que en última instancia, el fracaso
es mío. He tenido siglos y, sin embargo, no lo he logrado. — Dax mantuvo
su voz muy baja, muy normal-de-hecho. Su culpa no estaba en su
incapacidad para derrotar al vampiro, que era parte del trabajo. A veces, el
cazador ganaba y, a veces el no-muerto prevalecía. Todos los cazadores
sabían y aceptaban esa premisa.
Inmediatamente la expresión de Riley cambió y ella negó con la
cabeza. — No, no, Dax, por favor, no creas que alguna vez pensé eso. Por
supuesto que no es tú culpa...
— No es tuya, tampoco. Mitro es malo. No tengo ni idea de si nació
así, o de qué forma, pero él quería ser malvado. Abrazó esa oscuridad en sí
mismo. Él tenía todas las posibilidades para pasar a la luz, pero él
claramente tomó la decisión de ser lo que es.
Dejó caer su brazo alrededor de sus hombros y comenzaron a alejarse
del olor del humo y de la muerte. — Él parece necesitar la matanza y el
sufrimiento. Esto alimenta una necesidad profunda que tiene. Ha estado
alrededor de los siglos, y tal vez no es nuestro destino detenerlo. Pero
vamos a seguir intentando, Riley. No hay nada que ganar con la culpa o la
culpabilidad. No tiene ningún propósito, no en una caza de vida o muerte.
Necesito que seas más fuerte y decidida que la mayoría. No puede ver

~ 317 ~
ninguna debilidad en ti. En el momento en que él lo haga, lo va a utilizar
para atacar. Recuerda, los vampiros pueden entrar en tu cabeza.
Riley asintió. — Odio que tú, Gary y Jubal hayan visto lo que ha
hecho y yo este protegida de lo peor de él.
Él se inclinó y le dio un beso en la boca. — No quiero que tengas que
ver más de lo que sea necesario por tu trabajo. Puedo ayudar a alejar el
horror de Gary y Jubal debería preguntarles, ellos saben lo suficiente de
nuestras habilidades para preguntarles si lo necesitan. He tratado con esto
la mayor parte de mi vida y puedo mirar a la muerte y la tortura sin
repercusiones. Tengo la capacidad de hacer a un lado toda emoción.
Riley se giró, caminando delante de él, deteniendo su avance. Ella
unió los dedos detrás de su cuello mientras sus ojos buscaban
cuidadosamente. — No sé cómo has hecho esto por tanto tiempo, Dax,
pero te admiro por ello. Me gustaría tener la valentía de decir que me voy
contigo pase lo que pase, pero ya me siento enferma sólo con pensar en
ello.
Ella presionó la cara contra su pecho, justo sobre el latido constante
de su corazón. Él era una roca. Tan tranquilo. Tan completamente seguro.
No había duda en su mente de lo que iba a encontrar cuando él se
acercara a la pequeña cabaña. Vidas perdidas, otras cambiarían para
siempre. Ella suspiró, deseando que de alguna manera pudiera evitar el
tener que presenciar la depravación y crueldad de Mitro.
Dax la tomó de la barbilla, inclinando su cabeza hacia arriba, sus
extraños, y hermosos ojos mirando hacia abajo a los de ella, cautivándolo
con esos colores girando y la llama luminosa que brillaba con tanta
intensidad cada vez que la miraba. — Agradezco que me ahorraras esto,
Riley. Es suficiente lo que sé que no tienes que ver.
— Me gustaría que ninguno de nosotros tuviera que hacer esto. Y los
pobres de Gary y Jubal. Viajando conmigo, no tenían idea de lo que estaba
reservado para ellos.
Él inclinó su cabeza y le dio un suave beso sobre cada párpado y
luego condujo un rastro de fuego a la esquina de su boca. — No te
preocupes por ellos, mi suave corazón. Tendré cuidado de ellos. Son
buenos hombres y buenos amigos de nuestro pueblo. No voy a dejarles ver

~ 318 ~
más de lo que puedan manejar. Ambos son resistentes, y ellos han hecho
esto muchas, muchas veces ya.
— Tú también eres un hombre bueno, Dax. Estás tan preocupado por
todos los demás que no te tomas en consideración, — protestó. — Me
encanta que quieras protegernos a todos nosotros, pero sólo estoy
diciendo, me gustaría poder hacer lo mismo por ti.
— Pero lo haces, — le aseguró él, inclinando su cabeza para rozar sus
labios hacia atrás y hacia delante a través de los suyos como un susurro
suave. — Eso es lo que no entiendes. Limpias cada lugar en el que el mal
ha estado. Sólo lo veo cuando estás conmigo. Amarte es la parte fácil,
Riley, y cuando estoy contigo, todo lo demás desaparece. Sólo espérame
aquí. No ponga tus manos en el suelo, tú sabes que él se ha ido. Sólo
siéntate tranquilamente y esperarme.
— Me quedaré aquí y esperaré, — prometió. — Estaré a la vista en
todo momento. No siento ese miedo horrible que indica que tiene una
trampa terrible para nosotros. Creo que recibirás lo peor de ésta.
— Al primer indicio de problemas, si tu, aunque sea por un momento,
sientes que algo no está bien, — dijo, — me llamas. Estaré cerca.
Riley esbozó una pequeña sonrisa pretendiendo tranquilizarlo. —
Realmente no soy tan valiente, Dax. Gritaré a todo pulmón por ti, así como
gritaré en mi cabeza.
— ¿Tienes el arma que Jubal te dio?
Ella asintió con la cabeza. — La mantengo lista en todo momento. No
podría matar a Mitro, pero podría detenerlo y por cierto esto frenaría las
criaturas que él creaba.
— Él no hará un intento hacia ti a menos que esté acorralado, o si se
encuentra con alguna oportunidad, de lo contrario, es demasiado astuto
para eso. Él va a dejar que alguien más haga el asesinato, y eso es lo que
más me preocupa. Estaba atrapado en el volcán y se las arregló para
retrasar a tu madre y luego consiguió que otros mataran por él. Él puede
hacerte lo mismo. No puedes confiar en nada, ni animales, insectos, aves o
incluso hombres.

~ 319 ~
— Dax. — Levantó la mano a su rostro y recorrió su mandíbula. — Si
estás tratando de asustarme, no tienes que hacerlo. Estoy aterrorizada. No
soy del tipo heroína.
No podía contener la sonrisa y sacudió la cabeza. — En realidad no te
ves a ti misma, ¿verdad? El miedo no tiene nada que ver con la valentía, y
tú tienes más que tu parte de valor.
Ella negó con la cabeza e inclinó la cabeza para darle un beso breve
en la boca. No había nada sexual en su beso en absoluto, sólo el calor de
una compañía, un compañerismo que le apretó el corazón con fuerza. —
Ten cuidado, — murmuró ella.
Dax se apartó de ella bruscamente. Se estaba haciendo mucho más
difícil darle el espacio que ella necesitaba. Había pasado tanto tiempo sin
nadie y los hilos que los vinculaban se están haciendo más apretados de
modo que necesitar y querer se convertían en lo mismo. El hambre por ella
crecía con cada hora que pasaba en su compañía. Había intentado
convencerla de que se enamorara de él, pasando el tiempo en su mente,
una intimidad difícil de resistir, pero se encontró con que era él el que caía
de ese acantilado.

Largas zancadas lo llevaron de regreso a donde Jubal y Gary estaban


esperando. — Esto va a ser malo, — aconsejó. — Yo iré primero y trataré
de encontrar las trampas que Mitro dejó atrás. Ambos permanecerán justo
en el borde de la línea de árboles. No se paren en el claro. No hay manera
de saber lo que se disparará de cualquier emboscada que haya establecido.
— Tenemos que encontrarlas antes de que dejemos este lugar, — dijo
Jubal. — De lo contrario algún inocente puede venir y ser herido o muerto.
Dax asintió con gravedad y se desplazó en la niebla directamente al
claro junto al río. La cabaña era muy pequeña, no más de una habitación
individual con un pequeño porche cubierto que se había levantado sobre
soportes. Ahora se inclinaba a un lado, ennegrecido y quemado. Nada
quedaba de la casa, sino tres paredes y media, una simple cáscara que
rodea a una ruina humeante. El techo había sido construido con ramas y
hojas de árboles como muchas de las chozas de los nativos que estaban en
movimiento. Ésta había sido construida a toda prisa y había poco ahí para

~ 320 ~
decir que alguien había vivido allí mucho tiempo. Se movió alrededor de la
cabaña con cuidado, probando el aire para detectar cualquier signo de las
trampas inevitables de Mitro.
Dax encontró el cuerpo a cien metros de las ruinas quemadas. Ella
había sido joven. Se arrodilló a su lado por unos momentos, espantando a
los insectos y tocando su pelo en un breve saludo. Ella había tenido el
coraje. Había estado embarazada, y trató de proteger a su hijo por nacer.
Él negó con la cabeza y señaló a los dos hombres que esperaban.
Jubal dio un paso o dos por delante de Gary. Dax vio la cara de Gary.
Sabía exactamente lo que iba a ver. Había habido demasiadas de estas
veces, seres humanos destrozados por un vampiro.
— Mitro es un bastardo, — dijo Jubal.
— Ella era jaguar, — dijo Dax. — Y embarazada de un bebé jaguar. El
bebé está allá. — Indicó al niño con la barbilla. — Un niño.
— Mató al bebé delante de ella, ¿verdad? — Jubal preguntó
lúgubremente.
Gary se quitó la camisa y envolvió cuidadosamente el cuerpo del bebé
en ella. — Tomó al bebé mientras ella aún estaba viva, drenó al bebé y
luego la atacó. Le gusta jugar con sus víctimas. Los jaguares necesitan ser
quemados. Nunca dejan sus cuerpos donde otros puedan examinarlos.
— Vamos a hacerlo antes de que el helicóptero venga por nosotros, —
dijo Dax con gravedad. Echó un vistazo a Riley. — No hay necesidad de
que ella vea esto. Será bastante malo decirle sobre ello.

~ 321 ~
Capítulo 17
Traducido por Mushta
Corregido por Ariel

El Antiguo estaba nervioso, y no era por tener a un enorme dragón


disgustado en una gran cuidad -o donde fuera-, de hecho. Dax caminaba
de un lado a otro en la terraza con vistas a las luces de la cuidad. La
familia De La Cruz poseía una inmensa propiedad a las afueras de Río de
Janeiro. Aparentemente, tenían casas en casi todas las ciudades más
importantes de América del Sur. Parecían haberse adaptado bien a la vida
entre la especie humana.
Del mismo modo en que Dax había evolucionado en el volcán, la
familia De La Cruz también lo había hecho –aunque él no estaba cómodo
con su transformación moderna. No lo creía. Ellos eran cazadores, todos
ellos, eran lobos vestidos de ovejas. A pesar del aspecto moderno, y el
encanto que rebosaban los hermanos De La Cruz, sabía que estaban muy
por debajo de toda esa sofisticación– eran depredadores, cada uno de ellos.
— ¿Qué va mal?
La suave voz de Riley lo devolvió al presente. Se volvió para mirarla.
Estaba sentada en una de esas sillas altas, con la barbilla sobre las
rodillas, mirándolo con unos fríos y oscuros ojos. En su voz había una
preocupación genuina –y en los ojos transparentes. Nadie se había
preocupado por él nunca antes, excepto Arabejila, y definitivamente no de
esta manera, no que recordara, no que pudiera sentir. Era un sentimiento
extraño – y maravilloso.
—Estoy preocupado por estar aquí en esta vivienda.
—Casa, —le corrigió como había prometido. — ¿Por qué?

~ 322 ~
Caminó inquieto por la larga distancia de la terraza. Riley era su
compañera, y había hecho una pregunta exigiendo una respuesta.
Suspiró, y se detuvo en frente de ella. —Debería haber ejecutado a Mitro
hace siglos, mucho antes de que matara a tantas personas. Sabía que la
oscuridad estaba creciendo dentro de él. Yo nací con una maldición, a
pesar de que el padre de Arabejila me dijera que era un regalo de tremendo
valor. Yo sabía que no era así. Incluso de joven, vi la marca en muchos de
mis amigos. Cuando crecimos, me volví inquieto alrededor de ellos, y ellos
estaban mucho más inquietos alrededor mío. Nadie quiere ser marcado
como condenado.
— ¿Hiciste eso?
Él se encogió de hombros. —Intenté no hacerlo, pero vi esa sombra en
ellos muy temprano, y no pude evitar observarlos. Inquieté a todo el
mundo. Al principio, los antiguos no me creían, pero cuando mis
predicciones se hicieron realidad, comenzaron a prestarme atención. En el
momento en que lo hicieron… —Se le apagó la voz, mientras le daba la
espalda para aferrar con ambas manos la barandilla, y miraba hacia la
noche.
Riley se mordió el labio. Ese niño pequeño habría sido algo así como
una paria. Los otros niños y los hombres de su aldea lo habrían evitado,
manteniendo la distancia sólo en caso de que descubriera la sombra en
ellos y los llamara vampiros potenciales. Podía sentir la cruda soledad en
él. Como hombre –como un cazador- no parecía ser consciente de ello. No
reconocía sus propias emociones, mucho menos las admitía; había estado
sin ellas durante demasiado tiempo.
—La cuestión es, que sólo porque viera la sombra no quería decir que
ellos escogerían renunciar a sus almas. Eventualmente, algunos
encontraban a sus compañeras y vivían unas vidas honorables.
Riley se mantuvo en su lugar, rehusándose a ceder ante el impulso
por consolarlo. Dax no tenía idea de que necesitaba consuelo, y haría oídos
sordos. Extendió sus sentidos con vacilación, en busca de su conexión
mental, sin querer que él la apartara. Con empatía, sintió el dolor de su
niñez, pero quería “ver” los recuerdos a través de sus ojos. En el momento
que se extendió hacia él, no sólo sintió a Dax, sino también al Antiguo. El
dragón estaba tan preocupado por el cazador Cárpato como lo estaba ella.

~ 323 ~
Se concentró en la barandilla que aferraba Dax mientras miraba
hacia la ciudad. No podía imaginarse cómo sería para él ver el mundo
moderno, pero lo manejó todo con calma, estoico, lo cual le mostraba su
personalidad. La presión de sus dedos marcando la madera le decía
mucho sobre él.
—Vi la oscuridad en Mitro desde el principio. Venía de una familia
poderosa, y se aprovechaba bastante de eso, siempre fue un matón. —
Continuó Dax.
Su voz era suave, pero casi sintió cada palabra dándole pinceladas en
el interior de su mente con un pincel de pura vergüenza y dolor. Él no lo
escuchó –ni lo supo- pero ella sintió a esas salvajes emociones
desgarrándole el alma. El Antiguo lo sentía tan profundo como lo hacía
ella, porque a diferencia de Dax, ambos estaban sintonizados con sus
emociones.
Él le había hablado sobre Mitro en varias ocasiones, sólo pequeños
fragmentos, pero ella había visto la perversión del vampiro y la necesidad
de crueldad incluso cuando era joven. Algunas veces, los monstruos
nacían de ese modo, no se hacían, y temía que Mitro fuera el más antiguo.
—Intenté contárselo a los ancianos. Incluso acudí al príncipe, pero
era joven y ellos pasaron por alto lo que dije. Mientras estaba más y más
en lo cierto y los otros me evitaban, aprendí difíciles lecciones acerca de
acusar a alguien antes de saber con seguridad si realmente harían la
elección de convertirse. En lugar de contarles a otros cuando veía esa
oscuridad en algunos de nuestros machos, estudiaba a cada uno de esos
que tenían la sombra, sus hábitos y sus costumbres. Los seguía y, a
menudo, cuando tomaban esa elección prohibida, los destruía.
Riley cerró los ojos brevemente. La visión de sus manos aferrando la
barandilla hasta que se le pusieron blancos los nudillos la entristeció.
—Tuve que dejarlos que mataran a alguien mientras cambiaban. Era
el único modo de asegurarme de no cometer asesinato. —Se volvió para
mirarla, con el dolor aplastándolo. — ¿Sabes a cuánta gente podría haber
salvado si tan solo los hubiese destruido antes de que asesinaran?
Ella luchó contra la necesidad de levantarse e ir con él, rodearlo con
los brazos para consolarlo. Necesitaba contárselo a alguien. El peso sobre

~ 324 ~
sus hombros –y lo había cargado durante siglos- necesitaba ser
compartido.
—Aunque tienes razón, Dax, habría sido asesinato, —le aconsejó con
dulzura.
Se quedó callado durante tanto tiempo que estuvo a punto de
sacudirlo levemente, pero el dragón la mantuvo en silencio, moviéndose
apenas lo suficiente para hacerle saber que él también estaba esperando- y
que tenía la paciencia que ella necesitaba. Dax no estaba acostumbrado a
compartir, menos aun el temor que poseía tan profundo que ni siquiera él
podía reconocerlo.
Dax exhaló lentamente y asintió, pero no parecía muy seguro.
Ella mantuvo la boca cerrada, apretando los labios con fuerza. Se
abrazó las rodillas con los brazos más fuerte en sustitución para él.
Necesitaba abrazarlo, consolarlo del modo en que él le ofrecía apoyo y
consuelo a ella.
—Mitro parecía… mucho más contaminado… que cualquier otro. En
la mayoría de los Cárpatos hay nobleza, y yo los respetaba, pero Mitro no.
Lo observé de cerca, y disfrutaba del dolor de los otros, de los animales, de
los humanos y de los Cárpatos. Era astuto y vanidoso y
desafortunadamente, bastante inteligente. Encontró a una compañera en
Arabejila. Ella era la otra parte su alma –la luz para su oscuridad.
Comenzó el cortejo y yo…
Dax negó con la cabeza y volvió toda la espalda hacia la barandilla,
apoyándose sobre ésta para mirarla directo a los ojos. —Miré hacia otro
lado. Pensé que estaba a salvo. Ningún macho Cárpato con una
compañera se volvería un vampiro, por lo que aunque estaba muy
inquieto, dejé de observarlo.
Riley le permitió a sus pestañas que bajaran, cubriéndole los ojos por
un momento para que él no tuviera que verle la compasión. Dax no era un
hombre que reconocía la culpa o la pena, y aún así, la sentía tanto como
ella.
—El padre de Arabejila era mi mejor amigo. Cazábamos juntos.
Cuando los otros me evitaron por el extraño talento que tenía, él no lo
hizo. Me dijo que mi don era útil, que podría mantener a nuestra gente

~ 325 ~
más a salvo que los otros. Compartíamos sangre cuando estábamos
heridos. Él conoció a su compañera mucho antes de que hubiera perdido
las emociones y los colores, por lo que no tenía nada por lo que temerme,
lo sé, pero aún así, sentía por mí un afecto genuino, como también lo
hacía su compañera y Arabejila. Ellos se volvieron mis lazos reales con mi
gente.
Ella podía ver destellos de imágenes –sus recuerdos de una mujer
riendo que se parecía mucho a ella misma. Un hombre y una mujer,
sosteniéndose las manos, uno en frente del otro, con una mirada de amor
absoluto en sus rostros. Las expresiones le quitaron el aliento, había tanto
amor. Algunas veces, cuando Dax la miraba, tenía esa intensidad en los
ojos, esa increíble mirada de amor concentrada en ella, y se sentía la
mujer más afortunada del mundo.
Se obligó a mirar las imágenes siguientes, las que hacían un
contraste tan crudo. El hombre, el mejor amigo de Dax, muerto en el
suelo, con la mano a pulgadas de distancia de la de su compañera, con la
sangre reuniéndose a su alrededor, con la garganta y el corazón rasgados.
Su compañera estaba muerta, y Arabejila, con la garganta destrozada y
sangrando, intentaba con desesperación liberar a su hermana pequeña del
cuerpo de su madre.
Era una escena salida de una película de terror, y Dax se había
tropezado con ella- peor, se sentía responsable.
Riley apenas pudo soportar el recuerdo de esas muertes y cómo se
sentía Dax, reprimido como lo habían estado sus emociones. No podía
imaginarse conocer a esa familia feliz, ser una parte de ella y toparte con
ellos, descubriendo que estaban muertos y muriendo…
—Cuando podría haberlo impedido.
Su mirada saltó a la de él. Él había sabido todo el tiempo que ella
estaba en su mente. — ¿Cómo? —Preguntó con calma. — ¿Cómo podrías
haberlo impedido?
—Podría haberlo ejecutado.
Ella negó con la cabeza. —Eso habría sido asesinato. Él no había
hecho nada todavía, ¿o sí? Tú estabas horrorizado genuinamente. Pude
sentir tu horror. Apenas pudiste creer lo que estabas viendo. Hasta que

~ 326 ~
alguien comete un crimen, no hay mucho que se pueda hacer, ni siquiera
tú.
Riley se aferró a los apoyabrazos de la silla para evitar levantarse de
un salto para abrazarlo. —Dax, sabes que no podías tocarlo sin una
prueba. No lo sabías con seguridad. No eres Dios. No eres un juez.
—Eso es exactamente lo que soy. El Juez. Y les fallé a mi amigo y a su
familia. —Se pasó la mano por las cortas puntas de cabello negro como la
noche. —Arabejila era la compañera de Mitro. Él mató a su padre y a su
madre delante de ella y se jactó de que sería el vampiro más poderoso de la
historia por matar a su compañera cuando tomó la decisión de renunciar a
su alma. Cuando no pudo terminar de matarla –ese vínculo de
compañeros era demasiado fuerte incluso para él- con la furia, como
vampiro, la reclamó, vinculando el alma de ella a la que él había perdido
para que ella sufriera cada momento que viviera.
Riley se encontró parpadeando para alejar las lágrimas. Ella era la
compañera de Dax, y para ella, el ritual vinculante había sido hermoso y
sagrado. —Lo que hizo Mitro es un sacrilegio, no menos.
—Todavía los veo de esa forma, —confesó en voz baja. —Destrozados.
El estómago de Katalina rasgado. Arabejila intentando liberar a su
hermana. —Cerró los ojos por un momento. —Tomé el cuchillo de sus
manos y terminé el trabajo. Corté a la compañera hermosa y maravillosa
de mi amigo.
—Para salvar a una niña, Dax. Salvaste a una niña. Ella habría
querido que salvaras a si pequeña. Te lo habría suplicado si hubiese
estado viva.
Él se presionó fuerte los ojos con los dedos. —Cuando vi a ese
pequeño siendo arrancado de su madre la otra noche, en el bosque
tropical, me sentí… —Negó con la cabeza.
Enfermo. La palabra brilló en su mente.
Riley lo rodeó de calidez, lo único que se le ocurrió hacer. No había
palabras reales para consolarlo. No podría haberlas.
Él sacudió la cabeza. —Los Cárpatos no se sienten enfermos. No
cuando están de cacería. Mitro conoce lo único que… —Se le quebró la voz
de nuevo y enderezó los hombros. —Lo que le hizo a Arabejila fue la

~ 327 ~
traición máxima y absoluta a su compañera. En nuestro mundo, no puede
haber un pecado más grande que intentar asesinar a una compañera y
condenarla a una media vida de puro sufrimiento, y matar
deliberadamente a nuestros niños.
Dax caminó de nuevo nerviosamente, como si la furia que ardía a
fuego lento en su interior estuviera trepando demasiado cerca de la
superficie para contenerla.
—El vínculo de los compañeros no permite que uno sobreviva mucho
sin el otro, —Continuó Dax. —Mitro escogió renunciar a su alma, por lo
que no fue afectado –a pesar de que no pudo matar a Arabejila. Ella viajó
conmigo, dedicándose a rastrearlo y ayudándome a enviarlo hacia la
siguiente vida, pero sufrió muchísimo durante esos largos años.
—Y tú sentías su pena.
—Los machos pierden la habilidad de ver colores o sentir emociones
después de unos cientos de años, o antes si matan continuamente. Solía ir
a la casa de Arabejila con frecuencia cuando regresaba de la cacería
porque sólo estar cerca de Katalina, su madre –y eventualmente Arabejila-
me permitía recordar los sentimientos con mayor facilidad. No veía los
colores, pero sabía lo que era el afecto. Hicieron mi vida mucho más
soportable hasta que Arabejila perdió a su compañero. Quería estar
entumecido, no sentir su gran pesar, o cómo tenía que luchar para
permanecer con vida. En cierto modo, sentía que debía ser castigado por
sus emociones, a pesar de que ella intentara esconderlas de mí.
Riley le acarició la mente con la suya, la más ligera de las caricias,
necesitando rodearlo con su amor. Sabía que él apenas podía estar allí en
el balcón, con el cielo nocturno intentando tranquilizarlo. Era una noche
para recriminaciones. Desde que él había visto al niño y al cuerpo
destrozado de la madre, Dax había estado inquieto y más que preocupado.
Ella no sabía cómo ayudarlo.
—Aquí estamos a salvo, ¿cierto? ¿Dentro de esta casa? Mitro no
puede saber que estamos aquí, ¿no? —Preguntó ella. —Puedo sentir que
eres infeliz aquí. Necesitamos un lugar para quedarnos, y Riordan De La
Cruz nos ha dado esta casa hermosa. Tienes un lugar donde descansar…

~ 328 ~
—La cual no usaré nunca, y él lo sabe muy bien, —dijo Dax, con el
rostro oscureciéndose.
— ¿Por qué? Es un Cárpato. Tiene una compañera. Tanto Gary como
Jubal lo conocen. Su cuñada, Jasmine, está aquí.
—El Antiguo está inquieto, —dijo Dax. —No puedo calmarlo. Está
receloso de Riordan. Y los cazadores Cárpatos jamás permiten que otros
conozcan sus lugares de descanso.
El alma del dragón se movió contra la de ella. El dragón estaba
soñoliento, profundamente, esperando que Dax descubriera que era el
cazador quien estaba preocupado, y no el dragón. El dragón haría arder a
un enemigo inmediatamente y después se ocuparía de cualquier problema.
No habría una charla incesante.
Como si el dragón le hubiese dado un pequeño empujón, Dax
continuó. —Cuando me recluya, no tendré el lujo de estar cerca de ti, no a
menos que use lo que ha sido puesto a mi disposición. No puedo
mantenerte a salvo.
Riley frunció el ceño, tratando de comprenderlo. —Riordan parece ser
muy hospitalario. Claramente, siente devoción por su compañera y su
cuñada. Lo que te preocupa es, eh, quiero decir, ¿el mayor?
—Conocí al hermano mayor mucho antes de que vinieran a este lugar.
En ese entones, no se llamaban a sí mismos con estos nombres. El mayor
no sólo tenía sombras, sino que poseía una gran oscuridad en su interior,
incluso de niño. Si Mitro aún así pudo tomar la decisión de renunciar a su
alma, parece lógico pensar que cualquier Cárpato pueda cometer tal
atrocidad.
Ahí lo tenías. Nadie estaba a salvo. Riley frunció el ceño, tratando de
encajar las piezas de la información que encontró en su mente, con los
datos que había aprendido de algunas conversaciones.
—Dax, por favor, ¿puedes explicarme el vínculo de los compañeros
una vez más, para que pueda comprender el verdadero concepto? Gary
intentó hacerlo, pero no lo entiendo completamente. —Ella se estaba
olvidando de algo aquí, o Dax lo estaba haciendo. Y dado su estado
mental, su respuesta explosiva al peligro, ahora necesitaba estar muy

~ 329 ~
informada sobre este mundo. Se había estado guiando por sus instintos,
pero la información era extremadamente importante.
Dax caminó hacia ella y se sentó en la silla a su lado.
Instantáneamente, la envolvió el fresco aroma. Olía al aire libre. A peligro.
A fuego y calor. Todo su cuerpo reaccionó a su cercanía, y una corriente
eléctrica le atravesó el torrente sanguíneo. Le ardían los pulmones, y
sentía dolor por dentro. Él extendió el brazo y le tomó la mano, el
movimiento fue muy suave, su toque apenas estaba allí, pero le agudizó
cada sentido hasta que pudo sentir cada uno de sus alientos.
Su piel estaba cálida, casi caliente, mientras sus dedos se enredaban
en los de ella. Le acarició la mano con el pulgar. Estuvo en silencio
durante un momento, jugando ociosamente con los dedos, deslizando
despacio los de él entre los de ella, casi dando pinceladas. Ella apenas
podía respirar, apenas podía pensar.
Le pareció extraño que, incluso aquí, de regreso en una ciudad llena
de vida, de gente, estuviera demasiado consciente de la necesidad y el
hambre por Dax. El amor de él por ella era tan fuerte en ese momento que
era casi tangible, y la envolvía en unos brazos fuertes y cálidos cuando
apenas la estaba tocando. Su amor por él le traía lágrimas a los ojos
cuando estaba sola. Le escuchaba cada uno de los latidos del corazón con
el suyo. Cada aliento que él soltara, ella también lo hacía. Más que nada,
ahora mismo quería –no, necesitaba- encontrar un modo de consolarlo.
—Un macho Cárpato pierde todas las emociones y la capacidad de ver
en colores después de los primeros doscientos años. A veces antes. Cuanto
uno más cace y mate, más rápido es el proceso. En mi caso, fue muy
rápido. Nos enseñaron que hay un solo alma entre un hombre y su
compañera. Él posee la oscuridad, y ella es su luz. Sólo hay una, y ella
debe ser encontrada.
Dax se llevó su mano a la boca, besándole los nudillos. —Yo te
encontré.
—Debido a que me vinculaste a ti, nuestros vínculos forjados
impedirán que te conviertas, —repitió ella.
—Eso es lo que pensaba. Ahora —negó con la cabeza— no lo sé. Mitro
sabía que Arabejila era su compañera, y aún así se convirtió.

