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|| educacion || Clarin || 11
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n tablero, 64 casillas, 16 piezas blancas, 16 negras e infinitas combinaciones. Desde pocas tan lejanas como olvidadas, el ajedrez fue siempre el gran simulador del mundo. Batalla en miniatura, competencia mental y gran metfora de la realidad, este juego, deporte o ciencia (o, mejor, todo esto junto) dej de ser con los aos exclusivamente aquella arena en la que grandes genios como Gari Kasparov, Anatoli Karpov, Bobby Fischer y hasta la computadora Deep Blue alguna vez se sacaron chispas. Con los aos tambin se col en las escuelas y demostr ser una herramienta pedaggica de efectos insospechados. Quienes ensean a jugar ajedrez aseguran que mejora la concentracin, estimula la creatividad y la imaginacin, desarrolla la inteligencia y la memoria en sus estudiantes. Los peones, caballos y alfiles se mueven (y caen) en ms de 6 mil escuelas e involucra a 180 mil alumnos y 5 mil docentes, segn datos del Programa Nacional de Ajedrez Educativo del Ministerio de Educacin de la Nacin que
Los especialistas recomiendan ensear con pelculas, como el delicioso corto Geris Game, de Pixar.
desde 2004 provee a las escuelas de juegos de ajedrez, pizarrones magnticos y libros; y dicta cursos y organiza torneos intercolegiales. Desde 1989, este juego adems es el ms elegido por los alumnos en las materias extracurriculares de la ciudad de Buenos Aires. Ya en 1995 la UNESCO reco-
mendaba la incorporacin del Ajedrez como materia educativa tanto en la enseanza primaria como en la secundaria. Pedagogos, profesores y hasta neurocientficos lo saben bien: el ajedrez es un verdadero gimnasio para la mente. An estamos lejos de alcanzar a pases como Cuba, Venezuela,
Rusia y Armenia donde, adems de ser una obsesin nacional, el ajedrez es materia obligatoria y se ensea desde los seis aos. An as tenemos como ventaja nuestra importante historia ajedrecstica. En la dcada de 1950, la Argentina lleg a ser la segunda potencia de ajedrez. Tuvimos gran-
des figuras como Oscar Panno, el mejor jugador argentino de todos los tiempos seala el historiador Jos A. Copi, en Historia del Ajedrez Argentino . Los mejores lugares para aprender a jugar son los clubes y las escuelas. Ah, entre tableros, relojes e ilusiones, es donde se vive y respira ajedrez.