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Tejeras 2 B
Tejeras 2 B
Tejeras 2 B
Hasta mediados los años ochenta del pasado siglo no se terminaron de asfaltar las
calles de Almadén (Ciudad Real). La calle donde me crié se llamaba 27 de junio, creo que
en conmemoración de alguna visita egregia al pueblo. Con la llegada de la democracia y
tras las elecciones locales, los regidores municipales cambiaron la denominación de
algunas vías, eliminando las de carácter abiertamente franquista, recuperando nombres
previos a la guerra civil o, todo hay que decirlo, nombrando calles con personalidades
destacadas del opuesto signo político (Pablo Iglesias, Federico García Lorca...).Mi calle
pasó a llamarse Pablo Ruiz Picasso . Dejémoslo ahí.
Recuerdo que cuando llovía se formaba un barrizal. Mi calle tenía varios solares sin
edificar. En ellos jugábamos los retoños. Recuerdo que en uno de esos terrenos baldíos
existía una charca que entonces me pareció enorme y que llamaban el chabarcón. Yo me
escapaba de casa para tirar piedras al fondo y ver las ondas que producían en el agua.
Probablemente aquella poza y otras charcas que se formaban cuando llovía eran lugares
donde se extraía tierra para la fabricación de materiales de construcción en las tejeras o
tejerías. Es muy posible que hubiera un horno en las proximidades, pero desaparecería
con la edificación de casas en aquel barrio. En algunas zonas de la calle la arcilla afloraba
y los niños hacíamos pellas a las que clavábamos una pluma y lanzábamos contra las
puertas de las casas y corrales. La tierna arcilla se adhería fácilmente a las superficies.
También jugábamos en el barro a un juego que se llamaba el romo. Consistía más o
menos en lanzar un hierro de unos treinta o cuarenta centímetros y clavarlo lo más
profundamente que se pudiera. A continuación otro niño lanzaba otro hierro de forma
oblicua tratando de desprender el primero del barro(ya colgaré otro informe sobre los
juegos infantiles describiéndolo con más detalle).
Toda esta evocación viene a cuento para describir una zona de la cual se extraía
tierra para la fabricación de tejas, ladrillos y baldosas. Desiderio Marín y Rodríguez
refiere en su obra Almadén y sus obreros1 que hay “algunas tejeras y fábricas de
ladrillos en las cercanías de la población”. Tengo constancia de que hasta mediados o
finales de los años cincuenta del pasado siglo las tejeras estuvieron funcionando.
Alrededores de Almadén
Empezaré por las más próximas a mi casa.
Saliendo por el camino de Puerto Revuelo en la primera finca que nos encontramos
a la izquierda existía un horno junto a una casilla que hoy por hoy está hundida. Como
puede verse en la fotografía 2, del horno queda apenas visible la cámara de cocción. Se
aprecia en cualquier caso que el interior era circular y seguramente las pareces se
inclinaban hacia adentro como formando una cúpula.
Al salir de Almadén por la carretera de Córdoba puede verse una casa rústica con
un horno adosado, frente a las escombreras de la mina.
Tejeras de Azecha
Tejeras desaparecidas
5. Dimensiones exteriores.
1.
7. Las tejeras de Azecha. En primer plano el horno descrito anteriormente. Año 1991
De este horno destacaré que tiene abierta la boca de la caldera y que pude
acceder a su interior para ver cómo era. En el dibujo siguiente se puede hacer una
idea de la estructura.
8. Corte de la tejera.
Morfología.
Lo más habitual que nos encontramos es el horno de planta cuadrada y cuerpo
más o menos cúbico. También hay hornos en los que la parte superior, correspondiente a
la cámara de cocción, es de forma cilíndrica, como en horno citado anteriormente.
• El vestíbulo: es la zona de acceso a la boca del horno. Casi siempre es una parte
que está reforzada, pues lo habitual es que los hornos estén asentados en una
parte de terreno excavada y que sus paredes permanezcan firmes y sólidas.
El paso siguiente consistía en mezclar la tierra con agua en una pileta para
hacer el barro: de forma alterna se echaban varios centímetros de tierra y otros
tantos de agua hasta que se colmaba la pila. Se dejaba reposar la mezcla durante
la noche para que la tierra se empapara bien.
Al día siguiente el barro obtenido se amasaba con los pies hasta que
quedaba con la textura adecuada para ser cortado y echado en los moldes. En las
tejeras no sólo se fabricaban tejas, sino también baldosas y varios tipos de ladrillos
compactos: sequiálteros, jaboneros y sepultureros.
Aún tiernas, las piezas se dejaban secar durante veinticuatro horas, tras las
cuales se procedía a meterlas en la cámara de cocción. Tras encender el horno, se
sellaba la caldera, y se dejaba cocer doce horas. De vez en cuando era necesario
alimentar la caldera con una carga de monte. Una carga equivalía a cinco haces de
leña, (jara y brezo principalmente). Con esto la temperatura del horno se mantenía
constante.
Epílogo
Hoy día las calles de Almadén están todas asfaltadas. La calle de mi infancia
(27 de junio entonces) ha cambiado mucho desde entonces. El bullicio de los
numerosos niños que poblábamos la calle ha dado paso al tráfico intenso los días
en los días laborables. Raro era el coche que pasaba. El descampado donde
jugábamos y donde en invierno se formaban los barrizales ha desaparecido y en
su lugar se levantan viviendas y naves. Se ha creado una vía transversal que se
llama Travesía Pablo Ruiz Picasso. Hay quien la confunde con el nombre actual de
la calle.
Cuando el pueblo siga creciendo engullirá, entre otras muchas cosas, los
restos de las tejeras que hay a su alrededor. ¿Qué otro destino le espera a los
elementos de un oficio que desapareció hace ya muchas décadas?
joseluis.chamero@gmail.com