~ 330 ~
Ese era un hecho que no podía discutirle. —Pero, —se sintió obligada
a señalar—, Mitro vinculó a Arabejila con su alma perdida después de
convertirse en un vampiro. Eran compañeros, pero nunca la reclamó
completamente hasta que deliberadamente, eligió renunciar a su alma. Ya
estaba transformado en un no-muerto. No podía matarla, el vínculo al
menos transcendía su necesidad de matar, pero quería que ella sufriera.
Quizás ella podría haberlo salvado si él la hubiese reclamado antes de
convertirse.
Dax se inclinó hacia adelante por un instante, y todavía sosteniendo
su mano, se cubrió el rostro brevemente. —No creo que haya habido nada
de esperanzas para eso. Él era tan oscuro, Riley. Tan oscuro.
— ¿Viste la oscuridad en Riordan? —Le preguntó. Con mucha
suavidad, le pasó la mano por el cabello, ese cabello suave y abundante
que ella amaba acariciar. —Él parece sentir mucha devoción hacia su
päläfertiilam. —La palabra con la que él llamaba a los compañeros rodó
por su lengua. Estaba comenzando a agradarle el sonido y el completo
significado de la descripción Cárpato, incluso más que la traducción de
“esposa”. De algún modo, parecía significar mucho más.
Dax negó con la cabeza. —Aún así, estamos en su casa. Él comparte
estos lugares con todos sus hermanos. Estoy cazando a Mitro, un vampiro
extremadamente poderoso. Ha evolucionado a algo que no comprendo, y
eso lo hace mucho más peligroso. Si tengo que dividir la atención entre
Mitro y uno de estos cazadores, podríamos estar en problemas.
El modo en que la estaba tocando le dificultaba que pensara con
claridad. Su voz era hipnótica, una combinación de humo y terciopelo.
Apoyó la cabeza sobre su hombro. —Tienes una forma de hacerme olvidar
sobre el peligro, Dax. ¿Realmente crees que Riordan es nuestro enemigo?
—Eso es bueno. No quiero que te preocupes.
Te preocupas lo suficiente por todos nosotros, aportó el Antiguo. Si
quieres, puedo quemar toda la casa y matarlos a todos.
—No te atrevas, —dijo Riley.
—No lo haría, —le aseguró Dax. —Estaba bromeando contigo. Riordan
parece ser un buen hombre, y muy entregado a su compañera, pero esa

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delgada sombra está en él. No como con su hermano mayor, pero está allí.
Es capaz de una gran/de mucha…
— ¿Violencia? —Riley le sonrió. — ¿Como tú? ¿Tienes una sombra en
ti?
—Una vez, antes de que todo esto comenzara, Mitro dijo que yo la
tenía. Les dijo a los ancianos que la razón por la que podía “ver” el interior
de otros cazadores era porque yo mismo cargaba con la maldición de la
oscuridad.
El Antiguo resopló, y el sonido resonó en ambos cráneos.
—No creo que se esté tomando con mucha seriedad nada de lo que
Mitro haya dicho, —le confió Riley en un susurro, como si no quisiera que
el dragón escuchara.
—Tenemos compañía, —dijo Dax, con el rostro completamente
inexpresivo, como si hubiese sido tallado en piedra. Podía compartir las
emociones con ella, pero con nadie más.
Un movimiento captó su atención. Dax se volvió repentinamente,
poniendo el cuerpo delante de ella, y moviéndola con los brazos para
ocultarla en las sombras más profundas. Jubal sostuvo la puerta de la
terraza abierta para que una mujer pequeña y embarazada lo precediera.
Jasmine Sangria les dirigió una sonrisa indecisa. — ¿Estamos
importunando?
—No, claro que no, —dijo Riley, precipitadamente. —Este es tu hogar,
y eres muy amable por compartirlo con nosotros.
Riley había aprendido en su llegada, que Jasmine era la cuñada de
Riordan De La Cruz. Su hermana, Juliette, era completamente Cárpato,
llevada al mundo de los Cárpatos por su compañero. Jasmine no lo era.
Ella era un jaguar, como lo había sido Juliette antes de su conversión, y
había sido secuestrada y violada antes de que su primo y Juliette con
Riordan pudieran ser capaces de rescatarla. Juliette admitía ser
sobreprotectora con ella.
Jubal tomó una silla del set del patio de comidas y le hizo señas para
que se sentara. Jasmine le hizo una mueca, pero se sentó en la silla. Jubal
la cubrió con un edredón. Era bastante hermoso, tejido con un material

~ 332 ~
especial. Jasmine tomó el material con las manos, obviamente
encontrando al edredón relajante.
Inspiró profundo, y le dirigió otra sonrisa tímida. —Nunca había
pasado mucho tiempo en una ciudad, y a veces se siente como si no
pudiera respirar aquí.
Juliette les había informado que Jasmine había pasado toda su vida
en el bosque tropical.
Jubal colocó una silla junto a ella y se sentó, inclinándose un poco
hacia ella, viéndose casi protector. —Eso es comprensible.
Dax entrelazó los dedos en la mano de Riley y la sostuvo fuerte contra
su pecho. —Vas a tener a ese bebé muy pronto.
Jasmine asintió. —Ciertamente lo espero. Me siento como si hubiese
estado embarazada durante una eternidad. —Soltó una pequeña
carcajada, y por primera vez, sonaba joven en lugar de tensa. —Ella patea
todo el tiempo.
Juliette, la hermana de Jasmine, salió a la terraza cargando dos
vasos. Le entregó uno a Jubal y uno a su hermana. —Necesitas
mantenerte hidratada, Jasmine.
Jasmine le hizo una mueca cuando ella continuó vigilándola, y le
frunció el ceño. —Estoy bien, Juliette. A estas alturas, si entro en trabajo
de parto, ¿está todo bien, si? No soportaría quedarme adentro ni un
minuto más. Jubal vino conmigo y Dax está aquí afuera, así que estoy
perfectamente a salvo.
Algo en la actitud de Juliette alertó a Dax de que Juliette no creía que
Jasmine estuviese a salvo en absoluto, pero simplemente se encogió de
hombros, tomó otra silla y se sentó. La terraza se estaba llenando
rápidamente. Algo estaba sucediendo aquí, y eso se añadía a su ansiedad.
Riordan los había recibido y dejado con rapidez. Obviamente conocía a
Gary y a Jubal, pero ¿qué macho Cárpato habría dejado a su compañera y
cuñada desprotegidas con un cazador desconocido tan cerca de su familia?
Los tiempos sin duda habían cambiado. ¿Y qué emergencia lo había
sacado de la residencia?

~ 333 ~
Juliette le sonrió a Dax y a Riley, pero la sonrisa no le iluminó los
ojos. —Riordan estará aquí en cualquier momento. Siento mucho que haya
tenido que marcharse abruptamente.
—Jubal, ¿hace cuánto tiempo conoces a Jasmine y a Juliette? —Le
preguntó Riley. Él parecía muy cómodo con la familia, y ellos había
acogido tanto a Gary como a Jubal como viejos amigos.
—Hemos venido de viaje algunas veces, —dijo Jubal, —y ellos siempre
nos han hospedado en alguna de sus casas.
—Disfrutamos de su compañía, —dijo Jasmine. —Hablando de ello,
¿dónde está Gary?
—Al teléfono, —le contestó Jubal con una pequeña sonrisa. —Él y mi
hermana Gabrielle hablan constantemente, y están muy entusiasmados
acerca de una flor que Dax nos encontró en la montaña.
— ¿Una flor? —Juliette se inclinó hacia adelante. —Gary y Gabrielle
han trabajado duro para descubrir por qué no pueden tener niños. Pensé
que eran los microbios…
—En parte, —coincidió Jubal, —pero Gary dice que eso no lo explica
todo. Tanto él como Gabby piensan que es una combinación de cosas que
han llevado a la razón por la que los bebés no pueden ir a la tierra, las
madres no pueden cargarlos o amamantarlos y sólo estaban naciendo los
niños machos.
A Riley le dio un vuelco al corazón. Sabía que la especie de los
Cárpatos estaba al borde de la extinción, Gary le había dado una breve
explicación, pero no había considerado lo que significaría para Dax y ella
cuando decidieran tener un bebé. Ella quería niños. Muchos de ellos.
Había sido hija única, al igual que su madre. En algunos momentos, se
había sentido sola y envidiaba a sus amigos que tenían hermanos.
Tendremos muchos niños si eso es lo que deseas, aseguró Dax. Se
llevó la mano de ella a la boca y le mordisqueó los dedos, enviando
pequeños dardos de fuego corriendo a través de su torrente sanguíneo.
Eres muy fértil. Soy capaz de tener niños. Si hay algún problema, como
entiendo, con la tierra, he estado en un volcán, y la tierra te advertiría que
no descansaras donde hubiera algo que pudiera hacerte daño.

~ 334 ~
Tenía un modo de hablar con tanta convicción, con calma absoluta,
que no podía evitar creerle, y la tensión se desvaneció instantáneamente.
—Lo peor es cumplir el período y tenerlo durante unos meses sólo
para perderlo, —dijo Juliette. —Tantas de nuestras mujeres han sufrido
abortos espontáneos, niños que nacen sin vida o han perdido a sus niños
en el primer año. —Negó con la cabeza. —No sé si podría soportarlo.
Jasmine situó las manos protectoramente sobre su bebé. —Eso sería
tan terrible.
—No va a sucederte a ti, —le aseguró Jubal, poniendo la mano en su
brazo, un gesto dulce y tranquilizador.
Jasmine seguía relajada, incluso con el toque de Jubal.
Vi sus recuerdos, le dijo Dax a Riley. Ni siquiera le gusta estar
alrededor de los hombres después de lo que le sucedió, pero tanto ella
como Gary hicieron algo importante al forjar una amistad con ella. Jubal
tiene dos hermanas, y odiaba que ella estuviera tan sola todo el tiempo. Ha
hecho un gran esfuerzo por pasar más tiempo con ella.
Es un buen hombre, dijo Riley. No sé qué habría hecho sin ellos dos,
Gary y Jubal.
—No tuve la oportunidad de decirles cuánto lo siento sobre tu madre,
—dijo Juliette. —Una pérdida terrible. Gary y Jubal nos contaron lo que
sucedió.
Lo que quería decir que sabían la verdad. Riley apretó los dedos
alrededor de la mano de Dax. Se alegraba de que él estuviera a su lado
consolándola. Sin estar rodeada por la tierra y por las plantas, Riley sentía
intensamente la pérdida de su madre. Dax la rodeó con el brazo,
abrazándola contra su hombro.
—A veces me siento como si nuestro mundo se hubiese transformado
en un terreno de matanzas, —dijo Jasmine. —Tengo terror por regresar allí
con mi bebé, pero no me gusta la ciudad.
— ¿Por qué no te recuperas en las Montañas Cárpatos? —Sugirió
Jubal. —Solange está allí con Dominic. Podríamos cuidarte muy bien allí.
Y tu primo estaría encantado de conocer al nuevo bebé.

~ 335 ~
Juliette se agitó, y le frunció el ceño a Jubal, obviamente sin gustarle
la idea.
A Jasmine se le iluminó el rostro. —Es una buena idea. Nunca había
pensado en ir a algún lugar tan diferente, pero me encantaría visitarlo. Se
ve tan hermoso, y está tan lejos que creo que podré respirar allí.
—Riordan no será capaz de salir de aquí por un tiempo, —Advirtió
Juliette. —Por unos meses, tal vez. Aunque te llevaremos tan pronto como
podamos, si eso es lo que quieres.
Jasmine le extendió la mano a su hermana. —Soy bastante capaz de
ir por mi cuenta, Juliette. No puedes pasarte toda la vida preocupada por
mí. Has pasado demasiados años haciendo eso. He crecido.
—Eres mi familia, Jasmine, —dijo Juliette—. Me gusta estar cerca de
ti. Es importante para mí. Si piensas por un segundo que eres una carga,
no lo eres, ni jamás lo has sido. Esperaba que Luis y tú… —Se le
desvaneció la voz.
Jubal frunció el ceño sombríamente, se sentó derecho, y toda esa
calma lánguida se disipó. — ¿Luis? ¿Quién demonios es Luis?
Oh. Creo que Jubal siente algo por la pequeña Señorita Jasmine, le
confió Riley, con la diversión rebosando en la mente de Dax. El señor
Calma, Tranquilidad y Sereno ha estado escondiendo un secreto,
esperando el momento oportuno y preparándose para descender y obtener
a la chica mientras ella no está mirando.
—Luis es sólo un amigo, —dijo Jasmine. —Él y Manolito son amigos,
—agregó explicándole a Jubal. —Era un jaguar, como Juliette y yo. Hizo lo
que pudo para ayudarnos, y los otros machos se volvieron en su contra.
Ahora es un Cárpato.
—Tú podrías ser Cárpato, —insistió Juliette. —Cuando quisieras…
Jasmine ya estaba negando con la cabeza. —Sólo quiero ser yo misma
durante un poco más de tiempo. Ha sucedido tanto, y sólo me gustaría un
poco de paz y disfrutar de mi bebé.
—Luis sería tan perfecto, —dijo Juliette. — ¿Estás segura? Él
comprende al jaguar en ti, y conoce nuestro pasado. Sería bueno contigo.

~ 336 ~
—No lo amo, —respondió Jasmine con dulzura. Y firmeza. —Lo
siento, Juliette. Sé que debo frustrarte, pero cuando me asiente con un
hombre, quiero lo que tú tienes. Amor verdadero. Compromiso real.
—Entonces necesitas a un Cárpato.
— ¿Quieres decir que los machos humanos no son capaces del
verdadero amor por sus mujeres? Porque ahora mismo, te diré que no es
así, —reivindicó Jubal, con un filo en la voz. —Mi padre está totalmente
entregado a mi madre y siempre lo ha estado.
—Tengo que admitir, —intercedió Riley, —que mi padre también
estaba entregado a mi madre. Conocimos a varias parejas que han estado
juntas por más de cincuenta años. Eso debería contar como algo.
—Lo siento, —se disculpó Juliette inmediatamente. —Sé que eso sonó
muy mal. No quise decir eso. Es sólo que la idea de vivir más tiempo que
Jasmine me entristece. —Agachó la cabeza, mirándose las manos. —
Ambas hemos perdido tanto. Sólo me quedan Solange y Jasmine de mi
lado de la familia.
Jasmine le ofreció la mano a su hermana. —Siempre hemos sido
nosotras tres. Ahora seremos cuatro. Todavía no he descartado
convertirme, pero quiero saber si mi bebé es capaz de convertirse antes de
que siquiera considerarlo.
Jubal se hundió en la silla, viéndose como si no le importara. Jasmine
lo miró, y luego bajó la vista hacia sus manos.
Hay problemas allí, predijo Dax. A él no le gusta la idea de que ella se
convierta.
Sus dos hermanas lo han hecho, señaló Riley. ¿Él no podría? Debe
tener la misma habilidad. ¿Un macho no puede ser convertido?
Supondría eso. Obviamente este Luis fue capaz. Capté la impresión de
él como jaguar. Dax giró la cabeza al igual que Juliette. Riley lo sintió
fruncir el ceño. Riordan ha regresado y está muy inquieto. Le está pidiendo
a Gary que entre a Jasmine.
Riley miró a Juliette. Ella parpadeó para alejar las lágrimas y
mantuvo el rostro cuidadosamente apartado de su hermana.
Definitivamente, algo iba mal.

~ 337 ~
Gary salió de la casa. —Jasmine, —la llamó, saludando a los otros
con la mano. —He estado sin un digno oponente de ajedrez durante
mucho tiempo. Ven y sácame de la miseria.
— ¡Oye! —Objetó Jubal.
Jasmine le dirigió una sonrisa de suficiencia. — ¿No has estado
retrasando los finales en los partidos de ajedrez?
—Ten cuidado, mujer, —le advirtió Jubal. —No lances desafíos que no
serás capaz de ganar.
—Cuando quieras, donde quieras, —le ofreció Jasmine. Ella rió y le
extendió una mano. —Deja de ser perezoso y ayúdame a levantarme. Soy
una ballena embarrancada.
—Eres hermosa, y lo sabes. Deja de buscar cumplidos, —dijo Jubal,
poniéndose de pie perezosamente. La levantó, sin retroceder, por lo que
cuando ella se paró, su cuerpo estaba contra el de él. Él descansó la palma
sobre su vientre crecido. —Ni siquiera estás muy grande.
—Estoy grande. —Ella no se movió, ni le quitó la mano, sólo levantó
la mirada hacia él.
Jubal sonrió y retrocedió, dándole espacio para que pasara alrededor
de él. —Ve a practicar. Lo necesitarás.
—Vas a tragarte esas palabras, —le advirtió Jasmine.
—Cuando quieras, donde quieras. —Le respondió Jubal con las
mismas palabras.
La risa de ella les llegó flotando. La presión y la tensión se habían ido,
y sonaba joven y feliz de nuevo.
—Gracias, —le dijo Juliette a Jubal. —No la he escuchado sonar así
desde… la última vez que estuviste aquí.
Riordan apareció en la terraza y Juliette fue con él inmediatamente.
Él puso sus brazos alrededor de ella, sosteniéndola cerca suyo.
—Lo tomaré como que no hubieron buenas noticias, —dijo Jubal.
Riordan negó con la cabeza. —No. Creo que Jasmine tenía razón.
Alguien la ha estado siguiendo, y están tras el bebé.

~ 338 ~
Jubal maldijo. —Maldita sea. ¿Jaguares?
—Probablemente. Serían los sospechosos más probables.
—Tal vez no, —dijo Dax. —No tuvimos tiempo para contarles. Su
piloto nos pidió que comprobáramos a la amiga de Juliette.
Juliette giró la cabeza para mirar a Dax, pero Riley podía ver que por
su mirada, ya sabía lo que estaba por contarles.
—Lo siento, Juliette, —dijo Dax formalmente. —Estaba muerta. Fue
asesinada.
— ¿Y su bebé?
Riley apretó los dedos alrededor de los de Dax.
Dax negó con la cabeza, con el tono más estoico que nunca, y con el
rostro tallado en piedra. Sólo ella sintió la ráfaga de emoción, el volcán
explotando muy dentro de él. —Mitro mató tanto a la madre como al niño.
Necesito saber todo lo que está sucediendo/ocurriendo aquí. Todo.

~ 339 ~
Capítulo 18
Traducido por Mushta
Corregido por Ariel

—Jasmine dará a luz en cualquier momento, —explicó Riordan—.


Juliette temía que hubiera complicaciones, por lo que la hemos estado
llevando a una doctora aquí en la ciudad. Ella es un jaguar, y cuida de
muchas de sus mujeres. Hace un par de días, comenzó a sentir como si
alguien la estuviera siguiendo. Yo no estaba con ella, pero algunos de los
nuestros estaban allí y no vieron nada que los hiciera sospechar. Juliette y
yo salimos cuando llegamos y no pudimos encontrar ningún indicio de que
alguien la estuviera observando. Aún así, ella estaba tan inquieta, que no
lo descarté.
—Gracias a Dios, —dijo Juliette.
—Esta tarde, recibí un llamado, primero de un amigo en el
departamento de policía y luego de la doctora de Jasmine. Los policías
encontraron algo espeluznante cuando allanaron un almacén lleno de
drogas. Un puñado de niños góticos que pertenecen a una secta
clandestina, estaban construyendo su casa debajo del almacén y tenían
los cuerpos de seis niños cubiertos en oro. Alegaron que los bebés habían
nacido muertos, e iban a venderlos en el mercado negro.
Horrorizada, Riley retrocedió y tropezó con Dax. Él le pasó los brazos
sobre los hombros para estabilizarla. Instantáneamente, ella se sintió
consolada. Las manos de él eran grandes y fuertes, pero su toque era muy
suave. No dijo nada, pero no necesitaba hacerlo.
—Eso es repugnante, —dijo Jubal—. Espero que tiraran la llave a la
basura.

~ 340 ~
—Hay algunas culturas que creen que cubrir con oro el cuerpo de un
niño trae suerte, —dijo Riordan.
— ¿Quién, en su sano juicio, pensaría que el cuerpo de un niño
cubierto en oro les traería suerte? —Exigió Jubal—. Eso es enfermo.
—Sin embargo, —dijo Riordan—. Sucede. Es solo que la doctora Silva,
la doctora de Jasmine, piensa que los seis bebés son de mujeres que van a
su clínica. Todas mujeres jaguares. Dijo que seis de sus pacientes, en
diversos estados del embarazo, de repente dejaron de regresar con ella;
simplemente desaparecieron. Intentó contactarlas, pero nadie le respondió.
Las mujeres jaguares pueden ser muy difíciles de localizar…
—Tienen que serlo, —dijo Juliette en su defensa—. Pero no dejarían
de ir a su doctor antes de dar a luz. —Se alejó de él y caminó agitada de
un lado a otro, a unos metros de distancia.
Riordan le extendió el brazo. Juliette le tomó la mano
inmediatamente. —Sé que estás preocupada por ella, pero no le sucederá
nada a Jasmine. Nos tiene a todos nosotros para cuidarla.
—Ha tenido que atravesar tanto, —dijo Juliette—. Está mal añadirle
esto. Si supiera que están detrás de ella de nuevo, estaría devastada.
—La doctora le advirtió que fuera cuidadosa. Tenía un mal
presentimiento acerca de las otras mujeres y ha llegado tan lejos que
incluso fue a la policía, pero nadie se alarmó. La doctora Silva dijo que dos
de las mujeres habían actuado inquietas, y una dijo que pensaba que
alguien había estado fuera de su casa la noche anterior, —continuó
Riordan—. La mayoría de los hombres jaguares están dispersos, pero
muchos han ido a las ciudades. Temíamos que comenzaran a acechar a
las mujeres aquí.
—Eso es lo que pensó la doctora Silva, —dijo Juliette—. Esos hombres
los han encontrado. Todos aquellos que eran objetivos llevaban bebés
jaguares, por lo que supusimos que eran los machos buscando llevárselos
de nuevo.
—Juliette y yo fuimos a las casas de las mujeres, creyendo que
captaríamos el rastro y recuperaríamos a las mujeres, —agregó Riordan.
Negó con la cabeza y miró a su compañera.

~ 341 ~
—No eran los machos jaguares, —aseguró Juliette—. No había
ninguna evidencia de que alguno de ellos hubiera estado cerca de los
hogares ni de las propiedades de las mujeres. Yo habría sido capaz de
captar su aroma.
— ¿Crees que algún vampiro tiene que ver con las desapariciones? —
Le preguntó Riordan a Dax, yendo al grano.
—Tú estás inquieto. Juliette está inquieta. Jasmine también lo está.
Riordan frunció el ceño mientras asentía lentamente. —Sentí la
presencia de la maldad pero no pude rastrearla. Fue muy extraño.
Cazamos en el bosque y en las ciudades de toda Sudamérica. Esto se
sintió diferente para mí. No pude captar el aroma del todo, pero sabía que
estaba allí. Muy malvado, y aún así tan débil que no pude seguirle el
rastro. Cazo vampiros, y sin embargo, esto era… diferente es la única
palabra que se me ocurre. No pude identificarlo como a los no muertos.
—Rastreamos a Mitro hasta esta ciudad, —dijo Dax—. No me
sorprendería que estuviera detrás de esto. No se parece a ningún otro
vampiro que hayas enfrentado jamás, y no es fácil rastrearlo, ni siquiera
para mí y lo he seguido durante cientos de años. Él es… diferente.
Juliette se estremeció y se acercó a Riordan. —Jasmine no puede
saber esto, y tiene que ser protegida las 24 horas del día.
—Gary y yo podemos quedarnos con ella durante el día, —se ofreció
Jubal.
—Y gracias a la prima de Juliette, Solange, somos capaces de estar
más tiempo despiertos durante el día, así que si es necesario podemos ir
en su ayuda, —dijo Riordan.
Dax sintió el familiar salto mental de cuando ataba cabos. —
¿Solange? —Necesitaba más información. No tenía idea de qué se trataba,
pero lo había seguido a Mitro durante tanto tiempo que conocía el modo de
pensar y de actuar del vampiro. La mente le dio un salto ante la
conversación informal, y los instintos le gritaron repentinamente.
—Solange es mi prima, —dijo Juliette—. La compañera de Dominic.
— ¿Del rastreador de dragones? ¿Todavía vive? —Le preguntó Dax.
Riordan asintió.

~ 342 ~
Dax caminó hasta la barandilla. Estaba desacostumbrado a estar
cerca de tanta gente, y mirar hacia las luces de la ciudad lo hacía sentir
menos rodeado. — ¿Qué hay de diferente en la sangre de Solange que les
permite permanecer bajo la luz del sol?
—Ella es de la realeza jaguar, —explicó Riordan—. Intercambió sangre
con nosotros, y eso nos permitió manejar el sol por períodos de tiempo
más largos, pero hay un precio. La debilidad es severa y llega de forma
inesperada y muy rápido. Intentamos no usar esa habilidad con mucha
frecuencia porque puedes encontrarte en un gran peligro con rapidez, pero
nos da algunas ventajas que antes no teníamos.
— ¿Toda la sangre jaguar les permite a los Cárpatos permanecer
durante más horas al sol? —Preguntó Dax, mirando hacia adelante a la
deslumbrante exposición de luces.
—Si fuera ese el caso, yo habría sido el primero en descubrirlo, —dijo
Riordan—. Juliette era jaguar. Yo habría sido capaz de pasar más horas
despierto.
— ¿Cómo sabes que no podías? ¿Lo intentaste? —Le preguntó Dax.
Riordan y Juliette se miraron el uno al otro, claramente
conmocionados. Eventualmente, Riordan negó con la cabeza. —No pensé
en intentarlo, ¿por qué habría de hacerlo? Aún así, no pienso que la
sangre de Juliette hubiese hecho lo que hace la de Solange, y por supuesto
ahora, Juliette es completamente Cárpato así que sigue siendo discutible.
Dax se volvió para enfrentar al Cárpato. Era un cazador en primer
lugar, y conocía a su presa tan bien como se conocía a sí mismo. Si Mitro
estaba detrás de los asesinatos de mujeres embarazadas y tomaba sus
bebés, no era todo por diversión. Había marcado a cada víctima como
objetivo deliberadamente. Si había encontrado un modo de prolongar su
tiempo en las tempranas horas de la mañana o de la tarde, podría hacer
mucho más daño del que estaba haciendo ahora. Ya era un enemigo
formidable. Si añadía horas diurnas, tendría más tiempo para reclutar su
ejército y más tiempo para matar o crear marionetas.
Riordan negó con la cabeza. —Ningún vampiro podría salir jamás bajo
la luz del sol. No es posible.

~ 343 ~
—Mitro no es un vampiro común, —les advirtió Dax—. Le saqué el
corazón y lo arrojé en el charco de magma, y todavía está vivo.
Riordan se quedó inmóvil. El jadeo de Juliette fue audible.
Dax no tenía forma de saberlo, pero quitarle a sus madres, de forma
morbosa y depravada, sus bebés que todavía no habían nacido le daba la
impresión que era Mitro. Miró a Riley. Obviamente, ella estaba siguiendo el
mismo hilo de pensamientos. Se veía horrorizada. Verdaderamente
horrorizada. Él quería abrazarla y darle refugio cerca de su corazón,
mantenerla alejada de monstruos retorcidos y depravados.
Sus miradas se encontraron. Ella le dirigió una sonrisa pequeña y
renuente, y le dio un vuelco al corazón. Estoy bien. Hemos visto lo malo
que es. Y vinimos aquí por esto.
La sangre de Arabejila, al igual que sus regalos –y esos de sus
ancestros- corrían profundamente por las venas de Riley. Si había una
persona que podría rastrear a Mitro, esa era Riley, y ella lo comprendía.
—Llévanos allí, a una de esas casas donde sentiste la presencia, —
ordenó Dax—. Esta noche. No tenemos tiempo que perder. —Se dio media
vuelta, le extendió la mano a Riley, y caminó hacia la puerta, sin darles
tiempo a los otros para que se rehusaran.
Se sintió aliviado al dejar el interior de la casa. Podía ver que los
Cárpatos la habían diseñado para que les quedara cómoda, pero estaban
acostumbrados al mundo moderno y a la civilización. Él no lo estaba. El
aire no se sentía igual. Nada se sentía igual dentro de cuatro paredes. La
presencia de Riley ayudaba, pero prefería el exterior y las montañas.
Riordan vaciló. — ¿Juliette?
—Me quedaré con Gary y Jubal. Podremos cuidar a Jasmine. Con
salvaguardas, si el vampiro la ha marcado como objetivo, sus títeres no
serán capaces de entrar aquí en caso de que no regresen antes de que
salga el sol. Estaremos a salvo mientras nos quedemos en el interior.
Riordan asintió y luego siguió a Dax afuera. Ambos cazadores
inhalaron profundo, oliendo el aire, buscando información. Riley se puso
en cuclillas mientras ellos trabajaban en las salvaguardas para la casa, y
hundió las manos en el suelo. Dax se conectó a ella para ganar el
conocimiento que la tierra pudiera proveerles.

~ 344 ~
Siempre estaba esa primer pequeña resistencia cuando intentaba
entrar en su mente. Ella todavía no había descubierto cómo abrir la mente
en todo momento, pero no podía resistir el modo en que él vertía calidez en
ella una vez que la tocaba. La mitad del alma de él gritaba por la de ella, y
la de ella respondía. Ya no habría más soledad, cada sombra se había ido,
y cada vez que compartían la mente, a ambos se les hacía difícil separarse.
La sangre se le calentó repentinamente en el momento que
compartieron la conexión íntima. Esperó hasta que pasara la primera
oleada y cuidó que su corazón no le cambiara el ritmo al de ella. En lo
profundo de las venas, el pulso le zumbó, al compás de los latidos del
corazón de ella. Parecía estar concentrada en su propio pulso.
Se le acercó, le puso la mano en la parte de atrás del cuello, y entró
más profundo en su mente. Ella estaba siguiendo algo que comprendía,
pero él no lo había captado todavía. Se quedó quieto, esperando. Era un
cazador, y había aprendido a tener paciencia.
Lo que fuera que estuviera eludiéndolo, seguramente iría a él, no le
cabía ninguna duda.
Allí estaba. Un latido pequeño e irregular en el pulso de ella. Escuchó
atentamente.
No está bien, dijo Riley. Esto es extraño. Algo está muy mal aquí.
Siente el modo en que la sangre se mueve en mis venas. Es muy débil,
pero hay algo que me empuja hacia el borde del acantilado, hacia la
izquierda. Creo que él estuvo allí…
Ella se detuvo, negó con la cabeza, y se volvió para mirar a su
alrededor. Un pequeño bosquecillo de árboles se encontraba hacia la
izquierda, con las ramas balanceándose ligeramente.
Yo lo sabría si estuviese aquí.
Tienes razón. No era él, pero su sangre estuvo aquí. Tomó distancia
para no llamar la atención de los residentes, pero alguien o algo está
observando.
Dax envió un roce de aire que Riordan sentiría como un toque en el
hombro para advertirle. Cambió a la conexión común Cárpato. No estamos
solos.

~ 345 ~
El observador sin duda estaba siguiendo el movimiento de las manos
de Riordan mientras ponía las salvaguardas sobre su casa en la ciudad,
interpretándolo y haciendo que los que estaban dentro fueran vulnerables.
¿Estás seguro de esto? Riordan no detuvo el movimiento con las
manos, pero envió ondas con patrones extraños.
Riley está segura, y para mí eso es suficiente. Capté un rastro leve,
pero no es Mitro. Riley dice que su sangre está aquí, le informó Dax al otro
Cárpato.
Le había quitado los recuerdos tanto a Jubal como a Gary, pero no lo
había hecho con Riordan. Los recuerdos eran sagrados para los machos
Cárpatos. Algunas veces, el honor sólo se mantenía con los recuerdos. Se
sintió desfavorecido por la falta de conocimiento de lo que había sucedido
en la historia de su gente. Gary tenía el mayor conocimiento, pero era
humano y no tenía la información necesaria para siglos de lucha contra
vampiros o la información que los cazadores tenían sobre ellos y los trucos
que utilizaban.
Riley tembló debajo de sus dedos, y Dax comenzó a masajearla
suavemente. Continúa con lo que estás haciendo, sivamet. Encontraremos
a este observador. ¿Puedes rastrear la sangre sin el observador?
La mente de ella se movió contra la suya y una vez más experimentó
la extraña debilidad alrededor de su corazón. Ella no protestó, ni se
derrumbó, sino que mantuvo las manos en lo profundo del suelo, con la
cabeza inclinada como si estuviera escuchando con intensidad.
Sí, creo que ha habido otros, en la misma arboleda. Más de uno, pero
hace unos días. El rastro es muy débil, pero si escucho mi sangre, el
llamado está allí.
Dax siguió masajeándole el cuello con una mano, y la otra suelta
sobre su costado, con la mano abierta, moviéndola sutilmente, cambiando
el viento ligeramente, trayéndolo del barranco, arremolinándose alrededor
de la arboleda y enviando una ráfaga directamente hacia él.
El segundo árbol a la izquierda. En lo alto de las ramas. Un roedor.
Mitro lo está usando del modo en que los magos usaban a los familiares, le
informó a Riordan.

~ 346 ~
Ahora lo veo, le respondió Riordan, dejando caer las manos como si
hubiera terminado y creyera que su hogar estaba a salvo.
Tendrás que venir con nosotros, susurró Dax suavemente en la mente
de Riley. Si no lo haces, él sabrá que estamos sobre él. Tenía que seguir
recordándose que ella no era Cárpato, pero ni siquiera parpadeó, a pesar
de que no tenía la intención de esconder su silenciosa renuencia.
Tomó la mano que él le había extendido y tras ponerse de pie, se dio
tiempo para sacudirse el polvo de los jeans. Él sabía que ella se estaba
dando tiempo para componerse y rodearse de acero para lo que fuera que
estaba por venir.
—Estoy lista, —dijo en voz alta, y le dirigió una sonrisa y luego a
Riordan—. Vamos. Yo compraré. Esos chicos están muy hambrientos, y
dudo que ustedes dos sepan mucho acerca de las compras de comestibles.
—Ella incluso fue capaz de reírse un poco de su propio chiste.
Entrelazó los dedos con los de ella, asombrado por su tono juguetón,
que no fue demasiado alto; de hecho, no estaba seguro de que el
observador pudiera escucharla, pero no importaba. Ella actuaba
perfectamente natural. Apuró el paso sin hacerlo evidente. Riley se quedó
un paso detrás, pero él aparentó no notarlo, y se inclinó hacia Riordan
para decirle algo en voz baja mientras caminaban por el camino sinuoso
para llegar al vehículo que estaba aparcado en la parte izquierda del
estacionamiento más cercano a la arboleda. Ella se apretó contra su
espalda de ese modo que estaba empezando a amar, deslizó la mano en su
bolsillo trasero mientras igualaba su paso y usó el cuerpo de él como
escudo.
Está rastreando a tu compañera, advirtió Riordan. No nos está
buscando a ninguno de nosotros, solo a ella.
Dax tuvo cuidado de no mirar a la criatura directamente, pero ya le
había visto los malvados ojos brillando entre el follaje, y la mirada se
dirigía únicamente a Riley. Mitro cree que ella es otra persona y le teme. Él
rechazó a su compañera Arabejila e intentó matarla, pero no pudo
terminar el trabajo. Ella es la única persona que no puede matar, por lo
que enviará a cada subordinado que tenga para que haga el trabajo por él,
explicó Dax.

~ 347 ~
Esa cosa me está mirando, le susurró Riley mentalmente.
Sonaba asustada. Llevó la mano desde el bolsillo trasero a la parte
baja de su espalda. Apretó la camisa con el puño fuertemente.
Todo estará bien.
Para ti es fácil decirlo. No es a ti a quien está mirando.
Él contuvo una sonrisa. Deja de mirarla.
Tiene dientes grandes.
Por supuesto los tiene. Está preparado para matarte. Estoy seguro de
que las garras tienen el mismo tamaño. Ahora están más cerca.
Ella le golpeó fuerte la espalda. ¿Crees que algún día comprenderás el
concepto de suavizar el nivel de peligro?
No comprendo lo que eso significa. Estaba genuinamente
desconcertado. Ella estaba hablando medio en serio, y medio en broma,
pero no le gustaba la idea de que pudiera estar fallándole en algún nivel.
¿Cómo “suavizaba” uno, lo que fuera que eso significara, el peligro?
Cualquier criatura que usara un vampiro para hacer su voluntad era
extremadamente peligrosa, especialmente una que quería matar a su
compañera.
Por supuesto no lo sabes.
Había un rastro de diversión en su voz. Arabejila tenía un don
logrando que un macho Cárpato que había perdido todo el color y la
emoción sintiera una débil sensación, pero las veces que consiguió sentir
algo, la reacción había sido tan tenue y distante, que nunca había estado
completamente seguro de si el sentimiento había sido un antiguo recuerdo
o no, o si realmente había experimentado una sensación. Sin duda no
había sido humor. Arabejila siempre había tenido un sentido del humor,
pero él no siempre había comprendido su risa.
Ahora, con Riley, el humor se había vuelto diversión. Le gustaba
bromear con ella. Y a ella le gustaba bromear con él. Estaba alcanzando a
comprender el humor, y el de ella siempre aparecía en momentos
inesperados.
Se está preparando para atacar.

~ 348 ~
Dax supo que la voz de Riordan en su cabeza sobresaltó a Riley, pero
el único signo fue el modo en que ella apretó con más fuerza la camisa y
presionó la frente contra su espalda, encogiéndose. Durante todo el
tiempo, ella mantuvo el paso de él.
Cuando lo diga, suéltame y agáchate.
Él estaba en la mente de ella y escuchó la silenciosa protesta, pero
asintió varias veces indicando que lo había escuchado. Estaba asustada.
Realmente asustada. Él estaba acostumbrado a Arabejila, quien siempre
seguía sus órdenes sin cuestionarlas. Al igual que él, ella no le temía a la
muerte. Ambos habían perdido toda esperanza de encontrar a un
compañero, y sabían que la muerte en ese momento era una cuestión de
honor. Ahora, tenía mucho por lo que vivir, pero el miedo era algo con lo
que no estaba familiarizado.
No permitiré que nada te haga daño, Riley. Era la simple verdad. No
podría permitir tal cosa. Ella era su compañera, su mundo, la luz para su
oscuridad y no había ninguna posibilidad de que permitiera que algo la
lastimara. Arabejila lo comprendía…
Si me comparas una vez más con esa mujer, te golpearé la cabeza con
objeto muy grande. No soy Arabejila, y no me agradan las comparaciones.
Ella apretó los dientes con fuerza, casi rozándole la piel. Bien podría
haberle rasgado la camisa.
Creo que el dragón sería algo bueno ahora mismo. Tal vez deberías
llamarlo para que salga. Él es grande y también tiene dientes.
Ella estaba verdaderamente enfadada con él, pero por otro lado, él no
comprendía realmente por qué. Las compañeras eran mucho más
complicadas de lo que jamás había imaginado. ¿Y el dragón? ¿Ella quería
que el antiguo la protegiera? Sintió una leve punzada de una emoción que
no pudo captar del todo ni identificar.
Mientras intentaba encontrarle un significado a su razonamiento
ilógico, mantuvo la mayor parte de su atención enfocada en el roedor.
Comenzaron a arder pequeñas llamas en sus ojos brillantes y encendidos.
Tensó los músculos como si se preparara para que su presa se acercara lo
suficiente.

~ 349 ~
Ahora. Dio la orden cuando el observador saltó de las ramas,
irrumpiendo en el aire, precipitándose directamente hacia Riley.
Ella se agachó bien abajo, tras soltarle la camisa al mismo tiempo que
las escamas se le deslizaron por la piel, con esa fuerte armadura
protegiéndolo, y él se balanceó hacia la criatura con el puño de acero. Hizo
contacto con el largo hocico, y le destrozó los afilados dientes, enviándole
los colmillos por la garganta.
El roedor voló hacia atrás, directo hacia las manos de Riordan. Él
atrapó al observador por el cuello y lo sostuvo con fuerza, mientras le
miraba los ojos llameantes. Muy en lo profundo de esas llamas rojas, ardía
un oscuro odio. Riordan sólo captó un breve destello en el medio del
torbellino, unas torres alzándose dentro de los ojos de la bestia.
Tiene sombras, Dax, tenías razón.
La criatura gruñó e intentó cortar a Riordan.
Ahora, pero estate alerta cuando la sombra intente salvarse.
Antes de que el roedor oscuro pudiera hundir las garras en la piel de
Riordan, el cazador lo lanzó al aire. Dax convocó el fuego de dragón, abrió
la boca y exhalo un torrente de llamas para tragar al roedor, y lo quemó
rápidamente. El olor era espantoso, nocivo, incluso tóxico. El gruñido se
convirtió en un atroz chillido. Riley se tapó los oídos con las manos y
contuvo el aliento.
Ninguno de los dos cazadores le quitó los ojos de encima al roedor
cuando cayó al suelo en llamas. De manera espantosa, se puso de pie y se
tambaleó hacia Riley. Quemándose rápidamente, y chillando, abrió la boca
y tosió una pequeña sustancia oscura, una simple sombra. La sombra
cayó al suelo y comenzó a cavar profundo. Sin la sombra de Mitro que la
mantuviera viva, la desafortunada criatura ardió brillante, y se convirtió en
nada más que cenizas.
—Detenlo, Riley, —le ordenó Dax en el momento que la sombra
aterrizó en el suelo—. No lo dejes usar el suelo para escaparse. Llévalo a la
superficie.
Ella enterró las manos en la tierra sin vacilar, a pesar de que su
miedo era tangible. Él no necesitaba su vínculo mental para sentirlo. El

~ 350 ~
cántico que susurraba era bajo y fuerte y firme, sin vacilación. La Madre
Tierra le respondió a su niña.
De inmediato, el suelo se tensó, se estiró y luego se sacudió. La
suciedad saltó hacia el aire, como un géiser escupiendo alto mientras la
sombra de maldad era rechazada. El viento cambió de rumbo alejándose
de los Cárpatos. Dax y Riordan atravesaron de un salto el rocío del suelo,
con los ojos enfocados en la única sombra oscura que era llevada en la
dirección de los árboles.
Una vez más, Dax convocó el fuego, inhaló profundo, llevando el aire
al estómago, y enviando la corriente de llamas directamente hacia esa
sombra de maldad. Los gritos de furia y de dolor rasgaron el aire. Los
perros aullaron por todo el vecindario, las alarmas se extendieron por toda
la ciudad. Las alarmas de los autos se apagaron. Sonaron las sirenas. Las
ventanas se hicieron añicos en algunas casas y comercios. La promesa de
represalias, de venganza, llegó cuando el profano ruido se desvaneció.
Riley se arrodilló con las manos en los oídos, y la cabeza baja.
Riordan hizo un chequeo para asegurarse de que tanto la sombra como la
malvada criatura estaban muertas.
—Se ha acabado, —dijo Dax, apresurándose para ir junto a Riley. Le
extendió el brazo y la ayudó a ponerse de pie, y la puso al resguardo de su
cuerpo.
Riley se apoyó en él durante un breve instante, aceptando el consuelo
que le ofrecía. La abrazó, casi aplastándola contra él, e inhaló su esencia
en los pulmones. El aroma de ella eliminó el hedor repulsivo y
desagradable que impregnaba el aire a su alrededor.
— ¿Qué fue eso? —Descansó la cabeza sobre su pecho, y los nervios
la traicionaron con los pequeños temblores de la mano que tenía apoyada
sobre su corazón.
—Mitro puso una pequeña sombra de sí mismo dentro de la criatura
para crear a un observador y poder ver lo que hacía. De ese modo podía
enviarlo donde quisiera, tener el control total, y obtener información con
muy poco riesgo para él mismo, —explicó Dax, llevando una mano a su
nuca para aliviarle suavemente la tensión.

~ 351 ~
Ella lo miró. —Vives es un mundo muy escalofriante. ¿Qué esperaba
obtener?
—Evidentemente tenía a alguien observando a los cazadores Cárpatos
o a Jasmine.
Por encima de su cabeza pudo ver a Riordan que ponía una vez más
nuevas salvaguardas alrededor de la casa. Esta vez, no habría un
observador que pudiera informarle a Mitro los patrones exactos de las
guardas, un conocimiento que prácticamente les hubiera dado a sus
subordinados la entrada libre a la casa de Riordan. Ahora, sería casi
imposible que pudiera entrar alguien que quisiera hacer daño.
—Crees que está detrás de Jasmine. —Riley lo dijo como una
afirmación.
— ¿Tú no?
Riley retrocedió un paso, encontrándolo con los ojos. —Por supuesto.
Está detrás de su bebé por alguna razón, y tendremos que averiguar por
qué, Dax, y detenerlo. Es un asesino serial. Puedes llamarlo como quieras,
pero al final, parece sentir un gran placer con la tortura y el asesinato de
gente inocente. Tiene rituales para matar.
—Quiere que los otros piensen eso, Riley. Los rituales se colocan en el
lugar para impresionar a sus seguidores. Quiere que lo adoren y para
hacerlo, demanda sacrificios.
Riley suspiró. —Si hay una facción de jóvenes góticos y perdidos a
quienes ha impresionado, entonces está creando un ejército, una secta, de
gente joven que busca respuestas y fortalezas, algún lugar al que
pertenecer cuando no encajan. Créeme, Dax, hay tantos fugitivos
buscando un hogar, que harían cualquier cosa por el correcto líder
carismático. Son almas perdidas, y las está recolectando.
—Pero el asesinato de esas mujeres jaguares, eso no tiene nada que
ver con sus seguidores, aparte de que le lleven las mujeres, —dijo Dax—.
Al menos esa es mi sospecha. Necesito que confirmes eso por mí y veas si
puedes seguirles el rastro.
Riley asintió. —Dije que lo haría, y lo dije en serio. —Hizo un gesto
hacia las cenizas quemadas—. Eso no cambia nada, pero estaba detrás de
mí, ¿verdad?

~ 352 ~
Dax asintió. —Mitro hará lo que sea por destruirte. Tienes que
comprender que se ego y su vanidad son enormes. Cree que es superior a
todos los seres, a todas las especies. ¿Recuerdas el pueblo del Amazonas?
Ella se estremeció, y le dirigió una mirada en reprimenda. —Es
imposible olvidarlo.
Él le acarició el largo cabello. —Necesita ser adorado. Esa necesidad
lo conduce todo el tiempo. No le teme a nada en esta tierra excepto a
Arabejila, su compañera, y su sangre es fuerte en ti.
Riley le hizo una pequeña mueca. —Cuando esté muerta y enterrada,
tengo un par de cosas que quiero decirle a esa mujer. Cuando estaba
enseñando en la Universidad anhelaba la aventura, pero debo decirte, que
gracias a Arabejila, lo normal parece muy, muy perfecto.
La boca de Dax comenzó a curvarse en una sonrisa por la leve
mordacidad en su voz. Intentó esconderla deprisa, sabiendo que no era el
movimiento más inteligente de su parte, sonreír cuando ella estaba un
poco enfadada. Le tomó la mano y la impulsó suavemente hacia Riordan.
—Llévanos a la casa de las mujeres que desaparecieron más
recientemente.
Riley negó con la cabeza. —Allí no. A la oficina de la doctora. A la
clínica. Vayamos allí primero.
Riordan frunció el ceño. —Hay demasiadas personas que entran y
salen. Nunca encontrarás un rastro claro.
—Si ves a una mujer embarazada caminando por la calle, ¿puedes
saber si es una mujer jaguar? A mí me presentaron a Jasmine, y no supe
por su aspecto ni su aroma que era diferente en lo más mínimo a cualquier
mujer humana. ¿Tú puedes? ¿Por su aroma, quizá? —Preguntó Riley.
Dax tuvo que concederle un punto. —No, el jaguar generalmente está
bien escondido, especialmente en las mujeres embarazadas.
—Entonces el denominador común tiene que ser la doctora que eligen
ver. Ella tiene que ser la forma en que marcan a las mujeres como objetivo.
No pueden escoger al azar mujeres que caminan por la calle, no si tu
teoría de que Mitro quiere bebés jaguares por alguna malvada razón es
correcta. Si esta doctora Silva es la única doctora jaguar de confianza,

~ 353 ~
entonces una vez que Mitro sepa eso, puede descubrir que la mayoría de
las mujeres que van allí probablemente son jaguares. Eso elimina el factor
incógnita.
Riordan asintió. — ¿Crees que puedes captar el rastro incluso con la
cantidad de gente que entra y sale de ese lugar?
—Mitro no puede estar obteniendo la información él mismo. No usaría
un observador, —dijo Dax—. No puede arriesgarse a debilitarse. Tiene que
tener a un humano ayudándolo. Y quien fuera que sea, no solo estaría
observando desde afuera. Alguien lo notaría eventualmente.
— ¿Crees que su marioneta en realidad trabaja en la clínica? —Le
preguntó Riordan.
—Eso tendría sentido, —dijo Riley. La recorrió un pequeño
escalofrío—. Quien sea que esté ayudando a Mitro ve a esas mujeres, les
habla y probablemente tenga acceso a sus historiales médicos. Trabajan
allí e incluso puede que se hagan amigos deliberadamente de esas
mujeres. Esas mujeres no sospecharían si se los encontraran por
casualidad en otro lugar. No todas las pacientes de la doctora Silva son
jaguares. ¿Cómo podrían serlo? ¿Rechaza a todas las demás?
—No, por supuesto que no. También ve a muchas mujeres humanas,
—dijo Riordan—. Nadie estará allí a estas horas de la noche.
Riley se encogió de hombros. —Estoy perfectamente bien con eso.
Pensé que solo iríamos a seguir el rastro. No quiero encontrarme con nada
que haya creado un vampiro.
Riordan sonrió. — ¿Dónde está la diversión en eso, señora?
Riley lo miró debajo de las pestañas, con la boca curvándose
ligeramente, pero no le respondió mientras lo seguía al auto.
A Dax le pareció tonta la idea de viajar en un vehículo cuando
simplemente podrían volar y llegar allí mucho más rápido. — ¿Por qué?
—Necesitamos encajar, —le explicó Riordan—. Con la nueva
tecnología, tenemos que ser más cuidadosos que nunca por parecer
humanos.
—No hay nadie cerca. Tu casa está aislada. Solo hagámoslo rápido, —
dijo Dax.

~ 354 ~
Riley levantó la mano. —Yo no vuelo. Pensé que te gustaría saberlo
antes de tomar una decisión. Tengo pies, no alas.
Dax sintió el pequeño revoloteo de entusiasmo cuando la imagen del
dragón entró en la mente de ella. Estaba agradecido de que no le
mencionara el dragón a Riordan, a pesar de que el cazador Cárpato habría
asumido que él simplemente se había transformado en la criatura mítica,
usando la ilusión del vuelo. El antiguo no era amigable. Aceptaba a Dax y
a la mujer de Dax, pero al resto de ellos, podría considerar asarlos a la
parrilla.
No serviría tener a un dragón gigante respirando fuego en una gran
ciudad. Terminaría en Youtube. Hubo risa en la voz de Riley.
No estoy familiarizado con Youtube.
Ella le envió imágenes, pero él aún no podía comprender del todo el
concepto. Las computadoras y la televisión tenían que ser vistas antes de
que pudiera comprenderlas. Sin embargo, ella tenía razón, no sería
conveniente tener al antiguo en los cielos donde los aviones creían que era
su espacio. En lo que concernía al dragón rojo, los cielos eran de su
dominio.
Dax abrazó a Riley y se elevó hacia el cielo, enmascarando su
presencia de cualquiera que pudiera estar fuera. No quería discutir sobre
encajar o usar el vehículo. No le gustaba ese medio de transporte.
La voz de Riordan le hizo eco en la mente. Supongo que será difícil
acostumbrarte a las costumbres modernas después de todo este tiempo.
Nosotros tuvimos suerte de ver al mundo desarrollarse. Los autos y los
aviones son necesarios.
Dax se tomó su tiempo para disfrutar a Riley en sus brazos. Ella lo
agarró fuerte, su rostro, en lugar de estar hundido contra su hombre,
estaba hacia el viento como de costumbre, con el largo cabello disperse
alrededor de ellos, rozándole el rostro y los hombros como hilos de seda.
Amas esto, ¿verdad?
La risa de ella le llenó la mente. Sabes que sí. No puedo evitarlo. ¿No
es esta una experiencia increíble? Las estrellas sobre nosotros, las luces
debajo, ¿el viento en nuestros rostros? ¿No te hace sentir vivo?

~ 355 ~
Subestimaba el volar. Lo había estado haciendo durante siglos, pero
ahora que ya no estaba más en el volcán, podía apreciar la libertad que le
daba. Riley le daba mucho más. Él estaba viendo a través de ojos nuevos,
experimentando el volar por primera vez y al igual que Riley, gracias a ella,
se sentía conmocionado por la alegría. La de ella, la de él, no importaba
quién la sintiera primero. Estaba allí.
Sus emociones habían regresado, pero como no estaba acostumbrado
a sentir, lo revertía usando la lógica, sin confiar en la intensidad que
rodeaba a nadie salvo a Riley. Ella estaba cómoda en el mundo moderno,
aunque se las arreglaba para funcionar en su mundo con gracia e
inteligencia incluso cuando estaba asustada.
Tenía una gran facilidad para meterse dentro de él, en su alma. Sabía
que el antiguo también lo sentía. Por más que el dragón no quisiera sentir
afecto, estaba demasiado emocionado como para no hacer las conexiones.
Era ferozmente leal, y Riley y Dax ahora eran su única familia. El antiguo
no era una criatura solitaria como muchos creían, y Riley también había
entrado en el alma del dragón.
Dax descubrió que todavía estaba conmocionado por el conocimiento
de que ella existía, de que en el momento más oscuro, había encontrado a
su compañera. Hacía mucho tiempo se había dado por vencido de tener la
esperanza de hacerlo. No había tenido idea de la intensidad de la emoción
que podía sentir un hombre por una mujer. A veces, el amor que crecía por
Riley era una tormenta en su interior, un tornado arremolinado que
amenazaba su estabilidad. Siempre había sido estoico y tranquilo, y sin
embargo ella sacudía completamente los cimientos del mundo que
controlaba cuidadosamente.
Lo hacía sentir vulnerable, expuesto al mundo siempre que la miraba.
Sabía que eso se notaba, el modo en que ella lo hacía sentir. No había
esperado que pudiera hacerle eso, hacerlo sentir tanto que el hombre
solitario en que se había convertido fuera capaz de cualquier cosa por
mantenerla a su lado.
Se encontró fascinado por su sonrisa, buscándola, necesitándola del
modo en que los de su tipo necesitaban la tierra. Amaba el modo en que
sus ojos se iluminaban y su rostro cambiaba en el momento en que se
curvaban sus labios. Quería ser el que llevara esa sonrisa a su rostro.

~ 356 ~
Había serenidad en ella y sin embargo, tenía un sentido del humor que lo
hacía considerar las posibilidades.
Su duelo inevitable por la pérdida de su madre era tan profundo que
incluso en antiguo intentaba consolarla. Eso le decía a Dax que ella amaba
sin reservas, con todo el corazón y el alma. Nunca había considerado que
ella sentiría esa misma intensidad por él, con esa profundidad por él.
Sentía como si le hubiesen dado un milagro.
Dax frotó la barbilla sobre la cabeza de ella, sintiendo la cascada
sedosa del fino cabello negro contra la piel. Lo asombró lo rápido que un
hombre podía adaptarse a estar con una mujer. Ella ya parecía una parte
de él. Era consciente de cada aliento de ella, cada latido del corazón. Podía
ver por qué los machos que tenían compañeras cazaban en raras
ocasiones. Tenían tanto que perder, y podían distraerse con tanta facilidad
en un momento crucial.
Era necesario que Riley rastreara a Mitro; ella era la única que podría
hacerlo tan rápido. Y el vampiro tenía que ser detenido, pero a Dax no le
gustaba la idea.
Como si sintiera sus pensamientos, Riley levantó la cabeza para
mirarlo. A veces tengo miedo, Dax, pero nunca me sentí tan viva, y no me
gustaría estar en ningún otro lugar que no fuera aquí contigo.
Sus mentes no estaban conectadas, y sin embargo ella estaba tan
sintonizada con él que debe de haber estado captando parte de sus
preocupaciones, con el vínculo de los compañeros trabajando. Era casi
imposible esconder algo de una compañera, y a él tampoco le hubiera
gustado hacerlo.
Escogí una profesión que creí que amaría porque siento mucho amor
por los lenguajes, pero descubrí que los estudiantes vienen y no aman
todos los lenguajes del mismo modo. Siempre he anhelado la aventura.
Pensé que mis habilidades me llevarían a situaciones interesantes, pero en
su lugar, me atasqué en la misma aburrida rutina.
Riley extendió las manos como su estuviera abrazando el cielo
nocturno, con el rostro hacia las estrellas mientras volaban por encima de
la ciudad. Su suave risa le provocaba los sentidos.

~ 357 ~
Si olvido agradecerte por esta experiencia más tarde, lo estoy diciendo
ahora.
Él no sabía cómo decirle que a veces lo volvía loco, por lo que solo la
abrazó más fuerte, acercándola a la calidez y el resguardo de su cuerpo. Él
la estaba poniendo en peligro, peor, la estaba exponiendo a la crueldad
depravada de un monstruo, y sin embargo ella le estaba agradeciendo.
Te mantendré a salvo. Era lo mejor que podía hacer.
Ella levantó el rostro contra su pecho y se frotó como un gato. Sé que
lo harás. Aún así, no puedo evitar tener miedo cuando alguna criatura
espantosa como una rata grande como un perro me está mirando con los
ojos rojos y le chorrea saliva de la boca.
No me gusta sentir tu miedo. Es una nueva experiencia para mí, esta
emoción tuya es intensa. Especialmente el miedo.
Ella frotó el cuerpo contra el de él, parecido a un gato. Le envió
chispas de excitación por la espalda y por los muslos. Comenzó un fuego
en su estómago y se esparció para situarse en su ingle.
Compórtate, päläfertiilam, tenemos trabajo por hacer.

~ 358 ~
Capítulo 19
Traducido por Apollymi
Corregido por Nyx

La clínica era pequeña, y muy limpia. El interior estaba oscuro, pero


con su visión aguda, Riley no tenía problemas para ver el interior en la
oscuridad, con los tablones del suelo y las paredes frías, en verde menta.
Las habitaciones, el vestíbulo, incluso, olían a desinfectante. Los tres
salieron a la vez, cada uno por su cuenta hacia una habitación, con la
esperanza de detectar la mancha de Mitro.
Si Riordan no había logrado hacerlo por ahora, Riley temía que sólo
sería la llamada de la sangre la que le llevaría a él, y aunque Dax había
tomado muchas veces la sangre de Arabejila a lo largo de los siglos, su
sangre se había mezclado con la de ella. El vínculo estaba allí, pero muy
débil. No, Riley sabía que si alguien podía sentir esa huella débil, sería
ella.
Después de ver los recuerdos de Dax, aquellas imágenes terribles en
su cabeza acerca de Katalina y su hijo no nacido, así como la amiga de
Juliette y su hijo no nacido, y sentirse incapaz de consolarlo, ella estaba
decidida a hacer esto por él. Lo llevaría a Mitro, y destruiría al vampiro de
una vez por todas. Cuento con usted, Antiguo. Ella susurró en su mente
como un mantra, para mantenerme a salvo.
Dejó que los dos cazadores pasaran por las salas de exámenes, e
incluso en la oficina del Dr. Silva. Se dirigió hacia el mostrador de
recepción y los archivos. Quien eligió a las víctimas por Mitro tenía que
tener acceso a los registros médicos, él o ella confiaba en quien los
presentó. A Mitro le gustaría saber que mujeres eran jaguares, donde
vivían y todo lo que pudiera averiguar sobre ellas. En sus registros

~ 359 ~
tendrían la dirección de cada paciente. Y sin embargo estaba haciendo la
presentación, estaba tocando todos y cada uno de los expedientes, dejando
ese minúsculo rastro invisible detrás.
Su madre, su abuela y todas las mujeres que habían obtenido los
dones antes que ella se los habían pasado con un propósito. Este era su
momento, su tiempo. Ella era la que tenía que apuntar a los cazadores en
la dirección de la presa.
En un primer momento, mientras que abría cajones y tocaba cada
archivo al azar, no sentía nada en absoluto, ella debería hacerlo, ¿no?
Respiró hondo y soltó el aire, despejó su mente, alcanzando no sólo con los
dones de la tierra que le hubieran dado, sino también con los sentidos
mejorados que sus intercambios de sangre con Dax le había dado. Aún así,
nada.
Ella se quedó un momento mirando arriba y abajo las pilas de
archivos, los estantes sin fin y el armario situado cerca de la oficina del
doctor. Este tenía que ser el lugar adecuado. Sabía que tenía razón. ¿Qué
estaba buscando realmente? No era el secretario. La sombra. La dirección
del empleado. El corte de una sombra estaría dentro de ese títere humano,
y Arabejila había dejado un regalo, su más inapreciable línea de sangre. La
sangre llamaba a Mitro. Si había una astilla, siquiera una pequeña sombra
en el recepcionista y Mitro lo había puesto ahí, su sangre lo sabría.
La idea de una conexión con él era tan repugnante que en realidad se
quedó allí por un momento con su estómago retorciéndose en nudos. Riley
apretó los hombros y cerró los ojos un instante antes de extender la mano
y tocar la esquina de la parte superior de la pila en espera para ser
guardados. Sus venas latían. Palpitaban. Allí estaba, el más pequeño de
los hilos, pero podía seguirlo ahora que lo tenía. Era tan débil, que apenas
lo sentía, pero su sangre lo conocía. No podía esconderse de ella.
La emoción barrió a través de ella.
— Lo he conseguido, Dax. Puedo encontrarlo ahora. O por lo menos al
único que puede llevarte a él.
Dax y Riordan se unieron a ella inmediatamente. Dax puso su brazo a
su alrededor y la atrajo hacia sí. Se inclinó para rozar un beso
reconfortante en la frente.

~ 360 ~
— Sabía que ibas a encontrarlo.
— Siento que es mujer, — corrigió Riley. — No tengo ni idea de quién
se trata, sin embargo, creo que puedo seguir el rastro.
Incluso con Dax de pie cerca, sentía el palpitar en sus venas, un
toque de tambor que se quedó en el toque del empleado. Riley volvió y pasó
por delante de la oficina del doctor por la puerta de atrás. — Ella salió por
aquí.
— Vamos a ir a buscarla, — dijo Riordan. — Me gustaría saber donde
vive.
— Si, Riley la ha identificado correctamente a este empleado como la
marioneta, tienes que saber lo que significa, Mitro la está dirigiendo en
cada una de sus acciones, — señaló Dax fuera. — Ella va a ser tan
peligrosa como cualquiera de sus demonios. — Dijo en voz alta con
cautela, queriendo que Riley entendiera que no se trataba de una persona
más. La persona que había sido había desaparecido. Pertenecía a Mitro
ahora.
— Ten en cuenta siempre, — añadió Riordan, — que esta persona es
responsable de la muerte de al menos seis bebés y sus madres.
Riley se humedeció los labios. Ella sabía lo que estaban haciendo,
preparándola para en caso de que encontraran a la mujer y la
destruyesen. Ellos no querían que ella se sintiera culpable. Había visto en
lo que había convertido Mitro a los aldeanos así que realmente no
necesitaba la advertencia, pero lo apreciaba todos modos. Ella sabía que
ambos hombres estaban cuidando de ella, y eso era un consuelo.
Dax y Riordan se dejaron caer para permitirle tomar la iniciativa. Dax
se desplazó fuera de la clínica y cuando lo consideró seguro, hizo un gesto
con la mano para abrir la puerta de atrás. Riley encontró el lugar donde la
mujer dejó su pequeña moto. Todavía estaba a tiempo, había gente en la
calle. Dax atrapó el hombro de Riley para detenerla, realizando otra larga
mirada alrededor.
— Puedes captar algo, — le preguntó a Riordan.
Riordan negó con la cabeza.

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— No siento ningún peligro. Creo que es seguro, y estamos los dos
para protegerla. Voy a manteneros a todos a la vista. Hágale un favor al
títere del no muerto.
— ¿Estás lista para esto?, — Preguntó Dax. — No tienes que hacerlo.
— Sí, — corrigió ella. — Vamos a detenerlo y éste es el primer paso.
Dax se elevó en el aire, manteniendo a Riley delante de él, Riordan los
flanqueaba, asegurándose que estaban a salvo entre la multitud de la
noche.
— A la derecha, mantente a la derecha. — Riley no pudo disfrutar de
la belleza de la noche, o de volar. Entre aferrarse a ese débil vínculo en su
sangre y que casi no existía rastro de Mitro era difícil y tomó cada onza de
concentración y la disciplina que había desarrollado a lo largo de los años.
La scooter había girado en la calle para seguir por un estrecho
callejón, a través de un estacionamiento y luego hacia abajo a través de
otra serie de callejones, dos tan estrechos que se parecían más a senderos
entre los edificios. Los edificios estaban viejos y desgastados, la pintura
desconchada, las ventanas rotas. Basura desordenada por el suelo, los
ancianos, enfermos mentales y adictos vagaban a lo largo de las calles o se
tumbaban en cajas de cartón. Las prostitutas controlando las esquinas de
cada cuadra, unos ojos negros deportivos y más en busca desesperada.
Esta parte de la ciudad estaba llena de cicatrices y era fea, un bajo vientre
oculto bajo las luces deslumbrantes.
Hubo una breve parada en una pequeña tienda. Y entonces el rastro
débil estaba de vuelta, la secretaria volvía a hacer su camino a través de
un laberinto de callejones hasta llegar a lo que parecía ser una fábrica
abandonada. La alta cerca de alambre estaba dañada en múltiples áreas y
la moto se deslizó a través de una de las muchas aberturas. La valla se
refrenaba con grandes barriles, suficiente para que una persona o un
vehículo pequeño, como una scooter pudieran deslizarse a través de ella.
Dax exploró el edificio.
— Hay muchos hombres y mujeres aquí.
— Clandestinamente, — añadió Riordan. — Esta parece ser su
residencia.

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— Ellos se están haciendo su camino hasta aquí, para en el
estacionamiento, — agregó Dax. — Riley, vamos que no te vean. ¿Puedes
camuflarte entre la multitud?
— Ya veremos. Creo que sí. En cualquier caso, tenemos que seguirla
ya que ella nos conducirá a otra persona. Podría ser un eslabón en una
larga cadena, — dijo Riley.
— Tal vez, — dijo Dax, — pero teniendo en cuenta la personalidad de
Mitro, si esta mujer puede funcionar en el mundo laboral como vendedora,
es probablemente una de las personas más cercanas a él. Él quiere
adoradores. Necesita unos pocos sacerdotes y sacerdotisas. — Quiere salir
a recoger a los demás. Si los considera dignos, va a mantenerlos como
seguidores, de lo contrario, los sacrificará, y cada vez que lo haga, se
asegurará que sus ovejas lo estén mirando.
— Si crees que esta mujer está recogiendo los nombres de las mujeres
jaguar embarazadas entonces es un miembro de alto grado de su círculo
íntimo, — dijo Riordan, — yo estoy con Riley. Vamos a llegar tan lejos
como se pueda esta noche.
Observaron al grupo emerger. Tres hombres y dos mujeres salieron
del almacén. Los cinco estaban vestidos de negro. Uno de los hombres al
que los demás se referían como David llevaba pantalones de cuero y un
chaleco. Tenía el pelo sucio y largo. Sus brazos y su pecho estaban
cubiertos de tatuajes que representaban escenas de violencia muy
gráficas, principalmente de mujeres desnudas. Se metió las gafas oscuras
sobre la nariz y envolvió su brazo alrededor de una de las mujeres. Parecía
estar al mando, los demás estaban de acuerdo con todo lo que dijo, ya que
se abrieron paso a través de la valla de alambre y empezaron a bajar la
carretera desigual.
Riley estudio a las dos mujeres. Ambas eran de la misma altura.
Ambas estaban cubiertas de piercings y usaban las mismas faldas cortas,
medias negras, corsés y zapatos de tacón. La mujer con el pelo brillante,
teñido de rojo exponía sus pechos hacia el macho grungy que se los
toqueteaba mientras caminaban por la sucia calle. David la llamaba Ana.
Riley la despidió de inmediato. Ella era muy sumisa, muy fácil de controlar
y cautivada por su pareja masculina. Riley no podía ver a Mitro
compartiéndola voluntariamente. Volvió su atención a la otra mujer.

~ 363 ~
El pulso de Riley saltó cuando se concentró en la que los otros
miembros del grupo la llamaban Pietra. Caminaba un poco apartada de los
demás, con los ojos vidriosos como si estuviera con alguna droga. Sus
dedos temblaban continuamente contra su muslo mientras caminaba,
esas uñas largas y pintadas de negro tocando un ritmo que era la única
que oía. Iba un poco al margen de sus compañeros. Se acercaba más
rápido que los demás, como si estuviera ansiosa por llegar a su destino.
Riley se cerró a todo, confiando en Dax para mantenerla a salvo.
Escuchó un redoble punzante diminuto en sus venas. Era profundo, un
ruido sordo persistente casi ahogado por el sonido de su propio pulso
acelerado.
Pietra. A la que llaman Pietra, la identificó.
Pietra de repente comenzó a murmurar, su cuerpo sacudiéndose en
torno a ella, esos ojos brillantes se oscurecieron, eran casi demoníacos. Su
rostro se transformó en una máscara de furia. Miró a su alrededor, un
barrido cuidadoso, minucioso de los tejados, el aire sobre ella y los
edificios que la rodeaban.
Riley contuvo el aliento. Dax aumentó la presión sobre ella,
atrayéndola hacia él. Mitro es fuerte en ella. Él está mirando a través de
sus ojos. No hables, ni siquiera a mí.
No iba a hacer el menor ruido. Podía ver la diferencia en Pietra. Su
hermoso rostro era la máscara que cubre el mal. La mujer que miraba a su
alrededor, los labios hacia atrás en una mueca de odio que eran del
personaje real detrás de esa cara dulce, casi infantil. Riley se dio cuenta de
que Mitro había elegido a esta mujer para estar en su círculo íntimo
porque podía dañarla fácilmente. Ella ya tenía la semilla de la crueldad y
la depravación en ella.
Mitro la llamaba. Ella lo encontraba sexy y peligroso. Cuando mataba
a otros delante de ella la convertía. Se bañaba en la sangre de sus víctimas
al igual que ella creía que la condesa Elizabeth Bathory hacía. Dax empujó
la información en su mente. Ha matado antes, a su madre, a una
hermana. Una mujer que pensó que estaba flirteando con un hombre que
le gustaba. Ella estaba madura para Mitro.

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Lo que en el mundo se estaba haciendo, — ¿ella trabajaba en la
clínica del Dra.de Silva en torno a todas las mujeres embarazadas?, — le
preguntó Riordan.
— Me temo que su médico no es capaz de leer la mente como
nosotros. — Dax señaló. Él no tiene esa ventaja. Me imagino que esta
mujer es muy astuta y puede parecer inocente y dulce. Eso también habrá
llamado la atención a Mitro. Él ama el engaño. La idea de poder enviar a
un asesino a un lugar donde surge la vida del mundo sería especialmente
gratificante para él.
Riley quería llorar por aquellas mujeres perdidas, las víctimas de tales
atrocidades, las madres que, esperaban el nacimiento de sus hijos, sólo
para encontrarse con una mujer como Pietra. Hermosa por fuera, pero fría
y podrida por dentro. Las mujeres habían confiado en ella, al igual que el
médico.
Esperó hasta que el pequeño grupo se había alejado un poco delante
de ellos y Pietra reanudó su camino constantemente hacia su destino, sin
sospechas.
Tiene que ser detenida, Dax. Cueste lo que cueste, tenemos que
detenerlos.
Ella, entendía la prioridad que Dax tenía por destruir el mal.
Dax había dedicado su vida al propósito de librar al mundo de las
criaturas como Mitro. Su vida parecía llena de honor, pero terriblemente
triste y deprimente, un mundo rígido, feo lleno de los criminales más viles.
Sentía la necesidad de estar a su lado, no importaba lo terrible que fuera.
Personas como Pietra tenían que ser detenidas. Y las criaturas maliciosas
y perversas como Mitro tenían que ser destruidas.
Ella sentía que entendía y amaba a Dax aún más por su intuición.
¿Cómo no iba a hacerlo? Podía ver su vida como un deber, pero ella sabía
lo mucho que ver a esas personas muertas, sus vidas tomadas de una
manera tan brutal, le había afectado. Vivió con los recuerdos todos los
días.
Sintió el roce de su boca sobre la parte superior de la cabeza.
— Tengo que enviar los recuerdos lejos, Riley. No te sientas mal por
mí. Yo no lo hago. Mi vida... Fue mi elección.

~ 365 ~
Ella sabía muy bien que él había hecho sus elecciones, y justo ahora
ella estaba haciendo la suya. Haría lo que fuera, estar con Dax valía la
pena. En algún nivel, desde el momento en que había puesto los ojos en el
guerrero, tan gravemente herido, había sabido que él estaba destinado a
estar con ella.
Vertió calor y amor en su mente. Podían estar rodeados por el mal,
pero podrían mantenerse través de él.
Ella empezó a escuchar los sonidos apagados de la música y las
voces, mientras se acercaban a otro conjunto de almacenes abandonados.
Siguieron a Pietra y a los otros a través de una puerta astillada, colgada
sobre bisagras rotas. Dentro de la habitación había viejos colchones,
basura, agujas y colillas de cigarrillos. Atravesaron la sala grande sin
dudar, siguieron por una estrecha abertura que conducía a una escalera.
La música se hizo más fuerte al igual que las voces a medida que
descendían. David abrió una pesada puerta, y la música se oyó a saco.
Riley de una palmada se cubrió las orejas.
— Baja el volumen, — Dax dio instrucciones.
Me tomó un par de minutos encontrar la manera de controlar
conscientemente la capacidad de oír. Había cientos de conversaciones que
se encendían. Ella podía escuchar las conversaciones individuales al
mismo tiempo. Entre eso y la música melancólica, se sentía un poco de
locos. Todo el mundo estaba vestido con la misma ropa oscura y con
perforaciones múltiples en el rostro. Muchos llevaban gafas oscuras
incluso en la oscuridad de la bodega.
Riordan dio un codazo a Dax y levantó la barbilla hacia un hombre
que se movía entre la multitud que bailaba. Era evidente que él estaba
vendiendo drogas. Riley echó un vistazo a la habitación y observó a varios
distribuidores en la multitud.
Pietra y sus amigos no se dignaron a hablar con nadie en ese nivel,
sino que se extendieron por todo el cuarto para el otro lado. La multitud se
apartó de ellos de inmediato, sin obstaculizar su progreso, lo que le dijo a
Riley mucho sobre el estado de Pietra en el club subterráneo. Una puerta
en el lado opuesto de la habitación los llevó a la otra escalera que conducía
hacia abajo. Por lo que Riley podría decir, el lugar era una trampa de

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fuego. Había muy pocas salidas y demasiadas personas, en su mayoría
aburridas, borrachas y altas, una mala combinación.
Riley se sentía como si estuviera descendiendo al infierno mientras
seguían a Pietra por las escaleras al siguiente nivel. Llegaron a una puerta
con dos hombres vigilando de cerca. Pietra no dijo una palabra, pero
levantó la barbilla, y uno de los guardias abrió la puerta a toda prisa. Dax
pasó rápido con Riley. Riordan tuvo que deslizarse por debajo de la puerta
cuando el guardia la cerró rápidamente.
Riley se sentía casi amordazada. Había una sensación repugnante,
nauseabunda en el aire. Cada respiración se sentía como si estuviera
dibujando algo aceitoso y vil en sus pulmones. Su corazón dio un salto,
alarmada. El hedor del mal impregnaba este nivel. La música discordante
en sus nervios. No se encontraron cepas de melancolía, pero golpeando,
golpeando las notas caóticas con la gente sin pensar, monstruos bailando
en un espacio mucho más pequeño que el que había por encima de ellos.
El olor a sudor y drogas mezcladas con tierra y sangre. Las paredes
del “club” eran de tierra, al igual que el suelo. No estaban en un club de
baile. Ellos estaban en la guarida de Mitro, rodeados de sus marionetas
humanas. Grandes enredaderas retorcidas ondulaban a través de las
paredes con una vida obscena. Riley notó que todo el mundo se quedó
muy lejos de ellos.
De nuevo la multitud se apartó para permitir que la atravesara Pietra.
David, Ana y los demás la siguieron, serpenteando a la parte delantera de
la habitación.
— Él no está aquí todavía, pero ¿puedes sentir la anticipación en esta
habitación? Todos están esperando por él, — dijo Dax.
— El consumo de drogas aquí es terrible, — dijo Riordan, mirando
alrededor a los cuerpos frenéticos, en movimiento.
— Hay manchas de sangre en el piso, en las paredes y hasta allí en
ese estrado. — Dax indicó la plataforma en la parte delantera de la sala
donde se había envuelto Pietra casualmente sobre una silla, con las
piernas cruzadas elegantes, su pie golpeando a ritmo acelerado.
Riley estudió su rostro. Sus ojos estaban casi vidriosos, con la boca
torcida en una grotesca parodia de una sonrisa. La parte blanca de sus

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ojos casi había desaparecido. Tenía una extensión negra como una
enfermedad, cubriendo casi todos los ojos. Riley se estremeció. Una
pequeña porción de la criatura más mala de la tierra habitaba dentro de
Pietra, atándose a lo propio repugnante de la mujer, su naturaleza
malévola.
— Necesito sentir el suelo, Dax. — Podía sentir el dolor, escuchar su
pronunciación, justo debajo del ritmo de la música.
— Eso no va a suceder. Si pones tus manos en la tierra, su lugar de
descanso está aquí debajo de nosotros y él está ahí, él sabrá exactamente
dónde te encuentras.
Riley negó con la cabeza. No podía explicarlo, pero ella ya sabía que
Mitro no estaba en el suelo. Había ido a cazar. El suelo estaba llamándola.
Mendigándola. Se había nutrido de dolor. Su ansia de sangre no era
natural. Los sacrificios humanos que lo alimentaban, quemaban como el
ácido, pero no tenía elección.
Las vides se agitaban sin descanso, la liana de madera chasqueando
unas contra otras, levantando las hojas como si fueran a llegar a ella.
Cada vez que la planta se movía, daba a conocer un olor gaseoso
proveniente del mal en la habitación, amenazando con ahogarla.
— Dax, puedo remover la tierra en su contra. Me dicen que claman
contra una abominación. La naturaleza tiene una orden que va en contra
de todo lo que la naturaleza representa. Esta puede ser nuestra ventaja.
— Y podría matarte, Riley. No quiero correr ese riesgo.
— No hay vida sin ti. Tú estás aquí luchando contra él. Yo tengo que
luchar a mi manera. Miro a esa mujer horrible sentada allí toda satisfecha,
sabiendo que marcó seis mujeres para ser asesinadas, sus bebés
sacrificados antes de que nacieran, y eso me pone enferma. Ahora también
ha marcado a Jasmine.
Riley era apasionada en su argumento. Ella estaba enojada y
determinada a que esto terminase. Podía no ser un guerrero, pero era una
hija de la tierra. Podía curar el suelo y las plantas antes de que Mitro
volviese si Dax le diese la oportunidad. Si Mitro intentaba escapar de Dax
y Riordan a través de la tierra, entraría en un shock enorme. Sólo

~ 368 ~
necesitaba la oportunidad de detenerlo, y había provocado la situación
perfecta sin darse cuenta.
Dax se inclinó y puso su boca contra su oído, se dirigió directamente
a su mente.
— ¿Estás segura de que quieres hacer esto?
— Más segura de lo que he estado de nada en mi vida, excepto que se
que te amo con todo mi corazón, — le aseguró. — Déjame hacer esto, Dax.
En primer lugar, quería poner fin a esta pesadilla para él, pero la
simple verdad era que no podía permitir que Mitro continuase con su
depravación repugnante. Arabejila y cada uno de sus antepasados que
vinieron después de ella había vertido su fuerza, sus dones en ella,
haciéndola un recipiente para ellos.
Miró alrededor de la habitación. No era más que un sótano, sólo que
mucho más profundo bajo la tierra. Mitro podría destruir los altos muros y
llevar abajo a sus seguidores en cuestión de segundos en caso de que lo
decidiese. Podía abrir la tierra y volcarlos en la fosa del infierno si él
quisiera, y ella estaba segura de que probablemente había construido este
cuarto con esa idea en mente. Todos sus adoradores perecerían aquí, en
esta tumba, en vida mientras él se levantaba una y otra vez en otro lugar,
una vez que se aburriese, o si los cazadores se acercaban demasiado.
— Él piensa que está a salvo por ahora, — Dax dijo. — No tiene idea
de que estamos tan cerca, en la ciudad.
— Y, obviamente, no tiene ni idea de quién soy, — Riordan agregó.
— Hagámoslo entonces, Riley tendrá que estar en el extremo opuesto
del ambiente, protegida de Pietra. Si Mitro usa sus ojos para ver la
habitación antes de que llegue, no podremos localizarlo, — Dax advirtió.
— Tenemos que vernos como los demás, así que no llamen la
atención, — Sugirió Riordan. — Todo el mundo se viste de la misma
manera. El negro parece ser el color del día. Cambien sus características,
tanto como puedan. Parezcan más jóvenes. Desenfoquen sus caracteres. Si
nos detecta, y podría, a primera vista quizá no pueda reconocernos
realmente.

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El suelo y las plantas que les rodeaban se quejaban continuamente.
Las vides lloraban gas venenoso. Los tallos de madera se sacudían
continuamente. Estaban hambrientos, un hambre insaciable. Cada planta
esperaba, como una araña ansiosa de presas, para llegar a ella. Una pelea
se desató en el otro extremo de la habitación, cerca de Pietra. Ella se puso
de pie en el estrado y miró con ojos brillantes como un hombre mucho más
grande empujaba la espalda delgada de un macho borracho, hacia la
pared.
La multitud dio un grito ahogado colectivo, impaciente. Al instante,
toda la atmósfera de la habitación cambio. Todas las conversaciones
cesaron, el grupo empezó a cantar, un sonido bajo al principio, pero
rápidamente lo elevaron a un volumen frenético, una vid serpenteó y se
convirtió en unos grilletes en la muñeca del muchacho, lo arrastró hacia la
planta. Instantáneamente la vid cobró vida, envolviendo todo el cuerpo de
él luchando.
— ¡Come! ¡Eat! ¡Come!, ¡Venid! ¡Comed! ¡Venid! — gritó la multitud
una y otra vez.
La desafortunada víctima gritó cuando las vides y más y más
personas lo rodearon, al igual que las serpientes gigantes, envolviéndolo y
apretando.
— ¡Come! ¡Eat! ¡Come!, ¡Venid! ¡Comed! ¡Venid! — aumentó de
volumen el sonido.
Sonaban como si estuvieran convocando a una criatura de las
profundidades del infierno. Las primeras raíces surgieron de la tierra,
grandes lianas retorcidas y nudosas, retorciéndose como serpientes por el
suelo hacia el niño aterrorizado.
El sentido de la anticipación aumentaba. La multitud miraba con ojos
vidriosos y sonrisas impactantes, instando a las raíces a beber la sangre
de la garganta de la víctima. Las raíces pivotantes lo encontraron en
segundos, se clavaron de nuevo punzando profundamente en varios
lugares. El niño gritó. La multitud rugió. La sangre corrió hacia las raíces
que se hincharon y se volvieron de color rojo oscuro casi negro.
Horrorizada, Riley volvió el rostro al pecho de Dax.
— Te voy a sacar de aquí. Riordan y yo podemos volver y...

~ 370 ~
— ¡No! Veo lo que está haciendo. ¿No lo ves? Él realmente cree que
soy Arabejila. — Riley entendía a Mitro ahora. Arabejila era todo corazón.
No podía concebir este tipo de mal trenzado. Él lo sabía y contaba con eso.
— La determinación tensó su columna vertebral. Mitro había cometido un
error enorme.
— No veo cómo saber eso nos va a ayudar. Mitro no puede saber que
estamos aquí.
— No, todavía no, pero creó esto para Arabejila. Para su sorpresa.
Para hacerle daño. Él cree que ella no podrá afrontar semejante
abominación de la naturaleza. Quiere utilizar esa parte de ella para hacerle
daño. Esta es su bofetada en la cara para ella, y al mismo tiempo, cree que
ella sería incapaz de funcionar ante tal atrocidad.
Probablemente ella no podría. No de inmediato. Pero había que
recuperarse.
La cabeza de Riley se alzó. Se volvió hacia las vides retorcidas.
— Su error es, Dax, que yo no soy Arabejila. Yo no soy nada buena.
Arabejila y los demás me dieron un don y un poder que no tiene el
concepto de maldad. Puedo tomar de nuevo esta tierra y consagradla. El
no será capaz de penetrar por debajo de esta habitación o utilizar las
paredes. Tendrá sólo el techo, y tú y Riordan pueden evitar eso.
Dax estudió su rostro vuelto hacia arriba, llamas naranjas y rojas
ardientes brillaban. Tenía la piel caliente contra la suya como si el volcán
en él estuviese muy cerca de la superficie. Asintió lentamente con la
cabeza.
Riley nunca había estado más aliviada y asustada a la vez. Ella sabía
que era su propósito, su momento. Las mujeres de su familia la habían
preparado para esto y se sentía preparada, pero frente a estos males, tuvo
que admitir que la perspectiva era desalentadora si no francamente
aterradora.
Dax la dejó en el piso del club. La multitud ya estaba volviendo a su
baile sin sentido o a beber y consumir drogas. Nadie prestó atención a
otras tres personas vestidas de la misma manera. Riordan y Dax no
utilizaron un escudo, lo que podría atraer la atención de la sombra de

~ 371 ~
Mitro en Pietra, sino que simplemente difuminaron su imagen un poco,
pareciendo mucho más jóvenes para mezclarse
— Si vuelve Mitro, Riley, él sabrá que estás aquí. Date prisa y haz lo
que tengas que hacer ahora mismo, si has tomado la decisión.
Riley se hundió en el suelo y, negándose a dejar que sus nervios la
dominaran sacó lo mejor de ella, metiendo las manos en el suelo. Había un
filo en Dax ahora. Había pasado a ser la amante de un guerrero y ella no
tenía duda de que a la primera señal de que Mitro regresara, aunque ella
no estuviese lista, la sacaría de allí sin consultarle.
Él era letal, capaz de estallar violentamente al instante.
El suelo le gritaba en busca de ayuda, con el espeso lodo aceitoso de
la abominación de los muertos vivientes. Riley llamó a todas las
habilidades de curación que le dieron las mujeres que habían ido antes
que ella. Estaban allí, susurrándole, guiándola a través de la ceremonia de
purificación. El suelo estaba desprovisto de todos los minerales y
nutrientes. La única manera para que las plantas sobrevivan era la
alimentación de las intrincadas raíces mutadas, Mitro se lo había
proporcionado. Incluso los insectos habían huido.
Riley cerró los ojos y bloqueó la música caótica y el zumbido extraño,
mientras la multitud bailaba, marionetas actuando para el maestro,
tirando de sus cadenas, vivir y morir a su antojo. Ella fue a lo profundo,
buscando, llamando, dibujando... Pasó el hedor terrible del lugar de
descanso de los muertos vivientes. El suelo estaba empapado en sangre y
cadáveres en descomposición. Los huesos humanos estaban esparcidos a
lo largo de las capas de suelo.
Por un momento le revolvió el estómago y casi sacó las manos de la
tierra. Este trabajo era imposible. El terreno había sido convertido en una
cama del mal. El latido del corazón de la tierra había sido silenciado, como
si Mitro hubiese conseguido llegar a lo más profundo y destruirlo.
— Estoy aquí contigo, con ustedes, — Dax susurró en su mente. —
Puedes hacer esto. Piensa en ello como un cementerio y que estas
personas deben tener un descanso adecuado.
— Yo estoy con vosotros, — el Antiguo añadió. — Sus almas claman
por ayuda.

~ 372 ~
— Mi hija amada, — Annabel murmuró en voz baja. — Están
atrapados, sólo tú puedes traerles la paz.
Las voces de las mujeres que habían sido antes que ella se sumaron
avalándola.
La fuerza se vertió en ella. No era una tarea imposible, sanar a la
tierra. Ella nació para ese propósito. No podía permitir que aquellos a los
que Mitro había matado de una manera tan bárbara, nunca encontraran el
descanso debido, entre el lodo viscoso y repugnante que había creado allí
en el suelo.
Riley tuvo que destruir las raíces malévolas, mutadas y podridas con
el mal. Se extendió hacia abajo, hacia el centro mismo de la tierra.
— Hago un llamamiento a la potencia de la luz fundida, préstame tus
fuerzas para lo que hay que hacer, yo sacaré tu energía para manejar y
destruir lo que es malo y está siendo utilizado como una estratagema.
Riley extendió su mano hacia abajo, hacia la más antigua raíz
principal, la canalización de la luz fundida que había extraído del corazón
de la tierra, utilizándola como lo haría un láser para cortar la raíz.
— La Madre Tierra te llama. Busca un regalo dentro de lo profundo de
su vientre. Regálame una piedra para que pueda usarla para destruir todo
lo malo y al mismo tiempo liberar a estas almas, mandándolas de nuevo a
un lugar tranquilo para su descanso.
Riley hundió su mano libre en lo profundo de la descomposición, el
suelo dio a luz una piedra de jade verde que la tierra había cosechado para
que la usara en su lucha. Crisoprasa, de color verde, fresco y suave, una
piedra fuerte usada para hacer consciente lo que es inconsciente, mientras
que Riley usaba su préstamo, sus cualidades vibratorias para tranquilizar
el mal que luchaba por vivir. Riley infundió la energía de la luz de la
crisoprasa profundamente, canalizándola en cada raíz principal. Puedo
combinar la luz y el color verde jade de la piedra para destruir estas raíces
que sostienen a los huesos, liberar a estos espíritus para que puedan
descansar, darles la paz y la claridad que los abandonó.
Las manos de Riley comenzaron a tejer un patrón usando las raíces
sanas restantes en un nudo. Un patrón comenzó a emerger. El patrón tuvo
que ser ajustado, no podía ser penetrado o destruido. Las manos que

~ 373 ~
sostenían la luz divina torcieron estas vides sosteniéndolas con fuerza.
Riley trabajó las vides en una intrincada serie de nudos tejidos y luego las
hundió en lo profundo del suelo. La Madre Tierra lo celebró.
— Tejo estas vides para mantener su poder. Yo te regalo una copia de
lo que ha nacido para mantener su forma. Madre que nos dio a luz, la
madre del más fuerte, tejo este regalo para sostener su vida.
Las raíces respondían a sus órdenes, lanzando cientos, miles de
raíces largas, delgadas y secundarias muy fuertes. De esas raíces
secundarias estallaron unas terceras y cuartas. Las hebras individuales
comenzaron a girar en trenzas, una y otra vez, esparciéndose por el suelo
hasta que la alfombra era de un grueso un pie, dos pies de espesor y
rápidamente se extendían, creciendo en profundidad, siempre en
crecimiento. Alimentadas por la rica arcilla, impulsadas por el mandato de
Riley, las raíces se mantenían en difusión, tejiendo junto a sí mismas, una
selva impenetrable de crecimiento fibroso justo debajo de la superficie y
bajando cientos de metros.
Exhausta, Riley se tambaleó. Estaba mareada, desorientada y todavía
tenía que hacer lo mismo con las paredes de la habitación. Ella sintió los
brazos de Dax, tan fuerte, ofreciéndole su refugio. Su piel era tan caliente,
ardiente contra su mejilla. Ella volvió la cabeza, acarició el calor, el fuego y
los músculos definidos que eran tan suyos. Sus dedos le masajeando el
cuero cabelludo y el cuello aliviando un poco la tensión.
— Toma lo que ofrezco, sivamet, corazón — Su voz era pura
tentación.
Ella no había podido comer nada. Lo más que había hecho era beber
agua. Existía esa pequeña parte de ella que todavía era lo suficientemente
humana para dudar, pero estaba tan lejos de su mundo, no tardó en coger
un manojo de su pelo con la mano, girarle la boca a su pecho, a las gotas
como perlas que surgían tras arañar su músculo con un golpe de su uña .
Cada célula de su cuerpo clamó por el sustento. Ansiaba a Dax, lo
necesitaba, ardía por él. Dax vertió en ella, todo el calor, el fuego, la
potencia y la fuerza. Él la llenó. Sosteniéndola.

~ 374 ~
Riley utilizó su propia lengua para tratar de sellar esa línea delgada,
poco dispuesta a que Mitro atrapara el olor de la poderosa sangre de los
Carpatos. — Gracias, eso ayuda.
Él ayudó. La forma en que la sostenía, la forma en que creía en ella, lo
suficiente como para dejar que tratara de sanar la tierra, cuando todo lo
que era, el hombre en él insistía en protegerla sin importar el costo. Ella
estaba en su mente, sabía lo difícil que era para él permitirle ponerla en
peligro.
Riley metió las manos en el suelo una vez más. Podía sentir los latidos
del corazón en el suelo otra vez donde antes había un silencio sepulcral,
como un órgano marchito de un vampiro. Ahora, el suelo estaba lleno de
vida. Insectos enterrados profundamente. Las raíces estaban en silencio,
ahora se establecieron a cientos de metros de profundidad, tejidas tan
estrechamente juntas que nada podría deslizarse a través de una grieta, ni
siquiera la niebla.
Volvió su atención a las vides que rodeaban la pared. Esto sería
mucho más complicado. El tejido primero tenía que ser sutil, tan sutil que
no llamase la atención de Pietra, pero aún así pondría en marcha la
construcción de gruesos muros impenetrables alrededor de la habitación
en el momento que Mitro intensificase su conexión
Dax bajó la cabeza a su hombro. El corazón le dio un vuelco. En lo
profundo de sus venas, retumbó un horrible latir más fuerte. La
temperatura en la habitación cayó de manera que cada respiración que se
liberaba era un flujo constante blanco. Las hojas de las vides
retrocedieron. Las ratas subieron a lo largo de las vigas de soporte.
En medio de tantos corazones golpeando llegó el sonido de otro, más
fuerte, el ritmo diferente. El golpe resonó fuerte y luego se suavizó, sólo
para engrosar el volumen de nuevo. El ritmo de tambores golpeó en Dax,
venció a Riley. Su corazón dio un salto, casi en reconocimiento. El latido
profundo en las venas de Riley latía rápidamente.
Un silencio de expectación recorrió la habitación. La tensión aumentó.
La multitud se balanceaba atrás y adelante, una masa histérica, los ojos
opacos con adoración. Pietra se subió a la tarima, con el rostro radiante.
Miró por encima de la multitud, abrió los brazos, presentando su ofrenda a
su amo.

~ 375 ~
Dax y Riordan cerraron filas frente a Riley, asegurándose de que
había un grupo de adoradores delante de ellos. La música cambió, el
heraldo de una nota mal. Las luces se encendían y se apagaban, una luz
estroboscópica agregando un efecto hipnótico Mitro tenía a sus seguidores.
La niebla se movió entre la multitud, una densa corriente de aire viciado,
tejida a través del grupo que se balanceaba.
Jadeos, gritos débiles. El olor de la sangre se elevó en el aire, gotas de
rojo salpicando a la multitud. A medida que la niebla se arrastró a través
de ellos, una mano con garras largas y afiladas salió del vapor y cortó su
carne, pechos, torax, cuellos y gargantas. La mayoría eran cortes
superficiales, pero unos pocos desafortunados tenían cortes profundos.
Era como un aspersor arterial, pero no pareció darse cuenta mientras
saltaba hacia arriba, hacia abajo y se dio con los otros en un frenesí de
adoración.
Cada vez que la mano se materializaba a partir de esa nube gris y fría,
la congregación de Mitro enloquecía. La niebla continuó su lenta procesión
a través de la multitud hasta que llegó a la tarima. El vapor se apiló de
manera espectacular en la forma de un hombre, pero cuando vacilaba, y
estaba transparente, había ratas amontonadas unas sobre otras formando
ese hombre. Al caer, incapaz de sostener la posición, Mitro surgió.
Las manos extendidas, vestido con un traje negro, con capucha
forrada de rojo, abrió los brazos a los fieles. Sus gritos sacudieron el
edificio. Las manos atraparon al hombre con la garganta desgarrada,
empujándolo hacia adelante, sumergiendo sus manos en la sangre y
pintándose a sí mismos con ella. El niño tropezó con la plataforma,
mirando a Mitro con temor y terror. No hizo ningún intento de cubrir su
carne desgarrada.
Mitro señaló el suelo de la tarima. El muchacho trepó sobre ella. Se
escabulló por el suelo a cuatro patas, arrastrándose, hasta alcanzar a
Mitro y envolvió sus brazos alrededor de las piernas del vampiro. Sonaba
un horrible gorgoteo, que escapó de su garganta desgarrada mientras
rogaba y expuso la herida a los muertos vivientes.
La multitud se volvió loca.
— ¡Come! ¡Eat! ¡Come!, ¡Venid! ¡Comed! ¡Venid! — El canto creció en
volumen.

~ 376 ~
Mitro se agachó y cogió a su víctima por el pelo y lo arrastró a sus
pies. El muchacho tenía sangre corriendo por su cuello, en su camisa y
goteando en el suelo. Mitro echó la cabeza atrás con fuerza, dejando al
descubierto la profunda herida.
Los vítores y el canto se hicieron más fuerte.
— ¡Come! ¡Eat! ¡Come!, ¡Venid! ¡Comed! ¡Venid!
Mitro abrió la boca, dejando al descubierto sus colmillos, los
ennegrecidos, puntos fuertes, haciendo una pausa para un efecto
dramático, esperando a que sus seguidores rugieran de nuevo antes de
que él hundiera sus dientes profundamente en la herida.
Mitro se consumía con la esclavitud de la sangre, tragando y
succionando desordenadamente, mostrando, alimentándose del terror de
su víctima mientras el chico se daba cuenta de que no sería vampiro, sino
pienso para un depredador.
— Ahora, — Dax ordenó.
Los tres actuaron simultáneamente. Dax subió al techo, colocándose
por encima de Mitro, sus escamas se deslizaron hacia arriba y por encima
de su cuerpo para su protección mientras escalaba el polvo en rojo-oro
cayendo sobre el vampiro. El polvo se asentó sobre el vampiro como una
pegajosa red de seda, manteniéndose en él, actuando como un pegamento,
por lo que no habría ninguna posibilidad de cambiar de forma.
Riley metió las manos en el suelo y le dio una orden a las vides. Que
instantáneamente cumplieron, tejiendo trenzas apretadas atrás y hacia
adelante, hacia arriba y hacia abajo, del suelo al techo, cerrando cada
entrada y cada pulgada de tierra que podría haber sido utilizada para
deslizarse a través de ellas.
Riordan golpeó un rayo sobre las cabezas de la multitud, lo que obligó
a todos a tirarse al suelo, donde quedaron aturdidos, incapaces de
moverse. Tenía que confiar en Dax para matar al no-muerto mientras él
controlaba las marionetas.
Pietra cayó en medio de la tarima, boca abajo, con los brazos
extendidos hacia Mitro. El vampiro desechó al muchacho para que
muriese solo. El cuerpo golpeó la pared de la vid y cayó al suelo. Mitro
apartó sus labios finos y gruñó un desafío. La sangre fresca le manchaba

~ 377 ~
la barbilla y goteaba de sus colmillos. Su cabeza giró lentamente de lado a
lado, un gesto frío de reptil que hizo que Riley se estremeciera.
Mitro abrió los brazos.
— Bienvenido, Danutdaxton. Conoce a mis elegidos. Ellos siempre
tienen hambre. ¡Levantaos! Levantaos, mi ejército, es la hora. Deleitaos
con estos intrusos. La sangre os traerá a mi mundo. Seréis poderosos e
inmortales. ¡Eat! ¡Come!, ¡Venid! ¡Comed! Levantaos, ¡ahora!
— Él les ha dado su sangre. Realmente ha creado un ejército, —
advirtió Dax.
Un gruñido colectivo surgió de los seguidores del no-muerto luchando
por subir a su disposición. Con la sangre ardiente y cicatrices, pinchados
muchos por Mitro, Riordan se dejó caer para proteger a Riley. Varios de los
más fuertes lograron llegar a sus pies y se tambalearon hacia él, con los
ojos ardiendo con la necesidad de matar.
Riley luchó contra el pánico, hundiendo las manos en el suelo para
poder comunicarse con las vides. Ella podía no ser un guerrero, capaz de
ayudar a Riordan con los seguidores rabiosos de un vampiro vil, pero al
menos podía contar con las plantas para ayudar en lo que pudieran. Las
vides se deslizaron a lo largo del piso, tratando de alcanzar los tobillos y
las piernas de los que luchaban por llegar a Riordan.
En el caos que siguió, Mitro trató de cambiar, al igual que Dax sabía
que lo haría. El polvo pegajoso escaló y se aferró a sus células, negándose
a permitir que cambiase a otra forma. En un ataque de ira, pateó a Pietra
fuera de la tarima y luego se disparó en las paredes, golpeando a las vides
tejidas, eran tan densas que eran imposibles de penetrar.
Se dio la vuelta justo cuando Dax cayó sobre él desde arriba, con el
cuerpo pesado conduciéndole hasta el suelo. Mitro apuñaló a los ojos del
cazador, mientras rodaba, excavando en la tierra para escapar. Esa fuga
estaba cerrada para él, allí, las raíces eran demasiado gruesas para
permitir el paso. Rodando una y otra vez entre la multitud, se recortó y se
rompió en Dax, tratando desesperadamente de conseguirlo a través de los
cuerpos, la carne y la sangre.
Abrió la boca y expulsó una nube de gas tóxico y escarabajos de
muerte, directamente en la cara de Dax. Dax respondió con una ráfaga de

~ 378 ~
fuego, incinerando a los insectos y eliminando la nube de gas. La explosión
sacudió el suelo y el edificio interior. Las paredes se expandían y contraían
tratando de contener la explosión. Mitro chilló de rabia y dolor cuando un
muro de fuego corrió por encima de él, cubriendo tanto a Dax como al
vampiro, así como a las marionetas humanas más cercanas a ellos.
Pietra, con su ropa en llamas, se escabulló por el suelo como un
cangrejo, gritando, levantando un cuchillo ceremonial para apuñalar
varias veces a Dax, cuya espalda quedó expuesta cuando se sentó a
horcajadas sobre Mitro. Las llamas se elevaron en torno a los tres. El brazo
de Pietra subió y bajó por última vez y luego se desplomó en el suelo,
rodando, extendiendo las llamas por todas partes. La franja oscura de
Mitro brotó de su cuerpo, en busca de otro huésped. Se disparó hacia la
espalda de Mitro, sellándose en él, aumentando su fuerza.
Dax bloqueó los sonidos de la batalla de Riordan, su miedo por Riley y
el olor a carne quemada. Apenas sintió las llamas. Era un dragón de fuego.
Apenas sintió a Mitro desgarrándole. Él era un cazador de los Cárpatos
con un propósito. Destruir el mal. Escuchó un extraño ritmo de corazón
fuera de lo normal.
Mitro había creado el corazón del dragón de agua. Los restos del
dragón del fuego habían sido aplastados.
Llamó a su corazón. Dax estaba seguro de que tenía razón.
El viejo corazón se había quedado atrás en el volcán. A pesar de que
dio instrucciones al dragón, se dio cuenta, de que él y el dragón se habían
fusionado con lentitud. Él utilizó su propio corazón, al igual que con el
dragón de agua, para fortalecer el ritmo, dibujándolo para él.
Mitro gritó su furia, sacó sus garras y escupió ácido, tratando de
detener los cortes duros como el diamante que Dax clavaba en su pecho.
Esta vez, Dax siguió el sonido, y bajo a la izquierda. Mitro se puso
frenético. Cortó la garganta de Dax, e intentó tragar la sangre antigua. Dax
se concentró en excavar más profundamente en el cadáver putrefacto. A su
alrededor Riordan luchó contra el ejército del no-muerto, manteniéndolos
fuera del cazador. A su alrededor las llamas saltaban más alto, pero Dax
tenía un único propósito.

~ 379 ~
Su puño se cerró alrededor de la dura piedra. La saco del cuerpo,
abrió la mano y la metió en el fuego para que se bañara en él. Mitro saltó
hacia el corazón, con la mano extendida. Dax abrió su propio pecho y
metió la joya brillante en el interior. En el momento en que su cuerpo la
ingirió el corazón del dragón, cerró la herida y vio a Mitro.
La boca del vampiro se extendió ampliamente en señal de protesta.
Ningún sonido salió. Los insectos derramándose, gusanos cayendo a su
alrededor, las llamas instantáneamente los incineraban. Mitro negó con la
cabeza, incapaz de creer que había sido derrotado. Volvió la cabeza hacia
Riley, con el odio en sus ojos. Levantó la mano, dispuesto a vengarse. El
fuego lo envolvió por completo. Sin el corazón del dragón de fuego, sin el
corazón de los suyos, su cuerpo podrido, ardió.
Dax retrocedió lejos de los restos del olor nocivo. Riordan atrapo a
Riley y se elevó en el aire, elevándose hacia el techo mientras las llamas se
extendían por toda la habitación. Riley tosió y se atragantó, llegando hasta
Dax. Estaba cubierto de sangre, pero no le importaba, envolviendo sus
brazos alrededor de él, agradecida de que estuviese vivo. Se le veía
cansado, las líneas de su rostro grabadas profundas. Por debajo de ellos,
los fieles de Mitro habían sucumbido al humo y las llamas sin la sangre de
su amo para sostenerlos.
Dax y Riordan salieron por el techo, dejando nada más que cenizas
detrás.
— Mitro había estado buscando durante siglos en los volcanes, — dijo
Riordan a Dax y Riley. — En algún lugar debió adquirir el conocimiento de
que cuando los dragones mueren, sus corazones se quedan atrás y se
convierten en piedra. Dan vuelta a las piedras preciosas. El corazón le
mantuvo con vida hasta que lo restauraste a su legítimo propietario.
— Quiero ir a casa, — dijo Riley. — Llévame a casa, Dax.

~ 380 ~
Capítulo 20
Traducido por Ariel
Corregido por Ariel

Dax estableció a Riley abajo en la montaña que había sido el hogar de


él durante los últimos siglos. El Antiguo había nacido aquí, al igual que
sus hijos. Todos habían muerto aquí. Riley había nacido aquí. Su madre
había muerto aquí. El calor le daba de comer, la tierra lo llamaba. Este
volcán estaba tan cerca de ser hogar y era todo lo que tenía para darle.
Las ruinas del pueblo nube se levantaban valientemente, Sin dejarse
intimidar por el volcán o el paso del tiempo, los guardianes de piedra
miraban por encima del borde de los acantilados, nadie se atrevía a
acercarse. Estaba sorprendido de estar tan tenso, aún temblaba un poco
por dentro. Riley era tan firme como una roca, absolutamente decidida,
mientras él vacilaba, por el miedo de que si algo salía mal, él la perdería.
Él deslizó su brazo alrededor de su cintura mientras miraban a lo que
quedaba del bosque nublado. —Es realmente hermoso.
— ¿Verdad? —Riley le sonrió. —Cuando era una niña y mi madre me
trajo aquí, Yo fingía que estaba subiendo por una escalera de estrellas y
cuando llegáramos a las nubes, Yo estaría en el cielo.
Dax envolvió una longitud de su gruesa trenza alrededor de su puño y
trajo su pelo hacia la cara. Nunca se cansaría de la sensación que le daba
toda esa seda azul-negro. — Nada puede pasarte a ti.
Ella lo miró por debajo de sus espesas pestañas, su generosa boca
curvada en una sonrisa de puro amor. Su corazón realmente dolía en el
pecho. A veces, como justo en ese momento, cuando ella estaba tan segura

~ 381 ~
de su amor por él, no podía encontrar las palabras para expresar lo que
sentía por ella. No había palabras suficientemente adecuadas de la verdad.
Él sabía que ella lo había cambiado todo para él. Tenía algo en ella
que él no podía resistir. Ella se metió tan dentro de él, se envolvió
profundamente, y no había manera de que pudiera sacarla aunque él
quisiera que se fuera. No había ningún escondite de ella. No se permitía
correr lejos de ella. Ella lo volvió al revés con una sola mirada de aquellos
ojos debajo de las largas pestañas, femeninas. Ella iluminaba su mundo
con su sonrisa, con su risa suave, contagiosa. Su risa se llevo cada mal
momento en su vida, reemplazándolos con... ella.
Él era un guerrero de los siglos pasados, de una especie al borde de la
extinción. Un depredador que sobrevivió por la sangre de los demás. Había
algo salvaje en él, y ella lo vio con claridad. Ella lo miró a él y vio todo lo
que él era, cada parte de él, y aún así se quedó con él. Calmada. Serena.
De pie a su lado espalda con espalda frente a una gran maldad, no
importando lo asustada que estaba. Su valor era aterrador. Absolutamente
aterrador.
La giró hacia él y ella vino a él sin dudarlo, rodeando su cuello con
sus delgados brazos, apoyando su suave cuerpo en el suyo. Los ojos y la
piel suave sostuvieron el frescor de la tierra. Él era llamas y calor, el
corazón mismo de la tierra. En el momento en que él la tocaba ella se
prendió fuego.
Él no se hizo esperar, pero la levantó, acunándola en sus brazos
contra su pecho. La llevo por el laberinto de profundas cámaras en la
montaña. La cámara de magma se había derrumbado sobre sí, pero él se
dirigía a una cámara especial que había encontrado, ubicada a una milla
de donde la piscina de magma se había formado. Él regulaba su
temperatura por ella, sabiendo que algunos de los pasillos eran demasiado
calientes para que su delicada piel tolerara. Sus pulmones no encontrarían
suficiente aire.
La apertura hacia la cámara de la gema-tachonada era pequeña. Tuvo
que dejarla en el suelo para permitirle deslizarse a través de ella. Él
realmente tenía que cambiar lo suficiente como para poder encajar, pero el
interior estaba bien, valía la pena el esfuerzo. Hizo un gesto con la mano

~ 382 ~
para encender la cámara. Oyó jadear a Riley de asombro y sorpresa. Su
corazón tartamudeó en respuesta. Ella estaba contenta.
Las paredes brillaban desiguales, con los diamantes en bruto de todos
los tamaños. Rubíes oscuros brillaban como fuego en el techo. El pequeño
manantial mineral natural burbujeaba, el vapor que se elevaba hacia el
aire que él había proporcionado más fresco. El suelo era casi negro, con
gran riqueza, tierra para la curación buena para ella una vez que la
conversión hubiera ocurrido.
— Es tan hermoso— susurró ella, girando en un círculo para tomar
en todo.
Cruzó la pequeña distancia hacia ella. Sería bastante fácil librarla de
la ropa con un solo un pensamiento, pero él quería el placer de abrir sus
prendas y descubrir su gloriosa piel como el regalo que ella era. Sus
manos fueron a su blusa. Muy lentamente, los ojos de ella sostuvieron los
suyos, comenzó a desabrocharle los minúsculos botones cubiertos. Sus
nudillos rozaron la curva de sus cremosos pechos, sus dedos rozaban
sobre la piel suave.
Él dividió el material, tirando hacia atrás lejos de ella antes de que él
bajara la mirada. Su sujetador de encaje empujaba hacia arriba sus senos
y la parte superior de la areola y el pezón. Su aliento quedó atrapado en su
garganta. Tiró de la blusa liberando sus brazos y le permitió flotar al lado
de la cámara.
Se arrodilló y desató las botas de senderismo. — Pon tus manos sobre
mis hombros, — ordenó.
Cuando Riley obedeció, él tiró sus botas libres, le quitó los calcetines,
masajeando cada pie mientras lo hacía. Permaneció de rodillas delante de
ella, llegó hasta la cintura de sus pantalones cargo. Sus dedos rozaron su
piel desnuda y su cuerpo apretado, con un dolor salvaje que sólo ella podía
aliviar. Él tiró de sus pantalones, tiró de ellos sobre la curva de sus
caderas, animándola a salir de ellos.
Se puso de pie en su sujetador de encaje, y en sus bragas, los rubíes
relucientes la hacían brillar allí en el centro de la cámara.
— Libera tu cabello de sus restricciones.

~ 383 ~
Ella sonrió ante su elección de palabras, pero no dijo nada. Sacó el
lazo de su cabello y lo dejar caer libremente como a él le gustaba. Sacudió
la cabeza, permitiendo que su cabello se estableciera su alrededor como
una capa viviente. Él la agarró de las caderas y la atrajo hacia él,
presionando un beso en su pequeño ombligo fascinante.
La conversión en última instancia, puede ser dolorosa, pero él quería
mucho más por ella. Ella le había dado confianza desde el principio,
poniéndose en sus manos, a su cuidado, y tenía la intención de cuidarla y
protegerla, amarla y hacerla feliz por todos sus días. Él quería empezar
bien.
Dax se puso de pie, todavía sosteniendo sus caderas, manteniéndola
anclada a él. — Ellos no tenían ropa interior tal como éstas cuando yo era
un hombre joven creciendo. Estoy bastante seguro de eso. — Con un
movimiento de su mano, el sujetador y las bragas encontraron su camino
hasta la blusa y pantalones cargo. Una vez más, él la levantó,
deshaciéndose de su ropa al mismo tiempo.
Riley se rió suavemente y hundió la cara en su cuello. — Esa es una
habilidad muy útil.
— ¿Quitarse la ropa? — bromeó, llevándola hacia el manantial
burbujeante. —Creo que sí.
Entró en las aguas termales. El agua le llegaba hasta los muslos. —
Las rocas son suaves, como un asiento, — le dijo. — Tiene la forma de un
tazón debajo del agua. Hay un asiento natural y, como una cama... —
Frunció el ceño, buscando la palabra exacta, esta se le escapaba por
completo. Él le envió una imagen mental.
— ¿Sofá? — le preguntó.
Él asintió con la cabeza. — Se puede estirarse y el agua apenas fluirá
sobre ti, manteniéndole un poco más fresca. — Bajó lentamente sus pies
en el agua caliente, observando su malestar, manteniéndola cerca de él.
Su brazo se deslizó alrededor de ella, sujetándola a él cuando la acompañó
hasta el centro de la piscina.
Riley abrió la boca cuando el calor la envolvió, cuando millones de
pequeñas burbujas estallaron contra su piel sensible. Su puño envuelto en
su pelo, agrupamiento apretado, acarreando la cabeza hacia atrás para

~ 384 ~
darle acceso a su boca. Su boca descendió sobre la de ella, cepillado,
burlas, persuasión. En el momento en que se abrió a él, él tomó el control
y la besó una y otra vez, una Reclamación feroz. Se perdió en la boca
durante unos minutos... o tal vez mucho más tiempo; tiempo se esfumó.
Enfadado jadeado como el calor la envolvió, como millones de
explosión de burbujas diminuta contra su piel sensible. Su puño se abrigó
en su pelo, manteniéndolo apretado, tirando su cabeza hacia atrás para
darle acceso a su boca. Su boca bajó sobre la suya, rosando, burlando,
persuadiendo. En el momento que ella la abrió, él tomó el mando,
besándola una y otra vez, una reclamación feroz. Él Se perdió en su boca
durante unos minutos - o tal vez mucho más tiempo, el tiempo se esfumó.
Su polla le dolía, dolorosamente hinchada con anticipación. Él
arrastró besos ardientes de su boca hacia la garganta, sus dientes
mordiendo, pequeños mordiscos que le excitaban aún más. Su sabor
irrumpió en su lengua, difundiéndose a través de su cuerpo como un rayo.
Su boca vagó sobre su hombro, a lo largo de su clavícula, bajando hacia a
su pechos.
Ella arqueó la espalda, sosteniendo su cabeza mientras él tiraba y
rodaba sus pezones. Dio un pequeño grito cuando sus afilados dientes le
mordisquearon. La lengua de él al instante tomó el escozor y lo alejo. Ella
gimió y se apretó aún más a su boca. Él succionó con fuerza y luego volvió
a sus sensibles pezones, tensando y tirando de ellos, jugando con los
estrechos picos. Sus caderas se movían inquietas.
Dax bajó una mano por los contornos suaves curvilíneos de su
cuerpo, por encima de su estrecha cintura hacia su vientre plano y bajar
más aún hacia sus caderas ensanchadas. Su palma tomó el montículo, su
pulgar se movía en círculos lentos. Ella estaba mojada, caliente, tan
hambrienta de su cuerpo como lo estaba él por el de ella. Su boca vagó
hasta su pecho hacia la pendiente cremosa, mientras sus dedos se
deslizaban dentro del calor de su cuerpo. Él lamió la tentación suave con
la lengua, sus dientes rasparon de un lado a otro. Cada vez que sus
dientes pellizcaron, su vaina apretaba alrededor de sus dedos y lo bañaba
con una inundación de líquido fresco.
Sus dientes se alargaron. Su boca se hizo agua. Él hundió sus
colmillos en aquel pulso que latía con fuerza y el sabor explosiono a través

~ 385 ~
de él como la erupción de un volcán. Su cuerpo reaccionó ante el destello
de dolor, sujetándola con fuerza, y cuando el placer corrió a través de ella,
él sintió su ondulación de músculos en la necesidad. Ella sabía exquisita,
perfecta, adictiva. Tomó más de su relleno, suficiente para un intercambio
de sangre. El tercer intercambio de sangre. Tomó la disciplina para
ejecutar su lengua por los pinchazos y sellarlos.
Sus dientes se alargaron. Su boca inflada. Él hundió sus colmillos en
aquel pulso de palpitación y el gusto de su explosión por él como la
erupción de un volcán. Su cuerpo reaccionó al destello de dolor, sujetando
con abrazaderas abajo con fuerza, y como el placer competido con por ella,
él sintió su ondulación de músculos en la necesidad. Ella probó exquisita,
perfecta, el entregamiento. Él tomó más que su llenarse, bastante para un
cambio de sangre. El tercer cambio de sangre. Le tomó roda su disciplina
para correr su lengua por los pinchazos y sellarlos.
Dax la giró en sus brazos mientras el corría una uña afilada a través
del pulso que palpita en su pecho. Necesitaba su boca sobre él bebiendo
su esencia, su sangre antigua que la traería totalmente a su mundo. Sus
labios se movieron contra su pecho, su lengua se deslizo sobre las
diminutas gotas que burbujean a través del fino corte. Contuvo el aliento,
acunando su cabeza, todo en él va todavía. Esperando. Necesitando. Su
boca se movía contra su pecho, era la cosa más erótica que había sentido
nunca. Su cuerpo era naturalmente sensual, moviéndose contra su
hambre inquieta, aún cuando ella aceptó la invitación en su mundo.
Él apenas podía hacerse detenerla, pero su cuerpo estaba haciendo
sus propias demandas urgentes. Él le murmuró suavemente. — Basta,
päläfertiilamla sangre antigua rica.
Su lengua lamió su ofrenda una vez más, antes de que ella levantara
la cabeza, su mirada soñolienta, sexy, oscura de deseo. — Te quiero ahora
mismo. Tengo que tenerte ahora.
Dax no estaba dispuesto a argumentar con esa demanda. Él la
impulso volviéndola hacia en el sofá de piedra. Apretó una mano en su
espalda para obligarla a doblarse, colocando sus manos sobre la roca para
que se equilibrara. El pelo caía alrededor de su cuerpo, sus pechos se
balanceaban libres. Sus nalgas estaban redondeadas, y se frotaban y

~ 386 ~
masajeaban sobre su carne firme antes de deslizar la mano entre sus
piernas una vez más.
Él Presionó su adolorida polla hinchada, contra el calor de su
resbaladiza entrada. Ella movió sus caderas hacia atrás, tratando de
forzarlo a entrar más rápido. Sus dedos se flexionaron sobre sus caderas y
luego él impulso su cuerpo duro sobre el suyo, al mismo tiempo,
presionando hacia adelante. Ella gimió, un grito de lamento bajo el placer,
llenando la cámara con su música cuando él se enterró una y otra vez en
ella. Su vaina estaba viva con dedos de seda lo agarraba y exprimía,
rodeándolo con un calor abrasador. Ella era estrecha, tan apretada que le
ahogaba, la fricción era exquisita. Los llevó arriba tanto duro y rápido, un
pistón de accionamiento en una y otra. Ella jadeo para respirar, su cuerpo
moviéndose en un ritmo perfecto contra el suyo. Él oyó el cambio en su
respiración, sintió el torrente de líquido caliente y luego su apretada vaina
se cerró sobre él, exigente, ordeñándolo, cuando alrededor de él todo ese
calor sedoso ondulaba con un poderoso orgasmo tras otro, llevándolo con
ella.
Ella coreaba su nombre, un suave grito melodioso que envolvió
espirales de emoción alrededor de su corazón. Dax la tomó en sus brazos,
dejando caer su cabeza sobre la de ella, sosteniéndolos a ambos encima,
mientras calmaba su corazón y empujaba aire en sus pulmones ardiendo.
Se hundió en el agua, tirando de ella con él hasta que estuvo sentado en la
roca natural y el agua se arremolinaba alrededor de sus hombros. Riley
apartó el pelo para arriba, lo escurrió y lo anudo en la parte superior de su
cabeza. Ella se recostó a su lado, estirando las piernas y mirando
alrededor de la caverna.
— Es hermoso aquí, Dax. Realmente excepcional. No lo olvidare,
nunca. — Su voz temblaba. Ella deslizó su mano en la suya. — Yo no
tengo miedo. Es sólo que... desconozco. ¿Qué pasa después?
Sus dedos se cerraron alrededor de los suyos. — Nosotros
esperaremos. Tu cuerpo va a luchar contra la conversión, creyendo que te
mueres. Trata de no resistirte, simplemente déjate llevar. Voy a estar
contigo en cada paso del camino. Gary indicó que hay cosas en las que no
podre ayudar. — Detestaba eso. Él tomaría en cada parte de su dolor si
pudiera, pero Gary había dejado claro que era imposible.

~ 387 ~
— ¿Dónde quiere vivir, Dax? Nunca hablamos de ello.
Él la tomaba en, su mirada moviéndose sobre ella, estudiando su
cuerpo para detectar cualquier signo de malestar. — Me gustaría hacer el
camino de regreso a las montañas de los Cárpatos y ver al nuevo príncipe.
— Se rió suavemente de él. — Supongo que no es realmente nuevo. Ha
sido el príncipe durante algún tiempo, pero es nuevo para mí.
— Eso suena divertido. Siempre he querido viajar a otros lugares.
— Me gustaría ver donde crecí, — añadió. Él llevó su mano a su boca
y mordisqueó los nudillos. Esperaba que el agua caliente se llevara un
poco el dolor de su cuerpo cuando llegara el momento. — Después que
viajemos por todo el mundo, puedes elegir un lugar en el que queremos
hacer nuestra base de operaciones.
Una expresión de alarma cruzó el rostro de Riley. Ella trató de soltar
su mano, pero Dax la apretó con más fuerza. El Antiguo se alarmo. Dax
empujó suavemente en su mente, y ella le apartó duro para mantenerlo
fuera, sacudiendo enérgicamente la cabeza.
— No quiero que te sientas esto conmigo, Dax. — Una vez más, Riley
tiró de su mano, con el cuerpo encorvado. — No puedo preocuparme por
cómo estás angustiado. — Ella tomó aire, se llevó la mano al vientre y
volvió la cara. — Debo hacer esto sola, en la intimidad.
Y ella lo haría. Era una de las cosas sobre ella que lo volvían al revés.
Dax hizo un gesto con la mano hacia la tierra rica, y oscura. El suelo se
levanto hacia atrás para proporcionar un lecho profundo.
— Voy a vomitar. — Riley se giro, inclinándose de lado sobre el borde
de la piscina, y sintiéndose miserable una y otra vez.
Cuando Dax puso su mano en la espalda, su cáscara exterior estaba
fría mientras que por dentro ella estaba en llamas, sus órganos se torcían
y se remodelaban. Su cuerpo se convulsionó y se habría deslizado bajo el
agua si él no la hubiera cogido y acostado en el sofá natural, de manera
que el agua cubría toda su piel. Sus músculos eran nudos apretados,
había grande bultos por todo el cuerpo, rígido por la tensión. El agua del
manantial, alimentado por el volcán, estaba caliente y ayudó a aliviar los
nudos de su cuerpo.

~ 388 ~
El dolor vino en grandes olas que a veces la levantaban y la
empujaban hacia abajo. Dax amortiguaba la caída, mientras su cuerpo se
retorcía y se contorsionaba. Sus estaban abiertos de par en par, pero ella
no lo miraba. Con los ojos vidriosos miraba al techo salpicado de piedras
preciosas, los rubíes relucientes que fluían sobre sus cabezas. Ella
respiraba a través del dolor, y Dax se encontró respirando con ella,
tratando de mantenerse en la cima de las ondas en lugar de sucumbir a
ellas.
En uno de los breves momentos de respiro, ella le tocó la cara,
frunciendo el ceño mientras su mano se alzó con gotas de sangre. — Yo
estoy bien, Dax. Yo puedo hacer esto. — aseguró.
— Sé que tú puedes, — Dax respondió: su estómago en nudos
apretados también. La conversión era brutal y no había mucho que
pudiera hacer para ayudarla. Él había ignorado sus órdenes de
mantenerse fuera de su cabeza. Trató de tomar su dolor en sí mismo, pero
era imposible. Tratando de no mostrar su creciente alarma, le rozó besos
sobre sus ojos hasta que la próxima gran ola.
El Antiguo comenzó a luchar por la supremacía, con la necesidad de
parar el terrible dolor que estaba teniendo Riley. Dax nunca había
experimentado el pánico, pero se poniendo rápido. El agua caliente ya no
estaba haciendo ningún bien. Nada podía detener las violentas
convulsiones, y era peligroso con tanta roca alrededor. Estaba enferma
constantemente, su cuerpo luchaba para deshacerse de toxinas.
Él la levantó en sus brazos. La tengo, Antiguo. Ella no se está
muriendo.
Ella sí lo está, tonto. Vamos a perderla.
La mano de Riley se movió. Alisado su pelo. La Diversión suave se
derramo en su mente a pesar del dolor y la fiebre que hacían estragos en
su cuerpo. Los hombres son definitivamente el sexo débil. Consiguió pasar
a través de ella. Dejen de pelear los dos.
Así de rápido se fue la diversión cuando la siguiente onda brutal la
tomo, robándole aliento, estuvo a punto de arrancarla de sus brazos
cuando su cuerpo rígido se cerrado, casi rompiendo sus huesos.

~ 389 ~
Ella era una hija de la tierra y él contaba con eso en gran medida. La
llevó a la tierra abierta y flotaron ambos al suelo, colocando su cuerpo en
la tierra fresca. Al instante, los susurros comenzaron, voces femeninas,
calmantes, los alcanzaron.
El Anciano se apaciguo, Dax pero lo sintió al alcance, tocando lo
único que él podía... El alma de Riley. Los hilos que vinculan a Riley a Dax
se extendieron para incluir el alma del Anciano.
Estás seguro, advirtió Dax, sorprendido por la generosidad del viejo
dragón. Su tiempo había pasado, sin embargo, había dado su alma a Dax
para ayudar a destruir el mal. Ahora estaba incluyendo a Riley en esa
decisión, ofreciendo su alma a ella también para llevarla a través de su
viaje en el mundo Cárpatos.
Estoy seguro. Ella es digna de ti. Ella puede convocarme cuando me
necesite. El dragón de fuego era feroz al respecto. Dax y Riley eran suyos.
Él los defenderá con todo lo que él era.
Vinculando el alma de Riley a la suya, el Antiguo se envolvía en ella,
tratando de hacer lo que Dax no podía... ayudarle a sanar más rápido. Los
susurros de la tierra crecieron en volumen. Dax observó que Riley estaba
más tranquila, las líneas grabadas en su cara se aliviaban con las voces
calmadas y el Antiguo empujó sus órganos a una mayor velocidad.
Con un jadeo sibilante horrible, un sonido de muerte saliendo de su
garganta, una última oleada de dolor insoportable, y las convulsiones
disminuyeron. Riley estaba muy quieta durante un momento, y luego se
giro hacia él, con los ojos abiertos, atormentada. El agotamiento estaba en
su rostro, una fina capa de sudor humedecía su cuerpo. Pequeñas gotas
de sangre perladas en la frente y corrían por su cuerpo.
— Es mejor que el Parto no sea tan difícil, — susurró. — O tendrás
que hacerlo tú.
Él forzó una sonrisa. Su boca se sentía tiesa. Incluso su mandíbula le
dolía. Le besó la mano, con miedo de tocar cualquier otra cosa. — Eso es
un trato. Te estoy enviando a dormir ahora. Es seguro. Voy a estar contigo
en cada momento.
Como yo, Aseguraba el Antiguo
Te estoy sosteniendo en mis brazos, susurró Annabel.

~ 390 ~
Estás a salvo, añadieron las voces femeninas.
— Te amo, Dax — susurró. — Gracias, Antiguo. Me has dado un gran
regalo. — Ella esbozó una pequeña sonrisa. Aunque parezca increíble, sus
ojos se iluminaron con el amor cuando ella lo miró. — Estoy cansada.
Por un momento, su garganta estaba atascada por lo que apenas
podía hablar. Tragó el nudo. —Cuando te despiertes, estarás
completamente en mi mundo.
Dax se acurruco alrededor del cuerpo de Riley mientras la envió hacia
un sueño profundo, sus brazos se envolvieron apretados alrededor de ella,
como el rico y sanador suelo vertido sobre ellos. Las salvaguardias se
encontraban en el lugar, y el Antiguo estaba vigilante. Mitro estaba muerto
y Arabejila podía estar en paz. Hundió la cara en la riqueza de color azul-
negro de seda y aspiró su aroma por última vez antes de sucumbir al
sueño de su pueblo. La vida era buena.

Fi n

~ 391 ~
Anexo 1
Cánticos Sanadores Cárpatos
Para entender correctamente los cánticos sanadores de los Cárpatos, se
requieren conocimientos en varias áreas:
1. El punto de vista de los Cárpatos sobre la sanación.
2. El Cántico Sanador Menor de los Cárpatos.
3. El Gran Cántico Sanador de los Cárpatos.
4. Estética de la música Cárpata
5. Nana
6. Canto de Curación de la Tierra
7. Técnica de cántico Cárpata.

1. El punto de vista de los Cárpatos sobre la sanación.

Los Cárpatos son un pueblo nómada cuyos orígenes geográficos pueden


ser trazados en retrospectiva al menos tan lejos como los Montes Urales
del Sur (cerca de las estepas del Kazajstán de hoy en día), en el borde entre
Europa y Asia (Por esta razón, los lingüistas de hoy en día llaman a su
idioma “proto-Uralico”, sin saber que este es el idioma de los Cárpatos). Al
contrario que la mayor parte de los pueblos nómadas, el vagabundeo de
los Cárpatos no se debía a la necesidad de encontrar nuevas tierras de
pasto cuando las estaciones y el tiempo cambiaban, o a la búsqueda de
mejor comercio. En vez de eso, los movimientos de los Cárpatos estaban
provocados por el gran propósito de encontrar un lugar que tuviera la
tierra correcta, un terreno con la clase de riqueza que realzaría
enormemente sus poderes de rejuvenecimiento.

~ 392 ~
Con el paso de los siglos, emigraron hacia el oeste (hace unos seis mil
años) hasta que al fin encontraron su perfecta tierra natal... su “susu”...
en las Montañas de los Cárpatos, que es el largo arco que acunaba las
exuberantes llanuras del reino de Hungría. (El reino de Hungría floreció
durante al menos un milenio... haciendo del húngaro el idioma dominante
de la Cuenca Cárpata... hasta que las tierras del reino se dividieron en
varios países después de la Primera Guerra Mundial: Austria,
Checoslovaquia, Rumania, Yugoslavia, Austria, y la moderna Hungría).
Otras gentes del Sur de los Urales (que compartían el idioma Cárpato,
pero no eran Cárpatos) emigraron en diferentes direcciones. Algunos
terminaron en Finlandia, lo que explica por qué el húngaro y finlandés
moderno están entre los descendientes contemporáneos del idioma
ancestral Cárpato. Incluso estando atados por su elección de la tierra de
los Cárpatos, el vagabundeo de los Cárpatos continuó, mientras buscaban
en el mundo las respuestas que los capacitarían a mantener y criar a su
descendencia sin dificultad.

A causa de sus orígenes geográficos, la visión de los Cárpatos de la


sanación comparte mucho con la mayor tradición euroasiática del
chamanismo. Probablemente la más cercana representación moderna de
esa tradición está basada en Tuva (y se refiere a ella como “Chamanismo
Tuvianian)... ver el mapa.

~ 393 ~
La tradición chamanista euroasiática, de los Cárpatos a los chamanes
siberianos, opinaba que la enfermedad se originaba en el alma humana, y
sólo posteriormente se manifestaba como diversas condiciones físicas. Por
consiguiente, la sanación chamanista, aunque no descuidaba el cuerpo, se
concentraba en el alma y su curación. Las enfermedades más extendidas
se entendían que eran causadas por “la partida del alma” en la que toda o
alguna parte del alma de la persona enferma se había apartado del cuerpo
(a los reinos inferiores), o había sido capturada o poseída por un espíritu
malvado, o ambas cosas.
Los Cárpatos pertenecen a esta mayor tradición chamanista
euroasiática y comparten sus puntos de vista. Aunque los propios
Cárpatos no sucumbían a la enfermedad, los sanadores Cárpatos
entendían que las heridas más profundas iban también acompañadas por
una “partida del alma” similar.
Acompañando el diagnóstico de “partida del alma” el chamán-sanador
estaba por tanto obligado a hacer un viaje espiritual a los mundos
inferiores, para recobrar el alma. El chamán podría tener que vencer
tremendos desafíos a lo largo del camino, particularmente luchar con el
demonio y vampiro que había poseído el alma de su amigo.
La “Partida del alma” no requería que una persona estuviera
inconsciente (aunque ese ciertamente puede ser el caso también). Se
entendía que una persona todavía podía parecer estar consciente, incluso
hablar e interactuar con otros, y aún así haber perdido una parte del ama.
No obstante, el sanador o chamán experimentado vería instantáneamente
el problema en signos sutiles que otros podrían pasar por alto: la atención
de la persona vagando de vez en cuando, una disminución de su
entusiasmo por la vida, depresión crónica, una reducción en el brillo de su
“aura”, y cosas por el estilo.

2. El Cántico Sanador Menor de los Cárpatos.


Kepä Sarna Pus (El “Cántico Sanador Menor”) es utilizado para heridas
que son de naturaleza meramente física. El sanador Cárpato abandona su
cuerpo y entra en el cuerpo del Cárpato herido para sanar las heridas
mortales de dentro a fuera utilizando pura energía. Él proclama “ofrezco
libremente, mi vida por tu vida”, mientras da su sangre al Cárpato herido.
Porque los Cárpatos son de la tierra y unidos al suelo, son sanados por la
tierra de su país natal. Su saliva con frecuencia también es utilizada por
sus poderes rejuvenecedores.

~ 394 ~
También es muy común en los cánticos Cárpatos (para el menor y el
mayor) ser acompañados por el uso de hierbas sanadoras, aromas de velas
Cárpatas, y cristales. Los cristales (cuando son combinados con la empatía
Cárpata, la conexión física con el universo entero) son utilizados para
acumular energía positiva de sus alrededores que después se utiliza para
acelerar la curación. Algunas veces se utilizan cuevas como trasfondo para
la sanación.
El cántico sanador menor fue utilizado por Vikirnoff Von Shrieder y
Colby Jansen para sanar a Rafael De La Cruz cuyo corazón había sido
arrancado por un vampiro en el libro titulado Secreto Oscuro.

Kepä Sarna Pus (El Cántico Sanador Menor)


El mismo cántico es utilizado para todas las heridas físicas, “sivadaba”
(“dentro de tu corazón”), cambiaría para referirse a cualquier parte del
cuerpo que esté herida.
Kunasz, nélkül sivdobbanás, nélkül fesztelen löyly
Yaces como dormido, sin latido de corazón, sin respiración aérea
Ot élidamet andam szabadon élidadért
Ofrezco libremente mi vida por tu vida.
O jelä sielam jŏrem ot ainamet és soŋe ot élidadet.
Mi espíritu de luz olvida mi cuerpo y entra en tu cuerpo.
O jelä sielam pukta kinn minden szekmeket belső.
Mi espíritu de luz envía todos los espíritus oscuros de tu interior a la
huída.
Pajńak o susu hanyet és o nyelv nyálamet sívadaba.
Presiono la tierra de nuestra tierra natal y la saliva de mi lengua en tu
corazón.
Vii, o verim soŋe o vend andam.
Al fin, te doy mi sangre por tu sangre.

Para oír este cántico, visita: http://www.christinefeehan.com/ members/.

3. El Gran Cántico Sanador de los Cárpatos.

El más conocido —y más dramático— de los cánticos sanadores de los


Cárpatos era En Sarna Pus (“El Gran Cántico Sanador”). Este cántico
estaba reservado para recuperar el alma del Cárpato herido o inconsciente.

~ 395 ~
Típicamente un grupo de hombres formarían un círculo alrededor del
Cárpato herido (para “rodearle con nuestro cuidado y compasión”), y
empieza el cántico. El chamán o sanador o líder es el actor principal en
esta ceremonia curativa. Es él quien en realidad hace el viaje espiritual al
mundo inferior, ayudado por su clan. Su propósito es bailar estáticamente,
canto, tambores, y cántico, todo mientras visualiza (a través de las
palabras del cántico) el viaje mismo, una y otra vez, hasta el punto en el
que el chamán, en trance, abandona su cuerpo, y hace ese mismo viaje.
(Ciertamente, la palabra “éxtasis” proviene del latín ex statis, que
literalmente significa “fuera del cuerpo.”)
Una ventaja del sanador Cárpato sobre muchos otros chamanes, es su
vínculo telepático con su hermano perdido. La mayor parte de los
chamanes debe vagar en la oscuridad de los reinos inferiores, en busca de
su hermano perdido. Pero los sanadores Cárpatos “oyen” directamente en
su mente la voz de su hermano herido llamándole, y esto puede actuar
como un radiofaro direccional. Por esta razón, el cántico Sanador tiende a
tener un éxito más elevado que la mayor parte de las otras tradiciones de
este tipo.
Algo de la geografía del “otro mundo” nos sirve para examinar, a fin de
entender completamente las palabras de Gran Cántico Sanador Cárpato.
Se hace una referencia al “Gran Árbol” (en Cárpato: En Puwe). Muchas
tradiciones ancestrales, incluida la tradición Cárpata, entienden que los
mundos —los mundos celestiales, nuestro mundo, y los reinos inferiores—
están colgados en un gran polo, o eje, o árbol. Aquí en la tierra, estamos
colocados a medio camino en este árbol, sobre una de sus ramas. Por lo
tanto muchos textos antiguos con frecuencia se refieren al mundo material
como “tierra media”, a medio camino entre los cielos y el infierno.
Subiendo el árbol llegaríamos a los mundos celestiales. Descendiendo por
el árbol hasta las raíces llegaríamos a los reinos inferiores. El chamán era
necesariamente un maestro en moverse arriba y abajo por el Gran Árbol, a
veces sin ayuda, y a veces asistido por (o incluso montado a la grupa) un
espíritu guía animal. En varias tradiciones, este Gran Árbol es conocido de
varias formas, el axis mundi (el “eje de los mundos”), Ygddrasil (en la
mitología nórdica), Mount Mem (el mundo sagrado de la montaña de la
tradición tibetana), etc. El cosmos cristiano con su cielo, purgatorio/tierra,
e infierno, es también una comparación válida. Incluso se da una
topografía similar en la Divina Comedia de Dante. Dante es conducido en
un viaje primero al infierno, hacia el centro de la tierra; después hacia
arriba al Monte Purgatorio, que se asienta en la superficie de la tierra
directamente opuesto a Jerusalem; después más hacia arriba primero al
Edén, en lo alto del Monte Purgatorio; y después más arriba hasta el
último cielo.

~ 396 ~
En la tradición chamanista, se entiende que lo pequeño siempre refleja
lo grande; lo personal siempre refleja lo cósmico. Un movimiento en las
mayores dimensiones del cosmos también coincide con un movimiento
interno. Por ejemplo, el axis mundi del cosmos también corresponde a la
espina dorsal del individuo. Los viajes arriba y abajo por el axis mundi con
frecuencia coinciden con el movimiento de las energías natural y espiritual
(algunas veces llamada kundalini o shakti) en la espina dorsal del chamán
o místico.

En Sarna Pus (El Gran Cántico Sanador)


En este cántico, eká (“hermano”) se reemplazaría por “hermana”,
“padre”, “madre” dependiendo de la persona a ser sanada.
Ot ekäm ainajanak hany, jama.
El cuerpo de mi hermano es un conglomerado de tierra, cercano a la
muerte.
Me, ot ekäm kuntajanak, pirädak ekäm, gond és irgalom türe.
Nosotros, el clan de mi hermano, le rodeamos con nuestro cuidado y
compasión.
Opus wäkenkek, ot oma sarnank, és ot pus fünk, álnak ekäm
ainajanak, pitänak ekäm ainajanak elävä.
Nuestras energías sanadoras, palabras ancestrales de magia, y hierbas
curativas bendecimos el cuerpo de mi hermano, manteniéndolo vivo.
Ot ekäm sielanak pälä. Ot omboce päläja juta alatt o jüti, kinta,
és szelemek lamtijaknak.
Pero el alma de mi hermano está solo a medias. Su otra mitad vaga en
los mundos inferiores.
Ot en mekem ?ama?: kulkedak otti ot ekäm omboce päläjanak
Mi gran acción es esta: viajo para encontrar la otra mitad de mi
hermano.
Rekatüre, saradak, tappadak, odam, ka?a o numa waram, és
avaa owe o lewl mahoz.
Nosotros danzamos, nosotros cantamos, nosotros soñamos
estáticamente, para llamar a mi espíritu pájaro, y abrir la puerta al otro
mundo.
Ntak o numa waram, és muzdulak, jomadak.
Monto mi espíritu pájaro y empezamos a movernos, estamos en camino.
Piwtädak ot En Puwe tyvinak, ecidak alatt o jüti, kinta, és
szelemek lamtijaknak.
Siguiendo el tronco del Gran Árbol, caemos en los mundos inferiores.
Fázak, fázak nó o saro
Es frío, muy frío.

~ 397 ~
Juttadak ot ekäm o akarataban, o'sívaban, és o sielaban.
Mi hermano y yo estamos unidos en mente, corazón y alma.
Ot ekäm sielanak kaŋa engem.
El alma de mi hermano me llama.
Kuledak és piwtädak ot ekäm
Oigo y sigo su rastro.

Sayedak és tuledak ot ekäm kulyanak


Encuentro el demonio que está devorando el alma de mi hermano.
Nenäm coro; o kuly torodak.
Furioso, lucho con el demonio.
O kuly pel engem
Tiene miedo de mí.
Lejkkadak o kaŋka salamaval.
Golpeo su garganta con un relámpago.
Molodak ot ainaja, komakamal.
Rompo su cuerpo con mis manos desnudas.
Toya és molanâ.
Se agota y cae en pedazos.
Hän ćaδa.
Huye.
Manedak ot ekäm sielanak.
Rescato el alma de mi hermano.
Aladak ot ekäm sielanak o komamban.
Alzo el alma de mi hermano en el hueco de mi mano.
Alədam ot ekäm numa waramra.
Le subo a mi espíritu pájaro.
Piwtädak ot En Puwe tyvijanak és sayedak jälleen ot elävä ainak
majaknak.
Siguiendo el Gran Árbol hacia arriba, volvemos a la tierra de la vida.
Ot ekäm elä jälleen.
Mi hermano vive de nuevo.
Ot ekäm weńća jälleen.
Está completo de nuevo.

Para oír este canto, visita:


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~ 398 ~
4. Estética del músical Cárpato

En las piezas musicales Cárpatas (tales con la “Nana” y el “Canto para


la Curación de la Tierra”) oirás elementos que son compartidos por
muchas de las tradiciones musicales de la región geográfica de los Urales,
algunos de los cuales todavía existen, desde el este de Europa (Búlgaro,
Rumano, Húngaro, Croaco, etc.) al Romaní (“gitano”). Algunos de estos
elementos incluyen:
La rápida alternancia entre modalidades mayores y menores,
incluyendo un repentino cambio (llamado “Tercera Picardía”) del
menor al mayor para terminar una pieza o sección (como el final de
la “Nana”).
El uso de armonías rígidas.
El uso de ritardi (ralentizar la pieza) y de crescendi (aumento de
volumen) durante breves periodos.
El uso de glissandi (móviles) en la canción tradicional
El uso de gorjeos en la canción tradicional (como en la invocación
final del “Canto de Curación de la Tierra”), similar al Celta, una
canción tradicional más familiar para muchos de nosotros.
Usar quintas paralelas (como en la invocación final del “Canto de
Curación de la Tierra”)
Uso controlado de la disonancia
Cántico de “llamada y respuesta” (típico de muchas de las
tradiciones de cánticos del mundo)
Extender la longitud de la línea musical (añadiendo un par de
compases) para aumentar el efecto dramático.
Y muchos más.

“La Nana” y el “Canto de Curación de la Tierra” ilustran dos diferentes


formas de la música Cárpata (una pieza tranquila e íntima y una pieza
energética agrupada), pero cualquiera que sea la forma la música Cárpata
está llena de sentimientos.

~ 399 ~
5. Canción de cuna

Esta canción es cantada por las mujeres mientras el niño todavía está
en el útero o cuando la amenaza de aborto es aparente. El bebé puede oír
la canción mientras está dentro de la madre y la madre puede conectar
con el niño telepáticamente. La nana es para tranquilizar al niño, para
darle fuerzas al bebé para que aguante, que permanezca, para tranquilizar
al niño que él o ella serán protegidos por el amor incluso dentro hasta el
nacimiento. La última línea significa literalmente que la madre protegerá a
su hijo hasta que el niño haya nacido (levantado).
Musicalmente, la “Nana” Cárpata tiene tres cuartos tiempos (el tiempo
del vals), como una significativa porción de las nanas tradicionales del
mundo (quizá la más famosa es la “Nana de Brahms”). El arreglo para una
sola voz es el contexto original: una madre cantándole a su hijo, sin
compañía. El arreglo para los coros y el violín ilustra cuan musicales son a
menudo incluso las más simples piezas Cárpatas, y cuan fácilmente se
prestan a instrumentos de hoy en día o a arreglos orquestales. (Un gran
número de compositores contemporáneos, incluyendo a Dvorák y
Smetana, han aprovechado descubrimientos similares, trabajando sobre la
música tradicional de Europa del Este en sus poemas sinfónicos).

Odam-Sarna Kondak (Canción de cuna)


Tumtesz o wäke ku pitasz belső.
Siente la fuerza que te mantiene dentro.
Hiszasz'sívadet. Én olenam gæidnod.
Confía en tu corazón. Seré tu guía.
Sas csecsemõm, kuńasz.
Silencio, mi niño, cierra los ojos.
Rauho joŋe ted.
La paz vendrá a ti.
Tumtesz o sívdobbanás ku olen lamtзad belső.
Siente el ritmo en tu interior.
Gond-kumpadek ku kim te.
Olas de amor que te cubren.
Pesänak te, asti o jüti, kidüsz.
Te protegen, hasta la noche en que te alces.

Para oír este canto, visita: http://www.christinefeehan.com/members/.

~ 400 ~
6. Cántico de sanación de la Tierra

Este es el cántico de sanación de la tierra usado por las mujeres


Cárpatos para curar la tierra infectada por toxinas. Las mujeres toman
posiciones en los cuatro lados y llaman al universo para atraer la energía
curativa con amor y respeto. La tierra es su lugar de descanso, el lugar
donde rejuvenecen, y deben hacerlo seguro no sólo para sí mismas sino
también para sus niños no nacidos al igual que para sus hombres e hijos
vivientes. Este es un hermoso ritual llevado a cabo por las mujeres juntas,
que alzan sus voces en armonía y llaman a los minerales de la tierra y a
las propiedades curativas para que acudan y les ayuden a salvar a sus
hijos. Literalmente bailan y cantan para sanar la tierra en una ceremonia
tan vieja como su especie. El baile y las notas de la canción se ajustan de
acuerdo a las toxinas que sientan a través de los pies descalzos de la
sanadora. Los pies son colocados en un cierto patrón y las manos ondean
grácilmente en un hechizo sanador mientras llevan a cabo el baile. Deben
ser especialmente cuidadosas cuando la tierra es preparada para los
bebés. Es una ceremonia de amor y sanación.
Musicalmente, el ritual está dividido en varias secciones:
• Primera estrofa: una sección de “llamada y respuesta”, donde la
que guía la canción hace el solo de la “llamada” y luego todas o
algunas de las mujeres cantan la “respuesta” en el típico estilo de
armonía de la tradición musical de los Cárpatos.
• Primer coro: esta sección se llena de palmadas, bailes, antiguos
cuernos y otros medios usados para invocar y aumentar las
energías que el ritual está atrayendo
• Segunda estrofa.
• Segundo coro
• Invocación: en esta parte, dos guías de la canción, en armonía,
toman toda la energía reunida por las otras partes de la
canción/ritual y la enfocan enteramente en el propósito de
sanación.
Lo que estarás oyendo son breves atisbos de lo que sería típicamente
un ritual significativamente más largo, en el cual las partes del estrofa y el
coro se desarrollan y repiten muchas veces, para acercarse a la simple
ejecución de la invocación final.

~ 401 ~
Sarna Pusm O Mayet (Cántico de sanación de la Tierra)

Primera estrofa:
Ai Emä Maγe,
Oh, Madre Naturaleza,
Me sívadbin lańaak.
Somos tus amadas hijas.
Me tappadak, me pusmak o maγet.
Bailamos el cántico de sanación.
Me sarnadak, me pusmak o hanyet.
Cantamos por la sanación de la tierra.
Sielanket jutta tedet it,
Nos unimos a ti ahora,
Sívank és akaratank és sielank juttanak.
Nuestros corazones, mentes y espíritus son uno solo.

Segunda estrofa:
Ai Emä Maγe,
Oh, Madre Naturaleza,
Me sívadbin lańaak.
Somos tus amadas hijas.
Me andak arwadet emänked és me kaŋank o
Rendimos homenaje a nuestra madre y la llamamos
Põhi és Lõuna, Ida és Lääs.
Desde el norte y el sur, el este y el oeste.
Pide és aldyn és myös belső.
Por encima y por debajo y también desde el interior.
Gondank o maγenak pusm hän ku olen jama.
Nuestro amor a la tierra la sanará donde sea necesario.
Juttanak teval it,
Nos unimos a ti ahora,
Maγe maγeval.
Tierra con tierra.
O pirä elidak weńća.
El círculo de la vida está completo.

Para oír este cántico, visita http://www.christinefeehan.com/members/

~ 402 ~
7. La técnica de sanación Cárpato

Al igual que sus técnicas de sanación, la “técnica de cántico” actual


de los Cárpatos tiene mucho en común con las demás tradiciones
chamanistas de las estepas de Asia Central. El modo primario de cántico
era el cantar con la garganta utilizando tonos. Ejemplos modernos de esta
forma de cantar todavía pueden ser encontrados en Mongolia, Tuvan, y las
tradiciones Tibetanas. Puedes encontrar un ejemplo de audio de los
monjes budistas tibetanos Gyuto en un canto de garganta en:
http://www.christinefeehan.com/carpathian_chanting/
Al igual que con Tuva, tome nota en el mapa de la proximidad
geográfica del Tibet y Kazaguistan y el Sur de los Urales.
La primera parte del cántico Tibetano enfatiza la sincronización de
todas las voces alrededor de un solo tono, tiende a aliviar un “chakra” del
cuerpo. Esto es bastante típico en la tradición del cántico de garganta de
Gyuto, pero no es parte significaba de la tradición Cárpata. No obstante,
sirve como un interesante contraste.
La parte del ejemplo del cántico Gyuto que es más similar al estilo de
cántico Cárpato es la sección media, donde los hombres están cantando
juntos las palabras con gran fuerza. El propósito aquí no es generar un
“tono sanador” que afectará a un “chakra” en particular, sino en vez de eso
generar tanto poder como sea posible para iniciar el viaje “extra-corporal”,
y luchar con las fuerzas demoníacas que el sanador/viajero deben
enfrentar y superar.
Los cánticos de las mujeres Cárpatos (ejemplificados por su “Canción
de cuna” y su “Cántico de sanación de la tierra) son parte de la misma
antigua tradición musical y de sanación que los Cánticos Menor y Grande
de los guerreros. Puedes escuchar los mismos instrumentos en ambos
cánticos de sanación de los guerreros varones y en el “Cántico de Sanación
de la tierra” de las mujeres. Del mismo modo, comparten el propósito
común de generar y enfocar el poder. Sin embargo, los cánticos de las
mujeres tienen un carácter intrínsecamente femenino. Una diferencia
evidente de inmediato es que, mientras los hombres pronuncias sus
palabras en forma de cántico, las mujeres cantan canciones con melodías
y armonías, suavizando la interpretación global. La tendencia femenina a
proporcionar aliento es especialmente evidente en la “canción de cuna”.

~ 403 ~
Anexo 2
El Lenguaje de los Cárpatos
Como todos los idiomas humanos, el idioma de los Cárpatos contiene
la riqueza y los matices que solo pueden adquirirse tras una larga historia
de utilización. En el mejor de los casos solo podemos tocar
superficialmente algunos de los rasgos principales del idioma en este breve
apéndice:
 La historia del idioma Cárpato.
 Gramática Cárpato y otras características del idioma.
 Ejemplos del idioma Cárpato (incluye las palabras rituales del
Cántico de los guerreros)
 Un diccionario Cárpato muy abreviado.

1. La historia del idioma Cárpato.

El idioma Cárpato de hoy en día es esencialmente idéntico al idioma


Cárpato de hace miles de años. Una lengua “muerta” como el latín de hace
dos mil años que ha evolucionado a un idioma moderno significativamente
diferente (italiano) a causa de incontables generaciones de parlantes y
grandes fluctuaciones históricas. En contraste muchos de los parlantes del
Cárpato de hace miles de años están todavía vivos. Su presencia... junto
con el aislamiento deliberado de los Cárpatos de las demás fuerzas
mayores de cambio en el mundo... ha actuado (y continúa actuando) como
fuerza estabilizadora. La cultura Cárpato también ha actuado como dicha
fuerza estabilizadora. Por ejemplo, las Palabras Rituales, los diversos

~ 404 ~
cánticos sanadores (ver apéndice 1), y otros artefactos culturales han sido
pasados durante siglos con gran fidelidad.
Una pequeña excepción debería ser tomada en cuenta: La extensión de
los Cárpatos en varias regiones geográficas separadas ha conducido a
algunos dialectos menores. Sin embargo los vínculos telepáticos entre
todos los Cárpatos (al igual que la vuelta regular de cada Cárpato a su
tierra natal) ha asegurado que las diferencias entre dialectos sean
relativamente superficiales (ej: unas pocas nuevas palabras, diferencias
menores en la pronunciación, etc) Debido al más profundo e interno
lenguaje de mentes, las fórmulas han permanecido iguales a causa de el
uso continuado a través del espacio y el tiempo.
El idioma de los Cárpatos era (y todavía es) el proto-idioma para la
familia de idiomas de los Urales (o Finno-Ugrian). Hoy en día, los idiomas
urales se hablan en el norte, este y centro de Europa y en Siberia. Más de
veintitrés millones de personas en el mundo hablan idiomas cuyos origines
pueden ser rastreados hasta el Cárpato. Magyar o Hungría (alrededor de
cuarenta millones de parlantes, Finlandia (alrededor de cinco millones) y
Estonia (alrededor de un millón), arco de los tres mayores descendientes
contemporáneos de este proto-idioma. El único factor que une a los más
de veinte idiomas en la familia urales es que sus orígenes pueden ser
trazados de vuelta a un proto-idioma común... el Cárpato... se dividió (hace
alrededor de seis mil años) en los varios idiomas de la familia urales. De la
misma forma, los idiomas europeos al igual que el inglés y el francés,
pertenecen a la bien conocida familia indo-europea y también provienen de
un proto-idioma común (uno diferente al Cárpato).

La siguiente tabla proporciona un sentido para algunas de las similitudes en la familia de idiomas.
Carpato
(Proto-Urales)

Finno-Ugric Samoyedic

Finic Ugric

Finlandés Húngaro

Estonio

~ 405 ~
Nota: La Finnic/Cárpato “k” se corresponde con frecuencia con la “h”
húngara. Igualmente la Finnic/Cárpato “p” con frecuencia corresponde a
la “f” húngara.

Cárpato (proto-Uralic) Finés (Suomi) Húngaro (Magyar)


elä—vida elä—vida él--vida
elid—vida elinikä—vida élet—vida
pesä—nido pesä—nido fészek—nido
kola—morir kuole—morir hal—morir
pälä—mitad, parte pleltä—inclinar, ladear fél, fele—humano, amigo (mitad;
una parte de dos)
feleség—esposa
and—entregar anta, antaa—entregar ad—entregar
koje—marido, koira—perro, macho (en here—zángano, testículo
hombre animaless)
wäke—poder väki—personas, gente, vall-vel—con (sufijo instrumental)
hombres; fuerza vele—con él/ella
väkevä—potencia, fuerte
wete—agua vesi—agua víz—agua

2. Gramática Cárpato y otras características del idioma

Idiomas. A la vez un idioma ancestral y un idioma del pueblo de la tierra,


los Cárpatos están más inclinados hacia el uso de idiomas construidos
desde términos concretos, “terrenales”, en vez de abstracciones. Por
ejemplo, nuestra moderna abstracción “apreciar” es expresada más
concretamente en Cárpato como “mantener en el corazón”, el “mundo
inferior” es, en Cárpato, “la tierra de noche, niebla y fantasmas”; etc.

Orden de palabras. El orden de las palabras en una frase está


determinado no por roles de sintaxis (como sujeto, verbo y objeto) sino por
factores pragmáticos y propulsados por el discurso. Ejemplos: “ Tied
vagyok” (“Tuyo soy”); “Sívamet andam” (“Mi corazón te doy”)

~ 406 ~
Aglutinación. El idioma Cárpato es aglutinativo; es decir, palabras más
largas son construidas de componentes más pequeños. Un idioma
aglutinador utiliza sufijos y prefijos que cuyo significado es generalmente
único, y que están concadenados uno tras otro sin soslayarse. En Cárpato,
las palabras consisten típicamente en una raíz que es seguida por uno o
más sufijos. Por ejemplo, “sívambam” deriva de la raíz “sív” (“corazón”)
seguida por “am” (“mi,” convirtiéndolo en “mi corazón”), seguido por “bam”
(“ien,” convirtiéndolo en “en mi corazón”). Como usted puede imaginar, la
aglutinación en Cárpato algunas veces produce palabras muy largas, o
palabras que son difíciles de pronunciar. Las vocales consiguen ser
insertadas entre sufijos, para evitar que demasiadas consonantes
aparezcan en fila (que pueden hacer la palabra impronunciable).

Tipos sustantivos. Como todos los idiomas, el Cárpato tiene muchos tipos
de sustantivos, el mismo sustantivo será “deletreado” de forma diferente
dependiendo de su rol en la frase. Algunos de los tipos de sustantivos
incluyen: nominativo (cuando el sustantivo es el sujeto de la frase),
acusativo (cuando el sustantivo es un objeto directo del verbo), dativo
(objeto indirecto), genitivo (o posesivo), instrumental, final, supresivo,
inesivo, elativo, terminativo y delativo.

Utilizaremos el tipo posesivo (o genitivo) como ejemplo para ilustrar


cómo todos los tipos de sustantivos en Cárpato añaden sufijos a la raíz del
sustantivo. Así, expresando posesión en Cárpato... “mi compañera”, “tu
compañera”, “su compañera”, etc... añade un sufijo particular (tal como
“am”) a la raíz del sufijo (“päläfertiil”), para producir el posesivo
(“päläfertiilam”—”mi compañera”). Qué sufijo utilizar depende de la
persona (“mío”, “tuyo”, “suyo”, etc.), y de si el sustantivo termina en
consonante o vocal. La siguiente tabla muestra los sufijos por sustantivos
en singular (no en plural), y también las similitudes de los sufijos
utilizados en el húngaro contemporáneo. (El húngaro es de hecho un poco
más complejo, en el que también se requiere “ritmo vocal”, qué sufijo
utilizar también depende de la última vocal del sustantivo; por tanto
existen múltiples elecciones, donde el Cárpato solo tiene una sola).

~ 407 ~
Cárpato Húngaro
(proto-Uralic) (contemporáneo)
Sustantivo Sustantivo
terminado en: terminado en:
vocal consonant vocal consonante
e
1º singular (yo) -m -am -m -om, -em, -öm
2ª singular (tú) -d -ad -d -od, -ed, -öd
3ª singular (él, ella) -ja -a -ja/-je -a,-e
1ª plural (nosotros) -nk -ank -nk -unk, -ünk
2ª plural (vosotros) -tak -atak -tok, -tek, - -otok, -etek, -ötök
tök
3ª plural (ellos, ellas) -jak -ak -juk, -jük -uk, -ük

NOTA: Como se ha mencionado antes, las vocales con frecuencia se


insertan entre la palabra y su sufijo para evitar que demasiadas
consonantes aparezcan en una fila (lo que produciría una palabra
impronunciable). Por ejemplo, en la tabla de arriba, todos los sustantivos
que terminan en una consonante son seguidos por sufijos que empiezan
con “a”.

Conjugación de verbos. Como en sus descendientes modernos (tanto el


Finlandés como el Húngaro), el Cárpato tiene muchos tiempos verbales,
demasiados para describir aquí. Nos concentraremos en la conjugación del
presente. De nuevo, colocaremos el húngaro contemporáneo junto al
Cárpato, para remarcar las similitudes entre los dos. Al igual que en el
caso de los sustantivos posesivos, la conjugación de verbos se realiza
añadiendo sufijos a las raíces verbales:

~ 408 ~
Cárpato Húngaro
Persona (proto-Uralic) (contemporáneo)
1ª singular (Yo) -am (andam),-ak -ok,-ek,-ök
2ª singular (Tú) -sz (andsz) -sz
3ª singular (Él/ella) —(and) —
1ª plural (Nosotros) -ak (andak) -unk,-ünk
2ª plural (Vosotros) -tak (andtak) -tok,-tek,-tök
3ª plural -nak (andnak) -nak,-nek
Ellos/ellas)

Al igual que todos los idiomas, hay muchos “verbos irregulares” en el


Cárpato, que no encajan exactamente con este patrón. Pero la tabla es aún
así una guía útil para la mayor parte de los verbos.

3. Ejemplos del idioma Cárpato.

Aquí están algunos ejemplos de Cárpato coloquial, utilizados en los


libros Oscuros. Incluimos en paréntesis la traducción literal. Es
interesante diferenciar de la traducción más apropiada en castellano.
• Susu —Estoy en casa. (hogar/lugar de nacimiento. “Estoy” se
sobreentiende, cosa muy común en caso de los Cárpatos)
• Möért? —¿Y qué?
• Csitri —Pequeña (referido a una cosa o a una mujer)
• Ainaak enyém —Por siempre mía
• Ainaak'sívamet jutta —Por siempre mía (otra forma) (por
siempre a mi corazón conectada/unida)
• Sívamet— Mi amor (de mi corazón, a mi corazón)
• Tet vigyázam — Te amo (a ti te amo)
• Sarna Rituaali (Palabras Rituales) es un ejemplo largo, y un
ejemplo de cántico en lugar del Cárpato coloquial. Tome nota
del uso recurrente de “andam” (Te doy), para dar al cántico
musicalidad y fuerza a través de la repetición.

~ 409 ~
Sarna Rituaali (Las Palabras Rituales)

Te avio päläfertiilam.
Eres mi compañera (Tú, mi casada-esposa. “Eres” se sobreentiende, como
ocurre generalmente en el Cárpato cuando algo es equivalente a otra cosa:
“Tú mi compañera)
Éntölam kuulua, avio päläfertiilam.
Te reclamo como mi compañera (me perteneces, mi casada-esposa)
Ted kuuluak, kacad, kojed.
Te pertenezco (te pertenezco, tu amante, tu hombre/marido/macho)
Élidamet andam.
Te ofrezco mi vida (mi vida doy. “Te” se sobreentiende)
Pesämet andam.
Te doy mi protección (mi nido te doy)
Uskolfertiilamet andam.
Te doy mi lealtad (mi fidelidad te doy)
Sívamet andam.
Te doy mi corazón (mi corazón te doy)
Sielamet andam.
Te doy mi alma (mi alma te doy)
Ainamet andam.
Te doy mi cuerpo (mi cuerpo te doy)
Sívamet kuuluak kaik että a ted.
Del mismo modo tomo los tuyos a mi cuidado (a mi cuidado tomo todos los
tuyos)
Ainaak olenszal'sívambin.
Tu vida será apreciada por mí para siempre (para siempre estarás en mi
corazón)
Te élidet ainaak pide minan.
Tu vida será colocada sobre la mía siempre (tu vida siempre sobre la mía)
Te avio päläfertiilam.

~ 410 ~
Eres mi compañera (Tú, mi casada-esposa)
Ainaak'sívamet jutta oleny.
Estás unida a mí por toda la eternidad (Por siempre a mi corazón
conectada estás)
Ainaak terád vigyázak.
Estás siempre a mi cuidado (Por siempre estás a mi cuidado)

Para oír estas palabras pronunciadas (y para saber más sobre la


pronunciación del Cárpato) por favor visite:
http://www.christinefeehan.com/members/

Sarna Kontakawk (Cántico de los guerreros) es otro extenso ejemplo


del idioma Cárpato. El Consejo de los guerreros tiene lugar en el interior
de la tierra, en una cámara de cristales de magma en las profundidades,
de forma que el vapor natural y la sabiduría de sus antepasados se
manifiesten y enfoquen. Es un lugar sagrado donde realizan el juramento
de sangre a su Príncipe y su pueblo, y reafirman su código de honor como
guerreros y hermanos. Es también donde nacen las estrategias de batallas
y se discuten todas las disensiones, al igual que cualquier preocupación
que los guerreros tengan y deseen llevar al Concilio para discutirlas.

Sarna Kontakawk (El Cántico de los Guerreros)

Veri isäakank—veri ekäakank.


Sangre de nuestros padres—sangre de nuestros hermanos.
Veri olen elid.
La sangre es la vida.
Andak veri-elidet Karpatiiakank, és wäke-sarna ku meke arwa-
arvo, irgalom, hän ku agba, és wäke kutni, ku manaak verival.
Ofrecemos esa vida a nuestro pueblo con un juramento de sangre, voto
de honor, piedad, integridad y resistencia.
Verink sokta; verink kaŋa terád.

~ 41 1 ~
Nuestra sangre se entremezcla y te llama.
Akasz énak ku kaŋa és juttasz kuntatak it.
Atiende nuestra llamada y únete a nosotros.

Para oír estas palabras pronunciadas (y para saber más sobre la


pronunciación del Cárpato) por favor visite:
http://www.christinefeehan.com/members/

~ 412 ~
4. Un Diccionario Cárpato muy abreviado.
Este diccionario Cárpato abreviado contiene la mayor parte de las
palabras del Cárpato utilizadas en los libros Oscuros. Por supuesto, un
diccionario Cárpato completo sería tan largo como un diccionario normal
de un idioma entero (normalmente más de 100.000 palabras).
Nota: Los sustantivos Cárpatos y verbos de abajo son raíces.
Generalmente no aparecen solos, en forma “raíz” como abajo. En vez de
eso, normalmente aparece con sufijos (ej. “andam”, “te doy” en vez de solo
la raíz “and”)

A arwa-arvo olen isäntä, ekäm: que


agba: Ser decoroso o correcto el honor te guarde, hermano mío
ai: oh. (saludo).
aina: cuerpo arwa-arvo pile sívadet: que el
ainaak: siempre honor ilumine tu corazón (saludo).
ak: sufijo añadido al final de un arwa-arvod mäne me ködak: que
sustantivo acabado en consonante el honor te guarde de la oscuridad
para formar el plural (saludo).
aka: prestar atención; aguzar el asti: hasta
oído; escuchar. avaa: abrir
akarat: mente, voluntad avio: casado/a
ál: bendecir, atarse a avio päläfertiil: compañero/a
alatt: a través B
aldyn: debajo; por debajo belso: dentro, interior
alə : levantar, alzar bur: bien; bueno.
alte: bendecir; jurar. bur tule ekämet kuntamak: bien
and: dar hallado, hermano (salutación).
andasz éntölem irgalomet!: ¡tener C
piedad! ćaδa : huir, escapar
arvo: valor (sustantivo). ćoro : fluir, correr como la lluvia
arwa: elogio (sustantivo). csecsemõ: bebé (sustantivo).
arwa-arvo: honor (sustantivo). csitri: pequeña (femenino).
arwa-arvo olen gæidnod, ekam: D
que el honor te guíe, hermano mío diutal: triunfo, victoria.
(saludo). E
eći: caer

~ 41 3 ~
ek: sufijo añadido al final de un gond: cuidar, preocuparse, amor
sustantivo terminado en (sustantivo).
consonante para formar el plural H
ekä: hermano hän: él, ella, ello
elä: vivir hän agba: es así
eläsz arwa-arvoval: que vivas con hän ku: prefijo: quien; el que.
honor (salutación). hän ku agba: verdad.
eläsz jeläbam ainaak: que tengas hän ku kaśwa o numamet: dueño
larga vida en la luz (salutación). del cielo.
elävä: vivo hän ku kuulua sívamet: guardián
elävä ainak majaknak: tierra de la de mi corazón.
vida hän ku meke pirämet: defensor.
elid: vida hän ku pesä: protector.
emä: madre (sustantivo). hän ku saa kućзaket: el que
Emä Maγe: Madre Naturaleza. alcanza las estrellas.
én: yo hän ku tappa: letal.
en: gran, muchos, grande hän ku tuulmahl elidet: vampiro
én jutta félet és ekämet: Doy las (literalmente: ladrón de vida).
gracias a un amigo y hermano hän ku vie elidet: vampiro
(salutación). (literalmente: ladrón de vida).
En Puwe: El Gran Árbol. Relativo hän ku vigyáz sielamet: guardián
a las leyendas de Ygddrasil, el de mi alma.
axis mundi, Monte Meru, cielo e hän ku vigyáz sívamet és
infierno, etc. sielamet: guardián de mi corazón
engem: yo y de mi alma.
eläsz arwa-arvoval: vive con hany: conglomerado de tierra
nobleza (salutación). hisz: creer; confiar.
és: y I
että: ese ida: este (punto cardinal)
F igazág: justicia.
fáz: sentir frío irgalom: compasión, pena, piedad.
fél: colega, amigo. isä: padre (sustantivo).
fél ku kuuluaak sívam belső: bien isäntä: señor de la casa.
amado. it: ahora.
fél ku vigyázak: muerto. J
feldolgaz: preparar. jälleen: de nuevo
fertiil: fértil jama: estar enfermo, herido, o
fesztelen: aéreo muriendo; cerca de la muerte
fü: hierbas, hierba (verbo)
G jelä: luz solar, día, sol, luz
gæidno: carretera, camino.

~ 414 ~
jelä keje terád: que la luz te keje: cocinar; arder; quemar.
queme (palabras de juramento kepä: menor, pequeño, fácil, poco
Cárpato). kidü: despertarse; levantarse
jelä peje terád: que el sol te (verbo intransitivo).
queme (palabras de juramento kίm: cubrir por completo un
Cárpato). objeto con alguna protección.
jelä sielamak: luz de mi alma. kinn: fuera, sin
joma: estar en camino, ir kinta: niebla, neblina, humo
joŋe: volver, regresar. köd: niebla, bruma, oscuridad.
joŋesz arwa-arvoval: regresar con köd alte hän: que la oscuridad lo
honor (salutación). maldiga (palabras el juramento
jŏrem : olvidar, perder un camino, Cárpato).
cometer un error köd belső: que la oscuridad lo
juo: beber. tome (palabras el juramento
juosz és eläsz: bebe y vive Cárpato).
(salutación). köd jutasz belső: que la sombra te
juosz és olen ainaak sielamet lleve(palabras el juramento
jutta: bebe y sé uno conmigo Cárpato).
(salutación). koje: hombre, marido
juta: ir, vagar kola: morir
jüti: noche kolasz arwa-arvoval: que puedas
jutta: conectado, fijo (adj) estar morir con honor (salutación).
conectado, encajar (verbo) koma: mano vacía, mano
K desnuda, palma de la mano,
k: sufijo añadido tras un hueco de la mano
sustantivo que termina en vocal kond: la familia o el clan de un
para formar el plural niño
kaca: amante kont: guerrero
kaik: todo kont o sívanak: corazón fuerte
kalma: cadáver, muerto, tumba. (literalmente: corazón de
kaśwa: pertenecer guerrero).
kaŋa: llamar, invitar, pedir, ku: quien; el cual; el que.
suplicar kucz: estrella.
kaδa: abandonar; salir; quedarse. kuczak!: ¡estrellas! (exclamación)
kaδa wäkeva óvo köd: mantenerse kule: escuchar
firme frente a la oscuridad kulke: ir o viajar (por tierra o
(salutación). agua)
kaŋk : tráquea, nuez de adán, kulkesz arwa-arvoval, ekäm:
garganta camina con honor, hermano mío
Karpatii: Cárpato (salutación).
käsi: mano (sustantivo)
kaswa: poseer

~ 415 ~
kulkesz arwaval: joŋesz arwa löyly: aliento, vapor (relativo a
arvoval: ve con gloria-vuelve con lewl: “espíritu”)*
honor (salutación). M
kuly: lombriz intestinal; tenia; ma: tierra, bosque
demonio que posee y devora mana: ultrajar; maldecir; arrasar.
almas. mäne: rescatar, salvar
kumpa: ola (sustantivo). maye: tierra, territorio,lugar,
kuye: luna naturaleza.
kuńa: yacer como dormido, cerrar me: nosotros
o cubrir los ojos en un juego del meke: tarea, trabajo (sustantivo)
escondite, morir. Hacer; fabricar; trabajar (verbo)
kunta: banda, clan, tribu, familia minan: mío
kuras: espada, cuchillo largo. minden: todo (adj.)
kure: atar, unir. möért?: ¿para qué? (exclamativo)
kutnί: se capaz de aguantar, molo: aplastar, romper en pedazos
cargar, resistir, soportar, o molanâ: derrumbarse
sobrellevar. mozdul: empezar a mover, entrar
kutnisz ainaak: resiste largo en movimiento
tiempo (salutación). muoni: señalar, ordenar,
kuulua: pertenecer, mantener* prescribir.
L musta: memoria.
lääs: oeste. myös: también.*
Lamti (o lamtз): tierra baja, prado, N
profundo, profundidad nä: para
lamti ból jüti, kinta, ja szelem: el ŋamaŋ: este, este de aquí
mundo inferior (literalmente: “el nélkül: sin
prado de noche, neblina y nenä: rabia
fantasmas”) no: como, de la misma forma
lańa: hija. numa: dios, cielo, parte de arriba,
lejkka: grieta, fisura, rotura más alto (relativo a la palabra
(sustantivo). Cortar o golpear; inglesa “numinous”)
golpear con fuerza. numatorkuld: trueno
lewl: espíritu (sustantivo) (literalmente: el cielo lucha).
lewl ma: el otro mundo nyál: saliva; escupitajo
(literalmente “tierra espíritu”) Lewl (sustantivo), (relativo a nyelv:
ma incluye lamti ból jüti, kinta, ja “lengua”)
szelem: el mundo inferior, pero O
también incluya el mundo nyelv: lengua*
superior En Puwe, el Gran Árbol. o: el/la (utilizado antes de un
liha: carne. sustantivo que comienza en
lõuna: sur. consonante).
odam: soñar, dormir (verbo)

~ 416 ~
odam-sarna kondak: canción de pus: salud; sano
cuna (literalmente: canción para pusm: restaurar la salud
dormir a un niño). puwe: árbol
olen: ser. R
oma: viejo, ancestral rauho: paz.
omas: ponerse de pie, estar reka: éxtasis, trance
omboce: otro, segundo (adj.) rituaali: ritual
ot: el/la (utilizado antes de un S
sustantivo que empieza por vocal) sa: tendón, cuerda,
otti: mirar, ver, encontrar saz: llamar, nombrar
owe: puerta saa: llegar, venir, llegar a ser,
óv: proteger.* recibir.
P saasz hän ku andam szabadon:
päämoro: objetivo, diana. toma lo que ofrezco libremente.
pajna: presionar sas: arrullar (a un niño o un
pälä: mitad, lado bebé).
päläfertiil: pareja o esposa salama: relámpago; rayo.
peje: arder. sarna: palabras; discurso;
peje terád: arde (palabras del encantamiento (sustantivo).
juramento Cárpato). Canturrear, cantar, celebrar
pél: tener miedo, estar asustada (verbo).
pesä: nido (literal); protección sarna kontakawk: cántico de los
(figurado) guerreros.
pesäsz jeläbam ainaak: śaro: nieve helada
permanece largo tiempo en la luz saγe : llevar, venir, alcanzar
(salutación). siel: alma
pide: sobre sisar: hermana
pile: encender; iluminar. sív: corazón
pirä: círculo, anillo (sustantivo). sív pide köd: el amor supera al
Rodear, incluir (verbo) mal.
piros: rojo. sivad olen wäkeva, hän ku piwtä:
pitä: guardar, mantener endurece tu corazón, cazador
pitäam mustaakad (salutación).
sielpesäambam: mantengo tus Sivamés sielam: mi corazón y mi
recuerdos a salvo en mi alma. alma.
pitäsz baszú, piwtäsz igazáget: no sívdobbanás: latido de corazón
venganza, solo justicia. (literal); rítmo (figurativo).
piwtä: seguir sívamet: amor de mi corazón, a mi
poår: pieza, pedazo. corazón
põhi: norte. sokta: mezclar; revolotear.
pukta: alejar, acosar, poner en soŋe : entrar, penetrar,
vuelo compensar, reemplazar

~ 417 ~
susu: hogar, lugar de nacimiento veri isäakank: sangre de nuestros
(sustantivo), a casa (adv.) padres.
szabadon: libremente veri olen piros, ekäm:
szelem: fantasma* literalmente: la sangre es roja,
T hermano mío; figuradamente:
tappa: bailar, estampar con el pie encuentra a tu compañera
(verbo), matar. (salutación).
te: tú veriak ot en Karpatiiak: por la
ted: tuyo sangre del príncipe (literalmente:
terád keje: quemarse (palabras de por la sangre del gran Cárpato;
juramento Cárpato). palabras del juramento Cárpato).
tõdhän: conocimiento. veridet peje: que tu sangre arda
tõdhän lõ kuraset (palabras del juramento Cárpato).
agbapäämoroam: el conocimiento vigyáz: amar, preocuparse, cuidar.
lleva a la verdadera espada a su vii: último, al fin, finalmente
objetivo. W
toja: inclinar, romper wäke: poder, fuerza
toro: luchar, pelear wäke kaδa: determinación.
torosz wäkeval: pelea ferozmente wäke kutni: resistencia.
(salutación). wäke-sarna: juramento;
totello: obedecer. maldición; bendición
tuhanos: miles. (literalmente: palabras de poder).
tuhanos löylyak türelamak sa?e wäkeva: poder.
diutalet: miles de pacientes wara: pájaro, cuervo
alientos traen la victoria. weńc : completo, todo
tule: conocer wete: agua.
tumte: sentir, tocar; hacer
referencia a.
türe: lleno, satisfecho
türelam: paciencia.
Türelam agba kontsalamaval: la
paciencia es la verdadera arma
del guerrero.
tyvi: raíz, base, tronco*
U
uskol: afortunadamente
uskolfertiil: lealtad*
V
veri: sangre
veri-elidet: sangre de vida.
veri ekäakank: sangre de nuestros
hermanos.

~ 41 8 ~
De la Autora

Christine Feehan proviene de una gran familia (tiene diez

hermanas y tres hermanos) y comenzó a escribir a una temprana edad.


Se crió en California, donde vive actualmente con Richard, su marido,
y sus hijos.
Durante muchos años, Christine enseñó artes marciales y defensa
personal. Tiene un tercer grado en cinturón negro en un estilo coreano.
Le encantan las montañas, el océano y estar al aire libre. Adora los
cambios de clima y las grandes tormentas.
Christine perdió a su hijo mayor en un accidente y su mundo se
paralizó. Se sentía como si estuviera en un agujero oscuro. Escribió Dark
Prince para escapar a otro mundo y luego comprendió que el personaje de
Mikhail reflejaba lo que ella sentía... oscuridad, desolación y desesperanza.
Además de escribir romance vampírico, publicó novelas del género
romance gótico y suspenso romántico con elementos paranormales.
Christine Feehan dice: Me gusta la oscuridad, lo prohibido y lo que
produce escalofríos. Me agradan las sorpresas y la fantasía. Amo lo
paranormal y lo mágico. El género gótico es una gran área para explorar
estos elementos...

41 9
Agradecimientos
Quiero agradecer el trabajo y el esfuerzo, a
todas esas maravillosas personas que participaron
en este proyecto, por estar siempre a nuestro
lado cuando las necesitamos, por ser un
constante apoyo, por el cariño, un beso
enorme chicas, me alegra mucho contar con
cada una de ustedes.

Moderadora Del Proyecto


Ryss
Traductoras
Achlys, Alhana, Andrómeda, Apollymi, Ariel, Kyra, Maia,
Mushta, UsaguiSama, Ryss.

Traductoras SOS
Maia, Apolimy, Rhyss, Kaia y Ariel

Correctoras
Maia, Amy, Nyx, Ryss, Ariel, Tabitha, Maxiluna, Iris, Catleya.

Correctora General
Ariel

Diseño

Esta traducción se hace sin ánimos de lucro


Solo para difundir la lectura en los países donde no llegan estos Libros.
Amiga lectora cuando tengas los recursos y estén los libros en tu país compra a nuestros autores
favoritos. Sin ellos no podríamos disfrutar de estas maravillosas fantasías.

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